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Sexualidad Sana Liderazgo Solido - Jose Luis y Silvia Cinalli

El documento habla sobre la importancia de la educación sexual y los propósitos de la sexualidad según la Biblia y la ciencia. Relata historias de mujeres cuya vida cambió para bien o para mal dependiendo de si recibieron o no educación sexual. También menciona que la ignorancia sexual puede traer consecuencias costosas a largo plazo.
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Sexualidad Sana Liderazgo Solido - Jose Luis y Silvia Cinalli

El documento habla sobre la importancia de la educación sexual y los propósitos de la sexualidad según la Biblia y la ciencia. Relata historias de mujeres cuya vida cambió para bien o para mal dependiendo de si recibieron o no educación sexual. También menciona que la ignorancia sexual puede traer consecuencias costosas a largo plazo.
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AUTORES

José Luis y Silvia Cinalli

DISEÑO Y COMPAGINACIÓN

Denis López – www.solvisual.com.ar

EDICIÓN Y PUBLICACIÓN

PLACERES PERFECTOS

Av. Castelli 314 – Resistencia

CP: 3500 – Chaco – Argentina

Tel/fax: (0054) 0362 - 4438000

E-mail: [email protected]

Sitio Web: www.placeresperfectos.com.ar

La versión de Biblia utilizada en este libro es Reina

Valera 1960, salvo que se especifique lo contrario.

NVI: Biblia Nueva Versión Internacional

DHH: Biblia Dios Habla Hoy

BLS: Biblia Lenguaje Sencillo


BAD: Biblia Al Día
ÍNDICE

PRÓLOGO

1. LA LEY DEL PROPÓSITO

Propósitos de la sexualidad: El sexo es un regalo de Dios. El sexo es algo


bueno. El sexo es para la reproducción. El sexo satisface la necesidad básica de
intimidad. El sexo es para el placer. El sexo es para el matrimonio.

2. LA LEY DE LA VERDAD

Existe el sexo seguro. Falso. La pornografía es inofensiva. Falso. El Chat es un


medio peligroso sólo para los jóvenes ingenuos. Falso. La mujer tiene menos
tentaciones sexuales que el hombre. Falso. La mujer tiene menos interés sexual
que el hombre. Falso. Lo sexual afecta sólo al cuerpo y no al espíritu. Falso. De
un fracaso sentimental, uno nunca se recupera totalmente. Falso. Amor y sexo es
lo mismo. Falso.

3. LA LEY DE LA UNIDAD

Las razones más frecuentes por las que el matrimonio fracasa son: Elección
equivocada. Casamiento demasiado rápido. La inmadurez. No conocerse lo
suficiente. Falta de preparación. Violencia. Persona vaga e irresponsable. Falta
de atracción física. Genética espiritual diferente. Para agradar a los padres.

4. LA LEY DE LA LIBERTAD

Pasos prácticos para evitar y resistir la tentación sexual: Nunca minimice la


tentación sexual. Nunca acuse a otros por sus elecciones morales. Evite la
conexión emocional con personas del sexo opuesto. Gane su batalla moral en sus
tiempos secretos con Dios. Tenga cuidado con lo que mira. Comparta su lucha.
Rechace la tentación al comienzo. Huya de la fornicación.

5. LA LEY DE LA SENSATEZ

La historia de David. Consecuencias del pecado sexual. La conducta sexual


impropia. Crónicas de un amor apasionado y prohibido. El peor asesino del
matrimonio: el adulterio. Patrimonio y matrimonio. ¿Puede prevenirse el
adulterio? Cómo fortalecer la fidelidad matrimonial. Síntomas que presagian la
decadencia matrimonial ¿Qué hacer? Doce sugerencias que revolucionarán su
matrimonio.

6. LA LEY DE LA RESTAURACIÓN

Abuso sexual. Víctimas de abuso. Cómo ayudar. La restauración es posible.


Sepulte su pasado, no su futuro.

7. LA LEY DE LA PREVENCIÓN

Caracteres generales del abuso. Complicidad de la madre. Quiénes son los


abusadores. Características del abusador. Cuándo sospechar un abuso.
Consecuencias del abuso sexual. Cómo prevenir un abuso.

8. LA LEY DEL COMPLEMENTO

Homosexualidad. Características. Los mitos más comunes. Cómo acompañar a


quien quiere vivir en santidad.

9. LA LEY DEL CONOCIMIENTO

Test de auto-evaluación. Mitos asociados a la fertilidad. Cómo ayudar frente a


una situación de aborto. Qué es la masturbación. Impotencia. Eyaculación
precoz. Deseo sexual. Anorgasmia.

10. LA LEY DE LA PERMANENCIA


Consejos para que el erotismo vuelva al matrimonio. La sexualidad en las
distintas etapas del matrimonio. ¿Será adicto al sexo? Sugerencias para mejorar
la comunicación sexual. Posiciones se-xuales.

ANEXOS

Anexo A: “Descubramos los propósitos de la sexualidad”. Anexo B: “La caja de


regalo”. Anexo C: “El juego de la seducción”. Anexo D: “Barómetro sexual”.
Anexo E: “El juego de la manzana”. Anexo F: “Una cuestión arriesgada”. Anexo
G: La autoestima. Anexo H: La homosexualidad y sus causas.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
PRÓLOGO

La Biblia no es un libro de cuentos o de historias bonitas; es un libro de


principios. Dios ha establecido leyes para que aprendamos a vivir mejor. En
otras palabras, Dios quiere hacernos la vida más fácil.

Los principios establecidos por Dios tienen funcionamiento automático. No


importa quién los aplique, siempre funcionan. Si aplica las leyes establecidas por
Dios para la administración de la sexualidad, usted tiene el resultado asegurado.

Estas leyes han probado no sólo su existencia sino, también, su eficacia. Son
inmutables y atemporales; relevantes para todo tiempo y cultura. Poseen validez
general. Sígalas, respételas y vívalas; son el camino a una vida plena.

Sexualidad sana para un liderazgo sólido es una declaración poderosa y


definitiva de las leyes eternas que usted simplemente debe seguir si desea ser un
buen líder para Dios.

José Luis y Silvia Cinalli


LA LEY DEL PROPÓSITO

“Muchas personas creen que piensan cuando en realidad

sólo están reordenando sus prejuicios”.

William James1

Introducción

“Necesito contarles algo”, dijo, mientras por la fuerza tomaba del brazo a su
hija adolescente tratando de acercarla. Era esposa de un pastor; de mediana
edad y muy bien presentada. Su rostro reflejaba sorpresa. Después de veinte
años de casada había asistido a una conferencia acerca de sexualidad y quería,
por vez primera, abrir su corazón para compartir su experiencia, a la que
describió como frustrante, atormentadora y triste en el amanecer de su
matrimonio. Sin preámbulos, se remontó a su luna de miel y explicó: “esa
primera noche fue horrible, aquella primera vez fue decepcionante. Yo tenía
apenas 17 años. Era huérfana de madre. Me crié con mi padre. Él fue bueno y
atento. Pensé que el hombre con el que me casaría tomaría su lugar; sería la
persona que me brindaría seguridad, atención y ternura. Lo que nunca imaginé
fue que ese hombre me pediría algo que mi papá jamás me había pedido. Decidí
volverme de mi luna de miel. Después de muchos años de casada, todavía
guardo ese recuerdo desagradable y, de tanto en tanto, despierto no en la cama
sino en el piso, toda transpirada, creyendo que mi esposo ha abusado de mí.
Sabe Dios las veces que prefiero quedarme frente al televisor, haciendo tiempo,
esperando que mi esposo se duerma y no me pida eso”.

En medio de lágrimas abrazó a su hija y expresó: “no quisiera que a mi hija le


suceda lo mismo que a mí. Deseo que ella aprenda lo que yo no pude. Anhelo
para su futuro la oportunidad que yo jamás tuve”.

Solicitó una audiencia con la secretaria. Ella era una periodista de un


prestigioso medio gráfico que deseaba entrevistarnos acerca de nuestro
desempeño como educadores sexuales. Durante la charla, reconoció habernos
conocido en una conferencia que habíamos dictado tiempo atrás. “¿Saben una
cosa?, aquella conferencia impactó mi vida. Las enseñanzas merecieron toda mi
atención y a cada uno de los consejos que dieron los puse en práctica en mi
matrimonio”. Mientras expresaba esto, se levantó de su silla, nos abrazó
dulcemente y terminó diciendo: “soy feliz junto a mi esposo y vivimos la
sexualidad de manera plena. Mucha de nuestra felicidad se la debemos a
ustedes”.

Historias. ¿Simples historias o historias que se repiten por todas partes? Una
triste y otra saludable. Recuerdos amargos en uno de los casos, dulces nostalgias
en el otro. Decepción versus gratificación. ¿En qué discrepan estas historias?
Quizás usted diga en mucho, pero la diferencia se resume en una sola palabra:
información.

Aquella primera mujer careció de educación para la vida sexual. Nadie la


aconsejó. Desprovista de todo asesoramiento, se aventuró hacia una vida de
miseria. Las consecuencias quizás nunca desaparezcan.

La segunda recibió información que supo capitalizar en beneficio propio y de su


relación matrimonial.

Es habitual pensar que hacer el amor es algo espontáneo y natural. En realidad,


lo que es espontáneo es el deseo; la relación sexual en sí es un arte y, como tal,
puede mejorarse. En otras palabras, los buenos amantes se hacen, no nacen.2
Thea Lowry lo dice así: “aunque el sexo es perfectamente natural, no siempre es
naturalmente perfecto”.3

El Dr. Gindin dice: “en el hogar y en la escuela, nuestros padres y maestros


probablemente se han preocupado por enseñarnos todo lo necesario para la vida,
pero no a hacer el amor. A hombres y mujeres les han hecho creer que de esto se
nace sabiendo”.4 Lejos de ello, la función sexual es aprendible, es decir, capaz
de ser enseñada.

La buena sexualidad se relaciona con el conocimiento y no con la ignorancia. La


ausencia de una adecuada educación sexual, el desconocimiento de las técnicas
amatorias, los mitos y la desinformación en la respuesta sexual femenina y
masculina contribuyen al infortunio. En cambio, la buena sexualidad requiere
información, intercambio, cooperación, amor y, por sobre todo, creatividad.

Tiempo atrás, en medio de una de nuestras conferencias sobre intimidad


matrimonial, se puso de pie un hombre y dijo lo siguiente: “¿por qué no
vinieron a darnos esta valiosa información veinte años antes?”, dando a
entender que eso lo hubiera beneficiado enormemente al inicio de su vida
matrimonial. Después de la charla supimos que la esposa de ese hombre nunca
superó el trauma que le produjo sentirse ultrajada la noche de bodas.

La ignorancia no es sinónimo de pureza y candidez, sino de malas decisiones y


de consecuencias costosas para el resto de la vida.

Cuando se imparte educación sexual más allá de la genitalidad y del acto sexual,
el resultado se traduce en familias más sanas y matrimonios más sólidos, ya que
la sexualidad se refleja en cada faceta de la vida humana. Gran parte de nuestros
triunfos y fracasos están estrechamente relacionados con nuestra buena o mala
sexualidad; de ahí que necesitamos descubrir su verdadero propósito.

La Biblia, junto a la ciencia sexológica, nos otorgan la posibilidad de rever


nuestros paradigmas y creencias al respecto. Ver anexo A.

Propósitos de la sexualidad
Conocer los propósitos de la sexualidad nos libera de viejas estructuras de
pensamiento que nos han tenido esclavizados por años.

1. El sexo es un regalo de Dios. Génesis 1:26-28 y Salmo 139:13.

Se cuenta de un ermitaño que vivía en una cueva junto a su hijo adolescente,


quien nunca había conocido el pueblo más cercano ni tampoco había visto otras
personas. A fin de celebrar sus 15 años, su padre decidió llevarlo al pueblo para
comprarle un regalo.
Salieron muy temprano en la mañana y llegaron a la talabartería donde su papá
le enseñó una hermosa montura. Después lo llevó a la tienda de artículos
deportivos y le mostró los mejores cuchillos para la cacería. Mientras
caminaban en la calle, encontraron a una muchacha como de 15 años. El joven
preguntó a su padre: “¿Qué es eso?”. Su padre, tomado por sorpresa, no sabía
que contestarle, ya que no quería que su hijo se interesara en una chica todavía.
Entonces, rápidamente le dijo: “es un ganso, mi hijo”, y siguieron caminando al
tiempo que recorrían otros negocios.

Durante el transcurso de la jornada el muchacho conoció perros finos, rifles y


pistolas. Al fin del día el papá miró al joven y le dijo: “bueno, hijo, te he
enseñado muchas cosas hoy, estoy dispuesto a comprarte lo que más te gusta.
Dime ¿qué has escogido?”. Sin titubear, el muchacho le contestó: “papá, quiero
un ganso”.

Dios creó el sexo y él regaló a unos el ser hombres y a otras, ser mujeres.
Estos pasajes revelan al sexo como un don o regalo de Dios. De ahí que, en lugar
de estar descontentos, bien haríamos en dar gracias a Dios por el obsequio
recibido.

Bíblicamente, no se atribuyen a la sexualidad connotaciones negativas,


pecaminosas o diabólicas. En la Biblia, la sexualidad aparece como un regalo
de Dios. Tristemente, como dijo Abel Martínez Martín: “nuestra sexofóbica
civilización... condenó la sexualidad a las llamas del infierno, a la clandestinidad
y el pecado, la ignorancia y la oscuridad. La sexualidad se llenó de prejuicios,
prohibiciones, mistificaciones, taras y perversiones”.5 Ver anexo B.

Nos cuesta entender que el sexo es un obsequio de Dios. Imaginamos al creador


poniendo especial cuidado en el cuerpo de Adán y Eva. Podemos pormenorizar
los detalles viendo cómo Dios tomaba barro y daba forma a los ojos, las cejas,
colocaba los rulitos sobre la cabeza del primer varón, pero nadie imagina a Dios
trabajando en la entrepierna. Más bien suponemos que cuando lo formó,
descubrió que en su mesa de trabajo sobraba un pedacito de barro, entonces,
muy pudendamente, se tapó los ojos y mirando para otro lado, colocó esa
“sobra” entre las piernas de Adán. ¡Nada más desacertado! Dios dedicó tiempo y
atención a cada detalle de lo sexual, lo integró a las vivencias más íntimas y lo
coronó con sendas cantidades de terminaciones nerviosas para que se asocie a un
disfrute muy peculiar.
Mito que eliminamos

• Creencia de que existen tres o más sexos. Falso.

La sexología, al igual que la Biblia, nos enseña que sólo existen hombres y
mujeres que adoptan diversos comportamientos sexuales.

2. El sexo es algo bueno. Génesis 1:31.

Todo lo que Dios había hecho era bueno, incluso el sexo, “bueno en gran
manera”.

Solemos aconsejar a los que se van a casar que oren antes de comenzar su
intimidad conyugal. Dios hizo que se conocieran y comenzaran el noviazgo.
Dios bendijo ese matrimonio y es Dios quien quiere guiar la etapa de intimidad
sexual. Algunos creen que la sexualidad es puramente carnal, que las pasiones
del viejo hombre afloran con toda sus fuerzas e imaginan que el Espíritu Santo
espera fuera del dormitorio a que termine la relación sexual. ¡Nada más lejos de
la verdad! La sexualidad ha sido diseñada por Dios para ser disfrutada en el
ámbito del matrimonio.

Divino Morales fue un pintor de la edad media. Se lo recuerda, más que por sus
habilidades artísticas, por su conducta aberrante frente al deseo sexual. En un
tiempo histórico en que se predicaba la autoflagelación y la abstinencia sexual
como valores superiores, totalmente cansado de luchar contra los deseos
sexuales propios de todo ser humano, salió a su huerta muy de mañana, colocó
sus testículos sobre una gran piedra y, tomando otra en sus manos, se aplastó con
todos sus fuerzas los genitales.

Esta idea de que el deseo sexual es contrario a la espiritualidad sigue vigente en


muchos lugares. Un ejemplo claro al respecto es la noticia de un joven de 30
años que, en Agosto de 2007, en Salamanca, se cortó el pene y lo tiró al inodoro
porque “no quería pecar más”, según publicó el diario “La Gaceta Regional de
Salamanca”.

Mito que eliminamos

• El sexo es repulsivo, bajo y carnal. Falso.


Es común escuchar a personas mayores referirse a la relación sexual como: “la
porquería”. Creen que sexo es igual a pecado. Este mito es una filosofía
antibíblica enseñada como norma religiosa, según la cual el fin de la sexualidad
es sólo la procreación.

Ana, una mujer sexagenaria, tocó a la puerta de mi oficina un lunes a primera


hora. Eufóricamente expresó: “su mensaje anoche fue tan motivador y
desafiante que decidí consagrar mi vida a Dios. Mientras desayunaba con mi
esposo esta mañana, le comenté el deseo de mi corazón y le dije que ya no
podríamos tener más relaciones sexuales porque iba a ser ‘santa’ para el
Señor”.

Ella consideraba el sexo como algo “sucio y pecaminoso”, que la alejaba de la


comunión con Dios. Este concepto es totalmente erróneo, ya que Dios creó a
Adán y a Eva y los unió en matrimonio antes de la caída.

Kevin Leman dice: “un hombre sexualmente satisfecho será, por lo general, un
mejor padre y un mejor empleado. Una mujer sexualmente satisfecha tendrá
menos estrés y más gozo en su vida. La relación sexual es de vital importancia
para un matrimonio saludable”.6

3. El sexo es para la reproducción. Génesis 1:28.

La reproducción aparece como un mandato y se convierte en uno de los


objetivos de la unión sexual. Tener hijos en el Antiguo Testamento era una
obligación; la esposa infértil podía ser repudiada y la viuda sin hijos debía
engendrar descendencia con su cuñado (ley del Levirato). El pensamiento de que
el propósito único y exclusivo de la sexualidad es la reproducción surgió después
de la caída, en Génesis 3, cuando la mujer, llamada Varona, dejó de ser el
complemento del varón y pasó a ser el objeto para que éste lograra descendencia.
La Varona se transformó en Eva, madre de todos los vivientes.

Es necesario entender la dimensión de la relación sexual más allá de los


hijos.

Mitos que eliminamos


• La mujer decente es aquella que no piensa en el sexo. Falso.

La sexualidad ha sido creada por Dios con el propósito de ser disfrutada tanto
por el hombre como por la mujer en el ámbito matrimonial. El deseo sexual es
una parte integral de todo ser humano.

• Buscar la satisfacción sexual es pecado. Falso.

La sexualidad ha sido creada no sólo para la reproducción sino también para el


placer. La relación sexual genera una cercanía física y emocional única. Dios la
ha diseñado con el propósito de ser vivida y no sufrida o tolerada.

• Usar anticonceptivos es pecado. Falso.

La Biblia nos encomienda señorear la creación. Dentro de este mandato queda


incluido el ejercicio de la paternidad responsable. Los métodos anticonceptivos
que no sean abortivos pueden emplearse con libertad de conciencia.

4. El sexo satisface la necesidad básica de intimidad. Génesis 2:19-23.

Ninguna criatura del Edén podía satisfacer el deseo de intimidad y comunicación


de Adán: “mas para Adán no se halló ayuda idónea”, versículo 20. Adán
necesitaba una compañera que fuera su complemento y su pareja sexual, por lo
que Dios hizo a Eva.

Dios está interesado en nuestra vida afectiva, emocional y sexual. Dios


planeó el matrimonio como un mutuo complemento y una solución para la
soledad. Las relaciones sexuales casuales, antes del matrimonio o como
aventuras extramatrimoniales, en lugar de alejar la soledad, aumentan la
frustración. Las experiencias sexuales fuera del matrimonio son, a la larga,
destructivas. “Es evidente que lo que hacemos hoy en nuestra sociedad
(relaciones sexuales en la primera o segunda cita) no está dando resultados. Es
probable que ayude a los solteros a superar la frustración sexual a corto plazo,
pero destruye los matrimonios significativos a largo plazo”.7
Mito que eliminamos

• Los hombres no pueden vivir sin tener sexo. Falso.

Las relaciones sexuales no son una necesidad básica como el hambre o la sed,
sino algo bien dominable. Dios ha provisto al cuerpo los medios para abstenerse
de toda práctica sexual como modo de vida, en caso de decidirse así. Para ello,
ocurren las poluciones nocturnas y la reabsorción de espermas en los testículos.

Hugo comenzó a salir con Paula. Él pertenecía a una familia de clase social
alta, liberal y desprovista de valores religiosos. Ella, católica practicante.
Después de un tiempo de noviazgo, Hugo insinuó a Paula sobre la posibilidad
de tener relaciones sexuales. Para él era algo natural; para ella, un pecado.
Ella estaba convencida de que las relaciones sexuales antes del matrimonio
destruían el plan de Dios y, por lo tanto, estaba dispuesta a posponerlo hasta la
noche de bodas. No obstante, llegaron a un acuerdo. Paula permitiría que Hugo
pudiera “aliviar” sus deseos sexuales con alguna prostituta. Tanto Paula como
Hugo estaban influidos por este mito de que el hombre no puede “aguantar” y
que “necesita sexo”.

5. El sexo es para el placer. Génesis 2:24; Cantar de los Cantares 1:1-3; 7:2-12
y Proverbios 5:18-20.

Dios ha diseñado la sexualidad para el placer. Si Dios hubiera creado la


sexualidad para que tenga como único propósito la reproducción, por lo menos
la mujer, debería sentir deseo sexual sólo durante los períodos fértiles, cosa que
no sucede. “La posibilidad de una sexualidad constante, el hacer el amor cada
vez que lo desea sólo es posible en la raza humana. En todas las otras especies
vivientes, una sexualidad constante resulta imposible tanto en los machos como
en las hembras. ¿Por qué? Porque las hembras en edad de reproducirse
sexualmente tienen períodos de celo, fuera de los cuales rechazan a los machos.
En cambio, las mujeres pueden copular cada vez que tienen ganas, durante todo
el ciclo menstrual, durante casi todo el embarazo y pueden, y frecuentemente lo
hacen, retomar el coito tan pronto como se recuperan del parto, meses antes de
que el bebé sea destetado. La sexualidad tampoco termina con la menopausia o
la vejez”.8

Debemos revalorizar el sexo como algo maravilloso para disfrutar dentro


del contexto matrimonial. El sexo es uno de los más exquisitos placeres que
Dios nos ha regalado. Para gozar de relaciones sexuales realmente excitantes y
placenteras es necesario abandonarse y relajarse en el goce erótico. Por tal
motivo, un positivo acercamiento al acto sexual es esencial, ya que un profundo
sentimiento de culpabilidad por el placer podría erosionar la intimidad del
matrimonio.

La relación sexual es la mejor recreación, la más tranquilizante, una de las más


renovadoras experiencias que el hombre conoce. Y Dios la planificó. No es raro
que se la llame “juego de amor”. Es una diversión, no una obligación; es suma
excitación, no aburrimiento; es algo que se espera con ansia, no una horrible
experiencia que hay que evitar si es posible. ¡Es irónico que las parejas busquen
toda clase de recreación en otras partes, sin haber descubierto nunca la plenitud
de placer que tienen a disposición en su propio dormitorio!9

Mito que eliminamos

• Lo que es agradable al cuerpo es desagradable al espíritu. Falso.

Este es un pensamiento basado en la cultura griega dualista (cuerpo malo,


espíritu bueno). Sin embargo, Dios es Señor de todo, del cuerpo y del espíritu.

Si asumimos que Dios creó el cuerpo humano, deberíamos aceptar la dimensión


del disfrute sexual. El placer es un invento de Dios, no del diablo. El Creador
trabajó el cuerpo humano de una manera muy especial; dedicó atención a cada
detalle y puso cuidado exquisito en su sexualidad. En la mujer hay un órgano
cuya función se limita exclusivamente al placer: el clítoris. La ciencia médica no
le ha descubierto ninguna otra función más que la de dar placer a su dueña. Este
pequeño órgano es el punto más sensible a la excitación sexual. En el varón, la
sensibilidad de la cabeza del pene, llamada glande, es epicentro del placer por la
gran cantidad de terminaciones nerviosas.

Algunos matrimonios cristianos, por asociar el sexo con el pecado, evitan todo
contacto íntimo con la idea de que serán más espirituales. Finalmente, cuando
tienen un encuentro sexual, es más por desahogo físico que para edificarse
mutuamente en la intimidad y alimentar el deseo de un próximo encuentro. El
acto sexual resulta, así, siempre igual; monótono y repetitivo. No enriquece, no
despierta nuevas sensaciones ni permite el crecimiento de la pareja.

6. El sexo es para el matrimonio. Génesis 2:24-25; 1ª Corintios 7:5 y Hebreos


13:4.

En Génesis 2:22-24 se describe al matrimonio y a su vínculo sexual como una


especie de re-unión.10 Adán era uno, de él se formó Eva y resultaron dos. Ahora
en el vínculo matrimonial y en su unión sexual vuelven a ser uno. La relación
sexual es algo trascendente, es la re-unión de dos seres que se funden en uno
solo. Note la siguiente declaración: “...y se unirá a su mujer”. ¿Cuándo?, cuando
deja a su padre y a su madre. Luego dice: “y serán una sola carne”. Hay un
orden que respetar. Primero se casan, luego se unen.

“La complementariedad de los órganos sexuales masculinos y femeninos es sólo


un símbolo físico de una complementariedad espiritual mucho más profunda”.11

El último propósito de la sexualidad es reconocer que la intención original


de Dios en el vínculo sexual es la unión permanente entre un hombre y una
mujer. Dios establece el matrimonio monogámico y heterosexual. No reconoce
ninguna otra alternativa. El vínculo indisoluble entre un hombre y una mujer
constituye para Dios un ideal. Ese orden fue establecido por el Creador y no por
la cultura, de lo que se deduce que su validez es permanente y universal.

La Biblia establece además, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento,


que las relaciones sexuales están reservadas para el tiempo del matrimonio. Toda
relación sexual fuera de ese ámbito es considerado pecado y afecta no sólo el
cuerpo, sino al alma y al espíritu. Éxodo 20:17; Deuteronomio 22:22; Proverbios
22:11; 1ª Corintios 6:9, 12-20; 1ª Tesalonicenses 4:3-6; Hebreos 13:4; 1ª Pedro
2:11.

Mito que eliminamos


• Lo sexual afecta sólo al cuerpo y no tiene nada que ver con lo espiritual.
Falso.

Este mito lleva a muchos a pensar que pueden tener relaciones sexuales antes del
matrimonio o fuera de él y estar bien con Dios al mismo tiempo. Suponen que
una relación sexual es solamente la unión de dos cuerpos, cuando en realidad es
la unión más íntima de todo el ser: espíritu, alma y cuerpo. La Biblia hace una
diferencia muy grande entre el pecado sexual y el resto de los pecados. “Todos
los otros pecados están fuera del cuerpo, pero el que comete inmoralidad sexual
contra su propio cuerpo peca”, 1ª Corintios 6:18b.

Un momento ameno

Un hombre se quejaba mucho en oración porque creía que Dios debía ser más
equitativo en los roles adjudicados al matrimonio. “Dios mío, es injusto que los
hombres tengamos que trabajar tanto, mientras que las mujeres se quedan
tranquilas en casa. Yo daría cualquier cosa para que hicieras un milagro sólo por
un día, y me convirtieras en ella y a ella en lo que yo soy. Así sabrá mi esposa lo
difícil que es ser hombre”. Tanto rogó, que Dios le concedió el milagro.

A la mañana siguiente este hombre despertó en el cuerpo de su esposa. Sonó el


despertador temprano. Era día de semana y había que llevar a los chicos al
colegio. Rápidamente se vistió, levantó a los niños y preparó el desayuno para
todos. Con destreza hizo las camas, colocó la ropa en el lavarropa y sacó carne
del congelador para el almuerzo. Después de dejar los niños en la escuela, se
dirigió al banco a fin de pagar las cuentas de servicio. Luego pasó por el
supermercado para abastecerse de comida. Al salir de allí pudo notar que las
horas habían transcurrido a velocidad luz, por lo que corrió a recoger los hijos
que habían terminado su jornada escolar. Al llegar a casa, se enojó al ver que su
esposo estaba esperando el almuerzo cómodamente sentado en el sofá. No dijo
nada. Cocinó, lavó los platos, tendió la ropa, ayudó a sus hijos con las tareas de
la escuela y, por último, planchó la ropa de toda la familia. Estaba agotada de
tanto trabajo. Quiso relajarse un poco, pero se percató de que ya era hora de
preparar la cena. Les sirvió la comida, bañó al más pequeño, acostó a todos los
niños, limpió la cocina, sacó la basura, cerró las puertas. Después de un día
realmente agitado, entró al baño, tomó una ducha y se fue a la cama. Pero
cuando abrió la puerta del dormitorio, allí estaba el marido esperándola para que
cumpliera con los deberes conyugales. Al día siguiente, cuando despertó y vio
que seguía en el cuerpo de ella, clamó a gran voz diciendo: “Dios mío, Dios mío,
perdóname. No sabía lo que pedía. Por favor quiero volver a ser yo”. En medio
de sus gemidos, se escuchó una voz potente desde el cielo que dijo: “ningún
problema, pero tendrás que esperar nueve meses porque anoche quedaste
embarazado”.
LA LEY DE LA VERDAD

“Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”.

La Biblia

En sexualidad existen muchos mitos. Los mitos son creencias falsas que, por el
peso de la cultura, se aceptan como verdaderas. Cada uno de nosotros posee
ciertos mitos sexuales que, queramos o no, determinan nuestro comportamiento.

Mitos sexuales
1. Existe el sexo seguro. Falso.

Una historia de amor y algo más…

María se enamora de Juan. Poco tiempo después se casan. Ella tiene 23, el 37.
Después de dos años, queda embarazada y, entre los exámenes que le hacen, se
descubre que es VIH positiva. No puede creerlo. Juan ha sido su único hombre.

Los médicos aconsejan que también él se haga el estudio. Resulta positivo.


Algunos meses más tarde, Juan abandona a María porque la acusa de haberlo
contagiado.

Con siete meses de embarazo, María aguarda la llegada de su bebé y desea con
todas sus fuerzas que se encuentre libre del virus…
¿Cómo entender esta situación? ¿Quién fue infiel?

Juan y María niegan el adulterio, y es verdad. Ninguno fue infiel. Lo que


ignoran es que el pasado sexual de cualquier individuo afecta el presente y
el futuro de la pareja.

Juan no fue promiscuo ni mucho menos. Mantuvo relaciones sexuales con dos
de sus novias, de manera aislada; nunca con prostitutas. Pero una de sus novias,
era una mujer divorciada de un varón al que abandonó por las constantes
infidelidades.

Juan nunca pensó que su relación con aquella novia incluía a todas las personas
con las cuales el ex esposo de ella había tenido contacto sexual. Si lo pusiéramos
en términos más concretos y pensáramos que aquel hombre estuvo con al menos
cinco personas; que alguna de ella fuera promiscua y hubiera tenido múltiples
contactos sexuales, podríamos elevar el número a cincuenta.

Juan recién se entera de que en aquella cama de soltero no sólo estuvieron él y su


novia sino todas las personas con las que estuvo el ex esposo de ella. En la
sexualidad interesa no sólo el presente sino el pasado de esa vida, porque
todo se mira como una cadena de contagio.

Hace tres años que estamos felizmente casados. Tenemos una preciosa niña de
dos y estamos buscando nuestro segundo hijo, que no llega. Por ese motivo yo
visité al ginecólogo y mi esposo al urólogo quien, después de algunos estudios,
le diagnosticó una enfermedad de transmisión sexual. Mi ginecólogo corroboró
que yo también la tengo. Él jura que me ha sido fiel y yo también. Entonces,
¿cómo se explica esa enfermedad? ¿Puede haber un error en el diagnóstico o mi
esposo me miente? Paula, 30 años, Santa Fe.

El caso planteado es más común de lo que parece. Para comprender la realidad


de esta pareja, representaremos su historia de manera hipotética. Supongamos
que un hombre, el Sr. “A”, tuvo relaciones sexuales con varias personas (para
nuestro ejemplo serán: “B”, “C” y “D”) en su vida de soltero. Años después, se
casa con la Sra. “E”, que con orgullo manifiesta que el Sr. “A” es su primera
pareja sexual. Desde el casamiento ambos se mantienen fieles; sin embargo, una
rutina ginecológica pone de manifiesto que la Sra. “E” padece una enfermedad
sexual. Su esposo sigue asegurando que ha sido fiel, y es verdad. Lo que ambos
ignoran es que alguna de las antiguas parejas sexuales del Sr. “A” pudo haber
estado infectada y contagiarlo, aunque él nunca lo supiera. Muchos intentan
mostrar la sexualidad sin consecuencias, pero las decisiones sexuales
tomadas en el pasado afectan el futuro de muchas maneras.

Los organismos de salud más prestigiosos en el mundo han recurrido a diferentes


técnicas a fin de controlar la propagación de las ITS (Infecciones de Transmisión
Sexual); entre ellas, se encuentra la llamada: “estrategia ABC”.

La letra “A” de sigla representa abstinencia sexual. Se apela a la postergación


del inicio de la vida sexual activa hasta el matrimonio. Se ha demostrado que la
manera más efectiva de impedir una infección sexual es por medio de la
continencia. Ni los preservativos, ni las campañas de difusión para la prevención
han resultado eficaces, por ello instan a volver a la abstinencia, un valor bíblico.

La letra “B” significa basar la relación en la fidelidad mutua entre los


cónyuges. Por medio de este principio se apela a un valor pregonado en cada
página de la Biblia.

La letra “C” alude al condón. En caso de que las estrategias A y B no se puedan


lograr, se intenta crear conciencia en el uso de condones de manera sistemática a
fin de impedir el contagio sexual.

Ningún preservativo lo protege completamente de las consecuencias físicas y


espirituales de un comportamiento sexual inmoral. Ni siquiera lo protege de las
consecuencias emocionales, ya que usted puede ponerse un condón en el pene,
pero nunca en el corazón.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) junto a las más prestigiosas


organizaciones internacionales de salud, recomiendan volver a los principios
bíblicos dejados de lado.

Concluimos diciendo que no existe sexo sin riesgo. Shannon Ethridge dice:
“aunque el uso de un preservativo quizás haga que la relación sexual sea más
segura que una que no tiene ninguna protección, los preservativos no hacen de
ninguna manera que el acto sexual sea seguro”.1 La abstinencia en el
noviazgo y la fidelidad en el matrimonio constituyen la verdadera
seguridad.

2. La pornografía es inofensiva. Falso.

Fernando es un muchacho joven, apenas cruza la barrera de los veinte, aunque


aparenta menos. Estudia en la universidad y trabaja con profesionales del
mismo campo. Apasionado por lo que hace. Cuando habla de su carrera, sus
ojos brillan como encendidos por una poderosa luz interna de pasión. Pero no
vino para charlar sobre eso. Llegó por un motivo muy diferente.

Él mismo relató: “esperaba ansioso la entrevista. Realmente quería conocerlos


y contarles lo que me pasa”. Comenzó hablando claro y con expresión firme,
pero de repente bajó la cabeza y su voz se hizo débil y entrecortada. Dejó de
hablar.

A fin de poner término al tenso silencio e intentando no ser intrusivos, le


preguntamos: “¿cuándo empezó todo?”. Nos dimos cuenta de que necesitaba
ese espacio etéreo que generó la pregunta. Enseguida comenzó a hablar.
“Empezó en la secundaria. Un día miramos pornografía y había de todo:
mujeres con hombres, hombres con hombres, en fin, lo que imaginan. Eso me
movilizó mucho. Hasta ese entonces sentía un desprecio muy grande hacia los
homosexuales, pero al seguir consumiendo pornografía de todo tipo, se me
despertaron deseos que jamás pensé que podría sentir. Poco a poco, esas
imágenes me cautivaron. Recurría a fantasías homosexuales para masturbarme.
En el chat hice contacto con personas homosexuales y cuando inicié la
universidad tuve mi primera relación con un hombre. No lo conocía. Era uno de
los contactos del chat. Les cuento que, aunque tuve relaciones homosexuales,
jamás estuve en pareja, ni quiero. Deseo tener una esposa e hijos.

“¿Tuviste muchos encuentros homosexuales?”, preguntamos. “Sí”, confesó


abiertamente. “¿Siempre con personas diferentes?”. “La mayoría de la veces”,
replicó. “Lo oculté de mi familia y de mis amigos hasta que mi hermana,
buscando un archivo, encontró mis contactos. Mis padres se enteraron de todo,
fue muy feo. Pero también un alivio. Quería que alguien me ayudara a ponerle
punto final…”.
La pornografía es un conjunto de materiales cuya finalidad es producir
excitación sexual.

La pornografía es dañina por las siguientes razones:

• Denigra al ser humano. Las personas exhibidas se presentan como mercancía


disponible para la venta. Desechables, según el gusto del consumidor.

• Desvaloriza a las personas llevándolas a la categoría de objetos sexuales.


Existe una relación de dominio; se asocia al hombre con el amo y a la mujer con
una figura que satisface todos los deseos eróticos de aquél.

