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Ciudad Es

Este artículo analiza el crecimiento urbano de la ciudad de Iquique a lo largo de la historia, destacando cuatro hitos clave: 1) El paso de una caleta a un puerto importante debido a la industria salitrera entre 1830-1930, 2) La construcción de edificios públicos entre 1930-1960 para paliar la crisis posterior al salitre, 3) El surgimiento de una nueva identidad urbana entre 1960-1980 tras la crisis del salitre y el auge de la pesca, y 4) La transformación a una "nueva ciudad" entre 1980
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Este artículo analiza el crecimiento urbano de la ciudad de Iquique a lo largo de la historia, destacando cuatro hitos clave: 1) El paso de una caleta a un puerto importante debido a la industria salitrera entre 1830-1930, 2) La construcción de edificios públicos entre 1930-1960 para paliar la crisis posterior al salitre, 3) El surgimiento de una nueva identidad urbana entre 1960-1980 tras la crisis del salitre y el auge de la pesca, y 4) La transformación a una "nueva ciudad" entre 1980
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LA CIUDAD Y SUS TRANSFORMACIONES: MEMORIA URBANA DE IQUIQUE1

BERNARDO GUERRERO JIMNEZ2

El artculo analiza el crecimiento urbano de la ciudad de Iquique, enfatizando en algunos elementos culturales. Ubico cuatro hitos que ayudan a entender la configuracin de la ciudad. El primero es el paso de la caleta al puerto, motivado por la industria salitrera (1830-1930). El segundo, la del puerto pos-salitrero que por intervencin del Estado construye ciertos edificios como una forma de paliar la profunda crisis que vive la ciudad (1930-1960). El tercero, producto de la ltima crisis del salitre y por la aparicin de la industria pesquera, configura un nuevo espacio urbano (1960-1980). El cuarto, que bajo el influjo de la Zona Franca, del populismo de Soria y del nuevo ciclo minero, se genera, sin duda alguna, una nueva ciudad (1980- ). En los tres primeros es posible encontrar lneas de continuidad que no se observan tan claramente en la cuarta etapa. sta ltima puede ser caracterizada como una revolucin urbana de impredecibles consecuencias. Palabras claves: Memoria urbana, historia This article analyzes the urban growth of the city of Iquique emphasizing some cultural.elements. I locate four landmarks that help to understand he city form. The first landmark is the step from a small port to port motivated by the nitrate industry (1830-1930). The second one belongs to the post-nitrate port. During this period the State
1 Trabajo escrito en el marco del proyecto de investigacin: La nueva sociabilidad en la identidad de la poblacin de Iquique. Decreto Exento N 1140. Direccin de Investigacin. Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile. sta es una versin de la ponencia presentada al X Jornadas Chilenas de Preservacin Arquitectnica y Urbana y VIII Encuentro de Especialistas Americanos. 15 y 18 de Noviembre 2006. Universidad Arturo Prat de Iquique. Chile. Socilogo. Universidad Arturo Prat. Correo electrnico: [email protected]

intervened by constructing certain buildings in order to alleviate the profound crisis that the city lived (1930-1960). The third, product of the last nitrate crisis and by the appearance of the fishing industry, forms a new urban space (1960-1980).The fourth one, under the influence of the Free Zone, Soriapopulism and the new mining cycle generates, without any doubt, a new city. It is possible, in the first three landmarks, to find the lines on continuity which are not clearly observed in the fourth stage. This last one can be characterized as an urban revolution of unpredictable consequences. Key words: urban memory, history

INTRODUCCIN Las ciudades latinoamericanas estn sufriendo profundas transformaciones. Insertas bajo el modelo neoliberal y de la globalizacin, han debido adaptarse para hacer frente a los nuevos desafos que esos fenmenos imponen. En algunos casos, transformar casi radicalmente su estructura urbana. Este parece ser el hecho ms frecuente. Las variadas y diversas publicaciones sobre el tema muestran cmo las ciudades de Amrica Latina dan cuenta de estos fenmenos (De Mattos, 2007). El caso de Buenos Aires (Welch, editor 2005) y de Santiago, en Chile (Dammert, 2004) suelen ser o bien se presentan como los ms paradigmticos. La vieja ciudad que ngel Rama denomin ciudad letrada (2004) se halla en franco proceso de retirada. Los ejes sobre los que se levant esa forma de vida empiezan a desaparecer. No pocos autores afirman que estamos ante la presencia de una nueva ciudad. La llaman, por ejemplo, post-ciudad, cyber ciudad (Sorkin y otros 2004). Le demos el nombre que le demos, lo cierto es que la ciudad de antao, aquella tan bien descrita por Rama, ha dado paso, no exenta de contradicciones y de paradojas, a una nueva ciudad. sta se caracteriza por la existencia de un nuevo urbanismo, por el

