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Doctrina Del Espíritu Santo

Este documento trata sobre la doctrina del Espíritu Santo. Explora su personalidad, obras y cómo los creyentes deben relacionarse con él. Aborda temas como sus atributos, títulos, dones y frutos. El documento contiene 12 lecciones que profundizan en estos aspectos para ayudar a los creyentes a conocer y comprender mejor al Espíritu Santo.

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Doctrina Del Espíritu Santo

Este documento trata sobre la doctrina del Espíritu Santo. Explora su personalidad, obras y cómo los creyentes deben relacionarse con él. Aborda temas como sus atributos, títulos, dones y frutos. El documento contiene 12 lecciones que profundizan en estos aspectos para ayudar a los creyentes a conocer y comprender mejor al Espíritu Santo.

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DOCTRINA DEL ESPÍRITU SANTO

Es mencionado desde las primeras páginas de la Biblia, su obrar ha dejado huella en


toda la historia de la redención. En el tiempo de hoy, su papel sigue siendo fundamental,
y es el actor principal en el escenario de la gracia. Hasta es uno de los más mencionados
en los círculos cristianos; sin embargo es también el menos comprendido y muchas
veces olvidado.

Su personalidad ha sido alterada, su valor minimizado, y su propósito totalmente


tergiversado. Pero tenemos la esperanza, que a través de un estudio ordenado, preciso, y
condensado, muchos puedan conocer y comprender mejor al Espíritu Santo y su labor.
Para esto, no hay nada mejor que “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”
(Ef.6:17).

Vamos a conocer aspectos de su carácter, su deidad, su morada, sus obras, sus dones, su
plenitud o llenura, su fruto en la vida de los creyentes, y muchas cosas más.

Los temas que trataremos son los siguientes:

 Lección 01: La Personalidad del Espíritu Santo.


 Lección 02: Las obras personales del Espíritu.
 Lección 03: Acciones personales para con el Espíritu.
 Lección 04: Títulos divinos del Espíritu Santo.
 Lección 05: La Omnisciencia del Espíritu Santo.
 Lección 06: La Omnipotencia del Espíritu Santo.
 Lección 07: La Omnipresencia y otros atributos divinos.
 Lección 08: Las Obras Divinas del Espíritu.
 Lección 09: Evidencias de la Trinidad en la Biblia.
 Lección 10: La Deidad del Espíritu por Complemento Bíblico.
 Lección 11: Los símbolos del Espíritu Santo.
 Lección 12: LOS 9 DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Lección 01: La personalidad del Espíritu Santo.

La personalidad del Espíritu Santo es una de las doctrinas cristianas más fundamentales;
sin la cual, no habría: Trinidad, Santificación, Comunión, Inspiración, ni Ministerio del
Espíritu Santo. La personalidad del Espíritu sencillamente enseña que el Espíritu Santo
es una persona que puede relacionarse y ejercer autoridad. Negar esta doctrina es
afirmar que el Espíritu sólo es un objeto o energía, por lo tanto tampoco sería Dios.

¿Es el Espíritu Santo una persona?


Hay muchos que están confundidos y piensan que decir que el Espíritu Santo es una
persona (un ser personal) es lo mismo que decir “Dios es un hombre”. La causa de la
confusión es que se interpreta la palabra "persona" como sinónimo de "ser humano".
Algunos incluso piensan que una persona es lo opuesto a un ser espiritual.

Pero esto es un error, es cierto que todo ser humano es una persona, pero no toda
persona es un ser humano. En palabras sencillas, ser persona sencillamente es ser
diferente a un animal o a una cosa. Para que un ser sea considerado una persona tiene
que poseer tres atributos indispensables, que llamamos “atributos de personalidad”.
Estos son: Intelecto (inteligencia, capacidad de razonar); Emociones (Sensibilidad,
capacidad de sentir); y Voluntad (Autonomía, capacidad para decidir por sí mismo).

Siendo así, entonces todos los seres que posean estos [tres] atributos básicos de
personalidad deben ser considerados “personas”. Tales son los casos de:
Dios Padre,
Jesucristo,
Satanás,
Los demonios,
Los ángeles,
Y los hombres,
Así que si comprobamos, por la Biblia, que el Espíritu Santo posee estos atributos,
inmediatamente demostraremos que es también una persona.

INTELIGENCIA
¿Es el Espíritu Santo un ser inteligente? Si. La Biblia presenta al Espíritu como un ser
inteligente, por ejemplo:

Conoce y escudriña todo, aun lo profundo de Dios: “Pues su Espíritu investiga todo a
fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios… nadie puede conocer los
pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios.” (1Co.2:10-11; Is.11:2)
Posee profunda Sabiduría: “y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en
inteligencia, en ciencia y en todo arte” (Ex.31:3)
Enseña y recuerda la Palabra a los creyentes: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo
lo que yo os he dicho.” (Jn.14:26)
EMOCIONES
¿Es el Espíritu Santo un ser sensible? Si. La Biblia presenta al Espíritu con emociones;
por ejemplo:

Los cristianos deben cuidarse de no entristecerle: “No entristezcan al Espíritu Santo de


Dios con la forma en que viven.” (Ef.4:30)
Anhela celosamente a los creyentes: “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El
Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?” (Stg.4:5)
Tiene amor (“Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu”, Ro.15:30) y se relaciona en comunión (“La gracia del Señor Jesucristo, el
amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.”, 2Co.13:14)

VOLUNTAD
La Biblia también presenta al Espíritu como un ser con voluntad en sí mismo, veamos:

El reparte los dones, a los creyentes, como quiere. “Es el mismo y único Espíritu quien
distribuye todos esos dones. Solamente él decide qué don cada uno debe tener.”
(1Co.12:11-NTV)
Llamó a los que quiso para las misiones: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo
el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.”
(Hch.13:2)
Guío a Pablo y le prohibió ir por ciertos lugares: “Y atravesando Frigia y la provincia de
Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando
llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.” (Hch.16:6-
11)
Aportó para las decisiones importantes en la iglesia: “Porque ha parecido bien al
Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más.” (Hch.15:28)

CONCLUSIÓN:
El Espíritu Santo es una persona porque posee los tres atributos básicos de personalidad.
Tengamos cuidado con aquellos grupos, como los Testigos de Jehová, que afirman que
el Espíritu es sólo una energía o fuerza activa.
Si el Espíritu es una persona podemos relacionarnos con él y tener comunión cada día.
Que noticia tan maravillosa.
Lección 02: Obras personales del Espíritu Santo.
El Padre y Cristo nos enviaron al Espíritu Santo (Jn.14:26; 14:26; 16:7) para ayudarnos
en todo aquello que tiene que ver con nuestra práctica de la fe cristiana. Él es nuestro
principal auxiliador para nosotros en esta era. Cristo le llamó, repetidas veces, “el
Consolador” (Jn.15:26). ¿Pero cómo podría ser “el consolador” si no fuese una persona?

Anteriormente demostramos que el Espíritu Santo es una persona porque posee los tres
atributos básicos de personalidad. De no ser así, estaríamos creyendo (al igual que los
Testigos de Jehová, miembros de la nueva era, o panteístas), que el Espíritu es
simplemente una fuerza o energía, y hasta que forma parte de la naturaleza.

Sin embargo, la Biblia no presenta al Espíritu como una fuerza o poder impersonal. Más
bien lo presenta con características y atributos de una persona, y ejecutando obras o
acciones personales (Hechos 10:19,20; 16:6). Y de eso queremos hablar ahora. Vamos a
poner en lista todas las acciones y obras que el Espíritu realiza como persona:

Acciones que sólo hace una persona:


Es capaz de hablar (Hch.1:16; 8:29)
Es capaz de orar e interceder (Ro 8:26)
Da mandatos claros (Hch.1:2)
Es capaz de enseñar (Jn.14:26; 1Co.2:13)
Refrena o contiende (Gn.6:3)
Realiza milagros (Hch.8:39; Ro.1:4; Hch.10:44-46)
Anhela y siente celo (Stg.4:5)
Escudriña (1Co.2:10)
Se pone de acuerdo (Hch.15:25, 28)
Prohíbe (Hch.16:6- 7)

En cuanto al evangelio:
Inspiró las Escrituras (2Pe.1:21)
Puede convencer a las personas de pecado (Juan. 16:8-11).
Brinda su poder para el evangelismo y servicio (Hechos. 1:8; Lc.4:14)
Testifica, da testimonio de Cristo (Juan. 15:26)
Lava, santifica y justifica a los que creen (1Co.6:11)

En cuanto a los creyentes:


Bautiza a los salvos en el cuerpo de Cristo (1Co.12:13).
Mora (habita) permanentemente en los creyentes (Ro. 8:9; 1Co.6:19)
Guía a los hijos de Dios (Ro. 8:14)
Ilumina, brinda entendimiento de las cosas espirituales (Ef. 3:16-19; 1Co.2:14-16)
Consuela o ayuda a los cristianos (Juan. 14:16-18)
Les provee seguridad de salvación (Ro.8:16)
Manifiesta su fruto en el carácter del creyente (Gá.5:22-23)
Llena (controla, conduce) la vida del cristiano (Ef.5:18)

En cuanto al Ministerio:
Llama al servicio misionero (Hch.13:2)
Puso a los ancianos (pastores) como obispos en la iglesia (Hch.20:28).
Envía para labores especiales (Hch.13:4)
Reparte los dones a la iglesia (1Co.12:11)
Conduce a la verdad (Jn.16:13)
Provee de unción para la enseñanza (1Jn.2:20,27)
Otorga poder para la predicación de la Palabra (1Co.2:4)
Provee de unidad al cuerpo de Cristo (Ef.4:3)
Detiene o frena la obra de satanás en el mundo (2Ts.2:6-7)

CONCLUSIÓN:
Debido al tipo de obras y acciones que el Espíritu Santo realiza, concluimos que él es
una persona. Y además que, es una persona realmente maravillosa.