• Pervierte la relación sexual. La pornografía no considera los sentimientos de


las personas. No valora el amor, la ternura o la intimidad. Aunque se tienda a
creer que mirar videos de alto voltaje es tan sólo una “travesura” de tanto en
tanto, puede ser muy peligroso. Como la pornografía tiene poder adictivo, podría
ser tentado a involucrarse en prácticas muy cuestionables. En el matrimonio,
mirar juntos o por separado este tipo de material no los acercará, por el contrario,
hará que se distancien cada vez más. No mejorará su matrimonio, ni los hará
mejores personas. A la larga, ya sea soltero o casado, la pornografía siempre es
dañina.

• Desvirtúa el propósito de la sexualidad. Los pornógrafos están especialmente


interesados en demostrar que la mujer y el hombre en cualquier momento,
situación o estado, van a gozar con cualesquiera de las prácticas sexuales a las
que se sometan. Con la gestualidad tan exagerada, los gemidos y gritos ridículos,
el lenguaje empleado, y las tomas fotográficas, proyectan una imagen irreal en
que la mujer y el hombre disfrutan de una sexualidad libertina y aberrante.

• Genera conflictos conyugales. Habitualmente es el hombre quien solicita


ciertas prácticas exhibidas y, cuando la mujer en la vida real no accede a esas
prácticas sexuales, se la tilda de estrecha y puritana, de reprimida o amargada,
generándose tensión y reproches en el matrimonio.

• Aumenta la vulnerabilidad frente al VIH-SIDA. Entre las determinantes de


riesgo para que una persona sea “más vulnerable” se encuentra el elevado
número de parejas sexuales, las relaciones sin protección, la facilidad de
establecer contacto por Internet y el acceso a la pornografía.2 Respecto de
esto último cabe acotar que una comisión especial del Senado de Estados
Unidos, después de un estudio, llegó a la conclusión, entre otras cosas, de que se
producía un incremento de la actividad sexual luego de las primeras
exposiciones de material pornográfico.3

• Incita a la violencia sexual. Todos los ofensores sexuales tienen antecedentes


de consumo de pornografía.

• Es el camino hacia el pecado. Una mente saturada de pornografía buscará


vehiculizar de algún modo el deseo surgido por esas imágenes. Santidad no sólo
es dónde me encuentro, sino hacia dónde me dirijo.

• Es una puerta hacia la infidelidad. Pregúntese: “¿por qué puede querer un


hombre ver otras mujeres desnudas? ¿Por qué un hombre casado no puede
satisfacerse con su esposa?

• Tiende a producir adicción. Una de las más poderosas adicciones hoy en día
es la pornografía. Hace desear más y más, como el alcohol o las drogas. Nunca
es suficiente. La adicción paraliza la espiritualidad, pervierte la forma de ver el
mundo, deforma la vida social y destruye cualquier posibilidad de ser efectivos
en el ministerio.

3. El Chat es un medio peligroso sólo para los jóvenes ingenuos. Falso.

Sergio es programador y está casado con Zulma, una hermosa mujer de unos
treinta años de edad. Debido a su trabajo, Sergio está la mayor parte del día
fuera de su casa. Zulma, después de los quehaceres domésticos, pasa mucho
tiempo navegando por la Web. “Es una aventura fascinante”, dice, “siempre
hay algo para ver, siempre hay algo por comprar. Mi hobby favorito es
encontrar nuevos amigos. Es increíble lo que se puede hacer y la cantidad de
personas que se pueden conocer frente a una pantalla”. Ella ha sido siempre
precavida. Sabe de los riesgos al relacionarse con personas que no conoce, por
lo que nunca comparte información privada con ellos. Sin embargo, con Carlos
ha sido diferente. Un día apareció en la lista de contactos preguntando quién
estaba del otro lado. A Zulma le pareció simpática la manera de presentarse, y
respondió su invitación al diálogo. Comenzaron a enviarse mensajes. El tiempo
se encargó de hacer el resto. Zulma se vio envuelta en una relación emocional
sin saber cómo salir. Comenzó a conectarse a Internet luego de dejar a los
chicos en la escuela, sabiendo que Carlos estaría del otro lado de la
computadora. La relación se había tornado tan apasionante que, una vez,
Carlos le pidió que se conectara mientras ella disfrutaba de las vacaciones con
su familia. Al principio de la relación, Zulma pensó que no hacía nada malo, era
tan sólo un amigo con el que compartía algunas experiencias de vida. No fue
sino hasta la noche en que subió al micro que se dio cuenta de que algo malo
estaba sucediendo. Las cosas habían ido muy lejos. Por vez primera pensó que
su matrimonio estaba en peligro. Sin embargo, sin hacer caso a la razón, se dejó
llevar por la pasión y los sentimientos. Movida por la curiosidad viajó a las
sierras donde vivía su príncipe cibernético y, según ella, vivieron juntos un fin
de semana a toda pasión y adrenalina.

Zulma nunca imaginó las consecuencias nefastas de aquella aventura. Hoy, está
en medio de un litigio judicial de divorcio y separación de bienes. ¡Ah!, nos
olvidábamos de contarle, están disputándose muy duramente la custodia de sus
hijos.

Llamó tarde, muy tarde esa noche. Lloraba desconsolada. Su esposo de casi 60
años la engañaba con una desconocida. Sí, una mujer que él nunca había visto,
pero de la que decía estar enamorado. Para cuando ella se percató de la
situación, llevaban años manteniendo un “inocente” romance en la red.

Coincidencias iniciales que fueron forjando una amistad. Conforme pasaron los
meses las confidencias mutuas los llevaron a niveles de intimidad creciente.

Ahora están él y ella que, compartiendo cada día, parecen dos extraños y está la
otra, la que ninguno de los dos conoce, pero que los llevó al enfrentamiento.
“Voy a viajar para conocerla”, dijo él con tono ronco, y agregó: “Ella sólo
vendría si vos ya no existieras...”. ¡Qué desgarradora resultó esa frase, la que
en un momento se llevó más de su vida que el cáncer con el que luchó por años!

Él era un amigo en la red a 2.000 kilómetros de distancia. Ella, una mujer


casada y con dos hijos. Tras unos meses de “enamoramiento virtual”, viajó con
engaños para conocerlo y pasar una semana juntos, dejando preocupados a sus
familiares pues dijo que iría a ayudar a una amiga que había sufrido un
accidente. Pero, como la mentira tiene patas cortas, todo terminó con una crisis
matrimonial y el “otro”, el del Chat, totalmente “borrado”, porque sus
expectativas eran sólo pasajeras.

Una pareja inseparable: compartían el trabajo, la intimidad, las amistades.


Todo era de ambos, no había secretos aparentes. Pero, después de tantas
vivencias juntos, la abandonó. Es que de Centroamérica llegó ella para
“conocer” al hombre que había cautivado su corazón en el Chat. Él presentó
“su novia virtual” a su esposa e hijos, y dejándolos, se fue con ella.

Como era de suponer, después de un romance fugaz, aquello se diluyó a la


nada. Dos perfectos desconocidos que hicieron una elección de momento.

¿El hogar?... ¿Qué hogar? Los reproches y las peleas terminaron, en un intento
de reconciliación, con el poco amor que quedó sepultado bajo una montaña de
dolor, engaño y adulterio.

¿Una nueva manera de enamorarse? ¿Acaso la posibilidad de sentirse vivo y de


que la pasión de la juventud surja nuevamente dando la falsa impresión de que
los años no han pasado? ¿Una apuesta para evitar sentir que la vida se nos
escurre sin emociones? ¿Será que tememos vernos viejos y acabados, sin ser
deseados y esperados? ¿Es que no nos damos cuenta de que es imposible
enamorarse de alguien a quien no se conoce? En todo caso, nos enamoramos
más de nuestros propios ideales que de la otra persona, a la cual no conocemos.
¿Nadie imagina que esa ingenua relación puede desatar una catástrofe?

He aquí algunos peligros de las relaciones en el Chat:

- Principia como un inocente juego. Un pasatiempo. Una distracción. Calma


las ansiedades del día. Proporciona otra mirada a los problemas. Es un contacto
tan fugaz y etéreo como el espacio mismo, pero tan real como el almuerzo
diario. ¡Cuidado!, puede convertirse en una trampa mortal. Evite las
confidencias. No comparta su vida privada. No alimente ilusiones que pueden
llevarlo a decisiones peligrosas porque, aunque desconecte la computadora, sus
emociones seguirán enchufadas.
- No es patrimonio de jóvenes. Creer que navegan los solos y solas que buscan
amistad y compañía es incorrecto. El Chat no conoce límites de edad y permite
vivir sin timidez fantasías que no serían factibles de otro modo. Podemos ser
quien queramos y encontrar en el otro lo que deseamos. El Chat a veces roba
tiempo al trabajo o a las actividades diarias, pero, lo que es peor, lo quita a la
familia y al tiempo compartido con personas cercanas. Antes era sólo el
televisor, ahora la competencia se ha diversificado, y los medios de
comunicación nos han dejado mudos en nuestros propios hogares. ¿Está mal
chatear? No, en absoluto. Pero cuando se interpone con prioridades de nuestra
vida, entonces sí. También está mal cuando, chateando, distorsionamos la verdad
a fin de satisfacer nuestro ego o conseguir cierta respuesta del otro lado.

- Generalmente termina mal. Cuando la relación surge entre personas casadas,


habitualmente termina en rupturas matrimoniales, traiciones familiares, deudas
para pagar viajes de reconocimiento o cuentas telefónicas siderales. Es que nadie
supuso que esas pequeñas conversaciones los llevarían a una vida miserable y
triste, con cónyuges heridos y familias destruidas.

Construir una relación en el Chat es como mirar la belleza del mar al borde de un
barranco; tiene emoción, pero su riesgo es letal y, aunque no implique un
contacto físico, puede convertirse en un adulterio de las emociones. Recuerde, la
infidelidad no es sólo con quién se acuesta, sino a quién le miente.

4. La mujer tiene menos tentaciones sexuales que el hombre. Falso.

Suele creerse que el hombre es mucho más propenso a las aventuras sexuales
que la mujer, pero en toda relación ilícita, ¿no existe una dama implicada? En
realidad, la mujer lucha con las tentaciones sexuales tanto como el hombre.

La mayoría de las infidelidades que involucran a mujeres comprometidas


comienzan “inocentemente”: una relación de amistad en el trabajo, en el
vecindario, en el grupo de parejas amigas, que crece en proximidad y conexión
emocional. Un hombre atento y servicial y una mujer necesitada de valoración
son la mezcla perfecta para una relación en el ámbito extramarital.

La raíz del problema está en el propio matrimonio. Incontables parejas han


dejado que la familiaridad destruya la novedad y la cortesía. La excesiva
familiaridad provoca desprecio e irremisiblemente acarrea insatisfacción,
desinterés e indiferencia. Se tiende a respetar más al jefe, al vecino, al amigo que
al propio cónyuge. El trato interpersonal en la pareja, a menudo, es peyorativo y
bastardeado con palabras que jamás deberían mencionarse. Así resultan
totalmente entendibles, aunque de ningún modo justificables, los enredos
amorosos en busca de significación, amor, pasión, dulzura; alguna de ellas o
todas juntas.

A modo general se dice que los hombres dan amor para obtener relación
sexual, pero las mujeres dan relación sexual para obtener amor.

Para que una mujer sea menos propensa a tener aventuras sexuales fuera del
matrimonio, requiere tener satisfechas sus necesidades emocionales; sentir que
su esposo la ama, la valora, la aprecia y la necesita. “La conexión emocional es
el primer indicio de una aventura sexual. Una vez que la mujer ha comprometido
su corazón, en general, lo que sigue es su cuerpo”.4

5. La mujer tiene menos interés sexual que el hombre. Falso.

Ada se acercó para preguntar si sus mareos y náuseas podían relacionarse con
problemas hormonales propios de la edad. Había consultado a distintos
especialistas y nadie pudo descubrir la etiología de su mal que, llamativamente,
se asociaba con la actividad sexual. Cada vez que estaba con su esposo
aparecían síntomas que la llevaban a interrumpir por semanas, y aun meses, la
intimidad matrimonial. Manifestó que en cada encuentro disfrutaba y llegaba al
orgasmo, que no veía problemas con su performance sexual y que todo estaba
relativamente bien en la cama.

Empezamos a indagar en la relación marital fuera del dormitorio y allí estaba


la clave. Su esposo la trataba de manera despectiva. La llamaba “mujer de la
calle”, “mujer de mil hombres”, aunque había sido el único en la vida de ella.
Era celoso, posesivo e infiel. Juró muchas veces cambiar, pero nunca ocurrió.

Ada terminó su relato entre lágrimas, diciendo: “en realidad ya no lo quiero, no


lo deseo. Si no podemos vivir juntos en paz, prefiero que se vaya, pero él no
quiere…”. Si bien disfrutaba de la sexualidad, su propio cuerpo buscó una
manera de boicotear la intimidad.
Sin lugar a dudas, la manera en que los esposos se tratan fuera del dormitorio
repercutirá en la respuesta sexual. Por encima de las posibilidades físicas, de las
limitaciones por la edad y de los mil y un factores que pueden influir en el
resultado final de un encuentro, nada se compara con el modo de relacionarse en
otros ámbitos diferentes al sexual.

El factor emocional es determinante, no sólo a la hora de activar la respuesta


sexual con excitación y orgasmo, sino para mantener la práctica sexual en
equilibrio con el resto de la vida.

La falta de deseo sexual debe entenderse no como un problema de la mujer, o


eventualmente del hombre; debe abordarse como un problema de la pareja. En
otras palabras, el problema de uno es el problema de los dos y, a menos que
ambos estén interesados en la solución, no habrá cambios duraderos.

La ausencia de deseo de muchas mujeres se debe a un conflicto con sus esposos


(faltas de respeto, palabras ásperas, rencores reprimidos, desacuerdos profundos,
etc.) y no a una condición física subyacente o al mero hecho de ser mujer.

La fidelidad marital, las palabras amables, la comunicación sincera, el romance,


el flirteo y la dulzura son valores más preciosos que el oro o los dólares
invertidos para nuestro futuro. La mayoría de las personas que nos rodean
entrarán y saldrán de nuestras vidas, incluso nuestros hijos, mucho antes que
nuestro cónyuge, con el cual llegaremos juntos hasta la misma tumba. La Biblia
dice: “¡Ánimo!... puesto que Dios nos ha dado una corta vida en este mundo,
disfrutemos de cada momento con la persona amada”, Ecl. 9:9 VLA. Si no
comprendemos la naturaleza del abrazo matrimonial, nuestra vida estará
despojada de la alegría y el descanso que significa compartir las cargas de la
vida. Como dice María Ladi Londoño: “la energía involucrada en el placer y
armonía sexual nos genera fuerza para mover el mundo”.5 ¿Por qué vivir
empobrecidos por una actitud equivocada?

No desaproveche su vida. Pelee por lo mejor. Luche por ser feliz.

Comience hoy mismo orando por su matrimonio y la sexualidad en pareja.


Bendiga a su pareja y recuerde que un problema compartido es un medio
problema. No cargue con toda la responsabilidad usted solo.

Sincérese. No revoque su dolor, ni finja algo que no siente. Eso terminará


matando el amor. Busque la mejor manera de expresar a su cónyuge lo que está
sintiendo. Si lo estima necesario, pida ayuda a un consejero maduro o un
profesional en el área. No se resigne. No baje los brazos aceptando la amargura.
Recuerde que la sexualidad es para vivirla, no para sufrirla.

Finalmente, sazone todo con fe auténtica, que es el ingrediente secreto para un


buen matrimonio.

En el caso que relatamos, Ada le compartió a su esposo la intención que


teníamos nosotros de hablar con los dos, ya que la dificultad de la intimidad era
un problema compartido. Él, como era de suponer, se negó. Ella bajó la cabeza,
tragó su amargura y dejó que una lágrima más rodara por su mejilla para
perderse en un mar de silencio y resignación.

No permita que esto le ocurra. Cambie su historia. Sólo usted puede hacerlo.

6. Lo sexual afecta sólo al cuerpo y no al espíritu. Falso.

Mientras regresábamos a casa, en el automóvil, escuchamos un programa de


entretenimiento radial que se emitía desde la ciudad de Mar del Plata.
Entrevistaban a tres mujeres de distintas edades que, como amigas, compartían
las vacaciones juntas. Respondían con gracia y cierta picardía. Muy lúcidas y
divertidas. Para cerrar ese segmento del programa, el conductor les pidió que
cualquiera de ellas dijera una frase memorable. Rápidamente una contestó: “la
risa limpia el alma”. “¡Qué buena frase!”, replicó el conductor. “Sí”, agregó
otra, “ésa es nuestra frase favorita”. Y entre risas se escuchó: “como somos
muy pecadoras necesitamos muchas risas para limpiar el alma”.

Nos quedamos pensando. Presentaron el pecado como algo divertido y la risa


como remedio. De inmediato recordamos un segmento del libro de Mario
Benedetti, “La borra del café”, novela que se recomienda como lectura en los
colegios secundarios y en el Polimodal.6 Relata el debut sexual de Claudio, un
adolescente de 16 años que es ‘iniciado’ por Natalia, de 25. Ella estaba en pareja
con Quique, pero como ‘acto de solidaridad’, decidió iniciarlo para que se
desarrollara la hombría del chico. Como broche de oro, cataloga lo sucedido
como un acto de la voluntad de Dios. Trascribimos un fragmento: “Dios nos dejó
solitos. A Dios también le gusta que pequemos, siempre que lo hagamos con
alegría. Así nos puede perdonar alegremente. Además hay pecados horribles y
pecados lindísimos. El nuestro fue lindísimo, ¿no te parece?”.

Reflexionamos durante todo el viaje de regreso. El pecado como algo divertido;


la alegría como remedio. ¿Habrá algo más contradictorio? La Biblia dice que la
paga del pecado es la muerte, pero no es así como lo presentan los distintos
medios de comunicación.

¿Cuál es la verdad? Quizás usted tenga una opinión formada; pero, ¿y sus hijos?

De inmediato vinieron a nuestras mentes todos los lugares en los que tuvimos el
privilegio de ministrar y de la cantidad de personas que creyeron esta mentira y
dieron rienda suelta al momento, al sentimiento, a la pasión. Luego, cuando
retorna la calma, sólo quedan las culpas, los pensamientos de impureza, la
vergüenza secreta, las emociones contradictorias.

Detrás de toda realidad física siempre existe otra espiritual. Después de


aconsejar a miles de personas, estamos en condiciones de decirle que hemos
visto que no hay área que produzca tal grado de ligadura en las emociones y en
los recuerdos como la sexual. El goce o el displacer son sensaciones tan fuertes
que impregnan toda la existencia.

No podemos descuidarnos. Toda crisis en los pueblos comienza con un conflicto


moral. Que éste no sea el caso del pueblo de Dios. Aunque en cada época de la
historia ha habido ataques contra la integridad de la iglesia y de la familia, nunca
antes se ha difundido tan fuertemente la mentira del pecado como algo divertido
y la risa como remedio. ¿Será casual?

7. De un fracaso sentimental, uno nunca se recupera totalmente. Falso.

En la recepción de un hotel, una mucama se detuvo y me preguntó: “¿Es usted


el pastor Cinalli?”. “Sí”, contesté. “Necesito que ore por mi familia. Vivo sola
con mis hijos. Mi marido nos abandonó cuando yo estaba embarazada de
nuestro tercer bebé. He luchado sola para criarlos. Ayer me enteré de que mi
hija de 19 años está embarazada y su novio la abandonó. Estoy tan triste. He
revivido mi historia en la vida de mi hija. Ya no tengo fuerzas para seguir. Por
favor, ore por mí”.
En una conferencia radial, en los Estados Unidos, llamó al aire una mujer al
borde de la desesperación. Había recibido la descorazonadora noticia de que su
esposo había abusado por mucho tiempo de su propia hija. Después de años de
abuso, finalmente su hija se lo contó. El mundo a su alrededor se había
desplomado. La imagen de un esposo tierno y de un padre ejemplar se evaporó
en medio de un mar de ira y lágrimas.

Tristes historias que tocan las fibras más íntimas del ser. ¿Es posible una
recuperación absoluta después de experiencias negativas tan fuertes?

Si somos sinceros, deberemos reconocer que es algo sumamente difícil. Somos


el resultado de las vivencias de nuestro ayer. Las malas experiencias nos
condicionan desfavorablemente, eso es inevitable; pero no son nuestro fin.

Un desengaño en el área de la intimidad, por grande que sea, no nos convierte en


acabados.

El dolor por el ayer no debe ser el ancla que nos impida lograr un mejor mañana.
No permita que el dolor lo paralice. No admita ese fracaso como la ruina. En
otras palabras, no permita que su pasado decida su futuro. Comience a forjar una
actitud favorable frente a la vida e independiente de las frustraciones que haya
experimentado. Centrarse en los recuerdos dolorosos para sentir lástima de usted
mismo, aunque es humanamente normal, no es saludable.

Cuando el profeta Elías quedó atrapado en el pasado, el Señor lo buscó para


curar sus heridas y encomendarle una gran tarea. Secó sus lágrimas con su
presencia. Así promete hacer Dios con usted. Apocalipsis 21: 3b-4 dice: “Dios
mismo estará con su pueblo y enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”. A
Elías lo puso de cara hacia el futuro y de espalda a su pasado.

Coopere con Dios y saldrá beneficiado. Lo que ha sucedido ya es irrevocable.


Querer cambiar el pasado es como intentar atrapar una sombra: es imposible.

Lo mejor que puede hacer es decidir positivamente sobre su futuro. Eso sí es


sensato. Se requiere valor y firmeza, pero usted podrá porque cuenta con el Dios
de toda fuerza y poder. Zacarías 4:6 dice: “no con ejército, ni con fuerza, sino
con mi Espíritu, ha dicho el Señor”.
8. Amor y sexo es lo mismo. Falso.

Nuestra sociedad, al referirse a la intimidad sexual, lo hace en los términos de


hacer el amor. Pero tener sexo, ¿puede definirse siempre como hacer el amor?

La Biblia en 1ª Corintios 13 define al amor como la motivación máxima en lo


que hacemos. A la luz de esta definición, analicemos algunas situaciones
hipotéticas pero comunes:

• Si dos adolescentes o personas jóvenes tienen un romance; ella resulta


embarazada y él la abandona, ¿hicieron el amor? No, porque el amor
permanece.

• Si dos personas se apasionan y tienen un fugaz encuentro sexual siendo


amigos, compañeros de trabajo o amantes furtivos, ¿hicieron el amor? No,
porque el amor no hace nada indebido. Si no existe un compromiso, un pacto
de a dos, eso que se entrega es el cuerpo y el deseo, pero no la vida ni el futuro;
en definitiva, no se entrega la verdadera intimidad de la persona, que es lo que
eleva al sexo a la definición de hacer el amor.

• Si una persona casada se enreda con otra que no sea su pareja y tiene sexo,
¿hicieron el amor? No, porque el verdadero amor no se alegra en la mentira,
se alegra con la verdad.

• Si dos novios deciden no casarse pero sí compartir la cama, ¿hacen el amor?


No, porque quien quiere obtener un beneficio sin pagar el precio es un ladrón.
¿Cómo se definiría a quien quiere ver satisfecha su necesidad de intimidad sin
que le cueste demasiado? El verdadero amor no busca su propio interés.

• Si un matrimonio tiene problemas en la sexualidad y no les interesa


solucionarlos, ¿hacen el amor? No, porque el amor nos inspira a buscar el
supremo bien. Quien se niega a trabajar en su relación de pareja boicotea al
amor.

• Si un cónyuge ansía poseer, dominar o satisfacer su propio deseo sin entregarse


a un placer compartido, ¿hace el amor? No, porque el amor no se comporta
con rudeza.

Si hacer el amor es un ahora, aquí y como sea, y no puede extenderse en un para


toda la vida y en un para bien de la otra vida, entonces es una caricatura
grotesca del verdadero amor.

Un momento ameno

Un pastor y sus ovejas se hallaban al costado del camino. De pronto, pasa un


BMW reluciente con un muchacho adentro: camisa “Hugo Boss”, zapatillas
“Nike” importadas y un hermoso traje corte italiano. El auto se detiene, el joven
baja las ventallitas automáticas y le dice al pastor: “si adivino cuántas ovejas
tiene, ¿me regala una?”. El pastor, atónito por la propuesta del joven y mirando a
las ovejas pastando, dijo que sí. El muchacho volvió al auto, conectó la
computadora portátil, entró en una página de la NASA en Internet, observó la
superficie de la tierra desde el satélite, encuadró el área donde estaba parado el
rebaño, generó un banco de datos, unos 50 gráficos en Excel llenos de matrices y
determinantes y un reporte de 150 páginas impresas en su mini impresora
“Hightech”. Se dirigió hasta el pastor y le dijo: “usted tiene exactamente 1.343
ovejas pastando en este campo”. El pastor le respondió: “es verdad, usted acertó,
puede llevarse su oveja”. Entonces el muchacho fue a buscar su oveja y la puso
en la parte de atrás de su auto. Antes que se fuera, el pastor le dijo al muchacho:
“si yo adivino su profesión, ¿usted me devuelve la oveja?”. El muchacho le dijo
que sí. Entonces el pastor, rápidamente, le contestó: “usted es consultor, ¿no es
cierto?”. “Sí”, dijo el muchacho sorprendido. “¿Cómo adivinó?”. “Muy fácil”,
respondió el pastor. “Usted vino sin que yo lo llamara. Me cobra una oveja para
decirme lo que yo ya sabía. Y es obvio que no entiende nada de mi negocio, ya
que lo que agarró y puso en su baúl fue mi perro”.
LA LEY DE LA UNIDAD

“En la pista de baile, como en la vida,

uno es tan bueno como su pareja”.

Robin Marantz Hening

El matrimonio es una idea creativa y renovadora cuya finalidad es potenciar las


capacidades y agregar valor a sus integrantes. Es la mejor opción para una vida
feliz y saludable. El matrimonio establece una cercanía física y emocional única.
El lazo de unión entre los esposos es tan fuerte que supera todos los otros
vínculos, aun los más cercanos de madre y padre.

La creación del hombre y de la mujer para la unidad es un principio bíblico y


podemos aspirar al ideal de Dios con la ayuda de su Espíritu Santo.

La unidad sienta sus bases en el noviazgo, se destruye por el maltrato y se


asesina con el adulterio.

Todo empieza con el noviazgo


El matrimonio no es un reformatorio. Uno no se casa para corregir al otro. Si
alguien abriga la esperanza de que su pareja deje de beber, drogarse o de golpear
y agredir por el hecho de que se case, está en un problema muy serio. Por regla
general, lo malo tiende a acrecentarse después de la ceremonia.

Las razones más frecuentes por las que el matrimonio fracasa son:

1. Elección equivocada.
De todos los factores que influyen en el éxito de una relación, el más importante
radica en una elección satisfactoria. Muchas cosas podrán mejorar un
matrimonio, pero ninguna sustituirá la buena elección. Elegir correctamente
es el elemento más importante para un matrimonio feliz. Hará la vida mucho
más cómoda y placentera. La elección determinará el nivel de éxito o de fracaso.

El secreto para un matrimonio que funciona es la similitud. Cuanto mayor sea la


compatibilidad entre dos personas, mayor el grado de satisfacción. En
contraposición, cuanto menos puntos en común tengan, más difícil será la
convivencia. En otras palabras, deberán trabajar más para tener una relación
armónica.

De todas las recomendaciones que podemos darle, hay una que es


imprescindible: la compatibilidad de carácter. Se refiere a los valores
fundamentales de la vida. El libro de Proverbios resalta vez tras vez la
importancia de un carácter moral sano. Si usted es íntegro y la otra persona
mentirosa y falsa, no habrá comunión duradera. Si usted es proactivo, diligente
en su trabajo, pero su pareja perezosa, surgirán dificultades. Si usted cumple su
palabra, pero su pareja rompe el pacto cada vez que tenga ganas, eso le romperá
el corazón. No hablamos de distintos puntos de vista en cosas secundarias,
estamos hablando de actitudes centrales que direccionan la vida.

Yanina es una chica preciosa. Ama a Dios. Está llena de energía y vive alegre
todo el día. Su sueño es conocer a un hombre en el que pueda confiar, formar
una familia y juntos servir a Dios.

A pesar de que se crió en un hogar con golpes, mentiras, relaciones ilícitas y


bebés que su padre reconocía como hijos suyos en la misma ciudad y en otras
vecinas, ella no dejó que la forma de vida de su casa le robara el sueño por un
ideal diferente.

Tiempo atrás nos presentó a su novio. Fijaron fecha para casarse. Poco antes
de la ceremonia, apareció una antigua novia de su prometido. Le trajo un e-mail
en el que hablaban de las posiciones sexuales en que harían el amor esa
semana.

Ella no lo creyó posible. Juan, su novio, estaba involucrado en la iglesia y


asistía a un instituto bíblico de formación ministerial. Cuando lo confrontó,
reconoció que todo era verdad. Yanina le recriminó: “lo único que te pedí fue
que no me mintieras”.

Mes a mes Juan la besaba, la miraba tiernamente y juntos preparaban los


detalles de la boda; mientras tanto, él mantenía un romance paralelo.

Yanina estaba dispuesta a perdonarlo, hasta que reflexionó en la compatibilidad


del carácter.

“Si me enfermera, si estuviera embarazada, ¿se iría con otra?” Sola contestó:
“es muy probable. Si me lo hizo siendo novia, ¿qué no me hará cuando esté
casada?”.

Decidió soltar su amor. Rehusó renunciar a su sueño.

2. Casamiento demasiado rápido.

Someta la relación de pareja a la prueba del tiempo. Avance lentamente hacia el


matrimonio. Tiene muy poco que perder y, en cambio, mucho que ganar si
desarrolla la relación de manera pausada a lo largo de un lapso prolongado.

Karina cumplió 30 años. Nunca tuvo novio. Oportunidades no le faltaron, pero


siempre pospuso formalizar una pareja, primero por su familia, luego por su
carrera y, finalmente, por el deseo de emanciparse económicamente. Ahora, a
los 30, quiere encontrar un esposo. Casarse se convirtió en una obsesión. Unos
meses atrás, pasaba las noches enteras detrás de la pantalla de la computadora
buscando un candidato en la Web. En uno de esos contactos, conoció a un joven
que vivía en el extranjero. Comenzaron a “chatearse”. Mensaje va, mensaje
viene, fueron haciéndose cada vez más íntimos a la distancia. El romanticismo
brotó espontáneamente. Se hicieron promesas mutuas, anhelando el momento de
encontrarse cara a cara. Con ese incentivo, ella mejoró su aspecto físico y bajó
10 kilos. Aunque sus amigas le advirtieron de los peligros de una relación
ficticia (construida sólo por Internet), ellos avanzaron hasta decidir un
casamiento rápido. Jamás se habían visto. Se conocían sólo a través de letras
que se intercambiaban en la computadora. Un día, Karina comentó que se iba a
casar con su enamorado del Chat. Tanto ella, como su “novio” habían
generado expectativas irreales en el deseo de escapar de la soledad y el
matrimonio parecía una idea fantástica. Todo terminó como era de esperarse.
La relación murió y ella se deprimió por meses.

Hay personas que, por querer dejar atrás su soledad, sus fracasos amorosos
anteriores, sus conflictos familiares o sus sentimientos de rechazo hacia una ex
pareja, arriesgan su futuro.

Muchas personas que viven situaciones actuales que les provocan angustia,
miran el matrimonio como un escape eficaz; sin saber que bajo esa perspectiva
el casamiento no es un atajo para resolver problemas personales sino que, a poco
de comenzado, se convertirá en otro problema.

Casarse apurado o desesperado podría ser fatal. Nuestra cultura latina es


machista. La mujer sólo se realiza si se casa y cría hijos, mientras que el hombre
puede desarrollarse en muchos aspectos sin que sea la familia su aspiración
máxima. De ahí que un hombre a los treinta años puede ser “un buen candidato”,
mientras que una mujer, a la misma edad, es una “solterona despechada”. Si ella
cruzó la barrera de los 25 y todavía no se casó, comienza a recibir presiones:
“¿qué pasa contigo, querida? ¿Cuándo te vas a casar? ¿No quieres formar una
familia?” A medida que pasan los años, ella va rebajando sus expectativas.
Aunque su ideal de amor se parecía más a un “Leonardo Di Caprio ungido”,
ahora termina conformándose con lo que tiene a mano. Como dijo un predicador,
para las mujeres hay un versículo lema según la edad:

- Entre los 15 y los 20: “muchos son los llamados y pocos los escogidos”.

- Entre los 20 y los 25: “examinadlos a todos y retened los buenos”.

- Entre los 25 y los 30: “venid a mí todos los cansados y trabajados que yo os
haré descansar”.

- Después de los 30: “el que a mí viene, no le echo fuera”.

- Después de los 40: “caerán mil a mi diestra y diez mil a mi izquierda y a mí


nadie me tocará”.

Emprender un matrimonio por desesperación, es la equivocación más grande de


la vida. Es un suicidio en el plano afectivo. A menos que ocurra un milagro, el
estar en pareja no agregará valor a su vida, ni le otorgará aceptación social. En
definitiva, una relación iniciada por desesperación jamás hará feliz en forma
perdurable a ninguno de los dos. Como dijo Neil Clark Warren: “es mucho más
fácil entrar en una relación afectiva, que convivir por años en una que no
satisface”.1

3. La inmadurez.

La Biblia guarda silencio acerca de la edad para casarse, así como de la


diferencia de años que debe existir entre los esposos. El hecho corriente de que
el hombre sea mayor que la mujer parece deberse a un mandato cultural más que
a un factor biológico, dado que la longevidad femenina es mayor que la
masculina.

Formar una pareja y constituir una nueva familia, no es cuestión de edad sino
de madurez. Hay personas de 40 años que no han podido cortar los lazos
emocionales con sus padres; y hay jóvenes de tan sólo 20, que ya están listos
para afrontar un compromiso tan importante como puede ser el casamiento.

¿Cómo saber si una persona es madura?

Algunas características:

a. Ha desarrollado su propia identidad. Sabe quién es y qué quiere. Se conoce


a sí mismo y tiene un buen concepto de sí. Reconoce sus valores y convicciones
propias. Las personas inmaduras pasan todo el tiempo compartiendo
superficialidades.

b. Ha marcado un rumbo para su vida. Conoce sus metas. Quien no ha hecho


planes para el futuro, ¿cómo podrá elegir a una persona compatible?

c. Se ha independizado emocionalmente de sus padres. Los aprecia y tiene


una buena relación con ellos, a la vez que muestra capacidad para tomar
decisiones personales.

4. No conocerse lo suficiente.

Rubén y Sandra se conocieron en Buenos Aires mientras él ocupaba un puesto


jerárquico en una empresa multinacional. Salieron por algunas semanas hasta
que él fue trasladado al interior. Sandra continuó cursando sus últimos meses de
la escuela secundaria. Se escribieron innumerables cartas y se vieron varias
veces en ese año. En las vacaciones, Sandra lo visitó en su ciudad, estuvieron
juntos de nuevo e hicieron planes para casarse. Ambos estaban persuadidos de
que se conocían lo suficiente y que no había por qué esperar. Rubén descansaba
en el hecho de que ella era una chica espiritual y activa en su iglesia. Sandra
confiaba en sus sentimientos amorosos hacia él. Estaba impactada. Rubén
llenaba sus expectativas, era su ideal. Flotaba en un éxtasis profundo. Estaba
ciegamente enamorada. La ceremonia fue bellísima y aunque parecía una
historia de la realeza, de nada sirvió para mantenerlos juntos. No superaron la
prueba del tiempo. Se esfumó el enamoramiento inicial y todo acabó. El final de
esta historia fue demasiado previsible: a pocos meses de casados, ella lo
abandonó por otro hombre del cual decía estar enamorada.

Noviazgos a la distancia; visitas esporádicas; decisiones apresuradas. Una


combinación explosiva para el fracaso. Estar enamorado no es suficiente. Usted
debe conocer bien a la persona con la que desea compartir su futuro. No emplee
su noviazgo sólo para preparar los detalles de la boda. Use el tiempo sabiamente.
La Biblia nos alerta a no equivocarnos a la hora de elegir la pareja. Dios no
quiere que nuestros años se consuman en dolor y sufrimiento. Todo esto se
evitará si toma tiempo suficiente para descubrir cómo es la persona con la que
piensa casarse. Comprometerse sin haber compartido experiencias de vida
juntos, sin haber enfrentado conflictos o situaciones difíciles, sin estar al tanto de
los anhelos vocacionales de la pareja y de sus proyectos para el futuro, sin
observar cómo se relaciona y cómo reacciona, es una buena fórmula sólo para el
desastre.