vaciamiento de los lugares pblicos clsicos, como la plaza, y por la aparicin de nuevos espacios como el mall, los condominios, los parques temticos, por ejemplo. Pero tambin por lo que Sennet llama el declive del hombre pblico (2002). No se trata tan slo de un fenmeno que tiene que ver con la estructura fsica de la ciudad, sino que tiene hondas repercusiones en las formas que tiene la gente de relacionarse entre s. En otras palabras, asistimos al declive de una sociabilidad fundada en ejes comunitarios -como el barrio, el club deportivo y el baile religioso-, para dar paso a otra, que Bauman denominara lquida (2002). Se trata de una ciudad que ya no se reconoce en sus ejes fundacionales, sino que parece inspirarse ahora en nuevas formas urbanas. El mall o los shoppings, los parques temticos, entre otros, son los nuevos soportes que modelan la sociabilidad. En el caso de Chile, la mayora de los estudios estn centrados en su capital, Santiago. La preocupacin sobre otras ciudades no parece tener la misma intensidad y dedicacin. El objetivo de este trabajo es ofrecer una reflexin sobre lo que sucede en la ciudad de Iquique. Para el caso que nos ocupa, Iquique, ubicada en el norte de Chile, revela interesantes cualidades. En esta ciudad puerto podemos encontrar hitos, tal como lo veremos ms adelante, que sealan que los cambios ocurridos no difieren mucho de lo que acontece en otras ciudades. Sin embargo, y sta es nuestra hiptesis principal, Iquique no fue una ciudad al modo como lo describe ngel Rama; no fue letrada, sino ms bien iletrada. No hubo una administracin colonial que se expresara en un ordenamiento territorial, con sus correspondientes trazados de calles y de avenidas; no hubo un desplazamiento imaginario que pensara como deba ser este nuevo asentamiento humano. Slo a fines del siglo XIX, y ms adelante desarrollamos sta idea, se empez a configurar un plano urbano especfico. Pero fue sin seguir la idea de un plano o de un planning como afirma Rama (2004).

Iquique encuentra su condicin de ciudad por el surgimiento de la industria salitrera. Y como tal se fue configurando segn el lugar donde llegaba y despus sala el salitre. El puerto y el trazado del ferrocarril sealaron el plano mediante el cual debieron establecer la ciudad. En un primer momento, la ciudad fue un gran campamento minero que orbitaba en funcin de la explotacin salitrera, en la depresin intermedia o pampa. La ciudad careci no solo de un orden, sino que tambin, y contino con Rama (2004), de la capacidad de disear una estrategia para hacer frente al caos o al desorden. Como he dicho, la ciudad de Iquique se organiz en torno a la explotacin del salitre, la que guardando las debidas proporciones del caso, equivale a nuestra criolla revolucin industrial. Nunca en Chile se haba conocido tal nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Provoc en el plano urbano fenmenos tales como hacinamiento, delito, insalubridad, etc.; pero tambin desarroll una sociabilidad urbana nunca antes vista. En el plano econmico, implic la monetarizacin de la economa, aunque en las Oficinas Salitreras se segua pagando en fichas (sta en ltima instancia, era una moneda tambin). En lo poltico se asiste al nacimiento de partidos polticos de izquierda, a grandes movilizaciones, como la que trgicamente se expresa el 21 de diciembre de 1907 en Iquique, en la escuela Santa Mara. En lo cultural, se expresan diversas corrientes polticas y filosficas, bajo el signo del liberalismo, del anticlericalismo y del socialismo. Se trata de una ciudad moderna en el amplio sentido de la palabra (Guerrero, 2003). En trminos generales hablamos de la formacin de una ciudad moderna. Es lo que Secchi llama la experiencia de la expansin: una articulacin entre capitalismo, Estado, sociedad y territorio (Citado por Gorelik, 2002, 13). Se habla de la modernidad urbana en base a una triple expansin. Hacia fuera en el territorio (la expansin urbana), hacia adentro en la sociedad (la integracin social) y hacia adelante en el tiempo (la idea de proyecto).

