CAPITULO 1
SUJETO Y EDUCACIN
Sujeto, diversidad y educacin
Las concepciones y las imgenes del sujeto que la sociedad y la cultura
han ido construyendo a lo largo de la historia son de tonos y colores variados, a veces ntidos y otras veces difusos. Las mismas han dependido de
factores filosficos, cientficos y culturales teidos del paradigma cientfico
vigente.
La idea de que todo ser humano tiene derecho a la educacin y a la realizacin a travs de sta, mediante la escolarizacin universal, motivo por el
cual se la dota de contenidos, constituye una de las cuestiones culturales y
una de las realizaciones ms relevantes para caracterizar las transformaciones ocurridas en el siglo veinte.
Estas ideas y realidades surgieron bajo la inspiracin de un ideal de educacin unlversalizada, y han servido a mltiples objetivos: mantenimiento de
un sistema de produccin, socializacin y control de los individuos, preservacin de valores, cambios en las familias y modificaciones en las escuelas.
Funciones que antes eran propias de la familia, por ejemplo la formacin
en valores sociales, la adquisicin de normas bsicas de convivencia social,
los pilares bsicos de la socializacin, pasaron a la escuela.
Las escuelas que conocemos (jardines maternales, jardines de infantes,
escuelas primarias, de educacin media, etc.), con su estructura y funcionamiento, sus prcticas internas, sus normas, sus rituales, etc., son un producto histrico-cultural.
Las escuelas propagan un modelo cultural; las prcticas, los contenidos,
los valores, las normas, etc., no son idnticos en India y en Argentina, se
ajustan a los modelos culturales vigentes. Los docentes son agentes culturales porque son tos encargados de transmitir los valores, pautas y contenidos de la cultura.
Los mviles fundamentales de las escuelas son: transmisin de la cultura, cuidado del desarrollo de la personalidad, socializacin en un marco de
valores y preparacin para futuras actividades productivas. La escuela tiene
como uno de los objetivos transmitir a las generaciones jvenes los contenidos y los valores de la cultura, con la finalidad de preservar, incrementar y
recrear los valores, los contenidos, las pautas culturales. La institucin escolar, como encargada de la preservacin de la cultura, tiene adems la finalidad de sustentar el desarrollo de la personalidad de los sujetos que asisten
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SUJETOS DE LA EDUCACIN. PSICOLOGA, CULTURA Y EDUCACIN
a la misma, orientada por los docentes, que son expertos en la educacin
de los nios y de los jvenes. La escuela tiene como objetivo socializar en
un marco de valores que forme a un ciudadano responsable en el contexto
de una sociedad democrtica. El ltimo mvil enunciado se refiere a la capacitacin para et desempeo de actividades productivas o laborales en el
marco de la estructura sociocultural de cada pas.
Estos cuatro mviles tundamentales estn subordinados a la universalizacin, la igualdad de todos como ideal democrtico.
Este siglo es conocido por los derechos del nio y el afianzamiento de la
idea de la infancia como etapa de evolucin humana. En el presente, sobre
todo desde la teora, se percibe al nio como sujeto.
Las concepciones acerca del nio
Las concepciones acerca del nio han sido muy diferentes segn las
caractersticas de la sociedad, la cultura y las diferentes etapas de la historia. El nio ha sido desvalorizado, marginado, reprimido, y hasta ha sido
considerado un ser extrao y demonaco dentro de un mundo que no le
conceda ningn papel y le negaba su existencia. Pero a su vez, su figura
ha sido idealizada, sacralizada y recordada con nostalgia por el adulto. La
memoria del adulto tiende a distorsionar y a confundir las percepciones del
pasado con las del presente: pudo haber pasado una niez muy conflictiva
y expresa que su niez fue plena de felicidad.
Francoise Dolto dice que la causa de los nios est mal defendida, porque se toma al nio como objeto de estudio y no como un sujeto en todo ei
sentido de la palabra, se rentabiliza el costo de los nios y los adultos le
proyectan su malestar.
