SEJEAN, JUAN BAUTISTA cl
ANA MARIA SAKS de SEJEAN
DE JUSTICIA DE U NACIN
2285
DICTAMEN DEL PROCURADOR FISCAL DE LA CORTE SUPREMA
Suprema Corte:
Contra la sentencia de la Sala C de la Cmara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, que confirm la de .prin1era instancia en
cuanto no hizo lugar al planteo de inconstituclonalidad del art. 64
de la ley 2393, dedujo el peticionante recurso extraordinario. el
que fue concedido a fs. 66.
Para arribar a la decisin que se impugna, sostuvo el tribunal
que resultaba de la esencia del Poder Judicial . decidir colisiones
efectivas de derecho Y DO hacer declaraciones de gnero o abs
tractas que fijan normas para lo futuro, 10 cual es propio del
Poder Legislativo. Aadi el a qua que na deban ni podan pro
nunciarsesobre las bondades u oportunidad de una norma, de
biendo aplicarla sin juzgar su valor intrnseco o equidad, circuns
tancias qe tornaban hnprocedente el pronunciamiento requerido.
Ms all de lo expuesto, sostuvo el tribunal con cita de un preI
cedente de. esta Corte, que el .derecho de casarse conforme las leyes,
que contempla el arto 2de la Constitucin Nacion.l, no se ve cer
cenado, sino, por el contrario, efectivamente ejercido por el que
joso, a lo que deba aadirse que el derecho a obtener. el divorcio
vincular no se encuentra consagrado por ningn texto constitu
cional, ni mucho menos puede entendrselo como uno de los dere
chos no enumerados a que alude el arto 33 de la Constitucin.
Esta Corte ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre una
cuestin similar a la que aqui se discute, en el fallo de fecha 7 de
agosto de 1984 in re F. 539, Lbro XIX, "Firpo, Hctor Enrique
c/Espeche Martha Hayde s/disolucin de sociedad conyugal" en
el que se plante la inconstitucionalidad del decreto-ley 4070/50
ratificado por la ley 14.467.
Si bien en el presente caso se ha cuestionado de manera di
recta la invalidez del arto 64 de la Ley de Matrimonio Civil, no
puede sino destacarse, como lo hizo este Ministerio Pblico en el
------
FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
2286
dictamen del precedente aludido. que eI peticionante obtuvo su
divorcio en 105. terminos del art. 67 bis de aquel cuerpo normativo,
cuyos efectos no parecen separables de lo este ::uido par eI art. 64
que excluye la disoluci6n del vfncuIa, sin que se efectuara la re.
serva pertinente en aquella oportunidad, al propoller la accion de
divorcio.
Lo antedicho, no es susceptible de alterarse por 10s agravios
que expone eI apelante, en orden a que la disposici6ncuya dec1a
raden de invalidez persigue, estatuye una incapacidad de derecho,
en tanta le impide consumar una nueva uni6n haja la protecci6n
del ordenamiento juridico, con todas las consecuencias que de eIlo
se
s'igue.
Asi lo considero, pues tales normas constituyen disposiciones
de orden comun que reglamentan el derecho en cuesti6n y fijan
los efectos del matrimonio celebrado en el pais y del divorcio a
que los c6nyuges pueden acceder, situaci6n que, como qued6 ex
presado en la sentencia del inferior no cuenta can una garantia
de naturaleza constitucional que ampare la disoluci6n del vincu10
y torne ilegitima la voluntad del legislador de mantenerlo subsistente en los casos de divorcio.
A lo hasta aqui expuesto cabe agregar las consideraciones for
muIadas en el dictamen producic!o en el dia de la fecha en la cau
sa L. 384, Libro XX, "Lobrutto, Vicenta Aurora c/Giusto, Domingo
s/disoluci6n de vinculo matrimonial (ar!. 31 Ley 14.394)" a la que"
me remito por razones de brevedad.
Por eUo, opino que a.be confirmar el pronunciamiento ape
lado. Buenos Aires, 2 de septiembre de 1986. 10se Osvaldo easas.
FALLO DE LA CORTE SUPREMA
Buenos Aires, 27 de noviembre de 1986Vistos los autos: "Sejean, Juan Bautista c/Zaks de
Ana Maria. s/inconstitucionalidad del art. 64 de la ley 2393".
">;;'
',;:"':',"
',''i;,
DE JlISTlCL\ bE LA NACION
2287
Considerando:
l") Que la Cmara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala C,
confirm6 el falla de primera instancia, que habia rechazado la im
pugnaci6n por inconstitucionalidad del art. 64 de la ley de matri.
monio civil, efectuada por los c6nyuges divorciados en el expe
diente agregado por cuerda. Contra tal decisi6n se interpuso el
recurso extraordinario concedido a is. 66.
21?) Oue el recurrente aduce la inconstitucionalidad del articulo
referido y de las normas concordantes Con el, en cuanto estable
cen la indisolubilidad del vinculo matrimoniai existente entre las
partes, y sOlicita en consecuencia el restablecimiento de su apti
tud nupcial.
3e) Que la propuesta es una cuesti6n justiciable (art. 100 de
la Constituci6n Nacional y 2 de la ley 27), atento que el recurrente
persigue un interes eonereto, punto decisivo para que esta cuesti6n
merezca decisi6n judicial, a mas de lo cual ha tenido debida au
diencia el ministerio publico.
