www.cholonautas.edu.
pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales
Historiografa y memoria colectiva
Prefacio Hayden White*
Es un honor presentar estos ensayos sobre historiografa y memoria. Ciertamente, esta coleccin es una contribucin significativa no slo a la teora de la historia sino tambin a la historia social y cultural de la Argentina del siglo XX.
El debate sobre la relacin entre "historia y memoria" ha tenido lugar entre acadmicos y cientistas sociales desde el fin de la Guerra Mundial II; la Profesora Cristina Godoy analiza de manera brillante los temas de este debate en su magistral ensayo introductorio.
Los ensayos proveen una base para la comprensin de la especial relevancia de la conexin historia-memoria para la sociedad argentina contempornea. Subyacente a las discusiones en cuanto a los modos en los que la historia y la memoria han sido concebidas, se encuentra el permanente problema de la identidad colectiva de Argentina, especialmente despus de los terribles acontecimientos que ocurrieron durante la dictadura militar entre 1976 y 1983. Como en Alemania despus de los nazis, Francia despus de Vichy, los EE.UU. despus de la Guerra de Vietnam, Rusia despus del stalinismo, y tantas otras naciones cuyos gobiernos han traicionado a sus ciudadanos en nuestro tiempo, as tambin Argentina ha debido reconstituir su identidad colectiva despus de la dictadura. Este trabajo de reparacin ha requerido de una revisin radical de los modos en que Argentina contempla su historia, pero ms importante an es que ha requerido revalorar cmo lidiar con la memoria de los desaparecidos, fantasmas de "un pasado que no desaparecer".
La Profesora Godoy ha organizado estos ensayos bajo tres titulares: la Subversin de la Memoria; Enigmas de la Representacin, y El Poder de la Palabra.
El primer tpico indica las formas a travs de las cuales la memoria de una comunidad puede ser cambiada, deformada, y subvertida -incluso hasta por aqullos que
*
En Godoy, Cristina (compiladora) Historiografa y Memoria colectiva. Tiempos y Territorios. Prefacio. Mio y Dvila editores, Madrid, 2002. pp. 11-15. Traduccin: Roxana C. Mauri Nicastro.
www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales
intentan preservarla y cultivarla-. No es asunto de menor importancia para estos ensayos la facilidad con la que los historiadores logran capturar la memoria de una generacin y enterrarla en la "historia". Resulta que la historia tambin puede hacer "desaparecer" acontecimientos de la misma manera que la dictadura hizo desaparecer personas consideradas una amenaza para el rgimen. Y esto da lugar al interrogante de cmo defender la memoria tanto de la historia como de s misma.
La segunda seccin se titula "Enigmas de la Representacin" y trata sobre las formas en las que ciertos medios de conmemoracin (arte, literatura, poesa, fotografa, arquitectura, etc.) y ciertas instituciones designadas a promover conocimiento histrico (museos, galeras nacionales, archivos, etc.)
inadvertidamente, o a propsito, contribuyen en realidad a la deformacin o destruccin de la memoria. En arqueologa, sola ser una prctica comn destruir ciertos rastros del pasado con el objetivo de revelar y preservar otros. Alguna vez esta prctica fue tambin bastante comn en la restauracin de obras de arte individuales tales como esculturas, pinturas, arquitectura, pelculas, etc. Pero nunca se pens que la reconstruccin histrica de cierta parte del pasado pudiera acarrear la supresin u olvido de otra parte, porque en trminos generales se asuma que la historia estaba "desinteresadamente interesada" en cualquier aspecto del pasado. Sin embargo, la teora de la historiologa reciente ha debido reconocer que la reconstruccin histrica pone en acto una dialctica compleja de remembranza y olvido sin la cual un fenmeno histrico especfico no puede ser ni siquiera descripto, no digamos constituido en objeto de representacin y explicacin. Este es especialmente el caso cuando se trata de recuperar los rastros de los desastres y de las vctimas de conflictos histricos que han contribuido a la memoria histrica normativa de grupos sociales, naciones, imperios y razas victoriosos. De ah el inters del segundo grupo de ensayos en estimar la efectividad de historias escritas desde "abajo" o desde la perspectiva de grupos sociales e individuos con roles negados en los relatos triunfalistas escritos por, para y sobre formaciones sociales actualmente establecidas. En una palabra, los ensayos de esta seccin generan el siguiente interrogante: qu es el "olvido histrico" y en qu forma ste provee de una base para una clase especfica de "recuerdo histrico" que haga justicia a "los olvidados de la historia"?
