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La Decadencia Del Imperio Estados Unidos en Un Mundo Caotico Immanuel Wallerstein

Imperialismo

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Marcela Román
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Monte Avila

EDITORES INDEPENDIENTES
l~~I
Editores latlnoamelirana CA
ERA, MtXICO / LOM, ClllLE I TIULCU, UltUOUAY
TXAI AMRTA. rAIS VASCQ.J!SrA~A

LA DECADENCIA DEL IMPERIO


ESTADOS UNIDOS EN UN MUNDO CATICO

Immanuel Wallerstein

TRADUCCIN DE ANTONIO SABORIT

,,;
1

menidibre
Ttulo original: PREFACIO
Th~ Ddclin~ ofAmerican Power , 2003, The New Press; Nueva York/Londres
Edicin en espaol:
2005 Editores Independientes:Trilce (Uruguay), Lom (Chile), Era (Mxico),
Txalaparta (Pas Vasco)

Immanuel Wailerstein, socilogo estadounidense nacido en 1930, funda-


dor y creador de la importante perspectiva crtica del anlisis del siste-
ma-mundo, se ha ido convirtiendo, en los ltimos lustros en uno de los
intelectuales ms relevantes del planeta.
Al mismo tiempo que sus principales obras se traducen y difunden en
todos los pases del orbe, sus hiptesis y explicaciones tanto de la historia
completa del mundo capitalista durante los ltimos cinco siglos, como de
la situacin mundial ms actual, se vuelven tambin un punto de refe-
rencia obligado dentro de lo's grandes debates polticos e intelectuales
contemporneos.
Por eso no es extrao encontrar a Inunanuel Wallerstein entre los Con-
1 edicin en Monte vila Editores Latinoamericana, 2007 ferencistas Magistrales del Tercer Foro Social Mundial realizado en Porto
Alegre, al mismo tiempo que vemos traducirse y publicarse en espaol,
MONTE VILA EDITORES LATINOAMERICANA C.A., 2007 japons, rabe, alemn, euskera, cataln, dans, chino, malayo, coreano,
Apartado Postal 70712, Caracas, Venezuela italiano, griego, francs, turco, portugus, hngaro, eslovaco, polaco e
Telefax: (58-212) 263.8508 ingls, entre otras lenguas, sus anlisis inmediatos sobre la tragedia del 11
www.monteavila.gob.ve de septiembre de 2001, o sobre las injustas e irracionales invasiones de
Estados Unidos a Afganistn e Iraq, pero tambin sobre la insurreccin
Edicin a cargo de Domingo Fuentes indgena en Bolivia, sobre la poltica de Lula en Brasil, o sobre la hege-
mona moral del neozapatismo mexicano y los puntos de convergencia
Diseo de la coleccin entre Gandl, Mandela y el subcomandante Marcos, entre diversos temas
ABV Taller de Diseo, Waleska Belisario de la ms viva y vigente actualidad.
Y al tiempo que incide directamente en estos fundamentales debates
Hecho el Depsito de Ley polticos e intelectuales, Wallerstein ha escrito toda una serie de obras y
Depsito Legal N lf50020073204889 ensayos que son cotidianamente ledos, discutidos y referidos lo mismo
ISBN 978-980-01-1559-6 entre socilogos, economistas o historiadores, que entre filsofos, episte-.
mlogos de la ciencia, dentistas polticos o especialistas de las relaciones

VII
internacionales, dentro de un abanico qu abarca prcticamente todas las
ciencias sociales contemporneas. do una obra mltiple que, justamente, es posible agrupar en torno de
estos cuatro ejes principales, que son los que constituyen sus espacios de
A qu se debe esta excepcional amplitud y vasta difusin de los impac- intervencin intelectual fundamentales: en primer lugar, el anlisis crti-
tos de la obra Yde los puntos de vista de Immanuel Wallerstein? En nues- co de la historia global del capitalismo y de la modernidad actual, desde
.tra opinin, al hecho de que esta perspectiva del anlisis del sistema- el largo siglo XVI hasta hoy; en segunda instancia, el examen tambin
mundo es una perspectiva globalizante -como lo es tambin, por a contrapelo de los principales procesos del largo siglo XX, que corre
ejemplo, la perspectiva de Marx-, lo que le ha permitido abordar una desde aproximadamente 1870 hasta nuestros das; en tercer lugar, el
singular amplitud de problemas y de temas fundamentales desde un esfuerzo de construccin de un diagnstico distanciado y crtico de los
punto de vista que es, adems, el punto de vista de la totalidad. Y tambin, sucesos inmediatamente vividos, desde la revolucin cultural mundial de
a que se trata de una visin fundamentalmente crtica que, al desconfiar 1968 hasta la catastrfica invasin estadounidense a Iraq, y que Imma-
de muchos de los lugares comunes aceptados por la inmensa mayora de nuel Wallerstein ha ido acompaando con sus explicaciones a lo largo de
las ciencias sociales hoy dominantes, nos invita a impensar nuestros ms de siete lustros; y por ltimo, el estudio tambin diverso de la estruc-
teoremas y explicaciones ms arraigados y elementales, revisando los tura todava vigente de la organizacin del sistema del saber y del cono-
supuestos no explicitados de muchas de nuestras categoras ms habitua- cimiento humano, del actual episteme dominante dentro de las ciencias
les, y ensayando la posibilidad de construir nuevos conceptos y explica- soci~les y dentro de los saberes hoy instituidos.
ciones, nuevas hiptesis y, en general, nuevas herramientas intelectuales
Estos cuatro campos o zonas en que se despliega el trabajo de Imma-
para pensar Yco.~prender de una manera nueva y diferente el complejo
mundo en que VIVImos. nuel Wallerstein, que atraviesan de manera oblicua o transversal nuestras
ciencias sociales contemporneas, constituyen los espacios de sus contri-
Esta perspectiva totalizante de la histot:ia y de la situacin actual del buciones tericas e interpretativas ms importantes, las cuales no slo
mo~erno capitalismo ~aturalmente se ha edificado a partir de la recupe- nos dan la clave de la originalidad particular del enfoque del anlisis del
racin de una parte importante de las mejores tradiciones del pensa- sistema-mundo, sino que tambin nos permiten entender, en parte, el
miento social crtico de los ltimos ciento cincuenta aos, y en primer amplio impacto intelectual y la vasta difusi~ planetaria que ha tenido
lugar, del excepcionalmente rico y todava vigente aporte de la obra de dicha perspectiva terica. .
Karl Marx, junto a las profundas lecciones de los trabajos de Fernand
Y son estas contribuciones esenciales las que nos revela el sentido
Braudel. Pero tambin, y de una manera central, a partir de, por ejemplo,
g~neral del conjunto de los ensayos reunidos en este libro que, desde dis-
algun~s de los de,sarrollos ms recientes de las ciencias naturales, y en
tintos ngulos, extraen precisamente las conclusiones principales de esa
especial de la teona del caos de Ilya Prigogine. Recuperacin crtica y acti-
va de estas herencias fundamentales que va a dar como resultado el desa- mltiple perspectiva del anlisis del sistema-mundo. Conclusio.nes
esenciales que, en el fondo, constituyen precisamente una clara aplica-
rrollo del enfoque bautizado como el anlisis de los sistemas-mundo
enfoque que, entre otras cosas, va a caracterizarse por el esfuerzo de dar: cin de esa misma perspectiva para el estudio y la explicacin tanto de
nos una mirad~ densa, profund~, global y de vastos alcances temporales
1
los principales sucesos mundiales, como de las posibles t~ndencias gen:-
rales ms relevantes que se han manifestado y hecho evidentes a part1r
ac~rca de los pnnci.pales acontecimientos, fenmenos y procesos de la his-
de esa difcil coyuntura histrica abierta con la tragedia del 11 de sep-
tona de la moderrudad y del capitalismo de los ltimos quinientos aos.
tiembre de 2001.
.As, proyect~ndo sus investigaciones sobre cuatro campos esenciales y
drrectamente mterconectados, que cruzan adems de manera transversal Cua~do Immanuel Wallerstein caracteriza a Estados Unidos como una
a todo el conjunto de las ciencias sociales actuales, Wallerstein ha gesta-
potenci~ capitalista hegemnica en. p~oceso de decadencia y de declina-
cin, lo. que hace es proyectar hacia el examen de la situacin actual los
VIlI
IX
\
\

detenidos anlisis que, desde h~ce ms de tres dcdas, ha venido desa- sis pertinente no puede ser ot..-a que la unidad del sistema-mundo capita-
rrollando en torno al problema de la histofia y'de las tendencias genera: lista considerado como un todo y, en consecuencia, es una unidad que
les fundamentales del capitalismo moderno. As, son las lecciones de la desde su propio origen y hasta la actualidad ha posedo siempre una esca-
histo~ia anterior de la vida de este capitalismo las que nos muestran los la semiplanetaria o planetaria.. Lo que implica entonces que es incorrec-
sucesivos momentos de despegue, de auge y luego las concomitantes eta- to tratar de observar y de explicar los distintos fenmenos sociales pro-
pas de deca~encia de Holanda durante lossiglos XVII y XVIII, y de Ingla- ducidos por este capitalismo de los ltimos ,quinientos aos slo desde
terra en los siglos XIX y XX, lecciones que le sirven de apoyo a Wallerstein una limitada ptica local o regio~al, pero incluso tambin puramente
para poder, primero, diagnosticar y luego, incluso, pronosticar crticamen- nacional o hasta continental.
te la a~tual fase de desarrollo del pod.~! hegemnico estadounidense, que Pues segn nuestro autor, existe realmente y desde el mismo largo siglo
a partir de toda una serie de rasgos'reiterados e igualmente presentes e~ XVI una fuerte y vigorosa dinmica global del sistema-mundo capitalista,
los momentos del declive holands e ingls, nos permiten caracterizarla que no slo sobredetermina de modo esencial e ineludible a todos los
como la etapa de la clara decadencia hegemnica del poder imperial de pases, naciones, colonias, Zonas o regiones que dicho sistema
los Estados Unidos.
abarca, sino que tambin se hace presente a lo largo de los ltimos cinco
~studio y anlisis comparativo de los tres ciclos hegemnicos de l his- siglos como una de las piezas esenciales de la explicacin de las principa-
tona del moderno capitalismo, que a la vez que fundamentan esta carac- les tendencias y vicisitudes de la historia concreta y particular del capita-
terizacin .de la deca~~ncia hegemnica estadounidense, se apoyan en; el lismo moderno hoy todava, vigente.
examen e 10terpretac10n globales de lo que ha sido la entera curva del ti- Lo que no slo implica introducir esta dimensin internacional en
~erario completo del sistema-mundo capitalista de los ltimos cinco nuestros antiguos y rutinarios anlisis, pensados y cortados a la escala de
siglos transcurridos.
la sociedad y del Estado nacionales, para poder completarlos con dic:ho
A_I e~tudiar dicha curva general de la vida completa de la modernidad factor externo o supranacional, sino que ms bien conlleva asumir de
capitalista, Immanuel Wallerstein va a poner nfasis en algunas ideas cen- manera radical un cambio total de nuestras perspectivas de anlisis habi-
trales Yoriginales, que no slo le han abierto la puerta al descubrimiento tuales, que sustituya a ese omnipresente y muchas veces inconsciente
de esa tendencia global de los sucesivos ciclos hegemnicos de la historia marco nacional de nuestras investigaciones cotidianas, por un nuevo
de.l c~pitalismo, sino que tambin le han brindado algunas de las claves enfoque ahora centrado en dicha dinmica global del entero sistema-
pnncipales para la explicacin crtica de los distintos temas que se abor- mundo en su conjunto.
dan en est~ colecein de ensayos que aqu se presentan. Ideas que son Y cmo si no, explicar la aparentemente extraa coincidencia tempo-
parte del nucleo de propuestas especficas del anlisis del sistema-mundo ral de mltiples fenmenos, sucesos y procesos esenciales que hasta el da
Y sobre las cuales vale la pena detenerse con ms detalle. ' de hoy slo han sido vistos y explicados por causas y factores limitada y
Por ejemplo, la idea de lo que Immanuel Wallerstein ha llamado la estrictamente nacionales, o a veces hasta puramente locales o regionales?
verdadera unidad de anlisis pertinente para el estudio de absoluta- Tendramos que ser capaces de dar alguna explicacin fundada y coheren-
mente todo el conjunto de temas y problemas que los cientficos sociales te del hecho, a primera vista sorprendente, de que entre 1966 y 1969, en
abordan cuando se refieren a cualesquiera de los hechos, fenmenos 0 prcticamente todo el planeta, se han gestado y desarrollado mltiples
procesos acontecidos en la historia humana durante los ltimos cinco rebeliones y movimientos estudiantiles y populares, movimientos que
siglos. Es decir, cuando hacen alusin a cualquier manifestacin humana defendan causas muy similares, repitiendo a veces hasta las mismas con-
o so~i~l que se ~laya. des.plegado durante la vida del moderno capitalismo signas, y atacando por lo general a los mismos enemigos. Rebeliones socia-
del ultimo medio m1lemo. Porque segn Wallerstein, esa unidad de anli- les profundas que eran protagonizadas en todas partes por los mismos

X XI

- M!*F
adores sociales, y que tambin, con una regularidad casi idntica, desem- por tres niveles o reas diferentes. Estas tres zonas o espacios diversos
bocaron siempre en fallidas revoluciones polticas, que fueron igualmente seran: en primer lugar, la zona central o corazn del sistema-mundo,
reprimidas, desatando, sinembargo, con su saludable irrupcin mltiples y seguida de una pequea semiperiferia o zona intermedia de pases y
tambin reiteradas revoluciones culturales, que en cambio, resultaron por reas que rodean a ese centro y, finalmente, la de una vasta periferia del
lo general exitosas en sus respectivos pases y espacios nacionales. mismo sistema, que es explotada y dominada todo el tiempo por dicho
La simultaneidad evidente de estas revoluciones culturales de 1968 se centro hegemnico de este conjunto social.
hace presente tambin en otros momentos anteriores de la historia mun- Tres espacios diferenciados del sistema-mundo capitalista que, a lo
dial del capitalismo, provocando, por ejemplo, que hacia los aos inme- largo de la vida de la modernidad, han mantenido y reproducido siempre
diatamente anteriores o posteriores a la Segunda Guerra Mundial, flo- esa situacin y relacin de asimetra y desigualdad. Injusta e inequitativa,
rezcan por doquier distintos regmenes de tipo populista, acompaados esta relacin no slo explica el hecho de que la riqueza y el poder de los
c~s~ siempre por fuertes movimientos sociales, nacionalistas o antimpe- sucesivos centros del sistema han derivado y derivan siempre de la explo-
nabstas, que van a proliferar en Amrica Latina, Asia y frica, es decir, tacin y del dominio de la semiperiferia y, sobre todo, de la muy vasta
en todo el entonces llamado mundo subdesarrollado. Simultaneidad periferia capitalista, sino que tambin hace posible comprender por qu
igualmente planetaria del populismo, del nacionalismo y del antimperia- un cierto tipo de fenmenos o de prcesos slo pueden acontecer en el
lismo, que repiten sin duda la anterior difusin de las doctrinas del mar- centro, mientras que ciertas relaciones, figuras o estructuras sociales slo
xismo Ydel socialismo que el mundo entero conoci en la segunda mitad existen en la periferia, o a veces exclusivamente en la semi periferia, segn
del siglo XIX y hasta la primera guerra mundial. O tambin, aunque en los diferentes casos considerados.
una escala menor, la misma copresencia y similar coincidencia temporal Y as, mientras que son slo los pases centrales los que en ciertas eta-
de todos los movimientos de independencia de Amrica Latina, desarro- pas de su desarrollo defienden el libre cambio en la economa y hacen
Ilados a finales del siglo XVIII e inicios del XIX, con una sincrona que toda- gala de un siempre falso universalismo y cosmopolitismo dentro de
va hoy se aparece, a primera vista, como algo verdaderamente curioso e la poltica y la cultura, sern en cambio, por regla general, los pases domi-
inexplicable.
nados y explotados de la periferia los que tendrn que reivindicar en dife-
Wallerstein va a explicar todo un conjunto de procesos y sucesos impor- rentes momentos el proteccionismo econmico, a la vez que tratan de
tantes de la historia global capitalista, justamente a partir de la existencia defender sus identidades culturales y polticas mediante las ms variadas
real de esa dinmica global del sistema-mundo capitalista, que no sera posiciones nacionalistas, regionalistas y/o antimperialistas.
s?lo la estructura causal subyacente de todos estos procesos y de su De modo que, dentro de esta injusta relacin interestatal e internacio-
simultaneidad, sino tambin la tendencia central que correspondera al nal, los dados estn siempre cargados a favor de los pases del centro
m~vimiento y a la evolucin de esa Unidad real, el sistema-mundo capi- dominante y hegemnico y en contra de esos pases perifricos, lo que
talista considerado en su totalidad. Sistema-mundo que, por tanto, debe- nos permite entender los mltiples y reiterados intentos, fatalmente repe-
ra ser marco u horizonte inicial de nuestros diversos anlisis tericos y tidos y fatalmente fallidos, de tratar de alcanzar el desarrollo, o de
emp~cos, es decir, nuestra U~id~d d~ anlisis fundamental. salir de la pobreza estructural, o de relanzar la economa, o de pro-
Otra idea esencial de la perspectiva crtica del anlisis del sistema- mover el progreso y el bienestar en general de esos pases perifricos
mundo, que complementa esta propuesta, es la tesis acerca de la 1estruc- que, a pesar de todos estos esfuerzos, continan sumidos en la miseria y
tura siempre jerarquizada y eternamente desigual de este mismo sistema- en el.a_traso generales, que son las claras condiciones ineliminables de la
mundo capitalista, caracterizado entonces como una entidad compuesta absurda riqueza y del lujorracional de los pases centrales, mientras siga

XII XIII
' . (

\
todava vigente esta organizacjn capitalista de la sociedad y de la eco- vas, comerciales y financieras que las empresas y los grupos estadouniden-
noma mundiales. . . : , . .:;. ~) .. : . ses iban sufriendo frente a sus rivales japoneses y europeos, va tambin a
Para Immanuel Wallerstein, entonces, no slo existe y es determinante manifestarse de modo patente en el plano poltico y geopoltico mundiales,
la dinmica global del sistema-mundo que hemos referido, sino que sta con toda la estela de los trgicos sucesos posteriores al 11 de septiembre de
tambin marca los lmites de lo que es posible e imposible para cada una 2001, donde la mejor respuesta posible de Estados Unidos ha sido sola-
de las diversas naciones o regiones individuales que conforman este sis- mente la de una intensificacin . irracional
\ . de su prepotencia. militar mun-
tema capitalista mundial. Lmites que, en trminos generales, dependen dial -origen de las injustas y fallidas invasiones a Afgarustn e Iraq-,
por tanto de la especfica ubicacin funcional y estructural de cada uno junto al montaje de un verdadero proyecto de macartismo planetario,
de esos pases o regiones, en tanto qye elementos constitutivos o partes hoy todava impulsado por el gobierno del presidente George W. Bush.
del centro, de la semiperiferia, o de la ancha periferia del sistema. Pero como lo muestran varios de los ensayos centrales de este libro,
De igual forma, Wallerstein ha estudiado con paciencia y agudeza la cuando el poder hegemnico de una nacin comienza a apoyarse exclu-
historia entera del capitalismo y de la modernidad durante sus cinco sivamente en su supremaca militar, perdiendo en cambio en todos los
siglos de existencia, para extraer de ese estudio las regularidades y las frentes su antigua superioridad econmica, junto a su anterior capacidad
reglas de la evolucin histrica tendencia} de dicho sistema, desplegadas poltica y geopoltica de persuasin internacional, entonces est claro que
en mltiples registros temporales que van desde la repeticin: reiterada los das de ese poder hegemnico estn contai:los, y se encuentran adems
de los ciclos Kondratiev, con su duracin promedia} de entre 50 y 60 muy cerca de su momento final.
aos, o las tendencias seculares de los largos siglos histricos siempre Por eso, y lejos de las apariencias inmediatas, Estados Unidos no inva-
superpuestos unos con otros, hasta los ciclos de vida de las tres hegemo- de pa(ses y difunde el terrorismo de Estado por doquier porque sea toda-
nas principales que abarcan esta historia mundial del capitalismo, y que va muy fuerte, sino ms bien porque cada da que pasa es cada vez ms
comprenden lo mismo la hegemona holandesa del siglo XVII y la hege- dbil: en lo econmico, en lo social, en lo poltico y en lo internacional,
mona inglesa del XIX, que el ciclo hegemnico de los Estados Unidos, quedndole como nica superioridad incontestada (y eso, no por mucho
desplegado dentro del largo siglo XX. Este ltimo ciclo hegemnico tiempo), la supremaca de su an apabullante arsenal militar.
constituye el tema central articulador del conjunto de ensayos reunidos Decadencia hegemnica estadounidense que se enmarca, adems, segn
en este libro. Immanuel Wallerstein, dentro de un ms complejo y mltiple proceso de
A partir del estudio atento y riguroso de estos tres ciclos hegemnicos, crisis general y terminal del capitalismo corno sistema histrico especfico.
Immanuel Wallerstein ha podido diagnosticar con gran acierto los proce- Crisis de mltiples niveles y registros, que no es slo el fin del ciclo de vida
sos mundiales de los ltimos treinta y cinco aos, procesos que, al igual de la hegemona de Estados Unidos, sino tambin el proceso del colapso
que en el caso de la decadencia holandesa de fines del siglo XVII y definitivo del liberalismo como ideologa dominante y cohesionadora del
comienzos del XVIII, y del declive del poder hegemnico de Inglaterra a sistema-mundo en su conjunto, y todava ms lejos, el proceso radical Y
finales del siglo XIX y principios del XX, nos demuestran el proceso de profundo de la crisis global de las principales estructuras de la reprodu~~
decadencia hegemnica de Estados Unidos, iniciado con su derrota en cin capitalista, desde su relacin con la naturaleza y con todo el medio
Vietnam en 1975, y que se ha seguido afirmando, lenta pero inexorable- ambiente circundante, hasta sus principales estructuras del saber Y de
mente, hasta nuestros das. conocimiento, pasando sin duda por una crisis tecnolgica, geogrfica,
Un declive que, si en el plano econmico se hizo ya evidente desde los territorial, econmica, social, poltica y geopoltica de grandes Y cada vez
aos ochenta y noventa, con las sucesivas derrotas tecnolgicas, producti- ms insolubles dimensiones.

XIV XV
_ Segn el autor de los tres volmenes hasta hoy publicados de el moder- mientos rebeldes de Amrica y del mundo, a quienes corresponde sin
no sistema-mundo, la actual crisis ecolgica, territorial, tecnolgica, etc- duda un papel de primera importancia en las prximas luchas sociales
tera, configura en su conjunto una clara situacin de bifurcacin hist- que, en pos de otro mundo que es todava po~i~le, habrn_ de librarse
rica, es decir, la llegada del sistema-mundo capitalista a un punto terminal muv pronto frente a todos los poderes hegemomcos mundiales, y tam-
bi~ frente a ese poder hegemnico en vas de decadencia que es hoy
de no retorno, en el que el Estado como institucin de las sociedades
modernas, o la nacin como el marco englobante de las poblaciones de Estados Unidos.
todo el planeta, o la poltica como actividad humana de gestin y regula-
cin de los asuntos de la vida pblica, o la propia lgica econmica esen- CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS
cial del sistema basada en la bsqueda de la ganancia y en la acumulacin
del capital, o las formas de la organizacin de la sociedad en clases socia-
les y en grupos sociales especficos, o hasta las formas del saber y de la
aprehensin general del mundo por parte de los seres humanos, entre
otras, entran en una crisis definitiva e irresoluble, desestructurndose y
desarticulndose en tanto que tales estructuras, bajo nuestra propia mira-
da, y del mismo modo en que se fueron lentamente conformando y esta-
bleciendo durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
Con lo cual es claro que el verdadero y a la vez esencial teln de fondo
de este declive hegemnico del poder estadounidense es esta crisis ter-
minal y definitiva del capitalismo, en tanto que forma de organizacin
social posible de la vida humana en general. Tesis sobre el final histrico
del capitalismo mundial que, lejos de las ilusiones de la posible creacin
de poderes y de entidades supranacionales, que podran fundar un fan-
tasmal y para nada viable nuevo Imperio, pone ms bien el acento en
la clara agudizacin ltima de las contradicciones estructurales del siste-
ma-mundo capitalista, contradicciones generadas por la simple aplica-
cin hasta el lmite de esa dinmica sistmica global ya antes evocada.
Dicha dinmica planetaria, en la ms legtima lgica genuinamente dia-
lctica, ha engendrado, junto a los elementos de esta crisis terminal del
capitalismo, y frente a las manifestaciones belicistas e irracionales de este
claro declive del poder de Estados Unidos, a los agentes y a los protago-
nistas que hoy buscan la salid d~ este abs~rdo laberinto, es decir, al con-
junto de .los movimientos sociales antisistmicos que hoy tienen, y no por
en
razones casuales, una presencia tan fue~te Amrica Latin~: .
/
Es a los neozapatistas mexicanos, junto al Movimiento de Jos Sin Tie-
rra brasileo, con los movimientos indgenas cie Bolivia; Per o Ecuador,
y con los piqueteros argentinos, pero tambin con todos los otros movi-
XVII
XVI

\
\
\

.. ...

A William H. McNeil/,
quien no estar de arnerdo en todo,
pero cuya perseverante ,isin de largo alcance
ha sido y seguir simdo una i11Spiracin
para todos aquellos que estudien la condicin humana.
....

- liQi!MQI@ a
INTRODUCCIN
EL SUEO ESTADOUNIDENSE
ENTRE EL AYER Y EL MAANA

El 11 de septiembre de 2001 fue un momento dramtico e impactante en


la historia de Estados Unidos. Sin embargo, no fue un momento defini-
torio. Fue tan slo un acontecimiento relevante en una trayectoria que
dio comienzo mucho antes y que se prolongar durante varias dcadas
ms, un largo periodo al que podramos llamar el de la decadencia de la
hegemona de Estados Unidos en un mundo catico. As planteado, el 11
de septiembre constituy un golpe que hizo cobrar conciencia, y al que
muchos han respondido con la negacin y la clera. Los estadounidenses
debemos responder con la mayor claridad y lucidez de las que seamos
capaces. Necesitamos tratar de preservar nuestros mejores valores as
como maximizar nuestra seguridad en medio de las transformaciones
fundamentales del sistema-mundo; transformaciones en las que acaso
podamos tener alguna influencia pero que no podemos controlar. Nece-
sitamos unirnos a otras personas de otros pases en la construccin, en la
. reconstruccin, del tipo de mundo en el que queremos vivir.
A los polticos estadounidenses les gusta hablar del sueo estadouni-
dense. El sueo estadounidense existe y lo tenemos iriteliorizado en la
mayora de nuestras psiques. Es. y,n buen sueo, tan bueno que muchos
nis en todo el mundo desean para ellos ese mismo su~o. Qu es este
sueo? El sueo estadounidense es el sueo de la posibilidad humana, de
una sociedad en la que a todos se les impulsa a dar lo mejor de s mismos,
a lograr lo mximo y a tener la recompensa de una vida confortable. E~
un sueo en el que el camino de esa realizacin individual aparece des-
brozado de obstculos artificiales. Es un sueo en el que la suma de tales
realizaciones individuales comporta un gran bien social: una sociedad de
libertad, igualdad y solidaridad illutua: Es uri sueo ~i el que somos un
faro para un mundo que sufre por no ser capaz de lograr semejante sueo.
' ' '

3
\
\
Desde lue~o que es un sueo.y, al igual que todos los sueos, no es una terroristas, y que en seguida se emprenda una guerra en contra del
represen~acin exacta de la realidad. Pero representa nuestros anhelos terrorismo. Pero deberamos empezar por drnos 'cuenta de que desde
s?bconscientes y nuestros valores profundos. Los sueos no son anlisis un punto de vista militar el 11 de septiembre nunca debi suceder. Un
. cientficos. Ms bi~n. nos ofrecen conjeturas. Sin embargo, para entender ao despus no se ha atrapado a quienes lo perpetraron. Y nuestra gran
el ~undo en que vivunos, debemos ir de nuestros sueos a la observacin respuesta militar ha sido la de invadir Iraq, un pas que nada tuvo que ver
cmd~dosa de nuestra historia: la historia de Estados Unidos, la historia con el ataque del 1~ de septiembre .,
del sistema-mundo moderno, la historia de Estados Unidos en el sistema-
El sentimiento antiestadouriidense no es nuevo. Est por todos lados, Y
mundo. No todos estn dispuestos a hacerlo. Hay ocasiones en las que
as ha sido desde que despus de 1945 Estados Unidos se convirti en el
tememos que la realidad sea deforme o por lo ~enos no tan hermosa
poaer hegemnico del sistema-mund(). Es una reaccin frente a quienes
como aparee.e en nuestros sueos. 'Algunos preferimos observar el mun-
detentan un gran poder y frente a la arrogancia que de manera casi ine-
do, como se dice, a travs de un cristal color de rosa.
vitable parece volverse natural en quienes poseen un poder as. En unas
, Uno ~ab~a pensado que los sucesos del 11 de septiembre despedaza- ocasiones ese sentimiento antiestadounidense se entiende, en otras es
nan las tlus10nes. Y no hay duda que para muchos as fue. Pero el gobi~r irracional e injustificado. Esto ltimo, cuando tiene que ver con el terri-
no de Bush se ha esmerado en impedir que observemos con lucidez lo torio. Con todo, durante mucho tiempo ese sentimiento no fren de
que s~cedi con el ~ropsito de lanzarse a la realizacin de un plan de manera significativa a Estados Unidos. Ello debido a que lo equilibraba
traba~o que es antenor a esos sucesos y de utilizarlos como una excusa el sentimiento de grupos importantes de personas, sobre todo en los pa-
para imponer a como d lugar este plan de trabajo. De ah que aqu me ses que Estdos Unidos consideraba como aliados, de que Estados Uni-
proponga descri~ir brevemente dos cosas: lo que para m es el significa- dos jugaba un papel indispensable de liderazgo y defensa de sus valores
d? del 11 de septiembre a la luz ~el pasado inmediato, y lo que en mi opi- en el sistema-mundo. Para estas personas, el poder estadounidense era
~n es el pla~ de trabajo del gobierno de Bush. Creo que el 11 de sep- legtimo porque estaba al servicio del sistema-mundo como un todo.
tiembre coloco en el pnmer plano de nuestra atencin cinco realidades Hasta en las zonas pobres y oprimidas del planeta, con frecuencia exista
de ~st~dos Unidos: los lmites de su capacidad militar; la profundidad del la sensacin de que a pesar de que ah se perfilaran los lados negativos
sentimiento antiestadounidense en el resto del mundo; la cruda realidad del poder estadounidense, ste tena uh flanco valioso al implementar
de l~ parranda econmica de la dcada de los noventa; las contradictorias algunos valores universalistas.
presiones del. nacionalismo estadounidense, y lo frgil que es la tradicin
El 11 de septiembre demostr que a pesar de estos sentimientos, la pro-
de n~estras hbertades civiles. Ninguna de estas realidades va en conso-
fundidad del odio poda ser mayor de lo que jams reconociera Estados
nan~ta con ~~ sueo estadounidense tal y como lo imaginamos. y las
Unidos. A decir verdad, Ja reaccin inmediata de muchos por todo el
medidas pohticas del gobierno de Bush exacerban las contradicciones.
mundo fue Ja de expresar su simpata y solidaridad con Estados Unidos,
E_mpecemos por la situacin militar. Estados Unid~s -todos lo dicen y pero un ao despus esa simpata y solidaridad parece que se evapora-
estan en lo correcto- es hoy la mayor fuerza militar en el mundo y por ron, mientras que los que expresan su odio de ningn modo han acalla-
i:iucho. Pero el hecho es que una partida heterognea de creyentes fan- do la expresin de sus sentimientos.
ticos, con mu~ poco dinero y an menos maquinaria militar, fue capaz de
Estados Unidos pareca funcionar econmicamente de manera excep-
lao::ar u~ seno ataque en el territorio de Estados Unidos, de matar a
cional en la dcada de Jos noventa: alta productividad, un mercado de
v~nos nules de personas y de destruir y daar edificios importantes en la
valores en expansin, bajo desempleo, baja inflacin y Ja liquidacin
cmdad de ~ueva Y?rk y en el rea de Washington. El ataque fue osado y de una enorme deuda pblica, creando un excedente muy notable. En
eficaz. Esta muy bien que se le ponga una etiqueta a esta gente, la de
general, Jos estadounidenses tomaron esto como la validacin de su ~ueo,
5
4
de las medidas en materia econmica de sus dirigentes y de la promesa Pero Estados Unidos siempre ha sido tambin un poder expansionista:
de un futuro glorioso sin fin.Ahora es muy claro que eso no fue un sueo, primero en todo el continente americano, luego en todo el Caribe y el
sino una ilusin y, por cierto, una ilusin peligrosa. Pacfico. Y la expansin supone conquista militar: trtese de los nativos
El 11 de septiembre no fue la causa fundamental de las subsecuentes de lo que hoy es el territorio de Estados Unidos, de los mexicanos o de
dificultades en la economa de Estados Unidos, aunque sin duda s las los filipinos. Estados Unidos tuvo su buena dosis de victorias (en la gue-
cxnccrb. La causa del descenso de las perspectivas econmicas en Esta- rra de Mxico, en la Segunda Guerra Mundial, en la mayora de las cam-
dos Unidos es que la prosperidad de la dcada de los noventa -de paas en contra de los indgenas) y su buena dosis de derrotas o cuando
hecho, la del final de la dcada sobre todo- fue en muchos sentidos slo menos de resultados ambiguos (la guerra de 1812, Vietnam). Aqu nues-
una burbuja, mantenida de un modo sumamente artificial, como mues- tro saldo no es mucho peor que el de las otras grandes potencias milita-
trnn con claridad todas las revelaciones sobre la avaricia de las corpora- res. Desde luego que no hay pas al que le guste hablar de sus derrotas, si
ciones. Sin embargo, la causa de este descenso es de hecho ms profun- no es preciso. Las derrotas tienden a ser redefinidas como debilidad de
dn. La economa-mundo ha estado en un prolongado estancamiento parte de dirigentes cobardes. Esta tesis de la pualada por la espalda es
econmico desde la dcada de los setenta. Una de las cosas que tuvieron parte del aspecto militarista machista del nacionalismo estadounidense,
lugar en este periodo, como en todos los periodos que son as, es que las el cual cuenta con un amplio respaldo entre el populacho.
tres reas con fuertes escenarios econmicos -Estados Unidos, Europa Aparenteinente, el aislacionismo y el militarismo machista son muy
occidental y Japn- trataron de transferirse sus prdidas unos a otros.A diferentes, pero comparten la misma actitud fundamental haia el resto
Europa le fue relativamente bien en la dcada de los setenta. En la de los del mundo, hacia los otros: el miedo y el desprecio, combinados con el
ochenta a Japn le fue bien y en los noventa le fue muy bien a Estados supuesto de que nuestra manera de vivir es pura y no debiera profanar-
Unidos. Pero a la economa-mundo en su totalidad no le fue bien en nin- se metindose en las miserables luchas de los otros, a menos que estemos
guna de !ns tres dcadas. Y en todo el mundo las aflicciones causadas por en posicin de imponerles nuestro estilo de vida. De ah que a los
la economa han sido gigantescas. Ahora 1,1os encontramos en la etapa nacionalistas no les cueste mucho trabajo ir y venir del aislacionismo al
finnl de esta larga espiral descendente, y una vez que las bancarrotas sean miitarismo machista, aun cuando las implicaciones inmediatas de las
totales tal vez la econornfa-m:uri?o empiece a ir de nuevo para arriba. No medidas polticas de cada uno puedan ser muy distintas en cada situa-
es del todo claro, o ni siquiera probable, que Estados Unidos supere a cin. El 11 de septiembre parece haber fortalecido ambos lados de esta
Europa occidental y a Asia del este en la eventual recuperacin. En estos co'ntradictoria postura. Y claro, como sucede siempre que el pas parece
das lo que inspira las medidas polticas estadounidenses es un conjunto estar bajo ataque, el 11 de septiembre ha vuelto sumamente tmidas a las
de temores que por debajo sugeriran que este futuro econmico tal vez otras voces.
sea menos que promisorio.
Por ltimo, est la tradicin de nuestras libertades ci"'.iles. Se trata de
El cuarto problema es la naturaleza histrica del naionalismo esta- una tradicin harto gloriosa en la teora y sumamente frgil en la prcti-
dounidense. Estados Unidos no es ni ms ni menos nacionalista que la ca. La sabidura de promulgar la Carta de Derechos como una serie de
mayora de los pases. Pero como ha iido el poder hegemnico, las ines- enmiendas a la Constitucin consisti en que la hizo ms resistente a las
tabilidades del nacionalismo estadounidense pueden causar ms desor- sucesivas mayoras que desearon ignorarla o violarla descaradamente.
den que las de la mayora de las naciones. Este nacionalismo ha asumido Aun as, esos derechos con frecuencia se han violado: de manera desca-
dos formas distintas. Una es retirarse, el encierro en la fortaleza esta- rada, cuando Lincoln suspendi el habeas corpus o durante las redadas
dounidense, lo que por lo general llamamos aislacionismo. Palmer1 o cuando Roosevelt encerr a lo~.estadounidenses de ascenden-
cia japonesa; se violan de una manera menos obvia aunque no por ello

6 7.
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menos r~levante en las repetidas acciones ilegales de las dependencias de anunciar: vamos a hacer sto, estr'con nsotros o estn en 'contra
federal8-~-como el Depart~mento de Justici~, el FBI, la CIA-, por no nuestra? Y frente a cualquier r~spuesta que plantee dudas sobre si es pru-
hablar d_!; las dependencias de los estados. Se supone que la Supre~a dente o recomendable alguna proposicin especfica, el gobierno de
Corte sive de baluarte a estos derechos constitucionales, pero en re.ali- Bush parece decir: me permite que le tuerza un poco ms el brazo?
dad ha ~do una defensa sumamente errtica y no del todo confiable.
En el frente de la economa, Bush y sus asesores predican un optimis-
. El 11 4.!.septiembre implic una bonanza para ~l plan de trabajo que el mo excesivo la inaccin gubernamental.y ei argumento de que todos los
gobiern9de Bush ya tena en cada uno de estos cinco puntos. No estoy ' ' \ '

excesos econmicos' fueron culpa de Clinton. Parecen creer que el 11 de


plantearuo acusaciones paranoicas de conspiracin. Tan slo sealo que septiembre fortalece esta postura. No parecen estar interesados en lo ms
Bush Y hs suyos de inmediato brincaron para sacar provecho de la situa- mnimo en valorar framente las realidades actuales de la economa,
cin con01 propsito de ir en pos de un plan de trabajo que ya tenan ms mucho menos en una perspectiva histrica de largo plazo. Lo nico que
que pe!lfado antes del 11 de septiembre. Los halcones2 han enfrentado el le han dado a la parte econmicamente conservadora de su coalicin es
declive flitar por medio de una escalada increble de los gastos milita- la reduccin de impuestos y el desmantelamiento de las protecciones al
res. To<lfva est por verse que esto no sea a la postre un desperdicio medio ambiente. Estas acciones se han vuelto ya vacas sagradas, toda vez
gigantesr; o peor, que resulte contraproducente en lo militar. Lo que es que los conservadores en materia econmica son en buena medida vie-
seguro ei que esta expansin no fue el resultado de un anlisis razonado jos bushistas y en todo lo dems estn muy a disgusto con el actual go-
ni de un uidadoso examen poltico nacional. bierno de Bush. Es preferible no indisponerse ms con ellos. Aunque
Nuestr11 ampliada maquinaria militar recibe su primer uso importante desde luego, las mermas tributarias vuelven imposibles las medidas tipo
en la iiiV.?sin a Iraq. Yo creo que una invasin as, lejos de validar e incre- New Deal que se necesitarn para sac;:ar a Estados Unidos de la profun-
mentar e) podero militar de Estados Unidos, en el corto, mediano y largo da deflacin a la que se dirige a paso veloz.
plazos lo minar gravemente. Pero el actual gobierno de Bush en reali- El gobierno de Bush a todas luces desea que su militarismo machist~
dad no ~t abierto a discutir estos asuntos. Sus funcionarios no hacen compense ante los electores la triste situacin de la economa estadoum-
ms que xpresar sin ambages su desprecio hacia los redivivos macgo- dense. De ah que, adems de las otras razones por las que Bush y sus ase-
verniano~,> y hacia los Viejos bushistas, es decir, hacia el padre del pre- sores creen que Estados Unidos debe encargarse del eje del.mal, ~pa
sidente Y todos sus asesores inmediatos: Brent Scowcroft, James Baker, rezca el flanco groseramente poltico: un presidente de guerra obtiene
Lawrencc, Eagleburger. La consigna de este gobierno es la de vmonos votos, para s mismo y para su partido. Esto no pas inadvertido para el
de frente y a toda velocidad, pues cualquier reduccin del paso los hara principal asesor poltico de Bush, Karl Rove. Es de esperarse que estas
verse mal y un encontronazo despus es menos daino polticamente que consideraciones polticas sigan estando en primer lugar en el proceso de
un enconfronazo ahora. toma de decisiones.
La manera en que el gobierno de Bush se enfrenta al sentimiento En cuanto a las libertades civiles, no habamos visto otro asalto tan
antiestadmnidense en el mundo es, hay que admitirlo, original. Sus medi- claro y descarado a las libertades civiles de parte de un procurador ge:ie-
das pollitas lo incrementan y lo extienden a todos esos grupos que hasta ral desde aqul del infame A. Mitchell Palmer en el gobierno de Hardmg.
ahora hahan sido refractarios a tal sentimiento antiestadounidense: Ms an, Bush y los suyos parecen decididos a no verse limitados en
nuestros 11migos y aliados, a los que tal vez en breve nos estemos refi- modo alguno por los tribunales. Aun cuando la Suprema Corte votara en
riendo co1110 nuestros antiguos amigos y aliados. Las grandes potencias contra de ellos 9-0, lo que. es sumamente improbable, hallaran cmo
rara vez cunsultan realmente, pero por lo general al menos fingen hacer- ignorar y desafiar tales limitaciones. Tenemos malos tiempos por delante.
lo. Para el gobierno de Bush, consultar parece estar implcito en el acto

8 9

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Este libro est organizado de una manera muy sencilla. Tiene tres partes. NOTAS
La piimera parte presenta la tesis: Estados Unidos es un poder hege- l. Las redadas Palrner tornan su nombre del procurador A. Mitchell Palmer, quien
mnico en decadencia y el 11 de septiembre es una prueba ms de esto. entre 1919 y 1920 orden al titular de la recin creada Divisin de Inteligencia
Fue esciita y publicada oiiginalmente en 2002. La segunda parte est General del Departamento de Justicia, J. Edgar Hoover, Ja ubicacin, detencin y
integrada por una serie de ensayos que discuten la diferencia entre la deportacin de centenares de personas consideradas subversivas por sus presuntas o
retrica y la realidad en torno a las grandes palabras de nuestro discurso reales ligas con actividades comunistas en Estados Unidos [T.]
poltico contemporneo: el siglo XX, la globalizacin, el racismo, el Islam, 2. Halcones, en ingls: hawks. Su contraparte son las doves o palomas. El nombre de
los otros, la democracia y los intelectuales. Todos estos ensayos fueron halcones es orgullosa autodesignacin y tiene que ver con una aguerrida visin beli-
escritos, casi todos conferencias o ponencias en congresos, antes del 11 de cista de la poltica exterior de Estados Unidos. Aqu se refiere a Ja vanguardia ideo-
septiembre. No por eso cambiara una sola de sus palabras. Hay un ensa- lgica del gobierno de George W. Bush, cuyos principales bastiones se ubican en la
yo ms, un llamado a la reflexin, escrito despus de ese acontecimiento,
I' oficina del vicepresidente, Dick Cheney, en Ja del presidente del Consejo de Aseso-
sobre la forma en que Estados Unidos ve el mundo. res de Defensa en el Pentgono, Richard Perle, y en las del American Enterprise
Institute. Destacados halcones en el equipo de Bush son su secretario de Ja Defensa,
Por ltimo, la tercera parte aborda lo que podemos hacer con el difcil Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, David Frum y Michael Ledeen [T.].
mundo en el que nos encontramos. Los primeros dos ensayos, ambos
escritos antes del 11 de septiembre, discuten el plan de trabajo que en mi
opinin la izquierda debera implementar en este tiempo, en Estados
Unidos y en el mundo. Los ltimos dos, escritos despus del 11 de sep-
tiembre, abordan las que para m hoy son las preguntas centrales desde
un punto de vista poltico: qu significa ser en la actualidad antisistmi-
co? Y, qu futuro hay para la humanidad?
En este libro sigo mi idea de que todos estamos involucrados en una
tarea triple: la tarea intelectual de analizar crtica y lcidamente la reali-
dad; la tarea moral de decidir los valores a los que en estos momentos
debemos darles prioridad y la tarea poltica de decidir cmo podramos
contribuir inmediatamente a que el mundo emerja de la catica crisis
estructural actual de nuestro sistema-mundo capitalista, hacia un sistema-
mundo diferente que sea sensiblemente mejor y no sensiblemente peor.

Febrero de 2003
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10
11.

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Primera parte
LA TESIS

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I. LA DECADENCIA DE ESTADOS UNIDOS:
EL GUILA SE ESTRELL AL ATERRIZAR
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iA- res r5
Estados Unidos en decadencia? Pocos en la actualidad creeran en esta
afirmacin. Los nicos que en efecto la creen son los halcones estadou-
nidenses, quienes vociferan en favor de medidas polticas que reviertan el
declive. Esta creencia de que el final de la hegemona estadounidense ya
comenz no proviene de la vulnerabilidad que para todos fue patente el
11 de septiembre de 2001. De hecho, Estados Unidos se ha ido desvane-
ciendo como potencia global desde los aos setenta y su respuesta a los
ataques terroristas slo ha acelerado este declive. Con el fin de entender
por qu la llamada Pax Americana est yendo a menos es preciso exami-
nar la geopoltica del siglo xx, en particular durante sus tres ltimas dca-
das. Este ejercicio pone al descubierto una conclusin sencilla e ineludi-
ble: los factores econmicos, polticos y militares que contribuyeron a la
hegemona de Estados Unidos son los mismos factores que han de pro-
. <lucir inexorablemente la subsecuente declinacin estadounidense.
El ascenso de Estados Unidos a la hegemona global fue un proceso
largo que dio principio como tal con la recesin mundial en 1873. En esa
poca, Estados Unidos y Alemania empezaron ahacerse de una partici-
pacin cada vez mayor en los mercados globales, a expensas sobre todo
de la recesin constante d~ la ecooma britnica. Ambas naciones aca-
baban de adquirir una base poltica estable: Estados Unidos al terminar
exitosamente su guerra civil y Alemania al lograr la unificacin y derro-
tar a Francia en la guerra franco-prusiana. De 1873 a 1914, Estados Uni-
dos y Alemania se convirtieron en los principales productores en ciertos
sectores de punta: el acero y ms .adelant~ los automviles en el caso de
Estados Unidos y los qumicos industriales en el caso de Alemania.
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.
', "

.. Los. .libros
.
de historia
. . . registran
.. que
. la Primera
.. . Guerra
.. ... estall
Mundial
en 1914 y que concluy en 1918, y que .la Segunda Guerra Mundial dur

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\
1

de 1939 a 1945. Sin embargo, tiene mucho ms sentido considerar a las dos los siguientes aos. Al terminar la guerra en Europa, el 8 de mayo de
como una sola y continua gu~rra de treinta aos entre Estados Unidos 1945, las tropas soviticas y occidentales -esto es, las estadounidenses,
y Alemania, con sus treguas y conflictos locales repartidos en medio. La las britnicas y las francesas- se ubicaron en sitios especiales: en esencia,
lid por la sucesin hegemnica adquiri un giro ideolgico en 1933, cuan- a lo largo de una lnea norte-sur en el centro de Europa, el ro Elba, la
(fo los nazis llegaron al poder en Alemania y empezaron su bsqueda por histrica lnea divisoria de Alemania. Salvo ciertos ajustes menores, ah
trascender el sistema global en su conjunto, no persiguiendo la hegemo- se quedaron. En retrospectiva, Yalta signific el acuerdo de ambas partes
na dentro del sistema al uso, sino ms bien bajo la forma de un imperio en cuanto a que ah podan permnecf!r y que ninguna de las partes
global. Recurdese la consigna nazi ein tausendjiihriges Reich (un impe- empleara la fuerza para sacar a la otra. Este arreglo tcito inclua asi-
rio de mil aos). Por su parte, Estados Unidos asumi el papel del aboga- mismo a Asia, como lo mostr la ocupacin estadounidense de Japn y la
do de un liberalismo centrista a nivef mundial - recurdense las cuatro divisin de Corea. Por tanto, en trminos polticos Yalta fue un acuerdo
libertades del ex presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt sobre el statu quo en el cual la Unin Sovitica controlaba aproximada-
(libertad de expresin, libertad de culto, libertad frente a la carencia y mente un tercio del inundo y Estados Unidos el resto.
frente al miedo)- y se meti en una alianza estratgica con la Unin Washington enfrent asimismo desafos militares ms serios. La Unin
Sovitica, volviendo posible la derrota de Alemania y sus aliados. Sovitica contaba con las fuerzas de tierra .ms grandes del mundo, en
La Segunda Guerra Mundial comport una destruccin enorme de la tanto que el gobierno estadounidense se encontraba bajo la presin inter-
infraestructura y de las poblaciones de Eurasia, desde el ocano Atlnti- na de reducir su ejrcito, para acabar en particular con el reclutamiento
co hasta el Pacfico, en la que casi ningn pas sali indemne. La nica forzoso. De ah que Estados Unidos decidiera afirmar su podero militar
potencia industrial grande que emergi intacta -e incluso muy fortale- no por medio de las fuerzas de tierra, sino del monopolio de las am1as
cida, desde la perspectiva de la economa- fue Estados Unidos, que de nucleares - ms una fuerza area con la capacidad para desplegarlas.
inmediato consolid su posicin. Este monopolio en breve desapareci: para 1949 la Unin Sovitica ya
Pero el aspirante a hegemn enfrent algunos obstculos polticos haba desarrollado tambin sus armas nucleares. Desde entonces, Estados
prcticos. Durante la guerra, las fuerzas de los Aliados acordaron el esta- Unidos se ha visto reducido a tratar de prevenir la adquisicin de armas
blecimiento de la ONU, una organizacin integrada bsicamente por los nucleares -y de armas qumicas y bacteriolgicas- por otras potencias,
pases que haban estado en la coalicin contra las fuerzas del Eje. El esfuerzo que, para el siglo XXI, no parece haber sido muy exitoso.
rasgo crtico de la organizacin fue el Consejo de Seguridad, la nica Hasta 1991, Estados Unidos y la Unin Sovitica coexistieron en el
estructura que poda autorizar el empleo de la fuerza. El Acta de la ONU equilibrio del terror de la Guerra Fra. Slo en tres ocasiones se puso
les otorg el derecho de veto sobre el Consejo de Seguridad a cinco seriamente a prueba este statu quo: el bloqueo de Berln en 1948-1949, la
potencias, incluyendo a Estados Unidos y a la Unin Sovitica, y esto en guerra de Corea, de 1950 a 1953 y la crisis cubana de los misiles en 1962.
la prctica desarm en gran medida al Consejo. De ah que no fuera la Eri todos los casos, el resultado fue la restauracin del statu quo. Ms an,
fundacin de la ONU en 1945 lo que determin las limitaciones geopolti- es preciso sealar cmo cada vez que la Unin Sovitica enfrent una
cas de la segunda mitad del siglo xx, sino ms bien la reunin de Yalta crisis poltica en sus regmenes satlite -Alemania del Este en 1953,
entre Roosevelt, el primer ministro de Gran Bretaa, Winston Churchill, Hungra en 1956, Checoslovaquia en 1968 y Polonia en 1981-, Estados
y el dirigente sovitico, Jos Stalin, dos meses antes. Unidos apenas se involucr en algo ms que maniobras de propaganda.
Los acuerdos formales de Yalta fueron menos relevantes que los acuer- permitindole a la Unin Sovitica proceder a su antojo.
dos informales, los cuales no se verbalizaron y slo pueden valorarse al Esta pasividad no se extendi hasta la esfera de la economa, por su-
observar la conducta de Estados Unidos y de la Unin Sovitica durante puesto. Estados Unidos capitaliz el contexto de la Guerra Fra para

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la~zar masivos esfuerzos de reconstruccin econmica, primero en Euro- Qu fue la guerra de Vietnam? Antes que nada fue el esfuerzo del
pa occidental y ms adelante en Japn, as como en Corea del Sur y Tai- pueblo vietnamita por acabar con el dominio colonial y establecer su pro-
wn. El razonamiento era obvio: qu sentido tena contar con una arro- pio Estado. Los vietnamitas lucharon contra los franceses, los japoneses
lladora superioridad productiva si el resto del mundo era incapaz de y los estadounidenses, y al final los vietnamitas triunfaron: un gran logro,
reunir una demanda efectiva? Ms an, la reconstruccin econmica en realidad. Sin embargo, en trminos geopolticos, la guerra represent
ayud a crear obligaciones clientelares de parte de las naciones que reci- un rechazo al statu qua de Yalta de parte de poblaciones etiquetadas
ban ayuda de Estados Unidos; esta idea de obligacin alent la disposi- entonces como del tercer mundo. Vietnam se convirti en un smbolo tan
cin para entrar en alianzas militares y, lo que es an ms relevante, en poderoso porque Washington fue lo suficientemente tonto como para
subordinacin poltica. invertir toda su fuerza militar en la lucha, y aun as perder. Cierto que
Por ltimo, no se debe subestimar el componente ideolgico y cultural Estados Unidos no despleg armas nucleares - una decisin que han
de la hegemona estadounidense. El periodo inmediatamente posterior a reprochado por mucho tiempo ciertos grupos miopes de la .derecha - ,
1945 bien pudo ser el punto ms elevado de la popularidad de la ideolo- pero su uso habra destrozado los acuerdos de Yalta y podra haber pro-
ga comunista en la historia. Hoy olvidamos con facilidad los cuantiosos ducido un holocausto nuclear: un resultado al que Estados Unidos senci-
votos que obtenan los partidos comunistas en las elecciones libres reali- llamente no se poda arriesgar.
zadas en pases como Blgica, Francia, ltalia, Checoslovaquia y Finlandia, Pero Vietnam no fue nicamente una derrota militar o una mcula en
por no mencionar el apoyo que reunieron los partidos comunistas en el prestigio estadounidense. La guerra propin un fuerte golpe a la capa-
Asia -en Vietnam, India y Japn- y por toda Amrica Latina. Sin con- cidad de Estados Unidos para permanecer como la fuerza econmica
tar reas como China, Grecia e Irn, en donde las elecciones libres siguie- dominante del mundo. El conflicto result sumamente caro y prctica-
ron estando ausentes o limitadas, pero en donde los partidos comunistas mente agot las reservas de oro estadounidenses que haban sido tan
gozaron de un atractivo muy difundidb. En respuesta, Estados Unidos abundantes desd_e 1945. Ms an, Estados Unidos incurri en estos cos-
apoy una gran ofensiva ideolgica anticomunista. En retrospectiva, esta tos en el momento en que Europa occidental y Japn experimentaban
campaa parece en buena medida exitosa: Washington blandi su papel fuertes repuntes en su economa. Estas condiciones finiquitaron la pree-
como dirigente del mundo libre con la misma eficacia al menos con la minencia de Estados Unidos en la economa global.Desde el final de los
que la Unin Sovitica blandi su posicin como dirigente en el campo sesenta, los miembros de esta trada han sido casi iguales en lo econmi-
progresista y antiimperialista. c~; ha habido pocas en que uno supera a los otros pero ninguno ha lle-
El xito de Estados Unidos como poder hegemnico en la etapa de la gado a adelantarse demasiado. Cuando por todo el. mundo estallaron las
posguerra cre las condiciones del deceso hegemnico de la nacin. Este revoluciones de 1968, el apoyo a los vietnamitas se volvi un relevante
proceso se engloba en cuatro smbolos: la guerra en Vietnam, las revolu- componente retrico. En muchas calles, incluidas las de Estados Unidos,
ciones de 1968, la cada del Muro de Berln en 1989 y los ataques terro- se corear<m el Uno, dos, muchos Vietnams y el Ho-Ho-Ho Chi-Minh.
ristas de septiembre de 2001. Cada uno de estos smbolos se fueron mon- Pero los sesentaiocheros no slo condenaron la hegemona de Estados
tando uno encima del ot~o hsta ulminar en la ;ituacin en la que Unidos. Condenaron la colusin sovitica con Estados Unidos, condena-
Estados Unidos se ve hoy:'una superpotencia solitaria que carece de ver- ron Yalta y usaron o adoptaron el lenguaje de los chinos de la revolucin.
dadero poder, un dirigente mundial al que nadie sigue ni respeta y una cultural, quienes dividan el mundo en dos: las dos superpotencias y el
nacin peligrosamente a la deriva en medio de un caos global que no resto del mundo.
puede controlar.
La denuncia de la colusin sovitica condujo lgicamente a la denunda
de las fuerzas nacionales estrechamente"aliadas con la Unin Sovitica,

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lo que en la mayora de los cas9s quiso decir los partidos comunistas. Pero eran desarrollistas y muy poco revolucionarios- dio paso a un orden
los revolucionarios de 1968 tambin se fuermren contra de otros compo- desintegrador, un descontento que se coc a_ fuego lento y temperamen-
nentes de la vieja izquierda - los movimientos de liberacin nacional en tos radicales sin canalizar. En el momento en que Estados Unidos trat
el tercer mundo, los movimientos socialdemcratas en Europa y los de inte~enir, fracas. En 1983, d presidente de Estados Unidos, Ronald
demcratas del New Deal en Estados Unidos-: acusndolos a ellos tam- Reagan, envi tropas al Lbano para reestablecer el orden. Las tropas de
bin de estar coludidos con lo que los revolucionarios llamaban genri- hecho fueron expulsadas. Para compensar, Reagan invadi a Granada, un
i.
camente el imperialismo estadounidense. pas sin ejrcito. El presidente George H.W. Bush in:adi Panam, otro
pas sin ejrcito. Pero luego de intervenir en Sornaba para restaurar el
El ataque a la colusin sovitica con Washington junto con el ataque a f orden Estados Unidos se vio obligado a salir de ah de una manera un
la vieja izquierda debilitaron an m.s la legitimidad de los acuerdos de i
tanto ignominiosa. Como era pco lo que el gobierno estadouniden~e
1

Yalta en los que Estados Unidos le dio forma al orden mundial. Tambin 1
minaron la postura del liberalismo centrista como la nica ideologa glo- poda hacer para invertir la tendencia desce~dente, ~e su hegemom.;
decidi mejor ignorar esta tendencia: una medida pohtica que prevalec10
bal legtima. Las consecuencias polticas directas de las revoluciones
mundiales de 1968 fueron mnimas, pero sus reperusiones geopolticas e desde la retirada de Vietnam hasta el 11 de septiembre de 2001.
intelectuales fueron enormes e irrevocables. El liberalismo centrista cay Mientras tanto los verdaderos conservadores empezaron a asumir el
del trono que ocupaba desde las revoluciones europeas de 1848 y que control de institdciones estatales e interestatales clave. La ofensiva neoli-
haba permitido cooptar a conservadores y radicales por igual. Estas lti- beral de la dcada de los och'enta tuvo la marca de los regmenes de That-
mas ideologas volvieron y nuevamente representaron una verdadera cher y Reagan y del surgimiento del Fondo Monetario Internacional
gama de opciones. Los conservadores volvieron a ser conservadores y los (FMI) como un actor fundamental en la escena mundial. Si bien alguna
radicales volvieron a ser radicales. Los liberales centristas no desapare- vez -a lo largo de ms de un siglo- las fuerzas conservadoras t.rataron
cieron, pero quedaron reducidos a su verdadero tamao. Y en el camino, de presentarse a s mismas como liberales ms sabios, ahora los liberales
la ideologa oficial estadounidense -antifascista, anticomunista, antico- centristas se vieron obligados a sostener que ellos eran conservadores
lonialista- se hizo difusa y poco convincente para una creciente porcin ms eficaces. Los programas conservadores eran claros. Dentro ?e Esta-
de las poblaciones del mundo. dos Unidos, los conservadores trataron de implementar polticas que
El inicio del estancamiento internacional de la economa de la dcada redujeran el costo del trabajo, minimizando las limitaciones ambientales
de los setenta tuvo dos consecuencias importantes para el poder esta- para los productores y reduciendo las prestaciones del Estado benefac-
dounidense. En primer lugar, el estancamiento trajo como resultado el tor. Los logros reales fueron modestos, por lo que los conservado~es se
derrumbe del desarrollismo - la idea segn la cual cualquier nacin desplazaron entonces con vigor a la escena internacional. Las reumones
poda poner al da su economa siempre y cuando el Estado interviniera del Foro Econmico Mundial en Davos ofrecieron una zona de encuen-
apropiadamente-, que era la principal premisa ideolgica de los movi- tro para las lites y los medios masivos de informac~n. El FMI les pro-
mientos de la vieja izquierda entonces en el poder. Uno tras otro, estos porcion un club a los ministros de finanzas y a los miembros de los ban-
regmenes enfrentaron desorden interno, baja en los niveles de vida, cos centrales. Y Estados Unidos presion para que se creara la
incremento en la dependencia por deudas con instituciones financieras Organizacin Mundial de Comercio, con el fin de impulsar el libre flujo
internacionales y erosin de la credibilidad. Lo que en la dcada de los comercial por encima de las fronteras nacionales.
sesenta haba parecido una exitosa navegacin hacia la descolonizacin Mientras Estados Unidos vea para otro iado, la Unin Sovitica se
del tercer mundo por obra de Estados Unidos -minimizando la disrup- vino abajo. S, Ronald Reagan apod a la Unin Sovitica el imperio del
cin y maximizando la suave transferencia del poder a regmenes que mal y ech mano de la ampulosidad retrica para hacer un llama~o en

21
20
-
favor de la destruccin del Muro de Berln, pero ni Estados Unidos guerras abiertas. La intervencin del exterior -en la que Estados Unidos
hablaba realmente en serio ni fue de hecho el responsable de la cada de figur muy destacadamente- trajo una tregua y puso fin a la violencia
la Unin Sovitica. La verdad es que la Unin Sovitica y su zona impe- ms despiadada, pero esta intervencin de ningn modo revirti la etnifi-
rial en Europa del este se desplomaron debido a la desilusin popular cacin, la cual hoy se ha consolidado y en cierta forma legitimado. Sin la
con la vieja izquierda en combinacin con los esfuerzos del dirigente participacin de Estados Unidos la violencia podra haber durado ms,
sovitico Mijal Gorbachov por salvar a su rgimen por medio de la liqui- habran acabado de otro modo estos conflictos? La violencia podra haber
dacin de Yalta e institucionalizando la liberalizacin interna: perestroika durado ms, pero el resultado bsico probablemente no habra sido muy
ms glasnost. Gorbachov logr liquidar a Yalta pero no salvar a la Unin distinto. El cuadro es an ms ttrico en Medio Oriente donde, en todo
Sovitica -aunque por poco lo logra, dicho sea de paso. caso, la participacin de Estados Unidos ha sido ms profunda y sus fra-
Ante lo repentino de este derrumbe, Estados Unidos se qued parali- casos ms espectaculares. En los Balcanes y en el Medio Oriente, Estados
zado e intrigado, sin saber bien cmo manejar las consecuencias. El de- Unidos no ha logrado imponer eficazmente su influencia hegemnica, no
rrumbe del comunismo en efecto signific el derrumbe del liberalismo al por falta de voluntad o de ganas, sino por falta de un poder real.
quitar la nica justificacin ideolgica detrs de la hegemona estadouni- Luego vino el 11 de septiembre: el impacto y la reaccin. Bajo el fuego
dense, una justificacin respaldada tcitamente por el oponente ideol- de los legisladores estadounidenses, la Agencia Central de Inteligencia
gico ostensible del liberalismo. Esta prdida de legitimidad llev directa- (CIA) ahora sostiene que le advirti al gobierno de Bush de la existencia
mente a la invasin iraqu de Kuwait, invasin que el dirigente iraqu de posibles amenazas. Pero la CIA, a pesar de la atencin que le prest a
Sadam Hussein jams se habra atrevido a emprender si los acuerdos de Al-Qaeda y de su experiencia en inteligencia, fue incapaz de anticipar
Yalta hubieran permanecido, En retrospectiva, los esfuerzos de Estados -y por tanto de prevenir- la realizacin de los golpes terroristas. O eso
Unidos en la guerra del Golfo lograron una tregua que bsicamente re- es lo que el director de la CIA, George Tenet, ha dicho. Este testimonio a
gres las cosas al punto de partida. Pero se puede quedar satisfecho un duras penas puede tranquilizar al gobierno estadounidense o a su pueblo.
poder hegemnico con un empate en una guerra con un poder regional Sea lo que sea lo que agreguen los historiadores, los ataques del 11 de
mediano? Sadam Hussein demostr que era posible pelearse con Esta- septiembre de 2001 plantearon un gran desafo al poder estadounidense.
dos Unidos y salirse con la suya. An ms que la derrota en Vietnam, el Los responsables no representaban a una gran potencia militar. Eran
temerario desafo de Sadam le ha comido las entraas a la derecha de miembros de una fuerza no estatal, con un alto grado de determinacin,
Estados Unidos, en particular a los llamados halcones, lo que explicaba el algo de dinero, una banda de seguidores fervientes y una base slida en
ferviente deseo de stos por invadir Iraq y destruir su rgimen. un estado dbil. En pocas palabras, no eran nada militarmente. Sin
Entre la guerra del Golfo y el 11 de septiembre de 2001, los dos mayo- embargo tuvieron xito en un ataq4~ franco al territorio estadounidense.
res escenarios del conflicto mundial fueron los Balcanes y Medio Oriente. George W. Bush lleg al poder con una actitud muy. crtica sobre el
En ambas regiones Estados Unidos ha desempeado un relevante papel manejo de los asuntos exteriores en el gobierno de Clinton. Bush y sus
diplomtico. Vistas las cosas en retr9spectiva, cun diferentes habran asesores no admitan -pero sin duda s eran conscientes- que el cami-
sido los resultados si Estad9sUriidos.hubiera asumido una postura com- no de Clinton era el mismo que haban seguido todos los presidentes d.e .
pletamente aislacionista? En los Balcanes, un estado multinacional exito- Estados Unidos desde Gerald Ford, incluidos Ronald Reagan y George
so en materia econmica, Yugoslavia, se fragment, en esencia, en las mis- H.W. Bush. Incluso haba sido el camino del actual gobierno de Bush
mas partes que lo componan. Durante diez aos, casi todos los estados antes del de septiembre. Basta ver la manera en la que Bush manej
resultantes se enfrascaron en un proceso de ~tnificacin, y experimenta- el denibamiento de un aVin estadounidtmse en China en abril de 2001
ron una violencia brutal, amplias violaciones a los .derechos humanos y para darse cuenta de que la prudencia haba normado el juego.

