0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos) 206 vistas13 páginasAlejo, M (2011) Violencia Emocional en La Pareja en La Pareja en Conflicto
Clínica psicoanálitica de parejas
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido,
reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF o lee en línea desde Scribd
Miguel Alejo Spivacow
Prologo de René Kaés *
‘la narela
en conflicto
ie pstcaanaitionsCapitulo 10
Violencia emocional en la pareja
La violencia emocional o fisica entre partenaires i
motivo de consulta cada vez mas frecuente en epdiy ds pane,
en parte en consonancia con el crecimiento de !a violencia en la
sociedad contempordnea y en parte porque aparece a la vista lo
que antes era menos evidente. Sin duda, las diferentes formas de
violencia conyugal y doméstica preocupan cada vez mds a las au-
toridades de salud en todo el mundo.
Ahora bien, violencias en la pareja hay de muy distinto tipo
—emocionales, fisicas, unilaterales, bilaterales- y configuran si-
tuaciones clinicas muy diferentes. Eso si, todas comparten la ca-
racteristica de constituir un ejercicio de poder sobre un prdjimo.
al que se intenta anlar como interlocutor aut6nomo y ubicarlo
en una situacién de dominacién y minusvalfa.
En las paginas que siguen s¢ tratan cuestiones referidas a las
situaciones de violencia exclusivamente emocional, es decir,
aquellas que no salen del terreno psiquico. Cuando hay daiios
corporales, se plantean problemas de otra indale, de los que este
texto no se ocupa.178 LA PAREJA EN CONFLICTO.
Ricardo y Greta consultan por discustones neuy violentas, FI
violencia que entre ellos se juega puede upreciarse en los sdouion tipo d,
Les fra
8:
mentos de didlogo:
Ricardo: Pero escuchdme Una cosa... gn0 qiertas tener una vid,
casetera? Bueno, (dice mirando al terapeuta) ahora que Ia eas
andi a buscar la pelicula, te digo. ‘Abora no puedo”, me sansa
Pero... la puta que te parid. O sea, es al pedo tanta discusién de gue...
os, nos peleamos, nos peleamos. Abora, como no —
mal porque no sé cudnto va a durar esto.
mil, seb?
porque nos peleam
peleamos, aborn estoy
Greta: Yo no dije que estaba
Ricardo: sEh?
Greta: Yo no dije que estaba mal; no to dije, y no estoy mal, estoy
bien.
Greta: Yo me siento mis décil que vos. Yo no sé como decirte a vos
“bajd acd”.
tira. Estds incurriendo en
Ricardo: Es una mentira. Eso es una men
una mentira. Porque, en este momento...
Greta: sCudndo yo te pude bajar, Ricardo?
Ricardo: Cuando quisiste.
Greta: gCudndo?
Ricardo: Bueno, zcudntas veces yo te dije: “Tommitelas de casa ya,
porgue sino me voy yo”? Y vos contestaste: “No, no, yo 0 mee voy um
carajo porque vos...”.
Greta: Una vez, solo una vez.
Ricardo: Bueno, sviste que podés? gViste que podés? En algiin
punto podés, Viste, ab... Incheso te digo muis, Te cuesta mucho mas
parar a vos que a mi. Yo ya estoy bajando en silencio. Cuando yo no te
contesto algo, empezds a confeturar y no pards mis. Vos te armas und
Golo de palabras... ;Tuc, tuc, tuc! ;Bastal Paremos acd. Yo ya
ew ee 21628 ay al eS
se aguanta. Entonces, mili sean “oP lay sube Ia presitn,
eds y no pards, ya no ‘sé como dese a sabés como pararme. Arran-
lo. ;Basta! No se puede discuttr toVIOLENCIA EMOCIONAL EN LA PAREJA 79
jomo toda la noche... No nos vanios a entender. Dejemos que corra
mis
A seats Yo no sé por qué no se puede hablar...
jreta:
Ricardo (dirigi¢ndose al terapeuta): bUsted entiende? aN sea
yede explicar usted?
fr Greta: Pard, yo no soy tonta. Sos vos el que se pone a insular.
Ricardo: No bay caso, no va a parar...
Greta: Yo no tengo por qué parar, yo no Soy violenta como vos...
