Idea de La Política
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SUMARIO
l. Planteamiento.. .. .. .. .. 4
1. Dos imágenes 4
2. Los conceptos centrales 5
V~ La unidad política .. .. .. .. .. 34
1ra. edición en RevlSta:de la Facultad de Derecho (Caracas) N° 36,1967.
VI. Modalfdades de los fenómenos constftutivos....d.ua realidad política 35
2da. 'edición enla colección "Cuadernos del Instituto de Estudios Políticos",
Caracas, 1968, No'13. '. l. Fenómenos políticos y politizados .. 35
3ra. edición en Su Idea de la politica y otros escritos 2. Formas y actos .. .'. .. .. 39
(Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1983)
3. Realidad efectiva y realidad posible .. 39
ISBN 980-07-1711-0
ISSN 1315-2785
1:
IDEA DE LA POLITICA 5
discernidora del orden justo yola que ha de subordinarse la poder que impone las leyes, con independencia de que éstas se
voluntad. Qdecúen o no a la jUShClO, de modo que la unidad del Estado'
También aquí se trata de dos concepciones límites que en (regnum) es ante todo un resultado de la unidad de poder.
el despliegue de las ideas y de las creencias políticas no siempre Merece la pena hacer una alusión al punto de vista islámico,
se dan ni en toda su pureza ni sin contradicciones internas, sino según el cual el estado natural del hombre es la libertad, pero
I frecuentemente armonizadas en síntesis o distendidas en corn- como el hombre es enemigo del hombre, la libertad ilimitada le
I • plejas relaciones dialécticas. Lo normal es, incluso, que la conduciría a la autodestrucción, razón por la cual ha de ser li-
I ( mayoría de las teorías tiendan a integrar los sejs momentos a mitada por el derecho. El derecho, sin embargo, es una palabra l\
que hemos aludido (paz-lucha; justicia-poder; razón-voluntad), de vacía si no tiene quien lo sostenga y defienda, y, así, Dios lo ha
modo que la diferencia está en la acentuación o en el orden jerár- perfeccionado estableciendo al Califa y mandando que se obe-
quico en que se encuentran los dos juegos de momentos dentro dezcan sus preceptos. Las mismas ideas básicas son mantenidas
de un sistema. Con esta aclaración, podemos afirmar que cabe en el mundo cristiano por el emperador Federico II: si el hombre
ver a través del desarrollo entero de la historio de las doctrinas desplegara sin límites su libertad natural el género humano se
políticas una oposición entre ambas concepciones respecto a la destruiría a sí mismo,' anulando de este modo la obra de la
naturaleza de la política. Creación y, para evitarlo, la Justicia, irradiando de los cielos, ha
instituido los príncipes a fin de que mantengan la libertad na-
II. BREVEESQUEMAHISTORICO tural dentro del derecho, y el hombre cumpla el destino para el
que fue creado.
En el mundo antiguo, la doctrina de que la política gira en Podemos afirmar a grandes rasgos que desde el Renacimien-
torno al poder, a la lucha yola voluntad, fue sostenida por los to hcstc fines del siglo XVII predominó la idea de que la política
sofistas, por Tucídides y por Políbío, a los que se opone la tesis es poder, lucha y voluntad. Tal es el criterio de MAQUIAVELO y de
contraria mantenida por la línea Sócrates, Platon, Aristóteles y la doctrina de la "razón de Estado", derivada de ella, y tal es
Cicerón. La Edad Media, que se inicia con la pregunta de~ también la tesis, au~que basada en otros supuestos, de HOBIlES,
Asustín: "¿qué son los reinos cuando de ellos está ausente la para quien la sumisión absoluta al poder del Estado es condición 1\ ,ry¡¡
justicia, sino magna latrocinio?", concibe el orden político como de paz y para quien la ley no es ratio sino mandato y voluntad. I VJ
, un régimen de paz y de justicia, entendiendo que no puede haber En cambio, a partir de la última etapa del siglo XVII comienza
verdadera paz, es decir, concordia, si no está asentada sobre la a dominar la idea de que hay un orden o armonía natural de
justicia, que se convierte así en fundamento de los reinos. Pero las cosas, no creado por la voluntad del hombre, sino descubierto
tampoco falta una tendencia al servicio ideológico de la~a, por la reflexión rocíonol. de modo que la misión de la política
que mantiene que la sociedad política se sustenta sobre la violen- consiste en la adaptación de la convivencia a ese orden ncturcl,
vencia y expresión de la justicia absoluta, fue una respuesta al . críticas en las que se pretende poner al desnudo o desenmascarar
dinamismo introducido en la vida política griega por el paso de la las apariencias de las cosas. Pero una vez puestas las cosas en
Jj
constitución aristocrática a la oliqórquicc y de ésta a la demo- claro, puede servir tanto a una tendencia conservadora como a
crática, con el consiguiente desplazamiento de los estratos aris- una tendencia revolucionaria. Es más, cada doctrina suele trans-
tocráticos tradicionales, y significó el intento de volver a la cons- formarse dialécticamente cuando pasa de la etapa de la oposición
titución primitiva. Las tesis medievales de San Agustín, Santo _ ~( (en la que desenmascara las cosas), a la del ejercicio del poder
Tomás y Dante, estuvieron también orientadas por el intento de
encontrar un orden firme ante las turbulencias del tiempo. Así, 1,~ (en las que las oculta con un ropaje ideológico)¡ por lo demás,
cada una de ellas, al tiempo que contiene la negación de un pre-
ante la catástrofe del Imperio Romano, San Agustín postula el sente, contiene la afirmación de un futuro, y, entonces, una vez
abandono de los valores en que aquél se sustentaba, para idear negado el pasado por su destrucción, la doctrina desarrolla sus
una nueva sociedad basada sobre los sólidos fundamentos del gé'rmenes o posibilidades afirmativas o conservadoras, aunque
cristianismo y, por tanto, sobre la paz y la justicia¡ su doctrina ese presente alumbrado por la ocupación del poder no se corres-
es, pues, revolucionaria frente al Imperio, pero al mismo tiempo panda en todos sus términos con ,..el esquema originario. Pero, 1)
pretende dar una firme base a la convivencia en el futuro y, en en todo caso, hay una cierta unanimidad en las épocas críticas,
efecto, su doctrina, o, para ser más precisos, una simplificación de al menos por las tendencia extremas en pugna, en concebir a la
la misma, constituye la ideología de la Alta Edad Media. Santo política en términos de lucha, poder y voluntad.