El nio puede ser al mismo tiempo sujeto u objeto, puede ser protagonista o e! gran ausente; todo depende del momento histrico, del contexto cultural y del escenario en el que est incluido. El nio puede convivir en una
familia de clase alta en un barrio privado y concurrir a una escuela bilinge
elitista, puede convivir en una familia de clase baja, puede trabajar, jugar con
adultos o con un grupo de pares, etctera.
La niez como etapa del desarrollo de la personalidad es una invencin
relativamente reciente, que nace como producto de los cambios en el modelo de produccin, organizacin y divisin del trabajo, de los nuevos valores
y creencias, de los aportes de la psicologa como ciencia.
Una de las reivindicaciones bsicas a favor del nio ha sido la "Declaracin Universal de los Derechos del Nio", pero estas declaraciones bienintencionadas y la retrica de las palabras se contraponen con la desigualdad,
i* nnVM'073 P analfabetismo, te qunnra. la desidia, la corrupcin y el olvido.
SUJETO Y EDUCACIN
La niez en las diferentes edades histricas
La historia de la infancia puede ser explicada desde diferentes puntos de
vista y por la influencia de factores demogrficos, polticos, sociales, culturales, tecnolgicos y educativos.
En la Edad Media ei nio no existe, no se lo acepta, se espera que se
comporte como un adulto. Por esa razn la niez, en ese momento, es una
etapa muy breve; desde el destete o pocos aos despus, segn los casos,
el nio se incorpora al mundo adulto. Comparte con l juegos, conversaciones, valores, secretos, fiestas, rituales, tragedias, trabajo y otras actividades
sociales y culturales. Se viste a los nios igual que a los adultos, se los incluye en la familia amplia (modelo de familia patriarcal prototfpica de ia economa feudal agraria o artesanal formada por abuelos, padres, hermanos, primos, etc., y muy integrada en la comunidad, donde confluyen en el
mismo espacio la vida domstica y la actividad laboral).
El desinters de los padres por los hijos es de tal dimensin que no conocen el nmero de .stos que tienen ni su edad. Las tasas de natalidad y
de mortalidad infantil explican en parte la ausencia de! lazo afectivo de los
padres hacia los hijos que hoy aceptamos como normal. No existe la idea
de desarrollo del nio y una concepcin clara acerca de la educacin para
ser incorporado al mundo adulto. En este sentido, la lectura y la escritura no
tienen ningn valor social. La alfabetizacin est reservada a los hijos de la
nobleza, que son atendidos por preceptores, o, ms avanzada la Edad Media, asisten a escuelas monacales donde se forman los sacerdotes. La cultura se transmite por va oral.
En este contexto cultural, el nio est desprotegido y sobre l recaen los
castigos corporales, el abandono institucionalizado, la mutilacin para pedir
limosna; es decir el .desampara. Los relatos dicen que se los ataba o fajaba
bien apretados y durante mucho tiempo, basados en la creencia de que
podan convertirse en seres malignos y perversos. Los primeros intentos de
asistencia a la infancia abandonada provienen del mensaje cristiano de caridad y amor hacia los otros.
En la edad moderna, el perodo que va desde el Renacimiento hasta la
Ilustracin, aparece la tensin entre la conquista de la intimidad individual y
la emergente aunque apagada intervencin del Estado en ia regulacin
de ia niez. En el ambiente familiar, se comienza a detectar un sentimiento
hacia el nio, y se lo trata como una especie de criatura divina que hay que
civilizar. En la esfera pblica, nace la conciencia y el reconocimiento de un
grupo social especfico que hay que proteger e instruir. De est modo se
van estableciendo las. primeras lneas demarcatorias entre los adultos y los
infantes, y los primeros escenarios de la infancia; hospitales, orfanatos, escuelas.
SUJETLOS U EDUCjCjpN.JSICOj-OjlA.^ULTURA Y^EDUCACION
Las nuevas maneras de socializacin tienen que ver con la confluencia
e varios factores: el fin del rgimen feudal, el surgimiento de nuevos grupos
ocales y estructuras de poder, las estrategias de presin Ideolgico-religioa sobre las generaciones jvenes por parte de los pastores protestantes y
le los catlicos; el descenso de los ndices de natalidad y de mortalidad Inantil; la nueva concepcin del gobierno y det ejercicio de la autoridad por parte
le naciente Estado, que inicia la separacin, la distribucin y el control de
os diferentes grupos sociales en espacios diferenciados; la invencin de la
mprenta, que tanto contribuye a la difusin de la cultura, de forma discriminada segn los pases y estratos sociales, y a la aparicin de la escuela.