4) Oue dos son las cuestiones decisivas para resoIver esta
it.',
causa: una es si la de los agravios que el recurrente dirige contra
el art. 64 de la ley 2393, a ms de estar correctamente enderezados
hada esa norma, estn justificadas en Cuanto pretenden que se
hallan violadas en el casa derechos de naturaleza constitucional;
la otra es si temas que secularmente se han admitido COrno propios
de la esfera de atribuciones del legislador, pueden convertirse en
cuestiones que por afectar dereehos superiores de Indole co';stitu.
. cional, se hallen sujetos al controi judiciaI de constitucionalidad.
.
:.'
5e) Que el recurrente orienta sus agravlOs contra el art. 64 de
), la ley de matrimonio civil, lo que impone determinar si tal orienta,
ci6n es adecuada. Las disposiciones de aquel articulo fueron con.
f' tradichas por diversos pasajes del art. 31 de la ley 14.394. En oca.
sian del dictado de esta el Congreso Nacional expres6 claramente
su voluntad en ej sentido de que los c6nyugues pudieran recuperar
su aptitud nupcial corna una consecuencia de que se hubiese de"
2288
Fi\LLOS OE LA CORTE 5UPREM!\.
cretado SU divorcio. posteriormente, por orden de un gobierno de
facto, instrumentado cbmo ecretoley 4070/56, se suspendi la
aplicacin de aque\la decisin del Congreso Nacional, mandndose
paralizar los procedimientos judiciales en trmite Y disponindose
que no so diera curso a nuevas peticiones con miras a la recupera
cin de la aptitud nupcial de los divorciados. Este "decroto-ley"
fue alcanzado por la declaracin emitida por el Congreso Nacional,
a travs de la ley 14.467, por la que aqulloS continuaban en vi
gencia, en tanto el mismo Congreso no los derogase, en previsin,
como expres el miembro informante de la Comisin de Negocios
Constitucionales de la Cmara de Diputados (Diario de Sesiones,
1958, pgs. 2893 Y sigts.), de la inseguridad jurdica.
Tales leyes declarativas no pueden borrar el carcter de espurias
al orden constitucional propio de tales disposiciones. No obstante
e\lo, la elaboracin doctrinaria Y la consagracin jurisprudencial de
un criteria accesible a la justificacin del poder por su funcin, can
miras a garantir la seguridad jurdica, condujo a que esas normas
coercitivas, extrafias al sistema establecido en la Constitucin Na
cional,funcion::tran como si fueran derecho, en todos los rnbitos
de la legislacin, inc1uso en materia trib':ltaria Y penal.
6) Que as ocurri en la parte del derecho civil que interesa
al caso, donde sin escndalo de nadie se hilO general aplicacin
del art. 64 de la ley 2393, del mismo modo que hace el a quo.
No est entonces extraviado el recurrente al enderezar su pre
tensin como lo hace. Reacciona contra la norma que al serle apli
cada constrie el derecho que pretende.. En lo concreto, tanto el
artculo 64 mentado, como el plexo de disposiciones del "decreto
ley" 4070/56 'rconcluyen con un mismo resultado: negar que los
divorciados puedan recuperar su aptitud nupcial, lo que se con
juga con el sealado acatamiento general que se hace del primero.
No cabe pues exigir a un justiciable indagaciones que son propias
de los jueces, por lo que es admisib1e que se acepte n el casO que
es la aplicacin afectuada del art. 64 de la 1ey 2393 Y disposiciones
concordantes la que obsta al progreso en la causa de las preten
siones del recurrente, mxime si se tiene en cuenta que las conside-
DE Jl.JsnCIA DE LA NACI6N
2289
raciones que segulran no variaran si se tuviese en vista eI regimcn
instaurado como consecuencia del llamado "decreto-Iey 4070/56".
7';) Que en reIaci6n a Ia pregunta sobre si el regin1en deI ar
ticulo 64 de Ia ley 2393 afecta derechos constitucionales, Ia respuesta
debe ser afirmativa.
Nuestra Constituci6n Nacional no enumera Ia totalidad de los
derechos que ampara; coherentemente su art. 33 expresa: "Las
declaraciones, derechos y garantias que enumera Ia Constituci6n no
sern entendidos como negaci6n de otros derechos y garantias no
enumerados, pero que nacen del principio de Ia soberania deI pueblo
y de Ia forma republicana de Gobierno". Entre Ios derechos asi
amparados se hal1a, evidentemente, el derecho a Ia dignidad humana.
8') Que hace a esta dignidad que las necesidades del hombre
sean satisfechas con decoro, 10 que en Ia faz juridica implica que
Ia ley las reconozca, en tanto su satisfacci6n no viole los limites
del art. 19 de Ia Constituci6n NacionaI, es decir no ofendan el
orden y a Ia moraI publica, ni perjudiquen... a un tercero, de modo
tal que puedan conducir a Ia realizaci6n personal, posibilidad que
por otra parte es requisito de una sociedad sana.
