La Aventura de la Segunda Mancha

SINOPSIS

Cuando una carta altamente confidencial que amenaza la paz en Europa es robada del secretario de Estado para Asuntos Europeos, Sherlock Holmes es llamado para recuperarla discretamente y evitar un desastre diplomático. La investigación conduce al asesinato, el chantaje y la intriga política, culminando con la inteligente deducción de Holmes sobre el sorprendente escondite de la carta y la inesperada identidad del culpable.

Palabras clave

Espionaje, Asesinato, Diplomacia

AVISO

Este texto es una obra de dominio público y refleja las normas, valores y perspectivas de su época. Algunos lectores pueden encontrar partes de este contenido ofensivas o perturbadoras, dada la evolución de las normas sociales y de nuestra comprensión colectiva de las cuestiones de igualdad, derechos humanos y respeto mutuo. Pedimos a los lectores que se acerquen a este material comprendiendo la época histórica en que fue escrito, reconociendo que puede contener lenguaje, ideas o descripciones incompatibles con las normas éticas y morales actuales.

Los nombres de lenguas extranjeras se conservarán en su forma original, sin traducción.

La Aventura de la Segunda Mancha

Tenía la intención de que La aventura de Abbey Grange fuera la última de las hazañas de mi amigo, el señor Sherlock Holmes, que comunicaría al público. Mi decisión no se debía a la falta de material, ya que tengo notas de cientos de casos a los que nunca he aludido, ni tampoco a un desinterés por parte de mis lectores hacia la singular personalidad y los métodos únicos de este hombre extraordinario. La verdadera razón radica en la renuencia que el Sr. Holmes ha mostrado hacia la publicación continuada de sus experiencias. Mientras ejerció su profesión, los registros de sus éxitos tenían cierto valor práctico para él, pero desde que se retiró definitivamente de Londres y se dedicó al estudio y a la apicultura en las colinas de Sussex, la notoriedad se ha convertido en algo odioso para él, y ha pedido perentoriamente que se respete estrictamente su deseo al respecto. Solo tras asegurarle que había prometido que La aventura de la segunda mancha se publicaría cuando llegara el momento oportuno, y señalarle que era lógico que esta larga serie de episodios culminara con el caso internacional más importante que le había sido encomendado, logré finalmente su consentimiento para que se hiciera público un relato cuidadosamente guardado del incidente. Si al contar la historia parezco algo impreciso en ciertos detalles, el público comprenderá fácilmente que hay una excelente razón para mi reticencia.

Fue, pues, en un año, e incluso en una década, que no nombraré, cuando un martes por la mañana de otoño encontramos a dos visitantes de fama europea dentro de las paredes de nuestra humilde habitación de Baker Street. Uno de ellos, austero, de nariz aguileña, mirada penetrante y aspecto dominante, no era otro que el ilustre lord Bellinger, dos