jo des capacités dans lequel {I écholt & In
Franco — parvo qu’elle oxt Ie xanctuatre de Vamblgulté tibérale — te
role houoriiique d'étre fe pays do Mintclligence et de Ia morale, par-
tage auquel Rubén Darlo fera écho trois quart de sitcle plus tard
en saluant I'altitre Europe + que tlene por brazo @ Londres, a Paris
por alma »
Paris, nov-déc. 1983.
(1 R. Darfo, Poesia, cité dans le prologue de Angel Rams, Caracas, Biblioteca
Ayacucho, 1977, p. xvi.
La internacionalizacion
de Ja literatura latinoamericana
PAR
h
Alejandro LOSADA
Freie Universitit Berlin.
fa
Desde su origen colonial 1a literatura latinoamericana es un fend-
‘meno intemnacionalizado. Su inevitable pertenencia a un horlzonte
cultural dominado por actores histéricos que estén fuera de la regién
es un factor constitutivo de sus formas de produccién y de su desa
ollo. En las tiltimas décadas, por primera vez, esta literatura parti-
clpa activamente en la configuracién de la cultura internacional, Este
informe propone algunas bases tedricas para investigar cudles son lox
nuevas procesos de produccién que le han permitide incorporarse a
1a literatura mundial (!).
() Estas notas dan a publicidad un documento de trabajo claborado pare
‘que sirva de base a la discusién sobre el significado de los procesos de ister
‘nacionalizacién de ia literatura latinoamericana en el desarrollo itererlo de 1a
regiér entre 1780 y 1970, Un resumen de proyecto global ‘en Losada (98), La
ecopilacion de los modelos de investigacion en Losada (98i,) y (1981), Bt
‘modelo de periodizacién en Losada (1983,) y (198).
‘Se han organizado grupos de trabajo en el Lateinamerika-Institut de la Univers
sidad Libre de Berlin y, a nivel europeo, ea la Asoclacién de Estudios de Liters.
turas y Sociedades de’ América Latina’ (AELSAL, con ‘sede en Neuchtal). La
discusién internacional se reallsa en el marco de un Workshop petmaneave #8
las reunfones del Latin American Studies Association (LASA) desde 1980,Et Problema,
El estudio det surgimlento de Ia literatura contemporénea y de sus
procesos de internacionalizacién a partir de 1930-1940 debe elaborar
el periodo fundamental de la historia cultural de América Latina,
un corpus considerable de obras monumentales y la insercién de esta
literatura en el panorama de Ja literatura mundial. Para realizar esta
tarea, la ciencia literaria apenas puede ayudarla y debe afrontar un
fenémeno que no habia sido considerado en el tratamiento de las lite-
raturas occidentales. La romanistica, la anglistica o la comparatistica
se han desarrollado teniendo como punto de referencia tna etapa clé-
sica y un periodo roméntico burgués que de alguna manera definfan la
relacién de cada literatura con las sociedades nacionales y con el
universo cultural internacionalizado que caracteriza las culturas occl-
dentales. Para América Latina estos perfodos tienen una significacién
puesta, ya que definen el momento que se interrumpe el proceso de
desarrollo de sus propias culturas y se impone un patrén de domina-
cién colonial. Por ello, esta regién debié estructurar sus socledades y
sus literaturas a partir de otros procesos que los estudiados en Euro-
pa, Si utilizdramos las categorias desarrolladas para estas siltimas,
deberiamos ubicar su perfodo « clésico » — donde su produccién
define su identidad diferencial y, al mismo tiempo, alcanza trascen-
dencia universal — en el perfodo contempordneo. La investigacién
debe, por lo tanto, formular categorias y organizarse institucional-
mente a través de un estilo de trabajo diferente del tradicional que le
permita dar cuenta de estos desarrollos (J. Franco 1973, R. Fernéndez,
Retamar 1975).
La Hipétesis.
Este proceso de expansién hacia lo internacional ha provocado no
ppocos conflictos de interpretacién. Ya es conocida la discusién
interna de cada espacio intelectual latinoamericano sobre Ia legit
midad de sus propios proyectos literarios oponiendo lo nacional a
Jo cosmopolita. En sus diversas versiones, Ia confrontacién comenzé
‘con los primeros intentos de literatura « nacional » a mediados del
siglo XIX y, reformulada, todavia mantiene su actualidad como, por
ejemplo, en’Ia oposicién entre literaturas de élites/popular, o auté-
noma/comprometida. La comparacién entre ambos procesos nos per-
mite plantear el problema desde una nueva perspectiva, obligindonos
a reinterpretar criticamente aquellos conceptos a partir del estudio
«le nw artlctluctonen efectivar que tlene con In socledad local, latino
amerleana y mundial, Digdmoslo claramente : ninguna categoria des-
Iptiviinterpretativa de estos fenémenos tiene legitimidad cienti-
fica sino da cuenta del campo de contradicciones que determina el
desarrollo de cada literatura latinoamericana : el desarrollo del capi-
talismo hegeménico de las metrépolis dominantes y el desarrollo de
lus soeiedades latinoamericanas sometidas a diversas formas de domi-
hucidn a partir de la Conquista. Entre estos dos polos, el concepto
‘de lo « nacional » necesariamente se debe apoyar sobre un contenido
problemitico, ya que trata de fugarse de aquella dialéctica que, una ¥
otra vez, lo descompone. Porque, en América Latina, se debe fundar
li « identidad nacional » a partir de una relacin problemdtica tanto
con os polos mundiales a los que est integrada de manera depen-
lente, como con las sociedades populares « nonacionales » que no
logra integrar y con las que dificilmente se identifica.
Nuestra hipétesis de trabajo se deriva del estado de la investiga-
cin, ya que hasta ahora ha podido explicar el desarrollo literario de
aca sub-region segin la manera en que han intervenido estas dos
variables fundamentals. Los tres perfodos « nacionales » desde la
Independencia — estabitizacién neocolonial, liquidacién de ta heren-
cia colonial y modernizacién metropolitana — se pueden diferenciar
entre s{ por ia distinta manera en que han tratado de resolver aquellas
problematicas relaciones.
De la misms manera, el nuevo periodo literario que se desarrolla a
partir de los afios que corren entre las dos guerras mundiales se
diferencia de los anteriores por la manera radicalmente nueva en
que se artictla a los contradictorios horizontes de expectativas
que se desarrollan en Ia cultura de Europa/USA, y a la experiencia
hist6rica de las culturas populares latinoamericanas.
Estado de Ia Discusién.