Tomás trata de encontrar un orden político adecuado al gran
giro histórico que tiene lugar en el siglo XIII con el paso de la
III. IDEASCONTEMPORANEAS
SOBREEL CONCEPTODE POLITICA
Alta a la Baja Edad Media y, por consiguiente, desarrolla una
doctrina destinada a inspirar la época futura. La tesis de Dante
Dentro de la literatura política del presente siglo se han des-
es la voz angustiada ante las guerras en que se desangraba el
arrollado también las dos imágenes de la política a que nos ve-
cuerpo de la cristiandad y, en este caso, su doctrina, en la me-
nimos refiriendo. La presencia de la imagen de la política cen-
dida que se elabora para justificar el Imperio universal, tiene un
trada en la lucha, el poder y la voluntad es coherente con el ca-
carácter más bien anacrónico y nostálgico. El pensamiento ini-
rácter crítico de nuestra época que, desde la perspectiva de la rea-
ciado a fines del siglo XVII responde a las necesidades de una
lidad política, se manifiesta capitalmente en lo siguiente: a) des- \ \
burguesía que, frente a la arbitrariedad absolutista, busca la se-
acuerdo radical sobre los valores hacia los que debe tender la \
guridad necesaria para su despliegue vital, a la que encuentra
actividad política, lo que hace imposible encontrar una base para
en la doctrina del derecho natural. Es verdad que esta burguesía
la concordia¡ b) la disolución del orden del período de 1870-1914
se vio obligada -en parte por la resistencia absolutista y en parte
en relaciones de conflicto y de lucha desde el seno de cada Estado
por el impulso de sus capas más radicales- a postular y a hacer
la revolución y, por tanto, a disolver la política en relaciones de hasta el conjunto del planeta¡ c) la expansión de ciertas ídeolo- \ \
poder. Pero inmediatamente después de su victoria asumió la gías que, por opuestas que pudieran ser entre sí, coincidían en la J
cctítud conservadora por entender que el orden político se sus- visión de la historia como lucha. Tales características que se des-
tentaba ya sobre bases firmes y definitivas. En resumidas cuen- arrollan en el período de 1914-1945 continúan estando presentes,
tcs, lo único que cabe afirmar es que ambas concepciones han si bien han sufrido un desplazamiento, es decir, gobiernan las
tenido distinta función según la situación histórica y la estructura relaciones del llamado mundo occidental con el mundo comunista
a kt que se articulan. y se hacen presentes también en los países subdesarrollados o
en tránsito al desarrollo, mientras que en cambio en el seno de
En principio, pero nada más que en principio, la idea de la ) \
los países europeos rige una tendencia hacia el entendimiento Y
política centrada en torno al poder yola lucha es propia de épocas I
IDEA DE LA POLITICA 11
10 M. GARCIA-PELA YO
nomía, etc.. dejan de obedecer a sus propias leyes para seguir devenir y la contradicción. De las leyes dialécticas formuladas
la lógica política con sus coaliciones, sus compromisos, ete. Un por el marxismo escolástico (en Marx la dialéctica era un método
antagonismo extrapolítico se politizará en la medida en que agru- no configurado en conceptos. principios o leyes rígidas) interesan
pe a los hombres en amigos y enemigos, y se convertirá efecti-
vamente en político cuando agrupe realmente a los hombres en
1 a nuestro objeto el principio del desarrollo por saltos o irrupción,
el de la conversión de la cantidad en calidad y el de contradicción,
tal polaridad. .." lo que para nuestro tema significa lo siguiente:
El concepto de enemigo, es decir, del máximo antagonismo, La realidad histórica se transforma a lo largo de su devenir
lleva implícita la eventualidad de la lucha armada, de la guerra, incoando nuevas formas, las cuales, sin embargo, no advienenl
en tanto que negación plena del ser del otro. La guerra, que es la como resultado de un proceso evolutivo, sino en forma brusca }
realización extrema de la enemistad, no necesita ser normal, ni
ser sentida como algo ideal ni deseable",'"'pero sí como posibiliaad
real en la medida que el concepto de enemigo tenga sentido. No
o repentina, o, dicho de otro modo, se acumulan series cada vez
más crecientes de cambios cuantitativos hasta un grado tal que
rompen las estructuras existentes y hacen irrumpir a otras cucrlí-
l
es el fin, ni el objeto, ni el contenido de la política, pero sí es su tativamente distintas. La proyección de estos principios al campo
\l supuesto sin el que ésta no tendría sentido. En resumen, un mundo político lleva a la conclusión de que la evolución de las fuerzas ( f
sin la posibilidad de una guerra, sería un mundo sin la distinción productivas va creando los supuestos para la mutación de las
de amigos y enemigos y, por consiguiente, un mundo sin política. formas políticas, pero tal mutación adviene brusca y violentamente
o, dicho en términos políticos, por la revolución (llamada por
La esencia de la unidad política consiste: a) en suprimir el
ENGELS"la partera de la historia"). De este supuesto se derivan
antagonismo extremo dentro de una sociedad dada, creando una
dos conclusiones: a) "para no actuar falsamente en política hay
zona pacificada, para lo cual el Estado asume todas las decisiones
que ser revolucionario (Stalin); b) pero, teniendo en cuenta que
políticas necesarias para instaurar la paz y transformar la opo-
to~:.:.:li::d:.:a::d::-:e:::x~i'.::g~e~u~n~p~r..:e:..:v..::io~pt:::.r:.:o~c:::e:::.!s:::.!o~d~e:c...:i:
.•.
ión, "el arte de la
sición existencial de amigo y enemigo en oposición agonal (es decir,
política, y el correcto entendimiento de su misión por parte de
sujeta a reglas) entre antagonistas, oposición que no pone en
los comunistas consiste en evaluar correctamente las condiciones
cuestión los fundamentos de la unidad política, sino que, por el con-
11 trario los supone. La verdadera política se transfiere ahora al campo tencia pacífica. ha sido especialmente desarrollada por las "Resoluciones del
exterior frente al que el Estado asume monopolísticamente el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética": "es perfectamente
comprensible -se dice- que las formas de transición de 105 países al socia-
ius belli, es decir, la facultad de determinar y decidir en un caso
lismo sean más variadas en el futuro. En especial que la realización de estas
dado quien es su enemigo y combatirlo. formas. no necesite. estar asociada con la guerra civil en todas las circuns-
tancias". todo dependerá del grado de resistencia de la clase explotadora
\ El marxismo Isnmístc" parte del supuesto de que toda realidad
) ante la voluntad de la mayoría del pueblo trabajador. Pero dados 105 radi-
tiene una estructura dialéctica, es decir, que está dominada por el cales cambios a favor del socialismo en la esfera internacional y la fuerza
de atracción del socialismo sobre importantes masas de población. es posible
3 Entre la literatura sobre el tema, vid. BOCHENSKIO.M.): Der Sowiertrussische que en ciertos países las fuerzas populares "estén en situación de derrotar a
dialektische Materialismus CDiamat), Bern, 1950, así como la obra dirigida por las fuerzas reaccionarias. antipopulares, alcanzando una sólida mayoría en el
el mismo BOCHENSKI con 'la cooperación de G. Niemeyer: Handbuch des Welt- Parlamento y convirtiéndolo de un órgano de la democracia burguesa en un
kommunismus. München, 1958. - MARcusE CH.): El marxismo soviético. Ma- genuino instrumento de la voluntad del pueblo". A análoga conclusión llega.