Segin el tipo de violencia, los modos de abordar la proble-
mitica son diferentes en la clinica. El hecho de que Ricardo y
Greta nunca hayan traspasado el Ifmite de la agresién verbal
permite mantenerse dentro de un enfoque dirigido al conoci-
miento de los funcionamientos psiquicos de ambos. Por el con-
trario, cuando se llega al ataque fisico, es perentorio evaluar la
pertinencia de abordajes que incluyan intervenciones directivas
ode otra indole dirigidas a evitar de manera Prioritaria la vio-
lencia material.
La estrategia depende, como siempre, de cuestiones singula-
tes; €s caso por caso. Cuando la violencia es solo verbal, el trabajo
clfnico oscila entre intentar disminuir el nivel di
le destructividad,
que es lo inmediatamente urgente,
y analizar los dinamismos que
generan la violencia. El terapeuta pendula entre focalizarse en
una y otra alternativa, pero, con frecuencia, disminuit la violencia
es un prerrequisito para trabajar en otros niveles, Se constituye
as{ una situacién clinica en la que la teorizacién flotante que de~
beria caracterizar el trabajo del analista esta muy amenazada,
cuando no colapsada, por la atencién de Jo urgente.
MODOS DE PRESENTACION
Una primera Caracteristica a sefialar en este tipo de situacio-
Res clinicas eg que ambos miembros suelen desmentir la propia
Violencia y simulténeamente denunciar la del partenaire. En el
BMento transcripto, si bien es obvio lo mucho que desmiente180 LA PAREJA EN CONFLICTO
Ricardo, debe considerarse que también Greta, cuandé dice: “yp,
estoy bien”, esta desminuendo que ella no esta bien, yah misty
tiempo esta utilizando la desmentida para ubicarse enagn lager
de superioridad respecto de Ricardo. Es cierto que cllq esta, en
parte, en un lugar de superioridad ya que es mucho snés dusiia
del control de si, pero usa esta capacidad para prowocar a %
Ricardo. Usa la tranquilidad para vencer Ja fuerza bruta, no la
usa para e] entendimiento reciproco y una paz sin vencedores ni
: q
:
3
vencidos.
eer
Es frecuente que las batallas verbales en sesidn, en un figncio-
namiento tipo alud, salten de un tema a otro: se empieza per la
ida al cine, se pasa a algo de un hijo, etcérera. Este recomrido
puede ser minucioso y detallista o bien desordenado, peropsea
como sea, a poco de comenzar ya nadie sabe qué se discute,y ef
analista tiene delante de si una suerte de catarata confusional en
la que lo tinico claro es el objetivo de destruir al interlocutor. En
algunos casos, los menos, esto obedece a Ja libertad asociativa
con la que Jos pacientes hablan (0 evacuan) y permite formarse
una idea de lo Jatente. En otros casos, los mds habituales, se vrata
de técnicas preconscientes estereotipadas y previsibles en las ye
se pasa vertiginosamente de un tema al otro para aplastar al en
migo utilizando un discurso que enumera un delito tras otro dA
partenaire, En estos tiltimos casos, la confusion puede penetrar,
también en la mente del analista, quien corre el peligro de ter
minar confundido, harto y, finalmente, desconectandose.
verbal” en el que cada uno se permite a si mismo decir cualquier 4
cosa. Las palabras y la Jégica dejan de tener vigencia. El que dijo &
hace cinco minutos que hoy es martes, afirma, sin ningun pudor a
que hoy es miércoles. En términos matemiticos, podria formali-
zarse este funcionamiento arbitrario con esta formula: “Dos mas
dos es cinco porque cuatro mas cuatro és veinte”. La discusién,
cuando la intervencién del analista no produce efectos, suele
agotarse ent Ja rivalidad especular narcisista y acabar mds por fa-VIQUENCIA EMOCIONAL EN LA PAREJA 181
tiga que por otra razén. Esto es lo que ocurre en el didlogo
transcripto entre Greta y Ricardo; e
n el cual puede observarse
como opera la degradacién de la légica y de la palabra: en los
millones de peleas que han tenido, Greta pudo pararlo apenas
aps vez a Ricardo pero, para él, esto alcanza para demostrar la
igualdad de ambos en este terreno.