Algunas investigaciones parciales de los wltimos afios han comen-
zado a replaniear los problemas a partir de estos presupuestos. La
‘nueva forma de relacién con las culturas populares, por ejemplo, ha
sido reformulada en Ia discusién que realiz6 D. Janik (1976) sobre
Jo magico en la novela contempordnea. A. Cornejo Polar (1978) defi-
nié el «estatuto heterogéneo » de la literatura indigenista inaugu-
rando una nueva forma de tematizar la interpretacién. La sintesis
ce J. Sommer (1978) sobre las relaciones entre literatura moderna,
movimiento indigenista oficial, antropologia y culturas indigenas
mexicanas puso igualmente en duda los paradigmas que utiliza la
critica para referirse a aquellos fenémenos. Un ambicioso ensayo de
A, Rama (1982) estudia textos mayores en la literatura de la regiéntomando como criteria béxleo ef proyecto de « transculturacién »
que lox controll, on declr de truducclén y reformulaclén de las cul-
turow Indigenas, eome por ejemplo en el caso de J. Rulfo en México
y JoM, Arguedus en Por, 1a investigncién de M. Lienhard (1982)
estudia Ja relacién entre Ia « Cultura popular andina y forma nove-
lesca » reconstruyendo patroncs formales del pensamiento andino y
las consecuencias que provoca su introduccién en la narrativa contem-
porénea. Suzi Frankl Sperber (1982) edit6 parcialmente su investiga-
cién sobre los textos de Guimardes Rosa, comparéndolos con las
fuentes e interpreténdolos en relacién a los estratos més antiguos que
se han mantenido resistentes en la cultura popular. Los trabajos
sobre A. Roa Bastos de R. Bareiro Saguier (1976 y 1979) y de Brigitte
Heinholdt (1983) parten de la contradiccién entre las dos culturas
que definen la sociedad paraguaya, y del cardcter fundador que tiene
cesta obra literaria por articularse a la experiencia histérica de Ia
‘masa popular. También C. Rincén (1978,) ha discutido las interpreta
ciones comunmente aceptadas del « realismo magico » en la obra
de M.A, Asturias. Estas investigaciones se han desarrollado de manera
relativamente aislada y tienen un status teérico todavia insuficiente
Pero todas ellas estén vinculadas a nuestra hipétesis basica, interpre-
tando la diferencia radical de esta nueva literatura por su nueva rela-
cién con Ia cultura popular latinoamericana no integrada al espacio
nacional hegeménico.
Al contrario de este nuevo desarrollo, la investigacién sobre las rela-
ciones con la cultura europea apenas si ha comenzado. Teéricamente,
sin embargo, contamos con algunos adelantos generalizadores. Es
notable, por ejemplo, el trabajo de A. Dessau (1978) donde defiende
que Ja dialéctica entre Io nacional, lo continental y lo internacional
es un elemento constitutive de esta literatura y donde analiza las
transformaciones que le permitieron ser parte de Ia literatura mun-
dial. Dessau desarroll6 posteriormente las mismas ideas (1978 y
1980), poniendo en relacién el proceso literario con el proceso social.
Sefiala que, desde la conquista, el desarrollo latinoamericano tiene
la especificidad de ser una parte dependiente del proceso histérico
mundial capitalista. Por ello, su literatura se « constituye » a partir
de la necesidad de confrontarse con la historia y la literatura mundial.
En el desarrollo de sus ideas, Dessau pone de relieve el hecho de que
la discusién sobre la especificidad de esta literatura est4 en el am-
Diente eritico de los tiltimos aiios (cita, por ejemplo, textos de R. Fer-
néndez. Retamar, M. Benedetti, A. Candido, A. Rama, A. Roa Bastos,
A. Carpentier, 0. Collazos) y propone un modelo de investigacién
y de interpretacién de todo él proceso contemporéneo, que no pode-
mos reproducir acd.
Dexde que A. Rama enuncié sux 10 tesls para comprender la litera-
ura latnoamertenna (1964), una de sus constantes criticas es la
Jdlerucién del cardcter de esta relacién con la Uteratura europes.
Hin un trabajo (1982) sobre « La tecnificacién narrativa » estudia el
desarrollo de la tendencla « internacionalista » latinoamericana bajo
1 {mpulso del « expansionismo planetario de las metrépolis cultu-
rales externas », que representa una nueva fase de un « largo mono-
islogo con Europa ». De la misma manera que Dessau, propone un
‘modelo ideal de interpretacion de cémo se habrian producido diversos
procesos de trensformacién literaria en este contexto, Habla, por ejem-
plo, del proyecto del modernismo de incorporar Ios temas de la tradi-
cin milenaria de Ja cultura europea y de apropiarse de su técnica
contempordnea (R. Darfo), de la reinterpretacién de los acontecimien-
tos histéricos universales en los que habria participado América
Latina, haciéndole comprensible al exropeo la especificidad cultural de
su propia peri‘eria (A. Carpentier); y de la apropiacién irrespetuosa
de los arquetipos europeos, desarrollando con libertad lucida sus
propuestas y reinventando aquella literatura (J.L. Borges).
V. Farias, que hasta ahora se ha ocupado de algunas de estas obras
monumentales (C. Vallejo 1980, G. Garcia Mérquez. 1982) y actual-
inente, en el marco del proyecto, formaliza Ja obra de P. Neruda, ha
laborado un documento de trabajo en donde destaca otros aspectos
nuevos del problema (1983). Su tesis pone el acento en un movi-
rmiento dialéctico por el cual esta literatura comienza trascendiendo
su experiencia local para plantear los problemas globales de América.
Latina; posteriormente, este nuevo lenguaje implica al mismo ti
que una profundizacién en el problema de Ia identidad de 1a regidn,
tin desarrollo de Ia conciencia humana, ya que estos autores, a paftir
de esta perspectiva periférica y de esta experiencia de la historia; se
Confrontan vox cuestiones tadicionales de ta cultura occidental 7
generates del hombre universal; finalmente, este movimiento termina
‘en una reinterpretacién de las contradicciones que definen BrMiten-”
tidad histérice latinoamericana, pero definida esta vez a partir de
cesta perspectiva universal. De ésta manera, se darfa un proceso en
donde el desarrollo de la conciencia en América Latina significaria
también wn desarrollo de la cultura universal en campos hasta ahora
reservados a los pensadores europeos como el de la filosofia de Ia
historia, de Ta teologfa, de la estética o del marxismo, Precisamente
estos cuatro problemas son objeto de Ia reflexién critica de Farias a
ppropésito de Cien Arias de Soledad, de la obra de E. Cardenal, de los
ensayos estéticos de C. Vallejo y su realizacién artistica en Poemas
Humanos, y de Canto GeneralEL Andliaa Gienttfico.
Estos trabajos Hlustran una nueva inquietud teérica discfiando un
nuevo campo de investigacién, aunque hay que acentuar el carécter
provisional de sus afirmaciones. Esbozan algo as{ como un modelo
discursive para orientarse en el amplio campo de relaciones en que
se mueve la literatura latinoamericana que, si era reconocido pricti-
camente por toda Ia disciplina, apenas ha sido tomado como objeto
de investigacién. Nuestra tarea seré precisamente constituir objetos
parciales para poder evaluar el status cientifico de estas afirmaciones.
Esto significa superar su cardcter fragmentario y ensayistico para
‘examinarlas eriticamente a la luz del andlisis de casos y de las relacio-
nes concretas que cada uno de ellos establece con la cultura europea y
latinoamericana. En particular tres operaciones criticas parecen
metodolégicamente inevitables.
1. Hay que superar el cardcter abstracto de estos planteos, donde
la enorme complejidad de la nueva literatura aparece reducida a la
‘mencién de unos pocos autores (muchas veces sin sefialar a cudl de
‘sus textos se refiere) que generalmente ilustran Ia tesis del critico.
