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Roudinesco - La Familia en Desorden

Contribución de la conocida escritora al psicoanálisis de los trastornos familiares.
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Roudinesco - La Familia en Desorden

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22

Traduccin de
HORACIO PONS

~Aj'

lisabeth Roudinesco

~a\Q loro.~ ?r-e..\\vvH (\oxes

CP,9;hAlo.S fil Y lJL

FONDO DE CULTURA ECONMICA


MXICO - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE - EsPAA
EsrADOS UN!OOS DE

AMER!CA_-_ GUATEMALA

- PER - VENEZUELA

Primera edicin en francs, 2002


Primera edicin en espaol, 2003
Primera reimpresin, 2004

Palabras preliminares

Ttulo original: La famille en d..sordre


2002 , Librarie Art:heme Fayard, 2002
ISBN de la edicin original: 2-213-6121-53

DR

2003,

foNOO DE CuLnJRA ECONMICA DE ARGENTINA SA

El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires


E-mail: [email protected] / www.fce.com.ar
Av. Picacho Ajusco 227, 14200 Mxico DF
ISBN:

950-557-552-1

"Fotocopiar libros est penado por la ley.


Prohibida su reproduccin total o parcial por cuaiquier medio
de impresin o digital. en forma idntica, exrracrada o modificada,
en castellano o en cualquier oao idioma, sin la autorizacin
expresa de la editorial.
PRINTED IN ARGENTINA
Hecho el depsirn que marca la ley 11.723

lMPRESO EN LA ARGENTINA -

Los recientes debates sobre el pacro civil de solidaridad 1


pusieron a la luz del da una situacin indita en la cual no
haban pensado realmente ni los antroplogos, ni los psi~
coanalistas, ni los filsofos, ni los socilogos, ni los historiadores: por qu hombres y mujeres homosexuales manifiestan un deseo semejanre de normalizarse? Por qu reivindican el derecho al matrimonio, la adopcin y la procreacin
mdicamente asistida? Qu ha pasado desde hace treinta
aos en la sociedad occidental para que sujetos alternativamente calificados de sodomitas, invertidos, perversos o enfermos mentales deseen ahora, no slo ser reconocidos como
ciudadanos con todas las de la ley, sino adoptar el orden
familiar que tanto contribuy a su infelicidad?
Por qu ese deseo de familia, siendo que la homosexualidad siempre fue rechazada de la institucin del matrimonio
y la filiacin, al extremo de convertirse, con el paso de los
siglos, en el gran significante de un principio de exclusin.
En 1973, la revista Recherches public un nmero especial titulado "Trois milliards de pervers" ["Tres mil millones
1

El pacro cvil de solidaridad enrr en vigor en Francia por una ley


votada el 15 de noviembre de 1999. La medida permite a las parejas
(homosexuales o heterosexuales) legalizar su unin mediante un contrato especfico, pero no da derecho a la adopcin de hijos o a la procreacin mdicamenre asistida.

.:=~::..

LA FAMILIA EN DESORD8;::?:

de perversos"]. Contra toda clase de prejuicios, filsofos,


escritores y psicoanalistas reivindicaban para los homosexuales un derecho a la diferencia, y sealaban que:
la maquinacin homosexual rompe con cualquier forma
de adecuacin posible a un polo parental identificable[ ... ].
Decimos simplemente que, entre algunos otros, el homosexual puede ser, puede convertirse en el lugar de una gran
ruptura libidinal en la sociedad, uno de los puntos de surgimiento de la energa revolucionaria deseante de la cual
sigue desconectada la militancia tradicional. No perdemos de vista, empero, que tambin existe una locura de
asilo infinitamente desdichada, o una homosexualidad
infinitamente vergonzosa y miserable. 2

Los signatarios se erigan en los herederos de la larga historia de la raza maldita, magnficamente encamada, a sus ojos,
por Osear Wilde, Arthur Rimbaud y Marcel Proust. La sin,
gularidad de un destino, aunque fuera el de la anonnalidad,
les pareca preferible al hundimiento en la monotona de
una vida acadmica y sin brillo. Apelaban a "nuestros aman,
tes, los bereberes", contra toda forma de opresin familiar,
colonial y sexual.
La familia era entonces impugnada, rechazada, declarada
funesta para la expansin del deseo y la libertad sexual. Asimilada a una instancia colonizadora, pareca cransmtir todos los vicios de una opresin patriarcal: prohiba a las mujeres el goce de su cuerpo, a los nios el de un autoerotismo sin
trabas y a los marginales el derecho a desplegar sus fantasmas
y prcticas perversas. Edipo era visto en esos das, junto con
1

Recherches, marzo de 1973. Enue los particpames enconcramos


los nombres de Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jean Genet, Flix
Guattari. etctera.

PALABRAS PRELIMINARES

Freud, Melanie Klein y Lacan, como el cmplice de un capitalismo burgus del cual era preciso liberarse so pena de volver a caer bajo el yugo del conservadorismo. El antiedipismo
haca furor, 3 apoyado, por otra parte, en la gran tradicin de
los utopistas o libertarios que, de Platn a Campanella, haban soado con una posible abolicin de la familia. 1
En nuestros das, los interesados juzgan obsoletas esas
opiniones, e incluso hostiles a la nueva moral civilizada en
bsqueda de norma y familiarismo recuperado. Pues parece
claro que el acceso tan esperado a una justa igualdad de
derechos en materia de prcticas sexuales -para las mujeres, los nios, los homosexuales- tiene como contrapartida, no la proclamacin de una ruptura con el orden establecido, sino una fuerte voluntad de integracin a una norma
antao deshonrosa y origen de persecuciones.
Al mismo tiempo, jams fue el sexo tan estudiado, codificado, medicalizado, expuesto, medido, peritado. Las numerosas investigaciones y pericias contemporneas sobre la.
familia o su situacin tienen como corolario nuevos estudios sexolgicos acerca de las parejas y los acoplamientos
ms sofisticados. Las descripciones prosaicas de las distintas
prcticas florecen en el lugar de una palabra sobre el sexo ,
rebelde o ntima. Tambin confirman el enorme inters que
1

El antiedipismo se apoyaba en la obra de Gilles Deleuze y Flix


Guattari, L'Anci-CEdipe . Capralisme et Schizophrnia, Pars, Minult, 1972
[trad. esp.: El anci-Edipo . Capitalismo y esquizofrenia, Barcelona, Paids,
1998]. Al respecto, el lector debe remitirse al captulo 7 de la presente
obra, "El poder de las madres".
4
"Las mujeres de nuestros guerreros", escribe Platn, "sern comunes a todos: ninguna de ellas vivir en particular con ninguno de ellos.
Del mismo modo, los nios sern compartidos y los padres no conocern a sus hijos; ni stos, a sus padres" (La Rpublique, Pars, Gallirnard ,
col. "Bibliotheque de la Pliade", 1950, p. 415 [trad. esp .: Repblica.,
Buenos Aires, Eudeba, 1977]).

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10

LA FAMILIA EN DESORDtN

n~

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PALABRAS PRELIMINARES

11

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nuestra poca presta hoy a una forma indita de pornografa que podemos calificar de puritana, visto que presenta
una clasificacin fra, minuciosa y casi botnica de las diferentes exhibiciones del sexo: en la literatura, la pintura, el
arte cinematogrfico.
Asociado a ese fenmeno, el gran deseo de nonnatividad
de las antiguas minoras perseguidas siembra el desorden en
la sociedad. Todos temen, en efecto, que no sea otra cosa que
el signo de una decadencia de los valores tradicionales de la
familia, la escuela, la nacin, la patria y sobre todo la paternidad, el padre, la ley del padre y la autoridad en rodas sus
formas. En consecuencia, lo que perturba a los conservadores
de todos los pelajes ya no es la impugnacin del modelo familiar sino, al contrario, la voluntad de someterse a l. Excluidos de la familia, los homosexuales de antao eran al
menos reconocibles, identificables, y se los marcaba y estigmatizaba. Integrados, son ms peligrosos por ser menos visibles. Todo sucede como si hubiera que rastrear en ellos lo
inefable, lo idntico o la diferencia abolida. De all, el terror
del final del padre, de un naufragio de la autoridad o de un
podero ilimitado de lo materno, que ha invadido el cuerpo
social en el momento mismo en que la clonacin parece amenazar al hombre con una prdida de su identidad.
Sin orden paterno, sin ley simblica, la familia mutilada
de las sociedades posindustriaies se vera, dicen, pervertida
en su funcin misma de clula bsica de la sociedad. Quedara librada al hedonismo, la ideologa de la "falta de
tabes". Monoparental, homoparental, recompuesta, deconstruida, clonada, generada artificialmente, atacada desde adentro por presuntos negadores de la diferencia de los
sexos, ya no sera capaz de transmitir sus propios valores. En
consecuencia, el Occidente judeocristiano y, ms an, la
democracia republicana estaran bajo la amenaza de la des-

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composicin. De all, la evocacin constante de las catstrofes presentes y venideras: los profesores apualados, los
nios violadores y violados, los automviles incendiados,
los suburbios librados al crimen y la ausencia de toda autoridad.
De tal modo, y con respecto a la familia, nuestra poca
enera un trastorno profundo 1 uno de cuyos reveladores s~
ra, a mi juicio, el deseo homosexual. convenido en deseo
de normatividad, en el momento mismo en que los poderes
del sexo parecen esrar ms extendidos gue nunca en el corazn de una economa liberal que tiende cada vez ms a
reducir al hombre a una mercanca.
He consagrado este trabajo a penetrar el secreto de esos
trastornos de familia.

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<)

~ Fundada durante siglos en la soberana divina del padre, la


c. familia occidental se vio, en el siglo XVlll, ante el desafo de

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la irrupcin de lo femenino. Se transform, entonces, con la


aparicin de la burguesa, en una clula biolgica que otorgaba un lugar central a la maternidad. El nuevo orden familiar logr poner freno a la amenaza que representaba esa
irrupcin de lo femenino, a costa del cuestionamiento del
antiguo poder patriarcal. A partir de la declinacin de ste,
cuyo testigo y principal terico fue Freud al revisitar la historia de Edipo y Hamlet, se puso en marcha un proceso de
emancipacin que permite a las mujeres afirmar su diferencia, a los nios ser considerados como sujetos y a los "invertidos", normalizarse. Ese movimiento gener una angustia
y un desorden especficos, ligados al terror por la abolicin
de la diferencia de los sexos y, al final del camino, la perspectiva de una disolucin de la familia.
En esas condiciones, est el padre condenado a no ser
ya ms que una funcin simblica? Debe obstinarse en vestir

12

LA FAMILIA EN

DESORiJI/

los oropeles del parriarca de antao, como querran los conservadores? Debe, al contrario, transformarse en un educador benevolente, como lo anhelan los modernistas? Si el
padre ya no es el padre, si las mujeres controlan por completo la procreacin y los homosexuales tienen la capacidad de hacerse un lugar en el proceso de la filiacin, si la
libertad sexual es a la vez ilimitada y codificada, transgresora y normalizada, podemos decir, no obstante, que 1a familia
est amenazada? Asistimos al nacimiento de una omnipotencia de lo "materno" que aniquilar de manera definitiva
el antiguo poder de lo masculino y lo "paterno" en beneficio de una sociedad comunitarista amenazada por dos grandes espectros: el culto de s mismo y la donacin?
Tales son las cuestiones planteadas por este libro.

no universal de la fa ilia, que supone


a (el matrimonio) y p r otro una filia1 Claude Lvi-S
uss, "La famille", en Raymond Bellour y Catherine
Clment (comps.) Claude L11i-Sr:rauss. Texr.es de ec sur Claude L11i
Sr:rllUiS, Pars, Gal mard, 1979, p. 95. Cf. tambin ]ack Goody: "En la
historia del gne humano no se conoce prcticamente ninguna socie
dad en la cual la amilia elemental (nuclear) no haya cumplido un papel
importante, en a inmensa mayora de los casos como grupo resclente en
la misma casa" (La Famille en Europe, Pars, Seuil, 2001, pp. 12-15 [trad.
esp.: Lafamili eurnpea, Barcelona, Crtica, 2001]). Desde los primeros
estudios de erodoco se enumeraron en el mundo entre cuatro mil y
cinco mil sociedades. En todas ellas est presente la familia conyugal.

13

~ -

.,

36

LA FAMILIA EN

oL;~DEN

~~cio,

El rey no presenci durante mucho tiempo el


pero xigi que lo mantuvieran informado de su_,.cl'sarrollo
hasta e los menores deralles. En cuanto a los)fombres, el
r
espectcu les repugnaba a tal punto que pr;>hto apartaron
la vista de la cena. En cambio, como lo,..cfestaca Casanova, las mujeres n manifestaron la mism1+epulsi6n: "Y apenas haba cruelda
su corazn. Me,,dijeron, y deb simuadan sen~if la menor piedad por
lar creerlo [sic], que n
. X:V" 41
un monstruo semejante,
es t~rtl, amaban a LUJ.S
Numerosos fueron los tes , de esta fiesta sombra que
conservaron el recuerdo de
rtamiento femenino parhombres y de una feroticular diferente de la condCta de
'
/
ciclad casi inconfesable. l,Jfi.a especie de oce ilimitado pareca
empujar a las mujeres ;r ~irar el horror sin esfallecer.
La evocacin de-.fsta especificidad fem a en la crueldad42 ser uno dy1~s temas recurrentes del clise o m~gi
no. Y si pudo ~rdurar a travs de los siglos con ta
vigor,
es porque t~duca un temor autnticamente mascu mo a
lo femenirlc y, ms an, una obsesin por la feminizacin del
cuerpo~cial que no hara sin~ agravarse.con la decadencia
de ~anarqua y la degradacin de la figura del padre.

unjo

"

11 Giacomo Casanova de Seingalr, Hisr.ore de ma vie (1822), vol. 5,


cap. 3, Pars, Brockhaus er Pion, 1960 [erad. esp.: Memorias, Madrid,
Aguilar, 1982].
1
2 Pero ya enconrrarnos su huella en los mitos griegos, como la leyenda de las bacantes, esas mujeres de Tebas enloquecidas por Dioniso y
capaces de los desbordes ms frencos.

2. La irrupcin de lo femenino
A fines del siglo XIX, cuando Freud introduce en la cultura
occidental la idea de que el padre engendra al hijo que ser
su asesino, el tema del advenimiento de una posible
feminizacin del cuerpo social ya es materia sustancial de
un debate sobre el origen de la familia. En esta nueva pers.pectiva, el padre deja de ser el vehculo exclusivo de la transmisin psquica y camal y comparte ese papel con la madre. De all, la frase de Auguste Comte, que invierte por
completo la teora medieval de las semejanzas: "Los hijos
son en todos los aspectos, e incluso fsicamente, mucho ms
hijos de la madre que del padre". No ser una sorpresa, entonces, ver surgir en este contexto, y gracias a la difusin de
las hiptesis evolucionistas, una vasta polmica en tomo
de la cuestin del patriarcado y el matriarcado.
A partir de los trabajos de Lewis Henry Margan, 1 el discurso antropolgico marcado por el evolucionismo defina
el patriarcado como un sistema jurdico poltico en el cual
la autoridad y los derechos sobre los bienes y las personas
obedecan a una regla de filiacin patrilineal. A ese sistema
1

Abogado neoyorquino y defensor de los iroqueses, Lewis Henry


Margan (1818-1881) fue uno de los fundadores de ia antropologa social y
del estudio de los hechos de parentesco, desde una perspectiva a- la vez
esrructural y evolucioni.5ta. Cf. Systems of Consanguinity and .Affinity of r.he
Human Family (1871 ), Oosterhout, Anthropological Publicat1ons, 1970.

37

38

LA IRRUPCIN DE LO FEMENINO

se opona el matriarcado, segn el cual la regla de filiacin


matrilineal decida esa misma autoridad con referencia a
lazos genealgicos que pasaban por las mujeres. 2 Aunque
estos dos sistemas no hubiesen existido jams en estado puro
y fuera imposible confundir un orden jurdico con una modalidad cualquiera de ejercicio del poder (paterno o materno, masculino o femenino), el imaginario ligado a esta bipolaridad siempre tuvo -y de manera recurrente- fuerza de
ley. A tal punto 1 que a veces se olvidaba que la dominacin
del principio masculino sobre el principio femenino haba
sido, en todos los tiempos y casi todas las sociedades humanas, la nica regla a partir de la cual era posible construir
las relaciones entre los sexos.
,C'\~~ St esos dos trminos -patriarcado y matriarcado- asumie'{\\
ron un alcance tan considerable en el discurso anaopolgico
6u i Uf. <le la se unda mitad del siglo XIX, no fue tamo porque sirvierr)()
ran para definir un modo e
cionamiemo real de as so, l.-'
ciedades como porgue ciaban cuenta de las dos modalidades
~ ' 1 >~de la nueva soberana burguesa: una fundada en la autoridad
paterna y otra, en el poder de las madres. Por eso es red.so
Peratribuirles una funcin de sexualizacin de azo c
mitan pensar la historia de la familia dentro de la categora,
no slo de la dif~rencia sexual -lo masculino contra lo femenino y a la inversa-, sino tambin de la contradiccin enae
dos formas de dominacin econmica y psquica: Eaterno1 centrismo de un lado, matemocentrismo del otro.

'1

En las sociedades de derecho patrilineal. la auroridad se sita del


lado del padre y la ternura es patrimonio de la madre y de su hermano. El
ro desempea as un rol "maternal" y, en caso de conflicto con el padre,
ei hijo encuenrra consuelo en l. En las sociedades de derecho rnarrilineal,
el padre no es sino el progenitor, y quien ejerce la aurnridad paterna es el
ro. Cf. Frarn;oise Hririer, uFigures du pe re", La Revue des Deux Mondes.
mayo de 2001, pp. 16-19.

39

Lejos de conducir al crepsculo de la paternidad,. la abolicin1


manar ua dio lu , en la sociedad del siglo XIX, a una
nueva organizacin de la soberana patriarca . Con un p er
restablecido, tras haber sido derrocado por el regicidio de 1793, \
el padre de la sociedad burguesa ya no se pareca a un Dios .
soberano. Confinado en un territorio privado y cuestionado _I.
por la prdida de influencia de la Iglesia, en beneficio de la del 'if
Estado, logr, no obstante, reconquistar su dignidad perdida al
erigirse, ame tcx:lo, en el patriarca de la empresa industciaL
Comunidad de trabajadores -hombres, mujeres y nios-,
la familia econmica, que caracteriz la edad de oro del
paternalismo europeo, extrajo su.s modelos de una iconogra~,, fa cristiana dominada por la figura de Jos, el artesano carpintero, ms cercano a su entorno que el monarca de antao, quien reinaba abstractamente sobre el cuerpo de s~s sb;:! 1..<"
5 ditas. Autcrata pero despojado de sus atributos divinos, el
parer familins de la colectividad industrial ruvo la misin de
'- ~ ~ corregir el salvajismo de un capitalismo sin lmites: "El pafJ -:2. trn, como otrora el padre", escribe Alain Cabamous, "de~ ~ fender al obrero, entonces, contra las agresiones del mundo
~
circundante, asegurndole trabajo y vivienda, y lo proteger
tambin contra s mismo al poner a su alcance servicios de
salud [...]. Dentro de este espacio colectivo y vigilado, donde
impone sus prcticas sociales, :l padre-padrone asimila vida
privada y vida laboral, familia biolgica y familia econmica, para garantizar mejor su poder".3 Tanto en el centro de su

@:J

'f

Alain Cabanwus, "La fin des parriarches", en Jean Delumeau y


Daniel Roche (cornps.), Hiswire des peres ... , ob. cit., p. 338. Se alude
aqu al modelo burgus de la familia. La realidad esr muy alejada de ese
ideal, como lo resrimonia la gran novela de Vctor Hugo, Les Misrables
( 1862), que denunca las tres raras infligidas por la sociedad ndus[riai
del siglo XIX a la familia popular, el pueblo de los pobres: la degradacin
del hombre por el prolecariado, la declinacin de la mujer por el hambre

..:;:~:;

LA FAMILIA EN

D~

~hogar

4i

LA IRRUPCIN DE LO FEMENINO

como de su empresa, esce padre es un padre ms real


J 1que simblico, y slo es el amo de su domesticidad en cuanto
sabe imponer limites al eerc1c10 de la omnipotencia de lo
femenino. madres mueres combinadas.
El orden familiar econmico urgus se apoya, entonces, en tres fundamentos: la autoridad del marido, la subor~ inacin de las mu eres la d endencia de los n- Pero
1otorgar a la madre y la maternidad un lugar considerable,
e arma de recursos para controlar, en el imaginario de la
ociedad, lo que amenaza con desembocar en una peligrosa
rrupcin de lo femenino, es decir, en el podero de una
exualdad considerada mucho ms salvaje o devastadora
por no estar ya adherida a la funcin materna. La mu~r
debe ser ante todo una madre, a fin de que el cuerpo social
est en condiciones de resistir la tirana de un goce femenino susceptible, se cree, de borrar la diferencia de los sexos.
El hecho de que la paternidad se prolongara en esa funcin autoritaria no impidi, sin embargo, que quedara sometida a toda clase de fragmentaciones. Y la jrna~en del
padre dominador cedi progresivamente su lugar a la re resentacin e una paterni a tica. A mismo tiempo, se
.asisti al nacimiento de una nueva figura de la paternidad.
. Inmediatamente despus de la Revolucin de 1789, el Estado francs se convierte en el garante de la autoridad paterna. El "derecho de casgo corporal" tiende entonces a reemplazar la costumbre de las lettres de cachet, i que antao haba

perrnicido a las familias del Antiguo Rgimen desembarazarse sin demasiados costos de los herederos rebeldes. Empero,
para aplicarse como corresponde, ese derecho supone que el
padre sea tambin un buen padre, no abuse del poder que se
le ha otorgado y obedezca la regla del "quien bien te quiere,
te har ll0r.ir". Por lo tanto, lejos de destruir la familia, ios
revolucionarios procuraron, al contrario, hacer de ella el pivote de la nueva sociedad. Pero, cmo abolir el orden monrquico sin poner en entredicho la potestad pacema y la
legitimidad del matrimonio, sobre las cuales se apoyaba? Regenerando desde adentro los valores de antao, a fin de que
ya no sirvieran para perpetuar la ideologa nobiliaria.
Reinvestido de su poder, el padre ser entonces un P.adre
j~alitario, sometido a la ley y respei;yo~Q de lQs m1eyas de[e-_
chas adquiridos en virtud de la Declaracin de los Derecho
del Hombre y del Ciudadano. Desde este punto de visea, el
matrimonio cambia de naturaleza. Lejos de ser un pacco de
familia indisoluble y garantizado por la E.fes1..ns~jivjna, se
convierte en un contrato libremente consentido entre un
hombre y una mujer. Basado en el amor, slo dura lo que
dura ste. Ese cambio supone el derecho al divorcio, irntaurado en 1792, abolido por la Restauracin y definic1vamente
restablecido a partir de 1884. Pero prolonga a~im isrno la idea
de que todo nio -ilegtimo, adulterino o abandonado- tiene derecho a una familia, un padre, una madre. Se constata.
. dad posrrevo1uc1onana
. \""'\ to... cier::3
actuar entonces, en la sacie
5
lEacin de los principios de la paternidad adoptiva.

