LA JUSTICIA DEL DEMIURGO Rubn Mesas Cornejo PREFACIO La criatura sali a la calle percibiendo, por vez primera, la calidez
del sol posndose sobre la piel que haba usurpado. S, ahora era dueo de una apariencia semejante a la de aquellos vagabundos que le estaban retando con insultos y navajas desenvainadas. hora era consciente de poseer un cuerpo que la permitira apropiarse de una parte del e!puesto botn que contena aquella vieja urbe de adobe y cemento, cuyo nombre todos haban olvidado. "ntonces sinti deseos de alzar la voz para silenciar el desagradable murmullo que producan sus adversarios, y lo hizo de manera rotunda que pareci como si el poder de un dios los hubiera despojado del habla, en e#ecto, todos callaron s$bitamente, pero no desalojaron de su mente el deseo de con#rontar a aquel intruso, por el contrario aquella mani#estacin de autoridad #ortaleci su conviccin de acabar con %l. &e pronto, uno de aquellos vagabundos enmudecidos por la voz sinti verg'enza de su docilidad, reuni su#iciente valor para creer que podra salir victorioso del duelo que pretenda entablar, y se abalanz contra aquel que tambi%n pretenda conquistar un lugar bajo el sol. "l resto de sus compaeros se contagi de su iniciativa, y todos cargaron al mismo tiempo, impelidos con un coraje intuitivo que solo poda proceder del deseo de eliminar la amenaza que representaba el desconocido para su supervivencia.
La criatura aguard impvidamente la embestida de sus agresores y contempl como se apro!imaba aquella hilera de navajas, relucientes como centellas, en medio de la nube de polvo que ocultaba a los atacantes. (aba comprendido que presentaba una ocasin para demostrar que era capaz de sobrevivir bajo las condiciones de este mundo hostil, y su cuerpo reclamo la reserva de energa que haba asimilado hacia poco para superar este trance. "ntonces la criatura junt sus manos hasta que sus dedos se entrelazaron para #ormar un puo descomunal que empez a palpitar mientras pensaba en la identidad del objeto que deseaba invocar. )uando su mente en#oc con e!actitud la apariencia del arma que necesitaba, e!tendi el puo #rente a sus ojos, y esper unos segundos. lgo semejante a una sustancia ardiente y luminosa, empez a brotar en aquel puo. *ronto aquello empez a adquirir el aspecto de una sutil columna de luz que se #ue di#uminando hasta perder su apariencia gnea, y solidi#icndose convirti%ndose en la r%plica e!acta de una cimitarra. +ientras tanto la navaja del vagabundo que encabezaba la carga se apro!imaba todava ms, y pareci caer en picada sobre su pecho buscando ahogar el latido de su corazn, sin embargo la rapidez de su re#lejo interpuso la cimitarra en el momento preciso, y desvi la embestida de la navaja que escapo de la mano de su dueo y se precipito a tierra como una cosa inocua. "n ese instante el temor del vagabundo desarmado se hizo evidente , ya
no le caba duda de que se en#rentaba a un ser capaz de realizar obras inconcebibles para su estrecha mente de hombre cotidiano, y la #uerza de su miedo #ue tan intensa que lo mantuvo quieto en el sitio que ocupaba, pese a que otra parte de su mente le peda a gritos salir corriendo para salvar su vida, pero la criatura no le dio tiempo para dudar ms, y la cimitarra apareci ante %l como algo ne#asto que cort su vientre desnudo de un solo tajo. La visin de la sangre saliendo de la herida le sac de su absurda quietud, y cay de rodillas sobre aquella tierra enrojecida con su propia sangre. "n esa posicin el vagabundo pareca estar suplicando por su vida mientras la criatura contemplaba a su reciente victima con in#inita arrogancia, y no decida que hacer con aquel hombre humillado pues su mente era como una ruleta que haba empezado a girar velozmente. +ientras tanto su rostro permaneci ine!presivo esperando la idea que le dara una intencin a sus actos, de pronto sus ojos relucan como pequeas estrellas, y su #az cobro la vida. ,a saba qu% hacer y sonri mostrando una dentadura irregular y amarillenta. "ntonces la cimitarra volvi a la accin y se abati cual un ave de cetrera sobre el cuello del