En esta literatura nos encontramos con un corpus de obras monumen-
tales dificilmente clasificables en un gran conjunto; con autores
mayores que han tenido una evolucién de tres o cuatro décadas; con
poetas y novelistas tan decididamente asimilados a espacios hege-
ménicos como Londres, Paris o New York, que prodominantemente
constituyen un rasgo de sus propias culturas; y, al contrario, con
otros que se vinculan con espacios locales tradicionales dominando
Jenguas indfgenas participando de su horizonte cultural; con lite-
raturas cosmopolitas nacionales como las de Buenos Aires, Sio Paulo
0 La Habana; y, en fin, con una heterogeneidad tan marcada que
toda investigacién debe partir de un andlisis de casos claramente dife-
rentes como para poder elaborar un suficiente grado de complejidad
2. Si se trata de Ia relacién de Ia literatura latinoamericana con la
europea, es necesario proceder con un método comparativo contras-
tando ambos fenémenos. Sélo asf{ podremos definir cémo se ha modi-
ficado esta relacién con respecto a los perfodos que la anteceden, y
hasta dénde no se trata de una reformulacién de procesos anteriores.
En este nuevo campo, se ha comenzado a trabajar en los tiltimos afios
en el andlisis concreto de algunas relaciones. Y lo menos que podemos
decir es que aquel marco te6rico se ajusta dificilmente al material
‘empirico. Las investigaciones de R, Schwarz (1978) o las de L. Poll-
mann (1982) y K, Meyer-Minnemann (1979) son un ejemplo sobre
como ne debe plantenr oxta rolacién en el caso de ta novela natura-
listo, fa novela sentimental y la novela « Fin de sidcle », De la misma
manera, el notable ensayo de C. Real de Aztia (1976) donde destaca la
manera en que J.E. Rodé se apropia de la herencia cldsica europea
identificéndose con un segmento epigonal de Ia cultura internaciona-
lizada de su tiempo, dan la posibilidad de observar el proceso de pro-
duccién de la ideologia del « arielismo » y de sus funciones contra~
dictorias en la sociedad Iatinoamericana. Estudios como los de
D. Janik (1982) sobre V. Huidobro y C. Vallejo en el movimiento euro-
peo de las vanguardias, Jos de C, Rincén (1975 y 1978,) sobre la parti-
cipacion de A. Carpentier y M.A. Asturias en el movimiento surrea~
lista francés, el de W. Bader (1983) sobre las transformaciones de Ios
motives de « Prospero » y « Calibén » en Ia literatura europea y
latinoamericara, o los de T. Bremer (1982) sobre las caracterfsticas de
la literatura urbana en Francia y Buenos Aires nos ofrecen una base
operativa sélida para comenzar a trabajar sobre diferentes casos de
fa Titeratura contemporénea.
3. Finalmente, se ha de poner en duda el cardcter legitimatorio que
tienen estas teorfas cuando interpretan estos procesos de internacio-
nalizacién en el contexto del desarrollo cultural de toda la regién.
La perspectiva que mueve a estos criticos, a la zaga de la enorme
expansin de esta nueva literatura en el horizonte mundial, presu-
pone una inevitable visién historicista en donde el nuevo periodo,
globalmente, significa el punto mAs alto de su desarrollo. Desde este
estadio « superior », se interpreta todo aquello que sea contemporé-
neo como cargado de especiales valores literarios y sociales, y todo lo
que lo antecede como la prehistoria cuya funcién seria preparar este
nuevo momento cultural. Sin embargo, analogar « contemporaneidad/
modernidad/valor » para toda esta literatura es un juicio ideolégico
costenible. En nuestras investigaciones se trata de averiguar el
significado de estos procesos de internacionalizacién para el desar~
rollo social y cultural latinoamericano. Precisamente los investigado-
res a que hemos aludido relativizan el valor social y literario del
primer internacionalismo (Meyer-Minnemann); rechazan la clasifi-
cacién de « vanguardia » para alguno de estos fenémenos (Janik);
contrastan el contenido literariamente revolucionario de los proyec~
tos que tratan de vincularse a la cultura popular con el perfil Itidico
de las culturas marginales de las metrépolis (Lienhard); o discuten
el coneepto de modernidad como adecuado para caracterizar los ras-
gos epigonales de ciertas literaturas que s6lo reproducen el horizonte
decadentista de fin de siglo (D. Sommer 1983). Estos tres presupues-
tos de una metodologfa critica que permita dar razén de estos fené-
menos — grado de complejidad en el anélisis de casos, comparaciénconcreta con la literatura curopea, articulacién al desarrollo cultural
lntinoamericany — determinun nuestra estrategla de Investigaclén.
”
LA ESTRATEGIA DE INVESTIGACION
1. La seleccién de casos representativos.
El fenémeno de la internacionalizacién ser4 observado con un grado
suficiente de complejidad si se logran diferenciar miicleos esenciales
dentro del vasto campo en que se desarrollan. Esto supone enten-
derlo, no como un acontecimiento uniforme, sino como un proceso
contradictorio y cargado de tensiones. Es decir, en vez de buscar sus
analogias, se trata también de preguntarse por sus diferencias, sus
antagonismos y sus oposiciones.
Tres tipos de casos nos han parecido suficientemente representa-
tivos porque permitirian reproducir internamente las tensiones del
campo general a partir de puntos extremos
(1) Casos det Caribe integrados a espacios intelectuales europeos
como A. Cesaire (Martinique 1919-Paris 1932-1939), A. Carpentier
(Cuba 1904-Paris 1928-1939) y M. A. Asturias (Guatemala 1899-Paris
1923-1933),
2) Casos de Metropolis Nacionales integrados a eépacios intelec-
tuales auténomos locales, como J.L. Borges en Buenos Aires (1899-
Enrona 1914-1921-Buenos Aires ab 1921), M. de Andrade en So Paulo
(1893-1945) y O. Paz en ciudad de México (1914-Paris-TokioNew Delhi
ab 1945),
3) Casos de Ciudades tradicionates integrados a las culturas nacio-
nales por su articulacién con la cultura no-occidental como J-M. Ar-
‘guedas en Perit (Andahuaylas, Apurimac 1911-Lima ab 1931), J. Rulfo
en México (S. Gabriel, Jalisco 1918-) y A. Roa Bastos en el Para-
guay (Asuncién 1917-ab 1947 Buenos Aires).
En esta seleccién no estn incluidos muchos de los « grandes nom-
bres » de la literatura contemporénea que han tenido una recepcién
internacional y ocuparon intensamente la atencién de Ia critica. Pero,
a pesar de ello, nos parece la seleccién minima como para proceder
@ partir del estudio de los casos més significativos de todo
el espectro literario : estén entre los mayores de esta literatura, son
claramente diferentes, y representan procesos y funciones que se arti-
culan a los nticleos constitutivos de la sociedad y la cultura latino-
americana : espacios tradicionales no-occidentales/espacios naciona~
les auténomos/y espacion ouropcos de vanguardia. Dentro del
proyecto, la Investigacién sobre lox artistas que provienen de la region
Curibe (Antillas espafiolus, Antillas francesas y América Central), que
pudecen Ia experiencia del « vacfo cultural », de la expulsién, 0 del
exillo, hasta que finalmente desarrollan su produccién articulados
1 los espacios culturales europeos, est adelantada. Tenemos también
tuna idea sobre cémo investigar los que se artfculan a las culturas tra-
Aicionales andinas, mesoamericanas, amazénicas o afroamericanas.
