Asignatura Pragmtica de la Lengua
Mdulo 1: Contextualizacin terica e histrica de la pragmtica
Leccin 2: Planteamientos generales de la pragmtica
Palabras Clave: Pragmtica planteamientos problemas significado convencional no convencional sintaxis contexto referencia deixis
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Introduccin
En la presente leccin se examinan, por una parte, los planteamientos generales sobre lo que es la pragmtica, desde una perspectiva terico-general y, por otra, lo que significa la pragmtica a la luz de la propuesta terica de la profesora Maria Victoria Escandel, desde una postura terico-particular. Se refiere el estudio pragmtico, en concordancia con la profesora, como una caracterizacin intuitiva e informal, que se va elaborando y precisando tericamente a partir de las diversas miradas y enfoques histricos. A su vez, se reflexiona sobre el lugar de la pragmtica dentro de la lingstica y sus relaciones con otras disciplinas. No obstante, en esta reflexin se examinan tres problemas relevantes en la teora pragmtica tales como: El problema del significado no convencional; sintaxis y contexto; referencia y deixis. Problemas que esclarecen desde el punto de vista terico-prctico la necesidad de la pragmtica en el acontecer actual de la comunicacin.
Objetivo General
Reflexionar y conceptualizar sobre lo que es la pragmtica y sus problemas ms frecuentes.
Tema 1: Qu es la pragmtica?
LA PRAGMTICA EN MARA VICTORIA ESCANDELL
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De acuerdo con la visin de la profesora Mara Victoria Escandell en su texto: Introduccin a la pragmtica (1996), se entiende la pragmtica como "el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunciacin, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situacin comunicativa concreta, como su interpretacin por parte del destinatario." La pragmtica es, por tanto, una disciplina que toma en consideracin los factores extralingsticos que determinan el uso del lenguaje, precisamente todos aquellos factores a los que no puede hacer referencia un estudio puramente gramatical: nociones como las de: emisor, destinatario, intencin comunicativa, contexto verbal, situacin o conocimiento del mundo, segn Escandell (1996), van a resultar de capital importancia. Se ha sugerido (Escandell) que lo que separa a los diferentes enfoques es la decisin que cada uno de ellos toma acerca de cmo debe interpretarse este objetivo: para unos, la pragmtica ha de centrarse, sobre todo, en la relacin del significado gramatical con el hablante y con los hechos y objetos del mundo que intenta describir; para otros, por ejemplo, debe tratar de analizar la relacin entre la forma de las expresiones y las actitudes de los usuarios. En su estudio (Escandell 1996), plantea: En qu medida es interesante un estudio de este tipo? Qu ventajas puede reportar en el conocimiento y la comprensin del lenguaje? Si la pragmtica es realmente necesaria, afirma Escandell, hay que suponer que, sin ella, muchos hechos relevantes quedaran sin explicar o se explicaran de manera inadecuada, sobrecargando algn componente de la gramtica. Segn lo anterior y en acuerdo con Escandell, consideramos la pragmtica como una disciplina que responde a principios o elementos de adecuacin y no puramente gramaticales; pues en palabras de la autora: "al acercarse a los elementos lingsticos desde el anlisis comunicativo, es imprescindible el acercamiento a elementos extralingsticos que coadyuvan al entendimiento
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global y preciso de un acto de habla." Lo cual es analizable desde perspectivas problemticas en tres aspectos: El problema del significado no convencional, sintaxis y contexto y referencia y deixis.
Tema 2: Problema del significado no convencional.
EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO NO CONVENCIONAL EN ESCANDELL De acuerdo con la profesora Mara Victoria Escandell (1996), generalmente solemos dar por sentado que las lenguas naturales funcionan como cdigos, es decir, como sistemas que emparejan signos y mensajes de una manera constante: la lengua establece una relacin didica, convencional y arbitraria entre representaciones fonolgicas (significantes) y representaciones semnticas (significados). Tambin habitualmente partimos de la base de que, cuando nos comunicamos por medio del lenguaje, lo que hacemos es simplemente codificar informacin, -a la manera del modelo comunicativo Jacobsoniano-, esto es, elegimos las representaciones fonolgicas que corresponden al contenido semntico que deseamos transmitir. Estas dos ideas de acuerdo con Escandell (1996), -la de las lenguas son cdigos, y la de que comunicarse consiste en codificar y descodificar informacin-, que gozan de extraoridinaria popularidad y difusin, pueden resultar tiles para la autora en algunos momentos y para algunos propsitos concretos, pero afirma que dibujan slo un esquema muy simplificado de la comunicacin. Lo que en consecuencia permite deducir sugerido por (Escandell) que la realidad se encarga pronto de demostrar que las cosas no son tan sencillas. De esta manera en su texto Introduccin a la pragmtica
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presenta dos ejemplificaciones precisas que contextualizan lo dicho: (1) Cuando un diplomtico dice s, quiere decir "quiza": cuando dice quiz, quiere decir "no"; y cuando dice no, no es un diplomtico. Cuando una dama dice no, quiere decir "quiza"; cuando dice quiz, quiere decir "si"; y cuando dice s, no es una dama. VOLTAIRE
Segn Escandell (1996), el texto representa un ataque frontal a la consideracin de la lengua como cdigo, ya que afirma que las palabras pueden tener un valor diferente al que les asigna el sistema. Pero, de acuerdo con su postura plantea: Podemos transgredir impunemente las reglas? Antes de dar respuesta Escandell en su texto compara el texto (1) con el siguiente: (2) - Aqu tienes una gloria. - No s que quiere usted decir con una gloria - dijo Alicia. - Por supuesto que no lo sabes..., a menos que yo te lo diga. He querido decir "Aqu tienes un argumento bien apabullante". - Pero gloria no significa "argumento bien apabullante"! - Cuando yo uso una palabra, esa palabra significa exactamente lo que yo decido que signifique..., ni ms ni menos.
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- La cuestin es si uno puede hacer que las palabras signifiquen cosas tan diferentes. - La cuestin es, simplemente, quin manda aqu. LEWIS CARROLL Segn (Escandell 1996) podra decirse que ambos casos tienen en comn el presentar usos "no convencionales" de algunas palabras: en (1), quiz significa "no" en una ocasin y "si" en la otra; y en (2), gloria se emplea con el signicado de "argumento bien apabullante". Sin embargo, es fcil darse cuenta de que existe un claro contraste entre los dos textos. El segundo resulta inaceptable y absurdo, y no reproduce una posibilidad existente en la "vida real": De acuerdo con (Escandell), todos sabemos que una persona no puede, por mucho que mande, cambiar arbitrariamente y a su antojo el significado de las palabras, de modo que nos identificamos inmediatamente con la protesta de Alicia. La afirmacin de Voltaire, en cambio, refleja una situacin muy frecuente en nuestros intercambios comunicativos. De hecho, nosotros, como usuarios de la lengua, no sentimos ningn rechazo ante tal posibilidad, y comprendemos perfectamente lo que el autor francs quiere decir. Pero, entonces, -dice Escandell- , Cmo es posible que lo que decimos y lo que queremos decir no coincidan en algunos casos? De qu depende? Al volver a los dos textos, Escandell (1996) sostiene que puesto que slo el primero retrata una posibilidad aceptable, una buena manera de dar respuesta a las cuestiones anteriores consiste en descubrir de qu factores depende esa aceptabilidad. Ante ello, se cuestiona la autora y precisa: "En qu radica la diferencia entre las situaciones descritas en (1) y en (2)?" Claramente, ha sugerido (Escandell ) que en (1) la palabra quiz vara de significado en primer lugar de acuerdo con quin sea la persona que lo diga: no es lo mismo que sea un diplomtico o una dama. Pero esto no basta afirma Escandell. Segn ella, tenemos, adems, que imaginar; al