in#eliz que permaneca hincado con las manos asidas el estmago en un vano intento por contener la hemorragia. , la cabeza del vagabundo se desprendi del cuello y dio algunas vueltas en el aire antes de caer sobre el suelo como un vulgar despojo. )opiosos borbotones de sangre empezaron a manar de las arterias cercenadas tiendo de rojo el rea que rodeaba el cadver decapitado. La terrible visin de aquel cuerpo mutilado bast para contener el mpetu b%lico de los compaeros del cado, la palidez del miedo se imprimi sobre sus rostros y todos se dieron la media vuelta alejndose de aquella poderosa espada sangrante que permaneca desa#iante, de#endiendo el derecho de su dueo a dominar el terreno que estaba pisando. PRIMERA PARTE La nueva llego a odos de los urbcolas demasiado tarde para que pudieran salvarse, aquellos que tuvieron la desdicha de toparse con los hom$nculos- una horda salvaje y hambrienta que se apro!imaba, a marchas #orzadas, a la ciudad que era su re#ugio. S, realmente eran muchos y venan atrados por un vago rumor que hablaba de la aparicin de un hombre e!traordinario entre aquellos miserables sobrevivientes del diluvio. Los hom$nculos queran comprobar la e!istencia de aquel supuesto h%roe y asesinarlo para repartir su carne entre los que tuvieran la #ortuna de vencerlo. , lleg el da en el que la vanguardia de los hom$nculos divis el vetusto per#il del edi#icio que pareca custodiar la entrada "ste de aquella ciudad e!tinta. .na estruendosa ovacin celebr el avistamiento y provoc la huida de una bandada de buitres que se estaban dando un #estn con los desperdicios que se haban acumulado en las orillas del camino real. Los urbcolas que buscaban alimento en aquel sector advirtieron el peligro y corrieron hacia las bocas de los t$neles que daban acceso al interior del edi#icio, precariamente protegido por una vieja muralla disimulada entre la vegetacin. quella horda o#reci un aspecto repugnante y #eroz, se trataba de individuos semidesnudos, apenas cubiertos con breves taparrabos, y premunidos de una gama de
armas blancas y arrojadizas, que complementaban los a#ilados colmillos que ocultaban sus bocas ansiosas de probar carne humana. Los hom$nculos apresuraron su marcha y se abrieron paso a machetazos para deshacer la tupida maleza que se e!tenda como un tejido viviente alrededor de la vieja muralla que protega el edi#icio en el cual se haban re#ugiado los urbcolas. "n cuanto tuvieron una va despejada para poder maniobrar dio aviso a quienes venan en la retaguardia para que entraran en accin. "n seguida un objeto largo y puntiagudo, y cuya #orma se asemejaba al de un ariete hizo su aparicin, sin embargo aquella cosa avanzaba torpemente a trav%s del terreno, y #ue necesario azotar duramente a los cautivos encargados de moverlo, para que adquiriera el necesario impulso para batir aquella muralla. "l ariete cargo una y otra vez contra la muralla golpendola en diversos puntos hasta crear varias brechas que seran aprovechadas para invadir el predio. "ntonces los hom$nculos penetraron en tropel en la pequea e!planada que e!tenda #rente a la entrada principal, emitiendo un ruido molesto e insoportable que pretenda suscitar una oleada de pnico entre los urbcolas re#ugiados dentro del edi#icio, en ese instante aquellos seres se sintieron presos de un miedo inaudito que pareci nacer de sus propias entraas, y empezaron a correr a trav%s de los pasadizos interiores como si buscaran alejarse de un ruido tenaz y ubicuo que los persegua a donde #ueran. (ubo quienes no pudieron soportar aquel drama que se estaba viviendo dentro del edi#icio y rompieron las ventanas para aventurarse a buscar su salvacin en el e!terior, corriendo el riesgo de caer en manos de los canbales. , la gente continua saliendo en tropel a trav%s de la ventana de aquel edi#icio tugurizado que ya no era seguro, sin embargo aquellos hombres desorientados, medio enloquecidos por el ruido no eran capaces de pensar, y simplemente se esparcieron por todos los con#ines de la e!planada como una bandada de palomas asustadas. "l ruido haba daado uno