5. Falta de preparación.

Es más sencillo contraer matrimonio que ser recolector de residuos. Para ser
basurero hay que tomar un cursillo de dos semanas, mientras que los
enamorados no toman tiempo para aprender lo que implica el matrimonio. Lea
algún libro con su pareja. Converse con él o ella acerca del futuro, de qué tipo de
matrimonio desean, cómo lidiarán con los problemas, manejarán las finanzas o
como buscarán soluciones cuando no logren llegar a un acuerdo. Oren juntos,
busquen la dirección de Dios y el consejo de personas maduras. No desperdicien
las observaciones de los que ven de cerca la relación: padres y amigos. No se
muevan únicamente por la emoción, también usen el sentido común.

6. Violencia.

UNICEF afirma que al menos una de cada cuatro familias padece maltrato
físico, emocional o sexual.2 Algunas personas tienen el “complejo mesiánico”.
Creen que el amor que ellas prodiguen transformará a una persona violenta e
irascible en dulce y apacible. ¡Mentira! La violencia es una conducta aprendida,
elegida y sostenida en el tiempo. Es una elección voluntaria y pensada, ¿por qué
se elige golpear a la esposa y a los hijos y no al jefe o al vecino? Si alguien es
violento en el noviazgo no busque razones en la niñez, no justifique sus
arrebatos y ni piense que su amor quitará la violencia; más bien la convertirá a
usted en víctima de su ingenuidad.

Marisa nació en un hogar cristiano. Recibió amor, cariño y una buena


educación. Al cumplir los 18 años, comenzó a salir con un chico un poco mayor
que ella. Aunque sus padres le advirtieron de ciertos comportamientos pocos
saludables, Marisa no tomó en cuenta tales consejos y terminó cometiendo dos
errores: casarse con un hombre no creyente y, al mismo tiempo, golpeador.
Hoy tiene 3 hijas preciosas. La conducta repetitiva y violenta de aquel hombre
se acentuó con los años. Quien maltrata a su novia en el noviazgo, lo hará
aun más en el matrimonio.

7. Persona vaga e irresponsable.

Dios siempre llama a su servicio a personas ocupadas, nunca a vagos. Jesús


mismo dijo: “mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. El trabajo es una
bendición y el mostrar diligencia es una marca del carácter cristiano. La
holgazanería y la indisciplina son condenadas en la Biblia. Proverbios dice:
“perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?...un poco de sueño, un poco de
dormitar... así vendrá tu necesidad como caminante y tu pobreza como hombre
armado...”, Proverbios 6:9-11. Si alguien sistemáticamente no consigue trabajo
o tiene problemas en el área laboral, no espere que cuando se case vaya a
convertirse en emprendedor, proveedor o responsable. El matrimonio no tiene
ese poder y su cariño tampoco.
8. Ausencia de atracción física.

El comienzo del noviazgo significa algo especial. Existe una euforia anormal.
Cada uno está emocionalmente obsesionado con el otro. Un buen matrimonio es
difícil sin la emoción y atracción que surgen del enamoramiento. Ahora bien, es
posible que esa subida emocional profunda llamada enamoramiento no haya
existido al comienzo de una relación entre un hombre y una mujer. Hay muchos
matrimonios que nacieron simplemente con una amistad. No existieron
sentimientos apasionados, salvajes y descontrolados al principio de la relación,
pero sí se fueron gestando gradualmente a medida que la relación crecía. El
enamoramiento produce atracción física, indispensable para un matrimonio con
futuro. No puede funcionar una pareja en la que sus integrantes no se deseen
físicamente; no deseen abrazarse, besarse y expresarse sexualmente.

9. Genética espiritual diferente.

Fabiola se había puesto de novia con un joven del barrio, no creyente. Ella tenía
una meta, convertirlo para luego casarse. Por otra parte, no tenía otra opción.
Ella sabía las reglas de su iglesia, para recibir la bendición era indispensable
tener un novio bautizado. Lo intentó todo. Oraba y ayunaba por él dos veces a
la semana, lo llevó a empujones a la iglesia, arregló una cita para que
conversara con el pastor, lo llevó a una campaña evangelística con Annacondia.
El muchacho permanecía indiferente. Cambió su estrategia. Lo amenazó con
abandonarlo si no se convertía a Dios. Aquel muchacho la deseaba con locura y
en lo más íntimo de su corazón estaba dispuesto a hacer cualquier concesión
que fuera necesaria para no perderla. Por lo tanto, fue a la iglesia, simuló una
conversión levantando la mano cuando el predicador hizo el llamado y luego fue
bautizado. El día del casamiento fue la última vez que entró en una iglesia
evangélica. Pasaron 10 años; en medio de una profunda depresión de Fabiola y
un matrimonio en ruinas, aquel muchacho se convirtió de corazón a Dios; sin
embargo, ella siempre recuerda: “fueron los diez peores años de mi vida”.

“No se unan en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”, 2ª
Corintios 6:14. En otras palabras, noviazgos desiguales, matrimonios
fracasados.

En los tiempos bíblicos los campesinos ponían yugo a pares de animales para
que juntos araran la tierra. Obviamente, los animales debían caminar en la
misma dirección y tener aproximadamente el mismo tamaño y fuerza para que
funcionara la yunta.

Unirse en yugo desigual es como querer ayuntar a un elefante con un ratoncito,


¡imposible!

Algunas personas no dimensionan el valor de compartir la vida espiritual hasta


que están casados; entonces, ya es tarde. Una mujer nos relató que, omitiendo
todos los consejos, se casó con un maravilloso hombre, pero incrédulo. Después
de años de casados, su relación se ha deteriorado tanto que sólo queda dolor. No
pueden compartir cosas importantes, ella ha crecido en el Señor, él ha
endurecido más su corazón. Con lágrimas cuenta que cuando acuesta a los niños
y ora por ellos, él se burla. Sabe que, en la adolescencia, probablemente sus
hijos, motivados por la conducta de su padre, terminen burlándose también.

Piense en su futuro, ¿cómo hará para convivir con alguien que no entiende lo
más importante de su vida? Usted ha sido hecho hijo de Dios, tiene una
eternidad por delante y un vivo deseo de agradar al Señor. ¿Cómo podría
compartir un futuro con alguien que mira con indiferencia aquello por lo cual
usted lo daría todo?

Un ejemplo bíblico desafortunado de yugo desigual es el de Sansón, quien buscó


esposa entre las mujeres filisteas, en con-tra de la voluntad de Dios y del consejo
de sus padres, Jueces 14:3. Esta decisión atrajo terribles tormentas en su vida:

- Una luna de miel desastrosa. Jueces 14:17 dice que su esposa lloró los siete
días del banquete de su boda. Si ella lloró, Sansón seguramente no disfrutó.

- Un rápido divorcio con un final inesperado. Jueces 14:20 dice que su esposa
fue dada en matrimonio a un amigo suyo.

Sin embargo, las consecuencias más graves en la vida de Sansón vinieron por no
aprender de esa experiencia. En su segunda relación, también desigual, los
problemas fueron más graves. Sansón fue traicionado y entregado por su propia
esposa Dalila, Jueces 16:18-19. Perdió la familia, la libertad, los ojos y hasta la
vida.

Sansón estaba destinado a ser un libertador y terminó siendo esclavo. Nunca


pudo alcanzar su destino y el propósito que Dios tenía para él. ¡Sansón pagó
un precio demasiado alto por sus decisiones equivocadas!

10. Para agradar a los padres.

Los padres ejercen tremenda influencia en las decisiones de sus hijos.

Anécdota personal de José Luis: “cuando yo era adolescente soñaba con la


posibilidad de ser periodista deportivo, más exactamente relator de fútbol. Me
encerraba en la habitación y simulaba estar narrando las secuencias de un partido
en el que mi equipo favorito, Rosario Central, ganaba por goleada. Soñaba con
estar en los más grandes estadios del mundo relatando los partidos de nuestra
selección nacional. Pero a la hora de ingresar en la Universidad no pude resistir a
la idea de que defraudaría a mi madre, quién deseaba verme transformado en un
abogado. Torcí el destino de mi vida en el afán de complacerla y terminé
convirtiéndome en un abogado. Ése es el problema de muchos padres que
proyectan en sus hijos lo que ellos mismos nunca pudieron lograr”.

Como no queremos ser rechazados, muchas veces tomamos decisiones tratando


de complacer las expectativas de otros.

Como dijo Neil Clark Warren: “Los padres desean que sus hijos sean felices.
Pero a veces los padres desean que los hijos los hagan felices a ellos. Aunque
usted vivirá con su cónyuge a través de los años, muchas veces desean que se les
permita a ellos tomar la decisión”.3 No estamos haciendo una apología de sus
derechos para que se rebele contra sus padres. Pero usted es quien debe tomar la
decisión, libre de toda presión. No permita que nadie elija la persona con la
que tendrá que acostarse cada noche por el resto de su vida. No importa a
quién le duela o no le agrade. Al fin de cuentas, está en juego su felicidad.
Recuerde que usted es quien forja su destino.
Consejos prácticos en relación con los padres

El matrimonio es el inicio de una nueva familia y es la relación más importante a


la que se deben ambos cónyuges. El vínculo matrimonial se diferencia de
cualquier otro parentesco. Por ello, es necesario establecer una nueva manera de
relacionarse con los padres. Esto implica:

a. Que los padres no se entrometan en la nueva relación, aun cuando


manifiesten que lo hacen de “buena onda” y “por el bien de la pareja”.

b. Que la nueva pareja viva sola. Una de las peores decisiones que puede
tomar es vivir en casa de los padres o suegros. Si no tiene casa, alquilar no será
un gasto sino una inversión, créalo. La separación física, emocional y económica
de los padres es un principio provechoso para tener en cuenta.

c. Que cada integrante del matrimonio sea emocionalmente independiente


de sus progenitores. Muchos matrimonios sufren, ya que uno de los esposos
sigue rindiendo cuentas a sus padres y buscando la aprobación en lo que hace. El
otro cónyuge siente que, en lugar de casarse con una persona, lo ha hecho con
toda la familia.

Un momento ameno

Curso de formación para maridos perfectos.

Objetivo pedagógico: desarrollar el potencial dormido en cada hombre a causa


de la costumbre.

Programa de tres módulos

Módulo 1: Cursado obligatorio.

Tema 1: Aprender a vivir sin su madre (2000 horas).

Tema 2: Entender: “mi esposa no es mi madre” (500 horas).


Tema 3: Comprender que el fútbol es un deporte y que quedar fuera del mundial
no es la muerte (1000 horas).

Módulo 2: Conocimientos elementales.

Tema 1: Cómo tener niños sin volverse celoso (50 horas).

Tema 2: Cómo orinar dentro del inodoro (200 horas). Ejercicios prácticos en
vídeo.

Tema 3: Cómo sobrevivir a un resfrío sin agonizar (50 hs.).

Módulo 3: Conocimientos avanzados.

Dado que requerirán suma concentración, los cursos tendrán un máximo de 5


inscriptos.

Tema 1: Cómo planchar una camisa en menos de dos horas. Ejercicios prácticos.

Tema 2: Avances científicos: ayudar con las tareas del hogar no provoca
impotencia ni parálisis cerebral.

Tema 3: Paso a paso para bajar la tapa del inodoro. Teleconferencia con la
Universidad de Harvard.

Tema 4: Aprenda cómo permanecer en el asiento del pasajero sin hablar o


agitarse convulsivamente mientras su esposa maneja o estaciona.

Tema 5: Descubra cómo llegan los platos hasta la pileta; ¿levitan solos?
Ejercicios dirigidos por David Copperfield.

Abierta la inscripción.
LA LEY DE LA LIBERTAD

“La disciplina sin libertad es tiranía;

la libertad sin disciplina es caos”.

Cullen Hightower

Introducción

Dos son los lugares donde debería hablarse de sexualidad con libertad y sin
prejuicios: el hogar y la iglesia. Paradójicamente, son los dos lugares donde “de
eso no se habla”.

En materia sexual es indiscutible la gran confusión que existe. Por un lado, la


religión parece decir: “no lo hagas”; por otro lado las escuelas, guardan silencio
y, finalmente, los medios de comunicación masiva, la exaltan desmedidamente.
Revistas, películas, programas de TV, canciones y amigos parecen gritar:
“hazlo”, como si la libertad fuera suficiente y el deseo lo justificara todo.

En este apartado hablaremos de la libertad en materia sexual, que consiste en


tomar decisiones responsables; no bajo presión ni por obligación, ya que la
verdadera libertad consiste en tomar cada decisión por convicción personal.
Anexo C.

La historia de José
1. José actuó conforme a sus convicciones y no a su conveniencia, Génesis
39:12.

Las convicciones determinan nuestro comportamiento. La forma en la que nos


comportamos es un reflejo de los valores que creemos. En otras palabras, lo que
usted es determina lo que usted hace. Jaime Barylko dijo: “los valores son como
el agua de los peces en el mar o en el río. Están sobreentendidos. No se
reflexionan, no se piensan. Cuando están, funcionan. Valor es algo que funciona,
que te moviliza… Hacemos algo porque en ese hacer hay involucrado un valor.
Y si ése es un valor superior, sacrificamos por él valores inferiores… Y no
pensamos. Actuamos. El valor empuja, impulsa”.1 El fuego de la tentación probó
que para José el valor de la santidad y el amor a Dios eran más fuertes que la
pasión o el deseo de desahogo sexual. Si usted quiere saber qué cree una
persona, observe cómo se comporta. A. Carnegie dijo: “a medida que me
pongo más viejo, presto menos atención a lo que los hombres dicen. Sólo miro lo
que hacen”.2

2. José actuó por amor a Dios y no por amor a sí mismo, Génesis 39:10.

La descarada esposa de Potifar acosaba a José, vez tras vez, con propuestas e
insinuaciones sexuales. Él soportó el martirio a fuego lento de sus seducciones.
Finalmente, llegó un día en que ella lo planeó todo. Despidió la servidumbre del
palacio y esperó sola por él. José, como de costumbre, vino a trabajar sin saber
lo que le esperaba. Siendo joven, solo y extranjero, bien pudo “aprovechar” la
situación; pero renunció a causa del temor a Dios: “... ¿cómo, pues, haría yo este
grande mal, y pecaría contra Dios?”, Génesis 39:9. Conocía qué agradaba a
Dios y evitó pecar. Necesitó valentía y una profunda convicción de temor a Dios
para resistir a tal embate y a tal presión.

José estuvo dispuesto a hacer lo bueno independientemente de lo que costara:


eso es carácter. Liderar con carácter no consiste en hacer lo bueno a fin de
evitar las consecuencias. Los líderes a quienes vale la pena seguir hacen lo
bueno porque es lo bueno. “Hay que tener en cuenta que la inteligencia y el
conocimiento, como la fuerza y la destreza física, son bienes de consumo. Se
compran y se venden. Es posible contratarlos por horas o por año. Lo único que
no está a la venta en el mundo es el carácter”, Antonian Scalia.3 ¡Aspire a ser
una persona de carácter y será digno de que otros lo sigan! El hecho de que
la gente decida seguirlo no necesariamente es un indicativo de que merezca
que lo sigan. Andy Stanley dice: “existe una diferencia entre tener seguidores y
ser digno de seguirse. Siempre existe la tentación de mirar a alguien y calcular la
cantidad de bendición de Dios sobre su vida, basándose en el número de
personas que han decidido seguirlo. Entonces, si los números cuentan toda la
historia, ¡tendríamos que dar por hecho que Dios le quitó su bendición a Jesús al
final de su ministerio! Durante las semanas previas a su crucifixión comenzaron
a desvanecerse las multitudes. Al final sólo quedaba un puñado de hombres y
mujeres fieles que se atrevieron a asociarse con él. Los seguidores no son un
indicador exacto de si uno merece que lo sigan o no”.4 Su carisma le abrirá
puertas, pero su carácter determinará el resultado una vez que se abran
esas puertas.

El carisma de una persona nunca puede reemplazar el carácter. Sansón es un


ejemplo evidente de un hombre que tenía un llamado de Dios en su vida, además
de un poder espiritual poco usual. Sin embargo, su falta de integridad y santidad
lo arrastraron a la ruina, perdiendo primero sus ojos y finalmente su vida. Su
falta de fortaleza moral produjo su caída. Sergio Scataglini dice: “de Sansón
aprendemos que las capacidades físicas y espirituales impresionantes no
reemplazan a la integridad interior”.5

La gente perdonará errores ocasionales relacionados con la capacidad,


especialmente si son conscientes de que usted es un líder en proceso de
crecimiento. Pero no confiarán en un individuo con fallas en el carácter.

El general Norman Schwarzkop señala la importancia del carácter: “el liderazgo


es una potente combinación de estrategia y carácter. Pero si usted debe
prescindir de uno de los dos, prescinda de la estrategia. El carácter y la
credibilidad relacionados con el liderazgo siempre van de la mano”.6

John Maxwell, en su libro Las 21 cualidades indispensables de un líder, narra la


siguiente ilustración: un hombre llevó a su pequeña hija a un parque de
diversiones y ella inmediatamente corrió a un quiosco y pidió golosinas. Cuando
el vendedor le entregó una bolsa llena de caramelos, el padre le preguntó:
“cariño, ¿estás segura de que puedes comértelos todos?”. “No te preocupes,
papá”, respondió ella. “Soy mucho más grande por dentro que por fuera”.7
Eso es lo que el verdadero carácter es; más grande por dentro.

3. José actuó conforme a su libertad interior y no a su esclavitud exterior,


Génesis 39:7-9.
José tenía suficientes motivos para estar dolido y amargado. Vendido por sus
hermanos; tratado injustamente por los traficantes de esclavos; acosado por la
esposa de Potifar y olvidado por los prisioneros liberados de la cárcel. Lejos de
volverse una persona resentida, decidió ser íntegro y perdonar. Aunque era
esclavo, no dejó que esa situación lo limitara, sino que actuó como un hombre
verdaderamente libre.

El pasado suele ser para muchas personas una de las barreras más difíciles de
atravesar. Nunca conquistan nada, nunca logran nada, nunca llegan a ninguna
parte, sólo porque no se deciden a poner punto final a su pasado. El pueblo de
Israel fue sacado de Egipto para ser llevado a la tierra prometida. El viaje duraba
once días, pero ellos dieron vueltas en el desierto cuarenta años antes de llegar.
¿Por qué? Simplemente porque permanecieron anclados al pasado. Aunque
físicamente eran libres, mentalmente nunca dejaron de ser esclavos.

No permita que su “ayer” decida su “mañana”. Sin importar lo que usted haya
pasado, sin importar la cantidad de veces que haya sufrido retrasos o quién o qué
haya querido impedir su progreso, hoy es un nuevo día y Dios quiere hacer algo
nuevo en su vida. Joel Osteen dice: “posiblemente usted haya vivido una
situación de abuso en la que alguien lo trató mal, alguien no lo tomó en cuenta o
alguien le hizo gran daño. Por favor, no inhiba el gran futuro que Dios tiene
para usted al reflexionar demasiado sobre el dolor de su pasado. Dios
promete que nos dará “en lugar de nuestra deshonra… doble honra”, Isaías
61:7. Eso quiere decir que, si usted se mantiene con la actitud correcta, Dios le
pagará doble por su desdicha. Él sumará toda la injusticia, todo el dolor y
sufrimiento causado por otras personas y le pagará con el doble de gozo, paz y
alegría”.8

Había una vez dos hermanos criados en el mismo hogar, cercanos entre ellos,
pero muy distintos el uno al otro. Habían compartido la dura experiencia de
crecer junto a un padre alcohólico, autoritario e irresponsable, el cual estuvo
varias veces en la cárcel.

El hermano mayor se convirtió en alcohólico, dejó la escuela y se casó.


Frecuentemente maltrataba a su familia, apenas trabajaba y en repetidas
ocasiones tuvo problemas con la policía. Cuando en una ocasión le preguntaron
por qué actuaba de esa manera, él contestó: “con un padre y una infancia como
la que tuve, ¿cómo podría ser diferente?”.

El hermano menor, a pesar de los problemas y dificultades, nunca dejó de


estudiar, se casó y se convirtió en un atento esposo y en un buen padre. Era
también un empresario exitoso que aportaba mucho a su comunidad. Un día, en
una entrevista, le preguntaron a qué atribuía el éxito que en su vida había
tenido, y respondió: “con un padre y una infancia como la que tuve, ¿cómo no
ser diferente?”. Lo que vale no es su herencia, sino cómo decide usarla.

Aceptar lo que nos sucedió en el pasado no es una lección fácil de aprender. Lo


que determina nuestro modo de sentir es cómo reaccionamos ante las
circunstancias. Jesús dijo que el reino de los cielos estaba dentro de nosotros. Y
también se halla dentro de nosotros el reino de los infiernos.

Si nos rebelamos y damos cabezazos contra la pared, no cambiaremos lo


inevitable, pero cambiaremos nosotros. Lo sé por propia experiencia. En una
ocasión me negué a aceptar una situación inevitable que me sobrevino. Me hice
el tonto y me rebelé. Convertí mis noches en infiernos de insomnio. Traje sobre
mí todo lo que no quería. Finalmente, después de torturarme durante un año,
tuve que aceptar lo que desde un principio sabía que no podía ser remediado.

Dale Carnegie, en su libro Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la


vida, nos recuerda: “nunca vi a un caballo enfurecerse por el pasto que se estaba
quemando a causa de la sequía o porque hacía frío. Los animales encaran la
noche, las tormentas y el hambre calmosamente. Tal es la razón de que nunca
tengan derrumbes nerviosos o úlceras de estómago. Y nunca se vuelven locos”.9

¿Estamos sugiriendo que debemos aceptar con simple sumisión todas las
adversidades? No, eso sería excesivo. Sería un mero fatalismo. Mientras exista
una posibilidad de superar una situación, luchemos. Pero cuando el sentido
común nos diga que estamos ante algo que es así, que no puede ser de otro
modo, no nos empeñemos, en nombre de la cordura, en mirar hacia todos lados
en busca de lo que no existe.

Una vez más: siempre habrá tormentas inevitables en la vida; la elección es


aceptarlas o resistirlas.

Los bosques patagónicos de hojas perennes en el sur de la Argentina han


aprendido sabiduría con el transcurso de los años. Si usted viaja en invierno
podrá verlos inclinados por las toneladas de nieve sobre ellos, a punto tal que sus
copas casi tocan el suelo. Ellos han aprendido a inclinarse y cooperar con lo
inevitable.

Los maestros de la china enseñan a sus alumnos a doblarse como un “sauce” y a


no “resistir como un roble”. ¿Por qué cree que los neumáticos de los automóviles
resisten tanto castigo en las carreteras? En un principio, los fabricantes trataron
de hacer neumáticos que resistieran los golpes del camino. Después hicieron
gomas que absorbían estos golpes y podían “soportarlos”. Usted y yo duraremos
más y caminaremos mejor si aprendemos a absorber los golpes y sacudidas a lo
largo del pedregoso camino de la vida. ¿Qué sucedería si resistiéramos los
golpes de la vida en lugar de absorberlos? ¿Qué sucedería si nos negásemos a
doblarnos como un sauce e insistimos en resistir como un roble?

Es posible que usted esté viviendo con herencias negativas de su familia por dos
o más generaciones. El alcoholismo, la drogadicción, la pobreza, la violencia, la
depresión, el enojo, la baja autoestima, los celos, el abuso; cualquiera que sea el
problema, la buena noticia es que usted tiene la oportunidad de romper ese ciclo
dañino y perverso. Usted puede ponerse de pie y proclamar: “con la ayuda de
Dios, yo cambiaré el curso de mi vida. Declaro que es un nuevo día y que en
Cristo soy más que vencedor. Rompo con las ataduras que he heredado de
generaciones pasadas. Decido marcar la diferencia. Traspasaré los límites de mis
antepasados. Declaro libertad de todo tipo de tormentos y maldiciones. Nunca
más confesaré esclavitud por mi pasado, “porque el Señor es el Espíritu y donde
está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”, 2ª Corintios 3:17. Nunca más
confesaré derrota, porque “Dios siempre me lleva de triunfo en triunfo en Cristo
Jesús”, 2ª Corintios 2:14. Nunca más confesaré ataduras económicas, porque
soy libre de toda deuda. Tendré lo suficiente para dar y para ahorrar. Nunca más
confesaré pobreza, porque “mi Dios suplirá todo lo que me falte conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús”, Filipenses 4:19. Reprendo todo espíritu de
miseria, de pobreza y de escasez, declarando que nunca más trabajaré a pérdida,
porque con Dios nunca se pierde, con Dios siempre se gana. Declaro una nueva
realidad para mi familia y mi futuro proclamando la bendición de Dios en paz y
bienestar. Decido que no seré víctima de mi pasado ni me rendiré ante el mal.
Soy el que tiene la victoria, fui creado para ser campeón”. Anexo D.
El poder de la tentación sexual
Es triste decirlo, pero la inmoralidad sexual ha sido y es el pecado que más
líderes se ha cobrado. Ministerios diezmados, familias destruidas, iglesias sin
impacto, han sido el resultado de la crisis moral en estos últimos tiempos.

El diablo tiene interés especial en deteriorar nuestra moral. Ha direccionado su


ataque. Líderes, pastores, encargados de obras, ancianos, diáconos, obreros,
profesores o estudiantes de institutos bíblicos son el blanco preferido por él. Si él
pudiera lograr una caída en el liderazgo se anotaría una victoria estratégica en su
intento por desacreditar a la iglesia y poner en ridículo el nombre de Jesús.
Permítanos sugerirle algunos pasos prácticos para evitar y resistir la tentación
sexual:

1. Nunca minimice la tentación sexual.

Se ha dicho que, por lo menos una vez en la vida, seremos tentados en el plano
sexual. No crea esta tonta mentira que dice: “cuanto más espiritual sea una
persona, menos tentación tendrá”. Nadie pondría en duda la integridad moral y
espiritual de Jesús; aun así, él fue tentado sexualmente. La Biblia dice: “el
diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para
hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó”, Hebreos 4:15, BLS. Entre todas las
trampas, bien pudo existir una que incluyera lo sexual.

No hay disciplina espiritual que nos haga inmunes a las tentaciones sexuales.
Simplemente reconozcamos que somos vulnerables a la inmoralidad. Como lo
dijo William Cutrer: “no existe el matrimonio a prueba de aventuras
extramatrimoniales”.10 La advertencia de Pablo merece un lugar prominente en
nuestros ministerios: “considérate a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado”, Gálatas 6:1. “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”,
1ª Corintios 10:12.

2. Nunca acuse a otros por sus elecciones morales.

En otras palabras, hágase cargo de sus decisiones. La impotencia espiritual y la


debilidad moral son resultados de nuestras desafortunadas elecciones morales.
Randy Alcorn dice: “a menudo se dice que la gente “cae” en la inmoralidad. La
expresión es tan reveladora como defectuosa y peligrosa. El término caer
denuncia una mentalidad de víctima. Suena como que el colapso moral viene de
ningún lugar, que hay poco o nada que pudiéramos haber hecho para evitar lo
que ocurrió. No caemos en la inmoralidad, sino que caminamos hacia ella.
Ciertamente, a veces corremos de cabeza hacia ella. La inmoralidad es una
elección. No es algo que le ocurre a la gente. Es algo que la gente hace que
ocurra. Si dependemos de nuestro Salvador y tomamos pasos deliberados y
progresivos para cultivar la pureza y evitar la inmoralidad, podemos evitarla.
Ella no nos elige. Nosotros la elegimos, o elegimos evitarla”.11

3. Evite la conexión emocional con personas del sexo opuesto.

Nadie cae de un día para otro. Ninguna persona se levanta una mañana diciendo:
“¡qué hermoso día, es una ocasión propicia para pecar!”. Existe un proceso lento
de flojera espiritual que termina conduciéndonos al desastre moral. La mayoría
de las infidelidades ocurren en la proximidad. La aventura comienza con una
relación de amistad en el trabajo o en la oficina. Sienten una admiración, como
una especie de amor platónico del uno hacia el otro y se encuentran
compartiendo el mismo ministerio, las mismas obligaciones y, a veces, el mismo
ideal. Y a medida que los dos desarrollan esta amistad, que a veces lleva muchos
años, gradualmente comienza a convertirse en más romántica de lo que debiera.
Ellos dan un paso más allá de la línea y empiezan a compartir cosas no
apropiadas. La aventura comienza cuando surgen sentimientos mutuamente
compartidos, aunque no haya habido ninguna actividad sexual. Si ellos
comparten esos sentimientos, traspasan esa línea y, como consecuencia,
recibirán resultados desastrosos. Se va gestando entre ellos un proceso sutil, pero
poderoso, de fusión de almas. Y, aunque no exista todavía una aventura física o
sexual, ya han comprometido su integridad moral. Randy Alcorn dice: “recuerde
esta gran verdad: una relación puede ser sexual mucho antes de ser erótica.

Sólo porque no estoy tocando a una mujer, o sólo porque no estoy fantaseando
encuentros eróticos con ella, no significa que no estoy comprometiéndome
sexualmente con ella. A menudo lo erótico viene al final de la atracción
sexual”.12
4. Gane su batalla moral en sus tiempos secretos con Dios.

Si bien es cierto que la madurez espiritual no garantiza la ausencia de tentación,


sí nos capacita para evitarla y resistirla. Alguien dijo que la integridad es hacer
lo correcto cuando nadie nos está mirando. Una vez le preguntaron a John Stott
cuál había sido el secreto de su éxito ministerial. Él dijo: “mi rutina diaria”.
Explicó que aparta una hora diaria, media jornada semanal, un día al mes y una
semana al año para cultivar su vida espiritual. Se gana mucho más en una hora
con Dios que en toda una vida sin él. La acción no debería sacrificar la
reflexión. No priorice más el trabajo para Dios que la comunión con Dios. Él
está más interesado en el obrero que en su obra.

Haremos bien en recordar que Jesús llamó a sus discípulos para que “estuviesen
con él” y, luego, para “enviarlos a predicar”, Marcos 3:14. Nosotros hemos
invertido el contenido de ese versículo y, por ende, servimos a Dios sin antes
haber estado con Dios.

Dos cosas son diferentes en la Palabra de Dios: “el oír” y “el hacer”. Una parte
importante de todo siervo de Cristo es “oírlo a él”, a fin de saber qué debe
“hacer para él”. Hay algo más que la actividad. El que siempre hace, corre el
riesgo de hacer demasiado. Será por demás instructivo meditar en las palabras
dichas por Isaías: “...despertará mañana tras mañana mi oído para que oiga
como los sabios”, Isaías 50:4. C.H.M dijo: “para poder trabajar para Dios
exteriormente, es preciso estar con él interiormente. Es necesario que yo me
mantenga en el santuario secreto de su presencia, o de lo contrario fracasaré
completamente en mi servicio”.13

5. Tenga cuidado con lo que mira.

La mayoría de las tentaciones comienzan por la vista, Génesis 3:6; Josué 7:21.

Alguien dijo una vez: “no está mal mirar a una chica, lo que está mal es
desnudarla con la mirada”. Un pastor explicó: “la primera mirada no está mal,
sino la segunda”. Entonces un joven levantó la mano y preguntó: “pastor, usted
dice que la primera mirada no está mal”. “Sí”, dijo el predicador. El joven
volvió a insistir: “y usted dice que la segunda mirada sí está mal”. “Sí”, volvió
a responder el pastor. Aquel joven terminó preguntando: “¿y cuán laaaaarga
puede ser esa primera mirada?”.

Recuerde que los pecados de varios personajes bíblicos comenzaron con la vista.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los
ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto...”,
Génesis 3:6.

Hay cuatro palabras que constituyen los peldaños en la escalera descendente al


pecado: ver, codiciar, tomar y esconder.

El caso de David es otro ejemplo. El capítulo once del segundo libro de Samuel
nos comenta la triste historia del hombre a quien Dios había llamado varón
conforme a mi corazón: “sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David
de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado
a una mujer...”, 2º Samuel 11:2. El versículo 4 dice: “y envió David mensajeros
y la tomó...”.

Jesús nos advirtió diciendo: “por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo
y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea
arrojado al infierno”, Mateo 5:29 NVI. Jesús sugiere tomar una acción drástica
para librarse de todo aquello que nos tiente a pecar. Por eso en el desierto él dijo
con tanta vehemencia: “vete Satanás”, Mateo 4:10.

No debe ignorar que los ojos son órganos sexuales muy poderosos. Helen
Fisher dice: “tal vez sean los ojos y no el corazón, ni los genitales ni el cerebro,
los órganos donde se inicia el romance, pues es la mirada penetrante la que
provoca la sonrisa humana”.14

Además se ha comprobado que la mirada fija de dos o tres segundos puede


despertar un deseo sexual intenso. En otras palabras, si un joven tiene cierto
interés por una chica o viceversa, sus pupilas se agrandan.

Por tanto, tenga cuidado con sus ojos. Una acción es la publicación de un
pensamiento. Una mirada codiciosa conduce a menudo a pensamientos
pecaminosos que pueden dar lugar a una acción inmoral. Job tiene un buen
consejo que darnos: “hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a
una mujer para codiciarla?”, Job 31:1. Un pacto con los ojos es una buena
decisión para evitar todo pecado sexual.
6. Comparta su lucha.

Una carga compartida es una media carga. El error más frecuente es creer que
debemos pelear solos la batalla de la integridad sexual. Frecuentemente nos
reunimos con los miembros del consejo pastoral de la iglesia para charlar con
ellos de “todo”. No lo hacemos para controlarlos, sino para ayudarlos. Rendir
cuenta es la clave principal del asunto. Necesitamos un confidente, una persona
con quien podamos conversar con sinceridad y en privado. Como saben que
llegará el día en que le preguntaremos cosas profundas, ellos tienen una presión
extra para mantenerse puros sexualmente. He aquí algunas preguntas que
podrían ayudarle:

- ¿Cómo está su relación con Dios? ¿Dedica tiempo diario a la lectura bíblica y a
la oración?

- ¿Cuánto hace que no pasa un tiempo a solas con su cónyuge? ¿Cómo está su
comunicación familiar? ¿Agenda tiempo semanal para charlar con sus hijos?

- ¿Se ha sentido tentado a ver imágenes eróticas mientras navega por Internet?
¿Cuáles han sido sus pensamientos más recurrentes en este último tiempo?

- ¿Ha estado chateando o enviándose mensajes sugestivos con personas del otro
sexo?

Cualquiera de estas cosas pudieran ser advertencias de una relación impropia.


Howard Hendrichs dice que a menudo las mejores preguntas para hacer en el
grupo son las que menos queremos responder. El mismo autor sugiere agregar a
la lista una pregunta más: “en sus respuestas a cualquiera de las preguntas
previas, ¿ha mentido?”.

Esta simple sugerencia para evitar la tentación sexual podría producir resultados
sorprendentes.

7. Rechace la tentación al comienzo.

Un antiguo adagio latino dice: “principiis obsta” que significa “resiste al


comienzo”. La morosidad hace que la tentación vaya cobrando fuerza en nuestro
interior, debilitándonos espiritualmente hasta hacernos ceder.

Gran parte de nuestras caídas se deben a que no nos oponemos con un “no”
rotundo al atractivo de la tentación, manteniendo una secreta complicidad con el
pecado que no nos decidimos a abandonar. Guillermo Hendriksen dice: “la
tentación debiera ser arrojada inmediatamente y en forma decisiva. Perder
tiempo es mortal. Las medidas tomadas a medias causan estragos”.15

8. Huya de la fornicación.

Un pastor amigo, que tiene el privilegio de viajar por todo el mundo predicando
el evangelio, ha adoptado una estrategia sabia para evitar la tentación. Al llegar a
la habitación de su hotel, lo primero que hace antes de desempacar sus cosas es
poner una toalla sobre el televisor y colocar su Biblia encima de ella. Transforma
ese sitio en su altar privado a Dios.

No podemos evitar todos los estímulos sexuales, pero podemos evitar que echen
raíces en nosotros. Martín Lutero decía: “no podemos evitar que los pájaros
vuelen sobre la cabeza, pero podemos evitar que ellos hagan nido en nuestros
cabellos”. Un autor dice: “si estás a dieta, no vayas a una confitería”.
Manténgase alejado de los sitios que lo tienten a codiciar. Saque su computadora
de su habitación y póngala a la vista de todos en su casa. Si es necesario, póngale
una contraseña que sólo un familiar conozca. Recuerde que nuestra primera
tarea no es resistir, sino huir. Huya de la tentación, así como también de la
compañía de aquellos que pueden hacerlo caer en el lazo de la seducción.
Mateo 16:1-4 comienza diciendo: “vinieron los fariseos y saduceos para
tentarle…” y termina diciendo: “y dejándolos (Jesús), se fue”.

José fue un joven que enfrentó con éxito la presión sexual. Se necesita gran
valentía y una profunda convicción de temor a Dios para resistir tal embate y tal
presión, pero José lo hizo huyendo: “...él dejó su ropa en las manos de ella, y
huyó y salió”, Génesis 39:12.

Pablo en 1ª Corintios 6:18 dice: “huyan de la inmoralidad sexual...” NVI.


Igualmente a Timoteo le recomienda: “huye de las malas pasiones de la
juventud...”, 2ª Timoteo 2:22 NVI.
Contra el diablo, el consejo bíblico es resistir y él huirá; contra la flaqueza
espiritual, Jesús nos exhortó a velar; pero contra el pecado sexual, el
mandamiento es huir.