Y todo esto fue fundacional ya que la ciudad de Iquique antes solo fue una caleta, un lugar habitado por pescadores o changos que se desplazaban por la costa, y por una pequea cantidad de funcionarios del estado peruano que la conceban como la frontera sur de ese pas. La historia urbana de la ciudad de Iquique no difiere de la que se puede observar en otras partes del mundo. Nos interesa sin embargo, destacar los elementos culturales que ayudaron a configurar en trminos simblicos la ciudad. A lo largo de su existencia podemos ver como el puerto cosmopolita de principios del siglo XX, gracias al salitre, lo vuelve a ser a fines de siglo, pero ahora por influencia de la zona franca. Son dos ciudades distintas que tienen que resolver el tema de la integracin social de un modo tambin diferente. CONSIDERACIONES GENERALES La ciudad de Iquique es una de las que ms ha crecido en estos ltimos treinta aos. En el ao 1970 tena cerca de 60 mil habitantes, en el 2007 ms de 260 mil. Pero no es una ciudad que solo ha crecido, se ha transformado, o mejor dicho, la han transformado. La ciudad es un artefacto cultural que se modifica segn las ideas de sus autoridades. La llamada sociedad civil, en el caso de Iquique, poco o nada ha tenido que ver con esas transformaciones. A lo ms, se las ha arreglado para, que de uno u otro modo, hacer de la ciudad o sus lugares de residencia, algo ms comunitario. Una mezcla de indiferencia y de rabia ha atravesado el estado de nimo de la ciudad. Lo singular del caso es que asistimos a transformaciones sobre las cuales poco o nada podemos hacer para retornar al punto donde la ciudad luca una singularidad arquitectnica que la remita a un pasado doloroso y glorioso a la vez. Estamos en el punto del no retorno. El populismo, Soria, y el neoliberalismo, construyeron una ciudad a espaldas de la poblacin. Todo ello en nombre del progreso y del turismo. Las torres, los shoppings y

los parques temticos se asentaron en los ejes sobre los cuales se levanta el Iquique posmoderno de hoy. Acaso debamos revisar las ideas que sobre la ciudad tenemos y que provienen del siglo XIX, cuando se pensaba a sta como un refugio y un lugar para la integracin social (Gorelik, 2002: 13). La ciudad de fines del siglo XX y de comienzos del XXI bien podra ser llamada posciudad o cyberciudad. Iquique es, claramente, un lugar donde conviven, lleno de tensiones y de paradojas, la ciudad del siglo XX construida por influencia de la economa salitrera y la pos-ciudad que crea nuevos espacios, en forma autnoma a la ciudad histrica. Las transformaciones ocurridas a partir de los aos 90, con races ya en los 60, permiten hablar de una verdadera revolucin urbana. Para entender este proceso revisemos algunos hitos fundamentales de la construccin urbana de esta ciudad. BIENVENIDOS A IQUIQUE La empresa del salitre impuls la ciudad. Le debemos a esa extraordinaria actividad econmica que hombres y mujeres se asentaran sobre la planicie ubicada entre el mar y la cordillera de la Costa. La cara y sello del poblamiento, ciudad y pampa, permiti que entre esas dos realidades se trazara una potente lnea de continuidad. La actividad minera, provisoria por definicin, permiti que la ciudad se asemejara, en algunos lugares, a un campamento minero. Las primeras fotografas de ese Iquique as lo demuestran. Las crnicas literarias tambin. Sin embargo, el primer edificio construido no fue producto de sta actividad econmica, sino que fue en tiempos del Per. Me refiero a la Aduana, edificada en 1856 (Ugarte, 1907). Esta arquitectura monumental, ubicada en el sector norte de la ciudad, se alz como una especie de faro urbano. Todo lo dems eran casas precarias, chozas, que albergaban a los pescadores de las caletas como Cavancha, El

Morro y el Colorado. Lo que viene despus son intentos, tanto del precario aparato estatal como de la sociedad civil, por construir una ciudad. En esta construccin, material y simblica, media la espontaneidad, la presin poltica. No hay una idea clara de planificacin urbana ni de nada que se le parezca. CIUDAD Y SALITRE: DE LA CALETA AL PUERTO (1830-1930) La primera, corresponde a la poca del ciclo salitrero. Se caracteriza por el paso de la caleta al puerto. Es la etapa de consolidacin de los asentamientos humanos populares y costeros como Cavancha, El Colorado, El Morro, entre otros. Sobre los mismos se asientan los barrios populares con sus propias estructuras comunitarias, como el club deportivo. De esta etapa son el Yungay, el Maestranza, fundados en 1905, solo por nombrar a los ms antiguos. Son los aos de la construccin de la Plaza Prat, del Teatro Municipal, del Palacio Astoreca, del Casino Espaol, de la Sociedad Protectora de Empleados. Es el tiempo de las Colonias como el Crculo Italiano, el Chung Hwa, el Yugolaswenski Dom, el Club Alemn, el Club Peruano. Es la poca de la construccin de edificios y tiendas comerciales como La Confianza, Las Dos Estrellas, y de construcciones bancarias. Corresponde, adems, a la construccin de la estacin de ferrocarriles y del Estadio Municipal. Ambas reflejan la modernidad capitalista que trajeron los ingleses a finales del siglo XIX y comienzos del XX. El nacionalismo, por su parte, se hace presente con la construccin del regimiento Granaderos, que data del 1904. A fines del siglo XIX se realiza la construccin del Teatro Municipal. El Estado, por su parte, construye los dos cementerios que an se mantienen, el 1 y el 3. El 2, de la misma poca, fue cerrado en los aos 60. A ese mismo perodo corresponde la edificacin del primer hospital de la ciudad. Construye adems diversas plazas: la Prat, la Condell, la Gibraltar,