(y, por lo tanto, la prosritucin) y la atrofia del nio por la noche (Pars,
Roben Laffonr, col. "Bouquim", 2002 [trad. esp.: Los miserables, Barcelona, Planeta, 1989)).
' Las lec:rre.s de cache1 fueron suprimidas en marzo de 1790. En el Cdigo Civil de 1804, el derecho de castigo corporal se atribuye al padre, el
nico que ejerce la autoridad mientras dura el matrimonio. Las leu:res de

cachet permitan a un padre enviar a prisin a un hijo recalcitrante.


Mirabeau fue una de sus vctimas. Cf. Michel Chaillou, Le Matamore
bouriff., Pars, Fayard, 2002, y Arlette Farge y Michel Foucault, Lecrre.1 de
cachet des archive:; de ia. Bastille, Pars, Gallimard, col. "Archives", 1982.
5 Sobre la cuestin de la paternidad adoptiva, vase el captulo 7 de
la presente obra, "El poder de las madres".

\::1::~!~~

42

LA FAMIUA EN

D~~DEN

En los Principios de la filosofa. del derecho, 6 de 1821, Hegel


propuso ia mejor descripcin de la nueva relacin instaurada
entre el individuo, la sociedad y el Estado. En ella, la familia se convierte, junto con las corporaciones, en una de las
estructuras bsicas de la sociedad. Pues sin ella, en efecto,
el Estado slo se vera ame turbas despticas o tribales. Garante de la moralidad, ella descansa sobre la institucin del
matrimonio mongamo que une, por consentimiento mutuo, a un hombre y una mujer, quienes dan preferencia a la
inclinacin espiritual sobre la pasin sexual. A travs del
trabajo o la actividad intelectual, el marido se enfrenta al
mundo externo o a una reflexin sobre el mundo o sobre s
mismo, mientras que en el seno del hogar su esposa, convertida en madre, goza de una autntica libertad.
Si el padre es designado como el jefe de una familia asimilada a una "persona moral", el patrimonio, cuyos intereses representa, es, en cierto modo, la traduccin del ejercicio de su poder simblico, y slo su muerte permite a los
herederos, a su tumo, tener acceso a ese estatus. Los hijos
[epiten el destino de los padres y las hijas, el de las madres.
f}_lo largo de todo el siglo XIX, la autoridad paterna se
revaloriz sin cesar; aunque 2 por otra parte, se fractur, divi. di, fragment y laiciz de manera constante. Y como en
Francia el padre se converta en el depositario de las instituciones estatales y en Europa, de la sociedad civil, la subordinacin de las mujeres y la dependencja de los..hij~a no_
. podan ser ilimitadas. Si ei padre claudicaba, si cometa faltas
o injusticias, deba recibir una sancin. De tal modo, la sustitucin del poder de Dios padre por el pacer familin.s allan el
6
Friedrich Hegel, Les Principes de la philosophie du droic (1821), Paris, Flammarion, 1999 [trad. esp.: Principios de la fil.osof.a del derecho o
d.mcho rui1:11Jal "} ciencia poltica., Buenos Aires, Sudamericana, 1975].

LA IRRUPCIN DE LO FEMENINO

. 43

camino a una dialctica de ia emancipacin, cuyas primeras


beneficiarias seran las mujeres y los nios tras ellas.
Entre 1889, ao de la puesta en vigencia en Francia de
las grandes leyes sobre la caducidad de la patria potestad,
que prohiban a los padres indignos aplicar castigos injustos
a sus hijos, y 1935, cuando se aboli definitivamente el castigo corporal paterno, surgi en Europa una representacin
contradictoria de la paternidad, que combinaba lo sublime,
lo groresco y lo horrible. Ya encontramos su huella en los
grandes novelistas franceses de la Restauracin y el Segundo Imperio: as, Jean Valjean se codea con pap Goriot y
pap Grander. En arras palabras, a partir de 1889 y durame
un siglo 2 el padre slo se construye como tal porgue tiene
obligaciones morales para con aquellos a gujenes gobierna
-Su estatus le impone resrricciones y, si no las respeta, es
susceptible de caer en la indignidad y perder su derecho a
....ser oadre.
Todas estas realidades se toman en cuenta en el gran debate
que, despus de 1860, enfrenta a partidarios y adversarios
del parriarcado y el matriarcado. De Margan a Friedrich
Engels, pasando por Frdric Le Play y ] ohann Jakob
Bachofen, la cuestin de la decadencia de la autoridad paterna y el fortalecimiento del poder de las mujeres se considera desde un punto de vista normativo. O el reino del
matriarcado se presenta como fuente de caos, anarqua,
desorden, opuesto al del patriarcado, sinnimo de razn y
culrura, o se lo describe como un paraso original y natural
que el patriarcado habra destruido para establecer su despotismo autoritario.
Sin embargo, si hay discrepancias a la hora de decidir
cul es el mejor sistema, todos coinciden en decir
es una arma tar 1a e organizacin SQ}:ial. supa

LA FAMIUA EN

cesara de un estado primitivo de tipo matriarcal. As, Engels7


ve en el advenimiento del patriarcado la gran derrota del
sexo femenino y la invencin de la lucha de clases -en la
familia burguesa, la mujer se convierte en "el prolerario del
hombre"-, mientras que Bachofen, por su parte, cree en la
necesidad de esa derrota. Sin ella, estima, la humanidad se
encaminara a la decadencia, subvertida por la preeminencia irracional de una femineidad salvaje.
En Francia, la t:emtica del miedo al desborde femenino
asume, de Louis de Bonald a Hippolyte Taine, la forma de
una virulenta crtica de los ideales igualitarios de la Revolucin, a los cuales se achaca la responsabilidad de un relajamiento de las costumbres, una inversin de los roles sexuales
y una feminizacin de la sociedad. Para los partidarios del
discurso contrarrevolucionario, el divorcio es "intrnsecamente perverso" y debe volverse al ideal del fundamento del matrimonio: dependencia de las mujeres con respecto a la autoridad de los padres. Para ellos, la restauracin de ia monarqua
pasa, adems, por la reafirmacin del poder paterno: para
sacar al Estado de las manos del pueblo, se dice en esos crculos, es preciso que la familia deje de estar en las manos de las
mujeres y los nios. Con el establecimiento de la repblica,
ese proyecto fracasa.
En 1870, Frdric Le Play, socilogo liberal y evolucionista, intenta concebir un programa de preservacin de ia familia tradicional movilizando los recursos modernos de la
investigacin para estudiar esencialmente el mundo obrero. Le Play divide la familia en tres tipos: la familia patriarcal, en la cual los descendientes permanecen hasta su muerte
7

[,.

~~

Friedrich Engels, I.:Origne de la famille, de la propric prive ec de


l'Erac (1884 ). Pars, Scandditions, 1983 [aad. esp.: El origen de la familia, de la propiedad privaaa y dei Estado, Madrid, Fundamentos, 1986).

LA IRRUPCIN OE LO FEMENINO

45

bajo la dependencia del padre; la familia troncal, en la que


slo uno de los hijos hereda y permanece bajo el rntsmo
techo que los padres, y la familia restringida, reducida a la
pareja y los hijos. A cada estructura corresponde, segn este
autor, una etapa de la evolucin hacia el mundo moderno,
que conduce a la disolucin de la familia. Por eso ve en la
familia troncal un modelo ideal, susceptible de restaurar
la antigua autoridad patriarcal. 8
Pero el gran terror a la posible feminizacin del cuerpo
social se expresa de la manera ms manifiesca y fascinante
en Bachofen. En su Mutterrecht, 9 publicado en 1861 y ampliamente inspirado en un darwinismo florido, inventa una
novela familiar cclica de los orgenes de la humanidad. En
una poca remota, dice, sta habra estado sumergtda en
una especie de arcasmo con races en los terrenos pantanosos y una vegetacin frondosa. Bachofen da a ese caos de
Frdric Le Play, L'Organisarion de la famille se!on ie vrai modele signal
et de tous les cemps, Parfs, T qu 1, 18 71. En
1983, Emmanuel Todd, inspirado en las teoras de Le Play (1806-1882),
intent demosrrar que las estructuras fu.miliares, en cuanto creadoras de
relaciones codificadas entre el individuo y la autoridad, sirven de fundamento a los grandes sistemas ideolgicos y polfticos del planern. Cf. Ln.
Troisibne Plan.ere. Struccures familiales et syscemes idologiques, Pars, Seuil,
1983. Se encontrar una crtica de las tesis de Le Play en Herv Le Bras,
Les Trois France {1986), Pars, Odile Jacob, col. "Opus", 1995, especaimenre en el captulo dedicado a la poltica de la familia.
9
Parcialmente traducido con el ttulo de Le Droit maremeL Recherche
sur lag)'Tlcocratie de l'Antiquir, sur sa nature reUgieuse etjuridque, Lausana,
L'ge d'homme, 1996 [trad. esp.: Johann Jakob Bachofen, El matn'arcado: una invesgadn sobre la gintcocrada en el mundo annguo segn su
naturaleza religiosa y jurlica, Madrid, Akal, 1992). Cf. tamb1r1 Fraric;oise
Duroux, "Les avatars du Mutterrechc", Revue intemationale d' histoire de la
psychanalyse, 4, 1991, pp. 523-543. Sobre la trayeccoria de Bachofen,
ciudadano de la ciudad de Basilea, cf. Car! Schorske, De Vi en ne et
d'ailleurs, Paris, Fayard, col. "Histoire de la pense" , 2000.
8

par 1' hiscoire de touces les race.s

46

LA IRRUPCIN DE LO FEMENINO

los primeros tiempos, a ese "rizoma" 10 telrico, el nombre


de hetairismo, perodo marcado por la promiscuidad sexual
y el reino de la diosa Afrodita. Las mujeres estn expuestas
a la violencia de los hombres y los hijos no conocen a sus
padres.

La segunda etapa, la de la ginecocracia, marca el establecmento de un poder matriarcal. Las mujeres fundan la familia, inventan la agricultura, condenan el matricidio -el
crimen ms odioso- y alientan la educacin del cuerpo, a la
vez que toman a la diosa Demrer como divinidad simblica.
Sistema frgil, la ginecocracia est amenazada sin cesar por
un retorno de lo reprimido, como lo testimonia la historia de
las amazonas, el surgimiento de un imperialismo femenino
directamente procedente dei perodo del hetairismo.
Aparece entonces el reino del patriarcado -afirma
Bachofen-, el nico que permite el advenimiento de una
cvilizacin del espritu y el progreso. Gracias a la consumacin final de su soberana, se impone a los maleficios del orden materno. El padre se encarga de separar al hijo de la
madre, a fin de asegurarle su independencia. 11 Pero ese rgimen patriarcal, tan necesario, sufre la amenaza constante de
las rerniniscen::ias, aunque parezca slidamente establecido
desde varios siglos atrs. Pues el recuerdo reprimido del matriarcado no deja de persistir en l a travs de los mitos y
leyendas que acosan su memoria. Es preciso, entonces, defenderlo y protegerlo contra la irrupcin de lo femenino.
10

Trmino retomado por Gilles Deleuze y Flix Guattari, quienes,


de ese modo, tratarn de valorizar, cona-a la ley del padre edpico, el
flujo de un deseo mlrple, nzomco, pulsional. Cf. L'Anri-CEdipe .. . ,
ob. cit., as como el captulo 7 de la presente obra, "El poder de las madres".
11
Volvemos a enconrrar aqu el rema cristiano de la paternidad asimilada al cogico o al kigos, al cual me refer en el captulo anterior.

47

De acuerdo con esta perspectiva, Bachofen interpreta el


mito de Edipo como la traduccin de la larga historia del
Mutterrecht. A su entender, el hroe mata a la Esfinge, smbolo del hetarismo, para instaurar en Tebas el reino del
matriarcado bajo el gobierno de la reina Yocasta. Convemdo en el representante de un desorden social y un desastre
genealgico, Eclipo conduce el rgimen a su prdida: su reemplazo por el patriarcado.
Siempre amenazado en sus fundamentos, el patriarcado,
en consecuencia, corre aun ms riesgos en la aurora del siglo XX, porque a la sazn -sigue Bachofen- la familia burguesa constara el deterioro de sus privilegios en beneficio
de un matriarcado armado de toda la fuerza engaadora de
una modernidad con apariencia de esfinge. En efecto, cualquiera sea su estatus, la Mujer, en el sentido del Murterrecht,
es para siempre la encamacin del exceso, la muerte, el
incesto, el salvajismo, el canibalismo. Por consiguiente,
cualquier movimiento favorable a la emancipacin de las
mujeres constituye una amenaza para el porvenir del gnero humano, ya que propicia la feminizacin del cuerpo social, a travs de la abolicin de la diferencia de los sexos y
la generalizacin de la androginia.
Freud comparte con Bachofen la conviccin de que el
lagos es de esencia masculina y la humanidad hizo un progreso decisivo al pasar del matriarcado al patriarcado, es
decir, de un mundo calificado de "sensibie" a un mundo
considerado "inteligible". Al citar en 1909 un aforismo de
Lichtenberg, segn el cual "el astrnomo sabe casi con la
misma certeza si la luna est habitada y quin es su padre,
pero conoce con una certidumbre muy distinta quin es su
madre'', seala: "Represent un gran progreso de la civilizacin que la humanidad se decidiera a adoptar, jumo con el
testimonio de los sentidos, el de la conclusin lgica, y pa-

,.;:-:.

43

LA FAMILIA EN

1.i.:):.tJJEN

sara del matriarcado al patriarcado" . 12 En esta perspectiva,


Freudconsidera la civilizacin (Kultur) como "la totalidad
de las obras y organzaciones cuya institucin nos aleja del
estado animal de nuestros ancestros y que sirven a dos fines: la proceccin del hombre comra la naturaleza y la regulacin de los hombres entre s". 13 En otras palabras, si
bien la familia es para l una de las grandes colectividades
humanas de la civilizacin, slo puede distanciarse del estado animal si afirma la primaca de la razn sobre el afecto
y la de la ley del padre sobre la naturaleza.
No obstante, Freud jams ceder al temor fantasmtico
a una posible feminizacin del cuerpo social. En contraste
con Bachofen y buena cantidad de sus contemporneos,
nunca pens que la emancipacin de ias mujeres significara
el crepsculo de ia razn. Y los elementos tomados de la
obra de Bachofen son menos indicativos de su concepcin
de la familia que la relacin ambigua que mantuvo con el
&lipa de Sfocles.

11
Sigmund Freud, uRemarques sur un cas de nvrose obsessionnelle"
(1909), en Cinq psyclianalyse.s, Pars, PUF, 1954, p. 251 [trad. esp.: A prop6sco de un Cl.l50 de neurosis obsesiva, en OC, ob. cit., vol. 10, 1980].
11
Sigmund Freud, Malaise dans la civilisation ( 1930), Paris, PUF, 1971
[trad. esp.: El malesurr en la culrura, en oc, ob. cir, vol. 21, 1979].

3. Quin mat al padre?


La invencin de la familia edpica tuvo un impacto tan grande sobre la vida familiar del siglo XX, y sobre la aprehemi~
de las relaciones internas de la familia contempornea, que
es indispensable comprender el extrao camino por el cual
Freud pudo revalorizar de ese modo las antiguas dinastas
heroicas a fin de proyectarlas en la psique de un sujeto culpable de sus deseos. Cmo se produjo, entonces, esa refundicin que introdujo, en ei ncleo de la descripcin moderna del parentesco, una mitologa del destino y de la condena originada tanto en el teatro griego e isabelino como en
la literatura novelesca del siglo XIX?
Aunque jams haya publicado el ms mnimo trabajo sobre el Edipo de Sfocles ni consagrado ningn estudio a su
famoso complejo, Freud siempre reivindic esta invencin
como un principio~cial del psicoanlisis. Ms an, .D.9__
de re etir ue el complejo de Edipo era "un fundamento
de la sociedad, en la medida en que asegura a una eleccin
de amor normal". Razn por la cual, en su ltimo texto no
vacil en escribir estas palabras: "El descubrimiento del com, plejrule Ed:io bastara por s( solo para incluir ei R_s.Lr;9anlisis
entre las preciosas adquisiciones del gnero humano". 1
Podemos decir entonces que el psicoanlisis se reduce
mtegramente al tema del parricidio y el incesto! Si damos
1

Sigrnund Freud, l:Abrg de psychanalyse, ob. cit., p. 65.

49

50

:~~%\~~

LA FAMILIA EN Dt.'sRDEN

crdito a su fundador, est condenado, por lo tanto, a enuncar una eleccin de amor normal y a repetir la trada descripta
por Nietzsche en El nacimiento de la tragedia, cuando dice lo
siguiente?:
Eclipo, la figura ms doiorosa de la escena griega[...], concebida por Sfocles como el hombre noble y generoso, condenado
pese a su sabidura al error y la desdicha; pero que, a causa de
sus espantosos sufrimientos, termina por ejercer a su alrededor
un poder mgico benfico, cuya fuerza sigue hacindose sentir
luego de su muerte [...], Eclipo, asesino de su padre, esposo de
su madre, vencedor de la Esfinge! Qu significa para nosotros la misteriosa trada de esas acciones fatales? 2

Es cierto, Freud apenas comparta las convicciones de N iet7.SChe,


pero las interrogaciones de ste no son ajenas a su lectura de la
obra de Sfocles. 3 En efecto, tras los pasos de Hegel, Holderlin
y Schopenhauer, Nietzsche haba vuelto a poner en circula-

cin, contra las pretensiones positivistas de las ciencias y la


psicologa mdica, una concepcin del mundo heredada de
la Grecia arcaica y fundada en la oposicin de lo dionisaco
y lo apolneo. Entre el goce y la ley, el hombre rncxlerno soado por el joven Nietzsche deba, para cumplir su tarea de
resucitador de las fuerzas vivas del arte y la creatividad, volver
a ser el hroe de la gran escena antigua de las purgas. Obligado
a descubrirse distinto de lo que crea ser, deba renacer en s
mismo al reencontrar en su psique las fuerzas telricas de la
risa y la danza, lo demonaco y lo sagrado.
2 Friedrich Nietzsche, La Nais=e de la tragdie (1872), en CEuvre.s,
vol. 1, Pars, Roben l.affont, col. uBouquins", 1993, p. 66 [trad. esp.: El
nacimiento de la tragedia, o GTecia o el pesimismo, Madrid, Alianza, 1973].
1 Al respecro, Cf. Jacques Le Rider, freud, de l'Acropole au Sinaf. Le
rewur d l'Amique des Modeme..s vimnois, Pars, ruF, 2002.

QUIEN MAT Al PADRE?

51

Abandonada durante siglos porque expres;:iba un desborde


imposible de representar en un escenario teatral, la pieza de
Sfocles fue entonces reexaminada, reinterprerada, universalizada .~ Traducida al alemn en 1839, conoci una nueva suerte al asimilarla, a partir de 1886, a uno de esos "dramas de la
fatalidad" que ponan en escena sombras historias de familia,
contra un fondo de venganza y decorados de cartn piedra. El
"destino" intervena con la forma de un deus ex machina que,
en general, permita a una pareja de jvenes, abrumados por el
poder paterno, liberarse del peso de una genealoga engaosa.
Revuelta del hijo conrra el padre, de la hija contra la madre,
de los adoiescemes contra los padres, e incluso abuelos transformados para la ocasin en espectros: tal era, en efecto, el
argumento de ese teatro tramposo que se complaca en exhibir
las bajezas de la familia burguesa de fin de siglo.
A Freud lo horrorizaban. Sin embargo, testigo privilegiado del gran mal de las familias que haca estragos en Viena,
slo renunci a Franz Grillparzer5 para regresar a Sfocles.
~En 1659, ComeiUe renunci a adaptarla, ya que consideraba "horrible" y "chocante" verse en la obligacin de poner en escena a un hroe que se vaciaba los ojos. En cuanro a Voltaire, juzg "defectuoso e
inverosmil" el rema. Por eso, modific el contenido de la pieza invenrando orro personaje para llevar a cabo el asesinare de layo. Hizo de
Edipo, no el sujeto de un desrino rrgico, sino un hombre que un da se
descubra el juguete de un dios desptico. En la edad clsica y el siglo
sigu ieme, el Edipo sofocleano fue considerado, entonces, como un "hroe imposible" y muy poco universal: "Para que Edipo sea ei hroe de la
revolucin psicoanaltica", escribe Jacques Ranciere, "es preciso un nuevo
Edipo que invalide los de Comeille y Volraire [...].Hacen falta un nuevo
Edipo y una nueva idea de la rragedia , los de Hilderlin, Hegel o Nieusche"
(L'Incorucienr esrhtique, Pars, Galile, 2001, p. 25).
5 Fraru Grillparzer (1791-1872), dramarurgo viens, poeta ofic ial
del liberalismo y autor de una rragedia del destino, La abuela, duramemc
criticada por fTeud. Luego de 1848, culriv los valores de la fidelidad, la
piedad y el aurosacrificio.