El tercer conjunto de ensayos de la compilacin se presenta bajo el ttulo: "El Poder de la Palabra". Estos ensayos nos recuerdan que la "historia" no es slo una condicin de existencia y una disciplina cientfica para el estudio del pasado, la
www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales
"historia" es tambin un discurso, un nodo particular de hablar sobre el pasado, asindolo en el lenguaje, y dotndolo tanto de significado como estableciendo su factualidad. Esta seccin revisa las formas en que la "historia" se construye en el presente adems de encontrarla en el pasado. No sugiere que los
acontecimientos pensados ahora como un pasado nunca sucedieron o que no podemos distinguir entre el hecho y la ficcin; pero s implican que el significado que pretendemos encontrar en los hechos del pasado es un producto de un sistema de discursos socialmente sancionados (de ley, moralidad, etiquette, maneras, civilidad, gnero, raza, sexualidad, poder, y poltica) que opera para definir en qu estriba un hecho propiamente dicho y un significado propiamente dicho. El "poder de la palabra" consiste en el poder del lenguaje para dotar de significado a la realidad incluso en el proceso de describirla y representarla en la consciencia de la reflexin. Por ende, los ensayos en esta tercera seccin del libro de Cristina Godoy muestran cmo en, y a travs de ciertas prcticas de representacin, el discurso puede constituir lo que slo aparenta estar sugiriendo. Esto tiene importantes implicancias para nuestra comprensin tanto de la historia y de la memoria, como del discurso histrico.
Tengo la impresin de que todos los ensayos de este libro presuponen y implican que nuestra poca -quiero decir el perodo de la historia del mundo comenzando con la Guerra Mundial II- se ha caracterizado por un tipo de acontecimientos inconcebible con anterioridad al desarrollo completo de la tecnologa moderna y del gobierno racionalizado. Hemos sido testigos no slo de nuevas clases de acontecimientos, sino tambin del desarrollo de formas renovadas de registrar y archivar -y encubrir- sus efectos. Uno slo tiene que pensar en eventos tales como el Holocausto, Hiroshima y Nagasaki, los Gulags, la Revolucin Cultural China, la Guerra de Vietnam, la purga de la poblacin camboyana por el Khmer Rouge, la Guerra del Golfo, la destruccin de Kosovo, y ms recientemente (apenas hace unos das) la destruccin del World Trade Center de la ciudad de Nueva York. Ninguno de estos acontecimientos pudieron haber ocurrido de la manera en que tuvieron lugar sin el desarrollo de medios tecnolgicos e institucionales suficientes para su produccin. En este sentido, son perfectamente comprensibles y consistentes con los presupuestos sobre las que muchos de nosotros los modernos vivimos nuestra vida cotidiana. No obstante, acontecimientos como stos son nuevos en tanto van ms all de las expectativas de los ciudadanos comunes (y de no pocos intelectuales) acerca de los modos en que los Estados modernos, las
www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales
empresas, las instituciones militares, y los enemigos de todos stos, utilizan la tecnologa moderna.
Tales acontecimientos no solamente parecen contrarrestar cualquier intento de comprensin racional acerca de cmo sucedieron, sino que tambin resultan inimaginables para cualquiera que no los hubiera sufrido personalmente. Y est implcita en estos ensayos sobre historia y memoria dentro del contexto de la dictadura argentina y el fenmenos de los desaparecidos, la sugerencia de que a los fines de que la memoria pblica retenga tales acontecimientos, necesitamos de nuevas clases de representaciones histricas, nuevas tcnicas para presentar tales acontecimientos, y posiblemente, hasta nuevos modos de comprensin para transformarlos en un conocimiento til a nuestras comunidades.