En este perodo la escuela no es como hoy, no tiene nada que ver con el
presente..Los nios de la nobleza reciben una enseanza amplia por parte
Je maestros y preceptores particulares que los preparan para acceder a la
universidad. Los hijos de estamentos medios reciben en escuelas de rdenes religiosas los contenidos y pautas de socializacin, mediante la competitividad, el mrito y el xito personal. En este espacio se forman los modernos funcionarios y se esbozan los fundamentos de la enseanza contempornea. Los. hijos de las clases populares son enviados a instituciones donde se les ensea la doctrina cristiana y aprenden oficios. Los1 nios sin familias son albergados en casas de expsitos, hospicios,, asilos. V1^
En la edad contempornea se produce la distincin y especializacin de
los espacios de la niez, y se plantean los principios y mecanismos de la
actual educacin y socializacin de la infancia. La concepcin moderna implica: el nio alumno escolar; el nio hijo que convive en una familia nuclear;
y el nio que juega con su grupo de pares con juegos y juguetes especficos
para la edad del desarrollo y tiene sus propias lecturas.
El nio deja de ser un adulto en miniatura y adquiere un estatus o categora propia como grupo social. Es necesario advertir que el acceso a los
nuevos mbitos de la infancia no se produce de forma lineal y sin tensiones,
y que es muy desparejo entre las diversas zonas y pases, atendiendo al grado
de desarrollo de las burguesas nacionales, el proceso de industrializacin y
urbanizacin y otros fenmenos relacionados con la integracin y la educacin social.
El nuevo modelo de organizacin capitalista, comandado por la burguesa como nuevo grupo social en ascenso, modifica las caractersticas de la
actividad laboral, la divisin del trabajo y la separacin del lugar de trabajo
del de residencia. As, la larga ornada laboral en la industria, la urbanizacin de las ciudades, la progresiva escolarizacin de los nios y el cambio
de la comunidad amplia por la familia nuclear, generan una clara diferenciacin de los escenarios pblico y privado, y tambin una serie de cambios en
el interior de cada uno de ellos. En este sentido el espritu de la Ilustracin,
la Revolucin Francesa y otras revoluciones burguesas, instalan el sistema
SUJETO Y EDUCACIN
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de libertades individuales y democrticas, configuran un nuevo modelo de
Estado-nacin e impulsan las primeras reformas escolares y los primeros
servicios estatales de proteccin a la infancia desvalida. Cabe destacar al
mismo tiempo los progresos cientficos (medicina, psicologa, sociologa, ciencias de la educacin).
Por otra parte cabe destacar que en este perodo se distancia la infancia
del mundo del trabajo, pero tambin en algunos pases el capitalismo salvaje utiliza a los nios como mano de obra barata para las industrias, el agro
y la minera.
La familia, sobre todo la de clase alta y medio-alta, adquiere un espacio
de intimidad y de privatizacin de varios hbitos y actividades cotidjanas, como
las sexuales, y expresa una preocupacin importante por ja educacin de
los hijos. Se expresa ternura y sentimientos afectivos hacia los nios, y tambin ms exigencias y ambiciones con respecto a su futuro; se combinan actitudes de tolerancia e indulgencia con otras de severidad e intransigencia.
La expectativa de las familias de clase alta y medio-alta es la reproduccin
del mismo estatus social; las de clase media y baja, una cierta movilidad ascendente. Otro concepto que evoluciona es el de propiedad y proteccin de
los hijos; si hasta ahora no se cuestionaba la autoridad absoluta y exclusiva
de los padres, ahora se comienza a admitir la responsabilidad compartida
entre la familia y el Estado en la educacin de los nios. De este modo la
infancia deja de ser una cuestin domstica y se convierte en una cuestin
de Estado que, progresivamente, se va incorporando en las constituciones,
en los programas y proyectos nacionales.
