LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1808-1833).
1.- LA CRISIS DE 1808.
Se conoce como Antiguo Régimen al sistema de organización política
(absolutismo), social (estamentos), económica (sector agrario y mercantilismo) y
poblacional (estancamiento demográfico) que rige los gobiernos europeos desde el
siglo XV hasta la Revolución Francesa (1789) y revoluciones burguesas del siglo
XIX.
El Despotismo Ilustrado inició varias reformas con el objetivo de perpetuar el
Antiguo Régimen, mantener lo relativo al progreso, pero no los principios que
atentarán contra su poder absoluto. La frase que lo resume es: Todo para el
pueblo, pero sin el pueblo.
Pero las ideas más radicales (división de poderes, monarquía parlamentaria,
igualdad ante la ley…) serán las herramientas que servirán a la burguesía para
destruir el Antiguo Régimen.
Se conoce como “crisis del Antiguo Régimen”, al resquebrajamiento del orden
tradicional propio de la Edad Media (absolutismo, sociedad estamental, economía
controlada por el Estado…) y la introducción de una nueva forma de organizar las
cosas. Esta rotura con lo anterior comienza en Francia con la Revolución Francesa
con la que se implantan principios liberales como monarquía parlamentaria,
separación de poderes, constitución, sufragio censitario…
1.1 CRISIS 1808 EN ESPAÑA
En España los inicios de la crisis del Antiguo Régimen coinciden con el reinado de
Carlos IV (1788-1808).
A comienzos del siglo XIX varios motivos hicieron que la monarquía de Carlos IV
quedara debilitada:
El ambiente revolucionario, consecuencia de la Revolución Francesa afectó
directamente a España. El temor al contagio de las ideas revolucionarias acaba
con los proyectos de reforma ilustrados que tenía la monarquía. El ministro
Floridablanca intentó sin éxito controlar la entrada de propaganda o noticias
procedentes de Francia. En 1792, se nombra Primer Ministro a Manuel de Godoy,
valido de Carlos III, que decide participa en la coalición europea
antirrevolucionaria que acaba siendo derrotada.
En julio de 1795, se firma La Paz de Basilea y se inicia una etapa de
aproximación y entendimiento entre los dos países. Godoy retornó a los pactos
de familia, que dieron paso a la firma del primer Tratado de San Ildefonso
(agosto 1796). Acuerdo por el que se establecía una política de colaboración y
defensa mutua.
La oposición al gobierno, controlado por M.ª Luisa de Parma, esposa de Carlos IV y
su primer ministro Manuel Godoy. La oposición fue tanto por parte de los
partidarios de una Constitución que limitase el poder real como por la de los
absolutistas radicales, opuestos al poder de Godoy. La nobleza opuesta al
gobierno, forma el partido Fernandino, con los partidarios de que fuera Fernando,
hijo de Carlos IV, el que asumiese el poder y lo ejerciese de un modo más
enérgico.
Esta oposición terminó en varias conspiraciones para debilitar el poder de Carlos
IV y de su primer ministro Godoy. La primera fue la Conjura de El Escorial (1807)
que terminó en fracaso. Un años después, en 1808 tiene lugar el Motín de
Aranjuez, promovido por la Nobleza y la Iglesia y protagonizado por las clases
populares, que tuvo como resultado, la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando
VII y la huida de Godoy.
La oposición de la Iglesia a las medidas de la primera desamortización realizada
en España, la Desamortización de Godoy (1798). En ella el gobierno expropiaba y
ponía en venta bienes eclesiásticos de instituciones de beneficencia, para así
pagar las deudas originadas por las guerras, contra la Francia revolucionaria,
primero, y contra Inglaterra, después.
En política exterior España se rinde a las necesidades de la Francia napoleónica.
Estas alianzas tuvieron consecuencias negativas, la armada inglesa dificultaba el
tráfico marítimo y comercial de los barcos españoles, por lo que perdemos el
monopolio de comercio.
En 1805 la alianza hispano-francesa es derrotada en la Batalla de Trafalgar
(1805), donde se pierde gran parte de la armada española, lo que supone un
menor control de las colonias americanas y el tráfico comercial con ellas.