~ ?(f~
52

LA FAMILIA EN DESORDEN

Heredada de los mitos fundadores de la civilizacin occidental, la historia de la familia maldita de los Labdcidas 6
reenviaba a los hombres de fines del siglo XlX a un maiestar
estructural que les pareca correlativo de la de rada '
a
cin monrquica del padre. En ese contexto, Freud
pudo reactualizarla como la expresin de una especie de
crisis "sacrificial" 7 del sistema patriarcai. Porque concentraba todos los signos de una suerte de genealoga coja8 que
pareca confirmar la llegada del apocalipsis tan temido de
una posible borradura de la diferencia de los sexos. Ms que
las de los Atridas 9 -cuya historia tambin se redescubra a
raz de las excavaciones que haban permitido localizar ios
sitios de Troya y Micenas-, las estructuras de parentesco
propias de la familia de los Labdcida.s, condenaban a las
mujeres a no encontrar jams su lugar como no fuera bajo
6
Cf. Jean Bollack, La Naissan.ce d'CEdipe, Parls, Gallimard, col. "Tel",
1995.
7

Cf. Ren Girard, La Violence e[ le sacr, Pars, Grasset, 1972 [trad.


esp.: La voiencia y lo sagrculo, Barcelona, Anagrama, 1998].
8
El tema de la cojera fue abordado por Claude Lvi-Strauss en
Antliropologie sr:ru.cturale, Parfs, Pion, 1958, pp. 227-254 [trad. esp.: Antropologa. e.strncu.rral, Barcelona, Paid6s, 1995], y por Jean-Pierre Vemant
en "Le tyran boiteux: d'CE.dipe a Priandre" (1981), en Jean-Pierre
Vemam y Pierre Vidal-Naquet, CEdipe et 5e5 myr.hes, Bruselas, Complexe,
2001, pp. 54-78.
9
La problemtica que gobierna el mito de la familia de los Atridas
-cuyas hazaas son relatadas por Homero y retomadas por los trgicoses la de un modo de tranSmisi6n del poder centrado en las relaciones
entre la soberana de los dioses y la de los hombres. La historia de la
dinasrfa culmina con el triunfo de los Olmpicos y la instauracin de
una supremaca del padre sobre la madre y del poder de la ley sobre la
locura criminal. Cf. Yves Bonnefoy (comp.}, Dicrionnaire des mydwlogie.s,
Pars, Aammarion, 1981 [trad. esp.: Diccionario de la.s mitologas y de la.s
religiones de la.s sociedade.s tradcionab) del mundo antiguo, 6 volmenes,
Barcelona, Destino, 1996-2002].

QUIN MAT AL PADRE 7

53

el signo de la locura, el asesinato y la mancha. De ese inforrurio se derivaba un trastorno generacional que se repeta
i~cesante~ente hasta la extincin de la raza (genos).
Fundador de la dinasta, el rey Cadmo, unido a Harmona,
haba engendrado un hijo (Polidoro) que nunca logr transmitir el poder a su hijo Lbdaco (el cojo), muerto cuando su
propio hijo, Layo, tena un ao. Criado por el rey Plope , Layo
se comport de manera "desequilibrada"* con su anfitrin,
puesto que viol a su hijo Crisipo, quien se suicida. 1 Como
represalia, Plope condena al genos de los Labdcidas a la extincin. De regreso en Tebas, Layo desposa a Yocasta, quien
integra la dinasta de Cadmo, y de ese modo la sucesin al
trono adquiere un carcter francamente delirante.
Advertido por el orculo de que no deba engendrar ninguna progenie y de que si desobedeca tendra un hijo que lo
matara y se acostara con su madre, Layo mantuvo con Yocasta
relaciones sodomitas: 11 "Rey de Tebas de hermosos cabellos",
le haba dicho el dios, "gurdate de sembrar, pese a los dioses,
ei surco femenino. Si procreas un hijo, ese nio te matar y
toda tu casa se hundir en la sangre". 12 Pero una noche, incaEn el original, el trmino entre comillas es boteu.se, literalmente,
"coja", utilizado aqu con el semido de defectuosa, desigual, poco consecuente. [N. del T.]
~o Algunos autores sealan que Layo fue el introductor de la ho mosexualidad en Grecia; otros ven en ese acto un atentado contra las leyes
de la hospitalidad.
11
En ciertas versiones, Layo se abstiene de toda relacin se xual con
Yocasta. Sfocles no hace alusin alguna a una falta antigua de Layo: el
orculo es una amenaza y no una maldici6n, y codo el peso de la maldic6n de haber "nacido condenado" recae sobre Edipo . Cf.] ean Bollack,
La Naissance d'CEdipe, ob. cit.
12 Eurpides, Les Phniciennes, en Les Tragique..s grecs , vol. 2 , ob . ct. ,
p. 591 [trad. esp.: Las fenicias, en Tragedias, vol. 3, Madrid, C tedra,

~~:::::::.

54

LA. FAMILIA EN &RDEN

paz de resistirse, penetr a su esposa por el "lado adecuado" y le


hizo un hijo. Al nacer, ste fue condenado a quedar expuesto a
la intemperie en el monte Citern y morir all. 13 El pastor
a quien lo confiaron, que deba cumplir esa misin, le pas un
cordel a travs del taln para colgarlo. Pero en lugar de abandonarlo, lo entreg a un servidor de Plibo, rey de Corinto,
cuya esposa Mrope era estril. Apodado Edipo a causa de su
pe hinchado, el hijo de Layo fue educado como un prncipe
por aquellos a quienes l supona sus padres, que lo haban
erigido en heredero del reino. En su cuerpo conservaba, sin
saberlo, la huella de la dinasta coja de los Labdcidas.
En la adultez, enfrentado un da al rumor de su origen
dudoso, decidi trasladarse a Delfos para consultar el orculo, que repiti su prediccin. Edipo quiso entonces alejar
de s a la maldicin. No regres a Corinto y se dirigi a
Tebas, en el momento mismo en que esta ciudad sufra el
asedio de muchas plagas. En la encrucijada de los tres caminos se cruz con Layo y su comitiva, que iba a Delfos a
interrogar al orculo acerca del desastre que se abata sobre
su reino. Como el camino era demasiado estrecho para que
los dos viajeros transitaran por l a la vez, estall una disputa.1 4 Edipo mat a Layo y prosigui su camino a Tebas, mientras un superviviente de la comitiva del segundo llevaba a
la ciudad la noticia de la muerte del rey. Creonre, hermano
de Yocasra, quien perteneca al linaje de Cadmo, subi entonces al trono. Condenado a reinar slo de manera indirecta, al cabo de una serie de anomalas, y sin lograr jams

2000]. Sfocles no dice por qu Layo transgrede la orden divina. Eurpides


lo atribuye a la ebriedad y Esquilo, a un deseo amoroso. Cf. Les Sept
conrre Thebes, en Les Tragiques grecs, vol. 1, ob. cit. [trad. esp.: Esquilo,
Los Siete contra Tebas, en Tragedias compler.as, Madrid, Ctedra, 1998].
13

En la pieza de Sfocles, quien decide exponerlo es Yocasra.


"En Sfocles, la responsabilidad dd alcercado recae en Layo.

QUIN MAT AL PADRE 7

55

rransmitir el poder a su descendencia, 15 rambin l marcado por un destino cojo; luego de ser convertido en rey durante algn tiempo, ofreci pblicamente el lecho de la reina a quien resolviera el enigma de la "virgen sutil".16
Mitad hombre y mitad animal, a la vez macho y hembra,
la Esfinge 17 custodiaba la entrada de la ciudad mientras entonaba profecas. Cuando vea a un viajero, le propona resolver un acertijo que era el enigma mismo de la condicin
humana; y, por io tanto, de la condicin trgica de Edipo el
hroe, ya asesino de su padre sin saberlo: "Hay sobre la tierra un ser de dos, tres y cuatro pies y cuya voz es nica. Slo
l cambia su naturaleza entre quienes se mueven sobre el
suelo, en el aire y en el mar. Pero cuando camina apoyado
.
.
. bros "18
en ms pies, menos vigor
nenen
sus m1em
.
"Habias del hombre", respondi Edipo; "cuando de criatura se arrastra por el suelo, al salir del seno de su madre,
tiene cuatro pies. Ya viejo, se apoya sobre un bastn, tercer
pie, con la espalda doblegada por el peso de la edad" . 19
Anonadada por el poder de Edipo, la Esfinge desapareci
en las tinieblas 20 y Tebas pudo renacer. Creonre dej el trono
15 Creonte ruvo tres hijos: Megareo, muerto en combate en defensa
de Tebas; Meneceo, que se inmol para salvar la ciudad, y Hemn, comprometido con Angona, que se suicid por amor. Loca de dolor, Eurfdice ,
la madre de los tres, se dio muerte. Cf. Esquilo, Les Sept conrre Thebes;
Eurfpides, Les Phniciennes; Sfocles, Antigone y CEdipe ii Colone, en Les
. Tragiques grecs, vals. 1 y 2, ob. cit. [rrad. esp.: Angonn y Edipo en Colonn,
en Tragedias complerns, ob. cit.] .
16
se el nombre que Eurpides da a la Esfinge.
17 Segn Pausanias, escriwr griego del siglo 11 d.c., la Esfinge h a bra
sido una hija bastarda de layo.
is Versin de Eurpides en Les Phniciennes, en Les Tragiques grecs, vol.
2, ob. cit., p. 580.
19
Ibd .
20 En algunas versiones se suicida.

.;:~S~:::

56

y entreg a Yocasta en matrimonio al hroe que no deseaba


ni amaba a la reina, pero estaba obligado a tomarla por esposa, como un don, una recompensa ofrecida por la ciudad liberada, gracias a l, de la plaga de la profetisa: "Esfinge y
reina", escribe)ean Bollack, "simbolizan la ciudad, una en su
dislocacin, otra en su plenitud". 21 Con Yocasta, &lipa restaura la unidad de Tebas.
Sin saberlo, cometi el incesto despus dei parricidio y
luego sustituy a Layo en el acto de engendramiento y procreacin.
Convertido en tyrannos, 22 Eciipo ejerci el poder a lamanera de un sabio reconocido corno el maestro del saber y el
soberano absoluto de la ciudad. Durante varios aos ignor
que la mujer a la cual haba atado su destino era su madre y
que los cuatro hijos procreados con ella (Eteodes, Polinices,
Antgona e Isrnena) llevaban en s la marca de la genealoga coja de los Labdcidas. Aunque asesino de su padre,
mediante su alianza carnal con YocastaD haba "labrado el
mismo campo en el cual haba sido sembrado" y luego "obtenido sus propios hijos de una pareja idntica a aquella de
la cual haba nacido". 21 Hermano de sus hijos e hijas, hijo y
esposo de su madre, haba conjugado el parricidio y el in21

Jean Bollack, La Nassance d'CEdipe, ob. cit.., p. 229.


u Tyrannos (tirano) quiere decir, a la vez, 'rey' y 'maestro del saber'.
El trmino remite a la idea de una soberana permanentemente acecha-
da por su opuesto, la desmesura, que puede hacer de l un pharmakos, un
chivo expiatorio mancillado por la suciedad y obligado a descubrirse
distinto de lo que crea ser.
23
La edad de Yocasta no se menciona en ninguna parte, ni en ei
mito, ni en los trgicos, pero deba tener al menos veinticinco aos ms
que Eclipo. En Las fenicias aparece como una anciana de la misma generacin que Edipo.
i. Sfocles, CEdipe ro, traduccin de Jean Bollack en La Naillance
d'CEdipe, ob. cit., p. 78 [trad. esp.: &Jipo re-y, en Tragedias rompletas, ob. cit.].

57

QUIN MAT AL PADRE?

LA FAMILIA EN Df:S0RDEN

cesto cuando se crea igual a los dioses, el mejor de los hombres y el ms sublime de los soberanos. Peor an, haba atentado contra la regla sagrada de la diferencia de las generaciones, necesaria para el orden social y las estrucrnras fundamentales de la familia. Por consiguiente, ~ era uo.
::d:.::es:::.:trU::.:.:::.::c.:.:to::..:r:...d.::.:;.el:..,;;;;o;.;rd::..:e:.;n~fa::..:m;.;.;.;.i;.;li~a.;.;r:~'...:'L;;;a;;..;;;c,;;;;o.-nd;.;.ic;;;,;i;.;;,,n._..h,.u..m..a;;.:n"",a"-"c...o~m...._:_
promete un orden del tiempo", escribe Jean-Pierre Vemant,
"porque la sucesin de las _e_dades, en la vida de cada individuo, debe articularse en la continuidad de las generacionesb
respetarla para armonizarse con el&so pena de un retomo
al caos". 25
Al violar las leyes de la diferencia de las generaciones,
Edipo haba transgredido, por lo tanto, el principio mismo de
la diferencia, en cuanto paradigma de la ley simblica humana que impone la separacin de lo uno y lo mltiple, a fin de
que no se borren las diferencias necesarias para el gnero
humano. Pues Eclipo, en efecto, a causa de su doble cnmen el parricidio y el incesto-, se apoyaba a la vez y al mismo
tiempo sobre cuatro, dos y tres pies. Por eso confundra el orden socjaL biolgico. poltico familiar. Segn la frmula de
Ren Girani, era "el asesino de la diferencia" y sus crmenes
significaban el fin de todas las diferencias. 26 Para liberar a la
ciudad una segunda vez de esa criminal extincin de la diferencia, habra de reconocerse culpable y convertirse luego
en un phannakos, una mancha abominable.27
Llegado Edipo a la cumbre de su gloria, la peste se abati
sobre Tebas. 28 Creonte fue designado entonces para ir a
Delfos a consultar al orculo. "Layo ha sido muerto", dijo el
15

Jean-Pierre Vemanr, "Le tyran boiteux ... ", ob. cit., p. 63.
Rm Girard, La Violence et le sacr, ob. cit., p. 111.
27
Cf. Jean-Pierre Vemant, "CEdipe sans cornpiexe en Jean-Pierre
Vemant y Pierre Vidal-Naquet, CEdipe et ses mythes, ob. ciL
za En ese momento comienza la obra de Sfocles.
16

11

':~:~
LA FAMILIA EN~t:t:bRDEN

58

dios, "y nos conmina ctaramente a castgar mediante un


acro a los autores del asesinato, quienesquiera que sean". 29
Deseoso de descubrir al culpable, el propio Ec:lipo condujo
la investigacin. Tras sospechar de Creonte, convoc al
adivino Tiresias, viejo bisexual, ciego y casi inmortal, contemporneo de Cadmo y depositario de la memoria de la
ciudad. Antao, luego de presenciar el acoplamiento de
dos serpientes, Tiresias haba matado a una de ellas y, en
ese momento, fue transformado en mujer. A continuacin
se repiti la misma escena y, gracias a ello, recuper su identidad masculina. Por eso era, segn la leyenda, el nico ser
humano que haba experimentado en su propio cuerpo la
realidad de la diferencia sexual.
Hombre y mujer a la vez, Tiresias conoca el misterio
sobre el cual se interrogaban los dioses y los mortales: quin
extrae ms beneficios del acto sexual, el hombre o la mujer?
Consultado por Zeus y Hera, se haba atrevido a afirmar
que la mujer senta en el coito nueve veces ms placer que
el hombre. Por haber revelado as el secrern de un goce tan
salvajemente guardado, Hera lo ceg, pero Zeus lo recompens otorgndole el don de la profeca y el poder de vivir
durante siete generaciones. 30 En consecuencia, aunque ciego, vea lo que el rey an no vea. Saba que el asesino de
Layo era Edipo, el soberano colmado de honores y felicidad. Y anunci a ste que el culpable sera a su vez afectado
por la ceguera antes de convertirse en mendigo.
Poco a poco, Ec:lipo descubre la verdad gracias a los testimonios del servidor de Plibo, 31 por un lado, y del pastor,
29

Sfocles, C&lipe roi, en Jean Bollack, La Naissance d'C&lipe, ob.


cit., p. 21.
30
N icoie Loraux, Les Expbience.s de Trrsia.s. Le fminin et l'homme
g;rec, Pars, Gallimard, 1989.
11
Llamado "el mensajero" en la pieza de Sfocles.

.-..

..~)~/
QUlN MAT AL PADRE?

59

por otro. El primero le da la noticia de la muerte del rey de


Corinto, a quien l crea su padre, lo cual lo reconfort.
Pero inmediatamente despus le revela que antao lo haba recogido de las manos de un pastor cuya misin era abandonarlo en el Citern. Edipo interroga entonces al pastor,
quien lo seala como hijo de Layo.
La importancia atribuida por Sfocles a esos dos personajes desprovistos de nombre -el mensajero y el pastorhizo decir a Michel Foucault que esta tragedia era menos
"incestuosa" de lo que pareca. Sin duda poda descubrirse
en ella-deca-, por anticipado, cierta concepcin platnica
de la ciudad y, por lo tanto, un cuestionamiento de la soberana monrquica del tirano en beneficio de un doble saber
encarnado, de un lado, por los esclavos, y de otro, por el
adivino. Saber emprico por una parte, conocimiento verdico por otra: el Edipo sofocleano no sera sino la hiswria
de la desmesura de un poder poltico puesto en retirada por
el pueblo, antes de que la filosofa lo rehabilitara con la
forma del soberano bien. 32
En la pieza de Sfocles, construida corno un plano, Edipo
descubre la verdad al mismo tiempo que Yocasta. Si bien lo
precede en la comprensin de los hechos, sta intenta sin
cesar postergar su desenlace, como si ya conociera, y por
adelantado, el destino que le tocar. En el centro del drama, los hombres no ocupan las mismas posiciones que las
mujeres. En efecto, cinco personajes masculinos (Edipo,
Creonte, Tiresias, el pastor, el mensajero) encarnan, cada
uno a su manera, la soberana de un poder o un saber frente
a una sola mujer, madre, esposa y reina. Yocasta vive al
12

Michel Foucau!t, "La vrit et les formes juridiques" ( 197 4), en Dits
etcric:s, vol. 2, Parfs, Gallimard, 1994, pp. 538-646, y en especial pp. 553568 [rrad. esp.: La verdad y las formas jurdicas, Barcelona, Gedisa, 1978].

60

margen del pasado y la historia, en el corazn de una instantaneidad eternamente prolongada. Razn por la cual,
adems, no se le puede atribuir una edad.
Inmersa en el presente y preocupada por la unidad de la
ciudad, ella falta por el mismo motivo que Layo, el gran
ausente del drama sofocleano. Es cierto, no es culpable de
incesto porque no sabe que se ha casado con su hijo, pero
ha querido sustraerse al orculo. Fue ella quien antao decidi exponer al nio en el Citern. En cuanto a Layo, primer responsable de la afrenta sufrida por Eclipo en la encrucijada de los tres caminos, suscit en cierto modo el altercado ,que provoc su prdida. Por haber entregado a Edipo
a la muerte, tanto Yocasta como Layo son los causantes de
su nombre. Por esa misma razn, en Sfocles, Eclipo est
eximido de toda culpa. Sin embargo, en su hybris, pretender ser el "hijo de la Fortuna", luego de preguntarse en
vano si debe su nombre al padre o a la madre.
A medida que se despliega la funesta verdad, Yocasta la
niega para proteger a Eclipo. Cuando ste teme el cumplimiento de la profeca, ella le recuerda cun frecuentes son
los sueos incestuosos: "En cuanto a las nupcias con lamadre, no tengas miedo! Cuntos otros tambin han yacido en
sueos con sus madres? Quien no atribuye importancia alguna a esos fantasmas atraviesa .la vida con menos pena".33 y
del mismo modo, cuando conoce la verdad antes que l, lo
precede en el autocastigo: "Ay, maldito! Ojal nunca pudieras saber quin eres". Evitando todo contacto con su hijo, se
marcha precipitadamente hacia sus aposentos para ahorcarse, de conformidad con los ritos suicidas de las mujeres. Al
JJ Sfocles, C&iipe roi, ob. cit., p. 57. Jean-Pierre Vemant seala que
los griegos interpretaban esos sueos como el anuncio de una posible
viccoria en e! combate. Cf. "CEdipe saru complexe", ob. cit.

iQUIN MAT AL PADRE?

61

contrario de los hombres, stas eligen siempre desaparecer


sin recurrir ni a la violencia de las armas ni a la ostemacin
cruel de la sangre. 31 Cuando Eclipo encuentra el cadver, se
apodera de los broches de su tnica y se vaca los ojos. Asf
obedece a la tradicin masculina de la muerte voluntaria,
aunque sin suicidarse.
Creonte sube nuevamente al trono y vuelve a llevar al
palacio a lsrnena y a Antgona, que quedan mudas ante su
padre: hijas
hombres~ abandoadas por todos. Contrariamente a sus hermanos, destinados a un poder "cojo", ellas,
corno Eclipo, sern condenadas al exilio y a errar "fuera de
la farnilia". 35
El 15 de octubre de 1897, tres semanas despus de renunciar a su llamada teora "de la seduccin", 36 Freud mencio:~a por primera vez el nombre de Edipo:

sin

l-1 En la versin dada por Homero, Yocasta {llamada Epicaste) se


cuelga y &:lipa muere en la guerra con las armas en la mano . Sobre el
suicidio de Yocasta en la obra de Sfocles, cf. Jean Bollack, La Naissance
d'CEdipe, ob. cit.

15 Segn la frmula de Jean Bollack en La. Naissance d'CEdipe, ob. cit., p.


280. En Ellipo en Colana., Eclipo, viejo y exilado, maldice a sus hijos, que se
disputan la sucesin del trono de Tebas. El poder recae entonces en Creonte,
que conserva la fidelidad de Eteocles, mientras Polinices se ala con los enemigos de la ciudad. Ambos hennanos se matan mutuamente. Angona, la
pieza ms comentada de Sfocles, presenta el enfrencamienw enae la hija
de Eclipo y su to. Corno encamacin de las leyes de la familia, la primera
exige que, pese a su traicin, se d una sepultura a su hermano Polinices.
Creonte, garante de la razn de Estado, se niega. Antgena es condenada a
muerte. Al final de esta tragedia, la dinasta de los Labdcidas queda aniqutlada (vase nota 15 del presente captulo). En la ltima secuencia del mico,
el pueblo tebano est exiliado y los Epgonos arrasan y saquean la eiudad.
16 Abandonada por Freud el Z1 de septiembre de 1897 (carta del
equinoccio}, la llamada teora "de la seduccin" supone que el ongen de
toda neurosis es un trauma sexual sufrido en la infancia.

,.1~::~..