cuyo nombre cambia por Plaza Arica. Edifica tambin la infraestructura bsica para que funcionen colegios como el Liceo de Hombres, el Instituto Comercial, entre otros. A nivel de la enseanza primaria levanta, en 1910, la Escuela 6, entre muchas otras ms. Los diversos credos religiosos hacen sentir su presencia. Sobresale aqu la Catedral, que se traslada de su antigua ubicacin, donde hoy est el Teatro Municipal, a la calle Obispo Labb; la de la iglesia Anglicana, en calle Orella; y la creacin de las dos logias de la Masonera. La Iglesia Catlica levanta adems sus propios establecimientos educativos, como el Liceo Mara Auxiliadora y el colegio Don Bosco. Esta poca la podemos describir como el perodo en que se empieza a perfilar la calle Baquedano, con su arquitectura georgiana; el reloj de la Plaza Prat, que tambin viene del tiempo del Per. Es una ciudad que muestra, por un lado la riqueza del salitre y por otro, como su lado oscuro, la pobreza de los barrios populares ubicados en el sector norte de la ciudad. En este perodo la clase obrera construye sus edificios, como la Federacin Obrera de Chile -FOCH-. Los clubes deportivos, pobres o no, tambin lo hacen. Las sociedades mutualistas ocupan parte importante de la ciudad con sus locales. Surgen los primeros gimnasios de box en el barrio El Colorado. Es esta etapa la que algunos autores, como Bahamonde (1978, 13) tipifican como cosmopolita. Esto es por la presencia de por lo menos diez lenguas diferentes, y de una prensa que expresa el sentir de muchas culturas. Hay, por cierto, una fuerte concurrencia de migrantes venidos de Europa, de Asia, de Amrica Latina y de otras zonas de Chile. Es una ciudad abierta al mundo. El carcter de su economa as los exige. Y ese carcter abierto se expresa en sus espacios pblicos, plazas, teatros, lugares cerrados pero con amplios salones, as lo demuestran. Clubes sociales en los que la sociabilidad se expresa. Iquique parece un lugar a colonizar. Y ese nimo ha permanecido en

vigencia hasta el da de hoy. Sus referencias son Londres y Pars como corresponde al momento. Es una ciudad moderna. Esa modernidad arquitectnica se expresar fuertemente en la Teatro Municipal, el Casino Espaol, el Palacio Astoreca, por mencionar algunos. No hay que olvidar que esta ciudad est sometida a la soberana nacional slo desde el ao 1879. La chilenizacin de esta parte de la nacin se expresar, adems, en la construccin de monumentos pblicos relacionados a la patria. En el ao 1910 se coloca la estatua de Arturo Prat, luego la de Eleuterio Ramrez, Patricio Lynch, y otros. Como consecuencia de la matanza en la Escuela Santa Mara, ocurrida el 21 de diciembre de 1907, en pleno centro de la ciudad se levanta un monolito en el desaparecido cementerio 2, y luego se emplaza otro, hacia los aos 60, en los alrededores del lugar de los sucesos. CIUDAD, DEPORTE Y BANDERAS NEGRAS (1930-1960) La segunda intervencin urbana, corresponde a la crisis que va desde los aos 30 a los 60 del siglo pasado. La elite salitrera abandona sus casas en el casco antiguo de la ciudad. La Iglesia Anglicana, queda abandonada por falta de fieles de esa denominacin, al igual que la masonera de origen ingls. Es el tiempo de las ollas comunes. La sombra, aos ms tarde, del Puerto Libre de Arica (1957) hizo que el Estado construya ciertos edificios como el Colectivo OHiggins y Lynch, la poblacin Esmeralda, etc. Antes, se une el puerto con la Isla Serrano, se levanta el (segundo) Hospital Regional. A fines de los aos 50, en el sector popular, nace la poblacin San Carlos, el Barrio Norte Hospital, y hacia el sur, la poblacin Caupolicn. Todo ello bajo la ptica de la autoconstruccin y sin ningn tipo de planificacin. Lo transitorio es el dato clave, lo provisorio es el estilo. Y son los aos sesenta los que empiezan a forjar, gracias a la industria pesquera, un nuevo Iquique que se iba a masificar por el lado norte,