La aplicación que podríamos sacar de todo esto, es reflexionar en el hecho de que el


Espíritu siempre está activo; mientras usted duerme él sigue haciendo la obra en el
mundo. Y vela por usted, siempre está dispuesto a enseñarle, es el maestro de horario
completo. Es nuestro consejero fiel, nos reprende pero también nos consuela.
Aprendamos a seguir su dirección incansablemente.
Lección 03: Acciones y tratos personales al Espíritu Santo.
Esta es nuestra tercera lección sobre la personalidad del Espíritu Santo. Anteriormente
hemos analizado los atributos básicos de personalidad y las obras personales del
Espíritu.

En esta oportunidad, vamos a reflexionar en el hecho de que el Espíritu fue tratado y


señalado como una persona. Esto quiere decir que los hombres bíblicos entendieron que
el Espíritu no era una mera fuerza o poder, sino que era un ser personal con quién
podemos relacionarnos y que podía ser rechazado.

Veamos algunos ejemplos de cómo el Espíritu es objeto de trato que sólo podría darse
con una persona:

1. Al Espíritu se le llama “Señor”.


La palabra “Señor” denota un “amo” o “dueño” a quién se le sirve. Este título se le
brinda a reyes, gobernantes o eminencias; más nunca a objetos impersonales. Si al
Espíritu se le llama Señor es porque se le reconoce como un ser personal:

“Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: SEÑOR, no;
porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás... Y mientras Pedro pensaba en
la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.” (Hechos 10:13-14, 19)

“Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y


donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” (2 Corintios 3:16-17)

2. Puede ser enojado.


Es evidente que sólo un ser personal puede ser enojado. Así sucede con el Espíritu:
“Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu; por lo cual se les volvió
enemigo, y él mismo peleó contra ellos.” (Isaías 63:10)

3. Se le puede provocar.
Esto es, obrar mal contra él y merecer su castigo: “Y Pedro le dijo: ¿Por qué
convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?” (Hch.5:9)

4. Puede ser obedecido.


Esto es que los hombres podían recibir órdenes directas y bien comprensibles de él: “Y
mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.
Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por
Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis.” (Hch.10:19-21)

5. Puede ser resistido.


“Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al
Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hch.7:51). Esto quiere
decir no hacer caso a alguien que trata de convencerte, es desechar el testimonio de una
persona.

6. Se le puede mentir.
“Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” (Hch.5:3). No se le puede mentir a una
fuerza impersonal.

7. Puede ser blasfemado.


“pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que
es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.” (Mr. 3:29-
30). Si el Espíritu fuese una fuerza la blasfemia contra él no sería tan grave.

8. Puede ser reverenciado.


“que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad” (Ro.1:4)

“No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.” (Sal.51:11)

9. Se le puede contristar (entristecer)


“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención.” (Ef.4:30)

10. Se le puede injuriar.


“¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere
por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu
de gracia?” (He.10:29)

11. Se puede confiar y esperar en él.


“Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al
Ungido del Señor.” (Lucas 2:26)

CONCLUSIÓN:
Todas estas acciones y actitudes para con el Espíritu, demuestras que es una persona y
no una cosa. Además de todo esto, uno se puede relacionar con él, lo cual demuestra
que es un ser relacional. Sólo una persona puede relacionarse con otros. El Espíritu tiene
una relación eterna con el Padre y con el Hijo, y se relaciona también con el creyente.

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean
con todos vosotros.” (2 Corintios 13:14)

“El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente” (Santiago 4:5)

“No se emborrachen, pues perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea
el Espíritu Santo quien los llene y los controle.” (Ef.5:18-TLA)
Lección 04: Títulos divinos del Espíritu Santo.
En las tres primeras lecciones hemos podido dejar por sentado que el Espíritu es una
persona. Siendo esto claro, ahora podemos determinar también que el Espíritu es
Divino. En resumen, el Espíritu Santo es una “Persona Divina”. Es decir, que ¡Es Dios!
y, por lo tanto, es co-igual, co-eterno y co-existente con el Padre y también con el Hijo.

Sin embargo, en la actualidad muchos están poniendo en duda esta verdad. Así que, en
las siguientes lecciones vamos a sustentar 5 evidencias de la divinidad del Espíritu
Santo: (1) por sus títulos, (2) por sus atributos, (3) por sus obras, (4) por complemento
bíblico, y (5) por sus prerrogativas.

LOS TÍTULOS DEL ESPÍRITU:


A. Es llamado Dios.
1. Prestemos atención a Hechos 5:3-4. "Y Pedro dijo: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu
corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?...
No has mentido a los hombres, sino a Dios."
Esta pareja murió por el juicio de Dios, ellos actuaron con premeditación y aun
viéndose descubiertos, y sabiendo que el Espíritu de Dios usaba a Pedro, continuaron
con su mentira. Dios atribuyó la ofensa contra sí mismo, pero es interesante que Pedro
dijera: “has mentido al Espíritu Santo”, concluyendo en “no has mentido a los hombres
sino a Dios”. Esto es una clara evidencia de que el Espíritu era reconocido como Dios.

2. Mora en el creyente
Observemos este detalle, en 1 Corintios 3:16... "¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" La pregunta sería ¿Por qué somos templo de
Dios? y la respuesta es obvia: Porque el Espíritu mora dentro de nosotros. Así que, si
somos templos de Dios debido a que el Espíritu mora en nuestros cuerpos, entonces el
Espíritu Santo es Dios.

B. Es llamado Señor.
Pablo dijo en 2 Corintios 3:17, lo siguiente: "Pero cuando se conviertan al Señor, el velo
se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad."
Lo interesante de esta declaración es que Pablo empieza diciendo “cuando se conviertan
al Señor”, uno sólo puede convertirse a Dios, no a una criatura (“mas no os convertisteis
a mí, dice Jehová.” Hageo 2:17; “y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para
servir al Dios vivo y verdadero” 1Ts.1:9). Pero enseguida dice “porque el Señor es el
Espíritu”. Así que, al llamar Señor al Espíritu, Pablo le está reconociendo como Dios.

C. “Espíritu Eterno”
Leamos con atención el siguiente verso: “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:14)
Mediante el título “Espíritu eterno” se le atribuye el atributo de eternidad al Espíritu
Santo. Pero sabemos que la eternidad es un atributo intrínseco a la Divinidad, lo cual
quiere decir que sólo Dios puede ser eterno. Así que, el Espíritu Santo es Dios.
No sólo eso, si somos buenos lectores habremos observado que este verso menciona a
las tres personas de la Trinidad: (1) La sangre de Cristo, (2) mediante el Espíritu eterno,
(3) Sin mancha a Dios… para que sirváis al Dios vivo. Están obrando juntos, con igual
peso de importancia, en la obra de redención. Pero sabemos que sólo Dios puede salvar.
Así que si el Espíritu participa activamente en el consejo eterno de la redención, es
Salvador, es Dios.

D. “Espíritu Santo”
Tal vez no lo hayas notado antes, pero “Espíritu Santo” es un título, el mismo nombre
del Espíritu denota divinidad, pues se le atribuye “santidad absoluta”. No es lo mismo
que nosotros, que poseemos santidad relativa más no absoluta ni intrínseca; somos
santos porque hemos sido santificados, más el Espíritu posee santidad en sí mismo. La
santidad absoluta es un atributo exclusivo de la deidad. Por ello el Espíritu puede
santificar: “Y esto erais algunos; mas… ya habéis sido santificados… por el Espíritu de
nuestro Dios” (1Co.6:11). Por lo cual esto nos enseña nuevamente que el Espíritu Santo
es Dios.

Pablo también lo llama “Espíritu de Santidad” en el siguiente verso: “que fue declarado
Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los
muertos,” (Romanos 1:4), y añadió que el Espíritu participó en la resurrección y
glorificación de Cristo.

E. “Espíritu de Verdad”
Sólo Dios es la verdad absoluta, y al Espíritu se le llama “Espíritu de verdad” en este
texto: "...y os dará otro Consolador... el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros, y estará en vosotros." (Juan 14:16-17)

Consideremos también lo que dijo el apóstol Juan acerca de él: “Y el Espíritu es el que
da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.” (1Juan 5:6). Si el Espíritu es la verdad
(Jesús también dijo: “yo soy la verdad” Jn.14:6), entonces el Espíritu forma parte de la
verdad absoluta en la esencia de la Divina Trinidad.