De ningún otro pecado la Biblia nos manda a huir sino de la idolatría y de la


fornicación, 1ª Corintios 10:14 y 6:18. En otras palabras, cuando se trata de
tentaciones sexuales, dice Dios, sea un cobarde. Anexo E.

Un momento ameno

Una pareja fue entrevistada en un programa de televisión porque llevaban


cincuenta años de casados y nunca se habían peleado. El periodista, lleno de
curiosidad, preguntó a la mujer:

- ¿Es verdad que ustedes nunca han discutido?

- Es verdad, jovencito, respondió la mujer.

- ¿Y cómo es eso posible?, preguntó el periodista. ¿Podría darnos la receta?

- Es muy sencillo. Permítame que le relate el secreto. Cuando nos casamos, mi


marido tenía una yegua que apreciaba muchísimo. Era la criatura que más quería
en la vida. El día de nuestra boda, fuimos de luna de miel en el carro tirado por
la yegua. A poco de comenzado nuestro viaje, la yegua tropezó. Mi marido, bajó
del carro y mirándola fijamente a los ojos, le dijo: “uno”. Unos metros más
adelante, el animal volvió a tropezar. Mi marido, nuevamente, bajó del carro, se
puso frente a la yegua y, como si tuvieran un lenguaje común, levantó la mano y
le dijo: “dos”. Sin embargo, después de algunos minutos, volvió a tropezar. Mi
esposo, sacó su pistola y sin mediar palabras le pegó cinco tiros y la mató.
Mientras me ayudaba a bajar del carro, y totalmente sorprendida, le recriminé:
“¿porqué has hecho semejante cosa, hombre?”. Mi marido me miró fijamente a
los ojos y me dijo: “uno”. Desde ese día nunca tuvimos ni un sí ni un no.
LA LEY DE LA SENSATEZ

“No se puede sentir culpa y placer al mismo tiempo”.

José Luis y Silvia Cinalli

Introducción

La sexualidad es un hermoso regalo de Dios para disfrutar en el vínculo


matrimonial. No existe otro elemento que una más y produzca mayor alegría que
una buena intimidad conyugal. De ahí que sea el área más elegida por Satanás
para destruirla, estropearla o ensuciarla.

Durante mucho tiempo se ha asociado el placer al pecado, interpretando


erróneamente todo lo agradable para nosotros como desagradable a Dios.

Los colonizadores inculcaron la idea de que el sexo era pecado, perversión y un


mal necesario para poder procrear. Ellos abogaron por el “no y nunca” al placer
y al erotismo; y por el “no y nunca” a la risa y la alegría. Se idealizaron la
muerte, el dolor y el sufrimiento. Predicaron la autoflagelación y la abstinencia
sexual como valores supremos.1

Como resultado de este paradigma aún vigente, muchas parejas cristianas


descuidan el amor, no alimentan la pasión y minimizan el poder de la unión
sexual matrimonial. En una sociedad fanatizada por lo sexual y con un mensaje
libertino, debemos comprender el valor de este regalo para encauzarlo
positivamente. El placer debe darse en el contexto del amor. Amor y erotismo
deben ir juntos. Si el placer se disocia del amor, aparece la lujuria, que es el
deseo desenfrenado que busca satisfacción a cualquier precio. No importa la
forma que adopte (desde una relación sexual, el consumo de pornografía o
cualquier forma de perversión), termina esclavizando. Cuando el amor y el
placer van de la mano, la satisfacción está garantizada.
Dios ha establecido límites para el placer y no tienen que ver con “cuánto”, sino
con “cuándo” (en el matrimonio) y “con quién” (él cónyuge). La Biblia nos
advierte en cuanto a no deshonrar el lecho matrimonial y agrega: “el que comete
adulterio no tiene seso; el que así actúa se destruye a sí mismo…”, Proverbios
6:32-33.

La ley de la sensatez nos invita a pensar seriamente en nuestro futuro. Las


decisiones de hoy determinarán nuestro destino. En Gálatas se nos recuerda:
“cada uno cosechará lo que haya sembrado”. Anexo F.

La historia de David
1. David actuó irresponsablemente, 2º Samuel 11:1-2.

David manifestó:

• Negligencia en los asuntos de su reino. Debía estar en la guerra “...pero se


quedó en Jerusalén”, versículo 1. “Siempre que nos hallemos fuera del
deber, nos encontraremos en el camino de la tentación”.2

• Apego a la comodidad y al ocio. “...Al caer la tarde se levantó David de su


lecho...”, versículo 2. “El ocio es la madre de todos los vicios. La cama de la
pereza resulta con frecuencia la cama de la impureza”.3

• Debilidad espiritual. Por no apartar sus ojos, arriesgó su integridad. “...Vio


desde el terrado a una mujer que se estaba bañando...”, versículo 2. Integridad
es hacer lo correcto aunque nadie nos esté mirando.

A causa de su pecado fue castigado. La espada nunca se apartó de su casa, 2º


Samuel 12:10. Pagó los “cuatro tantos” de 2º Samuel 12:6, pues por haber
asesinado a Urías, cuatro de sus hijos murieron prematuramente: el niño nacido
de su adulterio; Amnón, a manos de Absalón; Absalón, a manos de Joab y
Adonías, por orden de Salomón. Como si esto fuera poco, dos de los hijos de
David cometieron inmoralidades similares a la que él cometió, con la diferencia
de que David tomó en secreto a la mujer de otro, mientras que su hijo Absalón
tomó a las mujeres de su padre a la vista de todo Israel. Las consecuencias del
pecado son tremendas. El pecado siempre lo va a llevar más lejos de lo que
quisiera ir, lo va a retener más tiempo del que quisiera estar y le va a costar
más caro de lo que quisiera pagar.

2. David usó su influencia y su poder en beneficio propio, 2º Samuel 11:2-4.

“Envió David a preguntar por aquella mujer...”, versículo 3. “Y envió David


mensajeros y la tomó...”, versículo 4. Como era el rey de la región, su influencia
no tenía límites.

Los psicólogos reconocen que todo ser humano tiene influencia sobre sus
semejantes. Aun el más introvertido influirá en diez mil personas a lo largo de su
vida. Dado que todos poseemos influencia, la pregunta sería: “¿cómo la
usamos?”. En el caso de David, la usó para satisfacer su deseo. Un ejemplo
parecido lo encontramos en la historia de los doce espías que reconocieron la
tierra prometida. Diez de ellos impidieron al pueblo hacer la voluntad de Dios.
Usaron mal su influencia. No se necesita una multitud para limitar a Dios.
Simplemente un cristiano que no se rinde puede hacer fracasar a miles. Un
creyente que no perdona puede congelar un avivamiento.

Un grupo sin fe puede impedir una gran obra de Dios. Diez hombres negativos
fueron la ruina de toda una generación. ¡Sea usted una persona positiva!

3. David actuó guiado por sus impulsos y no por sus convicciones, 2º Samuel
11:2-4.

David conquistó pueblos y naciones, pero fue derrotado por su propia pasión
desordenada.

David aprendió demasiado rápido que el costo de la obediencia es nada en


comparación con el precio de la desobediencia.

Si bien es cierto que Dios no puede revocar un don que ha dado, sí tiene el
derecho de quebrantar sus promesas. Muchas de las promesas de Dios están
condicionadas a nuestra obediencia. El amor de Dios es incondicional; en
cambio, su presencia está condicionada a nuestra obediencia. Pese a que el Señor
había prometido a Elí que su familia ministraría para siempre, a causa de la
desobediencia de éste, dispuso otra cosa y anuló su promesa.

De hecho, la promesa de Dios fue reemplazada por una maldición, 1º Samuel


2:30-33.

Consecuencias del pecado sexual


En 2º Samuel 11 se relata la historia del pecado de David con Betsabé. En el
Salmo 38 es posible observar las consecuencias de esa desafortunada conducta
sexual. David sufrió:

1. Agonía espiritual, Salmo 38:1-2, 6. Durante el tiempo de su pecado, no


compuso ningún salmo. “Todo el día ando triste, cabizbajo y deprimido”. Su
alma estaba seca como un árbol durante el invierno. El día en que un hombre
pueda pecar en paz es el día de su muerte espiritual. Ese día se petrifica su
corazón.

Hace más de doscientos años, Juan Wesley inició uno de los movimientos
celulares más grandes de la historia. Eran pequeños grupos de personas que se
reunían en las casas para orar y leer la Biblia. Wesley les proveía de material
para que meditaran en sus hogares. Generalmente consistía en preguntas
disparadoras para la reflexión. He aquí algunas de esas preguntas: “¿está usted
fingiendo consciente o inconscientemente ser alguien o algo que no es? ¿Les ha
presentado a los demás una imagen de usted que es mejor de la que es
realmente?”. La integridad y la honradez son marcas distintivas de un buen
liderazgo.

2. Tormento físico, versículos 3-10. Aunque no todas, muchas enfermedades


son el resultado directo de algún pecado no confesado. David expresó: “por tu
enojo debido a mis pecados, todo mi cuerpo está enfermo; ¡no tengo un solo
hueso sano!… Por causa de mi necedad, mis heridas se pudren y apestan… La
espalda me arde de fiebre; ¡tengo enfermo todo el cuerpo!... Las fuerzas me
abandonan, ¡aun la vista se me nubla!”. En 1ª Corintios 11:29-30 se nos
advierte que las enfermedades producidas por el pecado pueden llevarnos hasta
la misma muerte.

3. Aislamiento social, versículos 11-16. El pecado nos aleja no sólo de Dios,


sino también de las personas que más amamos. David reconoció su soledad al
decir: “mis mejores amigos, y hasta mis parientes se mantienen a distancia”.

David pudo engañarse a sí mismo y engañar a otros, pero sólo por un tiempo.
Como dijo el Presidente Lincoln: “se puede engañar a una parte de la gente todo
el tiempo, y a toda la gente una parte del tiempo, pero no se puede engañar a
toda la gente todo el tiempo”.

4. Ansiedad emocional, versículos 17-22. “…En verdad, estoy a punto de


caer... ¡Voy a confesar mis pecados, pues me llenan de inquietud!”. David
perdió la paz. Pagó un precio muy alto por un momento de pasión descontrolada.
David aprendió un principio básico: uno no puede violar las leyes de Dios y
obtener felicidad duradera.

La conducta sexual impropia


Una conducta sexual impropia afecta:

1. La relación con Dios. 2º Samuel 11:27 dice: “...mas esto que David había
hecho, fue desagradable ante los ojos de Dios”. Mientras más cerca de Dios
camine, menos espacio habrá para que se interponga algo entre usted y él. “Todo
pecado al principio es atractivo, luego aterrador; al principio es fascinante, luego
alienante; al principio engaña, luego condena; promete vida y produce muerte, es
lo más desilusionante del mundo”.4

2. A las personas cercanas y queridas. Además de sufrir por la muerte del hijo
nacido del adulterio, David padeció las desavenencias familiares como
consecuencia de su pecado: “...ahora no se apartará jamás de tu casa la espada,
por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese
tu mujer”, 2º Samuel 12:10.

3. Al compañero sexual. Betsabé también sufrió mucho: perdió a su primer


esposo, a su primer hijo.

Recibió en vida el pago por el pecado del que había participado.

4. La propia vida.
• A nivel del cuerpo: por la posibilidad de contraer alguna enfermedad de
transmisión sexual.

• A nivel del alma: por heridas emocionales, falta de paz, culpas,


remordimientos, desajustes psicológicos, etc., que pueden quebrantar la salud.

• A nivel del espíritu: por entristecer al Espíritu Santo. D. Bonhoeffer dijo:


“Jesús ha hablado, suya es la Palabra, nuestra la obediencia”.5

Sergio Scataglini recomienda algunos consejos prácticos:

- No suba solo a la terraza. Acostúmbrese a viajar con su cónyuge, o en su


defecto, con algún amigo del mismo sexo. Esto lo protegerá de acusaciones
infundadas y le ayudará a permanecer centrado en su labor. Es mucho más fácil
evitar la tentación que resistirla.

- No permita duchas públicas alrededor de su palacio. Líbrese de toda la


literatura sensual. Haga cuanto pueda para evitar las imágenes pornográficas.
Luche por la integridad y la ética. Si conoce lugares donde se exhibe
pornografía, evítelos. No vaya a lugares donde sabe que puede ser tentado
sexualmente.

- No abandone a su gente en el frente de batalla. Recuerde la entrega, el


sacrificio y la generosidad de los que forman parte de su ministerio. Desarrolle
un sentido de lealtad hacia los miembros de su familia y hacia sus amigos y
ayudantes en el ministerio o en el trabajo. No cometa el mismo error que David
de traicionar a uno de sus mejores hombres.6

Crónicas de un amor apasionado y prohibido


Un día común y corriente. El aburrimiento por las tareas de siempre. El tedio
habitual por las obligaciones comunes. Pero algo pasó. Era un encuentro
formal, casi protocolar cuando ella bajó sonriente de aquel auto. A él le llamó
la atención su sonrisa. Era contagiosa, fresca, sin pudor; parecía feliz. Su
presencia y su belleza, imposibles de ignorar...

Surgió de inmediato. Fue amor a primera vista. Intenso, alocado; dulce,


apasionado. Amor que consume, que no entiende razones, que no quiere
esperar. Imposible renunciar. Además, ¿por qué hacerlo? Si es tan fuerte que
hace palidecer a los amores de novela, de esos que los trovadores cantan y los
poetas escriben.

Desde aquel momento nada fue igual. La intensidad del deseo había cambiado
el mundo de ambos. Se sentían realmente vivos. Sólo había una alternativa:
experimentar la profundidad de ese agudo deseo. Sin embargo, con esa elección
se jugaban todo el futuro, ya que era un amor prohibido.

Cada uno estaba casado. ¡Cómo lamentaban no haberse encontrado antes!


Cada uno tenía su familia; con todo, esos lazos significaban nada. Se pusieron
de acuerdo: el divorcio y un rápido casamiento. Tras unos meses de agonía por
la separación momentánea y en medio del llanto de las familias destruidas,
iniciaron su nueva vida, felices por la concreción de ese sueño tan ansiado.

Los que no conocían la historia de amor veían a una pareja feliz, con el brillo
de un amor fuerte y penetrante. Seguramente muchos envidiaban ese sentimiento
profundo que encontraba su cauce en los brazos del otro amante. Pero para
quien quisiera mirar debajo de la superficie del presente y levantara la mirada
apenas por encima del hombro, vería un pasado totalmente diferente.
Encontraría que esa mujer está unida por otro lazo a este amante. Sabrían que
en realidad es su sobrina, hija de su hermano. Él, su actual marido, la vio
crecer, unirse en matrimonio y abrazar la maternidad de una pequeña, tan
hermosa como su madre. Los años pasaron y cuando se volvieron a encontrar
en la plenitud de la vida, el sentimiento erótico simplemente nació.

Cada uno estuvo dispuesto a perderlo todo con tal de ganar el amor del otro. Es
que, con la fuerza de este amor, la vida había cobrado una dimensión más
intensa, más etérea, hasta más espiritual. Quizás por eso, después de los tiempos
iniciales de pasión, comenzaba a asomar una cierta culpa por el negro pasado
de traición y abandono. ¡Cómo empañaba los momentos más felices! ¿Habrá
alguna forma de librarse de esa culpa?

De en medio del populacho, irrumpe un día cualquiera, un hombre sin casta,


poder ni nombre, que publica en el diario popular, todo el pasado de esta
historia de amor prohibido. Hasta se atreve, de moralista santurrón, a
denunciar la relación como impúdica e ilícita.
Como es de suponer, los amantes enfurecen. Si su amor era lo más puro e
intenso que conocían, ¿quién era éste para decirles a ellos qué hacer y cómo
obrar? Ellos, sí, ellos que eran verdaderos referentes políticos, de alcurnia,
casta y posición, al fin eran felices. Al fin habían encontrado el amor y ahora
eran malinterpretados por los dichos de este vulgar predicador. Sabían que
estaban en boca de todos, por culpa de ese religioso moralista que se creía
mejor que los demás. La gente decía que en realidad lo era, probablemente lo
haya sido, pero ¿a quién le importa? Cada uno hace con su vida privada lo que
mejor le parece. ¿Desde qué posición se cree con derecho a opinar acerca de
los otros? ¿Qué se tiene que meter? ¿Por qué tiene que juzgar?

Las cavilaciones pronto, muy pronto, se retroalimentaron tanto que surgió un


odio irascible. Pensar que sólo semanas antes habían charlado, después de una
reunión con este predicador en la posibilidad de bautizarse juntos, de así
sepultar el pasado y seguir una vida más tranquila. ¡Qué terrible dolor fue
cuando públicamente sacó los trapitos al sol! Ese bautizador o “bautista”, como
han dado en llamarlo, dijo que nadie puede violar las leyes de Dios sin pagar
las consecuencias y que Dios prohíbe el adulterio. “¡Así llamó a nuestro
amor!”, piensa ella, y agrega para sí misma: “nos mandó a separarnos. ¿Es así
de terminante? ¿No hay lugar en esa religión para nosotros? Si todo el mundo
lo hace… ¿por qué a nosotros nos condena? Y el amor de Dios, ¿dónde está? ¿Y
el perdón del que predica?...”.

Cuando el sol rojo de la tarde teñía como de sangre el horizonte, se hallaron los
amantes preguntándose: “¿qué haremos?...”. Y ninguno dice la verdad, ninguno
confiesa sus verdaderos planes, pero cada uno piensa que por defender al otro,
y al amor en común, desearían sellar los labios de ese predicador; mejor aun,
que desapareciera.

Pasan algunos meses y surge la oportunidad perfecta. Una fiesta. Una promesa.
Una posibilidad. No están solos. Se sienten apoyados por muchos otros que,
descubiertos en su pecado, desearían hacer algo. Ellos serán los salvadores de
su amor. En nombre del amor, del poder y de la inteligencia, conspiran para
evitar un escándalo público y para salvaguardar el prestigio del otro, de ambos;
de lo que son y de lo que tienen. ¿Por qué perder algo si pueden tenerlo todo?

Una salida elegante, sin culpables y… asunto terminado.

San Mateo 14 relata la historia: mataron al Bautista.


Los sentimientos intensos, ¿son suficientes para determinar nuestra conducta?
¿Validan nuestras acciones? ¿Podremos hacer lo que queramos y cerrar
definitivamente un capítulo como quien voltea una página? Un rotundo ¡no!
surge como respuesta de los siglos. La vida se entreteje con los hilos de todos los
días. Cada decisión siempre trae sus consecuencias. El elegir un amor prohibido,
en este caso, los llevó por caminos fortuitos signados por la muerte y el dolor.

Agucemos la vista. Veamos más de cerca. El suegro de este varón no aceptó que
se divorciara de su hija y la humillara así por una sobrina. No pudo tolerar el
insulto y lo enfrentó. Lamentablemente no lo hizo mano a mano, sino que mandó
sus ejércitos al campo de batalla. Miles resultaron muertos por un amor infiel.
Luego, le declaró la guerra económica y lapidó todas sus reservas. Le quitó todo
por venganza. Los programas de chimentos de la tarde hacían una lectura
apocalíptica y decían que la calamidad de Herodes, así se llamaba nuestro
protagonista, se debía a lo que hicieron con Juan el Bautista. Nadie osó hablar de
la pasión desenfrenada. Es que eso, en nuestro tiempo, pertenece al mundo de lo
privado.

Ese amor prohibido fue más fuerte que cualquier lazo, pero eso no legitimó la
relación. Dios no lo blanqueó con un poco de religión, ni lo aceptó como si tal
cosa. Ése era el pensamiento de Juan y por su convicción estuvo dispuesto a
morir. Los otros, a matar. Y usted, ¿de qué lado está?

El peor asesino del matrimonio: el adulterio


Según Proverbios 5, el adulterio es:

- Un deseo que enceguece: “¿Y por qué hijo mío, andarás ciego con la mujer
ajena, y abrazarás el seno de la extraña?”, v. 20.

- Una fuente de amargura y llanto: “Mas su fin es amargo como el ajenjo…”,


versículo 3. “Porque al final acabarás llorando, cuando todo tu ser se haya
consumido. Y dirás: ¡Cómo pude aborrecer la corrección! ¡Cómo pudo mi
corazón despreciar la disciplina!”, versículos 11 y 12, BAD.
- Una decisión que empobrece: “Para que no pierdas la riqueza de tus años en
manos de gente extraña y cruel”, v. 9, DHH.

- Un camino hacia la muerte: “Sus pies descienden hasta la muerte, sus pasos
van derecho al sepulcro”, versículo 5, NVI.

- Un poder que corrompe: “Al malvado lo atrapan sus malas obras; las
cuerdas de su pecado lo aprisionan”, v. 22, NVI.

Patrimonio y matrimonio
Le sorprenderá la asociación que establece la Biblia entre matrimonio y
patrimonio.

El poder seductor del adulterio es impresionante, no sólo es un deseo que


enceguece, sino una decisión que empobrece: “para que no pierdas la riqueza de
tus años en manos de gente extraña y cruel”. Interesante apreciación. Ser infiel
es una decisión, es decir, voluntariamente uno se mete en la cama del otro; pero
con la decisión vienen las consecuencias. Ése es el problema, no sólo sufrirá su
matrimonio, sino el patrimonio que haya conseguido. Nada es gratis. Pagará con
su trabajo. Se esforzará, pero el rédito no será suyo. Un minuto de placer por una
vida de desdichas. ¿Dónde pues está el beneficio?

Muchos no se percatan del poder destructor que se libera con el adulterio. Es una
especie de suicidio. No sólo mata la inocencia y los ideales, sino que mina la
voluntad y convierte a la persona en prisionera de sus pasiones. El adulterio
provoca mucho dolor, y al decir de Orígenes: “quedan las cicatrices”.

La fidelidad reditúa económicamente


Según una investigación alemana, los maridos fieles y sexualmente
satisfechos rinden más en el trabajo que los solteros o los casados que tienen
aventuras extramatrimoniales.7
¿Puede prevenirse el adulterio?
Según Proverbios 5, el adulterio puede prevenirse:

- Aceptando el consejo divino. “… Escúchame: ¡no desprecies mis consejos!”,


versículo 7, BLS.

- Alejándose de toda fuente de tentación. “Apártate de esa mujer (o de ese


hombre) y no te acerques a su casa”, versículo 8, BLS.

- Huyendo de toda seducción. “La mujer (u hombre) infiel te engaña con


palabras suaves y dulces”, versículo 3, BLS.

- Visualizando las consecuencias. “Quién se enreda con esa persona, ¡va


derecho a la tumba!”, versículo 5, BLS.

Cómo fortalecer la fidelidad matrimonial


“Sí, quiero”, dijo con voz fuerte y potente de manera que todos los presentes en
la ceremonia religiosa pudieran escucharlo. Daniel prometía fidelidad duradera.
Su compromiso, sin embargo, fue tan prolongado como el tiempo que dura la
neblina en un cálido día de verano.

Si bien es cierto que es más fácil tomar una decisión que mantenerse en ella, es
igualmente cierto que resulta posible cumplir la palabra empeñada en una
promesa. Incontables personas se sienten abrumadas ante la posibilidad de
permanecer fieles durante mucho tiempo. La autora del libro La batalla de cada
mujer señala una manera práctica para ser fiel a la pareja siempre. Ella
pregunta: “¿puede ser fiel por un día? Claro que se puede. ¡Un día no es gran
cosa! Entonces, puede ser fiel durante toda su vida”. Es que la vida consiste en
un período de veinticuatro horas tras otro igual. Si puede ser fiel durante un día,
ya lo logró. Simplemente haga lo mismo al día siguiente y al otro que viene.8
Según Proverbios 5, deberíamos:

- Saciarnos en el amor conyugal. “Si quieres disfrutar del amor disfrútalo con
tu esposa. ¡Guarda tu amor sólo para ella! ¡No se lo des a ninguna otra!”,
versículo 15-16, BLS. El amor entre los esposos es más que importante, es
crucial.

- Mantener la exclusividad sexual. “No compartas con nadie el gozo de tu


matrimonio”, versículo 17, BLS.

- Disfrutar alegremente de los encuentros sexuales. “¡Que nunca te falten


sus caricias! ¡Que siempre te envuelva con su amor!”, versículo 19, DHH.

- Cultivar el romanticismo. “¡Bendita sea tu esposa!, ¡la novia de tu


juventud!”, versículo 18, BLS. El único tipo de matrimonio que concibe el
autor de Proverbios es un matrimonio de por vida. Bill Hybels dice:
“escucharía pacientemente toda la charla actual sobre divorcios fáciles y
matrimonios sucesivos, y luego repetiría: “alégrese con el compañero de la
juventud”. Cuando se casen, permanezcan casados. Hagan acuerdos. Busquen
ayuda. Procuren resolver los problemas. Ayunen, oren, prueben, prueben y
vuelvan a probar. Hagan todo lo necesario para mantenerse juntos. Hagan de su
matrimonio lo mejor. No hay otra forma: los matrimonios sólidos son la clave
para las familias estables”.9

Síntomas que presagian la decadencia matrimonial


Un matrimonio no termina de un día para otro. Hay síntomas que presagian un
mal pronóstico. “Muchos piensan que los matrimonios se van a pique debido a
una aventura amorosa o algo igualmente explosivo”, dice John Goltman. “Lo
cierto es que se acaban poco a poco, como si fueran resbalando por una
pendiente de reproches, críticas y actitudes defensivas o de retraimientos, hasta
que es difícil volver atrás. Sin embargo, suele haber síntomas tempranos de que
la relación va por mal camino”. Algunos de estos síntomas de alarma son:

- Agendas diferentes. En estos tiempos modernos ya no es nada extraño que


los integrantes de la pareja tengan sus propias agendas; pero esto puede ser mal
augurio cuando no existen tiempos comunes. La gente suele dar prioridad al
trabajo, a las actividades personales o a los programas sociales más que a la
relación de pareja. Sería recomendable agendar semanalmente un tiempo para
compartir con el cónyuge, tal como una salida a cenar, un paseo de un día fuera
de la casa, o por qué no, ratos juntos en el hogar.

- Ausencia de romanticismo. Una estadística reveló que a mayor tiempo de


casados, menos expresiones de cariño. Se besan menos, se acarician menos, se
tocan menos. Estas manifestaciones de afecto se acaban después de un tiempo.
Hágase el firme propósito de retornar al romanticismo. Recuerde qué cosas
agradan a su cónyuge y hágalas.

- Rencor reprimido. Nada produce más dolor que una infidelidad. Si bien toda
la familia es afectada, el cónyuge lo vivencia como una traición y lo sufre más.
El abandono rei-terado puede ser otra causa de rencor oculto. Hay situaciones
especiales en las que uno necesita más de la compañía del cónyuge. Su ausencia
podría generar un enojo encubierto al principio, que se manifiesta en actitudes
nocivas a posteriori. Mientras que no exista perdón, no habrá avances en la
relación.

- Falta de comunicación. La comunicación en la pareja es tan vital como el


aceite en su auto. Sin ella, el matrimonio se funde. Si uno de los dos no sigue
descubriendo al otro, si ya no recuerda sus gustos y aversiones, ni las situaciones
que lo ponen tenso, hay problemas en puerta. En el plano íntimo, los integrantes
creen que su pareja sabe lo que les gusta y lo que no. Pero ellos no son adivinos.
A menos que se genere un espacio abierto de comunicación sincera, la intimidad
también se resentirá.

Qué hacer si se perciben algunos síntomas


- Sean amigos. Friedrich Nietzsche dijo: “en los matrimonios infelices, no es
amor lo que falta, sino amistad”. La relación matrimonial debe ser una relación
de amigos. Cantar de los Cantares 2:2 presenta al matrimonio como dos amantes
y dos amigos. Los amigos no se traicionan, se escuchan mutuamente, nada se
ocultan. Aprenda a compartir las presiones, problemas y aun las tentaciones
sexuales con su cónyuge. Una esposa que no sabe escuchar a su esposo, será
sustituida por otro oído femenino, atento y reflexivo. Cuidado, la Biblia dice:
“los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el
aceite, mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos,
sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seol”, Proverbios 5: 3-5.

- Reaccionen contra la situación y no contra el cónyuge. Su pareja no es su


enemigo. No le falte el respeto. Si logran un acuerdo, ambos saldrán ganando.

- No esperen. “Los matrimonios felizmente casados no dejan pasar muchos días


antes de resolver sus diferencias”, dice Sally Kiester. Evadir la situación o
negarla no mejorará el matrimonio, lo destruirá. No se quede callado/a o
inactivo/a. Busque el momento o créelo para dialogar.

- Crean que la situación mejorará. No pierdan las esperanzas. Aunque la


realidad parezca insalvable, no se desanimen; siempre hay una salida. Tengan fe
y sean pacientes. Desandar el mal camino puede llevar tiempo, pero siempre
mejora las cosas.

Un momento ameno

Convengamos, chicas, que solemos ser difíciles de complacer. Esto se ve en el


hecho de que son más las mujeres que se quejan de sus esposos y los critican,
que los hombres que hacen lo mismo con sus mujeres.

Una queja frecuente es: “ni me mira. Me puedo cortar el pelo, teñirme delila,
vestirme de mono y... ni me mira. Cuando le pregunto: “¿cómo me veo, que tal
estoy?”. Me contesta: “bien... y ni me mira”. Pero, chicas, si él dice: “estás más
gorda, eso te queda mal”, nos ofendemos sin remedio y decimos: “ya no me
quiere, no me ve atractiva, sólo mira mis defectos”. Ahora, si nos dice: “estás
linda”, no le creemos porque al fin y al cabo es nuestro esposo y quiere que nos
sintamos bien, o lo que es peor, está pensando en sexo.

La siguiente ilustración nos muestra lo difícil que resulta complacer a una mujer:

Un grupo de mujeres está de vacaciones y, de repente, encuentran en una


avenida principal un hotel superlujoso, de cinco pisos, con un cartel con la
siguiente inscripción: “exclusivamente para mujeres. Excelentes descuentos por
grupos”. Pensando más en el descuento que en otra cosa, deciden entrar para ver
si vale la pena alojarse allí.
El recepcionista, un hombre muy cortés y atractivo, les explica las comodidades
con las que cuenta el edificio: “tenemos cinco pisos. Vayan piso por piso y,
cuando encuentren lo que buscan, regresen para registrarse. Es fácil decidir.
Cada piso tiene un cartel con las ventajas que brinda”.

Así suben al primer piso y leen el aviso que dice: “aquí todos los acompañantes
varones son hombres promedio, les gusta el fútbol, tienen el control remoto, no
son muy limpios ni ordenados, en fin... todo lo conocido”. Las amigas se ríen a
carcajadas y suben al segundo piso. El aviso allí dice: “aquí los acompañantes
varones pierden la paciencia con facilidad y, a veces, son rudos con las mujeres”.
No les parece aceptable y suben al tercer piso. Leen allí: “aquí todos los
acompañantes varones son amables, sensibles a las necesidades de las mujeres,
solteros, con deseos de comprometerse y formar una familia”. Esto se ve bueno,
pero faltan dos pisos más.

En el cuarto piso el aviso es extraordinario: “aquí todos los acompañantes tienen


cuerpos perfectos, son muy sensibles y atentos con las mujeres, amantes dulces,
todos solteros con mucho dinero y dispuestos a casarse”. Definitivamente las
mujeres quedan sorprendidas gratamente, pero antes de decidir, quieren ver qué
tiene el quinto piso. Cuando llegan allí, el aviso dice: “aquí no han nada. Este
piso sólo se construyó para probar que es imposible complacer a una mujer”.
LA LEY DE LA RESTAURACIÓN
“Yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas”.

La Biblia

Al finalizar una charla de sexualidad, se acercó una mujer. Olía a vómito; con
sus ojos desencajados, expresaba furia y dijo que no soportaba que se
mencionara la palabra sexo en su presencia. Había acudido a la charla para
matrimonios porque no sabía que se iba a tocar este tema; de otra forma, jamás
hubiera asistido. Explicó que en el transcurso de la conferencia se había
retirado al baño varias veces a vomitar porque hasta la palabra sexo le daba
asco, al punto de provocarle náuseas y vómitos.

Nos extrañó su reacción, básicamente por dos motivos: primero, porque la


recepción del resto de los oyentes había sido excelente. Todos los presentes, más
de cincuenta parejas, habían prorrumpido en un cálido y sostenido aplauso que
surgió de manera espontánea; y segundo, porque en realidad no habíamos
abordado el tema en sí, sino sólo las diferentes cosmovisiones y creencias, con
algunos chistes que matizaron el encuentro.

Al indagar en su historia personal, esta mujer enojosa cambió de actitud y


comenzó a llorar. Relató un doloroso pasado de abuso sexual durante la
infancia a mano de su padre biológico. Huyó de su casa a los dieciséis años y
conoció a su esposo, quien abusó de ella desde que se conocieron hasta la
actualidad. Mencionó que la obligaba con amenazas, y hasta golpes, a mantener
relaciones. Ella, al principio se defendía, pero con el tiempo aprendió a
someterse para evitar las palizas. “Cuando estoy con mi marido me desconecto
de todo, está mi cuerpo pero yo no. A veces se enoja y me dice cosas muy feas.
Después que pasa todo, siento tanto asco que vomito, pero él es el único que
sostiene la casa y tengo hijos pequeños, ¿qué puedo hacer?”.

Abuso sexual
Experimentar el abuso sexual puede condicionar la vida de muchas maneras,
sobre todo si se presenta durante la niñez. Es una experiencia traumática que
interfiere con el desarrollo normal del niño/a o adolescente.

El abuso sexual involucra todo tipo de prácticas, no sólo la violación o acceso


carnal. Las consecuencias de la víctima tampoco dependerán del tipo de
experiencias, sino de las vivencias personales asociadas al hecho, así como de
otros factores individuales. En otras palabras, solemos creer que si una persona
fue violada, entonces, su trauma será mayor que aquella que fue “manoseada”, y
no siempre es así. Nunca minimicemos este tipo de experiencias.

El abuso sexual infantil, según la definición de Grosman y Mesterman, es toda


situación en que un adulto utiliza su interrelación con un menor para obtener
satisfacción sexual.1

Otra definición para ASI es: "los contactos e interacciones entre un niño y un
adulto, cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él
mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual también puede ser cometido por
una persona menor de 18 años, cuando ésta es significativamente mayor que el
niño (la víctima) o cuando (el agresor) está en una posición de poder o control
sobre otro menor", National Center of Child Abuse and Neglect (NCCAN).

Finalmente cabe agregar que puede existir abuso sexual infantil con y sin
contacto físico. En este último caso las variantes pueden ser: mostrar los
genitales al niño o pedir que muestre los suyos; exponerlo a material
pornográfico; mantener conversaciones o llamadas telefónicas de contenido
sexual; obligarlo a presenciar actos sexuales entre adultos o utilizarlo para la
producción de material pornográfico.

Víctimas de abuso
Una persona abusada pasa generalmente por dos etapas:

De desorganización, o aguda, que puede durar días o semanas.

De reorganización, o crónica, que puede durar meses o años.2


Durante la fase de desorganización hay síntomas emocionales: llanto, miedo,
culpa, enojo, ansiedad, sentimientos de venganza, etc.; y físicos: dolores en el
cuerpo o localizado en el abdomen, náuseas, manifestaciones vaginales,
molestias orales o anales, alteraciones del sueño, pérdida de apetito, etc. Con el
transcurso de los días o semanas esta fase da lugar a una paulatina recuperación
e intento por superar esa experiencia.

Muchos adultos desinformados creen que si los niños no tienen grandes


manifestaciones es porque no son conscientes del abuso, y piensan que el
verdadero daño ocurrirá si todo sale a la luz. El trauma del abuso sexual no se
olvida por el resto de la vida, independientemente de las manifestaciones
visibles.

En algunos casos, es cierto que el niño “se olvida”. Este hecho constituye un
mecanismo de defensa ante la imposibilidad de entender esa experiencia y como
una forma de proteger su vida emocional. Pero cuando reflota el recuerdo por
algún motivo (otro trauma no sexual, una experiencia de abuso en sus propios
hijos, etc.) surge el conflicto reprimido, con toda su carga de angustia y dolor.

Un joven, con evidentes signos de consternación, traía en sus manos la encuesta


que habíamos repartido minutos antes. Sin preámbulos expresó: “cuando vi la
pregunta acerca del abuso sexual, me acordé. Yo tenía cinco años y estaba en
casa cuando… ¿Cómo pude olvidarme?”, y comenzó a relatar una historia
trágica con pormenores y lujo de detalles. En su mente revivió aquella escena
traumática. “Recuerdo que tenía un pantaloncito corto color verde y una
zapatillitas con cordones naranja, entonces….”. Ante la imposibilidad de
elaborar lo sucedido y, como una forma de proteger la integridad emocional, su
mente optó por “el olvido”. En el tiempo de relevamiento de datos para la
encuesta que llevamos a cabo en distintos puntos geográficos del país, varios
jóvenes reaccionaron de manera similar.