por lo que fue la poblacin John Kennedy y ahora Jorge Inostrosa. Son los aos en que el xodo de la pampa empieza a poblar, a fines de los aos 50, ese territorio arenoso donde hoy se ubica la poblacin Caupolicn, Genaro Gallo y todo ese entorno. Si en el perodo anterior la inmigracin, tanto nacional como extranjera, construye la ciudad y se la representan a travs de la abundancia y de la pobreza, en este perodo la ciudad se expresa a travs del deporte. Es una ciudad que late por medio de la actividad deportiva que viene desarrollndose fuertemente desde fines de siglo XIX. En otra ocasin hemos llamado la atencin sobre este proceso (Guerrero 1992). Sostenemos aqu que en este perodo el deporte representa fuertemente a la ciudad. Es la nica actividad masiva que en el mbito de lo pblico congrega a una poblacin golpeada por la crisis. Es en este momento que se crea la consigna Iquique, tierra de Campeones. El deporte aqu hay que verlo como una arena en que los iquiqueos, en forma simblica, reproducen su identidad y la direccionan hacia el Estado central, a quien se le responsabiliza, y con justa razn, de las pauprrimas condiciones de vida en que est la ciudad. Es preciso anotar aqu dos hechos. En el ao 1929 se empieza a construir el Estadio Municipal, que estar finalizado en el ao 1931. Este edificio de claras resonancias inglesas se construye casi en forma paralela al Estadio Centenario de Montevideo para la realizacin del primer campeonato del Mundo, llevado a cabo en el ao 1930. En los aos 60 se termina la construccin de la Casa del Deportista, una instalacin deportiva ubicada en pleno centro de la ciudad. Ambos recintos ya no existen. Muchos clubes se fundan, y con ello se crean complejos deportivos. Es el caso del Iquitados, dependiente del Ferrocarril del Estado. El Iquique de los aos 30 a los 70 no se puede entender sin la presencia central y gravitante de la actividad deportiva. En menor medida, la sociedad iquiquea se organiza a travs de

asociaciones como los Centros para el Progreso o el Comando de Defensa, para hacer frente a la desidia del Estado. Estas organizaciones, que iban desde la izquierda a la derecha, ya sea en forma separada o en conjunto, se movilizaron para la defensa de la ciudad. Simblicamente su evento ms importante se produce el 21 de mayo de 1957, cuando la ciudad amanece con banderas negras. Los dirigentes fueron encarcelados. De este Iquique surge la idea de la ciudad como comunidad, en la que todo el mundo se conoce; existe la confianza hasta el punto de dejar las puertas y las ventanas de las casas semi-abiertas; de una ciudad pobre pero ordenada, que cumple con las normas bsicas de la urbanidad. A esta poca se remite la nostalgia. Parafraseando a Rousseau, esta es la edad de oro del buen iquiqueo. Es en este espacio donde el diputado Checura Jeria, inventa la expresin Iquique, la Cenicienta del Norte para sealar lo mucho que la ciudad le entreg al Estado y el abandono en que se encuentra (Guerrero, 2003, 189). Sobresale adems una gran produccin de canciones alusivas en las que se construye culturalmente una ciudad afectuosa, abierta y comunitaria. Ms de diez canciones hablan de ese Iquique como una gran familia (Guerrero, 2002: 389-407). Este corrido mexicano, escrito por Atilio Carbo, as lo expresa: Iquique, ciudad nortina ciudad de amores ciudad de mujeres bellas de bravos hombres buenos amigos. Iquique noble y sincero por nada cambie por nada cambie Iquique ciudad de historia que brinda grandes inspiraciones de ti salen los campeones Iquique mo de corazn

Iquique esmeralda chilena te quiero porque est aqu mi morena te quiero morena hermosa iquiquea te quiero como se quiere a esta tierra tierra divina de amor. Los ejes temticos aluden al imaginario construido en torno a la ciudad como comunidad. Se resume la historia, los campeones, las bellas mujeres. Y sobre todo, el anhelo: Iquique noble y sincero, por nada cambie, por nada cambie. CIUDAD E INDUSTRIA PESQUERA (1960-1980) La industria pesquera ofrece la posibilidad de terminar con la crisis. Desde fines de los aos 50, ya se haban instalado dos pesqueras en la ciudad. Una en Cavancha y la otra en el sector norte. Esta actividad permiti dinamizar la alicada economa local. Lo que mejor expresa este momento y que resume el estado de nimo de la ciudad es el himno a Iquique, creado por el Coronel Santiago Polanco Nuo: Si supimos vencer el olvido, soportando un ocaso tenaz, evitemos que en estos instantes el progreso nos pueda cegar. Es la dcada en que nace el liderazgo del alcalde Soria, que tendr enorme repercusin sobre la ciudad, sobre todo en los aos 90, pero en los 60 ya se empieza a prefigurar lo que ser el puerto. Con Soria la ciudad empieza lentamente a cambiar su cara. Es una ciudad que tiene dos desplazamientos. Uno al sector norte y centro oriente, donde llegaron los migrantes atrados por la incipiente industria pesquera, y los ltimos pampinos una vez cerradas las oficinas salitreras como Humberstone. Aqu, sin ninguna consideracin por el orden urbano, las poblaciones empiezan a levantarse. El segundo,