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Tras los ataques terroristas, J3ush cambi de ruta, declarndole la gue~ mismo sucedera al invadir Iraq el ejrcito estadounidense, y despus,
rra al terrorismo, asegurndole al pueblo estadounidense que el resul- cuando Estados Unidos ejerza su autoridad en cualquier otra parte, ya
tado es seguro e informndole al mundo estn con nosotros o estn sea en Irn, Corea del Norte, Colombia o tal vez Indonesia. Irnicamen-
contra nosotros. Mucho tiempo frustrados hasta por los gobiernos esta- te la lectura de los halcones se ha vuelto en buena medida la lectura de
dounidenses ms conservadores, los halcones por fin llegaban a domi- la' izquierda internacional, que ha estado vociferando en contra de las
nar la poltica del pas. Su postura es clara: Estados Unidos posee un medidas polticas de Estados Unid~s: sobre todo porque teme que sean
enorme podero militar y aunque sean incontables los dirigentes extran- altas las probabilidades del triunfo estadounidense.
jeros que piensen que no es prudente que Washington despliegue su fuer- Pero fas interpretaciones de los halcones son errneas y contribuirn
za militar, estos mismos dirigentes l},9 pueden hacer y no harn nada si nicamente al declive de Estados Unidos, transformando una cada gra-
Estados Unidos impone simplemente su voluntad a los dems. Los hal- dual en un desplome mucho ms veloz y turbulento. Especficamente, los
cones creen que Estados Unidos debe actuar como un poder imperial por planteamientos de los halcones fracasarn por motivos militares, econ-
dos motivos: primero, porque Estados Unidos se puede salir con la suya micos e ideolgicos.
y, segundo, porque si Washington no ejerce su fuerza, Estados Unidos
ser marginado cada vez ms. Sin duda la carta ms fuerte de Estados Unidos sigue siendo la militar;
de hecho, es su nica carta. En Ja actualidad, Estados Unidos cuenta con
Esta postura de los halcones hoy tiene tres expresiones: el ataque militar ei ms formidable aparato mil\tar del mundo. Y si se ha de creer lo que
a Afganistn, el respaldo de facto a los esfuerzos israelitas por liquidar a la se dice de las nuevas tecnologas militares sin paralelo, la ventaja militar
autoridad palestina y la invasin a Iraq. Un ao despus de los ataques de Estados Unidos sobre el resto del mundo hoy es considerablemente
terroristas de septiembre de 2001, tal vez sea muy pronto para evaluar lo mayor de lo que era hace apenas una dcada. Pero eso quiere decir que
que tales estrategias lograrn. Hasta ahora, estos esquemas han llevado al Estados Unidos puede invadir Iraq, conquistarlo rpidamente e instalar
derrocamiento de los talibn en Afganistn -sin el desmantelamiento un rgimen amistoso y estable? Para nada. Tngase en mente que de las
total de Al-Qaeda o la captura de los talibn de ms alta dirigencia-; a tres guerras importantes que el ejrcito estadounidense ha librado desde
una enorme destruccin en Palestina -sin volver irrelevante al dirigen- 1945 -Corea, Vietnam y la guerra del Golfo-, una termin en derrota
te palestino Yaser Arafat, como Jo considera el primer ministro israel . y dos en empate: no precisamente un expediente glorioso.
Ariel Sharon - , y a una fuerte oposicin de parte de los aliados estadou- .
nidenses en Europa y Medio Oriente a Jos planes para invadir Iraq. Cier- El ejrcito de Sadam Hussein no es el de los talibn y su control mili-
tas condiciones han variado en el panorama mundial: Yaser muri en con- tar interno es bastante ms coherente. Una invasin estadounidense su-
diciones que an no se han esclarecido y la invasin a Iraq se llev a cabo pondra necesariamente una seria fuerza de tierra, que tendr que
sin consentimiento de la ONU, pero con el apoyo de muchos pases del abrirse camino hasta Bagdad y que muy probablemente sufra bajas con-
mundo. Sin embargo los plantemientos que expone el autor sobre la pol- siderables. El ejrcito norteamericano no encontr en suelo iraqu una
tica militarista de Estados Unidos y su relacin con Israel siguen vigentes. fuerza militar considerable que se le opusiera, tampoco se encontraron
armas que representaran un peligro real. Aparentemente la estrategia de
La lectura que hacen los halcones de los acontecimientos recientes Sadam Hussein fue la de disolver el ejrcito para organizar una guerra de
enfatiza que Ja oposicin a las acciones estadounidenses, aunque seria, no resistencia para enfrentar a Estados Unidos despus de la. invasi.n. Tal
ha pasado de ser en buena medida verbal. Ni Europa occidental ni Rusia fuerza tambin requerir de bases de operaciones y Arabia Saudita ha
ni China ni Arabia Saudita parecen estar listas para romper seriamente dejado en claro que no desea desempear este papel. Ayudarn Kuwait
sus vnculos con Estados Unidos. En otras palabras, creen los halcones, o Turqua? Tal vez, si Washington apuesta su resto. Entre tan~o, se .P~:de
Washington ya se sali con la suya. Los halcones han asumido que lo esperar que Sadam Hussein despliegue todas las armas a su d1spos1c1Gn Y

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es precisamente el gobierno estadounidense el que no deja de bordar El logro[ ... ) prueba que la carrera tecnolgica que la mayora de los inge-
sobre lo desagradables que pueden ser estas armas. Estados Unidos pue- nieros estadounidenses crea estar ganando cmodamente est lejos de
d!.! presionar a los regmenes de la regin, pero el sentimiento popular en haber concluido.
la zona ve claramente todo este asunto como reflejo de un profundo pre- El artculo proceda a sealar que en los dos pases se dan prioridades
juicio antirabe en Estados Unidos. Puede ganarse semejante conflicto? cientficas y tecnolgicas contrastantes. La mquina japonesa fue cons-
I mando general britnico al parecer le ha informado al primer minis- truida para analizar los cambios climticos, mientras que las mquinas
tro Tony Blair que no lo cree as. estadounidenses fueron diseadas para simular armas. As, estamos de
y siempre est el asunto de los segundos frentes. Despus de la gue- vuelta ante el rasgo ms antiguo de los poderes hegemnicos. El poder
rra del Golfo, las fuerzas armadas estadounidenses trataron de preparar- dominante se concentra en lo militar; el candidato a sucesor se concentra
se para la posibilidad de luchar simultneamente dos guerras regionales. en la economa. Esto ltimo siempre ha rendido frutos abundantes. Le
M:\s tarde, el Pentgono abandorn) discretamente la idea por imprctica funcion a Estados Unidos, por qu no habra de funcionar tambin
v costosa. Pero quin puede asegurar que cuando Estados Unidos pa- para Japn, aliado probablemente con China? Yo dira, volvamos en diez
~czca estar atrapado en Iraq ninguno de sus enemigos potenciales vaya a aos y veamos qu fortuna ha corrido la economa estadounidense.
~olpear'? Vase tambin el asunto de la tolerancia popular a las guerras Finalmente, est la esfera ideolgica. En este momento, la economa de
sin victoria en Estados Unidos. Su gente oscila entre un fervor patritico Estados Unidos parece relativamente dbil, ms an si se considera que
que apoya a todos los presidentes de guerra y una profunda tendencia al las estrategias de los halcones son muy costosas en recursos. Adems,
aislacionismo. Desde 1945, el patriotismo ha topado con pared cada vez Estados Unidos sigue aislado en trminos polticos. De hecho nadie, salvo
que aumenta la lista de muertos. Hoy por qu habra de ser distinta la los halcones de Israel y Tony Blair, piensa que esa posicin tiene sentido
reaccin'? E incluso si los halcones -civiles en su mayora- se sienten o debe fortalecerse. Estados Unidos se manej con una arrogancia chan-
por encima de la opinin pblica, los generales del ejrcito estadouni- tajista, que en buena medida ha resultado contraproducente. La arro-
dense, quemados por Vietnam, no lo estn. gancia tiene su lado negativo. Perder canicas implica que uno tiene
,Y qu sucede en el frente de la economa? En la dcada de los ochen- menos canicas la prxima vez. La renuente aquiescencia de los amigos
ta. muchos analistas estadounidenses se pusieron histricos ante el mila- genera un resentimiento creciente, incluso Schadenfreude cuando las
''l'I.) de la economa japonesa. En los aos noventa, Estados Unidos se cosas van mal en Estados Unidos. El pas haba acumulado un conside-
~'!aj, dadas las dificultades econmicas de los japoneses. Luego de rable crdito ideolgico durante los ltimos doscientos aos, incluidos los
hal1er exagerado la velocidad a que Japn avanzaba, las autoridades de ltimos cincuenta. Bajo el rgimen de George W. Bush, Estados Unidos
Estados Unidos parecen estar de plcemes, confiadas en que Japn se ha perdi este crdito ms rpido de lo que Lyndon Johnson dilapid los
qut?dado atrs. En estos tiempos, Washington se muestra proclive a dar- excedentes de oro en los aos sesenta.
ks lecciones a los japoneses acerca de lo que hacen mal. ' Hay dos posibilidades principales para Estados Unidos en los prximos
Semejante triunfalismo apenas tiene algn respaldo. As pues, no sor- diez aos. Seguir el camino de los halcones, con fas consecuencias negati-
pn.ndi leer en el New York Times, el 20 de abril de 2002, que: vas para todos pero en especial para Estados Unidos. O bien decidir que
Un l:iboratorio japons .ha construido la computadora ms rpida del los aspectos negativos son demasiado grandes. Yo dira que las opciones
mundo, una mquina tan poderosa que iguala el poder de proc~samiento para el presidente Bush y para Estados Unidos son extremadamente limi-
combinado de las veinte computadoras estadounidenses ms rpidas, y que tadas, y que no hay modo de evitar que el pas contine su decadencia
rebasa con mucho la mqina lfder hasta 'ese momento, construida por IBM. durante los prximos diez afios como fuerza determinante en los asuntos
mundiales. De ser electo John Kerry, puede ser que no tenga mejores

27.
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\

opciones. John Ferry perdi las elecciones de 2004 y George W. Bush fue
reelecto para un nuevo perodo presidencial. ~l verdadero dilema no es si
Estados Unidos est en decadencia como potencia hegemnica, sino si
podr encontrar un modo de caer con elegancia, con el menor dao para
el mundo y para el propio pas.

.......
Segunda parte
RETRICAS Y REALIDADES MLTIPLES

28
11. EL SIGLO XX: OSCURIDAD AL MEDIODA?

A la mitad del siglo xx,Arthur Koestler escribi una novela sobre el rgi-
men sovitico y sus juicios prefabricados que titul Oscuridad al medio-
da1. Quisiera adoptar este ttulo como mi metfora para todo el siglo xx,
no slo para el rgimen sovitico. Pero al mismo tiempo el siglo en
muchos sentidos fue un Sol brillante a medianoche. De hecho, la mane-
ra en la que pensamos este siglo, tan difcil de evaluar, depende en buena
medida del sitio y el momento desde los cuales lo observemos. Hemos
estado trepados en algo as como una montaa rusa. Debemos recordar
que la montaa rusa suele terminar de dos modos. Por lo general, se re-
gresa ms o menos al punto de partida, por emocionados o aterrados que
hayan estado los tripulantes. Pero a veces el vagn se descarrila.
Henry Luce llamaba al siglo xx el siglo estadounidense. Estaba en lo
cierto indiscutiblemente, aunque eso sld sea una parte de la historia. El
ascenso de Estados Unidos a la hegemona en el sistema-mundo se.inici
~lrededor de 1870, en las primeras etapas de la cada del Reino Unido
desde sus antiguas alturas. Estados Unidos y Alemania compitieron entre
s como contendientes por la sucesin de Gran Bretaa. Lo que sucedi
es bien conocido y muy sencillo. Tanto Estados Unidos como Alemania
ampliaron enormemente su baseTndustrial entre 1870y1914, rebasando
ambos a Gran Bretaa. Sin .embargo, uno era una fuerza martima y
area y el otro era una fuerza de tierra. Las lneas de su expansin eco-
nmica fueron en este sentido distintas, como distinta fue la naturaleza
de ~u inversin militar. Estados Unidos estaba aliad.o econmica y polti-
camente con la que' hasta antes 'de su declive haba sido la potencia hege~
mnic;:a, Gran Bretaa. Despus tuvieron lugar las dos guerras mundia-
les, a las qu ms valda concebir conio una sola guerra de treinta
' ,. ) ;', '.' ;l ,,', ,}\ " } '",' ; ' J,',;,. '.,' ',,: '

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a~s, una ~u~rra esencialment~ entre Estados Unidos y Alemania _con Mi~ntras tanto, al parecer tambin se dio un problema poltico-militar.
el fin de defimr la hegemona en el sistema-mundo. No obstante la destruccin; la Unin Sovitica cobr mucha importancia

como potencia militar, y ocup media Europa. Se proclam un Estado
Alemania prob la ruta de la transformacin del sistema-mundo en un socialista con la misin terica de conducir al mundo entero hacia el
imperio-mundo, lo que ellos llamaron su tausendjiihriges Reich. La ruta socialismo -y ms adelante, en teora tambin, hacia el comunismo. En-
de la conquista imperial nunca ha funcionado como trayecto viable hacia tre 1945 y 1948, las llamadas democraci~s populares, bajo la gida del Par-
el d?minio en_ el marco de la economa-mundo capitalista, como ya antes tido Comunista, fu~ron apareciendo una por una en las zonas en las que
habia. descubierto Napolen. La acometida imperial mundial tiene la fi se encontraba el Ejrcito Rojo al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
ventaja en el corto plazo del vigor y la precipitacin militares. En el me- Para 1946; Winston Churchill hablaba de una Cortina de Hierro que
diano plazo tiene la desventaja de s~r..sumamente cara y de unificar a f
haba cado sobre Europa, desde Szczecin hasta Trieste.
todas las fuerzas de la oposicin. Tal y como la monarqua constitucional
Y cuasiliberal de Gran Bretaa hizo que la autocrtica Rusia zarista se
tr Adems, en los aos inmediatamente posteriores a 1945, los partidos
l.

enfrentara a Napolen, as la repblica representativa cuasiliberal de comunistas demostraron ser sumamente fuertes en un gran nmero de
Estados Unidos hizo que la estalinista Unin Sovitica se enfrentara a pases europeos. Los partidos comunistas ganaron de 25 a 40 p~r cien~o
del voto en las primeras elecciones de la posguerra en Francia, Italta,
Hi~ler: o 1:1~jor dicho, tanto Napolen como Hitler hicieron un gran tra-
bajo al umflcar a los dos poderes situados en los extremos de la masa con- Blgica, Finlandia y Checoslovaquia, resultado tanto de la fuerza que ya
tinental europea contra la v.oraz estructura de poder situada entre ellos. tenan en los aos de entreguerras como del papel que desempearon
durante la guerra al animar bena parte de la resistencia en contra del
Pero, cmo hemos de evaluar las consecuencias de est~ lucha? Emp~ nazismo y del fascismo. Lo mismo sucedi en Asia. En China, el Partido
ce~os con el resultado material. En 1945, despus de lo que fue una gue- Comunista marchaba en Shangai en contra del gobierno nacionalista que
rra mcr~blemente. destructiva para todo el continente europeo e igual de haba perdido su legitimidad. Los partidos comunistas y/o las g~errillas
destruchva en Asia del este -destructiva en trminos tanto de vidas fueron notablemente fuertes tambin en Japn, Filipinas, Indochina Ylas
como ~e i~aest:iictura - , Estados Unidos fue la nica de las grandes Indias Orientales Neerlandesas, y no fueron poca cosa en otras partes.
potencias mdustnales que sali intacta en trminos econmicos incluso
Los movimientos comunistas tenan l viento a favor. Sostenan que la
fortalecida, como resultado del crecimiento gradual durante los 'aos de
la guerra. Por algunos aos despus de 1945 hubo hambre en serio en historia estaba de su lado y actuaron como si se lo creyeran. Lo mismo
hicieron muchos otros desde los movimientos conservadores hasta los de
todas las dems regiones que antes eran avanzadas econmicamente, y en
centro-izquierda, y m~y particularmente la mayora de los socialdem-
todo caso la reconstruccin bsica de estas zonas fue un proceso difcil.
cratas. Estos otros teman que, en el transcurso de unos cuantos aos, sus
En una situacin as fue muy sencillo para las industrias de Estados pases se volvieran democracias populares. Y no deseaban que tal cosa
Unidos do1:1i~~r el mercado mundial. En un principio, su mayor proble- pasara. Ms enfticamente, estaban listos para resistir contra lo que ahora
ma no consis~10 en que hubiera muchos vendedores competitivos, sino en se llamaba retricamente la amenaza comunista al mundo libre.
la muy re?ucida de?1anda efectiva, y en que hubiera muy pocos compra-
En los ltimos treinta aos, una gran cantidad de historiografa revisio-
dor~s a mvel mun~ial debido a la cada del poder adquisitivo en Europa
nista ha surgido tanto de la izquierda como de la derecha. Los revision'.s-
occidental ~ ~n Asia del este. Esto requiri algo ms que ayuda: requiri
tas de izquierda han tendido a sostener que la llamada amenaza c?mums-
:econst.rucc10n. Po: productiva que fuera dicha reconstruccin para la
mdustna estadounidense, result costosa para los contribuyentes de Es-
ta fue una especie de espantajo, erigido por el gobierno estadoumdense '!
las fuerzas de la derecha del mundo, con el fin de asegurar la hegemoma
tad?~ U~idos. El enfrentar los costos de corto plazo plante un problema
de Estados Unidos en el sistema-mundo as como para aplacar -o al
pohtico mterno para el gobierno estadounidense.
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32
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11\1..'nos limitar- la fuerza de la izquierda y de los movimientos obreros en tanto de la influencia geopoltica, as como las modalidades de la forma-
h's c:-stados liberales de Occidente. Los revisionistas de derecha han tendi- cin de gobiernos en los pases liberados. La contencin fue una doctrina
di' a sostener, sobre todo cuando se volvieron accesibles los documentos que George Kennan invent algunos aos despus. Kennan, hablando a
s1niticos despus de 1989, que en efecto lleg a existir una red mundial ttulo personal, aunque indirectamente a nombre del establishment esta-
d1..' t'spas que trabajaba para la Unin Sovitica, que en efecto tena toda dounidense, abogaba por eso precisamente: contencin por parte de
b intencin de subvertir a los estados no comunistas y de transformarlos Estados Unidos y de la Unin Sovitica; no, sin embargo, contencin en
t'I\ dc:-mocracias populares. lugar de debilidad, sino contencin en lugar de acometida: una guerra fra
El hecho es que tanto la historiografa revisionista de izquierda como que no sera ni debera llegar a ser una guerra caliente. John Foster
lk derecha tal vez tengan en buena medida razn en sus afirmaciones Dulles, antes de volverse secretario de Estado con Eisenhower en 1953,
t'mpricas y se equivoquen en sus interpretaciones histricas. No hay haba abogado en favor de la acometida, en contra de la idea de Kennan.
dnda. ambos lados afirmaron en pblico y ms an en privado lo que los Pero de hecho, una vez en el poder, Dulles practic la contencin -muy
n.'\sionistas decan que haban afirmado. Es muy probable que la mayo- notablemente en 1956 con relacin a la Revolucin hngara- y la
rfa de los individuos en los departamentos clave de cada bando creyeran embestida qued relegada al discurso de los polticos marginales.
1..'n la retrica, o que al menos creyeran una buena parte de ella. Sin duda Lo que Yalta y la contencin lograron - quin llegar a saber los moti-
t:unbin ambos bandos emprendieron acciones cuyo fin no era otro que vos internos de todos los actores?- es bastante claro. La Unin Soviti-
n.':tlizar su retrica expansionista. Y sin duda, por ltimo, ambos lados ca tuvo una zona bajo su control absoluto - la mayor parte de lo que lla-
h;1t-rfan visto con gusto el derrumbe del otro y en buena medida eso era mamos Europa del este y Europa central-. Estados Unidos se qued con
in...-1.uso lo que esperaban. el resto del mundo. Estados Unidos nunca interfiri en la zona sovitica
Aun as, necesitamos un poco de sangre fra y algo de Realpolitik en -salvo por medio de la propaganda-. Por otra parte, la Unin Sovitica
m:.-.'stra apreciacin de lo que en realidad sucedi. En retrospectiva, pare- nunca interfiri realmente en ninguna zona fuera de su esfera con algo
1.'X' s::.'r claro que la Guerra Fra fue un ejercicio muy controlado, cuidado- ms que propaganda poltica y algo de dinero, con la sola excepcin seria
::;..i.m'nte construido y monitoreado, que nunca se sali de control y que de Afganistn: un gran error, como luego habran de aprender. A decir
m.:nK-a llev a la guerra mundial que todos teman. Yo lo he llamado un verdad, algunos pases ignoraron este cauto acuerdo bilateral estadouni-
n~:trneto. Ms an, en retrospectiva, no pasaron muchas cosas, en el senti- dense-sovitico, y ya llegaremos a eso.
d-." d.:- que en 1989 las lneas de demarcacin eran prcticamente las mis- Qu tuvo que ver Yalta con las prioridades econmicas mundiales
n~ que en 1945 y que al final no hubo ni una agresin sovitica contra estado~nidenses en la etapa inmediata de la posguerra? Como ya hemos
Ew.\.1pa occidental ni una acometida estadounidense sobre la Europa del dicho Estados Unidos necesitaba.crear una efectiva demanda a nivel
Q:.~. Ms an, hubo muchos puntos en los que cada lado exhibi un auto- mundial; sin embargo, no tena cantidades ilimitadas. de dinero para
1.'l.'iltrol por encima del mandato de la retrica. Lo que es ms, podemos lograrlo. En la distribucin de sus recursos, Estados Unidos le dio priori-
1.~'l.-ir que nada de esto fue intencional, sino tan slo el resultado de un dad a Europa occidental, tanto por motivos econmicos como por moti-
-.-c.pa.re, y hast~ ciert? punto,,_el!o podrfa s~r ~ierto..co~ to~o, lo~ .e~pates vos polticos. Resultado de eso fue el Plan Ma~shall. Este plan, record~
~ xen favorecidos por las lasitudes que resultan de las intenciones tcitas. mos, lo ofreci Marshall a todos los aliados. De veras quera Estados
l"hl escenario histrico demanda cautela al evaluar los motivos y las Unidos que lo aceptara la Unin Sovitica? Lo dudo mucho, y en esa
~l\.-1i.:iridades de cada bando. Observemos dos palabras clave: Yalta y con- poca recuerdo haber escuchado al vocero del Departamento de Estado
~w.on. En forma muy ostensible, Yalta estableci las fronteras del admitir que no era as. :. "' ' '
J.\."tiartelamiento de las tropas en la prospectiva de la posguerra y. por

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El siglo estadounidense fue una realidad geopoltica, pero una realidad


Como haya sido, la Unin S,ovitica declin ser parte de la proposicin
geopoltica en la que la otra as llamada superpotencia, la Unin Soviti-
y se asegur de que ninguno de los pases n su zona respondiera de
ca, tuvo un papel, una voz, pero no el poder para hacer otra cosa ms que
manera favorable. Esto fue una suerte para Estados Unidos, por dos
motivos. Si la Unin Sovitica se hubiera metido al plan, ste se habra i pavonearse dentro de su jaula; y as, en 1989, la jaula explot hacia den-
r tro. Sin embargo, con. este estallido desapareci tambin la subyacente
vuelto sumamente caro, adems de que el Congreso estadounidense
nunca habra dado su voto a favor. El principal argumento que hizo posi-
ble el apoyo bipartidista al Plan Marshall fue la necesidad de frenar al
comunismo. De manera que qu era lo que en realidad suceda? La

f

justificacin poltica pe la hegemon\l estadounidense y cambi as_imismo
la geopoltica del sistema-mundo, tema al que habremos de refenmos.
Pasemos ahora al segund gran acontecimiento del siglo xx, el opuesto
ayuda del Plan Marshall fue la otr..cara de los acuerdos de Yalta. La . \ exacto de la hegemona de Estados Unidos: el lento pero constante recha-
Unin Sovitica qued en libertad de establecer un bloque mercantil . 1
zo de parte del mundo no occidental al dominio paneuropeo. La cspide
dentro de la economa-mundo, pero no recibi ningn tipo de asistencia
econmica para su reconstruccin. Cero interferencia, pero nada ,de
! de la expansin de Europa se dio en realidad hacia 1900, un siglo ente-
ro atrs. Fue entonces que W.E.B. Du Bois se puso a proclamar que el
ayuda. La nica vez que estos acuerdos parecieron peligrar fue en el problema del siglo xx era el problema de la lnea de color. Nadie le crey
momento del bloqueo de Berln. Pero el resultado neto del bloqueo fue en ese entonces, pero tena toda la razn. Aun antes de la Primera Gue-
el de una tregua en el mismo punto en el que dio comienzo, que le dio a rra Mundial, hubo cierto nmero de llamadas revoluciones que debieron
Estados Unidos la excusa para lanzar la OTAN y a la Unin Sovitica para haber concitado la atencin de los analistas: Mxico, Afganistn, Persia,
crear el Pacto de Varsovia. Tambin le dio a cada bando el pretexto para China y, no menos, la derrota de Rusia por parte de Japn en 1905. Para
gastar mucho ms en su ejrcito, lo que en el corto plazo -si no es que entonces ya exista tal sciedad de elogios mutuos en el mundo pan-extra-
en el largo- fue benfico en trminos econmicos. occidental, que estos acontecimientos fueron conocidos en todos lados Y
sirvieron para estimular otros actos en contra del dominio paneuropeo.
Asia, desde luego, qued un tanto fuera de estos acuerdos.Y los comu-
nistas chinos no tenan ninguna intencin de que los dejaran fuera. Por De hecho, yo creo que no debemos pensar la revolucin rusa como 1_111
eso marcharon hacia Shangai, en contra de los deseos de Stalin. En Esta- revolucin proletaria -claramente no lo.fue-, sino como el ms exito-
dos Unidos, la derecha dijo que Estados Unidos perdi China, aunque en . so y espectacular de los esfuerzos por rechazar el dominio paneliropeo.
realidad fue la Unin Sovitica la que perd China, y a la larga eso resul- A decir verdad, muchos rusos insistan en que ellos eran europeos. Y los
t mucho ms relevante. Luego vino la guerra de Corea. Cualquiera que bolcheviques se pusieron de ese lado en el largo debate entre occidenta-
sea la verdadera historia de quin y cundo inici qu, parece estar claro, listas y eslavfilos. Pero esto slo apunta la ambivalencia central de los
de nuevo en retrospectiva, que ni Estados Unidos ni la Unin Sovitica movimientos que buscaban quitarse de encima el dominio paneuropeo.
queran empezar esa guerra. Y luego de un prolongado y cruento involu- Queran una separacin y una integracin al mismo tiempo, ambas en
cramiento, en el que Estados Unidos perdi vidas pero no as la Unin nombre de la igualdad. En todo caso, los bolcheviques se dieron cuenta,
Sovitica, la guerra termin con una tregua ms o menos en el punto de luego de constatar que no llegaba la tan anticipada revolucin alemana,
partida, un resultado muy similar al del bloqueo de Berln. Pero, una vez de que su supervivencia y su papel en el mundo estaban vinculados a l~
ms, esa guerra ofreci el pretexto que haca falta para que Estados Uni- lucha antiimperialista mundial. ste fue el sentido del congreso de Baku
dos reforzara muy generosamente la economa japonesa y para firmar un de 1920.
pacto de defensa. De manera que Asia del este, desde el punto de vista En el periodo posterior a 1945, Ja descolonizacin estuvo a la orden del
estadounidense-sovitico, estaba dentro de los acuerdos de Yalta. Y luego da. Esto se debi en parte a una retirada inteligente y oportuna de los
del embrollo Quemoy-Matsu en 1955, tambin China lo acept de facto. poderes colonizadores. Pero esta sabidura de su parte fue en bu~na
37
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m~dida resultado de las luchas heroicas que dieron los movimientos de en todo el mundo. Los movimientos antisistmicos llegaron al poder, o al
liberacin nacional en tres continentes. Las tres luchas que tuvieron el menos a un poder parcial, casi en todas partes. El paso nmero dos, la
mayor impacto geopoltico fueron las de Vietnam, Argelia y Cuba. No se transformacin de la sociedad, se poda entonces emprender, as como la
puede decir que ninguno de estos movimientos fueran agentes de la evaluacin de sus resultados. Fueron los militantes y las masas quienes a
Unin Sovitica. Muy por el contrario. Estos movimientos en esencia fin de cuentas descubrieron que los resultados estaban tan por debajo de
desafiaron los acuerdos de Yalta e impusieron un conjunto distinto de sus expectativas que ventilaron su desencanto contra los mismos movi-
prioridades en la escena geopoltica, lo que ms adelante tuvieron que mientos y sus dirigentes, primero en las revoluciones de 1968 y luego en
act!ptar tanto la Unin Sovitica como Estados Unidos. la secuela de las tres dcadas siguientes.
Ahora bien, si comparamos el ao 2000 con 1900, vemos hasta qu pun- Las dos tendencias del siglo xx se unieron en las ltimas dcadas del
to la lucha antiimperialista fue abrumadoramente exitosa y lo poco, sin siglo. La cad.a de los comunismos en 1989-1991 fue el clmax del proceso
embargo, que cambi las realidades del sistema-mundo, pese a las espe- de desencanto que haba salido a la superficie en 1968. Sin embargo, al
ranzas, intenciones y expectativas de quienes participaron en ella. En mismo tiempo las campanas doblaron por la muerte del poder global
2000 no quedan colonias formales significativas. Tenemos a un africano estadounidense, que perda sus soportes polticos en dos sentidos. Por un
como secretario general de la. ONU. Y el racismo abierto y formal se ha lado, termin la justificacin poltica que sostena la permanente subor-
convertido en un tab retrico. Por otra parte, sabemos hasta qu punto dinacin al liderazgo estadounidense de sus dos principales rivales en
anda suelto el neocolonialismo (para usar la olvidada pero til frase de materia econmica, Europa occidental y Japn, ahora revitalizados. Por
Nkrumah). Puede ser que un africano sea el secretario general de la ONU otro lado, acab con las coacciones que los movimientos antisistmicos
pero un estadounidense es el que est al frente del ms importante Banco haban puesto a la actividad poltica de las masas, a la que ellos se haban
Mundial, y un europeo occidental, del Fondo Monetario Internacional. Y encargado de canalizar y en realidad de despolitizar. Por lo que podemos
aunque sea tab la retrica del racismo; su realidad es tan grande como decir que en el ao 2000, en comparacin con el de 1900, el mundo
siempre y todo el mundo entiende las inconfesadas palabras en clave que paneuropeo era en realidad mucho ms dbil geopoltica y culturalmen-
k pemliten operar. te, pero el resto del mundo se haba gastado las municiones que haba
Ciertamente, el xito misrrio de los movimientos antisistmicos ha sido movilizado y se revolcaba en la zozobra econmica y poltica sin la cer-
la mayor causa de su desgracia. A finales del siglo XIX, los diversos movi- teza que alguna vez tuvieron estos movimientos: que la historia estaba de
mientos antisistmicos, todos ellos polticamente dbiles, desarrollaron su su lado. De ah la oscuridad al medioda tanto para el mundo paneuro-
estrategia para la transformacin social, el famoso plan de los dos pasos: peo como para el resto del mundo, luego de un largo periodo -sobre
primero, movilizarse para alcanzar el poder del Estado en todos los esta- todo
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de 1945 a 1970- de un sol brillante
/ ,.,..,,.
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a medianoche.
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dos: luego usar el poder del Estado para transformar la sociedad. sta fue No he mencionado, al contar esta historia, la arremetida p.azi-fascista en
la estrategia que adoptaron los marxistas a nombre del movimiento obre- los aos de entreguerras, ni tampoco las llamadas limpiezas tnicas que
ro. sta fue la estrategia que adoptaron los polticos nacionalistas. Inclu- hemos vivido a ltimas fechas, ni los horrores del gulag de los regmenes
so fue la estrategia que adoptaion l~s m~vimientos de las.. muj~res, as comunistas -aunque desde luego tambin de otros muchos regmenes.
como los movimientos de las. llamadas minoras en la medida en que se No son relevantes? S, desde luego, en la medida que el sufrimiento bru-
concentraron en el sufragio y en otros derechos polticos. En 1900, esta tal siempre es relevante y siempre es repugnante en trminos morales.
estrategia pareca ser el.nico camino viable para esos movimientos, y es Pero cmo evaluamos, primero, las causas de estos horrores, y, despus,
probable que as fuera. Ciertamente pareca un camino arduo, Pra la su derrotero? El mito centsta dominante..dice que la soberbia. ideolgi-
Meada de los sesenta, las movilizaciones haban alcanzado el primer paso
; ' " . . ... . ~a y la desviacin colectiva del firme camino moderado que ofrecan al
l' ,;, '! '' / <t'' ' \ ,,' ,, ,' ' / \ ,,

39.
sistema-mundo quienes ms,.poder tenan sobre l fueron la causa de ble. El. siglo XIX fue el siglo del progreso, durante el cual el sistema tsl'X'-
estos horrores. Se dice que Auschwitz fue rsultado del racismo irracio- talista pareci al fin dar.sus frutos tecnolgicos y su potencial para fa 3CU-
nal, que los gulags fueron consecuencia de la imposicin (y de la expec- mulacin del capital. Fue el siglo en el que la nueva ascendente <reoculm-
tativa) de utopas arrogantes, que la limpieza tnica es resultado de xeno- ra del liberalismo daba la impresin de arrasar con los ltimos~estici0S
. fobias atvicas y enclavadas culturalmente. culturales del ancien rgime. Fue el siglo en el que al fin se entroniz:i ~l
ciud~dano como el ~ortador de la spberana. Fue el siglo de la Pax Bri-
Aun sin entrar en detalles, sta es una forma de anlisis nada razonable.
tanmca en las zonas centrales -o al menos se le ocultaron a la gente fas
Auschwitz, los gulags y la limpieza tnica se dieron dentro del marco de
rupturas ocasionales- y las conquistas imperiales en las zonas extraeu-
un sistema histrico social, la economa-mundo capitalista. Tenemos que
ropeas. Fue el periodo en el que ser burgus, blanco, varn, cristiano y
preguntar qu tiene este sistema que produjo semejantes fenmenos y
calificado era prueba de civilizacin y garantizaba progreso. Por eso d
qu les permiti florecer en el siglo xx, en formas y niveles que nunca
estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 tuvo t~to in1pacto cul-
antes se haban dado. Vivimos en un sistema en el que ha habido una lu-
tural dentro de las zonas paneuropeas.
cha de clases permanente. Vivimos en un sistema que ha supuesto la pola-
rizacin continua de las poblaciones, en trminos econmicos, polticos, El siglo xx, como decamos al principio, ha sido una montaa rusa. fr
sociales y ahora incluso demogrficos. Vivimos en un sistema que desde un lado, los avances tecnolgicos en todos los campos han superado ix'r
un principio implant el racismo y el sexismo en sus estructuras. Y desde mucho la expectativa del siglo XIX. Vivimos en medio de una fantasa t.k
luego vivimos en un sistema que ha estructurado los mismos movimien- Julio Veme y se nos promete mucho ms para los siguientes treinta mtl'-"-
tos antisistmicos que han desafiado la legitimidad y la viabilidad del pro- Lo mismo puede decirse de la acumulacin de capital, incluso si rest:mh'\$
pio sistema. todo el acervo de capital destruido en las mltiples conflagraciones. La
democratizacin del mundo tambin ha avanzado, en el sentido de que 1:\
Una de las formas en las que 1900 fue diferente a 1800, y a fortiori de
exigencia de gozar de una ciudadana cabal ha sido adoptada por todos y
1700 o de 1600, es que las apuestas del casino global se volvieron ms cada uno y ha llegado ms all de lo que imaginaban sus ms atrevidl'\$
altas. Ganar y perder tuvo mayores consecuencias para los contendientes,
abogados en el siglo XIX. As que ah estamos, sol brillante a medianod1~'.
tanto porque la movilidad -hacia arriba y hacia abajo- para los indivi-
duos y para las comunidades era niucho mayor, como porque la brecha Sin embargo, como todos sabemos, en el siglo XXI estanios rodeadl'S
se hizo mucho ms grande y creca incesantemente a un ritmo geomtri~ por el miedo, la confusin, el desesperado desorden de todo. Nos tksa-
co, no aritmtico. No tratar de explicar aqu los particulares de estos Iientan los horrores del siglo XX. Nos desalientan an ms sus fracast1s:
fenmenos. Slo deseo insistir en que las explicaciones deben encontrar- q~e Estados Unidos no cumpliera la promesa de la utopa liberal mun-
se en el funcionamiento del sistema y no en un supuesto desvo de su ade- dial hecha constantemente por sus idelogos; que los movimientos anti-
cuado funcionamiento. Tambin deseo insistir en que, por terribles que sistmicos no crearan una nueva sociedad, les lendemains qui clumtmt.
fueran estos sucesos para todos aquellos que los sufrieron, importaron que prometieron constantemente, al menos hasta hace muy poco. Es
menos para la evolucin histrica del sistema-mundo moderno que las como si el crecimiento increble y siempre veloz del sistema capitalista se
dos realidades centrales del siglo xx: el ascenso y el comienzo del declive hubiera salido de las manos y hubiera creado clulas cancergenas con
de la hegemona estadounidense y la espectacular revaloracin poltica metstasis por todos lados.
del mundo extraeuropeo, el cual cambi menos de lo que cualquiera hu- Estamos frente a la incertidumbre. Qu bueno que Ilya Prigoginc nos
biera supuesto. diga que la incertidumbre es la realidad central del universo y no nada
Si se compara la economa-mundo capitalista del siglo xx con la econo- ms de nuestra actual situacin histrica. Sigue sin gustamos y Ja encon-
ma-mundo capitalista del siglo XIX, existe realmente una diferencia nota- tramos muy difcil de manejar, psicolgica y polticamente. Pero cstam~s

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.n
obligados a hacerlo. Nos encontramos en la fase terminal de un sistema III. LA GLOBALIZACIN: UNA TRAYECTORIA
histrico, en una poca de transicin. En una poca de transicin esta- A LARGO PLAZO DEL SISTEMA-MUNDO
mos obligados a volver a nuestros deberes intelectuales, morales y por
tanto polticos. Lo primero es la bsqueda de lucidez sobre el lugar en el
que estamos. Rosa Luxemburgo ya dijo al comienzo del siglo xx que lo
ms revolucionario que alguien puede hacer es proclamar con fuerza lo
que est sucediendo.
Pero una vez que lo hayamos hecho, debemos discutir con nuestros
amigos, con nuestros aliados, con todos aquellos que parecen querer un
mundo ms democrtico e igualitario, qu tipos de nuevas estructuras Al~ d.c,ada de los nove~ta del siglo XX la inunda el discurso sobre la glo-
querramos, cuando menos en trminos generales, y qu tipos de estrate- bahzac1on. Todos nos dicen que hoy vivimos, y por primera vez, en una
gias podramos emplear en la tan intensa aunque inevitablemente confu- era de globalizacin. Se nos dice que la globalizacin lo ha cambiado to-
sa lucha durante una transicin histrica mayor. Debemos conducir tal do: declina la soberana de los estados; desaparece la capacidad que todos
discusin sin jerarquas, con gran apertura y con una cierta dosis de tenan P?ra enfrentar las reglas del mercado; se anula por completo nues-
humildad, pero, por otra parte, con cierta claridad sobre los patrones tra posibilidad de autonoma cultural, y la estabilidad de todas nuestras
mnimos de inclusividad e insistiendo en mantener una visin histrica a identidades est seriamente cuestionada. Algunos celebran este estado
largo plazo. de supuesta globalizacin, mientras que otros lo lamentan.
Esto no ser sencillo. Tal discusin desde luego que ya se ha estado Este discurso es de hecho una muy mala lectura de la realidad actual:
dando. Pero no basta: Necesitamos sumu nuestras voces, tanto en las pla- una impostura que nos han endilgado los grupos poderosos y, peor an,
zas acadmicas como en las plazas ms pblicas. Debemos ser serios. que nosotros mismos nos hemos impuesto, en ocasiones con desaliento.
Debemos comprometernos. Debemos actuar con serenidad. Y debemos Se trata de un discurso que nos lleva a ignorar los verdaderos asuntos que
ser imaginativos. No es poca cosa. Pero como dijo Hillel hace dos mil tenemos ante nosotros y a entender mal la crisis histrica en la cual nos
aos: Si yo no, entonces quin? Y si no es ahora, cundo?. encontramos. Ciertamente estamos en un momento de transformacin.
P~ro no estamos en un mundo recin globalizado y con reglas claras. Ms
bien nos situamos en una poca de transicin, no slo la transicin de
unos cuantos pases rezagados que necesitan ponerse al da con el espri-
tu de la globalizacin, sino una t!~nsicin en la que todo el sistema-
NOTA
mu~do ~apitalista ser transformado en algo distinto. El futuro, lejos de
l. Darkness at Noon, publicada en espaol como El cero y el infinito [E.]. ser mev1table y sin alternativa, est siendo determinado en esta transi-
cin, cuyo resultado es extremadamente incierto.
.: \, De hecho, los procesos a los que por lo comn nos referimos al hablar
de la globalizacin no son de ninguna manera nuevos. Han existido a lo
largo d~ unos quinientos aos. La eleccin que hoy tenemos que realizar
no es s1 nos plegamos o no a .estos procesos, sino ms bien qu hacer
cuando estos procesos se desmoronen, como hy se estn desmoronan~
do. Al leer la mayora de las opiniones se pensara que la globalizacin

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es algo que empez a existir e,n la dcada de los noventa - tal vez con la creando simultneamente.una gran riqueza y una gran presin social en
cada de la Unin Sovitica, tal vez poco ante: Sin embargo, la dcada de el sistema social del mundo. ' ' '
los noventa no es una referencia temporal til si lo que se quiere es ana- A partir de 1945, Estados Unidos enfrent dos grandes problemas:
lizar lo que est sucediendo. Ms bien, podemos observar la actual situa- necesitaba un orden mundial relativamente estable en qu sacar prove-
cin con mayor ventaja desde otros dos marcos temporales: el que va de cho de sus ventajas econmicas y riec'e~itab reestablecer cierta deman-
1945 al presente, y el que va de alrededor de 1450 hasta el presente. da efectiva en el resto del rriundo,"si esperaba contar con consumidores
El periodo que va de 1945 al presente es el del tpico ciclo Kondratieff para sus florecientes empresas productivas. En el periodo que va de 1945
de la economa-mundo capitalista, el cual ha tenido, como siempre, dos a 1955, Estados Unidos fue capaz de resolver estos dos problemas sin
partes: una fase a o de curva ascendente o de expansin econmica, que gran dificultad. El problema del orden mundial se solucion en dos par-
en este caso fue de 1945 a 1967-1973, y una fase b o de curva descen- tes. Por un lado, el establecimiento de un conjunto de instituciones inte-
dente o de contraccin econmica, que va de 1967-1973 hasta el presen:.. restatales -sobre todo la ONU, el FMI y el Banco Mundial- que Estados
te y que probablemente haya de seguir durante algunos aos ms. El Unidos lgr controlar polticamente y que ofrecieron el marco de un
periodo de 1450 al presente, en cambio, seala el ciclo de vida de la eco- orden formal. Y por otro, y de mayor relevancia, Estados Unidos lleg a
noma-mundo capitalista, el cual tuvo su etapa de gnesis, su etapa de un acuerdo con la nica potenciar militar importante en el mundo post
desarrollo normal y ahora ha ingresado en su etapa de crisis final. Con el 1945, la Unin Sovitica.
propsito de entender la situacin actual, debemos distinguir entre estos El acuerdo de Yalta, elaborad9 en detalle a lo largo de una dcada, con-
dos tiempos sociales y los datos empricos de cada uno. taba bsicamente con tres clusulas. Primero, el mundo habra de dividir-
En muchos sentidos, el ciclo Kondratieff en el que nos encontramos es se de facto en una zona estadounidense - la mayor parte del mundo- y
el ms sencillo de entender de los dos tiempos sociales, ya que se parece una zona sovitica -el resto-; la lnea divisoria estara all donde sus
a todos los ciclos Kondratieff previos, los cuales estn muy estudiados. La respectivas tropas se encontraban al terminar Ja Segunda Guerra Mun-
fase a del actual ciclo Kondratieff fue la que los franceses llamaron muy dial. Segundo, la zona sovitica, de as desearlo, poda reducir al mnimo
atinadamente les trente glorieuses (los gloriosos treinta). Coincidi con sus transacciones comerciales con la zona estadounidense hasta que
el punto culminante de la hegemona de Estados Unidos en el sistema-. lograra fortalecer su propia maquinaria productiva, pero lo anterior
mundo y se dio en el marco del orden mundial que estableci Estados supona por otro lado que no se esperara que Estados Unidos colabora-
Unidos despus de 1945. Como sabemos, Estados Unidos emergi de la se en la reconstruccin econmica de esta zona Y tercero, ambas partes
Segunda Guerra Mundial como la nica gran potencia industrial cuyas estaban en libertad de entregarse a una vigorosa retrica recprocamen-
plantas estaban intactas y cuyos territorios no resultaron tremendame~ te hostil, y de hecho la estimularon, cuya funcin principal pareca ser la
te daados por la destruccin blica. Claro que las industrias estadoum- de consolidar el control poltico de parte de Estados Unidos v de la Unin
denses llevaban un siglo perfeccionando su eficiencia. Este desarrollo y
Sovitica sobre sus zonas respectivas. El bloqueo de Berln la guerra de
econmico a largo plazo, combinado con la cada literal de las estructu- Corea, los cuales acabaron en treguas que afirmaron las lfueas divisorias
ras econmicas de los otros grandes sitios de produccin en el mundo, le originales, fueron las coronas finales de este acuerdo global.
dio a Estados Unidos una delantera productiva enorme, al menos por un El problema de crear la suficiente demanda mundial para la produc-
tiempo, y facilit el dominio del mercado mundial por los productos esta- cin estadounidense se resolvi por medio del Plan Marshall para Euro-
dounidenses. Ms an, hizo posible la mayor expansin del valor y de la pa occidental y la equivalente asistencia econmica para Japn, que ocu-
verdadera produccin en la historia de la economa-mundo capitalista, rri sobre todo luego del estallido de la guerra de Corea y con la excusa
de la guerra. Estados Unidos aprove~h las tensiones de la Guerra Fra

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para fortalecer estos vnculos econmicos por medio de alianzas milita- necesidad de Estados Unidos ele abandonar el patrn oro y la revolucin
res -la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte (OTAN) y el Trata- mundial de 1968. La primera se debi a que los gastos poltico-militares
do de Seguridad entre Estados Unidos y Japn- lo que garantiz que de la implantacin de la hegemona estadounidense y la disminucin de
estas zonas siguieran fielmente el liderazgo poltico de Estados Unidos la competitividad en los mercados mundiales resultaron demasiado caras
en todos los asuntos ms importantes en la arena internacional. y, por tanto, drenaron el excedente financiero. Estados Unidos tuvo que
A decir verdad, no todos quedaron satisfechos con estos arreglos. Ah empezar a trabajar duro en trminos polticos para conservar las venta-
estaban los que a fin de cuentas permanecieron al margen de los benefi- jas econmicas de las que se haba hecho tan fcilmente en la fase a y
cios de Yalta: el tercer mundo en su totalidad, los grupos menos favoreci- empezar a apretar de algn modo su cinturn monetario.
dos dentro del mundo occidental y los estados satlites soviticos de la La revolucin mundial de 1968 la desencaden el descontento de todos
Europa del este y del centro, los cuales aguantaron su yugo pero no lo aquellos que quedaron fuera del bien organizado orden mundial de la
celebraron. Con cierta regularidad los que quedaron afuera se rebelaron, hegemona estadounidense. Los detalles de los levantamientos de 1968
y en ocasiones lo hicieron con particular fuerza: China en 1945-1948, Viet- fueron distintos en cada punto del sistema-mundo, pero esos levanta-
nam, Argelia, Hungra en 1956, Cuba y el sur de frica. Estas sucesivas . mientos se dieron por todas partes: adems cie los conocidos aconteci-
erupciones plantearon problemas al orden mundial estadounidense y mientos de 1968 en Occidente y en Japn, yo incluyo la revolucin cultu-
tambin para la Unin Sovitica. Pero fueron como golpes al vientre de ral china que dio comienzo en 1966 y la vuelta hacia un socialismo con
un boxeador fuerte: era posible absorber los golpes y as sucedi. La gran rostro humano en Checoslovaquia en 1968, as como lo sucedido en
excepcin fue la guerra de Vietnam, la cual empez a d~sangrar Esta- a Mxico, Senegal, Tnez, India y muchos otros pases del tercer mundo.
dos Unidos en trminos de finanzas y prdidas humanas y, por tanto, en En todos ellos, por diferentes que fueran las condiciones locales, hubo
trminos de la moral nacional estadounidense tambin. dos temas recurrentes. El primero era la oposicin a la hegemona esta-
Pero el mayor de los golpes a Estado~ Unidos, el ms difcil de absor- dounidense y a la colusin sovitica con dicha hegemona. Y el segundo
ber, fue la recuperacin econmica y ms adelante el florecimiento de era el desencanto con la vieja izquierda en todas sus formas. Este ltimo
Europa occidental y de Japn. Para la dcada de los sesenta, la brecha desencanto fue la consecuencia no vaticinada del triunfo mismo de esos
productiva entre estos paSes y Estados Unidos ya haba sido ms o viejos movimientos de izquierda. El hecho es que, en la etapa ele la hege-
menos eliminada. Los pases de Europa occidental y Japn recuperaron mona estadounidense, en todas partes los movimientos de la vieja
el control sobre sus mercados nacionales y empezaron a competir eficaz- izquierda llegaron paradjicamente (o tal vez no tan paradjicamente) al
mente con los productos estadounidenses en los mercados de terceros poder: como partidos comunistas en los pases socialistas del Elba al Yalu;
pases. Incluso empezaron a ser competitivos en el mercado interno de como partidos socialdemcratas o sus equivalentes en el mundo paneu-
Estados Unidos. As, para el final de la dcada de los sesenta ya haba ropeo de Europa occidental, Amrica del Norte y Australasia; y como
desaparecido en buena medida la ventaja econmica estadounidense que movimientos de liberacin nacional en el tercer mundo o, de manera
se daba por sentada. equivalente, cmo movimientos populistas en Amrica Latina. Llegaron
' \ ' al poder pero no fueron capaces de lograr el segundo paso que haban
El incremento en la produccin mundial que result de la recuperacin previsto: l transformacin de la sociedad; o as lo creyeron los revolu~
y de la expansin de la produccin de Europa occidental y de Japn llev
ciCmarios d~.1968. Al no cumplir sus promesas histricas, los movimien-
a unq saturacin del mercado mundial y a un agudo declive en las ganan- tos que llegaron al poder fueron vistos como fracasos.
cias en muchos de los principales sectores industriales, como el del acero,
los automviles y la electrnica. La consecuente cada en el mercado de .J>reci~amente en este punto la econo~fa-mundo ingres a un la~go
la economa-mundo qued sealada por dos grandes acontecimientos: la .
periodq de estancamiento. La medida decisiva de un estancamiento en la
'

.46 47
economa-mundo es que las ganancias provenientes de la produccin cipales estados del ~orte. Pero obsrvese que de inmediato ocurre ~tf''
caen .considerablemente de ls niveles que tenan en ia etapa anterior, la extrao. La decisin de la QPEP, que por mucho tiempo defendieron ks
fase a: Esto tiene una serie de claras consecuencias. Primero, en la bs- llamados estados radicales de Libia y Argelia, slo fue posible enton..--..'S
queda de utilidades, las personas con capital pasan de buscar sus ganan- por el apoyo entusiasta recientemente obtenido de los dos amigos m~\s
cias en la esfera productiva a buscarlas en la esfera financiera. En segun- cercanos de Estados Unidos en Medio Oriente, Arabia Saudita y d Ir-U\
do lugar hay un desempleo considerablemente mayor a nivel mundial. del sha. Qu curioso! ,
' ' 1 ' \ '

Tercero, se dan cambios significativos en los centros de produccin, El efecto del alza del precio del petrleo fue inmediato. Elev los PR'-
pasando de las reas de salarios elevados a las reas de salarios bajos: lo cios de casi todos los productos, aunque de manera desigual. Llev ~ ~m
que se llam el fenmeno de fbricas en fuga. Puede verse que este tro descenso en la produccin de un gran nmero de bienes. lo que tuc
de consecuencias se dio en todo ef mundo alrededor de 1970. Hemos bueno, debido a los excedentes de la produccin. Los pases que dc1~n
tenido una escalada sin fin de la actividad especulativa, la cual es suma- dan de ingresos provenientes de la exportacin de materias primas Yte-
mente rendidora para un grupo relativamente pequefio de personas, al ron descender sus entradas en el momento mismo en el que subfan dt.'
menos hasta que la burbuja truena. Hemos tenido cambios en la produc- precio sus importaciones; de ah que tuvieran que enfrentar agudas ~fi.
cin muy importantes desde Amrica del Norte, Europa occidental e cultades en su balanza de pagos. El aumento en los ingresos prowmcn-
incluso Japn hacia otros lugares del si~tema-mundo, que en consecuen- tes de la venta del petrleo se fue primero a los pases productores de
cia han llegado a afirmar que se estaban industrializando y por tanto petrleo, y desde luego a las llamadas Siete Hermanas, las podcn.::is
1
desarrollando. Otra manera de caracterizar lo que sucedi es decirque megaestructuras transnacionales de la industria petrolera Los p:us1.'S
estos pases semiperifricos fueron los receptores de industrias que productores de petrleo se vieron de pronto con un excedente mondn
entonces eran menos provechosas. Y hemos tenido un incremento en el rio. Parte de l se fue al incremento de los gastos de estos pases, en buena
desempleo en todas partes: con toda seguridad en casi todos los pases del medida a las importaciones provenientes del norte, lo que ayud a n:s-
sur, aunque tambin en el norte. Cierto que las tasas de desempleo no tie- taurar la demanda en los pases del norte. Pero otra parte se fue a ct11.'n-
nen que ser uniformes en todos los pases. Al contrario. De hecho, una de tas bancarias, sobre todo en Estados Unidos y Alemania. Haba que pres-
las mayores actividades de los gobiernos en todos los estados durante tarle a alguien los incrementados fondos de los bancos. Estos b:im.'tlS
este periodo ha consistido en tratar de desplazar la carga del desempleo promovieron agresivamente una serie de prstamos entre los mini~tnis
a otros estados, pero estos desplazamientos nicamente pueden funcio: de finanzas de los pases ms pobres con problemas en sus balanzas d~
nar de manera temporal. pagos, agudas tasas de desempleo y por tanto agitacin interna. Estos pul-
Pasemos revista rpidamente a la forma en la que se desarroll este ses se endeudaron muchsimo, pero luego se toparon con la dificultad de
escenario. pagar los prstamos, en los que los intereses se acumularon hasta el ~nmto
que en la dcada de los ochenta los pagos de la deuda alcanzaron 111,d:s
El acontecimiento ms sorprendente en materia econmica al comien- intolerables. Fue justo en ese punto que de pronto floreci la vcnta.1:1
zo de la dcada de los setenta, hoy casi olvidado aunque en su momento competitiva japonesa y Europa occidental no lo estaba haciendo tampo-
acapar los titulares de la prensa en todo el mundo, fue el aumento del co mal, en tanto que Estados Unidos padeca la llamada deflacin.
precio del petrleo por la OPEP. De pronto, los principales estados pro-
ductores de petrleo crearon en efecto un importante crtel e incremen- Estados Unidos trat de mantener su control poltico sobre Euwpn
taron considerablemente el precio del petrleo en el mercado mundial. occidental y Japn con la creacin de un pastiche de estructuras consul
Al principio, algunos celebraron esta situacin como una medida poltica tivas: la Comisin Trilateral y el G-7, el cual, hay que decirlo, fue idea de
inteligente de parte de los estados del tercer mundo en contra de los prin- Valry Giscard d'Estaing, con lo que crea que podra limitar el poder