La escuela, en sus orgenes, adquiere diversas y variadas funciones complementarias: custodia; alfabetizacin, incorporacin de los modelos de conducta socialmente dominantes, promocin individual, etctera. El proceso de
escolarizacin en sus diversos niveles (inicial, educacin general bsica,
media y superior) depende de factores muy diversos: el sistema econmico,
el sistema poltico, el papel del Estado, los grupos de poder, las iniciativas
e los grupos sociales e institucionales, etc.
El panorama actual (j-1\)
SUJETOS DE LA EDUCACIN. PSICOLOGA. CULTURA Y EDUCACIN
SUJETO Y EDUCACIN
En este sentido, en esta poca y siguiendo el hilo de la historia, los escenarios infantiles se van ampliando y consolidando, lo cual hace suponer que
la lnea divisoria entre el mundo infantil y el mundo adulto es muy ntida, y
que el trnsito de-un mundo al otro tiende a prolongarse.
Pero, por otro lado, la televisin y el.mundo del ciberespacio son compartidos indiscriminadamente por nios y adultos, y por su intermedio comparten informaciones y comportamientos hasta hace poco inaccesibles para los
nios. El resultado es la uniformidad creciente de las costumbres, los hbitos, el lenguaje y los modelos de vida. As los nios, por imitacin o copia,
practican los mismos deportes que los adultos, visten como ellos, roban, asesinan, se alcoholizan o se drogan antes, y tambin se cansan y se aburren
antes. En definitiva, se convierten en adultos prematuros, y las fronteras entre
unos y otros se van desdibujando.
mo sucede con la presin familiar, inducida por una sociedad cada vez ms
consumista y competitiva.
Existen adems otros factores que contribuyen a ia organizacin del ocio
infantil, uno de los cuales es la necesidad de encontrar nuevos espacios, ya
que los espacios naturales de juego estn desapareciendo, al convertirse la
ciudad en un medio hostil para el juego del nio (las ciudades no contemplan
las necesidades de los nios, se disean de acuerdo con el mundo adulto).
El incremento del consumo de actividades escolares y extraescolares tiende a crear una infancia sobreocupada, con demasiados deberes y obligaciones y con poco tiempo realmente libre. Parece que el futuro de los nios se
construye pensando en una tica puritana y productivista del homo faberque
en la creatividad imaginativa y mediterrnea del homo ludicus. Por otro lado,
se teoriza sobre el aislamiento del nio y sobre su necesidad de establecer
lazos ms permanentes con una comunidad de personas de distintas edades para enriquecer su proceso de socializacin.
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Los espacios de la Infancia
Los nios de la cultura occidental desarrollan su actividad en tres escenarios: la escuela, la educacin no formal tiempo estructurado y dirigido,
con intencionalidad educativa explcita y asistencia regular, con actividades
extraescolares y el tiempo no estructurado ni dirigido que transcurre entre
la familia y el grupo de pares.
La sociedad tiende a la escolarzacin obligatoria desde el nivel inicial hasta
llegar al nivel medio o secundario, pero asimismo se observa que disminuye
la poblacin escolar, aumenta la marginacin escolar en las zonas suburbanas ms pobres^ y aparecen dificultades, como las olas de violencia e indisciplina escolar.
Las ofertas educativas fuera del mbito escolar (cursos de idiomas, de
informtica, deportes, artes, etc.) estn creciendo extraordinariamente. Estas ofertas que la escuela no ofrece generalmente con suficientes garantas,
son una manera de prolongar las actividades educativas en otros espacios y
en otros horarios, que quitan tiempo libre a los nios. De esta manera la
competitividad escolar y la disciplina se amplan a otros escenarios. Lo mis-
* En el ao 2003, en la Provincia de Buenos Aires, 74.000 alumnos de 6 a 15 aos abandonaron la educacin general bsica, segn un informe de la Direccin General de Cultura y
Educacin. Esto representa un 3.26 % del universo de 2.457.741. En contraste con la realidad
bonaerense, la desercin en el ciclo primarlo en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires es prcticamente inexistente. Segn datos de la Secretara de Educacin, abandona el 0,3% de la
poblacin escolar (unos 500 sobre un total de 145.000). Oe acuerdo con la misma fuente, la
poblacin en riesgo en la enseanza primaria es la de los alumnos que tienen dos o ms aos
por encima de la edad prevista para el grado que cursan.