62

LA FAMILIA EN L::::::0ROEN

La leyenda griega capt una compulsin que todos reconocen porque todos la han sentido. En su imaginacin,
cada oyente fue algn da un Edipc en germen y se espanta ante la realizacin de su sueo rranspuesw en la realidad. Tiembla al apreciar la magnitud de la represin que
separa su estado infantil de su estado acrual. 1
As invernaba el modelo del hombre edoico en el momento
~ismo en que pasaba de una concepcin.traumtica del conflicto neurtico a una teora del psiguismo inconsciente. Los
dos gestos eran complementarios.
Sin embargo, inmediatamente despus de haber lanzado
al ruedo el nombre de Eclipo, Freud se vuelve hacia Hamlet:

--

o.l'/\let-

e cu.\-

~
'~ ~

e,._ ch-e

"--L

Pero una idea me cruz por la mente: no encontraramos he' chos anlogos en la historia de Hamlet? [... ] Cmo explicar
esta frase del histrico Hamlet "As, la conciencia hace de
todos nosotros unos cobardes"? Cmo comprender su vacilacin para vengar al padre con el asesinato del to?[...] Todo se
aclara mejor cuando pensamos en el tormento que provoca en
l el vago recuerdo de haber deseado, debido a la pasin por su
dre, perpetrar el mismo crimen en su padre.36

Dos aos despus, en La interpretacin de los sueos, Freud


asociaba la historia de Edipo y de Hamlet a la de los dioses
n Sigmund Freud, La Naissance de la psychanalyse (Londres, 1950,
Pars, 1956), Pars, PUF, 1991, p. 198 [trad. esp.: Los orgenes del psicoanlisis, en ce, ob. cit., vol. l, 1982}. Es posible preguntarse si Freud, al
escribir esas palabras, no pensaba en la cana enviada por Schiller a Goerhe
exactamente un siglo ante.s: "El Edipo [de Sfocles} es al mismo tiempo
un simple anlisis trgico, ya est rodo all y simplemenre se desarrollar". Cf. Jacques Le Rider, Freud, de l'Acropole au Siruii .. . , ob. cit.
16
Sigmund Freud, La Naissance de la psyclianalyse, ob. cit., pp. 198199. Sobre esta cuestin, el lector podr remitirse al captulo 4 del presente libro, "El hijo culpable".

QUIN MAT AL PADRE?

63

griegos fundadores del universo: Gea, Urano, Crono, Zeus.


Sin preocuparse en lo ms mnimo por la verdadera significacin de esos mitos originarios, cuya funcin consista en
establecer diferencias entre el mundo divino y el mundo de
los mortales, entre el reinado de los Titanes y el reino de los
Olmpicos, daba forma con genio a su gran escenario del
deseo incestuoso y del asesinato del padre, que no tena
mucho que ver ni con la pieza de Sfocles, ni con los dioses
del tica, 39 ni con Shakespeare. Sin embargo, iba a inspirar en la civilizacin occidental un modelo de noxela fami-)iar que se impondra durante un siglo.
Surgida del vaco (Caos) , Gea, la tierra universal o Tierra
Madre, da a luz a Urano, el cielo estrellado, que no logra
separarse de ella y la obliga as a conservar en su seno a los
hijos (los Titanes) producidos por esa fusin. Crono, su ltimo hijo, acepta ayudarla a apartarse. En el momento en
que Urano se derrama en ella, le secciona las partes sexuales con una hoz. Dos potencias manan de esta castracin: la
Querella (Eris) y el Amor (Eros). Los Titanes reinan sobre
la tierra. Ms adelante, Crono se acopla con Rea, pero Gea
lo ha prevenido de que un da uno de sus hijos lo destronar. Por eso, ste los devora uno a uno. Enrnnces, con la
compiicidad de Rea, Zeus, hijo menor de Crono, se exil ia .
Luego de numerosas aventuras con un trasfondo de astucia
perpetua (merhis), Zeus hace tragar a Crono un veneno
(pharmnlws) que io obliga a vomitar su progenie. Provoca
as la guerra entre los Titanes y los Olmpicos. Vencedor,

w Sobre

la interpretacin de los mitos griegos, cf. Jean-Pierre Vemant,

L'Unfoers, les dieux, les hommes, Pars, Seuil, 1999 [trad. esp.: ra.se una
<Je:: ... El uni<Jerso , los dioses, los hombres, Buenos Aires, Fondo de Culrnra Econmica, 2000].

64

QUIN MAT AL PADRE

Zeus instaura el reinado de los Olmpicos y separa el mundo


divino del mundo morral. De all surgir la tragedia de los
hombres, enfrentados no slo a los dioses (inmortales) y el
destino, sino a s mismos: a sus pasiones, SU.5 querellas, su
muerte.

En 1900, entonces, Freud traslada ese mito al universo


darwiniano de fines de siglo y hace de l la ilustracin de
una declinacin necesaria de la antigua tirana patriarcal.
En su pluma, Crono se convierte en el padre de la horda
salvaje que "devora a sus hijos como el jabal a la camada
de su hembra",4-0 y Zeus, en un hijo que castra a su padre
para tomar su lugar. De all deriva, para el psicoanlisis,
una concepcin de la familia fundada sobre el asesinato del
padre por el hijo, la rivalidad de ste con l, el cuestionamiento de la omnipotencia patriarcal y, por ltimo, la necesidad de que las hijas se emancipen sexualmente de la
opresin materna:
Cuanto ms grande era el poder del padre en la familia
antigua, ms deba sentirse su enemigo el hijo, su sucesor
natural, y mayor deba ser su impaciencia por tener, a su
tumo, acceso al poder gradas a la muerte del padre. En
nuestras familias burguesas, el padre desarrolla la enemistad natural que est en germen en las relaciones con su
hijo, al no permitirle actuar a su antojo y negarle los medios de hacerlo [... ].En nuestra sociedad actual los padres
se aferran de una manera enfermiza a los restos de la antigua pocescas panis familias, y un autor siempre est seguro
de lo que hace cuando, como lbsen, pone en primer plano
en sus escritos el viejo conflicto entre padre e. hijo. Las
40

Sigrnund Freud, L'Jn~carion ~ reve.s (Pars, 1926), Pars, PUF,


19J 7, p. 224 [trad. esp.: La mrerprecaa6n de los sueos, en oc, ob. ci[,
vols. 4 y 5, 1979] .
<:;

65

oportunidades de conflicto entre la madre y la hij a surgen


cuando sta crece y encuentra en aqulla a una guardiana
en el momento en que reclama su libertad sexual. La madre, por su parte, ve en el desarrollo de su hija un a advertencia: es hora de renunciar a las pretensiones sexuales.4'

No conforme con "darwinizar" los mitos griegos, Freud tambin somete la pieza de Sfocles a una torsin. En efecto,
para validar la tesis del deseo reprimido por la madre, es
preciso demostrar que Eclipo mata a su padre para llevar a
cabo el incesto. Ahora bien, en la tragedia el asesinato es
previo al incesto y ste no es motivado en absoluto por el
deseo del hroe, que recibe a Yocasta como un don otorgado por la ciudad. En Sfocles, el incesto con la madre no es
la consecuencia de una rivalidad con ei padre sino una umn
sacrificial que anula las leyes de la necesaria diferenc ia entre ias generaciones.
Esto no impide a Freud reimerpretar en benefic io de su
tesis el famoso sueo de la unin sexual con la madre y
hacer de l el sueo universal de todos los seres humanos.
Pero para llegar a ese resultado, es necesario adems transformar la peor de las familias y la ms loca de las dinastas
en una familia normal. Poco importa el mensaje de Sfocles;
en lo sucesivo, lo que cuenta para Freud es la hiscoria del
hijo culpable de desear a su madre y querer asesmar a su
padre. Como necesita un "modelo nico de fam ilia nica"42 capaz de resumir la historia de los orgenes de la humanidad, Eclipo ser culpable, entonces, no de haber cometido un_ asesinato sino de ser un sujeto culpable de desear a
su madre. Culpable de tener un inconsciente, en la nter~I
12

!bid., P 224.

Segn la frmula de Jean Bollack en La Naissance d'CEdipe, ob.


ciL, pp. 317-318.

;;;,:::!::
66

LA FAMILIA

QUIN MAT Al PADRE 1

rn'-\J}bRDEN

pretacin freudiana &lipo se convierte, por tanto, en un


neurtico de fin de siglo, culpable de su deseo y responsable
de sus fantasmas .
Cados del cielo de los dioses, el miro y la tragedia invisten
el campo de los padecimientos corrientes. Freud puede inventar entonces su dipuskomplex. 13
En 1910, el complejo se impuso por ende a ia tragedia,
el mito, la leyenda. Slo subsista, contra el fondo de un
coito observado, percibido, fanrasmizado, alucinado, la historia del deseo por la madre y la rivalidad con el padre.Tras
haber explicado todo el desprecio que el varn pequeo
senta por las prostitutas cuando descubra que su madre se
les asemejaba al acostarse con su padre, Freud escriba:
Comienza a desear a la propia madre, en el sentido recin
adquirido, y a odiar de nuevo al padre como rival que pone
un obstculo a ese deseo. Cae, como decimos, bajo ia dominacin del complejo de Edipo [dipuskomplex]. No perdona a su madre y considera como una . infidelidad el hecho de que sta haya concedido el favor del comercio
sexual a su padre y no a l.+1

Freud, sin embargo, era consciente de que Edipo no poda


ser culpable de desear a una mujer a quien no conoca -aunque fuef3. su madre biolgica- y, por lo tanto, el deseo por la
madre no poda preceder al asesinato del padre. En co.nse11
La expresin aparece por primera vez en 1910, en "D'un type
particulier de choi x d'objet chez l'homme" (1910), en Sigmund Freud,
CEuvres compleres, vol. 10, Pars, PUF, 1993, p. 197 [trad. esp.: usobre un
tpo panicular de eleccin de objeto en el hombre", en OC, ob. cir. vol.
11, 1979]. Advnamos que Freud se engaa sobre la fecha de aparicin
del complejo en su obra , ya que la remonra a L:lncerprta.on des rves,
ob. cit. , p. 229 , nota l.
~ s1gmun d Freu d, "D' un rype parocu
. 1er ... " , ob. cit.,
p. 197 .

67

cuencia, para incluir al hroe dentro del complejo, imagin


una interpretacin pasmosa del encadenamiento de los sucesos y las figuras del mito.
En 1927, en un texto dedicado a Dosroievski, afirm que la
correlacin entre el acto de &lipa y el deseo por la madre
esraba presente en la obra y el mito con la forma de la resolucin del enigma y la muerte de la Esfinge. En otras palabras, no
slo haca- de sta un personaje masculino -"el monstruo"- y
un sustituto del padre, sino que atribua su asesinato a Edipo.
Por consiguiente, Edipo mataba dos veces a su padre para conquistar a su madre. Abata en primer lugar a Layo y luego repeta su acto con la Esfinge: "El hroe lleva a cabo el acto sin
intencin y, al parecer, sin influencia de la mujer, no obstante
lo cual, esta correlacin: se roma en cuenta debido a que slo
puede conquistar a la reina madre despus de haber repetido el
acto con el monstruo [Ungeheuer] que simboliza al padre". 45
Es comprensible que esrn interpretacin haya suscitado
numerosas crfticas , pero Freud la sostendra hasta su muerte, insistiendo en el hecho de que "la ignorancia de Edipo
no es ms que una pintura exacta de la inconciencia en \:1
. cual se hunde, en el adulto, la totalidad del acontecimiento. La sentencia apremiante del orculo, que debe absolver
al hroe, es un reconocimiento del carcter implacable del
destino que condena a todos los hijos a sufriu:l comp_ki.o.
de EdiDo".~6
Queda por resolver un ltimo problema. Si la implacabilidad del destino querido por el orculo no es otra que la
eficacia simblica del inconsciente en su ms vasra univer-

Sigmund Freud, "Dosto'ievski et la m ise ~ mort du pere" (1927 ),


en CEuvres completes, vol. 18, Pars , PUF , 1994, p. 219 [trad. esp .:
uDostoievski y el parricidio" , en ce, ob. ce. , vol. 21, 1979] .
~ Sigrnund Freud, L'Abrg de psychanalyse, ob. ct., p. 64.
45

l'.0:~'.~

9Z

LA FAMIUA EN DESOR~:~

Ms all del complejo y de sus derivas psicolgicas c


rera orneas, los hroes imaginados por Sfocles, Shak,,.,,.,.....-,,,.,,
o Dos vski y luego transferidos por Freud al
individua
arecen uno de los aspectos ms
invencin psico
ltica: la correlacin qu
glo XIX, sta estable
tre la sensacin
la funcin paterna y la v
d de
centro de un nuevo orden s1uuJV1-Lu:.u
un padre desposedo de su pode
l
y luego reinve.stido
en el ideal econmico y priv. del
milias, sino por
un hijo convertido en pa ~r haber rec
n herencia
la gran figura destru ~<in patriarca muti o.
En esta confi
cin trgica de la psique qu par ce
en la aurora d sigyxx, q~ lugar conviene asignar ese
patriarca m l ad~ enfrentado al surgimiento de una sexu
lidad qu procta emanciparse de la procreacin? l, que
/
da t
da ~ embargado por el vrtigo ante la suspensin
progresi0e los principios mismos sobre los cuales se fundaba slfautoridad, est en condiciones de sobrevivir a ese
proVngado calvario?

:. \\So.oet-h 12.o\.Ad \Y\eSc.o

~ljto:XX_

5... El patriarca mutilado


--- - - -

A lo largo del siglo XX, la invencin freudiana fue objeto de


~es interpretaciones diferentes: los libertarios y las feminis-

tas la vieron corno un intento de salvamento de la familia


patriarcal; los conservadores, como un proyecto de destruccin pansexualista 1 de la familia y ei Estado, en cuanto ste
~ustitua en toda Europa la antigua autoridad monrquica:
los psicoanalistas, por ltimo, como un modelo psicolgico
capaz de restaurar un orden familiar normalizador en el cual
las figuras del padre y la madre seran determinadas por la
primada de la diferencia sexual. Segn este ltimo enfo~f)
que, cada varn estaba destinado a convertirse en el rival
~f
de su padre, cada mujer, en la competidora de su madre
to os os ijos, en e pro ucto de una escena primitiva, re
cuerdo fantasmizado de un coito irrepresentable.
Si juicios tan contradictorios pudieron afirmarse con
tanto vigor, al extremo de seguir siendo de actualidad en
los albores del tercer milenio, fue porque la invencin
freudiana -al menos podemos plantear esa hiptesis-~
tuvo en el origen de una nueva concepcin de la familia
occidental susceptible de tomar en cuenta, a la luz de los
grandes mitos, no slo la declinacin de la soberana del

61

i Durante la primera mirad de! siglo XX se utiliz el rrmrno


"pansexualismo" como designacin peyorativa del psicoanlisis, al cu;il
se reprochaba reducir al hombre a su genicalidad.

~~L\~\S: 3 iN1[\lf2{;ffiONt~:
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94

EL PATRIARCA MLJTlLAOO

padre, sino tambin el principio de una emancipacin de


la subjetividad.
En cierto modo, esa invencin fue el paradigma del advenimiento de la familia afectiva conrem ornea,
ue, al
acer e sta una estructura psquica universal. explicaba un
111odo de relacin conyugal entre los hombres y las mujeres
que ya no se basaba en una coaccin ligada a la voluntad de
los padres, sino en una eleccin libremente consentida entre
los hijos y las hijas. La novela familiar fi"eudiana supona, en
efecto, que el amor y el deseo, el sexo y la -E_asin, se inscribieran en el ncleo de la institucin del matrimonio.
Con un entendimiento muy claro de la significacin de la
invencin freudiana, los historiadores de la familia se mostraron a menudo ms innovadores que los psicoanalistas en
su desciframiento de la evolucin de las estructuras familiares modernas. As, en una obra publicada en 1975, Edward
Shorrer recurre a los conceprns freudianos para analizar la
revolucin sentimental que se afirm en Europa durante todo
el siglo XIX.
Consecutiva a la Revolucin Francesa y nacida de la propia sociedad civil, esa transformacin puso fin, de manera
progresiva, al antiguo sistema de los mati'imonios concertados, en beneficio de la aventura amorosa o el amor rommico.2 De tal modo, explica Shoner, trastoc las relaciones
matrimoniales al hacer inaceptables los casamientos
prepuberales o la unin de hombres y mujeres de generaciones diferentes:

cin sentimental de Europa occidental hizo inaceptable


la unin de un hombre joven y una mujer mayor porque
el propio mecanismo del amor romntico es de naturaleza
edpica: el flechazo significa simplemente enamorarse de
la propia madre. Cmo vamos a tener nempo de conocer
y apreciar a la mujer real que est frenre a nosotros, si slo
hace tres minutos que la conocemos! [... ] El arractvo in consciente que ejerce la imagen materna produce su rechazo consciente. As(, cuando los hombres se enamoraron verdaderamente, cobraron odio a las esposas que de
una u otra manera amenazaban con recordarles a su madre. Y dejaron, por lo ranto, de casarse con mujeres mayores que ellos. 3

'?~o::JctV\.\7<Df~

Panul io/fO- del


C\d~ \rf\,~K:J

J~ lC\ ~lC\.
~'n

..

(,\ r:-ChV' ,.
.J'l\\em~~
La concepcin freudiana de la familia, como paradigma del
surgimienro de la familia afectiva, se apoya en una organizacin de las leyes de la alianza y la filiacin que, a la vez que
postula el principio de la prohibicin del incesto y la confusin de las generaciones, lleva a cada hombre a descubrrse
poseedor de un inconsciente y, por lo tanto, distinto de lo
que crea ser, lo cual lo obliga a aparrarse de cualquier forma
de arraigo. En lo sucesivo, ni la sangre, ni la raza ni la herencia pueden impedirle acceder a la singularidad de su desrino .
Culpable de desear a su madre y querer asesinar a su adre, se
e e, ms a y ms ac e complejo, como el acrnr de _uQ
descentramento de su subjetividad. Un sujeto semejante, desde luego, es susceptible de servir de cobayo tanto a los enfoEdward Shorrer, Naissaru:e de la famille modeme (Nueva York, 1975;
Pars, 1977), Pars, Seuil, col. "Poims", 1981, pp. 192 y 194-195 [trad.
esp.: El nacimiento de la familia moderna, Buenos Ares, Crea, 1977]. As,
el marrimonio de Edipo y Yocasta responda claramente a una lgica del
don y el arreglo y no a un deseo, como cree Freud cuando invierte el
miro para rransfonnarlo en un compleo. En consecuencia, la edad de la
rena no [ena importancia alguna, ni pard Sfocles ni para los a[enienses.
1

La tendencia creciente a la igualdad de edad es el signo de la


aparicin del amor, mientras que la disparidad probaba
la existencia de consideraciones utilirarias [.. .]. La revolul

O romanr:ic loue.

95

96

.LA FAMILIA EN DESORDEN.:c: ,

EL PATRIARCA MlnlLAOO

ques experimentales de la psicologa como a las derivas normacivas del psicoanlisis. Pues, al asociar el psicoanlisis a _ 0 . ~ J
las figuras tutelares de una soberana melanclica o decons- J\VJ\ llO ~
truida-Edipo, Hamlet, Moiss, etctera-, Freud hace de ellas1 M9,\f\\ te~\-C\la expresin de una bsqueda de la identidad moderna; su O'(\ C;!.e /O.
ilet {CA. concepcin de un sujeto culpable de su deseo desborda el PV\l~O~O\.. \
marco reduccionista de la clnica del complejo. Y si el psi- ~ .
2
Y\O.. coanlisis se aparta de esas figuras para encerrarlas en el com-
plejo, corre el riesgo de transformarse en un procedimiento Cl.~\'
) '- l 8.\ ele peritaje merecedor de la hostilidad que se le testimonia. ~O~ ele
'(\Q 1 ~ rco entre los psiclogos de su poca, Freud inventa en\) l O..
MC..
ronces una estructura psquica del parentesco que inscribe el
l Je_ {O\ deseo sexual -vale decir, la libido o el eros--~ en el corazn de la
doble ley de la alianza y la filiacin. Priva as a la vida orgnica ~?iEo
de su monopolio de la actividad psquica y diferencia el deseo ~~ V\O. \
sexual -expresado por la palabra- de las prcticas carnales de
-.:$..
la sexualidad, de las cuales se ocupan los sexlogos.
!"
A la vez que confiere un nuevo estatus al deseo, Freud f~ t..hC Ct S
hace de la familia una necesidad de la civilizacin basada,
or un lado, en la "coaccin al trabajo" y, por otro, en el
C. C\ ('na_ \,e)
poder del amor: "Este ltimo exigi que no esen privados
ni el hombre de la mujer, su objeto sexual, ni la mujer de esa
parte separada de s misma que era el hijo. Eros y Anank
[necesidad] se convirtieron as en los padres de la civilizacin
humana, cuyo primer xito fue posibilitar que una gran cantidad de individuos permanecieran y vivieran en comn". 5

ll
I .d

PIA \-

reo

La palabra libido, que sgnifica "deseo" en latn, era utilizada por los
sexlogos de fines de! sigio XIX para designar una energa propia del ns
tinto sexual (libido sexualis). Freud la retom para aludir a ia manifesta
cin de la pulsin sexual y, por extensin, a la sexualidad humana en
general, diferenciada de la genitalidad (orgnica). En Freud, eros designa el amor en el sentido griego y la pulsn de vida.
1
Sigmund Freud, Malaise dans la civilisatian, ob. cit., p. 51.
4

97

De tal modo, la familia no slo se define como el cnsol


de una fuerza esencial para la civilizacin sino que, de conformidad con la tesis del asesinato del padre v la reconciliacin de los hijos con la figura de ste, se ia juzga necesaria para cualquier forma de rebelin subjetiva: la de los
hijos contra los padres, los ciudadanos contra el Estado,
los individuos contra la masificacin. En efecto, al forzar
al sujeto a someterse a la ley de un lagos separador m teriorizado, y por lo tanto apartado de la tirana patriarcal, la
familia lo autoriza a entrar en conflicto con ella, mientras
que su abolicin implicara el riesgo de paralizar las fuerzas de resistencia que ella suscita en l. 6 En ese principio
volvernos a encontrar la idea de que Edipo debe erigme a
la vez en el restaurador de la autoridad, el tirano culpable
y el hijo rebelde. Estas tres figuras son indispensables al
orden familiar.
En cuanto a la sexualidad, intolerable para la civilizacin en sus desbordes, segn Freud, debe -canalizarse sin
aplastarla, porque slo puede ejercer su imperio de dos ma!)eras contradictorias: por una parte, como potencia destructiva, por otra, como forma sublimada del deseo.
Ni restauracin de la tirana patriarcal, ni transformacin
del patriarcado en matriarcado, ni exclusin del eros, rn
aboiicin de la familia: tal fue, segn la lectura interpretativa que podemos hacer de sus textos, la orientacin escogida por Freud para que el mundo admitiera la universalidad
~Consciente de la importancia del mensaje freudiano, que por otra
parte es objeto de sus c:iticas, Theodor Adorno escribe en 1944: "La
muerte de la familia paraliza las fuerzas de resistencia que ella suscit::iba.
El orden colectivista, cuyo ascenso presenciamos, no es sino una cancatura de la sociedad sin clases" (Mnima Moralia. Rjlexions sur la iie mutil e
[Francfon, 1951], Pars, Payot, 2001, p. 19 [trad. esp.: Mirnma moralia:
reflexiones de5de la vida daada, Madrid, Taurus, 1987]).

