74 CLAVES DE RAZN PRCTICA N XX
E N S A Y O
DE NYC A BCN
Auden, Orwell & la Guerra de Espaa
IGNACIO FONTES
Conozco muy bien las razones por
las que los intelectuales de nuestro
pas demuestran su cobarda y su
deshonestidad; conozco por experiencia
los argumentos con los que pretenden
justicarse a s mismos. Pero, por eso
mismo, sera mejor que cesaran en sus
desatinos intentando defender la
libertad contra el fascismo.
Si la libertad signica algo, es el
derecho a decirle a los dems lo que no
quieren or.
En la actualidad, en nuestro pas los
progresistas le tienen miedo a la
libertad y los intelectuales no vacilan
en mancillar la inteligencia.
George Orwell, Libertad de Prensa
(Prlogo indito para
Rebelin en la granja).
1.
Vuelvo a traducir a Wystan
Hugh Auden (York, 1907-
Kirchstetten, Austria, 1973),
viajo con l en su centenario:
dejo New York City, su hogar
adopti vo j unto con
Kirchstetten, donde muri de
britnico trasterrado por su
condicin homosexual, camino
(areo) de Barcelona, ciudad
que, en la Guerra Civil espaola,
marc al periodista, novelista y
crtico George Orwell, tambin
britnico, tambin escritor,
tambin brigadista en Espaa,
que fue tan rendido admirador
literario suyo como implacable
crtico poltico.
Me gusta ese poeta inferior
llamado Auden despreci ese
poeta superior llamado Jaime
Gil de Biedma (Barcelona,
19291990), a quien, a su vez,
cstig de Du, tildaron de imi-
tador del anglo-norteamerica-
no; su poesa, sublime y subli-
madamente terrestre es una de
las que informan, en el sentido
lolgico de la palabra, la poesa
anglosajona del siglo .
Tambin me gustan su vida, su
bsqueda, su larga delidad a
Chester Kallman, con la gran-
deza del gran amor y la gran
miseria del matrimonio, y su
desprecio por las convenciones:
en 1935 se cas con Erika
Mann, hija de Tomas Mann,
actriz y ella misma igualmente
homosexual, para que, con pa-
saporte britnico, pudiera esca-
par de los nazis. Incluso su deri-
va espiritual, de las races catli-
cas familiares al agnosticismo
juvenil, el anglicanismo de su
madurez y vuelta a la verdadera
religin, aunque intelectualiza-
da, reformada, con las ideas del
telogo protestante alemn Die-
trich Bonhoeer (19061945)
ejecutado por su implicacin
en el complot para asesinar a
Hitler, fundador de la Iglesia
de los Confesantes, movimiento
cristiano contra el nazismo, para
quien la teologa pastoral trans-
mitida por la religin cristiana
haba adoptado un carcter in-
fantiloide en detrimento del
servicio al sufrimiento del ser
humano... En n, esas dudas
abstrusas de los intelectuales
msticos, que, a veces, son en-
tretenidas.
Y, adems, simpata por su
apoyo al gobierno de la II
Repblica Espaola, en cuyas
fuerzas se alist, quiso hacerlo,
para combatir contra los
militares golpistas en la Guerra
de Espaa, como denominan los
britnicos la guerra civil de
1936-39.
Como otros jvenes intelec-
tuales o rebeldes de todo el
mundo, W. H. Auden fue uno
de los 35.000 luchadores por la
libertad que se alistaron en las
Brigadas Internacionales y, por
el prestigio de que ya gozaba
como autor de la gran poesa
britnica, fue un sealado re-
presentante de la intelectuali-
dad occidental comprometida
con la causa de la libertad ame-
nazada en Espaa. En el caso
de los brigadistas franceses, la
principal nacionalidad con
unos nueve mil voluntarios, la
mayor parte proceda de una
clase obrera concienciada de la
amenaza fascista del futuro,
pero en el de los britnicos,
como en el de otros muchos
brigadistas, los moviliz la ideo-
loga, cercana cuando no mili-
tante en el Partido Comunista,
as como el impulso, digamos
romntico. El tan respetado
como denostado historiador
britnico marxista y del marxis-
mo Eric Hobsbawm (Alejan-
dra, Egipto, 1917) lo explica
grcamente: la foto del poeta
John Cornford, lder estudian-
til del Partido Comunista brit-
nico, que haba cado en el
frente en una batalla en Lopera
(Jan), en diciembre de 1936,
al da siguiente de cumplir
veintin aos, era ms omni-
presente en Gran Bretaa que
lo sera la del Che Guevara en
los aos 70 y su ejemplo sea-
laba el camino que deba reco-
rrerse por la libertad: luchar en
la guerra que suceda En aquel
rido cuadrado, aquel fragmen-
to desgajado/ de la ardiente
frica, tan crudamente soldado
a la ingeniosa Europa, escribe
Auden, donde nuestros pensa-
mientos tienen cuerpos, no
obstante esa inexplicable igno-
rancia de los intelectuales, al
menos de los creativos, para los
que Espaa era terra incogni-
ta, dice Hobsbawm.
Ilustrado el impulso, lo ex-
plica la condencia de Auden a
un amigo:
I shall probably be a bloody bad
soldier. But how can I speak to/for them
without becoming one?[Problabemente
ser un soldado condenadamente
malo, pero, cmo puedo hablar de/
por Espaa y los espaoles sin
enrolarme?].
Auden slo estuvo siete
semanas en la Guerra de Espaa.