9'?) Que en el matrimonio,- como instituci6n juridica, se recO
nocen necesidades humanas esenciales, como Ia de satisfacer su
sexualidad a traves de una reIacin con caracteristicas de perma
nencia, con miras a Ia constituci6n de una familia, y, regularmente,
a Ia procreaci6n. Esta disposici6n a constituir una _familia se halla
insita en Ia naturaleza humana; las formas que esta instituci6n ha
adoptado son las ms variadas, C01TIO nos 10 ensefian Ia antropoIogia
y Ia historia, ya que si bien Ia familia es universal, aI igual que
todas las dems instituciones es un producto sociaI sujeto a cam
bios y n10dificaciones; pero cualesquiera sean la hip6tesis sobre
SU evoluci6n y Ia influencia de las condiciones del desarrollo ecO
n6mico politico y religioso sobre su funcionan1iento social, ella
constituye el nudo primario de Ia vida social. Gozan tanto el ma
trimonio como Ia familia de un reconocimiento constitucional ex
preso (arts. 14 nuevo y. 20, interpretado a potiori, de Ia Consti
tuci6n Nacional).
FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
2290
10) Que en el sub examil1e, tras seguir los pasos que estable
cen Ias normas de los derechos de fondo y de forma, se l1eg6 a
decretar el divorcio de los c6nyuges, esto es, la sanci6n judicial
que reconoce la inviabilidad del matrimonio. Na parece entonces
irrazonable la pretensi6n del recurrente de que, admitido el fracaso
matrimonial por la justicia, la satisfaccin de aquellas necesidades
mentadas, que la Constituci6n Nacional reconoce y ampara, na se
le nieguen hara cona na sea al margen de Ias instituciones jUrw
dicas de! natrimonio y de la familia. Caso contrario 105 vnculos
afectivos que en el futuro deseen anudar en tal sentido deberan
soportar la marca de aquel10 que la ley no reconoce, la que afec
tarfa tambien a su descendenda procreada en tales condiciones.
11) Que esta aseveraci6n es sostenible al margen de que otr05
hombres y en otras epocas hayan estatuido el ngirnen legal en cues
ti6n y que el mismo puede entonces haber sido un criterio legis
lativo decuado, mas alla de su caracter opinable.
No incumbe a esta Corte emitir juicios hist6ricos, ni declara
ciones con pretensi6n de perennidad. 5610 debe proveer justicia en
105 casos concretos que se someten a su conocimiento, 10 que exige
conjugar los principios normativos can los elementos facticos del
caso, cuyo consciente desconocimiento no se compadece con la 111i
si6n de administrar justicia (Fallos: 302: 1611). Carece de sentido,
para resolver la causa, preguntarse par Ias razones que animan de
bates seeulares que seria de una presunci6n imprudente pretender
zanjar
aqui.
12) Que es tanbi<,n atendible desde el punto de vista consti
tucional el argumento referente a que, en easo de mantenerse la
indisolubilidad del vinculo matrimonial, el derecho de casarse se
agotaria normalmente con un solo ejercicio. La posibilidad de se
gundas nupcias s610 existe en la legislaci6n actual en caso de viu.
dez, 10 que resulta inadmisible si se atiende a Ias conclusiones a
que se ha arribado, que permiten sostener que la indisolubi1idad de!
vineulo matrimonial en vida de 105 esposos afecta dereehos esen
ciales del ser hunano. Esto porque s610 a traves de una relaci6n
conyugal armoniosa pueden articularse Ias restantes relaciones de
2291
DE JVSTICI.I\ DE U. N.CJ6K
familia pOT ser como
es Ia uni6n de 10s c6nyuges el origen y Ia
base de aquella. Y
se tiene en cuenta
si
familia goza de protecci6n constitucional
tituci6n
Nacional), cabe
que como
se senal6,
Ia
(art. 14 nuevo, de Ia Cons.
concluir que as!
se conjugan
armoniosa
mente hechos propios de Ia esfera de Ia intimidad de Jas personas
(protegidos por el art. 19
de Ia Constituci6n
Nacional)
con
o!ros
que Ia trascienden y acaban por interesar 8 Ia so:iedad toda (obvio
objeto de protecci6n del orden normativo).
Grave agra\'io es par3.
Ia buena oranizaci6n de Ia sociedad obligarla a contener en su sen o
ce:Iulas
de
resentimiento y
fracaso,
sentimientos
mas de maIograr a los individuos que conforman
negati\'os
que
o.
el nucleo conyu
gal, se extienden como consecuencia inevitabIe a sus hijos. Se con
jugarian asi una desdicha individual con otra de innegable alcance
social.
13) Que lo sefialado, a mas de disvalioso, contraria el principio
de igualdad ante Ia ley establecido en el art. 16, de Ia Constituci6n
Naciona1.
Es de! espiritu de ella, y de las leyes dictadas en su ejercicio,
as! como sentimiento
general de Ia comunidad, Ia atenci6n y
cura
de los enfermos, Ia rehabilitaci6n de los discapacitados, Ia reinser
ci6n en el cuerpo social de quienes
minos, el brindar
han delinquido;
en otros
ciertos, Ia posibilidad de recomponer su existencia. Ofende
principio de
ter.
aun a quienes son victimas de sus propios desa
igualdad
que no
se
reconozca
a 105
a aqueI
divorciados
esa
posibilidad.
14)
Que Ia correcci6n de tal ofensa ai princlplO de igualdad en
modo alguno lleva a Ia equiparaci6n del concubinato con el mau'i
rnonio.
EI primero supone una uni6n caracterizada par una volun
tad de permanencia, pero realizada ai margen de ]a regulaci6n legal
del lnatrimonio. Lo que sf es dable afirmar, es que Ia recuperaci6n
de Ia aptitud nupcial pOT los divorciados no les dejara como unica
posibilidad, en caso de establecer una tal vinculaci6n afectiva con
posibilidad de permanencia, Ia de hacerlo por Ia via deJ concubi
nato.