Otro motivo que más tarde perjudicó a España fue la firma del Tratado de
Fontainebleau (1807), donde autorizábamos el paso de tropas francesas para
que, junto a las tropas españolas, invadieran Portugal.
Todos estos hechos, dejaron ver la debilidad de la monarquía española, que estaba
gravemente fracturada por las luchas internas.
1.2 CRISIS 1808. ANTECEDENTES GUERRA DE LA
INDEPENDENCIA
La caída de Godoy y Carlos IV, terminó por agravar la crisis de la monarquía
española y esto junto a varios sucesos terminaron provocando una guerra.
Tratado de Fontainebleau. En octubre de 1807, Napoleón firma con España y
más concretamente con Godoy, un tratado en el que se autorizaba al ejército
francés a atravesar España para llegar a Portugal y bloquearlo. En este tratado
se repartía Portugal entre Francia, España y el propio Godoy.
En pocos días, las tropas francesas acaban con la resistencia portuguesa, pero
terminan ocupando ciudades españolas, incluida Madrid. Este tratado fue visto
como una excusa de los franceses para ocupar el país, lo que suscitó un enorme
recelo entre la población y el propio gobierno.
Motín de Aranjuez. Con la política interior a favor de los planes de Napoleón,
el descontento y la oposición a Godoy fue en aumento. Fernando hijo de Carlos
IV, encabezó un numeroso grupo formado por miembros de la nobleza y la
Iglesia para dar un golpe contra el gobierno. Así entre el 17 y el 19 de marzo
1808, tuvo lugar un levantamiento popular en el Palacio de Aranjuez, que
termino con la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en favor de su hijo
Fernando.
Abdicaciones de Bayona. Tras la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV
la crisis de la monarquía española se agravó, favoreciendo esto los planes de
Francia.
A finales de abril de 1808, Napoleón convoca a la familia real española en
Bayona donde obliga tanto a Fernando VII como a Carlos IV a renunciar al trono
y a cedérselo a él. El trono español terminará en manos de su hermano José
Bonaparte que reinará con el nombre de José I de España, convirtiendo a España
en un Estado satélite del imperio napoleónico.
Levantamiento popular del 2 de mayo. Cuando en Madrid se conoce la
abdicación en favor de José Bonaparte y unido al descontento general contra los
franceses, provoca que el pueblo estalle. El 2 de mayo de 1808, el pueblo se
levanta contra las tropas francesas, fue una lucha de carácter popular, solo
algunos militares, como los capitanes Daoiz y Velarde se unieron a la rebelión.
El altercado fue reprimido duramente por los franceses al mando del General
Murat dejando un elevado número de muertos. Estas revueltas fueron
magistralmente reflejadas por Goya en dos grandes obras (“La carga de los
mamelucos” y “Los fusilamientos del 3 de mayo”).
Poder oficial y poder popular. La monarquía de José I Bonaparte.
José I aprueba el Estatuto de Bayona para intenta aplicar un gobierno liberal
moderado que fuera apoyado por los ilustrados españoles.
Pero la mayoría de españoles, no reconocía a las autoridades oficiales ni a José I
como rey de España. Este vacío de poder hizo que se formarán Juntas Locales y
Provinciales constituidas por representantes del pueblo que más tarde se
agruparían en una Junta Suprema Central para organizar la resistencia y dar un
gobierno central al país.
Todos estos acontecimientos, fueron los inicios de una guerra, la conocida como
Guerra de la Independencia.
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
La guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico que tuvo lugar entre
los años 1808 y 1814 dentro de las guerras napoleónicas. Este conflicto enfrentó a
las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra Napoleón Bonaparte
que pretendía instalar en el trono español a su hermano, José Bonaparte.
Esta guerra, fue un conflicto complejo, en el que se combinaban varios conflictos:
Una guerra iniciada en España contra la invasión francesa, que se convertiría en
una guerra internacional, con la participación de Portugal e Inglaterra.
Una guerra civil, entre partidarios y detractores del gobierno de José I. Por un
lado estaban los afrancesados, partidarios de José I e interesados en reformar el
país para tratar de instaurar un sistema político liberal de carácter autoritario.
En el extremo opuesto, estaban los patriotas, gran parte de la nobleza, la Iglesia
y el pueblo contrarios a la ocupación y a favor del regreso de Fernando VII.