No asf los que pertenecen a espacios nacionales metropolitanos que
than logrado estructurar una identidad auténoma mas identificable,
es decir los de Argentina de México y del Brasil. Vamos a detenernos
cen la exposicién de los problemas de andlisis y de interpretacién que
presentan este tipo de casos. Los otros dos Jos mencionaremos sélo
para compararlos y poner en duda las formas de articulacién del
enso « nacioral » con respecto a la cultura europea para problema-
tizar cudles son las funciones que cumplen con respecto a la propia
sociedad, o a la sociedad global de América Latina.
2. Bl anélisis del caso Nacional-Metropolitano.
La articulacién de los sistemas literarios producidos en espacios
‘metropolitans a su sociedad presenta un problema particular que,
precisamente, estamos tratando de resolver en esta investigacién :
sus niveles de mediacién, 7
La cultura ilustrada de América Latina se desarrolla en las ciuda-
des portuaries y/o capitales. Estos espacios sociales no tienen las
caracteristicas internas ni cumplen las funciones nacionales ¢ inte
nacionales que caracterizan a los europeos. No se trata de exponer el}
estado de la discusién (Losada, 1983, : 16-23) ni de reproducir Ia com: '
paracién que realizamos entre la cultura Jatinoamericana en la metré-
poli de Buenes Aires y en la de Paris (Losada 1983, : 282-340). Resuma-
desarrolla desde Ia formacién de los centros urbanos coloniales como
tuna institucion predominantemente local. Sus rasgos dominantes no
provienen sélo del proyecto « literario » de su grupo productor y
receptor, sino sobre todo de las condiciones generales en que se
mueve Ja vida social de ese problemético espacio institucional. Es
una ciudad periférica de la metrépoli europea, pero no pertenece
directamente a ella como un sujeto histérico internacional. En esa
ciudad, es una literatura producida desde América Latina, pero tam-
poco se articula directamente a la sociedad global, manteniéndose
dentro de esa isla administrativa que trata de afirmar, por todos los
medios simbélicos posibles, su pertenencia a otro mundo con el que
‘mos s6lo algunos conceptos. La vida literaria latinoamericana
[email protected] 4 us..t0'sie Adentifica, aunque aquél no te reconozca como perteneciente a Ia
‘metropoll. Ln ol perfodo ropublicano pre-industrial se mantiene esta
irresuelta tensién problemética, aunque comlenza a esbozarso la fun-
clén-puente que debe cumplir la Institucién-literatura en la nueva
cludad. Se trataba de « traer », « reproducir », 0 « apropiarse » la
cultura europea en América Latina. Pero esta funcién se cumplia a
partir de los patrones coloniales, es decir que la ciudad continuaba
siendo una « isla » y mantenfa las mismas relaciones problematicas
— 0 ain mayores después de In decadencia de la primera mitad del
siglo XIX — con ambos polos. Este es un nivel estructural basico
de este tipo de cultura. La articulacién con « su» sociedad, por lo
tanto, es una relacién con una élite local urbana muy pequefia, entre-
‘mezclada con todas las relaciones sociales, politicas, religiosas y econé-
micas y sostenida por la vida cotidiana. Pueden ser relaciones de
‘coopcién/dependencia, de contradiccién, o de otro orden. Pero siem-
Pre estarén encerrados en el limite de su propio grupo social que,
ordinariamente, no alcanza las 1000 y excepcionalmente, las 5000 fa-
milias, La relacién con la sociedad global — en donde estdn incluidos
aquellos sectores europeos o de USA vinculados a los intereses de la
lite local, y aquellos sectores tradicionales en donde se asienta su
Poder econémico orientado a Ia exportacién — est4 mediada por las
Telaciones que tiene la élite ciudadana con los otros actores sociales,
En el caso de relaciones dependientes, esa élite operaré como criterio
selectivo y como filtro. Si se trata, en cambio, de momentos de crisis,
ccurriré lo contrario. Por ello, Ia manera en que aquellos factores
de In sociedad global tradicional y europea inciden en la configuracién
de un determinado lenguaje literario, no se deriva del hecho de que
sus productores establezcan relaciones efectivas con ellos, sino que
tienen un significado funcional para establecer las relaciones socia-
les concretas dentro del espacio de la ciudad.
En el caso de Ia constitucién de un espacio metropolitano de varios
millones de habitantes como los de Buenos Aires, Sao Paulo 0 ciudad
de México entre las dos guerras mundiales, Ia ciudad se estructura
como un doble nivel de mediacién. El sistema literario vanguardista
surge en un espacio intelectual auténomo de la vida social urbana y, a
‘su vez, la ciudad metropolitana media sus relaciones con Europa-USA
¥ con Ia sociedad nacional (en la que estén inclufdos grandes sectores
tradicionales no integrados). En este nuevo tipo de sociedad, donde
se ha producido una marcada divisi6n del trabajo, los productores-
receptores de los sistemas literarios tienen relaciones efectivas pre-
dominantemente (y, a veces, exclusivamente) con los actores sociales
que intervienen directamente en la constitucién del espacio intelec-
tual, La relacién con la sociedad es una relacién con la sociedad
‘metropolitana que ha dquirido un mayor nivel de complejidad
J ent conatilda por etn actore sce, tanto of nivel popular
Corganizado, como al nivel de los grupos que dominan el poder
econémico y politico, De tal manera que el estudio « literatura:
sociedad» no puede ser emprendido directamente como el de
obrasociedad, 0 autorsociedad, sino que se debe analizar la
relacién con el espacio intelectual ilustrado, y de éste con los espa-
clos culturales en donde se expresan los otros actores sociales (en
particular el espacio de la exltura popular urbana, y ede la cultura
oficiad, Finalmente, las relaciones que establece con Europa/\
‘con Ta cultura popular no integrada al desarroilo capitaista, tam-
bign estan mediadas por las caracteristicas de ese espacio intelectual
la primera tarea de esta investigaciOn, por lo tanto, es estudiar
cémo se articulan obras de Ia tendencia cosmopolita a sus Fespectivos
espacios intelectuales. J.L. Borges, M. de Andrade y O. Paz, por
ejemplo son, al mismo tiempo, un signo de la madurez interna de una
literatura nacional, y una respuesta a la crisis en que se encontraba
cn un momento determinado de un desarrollo que se prolongaba
desde al menos medio siglo. Forman parte de un proceso literario
‘que se transforma, no sélo por los est{mulos que Ie vienen del mundo
de la cultura internacional, sino por Ia articulacién a la propia tra-
tticién Titeraria. Como dice A, Candido @, uno de los indicios de
{que tenemos que vémosla con una literatura nacional, es el hecho
de que los productores se forman en la propia tradicién literarie y la
esarrolian, confronténdose con ella. En este sentido, no hay duda
dde que J.L. Borges y el grupo de las revistas Martin Fierro (2" época),
Proa y Sur contindan y traten de superar la tradicién del moder-
nismo, M. de Andrade extrema una tradicién simbélica y literaria que
le viene desde los Arcades a fines del siglo XVIIT, reelaborada por el
{indianismo roméntico, y consolidada por la notable ampliacién del
sistema Iiterarfo en las ltimas tres décadas del siglo XIX y ol pro-
modernismo, De Ia misma manera, 0. Paz surge enraizado tanto en
la inquietud nacional que hereda de los planteos indigenistas y uni-
versalistas de Ia politica cultural de la revolucién mexicana, como
cn Ia corriente vanguardista que se mantiene resistente desde la ter-
ccera década del siglo XX y la formacién del grupo Contempordneos.