Trat de engancharse como
conductor de ambulancia la
prensa britnica de partido
anunci su alistamiento como
Famous Poet To Drive Ambu-
lance in Spain (Te Daily Wor-
ker), una fantasa bastante co-
mn en ciertos caracteres, que
l sublimaba como a mercy for
the wounded, una bendicin
para los heridos.
Pero en la Spanish Medical
Aid Committee, la pequea
unidad sanitaria britnica de
voluntarios, una docena de m-
dicos y enfermeras, lo rechaza-
ron; Auden dir que por no ser
del Partido Comunista, pero sus
bigrafos lo achacan a su escasa
pericia como chfer, pues no
todos eran comunistas en la or-
ganizacin solidaria. Se traslad
a Valencia, capital provisional
de la Repblica, pero insatisfe-
cho con la actitud de espera,
poco aventurera, de correspon-
sales e intelectuales, alojados
como l en el Hotel Valencia a
la espera de acontecimientos, se
hizo con un burro y sali a ver
la guerra; tras media docena de
kilmetros de camino, el animal
lo licenci de una coz... Volvi a
Madrid en un coche con un
grupo de comunistas britnicos
que le hicieron ver que para las
autoridades republicanas los
brigadistas distinguidos como l
servan mejor a la causa leal ha-
ciendo propaganda que regando
con su sangre los campos de ba-
I GNACI O FONTES
75 N 183 CLAVES DE RAZN PRCTICA
talla lo que sera inmediata
consigna del mando comunista
britnico, que desaconsej alis-
tarse a quienes no dispusieran
de aptitud y habilidad militar
y lo animaron a emplearse como
traductor y en tareas de proseli-
tismo publicitario. As lo hizo:
alguna traduccin, algunas emi-
siones radiofnicas patrocinadas
por el Partido Socialista Obrero
Espaol (PSOE) y un artculo
para New Statesman, el semana-
rio de la Sociedad Fabiana, so-
cialista, describiendo sus impre-
siones en Valencia.
El corazn de Espaa, Ma-
drid para W. H. Auden Ma-
drid is the heart, contra el que la
avaricia se proyectaba en pique-
tes de fusilamientos y bombas
(Are projecting their greed as the
ring squad and the bomb), ar-
da de ira contra las clases pode-
rosas que haban arrastrado sin
piedad al pas a una incivil gue-
rra entre hermanos, pero la vio-
lencia de su furia insensata no
era lo que esperaba ver en defen-
sa de las libertades democrticas
y de la II Repblica Espaola,
especialmente decepcionado por
el maltrato al clero y a la reli-
gin. Mientras aceleraba su
vuelta a Inglaterra a las siete
semanas de llegar, en vez de los
cuatro meses que haba previs-
to, Auden se preguntara sobre
lo que lo haba movido a viajar a
la Espaa en guerra: I feel I
ought to go: senta que deba ir,
le haba escrito a su amigo en la
carta citada, as como su idea del
papel del poeta en la sociedad;
I am not one of those who believe
that poetry need or even should be
directly political, but in a critical
period such as ours, I do believe
that the poet must have direct
knowledge of the major political
events. (No soy uno de sos que
creen que la poesa necesita o
incluso debera estar politizada,
pero en un periodo crtico como
el nuestro, creo que el poeta
debe tener conocimiento directo
de los principales eventos polti-
cos.)
Es decir, el poeta como un
testigo de su tiempo al que los
acontecimientos lo obligaban
the time has come to gamble on
something bigger (ya es hora de
jugar ms fuerte) a implicarse,
a correr el riesgo.
De vuelta a Gran Bretaa, en
un solo mes escribi de y por
Espaa y los espaoles: Spain
1937 (1937), un poema en una
plaquette de cinco pginas que
edit Faber & Faber, en cuya
seccin de poesa ociaba el
gran Thomas Stearns Eliot
(Missouri, Estados Unidos,
1888-Londres, 1965), maestro
de la generacin potica anglo-
sajona inmediatamente anterior
a la suya y a quien, segn au-
torizados crticos, Auden super
no tanto en la tcnica del verso
como en la del tono y, sobre
todo, en las modulaciones de la
voz (Actos de contricin, Jai-
me Siles, ABC de las Artes y las
Letras, nm. 755, Madrid, 22
de julio de 2006). De alguna
manera, Eliot hizo al revs el
camino que luego transitara
Auden: nacionalizado britnico,
convertido al anglicanismo y
monrquico conservador, aun
sintiendo anidad por los trai-
dores espaoles, dicho sea en
sus trminos, la crueldad de sus
actuaciones le impeda apoyar-
los pblicamente, aunque desde
luego tampoco lo hiciera por la
Repblica. Pero haba sido el
primer editor de Auden Poems
(1930) y debi parecerle que
el combativo opsculo tena su-
ciente calidad potica para pu-
blicarlo, ms cuando los bene-
cios que originara la edicin se
destinaban a incrementar la
ayuda sanitaria britnica a los
soldados republicanos.