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---rn::!'lf.
estadounidense, pero que result al revs. Estados Unidos reaccion pol- segunda fue la de los gansos voladores de Asia oriental: las sorpren-
ticamente al fiasco de Vietnam adoptando por un tiempo un bajo per- dentes y vertiginosas victorias de Japn en la economa-mundo, que
fil en el tercer mundo: volvindose ms flexible en zonas como Angola, arrastraron primero a los cuatro dragones -Corea del Sur, Taiwn, Hong
Nicaragua, Irn y Cambodia. Pero no. todos estaban listos para responder Kong y Singapur-, y ms adelante tambin al sureste de Asia y a la
a tal flexibilidad con una disminucin de sus reclamos. El nuevo gobier- China continental. La tercera fue el keynesianismo militar del gobierno
no revolucionario de Irn, bajo el ayatola Jomeini, se neg a jugar con las de Reagan, el cual super la recesin y el alto desempleo estadouniden-
reglas del juego interestatal, y denunci a Estados Unidos como el Gran ses por medio de un enorme endeudamiento gubernamental, en parti-
Satn -y a la Unin Sovitica como el Satn nmero dos- y encarcel cular con Japn, empleando como excusa la construccin de estructuras
a los diplomticos estadounidenses. De pronto dejaron de estar de roo.da militares, cuya ms notable y mayor consecuencia fue la creacin de una
el centrismo liberal y la economa keynesiana. Margaret Thatcher lanz increble deuda pblica en Estados Unidos. La cuarta fue el floreci-
el llamado neoliberalismo, que por supuesto en realidad era un conser- miento en la bolsa de valores de Estados Unidos de los bonos chata-
vadurismo agresivo de una naturaleza que no se vea desde 1848 y que rra, que en esencia consistieron en prstamos enormes de parte de las
supona revertir la redistribucin del Estado benefactor para que acaba- grandes corporaciones con el fin de obtener ganancias especulativas en
ra en las clases altas en lugar .de las clases inferiores. el corto plazo a costa de la maquinaria productiva; esto a su vez provo-
Si la dcada de los setenta termin entonces con un estallido, la de los c el llamado redimensionamiento de las empresas, q{Je signific em-
ochenta no se qued muy atrs. Los prstamos a los pases ms pobres se pujar a los estratos de ingresos medios hacia empleos de menores ingre-
salieron de control y empez la crisis de la deuda. sta no dio comienzo sos en la economa.
en 1982, como se suele sostener, cuando Mxico anunci que no poda En la dcada de los ochenta, toda la economa-mundo luca fatal salvo
pagar su deuda, sino en 1980, cuando el gobierno de Gierek en Polonia en Asia del este, aunque eso no les impidi a los especuladores financie-
decidi tratar de solventar los problemas de su deuda exprimiendo a su ros obtener grandes utilidades. Y junto con esto, durante un tiempo, un
clase obrera, decisin que enfrent una resistencia espectacular con el cierto estrato de la clase media alta, los llamados yuppies2, prosperaron,
surgimiento de Solidaridad (Solidarnos'c') en Gdansk. Los aconteci- causando presiones inflacionarias en el mercado del lujo y en el mundo
mientos en Polonia fueron el canto fnebre del sistema de satlites sovi- entero de los bienes races. Pero con el derrumbe de las monedas, la ma-
ticos en la Europa del este y en la del centro, pieza clave en los acuerdos yor parte del mundo sufri deflacin y prdida de ingresos. Como resul-
de Yalta, aunque todava hara falta una dcada para que la desintegra- tado de estas dificultades a nivel mundial, la Unin Sovitica se vino
cin se cumpliera a cabalidad. En ese mismo momento, la Unin Soviti- abajo. O mejor dicho, Gorbachoy se aplic de manera espectacular a
. ca cometi el crucial error tctico de meterse en Afganistn. Con esto se impe9ir que eso ocurriera soltand~Q. la_stre. Se desarm unilateralmente,
produjo una sangra del mismo modo que para Estados Unidos en Viet- forzando la reciprocidad estadounidense. Sali de ~ganistn y, en efec-
nam, aunque tuvo una resistencia social menor que le permiti sobrevi- to, de Europa del este y del centro. E intent con cautefa la reforma del
vir a sus consecuencias. .
sistema poltico interno. La cada de Gorbachov se debi a que sub.esti-
: " \ " . '
La dcada de los oche!1ta puede resumirse en unas _cuantas frases m penos~men_te las fuerzas emergentes d.el nacionalismo en el interi~r
clave. La primera fue la de la ~ri~is d~ la deuda, la cual no slo merm mismo de la Unin Sovitica y, sobr todo, del nacionalismo ruso.
a casi toda Amrica Latina -por no hablar de frica-, sino tambin a El equilibrio de tensiones de los acuerdos de Yalta se deshizo, tanto
la Europa del este y a la del centro. La crisis de la deuda puso al descu- debido a la debilidad estadounidense como a la sovitica. Ni Estados
bierto hasta qu grado las realidades econmicas de Europa del ~ste y Unidos ni Gorbachov queran que los aouerdos se deshicieran. Pero el
del centro no eran esencialmente tan distintas a las del tercer mundo. La '1' 1

50
.51
\
\
\

prolongado estancamiento en la economa-mundo los haba desmorona- Saudita, Kuwait, Japn y Alemania. Y la guerra demostr que Esr.l~l~
do. Y fue imposible reconstrui': a Humpty Dumpty.. Unido~ no pudo quitar a Sadam Hussein de Iraq porque no quiso em:-:r
Desde 1970, la economa-mundo haba pasado por tres ciclos de deuda, tropas al interior delraq. Las dos limitaciones -la fi_nanc~e~ Y l:~ '.'~
que en todos los casos fueron intentos por mantener el nivel de gasto del tar- de Estados Unidos fueron dictadas por su propia op1mon puhh...,~.
sistema-mundo: los prstamos del dinero del petrleo al tercer mundo y la cual estaba dispuesta a aplaudir la victoria con nacionalismo. siemp~
a los pases socialistas; los prstamos a Estados Unidos, y los prstamos a y cuando no costara ni dinero ni vidas. sta es la explicacin Msica de fa
las grandes corporaciones. Cada oleada de prstamos increment artifi- forma en la que Sad~m Hussehi logri:i sobrevivir desde entonces Ydel"-"
cialmente los precios en ciertas reas ms all de su valor en el mercado. qu han sido tan ineficaces los esfuerzos por limitar la posesin de ann~$
Cada una de ellas desemboc en grandes dificultades relativas al pago, las de destruccin masiva de Iraq.
cuales se manejaron con diversos tipos de pseudobancarrotas. Por ltimo, En la dcada de los noventa, Europa occidental.dio un paso add:n'.tt-
en 1990, estall la burbuja de los bienes races japoneses, lo que redujo esencial en su unificacin al crear el euro y lograr as el soporte fimmCtt'-
muchsimo el valor del papel. Eso pona en peligro el ltimo bastin de .
ro necesario para alejarse de sus estrechos , los pol't"
vmcu I icos ce
)11 Est1d'"'
: : '
fortaleza econmica productiva en la economa-mundo, lo que sera la Unidos. Esto, en la prxima dcada, sin duda conducir a la cre::~ll'll d-.
., \tir 1.k
historia de la dcada de los noventa. un verdadero ejrcito europeo y por tanto a su separac1on m
La postura poltica estadounidense se vio entonces sometida a un seve- Estados Unidos. La desintegracin de la zona de los Balcanes ha deim~"'
ro ataque, no a pesar, sino precisamente debido a la cada de la Unin trado con claridad la muy limitada eficacia de la OTAN como fue17~1 l'':I~
Sovitica. Sadam Hussein decidi aprovechar la realidad post Yalta, desa- tica y ha complicado an ms las relaciones entre Estados Uimil's
fiando directamente al ejrcito de Estados Unidos al invadir Kuwait. Lo Europa occidental.
pudo hacer debido a que la Unin Sovitica ya no estaba en condiciones y en medio de todo esto se dio la llamada crisis asitica. Despus 1.k I:\
de impedrselo. Lo hizo porque, en el corto plazo, eso le prometa resol- cada financiera de los estados del sureste asitico y de los Cuatro Dr:t-
ver los problemas de la pesada deuda de Iraq con Kuwait y aumentar su gones vino la desastrosa intromisin del FMI, lo que exacerb l:ls C('l\St'-
ingreso petrolero. Y lo hizo porque su esperanza era emplear esta inva- ' econmicas y pohticas
cuendas , d e la cns1s.
L o que en esencia dcbcnh'S. ,
11
sin en el mediano plazo como la base para una unificacin militar del apreciar de esta cada es que la deflacin por fin golpeaba en Asta Y1. 1
mundo rabe bajo su gida, una unificacin que l vea como el paso :. . R B . 1 El mt11hh
su zona derivada, segmda, como sabemos, por usia y ras1 ,
necesario en un desafo militar directo al norte en general y a Estados d 1 t
contiene la respiracin en espera e que e oque e go pe 'l 1 a Estidos
' lhH-
Unidos en particular. dos. Cuando esto suceda habremos ingresado a la ltima subfnse de t'st:l
Sadam tena dos posibilidades: que Estados Unidos se replegara o que fase b del ciclo Kondratieff.
no lo hiciera. De ocurrir lo primero, su victoria sera inmediata. Pero con- . fase 'l" del .:kili
Luego de tal cosa habremos d. e ver por fmuna nueva ' , . .' . , sccit
taba con el hecho de que, aun dndose lo segundo, a la larga saldra Kondratieff? S con toda segundad, pero dentro de una ddl,tcton .
ganando. As las cosas, la historia no ha demostrado que los clculos de ' d fl )n scculnt
lar como en los siglos XVII y XIX, y no dentro e una m actc
., Jgo difcrc.:nlt"
Sadam Hussein estuvieran equivocados. Estados Unidos en efecto movi- como en los siglos XVI, xvm y xx. Pero tamb1en veremos a . . . 1
liz la fuerza militar necesaria para sacar a los iraques de Kuwait y para Ahora debemos apartar nuestra atencin de los ciclos Kondraticff Yw
. d 1odcrno cunH i
colocar a Iraq bajo severas limitaciones internacionales luego de eso. verla hacia el desarrollo a largo plazo de1s1stema-mun o n
Pero el precio para Estados Unidos fue alto. La guerra del Golfo demos- sistema histrico.
tr que Estados Unidos no poda solventar financieramente tales opera-
ciones. La cuenta militar completa de Estados Unidos la pagaron Arabia

52
La economa-mundo capitalista, como cualquier otro sistema, se ha La primera tendencia secular es el ascenso del nivel real de los salarios
conservado por s sola durante mucho tiempo por medio de mecanismos como porcentaje de los costos de produccin, calculado como un pro-
que se encargan de reestablecer el equilibrio cada vez que sus procesos medio en toda la economa-mundo. Obviamente cuanto ms bajo sea
se apartan de l. El equilibrio nunca se restaura de manera inmediata, ste, ms alto es el nivel de las utilidades, y viceversa. Qu es lo que
sino slo despus de que ha habido una desviacin considerable de la determina el verdadero nivel salarial? Muy claramente, la respuesta es
norma, y desde luego nunca se restaura a la perfeccin. Como requiere el rapport de forces entre la fuerza de trabajo en una determinada zona
que las desviaciones avancen hasta cierta distancia antes de disparar los y sector de la economa-mundo y los patrones de dicha fuerza de traba-
movimientos en sentido inverso, el resultado es que la economa-mundo jo. Este rapport de forces es primordialmente una funcin de la fuerza
capitalista, como cualquier otro sistema, cuenta con ritmos cclicos de poltica de los dos grupos en lo que llamamos la lucha de clases. Hablar
muy diversos tipos. Hemos estado discutiendo uno ele los principales del mercado como el elemento restrictor en la determinacin de los
ciclos que la economa-mundo capitalista ha desarrollado, los llamados niveles salariales es engaoso, toda vez que el valor del trabajo en el
ciclos Kondratieff. No son los nicos. . mercado es una funcin de los mltiples rapports de forces en las diver-
El equilibrio nunca se restaura hasta el mismo punto anterior debido a sas zonas de la economa-mundo. Estas cambiantes fuerzas polticas son
que los movimientos en sentido inverso requieren de algn cambio en los a su vez una funcin de la eficacia de la organizacin poltica en una
parmetros subyacentes del sistema. De ah que el equilibrio sea siempre . forma o en otra de determinadas fuerzas de trabajo y las verdaderas
un equilibrio en movimiento y por tanto el sistema tenga tendencias secu- alternativas de los patrones en trminos de reubicacin de sus operacio-
lares. Es esta combinacin de ritmos cclicos y de tendencias seculares lo nes. Estos dos factores cambian constantemente.
que define a un sistema que est funcionando ele manera normal. Sin Lo que se puede decir es que, con el tiempo, en cualquier localidad geo-
embargo, las tendencias seculares no pu~den continuar por siempre, pues grfica o sector determinados, la fuerza de trabajo buscar la manera de
se topan con asntotas. Cuando esto sucede, ya no es posible que los rit- crear alguna forma de organizacin sindical y de accin que permita a sus
mos cclicos vuelvan a hacer que el sistema recupere el equilibrio, y es miembros negociar ms eficazmente, ya sea de manera directa con el
aqu donde el sistema entra en problemas. Ingresa entonces en su crisis patrn o de manera indirecta por la va de sus influencias sobre la ma~ui
definitiva y se bifurca, esto es, se encuentra ante dos o ms rutas alternas naria poltica pertinente. Si bien no existe la menor duda de que en cier-
hacia una nueva estructura, con un equilibrio nuevo, nuevos ciclos rtmi- tas localidades se puede contener a esa fuerza poftica por medio de con-
cos y nuevas tendencias seculares. Pero cul de las dos rutas alternas traofensivas polticas de los grupos capitalistas, tambin es verdad que la
seguir el sistema, es decir, qu tipo de nuevo sistema s establecer, eso democratizacin a largo plazo de las maquinarias polticas a lo largo
es imposible determinarlo por adelantado, toda vez que es una funcin de d la historia del sistema-mundo moderno ha servido para que la curva
una infinidad de eleccion:es particulares que no estn limitadas sistmi- de la fuerza poltica de las clases trabajadoras resulte ~scendente en la
camente. Esto es lo que hoy sucede en la economa-mundo capitalista. longue dure virtualmente en todos los estados del sistema-mundo.
Para apreciar lo anterior, debemos.observar las tres grandes tendencias El principal mecanismo por medio del cual los capitalistas de todo el
seculares que se aproximan a sus asntotas. Cada una de ellas por tanto mundo han logrado limitar esta presin poltica ha sido la reubicacin
est creando lmites a la acumulacin del capital. Como la acumulacin de determinados sectores de la produccin en otras zonas de la econo-
sin fin de capital es el rasgo definitorio del capitalismo como sistema his- ma-mundo que se encuentran en reas con ms bajos salarios en pro-
trico, la triple presin tiende a volver inviable el motor primario del sis- medio. sta es una operacin ardua en trmino.s polticos as como una
tema y por tanto crea una crisis estructural. operacin que debe"tom~r en cuenta los niveles de capacitacin en los
clculos de las utilidades eventuales. De ah que se haya tendido a hacer

54 55

\
, . . l 1~- ........,.~,~-...~
esto durante la fase b del ci<;Jo Kondratieff, como sugerimos antes. Sin nen sus ingresos como sucede, de la economia mforma ..~ , ..... , ~ _
embargo, se ha hecho una y otra vez durante-el desarrollo histrico del alternativas al ~Icance de los trabajadores que se encuei<~n ...
.;;."et
~.;).~"'- '"-"'
l':'
sistema-mundo moderno. Pero por qu las reas en las que se reubican barrios y favelas del sistema-mundo indican que estn en pt~,~~'- ,:~~
los sectores son precisamente de bajos salarios? De nada sirve decir que gir niveles salariales razonables con el fin de ingresar a la e..'<.'~"-"lm>i: -."!;'. _, _
esto es consecuencia de niveles. salariales histricos. De dnde sali salarios formales. El resultado neto de todo lo anterior t-:5 uni' ~'l.~~"11:
esta historia? considerable y creciepte sobre.los niyeles..de ganancias.
La fuente primaria del trabajo verdaderamente mal pagado sfompre ha Muy distinta es la segunda tendencia secular que mortifi . -::t . .:l 1,":$1..~~':
estado en los recin reclutados migrantes de las reas rurales, que con fre- listas. No tiene que ver con el eosto del trabajo asalaria':'-1- ~~ ,.~,t.:t,:~
cuencia es la primera vez que ingresan al mercado del trabajo asalariado. .
costo de los msumos matena. l es. e u l es son l os co mpon-nt" . . " .... ._);,"!. ~~ ..._
Debido a dos motivos estn dispuestos a aceptar lo que, segn los crite- de los insumos? No es nada ms el precio al que se adqu~..cri~'l. ...~ "-'~~
11>"~'\{~
rios mundiales, son salarios bajos. El ingreso neto que reciben es de hecho compaas sino tambin el costo de tratarlos. Ahora bien. tl\'!-.'..":ill- - ...
ms alto que el ingreso neto que reciban antes en sus actividades rura- el costo d6 compra por lo general lo asume por compktl' t'I. f,~..~~~ ~:
les. Y estn desarraigados socialmente y, en consecuencia, no tienen asi- eventualmente obtendr las utilidades, el costo del trat:nnki:~--."".\.' -(~~
dero poltico, de suerte que no estn en condiciones de defender muy efi- materiales por lo comn se les carga a otros. Por ejemrkx -::: ~;.tt._
. . . . t . ,,. ) ~,,,~~'\.~~
cazmente sus intereses. Las dos explicaciones se gastan con el tiempo; miento de las materias pnmas produce desperd1c1os xin:,. '- : : ....,
parte del costo tiene que ver con ' desh acerse d e es t e d e:s'lX't\.l' .....''!-..'- \ :,..\ ....
Juego de unos treinta aos, digamos, tales trabajadores ciertamente t' , }-x ...~-,.:nt':~-
empiezan a presionar los niveles salariales en paralelo con los trabajado- txico, deshacerse de l de manera segura. Desd e 1uego l l .t. --. , .: 1 ,
1 r.1 ('1' . :\ "l.h. '
res en otras regiones de Ja economa-mundo. En este caso, Ja opcin prin- as desean minimizar estos costos d e d esech o. U na mai 1.: ' " , "h::..
cipal para los capitalistas es volverse a reubicar. pueden hacer una de las maneras que ms se practican, Cl'nsi~t.:: '- n :''
, . d 1 f 'b . t -1 tll':\ nmn1n$.
Como se puede ver, esta manera de conducir la lucha de clases depen- car este desperdicio en algn lugar distante e a a nea 1 :s " . l "'
de de que siempre existan nuevas reas en el sistema-mundo en las cua- destoxificacin, por ejemplo, tirando ls toxinas qumicas t'll rn~ m'- .-.'~
. . . oIh~~\,1..::-h
les reubicarse, y esto depende de la existencia de un importante sector economistas le llaman a esto extenonzar los costos. 1.:,..l 1. .
. 1 l) lr'l ,)""'\.l:\l \1(\S
rural que an no se haya enganchado al mercado del trabajo asalariado. no termina con los costos de deshacerse de los desee 1os. ~ ' 'I"' , , n 11 ,, '
l .
Pero esto ltimo es lo que ha estado disminuyendo como tendencia secu- en este ejemplo, si las toxinas se tiran a un ro; esto podr a t'll\-. "" : .. 1..:._
. )tr'"rn1t...i1.1 ....
lar. La desruralizacin del mundo se encuentra en una pronunciada curva al final (tal vez despus de dcadas) las personas o b1en l 1.. '. y
. b' d'f', k ('Slll\\'\f.
ascendente. Esto es Jo que ha estado sucediendo en los ltimos quinien- saldrn perjudicados, a un costo que es real, s1 ien I Kl l ,..
. . . . . ) ..,.,,,, 1;1 l'n ....
tos aos, pero se aceler muy dramticamente a partir de 1945. Es muy tal vez exista Ja decisin social de hmpiar las toxmas, en cu~ 1. 1.. l ,st''-
. E d 1 ' '\S\ltllC l.. " '
posible anticipar que el sector rural, en gran medida, desaparecer en que asume este aseo'.con frecuencia u~. sta o, es a -~u-e~- . s. ''-'t\' s\n
Otra forma de reducir los costos es ut1hzar las mate11.is P' nn.i. l 1. ,
otros veinticinco aos. Una vez que se haya desruralizado todo el siste- ., . , " 1tncnt1..' 1. 1.'l '
ma-mundo, la nica opcin para los capitalistas ser continuar la lucha de asumir (esto es, pagar) su renovac1on, un problema espcu.i . . .... _
' ' 1\11.'l' S.11'1\I 1,_1
en el caso de las materias orgnicas. Tal extenonzac1 n ll.1. 1 t )-
clases all en donde estn hoy. Y aqu las probabilidades estn en contra . . d . . . ll'" l'\\)1. \ll. l.
suya. Aun con la creciente polarizacin de los niveles de salarios reales, tivamente los costos de las matenas prnnas para ete1111111 1'
no slo en el sistema-mundo como totalidad, sino tambin en el interior res y por tanto incrementa los mrgenes de ganancia. . ,
. ' ) r1.1\lt'd11.' ;,l
de los pases ms ricos, seguir aumentando la sofisticacin poltica y de El problema aqu es semejante al de la reub1cac1 n con~l. . , h
, ' i ut1h1;hl:\:; t ll
mercado en los estratos ms bajos. Incluso donde hay grandes cantidades costo del salario. Funciona mientras existan areas aun m . ,. . n "IS
cuales arrojar Jos desperdic10s. .
Pero ms adelante ya IHi h1hr:\ "''~ '_
de personas que se encuentran tcnicamente desempleadas y que obtie-

Si
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ljue contaminar o rboles que talar, cuando m~nos, no sin inmediatas miento de estos suministros ha sido el medio principal para asegurar la
consecuencias serias para la salud de la biosfera. Esta es la situacin en la relativa estabilidad poltica ante el descontento en aumento de los estra-
que nos encontramos en la actualidad despus de quinientos aos de tos bajos por la creciente polarizacin del ingreso real, que ha sido un
tales prcticas, motivo por el cual hoy contamos con un movimiento eco- rasgo constante del sistema-mundo. El esfuerzo en favor del bienestar
logista que ha crecido velozmente por el mundo entero. social de parte de los gobiernos ha sido la paga empleada para domesti-
car a las clases peligrosas, esto es, para mantener la lucha de clases den-
. Qu se puede hacer? Bien, los gobiernos del mundo pueden empren-
< tro de fronteras acotadas.
d<.!r to que sera una enorme campaa de limpieza y una enorme campa-
i\a de renovacin orgnica. El problema es el costo de una operacin Llamamos democratizacin a la respuesta a estos reclamos popula-
t:fecliva, que es gigantesco, y por tanto debe ser sufragado con alguna res y tambin ha sido una tendencia secular sumamente real. Hay tres
forma de tributacin. Slo hay dos fuentes: o las firmas que hicieron todo variedades principales de reclamos populares: las instituciones educati-
este tiradero, o el resto de nosotros. Si son las primeras, las presiones vas, los servicios de salud y la garanta de un ingreso vitalicio para los in-
Sl)brc el margen de ganancia sern muy fuertes. Si somos los segundos, las dividuos; sobre todo, seguros de desempleo y seguridad social para los
cargas fiscales crecern de manera significativa, problema al que ya adultos mayores. Es preciso sealar dos cosas a propsito de estos recla-
rnmos llegando. Ms an, no tiene mucho sentido limpiar y renovar mos sociales. Cada vez aparecen en ms zonas del sistema-mundo y hoy
rt:cursos naturales si las prcticas siguen siendo las mismas de hoy, lo que son casi universales. Y el nivel de los recl~mos ha aumentado permanen-
l.'quivaldra a limpiar los establos de Augas. De ah que la inferencia lgi- temente en cada pas, sin lmites claros a la vista.
ca sea la de requerir la total interiorizacin de todos los costos. Sin embar- Lo anterior ha significado, ha tenido que significar, el incremento per-
go, esto aadira ms presin s.obre las ganancias de las compaas. No manente de las tasas de tributacin en casi todos los pases, con algunas
~eo ninguna solucin viable a este dilema social dentro del marco de la ligeras reducciones harto ocasionales. Pero desde luego, en determinado
l.'conoma-mundo capitalista y por tanto sugiero que el costo creciente de momento, tal redistribucin fiscal alcanza niveles en los que interfiere
h.1s insumos materiales es la segunda presin estructural en la acumula- seriamente con la posibilidad de acumular capital. De ah que la reaccin
cin de capital. actual a lo que se percibe como la crisis fiscal de los estados sea, de parte
La tercera presin se encuentra en el mbito de la tributacin. La tri- de los capitalistas, la de exigir una reduccin y la de buscar el respaldo
butacin es un pago por servicios sociales y por tanto se acepta como un popular sobre la base de que la tributacin de las personas aumenta tam-
costo razonable de produccin, siempre y cuando los impuestos no sean bin de manera aguda. La irona radica en que si bien con frecuencia hay
muy altos. Ahora bien qu es lo que ha determinado el nivel de impues- un respaldo popular al acotamiento a los impuestos, hay cero respaldo
tos? Ciertamente ah ha estado la constante exigencia de seguridad: el popular para recortar las partidas d~~ Estado benefactor en educacin, en
~ircito, la polica. Esta exigencia se ha incrementado a travs de los siglos salud o en la garanta del ingreso. Ciertamente, al mismo tiempo que hay
debido al relativo crecimiento de los cosfos de los medios de seguridad, quejas sobre los altos impuestos, crecen los niveles de los reclamos popu-
de la amplitud de las operaciones militares y de la necesidad de las accio- lares sobre los servicios del gobierno. De modo que tambin en esto tene-
nes policiacas. El segundo incremerlto constante ha estado en fas dimen- mos pre~in estructural sobre la acumulacin del capital.
siones de las bucracias'ciVilesdel Iliundo;que tienen la funcin antes Aqu estamos entonces: tres grandes presiones estructurales sobre la
que nada de satisfacer la necesidad de recabar los impuestos y en segun- capacidad de los capitalistas para acumular capital, resultado de las ten-
do lugar de realizar las funciones de expansin de los e.stados modernos. dencias seculares, que se incrementan continuamente. Esta crisis, no en
La principal funcin de expansin ha consistido en 'ta satisfaccin de el mento, sino en la acumulacin de capjtal, se complica an ms debi-
t.-iertos reclamos populares. ste ~o ha sido un gasto opcional. El crec- do a un fenmeno distinto, la prdida de legitimidad de las estructuras

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1
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\
\

estatales. Los estados son uq elemento crucial en la capacidad de los mundo capitalista, los regmenes en el exterior de la zona central han sido
capitalistas para acumular capital. Los estad'i'.>s vuelven posibles los cua- estructuralmente incapaces de alcanzar a los pases deos.
sirnonopolios, que son la sola fuente de niveles importantes de utilida- ste no es simplemente un asunto de anlisis acadmico. El resultado
des. Los estados actan para domesticar a las clases peligrosas, ya sea de estas realidades ha sido un monumental desencanto con los movi-
.por medio de la represin o del apaciguamiento. Los estados son la fuen- mientos antisistmicos. Si conservan el apoyo, en el mejor de los casos es
te principal de las ideologas que persuaden a la masa de la pblacin de corno grupo reformis~a, acaso mejor gue una alternativa ms de derecha,
que sea relativamente paciente. pero ciertamente no corno heraldos de la nueva sociedad. El resultado
El principal argumento en favor de la paciencia ha sido el de l inevi- ms notable ha sido un desmantelamiento masivo de las estructuras esta-
tabilidad de la reforma. Las cosas han de mejorar; si no de manera inrne-. tales. Las masas del mundo, tras haber visto a los estados corno agentes
diata, entonces para nuestros hijos o nietos. En el horizonte aparece un de transformacin, han vuelto ahora a un escepticismo ms fundamental
mundo ms prspero, ms igualitario. Se trata desde luego de la ideolo- sobre la capacidad de los estados para promover la transformacin o
ga liberal oficial y de la geocultura dominante desde el siglo XIX. Pero incluso para mantener el orden social.
tambin ha sido el terna de todos los movimientos antisistmicos, para Este repunte mundial del antiestatismo tiene dos consecuencias inme-
empezar de aquellos que se han autoproclarnado como los ms revolu- diatas. Una es que los temores sociales se han incrementado y que la
cionarios. Estos movimientos han hecho particular nfasis en este terna gente en todas partes le est retirando al Estado el papel de proveedor
al llegar al poder. Les han dicho a sus propias clases obreras que ellos han de su propia seguridad. Pero por supuesto esto instaura una espiral nega-
estado desarrollando sus economas y que estas clases obreras deben tiva. Cuanto ms lo hacen, mayor es la violencia catica, y cuanto mayor
ser pacientes mientras los frutos del crecimiento econmico se encargan es la violencia catica, los estados sern ms incapaces de manejar la
de mejorar sus condiciones de vida. Les han predicado la paciencia sobre situacin y; por tanto, ms se desmantela el Estado, lo que reducir su
los patrones de vida pero tambin sobre la ausencia de igualdad poltica. capacidad para frenar la espiral. Hemos ingresado a esta suerte de espi-
Mientras estos movimientos antisistmicos -ya fueran comunistas o ral a diferentes ritmos en los distintos pases del sistema-mundo, pero a
socialdemcratas o movimientos de liberacin nacional- estuvieron en un ritmo creciente en casi todas partes.
la.etapa de movilizacin en contra de regmenes no igualitarios, militares, La segunda consecuencia les toca a los capitalistas. A los estados sin
dictatoriales, fascistas, coloniales o sencillamente conservadores, este legitimidad les es bastante ms difcil realizar su funcin de garantizar los
terna estuvo silenciado y no interfiri con la capacidad de los rnovimien~ cuasimonopolios que requieren los capitalistas, por no hablar de la con-
tos antisistmicos para lograr un amplio apoyo popular. Pero una vez que servacin de su capacidad para domar a las clases peligrosas. As las
estos movimientos llegaron al poder, como sucedi por todo el mundo cosas, en el momento mismo en que los capitalistas se las ven con los tres
durante la etapa de 1945 a 1970 (la fase a del ciclo Kondratieff del que apretones estructurales sobre las tasas de utilidades a nivel global, y por
hemos estado hablando), fueron puestos a prueba. Y en todo el mundo tanto sobre su capacidad para acumular capital, se encuentran con que
han dejado mucho que desear. La historia de los regmenes posrevolu- los estados tienen un margen menor que antes para ayudarlos a resolver
cionarios se ha caracterizado por no haber logrado reducir la polariza- estos dilemas.
cin mundial, ni siquiera la interna, en un grado mnimamente significa- Por eso es que podemos decir que la economa-mundo capitalista ha
tivo, del mismo modo que no han logrado instituir una verdadera ingresado en una crisis final, una crisis que podra durar hasta cincuenta
equidad poltica interna. No existe la menor duda de que han hecho un aos. La verdadera pregunta que tenemos ante nosotros es qu suceder
gran nmero de reformas, pero prometieron algo ms que reformas. Y en durante esta crisis, en esta transicin del actual sistema-mundo a otro tipo
la medida en que el sistema-mundo ha seguido siendo una econorna-

61
60
iili'W we

dt' sistt'ma o de sistemas histricos. En trminos analticos, la pregunta condiciones mismas que la han llevado a una crisis definitiva. En trmi-
da\'t' t'S la relacin entre los ciclos Kondratieff que describ primero y la nos tcnicos, las fluctuaciones se irn volviendo cada vez ms desquicia-
..-risis sistmica a la que ahora me he estado refiriendo. En trminos pol- das, o ms caticas, y la direccin que adopte la trayectoria se volver
ticl):;_ t'Sl<1 la pregunta de qu tipo de accin social es posible y deseable ms incierta, conforme el camino haga ms y ms zigzags cada vez ms
Jurante una transicin sistmica. rpido. Al mismo tiempo es posible esperar la disminucin -acaso ver-
Los ciclos Kondratieff son parte del funcionamiento normal de la tiginosa-- del nivel de seguridad individual y colectiva, mientras las
-:com)ma-mundo capitalista. Este presunto funcionamiento normal no estructuras del Estado pierdan ms y ms legitimidad. Y no hay duda de
1.:-aba rorque el sistema haya ingresado a una crisis sistmica. Siguen es-
que lo anterior incrementar la violencia cotidiana en el sistema-mundo.
tando en su sitio los diversos mecanismos que responden por la conduc- Esto aterrar a la mayora de la gente, como es natural.
ta lk un sistema capitalista. Cuando la actual fase b se haya agotado, Polticamente, esta situacin ser de gran confusin, toda vez que los
tendremos sin duda la fase a de un nuevo ciclo. Sin .embargo, la crisis anlisis polticos que hemos desarrollado para entender el sistema-mundo
sistmica interfiere seriamente con la trayectoria. Sucede un poco como moderno parecern no servir o haber caducado. Esto no ser verdadera-
si U!ll) tratara de conducir un coche de bajada con un motor todava intac- mente cierto. Pero estos anlisis se aplicarn fundamentalmente a los pro-
tL) pero con el chasis y las llantas en psimo estado. No hay duda de que cesos en marcha del sistema-mundo existente y no a la realidad de una
d cc...:he avanzar de bajada, pero no en la lnea recta que uno hubiera transicin. De ah que sea tan importante ser claros sobre la distincin
espcr.1do,. ni con las mismas garantas de que los frenos funcionen de entre los dos y sobre las formas en las que concluir esta doble realidad.
maner..1 eficiente. Es bastante difcil afirmar desde ahora la forma en la . En trminos de la realidad en marcha, ser casi imposible que la accin
que~ oomportar. Inyectarle ms gasolina al motor podra acarrear con- poltica la afecte de modo significativo. Para volver a la analoga del
s::cuencias inimaginadas. El coche se podra estrellar. coche daado cuesta abajo, acaso nos sintamos en cierto modo indefen-
D-.~ie hace mucho, Schumpeter nos hizo a la idea de que el capitalismo sos y lo ms que podamos hacer es tratar de maniobrar para minimizar el
u'-1 e>eria debido a sus errores, sino a sus xitos. Aqu hemos tratado de dao inmediato a nosotros mismos. Pero en trminos de la transicin
~alar en qu modo los triunfos -los modos de revertir la.s cadas en la como un todo, lo contrario es verdad. Precisamente porque su resultado
-:\.'\.)11'.-.ma~mundo, los modos de maximizar la acumulacin de capital- es impredecible, precisamente porque sus fluctuaciones son muy locas,
han creado, con el tiempo, lmites estructurales a la misma acumulacin de ser verdad que hasta la ms pequea accin poltica teriga grandes con-
...;.1pital que supuestamente deban garantizar. sta es una evidencia emp- secuencias. Me gusta pensar en esto como el momento en el tiempo his-
rica roncreta del supuesto schumpeteriano. Para continuar con la analoga trico en el que el libre albedro realmente entra en juego..
dd C\.X-he en mal estado, no hay duda de que un conductor sabio maneja- Podemos pensar en esta larga transicin como una enorme lucha pol-
ra sum3Illente despacio bajo tan difciles condiciones. Pero en la econo- tica entre dos grandes grupos: el grupo de todos aquellos que desean con-
ma-mundo capitalista no existen los conductores sabios. No existe un solo servar los privilegios del inequitativo sistema existente, si bien bajo for-
i:o.diYiduo o un solo grupo con ,el poder para tomar por s mismo las deci- mas diferentes, acaso sumamente distintas; y el grupo de todos aquellos
s'D~ necesarias. Y el hecho mismo de que estas decisiones las tome un que querran ver la creacin de un nuevo sistema histrico que sea noto-
gr:m nmero de actores, que operan de manera separada y cada cual en riamente ms democrtico y ms igualitario. Sin embargo, no esperemos
~-rx.~ a sus propios intereses inmediatos, asegura que el coche no baja- que los miembros del primer grupo se presenten a s mismos tal y como
d e-e ,elocidad. Es probable que empiece a ir cada vez m.s y ms rpido. los estoy describiendo. Ajirmarn que son los modernizadores, los nue-
R>r tanto, imprudencia es 'lo que s pod~m~s: ~spe~ar. Conf~rma ~co vos abogados demcratas de la libertad;y los progresistas. Tal vez hasta
n.oroii-mundo ingrese en una nueva etapa <le expansin, exacerbar las

~3

\
sostengan que son revolucionarios. La clave no se hallar en la retrica
IV. EL RACISMO: NUESTRO ALBATROS1
sino en la realidad material d lo que se propone.. '
El resultado de la lucha poltica en parte depender de quin sea capaz
de mover a quin, pero tambin ser el resultado en buena medida de la God save thee, ancient Mariner!
capacidad para analizar mejor lo que pasa y cules son las verdaderas From th,e fiends, that plague thee thus!
alt~rnativas histricas a las que nos enfrentamos colectivamente. Es . - Why look'st thou so?
decrr, es un momento en el que necesitamos unificar conocimiento ima- Jwith my crossbow 1 shot the albatross.
g.inacin Y praxis. De otro modo nos arriesgamos a decir, dentro de un SAMUEL TAYLOR COLERIDGE,
~1gl~, plus r;a ch~n~e, plus c'est la 11Jl.me chose. El resultado es, insisto, The Rime of the Ancient Mariner2
mtnnsecamente mc1erto y por tanto est abierto a la intervencin y cre-
atividad humanas.

NOTAS

l. Las llamadas Siete Hermanas son: 1) la Standard Oil of New Jersey, que se transfor-
m en Exxon; 2) la Standard Oil of New York, que se transform en Mobil y ms
En el poema de Coleridge, los vientos desvan a una embarcacin hacia
adelante se fusion con Exxon para formar ExxonMobil; 3) Ja Standard Oil of Cali- un clima hostil. El nico solaz de los marinos era un albatros, que lle-
fornia (Soca!), que se transform en Chevron; 4) la Texaco, la cual al fusionarse con gaba a compartir la comida con ellos. Pero el marinero de Coleridge le
Chevron form ChevronTexaco; 5) la Gulf Oil, buena parte de la cual pas a ser de tira una flecha al albatros, por algn motivo desconocido; tal vez pura
Chevron; 6) la Royal Dutch Shell, y 7) Ja British Anglo-Persian Oil Company ms arrogancia. Y a resultas de eso, todos en el barco sufren. Los dioses cas-
adelante British Petroleum, luego BP Amoco, hoy nuevamente BP [T.]. ' tigan la trasgresin. Los dems marineros cuelgan el albatros del cuello
2. Yuppies:jvenes profesionistas (de altos ingresos) residentes en las ciudades o sus del viejo marinero. El albatros, smbolo de la amistad, se ha convertido
sub~rbios. La pa~abra viene de las siglas de Young Goven) + Urban (urbano) +Pro- en el smbolo de la culpa y de la vergenza. El marino fue el nico
fess1onal (profes1onista), acuada en la dcada de los ochenta en contraposicin a la sobreviviente del viaje. Y se pas la vida obsesionado con lo que haba
de su antpoda yippie: miembro de uno de los partidos polticos radicales del final de hecho. El albatros vivo es el otro que se abri para nosotros en tierras
la dcada de los sesenta, Youth International Party (T.]. desconocidas y distantes. El albatros muerto que cuelga de nuestro cue-
llo es nuestro legado de arrogancia, nuestro racismo. Nos obsesiona y
no encontramos la paz.
Hace ms de un ao se me pidi ir a Viena a hablar sobre las ciencias
sociales en una poca de transicin. Mi charla iba a ser parte de la serie
de conferencias de 2001 titulada Von der Notwendigkeit des berflssi-
gen-Sozialwissenschaften und Gesellschaft (Sobre la necesidad ele lo
superfluo: ciencias sociales y sociedad). Con gusto acept. Crea que me
diriga a la Viena que haba desempeado un glorioso papel en la cons-
truccin de las ciencias sociales del mundo, sobre todo en el tiempo del

64 65
T;aum und Wirklichkeit [sueo y realidad], 1870-1930. Viena fue el hogar chische Volkspartei (vP). Uno era de centro-izquierda y el otro era de
ele Sigmund Freud, a quien considero la figura ms relevante en las cien- centro-derecha y demcrata cristiano. El voto combinado de ambos,
cias sociales del siglo XX. O cuando menos Viena fue su casa hasta que fue abrumador en cierto momento, disminuy a lo largo de la dcada de los
obligado por los nazis a huir a Londres en 1939, el ao ele su muerte. noventa. Y en las elecciones de 1999, el FP por primer vez qued en
Viena asimismo fue la casa, durante buena parte de sus vicias, de Joseph segundo lugar en la votacin, superando al VP, si bien por unos cuantos
Alo"is Schumpeter y de Karl Polanyi. Hombres ele opiniones polticas cientos de votos. No llegaron a nada las posteriores discusiones entre los
notablemente opuestas, a mis ojos ellos fueron los dos economistas pol- dos principales partidos en aras de formar de nuevo una coalicin a nivel
ticos ms valiosos del siglo XX, a quienes no se les ha dado ni el reconoci- 'nacional, y el VP se volvi hacia el FP como compaero de coalicin
miento ni los honores que merecen. Y Viena fue el hogar de mi propio para formar gobierno. Esta decisin del VP molest a mucha gente en
maestro, Paul Lazarsfeld, en quien la combinacin de la investigacin Austria, incluido el presidente Tomas Klestil. Pero el VP persisti y se
orientada hacia la toma de medidas polticas y hacia las innovaciones form el gobierno.
metodolgicas de punta empez con Arbeitlosen von Marienthal, un
La decisin asimismo molest -y, hay que aadir, sorprendi- a los
estudio que l realiz con Marie Jahoda y Hans Zeisel. sta era la Viena
dirigentes polticos de los otros estados de la Unin Europea. stos deci-
a la que yo me diriga.
dieron ele manera colectiva suspender las relaciones bilaterales con Aus-
Luego vinieron las elecciones austriacas ms recientes, las de 1999, con tria, y aunque algunas voces cuestionaron la sensatez de esta medida, la
su consecuencia de ningn modo inevitable: la inclusin en el gobierno Unin Europea mantuvo su postura. La medida de la Unin Europea
del partido de extrema derecha ele J5rg Haider, el Freiheitliche Partei molest a su vez a muchos austriacos, y no slo a los que respaldaron la
sterreichs (FP). Los dems estados en la Unin Europea (uE) reaccio- formacin del gobierno actual, sino tambin a muchos de sus opositores.
naron con fuerza ante este cambio ele rgimen y suspendieron las rela- Muchos de estos ltimos dijeron que la Unin Europea exageraba los
ciones bilaterales con Austria. Me vi obligado a pensar si aun as me pre- peligros de incluir al FP en el gobierno. Haider no es Hitler fue como
sentara. Si hoy estoy aqu, es por dos razones. Primero, porque quise se formul comnmente esta postura. Otros dijeron que equivalentes de
afirmar mi solidaridad con dem anderen sterreich (la otra Austria), la Hader haba en todos los estados de la Unin Europea y hasta cierto.
que se ha manifestado tan visiblemente desde la instalacin del nuevo punto inclusive en sus gobiernos. Por tanto, deca esta gente, la Unin
gobierno. y segundo, ms importante an, vine para asumir mis propias E~ropea actuaba hipcritamente al tomar la medida que tom. Y final-
responsabilidades como cientfico social. Entre todos matamos al alba- mente, algunos austriacos sostenan -al igual que otros europeos- que
tros. Lo traemos colgado del cuello. Y debemos luchar con lo mejor de la medida apropiada de parte de la Unin Europea habra sido la de
nuestra alma y de nuestro intelecto para expiar, para reconstruir, para esperar y ver, y que si el nuevo g?.~ierno austriaco haca algo punible,
crear un sistema histrico de otra naturaleza, un sistema que vaya ms entonces y slo entonces habra sido el momento de actuar. Mientras
all del racismo que aflige al mundo moderno de un modo tan profundo tanto, en el interior de la propia Austria, se lanz una Wtderstand.
y tan maligno. De ah que decidiera cambiar el ttulo de mi ponencia.
Quisiera tomar como objeto de mi anlisis no al FP como partido y lo
Ahora se llama El albatros del ra2ismo: las ciencias sociales, Jrg Hai-
que representa, sino la fuerte reaccin pe la Unin Europea a la inclu_-
der y la Widerstand 3
sin de este partid en el gobierno austriaco y fa subsecuente reaccin
Los hechos ocurridos en Austria parecan muy sencillos en la superficie. austriaca as como tambin a la Widerstand. Tanto la una como la otra
Durante un cierto nmero de sucesivas legislaturas, Austria haba estado slo se pueden entender si desplazamos nuestro foco analtico de Austria
gobernada por una. coalicin, a nivel nacional de los dos partidos ms propiarrierfo''al sisterri~rriitndo como un ,odo, sus realidades, y a io que
grandes, el Sozialdemokrati~ch'e Partei sterreichs (SP) y el s.terrei- los cientficos sociales nos han dicho sobre estas realidades. Propongo

6,6

______________\ _:_ _____________________________________


\

entonces asomarnos a este ,entorno ms amplio desde cuatro marcos siones tnicas semejantes. Al mismo tiempo, en muchas partes de frica,
temporales: el sistema-mundo moderno a "'partir de 1989; el sistema- as como en Indonesia, para mencionar nada ms los casos ms obvios, se
mundo moderno a partir de 1945; el sistema-mundo moderno a partir de han estado presentando tanto guerras civiles similares .a gran escala como
1492, y el sistema-mundo moderno despus de 2000. Se trata desde luego conflictos de menor nivel.
de fechas simblicas, pero en este caso los smbolos son muy importan- . En el mundo paneuropeo - trmino con el que me refiero a Europa
tes. Nos ayudan a discutir las realidades y la percepcin de las realidades. occidental ms Amrica del Norte y Astralasia, pero no a Europa del
Al hacer esto, espero estar expresando mi solidaridad hacia la Widers- este-' el anlisis de estas gu~rras civiles se ha centrado en la supuesta
tand austriaca y espero estar asumiendo mis propias responsabilidades, debilidad de las sociedades civiles en estos estados y en el bajo nivel de
tanto morales cuanto intelectuales~.somo cientfico social. su inters por los derechos humanos a lo largo de su historia. Quien
haya ledo la prensa en Europa occidental no puede pasar por alto a
qu grado, en lo que se da en llamar el mundo poscomunista, la aten-
EL SISTEMA-MUNDO A PAiffIR DE 1989 cin en estas reas antes comunistas se ha enfocado en cierto proble-
ma. Y el problema ha sido definido de facto como la ausencia en
En 1989 se desplom el llamado bloque de naciones socialistas. Los pa-
estas reas del alto nivel de modernidad que supuestamente tiene el
ses de Europa del este y del centro, a los que la Doctrina Brezhnev -y 1 mundo paneuropeo.
ms importante an, los acuerdos de Yalta - mantuvo bajo su control, 1

afirmaron efectivamente su autonoma poltica respecto de la Unin Mientras tanto, resulta igualmente sorprendente la poca atencin que
Sovitica y cada cual se puso a desmantelar su sistema leninista. En dos se ha puesto -de parte de la prnsa, de los polticos y en especial de los
aos se disolvi el Partido Comunista de la propia Unin Sovitica y de cientficos sociales- en lo que ha cambiado desde 1989 en el mismo
hecho sta se dividi en sus quince unidades constituyentes. Que la his- mundo paneuropeo. Los regmenes polticos que haban construido sus
toria de los estados comunistas en Asia del este y en Cuba fuera diferen- lgicas nacionales sobre el hecho de que estaban involucrados en una
te poco cambi las consecuencias que tuvieron estos sucesos de Europa Guerra Fra, de pronto descubrieron que los acuerdos que a lo largo de
del este para la geopoltica del sistema-mundo. 1 cuarenta aos haban tenido parecan carecer de sentido, para sus electo-
Desde 1989, buena parte de la atencin del mundo se ha concentrado'
en estos pases europeos que antes eran comunistas. Ha habido congre~
res y tambin para los mismos polticos. Por qu tener un sistema de
pentapartiti (y su tangentpolis)4 en Italia, construido alrededor de la
sos sin fin de cientficos sociales sobre la llamada transicin en esos pa- mayora permanente de la democracia cristiana, si no haba Guerra Fra?
1
ses, hasta el grado de que hablamos de transitologa. Y en las zonas que
1
i Ahora qu habra de cohesionar al partido gaullista en Francia, o inclu-
antes constituyeron la Repblica Federal de Yugoslavia y en las reas 1 so a la Christlich-Demokratische Union en Alemania? Por qu motivo
caucsicas de la Unin Sovitica se ha dado un gran nmero de guerras J el Partido Republicano en Estados Unidos deba seguir atado a una
civiles sumamente crueles, en las cuales en varios casos se han involucra- poltica exterior bilateral? Cul fue el resultado de estas dudas inter-
do activamente potencias extranjeras. Muchos cientficos sociales han nas? Los partidos conservadores ms grandes en el mundo paneuropco
analizado esta violencia bajo encabezados tales como purificacin tni- se estn desmoronando, desgarrados por las divisiones entre los nuevos
ca, un fenmeno que se afirma es resultado de hostilidades tnicas muy ultras del liberalismo econmico y un conservadurismo ms social, ya sea
duraderas. Hasta en los estados que se han librado de un alto nivel de vio- de l~ variedad que desea que el Estado corrij la degradada moral de la
lencia interna, como la Repblica Checa, Hungra y los estados del Blti- ciudadana, o de la variedad que conserva una preocupacin paternalista
por las redes de seguridad social. Y estas facciones luchan entre s en
co, se han dado desagradables recordatorios de un resurgimiento de ten-

68 69
medio de simpatizantes que tienen miedo de que, en el desorden, sus zado un partido de extrema derecha en cualquier pas europeo desde
actuales condiciones e ingresos sociales se vean seriamente daados. 1945. En 1995, el Front National (FN) de Le Pen obtuvo el 15,1 por cien-
to en Francia y eso ya fue un impacto brutal. Pero en ese momento, los
~fuy bien, y qu pasa con los partidos de centro-iz~uierda, la_i;iayor,a
dos principales partidos conservadores insistan en que le negaran el
de los cuales se hacen llamar democrticos? Estos partidos tambien estan apoyo al FN en cualquier nivel. Y cuando en las elecciones regionales de
::n problemas. La cada del comunismo fue de hecho tan slo la culmina- 1998 los resultados fueron tales que los partidos conservadores pudieron
:in de un desencanto con la vieja izquierda en todas y cada una de sus formar mayoras en un buen nmero de regiones slo con el apoyo de
!res principales versiones: los partidos comunistas, los partidos socialde- aquellos que haban sido electos bajo la frmula del FN, cinco dirigentes
mcratas y los movimientos de liberacin nacional; un desencanto que
regionales ignoraron aquella directiva y lograron el apoyo del FN para sus
marc dramticamente la revolucin mundial de 1968. Este desencanto gobiernos regionales. Sin embargo, estos dirigentes regionales fueron
fue consecuencia, no tan paradjica, del propio xito poltico de estos mis-
expulsados en breve de los dos principales partidos conservadores a nivel
;nos movimientos. Pues al llegar al poder, estos movimientos en realidad
nacional, el RPR y la UDR. Por otra parte, Berlusconi form gobierno en
mostraron que eran incapaces de cumplir con su promesa histrica segn Italia con el apoyo de Gianfranco Fini y su Alleanza Nazionale, que era
:a cual, si obtenan el poder del Estado, podan construir y en efecto cons- un partido similar al de Haider, con la salvedad de que Fini haba renun-
~ruiran una sociedad nueva: es decir, transformaran sustancialmente la
ciado especficamente a su pasado neofascista antes de las elecciones.
>Gciedad en direccin a un mundo ms igualitario, ms democrtico.
Aun as, como insisten muchos austriacos, por qu motivo la Unin
En Europa occidental, la vieja izquierda eran fundamentalmente los
Europea asumi una postura tan beligerante por lo que sucedi en Aus-
vx:-ialdemcratas. Y lo que ha pasado, desde 1968, pero an ms desde.
tria? La respuesta en realidad es muy sencilla. A todos los estados de la
1989,es que la gente puede votar por esos partidos como si fueran un mal
Unin Europea les dio miedo, precisamente porque sus pases no eran
ff1enor, pero nadie baila en las calles cuando ganan una eleccin. Nadie
tan distintos de Austria, de que en el futuro inmediato se vieran ante
::.spera que estos partidos hagan una revolucin, ni siquiera ~na r~;ol~
opdones similares y de que pudieran caer en la tentacin de seguir el
c..in pacfica. Y los ms desencantados de todos son los pr?p10s d~ngen camino del VP. Fue el miedo a ellos mismos lo que provoc la fuerte
~es de estos partidos, quienes se limitan a hablar el lenguaje centnsta de
reaccin de la Unin Europea. Al mismo tiempo, el que los propios aus-
fa ,,tercera va. Ms an, con este desencanto hacia los partidos de la
triacos no entendieran que haban cruzado la raya que toda Europa occi-
'1reja izquierda se ha dado un alejamiento de las propias estructuras esta-
dental se haba puesto no en 1999 sino en 1945 tiene que ver con la con-
~les. A los estados los toleraron sus poblaciones, incluso se les celebr
trarreacin austriaca. Permtaseme dejar muy clara mi postura. Apruebo
wmo agentes potenciales de cambios sociales. Ahora se les ha empezado
la decisin de suspender las relaciou.es bilaterales con Austria. Considero
a ver como agentes de la corrupcin y del empleo de la fuerza innecesa-
que, de no haber hecho esto la Unin Europea, nos p~dramos haber
;a antes que nada, ya no como el baluarte del ciudadano, sino como la
enfangado en una corriente ideolgica que podra desgarrar a Europa
carna del ciudadano.
~ ' \ 1 'l' . occidental. Pero tambin estoy de acuerdo en que hubo mucha hipocre-
A partir de esta descripcin' se puede ver que Austna es so o. un ejem~ sa, o mejor dicho, un autoengao considerable, en la decisin de l~
po ms de un esquema ge~erai parieuropeo. Por qu tener una coalicin Unin Europea. Para apreciar por qu esto es as, debemos observar al
nacional en una etapa posterior al comunismo? E incluso po.r qu vo.tar sistema-mundo a partir de 1945 y no a partir de 1989.
por partidos que parece~ estar iriteresd?s antes que nada en el Proporz,
Sin embargo, antes de hacerlo, permtaseme decir algo ms sobre las
et sistema en el que los dos gral1des'partidos se dividan el pati:onazgo?
ciencias sociales del mundodesde 1989: han sido lamentables. De lo nico
En este contexto, recibi el FP su 26,9 por ciento del voto el 3 de octubre
que se habla -Y. casi sin importar la tendencia poltica - es de globaliza-
de 1999. ste, con seguridad, es el porcentaje ms elevado que ha alean-

.71
cin, como si este concepto fy.era algo ms que un pasajero recurso ret- ta. El propsito del racismo no es excluir a la gente, mucho menos exter-
rico en la lucha continua dentro de la ecottoma-mundo capitalista en minarla. El propsitq del racisll1o es mantem~r. a la, gente dentro del sis-
tomo al grado en que deben o no impedirse los flujos transfronterizos. Es tema, pero como inferiores ( Untermenschen) a los que se puede explotar
una cortina de humo. Tambin lo s la letana sin fin sobre la violencia econmicamente y usar como chivos expiatorios polticos. Lo que suce-
. tnica, y aqu no slo los cientficos sociales son responsables, sino tam- di con el nazismo fue lo que los franceses llamaran un drapage: un
bin los activistas de los derechos humanos. Mi punto de vista no es que desatino, un resbaln, uria prdida de control. otal vez fue que el genio
la violencia tnica no sea una realidad terrible y aterradora, sino que muy se sa de la lmpara.' ' \ \
claramente no es algo propio de otros menos afortunados, menos sabios, Se supona que haba que ser racista has.ta la raya en que empieza un
menos civilizados. Es el resultado absolutamente normal de las desigual- End!Osung, pero no ms all. Siempre fue un juego delicado y sin duda
dades profvndas y crecientes en el i'.i'terior de nuestro sistema-niundo y es antes hubo otros drapages -aunque nunca a tan gran escala, nunca en
algo que no se puede enfrentar por medio de la exhortacin moral o por un lugar tan central del sistema-mundo y nunca, nunca, tan visibles. Las
medio de la ingrence5 de los puros y de los adelantados en las zonas bajo fuerzas aliadas que entraron a los campos de concentracin en 1945 se
el control de los impuros y los atrasados. Las ciencias sociales del mundo conmovieron realmente a un nivel personal. Y de manera colectiva, el
no nos han ofrecido herramientas tiles para analizar lo que ha estado mundo paneuropeo tuvo que vrselas con el genio que se haba escapa-
ocurriendo en este mundo desde 1989,y por tanto no nos han dado herra- do de la lmpara. Se hizo por medio de un proceso para prohibir el uso
mientas tiles para entender la realidad contempornea austriaca. pblico del racismo y fundamentalmente el uso pblico del antisemitis-
mo. Se volvi tab.
Los cientficos sociales se sumaron al juego. En los aos posteriores a
EL SISTEMA-MUNDO A PARTIR DE 1945 1945, empezaron a publicar libro tras libro para denunciar el significado
del concepto de raza6, la ilegitimidad de suponer que las diferencias en
En 1945 llegaron a su fin la experiencia nazi y el horror nazi. Hitler no
cualquier medicin social actual de los grupos sociales podan atribuirse a
invent el antisemitismo, tampoco los alemanes. El antisemitismo era
caractersticas genticas innatas. La memoria del Holocausto se convirti
desde haca mucho tiempo la principal expresin interna del profundo
en el tema de los curricula escolares. Los alemanes, al principio un tanto
racismo del mundo europeo, y en su versin moderna, al mertos durante
renuentes pero ms adelante con cierto valor moral, han tratado de anali-
un siglo, fue endmico en la escena europea. Quien compare Pars con
zar su propia culpa y por tanto de reducir su vergenza. Y despus de 1989
Berln a este respecto tal como eran en 1900 no pensara que Berln sale
se les han sumado, sin duda con ciertos reparos, otros pases del mundo
peor librado. No hubo un solo lugar en el que estuviera ausente el anti-
paneuropeo. Miembros de los Aliados como Francia y los Pases Bajos
semitismo activo, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial, ni
empezaron asimismo a admitir sus propias culpas, las culpas por permitir
siquiera en Estados Unidos.
que se diera este drapage, las culpas porque al menos algunos de sus ciu-
Por qu entonces todo el mundo se molest tanto con el nazismo, al dadanos participaron activamente en el proceso. Una de las razones por
menos despus de 1945? La respuesta salta a la vista y no puede pasar las que la Unin Europea reaccion tan fuerte ante Haider es porque
inadvertida. Fue por el End!Osung: la Solucin Final. Aunque antes de Austria como pas se ha negado a asumir su parte de la culpa, porque ha
1945 casi todos en el mundo paneuropeo haban sido abierta y felizmen- insistido en que fue fundamentalmente una vctima. Tal vez una mayora
te racistas y antisemitas, casi ninguno tena la intencin de que este anti- de austriacos no deseara el Anschluss en 1938, aunque es difcil saberlo
semitismo resultara en un End!Osung. La Solucin Final de Hitler no cuando en los fragmentos de pelculas documentales se ve a la vitoreante
entendi el objetivo central del racismo en la economa-mundo capitalis- multitud de Viena. Pero lo que viene ms al caso es que a ningn austria-

73
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co no judo ni gitano se le consider otra cosa que un alemn en el Tercer Cuando en la dcada de los setenta la economa-mundo ingres en su
Rcich despus del Anschluss, y la mayora se enorgulleci de ese hecho. larga fase b del ciclo Kondratieff y el desempleo creci por primera vez
Darse cuenta de que el racismo haba sido destruido por haber ido de- desde 1945, los inmigrantes se volvieron el conveniente chivo expiatorio.
masiado lejos tuvo dos grandes consecuencias en el mundo paneuropeo Las fuerzas de la extrema derecha, en buena medida ilegtimas y margi-
ix1sterior a 1945. En primer lugar, estos pases trataron de enfatizar sus nales desde 1945, de pronto empezaron a emerger nuevamente, a veces
,irtudes internas como naciones integradoras, inmaculadas por el racis- dentro de los partidos conservadores tradicionales, a veces como estruc-
m. pases de libertad que se enfrentaban al imperio del mal de la turas separadas. En este ltimo caso, se alimentaron del apoyo no slo de
Cni6n Sovitica, cuyo racismo se convirti a su vez en tema habitual de los partidos conservadores, sino tambin de los partidos obreros de cen-
la propaganda de Occidente. De este esfuerzo se desprendieron todo tipo tro-izquierda. Para la dcada de los noventa, estos partidos empezaron a
de acciones sociopolticas: la decisin de la Suprema Corte estadouni- parecer ms serios, por las razones que ya he sugerido.
deme de prohibir la segregacin racial en 1954; las medidas polticas Los partidos tradicionales no estaban del todo seguros de cmo mane-
fi!israeles de todo el mundo paneuropeo; hasta el nuevo nfasis en el jar este resurgimiento de los partidos ms o menos abiertamente racistas.
c-.:umenismo en el mundo cristiano occidental, as como la invencin de L_e~ daba pni~o que e! genio pudiera volver a salirse de la lmpara y des-
la idea de que exista una herencia comn judea-cristiana. hiciera la placidez social de sus estados. Algunos sostenan que era posi-
En segundo lugar, pero igualmente importante, estuvo la necesidad de ble aplacar estas fuerzas de la extrema derecha apropindose de sus
restaurar un racismo saneado en su funcin original, que es la de mante- temas en contra de los migrantes de una forma ligeramente edulcorada.
ner a la gente dentro del sistema, pero como Untermenschen. Si a los Otros dijeron que estas fuerzas constituan un virus que deba aislarse lo
judos no se les poda volver a tratar as, ni a los catlicos en los pases ms pronto posible.
rrotestantes, entonces haba que mirar ms lejos. El perodo post 1945 ~e ~uevo, los cientficos sociales no nos ayudaron mucho. Se pusieron
fue. al menos al principio, una etapa de increble expansin econmica y a analizar el fenmeno nazi en trminos de cierta peculiaridad de la
d~ una simultnea transformacin demogrfica con una tasa de natalidad situacin histrica germana, en lugar de ver que todo el sistema-mundo
rJ.dicalmente reducida en el mundo paneuropeo. Este mundo necesitaba haba estado jugando con fuego durante mucho tiempo y que slo era
ms trabajadores y estaba produciendo menos que nunca. Y as dio cosa de tiempo para que alguna de las chispas prendiera en alguna parte,
u.1mienzo la etapa de lo que los alemanes llamaron cautelosamente tra- d~ 'algn modo. Los cientficos sociales buscaban proclamar su propia
h.tjadores visitantes ( Gastarbeiter). virtud moral -mrjtos a los que llegaremos en un momento- y absol-
~.Quines eran estos Gastarbeiter? Gente del Mediterrneo en una ver al mundo paneuropeo por su presunta retrica no racista contem-
Europa no mediterrnea; latinoam.ericanos y asiticos en Amrica del pornea, cuando el racismo paneuropeo posterior a 1945 fue de hecho
:S-orte; caribeos en Amrica del Norte y en Europa occidental; negros de tan virulen.to como su racismo anterior a 1933 o anterior a 1945. Sim-
_-\frica y sudasiticos en Europa. Y. desde 1989, gente proveniente del viejo plemente haban sustituido a sus objetos de odio y de temor. No deba-
t-1'.oque socialista que emigraba a Europa occidental. Todos estos migran- ~imos en estos das el llamado choque de las civilizaciones, un concepto
ws han llegado en grandes cantidades porque as lo quisieron y porque les mventado por un cientfico social?
ihc po.;;ible
.. encontrar trabajo; de hecho se les necesitaba cor. desespera- De hecho, la denuncia misma de Austria por parte de la Unin Euro-
cin para hacer florecer los pases paneuropeos. Pero vinieron, casi en tr- p~a, por m_ucho que yo la apruebe, suena a racismo. Pues qu es lo que
minos universales, como los de abajo: econmica, social y polticamen~e. dice la Umn Europea? Dice que en efec~o los Haider son posibles, tal
vez hasta normales, fuera del mundo paneuropeo, tal vez incluso en pa-
ses tan cercanos como Hungra y Eslovenia. Pero que los Haider son

., 75 .
\
inadmisibles, impensables, de9tro de la Europa civilizada. Nosotros los emperador Carla~ V (y a todos los dems) que recoga los horrores de lo
europeos debemos defender nuestra superioridad moral y Austria ame- que pasaba en Amrica y resuma as lo que haba sucedido:
naza con hacer esto imposible. Es verdad: Austria en efecto amenaza con
La causa porque han muerto y destruido tantas y tales y tan infinito nme-
hacer que esto sea imposible y Austria debe retractarse de algn modo de
ro de nimas de cristianos, ha sido solamente por tener por fin ltimo el oro
~u insostenible postura actual. Pero las razones mismas de la queja de la
y henchirse de riquezas en muy breves das, y subir a estados muy altos y
Unin Europea no se libran de la sospecha de tener una mcula de tipo
sin proporcin de sus personis, cm\vien6 a saber, por la insaciable codicia
moral. Ya que los mismos valores universalistas de Europa occidental tie-
y ambicin que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo,
nen incrustado el crnico racismo constitutivo del mundo paneuropeo.
por ser aquellas tierras tan felices y tan ricas, y las gentes tan humildes, tan
Para apreciar lo anterior, y para apreciar cmo las ciencias sociales son pacientes y tan fciles a subjectarlas, a las cuales no han tenido ms respe-
incapaces de desenmascararlo, debemos volver la vista a la historia del to, ni de ellas han hecho ms cuenta ni estima( ... ), no digo que de bestias
sistema-mundo moderno a partir de 1492. (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tratado y esti-
mado), pero como y menos que estircol de las plazas7
Las Casas fue, sin lugar a dudas, el defensor apasionado y decidido de
EL SISTEMA-MUNDO A PARTIR DE 1492 los derechos de los pueblos. Fue, en una conexin que vale la pena sea-
Cuando los europeos desembarcaron en Amrica y se propusieron con- lar, el primer obispo de Chiapas, hogar en la actualidad de los neozapa-
quistarla se toparon con pueblos de indios en extremo ajenos a eilos. tistas, donde sigue siendo necesario defender la misma causa que Las
Algunos estaban organizados en sistemas tan sencillos como los de caza- Casas defendi hace casi quinientos aos: los derechos de estos pueblos
dores-recolectores. Y algunos estaban organizados en complejos y elabo- indios a su dignidad y a sus tierras. En la actualidad estos pueblos se
rados imperios-mundo. Pero en ambos casos ni las armas de estos pue- encuentran apenas un poco mejor que en los tiempos de Las Casas. Hay
blos ni sus inmunidades fisiolgicas adquiridas -o ms bien la falta de quienes clasificaran a Las Casas y a otros telogos, filsofos y juristas
ellas- les permitieron resistir con xito a los invasores. De ah que los espaoles como los precursores de Grotius y como los verdaderos fun-
europeos tuvieran que decidir cmo tratar a estos pueblos. Hubo euro- dadores de los modernos derechos del hombre.
peos que, al adquirir grandes extensiones de tierras -con frecuencia por En un principio el emperador fue seducido por los argumentos de Las
primera vez-, quisieron explotarlas lo ms rpido posible y estuvieron Casas y lo nombr su Protector de los Indios. Pero ms adelante lo pens
dispuestos a esclavizar y a emplear trabajadores indgenas. La justifica- mejor y cit en 1550 una junta especial de jueces en Valladolid para escu-
cin que dieron para esto fue que los pueblos de indios eran brbaros, char el debate entre Las Casas y otro de los asesores del emperador, Juan
que no merecan otra cosa que no fuera una servidumbre estricta. Gins de Seplveda, sobre los asuntos de fondo. Seplveda, un opositor
Pero tambin hubo evangelistas cristianos a quienes horroriz el trata- declarado de Las Casas, ofreci cuatro argumentos para justificar el tra-
miento inhumano impuesto a estos pueblos de indios por los conquistado- tamiento de los indios al que Las Casas se opona: eran brbaros y por
res europeos y que insistieron tenazmente tanto en la posibilidad como en tanto se deban someter naturalmente a pueblos ms civilizados. Eran
la importancia de ganar las almas de los indios para la redencin cristiana. idlatras y practicaban los sacrificios humanos, lo que justificaba la inter-
Una de esas personas fue Bartolom de las Casas, cuya pasin y militancia vencin para impedir crmenes en contra del derecho natural. La inter-
culminaron en 1550 en un debate clsico y famoso sobre la naturaleza del vencin estaba justificada para salvar vidas inocentes. La intervencin
Otro. Ya en 1547, Las Casas haba escrito una breve relacin dirigida al facilitara la evangelizacin cristiana. Estos argumentos parecen incre-
blemente contemporneos. Lo nico que tenemos que hacer es.poner el
trmino democracia donde dice cristianismo.