de sus hemis#erios cerebrales pues no parecan tener conciencia de andar por un territorio peligroso, y pronto los machetes de los hom$nculos empezaron a diezmar a aquel rebao de in#elices. &esde el segundo piso, y protegido detrs de uno de los tantos ventanales que daban hacia la e!planada donde se desarrollaba el drama se encontraba la criatura, bajo el aspecto de un hombre muy alto, de piel atezada por e#ecto del trrido sol veraniego. "staba vestido con un sucinto taparrabos, y portaba en bandolera la vaina de una espada rabe. quel hombre se haba cansado de presenciar como aquellos hom$nculos descuartizaban a sus vctimas, y hacan acopio de aquella carne reci%n cortada como provisiones para un viaje largo, mientras arrojaban las cabezas de sus vctimas alrededor de la #uente que adornaba el centro de la e!planada. , sirviendo de #ondo a esta horrible escena, resonaba aquel ruido insidioso y sutil, que provea de nuevas vctimas a la hecatombe. "n ese instante la criatura sinti el vehemente deseo de intervenir para detener aquel carnaval de sangre, a continuacin se irgui y e!tendi sus brazos alrededor de su cuerpo #ormando una especie de aspa, y empez a girar sobre s mismo mientras pronunciaba unas palabras cabalsticas que le permitiran trasvasar la energa del entorno hacia su propio cuerpo, entonces una es#era de luz radiante se materializ
sobre su cabeza y derram un raudal de energa que impregn su cuerpo, a partir de este momento la criatura se sinti completamente vigorizada como si hubiera sido dotada de una parte del poder que posean alguno de los tantos demiurgos que deambulaban por el vasto universo. Luego su cuerpo embisti contra los cristales de la ventana haci%ndola trizas, y se lanz al vaco como si tambi%n hubiera enloquecido, pero su cuerpo no impacto en el suelo, por el contrario, y ante el asombro de sus enemigos potenciales consigui #renar la cada e!tendiendo brazos y piernas como lo hara un /uirantropo 012. +ientras tanto los depredadores intentaron impedir que la osada de aquella criatura torciera el curso de los acontecimientos, y le arrojaron decenas de jabalinas que se #ueron despedazando ante la slida pantalla de psicoenergia que protega el cuerpo de la criatura. sombrados por esta circunstancia los hom$nculos dejaron de lado sus intenciones agresivas al constatar que sus armas eran incapaces de vulnerar aquella coraza energ%tica, solo caba esperar que el agotamiento #sico que e!iga aquellas proezas terminaran minando la resistencia de aquel #ormidable escudo. Si esa ocasin se presentaba, habra que aprovecharla. , entonces la criatura toco tierra como si #uera un ngel vengador enviado por un dios ignoto, y la barrera energ%tica hizo menos opaca a la #igura que envolva, luego oscilo brevemente antes de desaparecer. La criatura desenvaino su cimitarra, se puso en guardia y avanzo repartiendo mandobles y estocadas contra los oponentes que tena a su alcance. La hoja de su espada desgarraba los pechos de sus enemigos dibujando #lores de sangre sobre el aire. *ronto su camino qued regado de hombres moribundos que geman maldiciendo la desgracia de haber en#rentado a un espadachn tan diestro, sin embargo el es#uerzo cobr su tributo y su concentracin empez a menguar, y su piel mostr algunos rasguos a los que no dio importancia, pues las cosas todava se presentaban #avorables para %l. (aba eliminado a un buen n$mero de los guerreros que custodiaban a las victimas reservadas para el descuartizamiento, permitiendo su huida, y ahora arremeta contra los capataces encargados de azotar a los cautivos que manejaban los arietes. La situacin se tornaba crtica para los incursores. "l consejo de ancianos haba decidido realizar este raid para atraer la atencin de este presunto h%roe y eliminarlo, , ahora resultaba que era mucho ms #uerte de lo que suponan, pues su mpetu le haba permitido abrirse paso hasta la retaguardia. Si consegua quebrar la $ltima lnea de#ensiva llegara a las tiendas donde se cobijaban los ancianos. s ante semejante amenaza, ellos decidieron invocar todos los poderes del cielo.