Un espritu acaso ms libre
que el de ambos poetas, el del
escritor, crtico y periodista
George Orwell, aunque hizo
una contundente crtica poltica
a Auden, calic Spain 1937
como una de las pocas cosas
decentes que se han escrito de la
Guerra de Espaa. En general,
la crtica recibi con admiracin
el gran poema pico que Auden
escribi febrilmente el inu-
yente economista John May-
nard Keynes (Cambridge, Cam-
bridgeshire, 1883-Firle, East
Sussex, 1946) lo salud como
un poema que habla por mu-
chos corazones caballerosos,
en el que, con el tono moral ca-
racterstico de su poesa, avisa
que la civilizacin cuyo naci-
miento y desarrollo canta en el
primer tercio del poema la cues-
tiona el avance del fascismo en
Europa, del que la Guerra de
Espaa es el siniestro laboratorio
experimental: Intervn!, le
grita al mundo, Oh!, desciende
como una paloma, como pap
furioso/ o apacible ingeniero,
pero hazlo! [Intervene! O!
descend as a dove or a furious
papa/ or a mild engineer, but
descend!].
Compuesto en estancias, tra-
duzco algunas, si no las mejores,
todas, s las ms signicativas:
(...)
En aquel rido cuadrado, aquel
fragmento desgajado / de la ardiente
frica, tan crudamente soldado a la
ingeniosa Europa, / en aquella meseta
tatuada de ros, / se encarna nuestra
idea; la ominosa silueta de la ebre
es precisa y vvida. El miedo que
nos hizo responder / a ofertas mdicas
y literaturas de cruceros de invierno, /
se ha trocado en batallones invasores /
y nuestras caras, las maquilladas, las de
ir de compras, las destruidas
disparan su avidez en piquetes de
fusilamiento y bombas./ Madrid es el
Auden y George Orwell
DE NYC A BCN: AUDEN, ORWELL & LA GUERRA DE ESPAA
76 CLAVES DE RAZN PRCTICA N183
corazn. Nuestros accesos de ternura
estallan / en sacos terreros y
ambulancias; / las horas de amistad, en
ejrcito del pueblo.
Maana, el futuro, quiz. La
investigacin sobre el cansancio / y la
rutina del empaquetador; la progresiva
exploracin / de todas las octavas de la
radiacin electromagntica./ Maana,
la expansin de la mente gracias a la
dieta y a la respiracin.
(...)
Y la vida, si es que nos da respuestas,
habla desde el corazn,/ los ojos y
pulmones, desde tiendas y plazas
ciudadanas: / Oh no!, no soy el
Inuyente, / no hoy, no para vosotros.
Para vosotros soy
el pelotillero, el colega de barra, el
palomo: / soy lo que hagis de m,
vuestra promesa / de buen
comportamiento, vuestra chchara
alegre, / la voz de vuestro anhelo,
vuestro matrimonio.
Qu proponis? Edificar la
Ciudad de los Justos? La construir./
De acuerdo. O es un pacto suicida,
Muerte / romntica? Muy bien, lo
acepto, pues soy / lo que habis elegido
y decisin vuestra: s, yo soy Espaa.
Y el dramtico nal:
(...)
Maana para el joven, poetas
estallando como bombas, / paseos por
el lago, semanas de comunin perfecta;
/ maana, carrera en bicicletas por la
tarde estival. / Pero hoy, la lucha.
Hoy, el premeditado incremento
del riesgo de morir, / la admisin cons-
ciente de la culpa en el asesinato nece-
sario; / hoy, el gasto de energas / en el
dogmtico efmero paneto y el abu-
rrido mitin.
(...)
Las estrellas han muerto; los anima-
les no querrn mirar: / estamos solos
junto con nuestro da, el tiempo apre-
mia / y quiz la Historia se lamente por
el vencido, / pero no puede darle ayuda
ni perdn.
Espaa 1937 (1937).
[Some meaningful stanzas of W. H.
Audens Spain 1937:
(...)
On that arid square, that fragment
nipped o / from hot Africa, soldered so
crudely to inventive Europe; / on that
tableland scored by rivers, / our thoughts
have bodies; the menacing shapes of our
fever
are precise and alive. For the fears
which made us respond / to the medicine
ad. and the brochure of winter cruises /
have become invading battalions; / and
our faces, the institute-face, the chain-
store, the ruin
are projecting their greed as the
ring squad and the bomb. / Madrid
is the heart. Our moments of tenderness
blossom / as the ambulance and the
sandbag; / our hours of friendship into
a peoples army.
To-morrow, perhaps the future. Te
research on fatigue / and the movements of
packers; the gradual exploring / of all the
octaves of radiation; / To-morrow the enlar-
ging of consciousness by diet and breathing.
(...)
And the life, if it answers at all,
replies from the heart / and the eyes and
the lungs, from the shops and squares of
the city: / O no, I am not the Mover, /
Not today, not to you. To you Im the
Yes-man, the bar-companion, the
easily-duped: / I am whatever you
do; I am your vow to be / Good, your
humorous story; / I am your business
voice; I am your marriage.
Whats your proposal? To build the
Just City? I will, / I agree. Or is it the
suicide pact, the romantic / Death? Very
well, I accept, for / I am your choice, your
decision: yes, I am Spain.
And the dramatic conclusion:
(...)
To-morrow for the young the poets
exploding like bombs, /the walks by the
lake, the weeks of perfect communion; /
to-morrow the bicycle races through the
suburbs on summer evenings. / But to-
day the struggle.
To-day the deliberate increase in
the chances of death, / Te conscious
acceptance of guilt in the necessary
murder; / To-day the expending of
powers / On the at ephemeral pamphlet
and the boring meeting.
(...)
Te stars are dead; the animals will
not look: / we are left alone with our day,
and the time is short / and History to the
defeated / may say Alas!, but cannot help
nor pardon.
Spain 1937 (1939)].