Durante la etapa de reorganización, la víctima intenta reestructurar su


personalidad y su vida. Pero suelen aparecer muchas respuestas inadecuadas y
crónicas, como manifestaciones del estrés postraumático, por ejemplo:

• Generan mecanismos de defensa o se enferman. Pueden recurrir al


mecanismo de defensa que citamos antes, “el olvido”. La persona simplemente
“no recuerda” lo que le aconteció.

Los que no generan este mecanismo de defensa, reaccionan de otras formas: ya


sea desarrollando problemas psíquicos, emocionales y aun físicos. El odio, el
resentimiento o la depresión son sentimientos que, lejos de desaparecer, tienden
a crecer en el corazón de las víctimas. En muchos, las experiencias traumáticas
quedan en un “baúl de recuerdos”. De tanto en tanto, visitan dicho “baúl” y
reviven aquella experiencia, generando más odio, resentimiento o depresión.

Una joven mamá, profundamente irritable y con graves problemas conyugales,


vino a vernos. Desde que tuvo su hijita, 2 años atrás, abandonó su carrera y se
dedicó exclusivamente a la niña. Sin embargo, sentía una ira creciente por no
realizarse como profesional. Al orientarla en la búsqueda de una solución,
quizás retomando su carrera a medio tiempo, la expresión de su cara cambió de
repente y en medio de un profundo llanto, expresó: “no quiero que a mi hija le
pase lo mismo que a mí”, y continuó diciendo: “cuando tenía 8 años, un hombre
amigo de la familia abusó de mí. Al fin me animé a contarle a mi mamá porque
seguía abusándome y ella no me creyó; encima, me pegó por “mentirosa”.
Jamás voy a perdonar a mi mamá. Salí de esa situación cuando mi hermana
mayor se dio cuenta y me llevó a vivir con ella. Yo quiero proteger a mi hija, no
quiero ni puedo dejarla con alguien que la cuide, consume todo mi tiempo, pero
no puedo evitarlo. Me siento atrapada”. En realidad, esta joven mujer no se
daba cuenta de que estaba atrapada en una situación pasada; ésa era su
verdadera cárcel, no su hija o la maternidad.

• Aparecen patrones de comportamientos no saludables. Desde conductas


sexuales inexplicables, como rechazo obsesivo al sexo, anorgasmia (ausencia de
orgasmos), dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) hasta la
promiscuidad. Puede ser que tengan reacciones cambiantes e impredecibles,
como enojo y manifestaciones violentas. Se caracterizan además por la
desconfianza, el temor a estar solos/as, la tendencia a la depresión, la ansiedad,
la humillación, la perturbación y deseos de venganza. En muchos casos se
registran pensamientos intrusivos, imágenes retrospectivas del hecho,
disminución del interés por actividades importantes, aislamiento, disminución de
la capacidad de experimentar nuevas situaciones, pérdida de la esperanza en el
futuro, hipervigilancia, dificultad en la concentración, respuesta de alarma
exagerada, etc.

El abuso sexual infantil origina perturbaciones de las más diversas. Como la


persona abusadora suele ser un familiar que el menor desea querer, en lugar de
denunciar el abuso, culpa a Dios por no protegerla, o se culpa a sí misma por
haber permitido que eso pasara, generando mayor carga emocional al hecho, de
por sí traumático. El sentimiento de culpa de la víctima contribuye
negativamente en la recuperación. Por regla general, cuanto menor haya sido la
agresión física por parte del abusador, mayor será la culpa que suele sentir la
víctima.

El 64% de las pacientes con dolores crónicos en la pelvis, malestar abdominal


indefinido, menstruaciones dolorosas y cefaleas con exámenes ginecológicos
normales, informan una historia de abuso sexual en la infancia.3

• Otros desequilibrios. Trastornos en la alimentación, ansiedad crónica, abuso


de drogas, fobias. Deterioro del rendimiento escolar, ideas o intentos de suicidio,
comportamientos retraídos y conducta delictiva. Esas personas tienen una pobre
imagen de sí mismas. Las alteraciones del sueño suelen ser comunes después de
un abuso sexual. Muchas víctimas manifiestan pesadillas, imaginando que en
cualquier momento un hombre puede entrar y volver a violentarlas
sexualmente.4

Siempre tengo el mismo sueño. Duermo sobresaltada. Cuando tenía 12 o 13


años fui a la casa de mi hermana porque había tenido un bebé y me quedé casi
un mes ayudándola. Una noche mi cuñado vino a mi pieza, comenzó a tocarme y
besarme; no podía gritar, fue horrible. Nunca pude contárselo a nadie. Desde
ese tiempo tengo problemas para dormir, no me gusta estar sola y me parece
que en cualquier momento alguien puede entrar donde estoy durmiendo.

La somatización
Cuando la prohibición de hablar es muy fuerte, como en los casos de incesto, el
cuerpo expresa lo que siente, aun cuando su conciencia no registre la asociación
entre abuso y enfermedad.

Cuando el abuso comienza a una edad muy temprana, antes de que ese niño o
niña tenga vocabulario con el cual asociar la experiencia, existe evidencia de que
la memoria es visual más que verbal y la información del abuso va a una
memoria corporal, integrada al propio cuerpo. Igual que el dolor por un miembro
que ha sido amputado, que puede aparecer años después de la intervención, el
cerebro, en el caso del abuso a temprana edad, puede recordar sensaciones y
manifestarlas en el cuerpo de la víctima muchos años después y sin relación con
el estado físico actual.5

Marcela evocaba su infancia con mucha pena; la menor de 5 hermanos,


huérfana de padre a los 3 años, siempre enferma. Estuvo por años con
tratamiento psicológico. Los profesionales le decían a su mamá que la pérdida
de su padre a tan corta edad era la causa del trastorno que sufría su hija. Hace
dos años la conocimos, trabajaba como maestra de niños en la iglesia; muy
dedicada, pero inconstante. Sufría de dolores de cabeza, cólicos intestinales,
gastritis, tendencia a la depresión, muy baja autoestima, entre otras
manifestaciones. Se había realizado numerosos estudios médicos que
demostraban que no había causa para sus síntomas. Nos reuníamos todos los
jueves a orar por su vida. Una tarde ocurrió lo inesperado: en medio de un
llanto que parecía provenir desde lo profundo de su alma, nos comentó el
secreto que había guardado por largos años. Su hermano mayor, que era el
encargado de cuidar a Marcela y sus otros hermanitos, había abusado durante
años de ella. Los primeros recuerdos de su infancia no se relacionaban con su
padre, sino con el abuso. Jamás lo había contado, no quería ocasionarle más
dolor a su mamá. Había intentado olvidar, perdonar, pero nada daba resultado,
por fin decidió romper el silencio.

Han pasado quince años desde aquella confesión y, tras un tiempo de asistencia
y consejería en los meses posteriores a la revelación de su secreto, hoy es una
mujer vital, productiva, positiva y entusiasmada con la vida. Ha superado ese
trauma. Ella misma se define como una mujer completamente recuperada.

Cómo ayudar a las víctimas de abuso sexual


Si es consejero, pastor o líder de niños y se encuentra con una situación de abuso
infantil, recuerde estos consejos:

- Crea al relato del niño, por más inverosímil que le resulte. Un niño que
cuenta una experiencia sexual, no está inventando.

- Intervenga de modo asertivo. Transcribimos un caso relatado en el libro


“abuso sexual infantil intrafamiliar” de Marta Podestá y Ofelia Rovea.6

Sergio era un asiduo concurrente a un templo evangélico del barrio. Su hija


Graciela, de once años de edad, le contó a Irma, la esposa del pastor, que
Sergio, su papá, todas las mañanas, cuando su mamá salía a trabajar,
aprovechaba para besarla en la boca y tocarla en sus partes íntimas. En ese
momento, Irma le prometió a Graciela que iba a solucionar su problema. Ésta
habló con su esposo para que le llamara la atención a Sergio. El pastor enfrentó
el tema con Sergio desde la concepción de pecado, le pidió que se arrepintiera
sinceramente y que tuviera el firme propósito de no volver a repetirlo. Sergio
continuó abusando de su hija, hasta que quedó embarazada. Embarazo que dejó
al descubierto esta situación de abuso. Cuando se actúa de forma inadecuada
se refuerza la situación de abuso.

- No adopte una conducta “espiritualosa”, diciéndole: “vamos a orar”, para


no tener que hacer nada más. Tenga presente que los daños por callar y la
complicidad del silencio van a ocasionar heridas muy profundas, quizás
irreparables sobre esa vida.

- No pierda la calma. Serénese y actúe de manera tranquila. No se ponga a


llorar, ni haga algún gesto raro.

- Extreme la confidencia. Apoye con palabras amables. Generalmente, el niño


siente mucha angustia por creer que es culpable o cómplice.

- Nunca lo haga responsable por lo que pasó. Felicítelo por haber hablado y
por haber confiado en usted. Tiene que decirle que él o ella no es culpable de lo
ocurrido.

- Busque ayuda. Piense que denunciar el hecho puede ayudar a que no vuelva a
repetirse. Instrúyase de las alternativas con la que usted cuenta para poder
enfrentar el tema.
-Mantenga un mismo ánimo. Es común ver retrocesos en el curso de
aconsejamiento. Comprenda la magnitud del conflicto y las múltiples
manifestaciones que puede tener. Las estadísticas señalan que los varones suelen
ser violentos e irritables, se inician sexualmente a muy temprana edad, se dan al
alcohol y suelen tener graves problemas en la escuela. Las niñas, al contrario,
suelen ser más calladas y antisociables, con baja autoestima, miedosas y
desconfiadas. Es usual que se encierren días enteros mirando TV o durmiendo.

Queremos agregar un último consejo para aquellas personas con antecedentes de


abuso sexual mucho tiempo atrás, quizás años o décadas. Pero nunca lo haga con
víctimas actuales o recientes porque las revictimiza al imponerles la ‘carga’ del
perdón.

- Guíe a la víctima al perdón. ¿Al perdón? Sí, aunque resulte inverosímil. Este
paso se aconseja cuando ha transcurrido tiempo desde el abuso, pero la persona
sigue ligada a ese pasado de dolor y amargura. No intente hacerlo con un hecho
reciente porque vulnera nuevamente a la víctima que, emocionalmente está muy
afectada. Los pasos pueden incluir:

1. Perdonar a Dios: resulta extraño porque Dios no necesita ser perdonado, pero
hay muchas personas abusadas que guardan en su corazón resentimiento,
hostilidad y enojo contra Dios, pues creen que Dios no las protegió en el día de
la violación o el abuso. Es necesario explicar que Dios se dolía por su dolor,
pero el ser humano cuenta con la libertad para elegir el bien o el mal. Dios no
tuvo la culpa. El abusador es quien tiene una mente depravada y oscura.

2. Perdonar al ofensor: (u ofensores), si los recuerda. La amargura es la


consecuencia de la falta de perdón en el corazón. La única manera de ser libre es
perdonando. Soltar el dolor a Jesús, pedirle que él se haga cargo.

3. Perdonarse a sí mismo: muchas personas abusadas no pueden perdonarse a


sí mismas. Creen que podrían haber evitado de alguna manera el abuso, sin
percatarse de que fueron manipuladas.

Explique qué es el perdón:


• El perdón no es olvido. Nadie puede olvidar el pasado. Ser sanado
interiormente no significa olvidar lo que pasó, sino recordar sin dolor.

• El perdón no es sentimiento. El perdón es una decisión voluntaria y pensada.


La persona ofendida decide perdonar aunque no lo sienta y lo hace para su
propio beneficio. ¡El perdón es el camino a la libertad!

Muy importante: La verdadera sanidad llega cuando esa persona al recordar el


pasado lo hace sin dolor. La Biblia, en Filipenses 3, dice: “olvidando ciertamente
lo que queda atrás”. Olvidar no quiere decir “fallar en recordar”; mas bien
significa “no estar ya más influenciado o afectado por”. Se rompe con el poder
del pasado cuando voluntariamente se vive para el futuro. Una frase dice: “si
quiere angustiarse, mire hacia adentro; si quiere derrotarse, mire hacia atrás,
pero, si quiere triunfar, mire hacia delante. Esta es la fórmula para el éxito”.

La restauración es posible
Dios prometió restaurar y cumplió su Palabra cuando envió a su hijo Jesús para
redimir a la humanidad. La restauración en Cristo es completa, liberadora y
eterna.

La gran noticia es que, aunque su sexualidad haya sido estropeada o afectada,


Dios desea restaurarla completamente. Restaurar significa restablecer la
condición original de algo o de alguien, volver al estado primario.

En el año 1480, Miguel Ángel pintó los frescos de la capilla Sixtina, en Roma.
El transcurso de los años, más las inclemencias del tiempo, hicieron que aquellas
primeras pinturas fueran perdiendo color y brillo. Posteriormente se realizaron
varios trabajos cuya finalidad era mantener las figuras de los frescos lo más
fieles posible al original; para ello fueron superponiéndose capas de resinas con
el fin de reavivar el color. Pero por la acumulación de diversos residuos que se
pegaron a las resinas, cuando algún observador se acerca para deleitarse con las
pinturas, termina decepcionado pues ante sus ojos no tiene la pintura original,
sino sólo un emparchado. Pinturas sobre pinturas que esconden los desniveles en
las paredes producidos por el desgaste del tiempo.
La restauración que Dios trae no es una capa que oculta el dolor o la culpa sino
que es el remedio para borrar, quitar, sanar, curar y limpiar. La tarea del Espíritu
Santo no es emparchar sino rehacer.

Desde el inicio del Nuevo Testamento, Dios brinda a cada persona el milagro de
la restauración. El libro de Mateo comienza con la genealogía de Jesús que
incluye a cuatro mujeres. Este dato de por sí es raro, porque las genealogías se
establecían sobre la base de los varones por sus casas y no a las mujeres; y lo
más llamativo es la historia de cada una de ellas.

Tamar fue objeto de opresión y de incesto, algo que todos prefieren olvidar.

Rahab fue una prostituta cananea. Rut, una mujer gentil. Betsabé, víctima de
acoso sexual del rey David, quien terminó asesinando al esposo.

Todas, pese a lo que habían vivido, fueron honradas por las generaciones
venideras. Aparecen como familiares directos de Jesús, el tres veces santo,
nuestro amado salvador. ¡Qué gran oportunidad para recibir una restauración
completa! En Dios podemos capitalizar las desventajas. Contamos con el poder
de Dios para convertir un menos en un más. Y prepárese, porque cuando algo es
restaurado por Dios siempre crece, se multiplica y mejora; de manera que la
condición final supera al estado original. Así ocurrió cuando Dios restauró a Job
tras las pruebas terribles; le dio el doble de lo que había perdido y lo bendijo más
abundantemente en sus últimos días que al inicio de su vida, Job 42:10-12. Lo
mismo desea hacer con usted. Al restaurarlo, Dios quiere hacer su vida mucho
más plena y fructífera de lo que jamás siquiera imaginó. Anímese, no deje que el
diablo lo mantenga sentado. Visualice su porvenir sin limitaciones. Su pasado no
lo condiciona. Si está en Cristo, tome esta promesa: “el Señor es el Espíritu y
donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad”. No se condene más. No pierda
la oportunidad de que Dios lo involucre en una obra maravillosa y eterna. Sirva
sin ataduras. El mejor canto de gratitud hacia nuestro Señor es vivir en el poder
de su restauración.

Sepulte su pasado, no su futuro


No queremos trivializar su dolor, pero éste es un tiempo nuevo. Lo animamos a
descubrir la hermosa realidad de que hoy es un día diferente. En Cristo es
posible superar lo que parece imposible.

Compartimos una emoción profunda cuando visitamos algún lugar de nuestro


país y Dios mismo nos alienta a seguir por medio de los testimonios que
escuchamos. Tenemos tantos relatos para contarle y alentarlo. Hace unos meses,
en un evento, una joven muy amable, nos atendía de manera personal. En cada
intervalo nos traía té, agua, bocaditos. Tenía tanta deferencia hacia nosotros que
nos cautivó. A media tarde, cuando estábamos finalizando nuestra conferencia y
ella había ganado mayor confianza, nos dijo: “asistí a un congreso en el que
ustedes oraron por restauración en situaciones de abuso. Yo nunca hablé con
nadie acerca de lo que había vivido y, aunque concurría de niña a la iglesia, cada
vez que llegaba fin de año, cerca del tiempo en que ocurrió mi abuso, yo tenía
tanta bronca que dejaba de ir a las reuniones, me rebelaba contra todo y todos.
Era la época en que tomaba alcohol e iba de boliche en boliche. Después entraba
en razón y volvía arrepentida a Dios. Desde aquel congreso sirvo al Señor con
alegría. Cuando llega cada fin de año me encuentro preparando los campamentos
del verano”.

Querido amigo, estimada amiga, sin importar lo que haya vivido o a quién haya
usado el diablo para destruirlo, nada puede detenerlo porque Dios se ha
propuesto bendecirlo y, en sus manos poderosísimas, todo lo malo puede ser
cambiado en bueno. No se quede atado al dolor del pasado. Renuncie a la
mentalidad de víctima. Una cosa es ser víctima en alguna ocasión o en ciertas
circunstancias, y otra muy distinta es tener una mentalidad de víctima. Si vive
encadenado al pasado no podrá disfrutar de las prosperidades que Dios ya ha
preparado para este tiempo de su vida. Efesios 2:10 dice que cada día Dios
prepara buenas cosas para que vivamos en ellas. No se quede más al costado del
camino. Levántese. Sacúdase del dolor por el pasado y emprenda con fe una
nueva etapa en su vida.
LA LEY DE LA PREVENCIÓN
“Si se salva a uno solo, se salva al mundo entero”.
La Misná

Nuestra investigación de 2001 da cuenta que el 41% de los encuestados tuvo


alguna experiencia negativa de índole sexual en la infancia; mientras que el 2011
el valor registrado fue del 37%.1

Del total de jóvenes con experiencias negativas, el 50% (2001) y 55% (2011) fue
‘manoseado’ o tocado con malicia, constituyendo así la forma más frecuente de
abuso sexual con contacto físico.
En conclusión
• De cada 10 jóvenes, más de 3 tuvieron experiencias sexuales negativas en la
infancia.
• De cada 10 jóvenes, 2 fueron manoseados o tocados con malicia.
• De cada 10 jóvenes, 1 sufrió abuso físico – sexual, sin llegar a la violación.
• De cada 15 jóvenes, 1 fue violado en la niñez.

Caracteres generales del abuso


• De 10 jóvenes abusados, 9 lo fueron por algún conocido, familiar o vecino.
• La edad promedio en la que comenzó el abuso osciló entre los 6 y los 8 años.
Un 10% dijo haber sufrido el primer abuso antes de los 6 años.
• Las niñas, por lo general, sufrieron el abuso en edad más temprana que los
varones. El promedio de edad para la niñas es de 9.2 años, y para los varones, de
11.3 años.
• Los niños varones sufren abuso mayormente a manos de vecinos o conocidos.
• Las niñas sufren abuso mayormente de parte de familiares cercanos.
• Un 17% reportó que dicho abuso continuó en asaltos repetidos durante un
período que va de 1 semana a 8 años.
• La forma más común de abuso infantil fue el incesto. Este delito es el más
negado y el que mejor se oculta.
• ¡Cuidado! Los abusadores tienen conductas repetitivas. Está comprobado que
aquellos que abusaron de sus hijos lo volverán a hacer con sus nietos.
• Por último, se registraron similares porcentajes de víctimas de abuso sexual en
diferentes zonas geográficas y grupos étnicos considerados. Esto significa que
frente al abuso sexual no hay diferencias de posición social, económica, cultural,
geográfica o racial.

Complicidad de la madre
Suele ocurrir que los niños abusados por algún familiar lo cuentan a su madre y
ésta responde con burlas, negando lo que ocurrió o no dándole importancia. El
niño abusado se siente ahora desamparado. Siente que su madre es cómplice.
Hay una revictimización de estos niños: por el abuso sexual primero y luego por
el desamparo.

Aquí queremos hablar a las madres que, como bien dicen María Pérez Conchillo
y Juan José Borras: “... no quieren ver. En muchas ocasiones no son capaces de
evaluar adecuadamente las señales que dan indicios de lo que ocurre. Su propia
angustia, inmadurez o dependencia enfermiza permiten que esto suceda...y
hunden más y más a la víctima en su sentimiento de indefensión y
autoinmolación”.2

El abuso sexual en general ocurre de manera repetida durante un período


significativo. A menudo ocurre en complicidad con otro miembro de la familia.
Por ejemplo, la madre puede terminar la relación sexual con su marido,
momento en el cuál él se vuelve hacia su hija; cuando la madre descubre el
incesto de modo típico, no lo informa o hasta puede negar que existe. Además, si
ella lo denuncia, su marido puede ser arrestado y la familia expuesta a una
publicidad vergonzosa.3

Desde la práctica se ha observado que cuando el que denuncia es un integrante


de la familia, por lo general no es la madre de la víctima, sino su hermana
mayor. Habitualmente porque ella misma registra un pasado de abuso.

Aunque hay madres que son capaces de dar la vida por sus hijos,
lamentablemente otras no; y la complicidad en el abuso está mayoritariamente
asociada a la figura materna, que no puede o no quiere creer el abuso.

Quiénes son los abusadores


El 90% de los abusadores en 2001 y, el 94% en 2011, son conocidos, familiares
o vecinos de la víctima. Sólo el 10% del total de la muestra reconoce como autor
a un desconocido.4

En relación con el sexo de la víctima, pudo demostrarse que las niñas sufren más
abusos en el ámbito familiar que fuera de él.

Aunque el incesto está legalmente penado, el 95% de los casos no se denuncian


y los niños terminan siendo una mera “propiedad”, sometidos al control de sus
padres o parientes, sin la protección legal correspondiente. Los delitos contra la
integridad sexual es uno de los menos reportados. A modo general se estima que
el 80% permanece sin informarse.
El porcentaje de niños varones que reportaron haber sufrido de abuso sexual en
la niñez es de 30%, en comparación con el 70% en las niñas. De esta manera, se
desmitifica la creencia de que las víctimas de abusos sexuales son
exclusivamente del sexo femenino.
Características del abusador5
Al que abusa de niños se lo llama pedófilo o paidófilo.
• En su mayoría, tienen una vida, por todo lo demás, normal. Es difícil saber y
hasta creer que tienen estas perversiones. Por otro lado, no buscan ayuda
profesional.
• Muchos están integrados socialmente. No tienen cuentas pendientes con la
justicia y son de buena presencia. Nadie imaginaría que son abusadores o
violadores.
• En cuanto a la posición económica, los abusadores son tanto de poder
adquisitivo alto, como de clases sociales medias y bajas.
• La mayoría son conocidos de los niños (familiares, vecinos o amigos de la
familia).
• No utilizan la fuerza sino la seducción y los regalos. Son manipuladores.
• Gran parte se contenta con acariciar genitalmente a los niños. La penetración
(violación) es menos frecuente.
• Suelen ser varones de mediana edad. La figura del “viejo verde” es la imagen
social, no la realidad, en la mayoría de los casos.
• Utilizan el abuso como una forma de dominación sobre la víctima.
• La edad de las víctimas más frecuentemente elegida por los paidófilos es de 8 a
10 años para las niñas y de 10 años o más para los niños. Cuanto más viejo sea el
abusador, más joven prefiere a su víctima.
• Si han abusado de sus hijos, seguramente lo harán con sus nietos.
• Son personas muy cariñosas y manipuladoras. Buscan la amistad de familias
que tienen niños hermosos. Se ganan el respeto de sus madres. No son pocos los
casos en que se hacen cargo de guarderías infantiles o trabajo social con
huérfanos para cometer el hecho.
• Son excesivamente cariñosos cuando abusan de sus propios hijos, a los que
nunca castigan, y colocan el abuso sexual como una muestra de cariño más.
• Suelen explicar sus conductas con frases tales como “hay que enseñarles la
vida” o que “el placer es bueno para los chicos” o, simplemente, que el niño lo
provocó.
• Ocultan celosamente su conducta. Para ello, tratan con mucho cuidado al niño,
lo llenan de atenciones para ganarse su afecto y lealtad, solicitándole que no
cuente a nadie lo que pasa entre ellos, que lo guarde como un secreto entre
ambos.
Qué piensa el abusador
• Que no comete ningún mal. Todos saben que tanto el abuso de un menor
como la violación son delitos penados por la ley. Sin embargo, también saben
que la gran mayoría no los denunciará y, si fueron prostituidos por otro, nunca
pedirán ayuda. La recuperación del abusador es muy difícil y resulta casi
imposible cuando no toma conciencia del daño que hizo, con una alta
probabilidad de reiterar las conductas abusivas.

En Misiones, en una siesta calurosa y durante el receso de un taller de abuso


sexual, varias personas se acercaron para ser aconsejadas. La primera fue un
hombre de mediana edad con problemas matrimoniales muy serios. Nos relató
su historia. Desde pequeño, según él, estuvo involucrado en las cosas
espirituales. Conoció a su esposa en un congreso y se casaron al año. Ahora se
encontraban en una profunda crisis marital. Luego de hablar con otras
personas, llegó ella. Una joven de hermoso rostro, muy retraída que, venciendo
todos los temores, quería confesar por vez primera su pasado de dolor. En la
misma sala había estado presente su victimario. Aquel que abusó de ella
durante años al amparo del liderazgo que ejercía. Nunca denunció el hecho
porque estaba convencida de que nadie le creería. No tenía otra prueba más que
su recuerdo. Quería olvidar, pero antes necesitaba compartir su dolor. Su
victimario era aquel primer varón que había hablado con nosotros y ni siquiera
registraba el haber perpetrado semejante hecho. Como bien dice el encabezado
del párrafo precedente: los abusadores creen que no comenten ningún mal. No
hay arrepentimiento, no hay culpa ni dolor.

• Que es “macho” y necesita sexo como “alivio”. Esto es una mentira que
repiten para justificarse. Este razonamiento tienen muchos hombres que
mantienen relaciones con prostitutas. Ellos se refieren al deseo sexual que
“necesitan”, en vez de decir que “quieren”. Así muchos argumentan su conducta
diciendo que “se encuentran solos y se ven forzados”, cuando en realidad su
deseo sexual es bien dominable.

• Que a los niños les gusta. Algunos abusadores se creen víctimas de la


seducción de los menores. Sistemáticamente dicen: “ella o él me provocó. ¿Qué
quiere que haga? Uno es hombre”. Las investigaciones realizadas con ofensores
sexuales demuestran que, aquellos que están convencidos de que los niños no
son perjudicados al mantener relaciones sexuales con adultos, vuelven a repetir
su conducta.

• Que los niños dieron su consentimiento para las relaciones. Por medio de
regalos, atenciones o amenazas, “logran” que la víctima preste consentimiento,
aun sabiendo que los menores no tienen esa facultad.

• Que si él no lo hace, otros peores lo harán. De ese modo acallan sus


conciencias y hasta se sienten “bondadosos” cuando, abusando de un menor, le
“regalan algo o le dan dinero”. Muchos de los abusadores tienen infancias en las
que ellos mismos han sufrido o han sido testigos de maltrato, violencia o abuso.
La mayoría niega esos abusos y justifican a sus progenitores diciendo que los
hicieron “hombres derechos”.

Cuándo sospechar un abuso


Cuando el niño o niña tiene:

- Cambios de humor muy pronunciados.


- Pérdida del entusiasmo.
- Rechazo a la proximidad física, tiene temor y se muestra huidizo.
- Retrocesos en el comportamiento, como empezar a orinarse nuevamente en la
cama o a chuparse el dedo.
- Pérdida del apetito o llanto excesivo.
- Manchas o roturas en su ropa interior.
- Conductas muy “extrañas”: se lastima solo, muestra gran agresividad o
aislamiento.
- Miedo a estar con cierta persona, aun siendo familiar. No obligue al pequeño a
quedarse pensando que es consentido. Esté alerta, quizá sea el único signo que
dé.

Consecuencias del abuso sexual

1. Menor comunicación con los padres: los jóvenes en general tienen poca
comunicación con sus padres, pero los que sufrieron abuso sexual tienen menos
comunicación, en comparación con los demás jóvenes.
2. Mayor confusión respecto de su orientación o género.
3. Mayor atracción hacia el mismo sexo: en los casos de abuso sexual, la
atracción homoerótica se triplicó en los varones y se duplicó en las mujeres
respecto del resto de la muestra.
4. Aumento de indefinición sexual.
5. Mayor cantidad de parejas sexuales que el resto de los jóvenes.
6. Mayor probabilidad de disfunciones sexuales en la vida adulta.
7. Inestabilidad emocional.
8. Problemas psicológicos serios.
9. Mayor culpabilidad. Muchos de ellos refirieron en las encuestas que no
podían superar el abuso y que “necesitaban que Dios los perdonara”.
10. Mayor deserción escolar.
11. Iniciación sexual más temprana.
12. Mayor índice de iniciación sexual.
13. Aumento de la probabilidad de promiscuidad o prostitución. Las
víctimas de incesto, en ocasiones, pueden parecer muy seductoras, como
consecuencia de una infancia hipersexualizada. Este comportamiento hace que la
víctima sea vulnerable a la repetición de una situación de abuso. La seducción
puede ser muy sutil y no necesariamente sexual.
Si no se atiende a las víctimas en su momento, el daño puede manifestarse en un
futuro bajo otras sintomatologías, tales como: adicciones, prostitución, suicidio,
depresiones, violencias de todo tipo o también transformando a las víctimas en
victimarios del mismo delito.6

Relación entre abuso sexual, inicio sexual precoz y


promiscuidad
Muchos de los niños que ejercen la prostitución han sido sometidos a alguna
forma de abuso sexual dentro del marco familiar. Una investigación realizada en
Rosario, detectó que el 70% de las prostitutas había sufrido abuso sexual infantil.
Desde niñas aprendieron que sus cuerpos eran algo que los otros podían usar,
que podían comprar.7 Los homosexuales experimentan una tasa de incesto
superior en la infancia, en comparación con la población general.8
Investigadores de la Universidad de Colorado y de Rochester evaluaron la
relación entre abuso sexual, físico y emocional en niñas y la edad del primer
embarazo. Las cifras obtenidas evidenciaron que el abuso sexual se asociaba con
edades más bajas para la primera relación sexual y el primer embarazo.9

Cómo prevenir el abuso sexual


1. Enseñando a nuestros niños sobre sexualidad.
Tome tiempo para hablar con sus hijos de todos los temas, incluida la
sexualidad. Anímelos a que compartan sus ansiedades y temores. Respete sus
confidencias, por pequeñas que sean, para que pueda crecer la confianza y
recurran a usted cuando surjan problemas mayores.
No tenga miedo de enseñar, es la mejor manera de prevenir. Dé consejos claros
acerca de comportamientos sociales básicos: “que nadie te saque la ropita, que
nadie toque las partes privadas, que no guardes un secreto cuando alguien te lo
pida, etc.”. Está demostrado que una educación sexual a temprana edad y una
buena comunicación entre ambos progenitores y sus hijos disminuye la
probabilidad de un abuso sexual. La asertividad es una habilidad social por
medio de la cual una persona manifiesta lo que piensa de manera clara y directa.
La asertividad debe fomentarse mediante el reconocimiento de que todos
tenemos derecho a defendernos y a dar nuestras opiniones. Los niños que
desarrollan estrategias para confrontar, pedir y negar, es decir, son asertivos, no
son víctimas indefensas frente a un abusador sexual. Anexo G.

2. Quitando los mitos y las mentiras acerca del abuso y la violación.


La idea que tenemos es que los abusos y las violaciones son actos cometidos por
hombres depravados y locos que saltan sobre los niños en lugares oscuros. ¡Nada
más lejos de la verdad! El 90% de los casos ocurre en el hogar del propio niño o
de familiares y amigos, a cualquier hora del día, con personas muy allegadas a
él. El abusador casi no utiliza la fuerza porque “convence” al niño para hacer lo
que él desea.
Tampoco debemos creer que el abusador tuvo “un arrebato” sexual incontrolable
y por eso violó o abusó. Todo estuvo premeditado. Tampoco se asocia al
alcohol. Aunque éste puede actuar como un elemento que desinhibe, no es la
causa del abuso.
Investigaciones realizadas con abusadores y violadores demostraron que, para
que ocurra un abuso o una violación, tienen que existir tres factores:
a. Primero: el adulto debe vencer los obstáculos externos, es decir crear la
situación o “el ambiente” para llevar a cabo su acción.
b. Segundo: el adulto tiene que convencer al niño o adolescente y tenerlo
disponible en el momento elegido.
c. Tercero: el adulto piensa que, aunque esté penado por la ley, no lo van a
descubrir, no lo van a “pescar”.

3. Cambiando la educación de nuestras niñas.


Nuestro estereotipo social es: hombre fuerte - mujer débil. Así, la misma
sociedad crea a sus propias víctimas de abusos y violaciones: los débiles. Dado
que la mayoría de las víctimas son mujeres o niñas, es necesario replantearnos
cómo criamos a nuestras hijas. En esta sociedad machista, la debilidad es un
atributo femenino pero, a la hora de defenderse, se convierte en una trampa
mortal. La feminidad no tiene relación con la “debilidad o pasividad”;
enseñemos a nuestras hijas a ser ágiles, a desarrollar sus habilidades físicas.

Juanita es la menor de cuatro hermanas y la única de la que no abusó su padre.


Vivían en el campo y él tuvo dos hijos de sus respectivas hijas. El abuso era por
todas conocido, pero guardado como un secreto de familia. Comenzaba apenas
se desarrollaban como señoritas. Juanita fue la única que desafió a su padre.
No tuvo una actitud sumisa frente a los intentos de abuso. Le hizo saber: “si me
agarras, te parto la cabeza con un palo o te mato cuando estás dormido”. Era
tal la convicción de Juanita que su padre nunca la tocó.

En un estudio realizado en los Estados Unidos, en el que se interrogó a 72


prisioneros condenados por abuso sexual acerca de cuáles eran las víctimas que
seleccionaban, respondieron que preferían a las tranquilas, pasivas, de hogares
desa-venidos.10

4. Cambiando la educación de nuestros niños.


De la misma manera que criamos víctimas a las mujeres, criamos a los varones
como victimarios o violadores. Muchos de los violadores y abusadores están
convencidos de que a sus víctimas les gusta la fuerza y, a la postre, se terminarán
enamorando de ellos. Nuestra cultura enseña a los varones a ser agresivos.
Asocia la fuerza y la violencia con la masculinidad. Nosotros somos
responsables de esta realidad y lo es cada padre que estimula a su hijo a que no
respete a los débiles o que festeja al “machito” cuando le gana a otro en una
pelea.
La mayoría de los violadores son adolescentes o jóvenes que quieren probar
su hombría violando a otra persona. Según el FBI, el 61% de los violadores
tienen menos de 25 años.11
En nuestra encuesta ocurrió algo inesperado. Ante la pregunta: “¿alguna vez, a
otra persona, utilizando la fuerza, el engaño o las amenazas: la manoseaste,
abusaste o violaste?”. Un gran número de encuestados no respondió. Fue una de
las pocas preguntas no contestadas por el 36% del total de la muestra. En el año
2001, de los que contestaron la pregunta: ¿Alguna vez manoseaste?, el 17%
manifestó haber manoseado a otra persona. En el año 2011, este valor fue de
16%.
En el año 2001 y en el 2011, el 3% de los que contestaron dijo haber abusado de
otra persona, y el 1% (en ambos trabajos de investigación) dijo haber violado a
otra persona.
La antropóloga Margaret Mead ha observado que no se oye hablar de violación
en las sociedades en las cuales los varones son condicionados por esa cultura
para ser protectores y no agresivos. Se inculca a los niños desde edades
tempranas a desarrollar un papel de sustento, sacrificio y protección.12

5. Exponiendo a los abusadores públicamente y defendiendo a las víctimas.


¿De dónde surgen los violadores? De familias cualesquiera, pero con una
característica común: hogares con conflictos, desavenencias conyugales, gritos,
insultos, peleas. Es improbable que un violador surja de una familia donde el
respeto, las caricias y el buen trato sean la norma cotidiana. Por lo tanto,
debemos trabajar para que el ámbito de nuestro hogar sea ejemplo del amor
auténtico todos los días. Invierta tiempo en su familia, considere las charlas
matrimoniales como enriquecedoras, los campamentos o los retiros, no como
pérdida de tiempo o dinero, sino como momentos inspiracionales que lo
ayudarán a edificar un mañana mejor.
Le sugerimos leer con suma atención el próximo relato de un mail que nos llegó
desde Tierra del Fuego.

Hola Silvia y José Luis, ¡Dios los bendiga! Desde el cálido sur les saludamos
Liliana y Pablo Torres, deseando que se encuentren bien. El motivo de este e-
mail es contarles que en estos días se está llevando a cabo un juicio a quien
durante 10 años estuvo abusando de su hijastra. Hace un año conocimos a esta
jovencita en un encuentro de adolescentes. A través de la charla de sexualidad,
se evidenciaron síntomas de abuso, conforme a lo tratado en el libro de ustedes
De eso no se habla. Le aconsejamos hablar con su mamá y concurrir a salud
mental del Hospital, donde se corroboró lo que suponíamos. Hoy testificamos en
el juicio. El juez quiso copia del material que habíamos usado en ese momento y
ordenó fotocopiar dicho libro. Para nosotros todo esto es nuevo. La Iglesia ha
sido bien vista, ya que observaron líderes que se capacitan para ayudar.
Mañana se darán los alegatos y en los próximos días la sentencia. Les pedimos
oración y queríamos hacerles partícipes de este hecho. Lo que ustedes nos
brindaron ha servido de mucho. Seguiremos en contacto. Les extendemos desde
aquí un cariñoso saludo, anhelando que Dios les siga bendiciendo, Lili y Pablo.