F. Otros títulos:
Espíritu de vida. (Ro.8:2, 11)
El glorioso Espíritu. (1 Pedro 4:14)
Espíritu de Poder. (Isaías 11:2)
Espíritu de la promesa. (Efesios 1:13)
El Consolador (Ayudador). (Juan 15:26; He.13:6)
El Espíritu de Jehová. (Isaías 63:14)
Espíritu de Dios. (Gn.1:2; Ex.31:3; Nm.24:2)

CONCLUSIÓN:
Cuando analizamos los títulos que se le dieron al Espíritu Santo en la Biblia, no
podemos dudar de que efectivamente él es Dios. Merece por tanto nuestra adoración,
reverencia y obediencia.
Lección 05: La Omnisciencia del Espíritu Santo.
Estamos en la sección sobre “La divinidad del Espíritu Santo”. En la lección anterior
vimos como al Espíritu se le atribuyen “títulos divinos” con lo cual demostramos que
era considerado Dios y Señor por los escritores bíblicos.

A partir de ahora, vamos a tratar sobre algunos atributos del Espíritu Santo. El detalle es
que estos atributos son de carácter estrictamente divinos, lo cual quiere decir que sólo
Dios los posee. Así que, si demostramos bíblicamente que el Espíritu posee atributos
divinos, tendremos más evidencia de que él es Dios. En esta lección, nos limitaremos al
atributo de la omnisciencia. En las siguientes iremos viendo los demás.

LA OMNISCIENCIA DEL ESPÍRITU:


La omnisciencia es el atributo mediante el cual un ser conoce, y entiende todo, y es
capaz de obrar con absoluta sabiduría en base y armonía con ese conocimiento. No lo
confundamos con la “presciencia” que es el conocimiento anticipado de las cosas. Este
atributo también le permite saber cosas que para otros nunca podrían ser reveladas, por
ejemplo lo que hay en el corazón y en la mente de otros seres. Sólo Dios puede poseer
el conocimiento absoluto.

La Biblia nos enseña que el Espíritu posee omnisciencia. Empecemos leyendo el


siguiente versículo: “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento” (Isaías 11:2)

En un sólo versículo, se ha atribuido al Espíritu:


Sabiduría
Inteligencia
Consejo
Conocimiento

Estas cuatros cosas están ligadas al conocimiento, lo cual demuestra que es un ser
inteligente, que puede razonar y enseñar. Así que, no quedan dudas que es un ser
pensante. ¿Pero demuestro esto que es Dios? No, pero es la base. Veamos ahora algunos
aspectos con sus pasajes que demuestran que su conocimiento es realmente absoluto.

1. Escudriña el corazón humano.


Recordemos la historia de Ananías y Safira, narrada en Hechos 5:1-5; allí observamos
que el Espíritu es un ser personal porque se intentó mentirle. Pero no es todo lo que hay
que observar. La omnisciencia del Espíritu está implícita en la historia:

(a) mientras Ananías y Safira acordaban esconder una parte del dinero y luego mentir,
miles de personas (más de 10,000) estaban vendiendo sus cosas y trayendo el dinero
hasta los apóstoles. ¿No le parece sorprendente que el Espíritu haya advertido un caso
especial entre miles?
(b) El Espíritu pudo impartir este conocimiento al Apóstol Pedro, conocía sus rostros,
sus nombres y sus acciones ocultas, incluso las intenciones que habían en sus corazones.
Sin la omnisciencia del Espíritu, Pedro jamás hubiera conocido del caso ni hubiera
comprendido tampoco la severidad del castigo.

Tomemos en cuenta este otro verso: “Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”
(Ro.8:27) ¿Entiende lo que trata de enseñar? Entre muchas otras cosas, el verso nos dice
que el Espíritu conoce cada una de las oraciones del Pueblo de Dios, luego traduce de
mejor manera cada oración y la lleva a Dios de modo que concuerde con su voluntad.
Esto es realmente asombroso ¿Cómo podría alguien conocer la oración de cada creyente
en el mundo sin ser Dios mismo? Además de eso, poseer tanta sabiduría para
transformar cada oración y amoldarla a la voluntad divina. Todavía más, el hecho de
que ore por cada uno de los santos implica necesariamente que los conoce a todos y
entiende sus pensamientos y necesidades. Definitivamente esto es omnisciencia.
Observemos ahora este contundente versículo: “y todas las iglesias sabrán que yo soy el
que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.”
(Ap.2:23). Todos sabemos que, en esta parte de la Escritura, Jesús está comunicándose
mediante unas cartas con las iglesias del Asia Menor; sin embargo es sorprendente la
manera en la que firma el remitente: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias.” ¿Qué les dijo el Espíritu? entre muchas cosas que escudriña la mente y el
corazón, y conocía la obra de cada uno de ellos. Así que, una vez más podemos ver la
omnisciencia del Espíritu Santo.

2. Escudriña el corazón de Dios.


Leamos con suma atención este pasaje: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las
cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana,
sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” (1Co.2:11-
13)

Aquí también se nos dice cosas puntuales sobre el Espíritu:


Nadie conoció las cosas de Dios sino el Espíritu de Dios.
El Espíritu proviene de Dios.
El Espíritu nos enseña acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Si el Espíritu puede conocer y enseñar lo profundo de Dios, no sólo demuestra que no es
una fuerza y que es una persona, sino que es Dios mismo. ¿Cómo es esto? Pues ninguna
criatura podría conocer a Dios a tal profundidad. Dios es infinito, imposible de ser
conocido y comprendido a plenitud por un ser creado.

Como dijo David: “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo
puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu?” (Sal.139:6-7). Pablo lo dijo de esta
manera: “! Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la
mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” (Ro.11:33-34).
Dios lo dijo también en sus propias palabras: “Como son más altos los cielos que la
tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos.” (Is.55:9).
Conclusión
Como vemos, nadie puede conocer a Dios en su total profundidad. Por tanto, si uno
tiene el conocimiento divino (omnisciencia) es porque es Dios mismo. Por supuesto,
aquí también probamos la inteligencia del Espíritu. Así que, si es persona y tiene
omnisciencia, entonces es Dios.

Lección 06: La Omnipotencia del Espíritu Santo.


Seguimos adelante aprendiendo sobre la divinidad del Espíritu Santo. En la lección
anterior vimos la omnisciencia del Espíritu, lo cual demuestra su deidad de manera
indiscutible. Ahora vamos a ver otro atributo especial del Espíritu, el cual es parte de los
atributos incomunicables (que sólo Dios los puede poseer): Su omnipotencia.

La omnipotencia es el atributo que indica que para Dios nada es imposible. Él todo lo
puede, es decir él tiene el poder absoluto.

LA OMNIPOTENCIA DEL ESPÍRITU:


La Biblia sustenta el poderío absoluto del Espíritu Santo, muchas veces:

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en
esperanza por el PODER del Espíritu Santo.” (Romanos 15:13)
“con potencia de señales y prodigios, en el PODER del Espíritu de Dios.” (Romanos
15:19)
“y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de PODER.” (1 Corintios 2:4)
“Más yo estoy lleno de PODER del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza”
(Miqueas 3:8)
Veamos este verso tan claro en donde se evoca al Espíritu Santo, como vimos antes, con
inteligencia y sabiduría, pero también con poder:

Isaías 11:2 - “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de


inteligencia, espíritu de consejo y de PODER, espíritu de conocimiento y de temor de
Jehová.”

VERDADES SOBRE EL ESPÍRITU QUE NOS HABLAN DE SU PODER


ABSOLUTO:
1. Poder sobre la muerte:
Sólo Dios tiene el poder sobre la muerte. Así que, si el Espíritu tiene esta capacidad para
derrotar a la muerte, es omnipotente. Y eso es precisamente lo que nos dice la Biblia.

El Espíritu participó en el poder de la resurrección de Cristo: “que fue declarado Hijo de


Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”
(Romanos 1:4)

Por medio del Espíritu, la inmensa multitud de salvados serán resucitados: “Y si el


Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de
los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu
que mora en vosotros.” Romanos. 8:11

2. Poder sobre las fuerzas del mundo:


Veamos cómo la potencia del Espíritu supera al de los ejércitos y sus armas:

“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
(Zacarías 4:6)

3. Jesús ministraba con el poder del Espíritu:


“Y Jesús volvió en el PODER del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la
tierra de alrededor.” (Lucas 4:14)

“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38)
¿Cómo Jesús haría esos portentosos milagros en el poder de un ser que no fuera Dios
mismo? Ninguna criatura puede obrar milagros, Dios usa a las criaturas para obrar
ciertos milagros que es diferente, pero estos pasajes no nos dicen que el Espíritu estaba
siendo usado por Dios, sino que Jesús usaba el poder del Espíritu para obrar los
milagros, lo cual nos dice que el Espíritu tiene el poder divino en sí mismo.