Un proceso revolucionario, que aprovechando el vacío de poder por la invasión
pretendía llevar a cabo un nuevo proyecto político, basado en una Constitución.
FASES DE LA GUERRA
El desarrollo de la guerra se extiende desde mayo de 1808 hasta junio de 1814 y se
divide en varias fases:
Primera fase (mayo-noviembre de 1808).
Aunque el levantamiento en Madrid fracaso, la sublevación se extendió a todo el
país, dificultó la ocupación francesa. El ejército francés ocupó ciudades importantes
como Madrid y Santander, pero fracasan en otras como Gerona o Zaragoza. El
hecho más significativo de esta fase es la victoria de los españoles, dirigidos por el
general Castaños, en la batalla de Bailén (19/07/1808), derrotando al ejército
francés que se dirigía hacia Andalucía. Esta primera derrota de un ejército
napoleónico tuvo importantes consecuencias, José I y sus seguidores abandonan
Madrid y las tropas francesas se retiraron al norte del Ebro.
Ello obligó a los franceses a abandonar Madrid, retirarse hacia el norte y enviar un
ejército de 150.000 hombres, dirigido por el propio Napoleón, que en noviembre
volvía a ocupar Madrid y reponía a José I como rey. Simultáneamente los ingleses
envían tropas a Lisboa, dirigidas por el duque de Wellington, a las que se suman
soldados españoles y portugueses.
Segunda fase (noviembre 1808- febrero 1812).
Para vengar la derrota de Bailén, el propio Napoleón entra en España al frente de
un poderoso ejército conocido como La Grande Armée. En diciembre toma
Madrid, donde vuelve a colocar a su hermano. Aunque portugueses e ingleses se
unen a tropas españolas, terminan cayendo ante el ejército francés que llega a
ocupar casi toda la Península.
Cae Zaragoza, Gerona y tras vencer en la Batalla de Ocaña llegan a Andalucía
donde ocupan todo el territorio a excepción de Cádiz.
El fracaso del ejército anglo-español hace surgir el fenómeno de los guerrilleros.
Estas guerrillas, eran grupos populares armados que, sin ninguna formación
militar, intentaban dificultar la ocupación francesa. Algunas de estas guerrillas
como las de “El Empecinado” o “El Cura Merino”, llegaron a tener dimensiones
de verdaderos ejércitos y su aportación fue muy valiosa.
Tercera fase (febrero 1812-junio 1814).
En febrero de 1812, Napoleón retira de España gran parte de sus tropas para llevar
a cabo la invasión de Rusia.
Esta menor presencia de los franceses, unida a la mayor coordinación de las tropas
angloespañolas, permite ir recuperando territorios. Las tropas dirigidas por el duque
de Wellington y con la ayuda de la guerrilla, consiguen importantes victorias como
Arapiles, Vitoria o San Marcial.
Poco a poco las tropas francesas se repliegan y finalmente abandonan España junto
con Jose I y su gobierno.
Con graves problemas en Europa, en diciembre de 1813, Napoleón se ve obligado a
firmar con Fernando VII el Tratado de Valençay, por el que le devolvía el trono a
cambio de la neutralidad española en la guerra europea.
EFECTOS DE LA GUERRA
Los efectos de la guerra fueron desastrosos para España:
Hubo medio millón de muertos.
Ciudades como Zaragoza, Gerona o San Sebastián quedaron arrasadas.
Gran parte de obras de arte fueron robadas o destruidas.
El comercio colonial cayó en picado.
Se pierde gran parte de la industria, con máquinas y manufacturas
destruidas.
El campo quedó arrasado, con pérdida de cosechas y cabezas de ganado.
La Hacienda Pública quedó todavía más arruinada.
2.LA REVOLUCIÓN LIBERAL, CORTES DE CÁDIZ Y CONSTITUCIÓN DE
1812.
2.1.- LA REVOLUCIÓN LIBERAL.
Tras el desastroso reinado de Carlos IV y el gobierno de Godoy, existía una gran
necesidad de introducir reformas y suprimir abusos.
Algunos querían cambios, pero manteniendo la autoridad absoluta del rey. Otros
más avanzados, querían cambios más radicales en las instituciones y en la
sociedad.
La revolución liberal supuso un cambio brusco del sistema político, económico o
social.