Antes de terminar esta sección debemos hacer hincapié en la diferencia existente


entre perdón y absolución. Ser cristianos y otorgar perdón no implica abortar la
ley de la siembra y la cosecha. Gálatas 6 enseña este principio. Cuando una
persona violenta sexualmente a otra deberá responsabilizarse por las
consecuencias. Muchos cristianos dicen: “yo tengo que perdonar… si lo
denuncio es porque no lo perdono”. Esta forma de pensar tiene un vicio de fondo
muy peligroso. La denuncia se hace no para resarcir a la víctima, porque la
justicia humana no puede devolver lo que un abusador le ha robado. La denuncia
se hace por amor a otros niños/niñas o adolescentes, futuras víctimas. Si se tiene
en cuenta que el abusador tiene conductas repetitivas, la acción legal tiende a
salvar a posibles víctimas en el futuro.

Días después de aquella primera carta recibimos un segundo mail en el que nos
compartían que el juez sentenció a 14 años de prisión a ese abusador. Una
víctima menos, una liberación más.
LA LEY DEL COMPLEMENTO
“El hombre se unirá a su mujer y serán uno solo”.
La Biblia

Considere las siguientes situaciones:


1. ¿Qué consejo le daría a su mejor amigo si le confesara que está pensando en
hacerse homosexual?
2. ¿A dónde acudiría o a quién pediría ayuda si su hijo/a le confesara que está
sintiendo atracción hacia personas del mismo sexo?
3. ¿Qué haría si su cónyuge declarara haber tenido contactos homosexuales?
Nota: El objetivo de las preguntas formuladas es determinar qué emociones se
despiertan frente a estas situaciones hipotéticas. Como conclusión, el moderador
debe decir que ante la homosexualidad y los conflictos personales relacionados
con orientación y género, no se razona, se reacciona. Reaccionamos desde los
temores y el desconocimiento.

Características generales
1. No es algo que uno es, sino algo que uno hace.
Si existiera la homosexualidad de “nacimiento”, la Biblia no la condenaría; pero
lo hace porque es algo que se aprende.
El término “homosexualidad” fue inventado a final del siglo XIX (1869) por K.
M. Kertbeny. Es una palabra mitad griega y mitad latina, que se utiliza para
describir al que elige como pareja sexual a uno del mismo sexo (homo significa
“mismo” o “igual”).1
El homosexual no puede ser caracterizado por su aspecto, sus gustos o su
intelecto. El estilo de vida de un homosexual a otro difiere muchísimo. Al
homosexual no se lo define por lo que es, sino por lo que hace: se relaciona
afectiva y sexualmente con personas de su mismo sexo.

2. No es una enfermedad.
Una persona tiene comportamiento homosexual porque así lo decide. No es
una enfermedad. Los mismos homosexuales piden no ser discriminados ya que,
siendo perfectamente normales, han adoptado una elección de vida homosexual.
Erwin J. Haeberle, hablando acerca del uso y las funciones de los órganos
sexuales, dice: “...tenemos que reconocer que no es la “naturaleza” la que toma
decisiones sobre cómo debe ser usado el cuerpo humano, sino la voluntad
humana”.2

3. Es un pecado.
La práctica homosexual (así como el adulterio, la fornicación, etc.) atenta contra
el plan de Dios para el hombre. La Biblia desaprueba la conducta homosexual,
Levítico 20:13 y 18:22; 1ª Corintios 6:9; 1ª Timoteo 1:9-10.
Pablo, en Romanos 1:26-27, condena la homosexualidad activa tanto en el
hombre como en la mujer.

Analicemos algunos textos bíblicos:


• Génesis 2:18 explica que, para satisfacer la necesidad básica de compañía de
Adán, Dios creó una mujer, no a otro hombre.
• Génesis 19:1-13 relata la historia de Sodoma. Los hombres de esa ciudad eran
malos y pecadores, Génesis 13:13 y 18:20, por lo que Dios decidió destruirlos,
Génesis 19:25. Entre sus muchos pecados, los habitantes de Sodoma eran
culpables de prácticas homosexuales, por las siguientes razones:
- Los varones de la ciudad querían acostarse con los ángeles: “sácalos para que
los conozcamos”. La palabra hebrea que se traduce por “conocer” significa
relación sexual. Es la misma palabra que se encuentra en Génesis 19:8.
- Lot ofrece sus hijas. El ofrecimiento de mujeres demuestra que el episodio
tiene connotación sexual.
- Judas lo confirma. En el versículo 7 hace referencia explícita a las prácticas
homosexuales.
El comportamiento homosexual no fue el único pecado que llevó a Dios a
destruir la ciudad, pero fue uno de ellos.
• Jueces 19 cuenta la historia de Gabaa. Un veterano extranjero hospeda a un
levita y a su concubina. Los hombres de la ciudad rodean la casa y exigen que el
visitante salga con el fin de tener relaciones sexuales. El dueño solicita que no le
hagan daño a su huésped y ofrece a cambio a su propia hija y a la concubina de
su invitado. Cuando ésta última fue “sacada”, los hombres se “llegaron a ella” y
abusaron hasta que se hizo el día, dejando al descubierto sus intenciones
sexuales.
• Levítico 18:22 y 20:13; Romanos 1:26-27 condenan claramente las prácticas
homosexuales.
• 1ª Corintios 6: 9-10 dice: “no se dejen engañar, pues en el reino de Dios no
tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que
comenten adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni
los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones.”, DHH.
• 1ª Timoteo 1: 9-11 dice: “hay que recordar que ninguna ley se da para
quienes hacen lo bueno. La ley tiene en cuenta a los rebeldes y desobedientes, a
los malvados y pecadores, a los que no respetan a Dios ni a la religión, a los
que matan a su padre o a su madre, a todos los asesinos, a los que cometen
inmoralidades sexuales, a los homosexuales...”, DHH.

Conclusión
La voluntad de Dios es el matrimonio monogámico y heterosexual. Dios no
ofreció otra alternativa. Ese orden fue establecido por el Creador en la creación y
no por la cultura, de lo que se deduce que su validez es permanente y universal.
Los cristianos deberíamos rechazar las relaciones homosexuales de la misma
manera que rechazamos la poligamia y la poliandria. Rechazamos las relaciones
extramatrimoniales, las relaciones eventuales y pasajeras y el adulterio. En
definitiva, la única relación reconocida por Dios es la unión sexual de un hombre
y una mujer en el matrimonio. Anexo H.

Los mitos más comunes


1. Los gays son afeminados. Falso.
La palabra “homosexual” evoca cierta imagen: la de un afeminado. Creemos que
siempre caminan contorneándose, son de mano caída, hablan con voz de dama y
ceceo. La creencia de que los homosexuales varones adoptan un rol de género
distinto a su sexo, lleva a pensar que se van a comportar como mujeres, pero no
es así.
La amplia mayoría de los homosexuales masculinos, son hombres que se
sienten hombres (tienen una identidad sexual masculina) y se comportan
como hombres (no tienen deseos de ser mujer), con la única excepción de
que eligen como pareja sexual a un sujeto de su mismo sexo. Sólo 1 de cada
10 homosexuales es afeminado.
2. La atracción homosexual te lleva irremediablemente a la práctica
homosexual. Falso.
Después de dictar una conferencia de educación sexual, se acercó un hombre de
mediana edad. Traía en sus brazos a una bebita muy hermosa. Con sus ojos
enrojecidos y llenos de lágrimas, buscó por ademanes la cercanía de nuestro
rostro y, al oído, nos dijo: “necesito ayuda, desde hace un tiempo estoy
fantaseando con tener relaciones sexuales con otro hombre. Soy líder en la
iglesia. Tengo una maravillosa esposa y esta pequeña hija. Nunca estuve con un
hombre. No quiero sentir este deseo, estoy confundido. ¿Seré homosexual?”.

Este hombre sentía una atracción erótica hacia personas del mismo sexo e
ignoraba que una atracción homosexual no conduce necesariamente al
comportamiento homosexual.
Para entender la diferencia entre deseo y acción, vamos a referirnos a un ejemplo
no sexual y por ende, no tan angustiante. Supongamos que una persona se enoja
contra otra y piensa en cómo hacer justicia por mano propia, pero todavía no
hizo nada. Génesis 4:6-7 nos cuenta un caso parecido entre dos hermanos: Abel
y Caín. Caín se enojó contra su hermano y pensó, al igual que en nuestro
ejemplo, en hacer daño a Abel. Dios sale al encuentro de Caín y le dice: “¿Por
qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la
cara, pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de
dominarte. Sin embargo, tú todavía puedes dominarlo a él”. Esta conversación
tuvo lugar antes de que Caín transformara en acciones concretas las ideas de su
mente. No fue homicida por pensar, sino por hacer. ¡Claro que no avalamos los
malos pensamientos, pero debemos distinguir entre inclinación y acción! Así
como no se juzga por homicidio a quien haya pensado alguna vez en matar,
tampoco deberíamos condenar a quien tiene cualquier tipo de pensamiento
impuro, sino animarlo a luchar en contra de él, a fin de que no lo domine. Por lo
tanto, que le atraiga una persona del mismo sexo no significa que sea o que
termine siendo un homosexual. ¡No se rinda ante esos pensamientos ni juegue
con ellos en su mente!

3. Los gays pueden identificarse. Falso.


A menos que ellos se den a conocer, difícilmente se sabrá quién es homosexual.
La vida cotidiana es la misma para un homosexual que para un heterosexual. En
otras palabras, tienen el mismo aspecto, se comportan de la misma manera,
practican los mismos deportes, van a los mismos lugares, hablan el mismo
código, con la única diferencia de que el varón homosexual elige un compañero
del mismo género, pero su identidad es definidamente masculina. Él piensa de sí
mismo como varón y no tiene el deseo de ser mujer.3

4. Las lesbianas se parecen a los hombres. Falso.


Como ocurre con los homosexuales hombres, las mujeres lesbianas no andan con
pelo corto, vestidas de pantalones y con formas masculinas (machonas), sino que
la mayoría se ve y se comporta como cualquier otra mujer.
5. Los homosexuales persiguen a los niños. Falso.
En realidad, la mayor parte de los ataques sexuales a los niños son realizados por
varones heterosexuales. Más del 80% de los abusadores son heterosexuales.

6. Los homosexuales se excitan con todos los que son de su mismo sexo.
Falso.
No basta con ser hombre para despertar excitación en el homosexual, como no
basta tener una pollera para despertar excitación en un heterosexual. Debe reunir
ciertas características, sobre todo mostrarse dispuesto. Como a ninguna persona
le gusta ser rechazada, buscan pareja entre aquellos más interesados.

7. A los homosexuales les obsesiona el sexo, más que a los heterosexuales.


Falso.
En realidad, el tema sexo ocupa un lugar más destacado para los hombres que
para las mujeres, y ello es independiente de si son homosexuales o
heterosexuales. La diferencia entre el deseo sexual del hombre y de la mujer es
mayor que la que existe entre hombres homosexuales y heterosexuales.

8. El sexo anal es la práctica más frecuente y la que determina la


homosexualidad. Falso.
Lo más frecuente entre homosexuales es la masturbación mutua y el sexo oral.

9. Todos los homosexuales tienen SIDA. Falso.


Este es un mito muy común generado por el desconocimiento. El VIH-SIDA se
asocia al contagio por medio de sangre, semen, secreciones vaginales, jeringas
contaminadas, transfusiones sanguíneas, embarazo y parto de mujeres
infectadas; no exclusivamente con la homosexualidad.

Cómo acompañar a quien quiere vivir en santidad


1) Exprese amor y aceptación.
Recuerde que no existe jerarquía de pecados en la Biblia. Dentro de la
comunidad cristiana tendemos a ver algunos pecados como menos
“perdonables” que otros. Cuando el apóstol Pablo escribe su lista en 1ª Corintios
6:9 y 10, coloca la homosexualidad entre otros pecados, ni mejor ni peor, sólo
uno más entre otros igualmente de malignos. El amor es condición esencial para
poder ayudar. Para los cristianos, toda persona es objeto del amor de Dios. Por lo
tanto, acompañe, no discrimine; ayude, no condene.

2) Verifique si la persona quiere ser ayudada.


Hay esperanza para todas las personas. La Biblia nos asegura que muchos
homosexuales dejaron sus prácticas, 1ª Corintios 6:9-11. Recuerde que el
comportamiento sexual es la decisión de hacer como de abstenerse de hacer
algo, incluyendo el beso, el tomarse de las manos, el masturbarse y una amplia
gama de otros comportamientos. En toda persona sana, desde el punto de vista
psicológico, es posible ejercer la voluntad en el sentido que se quiera. En otras
palabras, tanto la práctica de la homosexualidad, la bisexualidad, la
heterosexualidad u otros comportamientos sexuales, son conductas voluntarias.
Depende de la persona la práctica. No de un tercero, una convención social o
familiar y tampoco de un demonio. Este dato es sumamente relevante porque no
hay persona, método o estrategia que pueda ayudar a una persona que no quiera
modificar su conducta. La razón por la que muchos consejeros se desaniman en
el proceso de discipulado es porque están tratando de ayudar a la persona
equivocada.

3) Lleve a la persona a un encuentro con Jesús.


Éste debería ser el primer paso, pero ha quedado en este punto porque si observa
que la persona no tiene una vida de comunión auténtica con Dios, aunque haga
años que asiste a la iglesia, llévela a un encuentro con Jesús.
“Cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará”, 2ª Corintios 3:16. La Biblia
dice que lo que resulta imposible para los hombres, es posible para Dios, Lucas
18:27. Al aceptar a Jesús se implanta Su naturaleza divina y esa persona nunca
más estará sola. Alguien dijo: “lo que está detrás de nosotros y lo que está
delante de nosotros son cosas insignificantes comparadas con la que está dentro
de nosotros”. ¡La presencia del Espíritu Santo será la diferencia entre el éxito y
el fracaso!
No centre toda la atención en la sexualidad como si fuera lo único y más
tremendo de la vida de ese hombre o de esa mujer. Probablemente existan otras
muchas experiencias de vida que necesiten ministración y ayuda. Expresar
compasión y empatía hará posible que esa persona comparta sus vivencias y sus
temores. Ayudarla sinceramente es buscar junto a ella un horizonte diferente.

4) Guíe a la persona a una renuncia genuina.


La homosexualidad no es una enfermedad y no se trata ni se “cura”. Como
consejeros, acompañamos a quienes por convicción personal desean vivir
conforme a la Biblia.
El placer que se experimenta en una relación homosexual produce, a la postre,
más placer. Las fantasías homosexuales producen apetitos homosexuales que
conducen a experiencias homosexuales. Masters y Johnson demostraron que el
placer entre un hombre y una mujer es comparativamente menor que el
producido en una relación hombre – hombre o mujer – mujer.4 Es decir, un
hombre sabe cómo estimular a otro hombre mejor que una mujer y, una mujer
sabe cómo estimular a otra mujer, mejor que un hombre.
Como consejeros debemos guiarlos a una renuncia, es decir, a desprenderse
voluntariamente no sólo de las prácticas que no condicen con la Biblia sino
también del placer asociado a esas experiencias. Esto involucra entregar a Cristo
el cuerpo y la mente. Permitir que sea Él quien gobierne en la vida íntima.
Muchos homosexuales se remontan al pasado durante el proceso de discipulado,
sublimando ese placer, y se dejan seducir reiteradamente para sentirlo, con
nuevas cargas de culpa y dolor. Para una sociedad postcristiana y con
relativismo moral no estaría mal que el placer determine la conducta pero, para
quienes creemos en la Biblia como una verdad de valor absoluto, es inadmisible
un comportamiento sexual diferente al determinado por Dios.

5) Anime a vivir en santidad.


¡Los homosexuales no nacen! La sexualidad es una construcción social. Tim
LaHaye dice: “se hacen al pensar positivamente acerca de las prácticas
homosexuales, luego al participar en tales prácticas, que a su vez proveen placer
y en consecuencia traen como resultado más pensamientos positivos hacia la
homosexualidad, que conducen a mayor actividad homosexual, hasta que los
pensamientos y las expresiones sexuales del individuo llegan a ser
exclusivamente homosexuales”.5
Una persona puede abandonar la práctica de la homosexualidad, así como
cambiar cualquier comportamiento sexual. Los científicos han descubierto que la
función sexual se aprende, no viene de nacimiento. La sexualidad es un camino
que se construye con experiencias y elecciones. Por lo tanto, anime a la persona
a creer y a declarar que podrá vivir en santidad. No hay razón para que alguien
diga: “Dios me hizo así, no tengo remedio y tampoco tengo culpa”. No es la
naturaleza humana la que toma la decisión de cómo debe ser usado el cuerpo,
sino la voluntad y, sin bien es cierto que la orientación sexual no se elige, sí se
elige qué hacer frente a la misma.
Se debe enseñar la gran diferencia que existe entre sentirse atraído por una
persona del mismo sexo y tener relaciones sexuales con ella. La inclinación y el
deseo pueden persistir aún después de haber puesto punto final a la práctica
homosexual; pero ya es un gran progreso. “Sería irreal creer que la persona que
ha tenido práctica homosexual ya no tiene deseos o sentimientos homosexuales.
Resultaría cruel e inhumano echar una carga de culpabilidad innecesaria sobre
las personas por tener tales sentimientos. Esa reacción espontánea no es pecado.
Sólo las fantasías lascivas y el prolongado deseo por el mismo sexo constituirían
un patrón de pensamiento pecaminoso. No siempre puede uno controlar qué
clase de pensamientos vienen a su mente, pero sí puede determinar por cuánto
tiempo permanezcan allí”.6
En definitiva, al igual que los heterosexuales luchan contra pensamientos
adúlteros, los homosexuales deberán cuidar sus mentes y corazones para no ser
vulnerables frente a la tentación. Para todos los hijos de Dios es válido el mismo
consejo: “llevemos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”, 2a
Corintios 10:5.

6) Sea paciente.
Cuanto más tiempo se haya practicado la homosexualidad, más difícil será
superarla. Por eso, quienes están en franca lucha con su sexualidad necesitan que
se les escuche con mucha paciencia y comprensión. Sea compasivo; no condene.
Todo proceso normalmente lleva tiempo. La nueva vida implica, muchas veces,
avances y retrocesos. Entiéndase bien, no le sugerimos que disimule aquellas
conductas que no se ajustan a la voluntad de Dios, ya que la paciencia no
significa permiso para perseverar en el mal.
Tiempo atrás recibimos una carta en la que un homosexual justificaba su
condición de la siguiente manera: “acepté a Jesús desde muy pequeño; hasta los
treinta y seis años luché contra mi orientación sexual esperando
infructuosamente que Dios me cambiara. Como no lo hizo, terminé aceptando
mi homosexualidad con alegría y sin culpas”. El ser cristiano no nos hace
inmunes frente a las tentaciones o al pecado. Aunque seremos tentados a pecar,
Dios espera que resistamos a la tentación. Dios no hará por la persona lo que esa
persona pueda hacer por sí sola. Filipenses 4:13 dice: “todo lo puedo en Cristo
que me fortalece”. Note el sujeto y el verbo de este versículo: “yo puedo”. El
milagro es la sociedad entre Dios y el hombre para que algo ocurra. Siempre
requiere la participación humana. Dios va a hacer lo que yo no puedo hacer,
pero no hará lo que yo tengo que hacer.

7) Acompañe de modo sostenido en el tiempo.


Una de las pautas básicas para mantener el proceso hacia la santificación en
continuo avance es que usted pregunte en forma periódica acerca de la vida
íntima de esa persona. Esto constituye una presión positiva extra para que pueda
resistir. Las tentaciones van a venir, eso es casi seguro. Pero saber que usted lo
mirará a los ojos y lo interrogará, le dará una fuerza de voluntad mayor para
seguir en pie. Nuestra experiencia nos dice que oídos dispuestos a escuchar y un
corazón amigo pueden lograr mucho más de lo que suponemos. Aguarde con fe
y esperanza la nueva vida de obediencia.

8) Oriente con sabiduría.


Un antiguo adagio latino dice: “principiis obsta” que significa “resiste al
comienzo”. La morosidad hace que la tentación vaya cobrando fuerza en nuestro
interior, debilitándonos espiritualmente hasta hacernos ceder. Gran parte de
nuestras caídas se deben a que no nos oponemos con un “no” rotundo al
atractivo de la tentación, manteniendo una secreta complicidad con el pecado
que no nos decidimos a abandonar. Guillermo Hendriksen dice: “perder tiempo
es mortal. Las medidas tomadas a medias causan estragos”.7
Recomiende a la persona que se aleje de circunstancias “tentadoras”. Frecuentar,
aunque sea excepcionalmente y de manera esporádica, los parques, baños, bares,
playas u otros lugares donde se reúnen, es prepararse para fracasar. La Biblia
dice: “las malas compañías corrompen las buenas costumbres”, 1ª Corintios
15:33. Para evitar la tentación, se requiere una ruptura absoluta con la vida de
antaño.
Una chica que decidió vivir en abstinencia y abandonar la práctica de la
homosexualidad explica cómo lo hizo: “hablaba con mis amigas en el jardín, y a
plena luz del día, en lugar de hacerlo a medianoche en el dormitorio”. Un joven
que logró vencer su inclinación homosexual lo expresó así: “resistí ayer y puedo
resistir hoy. Y no me permito pensar en lo que puede suceder mañana”. “Huye
de las pasiones juveniles”, 2ª Timoteo 2:22 es un consejo sabio, aplicable a
tentaciones tanto heterosexuales como homosexuales.

9) Fomente hábitos saludables.


Expresar empatía hará posible que esa persona hable de sus experiencias y de
sus temores. Promueva tiempos de oración y lectura bíblica. Planifique una serie
de reflexiones de la Palabra de Dios que sean atinadas a esta problemática.
Recuerde, su fin último es que esa persona se transforme en un discípulo de
Jesús. Para ello debe trabajar hasta que incorpore hábitos saludables de vida. En
otras palabras, mientras reeduca su vida sexual, crece espiritual y personalmente.
Encontrar un lugar para ser contenido es de suma importancia. Las personas que
están tratando de salir de la homosexualidad necesitan amigos cristianos en
quienes apoyarse. La iglesia es el lugar más recomendado. Una célula o grupo
pequeño le ayudará a desarrollar nuevas amistades y lo mantendrá enfocado en
actividades productivas.

10) Otórguele esperanza.


¡Lo que es imposible de lograr para los hombres, es posible para Dios!
Nada es mágico, pero todo es posible. Si está luchando no se rinda, prosiga un
pasito más. Dios sigue de su lado. No importa lo grande de su problema, Dios es
más grande que él.
LA LEY DEL CONOCIMIENTO
“Es más fácil desintegrar un átomo que un preconcepto”.
Albert Einstein
Las tradiciones, los tabúes y el desconocimiento son nefastos para el
entendimiento saludable de la sexualidad. Si queremos mejorar nuestro
matrimonio, la crianza de nuestros hijos y ejercer un liderazgo positivo,
entonces, necesitamos aprender. El elemento esencial para el aprendizaje es
tener una mente receptiva. Recuerde, ¡la mente es como el paracaídas, trabaja
mejor cuando está abierta!

Test de auto-evaluación
Le recomendamos hacer este test de conocimientos generales de sexología. El
objetivo es evaluar la calidad de la información que ya posee. Le servirá como
punto de partida para corregir, si es que lo necesita, algún error en la
información recibida.
Cada pregunta tiene sólo una opción correcta. Al reconocerla, márquela.
Al final del test compare los resultados con los que figuran como correctos y
coloque el valor de un punto por cada respuesta correcta y cero por cada
incorrecta.

1. ¿Cuándo experimenta el varón la primera erección?


a) En la pubertad.
b) En el momento de nacer.
c) Antes del nacimiento.

2. En el hombre la vasectomía produce:


a) Infertilidad.
b) Impotencia.
c) Eyaculación precoz.

3. ¿Cuántos espermatozoides produce aproximadamente un hombre sano


en un día?
a) Entre 100 y 10.000.
b) Entre 100.000 y 1.000.000.
c) Entre 50.000.000 y 100.000.000.

4. ¿Qué hormona determina el impulso sexual de las mujeres?


a) Estrógeno.
b) Progesterona.
c) Testosterona.

5. La erección se produce porque el pene:


a) Se llena de aire.
b) Se llena de semen.
c) Se llena de sangre.

6. Una mujer en su primera relación sexual:


a) No puede quedar embarazada.
b) Puede quedar embarazada si está en los días fértiles.
c) Cualquiera de las anteriores.

7. La eyaculación precoz es:


a) Una falta de erección.
b) Una enfermedad.
c) Un problema basado en la pérdida del control voluntario del reflejo
eyaculatorio.

8. Para saber si una mujer es virgen hay que:


a) Hacer un Papanicolau.
b) Verificar si tiene himen.
c) Ninguno de los anteriores.

9. El sexo de un niño está determinado por:


a) La madre.
b) El padre.
c) Ambos.

10. ¿Cuáles son los peligros de mantener relaciones sexuales cuando la


mujer está menstruando?
a) Infecciones, enfermedades.
b) Alteraciones hormonales.
c) Ninguno.

11. Generalmente, ¿dónde ocurren los abusos infantiles?


a) En los sitios abandonados y oscuros.
b) En el propio hogar del niño/a.
c) En la casa de desconocidos.

12. ¿En qué género hay más homosexuales?


a) Hombres.
b) Mujeres.
c) Similares proporciones.

13. ¿Cuál es la manera más efectiva para evitar un embarazo no deseado?


a) A.C.O (anticonceptivos orales o pastillas).
b) Condón o preservativo.
c) Ninguno de los dos.

14. Dentro de los métodos anticonceptivos, ¿cuál es el más efectivo?


a) A.C.O (anticonceptivos orales o pastillas).
b) Condón o preservativo.
c) Método del ritmo.

15. ¿Qué práctica de la madre causa mayor daño al feto?


a) El ejercicio físico.
b) Las relaciones sexuales.
c) Fumar.

16. Se pueden mantener relaciones sexuales durante el embarazo sin que


afecte al bebé:
a) Sólo hasta el tercer mes de embarazo.
b) Durante los primeros 6 meses del embarazo.
c) Durante todo el embarazo.

17. ¿Qué es la homosexualidad?


a) Una elección sexual.
b) Una enfermedad curable.
c) Una posesión demoníaca.
d) Un delito.
e) Un problema psíquico.
18. Los homosexuales se identifican por:
a) La manera de hablar y caminar.
b) La forma en que se visten.
c) Ninguna cosa, nada en particular.
d) Las personas con quienes se relacionan.

19. ¿A qué se denomina impotencia?


a) A la ausencia de erección.
b) A la incapacidad para tener hijos.
c) A la falta de deseo sexual.

20. En algunos casos la masturbación produce:


a) Problemas psíquicos.
b) Esterilidad.
c) Pérdida de la memoria.
d) Ninguna de las anteriores.

21. El deseo sexual nace en:


a) Los genitales.
b) El cerebro.
c) Los ojos.

22. El período refractario es:


a) El tiempo posterior e inmediato al orgasmo del hombre.
b) La pérdida del control eyaculatorio.
c) La falta de respuesta sexual en ambos sexos.

Respuestas al test de auto-evaluación


1:c) Se han comprobado erecciones intrauterinas en el feto masculino. Éstas, al
igual que las registradas en la infancia, son involuntarias. Desde la pubertad en
adelante, las erecciones pueden ser voluntarias (asociadas a estímulos eróticos) e
involuntarias (las registradas durante el sueño nocturno). Estas últimas tienen
por finalidad mantener en buen estado el funcionamiento del mecanismo eréctil
sin necesidad de actividad sexual, en caso de decidirse así.
2:a) La vasectomía sólo elimina los espermatozoides de la eyaculación; es decir,
impide la capacidad de fecundar al óvulo. Es un método definitivo y permanente
para el control de la natalidad. El funcionamiento sexual y la eyaculación no se
alteran.
3:c) La producción espermática en el varón es variable, contándose en millones
diarios. En una eyaculación existen entre 60 y 200 millones.
4:c) La testosterona en pequeña cantidad parece ser responsable del impulso
sexual.
5:c) La erección es un fenómeno sanguíneo. El pene es un órgano de tejido
eréctil; es decir, de muchas sensaciones placenteras que al ser estimulado se
llena de sangre y aumenta de tamaño, poniéndose duro.
Anécdota: en el año 1.000, el médico Avicena aconsejaba consumir abundantes
cantidades de porotos, garbanzos y otras leguminosas que producían
“ventosidades cálidas” (gases) y mejoraban la erección del pene, ya que la
creencia de ese tiempo era que la erección se producía porque el pene se llenaba
de aire.
6:b) Basta una sola relación sexual en los días fértiles de la mujer, para que
resulte un embarazo. Por ello, la mujer debe cuidarse desde el comienzo de la
luna de miel, no después.

Mitos asociados a la fertilidad. He aquí algunos:

- No hay riesgo de embarazo durante la primera relación sexual. FALSO.


Basta una sola relación sexual en días fértiles, para que resulte un embarazo.
- No existe posibilidad de embarazo si la relación sexual se hace de pie.
FALSO. Los espermatozoides, una vez en la vagina, subirán hasta fecundar al
óvulo.
- No habrá embarazo si el hombre “termina afuera” o no eyacula. FALSO.
Durante la excitación, aparece en la punta del pene un líquido transparente que
puede contener espermatozoides. Por la sola introducción del pene en la vagina
sin protección puede ocurrir un embarazo, aunque no se eyacule.
- No hay probabilidad alguna de un embarazo si se mantienen relaciones
sexuales durante la menstruación. FALSO. Si bien es cierto que las
probabilidades son escasas, supongamos que el acto sexual se llevó a cabo el día
6 para un ciclo menstrual de 25 o 26 días; con la sobrevida de los
espermatozoides, es totalmente factible un embarazo.
- No existe riesgo de embarazo si la mujer está amamantando. FALSO.
Aunque las probabilidades son escasas en los primeros meses de lactancia
exclusiva (se denomina lactancia exclusiva al período en el que el bebé no toma
ni come nada más que la leche materna), con el transcurso del tiempo puede
incluso ovular sin que se hayan restablecido los ciclos menstruales.
- Sin orgasmo femenino no hay embarazo. FALSO. No es necesario el
orgasmo de la mujer para que quede embarazada.

7:c) La eyaculación precoz no es una enfermedad ni se cura; es un problema y se


soluciona. La eyaculación precoz es básicamente la pérdida del control
voluntario del reflejo eyaculatorio; es decir, no se puede decidir el momento para
“acabar”.

8:c) Hay mujeres que carecen de himen y otras que, habiendo tenido varios
partos, conservan restos del mismo; lo que significa que es un mito creer que una
mujer sin himen ya ha tenido relaciones sexuales o que una que lo conserve, sea
virgen.

9:b) El que determina el sexo del bebé es el padre. En el óvulo, el cromosoma


sexual siempre es X, mientras que en el espermatozoide puede ser X o Y,
determinando así un varón (XY) o una nena (XX). El momento de la unión del
óvulo y el espermatozoide es tan trascendente que tiene el poder de determinar el
sexo de ese bebé. Es allí donde se inicia la vida.

¿Cuánto cuesta un aborto?


Sucedió una noche. Una ancianita de salud endeble llegó con la ayuda de un
bastón hasta el lugar donde estábamos orando por las personas. La atendimos.
Después de una hora seguía inmóvil, de pie. Nos acercamos nuevamente para
preguntar qué necesitaba. Cuando llegamos hasta ella, se nos adelantó y, sin
preámbulos, dijo: “¿saben m’hijitos? Cuando yo tenía 16 años quedé
embarazada, pero no lo quise y, me lo hice sacar. Después nunca pude tener un
hijo. Hace 20 años que murió mi esposo; tengo 86 y estoy totalmente sola. Todos
los días me levanto y pienso cómo habría sido mi vida si mi hijo, el que aborté,
estuviera vivo. Todos los días, sin faltar uno – m’hijitos – me lo pregunto”.
Ella estaba más allá de toda penitencia. Tampoco buscaba absolución. Sólo
quedaba la fatalidad como recuerdo de una elección equivocada.
El dolor por un aborto precede y supera, en mucho, al momento mismo de
ese acto. Aquella noche, ella nos enseñó que el aborto duele, que es muy caro
para los recuerdos.
El aborto puede significar la liberación repentina de un embarazo no deseado;
pero también es sinónimo de sufrimiento.
Los especialistas coinciden en que, más allá de toda discusión, el aborto encarna
un grave conflicto de valores y de sentimientos. Desde el punto de vista
psicológico, todo aborto implica una pérdida y una culpa por elaborar.
Si queremos cambiar el destino fatalista por amaneceres con esperanza, lo único
que nos queda es educar en el área de la sexualidad para una vida plena.
¿Sabía que muchas herramientas para la educación sexual son valores cristianos?
“El nuevo pacto de exclusividad sexual” es nuestra antigua “fidelidad”; el
derecho “a no tener práctica sexual alguna” (contenido en la declaración
internacional de los derechos sexuales humanos) es la olvidada “castidad”.
Movimientos seculares están levantando la bandera de la fidelidad y la castidad
que nosotros deberíamos vivir y enseñar a la sociedad toda.
El presbítero Gregorio Rivero Iturralde dice: “creemos positivamente que es más
eficaz persuadir que castigar, educar que reprimir, corregir causas que actuar
sobre sus efectos. Por eso será más oportuno invertir en programas de educación
sexual y social para que la paternidad sea querida, responsable y esperada. Sólo
así se combatirá finalmente el aborto”.

Cómo ayudar frente a una situación de aborto


He aquí algunas pautas para tener en cuenta:

- Suele existir de manera habitual un período de depresión post aborto.


Cuando la mujer manifiesta euforia o aparente alegría, en realidad maneja un
mecanismo de negación. Le llevará más tiempo, incluso años, elaborar esa
pérdida.

- Todo aborto es, desde el punto de vista psicológico, una pérdida personal
y una culpa por elaborar. En la medida en que esa elaboración, es decir el
duelo, sea posible, disminuyen las consecuencias negativas del aborto. Si no se
supera esta etapa, se puede caer en depresión, angustia e incluso intento de
suicidio.

- Algunas mujeres son abortadoras recurrentes, es decir, registran varios


abortos en su historia. Sistemáticamente no usan ni quieren usar métodos
anticonceptivos. Se embarazan para abortar. La mayoría pertenece a
personalidades alteradas que no distinguen entre el bien y el mal y no sienten
angustia ni culpa y buscan la muerte de manera encubierta. Necesitan atención
profesional.

- Finalmente es necesario guiar a la persona hacia el amor y el perdón de


Dios. Los recuerdos acompañarán a la persona a lo largo de su vida pero, si
existe arrepentimiento genuino, Dios quita el dolor del corazón de esa persona.
Ese es el milagro de la gracia.
Quiera Dios que la lectura de la siguiente carta, titulada “Querida mamita”,
pueda hacer desistir de abortar a más de una mujer.