Ta segunda tarea de esta investigacién es interpretar las transforma-
ciones de! sistema literario por la relacién entre el espacio intelectual
que 10 sostiene institucionalmente con los demas espacios culturales
que caracterizan la complejidad metropolitana. Pongamos en claro
eudl es nuestra presuncién bésica en el andlisis de estos fenémenos
@ A. Candido 1968: 3637 y B08.el vanguardinny Mterarla ex también un fendmeno soctal interno a
ada wocledud nacional cunndo se transforma Ia antigua cludad
aaldeana en unn metrépoll capitalista, y los intelectuntes «eben con-
frontarse con otros actores sociales que los desplazan hacia una per-
‘manente posicion marginal, Los fenémenos de masas, y la constitu-
cién relativamente mediatizada de la esfera del poder politico-eco-
némico aparecen como los enemigos de « la cultura ». Lo que habia
sido una literatura « nacional » reducida a las demandas de la oligar-
quia se siente desplazada, gana autonomfa y se margina de la vida
social. No esté demés recordar que esa « vida social » fueron décadas
de revolucién mexicana, la conmocién que trajo la marea inmigrante
¥ Ia democratizacién de Buenos Aires, 0 el nuevo cuadro social des-
Pués de Ia liberacién de los esclavos, y la biisqueda de formar una
sociedad moderna en el Brasil, sobre todo en So Paulo, Surgen, en
el mismo espacio metropolitano, la cultura urbana de masas orga-
nizadas sindicalmente o incorporadas al sistema por Ia educacién y
l trabajo, y se solidifica una cultura del poder que busca controlar
@ aquéllas y legitimar su pretensién de hegemonia con un discurso
que dice representar a la totalidad de la sociedad. Contra estos dos
nuevos espacios culturales se debe defender, readaptar y desarrollar
el antiguo espacio intelectual ilustrado, redefiniendo su propia fun-
cién y su identidad global. Sus instrumentos serdn Ia creacién de un
Ienguaje de vanguardia que encierra el arte literario en el horizonte
simbélico y In herencia cultural de los intelectuales profesionalizados,
¥, para lograr desarrollar ese lenguaje y adquirir una nueva legiti-
midad, trataran de establecer nuevas relaciones literarias con la tra-
dicién cultural popular y con Ia cultura europea.
‘Nuestro principio metodolégico mas importante para observar los
Procesos de produccién literaria es que todo nuevo proyecto litera-
rio significa, al mismo tiempo, una nueva forma de relacién con Ia
sociedad. O para decirlo con C. Rincén (1978), las transformaciones
inmanentes de los lenguajes implican la busqueda de darle nuevas
funciones al sistema. Una ruptura del proceso literario debe signi
cat, por lo tanto, una forma de préctica social donde el grupo produc-
tor-receptor del sistema reestructura globalmente sus relaciones efec-
tivas con la sociedad y Ia cultura a que pertenecen. Si observamos con
estos supuestos el surgimiento de estos nuevos sistemas literarios
en los espacios nacionales metropolitanos, nos encontramos con una
transformacién literaria de aquellos dos polos constitutivos de toda la.
literatura latinoamericana: Ia tradicién popular y la cultura euro-
pea. Se diferencian, por Io tanto, de los procesos literarios que los
anteceden porque reclaboran el horizonte simbélico y linguistico, las
formas potticas o la estructura del relato introduciendo, al mismo
mpo, elementos formales y tomdticos de aquelon polos de una
tomar desconelda paras trdicén nactonal. Son vaaguardas cos
mopottan por nu concepelon del arte por su experimentacin, por
nivoluntad ge rupture, por su innovacton, por aw apropicion dela
Sino europea J naconaes por ia ulacion det leguafe elo.
tilt por la reclboracion del pasedo miso prebispdnea, por Ta
wiitieeion de vide popular precaptalista. La preganta que nos
tacemor en extainvestiacion coy por lo tant, doble Primero #1 De
ti manera neden Ta experiencia coletva Ia eultura popular lt
Asqmericana,y Tos process histérices y ta cultura europea, en la
Consttactim det nuevo. lengua litera ? Segundo 2 Que sient
te can préctca lteraria como nueva forma deslaclon con et desu
volo histrico de I socleded nacional, ltinoamerieana, 0 Inernacio-
val?
Nuestros presunciones se basan en el andlsis del caso de Buenos
ives en las evidencias que ofrecen los diversos proyectos litera-
rion simultineos que se desarrollan en Brasil y México, Resumamos
brevemente cho desarrllar ete segment del ans, dejando para
tl siguiente pérrafo la manera en que vamos a plantear el problema
de ls inerpretacion de estas evidencias, En el caso de la Argentina,
Ia eric histiea esta de acuerdo en la descripelén del proceso de
recstructuracién de la nacion a partir de un proyecto civiizatorio
Cifberal »incorporacion econémice y cultural a Europa, inmigra-
Giimmoderrectn captalt,nacionalina internacional. Se
Sole Indicar que este proceso tiene su momento Dreparatorio entre
1837-1880, pee ica de « despegue » bajo ates de la a
hia hasta. 1910, sa stabfizacion hasta 1930, El sistema « vanguar-
isa » surge en este ultimo perfodo, cuando ya se habia formado
tn determinido espacio intelectual relativamente autGnome por un
Tador y, por et, cuando el poder politico se abla desplazado a los
Thucvos purticos de clases medias ae tataban de extender su control
fin Universidad, la educacion media y bfsieny Ta cultura popular
“irbanay 7 heb terminado el periodo de transieén, o de reajuste,
para intcgrr ls masa de la poblacion al nuevo sistema modernizado
Taniguilacin de fos indios y campesinado tradicional; neutralizacion
o expulsion de las tentatvas anarguistas de impugnar la leitimidad
del Estado; organzacionsindical de los sectores obreros incorporados
ala industria os servicios vincilagos al capital Internacional
tmétodos de asimilacion de las mevas generaciones a través de
Cclucacon, cl servicio military la manipulacién simblica dela indus-
tri de le cultura popula), El estudio del nuevo espacto intelectual
Telalvamente autonomo, en el sentido de que se desvincula de In
poltica populist, lucha en contra de la nueva cultura popular y sedeveends de ton onion dl sector Iborl sindlindo, end
banat arte Rumery 198 0. eran oy hens
sean In vidaerrin neve exacts eta tees
Sethu (D. Ves T1193, alanine Seng he ane
Bn estos taafor et schlasiutmete ie ecto aa ae nee
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bila dese ti por de Estado con's cai ae enn
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popular de nasa dindone eihan scpeendee yea
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toss ame psn margna"A Pi por ccnp ct sae
la flere populate ate genres tacks ae ee
cients de miler de sjomplas eedcase ae ponents ae
mato Juan Moris Montoye (31) 9, Ceara aoe
dacelda teatral popular desde el saincte al grotan; By Mater
UM) a labore las complicates mosiaieee wee cen ee
Ie sin pops ast somatic cael topo enact
ls estos de 0, Byer y'S. Gaia sore Hernay meee
usin inns cope ain a eee
To ae qereos menor x queen et expuio metro
se puede pereibir con bastante clarad los procesos de traretore,
cin det lengua eae vcfado a beets oe
Inevasfuncione sce Bs eng gor he oes
mula una tendencia global a afirmar la sociedad nacional desde un
node visa ode capfalvnntrmsconie tease
tempo, aquello ue sme des calure vanes telclgat a
cur europe, Te penite ngtr su ideeided aie
se dearvlabe cotananete a su akesein, ok ote
tla Su horizon defo pms rey ae eens
forma répidamente su antigua ciudad, sino el compadrito ‘crillero
(Borges el sucha Que hin depreciate 9 pera ee
shorn eda su srs income ena ane oe ae
soma precited ineror Cone) Se ea na
peo tampons es la Teveiion de Ocbre ia ons hee
{narainmo, ols enornerenovacon arises ee peat ae
is presupacor tate burps de hs whe ee
tana o alana sno oe portatos draenei sag
2 fonomerolea somo oa daniels saseusind anne ee
@) Los trabajos de A. Prieto, M. Guercovich, 0. Garcia serén
Los tribes de , M. Guercovieh, 0. Bayer, 8.