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~
En contra de estos argumentos Las Casas afirm: No se debe obligar logrado, debemos admitirlo, algn xito limitado. Pero siempre ha habi-
a pueblo alguno a rendirse ante otro pueblo sobre la base de una supues- do masacres brutales, EndlOsungen anteriores a la EndlOsung, acaso
ta inferioridad cultural. No se puede castigar a un pueblo por cometer menos burocrticas, menos sistemticas y menos efectivas y ciertamente
crmenes que era inconsciente de que fueran tales. Se cuenta con la jus- menos visibles pblicamente.
tificacin moral para salvar a personas inocentes slo si en el proceso de Ah, dirn ustedes, pero luego llegaron la Revolucin francesa y la
salvarlas no se causa un dao mayor a otras. Y el cristianismo no se Dclaration des droits de l'homme. Bueno, s, pero bueno, no! La Revo-
puede propagar con la espada. Aqu tambin los argumentos parecen lucin francesa en efecto encarn una protesta en contra de la jerarqua,
increblemente contemporneos. el privilegio y la opresin, y plante esta protesta sobre la base de un uni-
Para algunos, por tanto, Las Casas debe ser visto como el ltimo de los versalismo igualitario. El gesto simblico que despleg esta protesta fue
com1meros, ese gran primer movimiento de protesta social tan poco el rechazo al Monsieur como forma de trato y su sustitucin por la ape-
estudiado que tuvo lugar en Espaa en el primer tercio del siglo XVI, un lacin citoyen, ciudadano. Aye, there's the rub, como dijo Shakespea-
movimiento que fue democrtico y comunitario a la vez. Las implicacio- rex12. Pues se quera que el concepto de ciudadano fuera incluyente.
nes de lo que Las Casas sostena. parecan cuestionar los fundamentos Todos los ciudadanos iban a tener voz en su gobierno, no nada ms un
mismos del Imperio espaol, que es de hecho el motivo probable por el grupo limitado de aristcratas. El obstculo consiste en que si se incluye
cual Carlos V retir su apoyo inicial a Las Casas9 De hecho, en su discu- a todos los que estn en un grupo, de algn modo alguien antes tiene pri-
sin del concepto de lo que es un brbaro, Las Casas insisti en que para mero que decidir quines son los miembros de este grupo. Y esto implica
nadie es imposible encontrar un brbaro a quien dominar, recordndo- necesariamente que haya personas que sean no miembros.
les a los espaoles la manera en que a ellos los trataron los romanos 10 El concepto de ciudadano excluye inevitablemente tanto como incluye.
Pero otros han argumentado que en realidad Ls Casas fue simplemente De hecho, la fuerza excluyente de la ciudadana ha sido tan importante
el terico de la buena colonizaci~, un reformista que propuso incan- como la fuerza incluyente en los dos siglos posteriores a la Revolucin
sablemente, hasta el final de su vida, soluciones alternativas para los pro- francesa. Cuando en 1883 el mayor Karl Lueger de Viena dijo: Wir sind
blemas del sistema colonial fundado en la encomienda 11 Menschen, christliche Osterreicher>> (Somos varones, cristianos, austria-
Lo fascinante de la gran polmica ante la Junta de Valladolid es que cos )13, ofreca una definicin de los lmites de la ciudadana, definicin
nadie est del todo seguro qu decidi la Junta. En un sentido, esto es que los electores vieneses al parecer apreciaron, aun cuando no sucedie-
emblemtico del sistema-mundo moderno. Alguna vez hemos decidido? ra lo mismo con el emperador. Lueger no estaba dispuesto a incluir a los
Podemos decidir? Las C~sas, el antirracista, el defensor de los pobres, judeo-magiares14 , que para l eran tan extranjeros como los capitalistas
fue tambin la persona que buscaba institucionalizar una colonizacin extranjeros que tambin denunci:.Era esto protofascismo, como mu-
buena? Se debe, se puede, evangelizar con lri espada? Para estas pre- chos sostenan, o fue meramente extremismo calculado, como John
guntas nunca hemos recibido respuestas que sean lgicamente consisten- Boyer insiste? 15 Hoy algunos se plantean esta misma pregunta sobre Jfg
tes o que resulten polticamepte persuasivas como par poner fin a la dis- Haider. Pero qu diferencia plantea la respuesta? El resultado poltico
cusin. Tal vez no existan esas respuestas. es virtualmente el mismo. .
Desde Las Casas hemos construido una economa-mundo capitalista, la En el mismo momento de la historia moderna en que la Revolucin
que ms adelante se expandi para abarcar al mundo entero y que siem- francesa nos legaba a todos el campo minadQ del concepto de ciudadano,
pre y en todo momento.ha justificado sus jerarquas sobrela base del el 111undo. de~ saber atravesaba por un cataclismo mayor. Este cataclismo
racismo. A dedr verdad, siempre ha tenido tambin.su cuota de personas se produjo despus de la xitosa secularizacin del saber alcanzada con
que han tratado de aligerados peor(;!S rasgos de. estei""racismo y que han la separaci,n entre la filosofa y la teologa, proceso que tom.. varios
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siglos. Pero ahora se trataba de algo ms que secularizar el saber. Hacia mundo natural como su mbito exciusivo. Y las humanidades se apropia-
la segunda mitad del siglo ::wm, dos trmiqps que hasta entonces si no ron el mundo de las ideas, de la produccin cultural y de la especulacin
haban sido sinnimos s se haban encimado mucho -ciencia y filoso- intelectual como su mbito exclusivo. Sin embargo, al llegar al dominio
fa- empezaron a ser identificados como opuestos ontolgicos. Las dos de las realidades sociales, las dos culturas se lo disputaron. Cada cual
culturas, rasgo singular de las estructuras del saber del sistema-mundo arguy que este mbito le perteneca. Por tanto, lo que sucedi cuando
moderno, se haban aceptado como una separacin definitoria del saber. las ciencias sociales empezaron a institucionalizarse en el renaciente sis-
Y con esta separacin vino la separacin intelectual e institucional de la tema universitario del siglo XIX es que fueron desgarradas por este deba-
bsqueda de la verdad por un lado -el dominio de la cieneia -- y la bs- te epistemolgico, este Methode'nstreit. Las ciencias sociales emergieron
queda de lo bueno y lo bello por el otro -el dominio de la filosofa o de en dos campos, que entonces se consideraron disciplinas con una fuerte
las humanidades. Es esta rupturafundamental la que explica la forma tendencia, al menos al principio, hacia el campo ideogrfico, humanstico
posterior del desarrollo de las ciencias sociales as como tambin, creo yo, -historia, antropologa, estudios orientales-, y las que tenan una fuer-
su incapacidad para hablar del racismo constitutivo de la economa- te tendencia hacia el campo nomottico, cientfico -economa, sociolo-
mundo capitalista. Paso ahora a esta historia. ga, ciencia poltica. Lo que esto implica en el problema con el que aqu
Los dos grandes legados culturales de la Revolucin francesa fueron la nos estamos enfrentando es que las ciencias sociales se dividieron pro-
idea de que el cambio poltico era normal y de que la soberana no resi- fundamente sobre si deban ocuparse nicamente de la bsqueda de la
da ni en el gobernante ni en un grupo de notables, sino en el puebla16 verdad, o deban ocuparse tambin de la bsqueda de lo bueno. Las cien-
Esto ltimo era simplemente la expresin de la lgica del concepfo de cias sociales nunca han resuelto este asunto.
ciudadano. Ambas ideas eran extremadamente radicales en sus implica- En cuanto al racismo, lo ms sorprendente a propsito del saber social
ciones y ni la cada del rgimen jacobino ni siquiera el final del rgimen a lo largo del siglo XIX y hasta 1945 fue que las ciencias sociales nunca con-
napolenico que lo sucedi pudieron impedir que cubrieran el sistema- frontaron directamente este asunto. Y de manera indirecta, su expedien-
mundo y que fueran ampliamente aceptadas. Quienes estaban en el te es deplorable. Empecemos con la historia, la nica de las ciencias socia-
poder se vieron obligados a negociar con esta nueva realidad geocultural. les modernas que existi como nombre y como concepto mucho antes del
Si el cambio poltico se iba a considerar como normal, entonces era siglo XIX. La historia conoci en el siglo XIX una as llamada revolucin
importante saber cmo operaba el sistema, para poder controlar el pro- cientfica, cuya figura central fue Leopold von Ranke. Ustedes han de
ceso. Esto le dio el impulso bsico al surgimiento institucional de las cien- saber que Ranke insisti en que los historiadores deban escribir la histo-
cias sociales, esa rama del saber que busca explicar la accin social, el ria wie es eigentlich gewesen ist (Como en realidad sucedi). Esto signi-
cambio social y las estructuras sociales. ficaba reconstruir el pasado a partir fundamentalmente de los materiales
ste no es el sitio para analizar la historia institucional de las ciencias contemporneos del pasado que se estudiaba. De ah la importancia de
sociales, lo que se hizo de manera sucinta en el informe de la comisin los archivos, de los depsitos de documentos escritos del pasado, docu-
internacional que yo encabec, Open the Social Sciences 17 Slo hay dos mentos que deban ser analizados crticamente como Quellen, fuentes.
cosas que quiero tratar aqu: el lugar de las ciencias sociales en medio de He de ignorar en este instante las crticas que ms adelante se hicie-
las dos culturas y el papel que las ciencias sociales han jugado en la com- ron a esta aproximacin porque nos limitaba al estudio casi exclusivo
prensin del racismo. de la historia poltica y diplomtica, al emplear como fuentes los escritos
Las dos culturas dividieron los dominios del saber de conformidad con de las personas vinculadas a los estados y a los gobernantes. Asimismo,
lo que en la actualidad creemos que es evidente, aunque nadie lo habra he de ignorar el hecho de que la insistencia en los archivos como la
pensado as en el siglo XVII o antes. La ciencia se apropi el dominio del fuente crucial de datos forzaba la historia de manera exclusiva al pasado,

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~ '1'h',\/

Mti~
Cuando David Ricardo cre una teora del comercio internacional basa-
cuyos lmites temporales quedaban definidos por el grado de disponi-
bilidad de los estados para aceptar que los estudiosos investigaran sus da en el concepto de la ventaja comparativa emple, de nuevo famosa-
archivos. Permtanrne insistir meramente en un elemento de la historia rnente, un ejemplo hipottico en el que insert los nombres de Inglaterra
al menos en la manera en que se practic hasta 1945. Era slo la histo~ y Portugal. No nos dijo que el ejemplo provena de la historia verdadera,
ria de las llamadas naciones histricas. As tena que serlo ciertamente, como tampoco nos explic hasta qu punto esta llamada ventaja compa-
dados los mtodos empleados. rativa haba sido impuesta por la fuerza de los britnicos sobre el ms
1
dbil Estado portugU:s .
En el Imperio austro-hngaro, como en todas partes, el concepto d las
naciones histricas no era un concepto meramente universitario, sino un S, algunos economistas insistieron en que el proceso de la reciente his-
arma poltica. Es muy claro quines o qu son las naciones histricas. Son toria inglesa no constitua un ejemplo de las leyes universales. Gustav von
las naciones que se localizan en los estados modernos fuertes que pueden Schmoller (1838-1917) encabez todo un movimiento, Staatswissenschaf-
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financiar Y presionar a los historiadores para que escriban sobre ellas. ten, que buscaba historizar los anlisis econmicos Fue un economista
Todava en la dcada de los sesenta, H.R. Trevor-Roper lanz la increble viens, Karl Menger (1840-1921), quien condujo el ataque en contra de
afirmacin de que frica rio tena historia. Pero podernos preguntar esta hereja, hasta acabar con ella a la postre, no obstante su arraigo en el
cmintos cursos se ofrecieron en el siglo XIX sobre la historia eslovena en sistema de la universidad prusiana. Por otra parte, una crtica an ms
la Universidad de Viena? Cuntos, a decir verdad, son los que se ofre- fuerte de la economa clsica que la de Schmoller fue la que hizo Karl
cen hoy? El trmino mismo de nacin histrica introduce una catego- Polanyi en The Great Transformation, libro que escribi en Inglaterra
20

ra racista en el corazn mismo de la prctica de la historia. No es acci- luego de salir de Viena en 1936. Pero los economistas no leen a Polanyi
dente entonces, al contemplar la produccin histrica anterior a 1945, que Los economistas tienden a no lidiar con la economa poltica si la pueden
95 por ciento de ella (por lo menos) haya sido la historia de cinco nacio- evitar y el mayor esfuerzo por enfrentar el racismo que haya hecho 1
un
nes o lizas histricas: Gran Bretaa, Francia, Estados Unidos, las Alema- economista tradicional fue discutirlo como una opcin de mercada2
nias (as lo digo deliberadamente) y las Italias. Y el otro 5 por ciento es la El desdn de los economistas tradicionales por el anlisis de cualquier
historia de un<=!s cuantos estados europeos menos poderosos, corno los situacin fuera de los parmetros de ceteris paribus garantiza que una
Paises Bajos o Suecia o Espaa. Debo agregar que tambin se escribi un conducta econmica que no siga las normas del mercado, tal y corno estos
pequeo porcentaje sobre la Edad Media europea as como sobre las mismos economistas definen las normas, no merece ser analizada, mucho
presuntas fuentes de la Europa moderna: Grecia y Roma antiguas. Pero menos ser tomada en serio como posible alternativa de conducta econ-
no sobre la antigua Persia, o siquiera sobre el antiguo Egipto. Los histo- mica. La falsa inocencia poltica que se deriva de tales presunciones hace
riadores que construyeron la historia de las Alemanias llegaron a arrojar imposible analizar las races o las consecuencias econmicas de los movi-
algunas luces en el debate pblico que Karl Lueger y otros iniciaron en mientos racistas, pues borra este tema de la esfera del anlisis cientfico.
Viena en el ltimo tercio del siglo xrx? .Creo que no. Peor an, sugiere que una buena parte de la conducta poltica que se
.Las otras ciencias sociales 'funcionaron mejor que la historia con rela- puede analizar como racista o como Widerstand ante el racismo es una
cit'in al racismo? Los economistas estaban atareados en construir las teo- cnduta irracional en trminos econmicos. ,
rias universales del homo economicus. Adam Smith, en su famosa for- Los estudiosos de la ciencia poltica no nos han sido mucho ms tiles.
mulaci~n, nos dijo que todos los humanos buscan trocar, intercambiar y Su concentracin original en temas constitucionales, derivada d.e sus
comerciar. Todo el objetivo de su libro The Wealth of Nations era que v1iculos histricos cori' ras facultades de derecho, volvieron el anlisis
nc:otros ~y el gobierno britnico) nos convenciramos de que haba que del racismo un asunto de legislacin fo;mal. La Sudfrica del apartheid
dejar de mterferir con esta tendencia natural de todos los humanos: era racista porque incluy las discriminaciones formales en el sistema

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1
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legal. Francia no fue racista porque no tu~o tales discriminaciones lega-
El mundo extraeuropeo representaba la tradicin; el mundo pancu-
les, cuando menos en la metrpoli. Adems del anlisis de las constitu- ropeo representaba la modernidad, la evolucin, el progreso. Era O.:d-
ciones, los cientficos sociales anteriores a 1945 asimismo desarrollaron
dente versus los dems. Obsrvese bien que, al analizar el mundo moda-
l~ que llamaron el estudio comparativo del gobierno. Pero qu go- no, las ciencias sociales inventaron no una, sino tres disciplinas p;'.~l
biernos compararon? A nuestros viejos amigos, los de los grandes pa-
describir las regularidades del presente: la economa, la ciencia polt~:;>.
ses paneuropeos: Gran Bretaa, Francia, Estados Unidos, Alemania e
y la sociologa. Pero en el anlisis del mundo'extraeuropeo, no slo n~'
Italia. A nadie ms vala la pena estudiar, porque nadie ms era verda- haba necesidad de historia, sino ta'mpo~o de la trinidad de puntos 1.k
deramente civilizado, ni siquiera, me temo, ese extrao animal el Impe-
rio austro-hngaro. ' vista requeridos para el mundo paneuropeo. Esto. fue as porque se
crey que la diferenciacin en campos de accin social separados -d
Bueno, en fin, al menos los socilogos, famosos por ser el redu~to del mercado, el estado y la sociedad civil- era un logro de la modernid:1,i,
radicalismo pol!tico en el sistema universitario, con toda seguridad debie- de hecho su verdadera esencia. Debido a la separacin entre la cienci:l
ron hacerlo mejor. Para nada! Fueron los peores de todos. Antes de 1945 y la filosofa, no hubo quien les recordara a los practicantes que se tr:l-
haba dos bandas de socilogos. Estaban los que justificaban explcita- taba tan slo de un supuesto de la ideologa liberal y no de una versili:\
mente el concepto de superioridad blanca, sobre todo en Estados Unidos. razonable de la realidad social. No sorprende que las ciencias soci:lks
Y :s~aban los _q~e, por venir de una experiencia de trabajo social o de no pudieran ayudar a entender el nazismo:Y la evolucin de las cien-
actividades rehgiosas, trataban de describir los estratos bajos de los gran- cias sociales a partir de 1945, ~i bien rectific un poco su objetivo, no h:i
des centros urbanos y de explicar cmo sus habitantes se desviaban ~de sido muy til para ayudarnos a entender a Haider. Y sobre todo, no lu
la norma. Las descripciones, no obstante su condescendencia eran bien habido forma de explicar la Widerstand, salvo como otra actiYiltid
intencionadas, pero no se cuestion el supuesto segn el cual esta con- anormal, hacia la cual uno puede tener simpatas, de una forma ligera-
ducta era anormal y deba rectificarse para amoldarse a las normas de la mente condescendiente.
cl~se media. Y como en la mayora de los casos las clases bajas, y no nada Los cientficos sociales estaban tan ocupados dando las batallas tkl
mas en Estados Unidos, se distinguan tnicamente de las clases medias
nacimiento del sistema-mundo moderno que no pudieron dar las batalla!>
los asideros racistas de este grupo son claros, aun cuando ellos mismos n~
los reconocieran as. relativas al funcionamiento del sistema-mundo. La bsqueda de los ckn-
tficos sociales en pos de una neutralidad acadmica fue su lucha en l.,,n-
Y lo peor es que las cuatro disciplinas bsicas - la historia la economa tra de la Iglesia y, por derivacin, en contra de los estados, que procura-
la ci:ncia poltica y la sociologa.,- slo analizaron al mund~ paneuropeo: ban imponerse sobre los acadmicos. Cuando Max Weber se refiri ::t
cons1~erado como la modernidad del mundo y de la civilizacin. Sus uni- desencanto del mundo, el lenguaje mismo era teolgico, aunque en I"l':th-
ve~s~l~smos presuponan las jerarquas del sistema-mundo moderno. El dad estaba perorando en contra del nacionalismo prusiano. Slo en \'~
an~bs1s del mun~o extraeuropeo se confi a otras disciplinas: la antropo- peras de la terrible destruccin de los valores burgueses que trajo Clll\~t
logia para los barbaros pueblos sin historia y los estudios orientales go la Primera Guerra Mundial Weber empezara a recordar de nucw. l''. 1
?ra las altas civilizaciones no occidentales que con todo haban sido su clebre discurso a los estudiantes en la Universidad de Munich, l'< 1l 1-
mcapac~s d~ pasar a la modernidad sin la intervencin europea y sin la tik als Beruf (La poltica como vocacin), que las Ciencias sociales no
reorgamzac1~n d~ ~us dinmicas sociales. La etnografa rechaz especfi- se pueden apartar de las formas en las que siempre encanta el mund1. 1:
camente la h1stonc1dad de sus tribus; eran inmutables, al menos antes
Tenemos frente a nosotros algo que no es alborada del esto, antes bien
del contacto cultural. Y los estudios orientales vieron las historias de
noche polar de oscuridad dura y helada, cualesquiera que sean los grupo~
estas altas civilizaciones como congeladas.
actuales que triunfen. Donde no hay nada, efectivamente, no es slo l'I

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4

emperador el que pierde o carece de derechos, sino tambin el proletario.


cida poblacin austriaca24 Es claro el peligro de que la demagogia pueda
Cuando esta noche se aclare poco a poco, quines vivirn de aquellos para
conducir al mundo paneuropeo an ms rpidamente a las destructivas
quienes la primavera hoy aparentemente florece con tanta opulencia? 22
guerras civiles. Bosnia y Ruanda asoman en el horizonte. Eso lo ven los
dirigentes de la Unin Europea. Lo mismo el presidente Klestil. Pero no,
al parecer, la dirigencia del VP.
Et. SISTEMA-MUNDO DESPUS DE 2000
Mientras tanto, hay una Widerstand. Quienes resisten representan las
Ln alta votacin en favor del FP y la fuerte reaccin de la Unin Euro- fuerzas de transformacin en medio de esta crisis estructural de la econo-
!K'a anuncian la crisis actual, aunque no son sus primeras seales. El trn- ma-mundo capitalista, a diferencia de los del FP y a diferencia tambin
sito de un optimismo de fondo en relacin con el futuro, de la certeza de de la dirigencia de la Unin Europea. Pero tendrn ellos una visin nti-
que las cosas en efecto habrn de mejorar, al temor de fondo de que tal da de qu es lo que quieren? Quiz slo de una manera borrosa. Es aqu
\'t'Z esto no sea as ya alcanz a la parte rica del mundo. Tambin en Aus- donde las ciencias sociales pueden desempear algn papel, pero slo unas
tria, en Europa occidenta_l tambin, en Estados Unidos tambin, la fe en ciencias sociales que se nieguen a separar la bsqueda de la verdad y la
un reformismo centrista racional, que se mueve con lentitud pero en la bsqueda de lo bueno, slo unas ciencias sociales que puedan remontar la
direccin correcta, ha sido reemplazada por un escepticismo sobre todas divisin de las dos culturas, slo unas ciencias sociales que puedan incor-
las promesas de las principales fuerzas polticas, ya sea que se llamen de porar cabalmente la permanencia de la incertidumbre y que aprovechen
t'l'ntro-izquierda o de centro-derecha. Ya no existe el consenso centrista las posibilidades que tal incertidumbre ofrece a la creatividad humana y a
informado por la ideologa liberal del siglo XIX. En 1968 fue impugnado una racionalidad material nueva (la Rationalitiit materiel de Max Weber).
de manera fundamental y en 1989 qued sepultado. Porque necesitamos con desesperacin explorar posibilidades alternas
Hemos ingresado a una larga etapa de transformacin catica del sis- para un sistema histrico materialmente ms racional, con el fin de reem-
ttma-mundo del que formamos parte. S resultado es intrnsecamente plazar el desquiciado y agonizante sistema histrico en el que vivimos.
impredecible. Pero podemos influir en el resultado. ste es el mensaje de Necesitamos con desesperacin develar las races profundas del privile-
las ciencias de la complejidad23 ste es el mensaje que las ciencias socia- gio racista que permea nuestro sistema-mundo existente y que abarca
ks deberan transmitirnos hoy. ste es el contexto en el que debemos todas sus instituciones, incluidas las estructuras del saber y ciertamente
l"\)locar a JOrg Haider y la Widerstand. incluidas las fuerzas de la misma Widerstand. Vivimos e~ medio de cam-
En un sistema-mundo que s desploma debido a que se han agotado bios rpidos. Es tan malo? En las dcadas siguientes, presenciaremos
sus posibilidades de ajuste estructurales, quienes detentan el poder y los grandes desrdenes y muchos cambios. Y s, Viena cambiar. Pero siem-
privilegios no se van a quedar sin hacer nada. Se organizarn para susti- pre ha habido ms cambios de losque recordamos y el cambio ha sido
tnir el actual.sistema-mundo con otro igual de jerrquico y de desigual, si ms rpido de lo que imaginamos. Las ciencias sociales nos han defrau-
bien basado en principios diferent.es. Para esa gente J6rg Haider es un dado, tambin, en su manera de entender el pasado. Nos han ofrecido la
d~magogo y un peligro. H,aider endende tan poco la realidad contempo- falsa imagen de un mundo tradicional que se desplazaba ay! muy lenta-
dnea que ni siquiera es eo.sciente de que para: que los austriacos man- mente. Ese mundo nunca existi en realidad. No existe hoy, ni en Austria
ttngan su actual nivel de vida, el pas necesitara doblar, triplicar o cua- ni en ningn otro lugar. En medio de la gran incertidumbre sobre el lugar
druplicar el nmero de inmigrantes que recibe cada ao en los 'siguientes al que nos dirigimos, debemos esforzarnos por situar en nuestros pasados,
,einticinco o cincuenta aos, tan slo para conservar una fuerza de tra- conforme ahora mismo los inventamos, lo que es bueno y bello, e incor-
l\:1jo lo suficientemente amplia que mantenga las pensiones de la enveje- porar estas visiones en. ~uestros futuros. Necesitamos crear un mundo

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ms vivible. Debemos usar nue,~tra imaginacin. Y tal vez as empecemos quien dijo que lamentaba no haber hablado en contra de estas dos pos-
a erradicar los profundos racismos que est1;1 h nosotros. turas - la feroz actitud anticatlica y la prohibicin de encuentros inte-
En 1968, durante el gran levantamiento estudiantil en Francia el lder rraciales- cuando estuvo. en la universidad.
de los estudiantes, Daniel Cohn-Bendit, llamado Dany le Rouge, ~ometi La ancdota no tiene que ver con la situacin comprometida de Bush,
el error tctico de visitar brevemente Alemania. Como era ciudadano la cual sin embargo habla de los tabes que se establecieron despus de
alemn y no francs, el gobierno de De Gaulle poda impedir su regreso 1945. Lo interesante ~s la reaccin de Bob Janes III, presidente de la uni-
1
a Francia, y fue lo que hizo. De ah que los estudiantes marcharan en versidad, a la luz de la controversia pblica. Bob Janes sali en el pro-
Pars protestando bajo la consigna Todos somos judos alemanes; todos grama de Larry King en la CNN. La primera pregunta que Larry King le
somos rabes palestinos. Era una buena consigna, una consigna que nos plante a Bob Janes III fue sta: por qu prohbe la universidad los
vendra bien adoptar a todos. Pero tambin podramos aadir, con cierta encuentros interraciales? La respuesta fue que quienes gobiernan la ins-
humildl;ld, Todos somos Jrg Haider. Si queremos combatir a los J6rg titucin estaban en contra de la filosofa de un solo mundo sin diferen-
Haider del mundo, y tenemos la obligacin de hacerlo, primero debemos cias. Larry King sugiri que a l le parec:a que haba un gran trecho entre
mirar en nosotros mismos. Permtanme darles un ejemplo pequeo pero oponerse a un solo mundo y oponerse a que dos jvenes tuvieran rela-
til. Al formarse el nuevo gobierno austriaco, el gobierno israel, en pro- ciones. Bob Janes titube, pero luego insisti en que ni l ni la universi-
testa, retir acertadamente a su embajador. Sin embargo, apenas un mes dad eran racistas (el gran tab) y que ese mismo da la universidad haba
despus, el Knesset israel coloc en un aprieto enorme al primer minis- cambiado esa regla, toda vez que era secundaria y no fundamental para
tro Ehud Barak al interponer una mocin insistiendo en que cualquier el objetivo de promover el cristianismo. Supongo que esto muestra que Ja
referndum sobre una retirada del Galn requera de una mayora espe- protesta pblica hace que algunos racistas se echen para atrs en pblico,
cial, lenguaje cifrado para una medida que habra de privar de sus dere- al menos tcticamente. Esto debiera servir de leccin a las fuerzas con-
chos efectivamente a los ciudadanos rabes de Israel en este asunto. Y servadoras cuando contemplan la pesadilla de una ofensiva de la extre-
uno de los principales promotores de esta mocin era Natan Sharansky y ma derecha en contra de ellas~ Pero aparte del cambio de tctica, el hecho
su partido integrado por emigrados rusos, el mismo Natan Sharansky que es que aun as el racismo persiste.
fue el famoso disidente de la Unin Sovitica, que protest all en con-
El albatros cuelga de nuestro cuello. Es un espritu malvolo que nos
tra del antisemitismo de facto de la poltica gubernamental. La lucha con-
atormenta. La Widerstand es una obligaein moral. No se puede aspirar a
tra el racismo es indivisible. No puede haber reglas distintas para Austria, resistir con inteligencia y eficacia si se carece de anlisis, y Ja funcin moral
para Israel, para la Unin Sovitica o para Estados Unidos.
e intelectual de las ciencias sociales consiste en ayudar a ofrecer ese anli-
Permtanme contar otra ancdota, una ancdota curiosa. En la campaa sis. Pero as como hara falta un gran esfuerzo de nuestra parte para extir-
electoral de Estados Unidos en 2000, hubo una eleccin primaria crucial par el racismo del interior de cada uno de nosotros, asimismo hara falta un
en Carolina del Sur. Durante esta primaria, George W. Bush trat de alle- gran esfuerzo de parte de los cientficos sociales para dejar de pensar en el
garse el respaldo importante de la llamada derecha cristiana dando un dis- tipo de ciencias sociales que nos han baldado y para crear en su lugar unas
curso en la Universidad Bob Janes, institucin protestante fundamentalis- ciencias sociales ms tiles. Vuelvo a mi ttulo original Las ciencias socia-
ta Y bastin de esas fuerzas. El problema es que esta universidad es famosa les en una poca de transicin. En una poca as todos podemos tener un
por dos motivos: sus denuncias del Papa como el Anticristo -siendo la gran impacto en lo que sucede. En los momentos de bifurcacin estructu-
universidad una institucin protestante fundamentalista- y el hecho de ral, las fluctuaciones son locas y las pequeas presiones pueden tener gran-
prohibir a los estudiantes salir con personas de otra raza. En seguida esto des consecuencias, a diferencia de Jo que sucede en periodos ms nomrn-
se convirti en un tema poltico que comprometi a George W. Bush, Ies, ms estables, cuando las grandes presiones en el mejor de Jos casos slo

88 89
ti1:.'n~n x-queas consecuencias. Esto nos ofrece una oportunidad pero 11. Alain Milhou, Radicalisme chrtien et utopie politique, ibid., p. 166.
tamlii'n ~rea una presin moral. Si al final de la transicin el mundo no es 12. S, ah est el obstculo, Hamlet, acto lll, escena 1 [T.] .
.:lar.rn1.:-nte mejor de lo que es hoy, y bien podra no serlo, entonces slo nos 13. Helmut Andics, Ringstrassemvelt, Wien 1867-1887: Lugers Anstieg, Jugend und Volk,
:"\.'1n.'ll1'-'-" echar a nosotros la culpa. Ese nosotros somos los miembros Viena, 1983, p. 271.
jc;:- b Wfdastand. El nosotros somos los cientficos sociales. El noso- 14. Lueger asimismo denunci al Judensozi,Judeoliberalismus y a los Judenfreimaurer
CT\.'-"'' ~'mos todas las personas decentes, comunes y corrientes. (francmasones judos).
15. John W. Boyer, Political Radicalism in Late Imperial Vienna: Origins of the Christian
Social Movement, 1848-1897, University of Chicago Press, Chicago, 1991, p. XII.
16. Vase I. Wallerstein, The French Revolution as a World-Historical Event, Unthin-
:'.'IOfA.'\ king Social Science, Polity Press, Cambridge, 1991, pp. 7-22 (Impensar las ciencias
f~.i :,'-'n~nda fue leda originalmente en Viena, el 9 de marzo de 2000, en un sociales: lmites de los paradigmas decimonnicos, Siglo XXI, Mxico, 1998).
n~"\.-:~nt1..' dramtico en la historia de Austria. i7. Immanuel Wallerstein et al., Open the Social Sciences: Report of the Gulbenkian
- .. ;~-,;;re guarcte, \iejo marinero I de los espritus malvolos que te atormentan! J Commission on the Restructuring of the Social Sciences, Stanford University Press,
.;_R'C\i.'-~ miras asf? -Con mi ballesta I mat al albatros (Samuel Taylor Colerid-
Stanford, 1996 (Abrir las ciencias sociales, Siglo XXI, Mxico, 1996, 5 edicin, 2001) .
~- !SJt.~ma dd l"it!jo marinero) [T]. 18. Vase S. Sideri, Trade and Power: Informal Colonialism in Anglo-Portuguese Rela-
_. \fal:T.$W"k. que quiere decir resistencia, fue la consigna de los austriacos que tions, Rotterdam University Press, Rotterdam, 1970.
,;;i;r,'! a la calle a manifestarse en contra del nuevo gobierno. Fue el trmino que 19. Vase Ulf Strohmayer, The Displaced, Deferred or was it Abandoned Midd!e:
<!'::~ :~33 y 19-15 emplearon quienes se opusieron activamente a los nazis. JOrg Hai- Another Look at the Idiographic-Nomothetic Distinction in the German Social
.5;.">J ~!:".t. d dirigente populista de extrema derecha del FPO. Sciences, Review 20, n. 3 y 4, verano-otoo de 1997, pp. 279-344.
.:.. -"""'-Uf:'<Irili se refiere a los cinco partidos que estuvieron en casi todos los gobiernos 20. Julia Var~la y Fernando lvarez-Ura tradujeron esta obra de Polanyi, La gran
ictlim.l..-.;; durante un periodo de cuarenta aos, todos ellos organizados alrededor del transformacin, Endymion, Madrid, 1989, 468 pp. Antes, Alberto Nicols tradujo
P.IL-::l.."'b> Demcrata Cristiano. Tangentpolis es una palabra inventada para referirse otro trabajo de Polanyi, Comercio y mercado en los imperios antiguos, Labor, Cerda-
.i :a 5f~55n de la corrupcin en todos esos partidos. ~ola, 1976, 430 pp. [T.].
_. !_~ i:r.>il: i'ingt'rm~. el derecho a intervenir, fue la consigna que adoptaron las 21. Vase Gary S. Becker, The Economics of Discrimination, University of Chicago
.:i."1'.mi:-.i1..-i'-'nes francesas de derechos humanos en la dca9a de los noventa en rela- Press, Chicago, 2 edicin, 1971.
S.'I:. :..-e: !\.'S Balcanes. 22. Max Weber, Politics as a Vocation, enJ;l. H. Gerth y C. Wright Milis (comps.),
__ l.i -..~"\."1 xitn."lcin toda una se~ie de libros sobre esto. From Max Weber: Essays in Sociology, Oxford University Press, Nueva York, 1946,
- Bs::i.:11.--n de las C.asas, Tres breves relations de la dstruction des Indes [1547], La p. 128. (La poltica como vocacin, en Max Weber, El poltico y l cientfico, tra-
~:..'U'crte. Pars, reimpresin, 1996, p. 52 (Brevsima relacin de la destruccin de duccin de Jos Chvez Martnez, Mxico, Premi, 2 edicin, 1981, p. 59.)
\ \ 1 1
.li::dnaus.eilicin de Andr Sa~nt-Lu, Ctedra, M~drid, l<f. edicin, 1996, PI;> 78~79) .. 23. Vase, ante todo, Ilya Prigogine, The End of Certainty, The Free Press, Nueva York,
~- j._~,,:tc:adl. J\mencia sobre fray Bartolom de las Casas, Las Casas et la politi-
1997 (El fin de las certidumbres, Taurus, coleccin Pensamiento, Madrid, 1996).
{'U? .ii::!: Ji't.>i!:s de l'l:omme, Institut d'tudes Poli tiques d' Aix-Instituto de Cultura 24. Vase el informe que en marzo de 2000 public la Divisin de Poblacin de la ONU
~.iuii::i..Ah:-en-Provence, octubre de 1974, Esmenjaud, Gardenne, 1976, p. 22. titulado Replacernent Migration: Is It a Solution to Dec!ining and Ageing Popula-
-?,. \~ "\"lda!Abril Castell, Bartolom de las Casas, el ltimo comunero, ibid. tions?. No se habla de Austrla en este informe)'ero para Alemania, el informe

111~ ~ lkdl.."lUJ.an, .A propos de la notion de barbare chez Las Casas, ibid., p. 179.

91

\
\
sostiene que tan slo para mant;ner de manera constante el tamao de su pobla- V. EL ISLAM, EL OCCIDENTE Y EL MUNDO
cin en edad laboral en los niveles de 1995, Alemania tendra que admitir a quinien-
tos mil migrantes al ao desde ahora hasta el ao 2050.

,\

...
Mi ttulo, El Islam, el Occidente y el mundo, contiene dos trminos
geogrficos. De ah que me parezca adecuado empezar por echar un \lS-
tazo a la geografa. Las as llamadas religiones mundiales son tres -d
judasmo, el crist.ianismo y el Islam- y tienen sus orgenes histricos en
una misma y muy pequea regin del mundo, la esquina sur poniente dd
continente asitico. Las tres dicen tener una relacin especial con esu
regin, a la que consideran como su llagar espiritual. Sin embargo, nin-
guna de estas tres religiones permaneci ubicada en esta regin.
Como resultado de que fueron conquistados y de que sus estados t-:r-
minaron siendo destruidos, a los judos se les reubic (o ellos mismos se
reubicaron) en Egipto, luego en Babilonia, luego en diversas partes dd
Mediterrneo en el tiempo de los romanos, rns adelante en buena parte
de Europa, y por ltimo, en los tiempos modernos, en el hemisferio ocd-
dental y muchas otras zonas del mundo. Todo lo anterior cre lo que se
llama la dispora. Y como sabemos, en el siglo XX muchos judos regre-
saron a la regin original y se cre una nueva estructura poltica, el Est;1-
do de Israel, el cual afirma ser la patria reconstruida del pueblo judo.
El cristianismo empez como un movimiento religioso entre los judl'IS
en esa regin de origen. Pero relativamente pronto los cristianos corta-
ron sus lazos con la comunidad juda e hicieron proselitismo entre los f1
judos, originalmente en el interior del entonces extenso Imperio roma-
no. Tan slo tres siglos despus, el cristianismo ya se haba convertido en
la religin estatal del imperio y en los siguientes quinientos o setecientt'IS
aos los cristianos siguieron una poltica de conversin, antes que naJa
en todo el continente europeo. Ms adelante, la construccin del sistem:i-
mundo moderno supuso la llamada expansin de Europa, una expansit'lll

9J
que fue al mismo tiempo militar, poltica, econmica y religiosa. En este ha sido cierto, que el Islam ha considerado al cristianismo como su demo-
contexto, los misioneros cristianos se esparcieron por el mundo, pero nio particular, pero yo no me siento calificado para discutir por qu o
tuvieron xito sobre todo en las partes del planeta que no estaban do- hasta qu punto es as.
minadas por otra de las llamadas religiones mundiales. Fue relativamen- Aunque pondr el acento en el mundo moderno, no creo que podamos
te bajo el nmero de conversos en las zonas predominantemente budis- explicar lo que sucedi sin hacer alguna referencia a la Edad Media
tas, hindes y confucio-taostas, y hubo particularmente pocos en las europea, pues de este periodo hemos sacado nuestras mitologas sobre
zonas islmicas. esta relacin. Como todos saben, en esa poca el cristianismo y el Islam
Unos seiscientos aos despus que el cristianismo, el Islam apareci en tenan influencia en grandes zonas ms o menos colindantes. Si bien
la misma regin de origen. Fue tambin una religin proselitista y se cada zona tena conflictos internos de diversos tipos, cada una pareca
extendi muy rpidamente por todo lo que en la actualidad llamamos el considerarse a s misma como una unidad cultural enfrentada funda-
Oriente Medio, el norte de frica y la pennsula ibrica. En el siglo XVI, mentalmente con la otra. Las razones de lo anterior se encuentran en
el Islam fue expulsado de Iberia pero al mismo tiempo entr a lo que parte en las teologas dominantes, en la idea de que cada cual encama-
ahora llamamos los Balcanes. Mientras tanto haba ido ampliando su ba la totalidad de la nica verdad posible, y tambin probablemente en
zona geogrfica hacia el oriente, con rumbo al sureste de Asia, y hacia el el hecho mismo de que ambas se haban originado en la misma pequea
suroeste, en el interior del continente africano. En el siglo XX, ese proce- regin. Los cristianos sostenan que haban cumplido la ley juda y que
so de expansin sigui adelante y en su momento, por medio de la migra- por tanto la haban suplantado con una revelacin nueva y definitiva.
cin y la conversin, lleg al hemisferio occidental y a Europa occidental. Los musulmanes a su vez sostenan que con la sabidura que heredaron
de los judos y de los cristianos haban construido una forma nueva y
No he hecho ms que resumir lo que sabe cualquier nio de escuela. verdaderamente definitiva de compromiso con Al. De ah que parte del
Pero si recorr esta geografa fue con el fin de sealar que a pesar del conflicto fuera un pleito intrafamiliar sobre la herencia y la verdad. ste
hecho de que las tres religiones, y en particular el cristianismo y el Islam, es el tipo de conflicto que ms divisiones puede provocar, el ms amar-
son mundiales en su alcance y en sus pretensiones, tendemos a pensar y go, pues en cierto sentido es el conflicto ms colmado tanto de afecto
a hablar del cristianismo como Occidente y del Islam como Oriente. como de competitividad.
A decir verdad, no hay duda de que estas abreviaturas tienen un respal-
, Este conflicto tuvo otra faceta, menos relacionada con las ideas que con
do geogrfico, si bien es menor de lo que suponemos y est disminuyen-
los recursos y el poder. En el ir y venir de las conquistas -la entrada de
do. De ah que debamos preguntamos por qu nuestra insistencia en
los Omeyas en Iberia y Francia en el siglo VIII, las cruzadas cristianas en
emplear esas abreviaturas geogrficas. Es obvio que su significado es ms
poltico que geogrfico. Tierra Santa, el rechazo sarracen9,.de las conquistas cristianas, la Recon-
quista de Espaa por los cristianos, la expansin del Imperio otomano en
En tiempos recientes se nos han dado algunas respuestas que ya son los Balcanes, la final retirada de los otomanos-es cierto que el mundo
bien conocidas. Samuel Huntington ve al Occidente y al Islam como dos cristiano y el mundo islmico lucharon por el coritrol de enormes exten-
civilizaciones antitticas, qtie viv~n en 'un conflicto geopoltico de largo siones de tierra -sus recursos y poblaciones- y que el otro, para cada
plazo. Para Edward Said, l orientalismo es una falsa construccin erigi- uno, representaba 1a mayor amenaza militar. A decir Verdad, ambos se
da por motivos ideolgicos por el mundo occidental, con efectos pene- enfrentaron en momentos temporales especficos a otros grupos de con
trantes y perniciosos. Yo prefiero acercarme a este asunto desde otro quistadores provenientes del norte de Asia. Sin embargo, en su momen-
ngulo y preguntar por.qu ~l mundo cri.~tiano parece haber elegido al to no solo se lleg a expplsar a estos conquistadores, sinoque a muchos
mundo islmico como su demonio particular, y no slo en tiempo's recien- de estos grupos de conquistadores se les convirti religiosa:merite y por
tes, sino desde el surgimiento del Islam? De hecho, lo contrario tambin tanto se les domestic como amenaia cultural.

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Todo lo anterior mont la escena para el sistema-mundo moderno, en cas para los pueblos de una determinada regin dependiendo de si su
la que apareciq ..una ec.onom:mundo capitalista en Europa occidental relacin con Europa en el mundo moderno fue la de una colonia o la de
que empez a ampliar slls fronteras econmicas con el fin de abarcar ms una semicolonia. (Claro que, a partir de finales del siglo XIX, el trmino
y ms tierras. El ncleo de este sistema era europeo occidental y cristia- Europa debe considerarse como un trmino cultural que incluye a Esta-
no. Pero debemos sealar que aqu cambi el foco geogrfico europeo. dos Unidos.)
L expansin illidal de Europa en los siglos XVI yxvu tendi a saltar por Por el momento, me limito a observar que el conflicto poltico ms fe-
encima del mundo islmico, o al menos por encima de su ncleo en el roz con Europa en el siglo xX ha venido precisamente de las tres regio-
Oriente Medio. Los poderes europeos se dirigieron hacia el Occidente, nes que slo fueron semicolonizadas: la Unin Sovitica, la Repblica
creyendo que iban a la lndi~, pero en su lugar dieron con Amrica. Y Popular China (y Corea del Norte) y el Islam. Claro que el Islam no
navegaron alrededor de frica, de nti'vo para llegar a la India. Esto fue es un Estado, sino una regin, e Irn, Iraq y Libia slo encabezan la lista
as en parte porque buscaban las que crean que eran las riquezas de Asia. de estados que se han visto en feroz conflicto con el mundo paneuropeo.
Pero tambin en parte porque era ms fcil. El mundo islmico pareca Como estas tres regiones son las que han tenido los conflictos ms seve-
una nuez dura de abrir, sobre todo en ese momento: en la cspide del ros con Europa, es muy comprensible que, en el imaginario del discurso
poder otomano. A fin de cuentas, fue como si se hubiera dado una pausa, europeo, ah se haya ubicado a los demonios: el comunismo, la amenaza
una ruptura en la centralidad de la lucha medieval cristiano-islmica. No amarilla, el terrorismo islmico. En Occidente, hoy en da el demonio del
es que se olvidara la lucha, sino que por el momento pareci tomar un comunismo parece como un recuerdo histrico y China, un amigo difcil
segundo lugar en las preocupaciones de Europa occidental en trminos pero cultivado, hasta da la impresin de ser un aliado. Queda fundamen-
de sus proyectos geoeconmicos y geopolticos inmediatos. talmente el terrorismo islmico: un demonio muy discutido y muy temi-
Si vemos la historia del sistema-mundo moderno desde sus inicios en el do en Occidente, pero una conslruccin esencialmente imprecisa que
largo siglo XVI hasta el comienzo del XX, observaremos que unas veces el presenta una imagen borrosa de la realidad.
dominio europeo asumi la forma de un gobierno colonial directo y otras Cmo fue que el llamado terrorismo islmico se convirti en una ima-
asumi una forma ms indirecta, una forma que ocasionalmente se ha gen tan central para el mundo contemporneo y en especial desde la
calificado como la del establecimiento de semicolonias, con lo que se cada del comunismo en 1989-1991? Como se sabe, durante ya varias
hace referencia a cierta subordinacin econmica mezclada con intrusio- dcadas ha habido importantes movimientos sociales y religiosos en los
nes poltico-militares que no llegaron a establecer un gobierno imperial. pases islmicos, etiquetados con frecuencia como fundamentalismos is-
De nueva cuenta, sera til echar un vistazo rpido a la geografa del lmicos y tambin como integrismos islmicos, aunque esta ltima
mundo. Las reas colonizadas fueron las Amricas, casi toda frica, la etiqueta se usa menos. Hasta donde entiendo, estas etiquetas no son auto-
mayor parte del sur y del sureste de Asia y Oceana. Las principales reas designaciones, sino las denominaciones que se emplean en el mundo
que no se colonizaron del todo fueron Europa del este, el Lejano Orien- occidental y en los medios de informacin de Occidente. En los pases
te y Medio Oriente. La sntesis es muy burda, desde luego, y habra que islmicos a estos movimientos se les conoce ms bien como islamistas.
especificarla y matizarla de muchos modos.
De dnde provienen estas designaciones occidentales y a qu se refie-
En todos los casos hay explicaciones sumamente obvias sobre el porqu ren? Obsrvese que los dos trminos no se originan en la esfera islmica,
nunca se busc, ni era posible, una colonizacin completa en ciertas regio- sino en el mundo cristiano. Fundamentalismo es un trmino que se deri-
nes, y por qu en otras regiones s se busc y fue posible. No pasar revis- va de la historia del protestantismo en Estados Unidos al comienzo del
ta a lo que diferenci los esfuerzos europeos por controlar las distintas siglo xx, cuando ciertos grupos, en particular en las Iglesias bautistas,
regiones, sino ms bien preguntar qu diferencias hubo en las consecuen- clamaban por una vuelta a lo fundamental. Con esto se referan a que