Es decir,
que cesara
el sinsentido de que Ia ley en vez de
convertirse en el cauce regular de los impuIsos humanos, obIigue
2292
FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
a un grupo de personas a no poder desarrollarlos sihO al margen
de ella, caso que entra acabadamente en eI supuesto tipico de vio
laci6n del principio de igualdad tal como de larga data 10 carac
teriz6 esta Corte
299: 146,
15)
(confr. Fallos:
181;
302: 192, 457,
Que
en
relaci6n
182: 355; 234: 655; 249: 596; 254: 204;
entre otros).
al
segundo
considerando 4l:') J esta Corte ha
interrogante
planteado
en
el
afirmado que la misi6n mas deli
cada de la justicia es saberse mantener dentro del ambito de su
jurisdicci6n,
sin
menoscabar
las
funciones
que
incumben
otr05
pocteres, y ha reconocido el cumulo de facultades que constituyen
la competencia funcional del Congreso de la Naci6n,
investido
de
nocidos por
coordinaci6n
poder
la
de
reglamentar 105
Constituci6n
NacionaI
derechos
con
el
como 6rgano
garantias reco
objeto
de
lograr
entre eI interes privado y el interes publico
la
(causa:
R.401-XX, "Rol6n Zappa, Victor F:', del 30 de septiembre de 1986).
Pero esa afirmaci6n no puede interpretarse como que ta1es facu1ta
des puedan ejercerse desconociendo derechos constituciona1es, pues
en nuestro ordenamiento juridico la voluntad de1 constituyente pri
ma sobre la del 1egislador
(art. 31, de
la Constituci6n Nacional),
por 10 que atentas las facultades de control de constitucionalidad
de las leyes confiado por la Constituci6n Nacional al Poder Judicial,
corresponde
que
este
intervenga
cuando
ta1es
derechos
se
descor
n02can.
16)
Que
el conrol judicial de constitucionalidad no puede de
sentenderse de 1as transformaciones hist6ricas y socia1es. La reali
dad viviente de cada epoca perfecciona el espiritu de las institucio
nes de cada pais, 0 descubre nuevos aspectos no contemplados an
tes, sin que pueda oponerseIe el concepto medio de una epoca en
que la sociedad actuaba de distinta manera
(Fallos:
211: 162). Esta
reg1a de hermeneutica no implica destruir las bases de1 orden inter
no precstablecido, sino dcfender la Constituci6n Nacional en el plano
superior de su perdurabilidad y Ia de la Naci6n misma para cuyo
gobierno pacifico ha sido instituida
(fallo
citado), puesto
que
su
interpretaci6n autentica no puede olvidar 10s antecedentes que hi
cieron de ella una creaci6n viva, impregnada de realictad argentina,
a fin de que dentro de su elasticidad y generalidad siga siendo el
2293
DE JUSTICL\ DE LA N.'\CI6N
instrumento de la ordenaci6n politica y n101'al de
1I0s:
la
.Naci6n
(Fa
178:9).
Esta Co1'te que na rechaz6 el desconocin1iento
de los
de1'echos
electorales de la muje1', (n1antendria esa postura si todavia hoy el
legislador na los hubiera reconocido? Cuestiones que no hieren
la
sensibilidad de nna epoca pueden ofender profundamente a la de
las que siguen; los tormentos y azotes que proscribi6 la Constitli
ci6n de 1853 fueron detalladamente previstos en legislaciones ante
riores,
constituyeron
mente
no por
una
pnktica
judicial
uno sino por muchisimos
corriente
universal
siglos.
C.abe entonces admitir que esas transfo1'rnaciones en la sensi
bilidad y en la organizaci6n de la sociedad 'coloquen bajo la pro
tecci6n
de la Constituci6n
Nacional situaciones
que anteriormente
se interpret6 que nO requerian su amparo.
17)
lativa
Oue asi esta Corte adrniti6 reiteradamente la creaClOn legis
de
cuerpos
administrativos
con
facultades
(confr. la larga lista de casos contenida en Fallos:
jurisdiccionales
247: 646, consi
derando 11), pero seiial6 que ninglin objetivo poiitico, econ6mico o
social tenido en la vista por el Poder Legislativo, cualquiera sea sa
merito alcanzaria a justificar la transgresi6n de principios consti
tucionales
1-
18)
(Fallos:
247: 646, citado).
Oue es sin embargo en la esfera patrimonial donde encon
tramos el mas acabado ejemplo de c6mo una materia reconocida
como propia de la esfera del
legislador
se torn6 por la fuerza de
los hechos y de la falta de una adecuada transformaci6n legislativa
en objeto de decisi6n jurisdiccional de modo que esta Corte debi6
reconocer que
estaban
siendo afectados
derechos constitucionales.