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menos, otros dos factores: de un lado, quin es el interlocutor; del otro, cul es la pregunta o la peticin que recibe el quiz por respuesta. En el primer caso, suponemos que el interlocutor es un diplomtico de otro pas, y que la peticin afecta en alguna cuestin de Estado; en el caso de la dama, imaginamos fcilmente que el interlocutor es un caballero y que la peticin es amorosa. Con estos elementos, y con nuestro conocimiento del mundo (en particular, con lo que sabemos acerca de las misiones de los diplomticos, y de las obligaciones de las damas en la poca de Voltaire), -refiere Mara Victoria- , logramos llegar a una interpretacin que conjuga todos estos factores; por razones diferentes en cada caso, ni los diplomticos ni las damas deben hablar abiertamente, de modo que, cuando transmiten su intencin, lo hacen de un modo indirecto que les libere de la responsabilidad del uso literal. Ahora bien, - dice Escandell- Por qu imaginamos la situacin as, y no de otra manera? La respuesta segn (Escandell 1996), es simple: "....porque esta contextualizacin es tal vez la nica que restaura la inteligibilidad." Est claro, - agrega-, "que no tendra ningn sentido que el diplomtico utilizara quiz para rechazar la cerveza que le ofrece un amigo; o que la dama pretendiera responder afirmativamente con quiz a la inocente pregunta de su hermana sobre si est lloviendo..." En el texto de Lewis Carroll, en cambio, de acuerdo con la autora, ninguna serie de inferencias permite encontrar una explicacin razonable a la arbitrariedad que comete Humpty-Dumpty: ser el que manda, o -como dice ms adelante- dar una paga doble a las palabras por su trabajo extra, no autorizan a cambiar las convenciones de una lengua. Lo importante del anlisis del ejemplo (1) es que nos muestra que la idea de que la lengua en la comunicacin funciona como un cdigo no es adecuada. No hay una correspondecia biunvoca constante entre representaciones fonolgicas e interpretaciones. Y sin embargo -y en contra de lo que pudiera esperarse-, esto no constituye
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necesariamente un obstculo para la comunicacin. De hecho, y en acuerdo con Escandell (1996), contamos siempre con la posibilidad de que haya una cierta separacin entre lo que se dice (entre los significados literales de las palabras que se pronuncian) y lo que se quiere decir (la intencin comunicativa subyacente): por eso hablamos con absoluta naturalidad de leer entre lneas, de la diferencia entre el espritu y la letra de un texto; o decimos cosas como cuando dije aquello, lo que quera decir en realidad era... Segn la autora, hemos desarrollado complejos mecanismos de inferencia que entran en funcionamiento automticamente para hacernos recuperar lo que nuestros interlocutores quisieron decir a partir de lo que realmente dijeron. Estamos usando constantemente estrategias que nos conducen a contextualizarlo todo de la mejor manera posible para que encaje y tenga sentido. Al comentar los textos anteriores, Escandell (1996), utiliza informalemente trminos como los de interlocutores, contexto, situacin, conocimiento del mundo y del interlocutor, intencin comunicativa, inferencia: si no tenemos en cuenta estas nociones, hay una parte importante del funcionamiento de la lengua que queda sin explicar, ya que -sin duda - la gramtica no debe ocuparse de los factores externos al sistema lingstico mismo.
Tema 3: Sintaxis y contexto.