96 97
. , ,hn 'u'-' di\'t-rsas ideas modernistas, incluso seculares, haban invadido rsticas comunes: el rechazo a las tendencias modernistas, seculaiizado-
ll\.
,1 ,,..
'1.
v h iircuca .
cnst1anas, hac1en
. , do1as extraviarse.
. p e d'ian e 1regre-
1\ 1(. \ 4,.._,i.1... ' ~ ras, dentro del grupo; la insistencia en una versin puritana de la prctica
' \ 1...., .~ ,,...._
S\.' ~ ~
-1:.n.:ias y a las prcticas de una etapa anterior. Integrismo religiosa; una celebracin de la integridad de la tradicin religiosa y su
~'" un t0nuino que se deriva de la historia catlica en Europa occiden- eterna validez inmutable. Pero comparten una segunda caracterstica, in-
I;~\. l"u6.:ularm~nte en Fra~cia, ~ se ref~~~a a un p~r~cido llam~d~ en cluso con sus versiones cristianas: la oposicin a las estructuras de poder
fanW .._."-. ta k ,,m~egra~, sm la mtrom1s10n de opm1ones y practicas dominantes del sistema-mundo moderno. Es esta combinacin -una exi-
, _,1-;. . ,, t' nac1onahstas.
t\\\."h. ;.1.;i..;: ...... 1. ... gencia reformista de la vuelta a lo fundamental dentro del grupo reli-
l\w .ic:~\,gfa.d fundamentalismo islmico -o integrismo- se con- gioso y una retrica antisistmica que va ms all de los asuntos mera-
,\lti .< ll etiqueta que se coloc sobre los grupos del mundo islmico mente religiosos- lo que constituye la caracterstica distintiva de estos
\' .;:-,--'t::t que las opiniones y prcticas modernas haban hecho extra- grupos as como la clave para un anlisis de su significado en la historia
"''\. .............~.........
\\t"''
\\. .~ -- '.1,,."t' fides )' que pedan una vuelta a las opiniones y a las prcticas
~n-\$ .ir..::';f'.i'1S. m~is puras, ms correctas. El blanco principal de los llama-
cambiante del sistema-mundo moderno.
Dejemos por el momento los asuntos religiosos y observemos la econo-
: ,., t-::&:uentalistas
'\'""" , .._.
se ubica siempre en quienes comparten la misma ma poltica del sistema-mundo. Qu vemos? La economa-mundo capi-
rdig.i,'i."t.. ~ro que en la ~rctica so~ totalmente se~ular~s ~ que o?serv.an talista es un sistema histrico que ha combinado una. divisin axial del tra-
\' 't~ 11..~ .J:unJamentalistas consideran una versin ddmda y d1stors10- bajo integrada por medio de un mercado mundial menos que perfecto en
~'l'~~ &- h relig.il1n. Los historiadores de las ideas religiosas casi siempre su autonoma, combinado con un sistema interestatal compuesto de pre-
~,\,'< $::.'\.~J'-' que los grupos fundamentalistas nunca. representan con suntos estados soberanos, una geocultura que ha legitimado un ethos cien-
t\.....~ e.~"::i:tu<l k1s supuestas creencias y prcticas ms antiguas, ms puras tfico como sostn de las transformaciones econmicas y de la obtencin
\' t~~ u."\.-.:;;-.:rss.. A estos historiadores no les es difcil demostrar que los de ganancias, y el reformismo liberal como el modo de contener el des-
lt~,~~,.'a...~~ ~mp.~ fundamentalistas siempre reinventan la tradicin con contento popular ante la continua polarizacin socioeconmica que el
tt~"-"~ :rn:J.i.5-";lciones, a veces con diferencias enormes, en relacin con desarrollo capitalista ha supuesto. Este sistema se origin en Europa occi-
t~ ,~.:L....:;1!!'3$ .:reencias y prcticas de otro tiempo. dental y a travs de los siglos se expandi para englobar el mundo entero.
l:\'1.7 ~(I que estos movimientos no son de grupos de historiadores En el siglo XIX emergieron en el interior de este sistema una serie de
t;:ii.zl.~"1S que t-usquen la verdad religiosa wie. es eigentlich gewessen ist. movimientos antisistmicos que se basaban en los intereses de los grupos
:::...~ m.,"':Jni~za:i..~ contemporneos que exigen que todo el mundo crea oprimidos dentro del sistema. El objetivo que se plantearon estos movi-
,":.(;.'i:~ ~"SIS y ~
involucre en determinadas prcticas. Y a esos grupos mientos fue transformar el sistema en algo distinto, en algo ms demo-
lo.s exmenes pedantes sobre la verosimilitud de sus
:,"\."\.'0 1:-s inf.'..')'"-.ID rtico y ms igualitario. Asumierorf'dos formas principales: la de movi-
~~~;::;1_-m;-s ~ri.cas. Tampoco son de mucha utilidad hoy para aque- mientos sociales y Ja .de movimientos nacionales. Para la etapa posterior
i~ CO.'S {lli:' Sn ser miembros de estos grupos, desean entender lo que a 1945, tal~s ~ovimient~s ya estab~n muy bien organizados por todo el
l.~ ""'~cuWistas estn hafienqo y proclamando, y por qu~. mundo y pareci darse una divisin geogrfica tripartita de facto. Al ini-
t;.t:ir.~""Ce ;_ue la terminologa en uso se derive de la hi~toria religiosa ciar la Primera Guerra Mundial, los llamados movimientos sociales se .
~i$..i.~ :n.-s di el primer indicio de lo que est sucediendo. Se~ lo que haban dividido en dos campos principales: el socialdemcrata y el comu-
~'d. :ni'~ ~ p::"l..-uliar slo al Islam. En el siglo XX no solamente hemos nista, los cuales se organizaron internacionalmente como la Segunda y la
~.n\..~.~talistas .cristianos e islmicos, sino .tambin versiones Tercera Internacional. Ambas variedades del movimiento social sostenan
~u\j!S&.ililitles 'J' budistas, y todas ellas parecen compartir ciertas caracte- representar los intereses d las d~ses trabajadoras. Ambos movirni~ntos
~ '
eran distintos a los movimientos nacionalistas, que se daban dentro de los

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imperios, que hablaban a nombre de pueblos cuya identidad nacio- La revolucin mundial de 1968 constituy la reaccin del mundo a esta
nal no estaba reconocida y que buscaban crar estados naeionales. realidad doble: la hegemona mundial de Estados Unidos y el estableci-
Los tres tipos de movimiento emergieron en la etapa comprendida miento de.su orden mundial por un lado, y el que los movimientos anti-
entre 1850 y 1945, y originalmente fueron muy dbiles en trminos pol- sistmicos realizaran la fase uno en todo el mundo, la llegada al poder de
ticos. Sin embargo, los tres movimientos creyeron que la histrfa estaba los diversos movimientos a los que con frecuencia se agrup bajo la eti-
de su lado y que su causa en algn momento habra de triunfar. Despus qeta de vieja izquierda, por otro. Los'revoludonarios condenaron al pri-
de un gran debate interno, los tres movimientos optaron por una estrate- mer a~tor, Estados Unidos, por opresivo, y condenaron al segundo actor,
gia histrica de dos etapas: primero hacerse del control de la estructura los movimientos de la vieja izquierda, por su incapacidad como movi-
del Estado; luego transformar el mundo. Se podra decir que en los vein~ mientos opositores al proyecto hegemnico, si no es que por su colusin
ticinco aos posteriores a 1945 los tres movimientos realizaron la prime- real con ese mismo proyecto. Si bien la primera denuncia era obvia para
a
ra parte de su estrategia, un logro que habra asombrado los observa- un movimiento mundial radical, la segunda ruidosa denuncia, la que se
dores de comienzos del siglo XX pero que pareca validar aquella certeza diriga contra los movimientos antisistmicos tradicionales, habra de ser
de que la historia estaba de su lado. la de mayores consecuencias.
Geogrficamente, las tres principales variedades de movimientos divi- La segunda denuncia fue un grito de desencanto. Para entender la
dieron el mundo. Los movimientos comunistas llegaron al poder en una decepcin debemos evaluar las expectativas y acaso las ilusiones. Desde
zona que iba del centro de Europa al Pacfico norte y que abarcaba una el punto de vista de 1968, el mundo se volvi a mirar la historia de una
tercera parte de la superficie del planeta. Los movimientos socialdem- lucha antisistmica que en la imagnacin popular se remontaba hasta la
cratas llegaron al poder -por lo menos, alternaron en el poder- en el Revolucin francesa, aunque a nivel local las luchas hubieran comenza-
mundo occidental: Europa occidental, Amrica del Norte (si contamos a do ms tarde, a veces tan tarde como el principio del siglo XX. Como
los demcratas del New Deal como socialdemcratas) y Australasia. Y los fuera, exista una larga memoria histrica.
movimientos nacionalistas, a los que ahora con frecuencia se les llama Cules eran los principales elementos en esta memoria histrica? Pri-
movimientos de liberacin nacional, llegaron al poder en Asia y en fri- mero que nada se haba dado una lucha muy ardua en la que los movi-
ca, y otros movimientos populistas un tanto parecidos llegaron al poder mientos surgieron como una fuerza dbil que lentamente adquiri vigor
en Amrica Latina. por medio de la movilizacin del apoyo popular, tanto el local como el
Hay dos asuntos que es preciso observar sobre este notable surgimien- fraternal proveniente de todas partes. Ms an, ah estaba el recuerdo no
to poltico de los movimientos antisistmicos. Se dio en el momento slo de la lucha, sino de la represin, en ocasiones de una represin seve-
mismo en que el poder de Estados Unidos en el sistema-mundo estaba ra de parte de las fuerzas con poder en la regin, una represin que se vio
en su cspide, y por tanto a la hora en la que las fuerzas pro sistmicas favorecida y respaldada activamente por las grandes fuerzas mundiales:
estaban ms coordinadas, ms integradas y, presumiblemente, ms fuer- de manera inmediata por el gobierno de Estados Unidos.
tes. En segundo lugar, virtualmente todos estos movimientos haban rea- El segundo recuerdo era el de la tctica opuesta por las fuerzas de la
lizado la fase uno de la estrategia -se haban hecho del poder del Esta- opresin: la cooptacin, que dividi histricamente a los movimientos
do- y as, al tomar el poder, fue posible juzgar hasta qu punto eran entre quienes reciban los frutos de la cooptacin y quienes no podan
capaces de lograr los cambios prometidos como fase dos de su anuncia- recibirlos. Estos ltimos, cuando no se desalentaban, estallaban en clera
da estrategia, la transformacin del mundo. Y buscaban portavoces cada vez ms radicales. Pero as como el proceso
de cooptacin, con concesiones que mejoraban la suerte de algunos mas
no la de todos, fue un proceso permanente, repetitivo, fue asimismo un

100 101
por la cuantificacin de los logros, medidos tanto local como mundial-
proceso confuso, toda vez que cada nueva generacin deb!a volver a
mente. Fue que, al final, se poda hacer aritmtica y valorar cun signifi-
aprender las lecciones, y esto debilitaba la capacidad de los diversos seg-
cativos eran los cambios que se obtenan y cul era el verdadero ritmo de
mentos de los oprimidos para hacer causa comn entre s y para lograr
este cambio. Fue precisamente en ese momento de mayor logro visible de
un cambio fundamental. los movimientos antisistmicos cuando pareci llegar este momento final
y estaba el tercer recuerdo, que neutralizaba a los dos anteriores, de la de clculo general. La revolucin mundial de 1968 fue el resultado de esta
represin y la cooptacin. Era el recuerdo de lo logrado, medido en la valoracin de la eficacia de una estrategia de un siglo de duracin. Y el
fuerza creciente de los mismos movimientos en trminos del nmero de veredictq fue negativo. La desilusin vino despus de la ilusin del xito.
gente que eran capaces de movilizar y en trminos de su reconocim~ento El xito pareci menos que real; los beneficiarios de los cambios eran un
pblico como actores en el mbito poltico, y medido en las concesiones grupo pequeo -lo que en la Unin Sovitica se llamaba la Nomenkla-
acumuladas que eran parte de los procesos de cooptacin. tura-, y estaba ms polarizada que nunca la distancia entre los privile-
Este tercer recuerdo fue la fuente de la esperanza poltica e histrica: la giados y los de abajo, no obstante las supuestas reformas y los xitos de
firme expectativa de que la historia estaba de su lado, de que aguarda- .la vieja izquierda.
ba una vida mejor para los hijos y los nietos de los que hoy vivan. El ter- Es tiempo de regresar de esta evaluacin del mundo en general al
cer recuerdo se basaba en lo que podra llamarse una lectura cuantitati- mundo islmico. Desde luego, los procesos aqu descritos se cumplieron
va de la historia reciente: ms miembros en las asociaciones y mejoras en all tanto como en casi todas las dems regiones del mundo fuera de las
el estilo de vida: esto es, ms dinero en el banco de la vida, ms aparatos zonas centrales: ni ms, ni menos. Pero desde luego, cada regin tena su
domsticos en el estilo de vida. Esta sensacin de profunda esperanza en especificidad histrica y las reacciones tenan su tinte local. Cul era la
el futuro, esta sensacin de seguridad de que habra ms igualdad y ms especificidad histrica del mundo islmico y en particular su ncleo
democracia, sobre todo cuando se basaba en el hecho de que los oprimi- ra~e histrico?
dos luchaban arduamente por conseguirlo y de que su lucha era la res-
Si 'observamos los movimientos sucesivos en los diversos pases rabes
ponsable de haberlo logrado, result paradjicamente en una visin del
a partir, digamos, de 1900, los llamados en favor de la nahda, en favor de
mundo de lo ms despolitizadora. Permita pasar por lto los miserables
una revuelta rabe, en favor de un despertar nacionalista, todos tendie-
resultados del presente a ia luz de los importantes resultados que se pre-
ron, a ser modernistas en su retrica. Estos movimientos analizaron las
vean para el futuro. opresiones que experimentaban como el resultado en parte del mundo
Esta visin era de hecho el mensaje esencial del reformismo liberal, tal exterior (imperialismo) y en parte del tradicionalismo interno. Pedan
y como la promovieron, irnica pero eficazmente, los propios movimien- por tanto simultneamente un rechaz0 del control del exterior y un cam-
tos antisistmicos. Y cuanto ms radicales decan ser estos movimientos, bio cultural interno. Los dos iban juntos y se fortalecan entl'e s; de hecho
mejor persuadan a los que movilizaban para que fueran pacientes sobre se podrfa decir que cada uno posibilitaba al otro. A decir verdad, los movi-
los resultados de sus manifestaciones impacientes y vigorosas. De este mientos a los que estos sentimientos dieron origen fueron difusos en su
modo los diversos movimientos ahtisistmicos de la vieja izquierda a la base social y mltiples .en sus. yisiones del futuro social. Algunos tenan
larga sirvieron paradjicamente como los mejores garantes de la estabi~ perspe~~as ~s conservadoras de la buena sociedad y otros perspecti-
lidad poltica del sistema-mundo, no obstante sus frecuentes llamados a vas ms radicales.
la turbulencia poltica. '
Sin embargo, hablando ~e~ trminos generales de todos .estos. Il1ovi-
Slo hubo algo negativo en este llamado a la pasividad at~nte p'or mientos, el Islam como religin slo desempe un papel pequeo, y
debajo de la fachada de iaactividad fuanifiesta, un llamado justifica~? para muchos de ellos, un ta11to ~egativo. A decrr verdad, podan insistir en

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el hecho de que eran musuln;ianes, pero esto se pensaba como una espe- mico. Esta actitud se reforz ms an con el triunfo de Israel en las gue-
cie de filiacin cultural y tal vez como un reclamo necesario para tran- rras de 1967, las cualespusieron a. una gran cantidad de la poblacin
quilizar a seguidores potenciales menos ilustrados. El futuro que avizora- rabe bajo el dominio israel. Fue en este momento cuando se volvi
ban estos movimientos era moderno, con lo cual queran decir un futuro importante un movimiento nacionalista palestino moderno, la Organiza-
secular. Los diversos movimientos rabes compartan muchas de las pre- cin de la Liberacin Palestina (oLP). La OLP.fue un movimiento del
misas del kemalismo en Turqua. No fue muy distinta la Liga Musulmana mismo tipo y retrica que los otros mqvimientos nacionalistas modernis-
en la India colonial. tas que he mencionado. Y tuvo la' misma relacin reticente y ambigua con
Estos movimientos, en especial los ms radicales, fueron muy.exitosos el Islam como religin, ms an porque en Palestina existe una impor-
en la etapa posterior a 1945. Llegaron al poder en diversas formas: nas- tante poblacin rabe-cristiana que de hecho apoya a la OLP.
serismo en: Egipto, el Baaz en Siria e Iraq, el Neo-Destour en Tnez, el Sin revisar en detalle la historia de las relaciones entre israeles y ra-
Front de Libration National (FLN) en Argelia. Todos estos regmenes bes y entre israeles y palestinos desde 1948 hasta ahora, se puede decir
tendieron a asociarse con movimientos paralelos en otras partes de lo que los israeles han dominado militar y polticamente. Pero tambin
que entonces se empez a llamar el tercer mundo, en los movimientos de podemos decir que la movilizacin palestina ha sido lo suficientemente
las llamadas fuerzas no alineadas, movimientos inspirados en la Confe- exitosa para obligar a los israeles, en conjunto reacios, a entrar en las que
rencia de Bandung. De hecho, como sabemos, Gama! Abdel Nasser seran prolongadas, inconcluyentes y frustrantes negociaciones de paz,
desempe personalmente un papel importante en la creacin de '~sta negociaciones que al final se derrumbaron por completo.
red mundial y el FLN argelino ofreci un modelo _inspirador en esta red, La existencia de Israel ha plante~do un problema para el nacionalismo
similar al del movimiento vietnamita. rabe en tanto que agreg al ms distante mundo occidental un enemigo
Por otra parte, la etapa posterior a 1945 vio grandes dificultades en el asentado localmente, un enemigo menos dispuesto a hacer concesiones
mundo rabe y por extensin en el mundo islmico en general. La mayor que el Occidente colectivo. El nico paralelo real en el mundo no euro-
de ellas fue la creacin del Estado de Israel. No quisiera ocuparme aqu peo del siglo XX fue la existencia de un Estado apartheid en Sudfrica, y
. de toda la historia y los mritos de este asunto. Tan slo quiero subrayar esta situacin ahora se ha resuelto con el cambio en la Constitucin y el
unos cuantos hechos. El movimiento sionista empez a existir ms o ascenso al poder del Congreso Nacional Africano.
menos al mismo tiempo, al comienzo del siglo XX, que los movimientos Adems, el mundo rabe se las ha visto con un segundo problema espe-
nacionalistas rabes. Comparti mucha de la misma retrica: la necesidad cial, casi tan grande como el de Israel, y que se imbrica con l. Es el hecho
de crear un Estado independiente, la sensacin de estar oprimidos por los de que all se encuentra una buena parte de la reserva petrolera del
poderosos del sistema-mundo, la sensacin de que deba darse una trans- mundo. Lo anterior se ignoraba en el siglo xrx. Despus de la Primera
formacin internacional de la psicologa del pueblo judo; la ambigua (y Guerra Mundial se volvi una preocupacin, pero ha sido una realidad
reticente) relacin con el judasmo como religin. En el imaginario sio- geopoltica desde entonces y sobre todo a partir de 1945. Por este motivo
nista, los rabes no desempearon un papel real antes de 1948. El ene- Estados Unidos no ha sido indiferente a la poltica de esta regin. Tam-
migo era el mundo cristiano, y desde luego, a partir de 1918, Gran Breta- poco lo han sido ni Rusia ni Europa occidental. Una de las mayores pre-
a en particular. ocupaciones de las grandes potencias ha sido la de mantener un continuo
Pero este imaginario cambi radicalmente con la creacin del Estado flujo de suministro petrolero y poner un lmite razonable al gasto en
de Israel. La resistencia militar de los estados rabes a la creacin de Isra- petrleo. Todo esto les ha dado un motivo adicional tanto para respaldar
el signific que para los sionistas el mundo rabe se convirti en el pri- a Israel como para invertir en animar y estabilizar regmenes relativa-
mer oponente, y este mundo rabe era en buena medida un mundo isl- mente ms conservadores en los pases rabes.

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Si se observan los movimientos islmicos en el mundo rabe, su histo- sistema-mundo moderno al de los movimientos modernistas que se le
ria es de hecho tan larga como la de los movimientos nacionalistas, y en oponen, sino que tambin han dicho que estos regmenes modernistas
algunos pases se podra confundir con la de stos. El movimiento waha- han fracasado en la tarea elemental de los estados modernos: ofrecer el
bita en el desierto rabe y el movimiento sanus en Cirenaica (Libia) bienestar y la seguridad mnimos a los ciudadanos. Es bien sabido que las
compartan ciertos rasgos con los movimientos nacionalistas seculares. organizaciones islmicas ofrecen un amplio servicio social a los necesita-
Tambin estaban preocupados por la opresin del exterior y tambin dos y que con frecuencia colman serios vacos en las funciones del Esta-
pedan una renovacin interna que hiciera nfasis en una conducta ms do. Otro rasgo sobresaliente de los movimientos islmicos es que realizan
pura, ms puritana. Tambin tendan hacia la creacin de una estructura un reclutamiento amplio y exitoso entre los estudiantes en las ramas tc-
estatal moderna. Pero emplearon una retrica religiosa, a diferencia de nicas y cientficas de las universidades y que luego emplean las habilida-
los movimientos secularistas. Y tambin ellos llegaron al poder. El rgi- des de estos estudiantes para hacer avanzar su causa.
men sanus fue reemplazado por uno ms secular en 1969. El rgimen Ahora bien, estas dos caractersticas -la funcin del servicio social y el
saudita hasta ahora ha resistido con xito esa suerte. atractivo del islamismo para los ingenieros y cientficos jvenes- demues-
Cuando observamos los llamados movimientos islmicos qu es lo tran que los islmicos no son nostlgicos romnticos de una sociedad agr-
que vemos? Vemos grupos que dicen dos cosas. Dicen, primero que nada, cola desaparecida. Ms bien, ofrecen una forma alternativa de moderni-
que ninguno de los movimientos que han llegado al poder en los diversos dad, abierta al avance tecnolgico pero que rechaza el secularismo y sus
pases ha logrado remover o cancelar el papel de las potencias extranje- valores concomitantes. En donde son ambivalentes es en su actitud hacia
ras en sus asuntos internos, aun cuando se trate de estados tcnicamente. las estructuras del Estado. Fuera del poder, son una fuerza antiestatista
independientes. Sealan el papel inamovible de Estados Unidos en la poderosa, no slo en la poltica, sino en la ideologa. Rechazan la pieza cen-
regin y la poderosa presencia de Israel, que es vista fundamentalmente tral del modernismo secular, la centralidad del Estado amplio y presumi-
como una avanzada de Occidente, un Estado colonizador semejante a los blemente neutral como un apndice moral y poltico. Insisten en la priori-
estados de los cruzados en la Edad Media. Y dicen, en segundo lugar, que dad de un conjunto de valores espirituales, tal y como los expone un grupo
la situacin la respaldan y en buena medida la vuelven posible los mis- autorizado de intrpretes. Esta prioridad crea problemas cuando los isl- .
mos regmenes que afirman oponerse a tal c?sa: no slo los regmenes micos llegan al poder, omo sucede hoy en Irn, por ejemplo, y tiene la
secularistas, sino tambin, ntese, regmenes supuestamente con una base fuerza para crear una tensin constante entre las autoridades estatales y las
religiosa tales como Arabia Saudita. religiosas, justamente el problema que deba resolver el moderno estado
De ah que los islamistas digan que, si se quiere derrocar la opresin del secular. Hasta ahora, el islamismo como fuerza poltica ha seguido dando
exterior e impulsar una renovacin interna, es preciso deshacerse de prioridad a su retrica extraestatista,.. .
estos regmenes modernistas rabes, y en esta categora incluyen a los As las cosas, cmo interpretamos lo que ha venido sucediendo en los
wahabitas. Claro que esto es lo mismo que dijo el ayatola Jomeini sobre pases islmicos durante los ltimos veinte aos? Mi opinin es que el
el rgimen del sha en Irn y lqque.los talibn han dicho sobre el rgimen elemento fundamental ha sido el desencanto, tanto entre la lite educada
pseudocomunista en Afganistn, as como tambin sobre. sus diversos como entre la poblacin en general, con el desempeo de los movirnien"
sucesores. Hasta ahora, en el mundo rabe ningn movimiento islmico tos antisistmicos histricos, con los movimientos de renovacin y libera-
ha llegado al poder, excepcin hecha de Sudn. cin nacionales, que fueron las grandes expresiones de la lucha popular
Ms an, si se observan las formas en que estos grupos islmicos se han en el siglo XX.. Estos movi1!1entos, en todas sus variedades, se quedaron
movilizado polticamente, es posible apreciar que no slo han usado una cortos. Se les condena por haber seguido tlna estrategia ftil. Se les con-
retrica alternativa, y por ende un anlisis alterno del modo de operar del dena por permitir que un grupo pequeo se aprovechara. venalmente de

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la lucha. Se les condena porqu~ no lograron su objetivo principal, facul- vilizadores poltieos. Predican la confianza en el liderazgo y por tanto pre-
tar a los pueblos de su regiri para alcanzar-una verdadera autonoma dican la paciencia. Cuando los movimientos alternativos quebrantan la
poltica o un avance econmico real en comparacin con las zonas domi- confianza en las estructuras del Estado, remueven el constreimiento que
nantes del mundo. Es irrelevante que esta condena represente o no un provoc l desmovilizacin poltica.
juicio mesurado de la actividad de estos movimientos; el hecho es que el Desde el punto de vista de los poderosos en.el sistema-mundo, est cl-
desencanto es masivo. culo de las ventajas y ,las desventajas, de estos moyimientos alternativos
Como consecuencia de este desencanto, parece carecer de sentido la explica mucho de la actual derrionizacin del Islam en Occidente. Aun-
estrategia reformista a largo plazo de lo's movimientos antisistmicos, que Occidente juega constantemente con la alternativa de una coopta-
sobre todo dos de. sus tcticas princ;ipales: la transformacin de las cos- cin de las fuerzas islmicas, quienes detentan el poder en Occidente han
tumbres por la va de la secularizacin y la creacin de fuertes estructu- hecho nfasis en los peligros que comporta el quebrantar la confianza
ras estatales. Se ha abierto el camino para una visin alternativa, una popular en sus propias estructuras estatales. En el caso del mundo isl-
visin que no emplea ninguna de estas tcticas presuntamente intiles. mico, esto lo han reforzado dos factores que son especiales de los pases
En el mundo islmico, esta visin alternativa ha sido el islamismo. En islmicos: la existencia de Israel y su papel como proveedores de petro-
otras partes del mundo, la misma desilusin ha alimentado diferentes lero. Por s solos, estos dos ltimos factores explican poco, pero son cru-
visiones, todas las cuales, sin embargo, comparten este rasgo: su rech.azo ciales para reforzar la opcin de una. respuesta tctica al islamismo.
a las tcticas supuestamente intiles. Si la existencia de recursos petroleros es una bendicin y una maldicin .
Desde el punto de vista de quienes detentan el poder en el sistema- para el mundo rabe, no por ello deja de ser una realidad que est fuera
mundo, tales visiones alternas son a la vez mejores y peores que las tcti- de su control, aun cuando se trate de una realidad que acaso no sea para
cas ahora anticuadas de los movimientos de liberacin nacional. Son siempre. La existencia de Israel, por otra parte, es una realidad histrica
mejores en el sentido que la vieja izquierda siempre est sealando. Las contingente, una realidad que por ese motivo es ms modificable, y por
visiones alternativas alejan a la gente de un anlisis certero de las estruc- tanto la que ha sido el foco de una lucha intensa. As, debemos observar
turas verdaderas del sistema-mundo moderno y por tanto hacen ms sen- brevemente el origen del fuerte apoyo que el mundo occidental le ha
cillo para los privilegiados del sistema-mundo mantener estas estructuras dado al Estado de Israel. Nunca fue inevitable este apoyo. Y les recuerdo
da tras da. La acusacin es que cuando los que detentan visiones alter-. que era sumamente incierto en 1945, incluso en 1948. Yo no creo de
nativas como el islamismo se hacen del poder del Estado, descubren que, hecho que estuviera fijado como una prioridad poltica, ni en Estados
o bien no cuentan con una verdadera poltica exterior, o bien cuentan con Unidos ni en Europa occidental, hasta 1967.
una que no es efectiva, o de hecho pueden ser fcilmente cooptados para Hay tres elementos en esta poltica. Uno de ellos es que el antisemitis-
operar en el marco del sistema. Hasta cierto punto, el cargo es cierto. mo histrico del mundo cristiano, abrumador casi desde el principio del
Por otra parte, el surgimiento de fuerzas con una visin alternativa cristianismo, alcanz una sima moralmente repulsiva en el nazismo y en
resulta sumamente malo para quienes detentan el poder en el sistema- el Holocausto, y esto provoc una profunda reaccin de culpa. Sera un
mundo, por una sencilla razn. Uno de los rasgos estabilizadores clave del error subestimar el papel que jug esta sensacin de culpa cristiana en la
sistema-mundo moderno es la confianza que las poblaciones depositan actual situacin; ha producido cambios espectaculares en la retrica de
en sus estructuras estatales como eficaces defensoras polticas vis-a-vis los principales grupos sociales en Occidente: los intelectuales seculares, la
todo el espectro de fuerzas externas que interfieren en sus vidas diarias. Iglesia catlica y las sectas fundamentalistas protestantes, algunas de las
En este sentido, estas estructuras estatales, sobre todo una vez que los cuales hoy hablan el lenguaje de la necesidad de la existencia del Estado
movimientos antisistmicos han llegado al poder, son verdaderos desmo- de Israel como prerrequisito para el segundo advenimiento de Cristo.

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El complejo de culpa tal vez no hubiera resistido a otras consideracio- Perrntaseme resumir mis argumentos. Por un lado, lo que ha estado
nes geopolticas de no haber sido por la victoria de Israel en las guerras pasando en el mundo islmico, en particular el ascenso del islamismo
de 1967. Esta victoria hizo dos cosas. Por un lado, cre un enorme respal- como una fuerza social y poltica, es slo una variante de lo que ha esta-
do para Israel de parte del mundo judo, un nivel de apoyo que no exista do sucediendo en todas partes en las zonas perifricas del sistema-
antes. Esta victoria sobre los rabes tuvo el efecto psicolgico de ser al mundo. La interpretacin bsica de estos acontecimientos tiene que girar
mismo tiempo una compensacin por el Holocausto y la creencia de que en tomo al ascenso histrico de los movimientos antisistmicos, su apa-
el mundo rabe amenazaba con iniciar una segunda versin del mismo. rente xito y su verdadero fracaso poltico, el consecuente desencanto y
De nuevo: no discuto hasta qu punto estuvo justificada tal visin, pero la bsqueda de categoras alternativas. Todo esto es parte del desarrollo
insisto en que se dio. del sistema-mundo moderno como un sistema social histrico.
La segunda consecuencia fue sin duda que por primera vez el mundo Por otro lado, hay algunos elementos especiales en la relacin del
occidental se persuadi de que Israel poda ejercer un papel en el control Occidente y el Islam que resultan en la tan extraordinaria demoniza-
militar de los inquietos pases rabes, e Israel se integr as a la estrategia cin del Islam en Occidente. He tratado de sealar lo complejo de estos
geopoltica de Occidente. El precio de esta segunda decisin se fue a los elementos: la relacin milenaria del cristianismo y el Islam y la relacin
cielos al comenzar la intifada, en diciembre de 1989, la cual explica la pre- milenaria del cristianismo y el judasmo, as como el hecho de que las
ocupacin occidental con el llamado proceso de paz y el creciente enfa- tres religiones estn vinculadas por lo que podra llamarse lazos fami-
do de las potencias occidentales con el gobierno israel. Pero el respaldo liares. He aadido una realidad geoeconmica inamovible pero teri-
bsico a Israel hasta ahora no ha desaparecido. camente accidental, la localizacin del petrleo. Y por ltimo, aad la
Como haya sido, la combinacin de la culpa cristiana a propsito del desaparicin de los posibles demonios alternativos de las zonas neoco-
antisemitismo, el apoyo judo en todo el mundo a Israel y la visin occi- lonizadas del mundo.
dental de la utilidad de Israel como un elemento en la estabilizacin pol- E~.to me lleva a mi ltimo tema. Es posible que Occidente funcione sin
tica de la mayor zona petrolera del mundo han resultado en la califica- un demonio? Por ahora, lo dudo. Occidente se enfrenta a una crisis masi-
cin meditica del llamad~ terrorismo islmico como el gran Satn de la va, no slo econmica, sino fundamentalmente poltica y social. La eco-
dcada de los noventa. Tanto ms cuanto que parecan haberse evapora- noma-mundo capitalista est en crisis como sistema social histrico. No
do los demonios del comunismo sovitico y de la amenaza amarilla. Y es puedo pasar revista a la crisis en detalle, como en otras ocasiones he
mucho ms fcil satanizar al islamismo en la medida que el Islam es cul- hecho1, pero planteo estos temas para insistir en que como consecuencia
turalmente primo del cristianismo, a diferencia del budismo y del hin- hay mucha confusin y dudas en Occidente, una situacin que siempre
duismo. El tono de pleito familiar se suma a la irracionalidad y la persis- renueva la necesidad de demonios:"La misma confusin y las mismas
tencia de la demonizacin. Otro elemento que se agrega a la eleccin del dudas dominan al mundo islmico, como es evidente por las tcticas zig-
Islam como demonio es el hecho de que buena parte del ncleo del zagueantes de todos los actores principales. Las fuerzas secularistas estn
mundo islmico nunca fue verdaderamente colonizado. En ~n sentido en confusa retirada. Las fuerzas islmicas no son muy claras, y no estn de
importante, Occidente se siente en cierto modo confiado cuando trata acuerdo entre s, sobre cul es o debera ser su programa poltico.
con las ex colonias. Despus de todo, alguna vez conquist militarmente De nuevo, debemos colocar esto en el contexto del sistema-mundo
estas reas y las gobern, y cree conocer sus debilidades. Las zonas no como un todo y no limitar nuestra atencin al mundo islmico. Los siste-
colonizadas o nicamente semicolonizadas conservan un aura de miste- mas que estn en crisis ingi:esan a una etapa catica, de la cual surge en
rio y por tanto de peligro: ' cierto momento un nuevo orden. Sus trayecforias se bifurcan y es intrnse-
camente imposible predecir la rama que prevalecer. Esto en la prctica

llO 111
quiere decir dos cosas. Hasta las'pequeas presiones en una u otra direc- cipo ser la gran lucha poltico-social de los siguientes cincuenta aos. Por
cin pueden ser decisivas, tod~ vez que. el sistema est lejos de su equili- mi parte, pienso que plantear el asunto como secularismo versus funda-
brio. En segundo lugar, la lucha social es por tanto extremadamente mentalismo es apartarnos enormemente de una visin clara. Y claridad,
aguda. La pregunta que surge, entonces, es cmo se han de alinear los no demonios, es lo que ms necesitamos en este momento.
.bandos en la lucha por dar forma al sistema social sucesor.
Cuando las luchas eran menos agudas, las lneas parecan claras. Por eso
podemos hablar de movimientosantistmicos en el interior del sistema-
mundo. Estos movimientos crean saber cul era su significado y quin NOTA
era su enemigo. Lo mismo suceda ~9n las fuerzas que defendan el siste-
l. Vase en particular Utopistics, or Historical Choices for the 1Wenty-First Century,
ma existente. Lo que nos han enseado a todos los ltimos veinticinco The New Press, Nueva York, 1998 ( Utopfstica. O las opciones histricas del siglo XXI,
aos -y pienso en ello como la leccin de la revolucin mundial de Siglo XXI, Mxico, 1998).
1968- es que nuestra visin de la lucha era profundamente errnea, que
los oponentes no eran verdaderos oponentes y que los aliados no eran
aliados verdaderos, fuera cual fuera el lado en el que se estuviera. En este
sentido, los islamistas estn completamente en lo cierto al decir que debe-
mos recalibrar nuestra idea de cules son los asuntos que dividen al sis-
tema histrico existente y cules son las posibilidades histricas alterna-
tivas de un posible sistema-mundo reconstruido.
La crtica que ellos hacen es certera, pero qu sucede con la solucin
que proponen? Como ya he dicho, no creo que estn seguros de cul sea
la solucin que en realidad buscan. Los que no compartimos algunas o
todas sus premisas y somos herederos de una tradicin ms secular tene-
mos problemas para aceptar buena parte de lo que ellos ofrecen como los
primeros pasos hacia un futuro mejor. Lo que yo siento es que hay nece-
sidad de un dilogo genuino, o multidilogo, sobre las limitaciones esen-
ciales de nuestro sistema-mundo existente y los parmetros de nuestras
alternativas histricas. En lo personal, creo que el conflicto bsico es
entre aquellos que buscan establecer o reestablecer un orden-mundial
jerrquico en el que unos sean los privilegiados y la mayora de los dems
no, y aquellos que desean construir un orden lo ms democrtico e igua-
litario posible. Pienso que ese objetivo requiere diferentes tipos de siste-
mas de valores para apuntalarlo, y que las religiones histricas del mundo
pueden tener mucho que ensearnos sobre qu es lo crucial en tales sis-
temas de valores.
El problema real es que en los campos secularistas y fundamentalistas
en todas partes del mundo hay personas de ambos bandos de lo que anti-

113
lll

oomWMMlJWAM
VI. LOS OTROS: QUINES SOMOS NOSOTROS?
QUINES SON LOS OTROS?

Reconocer el poder de la raciologa, que aqu se emplea como el trmino


abreviado para una variedad de formas de pensar esencialistas y reduccio-
nistas que son de carcter tanto biolgico como cultural, es un paso funda-
mental para confrontar el persistente poder de la raza para orquestar
nuestras experiencias sociales, econmicas, culturales e histricas.
PAUL GlLROY,Against Race1

No hace mucho haba una Guerra Fra. Todos hablaban de ella como si
se tratara de una batalla ideolgica. Para algunos fue la batalla entre el
mundo libre y el imperio del mal del comunismo; para otros fue la bata-
lla entre la explotadora clase capitalista y los trabajadores del mundo.
Pero todos decan creer que era una lucha de vida o muerte en torno a
valores polticos fundamentales.
Un da concluy la Guerra Fra. De hecho, el final fue bastante repenti-
no'y en buena medida inesperado. Casi todos los regmenes europeos que
decan ser marxistas-leninistas dejaron de existir. Es cierto que los pases
asiticos con partidos comunistas en el poder y Cuba siguieron vistiendo
el mismo ropaje ideolgico, pero en 'general el mundo pareci aceptar que
ya no haba Guerra Fra y en conjunto esto se vio con cierto alivio.
Algunos saludaron esta nueva situacin como el fin de la historia,
aunque la mayora de la gente pareca pensar que la historia continuaba
su camino interminable. Una nueva palabra, globaliZacin, se"volVi.6
moneda corriente para describir el maravilloso nuevo mundo que estaba
por dar inicio, o que presumiblemente ya haba empezado, y para el cual
-como dijo la seora Thatcher en su inolvidable prosa-: TINA (There Is
No Alternative ), no hay alterirntiva. Ese mismo momento histrico vio

115 '
madurar un nuevo y podero~o, nfasis acadmico; que .comenz en la Sobre nuestras biografas tenemos un control mucho menor del Q':!:'le Th'$
dcada de los setenta pero que pareca. haber alcanzado su dma en los gustara y en nuestros anlisis nos puede resultar sumamente dificil d ~~
noventa. Se le lleg a conocer genricamente como estudios culturales. objetivos, si ello significa que se nos pida omitir nuestras biogr.atfss ~r.
Cultura alguna vez fue una palabra benigna. La alta cultura era algo nuestro trabajo acadmico. Tampoco somos fciles de clasificar. Ll.s ,,__'-
que haba que presumir. A nadie le gustaba ser descrito como inculto. grafas son complejas mezclas y tampoco es fcil discernir, para . .m~. ~
Cultura significaba moderacin, refinamiento, gusto. Pero el riuevo cam- para nosotros mismos, el peso de lbs dstintos lugares en los t{ll.~ -~~
po de los estudios culturales albergaba un. nimo ms pugmp:. Era un hemos encontrado. Lo que soy el da de hoy no es necesariamente t.:k~-i:::-
advenedizo en la academia y anunciaba en trminos tajantes 'que reme- tico a lo que ayer fui.
diaba un profundo olvido en las estr.1:1cturas del saber. Los estudios cul- Creo que me presento ante.ustedes como un cientfico social q...:::: tr~':'i
turales con frecuencia se asociaron con, se aliaron a, la bsqueda de algo de entender el mundo en el que vive, preocupado profundament.: r-."'t ~;.;,
que se llam multiculturalismo. Y el multiculturalismo era una demanda trayectoria de este mundo y que cree tener la obligacin moral d:: ~k'h'i.~:
poltica, la demanda de grupos que se sentan maltratados, o ignorados, o en l y sobre l. Creo que he venido aqu como miembro del r:.nm.1..'
reprimidos. Mientras tanto, en un campo diferente y desde el interior del moderno, pero que a pesar de eso tengo profundas reservas en cuant,., ~'
mundo del establishment, haba voces que usaban el concepto de cultura lo que ha sido el mundo moderno y ya no estoy muy seguro de que 1.~'
de una manera muy distinta. Nos decan que el siglo XXI habra de ser el mundo moderno represente un progreso sobre los sistemas-mundL1 :mi~'
siglo del choque de las civilizaciones y que debamos armarnos pol!ti- riores. Es probable que no pueda escapar al hecho de ser un esr.:dn:'l:
camente (y militarmente, por implicacin) para enfrentar este desafo. Lo dense y un paneuropeo, y no veo un buen motivo para tratar de h:1~'t'.r~...'l
que los animadores del multiculturalismo consideraron un prospecto Y a mi edad, con toda seguridad cargo con los pecados y las virtuJt'$ -.1-:
liberador, a saber, la exitosa reafirmacin de s mismos por las culturas no toda una vida como universitario.
occidentales, los animadores del choque de las civilizaciones lo conside-
Voy a referirme al tiempo, al universalismo y al particularismt~. y m.~s
raron la amenaza mayor.
adelante emplear esta discusin para hablarles a ustedes sobre quil'n;."$
Qu es lo que est pasando? Y primero que nada, en qu capacidad son nosotros y quines son los otros en nuestros pensamient,'S y ;.'!1
hablo yo de esto? 2 Hablo como un ciudadano estadounidense en China, nuestra poltica. Pero de inmediato debo enmendar lo anterior, pu.:s n~'
un ciudadano del Estado actualmente ms fuerte en el sistema-mundo, referir al tiempo, al universalismo y al particularismo nicanK'Illl' ,,,~
que se dirige a un pblico que es parte de la civilizacin ms antigua del plural, pues creo que esas palabras slo en plural tienen algn signifk,l-
mundo? O hablo como un paneuropeo que se dirige a un pblico del do. Existen mltiples temporalidades, universalismos y particularisnh'-'
mundo no occidental, un blanco entre no blancos? O soy un defensor mltiples. Y buena parte de nuestra confusin al discutir la cultura pri.'-
del mundo moderno que se dirige a un pblico en una universidad cuyo viene de que eliminamos del anlisis esta multiplicidad.
nombre mismo habla de modernidad, una universidad de la ciencia y la
Comencemos por las temporalidades. Abr esta exposicin refiri~nd,'
tecnologa? O soy sencillamente un acadmico universitario entre pares,
me a la Guerra Fra. La Guerra Fra se suele fechar como algo que \':l lk
pares que resulta que trabajan o estudian en Hong Kong? O soy un cien-
1945 a 1989.A decir verdad,Andr Fontaine insisti hace mucho tktl\I"-'
tfico social que trata de lidiar con un concepto, el concepto de cultura,
en que esta guerra dio comienzo en 19173 Y el anlisis cambia ct111sidt'
cuyo lugar primordial est en las humanidades?
rablemente si inicia en 1917. No importa. Se supone que ya acab. Sin
Para ser honesto, no estoy seguro cul de estos papeles es el que me embargo, no parece que haya acabado para todos cuando se esi:urh:1n
describe, o el que me describe mejor, si es que alguno de ellos lo hace. ciertas voces en Estados Unidos y otras en China o en Rusia. Tales \'Ol'l's _
Tampoco estoy seguro de cul de estos papeles quisiera representar. parecen retomar la retrica ideolgica de la Guerra Fra como una sctlnl

116 117
pemianente de la manera en la que ellos definen la realidad del mundo un sistema histrico, lo que nos conducira a tomar como lmites tempo-
actual. Tal vez n9 debamos tomarlas muy en serio. Quienes proponen la rales el largo siglo XVI y el presente. Y una de las muchas formas en las
Realpolitik siempre dicen que la ideologa no es sino retrica hecha para que podramos describir este sistema es el cambio peridico de centrali-
enmascarar la raison d'tat de los estados y que los estratos dominantes dad, viendo el sistema como si tuviera una sucesin de poderes hegem-
nunca le hicieron mucho caso a la ideologa que profesaban oficialmen- nicos, cuya hegemona siempre es temporal. Si hiciramos lo anterior,
te. Charles de Gaulle pareca tener pocas dudas de que la Unin Soviti- podramos hablar del ascenso de la hegemona de Estados Unidos a par-
ca fuera por encima de todo el Imperio ruso y que Estados Unidos fuera tir de los aos setenta del siglo XIX, llegando a su cspide en el periodo
el Imperio americano y sobre esta base realiz sus anlisis y sus clculos. comprendido entre 1945 y 1970, y ahora en los primeros estadios de su
Estaba equivocado? Cuando Richard Nixon viaj a China para encon- declive. Y desde luego que podramos plantear la pregunta, de hecho la
trarse con Mao Zedong, sucedi que ambos subordinaron la ideologa a pregunta ms frecuente, sobre cul puede ser el poder hegemnico suce-
la raison d'tat o es que ambos perseguan objetivos ideolgicos a ms sor. Algunos sostienen que es Japn, y unos cuantos que es China, y hay
largo plazo? Sin duda, los historiadores seguirn discutiendo este asunto . otros que piensan que la hegemona estadounidense sigue estando dema-
durante los prximos siglos. siado presente como para permitirnos pensar con claridad el asunto.
En la actualidad, Estados Unidos y China parecen compartir un com- O, todava dentro de las fronteras temporales del sistema-mundo mo-
promiso comn en el aliento de la produccin para el mercado mundial. derno, podramos ver la historia de los dos ltimos siglos como un pro-
Sin embargo, cada uno define de manera diferente las races de este com- yecto paneuropeo de dominio del mundo (la expansin de Europa) y
promiso. Los polticos y expertos estadounidenses persisten en describir discutir cundo lleg a su cima esta expansin: en 1900, en 1945, en 1989?
a Estados Unidos como un pas comprometido con el capitalismo de libre Y cundo dio comienzo el retroceso: con la derrota de Rusia frente a los
empresa, mientras que los polticos y expertos chinos persisten en descri- japoneses en 1905, con la entrada de los comunistas chinos en Shangai en
bir a China como un pas comprometido con el socialismo, al que ahora 1949, con la Conferencia de Bandung en 1955, con la derrota de Estados
en ocasiones se le llama socialismo de mercado. Como cientficos socia- Unidos en Vietnam en 1973? Y entonces podramos preguntarnos si este
les debemos aceptar esas autodescripciones tal cual? Y si no es as, retroceso es la seal de una crisis estructural en el sistema-mundo moder-
cmo debemos describir en verdad las estructuras de cada pas? no o (como diran algunos) no es sino el final de una fase en un proceso
Desde luego que uno de los factores en estas autodescripciones es la histrico del mucho ms largo plazo en el que la centralidad global asi-
cronosofa4 comn a cada pas, o al menos a sus dirigentes y a la mayora tica fue temporalmente reemplazada por un breve momento occiden-
de sus ciudadanos. Cada pas est comprometido con un optimismo a tal o europeo.
largo plazo que se basa en el supuesto del progreso lineal. Cada cual pare- Las mltiples temporalidades el'f'las que vivimos pueden ser l causa
ce estar seguro de encontrarse en el camino hacia una sociedad ms per- de nuestra confusin analtica, pero son ms fciles de pensar y de mane-
fecta. Sin embargo, en cierto sentido estas autodescripciones son a la vez jar que ls universalismos mltiples~ Desde luego que universalismos
aseveraciones del objetivo teleolgieo hada el que se dirigen estos pases mltiples es un oxmoron. Se supone que universalfamo se refiere a
y anlisis del presente. Pero hay otras cronosofas que nos daran diferen- la idea de que existen leyes o verdades que se aplican a todas las perso-
tes temporalidades. E incluso en el interior de cualquier cronosofa exis- nas, a todos los grupos, a todos los sistemas sociales histricos en todos
ten otras periodizaciones que de nuevo nos dan temporalidades distintas. los puntos del tiempo y del espacio. De ah que sea unitario, nico y uni-
Lo ms importante que hay que recordares que vivimos simultnea- ficado. Cmo pueden ex!,stir versiones mltiples de,lo que es nico? En
mente en muchas de estas temporalidades sociales. Por ejemplo,'pode- tal ca'so, yo podra referir algunas versiones de la teologa cristiana, las
mos analizar el mundo en trminos del sistema-mundo moderno como cuales de tiempo atrs sostienen que existe una, trinidi~ en 11): queDios

ll8 119

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es . la vez uno y tres, o la idea hind segn.. la cual los dioses tienen en cuestin de meses. Los padres dicen que no pueden permitir qre se
muchos avatares. Se trata de ideas teolgicas, no cientficas, pero aun as mate a uno de los nios para que el otro viva. Y se les pidi a las c..:r-..:s
indican una sabidura, el tipo de sabidura que la ciencia muchas veces britnicas que solucionaran jurdicamente este dilema moral. esta '=-
ha ignorado, para desventaja suya, y que con frecuencia ha hallado vali- rencia de prioridades morales.
. . '
dada en algn momento ulterior de su propia evolucin. No todas estas elecciones son.tan tr~gicas. No' todas ellas exigen que e::L--
Pero no quiero apelar a conjeturas teolgicas. Resulta sumamente claro jamos entre derechos de vida en co~cto. Pero son omnipresentes 135
que existen mltiples universalismos tanto en los reclamos populares, cuestiones que subyacen y a todos se nos pide constantemente que fug-.::-
anclados en una comunidad, como tambin en los planteamientos acad- mos elecciones histricas. Todos los debates sobre la intervencin esr::::;--
micos. Si hablamos desde dentro def marco de uno de estos reclamos na en los asuntos internos de cualquier pas invocan, de un !.::do. !:D~
desde luego nos es posible rechazar a los otros como potencialmente fal- derechos humanos universales y, del otro, el derecho de los paises a rn:11 sc.r
sos o cuando menos mal expresados, y esto es lo que se hace regular- subordinados a la imposicin imperial e imperiosa de los valores de .::.:rn;:
me~te. Todas las ciencias sociales nomotticas se basan precisamente en sobre ellos. Y este ltimo debate ha sido central para el sisterna-:mcd:i
este procedimiento. Hay muchos que insistiran en que el trmino cien- moderno desde sus principios y de nuevo volvi al primer plano t1.1 ~
cia est reservado para aquellos que, en el dominio del saber, trabajan ltima dcada.
en la construccin de un universalismo nico. Yo quiero sostener no slo La realidad del sistema-mundo moderno, la economa-mundo c:=;f--=-
que no existe un universalismo nico, y que no puede existir, sino argu- lista, es que es un sistema jerrquico, desigual, polarizado, cuya estru::::-
mentar tambin que la ciencia es la bsqueda de cmo se puede navegar ra poltica es la de un sistema interestatal en el que algunos estados s-::c.
mejor por los universalismos mltiples en un universo que es intrnseca- manifiestamente ms fuertes que otros. Al avanzar el proceso de acu::n:.'-
mente incierto y por tanto prometedoramente creativa5. lacin sin fin de capital, los estados ms fuertes imponen constante:::.::::-
El mundo moderno durante la mayor parte de su historia ha estado te su voluntad sobre los estados ms dbiles, hasta donde pueden ..-\~~
preso de la doctrina aristotlica del tercero excluido. Una cosa es a o no se le llama imperialismo y es inherente a la estructura del sistema-mu::dcc
a. No existe una tercera posibilidad. Aunque desde luego que la mecni- Ha sido justificado sobre la base de la misin civilizadora. la pre:::.:::-.;:
ca cuntica nos ha acostumbrado a la idea de que las cosas pueden ser necesidad moral de obligar a los otros a apegarse a las normas presL.;i3S
dos cosas distintas a la vez, o que al menos se pueden medir de dos modos . por los valores universales. Parece una coincidencia curiosa que los Y:ic--
diferentes o que pueden satisfacer a dos ecuaciones distintas. La luz es un res que se dicen universales sean siempre fundamentalmente los q_'.1::
enjambre de partculas y tambin una onda continua. No tenemos que observa el poder imperial. La resistencia de las vctimas a tan eng:-.:ill~
elegir, o mejor dicho, no podemos elegir. moralidad parece obviamente correcta.
En las ciencias sociales enfrentamos el mismo problema. En el campo Sin embargo, por otra parte, los despotismos locales siempre han a:::-0-
de la poltica pblica, los grupos contienden regularmente sobre la base vechado su capacidad para mantener cerradas las fronteras y parJ. re..:2::.-
de diferentes (as llamados) valores bsicos o de diferentes prioridades zar cualquier interferencia externa en sus nefandas acciones. Y :105
en los valores. De hecho, constantemente nos enfrentamos con esas cues- hemos vuelto cada vez ms sensibles a los males de la no interwn.j.:'=-
tiones en nuestra vida personal. Leo en los peridicos sobre la trgica dada la enormidad de los crmenes que en ocasiones se cometen al al-<~?
situacin de dos nios europeos que son mellizos siameses. Los doctores de la soberana. En esta poca en la que tantos gobiernos e iglesias se 6-
dicen que como slo tienen un corazn y un pulmn slo pueden ser culpan por antiguas fechoras, constantemente nos vemos obligadll> ::.
separados de modo tal que uno de los mellizos viva y el otro muera. Los recordar a aquellos, en especial a los que parecan poderosos. que no Be-
doctores dicen tambin que si no separan a los mellizos, ambos morirn garon a impugnar (y tal vez por tanto a prevenir) las fechoras de los otl--i5.

uo
Del Holocausto a Ruanda, llevamos colgado al cuello el albatros de la nes mundiales (y desde luego que hay muchas religiones). Estn los que
culpa. Aunque claro que la culpa de la no intervencin no empez con el se derivan de los ideales seculares de la Ilustracin que han sido centra-
Holocausto. Antes del Holocausto estuvo el comercio de esclavos por el les para la modernidad. Y estn los que expresan la idea de los podero-
Atlntico y las incontables masacres de pueblos indgenas, por no hablar sos segn la cual la base de su poder radica en la correccin de sus actos
del trabajo infantil que hasta el da de hoy cunde en todo el planeta. y que por tanto la extensin imperial es una virtud, no un vicio.
De modo que no podemos dejar de confrontar estas evaluaciones del Volvimos a aprender en las dos ltimas dcadas a no subestimar el con-
pasado y del presente pretendiendo que hacer tal cosa es un ejercicio del trol que ejercen las religiones en las mentes de las personas y por tanto
mundo poltico y no del cientfico. Se trata a fin de cuentas de una discu- en las polticas del sistema-mundo. Las religiones son universalistas casi
sin de universalismos mltiples, que todos hemos estado diligentemen- por definicin. Aun cuando se originen en situaciones harto locales, casi
te evitando. Sin embargo, como existen muchos, muchos universalismos, siempre reclaman ser la verdad universal, aplicable a todas las personas.
les debemos dar a todos el mismo peso y el mismo lugar? sta es otra Sin embargo, con frecuencia a los universalismos religiosos se les consi-
forma de preguntar si debemos ser totalmente relativistas. Y la respuesta . dera que son algo ms que aplicables a todos; son vistos como manda-
con seguridad es no. Porque si existen frmulas de adecuacin entre mientos para todos. E incluso cuando la retrica es de un tono menos
muchos universalismos, tambin es cierto que existen ciertos universalis- obligatorio, casi todas las religiones ensean la singularidad de su camino
mos que son verdaderamente incompatibles con otros. Y por tanto ingre- hacia la verdad y la salvacin. Algunas religiones son ms excluyentes
samos por fuerza en un metadebate: existe una sola jerarqua de uni- que otras, pero todas insisten en Ja virtud de su particular ruta doctrina-
versalismos, algunos de los cuales son razonables y aceptables mientras ria y de su prctica. Las tres religiones ms difundidas en el mundo -el
que otros resultan profundamente repugnantes? Y si la respuesta es que cristianismo, el Islam y el budismo- son proselitistas, de modo muy agre-
s, Y yo sospecho que lo es, no es esto simplemente otra manera de vol- sivo las dos primeras. Sin duda, por esto son las ms extendidas, o cuan-
ver al universalismo nico del que estamos tratando de escapar? Como do' menos as lucen a los ojos de un observador imparcial.
sea, decir que existe una jerarqua de universalismos no resuelve nada De manera que qu es lo que nos dicen las religiones del mundo? Que
pues todava tenemos que. decidir sobi:e qu base podemos juzgar cule; nos amemos, que amemos a todos y que en particular amemos a quienes
pretensiones debemos excluir con firmeza. comparten la fe o la prctica. No se puede decir que se trate de un men-
No existe una respuesta fcil e inmediata para tales preguntas. La nica saje sin ambigedad. y los resultados han sido sumamente ambiguos.
alternativa real es procurar trazar en su lugar lneas no muy claras. Es Pues aunque es claro que las autoridades religiosas por lo regular han
nuestra bsqueda constante en pos de la unificacin de lo verdadero y lo sido una fuerza de paz y de tolerancia, resulta igualmente claro que a
bu~~ El ~~aje, y no el arribo a algn utpico punto de llegada, es la menudo han sido una fuerza de vi!ncia y de intolerancia. No hay duda
acc10n positiva. Se trata de una accin moral, aunque tambin es accin que los caminos del Seor son misteriosos pero los simples mortales nos
intelectual, ms an: slo puede conducida de manera razonable una podemos sentir impelidos a tratar de darles sentido y, me atrevo a suge-
colectivi~ad verdaderamente mundial de participantes en la bsqueda. rir, a sacar de nuestros credos y de nuestras ciencias conclusiones ms
~ad~ qu~en aportar a esta bsqueda una biografa diferente, una expe- coherentes que el mero fatalismo.
nencia diferente con las prioridades, una percepcin diferente de las con- Desde luego que, en rebelin contra el dominio de las religiones, el
secuencias posibles de los caminos alternativos. Cada cual podra conte- humanismo-cientificismo de la Ilustracin apost en favor de un univer-
ner los peores impulsos o los juicios ms dbiles del otro. . salismo en verdad universal, en que todas las personas tuvierari el mismo
. En la prctica existen tres grandes variedades de universalis~os ~ue acceso por la va de la visin y el entendi~ento racionales de las verda-
tienen peso en la mente moderna. Estn los que s derivan de las religio- des eternas, y por la va de la verificacin de estas verdades en formas que

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todos pudieran reproducir. Aqu el problemJl, como sabemos, es que jerarqua de los universalismos. Para las tres parece haber sido una com-
cuando todas las personas ejercieron su visin y su entendimiento llega- petitiva carrera hacia la cima. Esto tal vez explique por qu el siglo XX, el
ron a una lista de verdides diferentes. Claro que se podra discutir (y de siglo ins universalizador en la historia de la humanidad, fue tambin el
hecho se hizo) que esta situacin era temporal, que se resolvera por ms brutal y el ms destructivo para los seres humanos..
medio de una discusin racional. Pero en la prctica esta solucin no Cuando los universalismos se emplean para destruir o para oprimir,
pareci eliminar el problema. Yel humartismo-cientificista de la Ilustra- la gente se refugia en los partiCularishlos.'Es una defensa obvia y la
cin se vio por ende obligado a crear una jerarqua de seres humanos, mayora de las veces una defensa sumamente necesaria. Y hasta cierto
segn su grado de racionalidad. Algunos eran claramente ms racionales punto funciona. Los particularismos por definicin niegan los univer-
que otros, ya fuera por su educacin,-su experiencia o sus dotes intelec- salismos. Dicen, en efecto: Somos diferentes y la diferencia es una vir-
tuales naturales. Estas personas eran especialistas en. el conocimiento. Y tud. Tus reglas no se aplican a nosotros, o no tienen efecto sobre noso-
de eso pareci seguirse que un mundo ms racional requera de la impo- tros, o estn diseadas especficamente para hacernos dao. De ah
sicin, por parte de las personas ms racionales, de las implicaciones que las corrijamos, o que de plano las rechacemos, y nuestro rechazo
prcticas de las verdades eternas que ellas perciban. De ah que el hun;ia- tiene al menos un estatus de igualdad moral con tu afirmacin de las
nismo-cientificista de la Ilustracin tomara el mismo camino ambiguo de reglas universalistas. Sin embargo, resulta que hay muchas posturas
las religiones del mundo. Por un lado, nos vimos forzados a conside,rar desde las que se pueden afirmar los particularismos, y los reclamos cul-
como racionales a todos los humanos, y por otro nos vimos obligado~ a turales hechos a nombre de los mltiples particularismos pueden tener
respetar la preeminencia y la prioridad poltica de quienes eran ms significados polticos muy diferentes.
racionales. Nos vimos forzados a respetarnos, a respetar a todos y a res-
petar en particular a los que compartan las ventajas de nuestras destre- En primer lugar estn los particularismos que respaldan los actuales
zas meritocrticas y merecan estar en posiciones de avanzada. De nuevo, perdedores en la carrera de lo.s universalismos. Los actuales perdedores
un mensaje que no careca de ambigedad. sn genricamente aquellos a los que nos referimos como minoras.
Una minora no es por principio un concepto cuantitativo, sino un rango
Al menos fueron ms directos los que basaban sus universalismos en el social; son los que se definen como diferentes (de algn modo especfico)
imperativo de que el poder crea derecho. Ellos nos dijeron, en esencia,. del grupo que es el dominante: dominante en el sistema-mundo, domi-
que lo que tiene que ser, y que las jerarquas polarizantes son y deben ser nante en cualquier estructura institucional en el interior del sistema-
el resultado de habilidades, conocimientos y virtudes morales desiguales. mundo, como lo es el sistema-estado o la estructura de clase, o las escalas
En el siglo XIX se teoriz que ello en cierto modo tena su origen en la de la meritocracia, o las construcciones jerrquicas tnico-raciales que
biologa. Las explicaciones con fundamentos biolgicos estn en descr- encontramos en todas partes. Las minoras no comienzan necesariamen-
dito desde que los nazis llevaron estas teoras a su conclusin lgica. Pero te proclamando particularismos. Con frecuencia primero intentan apelar
no teman! Ha sido fcil reemplazar esas explicaciones biolgicas con ex- a los criterios universalistas de los ganadores, en demanda de igualdad de
plicaciones culturales. Se dice que quienes detentan el poder y los privi- derechos. Pero a menudo descubren que estos criterios se aplican de tal
legios lo hacen porque son herederos de una cultura que les suministr forma que de todos modos pierden. Y por tanto recurren a los particula-
habilidades, sabidura y virtud. Obsrvese, tambin en este contexto, que rismos para enfrentar a la llamada mayora.
el concepto de cultura pasa al primer plano.
El mecanismo de estos particularismos confrontacionales es muy fami-
Sin embargo, lo que ninguna de estas tres variedades de universalismo liar. Consiste en afirmar que los perdedores de hecho estaban adelante
-la religiosa, la humanista-cientificista o la imperialista- nos ha ofreci- de los ganadores en una perspectiva amplia de tiempo en lo que se refie-
do es una teora de universalismos mltiples o siquiera una teora de una re a los criterios universalistas, pero que se les dej de lado por un acto-

124 125
ilegtimo de fuerza, y que el orden est destinado a ser revertido. O con- especie de tregua entre los grupos contendientes. En el camino, tambin
siste en afirmar que los criterios universalistas en realidad no son sino cri- hay terceros que participan en la creacin de chivos expiatorios. Ellos
terios particularistas, no mejores (de hecho, peores) que los criterios par- definen el conflicto como el resultado de enemistades eternas. Muchas
ticularistas de la minora, y que por tanto el orden est destinado a ser veces tales afirmaciones son claramente falsas, pero su consecuencia es
revertido. O consiste en negar que puedan existir en realidad criterios que culpan a los dos grupos de vctimas -al grupo original que va en des-
universalistas, que el orden siempre es una cuestin de fuerza, y que 1 censo debido a los imperativos de la acumulacin del capital y al grupo
como las minoras son cuantitativamente una mayora, el orden de rango .1 todava ms dbil al que se le echa la culpa de esto- y reducen nuestra
est destina~o a s_er revEelr~ido. O consiste en proclamar todo lo anterior :.~ 1 capacidad para analizar las causas relevantes de los mortferos combates.
d e manera simu1tanea. enfasis en esta variedad de particularismos est
Invocar los particularismos culturales en tales situaciones no es en modo
siempre en alcanzar al grupo dominante; y muchas veces en rebasar- alguno una accin positiva, aun cuando seamos capaces de entender
lo. Rara vez se trata de la bsqueda de un universalismo nuevo, salvo cmo surgieron esos particularismos. Al final, slo podemos salir de este
aquel que se pueda obtener por medio de la etiminacin total del actual crculo vicioso por medio de un llamado a los universalismos relevantes.
grupo dominante.
Existe una tercera variedad de particularismos, la de los grupos que per-
Luego estn los particularismos de los declinantes grupos situados en el sistentemente estn en el nivel ms bajo, como quiera que se les defina.
medio. Las ciencias sociales han escrito mucho al respecto. Estos grupos Que a estos grupos se les piense y que se piensen a s mismos como parti-
se pueden definir de muchos modos: clase, raza, etnicidad, idioma, reli- culares es desde luego bsico para las definiciones sociales de la identidad.
gin. Ante las incesantes presiones polarizadoras de la economa-mundo Son los parias de nuestro sistema: negros, harijanes, burakumines, indios,
capitalista, siempre hay grupos de personas cuyo estatus en la jerarqua aborgenes, pigmeos. La afirmacin de sus identidades particulares en el
del prestigio y cuyo nivel de vida van a la baja con relacin al pasado siglo xx, sobre todo al final del siglo, ha sido un elemento esencial en la
reciente. Y esa gente se muestra, de manera natural temerosa resentida movilizacin poltica de tales grupos para alcanzar los mnimos derechos
y combativa. A veces pueden concentrar 'sus furias e~ los respo~sables de polticos, econmicos y sociales. Que en algunos casos hayan exagerado sus
su descenso, quienes se defendern sobre la base de la inevitabilidad de argumentos, que de vez en vez hayan cado en un racismo en sentido inver-
los cambios en trminos de la maximizacin de la eficiencia econmica so, parece menos relevante que el hecho de que, no obstante todos sus
de la produccin en general. Pero con mucha frecuencia no es fcil per- esfuerzos, su salida de la categora de parias slo ha sido en el mejor de los
ci~ir cules acciones de los poderosos han llevado al declive. Y es as que casos moderadamente exitosa. El hecho es que los dados sociales siguen
quienes padecen esa declinacin eligen grupos de chivos expiatorios que estando cargados en contra de estos grupos. Y una de las pril)cipales armas
parecen ms dbiles que ellos (pero a los que se percibe, muchas veces que se ha empleado para mantenerlos sometidos ha sido afinnar la prima-
errneamente, en vas de. mejorar su estatus y sus niveles .de ingreso). ca de. la~ normas universalistas cada vez que ellos exige11 una intervencin
.E~to ~salgo tan conocido en todo el m.ndo desde los ltimos siglos que compensadora o ayuda para superar el acumulado efecto negativo de
m siquiera vale la pena perder el tiempo en detallarlo. Pero hay que siglos (si no es que ms) de tratamiento discriminatorio, lo que en Estados
observar que en tales situaeiones vemos particularismos feroces, con fre- Unidos recibe el nombre de affirmative action (accin afinnatiya). ~o1Jre
cuencia de una naturaleza especialmente desagradable. Y de ellos se todo, por devastadoras que puedan ser las consecuencias sociales de los
sigue q~e los grupos que son blanco de estas iras, de estos odios, respon- particularismos de los declinantes estratos medios, los particularismos de
d.en OIJando sus propio~ .PftiRulafi~mos fuertes. As ingresamos a un los grupos que estn en el nivel inferior tienden a tener consecuencias posi-
ciclo de violencia sin sentido, el cual puede durar mucho tiempo, hasta tivas para todos los estratos de la sociedad. A la larga los grandes benefi-
que los grup()S ~e agoten y ~a~bin, el rt?st9 del .~und9 y se imponga una ciarios. de la accin afirmativa sern las.llamadas mayoras.

U6
ll7
mltiples variedades de universalismos. Vamos y v~nimos. todo el tiem-
Hay un~ cuarta variedad de ~articularismos que todos conocemos bien.
po por el interior de estas variedades y en determmado tiempo Y espa-
Es el particularismo de los. snbs decadentes, ios que se enorgullecen de
cio nos casamos co~ alguna de ellas. Por otra parte, las implicaciones
polticas de cada una no estn grabadas en piedra. Su papel es una f~~
su alta cultura (de nuevo la palabra) y denuncian la vulgaridad de las
masas. No. es que las ma.sas no sean vulgares. La palabra vulgar despus
cin de la situacin social total en la que se d.an y en la que son percibi-
d.e todo viene del trmmo latino vulgo, para la gente comn. En el
das. Aunque claro que, podemos evall\~r estos papeles y lo~ pod:m?s res-
pasado, los miembros de la aristocracia definan su propia conducta como
paldar, ignorar o atacar en los trminos de nuestras propias pnondades
alta cultura Yprohiban que la gente comn se metiera en las prcticas de
la alta cultura. Por ejemplo, haba cdigos en el vestir. Pero el sistema- en cuanto a valores.
mundo moderno ha creado una democratizacin superficial de la cultu- Si observamos la larga evolucin histrica del sistema-mundo moderno
ra. A todos se nos permite introducirii's en esas prcticas. Y en todas par- vemos que las opciones entre temporalidades, universalismos Y parti~~
tes, eso es lo que hace cada vez ms gente. larismos constituyen uno de los sitios centrales de nuestras luchas pohti-
cas. Una de las armas con que los poderosos han contado ha sido la. de
Los snobs decadentes son en realidad ese segmento de la clase alta, que confundir la definicin de estos debates, con lo que los han oscurecido,
se ~ncue~tr.a sobre todo entre quienes han ido perdiendo su riqueza, que usando una imaginera que implica que el tiempo y el espacio. son sim-
estan decididos a conservar su separacin cultural de las masas. Esto crea plemente contextos dentro de los cuales vivimos, y no constr.uccio~es que
un juego ~urioso. En la medida en la que la gente comn y corriente imita le dan forma a nuestras vidas. Y el universalismo y el particularismo se
o se permite todas las prcticas y los artefactos culturales definidos como definen como antinomias crticas que nos son dables para analizar todos
altos, stos son redefinidos como vulgares. Y los snobs decadentes
los actos sociales y entre cuyas prioridades debemos elegir, de una vez Y
salen corriendo en busca de nuevos artefactos y de prcticas nuevas. Uno
para siempre. Esto ha sido til para los ganadores pero de ningn modo
para los perdedores: tal es la rain ms urgente por la ~ua~ _debemos
de los sitios en los que encuentran tales prcticas es precisamente el de
las prcti~as antisistmicas de protesta de los grupos que siempre estn impensar7 esta antinomia y procurar que nuestra apre~mcion de las
hasta abajo. Esto crea una tensin permanente, pues todo el mundo ree-
opciones que tenemos a la mano sea bastante ms compleja.
vala ~onstantemente esos artefactos y prcticas, en medio de una gran
confusin, una reetiquetacin frecuente y una gran lucha por apropiarse Tampoco la cultura est simplemente ah. Su definicin misma es un
campo de batalla, como ya lo discut antes Ms an, los usos del co~
8
de los derechos sobre ellos.
cepto de cultura son diversos, como he tratado de mostrarl~ en esta dis-
Una quinta especie de particularismo es el de las lites dominantes. No cusin. Hoy una de las tareas ms apremiantes de los estud10s c~lturales
es el mis~o que eI de los snobs decadentes. Pues no se presenta como alta consiste en distanciarse emocionalmente de la cultura, en considerar al
cultura, smo como un conjunto bsico de presupuestos culturales, lo que concepto mismo de cultura, as como a los estudiosos del con~epto, como
he llamado geocultura, la parte oculta de la geopoltica6 Esta forma de un objeto de estudio. Del mismo modo, necesitamos profundizar nuestra
particularismo se esconde tras la pantalla del universalismo -en el comprensin de la poltica as como de la econo~~a de la cultu;a ..La san-
~und~ de hoy, como universalismo de la racionalidad. Esta forma de par-
tsima trinidad de la ideologa liberal -lo pohtico, lo econormco Y lo
ticulansmo emplea la denuncia del particularismo como el medio ms sociocultural- es una de las armas ms opresivas del particul~ris1_11? .de
eficaz para afirmar su propia primaca. En Estados Unidos hemos llega- los estratos dominantes. Tal vez esta trinidad sea el concepto mas dificil Y
do a llamar a los debates que de esto resultan guerras culturales -- de ms necesario de impensar. De poder, borrara los tres adjetivos de n~es
nuevo la palabra! tro vocabulario. Pero no creo poder hacerlo, todava, por un solo motivo:
~esde luego que estas variedades mltiples de particularismos ya no porque no estoy seguro de con qu reemplazarlos.
estan gobernadas por la ley del tercero excluido como no lo estn las
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U8
As las cosas, estn en conflicto las culturas? Sin duda, aunque asen-
ro ue aun as su naturaleza la han de moldear fundament~lmente nu~s
tarlo no nos dice mucho. Debemos ser conscientes de que el sistema his-
trico en el que vivimos prospera por el esfuerzo de convertir todo en e~
tro; actos en esta etapa de transformacin en la que libre al~~dno
arece encontrarse en su punto ptimo. Por_l~i~o, he dicho tai:nb1en que
~l ~ea ~eJor, ~~oro
mercancas. La alta cultura ha sido convertida en mercanca al menos
durante dos siglos, y los ltimos cincuenta aos han visto un ascenso incierto resultado puede ser un sistema histonco que
espectacular en el grado en que la alta cultura es una empresa provecho- ms o menos parecido al actual, pero que es nuestra obhgac10n pohhca y
sa para todos los involucrados: quienes manufacturan los productos cul- moral buscar que sea mejor.
turales y los artistas cuyos productos se empaquetan. No repetir aqu mi argumentacin para mostrar la ex~stenci~ de un~
En los pasados veinte aos vimos que tambin la cultura de la protesta crisis estructural ni la cronosofa que estoy usando. Ms bien qmero deh-
se volvi una mercanca. No se afirma la propia identidad, se paga para near los posibles nosotros y los correspondientes otro.s en este cru-
afirmarla y se paga para observar a otros afirmar su identidad, y algunas cial periodo de una lucha que es a la vez poltica, econmica y cultural.
personas llegan incluso a vendernos nuestra identidad9 Se tienen dere- Permtaseme empezar rechazando algunos de l~s .nosotros posib~e~.
chos de autor sobre la cultura. En estos das hay un conflicto entre los Yo no creo que estemos viviendo, o que debamos v1~Ir, ,un_ choque de c1v1-
productores de msica en forma de discos compactos que buscan vender lizaciones en el que el mundo occidental, el mundo ISlam1co y un mundo
sus productos y quienes operan sitios de Internet que permiten a los con- asitico oriental se encuentren enfrentados ent~~ s. Algunas personas
sumidores bajar sin costo alguno estos discos compactos. Claro que el querran que lo pensramos as con el fin de debihtarnos para las verda-
sitio en la red espera hacer dinero con la publicidad que se coloque ah. deras batallas. Pero veo muy pocas evidencias verdad~ras de tal c~~que,
Virtualmente nadie en esta disputa habla en favor de la verdadera des- fuera de la retrica de los polticos y de los comentanst~s. L~s multiples
mercantilizacin de los productos culturales. universalismos y particularismos que trac existen en el I~tenor _de .c~Ja
La cultura que pagamos es para desplegar la expresin de nuestra una de estas supuestas lides civilizatorias y no en proporciones s1gmflca-
herencia o de nuestras almas o incluso de 'nuestras demandas polticas, o tivamente distintas.
es la interiorizacin de los valores que se nos han impuesto para ganan- Es cierto que el choque de civilizaciones es una frmula para definir los
cia de quienes obtienen una renta por la transmisin de estos desplie- Conflictos norte-sur. Aunque crea que los conflictos norte-sur son una
gues? O es que podemos distinguir entre ambos? Ni siquiera el folklo- r d d poltica fundamental del mundo contemporaneo , - y cmo
re, definido tradicionalmente como una no mercanca, se libra de esta r~~~:n no serlo en un sistema-mundo que se polariza constantemen-
profunda participacin en la interminable acumulacin de capital. fe?- no concluyo que la virtud derive de la geografa ni qu~los voceros
Quines somos entonces? Quines son los otros? La respuesta de- de cada lado necesariamente reflej~n en todo momento los mteres~s del
pende de cul sea la lucha que estemos dando. Es una lucha local, nacio- ue dicen representar. Hay muchos intereses cruzados en JUeg_o,
grupo q eta sm
nal o global? Esto depende tambin de cmo valoremos lo que est suce- muchos absurdos tcticos, como para que algmen se comprom
diendo en el interior de nuestn~ sistema histrico. Hace ya tiempo que reservas con uno u otro lado en el zafarrancho sin fin. Sin ~mbargo, con
sostengo que nuestro sistema.histrico, la economa-mundo capitalista, se 1 'n al punto bsico de que la polarizac.in debe termmar Y que se
re ac10 . . l d I
encuentra en una crisis estructural. He dicho que estamos eri una etapa deben tomar medidas drsticas para volver eqmtatlvo el emy eo e os
catica, que se est dando una bifurcacin y que durante los prximos recursos del mundo siento que no puede haber error. Para m1 se trata de
cincuenta aos no slo dejar de existir nuestro sistema actual, sino que una prioridad moral y poltica.
aparecer uno nuevo. Por ltimo, tambin he dicho que la naturaleza de Se delinea entonces el<mosotros en l.a lucha de clases? Bueno, desde
este nuevo sistema es intrnsecamente incognoscible por adelantado, pe- luego, pero qu quiere decir esto exact~mente? ~odemos. trazar una
,'

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mismo conflicto latente -y no tan latente. Pero lo mismo sucede con una
lnea ~ntre quienes viven de ,la plusvala que otros producen y quienes larga lista de estados en todo el mundo: De aqu .concl~y~ q~e invo~ar la
~o retienen toda la plusvala que produce, y podemos decir que esta identidad nacional es semejante a una mtervenc1n qmrurg1ca de nesgo.
~m~a ~s la que separa a la burguesa del proletariado, o usar un lengua- En ciertas situaciones puede ser esencial para sobrevivir (o al menos para
je s1mtlar. Pero de hecho, por supuesto, dentro de cada una de estas cate- mejorar la salud), pero cuidado con. el cirujano. (el lder poltico) cuy~
goras. existe una compleja jerarqua interna que se superpone. El siste- mano falla o con los eft(ctos laterales q~e ningn cirujano (el lder polti-
ma existente no ha creado dos clases homogneas -mucho menos una
hum~nidad homognea-, sino una maraa de privilegios y explotacio-
co) pudo haber previsto.
nes. Ese es el motivo por el que tenemos tal variedad de particularismos. Si por tanto yo rechazo la civilizacin, la clase y la nacin como ~rit~
No ~s tarea fcil reducir esta imag~n a dos campos, como lo demostr rios fciles y directos del nosotros -por no hablar de raza, un cnteno
precisamente Karl Marx en su clsico anlisis poltico, El dieciocho bru- totalmente pernicioso e inventado-, con qu nos quedamos para nave-
mario de Luis Bonaparte. Si hasta Mao Zedong insista en que la lucha gar, durante los prximos cincuenta aos, por las .d~fciles agu,as ~e una
de clases continuaba dentro de la sociedad socialista, se nos hace cobrar transicin catica del sistema histrico en el que vivimos a algun sistema
conciencia de lo prudentes que debemos ser al definir el nosotros so- alternativo en el que nuestros descendientes puedan vivir? No es nada
bre la base de la clase. fcil de definir.
Luego est el nosotros de la nacionalidad. El nacionalismo ha de~os Empecemos por afirmar los objetivos morales y polticos. Cuan? un
trado ser un .P?~roso llamado. a la solidaridad en los pasados dos siglos sistema histrico se encuentra en crisis nos podemos mover, segun me
Y hay pocos mdicios de que este llamado haya desaparecido del horizon- parece a m, en una de dos direcciones bsicas. Se pu~de trata.r d.e pre-
te. Todos somos conscientes de los conflictos que el nacionalismo ha ali- servar la estructura jerrquica del sistema-mundo existente, si bien e~
ment~do e~tre los estados. Pero quiero que recordemos los conflictos que
formas nuevas y tal vez sobre nuevas bases. O podemos tratar de reduc~r
el nacionalismo ha alimentado dentro de los estados. Pues el nacionalis- en la medida de lo posible, si no es que eliminar por completo, las desi-
mo no es un bien gratuito. gualdades. Y de ah se sigue que la m~yora de n?sotros (aunque n?
todos) optar por una de las dos alternativas en fu~cin. del grado de ~n
Vase a Japn. En la etapa post Meiji, el nacionalismo se convirti en vilegios que gocemos en el sistema actual. De ah se sigue que po~nan
un arma til para construir el Estado moderno, un Estado que fue pode- emerger dos grandes bandos de personas y que tales bandos no se iden-
roso, que alcanz sus objetivos en trminos de elevar el estatus relativo tificaran por la civilizacin ni por la nacin, ni siquiera por las actuales
de J~pn en el sistema-mundo. El nacionalismo condujo en ltima ins-
definiciones de su situacin de clase.
tanci~ ~la toma de Corea, a la invasin de China, a la conquista del sures-
No es difcil predecir la poltica de estos dos bandos. El bando que est
te asiatico y al ataque a Pe,arl Harbor. Japn perdi la Segunda Guerra
en favor de las jerarquas gozar de los beneficios de su riqueza actual, de
Mu?dial.y padeci el costo atroz de Hiroshima. Despus de la guerra, el
nacionalismo se volvi un elemento de conflicto interno en Japn. Exis- su poder para emplear la inteligencia~ la_ sofistic~c.in, por ~o h~blar ~e~
armamento. Sin embargo, su fuerza, si bien marufiesta, esta sujeta a
ten los que temen que cualquier despertar de los smbolos nacionalistas
podra disparar la restauracin del rgimen militarista, agresivo, interna- lmite, el de la visibilidad. Como por definicin este bando representa a
la minora numrica de la poblacin del mundo, debe atraer a otros para
mente represivo. Y existen los que sienten que slo a Japn se le est
que la apoyen apelando a otros temas que no sean la jerarq~a. Debe
negando su identidad nacional(ista), en detrimento de los llamados valo-
hacer menos visibles sus prioridades. Esto no siempre .es fcil_ Y e? la
medida en que lo logre puede causar confusin y reducir l~ sohdandad
res tradicionales.
Japn no est solo en este conflicto sobre la utilidad de la identidad entre sus miembros cruciales. Por lo que no se trata de un tnunfo segu~o.
nacional(ista). Tanto China como Estados Unidos viven afligidos por el
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En contra del anterior estara el bando de la mayora numrica. Pero denstreit entre las metodologas idiogrficas y las nomotticas, es un
ste es un bando muy dividido, dividido por los mltiples particularismos invento reciente en realidad. No tiene ms de doscientos o doscientos
e incluso por los mltiples universalismos. La frmula que puede superar cincuenta aos y es en s misma una creacin primordial del sistema-
esta desunin ya se ha proclamado: es la frmula de la coalicin arco mundo moderno. Se trata de algo profundamente irracional tambin,
iris. Pero esto es ms fcil de decir que de llevar a la prctica. En esta fr- toda vez que la ciencia es un fenmeno cultural, prisionero de su propio
mula las ventajas de cada uno de los participantes son a mediano plazo y contexto cultural, y las humanidades no tienen un lenguaje que no sea
sucede que a cada rato se nos imponen las consideraciones de c9rto plazo. cientfico, pues de otro modo no podran comunicar coherentemente su
Rara vez tenemos la disciplina, o incluso los recursos, para ignorar la ven- mensaje a nadie10
taja a corto plazo. Como individuos, a fin de cuentas, vivimos a corto Algo que todos nosotros necesitamos hacer es leer mucho ms. La lec-
plazo. Slo colectivamente vivimos a mediano plazo y slo as podemos tura es parte del proceso de descubrimiento terico, de dese.nterrar las
situar tal temporalidad alterna en nuestro esquema de prioridades. Y pistas y vnculos que estn bajo la masa de los productos sedimentados
cuando se piensa en crear no una coalicin arco iris a nivel nacional sino del saber. Tenemos que encaminar a nuestros alumnos hacia la reflexin
a nivel global, nos damos cuenta de lo formidable que es esa tarea ~olti sobre asuntos epistemolgicos fundamentales. Tenemos que dejar de
ca y del poco tiempo que hay para forjar semejante coalicin.
tenerles miedo ya sea a la filosofa o a las ciencias, pues a la postre son la
Cmo se logra esto? En parte, se trata de una tarea poltica que debe y
misma cosa slo podemos ejercer una ejerciendo ambas o reconocien-
darse simultneamente en los niveles local, nacional, regional y global. do que son una sola empresa. En el camino llegaremos a ser cabalmente
Hay que concentrarse, para que esa coalicin tenga sentido, en la cues- conscientes de los mltiples universalismos que gobiernan nuestro uni-
tin a mediano plazo del tipo de sistema sustituto que queremos cons- verso y empezaremos por primera vez a ser sustancialmente racionales,
truir, sin ignorar al mismo tiempo el problema a corto plazo de aliviar las es decir, a llegar a consensos, por pasajeros que sean, sobre las p1iorida-
miserias que existen en el sistema. No creo que sea m.i funcin pasar a des de los valores y de las verdades en un universo en el que debemos
delinear una estrategia poltica. Quiero ms bien concentrarme en las tomar opciones y por tanto ser creativos.
aportaciones intelectuales que las ciencias sociales pueden hacer en esta ' S1 los cientficos sociales, no, si todos los universitarios -del campo que
era de transicin.
sean- son cpaces de lograr esta reconstruccin de su quehacer -y se
En mi opinin lo primero que podemos hacer es impensar las catego- trata de un S, enorme-, habremos contribuido masivamente a las
ras de las ciencias sociales que el sistema-mundo existente nos ha here- opciones histricas que todos por necesidad estamos tomando en esta era
dado y que tanto nos han maniatado en nuestros anlisis, no nada ms de de transicin. Tampoco ste ser el fin de la historia. Pero al menos nos
la realidad actual, sino .de las alternativas posibles que podramos cons- permitir seguir adelante con un paso mejor.
truir ante ella. El primer paso es reconocer la existencia de temporalida-
Se dice que hay un refrn de la dinasta Qing: El pueblo les teme a los
des mltiples, de universalismos mltiples, de particularismos mltiples.
gobernantes; los gobernantes les temen a los demonios extranjeros; los
Pero necesitamos bastante ms 9ue s~mplemerite reconocer su existencia.
demonios extranjeros le temen al pueblo. Claro que los Qing ya cono-
Debemos empezar a imaginar cmo encajanjuntos y cul es la mezcla
ptima y en qu sii~aciories. :Esta es la agenda para una gran reconstruc-
can el sistema-mundo moderno. Pero nosotros, el pueblo, tambin somos
los demonios extranjeros. Al final no hay otros, o al menos no hay otros
cin de nuestros sistemas de saber.
que no podamos controlar si colectivamente nos proponemos hacerlo,
l_fasta ahora no he mencionado las dos culturas: la supuesta divisin discutindolo, ponderando ~lternativas y eligiendo, con creatividad. En
e?1~t~molgica fundamental entre las humanidades y las ciencias; 'Esta un mundo construido socialmente, somos nosotros quienes construimos
d1Vls1n, reproducida en el interior de las ciencias sociales como Metho- el mundo.
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\
\
--
NOTAS ,. VD. LA DEMOCRACIA: RETRICA O REALIDAU~
...
l. Paul Gilroy, gainst Race: Imagining Political Cuure Beyond the Color Line, Har- ',I'

vard University Press, Cambridge, 2000, p. 72.

2. Esta ponencia se present originalmente como una Y. K. Pao Distinguished Chair


Lecture, en el Centro de Estudios Culturales de la Universidad de ciencia y Tecno~
loga, Hong Kong, 20 de septiembre de 2002.
3. Andr Fontaine, Histoire de la Guerre Froide, 2 vols., Fayard, Pars, 1983. (Historia de
la Guerra Fra, Caralt, Barcelona, 1970). .
4. Sobre el concepto de cronosofa, vas; Krysztof Pomian, The Secul~r Evolution
LA DEMOCRACIA Y EL SISTEMA-MUNDO HASTA HOY
of the Concept of Cycles, Review 2, n. 4, primavera de 1979, pp. 563-646. Pomian
emplea el trmino en contraste con cronometra y cronologa, y dice: La cro- La democracia se ha convertido hoy en la consigna de todos. .Q~:~..,~~ ~~
1
nosofa habla del tiempo; hace del tiempo el objeto de un discurso o ms bien del sostiene que la democracia es algo bueno y qu poltico no afir.11;\ ~~ ''
discurso en general, pp. 568-69. gobierno del cual l forma parte la practica, y el partido que d R'f'l~~~._..
5. Vase l. Prigogine, The End of Certainty, cit. Ntese que el ttulo original en francs, ta desea preservarla y extenderla? Cuesta trabajo recordar que tt\' ~~:
La fin des certitudes, usa el plural certezas. mucho, en la etapa que va de 1a R evoluc1on " ',l"~
. , francesa a1menos t1".:''' ', ... ,
6. ste es el ttulo de la segunda parte de Immanuel Wallerstein, Geopolitics and Geo- democracia era una palabra que empleaban nicamente I_l"IS t:d~:~:
culture: Essays on tlze Clzanging World-System, Cambridge University Press, Cam~ peligrosos1 Demcrata fue la etiqueta de numerosas organ11a':1.'l'\{:'::
bridge, 1991. extrema izquierda en las dcadas de los treinta y cuarenta dd s~h' '\,'\
7. En ingls: unthink. Lo traduzco aqu co1U:o impensar ya que as existe en el ttulo Para las potencias que existan en la poca de la Santa Ali:mrn . :\1.'n:'.~\' ~
de uno de los libros de Wallerstein: Impensar las ciencias sociales: Umites de los para-
. de ser demcrata era un poco como acusar a a1gmen
algmen . l :1 c.:' se.
" f '")i\\\l-

digmas decimonnicos, cit. [T.]. nista en la etapa posterior a 1945.


8. Culture as the ldeological Battleground of the Modern World-System, Hitotsubas- Despus de 1848, cuando Mazzini -quien.se llamaba a s mistnl' '-:nh'.
hi Journal of Social Studies, 21, n. 1, agosto de 1989, pp. 5-22, reimpreso en l. Wallers- crata- se enfrasc en gran polmica con los socialistas, t:sh.'S nlt~nh~~
'~t'll l:l\\
1
tein, Geopolitics and Geoculture, cit., pp. 158-83 (La cultura como campo de batalla. .
aa d ieron el t rmmo
. Socia . l a su consigna;
. ellos d ecrnn ' c.:s"t'lr
, . l , t~'\'
ideolgico del sistema-mundo moderno, en S. Castro-Gmez et al. (comps.), Pensar de una repblica democrtica y social3 Este tal vez sea el ongcn 1. ~
(en) los intersticios: teora y prctica de la critica poscolonial, Centro Editorial Jave- . .
mino posterior socialdemcrata, pens ndose necesana . 1a l )i.;tll\'"'"
: .
1
riano, Santa Fe de Bogot, 1999, pp. 163-87).
social porque la sola palabra demcrata ya no denotaba rnd1l"n\~,l:tl .'
9. Vase una discusin excelente de este fenmeno en Gilroy, Against Race, cit., cap- pues ya se la haban apropiado otros cuyas polticas eran m;\s l"ClltnslI:<.
tulo 7 y passim. . . , , . "\ ll)l\'S St'
Hara falta otro medio siglo cuando menos para que los cons1. t' t
10. Mis argumentos para elaborar esta tesis se encuentran en Ja segunda parte, El apropiaran tambin de ella.
mundo del saber, en l. Wallerstein, The End of the World As We Know /t: Social
Todo depende del contemd o que asignemos a una pa 11b1"1 ., 1.\1:11
.
Science far the Twenty-First Century, University of Minnesota Press, Minepolis, . .
qmer palabra. Uno de los usos posibles de democracia, un.1 t 1.
1,fi11k11.)I\ ,
1999. 1
hoy en da muy difundida, designa la libertad frente a un pmkr P1111111 , 1..u,
arbitrario. Segn esta definicin, la democracia es ms o mt:iws n '
.
hzacin de un programa pohtico , . de. corte m
. d"1v1"d ua iis t a ib 'rnl t q11l
1 c.:
1

1.1'7
136
desde el exterior indica cun demcrata es un pas es si hay o no elec- Pero asimismo sabemos que para un individuo promedio rara vez las
ciones libres en las que contiendan muchos partidos, si existen o no libertades civiles ocupan un lugar prominente en su agenda poltica, aun-
medios de comunicacin que no estn bajo el control poltico directo que se las vea como algo deseable. Y en los estados en los que el rgimen
del gobierno, si es posible o no practicar una fe religiosa sin la interfe- respeta en buena medida las libertades civiles, stas rara vez parecen ser
rencia del Estado; en suma, es el grado en el que todas estas cosas que suficientes para colmar la idea que un individuo promedio tiene de lo que
por lo general se sintetizan como libertades civiles se practican den- define a una sociedad democrtica. Si lo fueran, no tendramos tanta indi-
tro de las fronteras de un determinado Estado. ferencia poltica y tanta abstencin poltica. Cuando vemos a los llama-
Al usar esta definicin, el desarrollo histrico de la democracia tiende dos estados liberales, aquellos que cuentan con niveles relativamente
a ser descrito como si hubiera seguido una lnea curva. El modelo teri- altos de libertades civiles, descubrimos toda una serie de asuntos que pre-
co al uso comienza implcitamente con el momento de un monarca ocupan a la mayora de la gente, que provocan sus quejas y que forman
absoluto o su equivalente. Parte del proceso es quitarle las decisiones al parte de sus prioridades polticas.
jefe del ejecutivo, o al menos forzarlo a compartir sus poderes con una Me parece que las quejas se pueden agrupar en tres grandes catego-
legislatura electa. Limitar el grado en el que el Estado puede intervenir ras: quejas sobre corrupcin; quejas sobre desigualdades materiales;
en la llamada esfera privada es otra parte de este proceso. Asegurar que quejas sobre la inclusividad inadecuada de la ciudadana. Empecemos
a los crticos ni se les silencie ni se les castigue es otra parte. Empleando por la corrupcin. Sobre este tema hay un enorme .desencanto, como
estos criterios, encontramos que hoy en da la imagen parece mucho ms podra esperarse. Sera difcil nombrar a un solo gobierno en el mundo
brillante en el mundo paneuropeo (Europa, Amrica del Norte, Austra- que en los ltimos cien aos no haya conocido uno, varios, muchos es-
lasia) y menos buena, en muy diversos grados, en el resto del mundo. cndalos de corrupcin. Claro que de nuevo aqu se trata en parte de un
Parte del furor que suscit la inclusin del partido de Jrg Haider en el asunto de definicin. Si por corrupcin entendemos la compra que se
gobierno austriaco fue el temor .de que Austria comenzara a verse menos realiza <lesde el mbito de lo privado de los servicios o de las decisiones
bien para esta suerte de medicin4 Cuando los actuales polticos de.Occi- de \ina figura pblica, ya sea un poltico o un servidor pblico, desde
dente se refieren a cun democrtico es un determinado pas, es as como luego sucede todo el tiempo, con frecuencia bajo la forma de comisio-
lo miden por lo general. De hecho, desde hace muchos aos, usando pre- nes subrepticias provenientes de los contratos con el gobierno. Esa
cisamente estos criterios, el gobierno estadounidense ha emitido cada corrupcin tal vez sea la ms frecuente en los pases ms pobres o es la
ao mediciones formales sobre otros gobiernos. que con ms frecuencia se reporta. En el caso de los pases ms pobres,
Ciertamente, las libertades civiles son en verdad muy importantes. y nos muchas veces los corruptores son extranjeros provenientes de pases
damos cuenta de lo relevantes que son cuando se ven constreidas seria- ms ricos, tanto capitalistas comq,.representantes de otros gobiernos.
mente. Bajo los regmenes que limitan las libertades civiles, a los que por Sin embargo, el soborno descarado es un tema menor.
lo general etiquetamos como dictaduras, siempre se cia una cierta resis- Un asunto mucho ms fundamental es el grado en que el dinero com-
te~cia, en particular de parte d~ quiynes desean expresarse pblicamente r pra acceso. Este tipo de corrupcin es la dominante en las operaciones de
-mtelectuales, periodistas, polticos, estudiantes-, una oposicin que los regmenes de los estados ms ricos; precisamente aquellos con 101>
puede ser profundamente clandestina si la represin es lo suficientemen- mejores historiales en lo que toca a las libertades civiles. La poltica en un
te severa. Cuando por la razn que sea el rgimen se debilita y es derro- sistema multipartidista es un juego de muy costosa conduccin y cada vez
cado de alguna manera, una de las cosas que la gente tiende a celebrar es se vuelve ms y ms caro. La mayora de los polticos y de los partidos
e! ~al de esas fonrias de represin. Por eso sabemosque tales libertades polticos tienen necesidades financieras que van mucho ms all de 10
c1vi.les son valoradas, apreciadas y utilizadas cuando y en donde existen. que pueden sufragar las aportaciones relativamente pequeas de sus

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\
masas de .simpatizantes. Todo~ sabemos lo que sucede como resultado. Otra posibilidad, sin embargo, est en redefinir lo que entendemos por
Los contnbuyentes ms acaudalados -individuos o grupos corporati- democracia, ampliando la definicin anterior e insistiendo en los resulta-
vos- ot:ecen grandes sumas de dinero, a veces a muchos de los partidos dos sustantivos, adems del mero proceso electoral. Desde luego que
contendientes a la vez. Y a cambio esperan una cierta cantidad de simpa- durante los dos ltimos siglos el proceso electoral ha conocido un desa-
ta. tcita para sus necesidades y el.acceso explcito para sus cabilderos. rrollo importante. Hemos llegado, en casi todos los estados, a una norma
En te~ra, los capitalistas operan por la va del mercado y quieren que sobre el sufragio adulto universal. Se tra,~a d un cambio estructural
los gobiernos se mantengan fuera de las operaciones del mercado. En la mayor si vemos en dnde estaba el mu'ndo hace doscientos aos. Y como
prctica, como lo sabe cualquier capitalista, los gobiernos son cruciales ya lo sealamos, al sufragio adulto universal se le celebra como el adve-
para el xito de sus mercados de rr:my diversas maneras: porque hacen nimiento de la democracia. Si estudiamos la historia de la expansin del
posibles o imposibles los monopolios relativos, porque son compradores sufragio5, vemos de inmediato que siempre fue el resultado de una lucha
a una ~s~ala cuasimonopsonista de bienes costosos y porque manipulan poltica. Y vemos tambin que la ampliacin del sufragio tendi a ser una
las decisiones macroeconmicas, incluyendo desde luego los impuestps. concesin de quienes estaban en el poder a los movimientos de quienes
No hay capitalista serio que se pueda permitir ignorar a los gobiei:nos, el carecan del sufragio.
propio Y el de cualquier otro pas en el que opere. Pero como los polti- El debate principal entre quienes controlaban la maquinaria poltica
cos deben darle prioridad a su ascenso al poder o a permanecer en el cada vez que se discuta esa ampliacin del sufragio fue siempre un deba-
poder y tienen grandes necesidades financieras, no hay un solo capitalis- te entre los temerosos -que se hacan pasar por los ms duros- y los
ta serio que pueda ignorar esta obvia fuente de presin sobre los gobier- sofisticados. Los temerosos eran los que sostenan que permitir un acce-
nos, o perder frente a la competencia o ante intereses hostiles. Por tanto so ms amplio al sufragio resultara en cambios significativamente nega-
~os capitalistas serios no ignoran a los.gobiernos y ningn capitalista seri; tivos en el control de la maquinaria del Estado, y colocara el poder pol-
ignora el hecho de que los polticos tienen grandes necesidades financie- tico en manos de personas que desmontaran el sistema social existente.
ras. En consecuencia, la corrupcin es absolutamente normal e inextrica- ste fue el tema de las masas astrosas que amenazaban con desplazar
ble de la actual vida poltica de la economa-mundo capitalista. a las personas con peso social. Los sofisticados eran los que sostenan
Sin embargo, la corrupcih no es simplemente ilegal; va contra las nor- que, por el contrario, una vez que se les concediera .el s~fragio, las clases
mas continuamente proclamadas de un gobierno honesto y de una buro- peligrosas se haran, por el solo hecho de su inclusin nominal en el pro-
cracia neutral. Cuando a diario se viola una norma central, el nico resul- ceso poltico, menos peligrosas, y que los temidos cambios polticos no se
tado posible es la propagacin del desencanto. Y eso es lo que tenemos. daran o resultaran menores.
El desencanto puede llevar a diferentes respuestas. Una de ellas es meter El incremento de las concesiones defendido por los sofisticados acab
a~ a los nuestros. Otra es dar la batalla para limitar el dao de la corrup- por ser ampliamente adoptado y result que los sofisticados estaban en
c1on. Una tercera es retirarse de la participacin activa en la poltica. lo cierto en cuanto a que ese sufragio ampliado no llev al derrocamien-
Cada una de estas respuestas tiene sus limitaciones. El problema con to del sistema. Por el contrario, las concesiones dieron la impresin de
meter ah a los nuestros consiste en que esto rara vez cambia el abismo acabar con las inclinaciones revolucionarias de la grey astrosa. Pero,
entre la norma y la realidad. El problema de intentar poner un lmite al claro, esto se debe en parte a que las concesiones fueron ms all del
dao radica en que es tan difcil de hacer -casi imposible- que con fre- mero sufragio. El segundo conjunto de concesiones es el que llamamos
cuencia no parece que valga la pena tomarse la molestia de intentarlo. Y genricamente el del Estado benefactor. Si definimos esto en trminos
esto lleva a ms y ms gente a optar por la tercera respuesta, la retirada, generales como toda accin del Estado que apoye y haga posible el inc:e-
lo que permite al corrupto reinar sin molestias. mento en los niveles salariales, ms cierta redistribucin de las ganancias

140
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a -cargo del Estado, entonces sin duda hemos disfrutado hasta cierto inconcebibles. Por otro, estos programas han beneficiado fundamental-
punto del Estado benefactor durante ms de un siglo y en casi todo el mente a esa parte de la poblacin del mundo a la que podramos llamar
mundo, aunque es claro que en grados muy diferentes. los cuadros del sistema, o estratos medios. En un pas del tercer mundo,
De hecho, podemos dividir los beneficios del Estado benefactor en tres apenas un cinco por ciento de la poblacin ocupa esa categora, mientras
categoras principales que responden a tres tipos fundamentales de que en los estados ms ricos, tal vez cuarenta o sesenta por ciento de la
demandas que la gente promedio ha hecho a los estados. Las categoras poblacin est incluida.
son salud, educacin e ingresos vitalicios. Casi todas las personas desean As las cosas, vista a travs de los lentes de las estadsticas nacionales,
prolongar la vida y la salud lo ms posible, para ellas y para sus familias. resulta que en una minora de estados la mayora de la poblacin hoy est
Casi todas las personas desean educacin para s mismas y para sus hijos, mejor que sus ancestros hace doscientos aos. Al mismo tiempo, la pola-
sobre todo con el propsito de mejorar sus oportunidades de vida. Y casi rizacin social del sistema-mundo ha seguido adelante, no slo entre los
todas las personas se preocupan por las irregularidades del ingreso real a pases, sino en el interior de los pases. Ms an, esta polarizacin no es
lo largo de su vida y no slo desean incrementar sus ingresos actuales, slo relativa, sino que para una parte de la poblacin del mundo :-difcil
sino minimizar las fluctuaciones drsticas. Todas estas aspiraciones son de medir pero no tan difcil de observar- la polarizacin es absoluta.
razonables desde luego. Y se l;J.an visto regularmente reflejadas en sucesi- Y adems, aunque los efectos redistributivos del Estado benefactor han
vos programas polticos. sido bastante peores de lo que estamos dispuestos a creer o de lo que nos
De hecho, no ha sido poco lo que se ha obtenido en estos terrenos a lo dicen todo el tiempo los propagandistas del sistema-mundo, tambin es
largo de los pasados doscientos aos. En el terreno de la salud, hemos verdad que son considerables los costos de la redistribucin lograda, y
tenido gobiernos dedicados a mejorar las condiciones sanitarias, la ofer- eso se refleja en las tasas tributarias relativamente elevadas de los pases
ta de medicina preventiva -como la vacunacin masiva - , el subsidio a ms ricos. Los que pagan impuestos se quejan sin cesar de que son exce-
hospitales y clnicas, la expansin de la educacin mdica y la oferta de sivos. Pero es verdad que la tasa fiscal es bastante ms elevada hoy que
diversos seguros mdicos, as como de ciertos servicios gratuitos. En el hace cincuenta, cien, doscientos aos, tanto para los estratos altos y
terreno de la educacin, si bien hace doscientos aos casi nadie reciba med.ios de la poblacin del mundo como para las empresas capitalistas.
una educacin formal, hoy en da la educacin primaria es asequible en A decir verdad, los capitalistas tienen vent~jas en esta redistribucin,
todas partes, la educacin secundaria se ha ampliado -si bien de mane- toda vez que ella incrementa la demanda real. Pero no es del todo segu-
ra irregular- y hasta la educacin en el tercer nivel est al alcance de ro que la demanda real ampliada sea mayor que el mordisco fiscal,
un nmero significativo de personas, cuando menos en los estados ms medido en el largo plazo. Y esto es verdad por una sencilla razn. Pol-
ricos. En cuanto al ingreso garantizado de por vida, contamos con pro- ticamente, la demanda popular e":favor. de la democratizacin se ha
gramas de seguro de desempleo, pensiones para la vejez y otros mtodos traducido en una curva ascendente constante en la demanda de redis-
para atenuar las fluctuaciones a lo largo de la vida. Por otra parte, com- tribucin, expandindose no slo hacia arriba dentro de los pases, sino
parados con los de salud y educacin, los programas para garantizar un tambin hacia el exterior a cada vez ms pases, y por tanto hacia arri-
ingreso vitalicio estn distribuidos ~on mayor irregularidad en todo el
ba dentro del sistema-mundo como un todo.
sistema-mundo.
Ahora bien, este tipo de democratizacin es menos popular con los
Debemos ser cuidadosos sobre cmo evaluamos estos beneficios del
capitalistas en general que las libertades civiles; y la lucha por limitar la
Estado benefactor. Por un lado, constituyen una diferencia estructural
redistribucin, por revertir...el patrn y r~pucir la tasa hasta donde se
notable en contraste con la situacin de hace doscientos aos: cuarido casi
pueda, es el pan de cada da de los programas polticos conservadores. No
todos estos programas y mecanismos eran desconocidos y polticamente

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tengo duda de que las fuerzas s~mservadoras obtienen repetidamente vic- pases de los que somos ciudadanos. Siempre ha habido personas solida-
torias que les permiten frenar el aumento o incluso reducir los niveles de rias con los movimientos en otros pases en favor de la justicia social o de
redistribucin. Pero si se observa esto a lo largo de unos doscientos aos, los derechos ciudadanos, o en favor de la liberacin nacional. Ha habido
me queda claro que los impuestos han seguido una lnea ascendente. individuos cosmopolitas que se han ido a otros pases para participar en
Cada descenso ha sido pequeo comparado con el aumento siguiente. La sus luchas, incluidas sus revoluciones. Pero los estados se han visto limi-
ofensiva neoliberal de la dcada de los ochenta - thatcherismo-reaganis- tados y se han limitado a s mismos para no.meterse en las luchas de otros
mo- y la retrica de la globalizacin de la dcada de los noventa han estados sobre el principio del reconoclmie~to recproco de la soberana.
sido un esfuerzo por reducir ese aumento. Algo ha logrado este esfuerzo,
En el siglo XIX, el reconocimiento recproco de la soberana se acord
pero bastante menos de. lo que esperaban
...... quienes lo proponen, y '.la reac-
' nicamente a los estados que se consideraron parte del sistema interes-
cin poltica ye ha dado en todo el mundo.
tatal, los cuales fueron definidos coino estados civilizados. Las zonas
Permtaseme ahora plantear el tercer conjunto de quejas, el de la insu- del globo a las que no se consider como civilizadas quedaron sujetas
ficiente inclusividad de la ciudadana. El trmino ciudadano que cono- al derecho autoproclamado de los estados civilizados para empearse
cemos es el que la Revolucin francesa incorpor en el vocabulario pol- en alguna misin civilizadora, que inclua la conquista, la administra-
tico del mundo. El concepto serva para simbolizar la negativa a un cin y la transformacin obligada de ciertas costumbres. En el medioda
sistema de rdenes en el que la nobleza y los plebeyos tenan un rango del imperialismo, al final del siglo XIX, el trmino imperialismo era una
diferente y diferentes derechos polticos. Su objetivo era la inclusin. Los palabra honrosa, cuando menos en los pases en los que era el funda-
plebeyos, as como la nobleza, seran incluidos en el proceso poltico. mento de sus polticas.
Todas las personas, esto es, todos los ciudadanos, eran iguales. Todos los
La actitud hacia la legitimidad del imperialismo cambi despus de la
ciudadanos tenan derechos.
Segunda Guerra Mundial. De pronto se convirti en una palabra negati-
El problema de lo que se incluir en los derechos de los ciudadanos va. Despus de 1945,ingresamos a la era de los movimientos de liberacin
aparece de inmediato. Las contrarrevoluciones derrotaron diversos . nacional, que pas a triunfar ms o menos en todas partes en su objetivo
e_sfuerzos por ampliar de un tajo estos derechos. Pero a lo largo de los principal: la soberana local para sus estados. Sin embargo, tan pronto
pasados doscientos aos ha habido una lenta ampliacin, que se ha ace- sucedi esto, surgi un movinliento nuevo, scbre todo en el mundo occi-
lerado particularmente en los ltimos cincuenta aos. Un elemento fue la dental, en favor de los ~<derechos humanos, que se definieron como los
extensin del sufragio, que se ampli de los propietarios a los no propie- diversos tipos de derechos democrticos de los que hemos estado hablan-
tarios, de las personas de ms edad a las ms jvenes, de los hombres a do, de las libertades civiles a los derechos de los ciudadanos.
las mujeres, del ncleo de un grupo tnico a las llamadas minoras. Un Las organizaciones fundadas fuera de los pases acusados trataron de
segundo frente ha sido el esfuerzo por poner fin a las discriminaciones hacer presin poltica directa sobre los gobiernos de los estados definidos
formales, eliminndolas de las prcticas estatales y prohibindolas en la como desprovistos de suficientes derechos humanos e indirectamente
prctica privada. Hoy en da contamos con una larga lista de fuentes de por va de los gobiernos de los estados en los que se localizaban las orga-
discriminacin que se han vuelto socialmente ilegtimas: clase, raza, etnia, nizaciones de estos derechos humanos. La presin poda asumir muchas
indigenidad, gnero, edad, sexualidad, discapacidades. Y esta lista formas: publicidad, boicots y por ltimo el derecho a intervenir. Las
aumenta constantemente. recientes actividades de los estados de la OTAN en los Balcanes han sido
Hay que sealar un ltimo nivel de queja sobre la democracia. Se trata llevadas a cabo bajo la rbrica de los derechos humanos y el derecho
de la queja de que estamos limitados tericamente a quejarnos -y para a intervenir.
hacer algo al respecto- sobre la cantidad de democracia que hay en los

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En dnde nos encontramos en este discurso sobre la democracia? Se las decisiones colectivas y aquellos que se dice que no cuentan con esa
trata de una realidad, de un espejismo, de algo intermedio? Es realiza- capacidad. La democracia como idea, como movimiento, deba rechazar
ble pero an no se realiza? Los apologistas del avance gradual afirman en su propsito inicial tal distincin como base de la organizacin de la
que es mucho lo que se ha logrado. Los voceros de los mltiples grupos vida poltica.
que han cobrado existencia para luchar de muchos modos por una mayor Sobre este tema en realidad nunca se dio un debate importante; no lo
democracia sostienen casi todos que el objetivo de la igualdad de dere- poda haber sino hasta el momento en que el concepto de ciudadana
chos en ningn lugar est cerca de cumplirse. Yo creo que si hemos de se volviera moneda corriente en el discurso poltico ordinario. Y este
hablar de esas evaluaciones disonantes y a la luz de las realidades hist- cambio cultural es el gran legado retrico de la Revolucin francesa. Hoy
ricas que he resumido, debemos revisar el terreno por una segunda vez, todos somos ciudadanos.
en esta ocasin con una actitud un poco ms analtica, dividiendo nuestra
O no lo somos? La discusin bsica sobre las implicaciones de la ciu-
evaluacin del progreso de la democracia en tres categoras: la democra-
dadana tuvo lugar en dos momentos sucesivos. Al comienzo del siglo
cia como retrica, la democracia como prctica y la democracia como
XIX, adquiri la forma de un debate nacional interno en Gran Bretaa,
posibilidad.
Francia, Estados Unidos y unos cuantos pases ms, centrado en el tema
del sufragio6 La alternativa bsica fue entre el sufragio de los propieta-.
rios -lo que los franceses llamaron suffrage censitaire- y el sufragio uni-
LA DEMOCRACIA COMO RETRICA
versal. Sabemos que .ms adelante, en estos y en otros pases, gan el
Por qu el trmino democracia pas de ser la expresin de un anhelo sufragio universal; ms an, lo que se inclua en el trmino Universal
revolucionario a la de una obviedad universal? Originalmente, en la filo- fue expandindose constantemente.
sofa poltica de Occidente, desde los griegos hasta el siglo XVIII, el signi- Pero una vez que se acept el principio del sufragio universal -aunque
ficado de la democracia siempre se tom de sus races griegas: el gobier- no se implementara a cabalidad- el debate cambi de lugar.Al ampliar-
no del pueblo, esto es, el gobierno del pueblo en contraposicin no slo . se el su(ragio en los pases de Occidente -y al difundirse otros elemen-
al gobierno de una sola persona, sino ms an al gobierno de las mejores tos de las libertades civiles en estos mismos pases-, el trmino ciuda-
personas, la aristocracia. As que la democracia fue antes que nada un dano se hizo ms legtimo en estos pases y se emple para realizar su
concepto cuantitativo. Implicaba el llamado en favor de la igualdad en intencin incluyente. Sin embargo, el concepto de ciudada'no excluye en
una situacin bsicamente desigual, toda vez que si existan personas que la misma medida que incluye. Pues si hay ciudadano ello implica necesa-
eran mejores, entonces deban existir personas menos buenas: igno- riamente que hay no ciudadano. Si las clases peligrosas ya no son peli-
rantes, astrosas, vulgares, pobres. grosas, si las clases obreras n() civilizadas se aceptan ahora como ciuda-
En realidad no importa quins son las mejores personas. Se las ha danos, entonces la lnea retrica entre lo civilizado y lo no civilizado se
definido en trminos de sangre/descendencia/cualidades formales. Se las traslada para ser la demarcacin entre los pases civilizados y los no civi-
ha definido en trminos de riqueza/propiedad/papel de mando econ- lizados. Esto se convirti entonces en la principal justificacin retrica
mico. Se las ha definido en trminos de educacin/ inteligencia/habilida- del gobierno imperial y el fundamento retrico para demandar y obtener.
des complejas. Y todas estas formas de clasificar a los mejores siempre la participacin de la clase obrera en las glorias de la misin civilizadora.
han ido acompaadas por el supuesto de que las costumbres/el estilo de En este punto, democracia dej de emplearse como un trmino para
vida/el ser civilizado es caracterstico de las mejores personas. El ele- expresar las demandas de los estratos bajos en una lucha de clases nacio~
mento crucial siempre ha estado en distinguir entre dos grupos:' aqullos nal y' en cambio se emple...como el trmi~ que justificaba las polticas
que se definen por tener la capacidad para participar en el proceso de

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de las fuerzas dominantes en ~na lucha mundial entre los Uamados civi- librio poltico de todo el sistema-mundo, es decir, para tener bajo control
lizados y los no civilizados, entre Occidente i) los dems. As las cosas, a las clases peligrosas.
debido a que la resonancia del concepto de democracia haba cambiado, La extensin del sufragio, las prestaciones del Estado benefactor, el
los mismos grupos que no se haban atrevido a usar la palabra en la pri- reconocimiento de las identidades particularistas: todo esto forma parte
mera mitad del siglo XIX, la adoptaron al final del siglo y ya la usaban del programa para tranquilizar estos cuadros; para asegurar su lealtad
como su lema para la segunda mitad del siglo XX. En este punto, el con- al sistema en general y sobre tqdo para obtener su ayuda para mantener
cepto de democracia se convirti primordialmente en smbolo, conse- en su lugar a la mayora de la poblacin del mundo. Pensemos el sistema-
cuencia, prueba de civilizacin. El Occidente es democrtico; los dems mundo precapitalista como un sistema social tripartito dividido (simbli-
no lo son. Las potencias hegemni~~!' en la economa-mundo se auto- camente) en uno por ciento en lo alto, diecinueve por ciento que son cua-
proclaman por tanto como los lderes morales. Su hegemona es la base dros y ochenta por ciento en la base. Aadamos entonces el elemento
del progreso en todo el mundo. Ofrecen democracia como si fuera el espacial al que ya nos hemos referido. Dentro de los lmites del sistema
Santo Grial.Encaman por tanto la virtud. singular que es la economa-mundo capitalista, ese diecinueve por ciento
no est repartido de manera pareja entre todas las nidades polticas, sino
que ms bien se concentra en unas cuantas de ellas.
LA DEMOCRACIA COMO REALIZACIN
Si aceptamos estos dos supuestos -un sistema de estratificacin tri-
La nueva retrica no habra funcionado de no haber habido ciertos fun- partita, con protuberancias geogrficas- entonces parece obvio que la
damentos empricos en estos reclamos. Cules eran? Para entender esto consigna de la democracia ha tenido un enorme significado para el die-
debemos pensar en la diferencia fundamental entre un sistema capitalis- cinueve por ciento, toda vez que implica una mejora real en su situacin
ta y uno precapitalista en trminos de estratificacin social. En una poltica, econmica y social. Pero tambin podemos ver que ha tenido
estructura precapitalista, el estrato superior tena el poder porque con- muy poco significado para el ochenta por ciento, pues ha recibido muy
trolaba los medios de la violencia. Reclamaba por tanto una parte des- pocos de los supuestos beneficios, ya sean polticos, econmicos o socia-
proporcionada de la riqueza. Quienes se hacan de riqueza por otra va les. Y el hecho de que un pequeo grupo de pases .tenga ms riquezas y
distinta de la apropiacin militar -digamos, por la va del mercado- no un Estado ms liberal y sistemas nmltipartidistas que funcionan ms o
eran definidos como parte del estrato superior y por tanto vivan en el menos bien -en resumen: el hecho de que unos cuantos pases sean civi-
miedo eterno a la confiscacin. Procuraron evitar la suerte comprando su lizados- no es la causa, sino precisamente la consecuencia de las pro-
entrada a la aristocracia, lo que tom su tiempo; en ocasiones hasta cua- fundas desigualdades en la totalidad del sistema-mundo. Y por eso la
tro generaciones. retrica suena bien en algunas partes del sistema-mundo y en otras -en
la mayor parte de ellas- parece tan vaca.
La economa-mundo capitalista est tan profundamente estratificada
como los sistemas precapitalistas, pero las relaciones de los estratos son As pues, democracia sin realizar? Desde luego. No hace falta siquiera
diferentes. El estrato superior mantiene su rango no debido a sus anti- demostrar -lo que se puede hacer- que la democracia, como quiera
guas proezas militares, sino a sus antiguas proezas econmicas. Quienes que se le defina, est limitada y coja hasta en los llamados pases libera-
no estn en lo alto pero tienen habilidades, los que llamamos los cuadros les. Baste con sealar que no est funcionando de manera significativa en
o estratos medios del sistema, no viven con temor a la confiscacin. Por la mayor parte del mundo. Cuando los dirigentes de Occidente predican
el contrario, viven solicitados y consentidos constantemente por los estra- las virtudes de la democracia a un Estado del tercer mundo -y lo hacen
tos superiores, quienes necesitan de su asistencia para mantener el equi- con mucha frecuencia - se muestran deliberadamente ciegos a las reali-
dades del sistema-mundo, o son cnicos1 o estn afirmando la superioridad

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moral de sus pases. No estoy ni defendiendo ni justificando las dictadu- cin del pastel poltico, econmico y social, lejos de haberse agotado, son
ras del mundo. La represin en ningn lugar es una virtud, para no hablar interminables, aun cuando slo se den por la va de incrementos gradua-
de los asesinatos masivos. Lo digo slo para sealar que estos fenmenos les. Y la democratizacin de los ltimos doscientos aos, aun cuando slo
no son ni accidentales, ni resultado del hecho de que ciertos pases tienen haya beneficiado a mi hipottico diecinueve por ciento de la poblacin
culturas incivilizadas, como tampoco son resultado de la insuficiente del mundo, le ha costado al uno por ciento y ha consumido una buena
apertura de esos pases a los flujos de capital. Dos terceras partes de la parte del pastel. Si ese diecinueve se convirtiera en el veintinueve por
poblacin del mundo carecen de estados liberales debido a que la estruc- ciento, por no hablar de llegar al ochenta y nueve por ciento, no queda-
tura de la economa-mundo capitalista les hace imposible contar con tales ra nada para los privilegiados. Muy concretamente, no se podra tener la
regmenes polticos. incesante acumulacin de capital, que despus de todo es la raison d'etre
de la economa-mundo capitalista. De manera que hay que poner un alto
al proceso de democratizacin, y esto es difcil polticamente, o bien hay
LA DEMOCRACIA COMO POSIBILIDAD que mudarse a otro tipo de sistema con el fin de mantener las realidades
jerrquicas no igualitarias.
Si en mi opinin la democracia se encuentra tan lejos de la realidad en
Creo que en la actualidad nos estamos desplazando hacia este tipo de
nuestro mundo contemporneo, es realizable? Existen dos respuestas
transformacin. No repetir aqu mi anlisis detallado de todos los fac-
posibles: S, por medio de incrementos graduales, y No. Hay muchos
tores que han conducido a lo que para m es la crisis estructural del sis-
que dicen S, por medio de incrementos graduales. La idea es que los
tema-mundo capitalista. La democratizacin como proceso es slo uno
beneficios acordados al 19 por ciento podran acordarse despus al vei-
de los factores que han llevado al sistema a su estado catico actual y a
tin por ciento y luego al veinticinco y luego y luego ... Lo que se necesi-
su inminente bifurcacin. Lo que yo veo, como resultado, es una intensa
ta, dice esta gente, es una mayor presin organizada: por medio de los
lucha poltica durante los siguientes veinticinco a cincuenta aos en
movimientos sociales, de las Organizaciones No Gubernamentales
torno a la estructura que ha de suceder a la economa-mundo capitalis-
(ONG), de los intelectuales ilustrados o de la reforma cultural de los pue-
ta. En mi opinin se trata de una lucha entre quienes quieren que sea
blos no civilizados. bsicamente un sistema democrtico y quienes no quieren eso. De ah
El principal argumento que tienen de su lado tales pronosticadores es que en cierto modo no me haga feliz la sugerencia que hacen algunos
que as es como han funcionado las cosas en los ltimos doscientos aos, segn la cual la' democracia acaso sea Un proyecto en esencia intermi-
en los que las concesiones, lo que podramos llamar democratizacin, han nable. Tal formulacin evoca la imagen de la condicin trgica de la
sido obtenidas por medio de la lucha, han sido ganadas por medio de humanidad, de sus imperfecciones, de su eterna improbabilidad. Y desde
incrementos graduales. Lo que este pronstico deja fuera es el impacto luego, quin puede discutir en co~t~a de tal imaginera? Pero la formu-
acumulativo de esos incrementos en el funcionamiento del sistema. La lacin deja fuera la posibilidad de que existan momentos 'de eleccin his-
razn bsica de las concesiones hechas por las personas privilegiadas a las trica que pueden significar la gran diferencia. Las eras de transicin de
exigencias en favor de la democrat'2acin es la de aplacar la ira, la de un sistem social histrico a otro son precisamente esos momentos de
incorporar a los rebeldes, pe~o siempre con el fin de salvar la estructura eleccin' histrica. . . .
bsica del sistema. Esta estrategia encarna el principio de Lampedusa,
Aun cuando nunca podamos contar. con un sistema perfectamente
segn el cual todo debe cambiar para que nada cambie.
democrtico, s creo que es posible tener un sistema en buena medida
El principio de Lampedusa es sumamente eficaz, hasta cierto punto. democrtico. No creo que eso sea lo que ahora tenemos. Pero lo podra-
Los reclamos por una mayor democratizacin, por una mayor redistribu- mos tener. De ah que sea importante volver al pizarrn y decir de qu se

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-- - - - - - - - - - - - - - ------------ -------------------------------.. .
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trata la lucha. No se trata de lasiibertades civil~, aunque desde luego que El problema fundamental es que hoy, en este punto en la historia de la
un sociedad democrtica contara con las libertades civiles como para evolucin de la economa-mundo capitalista, obtener incrementos gra-
entibiarle las entretelas del corazn a John Stuart Mili. Y debe tenerla& duales no es una verdadera opcin. Me parece que hemos llegado a sus
No se trata de sistemas multipartidistas, una tcnica de eleccin demo- lmites en el marco de nuestro actual sistema social histrico. El sistema
crtica a gran escala que es slo una de las muchas posibles, y que no se est en crisis y cambiar inevitablemente, P~r no necesariamente cam-
emplea mucho en ningn campo de batalla actual ms que en los perio- biar para bien. sta es la disyuntiva poltica y moral de esta era de tran-
dos electorales nacionales y subnacionales. sici11. No creo que exista razn alguna para asumir la inevitabilidad del
La democracia, hay que decirlo, tiene que _ver con la igualdad, que es lo progreso, del progreso poltico o moral. Sill embargo, s creo en la teora
opuesto al racismo, el sentimiento dominante de fa vida poltica en la eco~ del progreso posible.
noma-mundo capitalista. Sin igualdad en todos los campos de la vida Qu es lo que necesitamos hacer entonces? Primero que nada, necesi-
social, no hay igualdad posible en ninguno de esos campos en particular, tamos tener claro dnde nos encontramos y tener claro el hecho de que
tan slo su espejismo. La libertad no existe en donde la igualdad se tenemos opciones, porque el sistema se est bifurcando y por tanto lle-
encuentra ausente, toda vez que los poderosos siempre tendern a pre- gando a su fin. Segundo, tenemos que discutir entre nosotros -el <<noso-
valecer en un sistema no igualitario. Por eso son endmicas a nuestro sis- tros corresponde a quienes desearamos que el sistema sucesor sea igua-
tema las quejas relativas a la corrupcin. Por eso hay quejas sobre el irre- litario- cules tcticas polticas nos podran ofrecer la posibilidad de
gular cumplimiento de la ciudadana. Por eso hay cinismo, desencanto, crear tal sistema y cmo se pueden construir las alianzas que son necesa-
indiferencia. Un sistema igualitario podra ser relativamente despolitiza- rias para lograrlo. Y tercero, debemos eludir el canto de las sirenas de
do pero no sera cnico. El desencanto es para el poder la defensa psico- aquellos que estaran dispuestos a crear un sistema nuevo pero an jerr-
lgica de la debilidad. quico e inequitativo bajo la gida de algo progresista. Nada de esto es
Pedir un sistema que combine una igualdad relativa con una poltica sencillo. Y no existe la seguridad de triunfar. De lo que podemos estar
relativamente democrtica plantea la pregunta, es posible? El principal seguros es que los privilegiados pretenden seguir sindolo de una u otra
argumento en contra de su posibilidad es que se le desconoce histrica- forma y que lucharn feroz e inteligentemente para lograrlo.
mente. Me parece un argumento flojo. Bien visto, las sociedades huma- De modo que democracia? A propsito del tema me siento como
nas han existido durante un breve periodo de tiempo. No podemos empe- Mahatma Gandhi cuando le preguntaron qu pensaba sobre la civiliza-
zar a descartar futuras posibilidades sobre la base de nuestro breve cin occidental. Dijo: Creo que sera una buena idea.
pasado histrico. En cualquier caso, la nica conclusin que podemos
obtener del pesimismo consiste en rendir el alma. El segundo gran argu-
mento contra la igualdad es el lamentable espectculo de los regmenes
Ieninistas. Aunque claro que estos regmenes no fueron igualitarios en
NOTAS
ningn momento, si bien en sus inicios tuvieron una retrica igualitaria Y
tal vez hasta cierto punto creyeran en ella. Pero su praxis fue profunda- l. Vase la discusin de democracia como palabra talismn para animar a Ja izquier-
mente inequitativa, una mera variante de otros regmenes en las zonas da revolucionaria en James Billington, Fire in the Minds of Men, Basic Books, Nueva
perifricas y semiperifricas de la economa-mundo capitalista. La expe- York, 1980, pp. 244-46. Billington describe la evolucin de tal lenguaje revoluciona-
riencia de estos pases no nos dice absolutamente nada sobre las posibi- rio de democracia a comunismo en la etapa que va de 1789 a 1848.
lidades de un sistema social igualitario. 2. La mayora de estos grupos fueron efmeros y pequeos, pero vanse Jos nombres
que eligieron: Democratic Friends of Ali Nations (Amigos Democrticos de Todas

152 153
las Naciones), Fraternal Democrats (Demcratas Fraternales), Association Dmo- VIII. LOS INTELECTUALES: LA NEUTRALIDAD
cratique (Asociacin Democrtica), Comit Central Dmocratique Europen VALORATIVA EN CUESTIN
(Comit Central Democrtico Europeo). Vanse tambin los nombres de las publi-
caciones: Democratisches Taschenbuch fiir das Deutsche Volk (Libro democrtico
para el pueblo alemn); y Le dbat social, organe de la dmocratie (El debate social,
rgano de la democracia). En Inglaterra, cuando en 1873 se separ un grupo de la
Working Men's Association (Asociacin de los Obreros) porque esta ltima era
muy pacfica, se hicieron llamar la Democratic Association (Asociacin Democrti-
ca). Vase A. Mller Lehning, The lntemational Association, 1855-1859: A Contribu-
tion to the Preliminary History of the First /ntemational, E. J. Brill, Leiden, 1938, vol.
4, 11-18. Todava en 1872, Fuste! de Coulanges, cuyas opiniones polticas eran con- En mi ms reciente libro, The End of the World As We Know It: Social
servadoras aunque republicanas, narraba los orgenes del Segundo Imperio as: Si Science for the Twenty-First Century1, sostengo que el sistema-mundo
los republicanos que acababan de quitar a Louis-Philippe [de su trono] no hubieran .moderno se acerca a su fin y que ha ingresado a una etapa de transicin
sido ingenuamente demcratas tambin y no hubieran instituido el sufragio univer- hacia un nuevo sistema histrico cuyos contornos no conocemos, ni pode-
sal, es muy probable que la Repblica hubiera seguido existiendo en Francia duran- mos conocer por adelantado, pero cuya estructura s podemos contribuir
te estos ltimos veinticuatro aos (F. de Coulanges, Considrations sur la France, a conformar. El mundo que conocemos (en el sentido de cognoscere) es
en Fram;ois Hartog (comp.), Le xixeme siecle et tlzistoire: le cas Fuste/ de Coulanges, el de la economa-mundo capitalista y est tocado por fallas estructurales
Presses Universitaires de France, Pars, 1988, p. 238). que ya no tiene manera de controlar.
3. Vase Lehning, The lntemationai ssociation, cit. pp. 24-25, y apndice 10, pp. 90-96.
Aqu slo puedo ofrecer una sntesis apretada sobre el origen de tales
4. sta es slo una parte de la historia relativa a JOrg Haider. Vase el captulo IV~ fallas y sobre la forma en que operan. Son tres. La primera es conse-
5. Vase, por ejemplo, la obra de Stein Rokkan, incluyendo el artculo sobre la exten- cuencia de la desruralizacin del mundo, la cual va muy avanzada y en
sin del sufragio, Electoral Systems, Citizens, Elections, Parties: Approaclzes to tlze buena medida estar concluida en los siguientes veinticinco aos. Se trata
Comparative Study of tlze Processes of Development, Universitetsforlaget, Oslo, de un proceso que incrementa inexorablemente el costo del trabajo como
1979, pp. 147-68. porcentaje del total del valor creado. La segunda es consecuencia en gran
6. Vase lo que dice Stuart Woolf sobre la distincin entre nacin y pueblo en el pen- medida de la extemalizacin de los costos, lo que ha llevado a un agota-
samiento ilustrado tal y como model el pensamiento de la era napolenica: La miento ecolgico. Esto est subiendo el costo de los gastos como porcen-
'nacin' se entenda de un modo restrictivo, como los 'educados' o, de modo ms taje del total del valor creado. Y la tercera es consecuencia de la demo-
amplo, las lites gobernantes[ .. .]. Los escritores d.e la Ilustracin siempre establ.e- cratizacin del mundo, que ha lleV.do a exigencias cada vez mayores de
cieron distinciones muy claras entre los educados, a quienes se diriga su mensaje, y gasto pblico en educacin, salud y garantas de un ingreso vitalicio, que
'la parte de.la nacin ms numerosa y til'. El 'pueblo', por definicin no depravado estn empujando los costos de los impuestos como porcentaje del valor
pero fcil de influir, necesitaba una educacin moral, tcnica (y fsica) adecuada del total creado.
para su estatus, la que lo equipaba mej6r para 'la vida del jornalero (S. Woolf,
French Civilization' and Ethnicity in the Napoleonic Empire, Past and Present, n. . La combinacin de las tres est creando una presin estructural masi~
124, agosto de 1989, p. 106). .. va de largo alcance sobre las utilidades provenientes de la produccin, y
est en proceso de convertir al sistema capitalista en algo que ya no es
rentable para .los capitalistas. No voy a discutir. el asunto_ aqu, pues ya lo
he hecho en otro lugar. Para los fines de los asuntos que quiero discutir
aqu, asumir esta combinacin como dda.

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Como parte de la crisis estmctural de la economa-mundo capitalista, Ciertamente, las dos teoras se vinculan de manera lgica. En el mundo
tambin estamos viendo el final del modo ~n que. hemos sabido el moderno, los que se hacen llamar cientficos afirman que la ciencia es d
mundo (en el sentido de scire), es decir, el final de la utilidad de los a~tua nico dominio que va en pos de la verdad, y la filosofa, la literatura y las
les marcos de nuestro sistema de saber. En particular, el concepto de que humanidades las han relegado a desempear cierto papel en el dominio
el conocimiento cientfico y el conocimiento filosfico/humanista son for- de Ja bsqueda del bien y de lo bello. En conjunto, ambos lados han acep-
mas radicalmente distintas de conocer el mundo - una teora que en oca- tado esta distincin de.los objetivos epistinicos. De hecho, este conjunto
siones llamamos de las dos culturas -no slo est resultando insufi- de creencias se cita regularmente. como uno de los grandes logros de la
ciente para la tarea de ofrecer una explicacin de la transicin social modernidad, uno de sus sellos distintivos.
absoluta que estamos viviendo, sino ..que en s mismo es un gran obstcu-
Se ver cun diferente es este concepto de las anteriores visiones del
lo para enfrentar esta crisis con inteligencia. Debemos recordar que la
mundo si se mira a la Grecia antigua. Los pensadores occidentales moder-
teora de las dos culturas en realidad slo tiene dos siglos de antige-
nos afirman con frecuencia que la cultura griega es su fuente intelectual v
dad y que no se haba dado en ningn otro sistema histrico.
que en todo caso su metafsica es muy similar en virtud de la centralidad
El concepto se invent como parte del marco ideolgico del sistema- del racionalismo en el pensamiento griego. De todas las civilizaciones
mundo moderno y acaso est pasando a mejor vida en coincidencia con premodernas, se sostiene que la de la antigua Grecia es la que ms cerca
la desaparicin de este sistema. Pues la transicin de un sistema histrico se encuentra del mundo occide.ntal moderno. Sin embargo, cul es el
a otro, producto de una bifurcacin en nuestra trayectoria, es necesaria- gran momento simblico en la historia de la cultura griega que se rela-
mente incierta y adquiere la forma de un torbellino catico que destruye ciona con este asunto de la separaein entre la bsqueda de la verdad y
lo que es familiar, exagera las fuerzas en todas direcciones y desde luego la bsqueda del bien? Es el de Scrates al beber la cicuta acusado de
nos confunde a todos en el proceso3 Por tanto es apropiado preguntar corromper a la juventud ateniense. No slo se le pide que beba la cicuta.
cul es el papel de los intelectuales, o cul podra o debera ser en medio sino que Scrates lo hace sin oponer resistencia, recqnociendo en cierto
de las rpidas e inciertas pero muy relevantes transformaciones de nues- sentido la legitimidad del reclamo. En el itinerario cultural de Occidente.
tro mundo que estamos viviendo. se puede considerar que la Inquisicin continu la visin del mundo que
Siempre hemos sabido que el ejercicio del conocimiento social supone llev al juicio ateniense de Scrates. Los intelectuales fueron uno de los
no slo asuntos de ndole intelectual, sino tambin de ndole moral y pol~ blancos predilectos de la Inquisicin.
tica. Sin embargo, en el mundo moderno ha habido amplias discusiones De hecho, en el mundo moderno, a pesar de la modernidad, a los inte-
sobre la forma en la que estos diferentes asuntos se relacionan. En los lectuales con frecuencia se les pide que beban la cicuta; se les sigue que-
ltimos dos siglos, el debate se ha centrado en particular alrededor de si mando en la hoguera. Pero hoy las vctimas de semejante represin ya no
se pueden o se deben separar radicalmente unos de otros los asuntos . la aceptan como algo legtimo, como tampoco lo es, muy probablemente.
intelectuales, morales y polticos. Las pasiones se exaltan en este debate. para la mayora de las personas. El tema de la tolerancia intelectual es
Bastante menor fue ese debate en las mltiples culturas que precedie- muy fuerte en el imaginario del mundo moderno. Los intelectuales han
ron a la construccin del sistema-mundo moderno. Siempre se acept tratado de usar esta validacin terica de la tolerancia para crearse un
que los tres asuntos -intelectuales, morales, polticos- eran insepara- cierto espacio. Pero en este imaginario hay mucha hipocresa, toda vez que
bles y que, para el caso, en donde parecieran estar en conflicto, las consi- la prctica actual est muy alejada de la teora. De hecho, los intelectuales
deraciones morales deban ir primero y determinar los resultados. La teo- han vivido bajo la constante presin de quienes estn en el poder.
ra de que hay que mantener separados estos asuntos, al igual que la En los ltimos quinientos aos, y en particular en los pasados ciento cin-
teora de las dos culturas, es una invencin del sistema-mundo moderno. cuenta, los intelectuales han luchado contra la represin de su expresin -

156 157

-
individual de dos maneras; dos formas muy diferentes, que reflejan dos pos- cusiones inevitables y 3] la competencia as condicionada de numerosas
turas polticas muy distintas. posibles evaluaciones en sus consecuencias prcticas son todo lo que una
La principal modalidad argumental en las ciencias sociales ha sido la
'

!
disciplina emprica puede demostrar con los medios a su disposicin. Las
disciplinas filosficas pueden ir ms all y desnudar el significado de las
que alega la hipottica distincin entre la ciencia -el mbito de la ver-
dad- y la poltica -el mbito de los valores. Hoy la mayora de los cien- evaluaciones, es decir, su estructura significativa y sus consecuencias signi-
ficativas ltimas [... ] las ciencias sociales, que son estrictamente ciencias
tficos sociales sostienen que slo se expresan como estudiosos en el
empricas, son las que menos pueden presumir de salvar la dificultad de
mbito cientfico y que dejan para la plaza pblica toda discusin sobre
hacer una eleccin, y por tanto no deberan crear la impresin de que lo
tos valores y sobre las conclusiones que haya que sacar de la imagen de
pueden hacer4
ta realidad que trazan los cientficos sociales. Ellos dicen abogar por una
Obsrvese el lenguaje que usa Weber: las ciencias sociales no superan
"neutralidad valorativa, la cual, sostienen, representa la nica postura 1 la dificultad de tomar una eleccin. l mismo parece consciente de lo
apropiada para los intelectuales en general y, en particular, para los cien-
tficos sociales empricos. Se dice que tal neutralidad justifica la misma
l lamentable que resulta para el cientfico tan asctica autonegacin. En su
tokrancia social y poltica hacia las ciencias sociales que los intelectuales famosa charla a los estudiantes muniquenses justo al finai de la Primera
e~igen a cambio. Guerra Mundial, en la que Weber habl de la ciencia como vocacin,
La definicin exacta de la neutralidad valorativa es tema de intenso
nos recuerda que Tolsti sealaba: La ciencia no tiene sentido porque
no responde a nuestra pregunta, la nica que es importante para noso-
debate, pero la idea fundamental es que la tarea de reunir datos e inter-
tros: 'qu debemos hacer y cmo hemos de orientar nuestras vidas?'
pretar su significado debe realizarse sin importar que los resultados vali-
Weber reconoce esto: Es indiscutible que la ciencia no nos da una res-
den o contradigan los valores del investigador, de la comunidad o del
Estado. Que una descripcin sea correcta o cierta no debe tener conexin puesta a esa pregunta. Pero, cul es entonces su conclusin?
alguna con si lo que describe es deseabl.e o no lo es; en otras palabras, se El destino en nuestros tiempos se caracteriza por la racionalizacin y la
afirma que lo que es y lo que debiera ser son' muy diferentes. Un argu- intelectualizacin y, sobre todo, por el desencanto del mundo.
mento ms que de aqu se desprende es que por tanto es un deber moral [... ]A Ja persona que no puede soportar el destino de nuestros tiempos
dd estudioso presentar con honestidad al pblico los resultados de su como un hombre, habra que decirle: puede regresar silenciosamente, sin el
inYestigacin, cualesquiera que sean las implicaciones que puedan tener habitual despliegue de publicidad de los renegados, sino sencilla y simple-
l'3I1l los asuntos pblicos. Y por consiguiente, la marca liberal de una mente. Los brazos de las viejas Iglesias estn amplia y compasivamente
Stxiedad est en que no impida que el intelectual, el estudioso o el cien- abiertos para l.
u1ico den a conocer los resultados que para otros podrn parecer inquie-
[ ... ]La integridad [intelectual};sin embargo, nos exige decir que para los
tantes debido a sus implicaciones morales o polticas.
mu~hos que hoy en da.esperan nuevos profetas y salyadores, la situacin
Una de las formulaciones m~ influyentes de esta perspectiva bsica es la misma que resuena en la bella cancin del guardia endomita del perio-
1
dentro de las ciencias sociales, y que se cita regularmente, proviene de do del exilio, incluida entre las profecas de Isaas: Me dan voces de Seir:
Max Weber en su discusin sobre la ausencia de valoraciones y la Guarda, qu de la noche? Guarda, qu de la noche? El guarda resp~n~
~objetividad:
di: La maana viene, y despus Ja noche; preguntad si queris, preguntad;
Se puede afirmar sin sombra de duda que en cuanto se busca derivar direc- volved, venid.
tivas concretas a parti~ de evaluaciones polticas (particularmente' econ- El pueblo al que s~ le.deca .esto habrl preguntado y esperado por ms de
micas y sociopolticas) prcticas, 1] los medios indispensables, 2) las reper- dos milenios; nos conmueve damos cnta de su destino. De esto queremos
' , ' , .' \ '

. : . 159

\
sacar la leccin de que nada ~e gana con slo anhelar y esperar, y que debe- En cuanto a Weber, Runciman seal en 1972 que sus ideas constituiran
mos actuar de manera difernte5 ...
la ortodoxia entre la gran mayora en el mundo posterior a 1945, pero
Se trata de ~ :~crito sobrio, incluso pesimista, pero Weber insiste en que no era as en la poca de Weber:
apega~se a su v1s1on de un mundo desencantado de cara a todas las Ciertamente, muchos de los lectores del ensayo sobre El significado de la
a.dvers1dades y en mantener muy en alto el ideal de la ciencia objetiva. ausencia de valoracin pudieron sentir, al igual que Halbwachs, que
.. Desde luego, lo que dijo Weber, si se mira de cerca, muestra la comple- Weber exagera innecesariamente lp que es obvio. Sin embargo, frente a
jtdad de esta postura, no slo de su postura personal, sino de la postura esto la respuesta inmediata es que, por obvio que fuera, Weber se encon-
en general. Como seala Runciman: traba en el lado perdedor, no en el ganador, en la reunin a puertas cerra-
das del Verein rfr Sozialpolitik] para el que escribi originalmente su
No obstant~ su posterior defensa de las ciencias sociales libres de valores,
We~~r cont.mu empleando su influencia siempre que pudo en asuntos de ensayo.
poltica social[
'b' ... ]. Pero esto no es falta de coherencia [... J toda vez que Objeto de un gran nmero de interpretaciones ha sido el tema de qui-
[ ] esc~1 ~ en el editorial de 1904 que la objetividad de la ciencia y Ja: falta nes eran los blancos inmediatos de Weber. Los blancos ms obvios eran
de conv1cc1ones personales son asuntos muy diferentes6. Heinrich von Treitschke y los profesores de derecha en las universidades
alemanas, que consideraban que su lealtad principal no era con la verdad
Aun ~~, cualesquiera que sean las complejidades de la propia argu-
cientfica en abstracto, sino con el Reich alemn9 Y desde luego, un blan-
mentac1on de Weber, su postura bsica al final aparece claramente:
co secundario eran los marxistas, con frecuencia de manera muy explcita.
Enjuiciar la valide~ de t~les va.lores es asunto de la fe, y, junto a ella, quiz
Sin embrgo, lo que podemos 'ver es que una postura en favor de la
tarea de una cons1derac1n e mterpretacin especulativa de la vida y del
neutralidad valorativa se amolda ms cmodamente a los argumentos y
n:undo :~n respecto a su sentido; con seguridad, no es objeto de una cien-
los supuestos polticos del centro liberal y que fortalece tanto su nfa-
c~a emp~1c.a en el ~entido que se le debe atribuir aqu. Respecto de esta
sis en el papel de los especialistas de la poltica pblica como en la dese-
dd1ferenciac1n
no tiene -en contra de lo que a menudo S!! cree - peso
abilidad poltica de llegar a consensos por la va de los debates dentro
ec1S1vo, el hecho, empricamente demostrable, de que aquellos fines lti-
mos vanan y han sido cuestionados histricamente1. de ciertas limitaciones. Tal liberalismo de centro incluye una amplia
variedad de posturas y es capaz de tolerar casi cualquier cosa que digari
. Dije que la postura que aqu se discute repres~ntaba una toma de posi- o hagan los acadmicos/cientficos, con tal de que en su obra no expre-
c~n contra la r~presin intelectual. Esta actitud aparece con mayor cla- sen un compromiso poltico con cualquier cosa definida como extre-
ndad en su~, pnmeras expresiones en el sistema-mundo moderno. La ma en el panorama poltico en cualquier momento. Por otra parte,
a:gu~~ntac10~ en fa;or de la neutralidad valorativa no se origin con los expresar un compromiso con los valores consensuados se considera nor-
c1e.nhf1cos sociales, smo entre los cientficos naturales y otros filsofos mal, incluso obligatorio.
q~ienes se rebelaron contra la pesada mano de la teologa cristiana en su;
As las cosas, quienes proponen la neutralidad valorativa se presentan
vida~ Y en sus o~r~s: El clsico hroe de culto de esta rebelin es Galileo,
a s mismos como los creadores de un espacio para la bsqueda del cono-
a qmen la I1~q~1s1c1n oblig a retractarse de su argumento cientfico
cimiento en todas sus formas, defensores de sus practicantes tanto en
sobre el mo~1n:1ento .de la Tierra alrededor del Sol, aunque se dice, de
contra de los rdenes establecidos de la Iglesia, el Estado y la comunidad
manera romanhca ~ sm duda apcrifa, que concluy su retractacin mur-
como en contra de los contrardenes de los movimientos antisistmicos.
mur~n~o Epp~~ si muovel Hasta el da de hoy las ciencias naturales
La justificacin de la neutralidad valorativa es autorreferencial. Se dice
cont~nuan ~~rc1b1en,~o que tienen que luchar contra lo que consideran
una mtrom1s1n pohtica en su trabajo. que su prctica representa no slo el camino predilecto, sino el nico

160 161
camino hacia la verdad. Se considera por tanto all de las clases rehusndose a la vez a reconocer la existencia de gru-
crear un bien per se para toda la socie . d ad/el E que
t d su1 defensa

es para
pos polticos que tienen el derecho a controlar sus expresiones.
Ms an, este bien ' se di"ce resulta mejor . se "ds a o e sistema-mundo
sobre los posibles abusos de los . 1 . rvi o s1 todos los controles En cierto sentido, el concepto de Gramsci condujo histricamente de
especialistas quedan dentro de 1 pn:i egios que e~te sistema asigna a los mal a peor. Para escapar del dominio de los intelectuales nacionalistas
a misma corporacin de derecha en la academia alemana, Weber insisti en la legitimidad de
Muy distinta es la segunda actitud . . . la neutralidad valorativa. Para escapar del dominio en la arena intelec-
lectual, toda vez que rechaza la ~os;.~e relativa ~ la represin inte- tual italiana del liberalismo del centro representado por la neutralidad
provenido histricamente tanto d:~u. ra.t. ad valora ti va. Esta visin ha
valorativa, Gramsci insisti en la organicidad de los intelectuales, la cual
tica y sostiene que la neutralidad la izq~ierda como de la derecha pol-
d . . d va orativa es una ho. d se interpret como la subordinacin de los intelectuales al liderazgo
. omm10 el liberalismo de centro en la est . ~a e parra para el poltico. Si la persecucin de Galileo suministr la fbula que apuntala-
mfluyente de este argumento fue l d ::i d~ las ideas. La versin ms ba el reylamo de libertad de los intelectuales frente a quienes decan
que los intelectuales tenan nece . e to~o Gramsci, que sostena que deban encarnar la moralidad del establishment (cristiano), la per-
su afiliacin de clase. Ms an l sanlamente r~ices en el compromiso con
. . ' as cases senhan la n "d d secucin de los bilogos soviticos por Lysenko/Stalin ofreci la fbula
su mtenor un grupo que Gr . ll , . ecesi a de crear en
ed 1 amsc1 amo de mtelectuales orgnicos: que apuntalaba su reclamo de libertad frente al Partido, que deca en-
a a c ase social, al nacer sobre la base ori inal . carnar la ~oralidad antisistmica.
el mundo de la produccin eco . g de una funcin esencial en
n mica, crea dentro d , . Y ah ha estado el debate a lo largo del siglo XIX y en especial del XX,
mente, uno o ms grupos de int 1 t 1 e s1 misma, orgnica- un verdadero dilogo de sordos, en medio de luchas cada vez ms11 spe-
. . e ec ua es que le dan h .
ciencia de su funcin no sl 1 omogene1dad y con- ras, como lo han mostrado las recientes guerras de la cultura Este
o en e campo econm" .
social y en el poltico. . tco, smo tambin en el
tipo de refriega intelectual es reflejo natural de las tensiones sistmicas
Se puede ver que los intelectuales orgnicos . . en el actual sistema histrico, pero el pleito nos ayuda muy poco cuando
dentro de s tnisma y elab . que cada nueva clase crea estamos de cara a una transicin sistmica, llena de incertidumbres en
ora en su propto de
mayora, especializac1"ones d sarro11o progresivo son, en su cuanto a su resultado pero plagada de certezas en cuanto a que vivimos
e aspectos p 1 d
del nuevo tipo social que l

arcia es e la actividad pritnitiva a la mitad de una bifurcacin catica que significar la desintegracin o
a nueva clase ha trado a luz1.
la desaparicin de nuestro sistema-mundo existente. Necesitamos enten-
. Ntese lo que Gramsci ha hecho .
mtelectuales que estn en fav d . ~a cuest10nado la neutralidad de los der mejor lo que es y lo que no es posible, lo que es y lo que no es dese-
en que estn vinculados origin~~m=n~ ~eutra~i?a~ valorativa, insistiendo able, si hemos de obtener resultados ptimos de esta transicin.
luego plantea la pregunta de lo . . a su afiltac1n de clase. Esto desde El sistema-mundo moderno tieae una caracterstica particularmente
representa algo, y sobre todo ~~e representa el valor de verdad, si acaso curiosa. Propone una serie de anlisis tericos sobre s mismo que se
sabemos, esta manera de det ~ In representa el valor de verdad. Como supone son realistamente descriptivos y a la vez prescriptivos pero que,
partidos comunistas del m dmr e P_~p~l ~el intelectual la emplearon los sin embargo, son inexactos. Decimos que el capitalismo se basa en la com-
un o para ihs1strr en q l 1
que subordinar sus anl" . . ue os mtelectuales tenan petencia en un mercado libre, y as debiera ser. Decimos que los estados,
. is1s personales a l d l . .. . .
vez se consideraba era el Partid t d os e a colectmdad, que a su nuestros marcos polticos obligados, son soberanos, y as debieran ser.
tar los intereses de las clases tr~b ~ ~ vez que el Partido deca represen- Decimos que la ciudadana se basa en la igualdad de los derechos polti-
han conservado en esencia los l J oras. Los estudiosos posmodernos cos, y as debiera ser. Y decimos que los acadmicos/cientficos practican
organicidad de Gramsci p e emh.entos nucleares de la atribucin de la neutralidad valorativ~(y eso debieran..hacer. Cada una de estas frases

' . ero os an ampliad 0 .. grupos situados .ms
es una descripcin y cada una es una prescripcin. Sin embargo, ninguna

. 162 163
:r
alcanza a ser una descripcin ~xacta, y la mayor parte de la poblacin del destructores de monopolios. Tener al Estado del lado de uno es ir por el
mundo e incluso los defensores del sistema-mundo dentro de la lite rara camino real hacia las utilidads en gran escala. Y si el Estado no est de
v~z practican lo que ~e predica. Revisemos estas descripciones-prescrip- nuestro lado, sino del lado de otro, entonces nuestra necesidad funda-
c10nes una por una. mental como empresarios consiste en cambiar las polticas del Estado.
El mercado libre (o competitivo) es la gran consigna de la economa- Los capitalistas requieren de los estados para lograr ganancias serias,
mundo capitalista, sin embargo se supone que es su caracterstica defini- pero de estados que estn del lado de fllos.y no del lado de alguien ms.
toria. Pero todo capitalista en activo sabe que si un mercado es verdade- La soberna a su vez es el lema del sistema interestatal. Todos los es-
ramente libre tal y como Adam Smith defini esa libertad - una multitud tados afirrin 'su propfa soberana en el mundo moderno. y todos los
de vendedores, una multitud de compradores y una transparencia abso- estados dicen respetar la soberana de los otros. Pero como sabemos, y
luta de operaciones, incluyendo el conocimiento cabal del verdadero como podra decirlo cualquier defensor de la Realpolitik, no es as como
estado del mercado por parte de todos los compradores y vendedores- funcionan realmente las cosas. Existen estados ms fuertes y estados ms
sera completamente imposible para nadie obtener ningn tipo de ganan- dbiles, y la fuerza y la debilidad son la medida de la relacin recproca
cias. Pues los compradores obligaran siempre a los vendedores a dar. un de los estados. Y los estados ms fuertes por lo regular se entrometen en
precio apenas por ei;icima del costo de produccin, si no es que, al menos los asuntos internos de los estados ms dbiles, mientras que los estados
por algn tiempo, inferior. . ms dbiles tratan de hacerse ms fuertes para resistir tal intromisin.
Lo que se precisa para obtener ganancias es una especie de restriccin, Pero hasta los estados ms dbiles se pueden insertar dentro de las pol-
cuando menos parcial, del mercado, un cierto grado de monopolizacin. ticas de los estados ms fuertes, si bien con mucha dificultad. Y todos los
Mientras mayor sea la restriccin o monopolizacin, ser mayor la ganan- estados, hasta los ms fuertes, estn limitados por las operaciones de la
cia potencial para los vendedores. A decir verdad, los monopolios tienen colectividad que es el sistem\} interestatal. La expresin equilibrio de
sus desventajas, las cuales se nos sealan con frecuencia. Pero lo que poder se refiere precisamente a tales lmites.
.caba con los monopolios no es la conciencia social de sus desventajas, Si todos los estados fueran verdaderamente soberanos, ninguno reque-
smo el hecho de que los monopolios invitan a su propia destruccin por rira un servicio de inteligencia, ni, para el. caso, fuerzas armadas. Pero
los esfuerzos racionales e inevitables de los nuevos productores/vendedo- claro que t~dos los estados cuentan con esos servicios y esas fuerzas y los
res por ingresar a mercados altamente redituables. Estos esfuerzos tarde necesitan si quieren mantener un mnimo de control sobre lo que sucede
o temprano triunfan, pero en el proceso reducen la rentabilidad del mer- en el interior de sus fronteras. No es que la consigna de la soberana no
cado particular al que ingresan estos nuevos productores/vendedores. tenga sentido, sino que establece un lmite normativo sobre el grado y los
De ah que el mercado en efecto desempee un papel importante en el tipos de intromisiones y por tanto puede ser utilizada por los estados ms
funcionamiento del capitalismo, pero slo como un mecanismo por el dbiles -hasta cierto punto~ para limitar el dao que les causarn los
cual algunos productores/vendedores buscan constantemente acabar con estados ms fuertes. La ONU es hoy uno de los principales vehculos por
los monopolios de otros. Sin embargo, el resultado neto es que aquellos medio del cual ponen esas limitaciones. Pero qu tan en serio toman a
que ya han lucrado en un mercado monopolizado, al ver el final cercano la ONU los ministros de relaciones exteriores del mundo?
de sus ventajas, toman sus utilidades y se mudan, o tratan de mudarse, Desde la Revolucin francesa todos los estados han tenido ciudada-
para encontrar otro mercado nuevamente monopolizado. En este ir y nos, en contraposicin con los antiguos sbditos. Los ciudadanos tie-
venir, el papel de los estados es central para las maniobras de todos -los nen derechos. Los ciudadanos son participantes idnticos en la toma de
estados como garantes o creadores de monopolios as como legitimado- decisin poltica de sus estados. Salvo que, desde el lanzamiento del con-
res neutrales de prcticas monoplicas, pero tambin los estados como cepto, casi todos los estados se han aplicado a limitar la aplicacin d\'.!l

164 165
concepto en la realidad. Una de las formas en la que se ha hecho est
. o es nes polticas. No es que no haya ms Galileos por ah. Hay much~s.y alg~
que e1 sistema-mundo ha materializado toda una serie de distincio

b.manas l h d d nes os hacen algo ms que murmurar Eppur si muove. Pero la d1s1dencia
y es a a o Importancia poltica a un grado tal que antes n
, b , 1 o se
conoc1a: urguesia-c ase media/proletariado-clase obrera; hombre/mujer;
~equiere valor, incluso en la mayora de los estados liberales.
blanco/~egro (o pe~sona de color); proveedor/ama de casa; trabajador Es fcil explicar por qu estos cuatro mitos -el mercado libre, los esta-
productivo/persona Improductiva; sexualidad comn/sexualidad aberran- dos soberanos, la igualdad de derechos para todos los ciudadanos y la
te; los educados/ las masas; ciudadano honesto/criminal; normal/mental- neutralidad valorativa del acadmico/cientfico- son, necesarios para el
mente anormal; mayor de edad/menor de edad; civilizado/no civilizado. y funcionamiento del sistema-mundo moderno, por que se les propaga ta~
desde luego hay ms. uidosamente y son ampliamente credos, al menos de manera superf1-
Lo que hay que observar en estas distinciones binarias, todas ellas ela-
~ial.
Pero no es lo que aqu me ocupa. Mi propsito es discutir qu es lo
ue sucede cuando el sistema histrico en el que vivimos llega a una cri-
boradas tericamente en gran detalle durante el siglo XIX, es que se mon-
1s estructural y comienza su bifurcacin, punto en el que creo nos encon-
taron en antiguas diferenciaciones pero dndoles un relieve una interre-
lacin y una rigidez que rara vez tuvieron en otro tiempo. Lo,que tambin
~ramos. y en particular, qu pasa con la neutralidad valorativa del aca-
dmico/cientfico y qu es lo que debiera sucederles a ellos o a ellas?
tenemos que observar es que la consecuencia de cada una de estas dis-
ti?ciones binarias es la restriccin efectiva de la ciudadana. La ciudada- Pienso que lo primero que necesitamos nosot:os, los intelectual~s, es
rua es un concepto que en teora incluye a todos. Las distinciones binarias hacer a un lado el mito y afirmar con cierta clandad la verdadera situa-
r~?ucen este todos a una minora relativamente pequea de la pobla.- cin; la cual consiste en q~e todos los debates son simultneamente inte-
c1on. Es;o se puede medir fcilmente observando el derecho al sufragio lectuales morales y polticos. Esto es, entonces, reconocer las verdaderas
Yms aun observando el grado de aceptabilidad de la verdadera partici- limitacio~es de la complicada postura de Weber, pero sin aceptar la pos-
pacin poltica. tura demasiado simple de Gramsci. He usado deliberadamente tres pala-
bras -intelectual, moral y poltico- para caracterizar el tipo de asuntos
Por ~lt.imo, lleg~mos a la neutralidad valorativa. Es un concepto creado
a los que se enfrentan los intelectuales porque creo que, ~~nque los deba-
para hm1ta: a los intelectuales, grupo revoltoso, difcil y pseudointeligen-
tes involucren simultneamente los tres modos de anlisis, stos no son
te. En teona, todos los acadmicos y los cientficos estn dedicados a la
idnticos y cada uno tiene sus propias exigencias. ~s an, yo cr:o que lo
:erda~ ab~tracta y cuentan las cosas como son en realidad, tal y como sus ms til es enfrentar estas tres exigencias en un cierto orden: pnmero, la
mvestigac1on:s les ~ern:i~ten entender el mundo. Sostienen haber elegido
evaluacin intelectual de hacia dnde vamos -nuestra trayectoria exis-
sus temas de mvestigac10n considerando tan slo sus intereses acadmi-
tente-; segundo, la evaluacin moral de a dnde queremos ir; tercero, la
cos o cientficos intrnsecos, y haber seleccionado sus mtodos de inves-
evaluacin poltica de cmo es ms.probable que lleguemos a donde cree-
ga~in en trminos de su validez y confiabilidad. No sacan conclusiones mos que debemos dirigirnos. Cada una es difcil de ha~e~. Ha~er las tres
vhdas para la plaza pblica. No temen a las presiones sociales. No atien-
~en presiones, financieras o polticas, para corregir sus resultados 0 los evaluaciones en estrecho concierto y de manera sucesiva es aun ms ar-
duo. Pero si no estarnos interesados en asumir esta tarea, entonces ms
informes de sus resultados. .
nos valdra dedicarnos a otra cosa .
. Es un. bo~ito. cuento ?e hadas, pero quien haya frecuentado por algn
he~po mstituc10~es uru~ersitari~s o de investigacin y siga creyndolo es Hacia dnde nos dirigimos? Para responder esta pregunta hay que
co~tar con una cronosofa12, una unidad de anlisis y una perspectiva ana-
un mgenuo consciente o mconsc1entemente. Las presiones materiales son
ltica. Las mas son claras. Mi perspectiva analtica es algo que he ~ama
1 enorm~s, las presi?nes de sus carreras acadmicas son casi igual de.gran-
1 do anlisis del sistema-;mndo. Mi unidad de anlisis es un sistema
des y, s1 estas pres10nes no funcionan, siempre estn a la mano las presio-
'l 166
social histrico. Y mi cronosofa se basa en el supuesto de que existe una

!'11 167
"
~
\
flecha temporal, con bifurcac!9nes en cascada, que posibilita, pero de. nin- ofrecen un punto de partida bsicamente correcto. Algulll'-" n1lk"h;..~ t.\l
gn modo vuelve inevitable, el progreso -'-que es un concepto moral. A vez, lo negarn. Y cierta cantidad de nuestra energa se tiene que d::."-Th.~t
esto lo llamo teora del progreso posible. Permtaseme traducir eso en un al debate sobre lo que podramos llamar conjunto de asuntL"IS prt'.:Ul:'l~tt
lenguaje ms concreto. cos. Pero francamente, no demasiada. Pues los que estam. :is r.12'.'naN~
Nuestro sistema social histrico existente es el sistema-mundo moder- mente convencidos de que empleamos el conjunto correcto de prenfr~:.->$
no, que es. una economa-mundo capitalista. Existe desde el largo siglo no nos podemos permitir gastar. tanto tiempo justificandL1 fas prem~\S
XVI. Este sis.tema se ha expandido geogrficamente para abarcar el globo implcitas, de suerte que no lleguemo~ a los intrincados probk.nms_ dd
entero, habiendo presionado e incorporado a todos los otios sistemas diagnstico de la realidad contempornea sobre la base de estas prenu5:..'\~
sociales histricos de la tierra desd~.el ltimo tercio del siglo XIX. Al ig~al Una vez que hemos lleg~do al debate relativo a la naturalc:.r.:\ dt b mu\
que ~odos l.os sistemas histricos, una vez que apareci ha operado por sicin, debemos entrar en la resbaladiza tarea de enumernr los w-:-tres
med10 ~e ctert~s .reglas, que es posible hacer explcitas y que se reflejan que estn involucrados en la trayectoria, los parmetros tknt\'\) de, k'\$
e.n sus ntmos c1chcos y en sus tendencias seculares. Al igual que todos. los cuales operan y las posibles rutas alternativas que pueden tomar, tt'rnrn-
sistemas, las proyecciones lineales de sus tendencias llegan a ciertos lmi- do siempre en mente que en una situacin catica habr mud1;1s S''11'1"'
t~s, .en donde el sistema se encuentra lejos del equilibrio y empieza a sas y repentina reversa. Lo ms duro es distinguir entre lo que t'S s~mpk
bifurcarse. En este punto, podemos decir que el sistema se encuentra en mente la continuacin de patrones cclicos que son parte dd vkjL) s1stctrn\
crisis y atraviesa por un periodo caticq en el que busca estabilizar un y lo que es verdaderamente nuevo. Se vuelve ms difcil por d lKd~L' Lk
~rden nuev~ y diferente, es decir, transitar de un sistema a otro. Es impo- que una de las caractersticas de nuestro actual sistema-mundo es su idt'l~
sible predecir qu es y cundo se estabilizar este nuevo orden pero las loga de lo nuevo, una de cuyas expresiones es la tendencia de k)s :~l'l\l:~:
disyuntivas se ven profundamente afectadas por los actos de ~odos los micos y cientficos y de hecho de los publicistas a celebrar cntla pt'n!K' "'
participantes durante la transicin. Y es ah donde hoy nos encontramos. del mundo real como <<nueva y por tanto maravillosa o ,,(t'rni'lt'"
El papel del acadmico/cientfico es dirigir sus capacidades a la natura- Requerimos de cierta serenidad en nuestra apreciacin.
l~za d~ esta transicin y, lo que es ms relevante, desplegar las opciones En una situacin catica, lo nico de lo que podemos estar segun's t'S
h1stncas que eso nos ofrece a todos, individual y colectivamente. Como de que se nos ofrecern rutas. nuevas y en un sentl.do venlat11:.ro st'
rn 's
pide que elijamos entre ellas. Es aqu donde entran las cuestiones .iw~:_ .- 1 1
el periodo es catico y tambin es intrnsecamente imposible predecir su
1
resultado, la tarea intelectual de analizar la transicin y las opciones que les y no se pueden ignorar m pasar por alto. L a e lecc1n nunc."I es tcel\tl.
. formal. Supone lo que Weber 11 mm:) ".t"\L'\ll'
~frece no es fcil ni obvia. Las personas de buena fe pueden y deben dife- y nunca de una racionalidad 1
rir, acaso p:ofundamente, en el anlisis intelectual. Este proceso supone nalidad material, lo que significa elegir entre fines, no entre nwd 10'." '\
~n debate mtelectual, empleando las reglas que gobiernan los debates cuando hablo de fines, no me refiero a fines definidos estrecha Y tcnicn-
mtelectuales. Yo he buscado entrar a este debate, y lo mismo, desde luego, mente, sino a la forma general y a los valores fundamentaks del nut'Vll
han hecho muchos otros 13 . sistema social histrico que preferiramos construir.
, , . . . rn ru11d11
Hacia dnde nos dirigimos es la nica pregunta intelectual que Este desde luego es un tema para todos, no nada mas m s1qu1e
podemos. hacer? No, pero durante una transicin sistmica es probable- mentalmente para acadmicos/cientficos. Pero no es el tipo de tcnws q,t1c
mente la pregunta ms crucial para nuestro futuro colectivo. De ah que los acadmicos/cientficos puedan eludir diciendo que hacer tales etcrru;
sea deseable y a la larga inevitable que se convierta en el centro de nues- nes es tarea del ciudadano o de alguna otra figura social fuera del dolll
tras preocupaciones colectivas. Claro que decir esto presume que la cro- mo del mtelectua
1. Pues nuestras e1ecc1ones

impu 1san la f011 111 en In que
; , f lihfclllClllc
nosofa, la unidad de anlisis y la perspectiva analtica que he elegido hemos de reahzar nuestras tareas mtelectuales. Estan me Ul _

168
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relacionadas. Nuestras elecciones determinan lo que es formalmente un lenguaje moral. Ms an, el lenguaje intelectual no ser necesaria-
r~cional, el dominio interno de~ acadmico/cientfico. Lo que esto signi- mente honesto, en el sentido de que los proponentes crean en verdad que
fica es que tenemos que ampliar el nmero de factores que debemos as es como funcionan las cosas en realidad, en contraposicin al modo en
c?nsiderar en nuestr.os anlisis, as como en nuestros preceptos. Si, por que debieran funcionar. De hecho, los proponentes no siempre sa?en
ejemplo, una determmada poltica ecolgica o industrial tiene sentido y ellos mismos cundo no estn siendo del todo honestos en este sentido.
puede decirse que es racional, depende en parte de la gama de cons'e- Ergo, la claridad intelectual es parte de la lucha moral, la cual implica
cuencias y de que estemos dispuestos colectivamente a pagar el precio esforzarse en distinguir las distorsiones del anlisis causadas por las nece-
que sea por estas polticas. Y de inmediato la pregunta se vuelve quin sidades de la propaganda, en la ms amplia acepcin de la palabra.
es el nosotros que est pagando el precio? Debemos abrir el abanico y si por casualidad navegamos con xito la interfaz entre l.os temas inte-
de la gente involucrada en el nosotros, abrirlo en trminos de todos lectuales y los morales, dndole a cada cual lo que le es pro~i?, nos enfren-
los ~ems grup?s sociales dentro del sistema, abrirlo geogrficamente y tamos todava al mayor de .los obstculos, los temas poht1cos. Pues no
abnrlo en trmmos de generaciones, incluyendo a los que an no nacen. basta ver con claridad lo que est en juego intelectualmente, ponderar con
Tarea nada fcil! claridad las implicaciones morales y afirmar las preferencias morales; tam-
Entonces, debemos encararla realidad de que hoy algunos tienen mucho bin debemos entender lo que sucede en la esfera poltica Y cmo pode-
~ayeres privilegios que otros y que es normal esperar que aquellos que mos de hecho ser materialmente racionales, esto es, cmo podemos poner
tienen los mayores privilegios deseen mantenerlos en medio de las fluc- en prctica nuestra visin de lo que es cierto y de lo que es ~uen~. Lo que
tuaciones que implica necesariamente una poca de transicin. En pocas el fascismo fue, y es, como ideologa es el rechazo de las exigencias tanto
palabras, una poca de transicin no es un partido amistoso de ftbol. Es intelectuales como morales en nombre de los derechos de la fuerza. Cada
una lucha feroz por el futuro y suscitar severas divisiones 6ntre nosotros. vez que escucho la palabra 'cultura' saco la pistola, decan los dirigentes
Cuando se pregunta cul es el mayor tema moral que enfrentamos en nazis. Todava existen los que tienen pistolas y actan de esa manera. Las
una etapa de transicin? La respuesta es incuestionablemente sencilla: elecciones histricas no son nada fciles y se pueden volver desagradables,
el sistema (o sistemas) histrico(s) que venga(n) ha(n) de mantener el por racionales que sean los anlisis de los acadmicos/cientficos.
esquema del sistema actual y el de los pasados, el de un inequitativo si~ Aqu llegamos al punto de cmo nos podemos organiz~r en una e~apa
~ema. jer.rquico, o ser(n) relativamente democrtico(s), relativamente de transicin. De nuevo, sta no es una pregunta nada mas para los mte-
1guahtano(s)? lectuales, o que siquiera vaya dirigida a ellos en primer lugar, per? se
~e inmediato vemos que ste es un asunto moral: cul es la buena trata de una pregunta que no se pueden negar a enfrentar. Quienes digan
sociedad? ~ero ta~bin es un asunto intelectual: qu sociedad es posi- que se niegan a enfrentarla d_ITectamente nos est.n engaando o se enga-
ble construir? .Posible? Dados qu elementos? Segn una psicologa an a s mismos. Sin embargo, elgran problema para los que han optado
humana putativa? Segn un determinado nivel tecnolgico? Todos los por luchar p~r un mundo.ms democrtico, ms igualitario, es el legad?
grandes temas de las ciencias sociales de los pasados doscientos aos tie- del desencanto que han alimentado los logros y los fracasos de .los mo:i-
nen detrs este tema moral: cul es la buena sociedad? Y hoy no esta- mientos antisistmicos del mundo moderno en los. pasados ciento cm-
mos ms cerca de un consenso que en 1989, 1968, 1914-18, 1870, 1848 0 cuenta aos, y en particular en los ltimos cincuenta. Todos nos hemos
1?~9: por mencionar nada ms algunos de los grandes mome~tos de la vuelto desconfiados de estos movimientos: de. su triunfalismo, de su cen-
diVIsin social en el sistema-mundo moderno.. tralismo y de .las. feroces intolerandas. que han desplegado.
Podemos esperar un lucha seria entre d~s campo~ morales, ca~a uno As las cosas, qu puede decirse sobre la poltica de la transi~i?n? En
de los cuales arropa sus alegatos en un lenguaje intelectual y tambin en primer lugar, la lucidez precede a la movilizacin. Si nos movilizamos,

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171
\
\

debemos saber por qu y no nada ms cmo. Y el porqu es una cues- tegia viable, coherente. Y una estructura laxa est muy expuesta a fas
tin intelectual y moral y no nada ms poltia. No puedo subrayar esto infiltraciones y a las fracturas desde dentro.
demasiado. Es aqu donde los intelectuales tienen que hacer su propia
Adems, una estructura as de laxa requiere para sobrevivir de com-
aportacin. Probablemente, los intelectuales se definen como aquellos
prensin y respeto mutuo. Aqu ,vuelve a haber un papel para el intelt'-'-
que han invertido mayor esfuerzo que otros en adquirir las habilidades
tual. En la medida en que los intelect~ales puedan apartarse de las pasio-
para el anlisis que sustenta la lucidez. Es en la bsqueda de la lucidez
nes de la hora, sern capaces de servir tomo intrpretes entre los mltiples
que las cuestiones intelectuales plantean sus exigencias en medio del
movimientos, sern quienes traduzcan las prioridades de cada uno al len-
vrtice de actividades.
guaje del otro y en el lenguaje comn qy.e les permitir a todos entender
Una de las realidades intelectualesdel mundo moderno es que los gru- los temas intelectuales, morales y enseguida polticos que enfrentan.
pos con los que nos identificamos son mltiples y se mezclan y adquieren
En el siglo XXI, creo que se podra persuadir a Gramsci de la sabidmi:\
y pierden relevancia, para nosotros y para el sistema-mundo. Esto se que hay en tal visin revisada. Creo que hasta se podra persuadir a We-
debe en parte a la pltora de distinciones binarias que el sistema-mundo ber, aunque eso sera ms difcil. Pero nos tenemos que esforzar mucllL\
institucionaliz en el siglo XIX, de las que no nos desharemos pronto ni No es seguro que podamos arribar al tipo de transformacin social que
rpido. Por el momento debemos vivir con estas distinciones, aun cuando quisiramos si no logramos persuadir a los Max Weber del mundo.
deploremos sus exageraciones. El centralismo, por democrtico que sea,
no podr, no puede funcionar. Las rebeliones de 1968 dejaron en claro la El resultado de la lucha es sumamente incierto. Pero en etapas de tnm-
leccin y desde entonces los movimientos la aprendieron y la interioriza- sicin nadie se puede dar el lujo de mirar las cosas desde la barrera.
ron en parte. Pero slo en parte.
Quienes deseen mantener la jerarqua y el privilegio en el futuro siste-
. ma social histrico que hemos de crear nos llevan un par de ventajas a
todos nosotros. Una es que tienen a su disposicin una gran riqueza, el NOTAS
poder existente y la capacidad para comprar el saber experto que les l. I. Wallerstein, The End of the World As We Know lt: Social Scince for the Tiventy-
haga falta. Tambin son inteligentes y sofisticados. Y se pueden organizar . First Century, cit.
ms o menos centralmente. 2. Para una exposicin ms detallada de estos argumentos, vase el captulo m.
Quienes prefieran que el futuro sistema social histrico que hemos de 3. Vase I. Prigogine, The End of Certainty, cit.
crear sea relativamente democrtico y relativamente igualitario estn en
4. M. Weber, The Meaning of'Ethical Neutrality' in Sociology and Economics, Thi
desventaja en estos dos puntos. Tienen menos riqueza y poder. Y no pue-
Methodology of the Social Sciences, The Free Press, Nueva York, 1949, pp. 18-19.
den utilizar estructuras centralizadas. De lo que se sigue que la nica al-
5. M. Weber, Science as a Vocation, From Max Weber: Essays in Sociology, Routkd
ternativa es convertir la limitacin en una ventaja. Se deben basar en su
ge and Kegan Paul, Londres, 1948, pp. 155-56.
diversidad. Que a esto lo llamemos coalicin arco iris o la gauche plu-
rielle o el frente amplio importa menos que Ja idea bsica: no pode- 6. W. C. Runcirnan, A Critique of Max Webers Philosophy of Social Science, Harvanl
mos escapar a la necesidad de crear a nivel mundial u'na familia de movi- University Press, Cambridge, 1972, pp. 6-7, nota 7.

mientos antisistmicos que no puede, en lo ms mnimo, tener una 7. M. Weber, "Objectivity" in Social Science and Social Policy, Methodology of thi
estructura jerrquica. Y esto es difcil en tm1inos organizativos por dos Social Science, cit., p. 55 (La "objetividad" cognoscitiva de la ciencia social y de la
motivos. Una estructura tan laxa acaso no sea capaz de crear una estra- poltica social, Ensayos sobre metodologa sociolgica, pp. 44-45).
8. W. C. Runcirnan,A Critique of Max Webers Philosophy of Social Science, cit., p. 49.

172 17J
9. Vase Arnold Brecht: Los relativistas alemanes originales eran acadmicos de ten- JX. ESTADOS UNIDOS Y EL MUNDO:
dencias democrticas, liberales o socialistas que vivan en un pas gobernado por un
gobierno monrquico semiautoritario. Estaban rodeados por una gran mayora de
LAS TORRES GEMELAS COMO METFORA
estudiosos que aceptaban ese tipo de gobierno como el ideal y que con frecuencia
introducan en sus conferencias y en sus escritos acadmicos el patriotismo emotivo
Amerlca the beautlful
y el conservadurismo. Opuestos en su propia obra a plegarse a las formas y valores
autoritarios, fueron llevados a estudiar en defensa propia, con ms cuidado que sus
colegas de pases gobernados democrticamente, la relacin adecuada de la ciencia O beautiful for patriot drcam
con las evaluaciones polticas (A. Brecht, ['olitical Theory, Princeton University That sees beyond the years
Press, Princeton, 1959, p. 239). Thine alabaster cities gleam
10. Antonio Gramsci, The Formation of Intellectuals, The Modern Prince, and Other Undimrned by human tears!
Writings, International Publishers, Nueva York, 1957, p. 118. En una nota al pie des- America! America!
pus de esta frase que no se trad~jo en la edicin al ingls, Gramsci especifica a qu God shed His grace on thee
se refiere con esta ltima frase, empleando el ejemplo de Gaetano Mosca: Los Ele- And crown thy good with brotherhood
mentos de las ciencias polticas de Mosca[ ... ] deben examinarse bajo esta rbrica. 3From sea to shining sea!
La llamada "clase poltica" de IVJ:osca no es otra cosa que la categora intelectual del
KATHERINE LEE BALES,
grupo social dominante; el concepto de "clase poltica" es similar al de "lite" de
America the Beautiful1
Pareto [... ].El libro de Mosca es una mezcla enorme de elementos sociolgicos y
positivistas, an ms tendenciosa por sus referencias polticas contemporneas, lo
que lo vuelve menos difcil de digerir y estilsticamente muy VVO (A. Gramsci, Gli
lntellectuali e l'organizzazione della cultura, Einaudi, Turfn, 1949, p. 4).
11. Vase Lingua Franca (eds.), The Sokal Hoax: The Sham Tizar Shook the Academy,
University of Nebraska Press, Lincoln, 2000.
'
12. Sobre la cronosoffa vase el captulo VI, nota 34.
El 22 de octubre de 1990 me invitaron a dar la conferencia inaugur~l de
13. Vase el captulo III. un ciclo de Oradores Distinguidos en la celebra~in del bicente?ano de
.
la, U mvers1dad de Vermont. Titul mi conferencia Estados Um~o~ y el
. . , l b d ones
d . hoy ayer y maana 2 En esa ocasin dtscutl as . en 1c1
mun o. , d d el
que Dios le dio a Estados Unidos: en el presente, ~a prospen a ~ en
asado, la libertad; en el futuro, l.~. igualdad. En c1ert~ modo, D10s no
~istribuy estas bendiciones a todos en to~as _rart.es. Sen~laba que Esta-
dos Unidos era muy consciente de esta ~tstnbuc1n de~1gual de l~ ~a
cia de Dios. Dije que Estados Unidos siempre se babia autodefm1do,
siempre haba medido sus bendicio~~s, con la vara del mu~~ Somos
mejores; fuimos mejores; seremos mejores. Tal vez l~s .bend1c1ones que
son universales no se consideren verdaderas ?en~1c10nes. Tal vez le
ill1Pf':emo~ a Dio,s ctue nada ms salve a una mi~ona .
..
174
175

\,
\

Hoy vivimos a la sombra de un acontecimiento que a la mayora. c;Ie aseveracin es ciertamente muy alto. Pido que se reflexione sobre cmo
nosotros nos estremeci, la dstruccin de las Torres Gemelas el 11 de suena esa aseveracin, no nada ms para las personas de pa~es pob~es
septiembre de 2001 por un grupo de individuos tan dedicados a su ideo- con culturas muy distintas a la nuestra, sino para nuestros amigos Y alia-
loga y a su furia moral que por aos conspiraron para encontrar las for- dos: para los canadienses, para los ingleses y desde lu:go pa;a los france-
mas de darle un golpe geopoltico mortal a Estados Unidos y a quienes ses. Piensa Tony Blair que Estados Unidos <?S el me1or pai.s del mundo,
ellos consideraban sus simpatizantes en el mundo, y lo hicieron de un mejor que Gran Bret~a? Se ;;ttrevefa a\pens.arlo? Lo pi~n~a el papa
modo tal que fue preciso que sacrificaran sus propias vidas. La mayora Juan Pablo II? Quin, aparte de los estadoumdenses y qmenes desean
de los estadounidenses han reaccionado ante los acontecimientos con un migrar a Estados Unidos, lo cree?
odio profundo, con decisin patritica y sin embargo con grande y per- Desde luego el nacionalismo no es. un fe~meno que s~ limite a la ~ente
sistente desconcierto. Desconcierto en dos cosas: por qu sucedi esto? de Estados Unidos. Los ciudadanos de casi todos los paises son _ratnotas
Y, cmo pudo.suceder? Y al desconcierto se ha aadido una gran incer- y con frecuencia chauvinistas. Los estadoun~denses son conscientes de
tidumbre: qu se debe hacer, qu se puede hacer para que un aconteci- eso, sin duda. Sin embargo, tienden a apreciar el he.cho de que mucha
miento as no pueda ni vuelva a suceder otra vez? gente en todo el mundo desea emigrar a Estados Umdos Y que :1 pare-
Al volver a ver lo que dije hace once aos, no quisiera cambiar nada. ce existir ningn otro punto de inmigracin tan popular, lo q~e mterpre-
Pero me siento un poco incmodo con la postura desde la cual habl. tan como una confirmacin de su .creencia en la virtud supenor de Esta-
Escrib como si yo fuera un etngrafo proveniente de otro lado, de dos Unidos como nacin.
Marte, por ejemplo, tratando de entender esta curiosa especie: humanus Pero, en qu creemos que consiste nuestra virtud su~erior? Yo creo
americanus. Hoy no me parece que eso sea suficientemente bueno. Soy que los estadounidenses tienden a creer que los otros tienen menos de
ciertamente un ser humano y me preocupa el destino de la humanidad. muchas de las cosas que nosotros tenemos y el hecho de que tengamos
Pero tambin soy un ciudadano estadounidense. Aqu nac. Aqu he vivi- ms es una seal de gracia. Por tanto, tratar de elaborar los numerosos
do durante casi toda mi vida. Y comparto toda la responsabilidad, junto terrenos en los que se puede pensar que existe este c.oncepto de menos.
con todos los que se encueritren en mi posicin, por lo que ha pasado y Empezar con un terreno sobre el cual los estadoumd~nses ~ar.e~en estar
pase aqu. Tengo la obligacin moral de observar a Estados Unidos muy seguros. Otros pases son menos modernos, s1 el s1gmficad~ de
desde el interior. moderno se refiere al nivel de desarrollo tecnolgico. Estados, Umdos
De ah que quiera echarle un vistazo a Estados Unidos y el mundo cuenta con la tecnologa ms avanzada del mundo. Esta tecnologia se loc-
por segunda vez. Pero en esta ocasin no quiero fijarme en cmo se ven aliza en los aditamentos que tenemos en nuestras casas,, en las re?es de
los estadounidenses a s mismos a travs del prisma del mundo, sino comunicacin y transporte, en la infraestructura del pais, en los 1~str~
ms bien cmo han visto al mundo los estadounidenses y cmo les gus- mentos para la exploracin del espacio y desde luego en la maqumana
.tara verlo de ahora en adelante. Y soy muy consciente que aqu avan- blica con que cuentan nuestras fuerzas armadas. Como resultado de est~
zo por terreno polmico. tecnologa, los estadounidenses consideran que la vida :n Es:ados. Um-
dos es ms confortable, que nuestra produccin compite mas exitosa-
Raro es el presidente de Estados Unidos, en el siglo XX al menos, que
mente en el mercado mundial y que por tanto estamos seguros de ganar
no haya dicho en algn momento que Estados Unidos es el mejor pas
del mundo. No estoy seguro de que nuestras omnipresentes agencias de las guerras a las que otros nos puedan arrastrar. .
sondeo de la opinin pblica alguna vez hayan planteado directamente Los estadounidenses tambin consideran que su sociedad es la ms e~i
esta pregunta al pblico de Estados Unidos, pero sospecho que el por- ciente. Las cosas funcionan ms fluidamente: en los centros de traba/,
centaje de la poblacin estadounidense que estara de acuerdo con tal en la plaza pblica, en las relaciones. sociales, en nuestros tratos con_ as
177
176
ncia de un sistema en el que la preferencia la tienen los privilegiados? Y
burocracias. Por grandes que sean nuestras quejas sobre cualquiera de
::tas costumbres democrticas, en la plaza pblica y en la vida social, se
estos terrenos, tenemos la impresin, cuando salimos, que los otros no
remontan al menos doscientos aos atrs, si no es que cuatrocientos.
llevan tan bien las cosas. Los otros no parecen tener la presteza de
accin de los estadounidenses. Son menos inventivos para encontrar Del crisol de las razas a la multiculturalidad, nos h~mos enorgullecido
soluciones a los problemas grandes y pequeos. Estn muy atorados en bl mezcla e'tnica de la vida real estadoumdense: en ,nuestros
d e 1a mcrei e ,. . ,
la tradicin o en la forma. Y esto los detiene, mientras que Estados Uni- antes en nuestras universidades, en nuestras ehtes pohticas. S1,
t
res aur , 1
dos avanza. Por lo mismo estamos en la mejor disposicin para ofrecer- hemos tenido nuestros errores, pero hemos hecho ms que cua qmer ~tro
le a todo el mundo asesora amistosa -a los nigerianos, a los japoneses, pas por tratar de superarlos. No llevamos la de,lantera durante las de~a
a los italianos- sobre cmo pueden hacer mejor las cosas. La imitacin das recientes en la abolicin de las barreras de genero y de raza, en la bus-
de las formas estadounidenses por parte de los dems se tiene por un queda constantemente renovada de una meritocracia perfecta? Hasta
gran adelanto cuando los estadounidenses evalan lo que sucede en mentos de protesta son motivo de orgullo para nosotros.
nues t ros movi 1 . ,. ?
otros pases. Daniel Boone ms los Cuerpos de Paz son la sntesis de una En dnde ms son tan persistentes, tan diversos, tan leg1tlmos.
evaluacin de la economa poltica comparativa. y el nico terreno en que, hasta 1945, tendamos a reconocer que no
Aunque desde luego que la mayora de los estadounidenses negaran ramos la .vanguardia del mundo, el terreno de la alta cultura, no ha
que ese menos que tienen los otros sea meramente material. Tambin cambiado por completo? No es hoy en da Nueva York el ce~tro mun-
es espiritual. O si el trmino espiritual parece excluir a los humanis- dial del arte, el teatro, la msica, la danza, la pera? Nuestro cm: es_ tan
tas seculares, tambin es cultural. Nuestros presidentes nos dicen, y nos superior que el gobierno francs debe recurrir a _medidas protecc1omstas
lo recuerdan nuestras canciones patriticas, que somos el pas de la . para que el pblico francs no lo vea ms todavia. .
libertad. Los otros son menos libres que nosotros. La estatua de la Li- Podemos resumir todo lo anterior en una frase que los estadoumdenses
bertad abre sus brazos a todas esas apiadas masas que anhelan respi- rio han usado mucho, al menos hasta el 11 de septiembre de 2~01'.p~~o que
rar la libertad 3 en buena medida tenemos en nuestros corazones: somos ~as civ1hzad~s
Nuestra densidad de libertad es visualizada de muchas maneras. Qu que el resto del mundo, el Viejo Mundo, como solam.os decir con un dejo
otro pas cuenta con una Declaracin de Derechos? En dnde se honra de desdn. Representamos las ms elevadas aspiraciones de to~os, no nada
ms la libertad de la prensa, de religin, de expresin? En dnde ms ms de los estadounidenses. Somos los lderes del .mundo hbre por~ue
estn tan integrados los inmigrantes al sistema poltico? Quin puede somos el pas ms libre del mundo y los otros nos miran en b~s~~ de_ l;de-
nombrar otro pas en el que alguien que llegue aqu de adolescente, y que razgo, para mantener en alto la bandera de la libertad, de la c1vihzac1on.
al da de hoy siga hablando el ingls con un fuerte acento alemn, pueda lle- Hablo en serio. Estoy absolutamente convencido de que esta ~~gen de
gar a ser secretario de estado, el principal representante de los estadouni- que el resto del mundo tiene menos es profundamep.te congemta en la
denses ante el resto del mundo? Existe otro pas en el que la movilidad psique estadounidense, por muchos que sean los que se apenen c?n lo
social, para aquellos que la merecen, sea 'tan rpida? Y qu pas tiene el que digo e insistan en que ellos no son parte de ese consenso'. pues t_1enen
mismo grado de democracia que nosotros? Democrtico no nada ms en la opinines ms (digamos?) cosmopolitas. Y es en este sent1do'.pnm.~r~
apertura constante de nuestras estructuras polticas, en la centralidad de un ue nada, que las Torres Gemelas son una metfora perfecta. S1mbo~1za .
sistema bipartidista, sino tambin en nuestras costumbres cotidianas. No ~an las aspiraciones sin lmite; simbolizaban los alcances tecnolgicos,
es Estados Unidos el pa~ms destacado en.la preservacin del principio de simbolizaban un faro I?..ra el mundo.
primero en llegar, primero en ser atendido en las prcti~as diarias, a die-

179
178
\

EL ATAQUE A ESTADOS UNIDOS ataque, verbal en un ataque fsico al territorio estadounidense, un ataque
,.
Lo que hoy prueba'Est.ados 'uru"dos es una pequea
"' . . dos.
. , . que tom a Estados Unidos por sorpresa y, al menos por el momento.
., ,
con lo ue d IS en comparacin indefenso. Hasta que eso sucedi, los estadounidenses se haban podido
"b. qd por cadas hemos probado nosotros. Nuestra nacin ha estado pennitir ignorar los ataques verbales, tan abundantes en el mundo como
rec1 ten o estas _dosis de humillacin y desprecio por ms de ochenta aos .
los. balbuceos de los tontos. Pero los tontos se convirtieron ahora en villa-
[.~.].Pero que s1 cae la espada sobre Estados Unidos, luego de ochenta ns. Ms, an, los villanos inicialmente tuyieron xito y ste fue el segun-
. ::~~: levanta la. cabeza de la hipocresfa lamentando las muertes de estos do gran impacto. Se 'supona que n6s e~contrbamos en una situa~in
s que han JUgado con la sangre, el honor y los lugares sant.os de los que nos permita ignorar esas crticas porque ramos esencialmente in-
musu1manes. Lo menos que se puede decir
de esta gente es que son moral-
mente depravados. vulnerables, y ahora hemos descubierto que no lo somos.
Se ha dicho con frecuencia que el mundo no volver a ser el mismo des-
SAMA BIN LADEN, 7 de octubre de 2001 pus del 11 de septiembre. Yo pienso que es una hiprbole tonta. Pero tal
vez la psique estadounidense nunca vuelva a ser igual. Pues una vez que
sOsama ..bin
, Laden no op_ma que E stados U rudos
. sea un pas hermoso. En ' sucede lo impensable, se vuelve pensable. Y siempre haba sido impensa-
u _opmion, los estadourudenses son moralmente depravados Aho b. ble un asalto directo sobre el territorio estadounidense de parte de una
1
~: ::~0:~u~~sl~:t:~~~nide~es, por supuesto, que piensan ~amb;:n ~:: banda de individuos dispersos. Ahora hemos tenido que fundar una Ofi-
cina de Seguridad Interna (Office of Homeland Security). Ahora tene-
chamos esta . ., ouru enses son moralmente depravados. Escu-
Esta . opimon d~ lo que podra llamarse la derecha cultural en mos al Pentgono discutiendo si deben establecer lo que ellos llaman un
d ~~s Umdos. Pero mientr~s que las crticas de la derecha cultural esta- comando de rea, una estructura militar hasta ahora limitada a las reas
oum ense y las de Osama bm Laden coinciden en la medida en f que estn afuera de Estados Unidos y cubren todo el mundo, que cubrie-
~~; i~~ ve~ con las costumbres cotidianas, la denuncia fundame~~:l ~~ ra al propio Estados Unidos.
se e l en iene que ;er con lo que l llama la hipocresa estadouniden- Sobre todo, ahora tenemos terroristas en nuestro vocabulario. En In
n a ~scena mundial. y cuando se trata de Estados Unidos en 1 dcada de los cincuenta, el trmino comunistas se emple muchsimo.
na mundial hay . . a esce-
. ' muy pocos estadourudenses que estaran de acuerdo c No nada ms se refera a las personas qe eran miembros de partidos
semeJ:nte ca~acterizacin, pero incluso los que pudieran decir algo similon comunistas, no slo a los que se consideraban o eran considerados com-
queman matizar esta opinin en formas ue a B" ar paeros de ruta, sino tambin a los que carecan del entusiasmo sufi
irrelevantes e inaceptables. q m Laden le pareceran
ciente en favor del desarrollo de la bomba de hidrgeno. ste fue a fin de
ste fue uno de los dos d cuentas el cargo especfico que en 1953 llev a la Comisin de Energa
estadounidenses Hab' gran es impactos del 11 de septiembre para los
d . . ia personas en el mundo que negaban la buena jj Atmica estadounidense a suspender la certificacin de seguridad de J.
.e accione~ y los motivos estadounidenses en la escena mundia~
!s Robert Oppenheimer, la misma persona a la que se conoca, y hasta
~;:~~:: ~o~ble que pers?nas que tenan menos de todo lo que vale ,; entonces se haba honrado, como el padre de la bomba atmica.
d r u ar~n. que qmenes tenan ms de todo no se lo hubieran El trmino terrorismo ha obtenido ahora el mismo significado expan
:~n~t? coln sus mdent~s? La desvergenza moral de Bin Laden asombr sivo. En noviembre de 2001 vi el programa de televisin La ley y el orden.
Irn o a os esta oumdenses. La trama de este episodio en particular giraba alrededor del incendio de
A decir verdad, Bin Ladeo no era la rimer un edificio en proceso de construccin, El trasfondo era que el contratis-
tipo de ataques verbales, pero es la pri!era q~ep~:s~o~:a~:e t~=~~:i~s~~ ta haba recibido terrenos de la ciudad, terrenos que antes haban sido un
parque vecinal, al cuidado de la comunidad. Haba oposicin de par~c de

180 1111

-'
Ji ~1munidad a esta construccin. Un grupo d . .d ..
. . . e J venes t entif1cado lo que hagan nuestro gobierno o nuestras fuerzas armadas, aun en el caso
."::'m'-' ,,3ctn1stas ambientales decidieron quema 1 d"f s
_ , . . . . , r e e i icio a manera de de que lo que hagan no sea normal.
~- l'" c~ta. la complicacin radico en que sin q .
:~ ' ue e 11os 1o supieran por
.11..""...":uente, una persona estaba en el edificio y m . , . .' El alcance de este apoyo sin reservas puede verse en las difundidas
_ '11 . . . uno en e1 mcendio Al
?"' atra~ y en1mcian a los incendiarios. Lo interesante de t j denuncias contra quienes tratan de explicar por qu ocurrieron los
::--J..C.J.l radica en que a lo largo del programa a lo . d" . es e re ato acontecimientos del 11 de septiembre. La explicacin se le considera jus-
. s meen ianos se les IIam
:.u::a y otra vez terronstas. Como quiera que
1 ,
d f" .
se e ma terronsta resulta
tificacin y un apoyo virtual al terror. El Consejo Americano de Directo-
o::;;.--::::"rvo emp ear el termino en este caso Pe ,. ' res y ex Alumnos (ACTA: American Council ofTrustees and Alumni), una
1 ro que importar Se uso'
::-= .s:guir.i usando as. asi, y organizacin fundada por Lynne Cheney y el senador Joseph Liberman,
5-.'m~ el pas de la libertad pero en la act 1.d d en noviembre de 2001, pubic un panfleto titulado En defensa de la civi-
- .. ' ua 1 a se oyen voces -en
~ g.<..'01erno.. en la prensa, en la poblacin 1 . lizacin: cmo nuestras universidades le estn fallando al pas y qu se
- di en genera - que dicen que puede hacer al respecto4 Se trata de un breve panfleto que logra sus obje-
ICX.1..'S con'"-e do demasiada libertad en e "al I .
1 spec1 a os no cmdadanos y
-;_u:c ,QS terronstas han abusado de nuestra l "b t d S . ' . tivos con admirable eficacia. Dice que el profesorado de las universida-
1 . 1 er a . e dice por tanto 1
~e.e ~...">S pm1 eg10s de la libertad deben ced 1 .t. ' . . ' des es el eslabn ms dbil en la respuesta de Estados Unidos al ataque.
er e s1 io a procedimientos
-;_u:c \":iya.n de acuerdo con nuestros requerim. t d . Contina con este anlisis:
. ' . . ien os e segundad Por /
~:10.,_en ap;nencia nos preocupa que si atrapamos terroristas ~los Los profesores rara vez mencionaban el herosmo, rara vez discutan las
_u.:g~~.Jueblan tener un foro pblico, puedan resultar inocentes 0 si 1 diferencias entre el bien y el mal, la naturaleza del orden poltico de Occi-
J:Slltan i; ' pa es, acaso se libren de la pena de muerte A , 1 dente o la virtud de una sociedad libre. Los mensajes pblicos eran escasos
:::mrizar qu"' ningun d s1 que, para ga-
- -~ , . ... a e esta~ cosas suce~a, estamos creando cortes mili- en patriotismo y extensos en autoflagelacin. De hecho, el mensaje de
:E:_ .xmt.1-."adas por el presidente con regl l 1
~,- v, .. ,
-~-- U-Lpll31illente los acusados no contaran
as que so o ha de estable-
1d
1 buena parte de la academia era: CULPA PRIMERO A ESTADOS UNIDOS!
-- I . con e erecho de apelar a
::r.?..::te ~- 0$ Juzgado~ operaran en el secreto total. Los juzgados p d
1~~-=J; ~a ~nclus1n rpida: la pena de muerte presumiblemente. ~ir :
~~~ ...n auda el grado en que estarn garantizados los derechos a : a