Como siempre que la literatura
toma partido partido hasta man-
charse (Gabriel Celaya [Hernani,
Guipzcoa, 1911-1991], La poesa
es un arma cargada de futuro), se
abre un debate...
2.
George Orwell (Eric Arthur
Blair, Motihari, estado de Bihar,
India, 1903-Londres, 1950) es-
cribi: Tis poem is one of the
few decent things that have been
written about the Spanish War.
Como testigo y como escritor,
tena autoridad para decirlo,
para apreciar el poema de W. H.
Auden y singularizarlo en la
creacin literaria y periodstica
de un asunto del que crea que
todo el que lo abordaba lo haca
con espritu partidista: Everyo-
ne who writes of the Spanish War
writes as a partisan, pero su in-
sobornable espritu libertario no
dud en acusar de estalinista un
terrible verso de Spain 1937:
Te conscious acceptance of guilt
in the necessary murder [La ad-
misin consciente de la culpa
en el asesinato necesario].
Militante del Partido Labo-
rista Independiente, un partido
socialista britnico radical y no
tibiamente socialdemcrata
como el Labour Party, Orwell
fue de la primera hornada de
brigadistas que se enrolaron en
la Guerra de Espaa y aunque
el que luego sera clebre autor
de Rebelin en la granja (1945)
y de 1984 (1949) ya haba escri-
to y publicado algunos libros
como Te Road to Wigan Pier
Diary (1933), un largo reporta-
je periodstico-literario sobre las
mseras condiciones de vida de
los mineros del norte de Ingla-
terra, no fue a Espaa como
otro intelectual preocupado por
su tiempo sino como soldado,
ms como el poeta John Corn-
ford que como el poeta Wystan
Hugh Auden, es decir, a comba-
tir. Con 32 aos, llega a Barce-
lona y se alista en las milicias
del Partido Obrero Unicado
Marxista (POUM), un partido
obrero marxista revolucionario
cuyas races procedan de una es-
cisin comunista y se proclamaba
de ideologa trotskista y, ante
todo, antiestalinista. Orwell fue
testigo y casi vctima de la repre-
sin del POUM y del anarco-
sindicalismo en las conocidas
como Jornadas de Mayo, Sucesos
de Mayo o Hechos de Barcelona,
que enfrentaron a sus militantes
con el gobierno de la Repblica.
Presidida por el doctor Juan
Negrn, socialista, hubo de ple-
garse a las directivas de Stalin
para contar con una ayuda mi-
litar que se juzgaba imprescin-
dible para ganar la guerra a las
poderosas fuerzas sublevadas,
desde el fascismo falangista a la
Iglesia, el gran capital y buena
parte de la alta ocialidad de los
ejrcitos. La orden de Stalin era
controlar a trotskistas y anar-
quistas hasta eliminar unas ten-
dencias revolucionarias que, por
antiautoritarias, se extendan
con rapidez y facilidad por Es-
paa y amenazaban la suprema-
ca del PCE.
Del 3 al 8 de mayo de 1937,
las fuerzas de la Repblica, auxi-
liadas por las milicias del Parti-
do Socialista Unicado de Ca-
talua, federado con el PCE, de
Esquerra Republicana y del Es-
tat Catal, se emplearon en san-
grientos combates contra las
milicias del POUM, de una
parte de la CNT y de otros pe-
queos grupos revolucionarios
aliados. La represin fue despia-
dada unos 400 muertos slo
en Barcelona y desmantel y
redujo a la nada a los revolucio-
narios. Los agentes soviticos en
Espaa estaban al mando del
I GNACI O FONTES
77 N 183 CLAVES DE RAZN PRCTICA
general Alexandr Mijailovich
Orlov (Bobruisk, Bielorrusia,
1895-Cleveland, Estados
Unidos, 1973), cnsul general
de la URSS en Barcelona y uno
de los grandes bellacos de la
Guerra de Espaa: el asesino de
Andreu Nin, el que organiz el
traslado de las reservas espaolas
de oro a Mosc, fue condecorado
con la orden de Lenin y, al nal,
perseguido por Stalin para ser
convenientemente purgado, se
exili a Estados Unidos para
vender all a su feroz jefe; los
soviticos, con policas
comunistas de confianza
mandados desde fuera de
Barcelona, secuestraron y
encarcelaron a los dirigentes del
POUM al margen de cualquier
legalidad y a su lder, Andreu
Nin (El Vendrell, Tarragona,
1892-Alcal de Henares,
Madrid, 1937), que haba sido
secretario de Trotski en Mosc,
lo torturaron y asesinaron
clandestinamente.
La propaganda articulada
por gobierno republicano,
soviticos y partidos comunistas
para justicar la brutalidad: que
el POUM y Nin estaban al
servicio de Hitler y de los
militares sublevados, funcion a
pesar de lo burdo de su
planteamiento: se diriga a una
poblacin que, aterrada por la
barbarie de la represin del
bando sedicioso cuatro mil
republicanos asesinados en la
plaza de toros de Badajoz el 15
de agosto de 1936, vea
enemigos de la Repblica,
amenazas ciertas para sus vidas,
all donde sealara cualquier
autoridad.