‘publicados en ef informe del grupo de trabajo que investiga e nersene al Rak
lata entre 18901940, actualmente en preparacion,
OO EEE
Clatintan, relexionox nocloléglcax como aquellas que Inxisten en Ia
vinidn rucista y discriminatorin de la nueva yocledad o que enfatizan
Iwerlsls de lo moderno (Ortega en La Rebelidn de las Masas, © Spen-
ler en La Decadencla de Oceldente). 4 Se trata, por lo tanto, de una
tmuniputacién literarla de lo latinoamericano y Io europeo, con que
in reduclde grupo marginal reclabora el mundo contempordneo 8
purtir de un sentimiento epigonal de la cultura del pasado ?
EI caso Rio de Ja Plata tiene un perfil excepcional para estudiar las
formas de erticulacién literatura-sociedad porque es una formacién
»eial de asentamiento reciente, donde los procesos pueden ser obser-
vados en sus etapas de formacién, expansién y crisis con contornos
dcfinidos. Los de México y Brasil presentan, en cambio, una gran
‘complejidad porque reformulan situaciones sociales del pasado colo-
nial donde se debe atender al modo en que surge lo moderno al
mismo tiempo que se transforma lo tradicional no-occidental indi-
ena o afro, y porque tienen diferencias entre muchas subregiones
que se desarrollan a diferente ritmo histérico. Sabemos poco, muy
‘poco, sobre sus relaciones entre el espacio intelectual de vanguardia/
la cultura popular/la cultura hegeménica como para poder interpre-
tar sts transformaciones como una nueva forma de relacién con la
sociedad. Este es el problema que vamos a afrontar en la nueva etapa
de la investigacién, donde quizés, si procediéramos con la misma
metodologia, solo podamos progresar en la descripcién del campo
cultural complejo de cada espacio metropolitano. Contamos, sin
embargo, con otro tipo de evidencias : la diferencia entre distintos
proyectos literarios simulténeos cuando uno y otro, en la misma
subregion, indudablemente rompen con la tradicién nacional conti-
nudndola, y lo hacen de distinta manera, aungue uno y otro repre-
senten el punto mds alto de la experimentacién formal y de la moder-
nidad literaria, ; Qué significa, por ejemplo, la diversa manera en que
J. Rulfo y 0. Paz se confrontan con la tradicién literaria que los pre-
cede ? Uno y otro superan el tratamiento del mundo indigena 0 popu-
lar de Ja literatura de la revolucién mexicana; uno y otro incorporan
mitos universales para configurar la forma de los textos; ambos enta-
lan una especial relacién con el universo cognitive popular no-occi-
dental; uno y otro representan la renovacién literaria més audaz de
su espacio cultural : uno y otro, sin embargo, representan proyectos
culturales tan diferentes, y establecen una relacién tan opuesta con
Ia « cultura universal » y con la propia cultura tradicional, que evi-
dentemente tratan de cumplir diferentes funciones. Si apareamos,
adems, los casos de J. Rulfo-J. Revueltas-R. Castellanos por un lado,
y los de O, Paz-Contemporéneos por otro, 4 podriamos hablar de dis-
tintos proyectos literarios simulténeos en cada espacio nacional ?4 Be pusde procedor de In misma manera en el Brel
slomple, ia tneran on que confiquran i Wentland toocline an
Interpisian on el content del mundo Internacional el gras de yan
wutedin modernisiay el el Norete (iL: Lates 16°00 Broce
1518, C. Azevedo 1983) 71.0, en Cuba, los proyectoy artiste ne
5. Lezama Lima y el de A. Carpenter»
3. La comparacién de los tres casos representativos.
El caso metropolitano nacional ha sido el menos investiga:
esta perspectiva y, probablemente, eo el que ofveve majors sehen
as’ ie iterpretacién, Nuestra experiencia, cuando fo hemos some-
a la discusin en la que participaban ‘sélo especialistas de esa
Ieratura, ha sido bastante nepatva, Solo un mévode cone otis
puede aclarar en qué medida intervienen aguellas dos variables cul,
turales ~ cultura europea, cultura latinoamericana no integrada —
Para configurar el proceso de produccién del nuevo sistema, No hay
duda de que los grupos productores, y cada uno de los grandes artis.
tas, los someten a un proceso de seleccién y transformacion, Ouizis
el contraste con otros procesos ajenos a la experiencia del investiga.
dor sea el tinico camino para relativizar lo que acontece en el propio
espacio nacional y reinterpretar sus posibles funciones. Este ex el
sentido de la comparacion de estos casos con aquellos otros del
Caribe articulados a metropolis europeas, y latinoamericanos srticn-
lados a espacios tradicionales no integrados a la cultura nacional. Sin
pretender ahora rigor tedrico, esbocemos cémo se pliede realizar este
nuevo nivel de andlisis a un grado més alto de abstraccion de tal
‘manera que la vision del fenémeno global nos permita reinterpretar
€l significado de los procesos parciales en el desarrollo cultural ao
{oda la regién, Vamos a ilustrar esta perspectiva con dos ejemplos.
no ee reflere a la articulacién oon la cultura europea ¥ otro a Ta
letinonmericana. fn ambos casos trataremos de mostrar que esa
fueva relacién inf decididamente en la reformulacn de datntas
1g itt Tratemos de imaginar un discurso teérico en donde se de razén
manera en que interviene la relacién con la cultura europea en la
estructuracién del lenguaje literario de A. Cesaire/M.A, Asturias por
tun lado, y los de JL. Borges/I. Lezama Lima por str, Anton oevveg
de casos se caracterizan por una serie de rasgos suicientemente
epuestos como para juzgar que representan fenémenos diferentes :
Bertenecen fisicamente a distintos espacios intelectuales. (metrépo-
is europeas = Paris los primeros, metrépolis nacionales = Bueros
Aires/La Habana los segundos); elaboran materiales literarios irre.
duetibles (negittud y cultura inetoamericana no occidental unos, weu-
mulaclén de Ia herencla cultural oceldental Ios otros); conciben |
prictica Iteraria como distintas maneras de prictica social (parti-
clpacién histérica en a superacién de los conflictos de su sociedad
de origen y de la sociedad mundial, tos que viven en Paris; margina-
lidad y no-identidad con la masa popular local, desinterés por los
problemas mundiales contemporéneos, los que producen en América
Latina); y elatoran sus lenguajes con Ia intencién de que cumplan
istintas funciones (configurar la conciencia colectiva y reformular
lu experiencia histérica de las culturas sometidas por la expansién
‘occidental, los que se identifican con los oprimidos; desarrollo de la
conciencia subjetiva marginal reclaborando Ia herencia tradicional
vecidental, los que se identifican con Europa).