La proteccin de la Infancia
Despus de la Primera Guerra Mundial se ha generado un importante
movimiento a favor de la infancia y para que Jas libertades de ia Revolucin
Francesa y otros derechos sociales y econmicos se plasmasen en un texto
especficamente dedicado a los nios. En ese largo recorrido hay que destacar la Declaracin de Ginebra sobre los Derechos del Nio de 1924, la Carta
de la Infancia de 1942, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos
de 1948 (algunos de los artculos se refieren al nio), la Declaracin de los
Derechos dei Nio de 1959 Asamblea General de las Naciones Unidas del
20 de noviembre de 1959, ia aprobacin de la Convencin sobre los Derechos del Nio de 1989 Asamblea General de las Naciones Unidas del
20 de noviembre de 1989, En la Repblica Argentina esta Convencin se
hizo norma mediante la ley nacional 23.849 del 27 de noviembre de 1990 y
se incorpor a la Constitucin Nacional a partir de la reforma de 1994.
Cabe destacar, para nuestro pas, la ley nacional 24.417 del 28 de diciembre de 1994, que se refiere a la proteccin contra la violencia familiar.
En la letra de la Convencin sobre los Derechos del Nio, hecha ley
nacional 23.849, de rango constitucional a partir de la reforma de nuestra
Carta Magna en 1994, en las obligaciones asumidas a travs del Estado por
parte de todos los ciudadanos de sostener los derechos de todo sujeto a constituirse como tal, estn las bases y el marco social para la construccin de
una sociedad ms justa para con nuestros nios. De no ser asumido y plasmado en la realidad, ser solamente la letra de una declaracin hipcrita de
amor, una crueldad ms.
"SUJETOS. 15E LA EDUCACIN. PSICOLOGA. CULTURA Y EDUCACIN
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Los derechos bsicos de la infancia pueden ser expresados sintticamente en:
E! derecho a disponer de su cuerpo, a descubrir y explorar sus posibilidades.
El derecho a hacer preguntas y a que stas sean respondidas con informaciones adecuadas.
El derecho a involucrarse en juegos con los iguales.
El derecho a ia educacin sexual dentro de la familia y de la escuela.
En la Argentina, como en otros pases, la proteccin de la infancia queda
garantizada en la Constitucin, leyes de proteccin de menores, decretos y
medidas que afectan a los derechos de la infancia en su conjunto, o bien,
ms especficamente, a los mbitos familiar, laboral, educativo, sanitario, de
la justicia y de los menores desamparados, adems de la regulacin de
aspectos tales como la tutela, la guarda o la adopcin.
La realidad, sin embargo, es bien diferente; porque el incumplimiento de
muchos de estos derechos es el reflejo de las desigualdades sociales, porque estn condicionados a la incorporacin de nuevos rdenes econmicos,
socioculturales y polticos, y porque nada obliga a los Estados miembros de
las Naciones Unidas a vigilar para hacerlos efectivos. Por otra parte, es muy
difcil que puedan respetarse mientras se mantengan las diferencias entre
los pases ricos y pobres, entre el norte y el sur. Y no se puede olvidar que
las zonas de pobreza y subdesarrollo tambin se pueden encontrar dentro
de los mismos pases desarrollados. La recesin econmica mundial y el
endeudamiento de los pases del sur, adems, agravan la situacin. Por otra
parte, la accin tenue y poco solidaria de los Estados con respecto a la infancia no puede ser compensada por la cooperacin solidaria de la sociedad, aunque ltimamente, a travs de organizaciones no gubernamentales,
se est construyendo una alternativa de intervencin slida y creativa, pese
a ser limitada y complementaria de otras iniciativas o decisiones econmicas y sociales de mayor envergadura.