4. El poder para el ministerio:


El Espíritu otorga el poder para la gigantesca obra de evangelización al mundo:

“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos
1:8)

5. Es la fortaleza de cada creyente:


El Espíritu puede fortalecer a cada creyente desde su interior. Aquí tenemos una
combinación de la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia del Espíritu: “para que
os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con PODER en el hombre
interior por su ESPÍRITU” (Efesios 3:16)

6. El Espíritu es Creador:
“El Espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida.” (Job 33:4)

El atributo de creador pertenece sólo a Dios. Es decir, que sólo Dios puede crear. Lo
cual es traer a existencia algo que nunca ha existido. Ninguna criatura puede hacer o
colaborar con este hecho. Nosotros sólo transformamos o cambiamos lo que ha sido
creado, pero sólo Dios crea algo a partir de la nada. Los teólogos le llaman a esto
“creatio ex nihilo” (creación de la nada).

La Biblia asegura que el Espíritu participó en el proceso de creación de todas las cosas
(Hagamos al hombre, Gn.1:26). Así que, si el Espíritu puede crear (es Creador), y con
ello demostrar que tiene la omnipotencia para con todo lo creado, entonces es Dios.
Aquí también tenemos una combinación de atributos divinos, pues para crear de la nada
se necesita, no sólo ser todopoderoso sino poseer la omnisciencia para diseñar con
profunda sabiduría.
Lección 07: La Omnipresencia y otros atributos divinos del Espíritu.
Con la lección de hoy llegamos a la parte final sobre los atributos divinos del Espíritu
Santo. Anteriormente hemos visto su omnisciencia y su omnipotencia. Ahora vamos a
ver su omnipresencia y otros atributos que sólo Dios podría tener.

LA OMNIPRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO.


La omnipresencia es un atributo por el cual un ser puede estar presente en todo lugar de
forma completa y absoluta. Nos dice que el espacio no le limita para nada.

A. La Biblia declara la omnipresencia del Espíritu:


“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los
cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las
alas del alba y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu
diestra.” (Sal. 139:7-10)
Sólo Dios puede estar en todo lugar al mismo tiempo. Así que, si el Espíritu tiene
omnipresencia entonces es Dios.

B. El Espíritu mora enteramente en el cuerpo de cada creyente:


(1) Fíjese bien en este texto: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros” (1 Corintios 6:19).

En el contexto de este pasaje, Pablo estaba tratando un asunto que tenía que ver con el
cuerpo personal. “El cuerpo de un creyente es templo del Espíritu Santo”. Pero ¿Cómo
puede alguien estar en el cuerpo de muchos creyentes a la vez?

Ojo que no se trata de que cada uno recibe una porción del Espíritu, sino al Espíritu
completo (“pues Dios no da el Espíritu por medida” Jn.3:34). Así que, el Espíritu está
dentro del cuerpo de cada creyente. Esto se llama omnipresencia.

(2) Todo esto lo podemos confirmar por las muchas evidencias bíblicas al respecto:
* 1 Corintios 3:16 - “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
MORA en vosotros?”
* Romanos 8:11 - “el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que MORA en vosotros.”
* Juan 7:38-39 - “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su INTERIOR correrán
ríos de agua viva. Esto dijo del ESPÍRITU que habían de recibir los que creyesen en él;
pues aún no había venido el Espíritu Santo…”

OTROS ATRIBUTOS DIVINOS DEL ESPÍRITU.


A. El Espíritu es Creador.
La facultad de crear es un atributo propiamente divino. Ya habíamos mencionado esta
cualidad del Espíritu en lecciones anteriores, porque está ligado a los demás atributos.
Para poder crear algo de la nada, se combinan tanto la omnipotencia como la
omnisciencia, todos son atributos exclusivamente divinos.
Sin embargo, aquí lo mencionamos a parte como el atributo de creador. El Espíritu
participó en la creación del mundo (Gn.1:2) y en la creación del hombre (Gn.1:26; Job
33:4).

B. El Espíritu es Salvador.
(1) La Biblia nos asegura que el Espíritu participa en la redención, juntamente con
Cristo:
“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1
Corintios 6:11)

(2) También leamos el siguiente verso: “nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Ti.3:5)

(3) Y este otro: “Siempre estamos agradecidos de que Dios los eligió para que estén
entre los primeros en experimentar la salvación, una salvación que vino mediante el
Espíritu, quien los hace santos, y por creer en la verdad.” (2Ts.2:13)

(4) Miremos con detalle cómo el Espíritu juega una parte fundamental en la
regeneración de los convertidos, sin él sencillamente no hay nuevo nacimiento:
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
ESPÍRITU, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es NACIDO DEL ESPÍRITU, espíritu es.” (Jn.3:5-6)
Sólo Dios puede salvar y redimir el alma. Sólo Dios puede tener parte en la
santificación, justificación y redención de los creyentes. Así que, si el Espíritu toma
parte en esto es porque es Dios.

C. El Espíritu es Soberano.
Hablaremos sobre esto en lecciones posteriores. Pero es necesario aclarar que la
soberanía es un atributo enteramente divino. Sólo Dios puede asumir esta prerrogativa.
Y la Biblia nos dice que el Espíritu ejerce soberanía en la iglesia, sobre la obra
evangelística y en cada uno de los creyentes:
“Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo
hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el
Espíritu no se lo permitió.” (Hechos 16:6-7)

D. El Espíritu es eterno.
La eternidad es el estado mediante el cual un ser vive fuera del tiempo, éste no le afecta
en ninguna manera. Solo Dios es eterno. Y la Biblia nos muestra al Espíritu desde el
principio de todo (Gn.1:2). Además dice claramente que el Espíritu procede del Padre,
esta es una relación eterna a la que se le conoce como “la procesión del Espíritu” (Juan
15:26). Por otro lado, el escritor de Hebreos lo proclama como eterno: “cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el ESPÍRITU ETERNO se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias…” (Hebreos 9:14)
CONCLUSIÓN: Así que, la respuesta es obvia: El Espíritu puede estar presente en el
cuerpo de cada creyente y morar permanentemente allí porque es omnipresente, y si es
omnipresente también es Dios.

Lección 08: Las obras divinas del Espíritu.


Bienvenidos a una lección más sobre el Espíritu Santo. Recuerde que estamos en la
sección “La Divinidad del Espíritu Santo”, demostrando que el Espíritu es Dios. Hasta
ahora hemos considerado sus “títulos divinos” (Cómo: Dios, Señor, Santo, Verdad,
Vida, Poder, etc), y sus “atributos divinos” (Cómo: Omnisciencia, Omnipotencia,
Omnipresencia, Eternidad, Salvador, Soberano, etc.). En esta oportunidad, vamos a
hablar de las “obras del Espíritu Santo” que demuestran su deidad. Es decir, que él es
Dios:

LAS OBRAS DIVINAS DEL ESPÍRITU SANTO


(1) La Obra de la Creación.
Ya hemos tocado este punto antes. Como recordarás, sólo Dios puede crear. Y la Biblia
afirma que el Espíritu participó en la creación de todas las cosas, en conjunto con las
otras personas de la Trinidad. (Gn.1:1-2: Sal.104:30; Job 33:4; Sal.33:6)

(2) La Obra de la Regeneración.


La regeneración es el “nuevo nacimiento” que experimenta un creyente, nace en la
familia espiritual de Dios, por acción del Espíritu Santo. Esto conlleva una nueva
naturaleza, es una nueva creación y una conexión especial con Dios. Esto es un asunto
netamente soteriológico, es decir: corresponde a la salvación o redención del hombre. Y
la salvación es un asunto puramente de Dios (Ap.7:10; Lc.3:6; Sal.3:8; Ti.2:11). De
manera que la regeneración es un acto divino. Por lo tanto, el Espíritu es Dios (Juan
3:4,5-8; Tito 3:5; 2Ts.2:13; 1Co.6:11).

(3) La Obra de Engendrar a Cristo.


Observemos cómo, en un sólo verso, se relaciona la venida del Espíritu Santo con el
poder del Altísimo. No hay diferencia alguna entre ambas cosas, bajo el mismo poder y
acción se produjo la concepción y el nacimiento virginal de Cristo, un milagro único en
toda la historia. De manera que aquí tenemos no sólo una declaración de la divinidad del
Espíritu sino también una evidencia más de la Trinidad: “el ángel, le dijo: El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual
también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35)

(4) La Obra de la Resurrección.


El poder de la vida sobre la muerte es una acción netamente divina. Y hay evidencia
bíblica que relaciona al Espíritu Santo con esta acción, no sólo para con la resurrección
de Cristo sino para con la de todos los salvos:
“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que
levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por
su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 3:11)

(5) La Obra de la Inspiración.


La inspiración es un acto por medio del cual los hombres pudieron registrar y componer
el canon bíblico (los 66 libros de la Biblia) sin error alguno, a pesar de que fueron
muchos escritores, con muchos años de distancia (en total 1,500 años), con diferentes
trasfondos y niveles socioculturales; y bajo condiciones, aspiraciones y presiones
distintas. A pesar de todo esto, la Biblia mantiene unidad perfecta de principio a fin.

