Asunción, 01 de octubre de 2014
Cleopatra Doumbia Henry
Directora Departamento de Normas Internacionales
Organización Internacional del Trabajo
En primer lugar, agradecer la oportunidad y el espacio que la OIT le entrega a la Federación
Nacional de Estudiantes Secundarios para manifestar nuestro análisis sobre el modelo y la educación
actual que tiene el Paraguay.
Para empezar nuestro análisis, es importante tomar ciertos elementos del pasado que vale la
pena mencionar. La dictadura Stronista que produjo gran atraso y un retroceso en los movimientos
sindicales, sociales y estudiantiles; Gobiernos “democráticos” que le siguieron que iban bajo la misma
lógica de la dictadura, manteniendo los privilegios de los más ricos, la desigualdad y exclusión social; El
golpe de Estado Parlamentario del 2012; y actualmente, el gobierno del empresario Horacio Cartes. Esto
son los elementos mínimos a considerar si se quiere entender la realidad nacional en general y la
educación en particular.
Paraguay tiene 7 millones de habitantes, 38,1% de ellos en situación de empobrecimiento. Es
uno de los países más desiguales de la región, donde el 2% concentra el 85% de las tierras y el 40% más
pobre de la población recibe apenas el 11% del total de los ingresos del país, mientras el 10% más rico
concentra algo más del 40% de la riqueza. El 48% de la población es joven (entre 10 y 34 años), de la cual
el 43% vive en las zonas rurales y el 57% en las urbanas, con una alta tasa de migración/expulsión del
campo a la ciudad. El 12% de la juventud está desempleada, 26% en situación de subempleo, y de los
que se encuentra trabajando, 81% lo hace reconocidamente bajo regímenes de explotación donde ni
siquiera cuentan con un contrato.
Aprovechando la oportunidad, mencionamos y denunciamos las altas tasas de trabajo infantil y
juvenil que existen actualmente. Manifestamos que la única preocupación que debe tener un niño o
joven es sobre sus estudios y lastimosamente aquí eso no es así. Repudiamos que en este actual modelo
neoliberal y que este gobierno no se preocupe de este tema y realicen acciones para atenuarlo.
Queremos que nuestros jóvenes estudien para que sean técnicos y profesionales comprometidos con un
cambio social, no que sean niños trabajadores en situación de esclavitud que ayuden a perpetuar este
sistema injusto y desigual.
En Educación, el 13% de la juventud paraguaya no ha completado la primaria, mientras el 50%
no ha terminado el nivel medio. De 20 niños que comienzan la educación primaria, solo 5 terminan la
secundaria, según los datos de la I Encuesta Nacional de Juventud, 2011.
La “calidad” de la educación recibida es bastante baja según los estándares internacionales. Bien
sabemos que el modelo educativo actual está orientado a reproducir el modelo de sociedad excluyente
y desigual en el que vivimos. Entonces la calidad recibida es servir a los intereses de las empresas,
oligarquías y sectores económicos que concentran el poder.
La calidad académica se ve también afectada por la precarización del trabajo de los docentes. En
los colegios cada vez más existen los profesores “taxi” que deben ir de un lugar de trabajo a otro para
poder ganar un sueldo que les permita vivir dignamente.
Podríamos decir que el problema de la educación en Paraguay tiene su base en el problema de
la tierra. Paraguay es eminentemente agrícola, por lo que la concentración de tierras produce la
expulsión de campesinos a la ciudad, centralizando la educación y precarizándola sobre todo en el
interior del país, destacando además el hecho que la educación formal está enmarcada en un modelo
Capitalista, sin ningún enfoque a la integración y excluyendo sectores importantes: campesinos,
indígenas y trabajadores.
El actual gobierno de Derecha, empresarial y privatizador de Cartes lo que busca es desmantelar
el Estado, que se desprenda de su rol de protector y garantizador de derechos, para ser un mero
supervisor y delegar funciones propias del Estado a los privados. Siguiendo el modelo chileno de los
años ’90. En este sentido, una de sus primeras medidas fue aprobar (con apoyo de un Congreso
totalmente funcional y cómplice) la Ley de Alianza Público Privada, conocida como la Ley APP.
Aterrizando nuestro discurso. Lo que hace esta ley de APP y la ley del Fondo Nacional de
Inversión Pública y de Desarrollo (FONACIDE), es simplemente “ponerle un broche de oro” a la
privatización de toda la educación, es decir, permitir que el sector privado entre a la educación en la
construcción, mantenimiento, logística o en la administración de las instituciones educativas, en todos
sus niveles. Dejando al Estado solo encargado de fijar los requisitos mínimos para que cualquier
empresario o grupo corporativo, pueda crear colegios y/o universidades que pongan en primer lugar el
lucro. Desentendiendo al Estado de toda la educación del país y dejando que el mercado opere
libremente. Incluso hasta la “calidad educativa” que puedan entregar es cuestionable, ya que, como
mencionamos anteriormente lo que buscan es crear obreros obedientes, especializados en una función
particular dentro del sistema y no ciudadanos críticos.
Bajo este análisis la FENAES se plantea la lucha por una educación Pública, Gratuita y de Calidad.
Siendo el año 2014 un año decisivo para nosotros, hemos logrado adherir a un número importante de
colegios y trabajamos para conseguir aún más, sobretodo del interior del país. Realizamos un paro
exitoso donde instalamos nuestras reivindicaciones, hemos apoyado constantemente a los docentes
fortaleciendo una unidad de los sectores educativos y hace muy pocos días concluimos nuestro
Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios, donde se definió la política y las líneas a seguir para el
año 2015, entre otras cosas.
En esta asamblea, nuestras bases decidieron como acción inmediata solicitar la renuncia de la
Ministra de Educación Marta Lafuente, las razones expuestas fueron por: incapacidad en un año de
gestión donde no se ven cambios y particularmente por no buscar caminos reales al dialogo;
intransigente con las demandas de los secundarios y docentes, apostando al desgaste y no a la solución;
y como última razón, pero no menos importante, es que una Ministra que nos dice a estudiantes y
profesores que no hay dinero, no puede subirse arbitrariamente el sueldo 5 veces más al que ya tenía. O
sea, por estos motivos es que no reconocemos a Marta Lafuente como interlocutora válida para dialogar
y por estas razones solicitamos la renuncia de la Ministra.
Para finalizar, agradecemos nuevamente el espacio y la oportunidad y reiteramos nuestra
convicción que solo la lucha y la unidad podrán llevar nuestras exigencias a un buen puerto, por el bien
de todo el estudiantado.
¡Que vivan los estudiantes!