A partir de estas evidencias, que si pueden ser discutidas por
separado ofrecen un suficiente nivel de certeza tomadas en conjunto,
se puede preguntar cudl es la manera en que interviene la nueva
telacin con la cultura europea en Ia constitucién de un nuevo len-
tuaje literario latinoamericano, y cudl es el significado de esta trans-
formacién en Ia historia cultural de la regién. No basta referirse a
«toda » fa literatura contempordnea como participando de un pro-
eso global de internacionalizacién, donde juega un papel fundamen-
fol Ia nueva articulacién a la cultura europea. Se trata de distintas
articulaciones, de diferentes procesos de produccién y de funciones
relativamente opuestas. Los caribeos se articulan a ia contempora-
neidad europea, y en particular a aquel horizonte cultural que Toyn-
bee define como « heterodoxo » porque representa una alternativa al
sistema hegeménico (Rama 1982,), y combatian « contra » la cultura
europea tradicional participando en la produecion de una nueva cul-
ttura mundial. Desde Europa logran impugnar la legitimidad de todo
fl proceso histérico que se desarrollé bajo su dominio, y reinterpre-
tan, con la perspectiva de los pueblos y las culturas dominadas y hasta
ahora despreciadas por el centro hegeménico, el sentido del hombre
Y las posibilidades de desarrollo histérico de la humanidad. En los
Segundos, esté ausente tanto el horizonte cultural europeo contem-
poréineo como toda esta agenda de problemas mundiales que los uni-
Nersaliza, Cuando JL. Borges, por ejemplo, menciona lateralmente
dramas histéricos como el fascismo, la persecucién del pueblo judio
© la experiencia de In periferia colonial, Ios elabora como pretextos
para et tratamiento de problemas intemporales o destinos humanos.
Seleceiona, ex. cambio, aquel segmento de la cultura tradicional que
trata cuestiones fuera de la historia, o que acentian un sentimiento
escéptico de la existencia (Schopenhauer, el ultimo Nietzsche, el
Obispo Berkeley, Hume, la Cébala, Plotino, Origenes). Hay evidontemente uns apropiacién de toda esta cultura, una reeinboracién
dle stm tenia como al et wujelo productor xe Instalara en aquel uni-
vorto xintIéndolo como pruplo, moviéndose con entera libertad 0,
‘adn, con mayor espontaneldad que los mismos europeos. Este proce-
dimiento hace estallar los presupuestos que controlaban esta relacién
con Ia cultura europea en todos los perfodos precedentes. Pero,
a cual es el significado de esta apropiacién e identificacién, con las
posibilidades de desarrollo hist6rico de la cultura y Ia sociedad lati-
noamericanas ? Este desarrollo de la conciencia subjetiva a partir de
luna seleccién tan dréstica que reduce lo europeo y lo « universal » a
ciertos sentimientos disolventes de todo lo histérico: 4 representa
una expansién de la cultura latinoamericana hacia Ia cultura mun-
dial ? 0 una reinterpretacién epigonal de la cultura europea tradi-
cional realizada desde ta periferia tatinoamericana por quienes se
sienten identificados con una Europa que ya no existe y, por lo tanto,
cexpresa una crisis de identidad ?
32. 4 Como incide una nueva relacién con las culturas populares
no-oceidentales, 0 no integradas al capitalismo, en la constitucién
de los nuevos lenguajes literarios ?
En Ia comparacién anterior ilustramos los procesos de produccién
literaria de artistas directamente articulados a espacios intelectua-
les de una metrépoli europea, con otros que se identifican con una
nacional. Para observar esta segunda relacién con la cultura tradicio-
nal, contrastemos casos que desarrollan su produccién dentro de
América Latina : O, Paz/M. de Andrade por un lado (México y Brasil)
y JM. Arguedas/A. Roa Bastos (Pert y Paraguay) por otro. Un lugar
comtin de la critica interpreta el desarrollo de su lenguaje estético
por la necesidad de reelaborar la identidad nacional, o latinoameri-
cana, La investigacién de los tiltimos afios, sin embargo, insiste cada
vez més en Ia diferencia entre el proyecto artistico y las funciones
suciales de Jos escritores que surgen en espacios latinoamericanos
donde todavia estén vivas formas culturales no-occidentales, y que
tratan de elaborar Ja situacién global de la sociedad a partir de su
‘experiencia y con su propia vision del mundo. Para decirlo con A. Cor-
nejo Polar (1978), esto significa tratar de vincular culturas heterogé-
neas, donde la experiencia existencial de una cultura oprimida apa-
rece « traducida » y reformulada en un sistema literario que se
desarrollé tradicionalmente como una institucién del sistema hege-
ménico, Esta renovacién artistica implica una nueva funcién social :
ho se trata de « referirse » a Ia identidad social de la nacién, sino de
confrontarse con Ia contradiccién més aguda que la define histori-
camente, Esta nueva literatura se constituye a partir de la situa-
cién global de una sociedad estructurada en base a la dominacién
suctal, racial y eeonémlea de un sector de la poblacién identificado
con ln metrépoll conquistadors, sobre una amplia masa de poblacién
poductora de otra cultura, Esta situacién es el problema més grave
lueredado de fa época colonial, todavia irresuelto en Ia época nacional
y perelbido de una manera especialmente critica a Ia luz de los pro-
oxox mundiales revolucionarios, Ia agudizacién de nuevas formas de
renetracién imperialista, 0 el derrumbe de imperios coloniales. Se
rata no sélo de la produccién de un nuevo lenguaje, sino de Ia tenta-
tivn de Nquidar toda una época hist6rica, de allanar un abismo y de
indar tna nueva sociedad. La pretensién de cumplir esta nueva fun-
‘lin ~~ que no tememos llamar « social-revolucionaria > a pesar del
purente contenido ideolégico del concepto — implica también una
tmieva forma de produccién titeraria. Por primera vez. en la historia
tel desarrollo cultural del continente, la cultura oprimida aparece
como el elemento dominante de un sistema producido con la inten-
elén de que sea legitimo para toda la sociedad. Y por esto es muy
posible que cada vez mas este fenémeno seré interpretado, no s6lo
como una caracteristica de los procesos generales de mestizaje que
sun propios de América Latina (Grossmann 1972), ni como un nuevo
estadio de contaminacién entre dos culturas (A. Rama 1982) sino
como una confrontacidn, 0 una revolucién. Quizés, sea éste el tinico
‘camino para dar razén dé la nueva forma estética que se nos propone,
y del nuevo herizonte en el que reinterpretan la sociedad y la historia
latinoamericaras en el contexto mundial (Lienhard 1981).