Cuando un clima asi se instala en sesién, el
operante. El analista trabaja con la palabra,
de este instrumento es una alarma roja en €
la palabra no tiene valor, no hay andlisis
zonte amenaza la violencia fisica. El terap
as{mismo como un guardian de la
intercambio.
andlisis resulta in-
y toda desvirtuacién
| trabajo analitico. $i
posible, y en el hori-
euta debe considerarse
palabra como herramienta de
Muchas veces yo, en tono de Jjoda, be dije “te voy a grabar’
bice, ni lo voy a hacer, porque el dia que grabe es para separarnos. Pero,
me decia a mi mismo, “esto es enloquecedor, Me acabds de
decir blanco,
yabora decis negro”. “No, no, no”. “Me acabds de decir blanco”. “No,
10, mo”. “Me acabis de decir blanco. Si quisiste decir negro, te creo, pero
Atiste blanco, Y abora ame estds diciendo negro”. Entonces yo tomo el
blanco y después me encuentro con negro... seme hace dificil.
”. Jamis lo
Cuando la dinémica de la discusién adopta este sesgo de este-
rilizacién de la Palabra, suele coincidir con un proceso de depo-
Sitacidn de todo lo malo en el otro. El partengire pasa a ser un
acho de residuos al que se arroja toda la basura.
Mucho de lo que se dice son respuestas a ataques que suce-
ieron en el pasado lejano, pero vuelven a la memoria en el mo-
Mento de la pelea y se superponen a la realidad actual en una
Suerte de actualizacién/alucinacién. La interaccion se transforma
fn una devolucién de agravios que se reactualizan. En estos
casos, si escuchan al analista, y este tiene los elementos para oe
cetlo, conviene ubicar las palabras actuales en el tiempo pasate
ue las explica, ¥ también agregar que la discusidn actual es u :
sjemplificacién de cémo todo lo que se va, vuelve, y que, po!EIA EN CONFUCTO
182 PA EARER
tandonos, convendria bajar el tono de voz ya que las
adelan' oe 4
end las causas de la devoluci6n de majiana,
agresiones de hoy seran
Las peleas suelen adquirir una dindmica en . = . imposi-
ble poner un punto de terminacion. Ninguno de os dos puede F:
realizar un corte. Este dinamismo se rraslada a Ja sesion en discu-
siones interminables en las cuales se despliegan todos los meca-
nismos posibles: magnificaciones, desptazamnientos, =e
nes, deducciones arbitrarias, personalizaciones, generalizactones, -
etcétera.
Ricardo: Yo no estoy diciendo que sos una mina que agarra wi aK
cbillo y me corre por toda la casa. Digo que arnancas y ra paris.) ee! 4
be dicho un montin de veces. Mitchas veces tive que decirte: “Poa! 4
jPard! ;Pard!”. Hace media hora que estamos bablanda de ig
nos ponemos de acuerdo, Hace diez minutos estabameos en veinte decibe-
les, abora estamos en sesenta decibeles, no hace fulta, rompés los ‘ipa
nos. No nos vamos a entender. Paremios, que corm un poco de aire, que
bajen los calores, sigamos disctttiendo 0 no, seguimios nranana. Me da la
sensacton de que en este punto no... no sabes como es. Buena, yo tamt-
poco sé como explicarselo,
Yo tengo mucho laburo personal, mediante aitos de tenepia min, y n0
$6 como... A ver... yo creo que la... a ver... gute la experiencia es n-
transferible, ta sabiduria que esta en un libro se queda en tn libro, en-
tonces, no sé como pasdrsela a ella, dirsela a ella. ¥ en nu momento de
calentura, menos, pero mucho menos. Entonces, a; igo: “Bueno, es ef mo-
mento de parar”. Tal vez no sea la mejor determinacion, pero entre ta-
arte a trompadas y no cagarte a trompadas, es no cagarte n tromipi-
= O sea, bay gue parar. No discutamos si peronistas, radicnles, River,
OCR...
Greta: Yo no sé cud es el riesgo que él ve en cierto tipo de charles. O
Sed, Yo te siento qe...
Ricardo: ;La degradacién, gorda!