Fue un proceso largo y violento, con avances y retrocesos, que se extendió a lo
largo del siglo XIX y que fue paralelo al proyecto de reforma impulsado por los
franceses con el Estatuto de Bayona.
Varias circunstancias provocan en España un vacío de poder: la abdicación y
marcha a Bayona de los reyes españoles, la invasión francesa y el gobierno de José
I y la inoperancia de las instituciones tradicionales (Secretarías, Capitanías
generales).
Este vacío de poder hizo que se formarán Juntas Locales de defensa constituidas
por representantes del pueblo y que se coordinaban en Juntas provinciales. Desde
septiembre de 1808, tras la victoria en la Batalla de Bailen, se crea una Junta
Suprema Central Gubernativa del Reino, para organizar la resistencia y dar un
gobierno central al país.
Este movimiento de formación de juntas cuenta con representantes de las colonias
americanas, que llegan para apoyar el esfuerzo bélico.
Las Juntas estaban formadas por miembros de los distintos estamentos: la nobleza
y el clero ocupaban la presidencia y su fin era terminar con la guerra y restablecer
el absolutismo. Los miembros de los sectores más avanzados del Tercer Estado
(periodistas, escritores, militares…) se encargaban de llevar la iniciativa y
pretendían aprovechar la situación para conseguir reformas políticas y sociales.
La Junta Suprema Central se propone: gobernar en ausencia del rey, dirigir la
guerra contra Francia y convocar unas Cortes extraordinarias.
Desde 1809 la Junta se establece en Cádiz y en enero de 1810, se transforma en un
Consejo de Regencia, presidido por el general Castaños.
Este Consejo de Regencia será el que más tarde convoque las Cortes
Constituyentes en Asamblea única.
Con esta primera experiencia de régimen parlamentario se iniciaba en España un
proceso revolucionario de transición entre el A. Régimen y el Liberalismo,
2.2.- LAS CORTES DE CÁDIZ.
En 1809, el avance del ejército francés obligada a la Junta Suprema Central a
trasladarse a Cádiz, una ciudad libre de la ocupación francesa y donde podía
propagarse fácilmente las ideas liberales.
En enero de 1810, la Junta Suprema, se transforma en un Consejo de Regencia,
presidido por el general Castaños, cuya labor se extenderá hasta finales de 1813,
cuando vuelva Fernando VII.
En junio de 1810 el Consejo de Regencia convoca las Cortes Constituyentes en
cámara única, sin división estamental, rompiéndose así la tradición de que solo el
Rey pudiera convocar Cortes.
Así, en el verano de 1810 eran elegidos los diputados por sufragio universal, en
unas condiciones, como vemos, nada fáciles, por la situación de guerra en que se
vivía. En realidad, estas Cortes sólo se parecían a las tradicionales en el nombre;
por su primer acto, el 24 de septiembre de 1810, al constituirse, decidía entrar por
la vía revolucionaria, la de los cambios radicales, al declararse depositaria de la
soberanía nacional, con facultades para dar a España una Constitución que
transformaría profundamente al país.
Respecto de las Cortes es importante destacar dos aspectos:
Su composición y las vicisitudes de su funcionamiento.
Las Cortes fueron elegidas mediante sufragio universal masculino de mayores de 25
años cabezas de familia. Las elecciones fueron muy complicadas, la ocupación
francesa hizo imposible la celebración en algunas provincias ocupadas por los
franceses.
Los representantes de las provincias ocupadas se eligieron de entre los miembros
de éstas que se encontraban en Cádiz.
Se eligieron unos 300 diputados, estando 104 presentes en el momento de la
inauguración, 184 cuando se aprobó la Constitución y 223 en el momento de la
clausura.
La composición social e ideológica era muy diversa, un reflejo de la sociedad de la
época.
Predominaba los individuos de clases medias, con una sólida formación intelectual y
académica (abogados, juristas, altos funcionarios, militares, catedráticos y bajo
clero). La presencia de nobles y del alto clero era escasa.
Respecto a la ideología se pueden distinguir tres grupos:
- Los Absolutistas o serviles, partidarios del Antiguo Régimen y de la
monarquía absoluta.
- Los Realistas, partidarios de reformas moderadas, liderados por Jovellanos.