drid. 1967. O. KUUSINENy otros: Manual de marxismo-leninismo. México, 1960. el "Programa de la Liga de los Comunistas Yugoeslavos" que resalta. con
KONSTANTINOV CF.V.). El materialismo histórico. México. 1957. - Dentro del razón. la importancia que en la situación actual tiene la conversión del Estado
marxismo hay también una tendencia que admite que la revolución no es la en empresario de los países capitalistas. y que puede ser "tanto un último
única y necesaria vía para llegar al socialismo. Esta tesis. ya afirmada por esfuerzo del capitalismo para mantenerse. tanto el primer paso hacia el
Stalin en su famosa entrevista con Wells y dlaléctlcamente unida a la coexis socialismo" .
\"
M. GARCIA-PELA YO IDEA DE LA POLITICA 15
14
y, el momento en que la vanguardia del proletariado puede asaltar americana, representada por Lasswell y otros que conciben la
con éxito el poder" (Lenin). política como la conformación y el reparto del poder o de la in-¡I
fluencia o, dicho de otro modo, como un sistema de "controles ,
. El desarrollo histórico está dominado no sólo por la corre10- sociales" La diferencia entre el poder y otros medios de control
I sino también por la contradicción entre .lo positivo y lo ne-
cíón, como la influencia y la autoridad no siempre está clara.
\ gativo, el pasado y el futuro, lo decadente y lo progresivo, etc.
que se despliega a través de diversas formas, dentro de las cuales '"
tienen especial interés para nosotros:
a) La contradicción entre el grado de desarrollo de los estra- Entre las concepciones en dirección opuesta a las anterior-
l \tos que componen la realidad histórica, a saber: i) la infraes- mente mencionadas está la de Hans BARTH4 para quien el orden es
tructura o fuerzas de producción (instrumentos de producci6n;nom- el concepto central de la filosofía política. La lógica del orden en-
bres que los manejan, experiencias y rendimientos obtenidos), cierra tres elementos constitutivos:
ií ) 'la estructura o relaciones de producción (o sea las relaciones a) La unidad espiritual, determinada por el sentido y objeti-
sociales, que derivan en última instancia de las fuerzas de pro- vo del orden y expresada en el consenso y la lealtad. El primero,
ducción), y, la supraestructura, es decir, las relaciones ju-
ííí )
f
¡ Sobre este supuesto el Estado es concebido como un aparato
del poder violento destinado a asegurar el dominio de una clase
sobre, otra, de donde resulta claro que la lucha de clases ha de
politizarse tomando como objetivo la captura violenta del poder
.\ b) La disposición de sanciones jurídicas y sociales para el
mantenimiento y protección del orden, es decir, todo aquello que
en forma de reacción de otros hombres sirva o pueda servir para
estatal, pues si bien es verdad que la lucha política puede llevarse determinar la conducta prevista de los miembros del orden.
a cabo por diversas vías, no es menos cierto que en última instan- c) La instancia, es decir, la institución que represente al
cia está destinada a desembocar en el asalto revolucionario del
j
conjunto del orden hacia dentro y hacia afuera y a través de la
Estado. Tal es el verdadero contenido de la política. cual se actualiza su capacidad de acción y decisión. Tiene ade-
El general Clasewitz había dicho que "la guerra es la con- más la función de decidir en los conflictos entre los componentes
tinuación de la política con otros medios" (frase de la que se del orden; las decisiones normalmente se llevan a cabo por apli-
cación de las leyes, pero como quiera que no hay sistema jurí-
ha abusado, pues se refiere a la política exterior); el general
dico que no ofrezca lagunas y que pueda preveer de una vez por
Ludendorf la invirtió diciendo que la política es la continuación
todas las futuras situaciones, la instancia en cuestión ha de decidir
de la guerra con otros procedimientos. Mao Tse Tung logra una
en los casos no previstos legalmente o en las situaciones ex-
síntesis entre ambos criterios afirmando que "la política es una
cepcionales.
lJ guerra no sangrienta y la guerra es una política sangrienta"
En esta misma línea cabe también considerar la tendencia 1 Hans BARTH: Die Idee der Ordnung. Er1enbach-Zurich. 1958.
16 M. GARCIA-PELA YO IDEA DE LA POLITICA
17
El Estado es la última instancia, pero debe estar sometido a efecto, el despliegue vital de cada persona están presentes la J\
un proceso crítico de acuerdo con la justicia y con lo deseable tensión entre k!. lucha, querida o impuesta, y el anhelo o la nos- j
en cada situación y tiempo, y, por consiguiente, no puede preten- ;¡. talgia de la paz;. el sentimiento de la justicia o del deber de rea-
der monopolizar los criterios, sino que ha de estar abierto a los lizar los valores con la consiguiente mala conciencia cuando no
criterios de la sociedad. Y, en último término, tiene como límite responde a ello) y el impulso hacia el poder Cque puede conducir
otra instancia: la conciencia del hombre que es la que decidirá a ignorar la ,personalidad de los demás invadiendo el ámbito de
si le presta o no su lealtad. lo que es suyo, o a fenómenos como el resentimiento); la volun-
Dolf STERNBERGER5 estima que la paz es, sin más, la categoría tad, que lleva a la afirmación de la propia personalidad sobre el
política, es decir, el fundamento, la nota característica y la nor- mundo objetivo, y la razón que muestra las resistencias que éste
ma de lo político. Misión de la política es ínstcurcrlc. conservarla, es capaz de ofrecer. Por ello toda existencia humana es proble- \ \
\ garantizarla, protegerla y defenderla. La paz constituye así "el mática. Pero del mismo modo que la existencia vive estas con-
objeto y el fin de la política". Por paz no se ha de entender la tradicciones dentro de la unidad de la personalidad, que ha de
tolerancia con su quebrantador, es decir, el mero apaciguamiento, realizarse precisamente a trcvás de ellas, así también son vivi-
ni la sumisión a la violencia, que no es otra cosa que posponer das colectivamente en la ordenación política, que se despliega
la guerra. Tampoco la esencia de la paz consiste en la exclusión históricamente a través del juego de tales contradicciones. Nues-
de la lucha, sino más bien en su regulación, en arbitrarIa cuando tro problema es ahora dar cuenta de esa unidad tensa, lo que,
hay la instancia adecuada y el mínimo de consenso y, en todo por supuesto, sólo podemos hacer en sus rasgos más generales,
caso, en civilizarla. En el arbitraje, ha de dominar la justicia; en pues otra cosa sería desarrollar en este lugar un tratado de teoría
la lucha civilizada, el aire vital de la libertad, y, en fin, la paz ha política.