Pero no era el caso de Orwell,
quien, adems de vivirlo desde
dentro, unos das despus de la
matanza, el 20 de mayo, fue
gravemente herido en el cuello
en el frente de Huesca y, adems
enfermo de tuberculosis
enfermedad de la que morira
trece aos despus, se refugi
en Marruecos, tanto para
recuperarse como para evitar
convertirse en vctima de la
Repblica por la que haba ido
a luchar. Ah empez a redactar
Homenaje a Catalua (Homage
to Catalonia, 1938), un fresco
que recuerdo apasionante lo le
en 1970, cuando apareci la
primera edicin en castellano
(Ed. Ariel, Barcelona); una gran
decepcin escrita con un emo-
cionante estilo desapasionado:
Costaba mucho pensar en
aquella guerra con la misma
actitud ingenua e idealista que
antes, dice tras las Jornadas de
Mayo y hace suya la sentencia
que un corresponsal britnico le
solt el mismo da de su llegada
a Barcelona: Esta guerra es tan
sucia como cualquier otra,
cuando su primera impresin de
la ciudad haba sido muy otra:
Por encima de todo, se crea en
la revolucin y en el futuro, se
tena la sensacin de haber
entrado sbitamente en una era
de igualdad y de libertad. Los
seres humanos trataban de
comportarse como seres
humanos y no como engranajes
de la mquina capitalista.
Para Orwell, decir la verdad
es un acto revolucionario, que
ejerce en privado en carta a un
amigo: Casi todos nuestros
amigos y conocidos estn en la
crcel (...) sin que pese sobre
ellos ninguna acusacin excepto
la de ser sospechosos de
trotskismo. Cuando me march
estaban ocurriendo las cosas
ms terribles, detenciones
masivas, heridos arrastrados
fuera del hospital y arrojados a
la crcel, gentes apretujadas en
repugnantes guaridas (...),
presos golpeados y muertos de
hambre (julio de 1937) y en
pblico: (...) El POUM era
sin duda el ms dbil en nmero
de todos los partidos revo-
lucionarios, y su supresin no
atae, sino relativamente, a
pocas personas. Segn todos los
indicios, no habr en total ms
de una veintena de fusilados o
condenados a largas penas de
prisin, centenares de existencias
destrozadas, y algunos millares
de perseguidos pasajeramente.
Sin embargo, su supresin es,
como sntoma, muy importante.
En primer lugar, muestra
claramente al extranjero lo que
ya era evidente a ojos de algunos
observadores en Espaa: que el
actual Gobierno tiene ms
puntos de semejanza que de
diferencia con el fascismo. Lo
que no significa en modo
alguno que no valga la pena
luchar contra el fascismo ms
abierto de Franco y Hitler. En
cuanto a m, ya haba
comprendido desde mayo la
tendencia fascista del Gobierno,
pero no por eso dej de ir de
nuevo voluntario al frente,
como hice (Eye-witness in
Barcelona Testigo en
Barcelona, Controversy, agosto
de 1937).
Desde esas premisas, se
entiende la acusacin de Orwell
a Auden a quien haba
calicado en 1933 como una
especie de Kipling sin arrestos
por manchar su poema pico
con un principio propio del
nazismo y del estalinismo, en
el verso citado. Desde la
izquierda libre, la voz de Orwell
se alza con una rmeza moral
en los antpodas de la
complaciente actitud esttica,
posibilista o, peor, sumisa al
partido, burguesa en el fondo
y en cualquier caso, de una
gran parte de sus compaeros
de filas y viaje ideolgico-
sentimental a la Guerra de
Espaa:
(...)
Hoy, el premeditado incremento
del riesgo de morir, / la admisin cons-
ciente de la culpa en el asesinato nece-
sario; / hoy, el gasto de energas / en el
dogmtico efmero paneto y el abu-
rrido mitin (...)
[(...) To-day the deliberate increase in
the chances of death, / Te conscious
acceptance of guilt in the necessary
murder; / To-day the expending of powers
/ On the at ephemeral pamphlet and
the boring meeting (...)].
La (...) estancia pretende ser una
suerte de boceto de un da en la vida
del buen militante. Por la maana,
un par de asesinatos polticos; una
pausa de diez minutos para ahogar
remordimientos burgueses, luego un
almuerzo apresurado y una laboriosa
jornada vespertina pintando muros y
distribuyendo panetos. Todo muy
edificante. Pero obsrvese la frase
asesinato necesario. Slo podra ser
escrita por alguien para quien asesinato
es, como mucho, una palabra.
Personalmente, yo no hablara con
tanta ligereza de asesinato. Ocurre que
yo he visto los cuerpos de numerosos
hombres asesinados no quiero decir
muertos en batalla; quiero decir asesina-
dos. Por eso tengo alguna idea de lo
que signica el asesinato, el terror, el
odio, las autopsias, la sangre, los olores.
Para m, el asesinato es algo que se ha de
evitar. Como para cualquier persona
normal. Los Hitler y los Stalin encuen-
tran necesario el asesinato, pero no pro-
claman su insensibilidad y no hablan de
ello como asesinato; es liquidacin,
eliminacin o cualquier otra monserga.
La clase de amoralidad de Mr. Auden
slo es posible si uno es ese tipo de per-
sona que siempre est en otro sitio cuan-
do se tira de gatillo, como mucha ideo-
loga de izquierdas es una forma de jugar
con fuego de gente que an no sabe que
el fuego quema. El belicismo al que se ha
entregado la intelectualidad en el perio-
do 1935-9 se ha basado ampliamente en
una sensacin de inmunidad personal.
La actitud fue muy diferente en Francia,
donde el servicio militar es difcil de
eludir e incluso los hombres de letras
saben lo que pesa una mochila.