; Greta: Pari. Ya no siento tanto peligro en eso. Yo, bor ejemplo, no
sé... En plan de discusién, no Soy une persona gue insu, 1 ,
sana que grite. O sea, es una discusion..,
dre, ni una per-VIOLENCIA EMOCIONAL EN LA PAREJA 183
Rianlo: Pore, agregarle eslabones a la cadena,
ax pale. =
“ieota: Lo no tengo da sensacion de que tengi
@ que parar porgue si no
ove wunstornvo en Elulk y rompo todo, No soy de este registra,
indefinidamente, no
Lasisvasiin siento asd, sin parar, durante un largo rato de sesién.
\a inposibilidad de cealizar un corte es un indicadar, en se-
sid, del tipo de hincionamiento que subtiende la pelea. Lo mas
habitual es que hincionamientos omnipotentes primitivos sean la
oawa de la imposibilidad de poner un tope a una interaccién en
aque se inegan vulnerabilidades narcisisticas, No se puede acep-
tae que el otto es otvo y Que, aunque esté equivocadisimo, piensa
v hace diterente, y no existe la posibilidad de que cambie de idea
ode condueta, La imposibilidad de “cortarla” en el enfrenta-
twento corresponde a una imposibilidad de aceptat un limite,
una imposibilidad de Aceptar una suerte de impotencia.
terencia a esto, Ricardo se autorreproch:
ole” a Greta como son las cosas.
muchas cuestiones en jue;
Con re-
4 no saber cémo “expli-
Independientemente de las
80, Ricardo no entiende que a un otro
hase le puede explicar
lo que no tiene disposicién para enten-
der: Ia tunica Tespuest
t posible es aceptar un limite, entender uno
Que no hay interlocutor,
LOS DINAMISMOS LATENTES
Los contenidos m
anifiestos y latentes en las situaciones de
Violencia emocianal
son infinitos, La idea fundamental para el
Wordaje es Que solo cierta disminucién de Ja violencia va a per-
Tr trabajar con Ja pareja sobre Jo que en el contenido se juega,
Dero que posiblemente, ya pesar de lo declarado por Jos pacien-
®S, peobablemente haya en Ia violencia que se despliega, un
8oce mortifero al cual ambos tienen dificultad de renunciar.
Los dinamismos que subyacen con mds frecuencia constitu-rt
184 LA PAREJA EN COINEE Le tht
neionarmionten Wlaitilee ony ain
iladl. Neo ie separ tot ayite livia mie the
In estera de la propia omnipoteneld ys Mu) habituadnwane . tle
jeto yiolento se stente dyer det parteradre, Hoonnee in a aN
siente duenio del cuerpe de la madre, Oe deecliontes tains
es un déficit en los controles yereun cont ta center ulente ri
yen alguna gama de ful
omnipotencit y poses
sividad.
la conducta violenta es in Areedenacietty que
cos. Ban algunas che eaten pre jtay lin ces.
a fesernnpreraacisn
En ocasiones,
inamismos psicouy
Ja violencia en Un alo, Hevea |
rernacion paapitalried
oculta d
aparicion de
psicorica del otro, conn
ee hace evetonte bt parti=
ue al analista se t
que son muchos,
trtos sadarmaseeytatitt
ser canteen y evdtat
[a intervencion
‘ynitt-
En los casos en los q
acion de funcionamie
a intervericlon debe
nalinentes
rerreron ale raza”,
ccalw oft eb hegar
ys donde no
cip
Ja construccion de |
tomar partido por une otra, Colo?
debe transmitic algo asi: “Los dos son gt
guno retrocede”, De otra miner, el terapeuta qv
ingenuo y equivocado de sedalay vicramas yi vite (qari
Jos hay. Las alianzas inconscie farbitnalinente
de modo de dejar afuera de la coneienent eleseanargenq lists
Debe tenerse en cnenta que, en miyehon cane jad de
Jos funcionamientos sadomasaquistas es E}Or waaliz
positivos individuales; en esta raciones, eo ef dixpositive
cular podemos muy bien conformarnos con ubicat of problema y
preparar el terreno para un tratmitiento en otro igposttive-
ntes se eel ttle quran
{ yace st
vs la antirnic
ada on tis
vin-
Hiagnosticoy fundamen!
ala irnercteterta”
via depen le
ox, is
En mi experiencia, hay siempre dos «
ie en Un primer diagnostico se relieve
acl Tein y ie a deseribir edie In violeneta ©
allé de la a sds de roparticie, entre los partenal?