SINTAXIS Y CONTEXTO De acuerdo con Escandell (1996), sabemos que existen lenguas que tienen un orden de palabras en la frase relativamente libre, mientras que el de otras es ms bien
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fijo. En general, segn la autora, la explicacin ms extendida que suele darse a este fenmeno se funda en el tipo y en el grado de caracterizacin formal de las relaciones de dependencia estructural entre los constituyentes. Se parte del supuesto, en la concepcin de (Escandell), de que las lenguas tienen al menos dos maneras de marcar estas relaciones: el orden de palabras y la morfologa (sea por afijacin o por medio de adposiciones). Cada lengua decanta sus preferencias hacia uno de esos procedimientos. Se establece entonces la siguiente correlacin: cuanto mejor caracterizadas estn desde el punto de vista morfolgico las relaciones sintcticas, menor necesidad habr de marcarlas como el orden de palabras. Con estas ideas en mente dice la autora, por ejemplo, que el latn era una lengua con orden de palabras libre porque las desinencias de caso y de concordancia marcaban suficientemente las relaciones gramaticales; el ingls suele citarse, en cambio, como prototipo de lengua en que las relaciones de dependencia estructural vienen indicadas por medio de un orden de palabras relativamente fijo. Para mostrarlo, Escandell aduce ejemplos como los siguientes: (3) Latn: Caius amat Liviam ( "Cayo ama a Livia") Caius Liviam amat Amat Caius Liviam Amat Liviam Caius Liviam amta Caius Liviam Caius amat (4) Ingls: John loves Mary ("Juan ama a Mara") * John Mary loves * Loves John Mary *Loves Mary John
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# Mary loves John (= "Mara ama a Juan") * Mary John loves Las afirmaciones anteriores, de acuerdo con Escandell (1996), son bsicamente ciertas; pero, nuevamente, presentan slo una faceta de la realidad, lo que las convierte en una verdad a medias. En primer lugar,- afirma la autora-, aunque semnticamente equivalentes, no es del todo seguro que las frases latinas de (3) fueran totalmente intercambiables entre s en todos los contextos y situaciones, como no lo son los ejemplos anlogos de otras lenguas vivas con orden de palabras libre. En segundo lugar, no debera dejar de ser inquietante el hecho de que en las lenguas consideradas de orden de palabras fijo haya un nmero relativamente elevado de construcciones gramaticales que parecen destinadas a flexibilizar el orden de palabras: se trata siempre en esta visin particular de sintaxis y contexto, de construcciones que pueden expresar el mismo estado de cosas (es decir, que mantienen las mismas condiciones de verdad), pero que, a pesar, permiten un orden de constituyentes diferente. Escandell (1996) se ocupa del primer aspecto y refiere que los datos del espaol y de otras muchas lenguas de orden de palabras relativamente libre, como el polaco o el hngaro, muestran con claridad que no todas las frases que comparten las mismas condiciones veritativas resultan adecuadas en los mismos contextos. Veamos un ejemplo muy simple que la autora cita en su anlisis. A primer vista se dira que las frases de (5) son equivalentes, ya que describen siempre el mismo estado de cosas, de modo que no se puede decir que una es verdadera y las otras son falsas sin incurrir en una grave contradiccin. (5) a. Juan ama a Mara b. A Mara la ama Juan. c. Juan a Mara la ama
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Ahora bien, segn Escandell, si fueran totalmente equivalentes deberan poder intercambiarse en todos los contextos; pero esto no es as. En (6) observamos cmo las contiuaciones propuestas varan en su aceptabilidad de acuerdo con el orden de palabras de la secuencia precedente. (6) a. Juan ama a Mara, no la odia # no Pedro no a Rosa b. A Mara la ama Juan, # no la odia no Pedro # no a Rosa c. Juan a Mara la ama, no la odia # no Pedro # no a Rosa Se ha indicado (Escandell) que lo que estos contrastes muestran es que cada uno de los diversos rdenes de palabras trata cada constituyente oracional de forma diferente desde el punto de vista comunicativo. En el anlisis en cada una de las frases de (6) hay una parte del contenido informativo que se presenta como un hecho establecido (como un conocimiento compartido por los interlocutores), mientras que otra parte se introduce como informacin "nueva": en (6)a se habla de Juan, y la informacin que se aporta se refiere a si odia o ama a Mara, o si es a Mara a quien ama; en (6)b lo que no se cuestiona es el predicado (que Mara es amada), y se introduce la informacin sobre la identidad de la persona que la ama; y en (6)c se da por supuesta una relacin entre Juan y Mara, y se precisa que es de amor. sta no es, ni mucho menos, una peculiaridad del espaol. Las lenguas de