(G. Orwell, Inside the Whale, 1940).
En este libro de ensayos,
Orwell recoga y ampliaba la
crtica que ya haba formulado
en un ensayo publicado en Te
Adelphi. Magazine of the New
Writing, en diciembre de 1938,
donde escribi que si Auden
usaba ese lenguaje era porque
nunca ha cometido un asesina-
to, quizs ningn amigo suyo
haya sido asesinado, posible-
DE NYC A BCN: AUDEN, ORWELL & LA GUERRA DE ESPAA
78 CLAVES DE RAZN PRCTICA N183
mente nunca ha visto el cadver
de un hombre asesinado.
Desde luego que Orwell no
fue el nico en experimentar
tan brutal desencanto de su ex-
periencia espaola, pero s uno
de los pocos en expresarla; me-
jor dicho, en quererla expresar,
pues percibi en s mismo que
lo polticamente correcto impeda
decir la verdad. El citado histo-
riador Eric Hobsbawm alude a
ello en el 70 aniversario de la
edicin del poema de Auden:
Es obvio que un buen nmero de
voluntarios extranjeros llegados a Espa-
a, intelectuales o no, quedaron impre-
sionados por lo que all vieron, por el
sufrimiento y la atrocidad, por lo des-
piadado de la guerra, por la brutalidad
y la burocracia en su propio bando, y, si
eran conscientes de ello, por las intrigas
y las disputas polticas de las camarillas
internas de la Repblica, por el com-
portamiento de los rusos y por muchas
ms cosas (War of ideas, The
Guardian, 17 de febrero de 2007,
Londres, http://books.guardian.co.uk).
El propio Auden dir, aos
despus de su turbulenta rela-
cin con la Guerra de Espaa y
con su propio poema: De no
ser un estalinista inflexible,
no conozco a nadie que estuvie-
ra en Espaa durante la Guerra
Civil que volviera con sus ilu-
siones intactas. Pero, como
muchos, Auden no slo se guar-
d de expresar sus crticas y des-
acuerdos sino que escribi en
favor de la causa republicana.
La idea general en la izquier-
da britnica, en otras tambin,
era que la crtica a los desmanes
de los leales (loyalists es el trmi-
no) supona un apoyo objetivo
a los fascistas (d.). Por eso,
Victor Gollancz (Londres,
1893-1967), editor habitual de
George Orwell, rechaz publi-
car su Homenaje a Catalua.
Gollancz no slo fue un editor
mtico su Victor Gollancz Ltd.
fue una de las primeras grandes
editoriales modernas, utilizando
la publicidad como lo haca
cualquier otro producto a la
venta y creando un crculo de
lectores, el Left Book Club
(1936), que proclamaba desde
el ttulo su orientacin ideolgi-
ca sino un humanista de iz-
quierdas que denunci como
propio de nazis el trato que los
aliados daban a los alemanes de-
rrotados y compar sus campos
de concentracin con los hitle-
rianos de exterminio; adems,
fue decisivo impulsor de las
campaas de abolicin de la
pena de muerte en Gran Breta-
a en los aos 50.
Escribe Orwell a un amigo:
Mucha gente me ha dicho con
distintos grados de franqueza que no se
debe contar la verdad de lo que est
sucediendo en Espaa y del papel
desempeado all por el Partido
Comunista, porque hacerlo
predispondra a la opinin pblica
contra el gobierno espaol, y as,
ayudara a Franco.
Kingsley Martin (1897-
1969), el director del prestigioso
semanario de izquierdas New
Statesman, tampoco quiso pu-
blicarle un resumen y adelanto
de su precioso (y preciso) libro.
Orwell, en la creencia, com-
partida por tantas gentes de iz-
quierda, de que todo debe sacri-
carse en aras a preservar un
frente comn contra el ascenso
del fascismo, termin por re-
signarse provisionalmente al si-
lencio: Lo que dices respecto a
no dejar que los fascistas dis-
pongan de las disensiones entre
nosotros es muy cierto. Pero
tan provisional que, en 1938,
acept dar el libro a Fredric
Warburg, un ex-editor de textos
acadmicos, y Roger Senhouse,
relacionado con el Bloomsbury
Group, quienes haban compra-
do la famosa editorial Martin
Secker, en quiebra; la haban
rebautizado en 1936, Secker &
Warburg, y la orientaban en la
senda por la que Orwell se anti-
cip: la que sera una poderosa
corriente ideolgica europea
tras el final de la Segunda
Guerra Mundial y hasta la
desaparicin de la Unin
Sovitica: el humanismo
marxista de una izquierda
antifascista y antisovitica, si no
anticomunista.
Los 1.500 ejemplares que se
tiraron de Homage to Catalonia
llamaron tan poco la atencin
del pblico, escondido por la
crtica, que cuando Secker &
Warburg la reedit en 1951 an
quedaban paquetes de libros de
la primera edicin en los alma-
cenes de la editorial. Pero ya
haba comenzado la Guerra Fra
y la voz de Orwell haba pasado
de polticamente incorrecta y
excntrica a ser proftica... Cla-
ro que entre una y otra edicin,
ya haba publicado sus dos obras
maestras si bien la popularidad
y el xito llegaron tras la muerte
del autor, Rebelin en la granja
(Animal Farm, 1945) y 1984
(1949). Animal Farm es un tra-
sunto satrico de la Unin So-
vitica, que prostituye la revolu-
cin proletaria convirtindola
en una tirana regida por un te-
rrible artculo nico: Todos los
animales son iguales, pero algu-
nos son ms iguales que otros.
