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La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano
La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano
La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano
Libro electrónico67 páginas57 minutos

La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano

Por Charles River Editors (Editor) y Gustavo Vazquez-Lozano

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A los académicos europeos y norteamericanos les fascina, por lo exótico, porque la miran con los románticos ojos del antropólogo y del sociólogo. Les atrae porque es mexicana, colorida, tercermundista. Además, es un fantástico proyecto para obtener financiamiento de sus universidades. Muchos ven en ella, correctamente, un intenso sincretismo, tan común en la historia de América Latina. A la jerarquía católica, la religión predominante en México, le repugna; la tacha de figura de culto satánico, asociada al crimen organizado; las autoridades gubernamentales la miran con recelo, le niegan reconocimiento oficial y destruyen sus solitarios santuarios en las carreteras plagadas de crimen del norte del país. No obstante, entre sus fieles —además de presos, narcotraficantes y muchas personas bien intencionadas que buscan alternativas espirituales— también hay algunos trabajando del lado de la ley, especialmente policías y soldados.


Se trata de la Santa Muerte, una esquelética figura vestida de santa católica, que sus devotos subieron a los altares sin pedir permiso de nadie; de ellos recibe no sólo veladoras, rezos y peticiones, como cualquier santo; también le dirigen palabras que para el observador externo parecerían broma: hermosa, flaquita, niña linda, madrecita, y en el colmo de la confusión, hasta “virgencita”.  


Definir lo que es una religión siempre ha sido una tarea complicada, pero si entendemos a ésta —al menos en parte— como un sistema de creencias totalizador sobre la creación y la propia existencia, el propósito y destino final de ambas cosas, y/o un sistema ético sobre conductas aceptables y no permitidas, el culto a la Santa Muerte está lejos de ser una religión. Tampoco es una secta, porque al parecer nadie, o casi nadie, tiene intenciones de crear un cisma con la iglesia católica; mucho menos de ofrecer otra interpretación de la Biblia; de hecho, la mayoría de sus devotos se declaran católicos. Tampoco es un “culto” en el sentido tradicional de la palabra: no hacen proselitismo activo, no tienen una figura carismática, no se entra bajo presión ni se le impide salir a nadie.  ¿Qué es entonces el movimiento de la Santa Muerte? 


Como práctica, ha copiado intensivamente del catolicismo, la santería e incluso del New Age, todo depende del líder en turno y de la región de la que estemos hablando, desde Centroamérica hasta Chicago. En la variedad más parecida al catolicismo, existen imágenes del esqueleto vestido con un manto verde con estrellas y borde dorado, y rayos de luz saliendo de su cabeza: una imagen en negativo de la Virgen de Guadalupe. “Es nuestra madrecita, nuestra flaquita, ella siempre nos cuida”, dice una mujer anónima que se refiere a la Santa Muerte de la misma forma en que los guadalupanos se refieren a María. Aunque descarnada, la Santa Muerte es, sin duda alguna, una figura femenina.


Pero no es sólo el atuendo de la Virgen de Guadalupe lo único que ha tomado prestado la “niña blanca”. De hecho, una de las características de este culto es su extraordinaria elasticidad. A todo se adapta. Cualquiera puede dogmatizar. Todos contribuyen de acuerdo a su sentir y experiencias. Los jóvenes cholos prefieren portar una imagen que recuerda más a las portadas de los álbums de Iron Maiden, y las ancianas de Tepito a la de algún altar de pueblo, con flores en la cabeza y manto con bordados. Por eso, para un observador despistado, al mirar las veladores, las flores, oír el murmuro de los rezos y notar la insistencia en obtener milagros, la Santa Muerte parecería un santo católico más. Pero el culto a la “flaquita” no sólo no es aprobado por ninguna denominación cristiana; ni siquiera es tolerado.

IdiomaEspañol
EditorialCharles River Editors
Fecha de lanzamiento20 jun 2025
ISBN9781475329292
La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano
Autor

Gustavo Vazquez-Lozano

Gustavo Vázquez Lozano es un escritor mexicano. La mayor parte de su obra histórica ha sido publicada en inglés. Entre ellas destacan las biografías de Antonio López de Santa Anna y Pancho Villa (Charles River Editors). Su libro 60 años de soledad: La vida de Carlota después del imperio mexicano (Grijalbo) es la primera biografía de la emperatriz en su madurez. El libro Todo lo que siempre quiso saber sobre los presidentes de México (Lectorum) fue el libro más popular del año y reseñado en varios medios de comunicación. Su historia del Escuadrón 201 (Libros de México), los pilotos mexicanos que participaron en la Segunda Guerra Mundial, atrajo críticas positivas de medios nacionales e internacionales. Su obra ha sido comentada en The New York Times y en publicaciones de México como Milenio, Forbes, México Desconocido, El Financiero, La Jornada, El Economista, entre otros. Vive en Aguascalientes