Esta magnífica obra, jamás superada por ningún otro libro en el tiempo, es un acto
divino, y la Biblia misma lo declara así cuando dice textualmente: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios” (2Ti.3:16). Pero, usemos el principio de la comparación y
observemos como lo dice Pedro:
“porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres
de Dios hablaron siendo INSPIRADOS por el Espíritu Santo.” (2 Pedro 1:21).
Así que, si la acción divina de la inspiración corresponde al Espíritu es que es Dios.
Dentro de esto, tenemos algo realmente maravilloso: que el Espíritu inspiró y diseñó
toda la Escritura de manera que todo lo que esté escrito en ella apunte a Cristo:
“escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en
ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que
vendrían tras ellos.” (1 Pedro 1:11)

(6) La obra de Transformación.


La Biblia declara que los creyentes, aparte de ser salvados y regenerados, van siendo
santificados en un proceso que llamamos “santificación” y también “transformación”
(Metamorfosis). La transformación de nuestro ser completo corresponde a una acción
divina, para el hombre esto sería imposible de hacer por su propia cuenta o poder. Así
que, si el Espíritu santifica y transforma entonces es Dios. (2Co.3:18; Gá.5:16-24;
Ro.8:13; 1Co.6:11)

(7) La obra de profetizar.


La profecía, vista como la capacidad de dar a conocer el futuro que inevitablemente
pasará, es una acción divina (Presciencia). Algunos quizá puedan rebatir, como una vez
lo hicieron conmigo, diciendo que muchos hombres “profetizaron”, pero no
confundamos las cosas; estos hombres profetizaron por acción e inspiración del Espíritu
Santo (2Pe.1:21); así que, allí hay una enorme diferencia.
Por lo tanto, aun cuando se haya usado agentes humanos, la acción siempre corresponde
al Espíritu Santo: “quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies
y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así estarán los judíos en Jerusalén al
varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.” (Hechos 21:11)
Ver también: Lc.2:26; Hechos 20:23

(8) Acciones Divinas en masa.


Tenemos una serie de acciones del Espíritu que necesariamente reclaman distintivos
divinos, como omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, soberanía y santidad:
Redarguye y convence al mundo de pecado (Jn.16:8)
Consuela a los creyentes (Jn.14:16)
Intercede por cada creyente (Ro.8:26)
Mora en el cuerpo de cada creyente (1Co.3:16; 6:19; Ro.8:9)
Bautismo (inclusión) de todos los creyentes al cuerpo de Cristo (1Co.12:13)
Sello y arras (garantía) de salvación y herencia en cada creyente (Ef.1:13-14)
Enseña a cada creyente (Jn.14:26; 1Jn.2:27; 1Co.2:13)
Habla a la conciencia de cada uno (Ro.9:1)
¿Qué te ha parecido el estudio de hoy? ¿De qué maneras podríamos aplicarlo a la
vida?

Lección 9 EVIDENCIAS DE LA TRINIDAD EN LA BIBLIA


Alguien podría refutarte y decirte que no encuentra la palabra trinidad en la biblia pero
ellos no entienden que sólo son los nombres técnicos que le damos al conocimiento de
esta doctrina. Así que, puede que usted no encuentre "la palabra Trinidad", pero sí
podemos encontrar a "la Trinidad" en la Biblia.

DATOS NECESARIOS: Ante la enorme cantidad de menciones sobre el Padre, el


Hijo y el Espíritu Santo, en la Biblia, los unicitarios plantean una solución filosófica
muy buena: Afirman que sólo hay una persona divina manifestándose de tres formas
Distintas. En simples palabras, que Dios a veces cobra forma del Padre, otras del Hijo y
luego del Espíritu Santo. Pero Jesús tiene una opinión diferente. Veamos:

EL TESTIMONIO DE JESÚS.
"Y si YO juzgo, mi juicio es verdadero; porque NO SOY YO SOLO, sino YO y EL que
me envió, EL PADRE. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de DOS hombres
es verdadero. YO soy el que doy testimonio de mí mismo, y el PADRE que ME ENVIÓ
da testimonio de mí." (Juan 8:16-18)

"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, ÉL (pronombre de tercera persona no de


primera) os guiará a toda la verdad; porque NO hablará por su PROPIA cuenta, sino que
hablará todo lo que OYERE, y os hará saber las cosas que habrán de venir. ÉL ME
glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene EL PADRE
es MÍO; por eso dije que tomará de lo mío, y os LO HARÁ saber." (Juan 16:13-15)

"Porque YO no he hablado por MI PROPIA CUENTA; el PADRE que ME envió, ÉL


ME DIO MANDAMIENTO de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que
SU mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que YO hablo, lo hablo como el PADRE
me lo ha dicho." (Juan 12:49-50)

"Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y MI PADRE le


amará, y VENDREMOS a él, y HAREMOS morada con él." (Juan 14:23)

"Porque EL que ME envió, conmigo ESTÁ; no me ha dejado SOLO el PADRE, porque


YO hago siempre lo que LE AGRADA." (Juan 8:29)

"En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que JESÚS comenzó a
hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado
mandamientos POR EL ESPÍRITU SANTO a los apóstoles que había escogido... Y
estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la
PROMESA (el Espíritu Santo) del PADRE, la cual, les dijo, oísteis de MÍ. Porque Juan
ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo
dentro de no muchos días." (Hechos 1:1-5)
TESTIMONIO DE OTROS ESCRITOS INSPIRADOS POR EL ESPÍRITU
SANTO:
"Jesús, lleno DEL Espíritu Santo, volvió del Jordán, y FUE llevado POR el Espíritu al
desierto" (Lucas 4:1)

"Pero Esteban, lleno del ESPÍRITU SANTO, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria
de Dios, y a JESÚS que estaba a la DIESTRA de DIOS," (Hechos 7:55)

"cómo DIOS ungió con el ESPÍRITU SANTO y con poder a JESÚS de Nazaret"
(Hechos 10:38)

"Así que, EXALTADO por la diestra de Dios, y habiendo recibido del PADRE la
promesa del ESPÍRITU SANTO, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque
David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo EL SEÑOR a MI SEÑOR:
Siéntate a mi DIESTRA, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies"
(Hechos 2:33-35)

"La gracia del Señor JESUCRISTO, el amor de DIOS, y la comunión del ESPÍRITU
SANTO sean con todos vosotros." (2 Corintios 13:14)

Todos estos versículos son muy fáciles de comprender y no necesitan mayores


explicaciones. Así que, muéstralos cuando te toque defender la fe con mansedumbre.

Esto solo es una parte del caudal de información bíblica que tenemos sobre las
evidencias de la Trinidad, y que luego voy a compartir en un artículo completo, el cual
espero puedan apreciar y compartir.

La Trinidad de Dios es Bíblica señores, no católica.

Conclusión
El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios; pero hay un solo Dios.
Esa es la doctrina bíblica de la Trinidad. Más allá de eso, las cuestiones son, hasta cierto
punto, discutibles y no esenciales. En lugar de intentar definir plenamente la Trinidad
con nuestras mentes humanas finitas, nos serviría mejor centrarnos en el hecho de la
grandeza de Dios y en Su naturaleza infinitamente superior a nosotros mismos. "¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables
son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del
Señor? ¿O quién fue su consejero?" (Romanos 11:33-34).
Lección 10: La deidad del Espíritu por complemento bíblico.
Bienvenido(a) a otra lección más sobre esta importante doctrina bíblica. Ya hemos
analizado la deidad del Espíritu por sus títulos, sus atributos y por sus obras. En esta
oportunidad, vamos a usar "el principio de comparación" para determinar su deidad. Se
trata sencillamente de "comparar la Escritura con la Escritura" es un principio
hermenéutico fundamental.

La Biblia dice que el Espíritu nos enseña "acomodando lo espiritual a lo espiritual", de


esta manera vamos develando las enseñanzas que Dios nos ha dejado de sí mismo en su
Palabra. Esperamos que esta lección le edifique grandemente y despeje cualquier duda
que pueda tener.

EL ESPÍRITU SANTO ES JEHOVÁ


Vamos a ver que el Espíritu Santo es el mismo Jehová del Antiguo Testamento. Así
que, leamos los textos con mucho cuidado.

(1) PRIMERA COMPARACIÓN:


Primero vamos a leer Jeremías 31:33,34 "Pero este es el pacto que haré con la casa de
Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en
su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque
todos ME conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice
JEHOVÁ; porque PERDONARÉ la maldad de ellos, y no ME acordaré más de su
pecado."

Según lo leído, responda: ¿Quién es el que habla allí?

No hace falta explicar mucho sobre quién está hablando, es Jehová y habla en primera
persona ("me conocerán", "perdonaré", "no me acordaré").