- Los Liberales, fue el grupo predominante. Defendían las reformas más
avanzadas, en línea con la Revolución Francesa, y fueron liderados por Agustín
de Argüelles.
Su labor legislativa, abarca aspectos políticos, jurídicos y económicos:
Cambios políticos.
La soberanía nacional, fue la primera norma aprobada por las Cortes.
Suponía que el poder reside en la nación y no en el rey. La nación
depositaba esta soberanía en las Cortes, que la ejercerían en su nombre.
Se elimina la división en Reinos y se sustituye por una división en
provincias, y creación de las Diputaciones Provinciales.
Cambios jurídicos.
Se establece la igualdad ante la ley, eliminando los privilegios
estamentales.
Además, se añadía la igualdad entre españoles y americanos.
Supresión de los señoríos jurisdiccionales, los señores ya no podrán
administrar justicia.
Supresión de la tortura y de la Inquisición.
Libertad de imprenta.
Cambios económicos.
Libertad de trabajo, comercio e industria.
Desamortización de tierras de los afrancesados, conventos y
monasterios destruidos y parte de las tierras municipales.
Supresión de gremios y aduanas.
Se instaura un nuevo sistema de Hacienda, a través de una contribución
única, proporcional a la riqueza, que sustituiría los múltiples impuestos
existentes.
Se transforman las estructuras anacrónicas subsistentes del país.
2.3.- LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
El 24 de septiembre de 1810, los diputados proclamaron que representaban la
soberanía nacional, en consecuencia, las Cortes adquirían un carácter
constituyente. Así, tras año y medio de discusiones, el 19 de marzo de 1812, se
aprobaba la primera Constitución española, una Constitución de carácter liberal
conocida como “La Pepa” por su aprobación el día de San José.
Es la primera constitución de la historia de España y la más extensa, con 384
artículos, que regulaban de forma muy detallada aspectos tan diversos como la
división de poderes, los derechos de los españoles, los mecanismos electorales,
los Ayuntamientos…
Con ella se introducen en la política española los principios básicos del
liberalismo, procedentes del sistema político norteamericano y de la Revolución
francesa, aunque se mantienen algunas características tradicionales.
Los principios de la Constitución de 1812 son los siguientes:
-
Forma del Estado: Monarquía constitucional moderada por la división
de poderes. El rey no será el titular de la soberanía y su poder quedaba
limitado por la Constitución.
-
Soberanía nacional: el poder no reside en el rey, sino en la nación, que lo
ejerce a través de sus representantes en las Cortes.
-
División de poderes del Estado, se establecen tres poderes:
Poder legislativo, que lo comparten las Cortes y el Rey.
Poder ejecutivo, queda en manos del rey, aunque su poder esta
limitado. El rey nombra a los ministros.
Poder judicial, que reside en tribunales independientes.
-
Las Cortes eran unicamerales y elegidas por sufragio masculino
indirecto y universal. Solo podían votar los hombres mayores de 25 años,
que elegían a unos compromisarios que, a su vez, elegían a los Diputados de
las Cortes.
-
La igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley, significaba el fin de las
diferencias estamentales y de los múltiples privilegios de algunos estamentos.
-
Reconocimiento de numerosos derechos y libertades individuales:
libertad de imprenta, libertad de comercio e industria, derecho a la propiedad,
inviolabilidad del domicilio...
-
Confesionalidad católica. No se reconoce la libertad religiosa, el
catolicismo será la única religión permitida. Esta norma antiliberal se explica
por el elevado número de representantes de la Iglesia en las Cortes y la
necesidad de contar con su colaboración en la lucha contra los franceses.
-
Reformas económicas. Se suprimen los gremios y señoríos, libertad de
cercado de tierras para acabar con los privilegios de la Mesta,
desamortización de bienes de manos muertas, libertad de industria…
Esta primera Constitución apenas pudo aplicarse, debido, primero, al contexto de
guerra contra los franceses y, después, a la vuelta de Fernando VII, quien la
abolió. No obstante, se convertirá en un referente de gran importancia posterior:
fue el texto que invocaron todos los revolucionarios durante el gobierno de
Fernando VII y fue también un modelo para los liberales europeos e
hispanoamericanos de las revoluciones del siglo XIX.