de ser diariamente ganada y, con ello, constantemente garantizada
En lo sucesivo entenderemos por justicia la pretensión de rea-
por la acción de las autoridades públicas CAmter) y de las insti- lizar imperativamente, es decir, en general por vía jurídica, un
tuciones. La guerra sólo es un medio político en la medida que sistema cxiolóqico, concepción que no contradice el concepto tra-
\\ sea una vía para la institución o la defensa de la paz; la guerra
dicional de justicia, sino que más bien lo perfecciona en cuanto
que no se conduce con la finalidad de alcanzar la paz "no es un
que proporciona un standard de lo que es cada uno y la je-
medio político, sino otra cosa".
rarquía de objetivos hacia los que ha de tender la comunidad
política; la justicia es así el nudo entre la estructura oxiolócícc.
IV. CONSIDERACIONES SOBRE LA NATURALEZA DE LA POLITICA la estructura jurídica y la estructura política, es decir, la síntesis
de aquellos valores que se han de imponer por vía política y a
Hemos visto como a lo largo de la historia las concepciones través del orden jurídico.
en torno a la naturaleza de la política han girado alrededor de
unos conceptos que -simplificando en aras a las necesidades ex- l. Justicia y poder
positivas- se resumen en la pareja de triloqícrs: lucha, poder y ....•.
Las ideas -dice SCHILLER- en su lucha con las fuerzas nece-
J Ivoluntad, de un lado; paz, razón y justicia, de otro. sitan convertirse en fuerzas. Y así, no es posible actualizar un
Lo cierto es que en la realidad de las cosas tales términos se sistema de valores configurado en un ideal de justicia sin un
\\dan unidos en una especie de correlación dialéctica, al igual que poder capaz de quebrantar las resistencias que se le opongan y
Wn el hombre mismo que hace o que padece la política, pues, en que, en última instancia, defina imperativamente lo que es va-
lioso y tome a su cargo la transformación de lo definido en con-
Dolí STERNBERGER: Be9rJff des polítJschen. Frankfurt, 1961. ducta efectiva, del nomas en realidad social. De acuerdo con ello,
M. GARCIA-PELA YO IDEA DE LA POLITICA 19
18
la historia entera de la política es en buena parte el intento de y, por consiguiente, estos no son algo adjetivo a la política, sino
'j vincular un sistema cxíolócíco al poder político, la búsqueda algo constitutivo de ella _ En los orígenes de la vida política oc-
por parte del espíritu de la fuerza histórica capaz de materiali- cidental está la imagen de Atenea, diosa protectora de la polis
) zarlo: Platón busca un rey filósofo o un filósofo rey; la Iglesia y bajo cuya advocación estaban los dos órganos de gobierno de
católica encuentra a Constan tino y ella misma, un poder espiritual, ésta, es decir, la Bulé y el Agora; Atenea armada de casco, escudo
trata durante la Edad Media de asir firmemente a los portadores y lanza era terrible e invencible en la guerra, pero Atenea era
del poder violento; en los comienzos de la Edad Moderna, Maquia- también una virgen inmaculada que había enseñado las artes y
velo busca el príncipe que convierta su lagos político en roalidcd: que poseía la más alta inteligencia y consejo; y por consiguiente
los iusnaturalistas, como Wolí y Tomasius, esperan que el dés- era símbolo de la unidad entre el poder y los valores. Prescin-
pota ilustrado actualice el orden filosófico natural, y Marx, en fin, diendo de los reiterados testimonios manifestados en el curso de la
tiene la certeza de que el proletariado encarnará históricamente historia del pensamiento de las ideas míticamente representadas
la filosofía. por Atenea, diremos que el autor de lrr última gran teoría política
de occidente dice en su Zur Kritik der Hegelschen Rechtsphiloso-
Por otra parte, si la verdadera y profunda paz no se agota en
phie que "así como la filosofía encuentra en el proletariado sus
la pacificación. es decir, en la mera exclusión de la violencia, no
armas materiales, así el proletariado encuentra en la filosofía sus
es menos cierto que la exclusión, o cuando menos la regulación armas espirituales"."
del ejercicio de la violencia es la condición mínima de la paz, lo
cual sólo puede conseguirse en la medida en que la disposición Además, a la esencia del poder político pertenece el ser "un II
efectiva de la violencia se concentre en un poder lo suficiente- orden cierto de mando y obediencia" (para emplear la feliz ex-
mente fuerte como para mantener a los demás dentro de un presión de Bodino ), pero es evidente que tal certeza se sustenta'll
ámbito limitado. más que en reprimir los actos de desobediencia, en excluir SUSt
moii vaciones, para lo cual es decisivo que el poder sea sentido
Todo esto es verdad, pero no es menos verdad que el contra- como substancialmente acorde con las estimaciones de los some-
punto del poder es la justicia, como síntesis de un sistema de va- tidos, pues, entonces, obedecerlo es tanto como someterse al pro-
lores. En primer lugar, porque la realidad política es histórica y pio sistema oxíolócíco. o, dicho de otro modo, el poder será tanto '1/
todo lo que es histórico está orientado por los valores, cualquiera más cierto cuanto más representativo sea de los valores, es decir, )
que sea el rango en que éstos se ordenen -lo cual es, natural-
cuanto más esté dotado de legitimidad. Sin duda que en cier-
mente, función de un standard temporal y socialmente variable-
tas ocasiones puede ser transitoriamente necesaria la aniqui-
y cualquiera que sea su condición material, de modo que un cam-
lación del adversario, su paralización por el terror o su exclusión
bio o una destrucción de los valores significa un cambio o una
de la vida pública; pero lo cierto es que ello sólo tiene sentido po-
destrucción del sujeto histórico, sin necesidad de que ese cambio lítico en la medida que sea condición táctica para el estableci-
o destrucción se deba a la violencia. Es decir, la esencia del poder
miento de un orden en función de un sistema axiológico. La vio-
"es
siempre idéntica, la estructura del poder puede ser más o menos
lencia es, o bien prepolítica, es decir, está en los comienzos del
la misma, pero la estructura política formada en torno a ese poder Á
orden político como se expresa tanto el mito de Rómulo y Remo,
que etíam regnavít, typum teqni gestavítJ, 7 como en la historia tos activos de la misma. La situación de mero objeto pero no de \\
real, ya que el orden político comienza por la superposición vio- sujeto de la política, puede tener diversos grados, como he mos-
lenta de un pueblo extraño o de una fracción del mismo pueblo trado en otro de mis trabajos. (' bis). Sin embargo, para nuestro
sobre el resto de la población; o bien interpolítica, es decir, cuan- objeto presente basta decir que puede consistir:
do dentro de un orden dado se producen excepcionalmente situa-
en la exclusión substancial y radical de la comunidad po- [1
ciones que impiden su funcionamiento normal y a las que es I í )
abstracto, de tal manera que tanto el sujeto como el objeto del como supuesto necesario una normalidad; pues no hay norma