Ahora veamos su complemento en la declaración del escritor de hebreos:


"Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos
atestigua lo mismo el ESPÍRITU SANTO; porque después de haber dicho: Este es el
pacto que HARÉ con ellos después de aquellos días, dice el SEÑOR: Pondré mis leyes
en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más ME ACORDARÉ
de sus pecados y transgresiones" (Hebreos 10:14-17)

Así que, el escritor de hebreos ha enlazado la profecía del AT, a Jeremías, con el NT
cumplido en Cristo, y afirma que cuando Jehová hablaba, era el Espíritu Santo.

(2) SEGUNDA COMPARACIÓN.


Vamos a nuestra siguiente cita: Isaías 6:9-10
“Después oí la voz DEL SEÑOR, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y DIJO: Anda, y di a este pueblo: Oíd
bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este
pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con
sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad”

Por el contexto, sabemos que Isaías estaba oyendo hablar a Jehová, el Señor. Ahora,
veamos su complemento en la declaración de Pablo, un hombre a quién se le dio las más
grandes revelaciones del Nuevo Testamento:

“Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien
habló EL ESPÍRITU SANTO por medio del profeta Isaías a nuestros padres,
DICIENDO: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo
veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los
oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y
oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.” (Hechos
28:25)

Cómo vemos los autores del Nuevo Testamento reconocían y tenían muy en claro que el
Espíritu Santo formaba parte integral en la esencia divina junto al Padre y el Hijo,
Jehová es un Dios Trino, no sólo es el Padre como algunos han pretendido enseñar

(3) TERCERA COMPARACIÓN:


Sigamos con Jeremías 11:20

“Pero, oh JEHOVÁ de los ejércitos, que juzgas con justicia, que ESCUDRIÑAS la
mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.”

Según este verso ¿Quién es el que escudriña la mente y el corazón? es Jehová, por
supuesto, ya que es Dios y esa obra denota su atributo de omnisciencia.

Pero comparemos ese verso con Apocalipsis 2:23

“Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que YO SOY el que
ESCUDRIÑA la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.”

¿Quién es el que le habla a las iglesias atribuyéndose omnisciencia? Todos de inmediato


podríamos decir que es Dios. Y es verdad. Pero el texto es específico: “El que tiene
oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Ap.2:29)

CONCLUSIÓN:

Hay muchas evidencias más sobre la divinidad del Espíritu Santo en la Biblia. Pero por
ahora, ¿Qué más pruebas queremos señores? esto es contundente. Cómo dice Charles
Ryrie en su libro:

“Una de las pruebas más fuertes de la deidad del Espíritu Santo es la identificación
bíblica del Espíritu con el Jehová del Antiguo Testamento.” (“El Espíritu Santo”
Pag.23)
No nos queda más que reconocer la majestad y el Señorío del Espíritu Santo, debemos
adorarlo y proclamarlo como parte de la eterna esencia divina, el Dios Todopoderoso.

Lección 11: LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO Y SU SIGNIFICADO


El libro: “EL LENGUAJE DEL ESPÍRITU SANTO”. Está compuesto por: los dones
del Espíritu Santo, sus nombres y la revelación detrás de ellos, sus símbolos y su
significado, el bautismo en el Espíritu Santo y las lenguas, la historia de la doctrina del
Espíritu, la profecía, el Consolador, La unción y su correcto uso, entre otros temas de
gran interés. Puedes adquirirlo en: EL LENGUAJE DEL ESPÍRITU SANTO.

Los símbolos del Espíritu Santo y su significado:


“La palabra SÍMBOLO, viene de dos palabras griegas: SUN, que quiere decir justo; y
la palabra BALIO que quiere decir tirado; significando literalmente algo que ha sido
tirado junto con otra cosa, uno al lado del otro, el uno para representar y explicar el otro.
En otras palabras un símbolo es un emblema material que muestra y descubre una
verdad espiritual”

Estos símbolos del Espíritu Santo, son dados por Dios para que podamos más
fácilmente comprender lo que el idioma mismo no puede explicar o expresar (al igual
que sus nombres y significados). Los símbolos son empleados para describir las
operaciones del Espíritu Santo.

1. El fuego: Mt. 3:11.


“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo
calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego”
El fuego calienta, ilumina, purifica, prueba, produce energía, y genera poder. El fuego
consume el combustible, y refina o purifica aquello que no puede ser consumido. El
Espíritu como fuego ministra calor al corazón y luz a la mente del creyente.

2. El viento: Juan. 3:8.


“El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a
dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”.
El viento simboliza la obra redentora del Espíritu como misteriosa, poderosa,
penetrante, refrescante y que da vida. Es invisible en su operación e inesperado en sus
consecuencias. De los originales hebreos y griego, la palabra Espíritu puede ser
traducida: espíritu, o viento, o aliento. El Espíritu Santo es el aliento (hálito), exhalado
de Dios.
Sin la constante renovación y vivificación del Espíritu que imparte vida, el creyente no
podría sobrevivir. Véase Ezequiel 37.7-10. Job dijo: “El Espíritu de Dios me hizo, Y el
soplo del Omnipotente me dio vida”. Job 33.4.
3. El agua: Juan. 7:37-39.
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había
venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”.
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua hace en el
orden material. El agua purifica, refresca, apaga la sed y convierte el campo estéril en
tierra fructífera. Purifica lo que está manchado y restaura la limpieza; es un símbolo
muy apropiado de la gracia divina que no solamente limpia el alma sino que le añade
belleza. El agua es un elemento indispensable de la vida física: el Espíritu Santo es
como un elemento indispensable de la vida espiritual. El Espíritu limpia de los hábitos
pecaminosos, y sirve como fuente que produce ríos de santidad, y renovación que sacia
la necesidad del hijo de Dios en la tierra.
“Agua viva” es el agua en contraste con las aguas estancadas de cisternas o pantanos; es
un agua que salta a borbotones.

4. El sello: Ef. 1:13.


“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”
Véase además Efesios 4.30 y 2ª Corintios 1.22. El sello es puesto sobre una cosa de
valor y denota una transacción terminada, como así también algo que es genuino,
incambiable y de gran valor. En los tiempos de la Biblia el sello demostraba la
propiedad, daba autoridad y prometía seguridad. Véase Daniel 6.17. El Espíritu mismo
es el sello que Dios el Padre pone en el corazón del creyente a fin de asegurarle la
certeza de una transacción completa.

5. El aceite: Lc. 4:18; Heb. 1:9.


“Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido…”
En los tiempos de la Biblia, la unción con aceite era usada primordialmente para
limpiar, suavizar y relajar; y para hermosura como sub-producto. Muchos de los rituales
del Antiguo Testamento requerían el uso del aceite, y en solemne ceremonia de unción,
los reyes, profetas y sacerdotes fueron puestos aparte para su llamamiento divino.

El creyente ungido del Nuevo Testamento representa el real sacerdocio, 1ª Pedro 2.9,
pues por la virtud de la unción del Espíritu, cada creyente es tanto sacerdote como rey.
Como aceite, el Espíritu es visto no solo en la unción sino también en la sustentación
(aceite es alimento), proveyendo luz, y sanando,

6. La paloma: Mt. 3:16.


“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”
El interés del Señor en este suceso es evidente por el hecho que se registra en los cuatro
evangelios. Una tradición judía traduce Génesis 1.2. De la siguiente manera: “El
Espíritu de Dios como una paloma cobijaba el haz de las aguas”. Las características de
la paloma son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave, pacífica, pura, paciente,
fácilmente contristada o asustada y fiel.

El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca
demanda ni obliga a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones.
Cristo instruyó a los creyentes de ser “sencillos como palomas”, Mateo 10.16. El tener
al Espíritu Santo morando dentro como paloma es saber que uno está en paz con Dios,
pues hemos sido justificados en Cristo.

7. El vino: Hch. 2:4, 12-13; Ef. 5:18.


“Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto”.
Es un símbolo de alegría, Salmo 104.15; un ingrediente de la adoración, Joel 1.10; y un
complemento del pan, Jueces 19.19.

El vino del Espíritu es el estímulo espiritual Divino que Satanás procura falsificar por
medio del estímulo del alcohol.

El vino es aquello que suelta las restricciones e inhibiciones, da denuedo y produce


abundancia de palabras. El trabajo del Reino requiere obreros vigorosos, entusiastas y
estimulados, para una realización de obra más efectiva. La expresión de los
observadores en el día de Pentecostés fue cínica: Hechos 2.13. Fue en el vigor y el
estímulo de esta clase de relación con el Espíritu Santo como los apóstoles proclamaron
el mensaje del Evangelio en ese día y vieron tres mil almas añadidas a la Iglesia (Te
invitamos a leer “El gozo de Dios”).

Conclusión: Señor cada día lléname más de tu Santo Espíritu, ayúdame a entender todo
lo que tú me has dado, y cuanto deseas que yo camine en esa verdad. Amado Espíritu
Santo quiero conocerte cada día más y ser guiado por ti. Gracias Señor por hacerme
templo de tu Espíritu. Amen.
Lección 12: LOS 9 DONES DEL ESPÍRITU SANTO
En esta lección vamos a estudiar un poco sobre los 9 dones del Espíritu Santo. Estos
deben ser usados en el temor de Dios para edificación de la iglesia.