hacia el sector sur, por la costa se echa abajo el viejo parque Balmaceda, herencia de la colonias llegadas por el salitre, y se construye un nuevo espacio pblico cuya mxima expresin es el teatro al aire libre llamado Dlfico. Este es un dato a tomar en cuenta ya que en la dcada de los 90, no se puede entender la ciudad sin la idea de los parques temticos. En el ao 1960 empieza a aparecer en la agenda pblica, y en el imaginario empresarial y comercial, la idea del turismo. Son los aos del parque Balmaceda o del camino, como le decamos los iquiqueos. Pero ya no de ese parque amable, colonial, de madera y con una pileta de gansos. Este paseo terminaba en la cancha Manuel Castro Ramos. En ese antiguo parque, del que solo quedan viejas fotos, se expresaba el Iquique de los aos de la crisis. La cancha del Castro Ramos, dio paso luego, en tiempos de Soria, al Cine Dlfico; y en los aos 80, bajo la administracin de Mirtha Dubost, al edificio Atalaya. Este lugar resumen buena parte de la historia urbana de Iquique. El perodo termina abruptamente con el golpe de estado de 1973. Del ao 1973 al 1980, la ciudad es una especie de gran campo de concentracin. Conculcados los derechos bsicos del ciudadano, los lugares pblicos, como la Plaza Prat, principal referencia en cuanto a uso del espacio, se cancelan. Solo queda la playa, pero su ocupacin remite a otro tipo de sensibilidad. ZOFRI, MALL, DROGAS Y PARQUES TEMTICOS (1980-) Con el Golpe de Estado del ao 1973, la plaza Prat perdi toda su connotacin de espacio ancla (Gorelik, 2004). La funcin que cumpla la reemplaza ahora la Zona Franca ZOFRI-. Pero en otra lgica y en otra direccin. Desde su creacin, en el ao 1975, la Zofri, sobre todo en los aos 80 redefine todo el uso del espacio pblico de la ciudad. Esta especie de shopping o de mall, se instal en el sector norte de la ciudad, en el mismo lugar donde la industria del salitre desarroll una actividad vial y de comercio. En un viejo galpn en el sector de La Puntilla, con una lgica de feria, expendi sus servicios. Y como si esto

fuera poco, extendi a la Plaza Condell lo que llam pomposamente Mdulos de Cristal, que no eran nada ms que pequeos lugares donde se venda la mercadera que vena de Taiwn. Al pasar los aos se ubica en el recinto que perteneci a los ferrocarriles del Estado, ms al norte, ya en el sector de El Colorado. Con ello desaparecen las instalaciones del club deportivo Iquitados. Se emplazan all recintos comerciales tanto para la venta al detalle como para los mayoristas que vienen especialmente de Bolivia y de Paraguay. Poco a poco va adquiriendo el carcter de un mall, ya que se le agregan espacios de diversin, cafeteras y comidas rpidas. La instalacin de la Zofri signific otra expansin urbana de la ciudad. Esta vez hacia lo que es hoy la comuna de Alto Hospicio. Los pobres venidos de la tercera y cuarta regin fueron desplazados a ese sector. Los ricos ocuparon el lado sur de la ciudad, con vista al mar. Conforme creca Alto Hospicio, se elevaban por doquier en la ciudad edificios de mayor alzada. Estas torres simbolizan el progreso para una poblacin acostumbrada a que la altura de la ciudad estuviera definida por la torre del reloj de la Plaza Prat y de la Catedral. Ambas con el tiempo fueron superadas de un modo vergonzante. Por ejemplo, frente a la Catedral se construy una torre que alter todo el paisaje urbano de ese Iquique de los aos 90. Las casas iquiqueas fueron tambin modificadas (Guerrero, 1990:155) por este fenmeno. Ante la posibilidad de comprar automviles a un precio muy barato, las casas tuvieron que reacondicionarse. Las fachadas se alteraron para albergar al vehculo comprado, un Suzuki o un Pony. La convivencia con gran cantidad de autos tuvo otra consecuencia sobre el paisaje urbano. Su desuso y abandono en la va pblica signific una contaminacin en el disfrute del espacio. Entre otras consideraciones: redujo el libre trnsito y signific el principio del fin del transporte pblico, y esto creo es lo ms importante. Pero esto se advertir ms claramente en la dcada de los 90. La vuelta a la democracia no va a significar ningn cambio en el