:
El panfleto dedica la mayor parte de su espacio a un apndice de cien-
to diecisiete citas que los autores creen que ilustran su punto. Estas citas
incluyen aseveraciones no slo de personas tales como Noam Chomsky
y Jesse Jackson, sino de objetivos menos usuales de este tipo de denun-
..:C::c::zsi oormal. y en nuestro pas de la libertad esto est . d .
:rn:rrri::: aplaudido. sien o amplia- cias: el rector de la escuela Woodrow Wilson en Princefon, un ex subse-
cretario de Estado. En suma, el blanco del panfleto es bastante amplio.
- ~~e~J.mos, lo hemos dicho en pblico, que el ataque a Estados .- Resulta claro en este momento que aun cuando los acontecimientos del
.a.-:5: ;;s un -.:~~e a nuestr?s valores y a nuestra propia civilizacinu;~l 11 de septiembre no alteraran lasr~alidades geopolticas bsicas del mun-
~"'lre nus t=wta desmedido Estamos d t . d . .
. . e ermma os a ganar en tod 1 do contemporneo, es posible que tengan un impacto duradero en las
::zrum...\..11 !a ~uerra en contra del t . . oe
. -~ e~onsmo: en contra del te d estructuras polticas estadounidenses. Todava est por verse cun impor-
1:.t.1.':.- iIJJii.e:.lt.:is que le den b .. , ' rronsmo y e
- ~1:.- co ll_o y apoyo. Estamos determinados a mos tante. Sin embargo, s parece que la perplejidad de los estadounidenses
r"::rTue..no11.."-r.:.tant t -
;'"::'"_: - , e es e ataque, somos y seguimos siendo el meor as de la que yo hablaba -por qu sucedi esto? y cmo pudo suceder? -
_e- a.Lil!lo..:_- ~demostrarlo nuestro presidente no nos ha ped!d p es una perplejidad ante la cual no se nos ha animado a responder, al
l"-'=mn..~ mn_~ sacrifi d" .d . 1 o que
- : , - - .cio m 1V1 ual, m siquiera el pequeo sacrific10 de menos no hasta ahora.
_.en:-masrmpuestos,smo ms b" .
~-: ~ s.r-. . b ten que sigamos con nuestras vidas co~o Las Torres Gemelas sotr tambin una Il},etfora del ataque a Estados U ru-
_:::raca.. ~i<il em argo, se espera de nosotros que aplaudamos sin reserva
dos. Se construyeron con gran pericia ingenietil. Se supone que deban