No podemos ignorar estos dones del Espíritu, los cuales vienen de Dios por su voluntad,
ya que la escritura nos menciona, no solamente su existencia, sino que también el uso
que se le debe dar a estos dones espirituales y cómo deben ser regulados para evitar el
desorden dentro de la iglesia del Señor.

Recordemos que los dones espirituales son capacidades divinas que vienen de Dios, y
que por su voluntad él nos las ha dado en alguna medida a los creyentes para la
edificación del cuerpo de Cristo, por lo tanto, es necesario su estudio para ser usados en
el temor de Dios.

Para recibir los dones del Espíritu, necesitamos nacer de nuevo


Es importante tener claro que para recibir los dones del Espíritu primero necesitamos
nacer de nuevo, del agua y del Espíritu. Necesitamos recibir el Espíritu Santo, pues sin
él no pueden manifestarse los dones espirituales que estamos estudiando.

Los 9 dones del Espíritu Santo en la Biblia, ¿Cuáles son las categorías o
clasificación?
Para un mejor estudio y comprensión de los dones mencionados en 1 Corintios 12 se
han clasificado o dividido en tres categorías. Esto trae un mejor entendimiento y nos
ayuda a conocer el uso que tiene cada uno de ellos según la Biblia.

Clasificación en la Biblia, ¿Cuáles son los 9 dones?


Dones de revelación o poder para conocer
1) Palabra de ciencia
2) Palabra de sabiduría o don de sabiduría
3) Discernimiento de espíritus

Dones de poder o poder para actuar


1) Don de sanidad
2) Don de hacer milagros
3) Fe

Dones de inspiración o poder para hablar


1) Profecía
2) Diversos géneros de lenguas
3) Interpretación de lenguas

Dones de revelación o poder para conocer


1. El don de palabra de ciencia
Es una capacidad sobrenatural de conocer la mente, voluntad y propósitos de Dios y del
hombre, lo cual es imposible conocer en forma ordinaria.
En la escritura encontramos algunos ejemplos de este don en operación. Un ejemplo se
encuentra en Hechos 5:1-11 cuando al apóstol Pedro le fue revelado que Ananías había
sustraído del precio de la heredad sabiéndolo también Safira su mujer. Esto es poder
para conocer por medio del Espíritu situaciones que es imposible conocer de forma
ordinaria.
En Hechos 9:10-18 tenemos otro ejemplo en el cual Ananías le es dado una visión y se
le da a conocer el propósito de Dios para el apóstol san Pablo aún antes de ir a
encontrarse con él.

En Hechos 21:10-13 también tenemos a Agabo, quien pudo conocer lo que le esperaba
al apóstol Pablo en Jerusalén. En este caso también podríamos hablar de una profecía.

Es importante tener en cuenta que esta palabra de ciencia o palabra de conocimiento es


un don que tiene un propósito concreto y tiene que ver con una necesidad inmediata.
Nunca debe confundirse con el conocimiento natural que viene del estudio como una
actividad intelectual. Tampoco podemos pensar que la comprensión de la escritura va a
depender de este don.

2. Palabra de sabiduría o don de sabiduría


Al igual que el don de palabra de ciencia, la palabra de sabiduría es una revelación
sobrenatural de la voluntad y el propósito de Dios, pero acompañada por sabiduría que
nos permitirá saber qué hacer en determinada circunstancia para resolver determinada
situación. Algunos lo llaman don de sabiduría.

Palabra de sabiduría en operación, como uno de los dones del Espíritu de Dios

Es por este don en operación que el apóstol San Pablo supo lo que sucedería durante el
naufragio en Hechos 27, pero también hizo uso de la palabra de sabiduría para saber qué
tenía que hacer durante este momento difícil.

En el concilio de Jerusalén (Hechos 15:19-29) se dio la sabiduría necesaria para dar una
solución a los problemas que se presentaban en la iglesia primitiva, especialmente con
los gentiles recién convertidos al evangelio.

En Hechos 6:1-8 también encontramos una situación especial en la cual se hace uso de
sabiduría. Cuando creció el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos
contra los hebreos porque las viudas de ellos eran desatendidas en la distribución diaria;
sin embargo, Dios dio sabiduría a los apóstoles para conocer la solución a esta situación
y escogieron varones que se dedicaran a este servicio y se encargaran de este trabajo.

La sabiduría es totalmente distinta a la sabiduría humana o terrenal que se obtiene en el


transcurso de los años y las experiencias que se tienen en el transcurso del tiempo.
También es distinta a la sabiduría que se pide en oración según Santiago 1:5.
3. Discernimiento de espíritus
El don de discernimiento de espíritus, también es mencionado en 1 Corintios 12. El don
de discernimiento de espíritus es el poder o la capacidad para conocer si los espíritus
son de Dios o de Satanás y qué propósito hay detrás.

Todos conocemos la historia de Elimas el mago en Hechos 13: 4-13, quien le resistía a
Pablo procurando apartar de la fe al procónsul Sergio Pablo, a quien el apóstol San
Pablo le dijo que estaba lleno de todo engaño y de toda maldad; además le dijo que era
hijo del diablo y enemigo de toda justicia. Este es un ejemplo de operación del don de
discernimiento de espíritus.

Otro ejemplo de operación del don de discernimiento de espíritus lo encontramos en


Hechos 16:16-18 cuando el apóstol San Pablo se encontró con una muchacha que tenía
espíritu de adivinación. También encontramos en Hechos 8:14-25 la forma en que el
apóstol Pedro pudo discernir lo que era Simón el mago.

Podemos también aprender a discernir con el tiempo y la experiencia, pero hay


momentos en que se necesita más que la experiencia y es donde entra en operación este
don de discernimiento de espíritus en un mundo lleno de muchas clases y tipos de
espíritus.

Muchas veces podemos discernir mediante los frutos o acciones y conducta de los
hombres pero recordemos que hay lobos disfrazados de ovejas y muchas veces lo que
parece estar bien resulta que no lo está, por tal razón, Dios nos ha dado entre los dones
del Espíritu, el don de discernimiento de espíritus, pues Dios quien conoce lo que hay
dentro del hombre, también puede dárnoslo a conocer a nosotros mediante este don.

Dones de poder o poder para actuar


1. Don de sanidad
Cuando hablamos de dones de sanidad nos referimos a la obra sobrenatural de sanidad
mediante la oración sin ayuda humana o de la ciencia médica. Ejemplos en la escritura
hay muchos, tales como la sanidad de Publio en Hechos 28:8-9; también la sanidad del
hombre cojo que menciona Hechos 3:1-16, el cual se encontraba en la puerta del templo
la hermosa.

Podemos recuperarnos de una enfermedad como producto de una reacción natural de


nuestro organismo, o de un tratamiento o procedimiento médico; sin embargo, los dones
de sanidad son una muestra del poder de Dios el cual opera mediante alguien que ora
para que sea recibida la sanidad.

Es importante mencionar que normalmente todas las sanidades sobrenaturales se les


pueden llamar también milagros, pero que no todos los milagros son sanidades.

2. Don de hacer milagros


El don de hacer milagros es una obra o acción sobrenatural contraria a las leyes de la
naturaleza y el curso de la humanidad. Como ejemplo de esto podemos mencionar la
resurrección de Eutico (Hechos 20:7-12) y la liberación del apóstol Pedro de la prisión
(Hechos 12:1-19).

3. El don de fe
El don de fe es la habilidad sobrenatural de creer en Dios, pero en una necesidad
especial, sin tener dudas, sin incredulidad o razonamiento humano. Ejemplos de este
don en operación hay muchos en la escritura.

Se nos habla de la fe que mueve montañas (1 Corintios 13:2). También la fe que tenía
Pedro y Juan cuando se encontraron con el hombre cojo en Hechos 3:1-16); sin
embargo, la fe es normalmente acompañado con otro de los 9 dones del Espíritu Santo,
pueden ser dones de sanidad y el hace milagros, pues con la fe en operación se puede
traer al cumplimiento.

La Biblia dice que caminamos por fe, y que sin fe es imposible agradar a Dios, pero el
don de fe Dios nos lo da en una medida especialmente extraordinaria y sobrenatural
para una ocasión especial para luego seguir caminando por fe.

Dones de inspiración o poder para hablar


1) El don de profecía
El don de profecía es una expresión sobrenatural que es inspirada en el lenguaje o
idioma nativo y tiene el propósito de edificar, exhortar y confortar. En la escritura
encontramos como ejemplo al profeta Agabo, quien profetizó sobre una gran hambre
(Hechos 11:27-30). También Felipe tenía cuatro hijas que profetizaban (Hechos 21:8-
11), incluso Pablo habló sobre cosas futuras que le esperaban a la iglesia (Hechos
20:28-38)

Los dones de poder para hablar son regulados para evitar el desorden y tiene
determinado número de uso dentro del servicio según 1 Corintios 14 donde se menciona
que no podía haber más de tres profecía durante el servicio, esto con el propósito de que
todo se haga decentemente y en orden (1 Corintios 14:40)

2) Diversos géneros de lenguas


El don de diversos géneros de lenguas está dentro de los dones mencionados en 1
Corintios 12. El don de diversos géneros de lenguas es una expresión o pronunciación
inspirada sobrenaturalmente en otra lengua o idioma desconocido para quien habla.
Podemos leer sobre ese don en 1 Corintios 12:10; 13:1; 14:1-40)

3) Interpretación de lenguas
El don de interpretación de lenguas es otro de los 9 dones del Espíritu Santo.
El don de interpretación de lenguas es la habilidad sobrenatural de interpretar en la
lengua o idioma nativo un mensaje dado en lengua desconocida para el que lo escucha e
interpreta.