sHetlitia. #: viceiinarie U srmpetivle, que habetualimente
méviles del aolest.o i" segundo diagnostien se re re
aquellos sujetos c Jos violentas. Hay que distingttt
uyo mévil primario ey anular al otro. porque €
es de
4 tos
entre
eltVIOLENCIA EMOCIONAL EN LA PAREA tas
{ct de anularlo encuentran un goce Perverso, y
at | primarin es rescatarse a si mismos de una situacion trau-
wai ant un
mitica, yeneraltnente de inferioridad, sometimiento o minusva-
fu. Kate tiltitno tipo de personas pueden llegar al
pata romper sus cadenas, y el resultado final, entor
unitener una gran dosis de destructividad
primatios no sean destructivos.
finde muchos frutos en la clinic:
aquellos cuys
dato tisies
Nees, puede
Pese a que los muviles
‘Tener en cuenta esta diferencia
LAINTERVENCION DEL ANALISTA
Jan miembros de la
tolencra que estan proj
chas de estas situacion
Pareja suelen no tener un registro de la
tagonizando, Un primer trab;
eS consiste e
mento despiadado que esta sucedier
a} msing tiempo que transmiurles firmemente la idea de que
uta diseusiém puede ser muy enriquecedora si es bien levada. La
‘la intervencion del analista describiendo lo que sucede, cuando
£8 prrible dec
ajo en mus
n describirles el entrenta-
ndo y que ellos desmienten,
Os © encubiertos de violencia,
la violencia ajena Pero no la
ara evidenciar un juego en el
elitos, victimas de una guerra en
Una guerra se hace entre dos; con
4 para que en una pareja no haya
sobrevenir algo tal vez mis dolo-
sthalindo que los partenaires ven
Propia. La deseripcion debe apunt
46 arnhos Proponen ser ang
deme Ya culpa la tiene el otro,
4 sla abstencion de uno bast
aunque, eso si, puede
TRG, Como es la separacion.
Py analista debe tener presente que en la clinica de los vincu~
8 HO existe un Metro “patr6n” para medir violencias, y que mu-
Chas veces Jog que aprietan el gatillo son “mosquitas muertas”
Me tienen fy especial habilidad de golpear al partenaire en su
talén de Aquiles con aires de “yo no hice nada”.186 LA PAREJA EN CONFLICTO
no conviene referirse a nada de lo
a cuenta que sucedié en Ja casa o en la vida tittocoraan h
re uno de los partenaires impugna las i to.
manera de saber fehacientemente qué won
Jes como se estan peleando aqui y alkiraen
activa y esterilizante. Esto es lo que
sirve para trabajar como son Y como funcionan, ya que si el ana.
lista se refiere en SU jntervencién a sucesos que no presencié
queda enun mal lugar para defenderse de las impugnaciones que
seguramenté sobrevendran. Para jlustrar lo dicho sirve el primer
fragmento de dialogo transcripto entre Ricardo y Greta. Ella
acusa de cosas que sucedieron de una mancra imposible de saber
para el analista; lo que si este puede saber es que en este mo-
mento, delante suyo, Ricardo funciona como una motosierra de
palabras y no puede parar, 0 Sed, que hace Jo que denuncia én
Greta, E] terapeuta debe tomar este aqui y ahora, Y describirselo
a Ricardo. Un agregado que con otro paciente puede parecer
obvio, pero que con Ricardo puede constituir una interven
cidn
desafortunada seria sefalarle que lo que denuncia en G
En la jntervenciOn,
pare} :
rio, ya que siemp!
del otro y no hay
Lo ideal es mostrar
sesion, de qué manera destre
eta es tl
vez una proyeccién. Una intervencion de este tenoh en este m0
mento, puede reciclar la violencia, dada la imposibilidad sexe
troyeccién de Ricardo. El terapeuta debe contentarse con descti-
bir lo que esté ante sus ojos. “Tal vex Greta funcione en =
como dice Ricardo, tal vez no. Ella puede muy bien funcion!
ent a ferapeuts debe hablar, en estos casos, Yinicamente
materialmente percibiendo-
wisn ci 0 i cand tn
bos miembros ten, FERED: entendiendo por simew? a 08
Si aé-deanbos oo un nivel equivalente de desempenio® ies 0
Yoico, se plantean © en situaciones de derrumbe 0 des” aa
clinica de estas ne ca especificos (SpivacoW; 2005b)-
tenaire que en oe leméticas es siempre compleja porque un 1
modo de los momento entra en un verdadero #© ei
después puede aw imnicott (1960) deseribi6 ee
eapatécer een ) lescribio, muy POC?