Este caso es el de la admisi6n del ajuste por depreciaci6n moneta
ria. Esta Corte, en prolongado lapso, rechaz6 pretensiones de actua
lizaci6n de creditos, pues entendi6 que aun
cuando el valor de la
moneda se establece en funci6n de las condiciones generales de la
economia, la fijaci6n del. n1ismo estaba reservada al Estado
Nacio
nal por disposiciones constitucionales expresas y claras, por lo que
no cabria pronunciamiento judicial, ni decisi6n de otra
autoridad,
I:
2294
FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
ni eaDvencian de partieulares, que tendiere ala deternnaci6n - de
aquel
(FaHas:
225: 135; 226:261); agreg6 a eslos argumenlos alras
referenles al valar de la litiseanteslaei6n
(FaHas:
237: 865; 241: 73;
242:35; 262:281) y sasluva que en moda alguna eabria sabrepasar
en la condena el monla inicialmenle demandada
(FaHas:
224: 106;
241:22, 185; 242:264) aun en los easas de respansabilidad aquiliana
en los que, hasta aquel maxima se atenda a la depreciacion mone
aria (FaHas: 249: 320; 255: 317; 258: 94;
261: 426).
Sin embargo, posteriorU1ente, cambi6 su eritero, pues
enten
di que la cuestin habI'a alcanzado a afectar disposicianes de la
eODstitueian Nacional, que
le nponian atender el imperativo de
afianzar la jisticia (FaHas:
298:466; 300:655; 301:319),
que se ha
Haban afeeadas el derecho de propiedad (Fallos: 298:466; 300:655;
301: 759), la exigencia de una indennizaci6n justa en las expropia
cianes (FaHas: 268: 112; 300: 1059), el derecho a una reribuei6n jus
la
(FaHas:
301:319), ele.
19) Que un protagonista de esa transid6n, el juez de esta Corte,
Jose F. Bidau, cuya postura es de especial interes por euanto sus
eribi6 muchas de las sentenCas anterores al cambia de criterio
referido y posteriormente adhiri a su nl0dificaci6n, expuso razo
nes en Fallas:
268: 112 que
es
apartuna reiterar en es ta ocasin.
Dijo alli que la persistencia de la anteror doctrina, pese a la evi
dente transfarmadon de la realidad, se basaba en la esperanza de
que se detuviera el proceso inflacianario y de que el legislador con
templara su repercusi6n juridica. Agre,g a continuaei6n:
" ... vista
la persistencia de ese fenomene y los extremos que alcanza al pre
sente, no es posible mantener principios juridicos que se han con
vertida en fktidas". Que en consecuencia, no resulta admisible que
los jueees adviertan can claridad las transformaeiones operadas en
cuestiones
patrimoniales, y que puedan escapar a su percepeian
cuestiones como las ventiladas en esta causa direetanente relado
nadas can
la eDndidon y naturaleza hunana, el desarrollo de la
personalidad y la dignidad del ser humana.
20)
Que ada lo anledieha eanduee a que lo dispuesla en el
ar. 64, de la ley 2393, y adas aqueHas normas que resultan con-
2295
DE JVSTICIA DE LA KACr6N
cordantes con ese text legal en cuanto privan ;3. los divorciados
de la posibilidad de recuperar la aptitud nupcial deben ser decla.
rados inconstitucionales.
Por ello, habiendo dictan1inado el seiior Procurador Fiscal, se
hace lugar al recurso extraordinario y se deja sin efecto la sell
tencia apelada, de manera que el expediente debera volver a fin
de que por quien corresponda se dicte una nueva como consecuen
ela de 10 aqui declarado, restableciendo en consecuencia la aptitud
nupcial de las partes al quedar disuel to su vincul0 matrimoniaL
JOSE SEVERO CABALLERO (en disidencia)
AlJGUSTO CESAR BELLUSCI (en disidel1
cia) _ CARLOS S. FAYT (segun su 1'oto)
_ ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI (segun
mi
gUI1
',:-.
1'oto) - JORGE ANTONIO BACQUE (se
SU '\Jata).
VorD DEL SE:NR MINISTR nocrR DON ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
Considerando:
1') Que el pronunciamiento de la Camara Nacional de Apela
ciones en 10 Civil, Sala "e", confirmatorio del de primera instancia,
rechaz6 la impugnaci6n de inconstitucionalidad del art. 64 de la ley
de matrilnonio civil, que formularon los c6nyuges divorciados en el
expediente agregado por cuerda. Contra tal decisi6n dedujo el re
currente el recurso extraordinario de fs. 41 y siguientes, que, pre
via vista del Fiscal de Camara, fue concedido por el a quo a fs. 66.
2':') Que la recurrente persigue n1ediante la aCClOn instaurada
en autos la declaraci6n de inconstitucionalidad del citado ar1. 64,
de la ley 2393, y de sus concordantes, en la medida en que estos
establecen la indisolubilidad del vinculo mat.rin10nial que une a alTI
bos peticionarios solicitando, en consecuencia, el restablecin1iento
de su aptitud nupcial.
2296
FALLOS DE LA CORTE StIPR.I1MA
30::)
intervenci6n
estos
atos
de
Dofia
Zaks fs. 13, se d ' l tsld decidido 11 i11s,
tancia
01110
medida
l11ejol"
proveer
tv
dencia que su estado civiI podria tener evental decisi6n
fve l 611 del . Esa st6 se d ad.
10
solicitado actor PUl1to que se tenga di
selto ! vil1c!o matIimol1ial.
4?)