SEGUNDA PARTE "ntonces la puerta de la tienda ms grande se abri y cuatro hombrecillos entrados en aos, pero sumamente obesos, salieron al e!terior. 3ban tocados con viejas mitras doradas que se combinaban adecuadamente con las t$nicas radas que cubran sus cuerpos in#ormes y rollizos.
Si la criatura hubiera podido verlos le hubieran parecido tres gordas cucarachas huyendo de su escondrijo, pero en realidad no pretendan huir, simplemente se disponan a realizar una tarea sencilla, pero dramtica enviar un mensaje al cielo. "l #ragor de la batalla continuaba y ellos tenan que moverse con rapidez, y se distribuyeron sobre el terreno hasta #ormar la #igura de una cruz, cuyos e!tremos ocuparon, luego cada uno de ellos alzo un tubo largo y delgado, cuya #orma recordaba la silueta de un can antia%reo y lo apunto contra el sector del cielo que le corresponda seg$n su ubicacin. &e inmediato el espacio se llen de luces rutilantes que se encendan y se apagaban como tenues estrellas. )uando esto ocurra los ancianos volvan a lanzar otra andanada de proyectiles para alimentar aquel #lujo de luz que pretenda atraer la atencin de alg$n vagabundo de los cielos. , en e#ecto algo ocurri pues todos empezaron a or cada vez ms cerca un sonido potente y e!traordinario que nadie hubiera identi#icado como el zumbido de las h%lices de un aeroplano. La batalla se detuvo y todos pusieron su atencin en el cielo, vista desde abajo el #uselaje de aquella aeronave plateada se asemejaba al de una especie de ine!istente cetceo volante, empotrado entre dos planos rectangulares de id%ntica envergadura, cuyas semialas e!ternas lucan ligeramente a#lechadas, encima del plano in#erior, cerca de la unin de aquel plano con el #uselaje, se hallaban las gndolas motrices que producan aquel ruido atronador. "l gran biplano sobrevol lentamente el campo de batalla, y pareci alejarse pero invirti el rumbo y volvi a pasar como si estuviera buscando a alguien. Sentado en una cabina abierta, ubicada en el morro, se vea como un hombre rapado, de tez blanca y e!presin adusta escaneaba aquella super#icie cubierta de seres diminutos ocupados en una lucha intrascendente, a continuacin aquel individuo empez a agitar sus manos a una velocidad vertiginosa como si estuviera realizando un ejercicio de prestidigitacin, y las e!tendi hacia el vaco. Sus manos permanecieron quietas un instante, y todos vieron como una sustancia oscura como el mucilago empez a manar de sus dedos hacia el ambiente, mientras el biplano ganaba altura y pareca alejarse , aquella sustancia se #ragmento y empez a caer del cielo como una lluvia suave e inocua que roci los cuerpos de los capataces que se disponan a en#rentar a la criatura cuando el biplano irrumpi en el cielo. l cabo de unos segundos, algo haba cambiado en su interior pues se sentan di#erentes, osados y llenos de una energa primitiva e irracional que los impulsaba a combatir con vesania y brutalidad. hora que se saban poseedores de un poder del que careca el resto de sus cong%neres, aunque sus rostros permanecan completamente ine!presivos como si nada hubiera pasado. , el ms bestial de todos ellos, un individuo moreno de edad madura y aspecto desaliado solt el ltigo que usaba para castigar a los obreros indciles y avanzo resueltamente para en#rentarse a la criatura. mbos se contemplaron largamente como si midieran el valor que necesitaban para entrar en pugna. &e pronto la criatura decidi tomar la iniciativa e intento aniquilar a su rival asestndole unos mandobles que el capataz eludi hbilmente.