Antes de hablar de 1984,
anotemos que aunque Auden
rechaz la amarga crtica polti-
ca de Orwell a su Spain 1937,
slo a los hagigrafos del poeta
les caben dudas de que el certero
anlisis lo zarande profunda-
mente. Aos despus pudo ex-
presar, por n, su rechazo a la
revolucin que se vivi dentro
del bando republicano espaol,
a los asesinatos de curas y a la
profanacin y quema de igle-
sias, que estremeci sus arraiga-
das convicciones religiosas en
las que el agnosticismo no fue
sino una vivencia entre dos con-
vicciones en la fe cristiana. Re-
chazo que haba callado para no
dar ninguna baza propagands-
tica al bando de los traidores
encabezados por Franco (T. R.
Healy, Auden and Orwell in
the Heart of the Fire, Umbre-
lla. A Journal of poetry and kin-
dred prose, spring 2007, www.
umbrellajournal.com).
Auden calic la andanada
de Orwell de profundamente
injusta, pero no se lo deba
parecer de puertas adentro,
pues cuando incluye el poema
en su volumen Another Time
(1940), sustituye el aciago ne-
cessary murder, en el verso Te
conscious acceptance of guilt in
the necessary murder, por un
funcionarial fact of murder: Te
conscious acceptance of guilt in
the fact of murder, una manera
de aludir al asesinato como
algo inherente al hoy del poe-
ma, propio e inevitable en la
guerra, probablemente un jue-
go de palabras con la expresin
fact of life, la realidad de la
vida, lo que est en la naturale-
za de las cosas.
Un remiendo de la virgini-
dad del poema que no conven-
ci al propio Auden sus bi-
grafos suponen, por su cuenta y
sin pruebas, que s satiszo a
Orwell, quien contendi con
su crtico durante aos, intent
pasarlo por la izquierda -Matar
a un ser humano es siempre un
asesinato y nunca debera ser
llamado de otra manera, opuso
al muerto en batalla que
Orwell distingue del asesina-
do e incluso trat de justicar
lo que haba escrito: Si se trata
de una guerra justa, entonces el
asesinato puede ser necesario
por el bien de la justicia...
Segn su bigrafo y albacea
literario, Edward Mendelson,
para Auden, necessary signica
lo que est decidido o ya de-
terminado, por lo que el asesi-
nato es percibido como una
consecuencia inevitable en el
cumplimiento de las demandas
de la historia; determinismo
que, cmodamente, excluye la
libertad de eleccin. Y segn el
poeta:
No excuso los crmenes totalitarios
sino que trato de decir lo que, segura-
mente, piensa cualquier persona de-
cente que se crea incapaz de adoptar la
posicin pacista absoluta.
Paparruchas. Saba tan bien
que la razn estaba de parte de
su crtico que, tras edulcorar el
verso, termin por repudiar su
Spain 1937 entero, no volvi a
publicarlo nunca y prohibi
que se incluyera en las antolo-
gas de su obra... Seguramente
volva al canon potico que
haba formulado en los aos 30,
cuando fue consagrado como
heredero de la generacin ante-
rior, la gran poesa anglosajona
de los Eliot, William Butler
Yeats (Dubln, 1865-Roquebru-
ne-Cap-Martin, Francia, 1939),
I GNACI O FONTES
79 N 183 CLAVES DE RAZN PRCTICA
Dylan Tomas (Swansea, Gales,
1914-Nueva York, 1953), los
norteamericanos William Car-
los Williams (Rutherford, 1883-
4 de marzo de 1963), Ezra
Pound (Hailey, Idaho, Estados
Unidos, 1885-Venecia, Italia,
1972), etctera:
A la poesa no le concierne decirle
a la gente lo que debe hacer, sino ex-
tender el conocimiento de lo bueno y
lo malo, quizs impulsar la necesidad
de una accin urgente y aclarar su na-
turaleza (...) llevarnos a un punto don-
de nos sea posible hacer una eleccin
racional y moral (1935).
Volvi al canon potico
cuando la Guerra de Espaa
an no lo haba obligado a hacer
esa eleccin.
3.
Y, en n, camino (areo) de
vuelta a Espaa, a Barcelona,
una rbrica paradjica a la que
es tan aficionada Madame
lHistoire: a nales de los aos
90 del pasado siglo, el ayunta-
miento de Barcelona decidi
derribar una serie de bloques de
infraviviendas en el hiperurba-
nizado distrito del Barrio Gti-
co, escaso de espacios abiertos y
ajardinados, precisamente para
ganar una plaza y sembrar di-
cen en mi pueblo unos arboli-
tos. La corporacin bautiz la
nueva glorieta en el barrio viejo
la Ciutat Vella como Plaza de
George Orwell, en homenaje al
homenajeador de Catalua.
En vsperas de la guerra
mundial, Auden se fue a Esta-
dos Unidos con el escritor
Christopher Isherwood (Disley,
Cheshire, Gran Bretaa, 1904-
Santa Mnica, Estados Unidos,
1986), su amante y colabora-
dor, con quien haba vivido en
Berln y de donde salieron ante
la amenaza nazi. En Gran Bre-
taa se les reproch que, as,
evitaran la leva aunque Auden
sirvi simblicamente en Berln
al nal de las hostilidades, en el
U.S. Strategic Bombing Survey,
estudiando los efectos de los
bombardeos masivos en la mo-
ral de los alemanes....