183
\
\
soportar cualquier tipo conce~ible de accidente o de destruccin delibe- Hace_ cincuenta aos, la hegemona estadounidense en el sistema-
rada. Al parecer, sin embargo, nadie haba cofisiderado que dos aviones mundo se basaba en una combinacin de. eficiencia productiva, que supe-
llenos de combustible se pudieran estrellar deliberadamente en las torres raba por mucho a la de sus rivales, un proyecto poltico mundial, que res-
Y golpear los edi.ficios precisamente en el lugar, veinte por ciento abajo paldaban clidamente sus aliados en Europa y en Asia, y una superioridad
d:e la parte sup~i:~r, que maximizara la destruccin. Tampoco nadie anti- militar. Hoy en da, la eficiencia productiva de las empresas estadouni-
c1p~ que los edificios podran derrumbarse lenta, aparatosamente, y ante denses se enfrenta a una competencia mt!y grande~ principalmente de las
l. ' ' \ \'
la v1.sta de t?dos, llevndose consigo a otros edificios en su desplome. empresas de sus aliados ms cercanos. A resultas de eso, el proyecto pol-
Nadie espero nunca que los.incendios que provoc este derrumbe conti- tico mundial de Estados Unidos ya no es respaldado tan clidamente
nuaran ardiendo meses despus. Est~gos Unidos acaso sea capaz de ven- como antes, ni siquiera po~ sus aliados, sobre todo debido a la desapari-
garse del ata9ue, pero no lo puede reparar. La tecnologa resulta no ser cin de la Unin Sovitica. Lo que 'e1 este momento queda es la supe-
perfecta como escudo protector. rioridad militar.
Vale la pena pensar sobre los objetivos de la poltica exterior estadou-
nidense, tal y como la impulsaron los sucesivos gobiernos durante los
ESTADOS UNIDOS Y EL PODER MUNDIAL pasados cincuenta aos. Como es obvio, Estados Unidos ha estado preo-
cupado por las amenazas planteadas por gobiernos a los que considera
El anticatolicismo, tal y como se desarroll [en la Gran Bretaa del siglo
enemigos o al menos hostiles a los intereses estadounidenses. Esto no
XVIII], por lo general cumpli con una funcin dialctica: llamar la atencin
tiene nada de malo ni de excepci9nal. Esto es cierto para la poltica exte-
sobre. el presunto despotismo, supersticin, opresin militar y pobreza
rior de cualquier Estado en el sistema-mundo moderno, en especial de
matenal de los regmenes catlicos, para destacar las presuntas libertades,
cualquier Estado poderoso. El asunto est en la manera en que Estados
la supremaca naval Yla prosperidad agraria y comercial anglo-britnicas y,
consecuentemente, la superioridad de su imperio. Unidos crey que podra manejar tales amenazas.
En las dcadas de los cincuenta y sesenta, Estados Unidos pareca tan
LINDA COLLEY, Multiple Kingdoms
fuerte que era capaz de disponer, sin gran dificultad y con un uso mnimo
de la fuerza, que los gobiernos que no le gustaran fueran neutralizados (a
Empiezo con esta cita de Linda Colley5 para recordamos que Estados eso llamamos contencin), o que en el caso de gobiernos ms dbiles
Umdos no es la primera potencia hegemnica en la historia del sistema- pudieran ser derrocados por medio de fuerzas internas apoyadas encu-
mundo moderno, sino ms bien la tercera, y que la hegemona tiene sus biertamente por el gobierno estadounidense, asistido ocasionalmente por