98

LA FAMILIA EN DESORooJt>

de una llamada estructura "edpica" del parentesco. sta no


slo pretende dar cuenta de la naturaleza inconsciente de tST'2oc.ttJ~las relaciones de odio y amor entre los hombres y las mujeres, entre las madres y los padres, entre los hijos y los padres
y entre los hijos y las hijas, sino que recentra el antiguo
orden patriarcal, ya deshecho, alrededor de la cuestin del
L
deseo. Slo la aceptacin de la realidad de su deseo por
parte del sujeto permite a la vez incluir el eros en la norina,
en concepto de un deseo culpable -y por lo tamo trgico-,
, y excluirlo de ella cuando se convierte en la expresin de
un goce criminal o mortfero. 7
Se comprende entonces por qu Freud fue atacado tanto
por los partidarios de la abolicin de la familia como por los
conservadores, que le reprochaban atentar contra la _moral
civilizada y reducir al hombre a sus pulsiones genitales. Los
primeros consideraban la nueva ley del logos interiorizado
como la prolongacin de un orden patriarcal tanto ms autoritario cuanto que se disimulaba en una conciencia culpable; mientras que los segundos descubran en ella el principio de una subversin de toda forma de autoridad en beneficio de una sexualizacin salvaje-del cuerpo social. En
realidad, Freud estaba muy alejado de ambas posiciones y
slo mantena la ley del padre para introducir en ella la
idea de que era la condicin misma del amor (eros).
Michel Foucault fue uno de los contados filsofos que
resumi en algunas lneas el fulgor de esa actitud. Al romper con las teoras de la herencia de la degeneracin, 8 Freud
En consecuencia, la posicin final de Freud es radicalmente anc:agnica a la de Sade.
6 Originada en el darwinismo social, la doctrina de la herencia de la
degeneracin fue una referencia fundamental para todos los saberes de
fines del siglo X!X (psiquiatra, antropologa, psicologa, criminologa, sociologa poltica). Pretenda somerer el anlisis de los fenmenos parol1

EL PATRIARCA MUTILAOO

99

-dice Foucault- invoc el antiguo orden del poder con referencia a la cuestin del deseo:
El honor poltico del psicoanlisis -o, al mt.oos, de lo ms
coherente que puede haber en l- consisti enfx:iber sospechado (y ello desde su nacmienro, es decir, desde su lnea de
ruptura con la neuropsiquiatra de la degeneracin) lo qe ..
podan tener de irreparablemente proliferante esos mecanismos de poder que pretendan conrrolar y manejar lo cotidiano de la sexualidad. De all, el esfuerzo freudiano (como
reaccin, sin duda, al gran ascenso del racsmo que le era
contemporneo) para postular la ley como principio de la
sexualidad: la ley de la alianza, de la consanguinidad prohibida, del padre soberano; en sntesis, para invocar en tomo
del deseo todo el antiguo orden del poder. A ello debe el
psicoanlisis -en io esencial y con unas pocas excepciones-haberse opuesto terica y prcticamente al fascsmo. 9
Ese gesto de transferencia realizado por Freud tena el sentido
de un movimiento profundo de la sociedad que tenda a emancipar el sexo de las coacciones corporales y penales que le
haban impuesto los siglos precedentes, a fin de hacer del individuo libre el depositario de sus propios castigos inreriorizados.
As, una sexualidad socialmente reprimida [rprme] era sustituida por una sexualidad admitida, pero cada vez ms culpable
e inconscientemente reprimida [refoule]. 10
Fundado desde su origen en esa concepcin de la sexualidad, ei psicoanlisis, por tanto, fue a la vez el sntoma y el
gicos al examen de estigmas reveladores de "i::aras" y "desviaciones"
inscriptas en el cuerpo social, el cuerpo orgnico o ei psiquismo humano,
cuya consecuencia era el hundimiento de la civilizacin en la decadencia.
9
Michel Foucaulr, La Volonc de saoor, ob. cit., p. 198.
10
Como es sabido, Freud da el nombre de usupery" a esa inreriorizacin de los interdictos.

,_,:;;,

100

LA FAMILIA EN DESORDE;U:f:

PATRIARCA MVTILAOO

101

-~

::;;.

remedio de un malestar de ia sociedad burguesa, presa de


cin de la llamada familia "autoritaria".13 Pero tambLn. vea d
-......::>
las variaciones de la figura del padre. Contribuy a la ecloen ella ia fuente de las rebeliones futuras. Y no se equivocaba,
(J (
sin, dentro de la familia afectiva, de nuevos modos de paporque en el siglo XX ella iba a ser el motivo de una divisin
rentalidad -ia llamada familia "recompuesta" o "rnonopa- ~\l:E?C\. 'e.A\ incesame entre la autoridad y la libertad, el apego v la aucono- -::- \'.
rental"-, al mismo tiempo que se converta en el fermento \
~'t'
~izacin, la represin de los instintos y el ac:Nenimiento del Q) q
de un doble movimiento social que ligaba la emancipacin lo..._ \, \
deseo, el grupo y el individuo, el sometimiento y el conflicco. ~
de las mujeres y los nios -y ms adelante los homosexua- fc:<l-nO. (~
Todos estos ordenamientos muestran que la erotizacin & <;11,
les- ~ la rebelin de los hijos contra los padres. Por eso~ ~G{.=_cl_e l s~xualidad fue a la par con lill interiorizacin, en el
3
un producto de la industrializacin, el debilitamiento de las
- "' \O"\ gsiguismo, de las prohibiciones fundamentales caractersti- u
creencias religiosas y una degradacin cada vez ms grande
r-1 a
dR. cas de las sociedades humanas. Y si el psicoanlisis se basa
de los poderes autocrticos, teocrticos y monrquicos. Freud ~\e
en la idea de que el deseo es a la vez culpable y necesario al
~
escribe:
\o.,) tel-:Je(f ore)hombre y la sublimacin del instinto es la condicin de la VJ

.e

'.

"

f: ,.~ \"Q)

El psicoanlisis nos ha hecho conocer la relacin ntima


entre el complejo paterno Y la creencia en Dios, nos mastr que el Dios personal no es, desde el punto de vista
psicolgico, otra cosa que un padre uesto r las nubes
nos bn.nda cot1.d1anamente e espec-'culo de 1 venes que
w
la autoridad del
pierden la fe cuando en ellos se derrumba
padre. En consecuencia, reconocemos en el complejo
11

parental la raz de 1a necesi dad regiosa.

civilizacin, ello significa que no favorece ni la represin


\\A
de la libido ni la creencia en su carcter benfico. Al plantear ese principio, Freud se adelant a su tiempo pero estu~ vo detrs de su propia innovacin. Pues crea que la civill
d
.
1 l
1
r- . l~ lo..
zacin jams agraria esatar sm peIJu1c10 os azos entre e
1"' '-"y
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d deseo sexual -y la procreacin. En 1930, escriba:
C). D'I\ >/\iJ O\

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1 -,

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La civilizacin de nuestros das deja entender con claridad

~'tJ.A.d.6

c.IJ~

que admite las relaciones sexuales con la nica condicin

El siglo XIX contribuy, como los dos anteriores, a una ~ev\~ oJJ,.~NJ!'f\'de que tengan por base la unin indisoluble, y contrada de
de.. f(c;i..VCl" (\\ una vez y para siempre, de un hombre y una muier; que no
erotizacin gradual de las prcticas sexuales o, al contrario,

{' ..

d l

favoreci su represin [rpression]? Esta cuestin an divide a


\V\e,..(0- -~
los hi.5toriadores. 12 Sin embargo, como acabo de sealarlo, .la.
('{\{JI'\\
idea de la exhibicin no excluye la de la represin, y si Freud
pudo transferir a un nuevo oden simblico la antigua soberania patriarcal, fue sin duda porque segua apegado a la tradi-

\-0

11 Sigmund Freud, Un souveniT d'enfance de Uonard de Vind ( 1910),


Pars, Gallimard, l 987, p. 156 [trad. esp.: Un recuerdo infantil de Leonardo
da Vinci, en oc, ob. cit., vol. 11, 1979].
n Cf. Jean-Louis Randrin, Le Sm ec !'Occ:fenr, ob. cit., pp. 279-280.

('{\O...- tolera la sexualidad como fuente autnoma de placer y slo


est dispuesta a admitirla a ttulo de agente de multiplica-_
cin que hasta aqu nada ha podido reemplazar. 14

As, Freud desconoce la fuerza de la ruptura que ha iniciado


y se niega a ver cunto contribuye ya sta a la separacin del
11

14

Originada en las sociedades germnicas.


Sigmund Freud, M.alaise dans la dvili.sation, ob. cit., p. 57. Sobre la

oJ

cuestin de la ruptura entre deseo sexual y procreacin, el lector deber \. ;


remitirse al captulo. 7 de ia pre;;ente obra, "El poder de las madres".
':j
,-":!'

o
2

102

LA FAMILIA EN

DESORDJT>

deseo y la procreacin, sin poner, pese a ello, en peligro la


civilizacin. Pues a sus ojos el verdadero peligro para la cul. tura no reside en e.sa disociacin, sino en el poder infinito de
la crueldad humana sostenida por la ciencia y la tecnoloeJa.
En 1976, Michel Foucau!t toma el partido de la erotizacin contra el de la represin:
Durante mucho tiempo habramos soportado, y sufriramos mdava, un rgimen victoriano. La gazmoa imperial
figurara en el blas6n de nuestra sexualidad, contenida,
muda, hipcrita [...]. Propongamos la hiptesis general del
trabajo. La sociedad que se desarroll en el siglo XV!ll -llmese burguesa, capiralista o indusoial- no opuso al sexo
una negativa fundamental a reconocerlo. Al contrario,
puso en prctica todo un aparato para producir discursos
verdaderos sobre l. 15

De -hecho, si observamos la evolucin de las sociedades oc~


cidentales desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX,
advertimos que, en oposicin a lo que afirma Foucault, e.sos
dos movimientos -represin y exhibicin de la sexualidad1
!? a VU) jams son excluyentes entre s. En consecuencia, el modelo edpico, que los toma en cuenta sin oponerlos, es en
e,y'\ ~ verdad la traduccin de una nueva organizacin de la familia, originada en la propia sociedad civil y basada en
tres fenmenos notables: la revolucin de la afectividad,
que exige cada vez ms la asociacin del matrimonio burgus al sentimiento amoroso y la expansin de la sexualidad femenina y masculina el lugar pre onderante asi ao a nio, cuyo e ecto es la "matemalizacin" de la clula familiar, y la prctica sistemtica de una contracepcin
espontnea, que disocia el deseo sexual de la procreacin

'\ de

'
11

Michel Foucaulr, La Voionc de sayoir, ob. cir., pp. 9 y 92.

EL PATRIARCA MLITILAOO

103

y da origen, entonces, a una organizacin ms individua-

lista de la familia.
A fines del siglo XIX, en la mayor parre de los pases occidenrales, 16 el casamiento ra.rdo --entre los veinte y los veinticinco
aos- ya haba sustituido el matrimonio concerrado.17 El culto
del libertinaje, antao reservado a la aristocracia, y el influio de
la religin, que pona al sujeto en una confrontacin secreta
consigo mismo, fueron sucedidos entonces por una poltica racional y volunrarist:a orie.11rada a clasificar los comporramiernos
humanos e imponer a cada individuo LID ejercicio correcto de la
sexualidad. Toda la terminologa de la medicina mental, la psicologa y la sexologa naci de ese vasto movimiento que acompa la marcha de la sociedad hacia la igualdad democrtica.
La valorizacin del matrimonio por amor se tradujo en
la elaboracin de una moral civilizada, mucho ms acentuada en los pases puritanos y protestantes que en los catlicos.18 Fundada en la monopolizacin del afecto por la institucin matrimonial, esa moral exiga que el amor y lapasin, antao re.servados a los amantes, fuesen en lo sucesivo
asumidos por los esposos. 19 Sirvi, por lo tanw, para pro16

En Europa occidenr:al, central y sepcemrional, pero tambin en


Nueva lngl.acerra.
17 O "prepuberal".
IA Obediente al principio del holy mar:rimony, esta moral exalcaba el
lazo conyugal. Alexis de Tocqueville ya sealaba en 1840 que los europeos y los norteamericanos no tenan la misma concepcin del pecado
en materia de relaciones sexuales: uEnrre los norteamericanos, la pureza
de las costumbres en el matrimonio y el respero de la fe conyugal son
impuestos en igual medida al hombre y la mujer, y el seducror queda tan
deshonrado como su vcrima" (De la drnocracie en AmTique [1935!. Pa rs, Roben: laffonc, col. "Bouquiru", 1986, p. 574 [trad. esp. : La democracia en Amrica, Mxico, Fondo de Culrura Econmica, 1957]).
19 Edward Shorrer llama rnmanr:ic lave a esra revoluci6n (en La
Naissance de la famille modeme, ob. cic.). Por su lado, Alain Corbin des-

-.~

104

LA FAMILIA EN

DESORl~J?

nunciar una condena radical contra todas las llamadas prcticas de "fornicacin" -masturbacin, sodoma, felacin,
etctera-, as corno todas las relaciones carnales exteriores
a la conyugalidad. Espantados por el poder de la energa
sexual --cuyos perjuicios se descubran en los cuerpos convulsos de las mujeres histricas-, los defensores de la tica
protestante iniciaron, alrededor de 1900, una cruzada contra su posible "perdicin". Para ser l a la familia industriosa, la libido deba canalizarse, desexualizarse, moderarse
e incluso orientarse hacia actividades calificadas de "rentables" como ia instruccin o la economa. Si escapara al dominio de la codificacin, se crea, amenazara a la sociedad
con la abolicin de la diferencia de los sexos. Las mujeres se
transformaran en hombres, los hombres en mujeres y la
madre patria, en un lupanar de invertidos y bisexuales.
Para evitar el apocalipsis, era preciso enwnces controlar
la libido denrro de la propia conyugalidad burguesa. As, a
la prohibicin del placer fuera del matrimonio, con su resultante abstinencia obligatoria, responda de manera simtrica la voluntad de luchar, dentro del maoimonio, contra la
frigidez de las mujeres y la impotencia de los hombres. Un
buen matrimonio civilizado supona la coaccin de una
sexualidad normalizada, centrada tanto en el coito como

EL PATRIARCA MUTILADO

105

en el orgasmo y la procreacin. Pero como contrapartida,


ninguna sexualidad normal tena derecho a expresarse fuera de los lazos del matrimonio. 20
Este programa victoriano no poda sino provocar un desastre. Por eso fue impugnado en Europa y Estados Unidos por los
representantes de los distintos movimientos de liberacin: feministas, libertarios, reformistas, liberales, tericos de la revolucin sexual y el "amor libre", escritores, sexlogos, mdicos.
El ms clebre de ellos, Henry Havelock Ellis, no vacil en
maltratarlo y exaltar las virtudes del eros y celebrar la utopa
venidera de un ideal de tolerancia y felicidad. En cuanto a
Freud, una de las vctimas de ese programa, ya que haba
debido abstenerse de toda relacin camal con su futura esposa durante los cinco aos de noviazgo, le imputaba "el
crecimiento de las enfermedades nerviosas en la sociedad
moderna" y le opona su propia concepcin tica de una
libido bien temperada. 21
La expansin de esta moral civilizada corri paralela con
una mutacin de las prcticas de contracepcin. Hasta fines del siglo XV!ll, las fluctuaciones demogrficas europeas
experimentaron escasos cambios y la natalidad permaneci
relativamente estable con respecto a los ndices de mortali20

taca que sta tambin se manifiesta, con una forma invertida, sobre todo
en Francia, en el fenmeno burgus del adulterio, que no es otra cosa
que la construccin de una segunda familia frente a la primera (la famosa "doble familia" de Balzac). Miencras que los maridos instalan a sus
queridas en "amueblados", sus esposas se erotiz.an jumo a sus amantes.
Del mismo modo, una buena cantidad de prostitutas de los barrios elegantes se empean en parecerse a las mujeres respetables. Cf. "La
fascinacion de \'adultere", en Arnour er sexualir en Occdent, volumen
colectivo, inaoduccin de Georges Duby, Pars, Seuil, col. "Poims", 1991,
pp. I.33-139.

Este programa que propiciaba la abstinencia sexual de los hom


bres y las mujeres antes del matrimonio y condenaba toda forma de adulterio fue actualizado en 2002 por George W. Bush, presidente de Estados
Unidos y miembro del Partido Republicano.
u Sigmund Freud, "La morale sexuelle civilise et la maladie nerveuse

des temps modemes" (1908), en La Vie sexuelle, Pars, PUF, 1970 [trad.
esp.: "La moral sexual 'cultural' y la nerviosidad moderna", en ex:, ob.
cit., vol. 9, 1979]. El mdico, escritor y sexlogo ingls Henry Haveiock
Ellis (1859-1939), l mismo homosexual, se rebel comra ios cdigos
morales de la Inglaterra victoriana e hizo publicar sus obras en E.scados
Unidos, donde ejerci una importante influencia. Fue amigo de Freud,
pese a muchos desacuerdos tericos.

106

LA FAMILIA EN DESORDEN

dad adulta e infantil. Si bien las mujeres de todas las capas


sociales recurran a diferentes tcnicas contraceptivas, ms
o menos eficaces, y el aborto era frecuente, el infanticidio y
el abandono seguan siendo, desde haca siglos, los dos medios ms utilizados para el control de la fecundidad. La prdida de un hijo, en especial de un varn, era sin duda un
motivo de sufrimiento para el padre y la madre. Pero el amor
parental coexista muy bien con esas prcticas. Pues por
entonces el nio era considerado, ante todo, como la cosa
de los padres, un objeto totalmente sometido a su voluntad.22 Por eso haba que condenarlo a muerte, como sucedi con Edipo al nacer, cuando amenazaba con poner en
peligro a la familia. Por ms que reprobara esos actos, la
Iglesia no hizo casi nada por impedirlos. 23
A partir de la Revolucin, particularmente en Francia,
Y luego en el resto de Europa durante todo el siglo XIX, se
constat una disminucin importante de la natalidad, slo
explicable por una profunda mutacin en la vida de las familias. Si el amor tena carta de ciudadana en el centro de
la institucin matrimonial y la esposa disfrutaba del derecho a una sexualidad, si no abierta, s al menos reconocida,
ello implicaba, por un lado, que el hombre deba controlar
sus actos sexuales, fuera por la abstinencia, fuera por el coitus
interruptus, fuera por relaciones prolongadas sin eyaculacin,
y por otro, que el nio dejaba de ser una cosa para convertirse, tambin l, en un sujeto con todas las de la ley.H La
22

Sobre el nacimiento del instinto maternal, d. lisaberh Badinter,


L'Amouren plus, Pars, Flammarion, 1980 [aacl: esp.: E.xisre el insrinro mar.ernal? Hiscaria del amor mruemal , siglos xvu al xx, Barcelona, Pads, 1991].
ll Philippe Aries, ula conrracepron aurrefois", en Amour et sexual.ic
en Occidem, ob. cit., pp. 115-130.
H Sealemos que Ffeud, luego de haber practicado la absrinencia
forzada durante su prolongado noviazgo, recurri voluntariamente a ella

PATRJARCA MUTILADO

107

consecuencia fue el desarrollo de una nueva actitud hacia


el lactante y el beb.
As, a lo largo del siglo XIX, los preceptos enunciados por
Rousseau y la filosofa de las Luces encontraron eco en todas
las capas de la poblacin. Se incit a las madres a amamantar
a sus hijos y a dejar de entregarlos a nodrizas. e incluso se
renunci progresivamente a la costumbre de la fajadura, que
encerraba al beb en sus excremenros y le impeda toda libertad de movimientos.
La prctica de las formas masculinas de contracepcin antes mencionadas tuvo por corolario una baja de la natalidad
y una criminalizacin del infanticidio. 25 lnvesrido de un nuevo
poder genealgico, el nio fue entonces considerado, en el
s.no de la familia burguesa, como una inversin en la transmisin del patrimonio y como un ser deseable, ya no fabricado en cadena y sin control. De all, como conrrapartida, el
inters creciente prestado por los mdicos y sexlogos de fines del siglo XIX a la sexualidad infantil y al "nio mascurbador".16 Jean-Louis Flandrin escribe:
El nio apareci para ser amado y educado, y la familia
moderna se erigi en clula bsica de nuestra sociedad
con conciencia de esos deberes de amor y educacin y en
romo del nio. Esta mutacin, fundamental en s misma,
explica tambin la revolucin demogrfica del siglo XlX:
como la familia se fundaba alrededor del nio, la pareja se

a los cuarenta aos como medio conrraceptivo, rras el nacimienro de su


sexto y ltimo hijo.
11 Como medio contraceptivo, el infanticidio fue reemplazado por el
abandono en el siglo XVIII, antes de que la psiquiatra lo considerara una
patologa homicida.
u As lo llama Foucault en La Voiom de savor, ob. ce.