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orden de palabras libre presentan este mismo tipo de efectos. En consecuencia afirma Escandell, las lenguas de orden de palabras menos flexible expresan esos contrastes valindose de otros medios gramaticales. El ingls, por ejemplo, suele utilizar las variaciones en la prominencia con que se pronuncian los constituyentes para marcar el centro de atencin dentro de la frase. Los ejemplos propuestos en el anlisis de (7) son semenjantes a los espaoles de (6): (7) a. John LOVES Mary b. JOHN loves Mary c. John loves MARY A la vista de todo ello, -dice Escandell-, parece claro que puede hablarse de orden de palabras libre slo si se adopta una perspectiva formal. Efectivamente, en espaol no hay ninguna regla sintctica que impida ninguno de lo rdenes de (6); sin embargo, el empleo de cada una de las variantes est estrictamente condicionado por el conocimiento previo de la situacin. Es verdad, por tanto, que hay una relacin entre grado de caracterizacin morfolgica y orden de palabras. Pero es ilegtimo extarer de ah la conclusin de que, en las lenguas cuyo orden de palabras no viene fijado de manera estricta por la sintaxis, todas las variantes posibles son absolutamente equivalentes en todos los contextos y situaciones. Lo que ocurre indica (Escandell) es que, mientras algunas lenguas deben contentarse con procedimientos fonolgicos (prominencia prosdica) o gramaticales (cambio de construccin) como medios para expresar diferencias en la estructura informativa de las frases, otras pueden servirse tambin del orden de palabras para establecer esas diferencias. En sntesis, desde esta perspectiva de sintaxis y contexto, si contemplamos los hechos desde un punto de vista general,
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resulta evidente que incluso algunos aspectos tpicamente gramaticales, como el orden de palabras, estn determinados por factores de tipo contextual o situacional, especialmente en lo que se refiere al contraste entre la informacin que se presenta como compartida por los interlocutores y la que se considera nueva. Segn (Escandell), la cuestin no puede, pues, plantearse exclusivamente en trminos de correccin gramatical, sino tambin de adecuacin discursiva. Y, puesto que para explicar los contrastes existentes vuelve a ser necesario recurrir a conceptos como los de interlocutor, situacin, contexto o conocimiento compartido, parece claro cuando no contundente desde esta perspectiva, que slo un enfoque pragmtico,- tal como lo seala la autora- , podr dar cuenta de manera completa de las condiciones que regulan la eleccin entre las diversas variantes.
Tema 4: Referencia y deixis y la necesidad de la pragmtica.
REFERENCIA Y DEIXIS Desde el punto de vista de la comunicacin, de acuerdo con Escandell (1996), comprender una frase no consiste simplemente en recuperar significados, sino tambin en identificar referentes. No basta con entender las palabras; hay que saber a qu objetos, hechos o situaciones se refieren. De acuerdo con (Escandell), si alguien dice por ejemplo:
(8) Si no cierras la puerta, Kiko se escapar
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Se debe identificar correctamente los objetos del mundo a los que alude la frase. Si no se hace y se cierra una puerta "equivocada", el interlocutor acusar -con razn- dice (Escandell)- de que no ha habido una comprensin de lo que ha dicho; adems, es probable que tenga que acabar escaleras abajo buscando al gato. Si Kiko es un loro, seguramente sera la puerta de su jaula la que el intelocutor cree que se debe cerrar, y no la de la entrada. La asignacin de referencia constituye, pues, en esta visin particular de referencia y deixis, un paso previo e imprescindible para la adecuada comprensin de las frases. Es verdad que la lengua proporciona pistas nada desdeables; nos dice que el objeto que debe cerrarse petenece a la clase de los que suelen ser designados con el nombre de puerta. Pero, en cualquier caso, -afirma la autora-, slo la situacin puede proporcionar los datos necesarios para decidir que el interlocutor se est refiriendo precisamente a aquella puerta que impida de manera ms eficaz que Kiko - quienquiera que sea- se escape. Con todo, ste no es el caso ms llamativo. Imaginemos -refiere (Escandell)- que encontramos un papel en el suelo con el texto que aparece en (9): (9) Te espero maana donde siempre. Escandell (1996), sostiene que como hablantes nativos del espaol conocemos todas las palabras que aparecen en ese mensaje y somos capaces de caracterizar su significado sin especiales dificultades. Aun as, fuera de todo contexto o situacin, nos veremos obligados a admitir que no sabemos a qu se refiere el mensaje, ni cules pueden ser sus implicaciones. Y es que, para poderlo dotar de todo su contenido, de acuerdo con esta perspectiva, nos falta informacin, al menos, sosbre los siguientes aspectos:
I) Quin es el yo que promete esperar?