modo de hacer ciudad. Y esto tiene que ver con la eleccin, despus del perodo de la dictadura, de Jorge Soria como alcalde de la ciudad. Este va a profundizar las ideas que haba concebido en los aos 60 al reconstruir el parque Balmaceda. Y para ello tendr un fuerte aliado: el boom inmobiliario que empieza a vivir la ciudad en esos aos. Todo el sector sur de la ciudad se llena de torres. La imagen de Miami y de Cancn son recurrentes en el imaginario alcaldicio (Guerrero, 2004). Barrios como Cavancha prcticamente desaparecen. El sector se convierte en un lugar para turistas y para los que all pueden vivir, que por lo general es gente venida por la atraccin del nuevo ciclo minero y de la Zofri. Es en la dcada de los 80 que aparece el consumo de drogas en su mxima expresin. Nos referimos al consumo de pasta de base de cocana (Guerrero 1997). Este consumo se perfila preferentemente en los sectores populares de la ciudad y ello implica una nueva reordenacin del espacio pblico popular. Me explico: en el espacio popular urbano, lo pblico se simboliza en el uso de la plaza, de la esquina y de la cancha. Estos tres ejes, son desplazados de su uso tradicional, o al menos, redefinidos. El anhelo de la poblacin por contar con una plaza es ahora negado, ya que en sta se juntan los jvenes a consumir drogas, bajo la orgnica de la pandilla o de los teams. Lo mismo sucede con la cancha. La actividad deportiva no es el antdoto que las autoridades imaginan. Lo que sucede es que los clubes deportivos tradicionales ya no son capaces de levantar un muro para frenar esa actividad. Muchas poblaciones de la ciudad son rpidamente estigmatizadas por la presencia de la droga y del narcotrfico. El mapa de la ciudad es pintado de nuevo, pero ahora en los sectores populares, como la poblacin Jorge Inostrosa, se concentra el estigma y el prejuicio. La emergencia de una sociabilidad juvenil popular se hace notar no slo en la prctica del consumo de drogas, sino tambin en la inscripcin de las calles. Los graffitis aparecen como una forma de crear y de apropiarse de un espacio pblico, percibido como ajeno e injusto. Por doquier se encuentran. Iquique es una ciudad tatuada, que hiere el sentido comn higinico de los adultos. Los jvenes, del tipo

que sean, consumidores o no de drogas, marcan la ciudad. Este nomadismo cultural ya ha sido bien descrito por Maffesoli (1990) y Margulis. En Iquique, la sociloga Amanda Cecilia Fabin (1995) lo describe muy bien, al igual que Moragas y Solorzano (2005). La primera al estudiar las relaciones de gnero al interior de una pandilla, y los segundos al analizar a los grupos hip-hoperos de la ciudad. La ciudad aparece entonces como un espacio pblico escindido en dos. Los pobres ocupan la ciudad redefiniendo los antiguos lugares de la sociabilidad. La plaza, la esquina y la cancha son ocupadas ahora por mediacin de la droga. Y lo hacen tambin apropindose de la pared, esa pizarra pblica que usan para expresar sus anhelos e impotencias. Los otros, los ricos, se blindan en sus casas en el sector sur, bajo la frmula del condominio. El imperativo de la seguridad es clave para esta construccin, ya no de un espacio pblico sino privado. El ideal de la comunidad o del barrio aparece ahora metamorfoseado en estos edificios. La figura del sereno que cuidaba la plaza es reemplazada por la del conserje. El sorismo se preocup, ya lo hemos adelantado, bajo la figura y mandato de su alcalde, de construir una nueva ciudad. Pero, como ya lo dijimos tambin, estas ideas que en los 90 son obsesivas, tienen su origen en los aos 60. La hiptesis que deseo plantear es que en esta cuarta etapa de construccin podemos hablar de una revolucin urbana, casi parecida a la primera, la que el salitre construy. Y digo revolucin ya que se intenta, y se logra en algunos casos, borrar todo vestigio de la otra ciudad. La motivacin principal para construir esta nueva ciudad se basa en la idea del turismo. Este es la palanca del progreso regional, que la elite define en sus diversas Estrategias de Desarrollo Regional. Hasta ah no debera haber problema. No obstante, el conflicto aparece cuando a la idea de turismo se le significa bajo el rtulo de parques temticos. La idea meta de ser un Miami surge casi por lgica. Los diversos viajes que el alcalde realiza por el mundo le

provocan una fascinacin por el glamour de Miami. Cada viaje a esa metrpoli, y a Disneyworld, significa un insumo para transformar la ciudad de pino oregn en un parque temtico. Es as como construye tres parques, uno en el sector de Playa Brava y los otros en Cavancha, y en el viejo parque Balmaceda. Estos parques empalman con las torres levantadas en ese mismo sector. La imagen que los pobres tienen de la ciudad, ayudados por la propaganda de la radio y la televisin local, es que se est en un lugar mejor que Miami. Se montan espectculos que tratan de imitarla. Pero los resultados son patticos. No obstante, los pobres de la ciudad lo asimilan positivamente. Despus de todo, ante la imposibilidad de conocer Miami, que mejor que paladear un producto artificial. Y es aqu donde se produce un contraste. Es el siguiente: los pobres, al ocupar el parque temtico ocupan el mismo espacio de los ricos que viven en las torres. El parque temtico no es obviamente el de Edmonton, en Canad. Este carece de regulacin y de seguridad. No hay normas de salubridad y los comerciantes ambulantes se desplazan con sus productos, libres de toda normativa. De seguridad ni que hablar. Es entonces una ciudad al menos paradojal; construida, como ya lo hemos dicho, por el populismo de su mxima autoridad comunal; motivada por sus viajes y sus aspiraciones mesinicas. Es este perodo en que confluye el neoliberalismo inmobiliario por un lado y por el otro el populismo. Ambos imaginan una ciudad modelada segn el estndar de la nueva ciudad, este caso norteamericana. El efecto de esta construccin de ciudad es el abandono del casco antiguo, el patrimonial que proviene de la primera fundacin. Y la explosin desordenada en el sector norte y centro oriente de la ciudad. A ello habra que sumarle la obra del Estado, que en una actitud hegemonizante construye casas y edificios con un mismo estilo en todo el pas, de espalda a las singularidades culturales de cada regin de Chile. Se ubica al sector sur como el nuevo centro de la ciudad. Un