LA FAMILIA EN DESORjJf

108

sinti, en cada uno de sus actos, responsabie del futuro de


ste y "lleg" a planificar los nacimientos.27

Esta transformacin de la sexualidad y de la mirada puesta


sobre la mujer y el nio dentro de la familia gener un ordenamiento indito de las relaciones de alianza. En lugar
de reducirse a su papel de esposa o madre, la mujer se
individualiz a medida que el acceso al placer se distingua
de la procreacin. En cuanto al nio, se proyect en una
identidad diferente de la de sus padres. A partir de ello, la
dominacin paterna slo pudo ejercerse en una coparticipacin consentida que respetaba el lugar de cada uno de los
miembros ligados por la institucin matrimonial. Freud teoriz ese paso del nio objeto al nio sujeto al mostrar que
ste siempre es, para sus padres, una prolongacin de s mis_ElOS. Por consiguiente, la muerte del hijo antes del fallecimiento de los padres se emparenta, segn l, con una monstruosa herida narcisista. 2A
El orden simblico resultante de la gradual separacin
del sexo y la procreacin sirvi, paradjicamente, para perpetuar las antiguas convicciones sobre la diferencia sexual,
segn las cuales los aos de "mimos" prolongan la fusin
con la madre, mientras que la educacin est emparentada
con un adiestramiento paterno, nico capaz de arrancar al
nio de los excesos de la blandura materna. Pero al mismo
tiempo, ese orden desech cada vez ms la idea de que di-

JeanLouis Flandrin, Le Se.xe ec l'Occlenr., ob. cir., p. 144. Flandrn


comenta en este prrafo la obra de Philippe Aries, L' Enfaru ec ia vie
familiale sou.s l'Ancien Rgime (1960), Pars, Seuil, 1973 [trad. esp.: El
nio ) la W1a familiar en d Anriguo Rgimen, Madrid, Taurus, 1987].
18 Sigmund Freud y Ludwig Binswanger, Carresporu:lance 1908-19 38,
Pars, Calmann-Lvy, 1995, p. 225. Freud experimentarla ese sentimiento
tras la muerte de su hija Sophie en 1920, a la que seguira la de su nieto.
17

EL PATRIARCA MLmLAOO

109

chas convicciones estuvieran inscriptas en la naturaleza


misma de la diferencia sexual, como lo haban. afirmado los
filsofos de las Luces. 19
De hecho, ese nuevo orden simblico, encamado por el
patriarca mutilado y del cual Freud habfa pretendid o ser
portavoz al deducir del asesinato del padre la emancipaci~n
sexual de los hijos y las mujeres, se erigi pronto en un pnncipio civilizador y laico. Razn por la cual, cada vez ms
preocupados por escapar a las contingencias evoluciorstas,
sus tericos buscaron su rastro en las descripciones de la
antropologa de los primeros veinticinco aos del siglo XX ,
que privilegiaban el estudio racional y comparativo del parentesco en desmedro de cualquier moral familiarista . Como
consecuencia, ese nuevo orden simblico fue, a la vez, menos coercitivo que el poder patriarcal del cual derivaba y
ms riguroso en la voluntad de imponer su legitim idad a la
sociedad. Sirvi, por consiguiente, tanto para prolongar
como para hacer vacilar las viejas costumbres .
Hasta 1970 fue el receptculo de una evolucin de la
sociedad que ratific la declinacin de ia funcin paterna
en beneficio de una autoridad parental compartida. Pero al
atribuir a sta una hegemona antao exclusivamente en
manos de la voluntad del padre, puso fin al poder patriarcal
en el cual se haba originado.
Las grandes etapas de este debilitamiento son conocidas, sobre todo en el caso de Francia. En 1935 se aboli el
derecho a los castigos paternos, como ya lo record. Tres
aos despus, el padre perdi la potestad conyugal a la ve~
aue conservaba plenos poderes sobre sus hijos, as como el
derecho de autorizar o no a su esposa a ejerce r una profe19

Esta cuestin se abordar en el captulo 6, "Las mui eres tien en un

sexo".

110

{~~~

LA FAMILIA EN DESORDBf

sin. Se convini entonces en un "jefe de familia", al que


el Estado republicano, con el paso de los aos, despoj de
sus prerrogtivas.
Con la ayuda del psicoanlisis, la psiquiatra, la pedagoga y la psicologa, la familia lleg a ser entonces el objeto
de una poltica de control, centrada en la prevencin de las
anomalas sociales y psquicas: psicosis, discapacidades, delincuencia, desviaciones sexuales, etc. Pronto comenz a
popularizarse la idea de la "carencia paterna", es decir, la
ausencia del padre en situaciones de divorcio en las cuales
el hijo-quedaba a cargo de la madre. Por ltimo, se teoriz
el concepto de "dimisin de la figura paterna" para dar cuenta de las situaciones en que el padre era considerado incapaz de garantizar una presencia real junto a los suyos debido
a un trabajo que lo alejaba del hogar conyugal.3
En la dcada de 1950 se lanzaron las primeras campaas
de regulacin de los nacimientos. Al aumentar la expectativa de vida, la nocin de adolescencia se impuso como
etapa intennedia entre la infancia y la adulrez. A continuacin, las diferentes "edades" de ia vida no dejaron de desarrollarse, diferenciarse y diversificarse. 31
En 1955, en el momento en que Lacan haca suya y modernizaba la teora medieval de la nominacin31 para afirmar
que el Nombre-del-Padre designaba el significante mismo de
la funcin paterna, como inscripcin del orden simblico en
lO La expresin "carencia materna" slo se utilizaba para los nios
abandonados y afectados de hospitalismo. Cf_ Jenny Aubry, Enfaru:e
abandonne (1953), Pars, Scarabe-Mtaili, 1983.
11
Cf. Philippe Aries, L'Enfant et la vie fam.ilinle .. ., ob. cit.
12
Sobre la gnesis de ese concepto, cf. lisabeth Roudinesco,Jacques
L.acan . Esquisse d'une vie, hiswire d'un sysr.hne de pense, Pars, Fayard,
1993 [trad. esp.: La.can. Esbozo de una v:ln, hisroria de un sisrerna de pensamenw, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1994].

EL PATRIARCA MVTILAOO

111

el inconsciente, los primeros anlisis serolgicos permitieron


aporrar la prueba de la "no paternidad". Es cierto, liberaban
al padre de la obligacin de alimentar a un hijo que no era
suyo; pero tambin mostraban, por primera vez en la hisrnria
de la humanidad, la posibilidad de una separacin radical
entre la nominacin y el engendramiento. La ciencia sustitua as ei gran prestigio de la palabra para demostrar que el
padre ya no era incierto, cosa que a fines del siglo XX confirmaran los exmenes genticos. Quedaba entonces allanado
el camino para que la antigua identidad del padre se escindiera
en dos polos: producror de semen por un lado, inspirador de
una funcin nominativa por otro. 33
Herido en cuerpo y alma, el patriarca mutilado de este
nuevo orden simblico ya no podra hacer valer, por lo tanto, ms que el don de su patronmico para afinnar su derecho a una especie de nominacin "adopriva". Pero, a la
inversa, ya no podra sustraerse a la bsqueda de las pruebas
de su funcin de genitor, en el caso de no querer reconocer
a un nio que era suyo.
En 1970, con la supresin de la expresin "jefe de familia", la idea misma de patria porestad queda definitivamente
eliminada de la ley. En lo sucesivo, el padre comparte con la
madre el poder sobre el hijo, y sus antiguas prerrogativas, ya
muy debilitadas con el paso de las dcadas, se reducen prcticamente a nada. La familia se convierte entonces en
"coparenral" y comienza a hablarse de "coparentalidad". 34 Por

ll Esta cuescion se trata en el captulo 7 de la presente obra, "El


poder de las madres".
H Ley francesa del 4 de junio de 1970. "La experiencia muestra'',
destaca Ren Pleven, minisrro de justicia, "que es precso proteger a las
madres naturales de sus compaeros efmeros que slo recuerdan su paternidad y los derechos que los antiguos textos les conferan para

112

ltimo, cinco aos despus, con la legalizacin del aborto ya


vigente en muchos pases de Europa, las mujeres arrancan a
la dominacin masculina el control total de la procreacin, y
lo logran aun antes de haber conquistado la igualdad de derechos sociales y polticos.35
Como ya lo indiqu, las ciencias sociales nacientes -antropologa y sociologa- se asignaron la tarea de pensar y
describir esta nueva organizacin de la familia, en el momento mismo en que renunciaban al evolucionismo y a la
invocaci6n de las antiguas dinastas heroicas para hacer del
esrndio del parentesco un modelo de investigacin de vocacin universal, capaz de anticipar las transformaciones
sociales venideras.
En 1892, mile Durkheim conceprualiza la familia conyugal36 en trminos muy alejados de ia mitologa freudiana
de los "estadios" y su interiorizacin psquica. Sin embargo,
las conclusiones que extrae de sus observaciones no son ajenas a la perspectiva edpica. Durkheim muestra, en efecto,
que la construccin de la llamada familia "nuclear", originada en ias sociedades germnicas ms civilizadas de Europa, se
apoya en la contraccin de la vieja organizacin patriarcal.
A su entender, la institucin familiar tiende a reducirse a
medida que se extienden las relaciones sociales y se desarroamenazarlas con quitarles el nio al cual estn apegadas" (Blandine
Grosjean, "La dlicate parit parentale", en Llbira.rion, 26 de marzo de
2002). Acerca de la aparicin de los trminos "monoparentalidad" y
"homoparenralidad", el lector puede remitirse al captulo 8 de este libro,
"La familia venidera".
JS Cf. Luc-Henry Choquet y lisabeth Zucker-Rouvillois, Reconsidrer
la famiUe, Pars, Gallimard, 2001. Esta cuestin se aborda en los captulos 6 y 8 de la presente obra, "Las mujeres tienen un sexo" y "La familia
venidera", respectivamente.
16
mile Durkheim, "La famille conjugale", L'Anne sociologique,
1892, pp. 35-49.

EL PATRIARCA Ml.JllLAl.X)

113

lla el capitalismo, para dar origen al individualismo. En lo


sucesivo, la familia moderna se limita al padre, la madre, los
hijos y sus descendientes, as como a los hijos menores y solceros.37 En e.se modelo, e1 padre se reduce, segn Durkheim,
a una abstraccin, pues es la familia, y no l, la que se encarga
de los conflictos privados, actuando as a la vez de respaldo a
la individualizacin de los sujecos y de muralla a su finitud. Si
ella no asumiera ese papel, agrega Durkheim, el sueto correra el riesgo de tomarse por su propio fin y suicidarse.
En 1898, Durkheim aade a esta descripcin una definicin sociolgica del parentesco disociada de la consanguinidad. Originada en la familia primitiva, sta tiene por
fundamenrn, dice, el totemismo, que remite a una nominacin original. Pues el emblema heredado del ttem sirve de soporte a las relaciones entre individuos de un mis~
rno clan, lo cual los aparta de una pertenencia centrada
en la raza, la sangre o el lazo hereditario: "Aun por s solo,
el nacimiento no basta para hacer ipso facto del nio un
miembro integrante de ta sociedad domstica; es preciso
que ciertas ceremonias religiosas se sobreaadan a l. La
idea de consanguinidad, por lo tanto, queda claramente
en segundo plano". 38
Al leer todas estas interpretaciones de la familia, de
Freud a Durkheim, se comprende que el psicoanlisis, la
sociologa y la antropologa supieran hacerse cargo, mediante conceptos apropiados, de las transiciones ya vigentes en la vida de las familias. Contrariamente a los princin Sin saberlo, Durkhe1m describe as la familia del propio Freud,
compuesra, en efecro, por su mujer, su cuada (soltera) y sus hijos, uno
de los cuales, Anna, nunca se casara y vivir bajo el mismo techo de sus
padres.
; mile Durkheim, "La prohibiran de l'inceste et ses origmes"
{1898), en ]oumal sociologique, Pars, rUF, 1969.

114

LA FAMILIA EN DESORDEN

EL PATRIARCA MLmLADO

pios de la psicologa de los pueblos o el evolucionismo ingenuo que, de Bonald a Le Play, vean la familia como un
cuerpo orgnico cuyas fronteras morales era necesario preservar a toda costa, estas tres disciplinas propusieron una
nueva definicin del orden simblico que posibilita pensar la declinacin del poder paterno sin destruir, empero,
la estructura que permita mantenerlo con una forma cada
vez ms abstracta.
Fenmeno inevitable, esa declinacin transform la familia en una fortaleza afectiva replegada sobre intereses privados. Y como los matrimonios por amor resulraban a la larga
en un agotamiento del deseo y un desencanto con el sexo,
la relacin entre la madre y el nio cobr una dimensin
primordial, a medida que aumer1taba la cantidad de separaciones, divorcios y recomposiciones parentales. Se presenci entonces, durante todo el siglo XX, una "maternalizacin"39 gradual de la familia nuclear que se tradujo, para el
psicoanlisis, en un abandono relativo del freudismo clsico en beneficio de las teoras de Melanie Klein.
En Viena, Freud consideraba que el anlisis de un nio
no deba comenzar antes de los cuatro aos ni realizarse "en
directo", al margen de la mediacin de la autoridad parental
juzgada protectora:
Planteamos como elemento previo que el nio es un ser
pulsional, con un yo frgil y un supery recin en vas de

formacin. En el adulto, trabajamos con un yo fortalecido. Por lo tanto, no seremos infieles al anlisis si tomamos
en cuenta en nuestra tcnica ia especificidad del nio,

w Segn el trmino utilizado por Edward Shon:er en Na55anee

famiUe modeme, ob. cit., p. 279.

de la

i 15

cuyo yo, en el anlisis, debe ser sostenido contra un ello


pulsionai omniporente.-ID

En Londres, Melanie Klein propona, al contrario, abolir


las barreras que impedan al psicoanalista tener un acceso
directo al inconsciente del nio. La proteccin de la que
hablaba Freud le pareca un embuste.
Ms all de esras comideraciones tcnicas, que en 1925
dieron origen a una nueva prctica del psicoanlisis infantil,
se advierte con claridad que si Freud procuraba descubrir al
nio reprimido en el adulto, Melanie Klein, por medio del
inters puesto en el origen de las psicosis y en las relaciones
arcaicas con la madre, exploraba en el nio lo que ya estaba
reprimido en l: el lactante. A partir de la dcada de 1950, los
anlisis de nios se realizaron por doquier con mtodos ms
kleinianos que freudianos. Y aunque padres y madres nunca
fueron excluidos de esas curas, el padre dej de ocupar en
ellas el papel de mensajero de la palabra infantil.
Objeto de rodas las proyecciones imaginarias, de ias ms
aborrecibles a las ms fusionales, la madre, en el semido
kleinano, ya no tena realidad antropolgica alguna. Buen o
mal objeto, se aprehenda de manera subjetiva como un lugar de fantasmas inconscientes y una fuente de destruccin.
Melanie Klein demostraba que, bajo las apariencias de
la mayor normalidad, la familia afectiva moderna oculraba
en su seno los tormentos ms atroces y los secretos ms funesrns. La patologa psquica daba la medida de la norma
vigente en el centro de una relacin entre la madre y el
nio que tenda a abolir la funcin separadora del padre.
"""Lemes de Sigmund Freud a Joan Rivere ( 1921-1939)", presentadas por Athol Hugues, en Revue imemmionale d'hiswire de la psychanalyse,
6, 1993, pp. 429-481.

116

El PATRIARCA MVTILAOO

Hubo que esperar los aportes clnicos de Donald Woods


Winnicott sobre la "madre suficientemente buena" (goodenough mother) y ia "madre devota comn" (OTdinary devoted
moche;) para corregir los excesos de esos clivajes maniqueos
que desembocaban en una visin perversa o psi~tica de las
relaciones de parentesco.-4 1
Winnicott restableca de hecho un equilibrio entre los
polos de lo materno y lo paterno al destacar que el padre es
"necesario para dar a la madre un apoyo moral, sostenerla
en su autoridad y ser la encamacin de la ley y el orden que
ella introduce en la vida del nio"."2 En este aspecto, tambin l represent una concepcin matemalista de la familia en virtud de la cual el nio se haba convertido en Hi.s
Majesty Baby y el padre, en el soporte de la autoridad materna. Con la salvedad de que Winnicott rechazaba el
maniquesmo de la omnipotencia, buena o mala, de lo maternal "intemalizado", en beneficio de la idea de una autoridad simblica compartida.
Dentro de ese dispositivo, que influy sobre el conjunto
de las sociedades occidentales, el nio ocup, en su relacin con la madre, el lugar central antao atribuido a Dios
padre. Por eso, valido de su omnipotencia, hered una imagen confusa de la autoridad paterna, que pareca disolverse
en la nada de una matemalizacin creciente.
En 1938, en el momento en que Freud tomaba a Moiss para
demostrar que el monotesmo deba su poder a la instauracin

Donald Woods Winnicott, Le Bb er sa mere, Pars, Payot, 1992


[trad. esp.: Los bebs -y sus rruuire.s, Buenos Aires, Paids, 1989).
i Donald Woods Winnicott, "Le pere" (1944), en L:Enfaru et sa
famlle, Pars, Payor, 1989, p. 119 [trad. esp.: Conozca a su nio: primeras
relaciones entre el nio J su familia, Barcelona, Paids, 1993).

17

de una ley del padre consecutiva a un asesinato repnmido,


Lacan public una brillante sntesis del estado de la familia
occidental en vsperas de la guerra. En ella mezclaba consideraciones clnicas sobre el complejo de Eciipo o la psicopatologa
de las relaciones entre padres e hijos con un anlisis de las
diferentes teoras psicoanalticas, antropolgicas y sociolgicas que permitan comprender su estatus y evolucin. 4J
Asociando las tesis de Bonald a las de Aristteles v Durkheim,
Lacan tomaba en cuenta los avances kleinianos para trazar
un cuadro tenebroso de la familia nuclear moderna. Pero
tambin se inspiraba en el bilogo alemn Jakob von Uexkll,
que haba revolucionado el estudio de los comportamientos animales y humanos al mostrar que la pertenencta a un
medio deba pensarse como la interiorizacin de ste en la
vivencia de cada especie. De all, la idea de que el anclaie
de un sujeto en un medio ambiente no debe definirse como
un contrato entre un individuo libre y una sociedad, sino
corno una relacin de dependencia entre un medio y un
individuo, determinado ste por acciones especfficas de interiorizacin de los elementos de ese medio.
Este prstamo permita a Lacan destacar que la familia
se organiza de acuerdo con imagos, un conjunto de representaciones inconscientes marcadas por los polos de lo paterno y lo materno. Al margen de esta pertenencia, deca,
que caracteriza la organicidad social de la familia, no es
posible ninguna humanizacin del individuo.

41
Jacques Laccm, "Les complexes farniliaux dans la format1on de
l'individu" (1938), en Aurres crirs, Pars, Seuil, 2001, pp. 23-85 [trad.
esp.: La familia, Buenos Aires, Argonauta, 1978). Ya tuve oporturlld<id
de comentar este texto y explicar su gnesis. Cf. lisabeth Roudinesco,
jacques Lacan. Esqus.se ... , ob. cit. Retomo aqu algunos puntos ele mi
demostracin para completarla.

118

~?~~~t~~:.

LA FAMILIA EN DESORUtN

En apariencia, entonces, Lacan pensaba la familia como


un todo orgnico y no vacilaba en fustigar la declinacin de
la imago paterna tan caracterstica, a su juicio, del estado desastroso de la sociedad europea en vsperas de la guerra. Sin
embargo, en contraste con los tericos de la contrarrevolucin, se opona a la idea de que un restablecimiento de la omnipotencia patriarcal fuera una solucin al problema. Y del
mismo modo, se negaba a hacer de la familia la apuesta de una
perpetuacin de la raza, el territorio o la herencia. Estaba convencido de que la antigua soberana del padre haba desaparecido para siempre, por lo cual todo proyecto de restauracin
no poda terminar sino en una farsa, una caricatura, un art:ificio. De hecho, a travs de una terminologa que pareca prxima a la de Bonald e incluso a la de Maurras, Lacan analizaba el
fenmeno familiar a la manera de Durkheim y la antropologa
modema~+4 A su entender, la familia deba estar sometida a la
mirada crtica de la razn. De este proceder -y slo de ldependa la posibilidad de introducir en el "todo orgnico"
una conciencia subjetiva capaz de separarse de l.
Lacan, en consecuencia, aprenda la leccin enseada por
el gesto freudiano. La revalorizacin del padre slo poda ser
En este aspecto, contrariamenre a lo que afirman algunos autores,
Lacan no fue jams un pensador maurrasiano y tampoco defendi una
concepcin conservadora o catlica de la familia . Cf. Michel Tort,
"Homophobies psychanalyriques", en Le Monde, 15 de ocrubre de 1999, y

"Quelques consquences de la diffrence 'psychanalytique d<;S sexes', en


Les Temps modeme.s, 609, junio-julio-agosto de 2CXXl, y Didier Eribon, Une
morale du minmiurire . Variatians sur un cheme de Jean Genel, Pars, Fayard,
col. "Hisroire de la pense", 2001, sobre todo los capfrulos dedicados a la
"homofobia" de Lacan y el tirulado "Pour en finir avec Jacques Lacan".
Tuve la ocasin de responder a estas crticas en una entrevista con Frarn;:ois
Pommier: "Psychanalyse et homosexualit: rflexions sur le dsir pervers,
l'injure et la fonccion paternelle", en Cliniques mditerranenn.es, 65, febrero-marzo de 2002, pp. 7-34.

EL PATRIARCA. MlJfILAOO

119

simblica. Apoyado en Henr Bergson,~ 5 que en 1932 opona


una moral de la obliga.d6n a una moral de la aspiradn, vea
en el interdicto de la madre la forma concreta de una obligacin primordial o de una moral cerrada. Su expresin era el
complejo de destete, porque restableca, en la forma de una
"imago del pecho materno", la relacin nutricia interrumpida. La existencia de esta imago, deca Lacan, domina el conjunto de la vida hwnana corno una invocacin de la nostalgia por el todo. Y explica en la mujer la permanencia del
sentimiento de maternidad. Pero cuando esa imago no se
sublima para permitir el lazo social, se vuelve mortfera. De
all un apetiro de muerte que puede manifestarse en conductas suicidas en el sujeto.
En contraste, Lacan situaba la funcin de la aspiracin y
la apertura del lado de la autoridad paterna, cuya expresin
era el complejo edpico, porque introduca una triangulacin
que separaba al nio de la madre.
Crisol del crimen, la locura y la neurosis, la familia era
entonces, a su juicio, la peor de las estructuras, con excepcin de todas las dems: "Familias, os odio, porque no puedo amaros", tal podra haber sido su divisa. Por eso renda
homenaje a Freud:

El sublime azar del genio no explica acaso por s soio que


haya sido en Viena -por entonces centro de un Esrado
que era el melting pot de las formas familiares ms diversas,
de las ms arcaicas a las ms evolucionadas, de los lnmo5
agrupamientos agnricos de los campesinos eslavos a las
formas ms reducidas del hogar pequeoburgus y las formas ms decadentes de la pareja inestable, pasando por
~s Henri Bergson, Les Deux saurces de la morale er de la relif{on ( 193 Z),
Pars, PUF, 2000 [rrad. esp.: Las dos fuenres de la moral y de la religin ,
Madrid, Tecnos, 1996].