Es ste ltimo aspecto de la antologa de la Profesora Godoy el que deseo comentar, ya que constituye lo que entiendo como una de las ms originales cuestiones tericas elaboradas por estos ensayos. Este aspecto ya est indicado explcitamente en el ttulo de su libro: "Historiografa y memoria colectiva". Este ttulo promete un examen de la relacin dialctica entre la memoria, por un lado, y no la "historia", sino ms bien la escritura de la historia o lo que los historiadores han hecho de la "historia", por el otro. Colocando la memoria en yuxtaposicin a la escritura de la historia, la Profesora Godoy y sus colegas tcitamente nos proponen reflexionar sobre los modos en los cuales la "memoria histrica" se asemeja a la historia individual y en qu medida la "realidad histrica" es constituida no slo por ciertos "gestores" de la identidad colectiva sino por los historiadores mismos. En una palabra, a travs del ttulo que ha elegido para su compilacin, la Profesora Godoy sugiere que reconozcamos el grado en el que la historiografa sirve al sistema de domesticacin y disciplinamiento de la sociedad.
La historiografa ocupa su lugar en este sistema. Su funcin -las ms de las veces ha sido disciplinar y adaptar la memoria ciudadana del pasado a lo que un grupo dominante en el poder exige de sus "sujetos". Pero, cul es la relacin de esta historiografa domesticadora para con aqullos que han experimentado la "historia" como un desastre o una catstrofe a la que han sobrevivido slo por suerte o azar? Ubicando este interrogante en el contexto argentino, qu es esta historiografa para los familiares de los desaparecidos para quienes "la historia" bien puede relatar los hechos sobre lo que sucedi -siempre y cuando stos lleguen a conocerse por completo- pero que no alcanza a ofrecer consuelo ni demasiada esperanza de justicia?
www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales
La mayora de los ensayos de este libro tratan de las maneras en que una cultura dominante re-escribe el pasado incesantemente en orden de acomodar la memoria pblica a las exigencias del cambio y de la transformacin sociales. Pero en todos ellos existe una conciencia del alcance de este proceso de acomodamiento que los historiadores protagonizan. A pesar de todo, estos ensayos sostienen la esperanza de que la historia", el conocimiento histrico, o una consciencia histrica depurada de una prctica social dada, puedan utilizarse para aminorar los efectos de los esfuerzos de la sociedad moderna por "disciplinar" ms que por educar a sus ciudadanos. Pero ofrecen esta esperanza con la advertencia de que un conflicto similar a aqul entre la memoria "salvaje" y una memoria "domesticada" es librado en cada generacin dentro de la misma disciplina histrica misma.
Antes se pensaba que los estudios histricos profesionales se erigan sobre las luchas ideolgicas de cualquier momento dado en el desarrollo de una sociedad. Pero ahora sabemos que el estudio de la historia no es ms anodino en ideologa que cualquier otra ciencia social. La historia del perodo de entreguerras en Europa "muestra" que los historiadores se sintieron capaces de servir a regmenes fascistas sin violar su sentido de obligacin hacia sus comunidades o hacia su profesin. Y todava la historia, en contraposicin de la fsica o de la matemtica, se supona magistra vitae y una "filosofa enseada por medio del ejemplo", bastin tico en contra las tiranas tanto de la masa como del Estado. Uno piensa en todos esos historiadores acadmicos de Europa central y del este quienes durante el perodo del dominio sovitico salvaron su honor profesional estudiando temas polticamente neutrales, y evitando cualquier esfuerzo en escribir "la historia del presente", excepto en las formas permitidas por el Partido y sus aparatos.
La comparacin de la memoria con la escritura de la historia, deconstruye tcitamente la convencional relacin jerrquica que se pensaba exista entre memoria e "historia". Yuxtaponiendo la memoria a la historiografa, la antologa de la Profesora Godoy apunta al extremo de que "la historia" no solamente "sucede" sino que es tambin "hecha", hecha sin duda por las acciones de los seres humanos en situaciones especficas, pero hecha tambin por aqullos que escriben sobre estas acciones y las dotan de un significado que con frecuencia es tan "ficcional" como una novela.
Santa Cruz, setiembre 2001