La criatura empez a sentir como la semilla del miedo germinaba en su interior y presinti que esta vez no saldra bien librado, entonces volvi la mirada y vio como el rostro de su antagonista enrojeca mientras sus ojos parecan dilatarse e!traordinariamente. Su instinto percibi el peligro y blandi su cimitarra para protegerse del contraataque. , este vino asumiendo la #orma de cuatro vectores tenues y ondulantes que parecieron brotar de la espalda del capataz, y se proyectaron a trav%s del aire cual brazos elsticos y #antasmales que empezaron a acosar a la criatura. La cimitarra se multiplicaba e iba de aqu para all tratando de parar aquel alud de golpes, sin embargo su es#uerzo resulto in#ructuoso, aquellos brazos eran demasiado agiles, demasiado #le!ibles para su espada. 3ntento convocar nuevamente la proteccin del campo de #uerza individual pero no #unciono. La lucha le haba agotado demasiado para hacerlo. S$bitamente la criatura se vio atrapada por una #uerza irresistible que le produjo una intensa sensacin de miedo como si temiera la ejecucin de una sentencia largamente di#erida. "ntonces aquellos tentculos invisibles #irmemente enroscada sobre cada una de sus e!tremidades empezaron a tirar de %l y la criatura contempl con espanto como su brazos y piernas se desprendan violentamente de su cuerpo en medio de una e!plosin de sangre mientras su torso se desplom pesadamente sobre aquel suelo sembrado de cadveres. La criatura grit como jams pens gritar, estaba desmembrado y ya no era capaz de luchar contra nadie, sera una presa #cil para aquellos hom$nculos que se estaban apro!imando para arrancarle el corazn. hora se senta lacerado por el palpitante dolor que emanaba de sus muones e invada lo que quedaba de su cuerpo, era como un insecto mutilado aguardando ser aplastado por la bota de su triturador, y as dar #in a su pesadilla. Los vtores de triun#o se escuchaban cada vez cerca de %l, y las grotescas sombras de aquellos seres le rodeaban ya, mientras uno de ellos pretenda alzarlo, sin embargo un ruido atronador y persistente que inund el ambiente, captur la atencin de aquellos seres. *rovena del #irmamento, y no era posible sustraerse a su in#luencia. "l gran biplano haba vuelto aparecer de nuevo, y su enorme sombra sobrevol la e!planada cual un ave siniestra, desprendiendo una serie de arte#actos, parecidos a vainas metlicas que produjeron un sonido pululante mientras caan. , aquellas cosas e!plotaron cuando tocaron el suelo esparciendo una densa columna de humo que el viento agrupo hasta #ormar una vasta nube amarilla que envolvi a todos en una l$gubre oscuridad. "n ese instante la criatura advirti que los hom$nculos empezaban a ser presa de violentas convulsiones que agitaban sus cuerpos como si #ueran orates azotados por la crisis, mientras su piel enrojeca de a pocos, y produciendo llagas indescriptibles. 4o se escuchaba ning$n alarido, tan solo una serie de jadeos entrecortados que #ueron cesando con#orme de aquellos cuerpos des#igurados empezaban a derrumbarse victimas del gas. "l instinto de supervivencia de la criatura tomo las riendas y su mente activo con premura de aquel cuerpo antes poderoso, una vacilante es#era de luz empez a #ormarse en torno al inde#enso torso de la criatura, su corazn lata con violencia dentro de su pecho pues