poder, tanto los gobernantes como los gobernados sepan con que se pueda aplicar a un caos, de donde se desprende que es
certeza a que atenerse; con el derecho, la convivencia humana siempre preciso dejar un margen de decisión personal a las ins-
se crea un propio lagos distinto del que rige el mundo natural ( aun- tancias supremas del poder político. Pero no es menos claro que
que muchas veces haya sido concebido como una proyección de un poder es tanto más cierto cuanto menores ocasiones dé para
éste) y sólo con el conocimiento de este lagos y la sumisión a sus la aparición del caso excepcional o anormal. Es también verdad
leyes puede ejercerse un eficaz dominio sobre la materia que que el poder político se basa en última instancia en la disposi-
hay tras él. Así, pues, el poder por su propia exigencia dialéctica, ción de medios violentos, pero tampoco es menos cierto que la
necesita transformarse en un orden expresado en 'i'eglas o en nor-
mas. El poder consiste ciertamente en ordenar las cosas con arre-
glo a la voluntad, pero tal ordenación sólo es posible si él mismo
fortaleza de un poder es tanto mayor y sujeta a menor desgaste
cuando menor ocasión tenga de aplicarlos
normativamente
Un poder que no esté
configurado es =-vístcs las cosas con horizonte
l
se somete al orden establecido, pues .tal es paradójicamente, la histórico- una apariencia de poder; un sistema normativo que no
condición de su eficacia. se imponga en caso necesario a través del poder es un programa
Además, el poder político es un poder público, es un poder pero no una configuración real. Por eso decía con razón Federico
que se instituye y extiende sobre una unidad histórica, sobre una II que la fuerza y la justicia tenían que estar en un mismo sujeto
comunidad humana cuya vida rebasa las generaciones que la a fin de que la fuerza no estuviera ausente de la justicia ni
constituyen en cada momento. Por consiguiente, el poder sólo ten- la justicia de la fuerza.
I dró naturaleza política cuando se configure objetiva y transper-
\ sonalmente de modo que trascienda la limitación temporal de 2. La lucha y la paz
1
las personas que bic el nunc son sus portadores concretos, o, dicho La lucha es un componente necesario de la existencia huma-
¡ ¡de otro modo, el mero poder adquirirá naturaleza política en la na, una situación límite en el sentido que [cspers da a esta ex-
Imedida que se institucionalice. Cierto que en el establecimiento presión, es decir, una de esas situaciones completamente origina-
de un orden nuevo las personas tienen una importancia decisiva rias y, por tanto, no derivable de ninguna otra, que no cambian
y que la instauración de nuevas estructuras políticas se debe a la sino en el modo' de manifestarse, en las que siempre estamos y fren-
acción de unos hombres en los que se encarna el espíritu objeti- te a las que en última instancia, fracasamos.
vo del tiempo: Salan, Licurqo, Augusto, Carlomagno, Otto 1, los
La lucha puede desarrollarse en distintos planos y frente a
Reyes Católicos, Robespierre y Danton, Bonaparte, Lenin, Stalin ...
distintas resistencias, pudiendo así distinguirse entre la lucha por Ii
Pero justamente lo que caracteriza a estos hombres es su carácter
el dominio de la naturaleza, que da lugar a la técnica y a las
"epoccrl". es decir, de fundadores de nuevas épocas, lo cual sólo
formas de organización del trabajo; la lucha contra la escasez de j I
lo. consiguen en la medida que sean capaces de crear un orden
bienes, que genera la actividad económica; la lucha cultural, es \l
que trascienda a ellos mismos, en la medida que, como es ca-
decir, orientada a la actualización de unos valores a través de la
racterístico del estadista, vean siglos y no sólo años como los
religión, la filosofía, la ciencia, el arte, ete., lo que lleva implícita
meros políticos.
la pugna por la afirmación de unas tendencias culturales frente
No cabe duda de que es imposible encerrar en la rigidez del a otras; la lucha social cuyo contenido está constituido por las 11
derecho positivo todas las posibles contingencias que puedan plan- relaciones de los grupos entre sí, y dentro de la cual se incluye
tearse en el desarrollo de los acontecimientos, pues la excepción la lucha específicamente política, es decir, la lucha entre los Esta- \)
es un momento componente tanto de la vida individual como de dos o entidades análogas o, dentro de cada una de éstas, entre los
la vida colectiva; no cabe duda que toda normatividad tiene distintos grupos por la distribución del poder.
24 M. GARCIA-PELA YO IDEA DE LA POLITICA 25
La lucha social, en general, y la lucha política en particular dole transpolítica y emocional como la ideología en las ideocra-
pueden atraer y hasta, en cierta medida, atraen necesariamente cias o el cuerpo de creencias en los regímenes tea-políticos o la
a su ámbito otras formas de lucha tales como la lucha contra el comunidad nacional con su mitología y simbolocío para el Estado
mundo físico como es, por ejemplo, el caso cuando la entidad po- moderno; pero pueden tener también su origen político y racional
lítica toma a su cargo los programas de desarrollo técnico o cuando o, cuando menos, racionalizado o, si se quiere, convencional, como,
pugna con otra entidad por el dominio de un espacio; la lucha eco- por ejemplo, el caso de la intangibilidad de las constituciones o, \)
nómica, cuando la entidad política incluye entre sus objetivos los más bien, de algunos de sus preceptos que si no son enteramente J
de índole económica; la cultural, si dicha entidad está existencial- intangible s si están al menos especialmente protegidos, o como
mente vinculada a un contenido cultural como es especialmente era también el caso de las 'leyes fundamentales" de la monar-
el caso de los regímenes tea-políticos, los ideocráticos o los Estados quía absoluta. La amplitud del ámbito de la zona intangible, así
confesionales, pudiendo afirmarse en cualquier caso que toda como la intensidad de la intangibilidad son, naturalmente, varia-
gran lucha política va acompañada de una pugna cultural, cuyo bles históricas: mientras más se totaliza la dimensión política a
nudo es la ideología. costa de la social, mayor será el ámbito puesto al margen de la
También son distintos los instrumentos de lucha a los que pugna; mientras más se dogmatice un Estado más intensa será la
podemos dividir, de un lado, en violentos y, de otro en no violentos defensa de la esfera proclamada intangible y más se llamará en
como, por ejemplo: la retórica que persuade, el argumento que su auxilio a toda clase de medios. En todo caso, cualquier unidad
política tiene como supuesto un sistema de creencias y de ideas,
convence, el tridente del silogismo que desarma intelectualmente
al adversario, la litis jurídica, la amenaza de las penas del in-
fierno, la concesión o negativa de bienes económicos, los slogans
en el sentido en que Ortega desarrolla estos conceptos. En la me-
dida que predominen las creencias, la intangibilidad se produce .