LA FAMILIA EN DESORDEN

120

los paternalismos feudales o mercantiles- donde un hijo

del patriarcado judo inventara el complejo de Eclipo. Sea


como fuere, las formas de neurosis dominantes a fines del
siglo pasado revelaron su ntima dependencia de las condiciones de la familia.'1<1

A la vez que esgrima el blasn inmemorial del padre, transformado, por el movimiento mismo de la historia, en un paaiarca desfallecierne, Lacan se interrogaba sobre la pertinencia de la lectura freudiana del &lipa de Sfocles. Sin lugar a
dudas, a partir de 1938 comenz a releer al revs -o de otro
modo- el mim y la tragedia. Y como resultado, afirmaba que
la "protesta viril de la mujer'' era la consecuencia ltima de la
invencin del complejo edpico. Pero en vez de hacer de la Esfinge un sustituto del padre, y de su eliminacin, un signo precursor del deseo de la madre, vea en ello, antes bien, la "representacin de una emancipacin de las tiranas
matriarcales y una decadencia del rito del asesinato real". 47
Sealaba asimismo que la eleccin edpca freudiana de una
preponderancia del orden simblico se acompaaba de un
reverso temible: "la ocultacin del principio femenino bajo
el ideal masculino, cuyo signo viviente es, por su misterio, la
virgen, a travs de las edades de esta cultura".18
El tema de la "diferencia virginal", como paradigma de
un goce femenino heterogneo al influjo del orden simblico, ser recurrente a lo largo del desarrollo del pensamiento
de Lacan y lo llevar, en definitiva, a emprender una revisin radical de la lectura de los trgicos griegos. Frente a
Eclipo, rey de Tebas y tirano de la desmesura, Lacan prefera
a Eclipo en Colono, oscuro ~1ciano privado de su soberana
Jacques Lacan, "Les complexes familiaux ... ", ob. cit., p. 61.
lbfd., p. 58.
48
lbd., p. 84.

46

EL PATRIARCA MLJTILAOO

121

y despojado de los atributos de su paternidad. Del mismo


modo, en la generacin siguiente, elegira a Antgona, herona mstica, a su juicio, de un trayecto mortfero -entredos-muerres-, y no a Electra u Orestes. Por ltimo, hara de
Harnlet, no un hijo culpable, sino el hroe de una tragedia
de lo imposible, prisionero de un padre muerto -el espectro-y de una madre que le haba transmitido un verdadero
terror a la femineidad.-4 9
Esta representacin casi sadiana de una virginidad mstica, que escapa a11ogos separador, indicaba la gran preocupacin de Lacan por disociar lo femenino de lo materno y
comprender su lugar. En este aspecto, podemos plantear
como hiptesis que, si Freud haba respondido mediame
una nueva concepcin del orden simblco al terror finisecular de la borradura de la diferencia sexual, Lacan prolongaba esa actitud enfrentndose a la irrupcin de lo real de
esta diferencia. Y vol vera a hacerlo cuando las mujeres procuraran afirmar su identidad sexuada, al trmino de una
guerra cuyo rasgo esencial haba sido una voluntad de exterminio del gnero humano.

~ 9 Jacques Lacan, Le Sminare. Livre VII: L' cliique de ia ps)"chanalyse


(1959-1960), Pars, Seuil, 1986 [trad. esp.: El Seminario de ]acqt<es Lacan.
Uhro 7: La rica del psicoanlisis. 1959-1960, Buenos Ares-Barcelona,
Pads, 1988]; Le SmnaTe. Livre VI: Le Dsir et son nterprwuon ( 19581959), indito, y Le Sminarre. Livre XX: Encare (1972-1973 ), PJ.rs, Seuil,
1975 [trad. esp.: El Seminario de ]0C4.ues Lacan. Libro 20: An. 19721973, Buenos Aires, Paids, 1989].

8. La familia venidera

t
[

'l

Cuando los gays y las lesbianas de la costa californiana, a


partir de 1965-1970, quisieron convertirse en padres, inventaron una cultura de la familia que, en muchos aspectos,
no era sino la perpetuacin del modelo que haban impugnado y ya estaba en plena mutacin. Y sin duda, porque
esta cultura contena en s misma un gran deseo de normatividad, fue recibida corno la peor de las heridas infligidas al
orden simblico.
Durante algunos aos, esas experiencias fueron poco numerosas; pero a partir de 1975 se multiplcaron a medida
que la lucha por la despenalizacin de la homosexualidad 1
ocupaba su lugar dentro de un vasto movimiento de emancipacin de los negros y las minoras "tnicas".
Como no podan disimular ante los hijos las condiciones
biolgicas de su engendramiento, los padres homosexuales, a
causa de su misma existencia, incitaban a abrir el debate sobre la cuestin de los orgenes. Sin embargo, y aunque la
familia estuviera modificndose, transgredan un orden

Homosexualidad: trmino derivado del griego (hornos = semejante) y acuado en 1869 por el mdico hngaro Karoli Maria Kertbeny
para designar, segn una terminologa clnica, todas las formas de amor
carnal entre personas del mismo sexo. Entre 1870 y 1970 se impuso en
todas las sociedades occidentales, en oposicin al trmino "heterosexualidad", forjado en 1888.
1

195

LA FAMILIA VENIDERA

196

procreatvo que desde haca dos mil aos se basaba en el principio del lagos separador y la diferencia sexual. Pues la institucin familiar apenas poda, en esa poca, escapar a su principio fundador: el acoplamiento camal entre un hombre y
una mujer. En este aspecto, la invencin de la llamada familia ''homoparental" 2 corra el riesgo de reavivar el gran terror
a una posible borradura de la diferencia sexual que, como se
recordar, haba surgido a fines del siglo XIX en el momento
de la declinacin de la antigua autoridad patriarcal. Y aunque muchos etnlogos, movidos por un indiscutible impulso
de generosidad, se empearan durame aos en esgrimir corno
ejemplo los contados casos de sociedades remotas en las cuales las mujeres se casaban con mujeres y los hombres con
hombres, ello no hizo sino aumentar la terrible condena moral
que pesaba sobre ese tipo de experiencias.
Perseguidos a lo largo de siglos, tratados de parias, invertidos, uranianos, sodomitas, bribones, homfilos, pederasras e
incluso -en el caso de las mujeres- de m'badas, bribonas o

El trmino "homoparentalidad" fue acuado en Francia en 1996


por la Asociacin de Padres y Futuros Padres Gays y Lesbianas (APGL).
Nunca se utiliz en el mundo angloparlante -en especial en Estados
Unidos-, donde se prefiere hablar de lesban and gay f amilies o lesbian and
gay parenrhood... Actitud debida a que ios homosexuales norteamericanos
recusan toda denominacin de origen psiquitrico y prefieren un vocabulario ms gozoso, cemrado en el gnero. De all la invencin del trmino gay (para los hombres) y la recuperacin de la palabra lesbiana
(para las mujeres), con referencia a Safo, la poetisa griega de la isla de
Lesbos. Irene Thry critic con justa razn el trmino ''homoparentalidad", por poner en primer plano la sexualidad del padre que, en principio, no debe tomarse en cuenta en la filiacin. Cf. Irene Thry,
"Diffrences des sexes, homosexualirs et filiation", en Marcine Gross
(comp.). Homoparentalits, tat de.s lieux, ob. cit., y Didier Le Gal!,
"Recompositions homoparenrales fminines", en Didier Le Gal! y Yarnna
Berrahar, La Pluriparenralit, Pars, !'UF, 2001.

197

rortilleras, 3 los homosexuales siempre haban tenido la posibilidad de fundar una familia, con la condicin de separar las
prcticas sexuales ligadas a su inclinacin de los actos sexuales
necesarios para la reproduccin. Esto contribua a presentar la
homosexualidad corno la manifestacin de un deseo necesariamente "perverso". Y por eso, el escndalo de esta nueva
parentalidad no estribaba tanto en el hecho de que un homosexual pudiese tener hijos con una persona de otro sexo, como
en el rechazo expresado por algunos homosexuales a plegarse a
las reglas de la procreacin natural. Que un hombre ya no
quisiera un acto carnal con una mujer para engendrar y que
una mujer ya slo deseara de un hombre su semen para pro~
crear: en eso consista la transgresin. 4 Pues los nuevos padres
gcrys y lesbianas no pretendan cuestionar los dos grandes interdictos fundadores de las leyes del parentesco: prohibcin
del incesto y prohibicin de la confusin de las generaciones.
Freud nunca ignor el papel cumplido por la tradicin judeocristiana en la larga historia de las persecuciones fsicas y
morales infligidas durante siglos a quienes eran acusados de
transgredir las leyes de la familia. Con frecuencia destacaba
que los grandes creadores eran homosexuales y siempre fue
sensible a la tolerancia del mundo antiguo para con la pederastia, olvidando incluso que los griegos reprobaban el amor
por ios varones jvenes y lo juzgaban peligroso para la ciudad. 5
En todo caso, no inclua la homosexualidad entre las "taras" o "anomalas", y consideraba que todo sujeto es susceptble de hacer esa eleccin, debido a la universalidad de la

>Cf. Aorence Tamagne, Mauooi.s genre? Une hiswire des reprsrnwnons


de l'hom.oserualit, Pars, La Marriniere, 2001.
4

Este nuevo modo de parenralidad fue en un comienzo cosa de mueres.

s En su inrerpreracin del mito de &lipo, Freud no conrempl ams

la posibilidad de mencionar el episodio "homosexual" de Layo.

es

i,;

:;;- \e
196

bisexualidad psquica. Jams abandon la idea de una predisposicin natural o biolgica, y aunque cambi a menudo de
opinin sobre el tema, sigui convencido de que, tanto para
un hombre como para una mujer, el hecho de ser criado por
mujeres, o por una sola mujer, favoreca la homosexualidad.
En consecuencia, Freud no clasificaba la homosexualidad
corrw raL en la categora de las prcticas sexuales perversas
(zoofilia, fetichismo, coprofilia, exhibiconismo, etctera) y
distingua la perversin (estructura psquica comn a ambos
sexos) de los actos sexuales perversos llevados a cabo sobre
todo por los hombres y a veces por las mujeres, fueran o no
homosexuales. Sujeto trgico, el homosexual freudiano encarna una especie de ideal sublimado de la civilizacin. Como
Freud escribe en 1935:

X.

&

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LA FAMILIA VENIDERA

199

e
Por su lado, la sexologa invent un vocabularo especfi~ -~ co destinado a jerarquizar los comportamientos sexuales "~es~ \J~ viadas", clasificados a veces entre las enfermedades heredita- ~
"") w
. y en otras ocasiones
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;nas
encre los cnrnenes
y de1tos.
~
En nombre de esas teoras, varios cientficos atacaron en~
c.'.tronces las legislaciones represivas, como lo testmornan las
0
~ ~acciones encabezadas por Magnus Hirschfeld7 sobre el "sexo
Ointermedio" y por Havelock Ellis sobre el "carcter mnato"
(} r::{ natural de la homosexualidad, pero tambin por un iunsta de
Hannover, Carl Heiruich Ulrichs, que public con el seud:5
<5 ~ nimo de Numa Numantius una serie de obras en las cuales
c5 2 ~ ~populariz el trmino "uranisrno", 8 para sostener que la m~ Q $ O versin sexual era una anomala hereditaria cercana a la
":::::- ~
:::._ bisex:ualidad y que produca un "alma de mujer en un cuerpo
~
de hombre". Tras sus pasos, el psiquiatra Carl Westphal dio
La homosexualidad no es, desde luego, una ventaja, pero
'l
su apoyo a la teora de la homosexualidad congnita, al elano hay en ella nada de lo cual avergonzarse: no es un vicio
~
borar la idea de un "tercer sexo". Entre 1898 y 1908 apareni un envilecimiento y no podrfa calificrsela de enfer~
cieron mil publicaciones sobre ia homosexualidad. 9
medad; nosotros la consideramos como una variacin de
Para los partidarios del discurso psiquitrico del siglo xx,
la funcin sexual provocada por una interrupcin del de1:$
~
la
homosexualidad
fue siempre una inversin sexual, es desarrollo sexual. Muchos individuos sumamente respeta~ :S
cir, una anomala psqu~ca, ment.al o de naturaleza constibles, de los tiempos antiguos y modernos, fueron homo~
~
tutiva y, en todo caso, la expresin de un trastorno de la
sexuales, y entre ellos encontrarnos a algunos de los ms
J:f_
identidad o la personalidad que poda llegar a la psicosis y
grandes hombres (Platn, Miguel ngel, Leonardo da
Vinc, etctera). Perseguir la homosexualidad corno un
conduda a menudo al suicidio.
crimen es una gran injusticia, y tambin una crueldad. Si
no me cree, lea los libros de Havelock Ellis.6
7 Magnus Hirschfeld (1868-1935), psiquiatra alemn que milit a favor
de una reforma de la legislacin de su pal's sobre los homosexuales y fue, en
Freud agrega, adems, que es vano intentar transformar a
1908, uno de los fundadores de la Asociacin Psicoanaltica de Berln.
8
un homosexual en heterosexual.
Con referencia a Urano. Como Freud, tambin Sandor Ferenczt
defendi la emancipacin de los homosexuales.
9
Sobre la historia de la homosexualidad conviene remitirse a la obra
6
Sigmund Freud, Corresporuiance, 1873-1939, ob. cit. Esta carta est
de Didier ribon, Rflexions SUT la quescon gay, ob. cit., que hace una
dirigida a una madre noneamericana preocupada por la homosexualisntesis de todas las teoras vigentes y de todos los debates suscitados por
dad de su hijo.
la construccin de la identidad homosexual.

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LA FAMILIA EN DESORDEN

200

:'.Wf~:

Hubo que esperar a ia dcada de 1970 y a los trabajos de los


hisrorrdores -<le Michel Foucaulr a John Boswell-, luego, y a
los grandes movimiemos de liberacin sexual, para que la homosexualidad dejara de ser considerada una enfermedad y se
la viera, en cambio, como una prcrica sexual con todas las
de la ley, marcada, adems, por la diversidad. Se habl entonces de las homosexualidades y ya no de la homosexualidad,
para resaltar que sta no era una esrrucrura inmurable sino un
componente multiforme de la sexualidad humana.
En 1974 1 presionada por los movimientos gays y lsbicos,
la American Psychiatric Association (APA) decidi, luego de
un referndum, retirar la homosexualidad de la lisra de enfermedades mentales, rebautizadas "desrdenes mentales" por
el Manual diagnstico y estadsri.co de l.os trasrornos mentales
( DSM). El episodio de esta desclasificacin rocambolesca fue
uno de los grandes escndalos de la historia de la psiquiatra.
Atestiguaba, en todo caso, la validez de las crticas planteadas desde haca tamos aos a una disciplina que tenda a
convertirse en la criada para todo servicio de los laboratorios
farmacuticos. En efecto, incapaz de definir cientficamente
la naruraleza de la homosexualidad, la comunidad psiquitrica norteamericana cedi, de manera demaggica, a la presin de la opinin pblica, y organiz una votacin sobre un
problema que, como cualquiera podr comprender, no corresponda en absoluto a una decisin electoral.
Trece aos despus, en 1987, sin la ms mnima discusin terica, la APA elimin la palabra "perversin" de la
terminologa psiquirrica mundial para reemplazarla por el
ridculo trmino de "parafilia", que permite disolver la nocin misma de homosexualidad. 10
10

Sobre la hisrnria del DSM ser ril consulrar el ensayo de Scuan


Krk y Herb Kutchns, Aimez-vou.s le DSM? Le triomphe de la psychmie

LA FAMILIA VENIDERA

201

Por su parte, los discpulos y herederos de Freud mostraron una extrema intolerancia hacia la homosexualidad. A
partir de diciembre de 1921, y durante un mes, la cuestin
dividi a los miembros del Comit Directivo de la IPA, la
internacional freudiana. Sostenidos por Karl Abraham, los
berlineses se negaron a otorgar a los homosexuales el derecho a ser psicoanalistas. Respaldado por Freud, Orto Rank
se opuso a esta directiva: "No podemos rechazar a esas personas sin otra razn valedera, as como no podemos aceptar
que sean perseguidas por la ley". Rank record que existan
diferentes tipos de homosexualidad y que cada caso particular mereca un examen especfico. Contra l, Emesr] ones
apoy a los berlineses y proclam que a los ojos del mundo
la homosexualidad "era un crimen repugnante: si uno de
nuestros miembros lo cometiera, arraera sobre nosotros un
grave descrdito" .11
Con el paso del tiempo, y durante ms de cincuenta aos,
bajo la influencia creciente de las sociedades psicoanalticas
norteamericanas, la IPA reforz su arsenal represivo, a la vez
que daba cabida a las posiciones de la nosografa psiquitrica.
Por su lado, Anna Freud desempe un papel crucial en la
amric.aine {Nueva York, 1992), Le Plessis-Robnson, Synthlabo, col.

"Les Empecheurs de penser en rond", 1998. En Francia, la eliminacin


de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales elaborada
por la OMS fue anunciada por el rninsrro de salud, el 12 de junio de 1981.
Sobre las etapas de su despenalizacin, cf. el libro de Janine Mossuz Lavau, Les Lnis de l'amour, ob. cit. Votada el 28 de julio de 1982, luego
de debares rumulruosos e insultos inrolerables contra los homosexuales,
esra despenalizacin fue obra de Robert Badinter, que el ao anterior
haba logrado la abolicin de la pena de muerte.
11
La decisin de prohibir a los homosexuales el acceso a la profesin
psicoanaltica se prorrog tcitamente sin llegar a ser nunca una regla
cscrira en los estaruros de la IPA, io cual permiri a sus pamdarios afirmar
que no exisla y, por lo tanro, no era necesario derogarla.

zoz
tergiversacin de las tesis de su padre. Ella misma, de quien
los medios psicoanalticos sospechaban que mantena una
relacin "culpable" con su amiga Dorothy Burlingham, milit contra el acceso de los homosexuales a la jerarqua de
analistas didcticos y, al mismo tiempo, promovi la idea, contraria a toda realidad clnica, de que una cura exitosa debe
encauzar a un homosexual por el camino de ia heterosexualidad.
En lo concerniente a los representantes de la corriente
kleiniana, consideraron que la homosexualidad se explicaba
tan pronto por una "identificacin con un pene sdico" corno
por un "trastorno esquzoide de la personalidad, acompaado
o no de una manifestacin de defensa contra una paranoia
excesi':'a". Ningn kleiniano se levant nunca para criticar
la discriminacin de la que los homosexuales eran vctimas.
Ms adelante, los poskleiniano~ juzgaron la homosexualidad
como un trastorno de naturaleza borderl.ine, 12 asocindola a
un desorden psquico espedfi.co cercano a la psicosis.
Con una veintena de excepciones, entre ellas el profesional californiano Robert Stoller, especialista en transexualismo, y la clnica neocelandesa Joyce McDougall, miembro de la Sociedad Psicoanaltica de Pars (SPP), los principales notables de la IPA fueron entonces, durante varias dcadas, los artfices de lo que puede considerarse como un
deshonor para el psicoanlisis. u
n Estado lmite entre la psicosis y la neurosis.
13
Esta crtica no apunta, por supuesto, a la masa an6nima de profesionales. Hubo que esperar a las confesiones pblicas de los psicoanalistas homosexuales norteamericanos de la IPA, en el congreso de Barcelona de 1997, para que la situacin empezara a cambiar. Cf. lisabech
Roudnesco, "Psychanalyse et homosexualit ... ", ob. cit. En 2002, Daniel Widl6c.her se comprometi a poner en prctica dentro de la IPA una
poltica de no discriminacin hacia los homosexuales, lo cual equivale a
admitr que antes se los discriminaba. Cf. Newsietter JPA, 10/2/2002.

203

LA FAMILIA VENIDERA

En 1975, la Asociacin Norteamericana de Psicologa


adop[ la misma posicin que los psiquiatras. Sus representantes recomendaron a todos los profesionales de la salud
mernal renunciar a sus prejuicios homofbicos y reait2ar investigaciones de campo con familias homoparentales. Vctimas del ostracismo que los afectaba, los gays y las lesbianas
entrarnn asf en el crculo infernal de los peritajes y los concraperitajes. Quisieron "probar" que eran buenos padres y
que sus hijos adoptados, procreados artificialmence o procedentes de familias recompuestas, se comportaban tan bien
como los criados en las llamadas familias "heterosexuales" .
Para demostrar el absurdo de un proceder semejante, acaso
sea preciso recordar, a travs de algunos casos clnicos, lo que
fue a veces corriente en ciertas familias "hecerosexuales de
mediados de siglo cuyos hijos, ya adultos, frecuentaron veinte
aos despus los divanes de los psicoanalistas. 14 Como lo relata Leon.ard Shengold, en su mayora, estos individuos sufrieron en la infancia o la adolescencia terribles violencias psquicas o fsicas: "Mi padre pegaba tan fuerte que nos rompa ios
huesos". "Mi madre pona leja en los copos de avena de mi
hermano retardado mental." "Mi madre dejaba abierta la puerta
de su dormitorio cuando traa hombres a casa, para mostramos
que se acostaba con ellos." "Mi padrastro se baaba conmigo y
me haca chuprsela hasta eyacular; cuando le cont a mi
madre, ella me dio una bofetada y me trat de mentiroso.'ll 5
Las confesiones publicadas por Shengold en 1989 no se
referan slo a abusos sexuales. Revelaban tambin torturas
11

11 Recordemos rambin que Ida Bauer y todos los grandes pacientes


de Freud pertenecan a familias 11 heterosexuales", aparentemente "normales".
11 Leonard Shengold, Meurrre d' ame. Le destin des enfants maltrmrs
(1939), Pars, Calmann-Lvy, 1998.