El coherente Orwell se alist
en el cuerpo de la Home Guard
y mereci una condecoracin,
la Medalla de la Defensa, y lue-
go trabaj para el Servicio
Oriental de la BBC, en progra-
mas de propaganda destinados a
que India y los pases del este de
Asia se sumaran a la guerra con-
tra el fascismo, contra Japn;
propaganda tan grosera que le
haca sentirse como una naran-
ja pisoteada por una bota muy
sucia y que le hizo renunciar a
la cmoda situacin de funcio-
nario para emplearse como co-
lumnista y editor literario del
Tribune Magazine, semanario
londinense de izquierdas, donde
se consagr como uno de los
mejores escritores de peridicos
de su poca y donde atrajo de-
nitivamente el inters del
famoso e infame MI5 (Military
Intelligence, Section 5:
Domestic intelligence, hoy
Security Service), el servicio
militar de espionaje de los
propios ciudadanos britnicos,
verdadero inspirador del Big
Brother de su proftica si
George Orwell hubiera sido de
derechas, hoy estara en los
altares como santo y profeta
novela 1984, aunque la propa-
ganda occidental, entre otras la
de los servicios de la Inteligencia
Militar britnica, hayan
tratado de distraer el objetivo de
su novela, haciendo creer que
se trataba de una nueva
acusacin contra el estalinismo.
No: Animal Farm es un retrato
satrico del sistema sovitico;
1984, una estremecedora
denuncia del sistema occidental,
cuyos dirigentes suplantan la
democracia por el control y la
represin ejercidos por los
grupos de poder. Aunque, desde
luego, no dejara nunca de
arremeter contra el autoritarismo
hasta el punto de que en 1949,
ya gravemente enfermo de la
tuberculosis que lo matara al
ao siguiente, entreg a una
amiga suya que trabajaba en el
MI5 y por la que supo que los
espas de Su Graciosa Majestad
llevaban doce aos detrs de
l una lista de treinta y siete
escritores y artistas que
consideraba con tendencias
estalinistas, desde el citado
director del New Statesman,
Kingsley Martin, a Charlie
Chaplin... Se dice que nunca
renunci al socialismo demo-
crtico que lo anim toda su
vida y que tal innoble chivatazo
obedeci tanto al deseo de ayu-
dar a su amiga espa y correli-
gionaria como a su profunda
conviccin de que el comunis-
mo estalinista era un peligro tan
real para Europa como lo ha-
ban sido el franquismo para
Espaa, con xito, y el fracasado
nazismo para Alemania.
Quin sabe; toda esa genera-
cin de intelectuales britnicos
tuvieron una turbia relacin en-
tre s y cada uno consigo mis-
mo. Orwell, tras tres aos de
agona de hospital en hospital,
dej ordenado en sus ltimas
voluntades que lo enterraran de
acuerdo al rito anglicano que
haba abandonado en su lejana
juventud para luchar en esta
vida por esta vida y no por la
del ms all...
Pero estbamos con la Seo-
ra Historia Paradjica y en Bar-
celona, en la Plaza de George
Orwell. Al poco de su solemne
inauguracin por la corporacin
municipal gobernada por el
PSOE, empez a ser conocida
como Plaza del Tripi, pues el
nuevo espacio urbano se convir-
ti en punto de reunin del pe-
queo mercado clandestino de
drogas tripi, del ingls trip,
viaje: trocito de cartulina de
medio centmetro cuadrado im-
pregnada de cido lisrgico
(LSD), tambin conocida en
argot como cartn de la risa, ajo,
etctera. Para controlar a los
pequeos delincuentes, came-
llos, y a los pobres toxicmanos,
enganchados, la corporacin
municipal, tambin socialista e
ilustrada, quizs lectores de
Orwell seguro que del Home-
natge a Catalunya (primera edi-
cin en cataln: Ed. Ariel, Bar-
celona, 1969), por patriotismo
y para saber qu haban bautiza-
do, y los ms ilustrados, de
1984 y los polticos, especia-
listas en no ponerse colorados
como son (deca Pepe Gonzlez
Cano), decidieron inaugurar el
servicio de cmaras de video-vi-
gilancia de la ciudad ni ms ni
menos que en la Plaza de Geor-
ge Orwell!
Y a cada uno, su paradoja: en
1971, tres aos antes de morir
Auden, el secretario general de
Naciones Unidas, Maha Tray
Sithu U Tant (Pantanaw, Bir-
mania, 1909-Nueva York,
1974), le encarg que escribiera
los lyrics del Himno a las Nacio-
nes Unidas que a los 95 aos
estaba componiendo Pau Ca-
sals, el glorioso violonchelista
cataln. Dice Auden:
(...) Cuando todos somos herma-
nos, / no el annimo Otros, / y morta-
les / cuidaos de las palabras / pues
mentimos con ellas, / podemos decir
paz / cuando queremos decir guerra
(...).
[(...) Where all are brothers,/ none
faceless Others,/ et mortals/ beware of
words,/ for with words we lie,/ can say
peace/ when we mean war, (...)].
Sic transit.
Madrid, octubre de 2007.
[Este ensayo, De NYC a BCN: Auden,
Orwellla Guerra de Espaa, pertenece
al libro El ocio de amar (indito).]
Ignacio Fontes de Garnica es perio-
dista y escritor. Su ltima publicacin
es El parlamento de papel. Las revistas
espaolas en la transicin democrtica.