Si esto es asi, nos encontramos con un proceso literario muy parti-
cular (a donde’ se podrian incluir los impresionantes Cien Anos de
Soledad, Pedro Péramo o Hombres de Mafz) que debe ser diferen-
ciado de los proyectos estéticos y de las funciones sociales de los auto-
res de vanguardia pertenecientes a las metr6polis cosmopolitas. No e:
el momento de proponer conceptos rigurosos para caracterizar uno
otro proceso, pero si los primeros significan una decidida ruptura con
el proceso cultural que viene desde la colonia — y por lo tanto un.
desarrollo cualitativo inédito —, 4 siguen los otros encerrados, S22."
los limites por donde ha progresado a cultura europea tradiciotal
cuando se ha confrontado con la experiencia latinoamericana ? En los
tedlogos del siglo XVI, en los humanistas de las décadas siguientes
© en los enciciopedistas del siglo XVIII, el contacto con la experien-
cia latinoamericana produce un efecto’ de « shock » que pone en
cuestién el horizonte europeo tradicional y abre un espacio para su
desarrollo dialéctico. De hecho, la utilizan para problematizar el pre-
tendido « universalismo » de la cultura hegeménica vinculada a la
legitimacién del poder, y elaborar las contradicciones de Ia sociedad
bajo las nuevas estructuras desarrolladas por el capitalismo: lasOw AE Rae eee
donuncing del P. do ine Crans, utopfas como In de Tomss Moro, ta
actitud contentarin de Rousseau 0 ta nostalgia de Chateaubriand
poniblemente tlustren una tendencia que culminaré en In moderna
manipulacién de clertos elementos africanos, orientales Iatinoame-
ricanos que caracteriza a Ins vanguardias internacionalizadas del
perfodo de entre guerras. Se traté, a lo largo de siglos, de establecer
una nueva relacién con Ia cultura hegeménica pero dentro de ella, es
decir de introducir elementos de su periferia para desarrollarla supe-
rando la cristalizacién de formas culturales que ya pertenecian al
pasado. Considerando este proceso en su globalidad, podemos pre-
guntarnos cémo interpretar el proceso de produccién y el significado
social de las renovaciones vanguardistas de O. Paz o de M. de An-
drade. Uno incorpora elementos de la cosmovisién azteca precolonial
y del horizonte oriental, y elaborando aquellos mitos replantea el
problema de la identidad nacional y, mAs alla, la del hombre univer-
sal. Otro observa y reproduce lo nacional a partir de un lenguaje y
una mirada amaz6nica primitiva, que es una creacién artistica origi-
nalfsima. , Cémo intervienen la experiencia social latinoamericana en
su modo de produccién literaria ? ; Qué funcién social tratan de cum-
plir ? Estética y colectivamente, ; tienen las caracteristicas revolucio-
narias de los anteriores ? Si son diferentes — aunque ambos sean
renovadores — 4 cuales son los rasgos que especifican uno y otro
proyecto ?
No es el momento de responder estas preguntas que, precisamente,
constituyen el problema de la investigacién. Sélo queremos dejar
en claro que este esfuerzo analftico alrededor de las formas de articu-
lacién a los espacios sociales, de la produccién de lenguajes y de las
funciones de los sistemas, pretende fundar cientificamente la inter-
pretacién de estos procesos en el contexto del desarrollo de la cul-
tura latinoamericana, y del significado — 0 los significados — de su
insercién en Ia cultura mundial. Quizés entonces sea posible superar
las ambigiiedades que implican aquellas generalizaciones de la rf
tica contempordnea que, mas que iluminar el sentido de estos pro-
ccesos, parece empeflarse en encubrirlos. ; No es una desmesura uti-
lizar conceptos como « definicién de identidad », « universalismo »,
« modernidad » para toda esta literatura ? Una cosa, por ejemplo, es
articularse a los espacios culturales populares contempordneos que s¢
mantienen al margen del contexto nacional hegeménico y, desde ellos,
con su Ienguaje y su interpretacién de los acontecimientos, asu-
‘miendo la perspectiva popular que acumula una secular experiencia
‘MA TNTRRNAOTONALTRAGION OB LA LITRRATURA 8
Iuintérlen de cprenién, dar una contraversién de Ia identidad de la
sucledad global; y otra coxa cs «utilizar » clementos de esa cultura
deshistorizindola, y reclnboraria estéticamente para que le sea posi-
ble expresar la « ‘moderna » identidad nacional hegeménica en un
imevo periodo de estabilizacién, o para justificar la ideologia del
tniestizaje como referida a una sociedad que habria superado Ia heren-
cla colonial, o para autoidentificarse como perteneciente a la « moder
nnldad vanguardista » internacional. ; Por qué se oculta que los pri
tnieros asunten como propia la cultura popular y, con ella y desde ella,
reinterpretan de tal manera la realidad global que proponen una
eontracultura; mientras los segundos se incorporan a la cultura hege
nuSnica y Ia sienten como propia, y desde ella y con sus medios expre-
slvos, ven la propia realidad desfigurandola como para que pueda ser
tuna voz mas en un arménico conjunto sinfénico internacionalizado ?
También esta nueva etapa del desarrollo cultural Jatinoamericano
reproduce su constante contradiccién. Es y quiere ser europea, y no
lo es plenamente; es y quiere ser una alternativa a la dominacién de
loss pafses centrales, y este es un proyecto siempre reenunciado y toda-
via s6lo visible en el ambito de la utopia. No hay « una cultura »
latinoamericana, sino una tensién contradictoria que, en permanente
equilibrio inestable, la define. Posiblemente sea esa misma contradic
cién la que define también su nueva etapa en que se internacionaliza
y, arrastrando su conflicto secular, Io reproduce en el contexto
mundial.
El lector puede percibir a dénde queriamos llegar con esta ya
demasiada extensa declaracién de principios. No es facil fundar cien-
Uficamente la interpretacién de un proceso cultural y articularlo al
proceso histérico global. Se trata de una produccién de conocimien-
tos y, al mismo tiempo, de una toma de conciencia que se quiere
apoyer en la investigacién cicntifica. Quizés esta pretensién sea des-
mesurada dada la penuria en que se encuentra la reflexidn cientifica
‘cuando se enfrenta con fenémenos que Ja superan, a los que no se ha
atrevido a constituir en objeto de interrogacién critica. Porque en
verdad, se trata de redefinir cual es la identidad de América Latina
sin negar la evidencia constitutiva : su relacién con Europa y su per-
tenencia al mundo hegeménico desde su integracién a la historia
mundial, Su cultura se ha visto forzada, desde su origen colonial, a
desarrollarse como periferia de aquel otro universo que, por la vio-
lencia, se constituyé en sujeto de su historia, Si esto es asi, hay que
preguntarse francamente si este desarrollo cultural no significa otra
cosa que la internacionalizacién resignada de esa situacién como si
ella constituyera su destino definitivo; si s6lo es un fendmeno perifé-
rico, epigonal y repetitivo de los caminos transitados por la propiaal ‘GBR CARAVELLE
Kuropa; 0 wl woman de todo ello, revelundo al mundo lax vibraclones
do un explritu que quiere xer sujeto y conelencia de su propa historia,
no refulye de tanto en tanto un lenguaje cultural que redefine inédita-
‘mente su posible {dentidad, desafiando una y otra vez todas las evi-
dencias empiricas y todos los discursos culturales que se la niegan.
Y quizés por esta gigantesca e imposible redefinicién de s{ mismo y de
su mundo, es decir de la historia global del mundo contempordneo,
puede resonar como un eco en la conciencia de todo el universo, Aun-
que el tono cada ver mAs profético de estos lenguajes no logren sino
formular, como José Maria Arguedas (?) antes de morir, la esperanza
en forma de agonia, o como Gabriel Garcia Marquez (9), traten de
proclamar el tamafio de nuestra desesperada soledad.
Octubre 1983,
) «Ultimo diario», EI Zorro de arriba,., Losada, Buenos Aires, 197 y
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