Algunas cifras de la realidad infantil hablan por s solas: el creciente porcentaje de poblacin mundial de menos de quince aos durante el perodo
1994-2004, se concentr principalmente en los pases en proceso de desarrollo de frica, Amrica Latina y el Caribe; la desnutricin afecta a ciento
cincuenta millones de nios menores de cinco aos; las guerras de los ltimos aos han ocasionado la muerte de dos millones de nios, mientras cuatro
millones sufren discapacidades y otros tantos han quedado sin hogar; cincuenta mil nios mueren cada da en el mundo; los gastos por alumno son
muchsimo ms altos en los pases desarrollados que en los subdesarrolla-'.
dos; cerca de cien millones de nios en edad escolar nunca han pisado la
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escuela; y de los quinientos millones que inician los estudios, cuatrocientos
millones no terminarn la educacin general bsica.
Desde el punto de vista sanitario, ms de diez millones de recin nacidos fl
tendrn el virus de! sida al 2010. Existen ms de doscientos millones de
nios que trabajan en los pases pobres, a menudo desarrollando trabajos _
peligrosos, agotadores, humillantes, como la prostitucin infantil o la activi- *
dad blica.
Los problemas de la infancia en los pases en vas de desarrollo vienen ^
de lejos, aunque tambin los hay ms recientes, como el trfico y desaparicin d menores, la drogadiccin o el aumento de nios abandonados o
chicos de la calle. Algunas de las situaciones enumeradas estn presentes
en las sociedades occidentales, sobre todo en las grandes concentraciones
urbanas donde crecen las desigualdades y emergen nuevos bolsones de
pobreza. Es necesario sealar el fenmeno de la violencia infantil y juvenil,
que cada vez ms llega a las escuelas, relacionado con la marginacin, e
desarraigo, la desocupacin, ei miedo a las diferencias ,a partir del cual se
origina el racismo y la xenofobia, la adiccin a las drogas o el alcohol y
una notoria incertidumbre ante el futuro.
.
Esta situacin se desarrolla tanto en las clases sociales ms desfavorecidas como progresivamente afecta a las clases medias que se van empobreciendo o no alcanzan sus expectativas de movilidad social ascendente,
debido a las crisis econmicas o poltico-sociales.
Los nios son, en concreto, las principales vctimas de una epidemia de
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abusos y de violencia tanto por parte de la sociedad como de la propia fami- fg
lia. En otras palabras, la infancia es uno de los colectivos ms vulnerables
de la sociedad, es a la vez un perodo feliz o totalmente doloroso, una realidad visible o invisible, una imagen mitificada o marginada, un grupo social
valorizado o totalmente desvalorizado.
Ser alumno en el siglo XXI
En este siglo ha cambiado la situacin con respecto al siglo pasado. El
alumno, hoy, es un ser preocupado por la aplicacin futura de lo que aprende, es como que se hubiera terminado la moratoria de la infancia. Los alumnos quieren tener un lugar, en ei futuro, en la cadena de produccin, con un
serio temor a quedar sin empleo.
Las familias, y por lo tanto los nios, no tienen claramente definidos sus
objetivos, ni tienen las ilusiones que tenan las generaciones anteriores, de
lograr cosas extraordinarias.
Asimismo, ha cambiado la visin del maestro. En algunas escuelas privadas, el maestro es un empleado, mientras que en las escuelas estatales
^
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4M
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SUJETOS DE LA EDUCACIN. PSICOLOGA, CULTURA Y EDUCACIN
(sobre todo en. las ms. pobres) es un compaero de pobreza. En ambas
situaciones existen dificultades para realizar una autntica transferencia del
saber.
Los nios tienen.muchos intereses intelectuales que no manifiestan en
la escuela, porque estn desplazados a la televisin o a Internet. Los nios
reciben una gran cantidad de informacin, pero no la pueden elaborar y organizar. Lije docentes deberan poder ayudarlos a hacerlo.
Los alumnos en su mayora tienen sfntomas de agotamiento, cefaleas,
gastritis, etc., que estn vinculados con el estrs. En el caso de las escuelas
privadas no se sabe qu considerar y qu ensear para no quedar fuera del
mercado; en las estatales, por lo contraro, se incrementa la desesperanza.
Las escuelas estatales son una suerte de lugar de contencin para alimentarse y olvidarse de los conflictos. Las familias, y por lo tanto los nios, no
tienen esperanza de que la escuela pueda hacer algo con la escolarizacin.