, mt, slld
destacaI' el
kt jllsti
l,' 105 terrninos de 105- 1't5 100, de 1& Constituci6n Nacional,
20::, de 27, que
posee caso sub
1l, que sido
negado r l r .
efecto, debe tenerse centa que 105 argun1entos fondo,
que tambien dado l quo rechazar
consisten que derecho de "casarse
contempla l r. 20 de
l 6 intentada,
conforme
las leyes"
que
l Constitci6n Nacional, se veria r.
cenado l disposici6n impugnada, segun expres6
crador General en l dictamen de Fallos:
decisiones recientes, las recaidas
sefior Pro
306: 928, qe
"Lorenzo,
en dos
Constantino
Estado Nacional", m. N 515., "Klein, Gillr Walter s/
m", '29., de fechas 12 de dr de 1985 29 de agos..
to
de
1986,
respeetivamentel esta Corte
l Poder Jdicial de la Naci6n, fd
puesto
de
relieve
que
l r Sprema de
Jsticia los tribnales nacionales r los arts. 94, 100 101 de .
Constittici6n
Naeional, se
define, de
aeuerdo
invariable inter
r,6 -qe l gs argentino l jrisprde11cia de
este
Tribunal reeibido de l doctrina constitueional de 105 Estados
Unidos-, l que se ejercita las causas de caraeter
tencioso las qe Se refiere l . 2, l 27. se afiadi6 qe tales
eausas son aquellas
Ias
minaci611 de 1 del'ecl1O
de Fallos:
Agreg6
caso
que se persigue concreto
dt
debatido entre ts adversas
(doctrina
156:318, consid. 5, . 321).
l Corte que, cOl1secuencia,
contencioso
que nit
ejercicio
se
del
da eausa
PodeI' Jdicial
ferido los t'l'ibnales 11acionales cando se pocra l declaraci6n
.general directa de 11stitlidd de las rs actos
de
DE JUSTICIA DE LA NACI6N
los otros poderes
(Fallos:
2297
243: 176 y 256: 104, cons. 5, p,lrr. 2). Y
precis6 el Tribunal que, desde sus inicios (Fallos:
1: 27 y 292), neg6
que estuviese en la 6rbita del Poder Judicial de la Naci6n la facul
tad de expedirse en forma general
sobre la constitucionalidad
las normas emitidas pOr los Poderes Legislativo y Ejecutivo
1I0s:
12: 372;
95: 51
de
(Fa
y 115: 163).
A la vez, el Tribunal aclar6 en los dos precedentes aludictos,
que los principios a que se refieren' n9
tienen por corolario
que
en el orden nacional no exista la acci6n declarativa de inconstitu.
cionalidad.
En las ocasiones sefialadas se enfrent6 la confusi6n, an
teriormente existente entre las peticiones abstractas y generales de
inconstitucionalidad, que 00 pueden revestir forma contenciosa por
la ausencia de interes inmediato del particular que efectua la soli
citud, y las acciones determinativas de derechos de base constitu
cional cuya titularidad alega quien demanda y que tienden a pre
venir 0 impdir las lesiones de tales derechos c,omo son la acci6n
de mera certeza y de amparo 0 el juicio sumario en materia cons
titucional, medios por los cuales el sistema de tutela jurisdiccional
de las garantias coostitucionales adoptado en los inicios del siste
ma judicial federal, adquiere el desarrollo adecuado al cumplimento
de su finalidad propia.
La acci6n intentada en .autos persigue concretamente que
declare la habilidad nupcia1 del demandante y .de su ex
se
c6nyuge
que se adhiere a la pretensi6n, 1a que es objetada por e1 ministerio
publico. En cuanto a .10 ultimo, conviene tener en cuenta que en
el caso "Collado, Marfa s/adopci6n", C.812-XIX, en
e1 cua1 recay6
pronunciamiento el 16 de setiembre de 1986, esta Corte dict6 pro
nunciarniento acerca de una cuesti6n solamente controvertida entre
e1 peticionario de 1a adopci6n y el ministerio pupi1ar.
En las condiciones del sub
lite, no existe obstacu10 para el
ejercicio de la jurisdicci6n conferida al Tribunal
por el art.
100
de la Constituci6n, y e1 14 de la ley 48.
Tampoco supone 6bice al tratamiento de 1a cuesti6n traida por
el apelante la jurisprudencia de1 Tribuna1, segl1n la cua1 e1 vo1un-
FAllOS OE LA CORTE SUPREMA
2298
tario
sometimiento
reserva
expresaJ
posterior eon
de
los interesados
detern1ina
la
un
reglmen juridico, sin
improcedencia
de
su
impugnacin
base constitucional.
En efecto,
la
doctrina de
la
renunciabilidad de
las
garantias
constitucionales, 5610 se refiere a las que amparan derechos de con.
tenido patrimonial,
atras
(Fallos:
13';;
279:283,
241: 162;
Es
ohtener
g.n
no a
aquellas
instituidas
en
derechos vinculados con el estatuto personal
que concuerda
eon antecedentes
resguardo
de la
de
Fallos:
149:
249:51, entre otros).
tambin
fundamento
del
fallo
apelado
que
"el
derecho
el divorcio vincular no se encuentra consagrado
texto
de
libertad
constitucional
ni
-mucho menos- puede
por nin
entendrselo
como uno de los derechos no enunciados a que alude el
art. 33,
de la Ley Fundamental".
Contra tales
consideraciones el apelante sostiene que, si bien
la disolubilidad dl matrimonio no estaria garantizada constitucio
nalmente, la indisolubilidad de aqul
lesion a el derecho a la vida
afectiva o familiar, aspecto que concierne al libre desenvolvimiento
de Ia personalidad humana. Al respecto, recuerda que los derechos
de la personalidad, eon arreglo a Io declarado en Fallos:
302: 2184,
gozan de reconocimiento y tutefa constitucional y que el recurrente
vincula al art. 33, de nuestra Carta Magna.