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II) A quin va dirigido el mensaje?
III) Cundo es maana?
IV) Dnde es donde siempre? Es por tanto, -seala Escandell (1996)- , que sin conocer todos estos datos, no podemos decir que estemos en condiciones de interpretar el mensaje hasta sus ltimas consecuencias. Justamente, todos los elementos que faltan dependen directamente de la situacin comunicativa; Mara Victoria Escandell explica lo anterior por medio del siguiente ejemplo: " si he encontrado el papel en la calle, lo ms sensato es suponer que no va dirigido a m; pero si lo he encontrado sobre la mesa de mi despacho, lo mejor que puedo hacer es empezar a pensar quin me lo enva. Si he estado ausente durante una semana, probablemente me ser difcil saber exactamente cul era el da de la cita; pero si he salido de mi despacho hace diez minutos y al regresar encuentro que han deslizado ese mensaje por debajo de la puerta, estoy obligado, -afirma (Escandell)-, a creer que la cita ser al da siguiente.. Y as con todos los dems elementos." En su estudio (Escandell 1996) argumenta que todas las lenguas tienen formas especiales para hacer referencia a los diferentes elementos de la situacin: son los decticos. Entre ellos se encuentran no slo los pronombres personales de primera y segunda personas en todas sus formas, los demostrativos, los posesivos, y muchos adverbios de lugar y de tiempo; debemos contar tambin los morfemas de tiempo de la flexin verbal y las frmulas de tratamiento. Adems, habra que aadir todas las formas anafricas y catafricas, es decir, aquellas que se usan en el discurso para hacer referencia a algunas partes del propio
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discurso. Por todo ello, -dice (Escandell)-, no es de extraar que ms del 90% de las oraciones de una lengua contengan unidades de este tipo. Una vez ms, desde esta perspectiva, nos encontramos con que una parte importante de la interpretacin de un gran nmero de enunciados depende decisivamente de los factores extralingsticos que configuran el acto comunicativo: conocer la identidad del emisor o del destinatario y conocer las circunstancias de lugar y tiempo de emisin son requisitos imprescindibles para conseguir una interpretacin plena. Y una vez ms, tambin, resulta evidente que slo desde una perspectiva pragmtica se podr tener acceso al tipo de informacin necesaria para lograr este objetivo.
Glosario Abduccin:
[...] Un Argumento primitivo o ABDUCCIN es un argumento que presenta hechos en sus Premisas que se asemejan con el hecho establecido en la Conclusin, pero que perfectamente pueden ser verdaderos sin que lo sea el ltimo y mucho ms sin que sea reconocido; as que no conduce a afirmar positivamente la Conclusin pero que slo se inclina a admitirla como representacin de un hecho del que los hechos de las premisas constituyen un Icono.
Obtenido de: http://members.fortunecity.com/morentin3/abducc.html
Deduccin:
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Es un tipo de argumento en que la ley prescribe la coexistencia absoluta de las premisas y de la conclusin garantizando que esta ltima est representada en las premisas. Es un signo que dicta su objeto a todo interpretante.
