Una mirada a las 4 paradojas de AA...
Nos rendimos para triunfar.
Aparentemente el rendirse no significa triunfar. Pero en A.A. es as. nicamente cuando
hemos llegado al final de nuestros recursos, cuando nos hemos encontrado frente a una
pared de piedra en algunos aspectos de nuestra vida, la cual no nos permite seguir adelante;
nicamente cuando hemos llegado al fondo, en desesperacin y rendiciones, es cuando
podemos alcanzar la sobriedad que nunca pudimos lograr antes. Debemos (y lo hacemos)
rendirnos para triunfar.
Debemos dar para conservar.
Esto parece absurdo y falso. Cmo se puede conservar algo si se regala? Pero para
conservar lo que obtenemos en A.A., debemos darlo a otros, sin honorarios ni recompensa de
ninguna naturaleza. Si no podemos permitirnos el dar a otros lo que recibimos tan libremente
en A.A. podemos prepararnos para nuestra prxima borrachera. Esto suceder
inevitablemente tarde o temprano. Debemos estar dispuestos a dar para conservar.
Tenemos que sufrir para curarnos.
No hay manera de escapar a la crisis, al terrible sufrimiento de remordimientos,
arrepentimiento, vergenza y dolor que nos pone en el camino de la curacin de nuestro mal.
No hay manera de evitarse las consecuencias del otro da despus de una borrachera. Es
doloroso, y para nosotros, necesario. Le dije esto a un amigo mo mientras estaba sentado
temblando en su cama: Mira Juan, sabes que tendrs que pasar por tu crisis de temblores
tarde temprano. Por Dios!, me contest, entonces que sea tarde. Debemos sufrir para
curarnos.
Debemos morir para vivir.
Esta es una hermosa paradoja sacada directamente de la idea bblica de volver a nacer o
de perder nuestra vida para encontrarla. Cuando practicamos los doce pasos, la vieja vida
de beber y pensar torcidamente va gradualmente olvidndose, y adquirimos un mtodo de
vida diferente, nuevo y mejor. Al desaparecer nuestros defectos, una de nuestras vidas muere,
y la otra renace. Nosotros en A.A. morimos para vivir.