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    La Santa Muerte - Charles River Editors

    La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano

    Gustavo Vázquez Lozano & Charles River Editors

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    La Santa Muerte: Orígenes, Historia y Secretos de un Santo Popular Mexicano

    Charles River Editors

    PRESENTACIÓN

    Santa Muerte remix, versión siglo XXI

    CAPÍTULO I ANTECEDENTES: LA MUERTE SÍ ES MEXICANA, PERO NO SANTA

    CAPÍTULO II EL CONTEXTO: UN MÉXICO APORREADO Y SU VECINO NO TAN DISTANTE

    CAPÍTULO III LA HISTORIA: EL ESQUELETO QUE ESTABA EN EL CLÓSET

    CAPÍTULO IV EN LAS ENTRAÑAS DEL CULTO

    CAPÍTULO V ENEMIGOS, RIVALES Y COMPETIDORES

    CAPÍTULO VI A LA MUJER FEA, EL ORO LA HERMOSEA: EL NEGOCIO DE LA SANTA MUERTE

    CAPÍTULO VII A MANERA DE CONCLUSIÓN

    Una santa para un México horrorizado

    LÍNEA DE TIEMPO

    BIBLIOGRAFÍA

    PRESENTACIÓN

    A los académicos europeos y norteamericanos les fascina, por lo exótico, porque la miran con los románticos ojos del antropólogo y del sociólogo. Les atrae porque es mexicana, colorida, tercermundista. Además, es un fantástico proyecto para obtener financiamiento de sus universidades. Muchos ven en ella, correctamente, un intenso sincretismo, tan común en la historia de América Latina. A la jerarquía católica, la religión predominante en México, le repugna; la tacha de figura de culto satánico, asociada al crimen organizado; las autoridades gubernamentales la miran con recelo, le niegan reconocimiento oficial y destruyen sus solitarios santuarios en las carreteras plagadas de crimen del norte del país. No obstante, entre sus fieles —además de presos, narcotraficantes y muchas personas bien intencionadas que buscan alternativas espirituales— también hay algunos trabajando del lado de la ley, especialmente policías y soldados.

    Se trata de la Santa Muerte, una esquelética figura vestida de santa católica, que sus devotos subieron a los altares sin pedir permiso de nadie; de ellos recibe no sólo veladoras, rezos y peticiones, como cualquier santo; también le dirigen palabras que para el observador externo parecerían broma: hermosa, flaquita, niña linda, madrecita, y en el colmo de la confusión, hasta virgencita.

    Definir lo que es una religión siempre ha sido una tarea complicada, pero si entendemos a ésta —al menos en parte— como un sistema de creencias totalizador sobre la creación y la propia existencia, el propósito y destino final de ambas cosas, y/o un sistema ético sobre conductas aceptables y no permitidas, el culto a la Santa Muerte está lejos de ser una religión. Tampoco es una secta, porque al parecer nadie, o casi nadie, tiene intenciones de crear un cisma con la iglesia católica; mucho menos de ofrecer otra interpretación de la Biblia; de hecho, la mayoría de sus devotos se declaran católicos. Tampoco es un culto en el sentido tradicional de la palabra: no hacen proselitismo activo, no tienen una figura carismática, no se entra bajo presión ni se le impide salir a nadie. ¿Qué es entonces el movimiento de la Santa Muerte?

    Como práctica, ha copiado intensivamente del catolicismo, la santería e incluso del New Age, todo depende del líder en turno y de la región de la que estemos hablando, desde Centroamérica hasta Chicago. En la variedad más parecida al catolicismo, existen imágenes del esqueleto vestido con un manto verde con estrellas y borde dorado, y rayos de luz saliendo de su cabeza: una imagen en negativo de la Virgen de Guadalupe. Es nuestra madrecita, nuestra flaquita, ella siempre nos cuida, dice una mujer anónima que se refiere a la Santa Muerte de la misma forma en que los guadalupanos se refieren a María. Aunque descarnada, la Santa Muerte es, sin duda alguna, una figura femenina.

    Pero no es sólo el atuendo de la Virgen de Guadalupe lo único que ha tomado prestado la niña blanca. De hecho, una de las características de este culto es su extraordinaria elasticidad. A todo se adapta. Cualquiera puede dogmatizar. Todos contribuyen de acuerdo a su sentir y experiencias. Los jóvenes cholos

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