centro, eso s, descentrado o bien a-geogrfico. Sobre las ruinas de la cancha de aterrizaje de la ciudad se levanta el mall de Las Amricas, cuya superficie es de 30 mil metros cuadrados, y en ella se instalan las llamadas grandes tiendas. Supermercados hacia la zona sur hablan de la segmentacin del espacio. Es un centro comercial para los que tienen ms recursos. En el plano urbano, la ciudad del salitre queda en el centro; las ciudades posmodernas al extremo norte -la Zofri-; y al sur, con sus malls, supermercados, calles amplias y bien cuidadas, jardines, etc., otra ciudad, la de los pobres, que est en la periferia y que ocupa los parques temticos, interacta con las restantes ya sea rayando sus paredes o bien consumiendo bienes simblicos. Una consecuencia importante de este perodo es el fin del transporte pblico. Bien es sabido que ste es uno de los ejes fundamentales de una ciudad. Ya lo dijimos. A fines de los 80 se introduce el transporte de autos colectivos, sobre todo por la gran oferta que proporcionaba la Zona Franca. Se fundaron lneas de taxis colectivos que compitieron fuertemente con las liebres. Al paso de los aos y sin ninguna regulacin, el servicio de colectivos se liberaliz. No hay regulacin, no hay control. Cualquier sujeto que desea prestar ese servicio lo puede realizar. A ello hay que sumarle la sobrepresencia de taxis que los empuja a una competencia feroz por alcanzar un pasajero. Debe ser uno de los servicios ms malos del pas, que slo le conviene al que vive en el centro. Para el resto de los ciudadanos no. En el plano barrial, la actividad de la Zofri permite el nacimiento de nuevos espacios pblicos. En el barrio Matadero aparece ahora una barriada habitada por peruanos, bolivianos y paraguayos, que vienen en sus camiones a comprar. El sector readecua sus instalaciones. Aparecen servicios de telefona de larga distancia, residenciales, ventas de pasajes, y restaurantes que ofrecen la gastronoma de esos pases. La migracin peruana en la poblacin Rubn Godoy, celebra al Seor de los Milagros. En estos ltimos aos presenciamos una nueva

migracin, la colombiana. Todo ello le vuelve a dar a la ciudad el aire cosmopolita que tuvo en los inicios del siglo XX. Pero hay una diferencia fundamental, la de hoy tiene menos mecanismos de integracin social y simblica. Es una ciudad fragmentada que no dispone de herramientas de integracin como las que tuvo el Iquique salitrero, bajo las formas de la poltica y el deporte. CONCLUSIONES La ciudad de Iquique ha sido objeto, durante estos ltimos cien aos, de una serie de polticas que le han modificado su carcter fundacional, otorgado por la actividad del salitre. Sobre esa ciudad, la del salitre, se le ha ido agregando una serie de elementos, que de una u otra manera, han significado trazar una lnea de continuidad, hasta por lo menos, los aos 80. Despus de esa dcada, asistimos a la construccin de una nueva ciudad que se puede caracterizar por la prdida de los espacios pblicos, remplazados por otros, como el mall. El fin del transporte popular bajo la forma tradicional, y la presencia de un sistema inspirado en la no regulacin (llamados taxis colectivos o simplemente colectivos). Iquique es una ciudad que muestra en su emplazamiento urbano, en el tipo de sus construcciones y en la forma de ocupar el espacio pblico, un rostro marcado por la fragmentacin, la desigualdad, y sobre todo la carencia de un proyecto de ciudad. Sin embargo, el parque temtico de Cavancha, ubicado como ya hemos dicho en el sector sur, se ha convertido en la nueva plaza pblica. Cada noche, y especialmente en verano, este lugar es el sitio de reunin de todos aquellos que bajan de la periferia. All se recrea la sociabilidad popular. Ese parque es una especie de gran feria popular. Est en una zona de la ciudad con una gran plusvala de sus terrenos. Desde el punto de vista de los residentes es una invasin de los brbaros.

Iquique es una ciudad de varios rostros. An es posible advertir su cara salitrera, pero en franca decadencia. Un rostro de pos-ciudad que se eleva con sus torres de departamentos y sus malls. Pero sigue siendo en el fondo una ciudad eminentemente popular. BIBLIOGRAFA
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Recibido: Octubre de 2007 Aceptado: Noviembre de 2007

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