no estaba seguro de que aquella idea #uncionase tal como estaban las circunstancias. "ra el primero en reconocer que se hallaba demasiado d%bil y que necesitaba alguna especie de milagro que actuara a su #avor. , el milagro produjo. ntes de que su conciencia se eclipsara, sinti como una #uerza solo comparable a aquella que lo haba desmembrado se a#erraba a %l para elevarlo velozmente hacia el vientre del biplano que estaba atravesando el cielo. EPLOGO &espu%s de varios minutos de inconsciencia la criatura abri los ojos y advirti que se hallaba dentro de una capsula ovoide carente de escotillas pero cubierta de pantallas apagadas que lo rodeaban de todas partes. &e pronto aquellas pantallas de encendieron y el interior de la capsula se ilumino como una claridad semejante a la del plenilunio, y algo empez a surgir de entre aquel mosaico de pi!eles parpadeante, era el semblante de un hombre maduro de tez plida, completamente calvo y de e!presin adusta que haba clavado su torva mirada en %l como si deseara ablandar su posible resistencia, entonces la criatura advirti como aquellos poderosos vectores, cuya #uerza conoca surgan repentinamente de aquella imagen y se abalanzaron sobre %l. Los vectores atravesaron con horripilante #acilidad los tejidos y rganos internos de la criatura hasta llegar al sitio donde se alojaba el corazn, entonces aquellos tentculos se enroscaron en torno al musculo palpitante y tiraron bruscamente hasta arrancarlo de su lugar. 5usto en ese momento la escasa energa que sustentaba lo que quedaba de su cuerpo dejo de #luir, y la criatura e!piro, aparentemente. *ero el demiurgo saba que la esencia vital de su criatura permaneca encerrada dentro del corazn que haba arrancado y apel a su poder psicocinetico para reducirlo a jirones, entonces una es#era blanquecina surgi de entre aquellos #ragmentos desmenuzados y se elev como un pequeo globo buscando escapar del acceso del demiurgo, sin embargo no haba lugar adonde ir el interior del biplano era un mundo cerrado, sin aberturas visibles pero tal vez si consegua penetrar en la cabina e invada el cuerpo de uno de los pilotos, tendra una oportunidad de escapar arrojndose en paracadas, sin embargo no tuvo tiempo de hacer lo planeado, pues uno de los vectores de demiurgo consigui a#errar su pequeo cuerpo globular, justo en el tiempo que tardo en pensar lo que hara para salir del trance en el que se hallaba. "staba atrapado, preso de una #uerza capaz de reducirlo a simples tomos, o de volverlo a instalar en un cuerpo semejante al que haba abandonado, y lo peor de todo era que ignoraba lo que el demiurgo hara con %l. "ch un vistazo hacia la pantalla y vio la imagen de un hombre ine!presivo ocupado en la tares de vigilarlo, mientras manipulaba una serie de teclas. "n seguida una estructura rectangular brot lentamente del suelo convocado por aquella combinacin de guarismos, en medio de aquella estructura revestida de
lustrosas placas oscuras se poda ver una especie de agujero que pareca lleno de una sustancia densa y viscosa. "l demiurgo emergi de la pantalla y se materializo junto a la e!traa estructura, luego sin pensarlo demasiado arrojo la esencia vital de su criatura dentro de aquel agujero , la es#era se hundi en medio de aquella oscuridad liquida, su cada era lenta, pero ine!orable, su destino incierto porque ignoraba adonde poda conducirle aquel viaje a trav%s de aquel puente dimensional. 4o saba si hallara el alivio en medio de la quietud pero esa podra ser la bendicin despu%s de la agona del dolor. Sigui hundi%ndose y distingui algunas #ormas breves y rutilantes empezaron a aparecer debajo de %l, se trataba de pequeas plata#ormas metlicas que parecan deslizarse como peces en medio de un mar muerto. "ntonces sintiese bruscamente atrado hacia una de ellas, suavemente se pos sobre aquella super#icie metlica y percibi que ya no era un cuerpo e!trao colocado sobre una cosa desconocida. "n ese momento supo que la plata#orma poda trans#erirlo a otra parte del cosmos donde tal vez aquel demiurgo no tuviera poder alguno. "staba con#iado de iniciar aquel viaje entre dimensiones, y no temi lo que le pasara cuando su ser empez a e!pandirse hasta abarcar todo el espacio, percibi el leve atisbo de otro planeta apro!imndose.
012. /uirntropo- es un neologismo, inventado por 6elltom +c3ntire, sacado de un bolsilibro de dicho autor y que alude a una criatura hibrida, #ruto del cruce entre genes humanos y genes de murci%lago. FIN