Para ilustrar, tomemos el ejemplo de Peirce. Las premisas son las siguientes: - Todos los porotos de esta bolsa son blancos - Estos porotos provienen de esta bolsa y la conclusin es evidente (modo de expresar la certeza absoluta) - Estos porotos son blancos. Este caso como el precedente es un argumento deductivo necesario. Se distingue tambin la deduccin probable en la que la conclusin no es segura pero en la que se est seguro de que, si la situacin representada por las premisas se reiterara un gran nmero de veces, la proporcin de los casos en los que premisas y conclusin coexistiran se acercara a una frecuencia determinada. Es el razonamiento que, por ejemplo, puede hacer un comerciante que, al instalarse en un barrio en el que el 60% de la poblacin tiene un bajo ingreso, arma su stock con un 60% de artculos de baja calidad. Las matemticas y los modelos hipottico-deductivos slo admiten la deduccin necesaria; la estadstica es el dominio privilegiado de la deduccin probable (modelos stocksticos). Tomado de: http://robert.marty.perso.cegetel.net/semiotique/preg70.htm
Deixis: El trmino dexis, procedente de la palabra griega que significa sealar o indicar, designa la referencia, por
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medio de unidades gramaticales de la lengua, a elementos del contexto de la comunicacin; dexis es, pues, sinnimo de referencia exofrica o extralingstica. Son decticas todas las expresiones lingsticas (del tipo yo, aqu, ahora) que se interpretan en relacin con un elemento de la enunciacin (interlocutores, coordenadas de espacio y tiempo). La sealizacin dectica es frecuente sobre todo en las conversaciones cara a cara. El primer terico en tratar de sistematizar el fenmeno dectico fue K. Bhler (1934). Este autor distingue entre campo mostrativo del lenguaje y campo simblico: en el primero funcionan aquellos elementos que suponen una indicacin a la situacin comunicativa; el campo simblico sera aquel donde los nombres (que funcionan como smbolos) reciben su precisin significativa. La dexis recibir, por tanto, su precisin significativa en el campo mostrativo del lenguaje. En la teora de la enunciacin (. Benveniste 1966 y 1974), el yo-aqu-ahora constituye el centro dectico o punto cero de las coordenadas contextuales para la realizacin e interpretacin de cada acto de comunicacin. Es el hablante quien organiza el discurso desde su campo de referencias, que otorga sentido a los elementos decticos y al propio discurso. Segn el factor contextual que se seale (los participantes, el momento o el lugar de la comunicacin, o bien el propio texto) se distinguen varios tipos de dexis, realizadas por categoras gramaticales diversas: La dexis personal, expresada con pronombres personales de 1. y 2. persona [[yo (m, me), t (te, ti,...)]); tambin, con los de de 3. persona [l, ella]), pero con stos solo cuando sealan a una persona presente en la situacin; con pronombres posesivos de 1. y 2. persona ([mi, tu, su, nuestro, vuestro,...]); y con morfemas verbales de 1. y 2. persona, a causa de la elipsis, habitual en espaol, del pronombre sujeto ([Quiero], en que la o final
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seala a la persona que habla). La dexis temporal, realizada mediante adverbios, locuciones y sintagmas adverbiales de presente ([hoy, ahora]), pasado ([ayer, el mes pasado, hace poco]) o futuro ([el mes prximo, dentro de poco,]) y mediante morfemas de tiempo ([Lleg], [Llegas]). La dexis espacial, formulada con adverbios de lugar ([aqu, ah, all, all,...]), demostrativos ([este, ese, aquel,]) y verbos de significado locativo ([traer] al lugar en que se habla, [venir], etc.). La dexis textual o discursiva, a medio camino entre la dexis y la anfora, realizada con pronombres personales o demostrativos neutros ([eso, ello, lo]) o expresiones del tipo [lneas ms arriba, como ya hemos comentado, a continuacin], etc.; remite a fragmentos del texto que se han dicho, o que se van a decir, y que, por lo tanto, estn ya presentes en el entorno comunicativo y son susceptibles de ser sealados. Se distingue, adems, en la pragmtica otro tipo de dexis: la dexis social, que refleja o establece la relacin social entre los participantes en la comunicacin. Las frmulas de tratamiento, aunque forman parte de la dexis personal, se consideran como grupo especfico ya que no solo sealan los papeles de locutor e interlocutor, sino tambin su estatus social y la relacin que los une. En espaol el sistema de tratamientos vara segn los dialectos: [t, usted, vos, ustedes, vosotros] se utilizan de modo distinto, por ejemplo, en el espaol septentrional de la Pennsula y en el espaol hablado en algunos pases de Amrica, conformando por lo tanto subsistemas distintos de dexis social. El estudio de los decticos establece interrelaciones interesantes entre gramtica y pragmtica, pues son formas que adquieren sentido en las coordenadas espacio-temporales y personales en que se utilizan. Estos valores por ejemplo, el uso de la 1 persona del singular o plural para sealar al hablante, o de verbos con un componente de dexis espacial como ir, venir, llevar, traer