Querida mamita
Ahora estoy en el cielo, sentada en el regazo de Cristo. El me ama y llora
conmigo, ¡tanto que quería ser yo tu hijita! Todavía no comprendo lo que ha
pasado; desde el momento en que me di cuenta de que existía, que era un ser
humano, me sentí muy feliz. Vivía en un lugar calentito, muy oscuro, pero
cómodo. Ya tenía deditos en mis manos y en mis pies; estaba bien adelantado mi
desarrollo, aunque todavía no estaba lista para salir de mi habitación. La mayor
parte de mi tiempo lo pasaba pensando y durmiendo. Desde los primeros días de
mi existencia tuve gran cariño hacia ti, mamita.
A veces cuando te oía llorar, lloraba contigo. A veces me preguntaba el porqué
de tu llanto frecuente. En una ocasión lloraste todo el día. ¡Cómo sufrí contigo!
No podía imaginarme la causa de tanta infelicidad.
Ese mismo día ocurrió algo terrible. Un monstruo feroz se introdujo en mi
habitación donde descansaba calentita y cómoda. Sentí mucho miedo, comencé
a gritar desesperadamente, pero mis gritos no eran escuchados. Me imaginé que
te tenían atada, porque no hiciste el mínimo esfuerzo para socorrerme; tal vez
fue porque nunca oíste la voz de mi desesperación.
El monstruo se iba acercando cada vez más y yo, con alaridos de horror, te
decía: “¡mami, mami, ayúdame por favor! ¡Sálvame! ¡Mamita, ayúdame!”.
Mientras temblaba de terror, grité y grité hasta más no poder; entonces, el
monstruo comenzó a despedazarme los bracitos. ¡Cuánto me dolía! ¡Sentí un
sufrimiento tan terrible! Nunca lo podré describir; le rogué que me dejara, pero
ni caso me hizo. Grité y grité horrorizada cuando arrancó mi pierna. Aunque el
dolor me narcotizaba, me di cuenta de que ya estaba muriendo. Me torturaba el
sólo pensar que nunca ibas a ver mi carita... y que nunca te oiría decirme: “¡te
quiero, hijita!”.
Yo estaba segura de que cuando me vieras, se te iban a secar todas las lágrimas.
¡Había hecho tantos planes para hacerte feliz! Ahora es imposible. Todos mis
sueños se han evaporado.
Asustada y toda dolorida, con todo, el quebranto de mi corazón era mayor que
el dolor del desgajo de mis miembros.
¡Cuánto quería ser tu hijita! Aun en medio de mi dolor, pensaba en el mal que te
hacían a ti. Antes de que me tiraran al cesto de basura quería poder decirte:
“¡te amo, te amo, mamita!”. Pero no podía decir palabras que tú entendieras.
De todos modos, no hubiera tenido aliento para pronunciarlas porque ya estaba
muerta.
Entonces sentí que me elevaba. Un ángel muy poderoso me llevó en sus brazos a
un lugar muy hermoso y, aunque el dolor había desa-parecido, todavía lloraba.
El ángel me llevó a los brazos de Jesús, y él me dijo que me amaba y que era mi
padre. Esto me hizo inmensamente feliz.
Le pregunté al Señor qué era aquello que me había producido la muerte y él me
contestó: “el aborto”.
Mamita, yo no sé qué quiere decir la palabra “aborto”, pero imagino que es el
nombre del monstruo que me quitó la vida. Ahora te escribo para decirte que te
amo y para decirte también cuántos deseos tenía de ser tu hijita.
Mami, hice todo lo posible por sobrevivir, yo quería vivir, pero era muy tiernita
y el monstruo demasiado fuerte y grande para mí.
¡Mamita, querida mamita! Quiero pedirte que te cuides mucho de ese monstruo.
Te amo demasiado para desearte que pases por el sufrimiento por el que pasé
yo. ¡Por favor, cuídate mucho!

Te quiere, tu hijita, tu bebecita.


10:c) No hay ninguna objeción médica para mantener relaciones durante la
menstruación.

11:b) En el 90% de los casos de abuso sexual infantil, el abusador es amigo,


familiar o conocido y el hecho ocurre, frecuentemente, en el hogar del propio
niño.

12:a) Se considera, por estadísticas mundiales, que entre el 2% al 4% de los


hombres son homosexuales exclusivos; mientras que del 1% al 3% de las
mujeres son exclusivamente lesbianas.

13:c) La abstinencia es 100% efectiva.


14:a) Los anticonceptivos orales tienen una efectividad del 98% en promedio. El
condón tiene una efectividad entre el 95% y 97%. El método del ritmo tiene una
eficacia del 60 al 80% según los autores.

15:c) Los peligros del ejercicio y la actividad sexual excesiva durante el


embarazo son leves comparados con el daño que causa el tabaco al feto en
desarrollo.

16:c) Las relaciones sexuales durante el embarazo no afectan al bebé en


absoluto, siempre y cuando el embarazo curse normalmente. En dicho caso, el
bebé está confortablemente ubicado dentro de la bolsa con líquido amniótico y el
cuello del útero está cerrado, totalmente aislado, lo que le otorga protección. En
caso de pérdida de sangre, dolores, contracciones o pérdida de líquido amniótico,
como cualquier otra circunstancia que afecte al embarazo, la pareja deberá
atenerse a las recomendaciones del médico.

17:a) La orientación sexual no se elige, la práctica sexual sí. No es una


enfermedad, no se trata psicológicamente. Hoy los mismos homosexuales piden
no ser discriminados, ya que siendo perfectamente normales han adoptado una
vida homosexual. La homosexualidad es una elección contraria a la voluntad
expresa de Dios, y eso se llama pecado.

18:c) A menos que ellos se den a conocer, difícilmente se sabrá quién es


homosexual. La vida cotidiana es la misma para un homosexual que para un
heterosexual; tienen el mismo aspecto y la misma conducta, hacen las mismas
cosas, se comportan de manera similar, practican los mismos deportes, van a los
mismos lugares, usan similar ropa, hablan el mismo código, con la única
salvedad de que su compañero sexual es del mismo sexo.

19:a) La impotencia es el término popular que indica problemas en la erección.


Científicamente, sólo podemos hablar de impotencia o dificultad en la erección,
cuando las fallas erectivas superan el 25% del total de los intentos por mantener
una relación sexual.

20:d) Durante mucho tiempo se les hizo creer a los jóvenes que con la
masturbación corrían muchos riesgos; por ejemplo, que perdían una gran
cantidad de energía que no se recuperaba, que podían quedar estériles, que si lo
repetían a menudo, podían enloquecer.
Hoy se sabe que la energía de un eyaculado se recupera fácilmente con la dieta
común, que la producción espermática es constante y que resulta imposible tener
orgasmos o eyaculaciones muy frecuentes, porque, cuando se llega al límite
fisiológico, cesa el deseo. La masturbación que se vuelve obsesiva y afecta el
resto de las actividades, es manifestación de una mente desequilibrada; en otras
palabras, la masturbación obsesiva no genera locura; sólo es una forma más de
expresarla, como puede serlo cualquier otra; por ejemplo, comer
compulsivamente.

Qué es la masturbación
Es la práctica sexual que consiste en procurarse placer uno mismo. La palabra
tiene origen en el latín: mas, que significa varón y turbatio, que significa
alboroto, desorden. Pero, en lugar de traducirse como lo sugieren las palabras
“alboroto del varón”, se lee como “acto pecaminoso del varón”. Antes se creía
que la masturbación debilitaba el cuerpo, ablandaba el cerebro, conducía a la
impotencia y, finalmente, a la muerte. Siglos atrás se creía que provocaba locura;
se hablaba entonces de “la locura masturbatoria” y, cuando se descubría a
alguien masturbándose, se lo “trataba”. El tratamiento consistía en baños fríos,
ejercicio físico, exhortaciones morales y, si no daba resultado esta terapia, se
podían quemar los genitales o ampollarlos, mutilar el pene o el clítoris y, cuando
las técnicas quirúrgicas mejoraron, se extraían los testículos o los ovarios. ¡Más
que un método de tratamiento era una forma de tortura!

Qué dice la Biblia acerca de la masturbación


Es un tema totalmente ignorado. Algunos citan el pasaje de Génesis 38:8-10.
Según el relato, Onán debía tener un hijo con la viuda de su hermano que se
consideraría como descendencia del fallecido, según la costumbre judaica de
esos tiempos (ley del levirato). Onán, sabiendo que la descendencia no sería
suya, vertía en tierra (eyaculaba afuera) para no levantar descendencia a su
hermano. El pecado radicaba en su motivación, en su egoísmo, en afrentar la
memoria de su hermano al negarle un hijo que continúe su familia; para ello
recurría al “coitus interruptus” (terminaba eyaculando afuera de la vagina).
Como se verá, este relato no hace referencia a la masturbación de manera directa
ni indirecta, porque Onán mantenía relaciones sexuales con la viuda de su
hermano, pero “terminaba afuera”. Este pasaje bíblico no es sustento válido para
hablar de masturbación y, mucho menos, de autoerotismo.

Una anécdota

En un taller de sexualidad para solteros, un joven pidió que tocáramos el tema


de la masturbación. Lo hicimos. Compartimos todo lo aquí escrito. De repente,
de manera decidida, otro se puso de pie y dijo que, como líder, estaba
absolutamente convencido de que la masturbación era pecado y que deberíamos
enseñarlo de ese modo; porque provoca culpa y porque uno debe apelar a
pensamientos impuros para hacerlo. Nos impactó su celo hacia la santidad y su
vehemencia al dar su postura, pero nos produjo repugnancia. Escasos minutos
antes, en el tiempo del receso, su novia nos había confesado que mantenían
relaciones sexuales. Ella se sentía culpable y quería dejar de hacerlo, pero él
sostenía que no había problema, que Dios entendía. Nos hirió su hipocresía.
Actitudes acomodaticias, mensajes prohibitivos, pero sin veracidad en lo
personal.

¡Qué dolor para el corazón de Dios el ver a sus hijos dar una imagen sin
integridad! Nada puede destruir más la confianza que una mentira disfrazada de
piedad.
Siempre nos quedó la duda, ¿por qué actuaba así? Estamos seguros de que ese
líder sabía que las relaciones sexuales con su novia eran pecado, pero tal vez,
como consideraba igual de pecaminosa la masturbación, para qué iba a pecar a
solas si podía tenerlo todo al mismo precio de pecado.
Ya que la Biblia no prohíbe expresamente la masturbación, la pregunta correcta
no sería: ¿es pecado masturbarse?, sino regirnos por otro principio bíblico
contenido en el Nuevo Testamento: ¿me conviene?
Pablo escribe: “todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero
no todo edifica”, 1ª Corintios 10:23. Ya que hemos sido llamados a libertad y
todo nos es lícito, nuestra pregunta no debería ser: “¿qué hay de malo en
masturbarse?”, sino: “¿me conviene masturbarme? ¿Me hace bien este hábito?
¿Me edifica? ¿Es lo mejor para mí?”. Debemos distinguir no solamente lo malo
de lo bueno, sino lo bueno de lo mejor. Como cristianos comprometidos con la
madurez espiritual, deberíamos elegir siempre aquello que es lo mejor para
nosotros y los que nos rodean.
Cómo hacer para dejar la masturbación
Sugerimos siete pasos para abandonar la masturbación, como una forma de
ejercer dominio propio sobre el deseo sexual. Estos consejos podrían hacerse
extensivos a toda tentación sexual.
1. Gane la batalla en su mente. Génesis 39:10 dice: “hablando ella a José cada
día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella”.
José no permitió que las palabras de la esposa de Potifar echaran raíz en su
mente, creando fantasías. El rechazó toda palabra seductora inmediatamente. Lo
que no se vence en la mente, se manifestará en acciones que finalmente se
convertirán en un hábito.
2. Desvíe la atención tan pronto comience la tentación. “Principiis obsta”
significa “resiste al comienzo”.
3. Enfoque su vista. Deseche todo material erótico o pornográfico tales como
revistas, videos, relatos sensuales, etc.
4. Evite el ocio y la soledad. Ocupe su tiempo en actividades productivas como
estudio, ejercicio físico y deportes. Los hábitos espirituales de leer la Biblia, orar
y ayudar a otros le servirán para reorientar sus fuerzas en algo provechoso.
5. Elija lo excelente por sobre lo mejor. Pablo dijo: “todo me es lícito, pero no
todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”, 1ª Corintios 10:23.
Sacrifique un placer en la búsqueda de una madurez auténtica. Esto le ayudará a
ejercer dominio sobre su propio cuerpo.
6. Sincérese con un amigo. Busque un mentor espiritual, confiese su debilidad y
ríndale cuentas periódicamente. La confesión fortalece el alma y nos ayuda a ser
fuertes frente a las tentaciones futuras.
7. Decida no practicarlo un día a la vez. Establezca una meta posible y
alcanzable. Sea realista. Luche un día a la vez. De todos modos, si fracasa, no se
desanime. Le llevó tiempo formar este hábito, le llevará tiempo modificarlo.

21:b) En el cerebro. El hipotálamo y el sistema límbico regulan el hambre, la


sed, el deseo sexual, entre otros apetitos.

22:a) Es el tiempo posterior e inmediato al orgasmo masculino, en el cual el


hombre no puede experimentar una nueva erección ni lograr un nuevo orgasmo.

Evaluación del Test


Ahora sume el número total de preguntas que ha contestado correctamente. Si
obtiene más de 18 puntos es muy probable que sus conocimientos básicos sean
excelentes, lo cual facilitará la incorporación de informaciones nuevas.
Si obtiene entre 15 y 18 puntos, es posible que algunas nociones básicas le estén
faltando y las podrá completar con las herramientas que le brindamos.
Si obtiene menos de 15 puntos, sus conocimientos no alcanzan la media, por lo
que le aconsejamos dedicar tiempo para instruirse en esta área.

Un momento ameno

Una pareja cumplía 60 años de casados. Nunca se habían guardado ningún


secreto. Lo único que no compartían era una caja de zapatos que la viejita
guardaba celosamente en su ropero. Ella le había pedido a su esposo que nunca
la abriera y que no le preguntara nada acerca de ella.
Un día, la viejita enfermó y el doctor les dijo que ya no se recuperaría. El viejito
tratando de arreglar todas las cosas antes de que ella muriera, se encontró con la
caja de zapatos y se la llevó a la viejita a su cama. Ella le dijo que ya era tiempo
de que supiera lo que contenía. Cuando la abrió, encontró dos muñecas de
crochet y 95.000 dólares. Él, sorprendido le preguntó sobre el contenido de la
caja y ella le dijo: “cuando nos casamos, mi abuela me dijo que el secreto de un
buen matrimonio consistía en evitar las discusiones. Me dijo que, cada vez que
me enojara contigo, en lugar de pelear tejiera una muñequita de crochet”. El
viejito se contuvo para no derramar lágrimas, ya que sólo había dos muñecas en
la caja, por lo que dedujo que ella se había enojado con él solamente dos veces a
lo largo de todo el matrimonio. Él estaba sumamente conmovido. Lo que no
entendía era semejante cantidad de dinero guardado. Entonces le preguntó: “¿de
dónde salió todo este dinero?”. “Ah”, dijo la viejita, “ese dinero lo gané de todas
las muñecas que vendí durante todos estos años”.
LA LEY DE LA PERMANENCIA
“Mejor es el fin de una cosa que su principio”.
La Biblia
Una relación amorosa suele ser apasionada en sus comienzos, aunque rutinaria y
monótona con el paso del tiempo. Durante el noviazgo, una simple llamada
telefónica hace estremecer todos los sentidos. Estar juntos resulta una
experiencia maravillosa. Los novios apenas se acarician y se les sonrojan las
mejillas. Se mandan mensajes seductores y se les acelera el pulso. El sólo pensar
en el otro les hace saltar el corazón; pero los años y la rutina cambian las cosas:
llegan los hijos que cuidar, las cuentas por pagar y los quehaceres que realizar.
Todo se vuelve tedioso. La llama de la pasión romántica termina sepultada entre
miles de ocupaciones. La simple familiaridad suele desterrar el erotismo en la
pareja.
La primera señal de alarma puede ser un descontento latente o un vago
sentimiento de desilusión. La pareja tiende a desconectarse emocionalmente a
través del tiempo. El beso desaparece y sólo se conserva para momentos fugaces
de pasión erótica. Aun la actividad sexual se reduce a rápidos encuentros
deslucidos y poco satisfactorios. ¿Qué ha sucedido? ¿Es que acaso la marcha
nupcial nos condena a ir por el mundo sin pasión, a no volver a sentir que se nos
doblan las rodillas y que vamos a desmayarnos de emoción? De ninguna manera.
Lo que sucede es que creímos a la mentira de que el verdadero amor no necesita
incentivos. He aquí algunos consejos para que, con un poco de energía e
imaginación, el erotismo vuelva al matrimonio y sea más satisfactorio que
nunca.

1. Digan un cumplido romántico una vez al día.


Alguien dijo que hacer el amor dura tanto como 24 horas. Eso significa que para
un buen encuentro íntimo se necesita todo un día de preparación. Un piropo en el
buzón del celular; un mensaje de texto sugestivo, una cartita puesta en la
billetera o una simple flor tienen el poder de hacer más fogoso un matrimonio.
“Sin estos pequeños gestos de amor resulta muy incómodo empezar a tocarse de
repente a media noche”, señala la psicóloga Lonnie Barbach.1 Las buenas
relaciones sexuales comienzan con la unión emocional. Antes de acercar los
cuerpos tienen que hacer todo aquello que los acerque emocionalmente.
2. Tóquense con mayor frecuencia.
Es fácil distinguir en un restaurante a los novios de los casados, por la forma en
que comen. Los novios conversan, se miman y se tocan. Se dan alimento uno al
otro en la boca. Disfrutan. La pareja de casados mira el plato más que otra cosa.
Según las estadísticas, los recién enamorados se tocan 37,8 veces al día. ¿Con
qué frecuencia se besan y acarician los esposos que llevan mucho tiempo de
casados? Esto, desde luego, varía mucho, pero algunas parejas prácticamente
nunca se acarician.
Darse masajes, besarse, acurrucarse juntos para ver la televisión, salir a caminar
o dormir tomados de la mano; todos estos contactos contribuyen a mantener la
cercanía de una manera sencilla.

3. Programen una cita romántica una vez a la semana.


Las actividades cotidianas y la rutina tienen la facultad de acabar con la relación
más promisoria. Es que el ser humano se aburre con mucha facilidad. Para no
caer en esta trampa, se recomienda agendar semanalmente un tiempo para estar
solos. Si no lo programan, nunca lo tendrán. “Disponer de un tiempo fijo para
estar juntos mejoró considerablemente nuestro matrimonio”, cuenta Marcelo.
“Ahora hay algo que espero con ansias los fines de semana: una cita con mi
mujer”. Si las exigencias de la vida lo están obligando a dejar su matrimonio
para lo último, póngase de acuerdo con su pareja para verse. “Aunque no hablen
de nada trascendental, estas citas pueden serles muy provechosas porque ustedes
están conscientes de que las tienen en beneficio de la relación”, dice el terapeuta
matrimonial y familiar William Doherty.2

4. Respeten su individualidad.
Stephanie Schwethen dijo: “¿qué es lo que resulta tan emocionante en un amor
nuevo y falta con tanta frecuencia en un matrimonio “viejo”? La curiosidad.
¿Qué es lo que falta en un amor nuevo y resulta tan grato en un matrimonio
“viejo”? La familiaridad. Ambas cosas son importantes para que los cónyuges
puedan acercarse más, sin perder su atractivo erótico.”
Ciertos terapeutas familiares consideran que un importante factor de la felicidad
es un sano equilibrio entre la cercanía y la distancia. Las parejas que se tienen
que separar con frecuencia saben lo estimulante que son estos recesos para su
sensualidad. La separación obligada de varios días (razones de trabajo,
ministerio, etc.) puede ser la llama que mantenga viva la pasión. Sin embargo,
aunque las parejas rara vez se separan físicamente, deben buscar cierta
autonomía a través de intereses y actividades personales. Estar unidos no
significa mimetizarse con el otro. Cada uno debe cultivar áreas de competencia y
placeres personales que enriquecerán la vivencia conyugal.

5. Hablen con mayor asiduidad.


A menudo, la frialdad emocional de las parejas que llevan años de casados se
debe a la falta de comunicación entre ellos. El trabajo, los niños y las exigencias
cotidianas se convierten en lo más importante. Los espacios de diálogos francos
y sinceros acerca de sus requerimientos más íntimos quedan relegados. Es
común escuchar: “a mi esposa no le interesa el sexo” o “mi esposo ya no me
desea como antes”. Este malentendido es típico de muchos matrimonios de años.
Tanto el marido como la mujer suponen tácitamente que es el otro el que no
quiere. Lo que ocurre es que nunca charlan acerca de sus sentimientos y
emociones. Rara vez mencionan lo que quieren y qué cosas les agradan.
Simplemente permanecen mudos. Romper este bloqueo exige valor. Tomar
tiempo periódicamente para conversar no sólo es un buen consejo sino un
saludable hábito que hará reverdecer cualquier matrimonio marchito.
El psicólogo Michael Lukas Moeller observó diferencias muy marcadas entre las
parejas sexualmente satisfechas y las descontentas: “las parejas felices siempre
hablaron desde el principio”. Quedarse callados es una de las formas más
seguras de matar la pasión; en cambio, el diálogo honesto es uno de los mejores
atizadores del amor. “Los amantes nuevos hablan mucho de sí mismos y de sus
sentimientos hacia el otro; además, comparten todo lo que piensan. Si esta
comunicación se va acabando, también se marchitará el deseo erótico”, dice
Moeller, quien concibió el concepto de “diálogo erótico” para ayudar a las
parejas que no hablan. Las reglas son: reunirse 90 minutos por semana, el mismo
día a la misma hora para sostener un diálogo. No se hacen acusaciones ni se
ejerce presión, sólo se escucha lo que el otro tenga que decir. ¿De qué tienen que
hablar los cónyuges? De sí mismos, de su relación, de sus sensaciones
corporales, de sus deseos eróticos. Por supuesto, no es fácil empezar, pero vale
la pena. Los cónyuges pronto se sienten estimulados, lo cual es terreno fértil para
la ternura.3
La periodista Muller, de 56 años, lo sabe por experiencia: “una semana después
de que nuestra hija se fuera de la casa, mi esposo y yo nos fuimos a Florencia.
En un café por primera vez hablamos abiertamente de lo que sentíamos al estar
envejeciendo y no tener ya hijos en casa. Estuve más cerca de él de lo que había
estado en mucho tiempo. Cuando volví del baño encontré una nota bajo mi copa:
“eres la mejor mujer del mundo, y la más hermosa”.
Concluimos, pues, diciendo que redescubrir la pasión de una pareja es cuestión
de decisión. Algunos creen que el tiempo cambia las cosas; sin embargo, la
verdad es que uno tiene que cambiarlas. No dejen al azar su matrimonio.
Construyan un futuro mejor. ¡Ustedes pueden!

6. Atrévanse a romper las reglas una vez al mes.


Sorpresas eróticas, aventuras románticas, noches de pasión, podrían favorecer
enormemente el desarrollo de su matrimonio. Si su vida amorosa se ha tornado
insulsa, pruebe hacer algo nuevo. Rompa algunos esquemas. “Poco tiempo atrás,
hice los arreglos para dejar a nuestros niños con mis padres. Reservé, sin que mi
esposa supiera, una casa flamante junto a un lago y nos escapamos por tres días,
para tener un fin de semana de intensa pasión”, cuenta Andrés. “¡Fue fascinante!
Renovó nuestro matrimonio”, recuerda. Además, “mi audacia hizo que mi
esposa correspondiera con algunas galanterías, como llevarme el desayuno a la
cama con velas encendidas o dejarme cartitas eróticas en toda la habitación”. Si
una de las reglas de su matrimonio es que su pareja siempre tome la iniciativa
para pasar un rato a solas, es hora de transgredir la regla. Conviene que usted se
adelante al próximo encuentro; seguramente sorprenderá gratamente a su
cónyuge.

7. No olviden a Dios.
“Muchos matrimonios han naufragado porque eliminaron a Dios de la vida
doméstica”, Billy Graham.

La sexualidad en las distintas etapas


Es un error creer que el paso del tiempo afecta negativamente la vida sexual. La
actividad sexual de una pareja tiene diferentes etapas. No siempre un encuentro
íntimo es intenso y apasionado; no siempre es una sensación de emoción
explosiva y urgencia incontenible; pero siempre puede ser placentero.

“No acepté que mi vida sexual decayera. Pasados los treinta, después de haber
experimentado la maternidad dos veces y con un cuerpo que no era el de mis
veinte, expliqué a mi marido que mi deseo sexual era más fuerte; él adoptó una
actitud más abierta que en el pasado y, desde entonces, nuestro repertorio ha
crecido y nuestros encuentros han mejorado. No nos preocupa la frecuencia, ni
nos dejamos presionar por lo que la gente piensa. Nos centramos en lo que
sentimos, en nuestra relación y el momento, y tan sólo disfrutamos”, confesó
Marta.
Los medios de comunicación han reforzado la idea de que el erotismo y el placer
son propiedad de los cuerpos jóvenes y hermosos y así fueron convenciendo a
los mayores de que el placer sexual es sólo para lo portadores de físicos
privilegiados.
Aunque vivimos en una sociedad que rinde culto a la juventud, el tiempo por sí
solo no debiera acabar con la intimidad sexual. En las distintas etapas de la vida,
cada pareja puede descubrir maneras de disfrutar una sexualidad físicamente
satisfactoria y emocionalmente plena. He aquí algunos consejitos para cada
etapa conyugal.

Hasta la llegada del primer hijo


No cabe duda de que los encuentros íntimos de una pareja sin hijos son
diferentes de aquellos que sí los tienen. Menos estrés, menos exigencias y más
tiempo disponible. No hay bebés que lloren, ni niños que reclamen atención. Por
lo general, es la mujer la que más se beneficia, por la mayor privacidad, lo cual
se traduce en una actitud más resuelta y mayor capacidad para disfrutar; siempre
y cuando la pareja no conviva con otros familiares en la misma casa. La
presencia de otros adultos interfiere tanto con el deseo como con la performance
sexual de un matrimonio. El mejor consejo para esta etapa es que no posterguen
los tiempos de amor. Sepan priorizar la pareja. No corran tanto tras el trabajo, la
profesión o el deseo de superación, al punto de perder el regalo de la vida
compartida.

Después de la llegada de uno o más niños


La paternidad influye, y mucho, sobre la vida sexual de una pareja. Una de las
cosas menos enseñadas es cómo reanudar la sexualidad luego de un parto.
Ignorar los cambios que acaecen en ese tiempo vital puede llegar a estropear un
matrimonio.

El nacimiento de un hijo por vía vaginal conlleva un trauma físico


incuestionable. De ahí que existen ciertos recaudos a la hora de reiniciar la
intimidad. Durante los primeros 25 días, el útero está en un proceso de
cicatrización; por ende, se prescribe la interrupción de la sexualidad. La tan
mentada cuarentena no se da en todos los casos de igual forma. Algunas
circunstancias propias de cada mujer pueden acortar o prolongar este período:
infecciones locales, puntos de sutura, etc. Pasado ese tiempo, que debe
consultarse con el médico tratante, es fundamental seguir algunas pautas:

- El reinicio sexual post-parto es equiparable a la primera relación sexual de la


vida de una mujer. ¿Qué significa? Que el esposo debe proceder con mucha
ternura y suavidad. Suele ser necesario un lubricante íntimo para evitar el dolor.
Las primeras relaciones deben ser de corta duración, en posiciones cómodas y
con extremada delicadeza. Recuperar la confianza en una intimidad compartida
es un desafío que hará crecer el amor si se vehiculiza correctamente la expresión
física.

- Se deben tomar precauciones si se desea evitar un embarazo prematuro. Es


conveniente que el tiempo que media entre un embarazo y otro sea de, al menos,
dos años. De ahí que, si no se desea un embarazo inmediato, se recurra a algún
método de planificación familiar propio para el puerperio. Hay un dato que
muchas parejas ignoran: puede haber ovulación errática durante la lactancia; es
decir, existe la posibilidad de que una mujer ovule sin que haya presentado
menstruación previa. Para evitarse esta eventualidad, se deben tomar
anticonceptivos especialmente diseñados para el tiempo de lactancia lo más
precozmente posible después del parto.

- Por último, celebren el milagro de la vida que implica el nacimiento de un


bebé no como el fin supremo del matrimonio, sino como la oportunidad de
crecer juntos.

Durante la tercera edad


La actividad sexual después de los 60 puede ser más excitante que en cualquier
otra etapa.
La pareja ha alcanzado, por lo general, cierto grado de seguridad en los distintos
aspectos de la vida y una cierta madurez emocional. Como dijo una psicóloga,
esposa y mujer mayor: “ahora sé cómo disfrutar sin temor a quedar embarazada,
y él ya no se precipita tanto. Dedicamos más tiempo a las caricias, sin
preocuparnos tanto por la meta”.
En esta etapa, la innovación puede agitar las aguas de la monotonía y traer
nuevos aires sobre la relación de pareja: “nuestra vida en común se volvió muy
rutinaria”, recuerda una mujer, madre de dos hijos. “Ahora, nuestro objetivo es
crear nuevos espacios para el encuentro romántico. Durante un tiempo, mi
esposo y yo hicimos el amor en todas las habitaciones de la casa, salvo el
dormitorio y fue muy divertido”.
En definitiva, el pasado compartido, junto a un erotismo más maduro, son
factores positivos que se combinan para hacer de muchos matrimonios
sexagenarios el mejor dueto de amantes, románticos y sensuales.
A esta edad, por fin, muchas parejas se encuentran de verdad.

¿Será adicto al sexo?


Mi marido tiene treinta años y llevamos tres de casados. El problema es que
todo lo que parece interesarle en la vida es el sexo. Siempre está pensando en
“eso”. Quiere hacer el amor todos los días, mientras que a mí me gustaría
hacerlo cada dos o tres días. Dice que no quisiera importunarme pero que lo
necesita, mientras que yo, a pesar de que me gusta, no siento la misma
necesidad. ¿Cuál es la frecuencia “normal” para mantener relaciones sexuales?
¿Es posible que mi marido sea un adicto al sexo?

La frecuencia de las relaciones sexuales varía de una pareja a otra y aun dentro
de la misma, según las circunstancias que vivan. Si ambos están viviendo una
buena etapa, descansados y cómodos, es muy probable que la frecuencia de las
relaciones aumente; de igual modo en caso de reencuentro, luego de alguna
separación momentánea, por ejemplo, un viaje. Mientras que al experimentar
crisis o angustia, las relaciones se tornan, en general, más espaciadas.
La cantidad de relaciones que tendrá la pareja dependerá, en última instancia, del
ajuste sexual de los cónyuges. Vamos a un caso hipotético: un hombre que desee
mantener relaciones todos los días puede decir que su esposa es “fría” porque
ella quiere tener relaciones tres veces por semana. Para otro hombre, una
frecuencia de 2 o 3 veces por semana está bien y considera a su esposa
perfectamente normal. Pero también puede ocurrir el caso contrario, el esposo
quiere tener una sola relación semanal y juzga a su esposa de “insaciable”
porque quiere más de una en la semana. No existen ni mínimos, ni máximos. Si
el sexo es bueno una vez por semana, entonces es bueno todos los días. Cada
persona tiene particularidades y preferencias que la hacen única sobre todo el
mundo, dando a su pareja una singularidad también única.
En la película “Annie Hall”, Woody Allen está en consulta con su psicoanalista;
mientras que su pareja de pantalla, Diane Keaton, está con el suyo. A cada uno le
preguntan acerca de la frecuencia sexual. “Casi nunca”, contesta Woody Allen y
agrega con tristeza: “por ahí, tres veces por semana”. Ella responde:
“constantemente, tres veces a la semana”.
Este film muestra la realidad de muchas parejas en la actualidad. Cuando existe
una discrepancia entre las necesidades e intereses sexuales de los miembros de
una pareja, si no se solucionan, pueden aparecer problemas más graves.
Creemos que el consejo bíblico más práctico en este tema es 1ª Corintios 7:3-5:
“el esposo debe tener relaciones sexuales sólo con su esposa, y la esposa debe
tenerlas sólo con su esposo. Ni él ni ella son dueños de su propio cuerpo, sino
que son el uno del otro. Por eso, ninguno de los dos debe decirle al otro que no
desea tener relaciones sexuales. Sin embargo, pueden ponerse de acuerdo los
dos y dejar de tener relaciones por un tiempo, para dedicarse a orar. Pero
después deben volver a tener relaciones; no vaya a ser que, al no poder
controlar sus deseos, Satanás los haga caer en una trampa”, BLS.
En el original, el significado de esta frase puede parecernos un tanto graciosa:
“el esposo debe pagar lo que le debe a su esposa”. Es como si dijera: “bueno, mi
amor, me las arreglaré esta vez para pagarte otra cuota del amor que te debo...”.
Esta metáfora cambia radicalmente la manera de ver nuestra sexualidad. En vez
de centrar la atención en el propio derecho al placer, la hace recaer en el placer y
la satisfacción amorosa del cónyuge. El acto sexual es visto como un deber más
que como un derecho. Según la traducción del pasaje, tanto el esposo como la
esposa están mutuamente “endeudados” por los votos tomados. En vez de decir:
“no se nieguen el uno al otro”, la traducción de C. K. Barret dice: “no se roben el
uno al otro”. En otras palabras, el amor y la fidelidad que se han jurado los
debería impulsar a satisfacer las necesidades sexuales de su cónyuge. Es nuestro
deber y sumo privilegio satisfacer esa demanda. El olvido o la negligencia es
cosa muy grave, pues puede conducir a la tentación de adulterio.4 La continencia
continuada puede dar paso a una incontinencia desenfrenada.
Ahora bien, nunca debiera ser usado 1ª Corintios 7 para presionar al cónyuge a
practicar alguna variante sexual que no quiera, por ejemplo: sexo oral o anal.
Aunque Pablo insiste en que tenemos derechos sexuales, también dice que el
amor nunca es egoísta. En pocas palabras, no se debe obligar a la pareja jamás.
Si bien es cierto que la cantidad de relaciones que tendrán dependerá, en última
instancia, de un acuerdo mutuo, quizás una solución sería organizar encuentros
de mayor calidad. Sustituyan los tiempos íntimos monótonos y mecánicos por
sesiones más excitantes y creativas en las que ambos se sientan fusionados en
una intimidad compartida.
El asunto moral nunca es “qué cantidad de sexo”, sino si el sexo físico está
siendo integrado a un patrón de amor y dedicación personal. Lo que ocurre
“entre las veces” es mucho más importante que “cuantas veces”. Si ambos
cónyuges están dedicados a promover la vida personal del otro y su crecimiento,
la cuestión de la frecuencia será contestada en términos de consideración por las
necesidades y los deseos de la otra persona.5

Sugerencias para mejorar la comunicación sexual


• Hablar con claridad acerca de los deseos. Cantar de los Cantares presenta a
los esposos primero como amigos y, luego, como amantes. Si la pareja cultiva la
amistad conyugal, poco a poco, la sexualidad se verá enriquecida con la ternura
y la confianza propia de dos amigos del alma.

• Distinguir entre invitación y exigencia. Los deseos sexuales de cada uno


deben ser encauzados como invitaciones románticas para recrearse mutuamente
en una unión perfecta. Bajo ningún pretexto se puede violentar, abusar o “usar”
al cónyuge para la propia satisfacción.

• No presionar al otro. Respetar los tiempos, saber esperar o postergar un


encuentro cuando alguno de los dos se siente desanimado o sin ganas, es una
dulce señal de amor. Existe una gran diferencia entre animar a la pareja para
disfrutar juntos, a presionar para que acceda a los deseos propios.

• Ampliar el repertorio amatorio. ¿Por qué no pensar en alguna variante que


les gustaría vivir juntos? Para que sea disfrutada, cierta posición o práctica
deberá ser deseada por ambos. Si en algún tipo de actividad sexual, uno de los
dos no se siente cómodo, es suficiente para que el otro desista a fin de no herir
los sentimientos de su cónyuge.
En el tema de las variaciones sexuales dentro del matrimonio principia la ley del
amor: si uno no quiere, el otro no pide. Puesto que no existe ninguna regla del
cielo que limite los juegos sexuales en el matrimonio, la única regla restrictiva
son los sentimientos del otro cónyuge. Todo es lícito, excepto la coerción y la
violación, no sólo del cuerpo sino de la conciencia.
Esto nos deja en la zona crepuscular donde cada uno es simultáneamente libre y
responsable. Cada pareja debería sentirse libre y abierta en la exploración de
nuevas formas de intimidad sexual en busca de nuevas avenidas hacia el deleite.
Y puede ser que al proveerles de un nuevo deleite, se sientan unidos en una
experiencia mucho más profunda de amor.6

• Compartir las fantasías. Desde la ilusión de ser Tarzán y Jane hasta el disfraz
de Adán y Eva, todo es válido si es el deseo de ambos. Un modo de encender el
amor erótico entre los esposos es excitar al acto sexual, que no puede crear amor,
pero sí ayudar a rescatarlo de la muerte lenta del aburrimiento.

• Programar los tiempos de intimidad. La mayoría de los autores que han


investigado los problemas conyugales coinciden en marcar la necesidad de
realimentar el vínculo de manera regular por medio de salidas en pareja, regalos,
atenciones especiales, romanticismo diario, detalles amorosos, etc.
Para preservar la intimidad, la pareja debe disponer de momentos especiales para
poder estar juntos, sin relegarlos al “tiempo sobrante” de otras tareas que no les
dejan energía disponible. El programar de antemano un encuentro parece extraño
y hasta trivial, pero es una manera saludable de incluir al cónyuge entre las
prioridades personales del día. El suave decir: “no te canses mucho hoy, así
podemos mimarnos un rato a la noche”, es una manera muy dulce de prepararse,
pensar y recrear ese vínculo a lo largo de toda la jornada. ¡El decir “te amo” por
la mañana podría no ser tan sólo un mensaje, sino el inicio de una larga
comunicación!