Por otra parte, alega ste a su favor la garantia de la igualdad
consagrada por el art. 16, de la Constitucin, atento el trato discri
minatorio que reciben las famiIias formadas irregularmente; 10 mis
mo que respecto del art. 14 bis de aqulla, en cuanto consagra el
amparo a la familia, sin
calificativo alguno.
debido proceso sustantivo, al
sostener
la
Por U1timo, invoca el
total
irrazonabilidad
de
la norma legaI cuya validez cuestiona.
Se advierte, pues, que el apelante no basa directamente su pre
tensin en el amparo del art. 20, de la Constitucin, sino que de
duce el derecho alegado de las normas y principios ya seiialados.
Mas esto significa
que la libertad de casarse de conformidad eon
las leyes que consagra el citado art. 20, adquiriria, al relacionarlo
I
!
DE JUSTICI.4. DE LA NACIN
2299
con las garantias que apoyan el reclamo aqui forn1ulado, el CODle.
nido que el a quo le niega.
Ante ello, resulta procedente la pauta hern1enutica reiterada.
mente aplicada por el Tribunal en el sentido de que la Constitu_
cin debe ser analizada como un conjunto armnico, dentro dOI
cual cada una de las disposiciones ha de ser interpretada de aCUer_
do con el contenido de las dems (Fallos: 302:1461, pg .. 1482). A
10 que cabe aadir 10 indicado il1 re "Fernandez Meijide, Pablo si
averiguacin por privacin ilegitima de la libertad", y M.376-XX,
"Municipalidad de Laprida cjUniversidad' de Buenos Aires - FacuI_
tad de Ingenieria y Medicina sjejecucin fiscal", d fechas 22 de
agosto de 1985 y 29 de abril de 1986, respectivamente, acerca de
que en la tarea de establecer la inteligencia de las normas federa.
les que le asigna el inc. 3 del art. 14, de la ley 48, la Corte no se
encuentra limitada por las argumentaciones del tribunal apelado y
li
1 '
de! recurrente, sino que le incumbe rea1izar "una declaratoria sobre
el punto disputado" (ar!. 16, de la ley citada), seg.n la interpreta_
cin que ella rectamente le otorga.
5) Que en muchas oportunidades esta Corte ha manifestado
que siempre debe tenerse presente que la declaracin de inconstitu_
cionalidad de una disposicin legal es un acto de suma gravedad
institucional, por 10 cual debe ser considerado como ratio final del
orden juridico (Fallos: 295: 850). Pero tambin tiene establecido qUe
los jueces pueden y deben interpretar y aplicar la Constitucin en
105 casos concretos sujetos a su decisin, facultad conferida por
el ar!. 100, de la Constitucin Nacional, que consagra como un de
ber y funcin del Poder Judicial el control de la constitucionalidad
de 105 actos normativos de los otros poderes del Estado.
Dada la gravedad de toda decisin sobre la inconstitucionalidad
de una disposicin legal, esta Cote ha sentado tambin la doctrina
de que es requisito que se encuentre cuestionado el reconocimiento
de algn erecho concreto, a cuya efeetividad obstaren las normas
cuya validez se impugna (Fallos: 256: 386; 264: 206, considerando 7?;
270: 74, entre otros). Dado que en el presente caso se discute el al
canee del derecho a easarse segTI las leyes que en conseeuencia
2300
FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
de la Constituci6n se dieten, se impone juzgar si resulta procedente
recurrir a la "ratio final" de la declaraci6n de inconstitucionaIidad
como soluci6n del problema planteado, 10 que obIiga al cuidadoso
analisis de todas las circunstancias en juego.
6?) Que, en consecuencia de 10 dicho hasta ahora, corresponde
encuadrar el analisis de la cuesti6n controvertida en el contexto de
la doctrina que esta Corte ha consagrado con relaci6n a los dere
chos y garantias constitucionales en sus recientes decisiones, par
ticularmente en los casos "Ponzetti de Balbin c/Editorial At\ntida,
S.A.", P.526-XIX Y "Bazterriea, Gustavo Mario s/tenencia de estu
pefacientes", B.85-XX. La doctrina sentada por esta Corte en los
casos aludidos, ha puesto de lnanifiesto que nuestra COnstituci6n
establece, en su primera parte, "10 que en el pronunciamiento de
la Corte Suprema de los EE.UU. emitido en el caso "Palko v/Con
necticut (302 U.S. 319-1937), el juez Cardozo denominaba esque
ma de ordenada Iibertad que esta conformado por los derechos
basieos de los individuos ... . Se constituye asi una trama de ubi
caci6n de los individuos en la sociedad en la que se entrelazan
derechos explicitos e implicitos y en la cual la libertad \ndividual
esta protegida de toda imposiei6n arbitraria o restrieci6n sin sen
tido, desde que el art. 28 de la Ley Fundamental, seglin ha estable
cido este Tribunal, impide al legislador "obrar capriehosamente de
modo
de destruir 10 mismo que ha querido amparar Y sostener
(Fallos: 117:432, pagina 436) ".