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pueden cambiar en cada situacin de comunicacin y en cada cultura y, por lo tanto, en cada lengua, por lo que su aprendizaje contribuye al desarrollo de la competencia comunicativa. Adems, en relacin con la competencia sociocultural, adquiere especial relevancia la dexis social. Obtenido de: http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_e le/diccio_ele/diccionario/deixis.htm Induccin:
Induccin (filosofa), en el campo de la
lgica, proceso en el que se razona desde lo particular hasta lo general, al contrario que con la deduccin. La base de la induccin es la suposicin de que si algo es cierto en algunas ocasiones tambin lo es en situaciones similares aunque no se hayan observado. La probabilidad de acierto depende del nmero de fenmenos observados. Una de las formas ms simples de induccin aparece al interpretar las encuestas de opinin, en las que las respuestas dadas por una pequea parte de la poblacin total se proyectan para todo un pas. El razonamiento inductivo fue desarrollado por varios filsofos, desde Francis Bacon hasta David Hume, John Stuart Mill y Charles Sanders Peirce. Obtenido de: http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_7615 54444/Inducci%C3%B3n_(filosof%C3%ADa).html
Inferencia:
Una inferencia es un acto de pensamiento que emplea un argumento. Es una operacin de la mente a travs de la cual se acepta que un nuevo smbolo dicente represente un objeto en virtud de su relacin con otros smbolos dicentes
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conocidos que representan a ese mismo objeto. En su definicin clsica, la inferencia es una operacin lgica que se refiere a proporciones admitidas como verdaderas (las premisas) y que concluye en la verdad de una nueva proposicin en virtud de su vinculacin con las primeras. Por esto la inferencia se reduce a menudo a la
deduccin necesaria en la que la verdad de las premisas asegura totalmente la verdad de la conclusin. Sin embargo el pensamiento no opera sobre proposiciones sino sobre signos. Estamos entonces obligados, para dar cuenta de la semiosis, a extender la nocin de la inferencia a operaciones referentes a smbolos dicentes (cuasi-proposiciones) y a reemplazar la nocin de verdad de una proposicin por la de realidad de una representacin para un intrprete particular. Esta concepcin de la inferencia abre el campo a la descripcin de las operaciones realmente efectuadas en la vida cotidiana y libera las restricciones impuestas por el punto de vista que se limita nicamente a la produccin de verdades universales, es decir a los argumentos vlidos. As es que el acto de plantear una hiptesis que consiste en tener como verdadera, al menos provisoriamente, a una proposicin que no mantiene ninguna vinculacin lgica necesaria con las premisas, se impondr en esta perspectiva. La podemos observar en toda actividad de investigacin en la que constituye la parte de invencin posible. Esto nos llevar a distinguir tres tipos de inferencia : la deduccin, la induccin y la abduccin. Obtenido de: http://robert.marty.perso.cegetel.net/semiotique/preg61.htm Referencia:
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La referencia es una relacin entre ciertas expresiones y aquello de lo cual se habla cuando se usan dichas expresiones.
[1] El ejemplo ms natural de expresiones que refieren son los nombres propios, como Alejandro Magno, Pegaso y Homero, pero tambin existen otras candidatas, entre ellas las descripciones definidas; las expresiones como "quartz", "oro" y "tigre", que refieren a clases naturales; y las expresiones como "yo", "tu", "l", "esto" y "aquello", que en ingls se llaman indexicals, y cuyo referente vara dependiendo de las circunstancias. La naturaleza de la relacin de referencia es materia de un profundo debate filosficoReference (en ingls), en la Stanford Encyclopedia of Philosophy (Spring 2009 edition). 1. Vase el artculo de Marga Reimer, Obtenido de: http://es.wikipedia.org/wiki/Referencia Bibliografa ESCANDELL, Mara Victoria (1996). Investigacin Fundamento de pragmtica del espaol. Espaa: Ariel S.A. GOYES ORTEGA, Lus Nelson (2005). Fundamentos de pragmtica del espaol. Pereira-colombia: S.P.I.
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