J\
de la propaganda, etc., todos los cuales son medios de afirma- de modo espontáneo; en la medida en que las creencias se trans-
ción en unas ocasiones del poder en el sentido riguroso y, en formen en ideas disputables, o que las antiguas creencias se sus-
otras, de simple control. tituyan por nuevas ideas, será más necesaria la fijación imperativa
de la zona de intangibilidad.
Una vez aclarado todo esto, procede afirmar que el orden
político no puede eliminar enteramente el conflicto, la pugna o la b) Eliminar total o parcialmente los medios violentos de lu-\ \
lucha entre los distintos individuos y los diversos grupos de inte- cha. Sin embargo, interesa advertir que la existencia de un or-
reses y de opiniones, pues como hemos visto ello es constitutivo den político no supone necesariamente la eliminación total y
de la existencia humana sea en su dimensión individual, sea en absoluta de la violencia física (sólo conseguida por ciertas es-
su dimensión social. Pero el orden político sí puede: tructuras políticas desarrolladas como el Estado Moderno) sino que )I{'
basta su regulación, lo cual implica; i) la proclamación y garantía I
a) Proclamar una esfera ajena a la lucha en todas sus íor-
de ciertos círculos de paz en los que, por tanto, está excluido el
mas o instrumentalidades desde la violencia a la disputa inte-
lectual, desde la crítica de las armas a las armas de la crítica, es
uso de la violencia; íí )la sumisión a normas del eí ercicio de la 1)
1\ decir, puede instituir la inviolabilidad
secularizada de la sacralidad)
o intangibilidad (versión
de ciertas zonas que constituyen
violencia legítima fuera de esos círculos de paz.
Faída -que impropiamente hemos de traducir por guerra priva- se lleva a cabo una p)lgna ~mpetitiva de contenido cultural, eco-
da- y en virtud de la cual ciertas personas físicas o jurídicas po- nómico o de otra índole, cuya existencia, modalidad y amplitud ,
dían emprender legítimamente acciones militares 9/1.1 defensa dependen de la mayor o menor área del campo de la sociedad
de su propio derecho siempre que se sometieran a determinadas respecto al campo del Estado ( grande, por ejemplo, en el libera-
reglas.8 Más no obstante, existía un orden político, como en nues- lismo; restringida en el totalitarismo).
tro tiempo existe un orden internacional en el que, bajo ciertas
\\ Así, pues, la lucha no puede ser totalmente eliminada, pero
reglas, es posible la contienda armada. La formación del Estado
sí ha de ser canalizada a través de ciertas vías. Esta afirmación
moderno ha tenido lugar al hilo de la conversión de todo el país
no sólo es válida para el ámbito socíol. eíno también para el po-
en un círculo de paz, excluyendo, por consiguiente, el área de la
lítico al que es inherente la pugna por el ejercicio o por la influen-
legitimidad de la violencia privada, hasta deiorlc reducida a ca-
sos de legítima defensa prevista en los códigos penales, proceso
que conlleva la estatización de la violencia y de la garantía del
cia en el ejercicio del poder y, en general, de los medios de con-
trol, Cierto que desde Saint Símon se ha desarrollado la utopía,
de la sustitución del poder sobre las personas por la administra-'
lí \
derecho de cada uno, que antes estaban difusos en la sociedad.
cíón de las cosas, o dicho de otro modo, de la política por la ad-
c) Civilizar la lucha -civilización y vida política son en sus ministración, ideal acariciado también por casi todos los dictadores
orígenes términos correlativos- para la cual la canaliza a través decimonónicos o de estilo decimonónico, y que hoyes mantenido
tablecerse sin un apoyo social mínimo, y para los componentes 3. Voluntad y razón
de este grupo social, la política es, necesariamente, una de las ra-
El voluntarismo y el racionalismo son dos tendencias tensa-
zones de su existencia. Confundiendo una forma y un instrumento
mente presentes a lo largo de la historia del pensamiento teológico,
de lucha -los partidos políticos concurrentes- con la pugna en
filosófico y jurídico, en los que se ha disputado si algo es bueno
sí misma, se llegó en nuestro tiempo a la peregrina conclusión
porque lo manda Dios o si lo manda Dios porque es bueno, si en el
de que suprimida la pluralidad de partidos se suprimiría la lucha
principio fue el Verbo o en el principio fue la acción, si la leyes
política. Pero lo cierto es que los partidos no son más que la forma
expresión de la razón o es un mandato de la voluntad. La misma
histórico-concreta que toma la lucha política cuando se le abre
polaridad se ha desplegado a lo largo de toda la historia del pen-
a toda la sociedad el a una parte muy amplia de ella la posibili-
samiento político en la que se desarrolla una tendencia que afirma
dad real de participación activa en las decisiones del poder po-
que la razón no tiene esencialmente otro papel que el de sirvienta
lítico. Cuando esta posibilidad es restringida no hay partidos,
de la voluntad, única que crea y mantiene los órdenes políticos, pero
pero hay estcmentos, facciones, grupós de presión, camarillas,
frente a la cual se desarrolla otra tendencia no menos vigorosa que
complejos pornocráticos, guardias pretorianas, lenízcros. etc. La
afirmando el primado de la razón sobre la voluntad no le deja
experiencia de nuestro tiempo, con las purgas sangrientas de los
a ésta más función que la de proclamar y mantener el orden recio-
1 regímenes nazi y comunista y con las intrigas del fascismo italiano
natural de las cosas.
y de los Estados' autoritarios", han mostrado claramente que la
\ lucha por el poder no queda eliminada con la supresión del ré- No es necesario insistir en el papel de la voluntad dentro
I
gimen de partidos: se la restringe cuantitativa,
. tativamente.