Por lo tanto aparecen cuadros de apata, violencia, desesperanza.
Las escuelas estatales tienen un compromiso autntico por sostener a los
alumnos dentro de la escuela y del sistema escolar, tratando de contener y
no expulsar porque se sabe que si el educando sale de! sistema escolar, no
hay otra institucin soclali^^sahaga cargo de l. En cambio, algunas escuelas privadas se permit^ expulsar alumnos, o retenerlos, porque no pueden desprenderse de todps;4prrjan el criterio de seleccionar y discriminar de
acuerdo con su ideologf^|ffeS
Los alumnos siguen yendo a la escuela porque es la nica garanta de
que no sean expulsados de la cadena productiva, pero no de que van a vivir
mejor que las generaciones actuales. l mensaje que transmiten los adultos
es desesperanzado, es un mensaje laboral, es un mensaje escptico; no es
"estudia para poder hacer muchas cosas cuando seas grande", porque en
muchos casos viene de aquellos que pudieron estudiar, y cuyas expectativas no fueron cumplidas por el sistema. Y tambin en el caso de los pobres
que saben que, aunque puedan estudiar, las diferencias son grandes.
Los maestros son mucho ms annimos que lo que eran en el pasado.
No aparecen como la fuente del saber, ni estn investidos de autoridad por
los padres. Los padres tienen, con respecto a los docentes, una posicin de
disputa por la educacin; no en el sentido de rivalidad o celos, sino que no
confan sus hijos al sistema escolar. Parece ser que est agotada la propuesta
de un Estado que "se hace cargo"; el maestro es como un delegado del sistema, y los padres no confan en l. Los maestros dicen una cosa y los padres pueden o no creerles; son representantes de la doxa (opinin) y no del
conocimiento. Esta situacin vara muchsimo y a veces se generan situaciones muy complejas en la relacin del nio con la Institucin.
Asimismo, los nios ven a ios padres trabajar sin perspectivas; el trabajo
es una especie de condena y no est dirigido por expectativas de progreso;
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esto se transmite a los nios. La obligacin no tiene para ellos la parte de
satisfaccin moral que tenia para nuestros padres, porque no es transmitida
as en la actualidad. No se puede hacer responsable exclusiva de este compromiso a la familia, con padres y madres agotados por la situacin y que
en muchos casos hacen todo lo posible; en muchos otros, no tienen ni cmo
pensar el problema. Pero de todos modos, los nios necesitan de adultos
"significativos", adultos que logren, de alguna manera, sostener ciertas cuestiones que la sociedad o la familia no consideran. Los docentes deberan
ocupar el lugar de "significativo" para el desarrollo de la subjetividad en el
mundo contemporneo.
.
Es necesario restituir la funcin del maestro como el que procesa y ayuda a pensar, y no el que transmite informacin. Ms all de que hay informacin bsica que el maestro tiene que manejar, la funcin es ser un experto
que ayuda a organizar y procesar dicha informacin.
La funcin docente es ensear y rescatar subjetividades. En general los
educadores hacen todo lo humanamente posible por no malograras e intentan contrarrestar los daos que a veces padecen los nios. Tienen realmente un deseo de reparacin de experiencias propias y de historia* vividas. A
pesar de! esfuerzo que se realiza, a veces no se logra rescatarlas. Esto significa que, en algunos casos, no se perciben las tendencias con las cuales
algunos sectores de la infancia se aproximan al conocimiento; entonces las
formas de transmisin producen un rechazo y un malentendido cada vez
mayores.
Los educadores no pueden estar ni con el psicologismo de los aos sesenta ni con el eficientismo que se propone en el 2005. Hay que encontrar
una manera de producir mejores condiciones para pensar en la inteligencia.
Esto significa tener en cuenta los intereses reales de los nios para generar
y lograr que no los Incluya la mediocridad y, sobre todo, la sensacin de
imposibilidad. La posibilidad de recuperar la subjetividad fundamentalmente
est en la capacidad de generar modos de superar los obstculos hacia el
futuro.