El caso exige entonces, pronunciarse sobre temas especialmente
deIicados que conciemen a la libertad de cultos y de conciencia,
a las normas constitucionales vinculadas al matrimonio y a la fa
milia, y a la compatibilidad del art. 64, de la ley 2393, con las exi
gencias mencionadas en el parrafo precedente. La gravedad de esta
decisi6n se acenttia ante el hecho de que se halla en examen la
eventual inconstitucionaIidad de un precepto legal que lleva cien afios
de vigencia, sin que, hasta ahora, el Tribunal se estimara habilado
a otorgarle tratamiento.
Lo que a su vez obliga a tener pn;sente, como se diee en uno
de los votos concurrentes, in re: Bazterriea, "que nuestro pais atra-
DE JVSTICIA DE U NACI6N
2301
viesa una coyuntura histrico.po1tica particular en .la cual, desde
las distintas instancias de produccin e interpretacin normativas,
se intenta reconstruir el orden jurdico COn el objeto de establecer
Y afianzar para el futuro en su totalidad las formas democrticas y
republicanas de convivencia de los argentinos, de modo que dicho
objetivo debe orientar la hermenutica Constitucional en todos los
campos".
7?) Que, consecuentemente, la Corte Suprema est obligada a
afianzar y desarrol1ar la misin que le incumbe en ]a concrecin
y eI desenvolvirniento de 10s derechos fundamentales garantizados
por la Constitucin.
Los representantes del pueblo de la Nacin Argentina, que san
cionaron 1a Constitucin como ley fundamental, crearon en eJ ar
ticuIo 94 una Corte Suprema, con el propsito de confiarIe la inter
pretacin del instrumento de gobierno que nacia.
1,
:
'i
f:r
t
En efecto, expresa Alberdi en el pargrafo XIX de Las Bases,
que "Ia idea de constituir la RepbIica Argentina no significa otra
CQsa que 1a idea de crear un gobierno generaI permanente, dividido
en los tres poderes elementales destinados hacer, interpretar y
aplicar la ley, taoto constitucional Como orgnica ... Tanto esas
leyes como la Constitucin sern SUsceptibles de dudas en su apIi
cacin. Un poder judiciario permanente y general ser indispensa.
ble para la Repblica Argentina".
Por lo tanto, la Corte Suprema se ha definido como intrprete
final de la Constitucin. EI ejercicio de esta funcin encuentra su
cabaI significa?o si se tiene en cuenta que aqulla na proclama
como principio nico la soberania popular (PrembuIo y art. 33),
sino que en la segunda parte del art. 19 y en el art. 29, consagra
el principio del estado de derecho, otorando primaca a la ley
como regla general y objetiva por sobre la vOluntad subjetiva de
los gobernantes.
Echeverra intent en el captulo X del Dogma Socialista una
conci1iacin entre ambos principios, eondicionada par las circuns
tancias de su poca y par las 1imitaciones de los instrumentos
2302
Fi\LLOS DE L!\ CORTE SLPREM'\
conceptuales disponibles. Dicha conciliaci6n, en lenguaje lna5 pre
ciso, podria traducirse en el sentido de que la autoridad u1tima de
canlcter positivo se halla, dentro de la c0111unidad politica en el
consenso racional del pueblo. Es decir, no en cualquier tipo de
coincidencia de voluntades, sino en el asentalniento elaborado con
arreglo a metodos objetivos de seria dicusi6n dentro de un marco
valorativo de contenidos no arbitrarios ni puramente subjetivos.
En el campo de la elecci6n de 105 medios mas adecuadOs para
lograr las finalidades del bien comun que persiguen 105 poderes de
po]icia tal como, con amplitud, los define la jurisprudencia del Tri
bunal, el proceso legislativo constituye, sin duda, la via apta para
llegar a decisiones al menos aceptables, en virtud de! compromisa,
o de la in1posici6n de la mayoria.
Pero cuando se t1'ata de precisar el contenido de los 'derechos
humanos fundanlenta1es, adquiere preeminencia el poder judicial a
euyos integrantes eorresponde desempeftar una de 1as funciones pri.
mordiales de la actividad juridica de un estado de derecho:. garan
tizar el respeto de 10s derechos fundanlenta1es de las pe1'sonas
frente a1 poder de1 estado, erigiendose asi en eonquista i1'reversible
de1 sistema delTIOeratico, en una de 1as fo1'mas lTIaS efieaces de res.
guardar la coexistencia socia1 pacifiea, asegurando el ampa1'o de 1as
valoraciones, creencias y standards etieos compartidos por eonjun.
tos de personas, aun minoritarios, en euya proteeci6n se interesa
la eomunidad para su conviveneia arm6niea.
Cabe advertir que la renuncia a di:cha funci6n por parte de este
Tribuna1, traeria aparejado el riesgo de que s610 aquellas valoracio
nes y creencias de 1as que partieipa la eoncepd6n media o la mayo.
1'ia de la sociedad encontraria resguardo, y, a1 mismo tiempo, de
terminaria el desconocimiento de otros no nlenos legitimos inte.
reses sostenidos por 10s restantes nliembros de la comunidad, cir
cunstancia esta que, sin lugar a dudas, constituiria una seria ame.
naza al sistema republicano demoenitico que la Naci6n ha adoptado
(art. 1 de la Constituci6n Nacional).
Precisumentc, la prinlera parte de nuestra Constituci6n se en
euentra ctestinada a proteger a los eiudadanos, individualmente y
-