204

LA FAMILIA VENIDERA

morales en las que el odio se codeaba con la indiferencia,


como lo ilustra la historia de un joven suicida procedente de
una familia riqusima. Su padre, alcohlico y paranoico, siem,
pre lo haba tratado como un objeto, a la vez que manifesta,
ba un amor desmesurado por sus caballos. En cuanto a la
madre, nunca haba dejado de humillarlo, al mismo tiempo
que lo rodeaba, con un lujo sin medida, de suntuosas satisfac,
dones materiales. El da que se enter de que su hijo haba
iniciado un anlisis, le dio como regalo de cumpleaos un
par de pistolas antes pertenecientes a su propio padre.
La escena ms pasmosa de estos relatos de casos es, sin
duda, la de un hombre de unos treinta aos, casado y padre
de familia, que recupera, durante un breve anlisis, el re,
cuerdo totalmente reprimido dei acto incestuoso cometido
con su madre cuando tena doce aos. La penetracin se
haba repetido en varias ocasiones hasta que el nio eyacul
por primera vez. Aterrorizada por la idea de una posible
fecundacin, la madre escap gritando. Apart entonces
para siempre de su vida la locura sexual que la haba embar,
gado y cuya vctima haba sido su hijo. En la adultez, ste
no lograba librarse de una nube negra y amenazante que se
cerna sobre su mente y le prohiba todo xito afectivo y
profesional: "Como Edipo", escribe Shengold, "era ciego a
la causa de la 'peste' en su vida, y una vaga conciencia de
ese fenmeno lo haba llevado al anlisis". 16
Los mtodos utilizados en Estados Unidos con los padres
gays y lesbianas no procuraban 1 como los relatos de
Shengold, dilucidar la genealoga inconsciente de los suje,
tos, sino someter a prueba las "aptitudes psicolgicas" de
los homosexuales para ser padres y determinar luego si sus
hijos eran o no susceptibles de convertirse en homosexua,
;dem

205

les o depresivos y capaces de orientarse en el sealamiento


de las diferencias anatmicas. Corran ms riesgos que los
dems de sufrir trastornos psicticos o asumir cornportarnien,
tos asociales, e incluso de ser ms fcilmente vctimas de
abusos sexuales por parte de adultos, debido a que los hom,
bres homosexuales -sus padres- eran, a menudo, asimilados
a pedfilos? Entre 1973 y 1995 se publicaron decenas de
investigaciones de este tipo. 17 stas no echaron demasiada
luz sobre la enorme mutacin histrica que representaba ei
hecho de ya no fundar el orden familiar en la diferencia
sexual; pero aliviaron las angustias de los homosexuales al
mostrarles que eran padres tan comunes y corrientes como
17

Hoy se calcula que el 10% de los homosexuales norreamericanos y


canadienses se incluyen en la categora de padres ga:;s y lesbianas, sea
porque viven con un compaero del mismo sexo, luego de haberse separado de la madre o el padre de sus hijos, o porque concibieron nios por
medio de la !AD o de madres portadoras, o porque como solteros adopcaron hijos o, por ltimo, porque recurrieron a msemmacones espontneas enrre un padre y una madre homosexuales, cada uno de los cuales
vive con un compaero o compaera del mismo sexo, en cuyo caso el
nio es criado por cuatro personas. Esto significa que en el continente
norteamericano hay enrre uno y cinco millones de madres lesbianas, de
uno a rres millones de padres gays y de seis a catorce mllones de nios
criados por padres homosexuales. Los primeros nacimiemos se reman,
tan a 1965 y experimentaron un boom en 1980. Cf. D. Julien, M. Dube
e !. Gagnon, "Le dveloppement des parenrs homosexuels compar a
celui des parents htrosexuels", en Revue qubcoise de psychologie, 15,
vol. 3, 1994.
La homoparem:alidad se est convirtiendo en un hecho socai en
toda Europa. Debemos a Stphane Nadaud la primera invesrigacin francesa de ese tipo, realizada en 1999 con ciento noventa padres, miembros
de la Asociacin de Padres y Futuros Padres Gays y Lesbianas (APGL).
Fundada en 1986, la APGL tiene hoy mil doscientos miembros que cran
a alrededor de doscientos hijos. En su libro Homoparencalit, une nouuelle
chance pour la famille?, ob. cit., Stphane Nadaud crtica el principio del
perraje sin negar su eficacia en la mitigacin de las anguscias parentales.

.:::~:~::~
LA FAMILIA EN DESORDEN X.:,:::, .

206

los otros, es decir, semejantes a los de las familias honzontales de fines de siglo, recompuestas sin cesar.
Cuando fund ia Escuela Freudiana de Pars (EFP) en 1964,
Lacan, contrariamente a sus colegas de la IPA, brind a los
homosexuales la posibilidad de ser psicoanalistas. 18 Sin embargo, a diferencia de Freud, consideraba la homosexualidad
como una perversin en s misma: no una prCEica sexual
perversa sino la manifestacin de un deseo perverso, comn
a los dos sexos. En cuanto a la perversin, la transformaba en
una estructura universal de la personalidad humana. A su
juicio, el homosexual es una especie de perverso sublime de
la civilizacin forzado a cargar con la identidad infame que le
atribuye el discurso normativo. Por eso no puede, en ningn
caso, acceder a un estatus de neurtico corriente sin ir contra
su ser. Ms cercana a la obra de Sade y Bataille que a la de
Freud, la perversin en el sentido lacaniano es analizable pero
jams curable, y el amor homosexual es, segn Lacan, la expresin de una disposicin perversa presente en todas las formas de relacin amorosa_ En lo concerniente al deseo perverso, slo se sostiene en una "captacin inagotable del deseo del otro". 19
En esa perspectiva, Lacan compara el lugar dado a la
homosexualidad en Grecia con el ocupado por el amor corts en la sociedad medieval. Una y otro, dice, tuvieron una
18

Esta posicin de Lacan explica por qu hay ms psicoanalistas


homosexuales "visibles" en las actuales sociedades psicoanalticas salidas de la antigua EFP, que en las filas de las pertenecientes a la IPA.
19
Jacques Lacan, Le Sminaire. Livre V: Les Farmarins de l'in.canscent
(1957-1958), Pars, Seuil, 1998, pp. 207-212 [trad. esp.: El Seminario de
]acques Lacan. Libro 5: Las formaciones del inconsciente.. I 957-1958, Buenos Aires, Paids, 1999], y Le SminaiTe. Livre VIII: Le Transfen (19601961 ), nueva edicin revisada y corregida, Pars, Seuil, 2001, p. 163.

LA FAMILIA VENIDERA

207

funcin de sublimacin consistente en perpetuar ei deal


de un maestro dentro de una sociedad amenazada por los
estragos de la neurosis. En otras palabras, a su entender, el
amor corts pone a la mujer en una posicin equvalerne a
la que el amor homosexual griego asigna al maestro. 20 En
consecuencia, Lacan piensa el deseo perverso presente en
esas dos formas de amor, en las cuales se anudan subiimacin
y sexualidad, como una inclinacin favorable al ane, la creacin y la invencin de nuevas formas del lazo social.
Es cierto: Lacan retomaba la concepcin freudiaria de
la iey del padre y el lagos separador, pero haca del orden
simblico una funcin del lenguaje estructurador del
psiquismo. Y si bien prosigui la empresa freudiana de revalorizacin de la funcin paterna al erigir el concepto de
Nombre-del-Padre en significante de sta, y la familia en
el crisol casi "perverso" de la norma y la transgresin de la
norma, nunca adhiri al familiarismo moral originado en
Bonald o Maurras. 21
20
Encontramos esta tesis en Ren Nelli, I.:rnnque des rroubadours,
Tolosa, Privat, 1984. El amor corts siempre es adltero y pone a la mujer en posicin de maestra y seora ideal. No podra existir en ei matrimonio, en el cual el marido, que no ha sdo elegido, se comporta como
un tirano brutal.
11 Sobre esta cuestin, el lector puede remitirse al captulo 5 del
presente libro, uEl patriarca mutilado". La nominacin paterna, en el
sentido que le da Lacan, no es el equivalente de la transmisin del patronmico, sino un reconocimiento simblico. Por consguiente, el concepto de Nombre-del-Padre, aunque inventado por Lacan a raz de su
propia y difcil experiencia de la paternidad, no queda invalidado por el
hecho de que el hijo pueda heredar el patronmico de su madre y no el
de su padre, como sucede en muchos pases y en Francia desde la sancin de la ley dei 8 de febrero de 2001. Pero es Cieno que ese
trastocamiento de las reglas francesas de la transmisin del nombre se
experiment, en el momento de convertirse en ley, como un nuevo atentado contra el poder patriarcal. Cf. Le Monde, 10 de febrero de 2001.

(:~:~:~;:~.

208

LA FAMILIA EN

DESOR~;-.

Cuando las parejas homosexuales francesas obruvieron


en 1999, ante las pullas y los insultos de la derecha parlamemaria22 un primer reconocimiento legal de su vida en
comn, algunos psicoanalistas lacanianos adoptaron, como
sus colegas de la IPA, una posicin de peritos. Sin ningn
conocimiento de las experiencias norteamericanas, se lanzaron a una furiosa cruzada contra aquellos a quienes acusaban de ser los partidarios de una gran "desimbolizacin" del
orden social, e incluso los responsables de un nuevo intento de borradura de la diferencia sexual. 23 Los mismos que
imprecaban eran, por lo tanro psicoanalistas, y en nombre
de Freud y su doctrina atribuan a los homosexuales la intencin letal antao achacada a las mujeres.
Pierre Legendre 2" formaba parte del grupo.
Creador de una antropologa dogmtica, Legendre ve
en las instituciones judeocristianas montajes simblicos aue
permiten a los hombres luchar contra los estragos del g~ce

LA FAMILIA VENIDERA

209

ilimitado, del individuo "sin tabes" y del nio rey. Por eso
atribuye al Estado democrtico moderno, heredero de esas
instituciones, el deber de imponer a sus miembros un orden
simblico cuya funcin consistira en salvaguardar las referencias diferenciadas del hombre y la mujer. Desde este
punto de vista, el padre y la madre son las imgenes fundadoras de la sociedad-y por lo tanto, de la familia- instituidas por el derecho. 25 En 2001, Legendre declar:
Piense en las iniciativas tomadas por los homosexuales.
El pequeo episodio del pacto civil de solidandad revela
que el Estado se desentiende de sus funciones de garante
de la razn. Freud haba mostrado la omnipresenca del
deseo homosexual como efecto de la bisexualidad psquica [...]. Instituir la homosexualidad con un estatus fumiliar
es poner ei principio democrtico al servicio del fantasma. Es funesto, ya que el derecho, fundado en el principo
genealgico, deja su lugar a una lgica hedonista, heredera del nazismo. 26

22

El pacto civil de solidaridad se vot el 15 de noviembre de 1999.


Vase la nota 1 de las palabras preliminares de este volumen.
2J Cf. Gilben Diatkine, "ldenrification d'un patientn, en Revue
frnTlfllSe de psychanalyse, 4, voi. 52, 1999; Csar Botella, "L'homosexualit
(s): vicissrudes du narcisssme", ibd., y Jean-Pierre Wimer, "Gare aux
enfums symboliquemem modifs", en Le Monde des d/xus, mano de
2000. Por ocra parre, en Llbrar:ion del 7 de julio de 1999, Simone KorfSausse compar a los homosexuales con clones incapaces de afrontar
otra cosa que la "lgica de lo mismo". Durante un programa de televisin de unio de 2001 y una mervencn en Rll.. el 21 del mismo mes,
Charles Melman sostuvo que "los hijos de las parejas homosexuales seran juguetes de peluche destinados a satisfucer el narcisismo de sus padres". En tales condiciones, era imposible que una familia fuera considerada "honorable". En cuanto a la definicin melmaniana de la llamada
familia "normal", se resuma en palabras de sobremesa: "Entiendo por
familia nonnal la que permite al nio enfrentar verdaderas dificultades".
21
Psicoanalista, ex miembro de la EFP y direcror de estudios honorario
en la Escuela Prctica de Altos Estudios, v seccin (ciencias religiosas).

Arrebatado por la pasin, Legendre pareca olvidar que los


nazis exterminaron a los homosexuales como "representantes de una raza inferior y degenerada". 27 Pero sobre todo,
slo reivindicaba el gesto freudiano y lacaniano, caracterizado por la transmisin de la antigua soberana del padre a
un orden del deseo y la ley, para invertir su movimiento y
15 Pierre Legendre, J;Inesmnble objet de la rransmssion. tude sur les
principe.s gnalogiques en Occ:ident, Pars, Fayard, 1985 [trad. esp.: Lecciones N. El inesrimable objeto de la rransmisi6n, Mxico, Siglo XXI, 1994.)
26
Pierre Legendre, enuevisra con Antoine Spre, Le Monde, 23 de
octubre de 2001.
27
En la actualidad son asesinados en Arabia Saudita, mamrizados
en Egipto y cubiertos de injurias por polgamos musulmanes que los JU2gan responsables de una degradacin de los valores viriles de Occideme.

210

... ::-:-:

LA FAMILIA EN

DESORDEN?\;
21 l

LA FAMILIA VENIDERA

esgrimir el orden simblico como el espectro de una posible


restauracin de la autoridad patriarcal.
Cmo no ver en esta furia psicoanaltica de fines del
segundo milenio el anuncio de su agona conceptual o, al
menos, el signo de la incapacidad de sus represemantes para
pensar el movimiento de la historia?
Ms all de la ridiculez de las cruzadas, las pericias y los
prejuicios, algn da ser preciso admitir que los hijos de
padres homosexuales llevan, como otros pero mucho ms
que otros, la huella sngular de un destino difcil Y tambin
habr que admitir que los padres homosexuales son diferentes de los otros padres. Por eso nuestra sociedad debe aceptar que existan tal como son. Debe acordarles los mismos
derechos que a los dems padres, pero tambin reclamarles
los mismos deberes. Y los homosexuales no lograrn demostrar su aptitud para criar a sus hijos obligndose a ser "normales". Pues al procurar convencer a quienes los rodean de
que esos hijos nunca se convertirn en homosexuales, corren el riesgo de darles una imagen desastrosa de s mismos.
Todos los padres desean que sus hijos sean a la vez idnticos a ellos y diferentes. De all una situacin intrincada
en la cual la revuelta y la separacin son tan necesarias
como la adhesin a valores comunes e, incluso, a cie~ nostalgia de un pasado idealizado. En consecuencia, los hijos
heredan en el inconsciente la infancia de sus padres, el deseo Y la historia de stos tanto como una diferencia sexual.
Y cuando han sido adoptados o son el fruto de una procreacin asistida, que disocia la reproduccin biolgica del acto
sexual y el parentesco social, nunca saien indemnes de las
perturbaciones ligadas a su nacimiento. Por oaa parte, para
ilusionarse con una posible erradicacin de esta disociacin,
el orden social siempre procur enmascarar los orgenes de
quienes haban sufrido tales desrdenes.

La infancia de los homosexuales occidentales del siglo XX fue


melanclica. Ante todo, desde la primera niez, tuvieron la sensacin de pertenecer a otra raza. A continuacin, la terrible certeza de que la inclinacin maldita jams podria sofocars.e . Por
ltimo, la necesidad de la confesin, la obligacin de decr a
unos padres incrdulos y a veces violentamente hostiles, que
haban engendrado un ser sin porvenir, condenado a un a
sexualidad vrgoruosa y salvaje y, sob~ todo, incapaz de bnndarles una descendencia. Por temor a decepcionar o no e.star a la
altura de las esperanzas proyectadas en ellos, fueron muc~os los
que se odiaron a s mismos y buscaron en el suicidio o fing tmiento el fin de su calvario o, en el anonimato de las Ciudades,
el orgullo de existir para orra farnilia: la de la cultura gay. 28
Entonces, el SIDA diezm toda una generacin, nac ida entre 1945 y 1960, en el mismo momento en que sta terminaba de conquistar su libertad. 29 Y entonces surgi de manera
mucho ms masiva, sobre todo en los hombres, el deseo de
engendrar y transmitir una historia. En este aspecto, los h omosexuales se adaptaron a la estructura familiar de su poca,
una estructura deconstruida, medicalizada, fragm entada ,
peritada, librada al poder materno y ya evadida de la antigua
autoridad patriarcal que, sin embargo, se procuraba en vano,
no revalorizar, sino restablecer presentndola co mo la
quintaesencia de un orden simblico inmutable. .
Ser preciso, en consecuencia, que al convertirse en padres los homosexuales de hoy borren de su memoria las huellas de esos sufrimientos para que sus hijos no los hereden?

:t

zs Cf. Didier ribon, Rfl=ions sur la que.stion gay, ob . cit. , m especial el e.apculo "Famille ec mlancolie".
z9 Cuarenta mil muertos en Francia, en veime aos (19 82-2002 )
veinticinco millones, en el mundo. Cf. Michael Polak, Les Homosexuels
et le sida, Pars, A.-M. Mtaili, 1988, y Franc,:ois Pommier, La Ps)chanalyse
a l' {JTeuve du sida, Parfs, Auber, 1996.

212

LA FAMIUA VENIDERA

Ser preciso que rechacen su inclinacin sexual y las revueltas de su juventud para no darlas como ejemplo a hijos
intimados a no parecrseles jams? En vez de obedecer a tal
conminacin, acaso crearnos preferible que cada uno sea
padre con su historia, con su inconsciente.

Cul ser, en definitiva, el devenir de la familia?


A quienes temen, W1a vez ms, su destruccin o su disolucin, se objerar que la familia contempornea, horizontal y en
"redes", se comporta bastante bien y asegura correcrameme la
reproduccin de las generaciones. As, la legafuacin del aborto
no condujo al apocalipsis tan anunciado por quienes consideraban a sus defer1sores como asesinos del gnero humano.
Despojado de los ornamentos de su antigua sacraiidad, el
matrimonio, en constante declinacin, se ha convertido en
un modo de conyugalidad afectiva mediante el cual los esposos -que a veces deciden no ser padres- se protegen de las
eventuales perfidias de sus familias respectivas o de los desrdenes del mundo externo. Es tardo, meditado, festivo o til, y
a menudo est precedido por un periodo de unin libre, concubinato o experiencias mltiples de vida en comn o en soledad.
Concebidos cada vez con mayor frecuencia al margen de los
lazos matrimoniales, uno de cada tres hijos concurre a la boda
de sus padres, en lo sucesivo W1idos, no para roda la vida sino, en
ms de un tercio de los casos, por tm perodo alearorio que terminar en un divorcio -consentido, pasional o conflictivo- y,
en las mujeres, en una llamada situacin "monoparemal". Pues
son ellas quienes sufren ante todo las consecuencias de las rupturas que ellas mismas propician hoy ms a menudo aue los
hombres. El poder de las madres es de doble fi.lo. 30

10

En Francia, las encue.sras muestran que ei marrimonio est en const:ante declinacin desde hace veinticinco aos. No obsrame, hoy se cons-

213

A los utopistas confiados en que algn da la procreacin


se diferenciar tanto del acro carnal que los nios sern fecundados fuera del cuerpo de la madre biolgica, en un tero
prestado y por medio de un semen que ya no ser e1 del padre, replicaremos que ms all de todas las disnciones que
puedan hacerse entre el gnero y el sexo, lo maternal y lo
femenino, la sexualidad psquica y el cuerpo biolgico, el deseo de un hijo siempre tendr algo que ver con la diferencia
de los sexos. Lo testimonian las declaraciones de los homosexuales que sienten la necesidad de dar a los hijos a su cargo
una representacin real de la diferencia sexual, y no slo dos
madres, de las cuaies una hace el papel de padre , o dos pa~
dres, de los cuales uno se disfraza de madre.
Para terminar, a los pesimistas que suponen que la civilizacin corre el riesgo de ser devorada por clones, brbaros
bisexuales o delincuentes de los suburbios, concebidos por
padres extraviados y madres vagabundas, haremos notar que
esos desrdenes no son nuevos -aunque se manifiesten de
manera indita- y, sobre todo, que no impiden la reivindicacin actual de la familia corno el nico valor seguro al
cual nadie puede ni quiere renunciar. Los hombres, las mujeres y los nios de todas las edades, todas las orientaciones
tata cierra estabilizacin. En 2000, se celebra.ron 304.300 casamienros.
El divorcio sigue avanzando y un porcentaje cada vez ms grande de la
poblacin nace en familias recompuesras. En Pars hay ms hogares individuales que familiares. De 29,6 millones de personas que viven en
pareja, 4,8 millones no estn casadas. Hasta los veintisis aos para las
mujeres y los veintiocho para los hombres, los concubinas superan en
cantidad a los casados. El pacto civil de solidaridad tuvo un xito importante, tanto entre los homosexuales como entre los heterosexuales: en
2000 se firmaron 29 .855 uniones amparadas en esa medida. Enrre 1990
y 2000, la cantidad de hogares monoparencales pas de 1,2 millones a
1,7 millones. Las familias monoparenrales represenran el 16% de los
hogares con hijos. Cf. Le Monde, 10 de febrero de 2001.

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214

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sexuales y todas las condic iones la aman, la suean y la


desean. 31
Es evidente, sin embargo, que el principio mismo de la
autoridad -y del lagos separador- sobre el cual siempre se
fund la familia est hoy en crisis en el seno de la sociedad
occidental. Por un lado, ese principio, por la afirmacin
majestuosa de su soberana caduca, se opone a ia realidad
de un mundo unificado que borra las fronteras y condena al
ser humano a la horizontalidad de una economa de mercado cada vez ms devastadora; pero, por otro, incita de manera incesante a restaurar, en la sociedad , la figura perdida
de Dios padre en la forma de una rirana. Enfrentada a ese
doble movimiento, la familia se muestra ante el sujeto como
la nica capaz de asumir este conflicto y favorecer el surgimiento de un nuevo orden simblico.
Por eso suscita hoy tamao deseo frente al gran cementerio de referencias patriarcaies desafectadas3 2 que son el ejrcito, la Iglesia, la nacin, la patria y el partido. Desde el fondo de su desamparo, la familia parece en condiciones de convertirse en un lugar de resistencia a la tribalizacin orgnica
de la sociedad mundializada. Y sin duda lograr serlo, con la
condicin de que sepa mantener como un principio fundamental el equilibrio entre lo uno y lo mlriple que todo sujero necesita para construir su identidad.
La familia venidera debe reinventarse una vez ms.

ndice
Palabras preliminares ................. ..................... ... .. ..... .... .... 7

. pad re ............. .......... ... ......... ... ... . 13


1 . D ios

2. La irrupcin de lo femenino ................. ....... .. ... .. 3 7


3. Quin mat al padre? .......... .. .. ..... ......... ............. ...... . 49

4. El hijo culpable .. ............. ............. .. ...... .......... ..... ... .... . 71

5. El patriarca mutilado ..... .... .............................. .... .. ..... 93


6. Las mujeres tienen un sexo ..... ........... .......... ............ 123

7. El poder de las madres ......... ........... .. l S9


8 . La familia venidera .... .................... ............. ..... .. .. .... . 195

1
JI

A.s !o muestran todas las investigaciones sociolgicas.

11

Segn la expresin de Andr Burguii:re en un texto indiw de


2002 ttulado "Ou va la famille?", que sirve de presentacin a los XII
Encuenr:ros del CNRS [Centre National de la Recherche Sciemifiquej de
octubre de 2002, consagrados a ese tema.

215

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