pero no cuclt- de la realidad política, ya que a ésta le es inherente el poder,
la lucha, la actualización histórica de los valores y la conse-
cución de objetivos, fenómenos que suponen una voluntad que
En resumen: el momento polémico, sea en forma existenciaL
les dé vigencia. Pero, por otra parte, la voluntad sólo puede 1 j
sea en forma agonal, está siempre presente en la realidad política,
actualizarse a través de un proceso de racionalización.
pues, en primer lugar, es 10 que agrupa políticamente a unos hom-
bres frente a otros en grupos de la misma especie, es decir, en En primer término, antes de pensar en imponerse o en resistirse
nuestro tiempo en Estados frente a Estados o, dentro de un Estado, a los demás, antes de pretender domeñar al mundo real confi-
a las distintas fracciones antagónicas; en segundo lugar, la exis- gurándolo según unos valores o haciendo efectivos unos objetivos
tencia del adversario es condición para la mayor intensidad de imaginados, la voluntad tiene que autosometerse a una disciplina \(
la integración interna y, por eso, cuando no hay un enemigo real a fin de estar en la forma requerida para alcanzar las finalida-
se lo inventa, o cuando es débil se lo magnifica: el Anticristo, el des propuestas. Ahora bien, si no el impulso sí el contenido de esta
Dragón, los rojos, el judío, las plutocracias, los controrrevolucio- disciplina sólo puede darlo la ratio, es decir, la conexión entre el
norias, ete., ete. Al fin y al cabo todas las grandes ideas y concep- orden objetivo de las cosas y la finalidad propuesta. Esta afir-
tos de la política se han derivado de ideas y conceptos surgidos en mación es válida tanto para la vida personal como para la vida
el seno de las religiones superiores, y éstas se han integrado a sí de los cuerpos histórico-políticos. Así, por ejemplo, Prusia y Po-
mismas históricamente a través de la defensa contra el infiel y lonia tuvieron en ciertos momentos de su historia una situación
metahistóricamente a través de la lucha contra el demonio. Sin análoga caracterizada por la presión de grandes potencias sobre
\,\ civítas diabolí no hay, históricamente hablando, ctvitas Dei. Sin un sus fronteras. Prusia respondió con autodisciplina empezando por
1 j latente antagonismo interno o externo no hay orden político. Pero el rey, que se declara 'primer servidor del Estado", y siguiendo
sólo se puede vencer o resistir al adversario bajo el supuesto de por una nobleza, un cuerpo de oficiales y una burocracia que,
una paz interna que permita la integración de los propios esfuerzos. transforma en orgullo el servicio público y que, quizá como proyec-
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cien calvinista, considera el buen cumplimiento del servicio como do el objetivo y estimado el potenciaL conocer: i) qué clase de me-
un deber ótico." Los estamento s polacos, en cambio no estuvieron dios y combinación de medios son necesarios para conseguir los
dispuestos a sacrificar su libertas ni la de cada uno de sus miem- objetivos propuestos, y qué acciones hay que emprender y
íí )
bros individuales. La consecuencia fue que Prusia se transformó de qué manera han de emprenderse. Podemos desícncrlo como
en gran potencia y Polonia en objeto de reparto entre las grandes conciencia de la 1nstrumentalidad.
potencias. Esta autoracionalización se hace tanto más necesaria
cuanto más duradera es la empresa política, o, dicho de otro mo- d) Saber cuándo hay que hacerla o, como decía Campanella
do, se hace todavía más necesaria para la conservación que para sapere servire del tempo, es decir, tener sentido de la oportunidad,
la adquisición o la construcción, pues, como decía Botero, "se ad- que en última instancia significa la intuición de la razón tempOro
quiere con la fuerza, se conserva con la sabiduría". Por eso, la de las cosas.
historia mundial conoce de grandes Imperios formados por pue- Estos momentos pueden distinguirse intelectualmente, pero
blos estepario s en torno a un caudillo corísmótíco que se disuelven no separarse, pues en la realidad de las cosas constituyen una
a la muerte o poco después de la muerte del caudillo, por no totalidad estructural en la que todos están mutuamente implica-
haber sabido obietívor en un sistema la razón vital que se en- dos Así, la determinación concreta del objetivo depende de la
carnaba en la persona del fundador. estimación del potencial, pero también cabe plantearse el aumento
Además, las decisiones de la voluntad sólo pueden ser efica- de ésto en función del objetivo; la instrumentalidad depende, na-
ces bajo la constante referencia a un conocimiento derivado de turalmente, del potencial, pero a su vez, una buena ordenación
la razón, proceso que puede descomponerse en los siguientes mo- de los instrumenta regni puede intensificat el rendimiento del
mentos constitutivos del saber político práctico: potencial; por lo demás el "cuando" significa tanto como el factor
tiempo, el cual está necesariamente presente en todos los momen-
a) Saber qué se quiere, es decir, en una situación dada, tener
la noción clara y distinta del objetivo propuesto, o dicho de otro
tos de la acción política. En resumen, la acción política ha de \1
saber darse a sí misma cuenta y razón de la 'naturaleza", de la
modo, poseer c~iencia de la finalidad.
"necesidad", de la "posibilidad", en una palabra, de la verítá
b) Saber qué se puede, es decir, evaluar el propio poten- efettua1e delle cose, pues sin ello se aniquila a sí misma trans-
cial (o sea la capacidad de acción que puede ser actualizada formándose en agitación estéril o en frustración.
en un situación y tiempos dados), a lo que también puede lla- Desde Maquiavelo, y especialmente desde Botero, se des-
marse el conocimiento de las posibilidades reales. Tal evaluación arrolló la idea de una "razón de Estado" o razón política, al igual
puede llevar bien a limitar el objetivo, bien a descomponerlo en que más tarde se desarrollaría la idea de una .rozón económica."
objetivos intermedios a corto, medio o largo plazo, bien a incluir Ambas estaban muy cerca del esquema mental de la razón física
ciertas variables en función de los cambios de posibilidad, de- y ambas tomaron como supuesto un tipo cntropolócíco específico:
rivados, a su vez, de los cambios de situación. A este momento la una, el hamo políticu_s;la otra, el hamo econom1cus. Más tarde
podemos designarlo como ~ciq ~la pos1bilidad. se descubrieron otras especies de razones que tuvieron también
c) Saber cómo hay que iiacetlc, es decir, una vez determina- como supuestos ciertos tipos específicos de hombre (de los que
Sprcncer ha desorrollcdo una variada típolocíc ). pues cada di-
10 Sobre el influjo de estos movimientos en el ethos del Estado prusiano, la Beam- mensión vital tiene su propio lagos. De ello se desprende que no
tenre1ígíon y la "alianza entre pietismo y cuartel", vid. DEPPERMANN(K.): Der
Ha11esche Píetísmus und der preussísche Staat unter Fríedrich III. Géttíncen. 11 Sobre la razón de Estado y su tensión con otros tipos de razones vid. mi tra-
1961. - H.J. SCHOEPS: Preussen, Geschichte eines Staas. Berlín, 1966, pp. 47 bajo: "De las razones históricas de la razón de Estado", introducción a G.
y ss. BOTERO:De la razón de Estado y otros escritos. Caracas, 1962.