0 un abierto provocador-WIOLENCIA EMOCIONAL EN LA PAREJA 197
En las ocasiones en que una sesion resulté absolutamente es~
téril por la violencia estereotipada y Tepetitiva, un recurso téc-
nico que se puede intentar es, en la préxima sesion, anticipén-
dose a todo y antes de que ninguno de ellos traiga algtin tema,
decirles algo asi: “Miren... la vez pasada no pude decir nada por-
que no me dejaron. Creo que lo que ocurrié fue exactamente lo
que los trae a tratamiento y me piden ayuda para cambiar...
Seria interesante ver si hoy podemos retomar algo y hablarlo de
otra manera. No sé si estan en condiciones...”, Es decir, adelan-
tarse a los desbordes emocionales que luego anulan sus capacida-
des reflexivas, y ver si pueden escuchar, pensar, retomar algo de
lo sucedido en la sesion anterior.
Cuando Ja sesién se empantana en interacciones repetitivas,
algunos colegas, con éxito, interrumpen la sesidn. Este tipo de re-
curso puede verse como un modo de llevar a cabo lo que a los pa-
ientes se les propone: “saber cortarla”. Sea cual fuere la interven-
cién del analista, el manejo clinico de las sesiones con violencia
emocional requiere de este un control de las propias reacciones
de enojo, fatiga, aburrimiento, esterilidad, desasosiego, etcétera.
Muchas intervenciones clinicas que resultan desafortunadas se
Originan, como dirfa Freud, en que el terapeuta no puede “sofre-
nar la contratransferencia” y prevalecen emociones personales
sobre los requerimientos profesionales. La violencia desplegada
desborda al terapeuta y este no tiene la paciencia adecuada.
Por iltimo, es vilido recordar que cuando una discusién ter-
mina en alguna forma de sometimiento, la paz que se alcanza es
una paz “minada”, y en cualquier momento estallara la bomba de
empo que el sometimiento activa. Sin embargo, en este tipo de
Pareja, la terminacién de una discusién suele ser la que se pudo
efectivizar y, aunque no es “perfecta”, hay que jerarquizar en la
itervenci6n el valor de poder “cortarla”.
wae188 LA PAREJA EN COMI LIE ics
La violencia emocional plantea co ha situacion smalition md.
namismo de lucha por el poder que se Opone a la posthilidad de
asociue libremente y pensir entre varios, Bneel trabajar clinics
esti colapsados varios de los objetives que carmelerizan el tra-
bajo anulitica. No hay Inisquedat dhe seagdie en ningun de los
» que se Mmanejan con MeEnurds, técnicas de anuta-
mienta del otro y de “hieerle hacer”. Se confignnauna suerte de
emergencia en la que el abjetive casi el desalto- del terapenta
es volvera condiciones mifuinns de trabajo analitice, cos que ne
sos, vale la alirmacion ya citada de
yiifisis pero quien
partenaires
sierupre se puede. Kn estos
Winnicott de que bay casas que ne sou psicai
mejor puede hacerlas es un psicomnalinta.
Paralraseando a Lacan, podriamos devir que el analista 10
debe retroceder ante la viele unque con elfa, came cou la
psicosis, el dxito suele sernos
lentos en los vineulos establ aeralgauy en funcioramientos ps
quicos primitivos y en aliunvas inconscientes Ny iliciles de
modilicar, Los pacientes suclen consultar porque “gsi no st
puede seguir” pero les r ssulta diffeil vivir de otra manera. Enm
experiencia, los mejores resultados en cuanto a ta thsininnedén de
la violencia se aleanzaron en los casos en que pudieron imple-
mentarse tratamientos individuales en paralelo con el trata
miento de pareja.
vo. Los fancionarnentos vin-
¢
También podría gustarte
PELICULAS
Aún no hay calificaciones
PELICULAS
24 páginas
Divan PDF
Aún no hay calificaciones
Divan PDF
7 páginas