El apóstol Pablo en 1 Corintios 14:5 habla de interpretar las lenguas para que la iglesia
reciba edificación, es decir, que el que habla en lengua extraña se edifica a sí mismo,
pero cuando alguien interpreta entonces la iglesia recibe edificación.
Por tal razón, el apóstol Pablo en 1 Corintios 14:13 nos dice que "...el que habla en
lengua extraña, pida en oración poder interpretarla", de esta forma la iglesia será
edificada.

Este ha sido un breve resumen de 1 Corintios 12, espero sea de bendición y un punto de
partida para poder profundizar en el estudio de cada uno de estos dones espirituales.

Lección 13: El fruto del Espíritu y el bautismo del Espíritu Santo


La frase “el fruto del Espíritu” ha causado mucha confusión por los años. Tal vez sería
más fácil comenzar explicando lo que no es el fruto del Espíritu. No es el resultado de
un esfuerzo que puede hacer uno. No el esfuerzo de tener fe ni de obedecer o ser amable
o amoroso. El fruto del Espíritu no tiene nada que ver con un esfuerzo que puede hacer
un creyente.

El fruto del Espíritu es el resultado natural de la presencia del Espíritu Santo dentro del
creyente. Filipenses 2:13 dice, “pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer
como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.” En cambio Isaías 64:6 dice,
“Todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia…” No podemos hacer
nada bueno por nuestra propia cuenta. Como dice Hebreos 13:20-21, “El Dios que da la
paz, que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad.” Dios cumple esto por
medio del Espíritu Santo dentro del creyente, cambiando su carácter (Filipenses 1:6) y
manifestando el buen “fruto”. Gálatas 5:22-23 nombra las características de este fruto.

Amor – agape: El amor de agape no es una emoción dulce, afectuosa y sentimental. Es


una decisión de poner a los demás primero y de sacrificar nosotros mismos por ellos
(John 15:13). Este tipo de amor solo puede venir por medio del poder de Dios.

Alegría – chara: Alegría no es felicidad: es decir, no depende de la situación. Es


independiente de nuestra situación. En Filipenses 2:1-4, Pablo relaciona la alegría
completa con la comunión y paz en el cuerpo de Cristo. La alegría verdadera es el
resultado de una relación correcta con Dios.

Paz – eirene: Paz significa todo lo bueno dentro de una relación: harmonía, simpatía,
seguridad, orden, reposo y satisfacción. 1 Corintios 3:3 afirma que el opuesto, el –
conflicto – es de la carne.

Paciencia – makrothumia: Paciencia en este sentido no se refiere a mantener el control


o esperar algo. Significa superar cuando estés sufriendo o siendo perseguido. Como dice
1 Corintios 13:5-7 y el silencio de Jesús mientras fue azotado y golpeado (Isaías 53:7).
Amabilidad – chrestotes: La Biblia no nos dice de ser “bueno con alguien”. “Ser bueno
con alguien” a veces viene del temor de lo que los demás creen o harán. “Amabilidad”
es más difícil. Cubre los morales e integridad necesitada para saber la acción correcta
con la fuerza de escogerla.

Bondad – agathosune: Bondad es amabilidad con un poco más. Es una amabilidad


feroz, que puede hacer lo correcto aunque sea difícil, aunque haga sufrir a alguien. “El
bien o lo bueno” en el Nuevo Testamento es casi siempre relacionado con Dios
(Santiago 1:17).

Fidelidad – pistis: Fidelidad en este versículo no significa lealtad o dependencia.


Significa creer en Dios, el reconocimiento de Su Palabra, rendirse a Él y las acciones
que naturalmente resultan de esta rendición (Hebreos 11:1). Cuando poseemos el fruto
del Espíritu de fidelidad, estamos llenos de fe y confianza en Dios.

Humildad – prautes: Esta palabra no tiene una traducción exacta al español, aunque
humildad se usa muy seguido. No se refiere a las acciones o actitudes hacia otros sino a
la condición espiritual de la sumisión a Dios. Significa aceptar su corrección sin resistir
o pelear. Como la fidelidad, la humildad viene desde una posición de fuerza. Es la
sumisión y gracia sin preocuparse por los derechos propios (Filipenses 2:5-7).

Control propio – egkrateia: Control propio solo puede ser manifestado mediante la
fuerza. La raíz de la palabra implica un poder fuerte, el dominio y restricción. La
enseñanza de Pablo sobre el control propio espantó a Félix, el gobernador que afrontó
en Hechos 24 (ver versículo 25).

Lo más importante sobre el fruto del Espíritu es que le pertenece al Espíritu. Seguido
nos demandan ser más amorosos, o de tener alegría, o de ser mas amables, pero no
podemos hacerlo sin el poder del Espíritu Santo dentro de nosotros. Es el Espíritu Santo
quien da amor (1 Juan 4:7), alegría (1 Tesalonicenses 1:6), paz (Romanos 8:6),
paciencia (Colosenses 1:11), amabilidad (2 Pedro 1:1-9), bondad (2 Tesalonicenses
1:11), fe (Efesios 2:8-9), humildad (2 Corintios 10:1) y dominio propio (2 Pedro 1:6).
Aún así, tenemos una parte. Nuestra actitud y nuestras acciones afectan como el Espíritu
Santo trabaja dentro de nosotros. Podemos saciar Su poder e influencia (Efesios 4:30), o
podemos compartir en el trabajo de la santificación (1 Pedro 1:15; Hebreos 12:14). El
“fruto” del Espíritu Santo es dirigido y alimentado por Dios. Si no permanecemos en
Cristo, dejando que el Espíritu Santo de fruto en nosotros, nos cortará y se deshará de
nosotros como la rama que se secó. (Juan 15:1-6).

¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?


El bautismo del Espíritu Santo se puede definir como la obra mediante la cual el
Espíritu de Dios coloca al creyente, al momento de la salvación, en unión con Cristo y
en unión con otros creyentes en el Cuerpo de Cristo. El bautismo con el Espíritu Santo
fue predicho por Juan el Bautista (Marcos 1:8) y por Jesús antes de ascender al cielo:
"Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:5). Esta promesa se cumplió en el
Día de Pentecostés (Hechos 2:1-4); por primera vez, el Espíritu Santo moraba
permanentemente en las personas y la iglesia había comenzado.
1 Corintios 12:12-13 es el pasaje principal en la Biblia respecto al bautismo del Espíritu
Santo. “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1
Corintios 12:13). Note que "todos" hemos sido bautizados por el Espíritu: todos los
creyentes han recibido el bautismo, sinónimo de salvación, y no es una experiencia
especial para unos pocos. Aunque Romanos 6:1-4 no menciona específicamente al
Espíritu de Dios, sí describe la posición de los creyentes ante Dios con un lenguaje
similar al del pasaje de 1 Corintios: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al
pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo
resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva”.

Se necesitan los siguientes factores para ayudar a reforzar nuestra comprensión sobre el
bautismo del Espíritu. Primero, 1 Corintios 12:13 dice claramente que todos hemos sido
bautizados, y que a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu (el hecho de que el
Espíritu mora en el creyente). Segundo, en ninguna parte de la Escritura se exhorta a los
creyentes a ser bautizados con, en o por el Espíritu, o a buscar de alguna manera el
bautismo con el Espíritu Santo. Esto indica que todos los creyentes ya lo han
experimentado. Tercero, Efesios 4:5 parece referirse al bautismo del Espíritu. Si este es
el caso, el bautismo del Espíritu es una realidad en cada creyente, al igual que lo son
“una fe” y “un Dios y Padre”.

En conclusión, el bautismo del Espíritu Santo hace dos cosas, (1) nos une al Cuerpo de
Cristo, y (2) hace realidad nuestra co-crucifixión con Cristo. Estar en Su cuerpo
significa que somos resucitados con Él a una vida nueva (Romanos 6:4). Debemos
entonces ejercer nuestros dones espirituales para mantener a ese cuerpo funcionando
apropiadamente como se nos dice en el contexto de 1 Corintios 12:13. El experimentar
el bautismo de un mismo Espíritu sirve como base para mantener la unidad en la iglesia,
como está escrito en el contexto de Efesios 4:5. Estar asociados con Cristo en Su
muerte, sepultura y resurrección a través del bautismo del Espíritu, establece la base
para nuestra separación del poder persistente del pecado que está en nosotros y nuestro
caminar en una vida nueva (romanos 6:1-10, Colosenses 2:12).

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