Posiciones sexuales
La preocupación básica radica en la creencia de que ciertas posiciones o
determinada cantidad de relaciones sexuales pueden asociarse con la lujuria o la
lascivia.
Sin embargo, no hay una posición “correcta” o una cantidad “apropiada” para
hacer el amor. No existe una única manera de comunicar el amor por medio de la
sexualidad.
Marina es una chica extrovertida y segura de sí misma. Es activa y no teme
iniciar un encuentro íntimo; de hecho, siempre está provocando a su esposo a un
encuentro sexual espontáneo y lleno de novedades. Ella es consciente de su
propio rol activo en el sexo.
Martín, por el contrario, se siente amenazado en su masculinidad si su esposa
toma el control en la cama. Él es quien tiene que decidir lo que hacen, cuándo lo
hacen y cómo lo hacen.
Mónica es creativa. A ella le gusta sorprender a su esposo en algún lugar de la
casa para incitarlo a hacer el amor. Quiere variedad y espontaneidad. Uno de los
mejores recuerdos que tiene es cuando su esposo trajo a casa lencería erótica y
jugaron toda la noche. La variedad estimula a Mónica a una voluptuosa vida
sexual.
¿Cuál de todos estos estilos es normal y cuál no lo es? ¿Cuál es la forma “normal
y adecuada” de hacer el amor?
Todas y ninguna. No existe un estilo único y “normal” de hacer el amor. No hay
uno mejor o uno peor, simplemente existen estilos diferentes. Para Marina una
relación sexual se disfruta más cuando es espontánea y llena de sorpresas. Para
Martín, en cambio, su performance sexual depende de quién tiene el control. Por
último, para Mónica, un encuentro sexual sin novedad no sería satisfactorio.
Bíblicamente hablando, y a diferencia de nuestra cultura machista, no existen
prerrogativas masculinas en el dormitorio. Aquí cada compañero cede los
derechos sobre su cuerpo al otro porque ninguno posee ya su cuerpo para sí, 1ª
Corintios 7:3-4. En cuanto a derechos y privilegios del sexo: “no hay hombre ni
mujer”. Ahora bien, si ambos cónyuges tienen igualdad de derechos frente al
sexo, ninguno de los dos tiene derechos y obligaciones especiales; ambos están
sujetos uno al otro.7
De esta manera, cualquiera de los dos puede tomar la iniciativa y el otro
aceptarla. Pueden ser asertivos o pueden estimularse mutuamente en una
orquestación simultánea y sincronizada de sus estímulos sexuales.

En conclusión, el verdadero problema de la intimidad conyugal no radica en la


cantidad de relaciones sexuales ni en la posición. Si una pareja mantiene
relaciones sexuales todos los días y ambos se sienten satisfechos, se considera
normal. Por otra parte, una pareja puede tener una relación una vez al mes y
también sentirse satisfechos, pues bien, también se considera normal. Es que el
centro es la mutua satisfacción y no la cantidad. No hay máximos ni mínimos.
Por otra parte, debemos ver la sexualidad no como el centro del matrimonio,
sino como una forma más de mostrar afecto, respeto, atención y brindar
sensaciones que nos hagan sentir más unidos. La idea de Dios es la de un regalo
para disfrutar juntos, por ello siempre debe verse como algo maravilloso y
reservado únicamente para el matrimonio. Cultivar una actitud positiva hacia el
sexo, mantener un sentimiento de bienestar y confianza y canalizar el amor, a fin
de hacer vibrar y brillar la fuerza sexual creativa, fortalecerá enormemente el
matrimonio.
Un momento ameno

Para entender los problemas de la comunicación:


El presidente de una empresa le dice a su gerente general: El lunes próximo,
a eso de las diez de la noche, el cometa Halley se hará visible. Es un
acontecimiento que ocurre cada 78 años. Reúna al personal en el patio de la
fábrica. Que todos usen cascos de seguridad, allí les explicaremos el fenómeno.
Si llueve, el raro espectáculo no podrá ser visto a ojo desnudo, en cuyo caso
entraremos en el comedor donde será exhibido un documental sobre el mismo
tema.

El gerente le comunica al jefe de producción: Por orden del presidente, el


lunes a las siete aparecerá el cometa Halley sobre la fábrica. Si llueve reúna a los
empleados con cascos de seguridad y llévelos al comedor, donde tendrá lugar el
raro fenómeno que sucede cada 78 años a ojo desnudo.

El jefe de producción informa al supervisor: A pedido de nuestro gerente


general, el científico Halley de 78 años, aparecerá desnudo en el comedor de la
fábrica usando casco de seguridad, pues va a presentar un documental sobre el
problema de la lluvia en los ojos.

El supervisor ordena a su asistente: Todo el mundo desnudo, sin excepción,


deberá estar en el patio el lunes a las siete, donde el famoso guitarrista Halley
mostrará el documental "Bailando bajo la lluvia". El show se presenta cada 78
años.

Y por último, el asistente notifica a sus empleados: El jefe cumplirá 78 años


el lunes. Habrá una fiesta en el patio y en el comedor. Estarán presentes para
amenizar la fiesta el grupo Halley y sus cometas.
ANEXOS
Anexo A: “Descubramos los propósitos de la sexualidad”.
1. Lea Génesis 1:26-28 y 31; Salmo 139:13. Responda:
¿Qué dice el pasaje acerca de la sexualidad?
Según el texto, ¿cuál es el propósito de la sexualidad?
2. Busque Génesis 2:18-25; Mateo 19:4-6. Ahora responda:
¿Qué dice el pasaje acerca de la sexualidad?
Según el texto, ¿cuál es el propósito de la sexualidad?
3. Finalmente lea Cantar de los Cantares 1:1-3; 7:2-12 y Proverbios 5:15-20
y responda:
¿Qué dice el pasaje acerca de la sexualidad?
Según el texto, ¿cuál es el propósito de la sexualidad?

Anexo B: “La caja de regalo”.1


Se sugiere esta actividad como un recurso práctico para reafirmar la verdad
contenida en el principio de que “el sexo es un regalo de Dios”.
Tome una caja envuelta en papel de regalo y péguele un moño. Diga: “esta caja
simboliza el don, o regalo de la sexualidad que Dios nos ha dado a cada uno de
nosotros”. A medida que esta caja pasa de mano en mano, cada uno debe dar
brevemente una razón por la cual está agradecido por este don. Después de
decirla, debe pasar la caja a la persona que sigue.
Comience usted mismo diciendo algo al respecto, tal como: “estoy agradecido
por ser hombre y soñar con la posibilidad de ser papá” o “doy gracias por el don
de ser mujer y disfrutar de la maternidad”. Luego pase la caja a la persona que se
encuentra a su izquierda. Cuando la caja regrese a sus manos, culmine con una
oración, agradeciendo a Dios por cada uno de los participantes de la charla.

Anexo C: “El juego de la seducción”.2


Esta actividad se recomienda como una introducción a “la ley de la libertad”.
Antes de comenzar con “La historia de José”, realice esta dinámica que permite
una identificación personal con la tentación sexual y disminuye, por ende, las
defensas respecto del tema.
Para llevarlo a cabo, pida a los participantes que se sienten en círculo. Explique
que el objetivo del juego es seducir a otra persona para que sonría. La persona
que intenta seducir se llamará “seductor”, y la que está siendo presionada a
sonreír se llamará “víctima”.
Reglas del juego:
El seductor:
1. Debe sentarse junto a la víctima e intentar que sonría.
2. Puede rogar, suplicar, contar chistes, hacer monerías, etc., pero no puede tocar
a la víctima.
3. Debe repetir tres veces la siguiente frase: “si me quisieras, lo harías”. Cada
vez que el seductor diga: “si me quisieras, lo harías”, la víctima debe responder:
“te quiero, pero no voy a sonreír”.
4. Si la víctima ríe, pasa al rol de seductor y el proceso se repite nuevamente con
otra víctima seleccionada.
5. Si la víctima consigue resistir, el seductor se dirigirá a una nueva persona.
Luego de dos intentos sin éxito, se elegirá un nuevo seductor y una nueva
víctima.
El juego dura cinco minutos. Al finalizar, el moderador debe preguntar a los
participantes:
- ¿Qué experimentaron en el rol de seductor? ¿Cómo se sintieron? Posibles
respuestas: fue divertido, desafiante, vergonzoso, etc.
- A las víctimas: ¿fue difícil o fácil resistir a la tentación de sonreír? Invite a que
puedan explicar qué sintieron. Posibles respuestas: fácil, no tenía ganas de
sonreír; difícil, el seductor era muy gracioso, etc.
Conclusión que comparte el moderador. Como a casi todos se nos hizo difícil
no sonreír durante este juego, a muchas personas se les hace difícil decir que
“no” a la presión de tener relaciones sexuales.

Anexo D: “Barómetro sexual”.


Confeccione tarjetas con declaraciones tales como: “me encanta mi profesor”;
“me dijo que, si no estuviera en pareja, me elegiría a mí”; “quiere que vayamos a
pasar el día los dos solos a su casa de campo”; “un amigo/a me invitó a ver una
película sexualmente explícita”; “nos quedamos solos con mi novio/a a ver TV
en el departamento”; “tomamos café en el barcito de la esquina charlando hasta
la madrugada”, etc.
Explique que, al igual que un barómetro mide la presión del aire que nos rodea,
en ese momento nos proponemos “medir” la presión sensual de muchas
circunstancias a través del “barómetro sexual”.
Designe una columna, pared o pizarrón como “barómetro de la presión sexual”.
La parte superior representará “mucha presión sexual” y la parte inferior
“ninguna presión sexual”.
Se entregará a cada persona una tarjeta con una declaración de las que hemos
preparado. El participante leerá su tarjeta en voz alta y luego la pegará a la pared
con cinta adhesiva, de acuerdo con la medida de presión sexual que represente la
situación creada; si es mucha presión, irá arriba; si es poca o ninguna, irá abajo.
Después de colocar las tarjetas, el moderador preguntará al resto de los
presentes: “¿están de acuerdo con el lugar en que se colocó esta tarjeta? ¿Por qué
sí? ¿Por qué no?”. Si los participantes no están de acuerdo, guíe al grupo a
dialogar al respecto.
Conclusión que comparte el moderador. Si bien para cada persona las
circunstancias representan distintas medidas de presión sexual, todos nosotros, al
menos una vez, hemos sentido o sentiremos algún tipo de presión sexual.

Anexo E: “El juego de la manzana”.


Se necesitan dos manzanas bien grandes y apetecibles.
El próximo paso es invitar a algunos voluntarios para formar una ronda en un
lugar visible del recinto. Se coloca una manzana en el centro del círculo, sobre el
piso. La otra se pasará entre los participantes bajo esta consigna: cada vez que se
diga algo positivo del sexo, conforme a la Palabra de Dios, se entregará la
manzana en la mano de la persona que está a la derecha; cada vez que se diga
algo negativo, es decir, libertino o incorrecto según la Biblia, entonces, la
manzana deberá arrojarse al piso. Al terminar la ronda, o en su defecto, cuando
la manzana está visiblemente estropeada, se preguntará a los participantes y a los
espectadores:
¿Cómo se ve la fruta que tiene tantas caídas?
¿Cómo se ve la fruta que quedó en medio?
¿Qué fruta preferirían comer? O mejor, si debieran compararse con ellas: ¿cuál
les gustaría ser?
Reflexión final que comparte el moderador. Los aspectos negativos de una
conducta sexual inadecuada no siempre son tan evidentes como las que muestra
la fruta de nuestro ejemplo. Algunos aspectos negativos se harán visibles años
después, probablemente en épocas de crisis o angustia.

Anexo F: “Una cuestión Arriesgada”.3


El moderador explica que:
- El placer es un tema muy importante y que se conversa mucho en la
actualidad, tanto entre jóvenes como entre adultos.
- El placer debe ser resultado del amor, no un fin en sí mismo. El placer exige
un manejo responsable de nuestras libertades a fin de que satisfaga. En caso
contrario, generará culpas, reproches y dolores.
Dinámica del juego. En este juego vamos a suponer que todos somos
sexualmente activos. Tendremos un reloj con alarma que pondremos a funcionar
dentro de una caja. Pasaremos la caja de mano en mano sin saber cuándo sonará
la alarma. Mientras la caja va pasando y la alarma aún no ha sonado, todos
estaremos jugueteando sexualmente sin problemas; pero, cuando suene la
campana, el que tenga la caja en sus manos será el que enfrente las
consecuencias de su libertad sexual.
Caja con las consecuencias. Recorte tiras de papel que colocará en una caja. En
cada tira copie alguna de estas oraciones:
1. Estás embarazada o tu novia lo está. ¿Qué les dirías a tus padres? ¿Cómo
enfrentarías la situación?
2. Acabas de enterarte de que tienes una enfermedad de transmisión sexual y que
puede dejarte estéril. ¿Qué le dirías a tu compañero / a? ¿Cómo enfrentarías a tus
padres?
3. Acaban de diagnosticar que la persona con la que has tenido relaciones
sexuales tiene SIDA ¿Cómo te sientes?
4. La persona con la que has tenido relaciones sexuales perdió interés en ti.
¿Cómo te sientes?
Conclusión. El moderador pregunta a los participantes:
- ¿Cómo se sintieron mientras la caja iba pasando? Posibles respuestas:
nervioso; incómodo; preocupado.
- ¿Cómo se sintieron cuando tuvieron que sacar una tira de una consecuencia?
Posibles respuestas: enfadado, molesto, no me pareció justo.
- ¿Cómo se sentirían si nunca tuvieran que sufrir una de esas consecuencias?
Posibles respuestas: tranquilo, feliz, en paz.
Finalice diciendo: “aunque el placer suele ser emocionante, una acción
irresponsable nunca estará libre de consecuencias. Un minuto de placer, ¿vale
una vida de miserias?”.

Anexo G: La autoestima.
La Biblia dice: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, Mateo 19:19. La
eficacia en mi misión de amar dependerá de la sanidad de mi corazón. Si no
puedo aceptarme con cariño, difícilmente podré amar a quienes me rodean.
El valor de una autoestima saludable es crucial para relacionarse sanamente en la
familia y en el matrimonio; de otro modo surgirán actitudes negativas que
limitarán las posibilidades de crecimiento personal y familiar.
Las ventajas de la autoaceptación en el Señor son extraordinarias porque nos
capacitan para dar con liberalidad y servir sin recelo.
La autoestima se define como la percepción que cada uno tiene de sí mismo.
Comprende la auto – imagen: “¿cómo me veo?” y el auto – concepto: “¿quién
soy?”.
Cuando la autoestima está herida, la persona se desprecia y rechaza a sí misma;
hace un duro juicio autocrítico, no valora sus propias habilidades ni sus
capacidades. Se siente insegura en la mayoría de las circunstancias. En cambio,
una persona con una autoestima saludable se valora; como consecuencia, puede
enfrentar los problemas cotidianos con optimismo. La creatividad se manifiesta
espontáneamente y la solución a todas las dificultades que se presenten surge
más fácilmente.
La autoestima posee su raíz en la familia y en la infancia. Se forja en el hogar, en
la escuela, con la opinión de los amigos.
Charles H. Cooley desarrolló el concepto de la “personalidad espejo” para
explicar cómo se gesta la autoestima. Este postulado dice que el concepto que
una persona tiene de sí misma está determinado por la opinión que las personas
más importantes de su vida tienen de ella.
Para un niño, las personas más importantes son sus padres. Según el concepto
que ellos tengan de su hijo, será la autoestima que desarrolle el pequeño; en otras
palabras, el concepto que el niño tenga de sí mismo y el sentido de valía
personal, dependerá de lo que sus padres piensen de él. Si los padres creen en él
y le hacen sentir que es alguien especial, talentoso e inteligente y que, además,
es posible que logre grandes metas, el niño crecerá con un concepto positivo de
sí mismo y desarrollará no sólo sus potencialidades, sino relaciones saludables
en su entorno social.
El principio de la “personalidad espejo” de Cooley opera en todas las etapas de
la vida. No se detiene cuando se alcanza la juventud o la vida adulta. Para los
casados, el cónyuge es de suma importancia y, en definitiva, será el que
construirá o destruirá la autoestima de su compañero según las opiniones que
exprese. Si el esposo o la esposa humillan o degradan a su pareja, haciéndole
sentir como inepto o inútil, hieren la autoestima y anulan la creatividad, cercenan
el futuro del otro y el de ambos como pareja.

Conclusión
La autoestima influye en la elección de las personas y en la manera de
relacionarse; en otras palabras: cuanto más sana su autoestima, mejores serán sus
relaciones interpersonales y más saludables las elecciones de las amistades.

Influencias negativas que inciden en el desarrollo de la autoestima

1. Lenguaje degradante. Algunos arruinan el futuro de sus seres más queridos


con críticas e insultos permanentes. La Biblia dice en Proverbios que la vida y la
muerte están en el poder de la lengua. Es una gran mentira creer que a las
palabras se las lleva el viento; quedan registradas en la mente por mucho tiempo.
Tan dañino puede ser el poder de nuestro vocabulario, que podríamos herir a
Dios: “Vuestras palabras contra mi han sido violentas”, Malaquías 3:13. ¿Qué
clase de palabras irritan a Dios? Muchas veces nos acostumbramos a hablar en
forma negativa, “nuestro Dios ya está cansado de sus quejas”, Mala-quías 2:17,
BLS. “Ustedes hablan mal de mí”, Malaquías 3:13 BLS. Constantemente
usamos frases como “no puedo” y “temo”, cuando la Biblia dice “puedo” y “no
temas”. Por lo tanto nuestras palabras no armonizan con la Palabra de Dios,
están en desacuerdo con el Señor. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieran de
acuerdo?”, Amós 3:3. No podemos caminar junto a Dios y obtener sus
bendiciones, triunfar y recibir abundantes dádivas, si no estamos de acuerdo con
lo que él dice. Uno tiene que hablar lo que Dios declara de nosotros, de nuestra
familia, de nuestra salud y de nuestras finanzas. Por ejemplo: si la Biblia dice
que los hijos son una bendición, ¿cómo puedo decir palabras feas o quejarme de
ellos cuando algo sale mal? Si la Biblia dice que la esposa es vaso frágil, ¿por
qué no se la trata así? Si la Biblia dice que Sara llamaba señor a Abraham, ¿por
qué la esposa respeta más al vecino, al jefe o al cartero que a su marido?
Tenemos que arrancar de nuestro vocabulario palabras y frases que no están de
acuerdo con Dios. Debemos cambiar la forma mala y negativa de hablar y
declarar firmemente las promesas de Dios.

2. Amor condicionado. El amor que se brinda “condicionado” a ciertos


comportamientos o a la realización de tareas solicitadas. Se establece así un
modelo perverso porque la persona vale por lo que hace y no por lo que es. Esa
falta de diferenciación entre el ser y el hacer influye negativamente en el
desarrollo de la autoestima y la persona va interiorizando conclusiones negativas
acerca de sí misma.

3. Ideales de la televisión. La casi totalidad de las personas sufren a causa de su


cuerpo. No necesariamente por la enfermedad o los dolores, sino por la presión
de la imagen. Todos hemos “entrado” en la noción de lo que representa el ideal
de belleza en la actualidad. Un arsenal farmacológico para bajar de peso,
publicidades que insisten en la importancia de ser delgado y la prensa negativa
para el sobrepeso hacen que colectivamente se discrimine y repudie la obesidad
y, por ende, a las personas obesas. Como nadie quiere la hostilidad y la
segregación para sí, las dietas bajas en calorías, lo “light”, la cuenta de calorías
por cada alimento y el sentimiento de culpabilidad al comer algo no permitido
son manifestaciones de una preocupación excesiva por el peso y por la imagen
que proyecta ese cuerpo. Invertimos valioso tiempo y dinero tratando de cambiar
nuestra apariencia personal. No sólo es cuestión de salud, también de aceptación.
Es que nuestra dignidad personal depende de mantener una apariencia que
satisfaga nuestros valores culturales. Pero pocas veces nos ponemos a pensar en
que esos valores sociales se han forjado sobre imágenes contradictorias e
irreales. Todos los productos se venden a partir del cuerpo, con modelos de
cuerpos jóvenes y hasta desnutridos. ¿Y la gratitud por cada etapa de la vida?
¿Dónde está la representación en la imagen publicitaria para las
transformaciones por los años, por los partos, por la crianza de nuevas
generaciones? ¿Por qué los ancianos, venerados a lo largo de la historia, ahora
son la antítesis de la belleza?

Una novedad: los transetarios

Se dice de un nuevo grupo de personas que tienen una percepción de su cuerpo


diferente a la que proyectan. Personas viejas, pero que no se conciben con ese
cuerpo. La idea que tienen de sí mismos no es la que todos ven. Para este grupo,
todos los avances de la biotecnología constituye un recurso para ser más
auténticos, es decir, más parecidos a la idea que tienen de sí mismos. En estos
casos, una intervención de cirugía plástica o un tratamiento de rejuvenecimiento
no son vistos como una forma de aparentar menos edad, sino para aproximarlos
a cómo se sienten por dentro, cómo se conciben a sí mismos y cómo necesitan
ellos que se los reconozca. No tiene relación con la estética sino con la
autopercepción y la construcción personal. El cuerpo es el portador de un
simbolismo muy grande. Ese cuerpo rellenado, trasplantado, transformado por
dietas, gimnasio, intervenciones, etc., es parte de una construcción social, es
decir, los sujetos transetarios instrumentan cambios en su cuerpo para
permanecer habilitados a nivel social, formar una pareja y facilitar el amor y el
goce.7

¿Cómo salir de este entrampamiento?

Primero: acepte de una vez por todas que el verdadero valor de su vida está
determinado por Dios. El Salmo 139:12-16 dice así: “Tú me formaste... bien en
oculto fui formado... y entretejido en lo más profundo de la tierra”. Entretejido
en hebreo significa “bordado magistralmente”. Como el artista junta las partes
para crear una obra, así hace Dios con cada vida; él es nuestro creador en un
sentido muy personal. Por ello, su concepción y su nacimiento son el resultado
del poder creativo de Dios, no sólo de la voluntad de sus padres; hasta su
código genético fue decidido por Dios.

Segundo: celebre su autenticidad. Aprenda a quererse y estimarse sin importar


lo que otros digan cuando traten de subestimarlo u ofenderlo. Tenga presente
que el imitar a cualquier precio los ideales culturales de belleza no lo hará un
triunfador o una ganadora; ni lo protegerá de discriminaciones. Destruya las
limitaciones que están en su mente. Valórese tal cual es “sui generis”, a fin de
que la opinión de los demás impacte cada vez menos sobre su autoestima. Dios
nos invita, por su palabra repleta de promesas, a desarrollar actitudes positivas y
saludables que nos potencien para compartir luego su amor con otros.

La autoestima y la sexualidad

Uno de los factores que incide más negativamente sobre la vivencia marital en
intimidad es una auto imagen pobre y un auto concepto negativo; en otras
palabras, problemas de autoestima se traducen en problemas matrimoniales.
El excesivo pudor, la timidez extrema, mujeres que no quieren ser vistas sin
ropa, que se niegan a ser tocadas por prejuicio o preconceptos, son expresiones
comunes de dificultades con la autoestima.
Mujeres que no exteriorizan sus necesidades afectivas, emocionales y sexuales
porque se restan importancia a sí mismas y luego, con los años, descargan un
arsenal de resentimiento contra el esposo que no supo amarlas como ellas
hubiesen deseado; pero, a decir verdad, ellas tampoco hicieron mucho al
respecto. No hablaron, no enseñaron al amor de su vida cómo necesitaban ser
amadas. Hoy día la sexología ha demostrado que cada mujer tiene una forma
exquisitamente personal de sentir placer y que cada varón debe descubrir a esa
única mujer y a su auténtica manera de vivenciarlo.
Por su parte, hay esposos que hacen siempre lo mismo y terminan matando la
novedad y la chispa de la pasión porque no se animan a incursionar en nuevas
formas de expresar el amor, se sienten torpes o inadecuados. Temen hacer el
ridículo o que las cosas salgan mal; entonces no se arriesgan. Algunos no se
dejan tocar o toman toda caricia de sus esposas como una obligación para la
sexualidad.
¿Qué hacer? Esposo, antes que proveer para la alimentación, y esposa, antes que
preparar la comida para su amado, ambos deben aprender a alimentar la
autoestima del otro. Ése es el depósito que reditúa mayores ganancias. Una
persona sana en su autoestima aprovecha sus potencialidades. Es feliz y,
como consecuencia, hace felices a los demás.

Anexo H: La homosexualidad y sus causas.


Teorías biológicas

1. Desequilibrio hormonal.
Esta teoría sostiene que la homosexualidad está determinada por una
disminución de la testosterona. Sin embargo, múltiples estudios han demostrado
que no hay diferencias hormonales entre los varones homosexuales y los
heterosexuales. Tampoco hay diferencias hormonales entre las mujeres
homosexuales y las heterosexuales. Hasta tal punto se popularizó esta teoría, que
algunos clínicos intentaron “curar” la homosexualidad administrando
testosterona; el resultado fue que hubo más comportamiento homosexual que el
habitual, debido a que la testosterona se relaciona con el deseo sexual, no con la
orientación. Cómo contestó un clínico amigo a un varón que buscaba esta terapia
para su conducta homosexual: “no te hará heterosexual; sólo te hará lujurioso”.

2. Exposición hormonal prenatal.


Esta teoría sostiene que un homosexual nace así porque a la madre se le
administraron hormonas contrarias al sexo del bebé, lo que alteró el cerebro y,
por ello, se gestó un homosexual. En todos los casos de alteraciones hormonales
prenatales constatados por la medicina hubo un trastorno en el desarrollo de los
genitales. No tuvieron problema con la orientación sexual, sino con su anatomía
y su género.

3. Determinación genética.
La teoría genética sostiene que la homosexualidad pasa de padres a hijos, a
través de los genes. Para un especialista en genética no tiene sentido, porque si el
Sr. o Sra. X fuera homosexual, no tendría hijos y, por tanto, sus genes no
pasarían a la siguiente generación. Si esos genes existieran, desa-parecerían con
rapidez de circulación. Homosexuales y heterosexuales no tienen diferencias
genéticas.

4. Hermafroditismo o seudohermafroditismo.
En cualquiera de estos casos, el problema se hará visible en el nacimiento por la
presencia de genitales ambiguos o durante la pubertad porque algunos no se
desarrollarán con los caracteres sexuales secundarios esperados.

Teorías psicológicas

1. La teoría freudiana.
Para Freud, el homosexual se enamora del progenitor del mismo sexo y se
identifica con el progenitor del otro sexo.
Esta teoría confunde “identidad de género” con “elección de compañero sexual”.
La casi totalidad de los homosexuales no quiere “ser o pertenecer” al otro sexo;
si son hombres, no quieren ser mujeres; si son lesbianas, no desean ser hombres.
Los homosexuales no tienen problema con su sexo, sino en la elección del
compañero sexual.

2. Madre dominante y padre débil.


Esta hipótesis fue desarrollada por Bieber. Este investigador sugirió que la
homosexualidad expresa miedo a la heterosexualidad y hace recaer la
responsabilidad de la homosexualidad sobre los padres.
No puede decirse que la homosexualidad derive solamente o con frecuencia de
padres inadecuados.

3. Personalidad alterada.
Nada diferencia a un heterosexual de un homosexual desde el punto de vista
psiquiátrico, médico o clínico.
La psicóloga Evelin Hooker realizó un importante análisis. El dato más
concluyente es que, tanto los homosexuales como los heterosexuales, comparten
los mismos miedos y logros.
No se puede categorizar al homosexual como enfermo, por el simple hecho de
ser homosexual.

Teorías sociológicas

1. El aprendizaje.
Esta teoría ha sido demostrada ampliamente y se basa en que las personas nacen
sexuales, no heterosexuales u homosexuales. El aprendizaje determina el
comportamiento. Si una persona tuvo experiencias tempranas heterosexuales
muy desagradables, por ejemplo una niña violada, puede desarrollar una
tendencia homosexual. De la misma manera, si tuvo experiencias tempranas
homosexuales placenteras, puede adoptar una conducta homosexual. Según sean
sus experiencias y las vivencias asociadas a ellas, se determinará la conducta.

2. Las etiquetas.
Toda persona crece dentro de identidades (soy estudiante, soy argentino, etc.).
La sociedad “etiqueta” a las personas sobre la base de sus funciones o roles.
Bajo esta premisa, cualquiera que se sienta “diferente”, ya sea por sus gustos o
aptitudes, y asuma que no puede ocupar el lugar esperado del heterosexual,
piense que “debe ser homosexual”. Aunque ésta es una interpretación errada,
una vez que se acepta, la persona comienza a desarrollar características propias
de la identidad asumida. Por ello la piedra fundamental es lo que creemos de
nosotros mismos. Cuando a un niño, por no practicar deporte o por tener modos
más suaves, se le dice repetidamente que es un “marica” u “homosexual”, puede
ser que eso se transforme en realidad como una “profecía que se cumple a sí
misma”, porque él lo cree primero y se convence luego de que es homosexual,
desarrollando por aceptación características propias de esa identidad o rol.

En definitiva, la homosexualidad surge como resultado de una interacción


de varios factores, a la vez que ninguno de ellos, por sí solo, puede causar
homosexualidad.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Ley del Propósito
1. JAMES, W. La voluntad de creer. Traducción castellana de Santos Rubio.
Madrid. Daniel Jorro. 1922.
2. LERER, M. L. Sexualidad femenina. Mitos y realidades. Bs. As. Paidós.
2004.
3. LOWRY, T. y LOWRY, T. The clitoris. Saint Luis, Warren Green Publishers.
4. GINDIN, L. R. La Nueva Sexualidad del Varón. Bs. As. Paidós. 1º
reimpresión de la 2º edición. 1995.
5. ABEL MARTINEZ, M. Arqueología sexual colombiana: como eran y por
qué fueron desaparecidas las desarrolladísimas costumbres sexuales de nuestros
lúbricos antepasados. Material de lectura aportado por CETIS. Buenos Aires.
Argentina.
6. 7. LEMAN, K. Música entre las sábanas. Miami. Unilit. 2004.
8. CALDIZ, L. y RESNICOFF, D. Mujer, sexo y fin de siglo. Bs. As. Ed. Paidós.
9. WHEAT Y WHEAT, E. G. El Placer Sexual Ordenado por Dios. Puerto
Rico. Editorial Betania, 1980.
10. 11. STOTT, JOHN. Homosexualidad ¿una opción cristiana? Buenos Aires
1995. Ediciones Certeza ABUA.

Ley de la verdad
1. ETHRIDGE, S. La batalla de cada mujer. Miami. Unilit. 2004.
2. Nuevas vulnerabilidades en América Latina y El Caribe: Heterosexualidad y
VIH. Disertación presentada en el IV Foro Latinoamericano sobre VIH, SIDA e
ITS, Buenos Aires, Argentina, abril, 2007.
3. GINDIN, León R. El Rugido. Bs. As. Planeta. 1996.
4. ETHRIDGE, S. La batalla de cada mujer. Miami. Unilit. 2004.
5. LONDOÑO, L. Derechos Sexuales y Reproductivos: los más humanos de
todos los derechos. Colombia.
6. BENEDETTI, M. La borra de café. Ediciones Destino. Barcelona. 1993.

Ley de la unidad
1. WARREN, N. Cómo hallar el amor de la vida. Miami. Unilit.
2. UNICEF. Datos estadísticos de www.unicef.org/spanish
3. WARREN, N. Cómo hallar el amor de la vida. Miami. Unilit.
Ley de la libertad
1. BARYLKO, J. En busca de los valores perdidos. Buenos Aires. Santillana.
1996.
2. CARNEGIE, D. Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida.
Buenos Aires. Ediciones Cosmos. 1948.
3. SCALIA, A. Citado en Desarrolle el líder que está en usted. Maxwell, J.
Nashville. Caribe. 1996.
4. STANLEY, A. El líder de la próxima generación. Miami. Unilit. 2003.
5. SCATAGLINI, S. Las doce transgresiones. Florida. Casa Creación. 2002.
6. 7. MAXWELL, J. Las 21 cualidades indispensables de un líder. Nashville.
Caribe Betania. 2000.
8. OSTEEN, J. Su mejor vida ahora. Florida. Casa Creación. 2005.
9. CARNEGIE, D. Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida.
Buenos Aires. Ediciones Cosmos. 1948.
10. CUTRER, W. Y GLAHN, S. Intimidad sexual en el matrimonio. Michigan.
Portavoz.
11. 12. ALCORN, R. El ministro y la tentación sexual. Apuntes Pastorales. Vol.
I, N. I. 1991.
13. MACKINTOSH, C. Estudios sobre el Pentateuco. Morelos. México. 1960.
14. FISHER, H. Comentario extractado del material de Clínica Sexológica de
CETIS. Buenos Aires. 2001.
15. HENDRIKSEN, G. Comentario del Nuevo Testamento. Michigan. Libros
Desafío. 1995.

Ley de la sensatez
1. ABEL MARTÍNEZ, M. Arqueología sexual colombiana: como eran y por
qué fueron desaparecidas las desarrolladísimas costumbres sexuales de nuestros
lúbricos antepasados. Material de lectura aportado en la cursada de Sexología
Clínica por CETIS. Buenos Aires. 2001.
4. MAXWELL, J. Actitud de vencedor. La clave del éxito personal. Nashville.
Betania. 1997.
5. BONHOEFFER, D. Redimidos para lo humano. Ediciones Sígueme.
Salamanca.1979.
6. SCATAGLINI, S. Las doce transgresiones. Florida. Casa Creación. 2002.
7. GUIA PRÁCTICA Y EDUCATIVA DE LA SEXUALIDAD. Fichas
prácticas. España. Ediciones Folio. 2001.
8. ETHRIDGE, S. La batalla de cada mujer. Miami. Unilit. 2004.
9. HYBELS, B. 1001 Proverbios de Dios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida.
2005.

Ley de la restauración
1. GROSMAN, C y MESTERMAN. Maltrato al menor. El lado oscuro de la
escena familiar. Buenos Aires. Editorial Universidad. 1992.
2. BURGESS, A. W. HOLMSTROM, LL. Rape trauma syndrome. Am J.
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3. WALKER, E. KATON, W. Relationship of chronic pelvic pain to psychiatric
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4. NADELSON, C. Consequences of rape: Clinical and treatment aspects.
Psychother Psychosom 1989; 51: 187.
5. TERR, L. What happens to aerly memories of trauma? A study of twenty
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Child Adolesc Psychiatry. 1988,27:96.
6. PODESTA, M y ROVEA, O. Abuso sexual infantil intrafamiliar. Un abordaje
desde el trabajo social. Buenos Aires. Espacio Editorial. 2003.

Ley de la prevención
1. CINALLI, J. L. CINALLI, S. y GALLI, J. Cara a cara con el sexo. Buenos
Aires. Ediciones Kairos. 2002.
2. PÉREZ CONCHILLO, M. y BORRAS, J. J. Sexo a la fuerza. Bs. As. Aguilar.
3. HYDE, J. S. Entendiendo la Sexualidad Human (CECSA) México. 1979.
4. CINALLI, J. L. CINALLI, S. y GALLI, J. Cara a cara con el sexo. Buenos
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5. FLORES COLOMBINO, A. Extraído de “Puesta al Día: Parafilias”.
6. PODESTA, M y ROVEA, O. Abuso sexual infantil intrafamiliar. Un abordaje
desde el trabajo social. Buenos Aires. Espacio Editorial. 2003.
7. GRANERO, M. C. Prostitución infantil. Sexología. Año IV. Nº 13, 1996
8. SIMARI, C. G. y BASKIN, D. Incestuous experiences within homosexual
populations: A preliminary study. Arch Sex Behav 1982, 11:329.
9. PEDIATRICS 101 (4). Información extraída de [email protected]
10. 11. 12. HYDE, J. S. Entendiendo la Sexualidad Human (CECSA) México.
1979.

Ley del complemento


1. 2. HAEBERLE, E. The Atlas Sex. New York. (c) E. J. Haerberle. 1981.
3. HYDE, J. S. Entendiendo la Sexualidad Human (CECSA) México. 1979.
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5. 6. LAHAYE, T. Homosexualidad. Una respuesta cristiana. Texas. Mundo
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7. HENDRIKSEN, G. Comentario del Nuevo Testamento. Gálatas. Michigan.
Baker Book House. 1984.

Ley de la permanencia
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2. DOHERTY, W. Take back your marriege. The Guilford Press. New York.
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BARRETT, C. K. A comentary on de first epistle to the corinthians. Segunda
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3. Extractado de killoca.blogs.pot.com.2007/09/redescubrir-la-ternura-con-tu-
pareja.html.
4. 5. 6. 7. LEMAN, K. Música entre las sábanas. Miami. Unilit. 2004.

Anexos
1. 2. 3. MARCUM, W. El sexo: una perspectiva cristiana. EE.UU. 1996.
Editorial Acción.
5. 6. HENRY, M. Libros Históricos: Josué a 2 Samuel. Comentario exegético
devocional a toda la Biblia. Terrassa (Barcelona). Año 1986. Editorial CLIE.
7. IACUB, R. Erótica y Vejez. Editorial Paidós. Bs. As. Argentina. Segunda
reimpresión. 2011.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
FLORES COLOMBINO, A. Puesta al Día: Parafilias.

GINDIN, L. R. La Nueva Sexualidad del Varón. Bs. As. Paidós. 1º reimpresión


de la 2º edición. 1995.

GINDIN, L. R. El Rugido. “Potencia masculina: mitos, problemas y soluciones”.


Bs. As. Planeta. 1996.

HOFF, P. Los libros históricos. Florida, EE.UU. 1990. Editorial Vida.

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