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hay una única forma de despliegue de la razón, sino tantas la cual se encorno .políticamente en dos tendencias que, a efectos
como dimensiones vitales, pero también que todas esas razones de simplificación, podemos denominar conservadora y revolucio-
particulares (razón política, razón económica, razón social, razón naria. Por supuesto, ninguna de ellas renuncia in tato a cada
intelectual, razón erótica, etc.) no son, en sí mismas, mas que uno de los momentos a que estamos haciendo referencia: el re-1\
abstracciones de la realidad que suponen un tipo de hombre volucionario está contra este orden, pero ni aun en sus tendencias
ideal inexistente o apenas existente en la praxis, un hombre ideal más extremas (anarquismo romántico) renuncia al orden, lo que
quiere, en puridad, es volver a unir los dos términos ahora divor-
sea en el sentido de algo deseado, como el príncípe savia de
Maquiavelo, sea en el sentido de hipótesis de trabajo, como el ciados. El conservador no niega la justicia, pero entiende que
no hay justicia que pueda aplicarse a un caos (y ésto lo separa
1
horno economicus de Adam Smith, pero no un hombre real, pues
lo cierto es que las distintas esferas vitales se muestran articu- del revolucionario radical que, reproduciendo un ontíquísimo mito
ladas entre sí como momentos constitutivos de una sola y concreta recurrente, cree que el caos es condición previa del justo orden);
razón vital -en el sentido descubierto y desarrollado por Ortega- que no se puede modificar substancialmente el orden existente so
y han de ser comprendidas desde la unicidad y totalidad de ésta, pena de caer en el caos, y que en el orden establecido opera o
aunque según las circunstancias unas u otras razones parciales, puede operar la justicia que, en definitiva, es posible en un nivel
constitutivas de la razón vital, puedan pasar a primer plano. En histórico y social dado.
consecuencia, la ratio polítíca -expresión de la actitud política pu- Sin embargo, llegado el conflicto existencial, el revolucionario \ \
ra y como tal abstraída de la realidad- se muestra articulada radical mantiene el primado de la justicia sobre el orden: "hágase
estructuralmente a otras esferas y razones, lo que implica que no justicia, aunque perezca el mundo", es su lema. Cabría preguntar:
sólo ha de afirmar sus propios objetivos y aplicar rigurosamente si no hay mundo ¿dónde podrá realizarse la justicia? Pero una
su sistema de medios, sino también tener en cuenta las razones pregunta tan "razonable", no tendría sentido, ya que en el revo-
propias de los valores de los demás territorios vitales, a algunos lucionario opera el arquetipo a que antes hemos hecho mención:
de los cuales ha de servir, mientras que con los otros ha de el mundo está tan podrido o tan viejo que es preciso terminar
armonizarse. de destruirlo para íundírlo de nuevo. Por eso, la 'tea incendiaria"
es algo más profundo que un acto de incivilidad, algo que radica
4. Orden y iusiicia más allá del objetivo de causar un daño al adversario: es la actua-
lización del mito de la destrucción del mundo viejo como condi-
Hemos de decir ahora unas palabras sobre las relaciones de
ción necesaria para que surja otro nuevo. El conservador, en ccm- \ \
paz y justicia a las que el pensamiento medieval consideraba bío, llegado el conflicto existencial, dará primacía al orden
tranquam soror et soiotis, aunque se trate de dos hermanas que establecido sobre la justicia y hará suya la frase de Goethe: "pre-
a veces puedan estar en aguda discrepancia. Pues, en efecto, la fiero la injusticia al desorden". Cabría preguntar si la in- \
paz, o, dicho de otro modo, el orden establecido -que en sus orí- justicia no es, en sí misma, el mayor de los desórdenes, si
genes coincidió quizá con una idea de justicia, es decir, con el no es un desorden un mundo político-social díscorde con el
sistema cxiolóqíco vigente en un momento del pasado- tiende mundo cxiolóqíco , Pero tampoco en este caso la pregunta tendría
a mantenerse aunque hayan desaparecido los fundamentos meta- sentido, pues aquí opera el mito de Satán, en función de cuyas
físicos, sociales y de otro orden que lo hicieron surgir. Pero la imágenes se ve en los transtrocadores del orden una especie de
movilidad de la vida social y el desarrollo espiritual hacen que encarnación de las potencias informes de la nada y de las tinie-
ese orden entre en conflicto con los nuevos sistemas de ideas y blas, incapaces de construir algo, pero capaces de destruirlo todo,
creencias y con los intereses de las nuevas fuerzas históricas. potencias que amenazan salir de su inframundo para invadir
Se produce, entonces, una tensión entre el orden y la justicia, lo penosamente construido; se los imagina como infrahombres u
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hombres decaídos de su calidad humana, réplica del ángel caído exterior y paz y justicia en el interior); y sobre la elección, jerar-
pero no resignado, cuya única obsesión es negarlo todo, de ma- quía y orden de urgencia de los fines secundarios o históricos, y
nera que su encadenamiento es condición del éxito de la Crea- de los medios para su realización.
ción. Sin embargo, a medida que un pueblo o una clase se va
b) La formación de un sistema capaz de integrar las accio-
aproximando a su declinación política, se invierten hasta cierto
punto los térmínos del arquetipo mítico, de modo que la clase su- nes de los hombres para los objetivos propuestos, y que puede
perior adquiere conciencia culpable en su carácter de beneficiaria configurarse o bien como organización o sea en la institución de
de un régimen injusto y, como contrapunto, ve a los otros, a un sistema racional al que deba adaptarse la realidad, o bien
"los explotados", como en una especie de estado de gracia, pro- como ordenación, es decir, en el reconocimiento y coordinación
ceso que ha sido agudamente analizado por Nietzsche.P Pero de las situaciones fácticas.
de este tema nos ocuparemos en otra ocasión. Por ahora lo único
C. Dicha unidad se fundamenta en la participación y el
que nos interesa es que la tensión entre la paz y la justicia puede
reconocimiento de unos valores configurados en un sistema de
transformarse en ruptura y ésta en conflicto, y que, de este modo,
creencias y de ideas, del que derivan los fines colectivos y los
la polaridad en cuestión opera como un momento dinámico de
principios de legitimidad.
la política.