En la Argentina del presente, hay una prdida del.espacio de construccin de subjetividad que es la infancia, una prdida de la proteccin para
con la infancia. Se ha producido una distancia enorme entre distintos sectores sociales, y hay algo que los atraviesa a todos: la imposibilidad de
pensar, en un pas subdesarrollado. La categora "nio" corre el riesgo de
perderse como perspectiva subjetiva. En el caso de los ms desfavorecidos
como en la era de la Revolucin Industrial, implica salir a trabajar a los siete
aos; en el caso de los de mayores recursos, se manifiesta la preocupacin precoz por la subsistencia y no por la perspectiva de futuro como realizacin y logro personal. En otras pocas se le deca al nio que estudiara, que hiciera cosas que le gustaran, que se formara, y que algn da iba
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a trabajaren eso; hoy, se le dice que tiene que hacerlo porque si no va a
morirse de hambre.
El nio y el joven son percibidos como consumidores, la publicidad est
destinada a ios nios y a tos adolescentes porque son los sectores que ms
consumen en la sociedad. Estos grupos son destinatarios para el consumo
porque se los toma como objetos, y agentes de venta: por ejemplo, los temas comerciales que incentivan el consumo de ropa, bebidas, golosinas, etc.
La escuela tiene un papel protagnico en la produccin de pensamiento
y tiene que ser agente de produccin de subjetividad y de inteligencia, de
sujetos sociales capaces de desarrollar reiaciones con los semejantes y de
conservar proyectos propios. El problema es que nuestra sociedad padece
una gran desarticulacin, de manera que hay que reconstruir elementos
bsicos: el respeto como persona, la valoracin de IQS derechos humanos,
la no discriminacin, y la esperanza hacia el futuro.
La esperanza es una disposicin propia del espritu humano que se dirige activamente hacia el futuro en espera de algo bueno. Sin esta visin de
una felicidad futura, la vida humana no tendra estimulo y perecera de hecho o virtualmente. Por eso la esperanza es una de las=condiciones de la
posibilidad de la vida. De acuerdo con esto, la fundn *del.;jTiaestro es abrir
a los alumnos la perspectiva de felicidad con cada tarea que-se les asigne,
para que en todo momento capten que lo que hacen los conducir a una meta
jubilosa. En un momento de escepticismo y confusin que vive la humanidad, se hace absolutamente indispensable que la educacin abra el camino
hacia un -destino ms venturoso. La esperanza desarrolla en el alumno la
valorizacin del esfuerzo para alcanzar la felicidad del logro. Y en tal sentido
lo va conduciendo de las visiones ms superficiales y simples de esa felicidad, a los horizontes ms amplios y profundos. La confianza esperanzada
en el resultado feliz de sus trabajos, consigue movilizar a los alumnos hacia
el cumplimiento de los distintos fines de la educacin. Ese resultado placentero de la actividad de la escuela es lo que ir despertando la confianza del
educando y provocando su adhesin a ella.
Un texto snscrito llega a decir: "Es l (el maestro) quien le engendra (al
nio) desde el punto de vista de la instruccin. Este es el mejor nacimiento.
El padre y la madre no hacen nacer sino su cuerpo". El pedagogo Juan Amos
Gmenlo defendi la universalidad de la educacin en esta lcida reflexin:
"Hay hombres que dirn: qu ocurrira cuando todos los hombres lleguen a
ser sabios?... cualquier hombre ensear otro en cualquier momento, o
juzgar sobre las religiones y los sistemas de gobierno? He aqu lo que les
responder: los fundamentos de un Estado o de una religin cuya seguridad
descanse en la ignorancia o la servidumbre de sus subditos o de sus adeptos son necesariamente frgiles".
Todas estas voces, y muchas ms, se hari hecho or'a lo largo de la his-
SUJETO Y EDUCACIN
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toria para sealar la importancia que la educacin tiene para el Individuo y la
comunidad. Este profundo anhelo educativo se transform en un derecho del
hombre cuando la Declaracin-Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948 por las Naciones Unidas, lo reconoci como tal. El artculo 26
dice con toda claridad: "Toda persona tiene derecho a la educacin". Este
principio generoso nos muestra claramente que el imperativo moral de educar se ha arraigado en la conciencia de la humanidad.
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