lr
reglas culturale~ as como tambin sus vulnerabilidades. Una de las reglas un poco de la anticuada diplomacia de las caoneras.
culturales consiste en que la denigracin de los otros es indispensable f.: La neutralizacin fue la tctica que se emple vis-a-vis el mundo comu-
...
para sostener la confianza interna que hace posible el ejercicio efectivo nista. Estados Unidos no intent derrocar a la Unin Sovitica ni a sus
del poder mundial.
regmenes satlites en Europa oriental o central. No lo intent porque
No hay nada tan cegador como el xito. Y Estados Unidos tuvo su bsicamente no estaba en una posicin militar para vencer a la previsible
buena dosis de xito en los pasados doscientos aos. El xito tiene como resistencia del gobierno de la Unin Sovitica. En lugar de eso, el gobier-
consecuencia viciosa que parece alimentar casi de manera inevitable la no estadounidense lleg a un acuerdo tcito con la Unin Sovitica: el
conviccin de que continuar necesariamente. El xito es un mal conse- Tratado de Yalta, segn el cual ni siquiera lo intentara, a cambio de la
jero para una poltica sabia. El fracaso al menos lleva con frecuencia a la promesa de parte de la Unin Sovitica de que no tratara de expandir su
reflexin; el xito, rara vez. zona. Sin embargo, el acuerdo se supona que no operaba en el oriente_de

184 185
-
Asia donde no haba tropas soviticas, gracias sobre todo a la insistencia sas de lo que se consideraba pases de la periferia. Debemos recordar que
de los regmenes comunistas de China y Corea del Norte. De modo que la dcada de los setenta fue declarada por la ONU como la dcada del
Estados Unidos trat en efecto de derrocar a estos regmenes, as como desarrollo. En los aos setenta se habl mucho de la creacin de Un
al de Vietnam, aunque no lo logr. Y estos fracasados intentos dejaron nuevo orden econmico internacional y en la UNESCO se habl de la
una seria cicatriz en la opinin pblica estadounidense. creacin de Un nuevo orden informativo internacional. La dcada de los
Sin embargo, Estados Unidos fue capaz de imponer su voluntad en el setenta fue la poca de las dos famosas alzas de los precios del petrleo de
resto del mundo, y lo hizo sin escrpulos. Pinsese en Irn en 1953, en Gua- la OPEP, que causaron oleadas de pnico entre el pblico estadounidense.
temala en 1954, en Lbano en 1956, en la Repblica Dominicana en 1965 La postura de Estados Unidos ante todas estas embestidas fue o bien la
y en Chile en 1973. El golpe de Estado del general Pinochet en Chile en de una incomodidad ambigua o la de una oposicin abierta. Se lanz una
contra del gobierno libremente electo de Salvador Allende, con el activo contraembestida en trminos globales, con la agresiva afirmacin del
respaldo del gobierno estadounidense, sucedi un 11 de septiembre. No s neoliberaUsmo y del llamado Consenso de Washington, la transforma-
si Osama bin Laden o sus seguidores eran conscientes de esta coinciden- cin del GAIT (General Agreement ofTariffs and Trade: Acuerdo Gene-
cia de fechas, pero es una coincidencia simblica que muchos, sobre todo ial de Tarifas y Aranceles) en la Organizacin Mundial de Comercio, los
en Amrica Latina, notaron. Seala adems otra metfora de las Torres encuentros en Davos y la difusin del concepto de la globalizacin y su
Gemelas. Las Torres Gemelas eran un logro tecnolgico maravilloso. Pero corolario, TINA (There Is No Alternative: No hay alternativa). En esencia,
los logros tecnolgicos se pueden copiar y sern copiados. Los malayos ya todos estos esfuerzos combinados equivalieron a un desmantelamiento
copiaron arquitectnicamente las Torres Gemelas y un rascacielos an de las polticas desarrollistas por todo el mundo y en particular en las
ms alto est en construccin en Shangai. Tambin los snbolos se pueden. zonas perifricas de la economa-mundo. En el corto plazo, es decir, en las
copiar. Ahora tenemos dos aniversarios luctuosos el 11 de septiembre. dcadas de los ochenta y noventa, esta contraofensiva que dirigi el go-
En la dcada de los setenta, los mtodos de la poltica exterior estadou- bierno estadounidense pareci haber triunfado.
nidense cambiaron, tenan que cambiar. El de Chile fue el ltimo caso A estas polticas en el frente de la economa-mundo se aadi una per-
importante en el que Estados Unidos pudo instaurar cmodamente un sistente poltica militar mundial que podra resumirse como la poltica de
gobierno a su gusto en el extranjero. (No cuento los casos de Granada ni la antiproliferacin. Cuando Estados Unidos fabric con xito las pri-
de Panam, pases muy pequeos, sin manera de oponer una defensa mili- mei;as bombas atmicas en 1945, estaba decidido a conservar el mono-
tar seria.) Lo que caus ese cambio fue el final del dominio econmico polio sobre tan poderosas armas. Estaba dispuesto a compartir este mo-
sobre la economa-mundo de parte de Estados Unidos, combinado con la nopolio con su leal socio menor, Gran Bretaa, pero hasta ah. Claro que,
derrota militar en Vietnam. La realidad geopoltica haba cambiado. El como sabemos, las otras grandes potencias simplemente ignoraron esta
gobierno estadounidense ya no pudo seguir concentrndose en el mante- pretensin. Primero la Unin Sovica, luego Francia, despus China,
nimiento de su poder, mucho menos en su expansin; a cambio de eso, su lograron una capacidad nuclear. Lo mismo hicieron India y ms adelan-
primer objetivo pas a ser la prevencin de una erosin demasiado rpi- te Pakistn. Tambin Sudfrica, cuyo gobierno de apartheid slo lo admi-
da de ese poder: tanto en la economa-inundo como en el terreno militar. ti en el momento de dejar el poder y tuvo el cuidado de desmantelar
En la economa-mundo, Estados Unidos no slo se las tuv~ que ver con esta capacidad antes de pasar el poder a su sucesor, ms democrtico, el
el apremio cie sus competidores en Europa occidental y Japn, sino con el gobierno .de la mayora negra africana. Y lo mismo hizo Israel, aunque
aparente xito de las polticas desarrollistas en muchas partes del resto siempre lo ha negado pblicamente. Despus estn ah las potencias
del mundo, polticas que se disearon expresamente para limitar la capa- cuasinucleares, si es que de hecho continan en la categora de cuasi:
cidad de los pases de las zonas centrales para acumular capital a expen- Corea de.l Norte, Irn; Iraq -cuyas instalaiones bombarde Israel en la

186 187

\
dcada de los ochenta con el fin de que siguiera en la categora de los hipcrita_ Y 3h donde un desencantado neorrealista -categora que
cuasi-, Libia y tal vez Arge~tina. Y estn adems los pases de la anti- probablement:e me incluya...:... dira que todos los gobiernos son hipcri-
gua Unin Sovitica que heredaron la capacidad nuclear: Ucrania, Bielo- tas, los senno.nes moralizantes resultan mal si se desea ganar apoyo en
rrusia y Kazakstn. A esto hay que aadir las otras tecnologas letales, las otros pases sobre la base de la virtud comparativa propia.
armas biolgicas y qumicas, que son mucho ms sencillas de crear, alma-
cenar y emplear, de suerte que no estamos seguros de cuntos pases ten- \ \

gan alguna capacidad, incluso considerable, en estos campos. ESTADOS USIDOS: IDEALES VERSUS PRIVILEGIO
Estados Unidos ha tenido una poltica clara y directa. Por las buenas o
Sugerir que la civilizacin universal ya existe es cegarse voluntariamente a
las malas, por medio de la fuerza o del soborno, desea negarles a todos los
la realidad presente y, peor todava, trivializar el objetivo y obstaculizar la
dems el acceso a estas armas. Es obvio que no ha tenido xito, pero su
materializacin de una genuina universalidad en el futuro.
aplicacin durante los aos recientes al menos ha frenado el proceso de 6
CHINUA ACHEBE
proliferacin. Hay una dificultad ms en la poltica estadounidense. En.la
medida en que Estados Unidos trata de emplear los acuerdos internacio-
nales para limitar la proliferacin, al mismo tiempo intenta no quedar La oposicin entre la globalizacin y las tradiciones locales es falsa: la glo-
limitado a su vez o bien hacerlo mnimamente. El gobierno estadouni- balizacin resucita de manera directa a las tradiciones locales, medra con
dense ha dejado en claro que se saltar tales limitaciones cada vez que ~s ellas, por lo que lo opuesto de la globalizacin no son las tradiciones loca-
lo considere necesario, a la vez que condena ruidosamente que cualquier les, sino la universalidad.
otro gobierno intente hacer lo mismo. 7
SLAVOJ ZIZEK
Como poltica, la no proliferacin parece condenada al fracaso, no slo
a la larga, sino incluso en el mediano plazo. Lo ms que Estados Unidos
podr hacer en los prximos veinticinco aos es contener de alguna mane- La historia de Estados Unidos y del poder mundial se puede resumir muy
ra este proceso. Pero aqu tambin hay un asunto de ndole moral y pol- fcilmente en este momento. Yo no creo que Estados Unidos y los esta-
tica. Estados Unidos confa en s mismo, pero en nadie ms. El gobierno dounidenses sean la causa de todas las 1niserias e injusticias del mundo. S
estadounidense desea inspeccionar las instalaciones de Corea del Norte creo que son los primeros beneficiarios. Y ste es el problema fundamen-
para ver si no estn violando las normas. No le ha ofrecido a la ONU ni a tal de Estados Unidos como nacin situada en un mundo de naciones.
nadie ms el derecho de inspeccionar las instalaciones estadounidenses. A los estadounidenses, en particular a los polticos y los publicistas, les
Estados Unidos confa en que sabr emplear tal armamento sabiamente y encanta hablar de nuestros ideales. La publicidad del best-seller del locu-
en defensa de la libertad: un concepto al parecer idntico a los intereses tor de televisin Chris Matthews, Now, Let Me Tell You What I Really
nacionales estadounidenses. Supone que cualquier otro pas podra inten- Think, ofrece este fragmento: Cuando lo piensas, nosotros los estadou-
tar usar esas armas en contra de la libertad: un concepto al parecer idn- nidenses somos distintos. Esa palabra 'libertad' no nada ms aparece en
tico, aqu tambin, a los intereses nacionales estadounidenses. 8
nuestros documentos; est en nuestra alma de vaqueros Alma de
En lo personal, yo no tengo confianza en que ningn gobierno use vaqueros: no se me habra ocurrido decirlo mejor. Tal vez nuestros ide-
sabiamente tales armas. Yo sera feliz viendo que se prohibieran todas ales sean especiales. Pero la misma gente que nos recuerda eso no es afec-
ellas, pero no creo que esto se pueda imponer verdaderamente en el sis- ta a hablar de nuestros privilegios, los cuales tal vez tambin sean espe-
tema interestatal contemporneo, por lo que en lo personal me abstengo ciales. De hecho, esa gente denuncia a quienes hablan de ellos. Pero los
de moralizar al respecto. Moralizar lo expone a uno a que lo acusen de

188 189
ideales y los privilegios van juntos. Puede parecer que estn en conflicto los ideales porque tendremos menos poder para pasarlos por alto?
pero se presuponen unos a otros. ' Nuestras almas vaqueras pondrn alambre de pas alrededor de nues-
No soy una persona que denigre 'los ideales estadounidenses. Los tro rancho nacional con el fin de salvaguardar nuestros privilegios en
encuentro maravillosos, refrescantes incluso. Los estimo, los invoco, los peligro de descenso, como si el alambre de pas les impidiera escapar?
promuevo. Tmese, por ejemplo, la Primera Enmienda a la Constitucin Permtaseme sugerir otra metfora proveniente de las Torres Gemelas.
de Estados Unidos: algo que convenientemente se recuerda en todas las Las torres que se destruyen pueden volverse a construir. Pero las
ceremonias adecuadas como la encamacin de los ideales estadouniden- reconstruiremos igual, con la misma certeza de que estamos llegando a
ses. Sin embargo, recordemos un par de cosas sobre la Primera Enmien- las estrellas y de que lo estamos haciendo bien, con la misma certeza de
da. No apareca en la Constitucin original, lo que quiere decir que no se que sern apreciadas como un faro para el mundo? O las reconstruire-
la consider como un principio fundador. Y las encuestas de opinin con mos de otra manera, luego de una cuidadosa reflexin sobre lo que en
frecuencia han dejado ver que la mayora del pblico estadounidense realidad nos hace falta y lo que es realmente posible para nosotros y lo
cambiara, disminuira o incluso eliminara tales garantas, todas o en que en verdad deseamos?
parte, incluso en los llamados tiempos normales. Cuando nos encontra- Y quin es ese nosotros? Si seguimos las aseveraciones del procu-
mos en una guerra como la guerra en contra del terrorismo, enton- rador general John Ashcroft, secundadas por muchos otros en el gobier-
ces no se puede contar ni con el gobierno ni con los estadounidenses para no estadounidense, en la prensa y entre el pblico general, el nosotros
defender estos ideales y ni siquiera se puede esperar que la Suprema ya no incluye a todo el mundo en Estados Unidos, ni siquiera a todos los
Corte se apegue a ellos en una emergencia. Ese tipo de defensa se deja residentes legales en el pas, sino nada ms a los ciudadanos estadouni-
en buena medida a una organizacin por lo general tmida que en el denses. Y nos podemos preguntar si el nosotros no se restringir an
mejor de los casos tiene el apoyo de una minora en la opinin pblica, la ms en el futuro cercano. Como lo seala Slavoj Ziiek, la globalizacin
American Civil Liberties Union (Unin de las Libertades Civiles de no es lo opuesto al localismo: medra con l, en especial en el localismo de
Estados Unidos), cuya membresa de parte de un candidato en una elec- los poderosos. El nosotros bajo ningn concepto es el horno sapiens
cin general se cita a menudo como una razn para no votar por ese can- sapiens. Es tan sapiens entonces el horno?
didato. De ah que, aunque yo estoy en favor de la libertad de expresin
y en favor de la libertad de creencias y de todas las dems libertades, a
veces me pregunto si Estados Unidos lo est. ESTADOS UNIDOS: DE LA CERTEZA A LA INCERTIDUMBRE
La razn no se encuentra en que al pblico estadounidense le haga falta
La revolucin de Darwin debe verse como el reemplazo de la esencia
una veta voltaireana, sino en que a veces tememos que nuestros privile-
por la variacin como categora centr.al de la realidad natural [... J
gios estn en peligro de verse erosionados o de desaparece~. En tales
casos, la mayora coloca los privilegios antes que los ideales. Una vez ms, Qu puede ser ms perturbador que uria inversin total, o ~<gran maroma,
los estadounidenses no son inusuales en este sentido. Simplemente tienen en nuestro concepto de realidad: en el mundo de Platn, la variacin es
ms poder y mayores privilegios.Los1estadounidenses son ms libres de accidental, en tanto que las esencias registran una realidad ms alta; en la
contar con estos ideales porque son ms libres de ignorados. Tienen el inversin de Darwin, valoramos la variacin como una realidad definitoria
poder de pasar por encima de sus almas vaqueras. (y terrenalmente concreta), en tanto que los promedios (nuestra mejor
aproximacin a las esencias) se convierten en abstracciones mentales.
La pregunta que enfrentan los estadounidenses es en realidad la
9
siguiente: si la hegemona de Estados Unidos se encuentra en un lento . STEPHENJ. GOULD
descenso, y yo pienso que lo est de manera incuestionable, perderemos

190 19i
1
\
\
\

La naturaleza est ciertam~nte relacionada con la creacin de la novedad con las consecuencias morales, en primer lugar para s, de hacer seme-
impredecible, en donde lo posible es ms rico que lo real. jante co.sa. Por fortuna, no se tiene que elegir entre el realismo y el idea-
lLYA PRIGOGINE
10 lismo. No rebaja a nuestros valores m~rales el que estn secundados por
el elemental sentido comn.
Despus de la guerra civil, Estados Unidos se pas unos ochenta aos
El presidente Bush le ha estado ofreciendo al pueblo estadounidense cer- persiguiendo su desti~o m,anifiesto. i;>urante tdo ese tiempo no estuvo
tezas sobre su futuro. Esto es lo nico que no est en sus manos ofrecer. seguro si deseaba ser una potencia aislacionista o una potencia imperial.
El futuro de Estados Unidos, el futuro del mundo, en el corto plazo, pero Y cuando en 1945 logr finalmente la hegemona en el sistema-mundo,
ms an a mediano plazo, es absolutamente incierto. La certidumbre cuando no slo logr la grandeza, sino que la grandeza le cay encima
puede parecer deseable si se piensa ''n los privilegios que se tienen. Pare- -como dice Shakespeare- 11 , el pueblo estadounidense no estaba lo sufi-
ce menos deseable si se piensa en que los privilegios estn condenados a cientemente preparado para el papel que ahora tena que representar.
venir a menos, incluso a desaparecer. Y si es verdad que los Osama bin Nos pasamos treinta aos aprendiendo cmo asumir nuestras responsa-
Laden de este mundo han de prevalecer en todos los campos, quin aca- bilidades en el mundo. Y justo cuando lo habamos aprendido razona-
riciara tal certeza? blemente bien, nuestra hegemona dejaba atrs su punto ms elevado.
Vuelvo a la pregunta que antes plante como uno de los enigmas que Los ltimos treinta aos nos los hemos pasado insistiendo estridente-
los estadounidenses ahora mismo estn sintiendo: qu hay qu hacer, mente en que seguimos siendo hegemnicos y que todo el mundo tiene
qu se puede hacer, para que un acontecimiento como el del 11 de sep- que reconocerlo. Si se es verdaderamente hegemnico, no hace falta soli-
tiembre no vuelva, no pueda suceder de nuevo? La respuesta que se nos citar tal cosa. Desperdiciamos los ltimos treinta aos. Lo que Estados
ofrece es sta: el ejercicio absoluto de la fuerza de parte del gobierno es- Unidos necesita hacer ahora mismo es aprender a vivir con la nueva rea-
tadounidense, la fuerza militar fundamentalmente, garantizar que no lidad: que ya no tiene el poder para decidir unilateralmente lo que es
pase de nuevo. Nuestros dirigentes tienen la prudencia suficiente para bueno para todos. Puede ser que Estados Unidos ya no est ni siquiera
recordarnos que esto tomar algn tiempo, pero no dudan en hacer pro- en una posicin que le permita decidir unilateralmente lo que es bueno
mesas a mediano plazo. Por ahora, parece ser que el pueblo estadouni- para s. Tiene que ponerse de acuerdo con el mundo. No es con Osama
dense est dispuesto a poner a prueba esta hiptesis. Si el gobierno reci~ bin Laden con quien debemos dialogar. Debemos empezar con nuestros
bi crticas inmediatamente despus del 11 de septiembre, stas vinieron amigos y aliados cercanos: con Canad y Mxico, con Europa, con Japn.
en su mayor parte de quienes creen que fue demasiado tmida la expre- Y una vez que hayamos aprendido a escucharlos y a creer que tambin
sin de su podero militar. Ciertos grupos importantes presionaron al ellos tienen ideales y aspiraciones, entonces, y tal vez slo entonces, esta-
gobierno estadounidense para que fuera ms all: que operara militar- remos listos para dialogar con el resto del mundo, esto es, con la mayora
mente en contra de Iraq, y algunos aadiran Irn, Siria, Sudn, Palestina, del mundo.
Corea del Norte. Por qu no despus Cuba? Hay algunos que dicen
Este dilogo, una vez que empecemos a meternos en l, no ser senci-
incluso que habra que retirar a los generales renuentes para dejar pasar
llo, y tal vez ni siquiera agradable, toda vez que se nos pedir que renun-
a guerreros ms jvenes, ms vigorosos. Hay los que creen que su papel
ciemos a ciertos privilegios. Nos pedirn que cumplamos con nuestros
es precipitar el Armagedn.
ideales. Nos pedirn que aprendamos. Hace cincuenta aos, el gran poeta
Dos argumentos se pueden oponer a lo anterior. Uno es que Estados y poltico africano Lopold-Sdar Senghor le pidi al mundo que acu-
Unidos no est en condiciones de vencer en una conflagracin militar a diera al rendez-vous du donner et de recevoir 12 Los estadounidenses
nivel mundial. El segundo es que a Estados Unidos no le gustada cargar

193
192
saben muy bien lo que tienen que dar en esta cita. Pero son concientes Se olvidar en breve a Osama bin Laden, pero el tipo de violencia pol-
de algo que quisieran recibir? tica al que llamamos te1Torismo permanecer entre nosotros durante los
En estos das se nos pide que volvamos a los valores espirituales, como treinta o cincuenta aos prximos. El terrorismo es con toda seguridad el
si alguna vez hubiramos observado tales valores. Pero qu son estos va- modo ms ineficaz de tratar de cambiar al mundo. Es contraproducente y
lores? Permtaseme recordarlos. En la tradicin cristiana (Mateo 19:24) lleva al uso de la fuerza en sentido contrario, lo que con frecuencia puede
s0 dice: Es ms fcil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar barrer con el conjunto de actores. Pero aun as se seguir dando. Un Esta-
un rico en el reino de Dios. Y en la tradicin juda, Hillel nos dice: Haz dos Unidos que contine relacionndose con el mundo por la va de una
a los otros lo que quieras que te hagan a ti mismo. Y en la tradicin mu- afirmacin unilateral de que l representa la civilizacin, ya sea que lo
suhnana, el Corn (52:36) nos dice: Es que ellos crearon los cielos y la haga bajo la forma de una retirada aislacionista o de un intervencionismo
tierra? No! No tienen certidumbre. Son esos nuestros valores? activo, no puede vivir en paz con el mundo y por tanto no puede vivir en
paz consigo mismo. Lo que le hacemos al mundo, nos lo hacemos a noso-
No existe una nica tradicin estadounidense ni un nico conjunto de
tros mismos. Es posible que el pas de la libertad y del privilegio, incluso
valores estadounidenses. Existen, y siempre ha sido as, muchos Estados
en su declive, aprenda a ser un pas que trate a todos en todas partes como
Unidos. Cada uno de nosotros recuerda y busca el Estados Unidos que
iguales? Y podemos negociar de igual a igual en el sistema-mundo si no
prefiere. El Estados U nidos de la esclavitud y el racismo es una tradicin
negociamos de igual a igual dentro de nuestras propias fronteras?
estadounidense profunda y an muy presente entre nosotros. El Estados
Unidos del individualismo y de los pistoleros forajidos de la frontera es Qu elegiremos hacer ahora? Yo puedo tener mis preferencias, pero
una tradicin estadounidense y an muy presente entre nosotros. El no puedo yo, no pueden ustedes, predecir lo que haremos. De hecho,
Estados Unidos de los magnates ladrones y sus filantrpicos hijos es una somos afortunados de no poder estar seguros de ninguno de estos futu-
tradicin estadounidense y an muy presente entre nosotros. Y el Esta- ros posibles. Eso nos deja la eleccin moral. Eso nos deja lo posible, que
dos Unidos de los wobblies y de los disturbios de Haymarket en Chicago, es ms rico que lo real. Eso nos deja la novedad impredecible. Hemos
acontecimiento que se recuerda en todo el mundo salvo en Estados Uni- ingresado a una etapa terrible, una etapa de conflictos y de males que nos
dos. es una tradicin estadounidense y an muy presente entre nosotros. cuesta trabajo imaginar pero a la que, tristemente, nos podemos acos-
tumbrar muy rpidamente. Es fcil permitir que nuestra sensibilidad se
la pregunta de Sojourner Truth al Congreso Nacional de Mujeres en
endurezca en la lucha por la supervivencia. Es mucho ms difcil salvar
1851: No soy una mujer? 13 constituye una tradicin estadounidense.
nuestras almas de vaqueros. Pero al final del proceso se encuentra la posi-
Pero tambin las sufragistas de finales del siglo XIX que demandaban el
bilidad, que est lejos de ser una certeza, de un mundo sustancialmente
voto para las mujeres sobre la base de que servira de contrapeso al voto
ms racional, ms igualitario, de un mundo ms democrtico -de una
de los negros y de los inmigrantes. El Estados Unidos que le da la bien-
universalidad que resulte de dar y d~-~ecibir, una universalidad qu sea lo
venida a los inmigrantes y el Estados Unidos que los rechaza son ambos
opuesto a la globalizacin.
tradiciones estadounidenses. El Estados Unidos que se une co~ patriti-
ca decisin y el Estados Unido~ qu~ se resiste a las empresas militaristas La ltima metfora vinculada a las Torres Gemelas es que estas estruc-
son ambos tradiciones estadounidenses. El Estados Unidos de la igual- turas fueron, son y sern una eleccin. Elegimos construirlas. Estamos
dad y el de la desigualdad son ambos tradiciones estadounidenses. Ah no decidiendo si las reconstruimos o no. Los factores que participan en estas
hay esencia. Ah no hay un ah. Como nos los recuerda Gould, fa varia- elecciones fueron y son y sern muchsimos. Estamos reconstruyendo
cin, no la esencia, es el ncleo de la realidad. Y la pregunta est en si la Estados Unidos. El mundo est reconstruyendo el mundo. Los factores
variacin entre nosotros disminuir, aumentar o quedar igual. En este que participan en estas elecciones son ysei:n muchsimo~'. 'Somos c~pa~
momento me parece que est muy alta. ces de conservar nuestra catadura moral en medio de la incertidumbre de

DI.

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que el mundo que. hasta aqu01emos hecho es slo uno de los miles de 11. Es un juego con el verso de Malvolio en la quinta escena del segundo acto de
mundos alternativos que pudimos haber credo, y de que el mundo que 1\velfth Night: In my stars I am above thee, but be not afraid of greatness. Sorne are
construiremos en los prximos treinta o cincuenta aos pueda o no ser bom great, sorne ac/zieve greatness, and sorne have greatness thrust upon them (En
mejor, pueda o no reducir la contradiccin entre nuestros ideales y nq.es- mis estrellas estoy por encima de ti, pero no temas la grandeza. Algunos nacen gran-
tros privilegios? des, otros alcanzan la grandeza y a otros ms les cae encima la grandeza.) [T. J
In-sha 'allah. 12. Rendez-vous du donner et de recevoir: el encuentro del dar y el recibir, en la civili-
zacin de lo Universal, era la idea de Lopold-Sdar Senghor (1906-2001) [T.].
13. Ain't I a woman?

NOTAS

l. Oh bellas para el sueo del patriota/ que ve ms all de los aos /brillan tus ciuda-
des de alabastro/ que no empaan las lgrimas humanas! / Amrica! Amrica! /
Dios derrame su gracia en ti/ y corone tu bien con la hermandad/ del uno al otro
mar brillante! [E.].
2 .. Publicado en Tlzeory and Society, vol. 21, n. 1, febrero de 1992, pp. 1-28.

3. Parte de la inscripcin en la estatua de la Libertad: Give me your tired, your poor,


your lzuddled masses yeaming to breathe free, tlze wretched refuse of your teeming
slwre. Send tlzese, the homeless, tempest-tossed to me, l lift my lamp beside the golden
door (Dadme a vuestras exhaustas, a vuestras pobres, a vuestras apiadas masas
que anhelan respirar la libertad. A los desdichados despojos de vuestras abarrotadas
costas. Enviadme a stos, los que no tienen hogar, los que la tempetad ha sacudido,
yo alzo mi lmpara junto a la puerta de oro) (T.].
4. Jerry L. Martin y Anne D. Neal, Defending Civilization: How Our Universities Are
Failing America and Wlzat Can Be Done about lt,American Council ofTrustees and
Alumni, Washington, D.C., 2001, 51 pp.
5. Linda Colley, Multiple Kingdoms, London Review of Books, 19 de julio de 2001,
p.23.
6. Chinua Achebe, Home and Exile, Anchor, Nueva York, 2000, p. 91.
7. Slavoj Ziiek, On Belief, Routledge, Nueva York, 2001, p. 152.
8. New York Times, 28 de noviembre de 2001, ES.

9. Stephen J. Gould, Full House: Tlze Spread of Excellence from Plato to Darwin, TI1ree
River Press, Nueva York, 1996, p. 41.
10. l. Prigogine, Tlze End of Certainty, cit., p. 72.

196 197
. Tercera parte
ADNDE VAMOS?


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,. X. LA IZQUIERDA: OTRA VEZ LA TEORA Y LA PRAXIS

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Cuentan que hay un refrn yugoslavo que dice ms o menos as: Lo


nico absolutamente cierto es el futuro, pues el pasado cambia todo el
tiempo 1 Hoy la izquierda mundial vive con dos pasados que casi han
desaparecido, y de manera bastante repentina. Esto resulta muy descon-
certante. El primer pasado en desaparecer es el de la trayectoria de la
Revolucin francesa. El segundo pasado que desapareci es el de la tra-
yectoria de la Revolucin rusa. Ambos desaparecieron ms o menos al
mismo tiempo, y juntos, en la dcada de los ochenta del siglo XX. Perm-
taseme explicar con cuidado a qu me refiero.
La Revolucin francesa es desde luego un smbolo. Simboliza una teo-
ra de la historia sumamente compartida a lo largo de dos siglos, y com-
partida ms all de los confines de la izquierda mundial. La mayor parte
del centro liberal del mundo comparta asimismo esta teora de la histo-
ria y en la actualidad hasta una parte de la derecha mundial. Se puede
decir que fue la perspectiva dominante en el interior del sistema-mundo
a todo lo largo de los siglos XIX y XX. Su premisa era la creencia en el pro-
greso y en la esencial racionalidad de la humanidad. La teora era que la
historia poda verse como un proceso lineal ascendente. El mundo iba en
la ruta de la buena sociedad y la Revolucin francesa constitua y simbo-
lizaba un gran salto hacia adelante en este proceso.
Esta teora tuvo muchas variantes. Algunas personas, en especial en
Estados Unidos, quisieron sustituir en esta historia la Revolucin france-
sa con la estadounidense. Otras, sobre todo en Gran Bretaa, estuvieron a
favor de sustituirla con la Revolucin inglesa. Algunas personas quisieron
eliminar todas las revoluciones polticas y convertir esta teora de la his-
toria en el relato de la comercializacin creciente de los procesos econ- _
micos del mundo o en la continua expansin de sus procesos electorales

201
0 en la realizacin de una presunta misin histrica del Estado (con en esos pases nunca fueron radiantes. Aun as, la creencia en el leninis-
mayscula). Fueran cuales fueran los detalles, todas estas variantes com- mo fue un antdoto fuerte contra cualquiera de las ansiedades causadas
partan la idea de la irreversibilidad e inevitabilidad del proceso histrico. por lo desalentadoras que resultaban las condiciones o los acontecimien-
Era una teora esperanzadora de la historia, pues ofreca un final feliz. tos inmediatos en un pas gobernado por un partido leninista.
Sin importar lo terrible que fuera el presente -como por ejemplo cuan- No es necesario repasar aqu hasta qu punto se han vuelto sospecho-
do la suerte de la Alemania nazi pareca ir viento en popa, o cuando ms sas todas las teoras del progreso en las dos ltimas dcadas, y en parti-
opresivo pareca el racismo colonialista-, los creyentes -y casi todos cular la variante leninista. No digo que no queden creyentes, pues sera
ramos creyentes- nos regocijbamos en el conocimiento que creamos falso, pero ya no representan un porcentaje sustancial de las poblaciones
manejar, segn el cual la historia estaba de nuestro lado. Era una teo- del mundo. ste es un cambio geocultural de proporciones no menores y,
ra estimulante, hasta para aquellos que en ese momento gozaban de pri- como ya lo seal, ha resultado particularmente desconcertante para la
vilegios, toda vez que ofrecja la expectativa de que ms adelante todos izquierda del mundo, la cual apost la mayor parte de sus cartas (si no es
los dems compartiran los mismos privilegios -sin que perdieran uno que todas ellas) a que era correcta al menos la versin de la Revolucin
solo de ellos los actuales beneficiarios- y que por tanto los oprimidos francesa. de esta teora de la historia.
dejaran de importunar con sus quejas a los opresores.
Por qu se dio este cambio? Hoy en da son muchas explicaciones las
El nico problema con esta teora de la historia es que no pareci que nos llegan. Desde el centro y la derecha mundiales, la explicacin dice
sobrevivir muy bien la prueba de la experiencia. Aqu es donde apareci que la izquierda del mundo ley mal esta teora de la historia y eso sigue
la Revolucin rusa. Fue una especie de codicilo a la Revolucin francesa. siendo de algn modo cierto, pero slo si definimos a la buena sociedad
Su mensaje consisti en que la teora de la historia simbolizada por la como aquella que se caracteriza por el predominio del libre flujo de los
Revolucin francesa estaba incompleta, pues era verdadera slo en la factores de la produccin, to,dos ellos fuera de las manos del gobierno, y
medida en que el proletariado (o las masas populares) se fortaleciera en especial el libre flujo de capital. Esta utopa recibe el nombre de neo-
bajo la gida de un dedicado grupo de cuadros organizado en forma de liberalisrno y en la actualidad es muy popular entre los polticos y muchos
partido o de partido/Estado. Este codicilo fue conocido ms adelante de los llamados intelectuales pblicos. Es, sin embargo, un espejismo y un
como leninismo. engao deliberado a la vez, cuyo auge de influencia ya pas y. que no
El leninismo fue una teora de la historia que slo abraz la izquierda merece toda la discusin que ha estado suscitando. Para 2010, lo aseguro,
del mundo y de hecho, en el mejor de los casos, slo una parte de ella. Aun a duras penas nos acordaremos de esta loca fantasa momentnea.
as, sera ilusorio negar que el leninismo tuvo influencia sobre una parte Una segunda explicacin, proveniente de algunas partes de la izquier-
importante de las poblaciones del mundo, en especial entre 1945y1970. da mundial, consiste en que la teora original sigue siendo correcta, pero
La versin leninista de la historia era an ms declaradamente optimista que la izquierda mundial ha sufrido algunos fracasos temporales que en
que el modelo estndar de la Revolucin francesa, porque el leninismo breve se han de revertir. Lo nico que tenernos que hacer es reiterar con
afirmaba que exista una simple prueba material que se poda localizar si ahnco la teora (y la praxis). En la medida en que la teora en ninguna
se quera verificar que la historia se desarrollaba segn lo planeado: en parte predeca tales fracasos temporales, y en ausencia de una expli-
cualquier sitio en el que un partido leninista tuviera el poder indisputado cacin ms detallada, sta me parece un ejemplo de buenos deseos de
del Estado, ste se encontraba a las claras en el camino hacia el progreso parte de algunos avestruces. No veo cmo se pueda resucitar el leninis-
.1
histrico y;lo que es ms, no poda dar marcha afrs. El proble1Ila: radica mo -como postura ideolgica ni corb.o realidad organizativa-, aun si
:J en que los partidos leninistas tendieron a estar en el poder nicamente en hubiera deseos de hacerlo. Y la Revoluci6n.francesa hoy suscita pasio-
1
1 las zonas del mundo menos prsperas econmicamente y las condiciones nes slo entre un grupo restringido de acadmicos.
In

202
r_: 203
1
\
----------------------------. -
Una tercera explicacin dei derrumbe de esta teora de la historia es En mi. opinin, la situacin de la izquierda del mundo en este momen-
que ese derrumbe es tanto la causa como la consecuencia de la crisis del to es la siguiente: 1] Tras quinientos aos de existencia, el sistema-mundo
sistema-mundo capitalista. Se trata de una explicacin que yo mismo he capitalista se encuentra, por primera vez, en una crisis sistmica verdade-
estado exponiendo en varios trabajos recientes2 Sostengo que la teora ra, y nosotros estamos en una etapa de transicin. 2] El resultado es
misma de la historia tan ampliamente acogida por la izquierda_ del mundo intrnsecamente inciert~), pero aun as, y tambin por primera vez en estos
-es decir, por los que yo llamo los movimientos antisistmicos en sus tres / quinientos aos, existe una perspectiva real de un cambio fundamental el
1 ' ' \ '
variantes histricas, el comunismo, la socialdemocracia y los movimientos cual podra significar progreso, aunque no necesariamente. 3) El proble-
de liberacin nacional- fue en s misma producto del sistema-mundo ma principal de la izquierda mundial en esta coyuntura consiste en que la
capitalista. De ah que, aunque estC!~movimientos desde luego moviliza- estrategia para la transformacin del mundo que desarroll en el siglo
ron a amplias masas de gente en contra del sistema, asimismo sirvieron XIX se ha hecho aicos y consecuentemente est actuando con incerti-
paradjicamente en trminos histricos como garantas culturales de la dumbre y debilidad, y se encuentra en un estado general de depresin.
relativa estabilidad poltica del sistema. La creencia misma en la inevita- Perrntaseme abundar sobre cada uno de estos puntos.
bilidad del progreso fue materialmente despolitizadora y fue particular-
mente despolitizante en el momento en el que algn movimiento antisis-
tmico llegaba al poder. Creo adems que la discrepancia entre lo. que CRISIS SISTMICA
estos movimientos prometieron y lo que era rea~izable dentro del marco
del sistema-mundo existente una vez en el poder lleg a ser enorme. Uno de los infelices resultados del desorden de la izquierda mundial es la
Como consecuencia, la base popular se desencant con estos movimien- sospecha que en la actualidad rodea a cualquier argumento relativo a la
tos, lo que llev en muchos pases a que los sacaran del poder. crisis del capitalismo. El gato escaldado del agua fra huye, y ya nos
hemos escaldado muchas, muchas veces. El problema bsico, si se me per-
El momento decisivo fue la revolucin m~ndial de 1968, durante la cual
mite decirlo, es que la mayora de las principales figuras de la izquierda
la llamada vieja izquierda -esto es, los movimientos ant~sistmicos his-
mundial de los dos siglos anteriores no leyeron lo que dijo Braudel sobre
tricos- se convirti en el objeto de impugnacin para los participantes
la multiplicidad de los tiempos sociales y confundieron constantemente
en las diversas expresiones locales de esta revolucin mundial. Uno de
las alzas y bajas cclicas con crisis estructurales. Esto ocurre con f~cilidad
los principales resultados duraderos de 1968 fue el rechazo de la teora
y en especial en una geocultura como la del actual sistema-mundo, una
del progreso inevitable e irreversible que haban predicado estos movi-
geocultura que se enorgullece en privilegiar a la novedad debido a su
mientos. De ah que las poblaciones del mundo empezaran a alejarse de
fe absoluta en la linealidad ascendente de la historia. La izquierda se
los propios movimientos antisistmicos y que entonces comenzaran a
mostr particularmente renuente a abrazar cualquier argumento que
deslegitimar las estructuras estatales planteadas por los movimientos
invocara los procesos cclicos porque identific errneamente todos esos
como los mecanismos esenciales del cambio progresivo. Pero este des-
argumentos con el subconjunto que afirmaba lo que yo llamara la eter-
plazamiento popular hacia el antiestatismo, celebrado como fue por los
na ciclicidad de la historia. Esta ltima teora, en efecto, fue empleada
glorificadores del sistema capitalista, en realidad no sirvi a los intereses
por los pensadores conservadores como un argumento contra todos y
de estos ltimos. Pues de hecho el antiestatismo ha deslegitimado todas
cada uno de los movimientos transformacionales. Pero el concepto de
las estructuras estatales, no slo las de regmenes particulares. Ha mina-
ciclos dentro de las estructuras -al que me refiero- no slo es diferen-
do entonces, en lugar de fortalecer, la estabilidad poltica del sistema-
te al concepto de la eterna ciclicidad; es virtualmente su opuesto, pues las
mundo y por tanto ha vuelto ms aguda su crisis sistmic, a lo que desde
estructuras no son eternas, sino nada ms duraderas, y los ciclos en el inte-
luego han contribuido otro tipo de causas.
rior de ella son lo que garantizan que una estructura nunca pueda ser -

204 205
~.
' /

1
eterna. Por tanto no existen ciclos eternos, pues en realidad s existe la fle- 1 Ahora bien, supongamos que midiramos estos costos globalmente
cha del tiempo, aun cuando no sea lineal. como por:entajes de los _rre,cios de venta totales y llegramos hipottica-
1
Por tanto, lo que me parece esencial metodolgicamente en el anlisis mente a mveles promed10. Esta es una operacin que nadie ha realizado
de cualquier sistema social histrico -y la economa-mundo capitalista Yque tal vez no sea realizable. Aunque s es posible concebirla y acercar-
es un sistema social histrico- es distinguir con cuidado entre los ritmos se a los resultados. Les dira que a lo largo de quinientos aos y a lo largo
cclicos que definen el carcter sistmico y que le pernten mantener cier- de la economa-mundo capitalista en general, los tres costos han ido
tos equilibrios, al menos a lo largo de la duracin del sistema, por un lado, aumentando constantemente como un porcentaje del valor total de lo
y por otro, las tendencias seculares que crecen a partir de estos ritmos ~roducido. Y el resultado neto es que nos encontramos dentro de (e
cclicos definiendo su carcter histrico y que quieren decir que, tarde o mtemndonos cada vez ms en) una reduccin de las utilidades a nivel
temprano, un determiriado sistema no ser capaz de contener sus contra- 1 global que amenaza la habilidad de los capitalistas para acumular capital.
dicciones internas y por tanto ingresar a una crisis sistmica. En tal . De hecho, esto es algo que los capitalistas discuten todo el tiempo, aun-
metodologa, se puede decir que cualquier sistema histrico tiene tres mo- ... ' que ~~los emplean otra terminologa. Hablan de la eficiencia de la pro-
mentos en el tiempo: su gnesis -que requiere explicarse pero que ocu- ducc10n, con lo que en esencia se refieren a la reduccin de costos como
rre normalmente como resultado de la cada de algn otro sistema hist- un porcentaj.e del ~alor total: En efecto, hablan de usar menos personas
rico-, el periodo relativamente largo de lo que podra llamarse el para producir la Illlsma cantidad de bienes o de conseguir insumos ms
funcionamiento cuasinormal de un sistema histrico -cuyas reglas y ?aratos (lo que con frecuencia implica menos gente para producir ese
limitaciones requieren ser descritas y analizadas- y su etapa de crisis m~~mo ). En el caso de la competencia intercapitalista, el productor ms
definitiva, que requiere ser vista como un momento de eleccin histrica eficiente obtendr ms utilidades que su competidor. Pero mi pregunta es
cuyo resultado .siempre es indetemnado. otra: es la produccin, considerada globalmente y en todos los sectores
Creo que en la actualidad un cierto nmero de tendencias al fin han lle- a la vez, ms eficiente hoy que hace cien, doscientos o trescientos aos?
gado a niveles en los que son una amenaz~ para el funcionanento bsi- ~. ~lo soy escptico en cuanto a que la produccin global sea ms
co del sistema. Resumir apretadamente lo que en otra parte expuse de eciente desde el punto de vista del productor; sino que sostengo que
manera ms amplia3 El capitalismo como sistema histrico se define por la cur:a ha estado yendo persistentemente hacia abajo. Todos los llama-
el hecho de que hace de.la acumulacin sin fin de capital algo central y ~os t~unfos de la eficiencia productiva son slo esfuerzos por frenar el
primario estructuralmente. Esto significa que las instituciones que cons- ntmo .de la curva descendente. Pu.ede verse toda la ofensiva neoliberal de
tituyen su marco recompensan a quienes persiguen la acumulacin sin fin l~s dos ltimas dcadas como un esfuerzo gigantesco por frenar los cre 7
de capital y penalizan a quienes no lo hacen. . ', cientes costos de produccin, disminuyendo primero el costo de los sala-
Pero cmo se acumula el capital? El prerrequisito crucial es obtener rios Ylos impuestos y en segundo lugar disnnuyendo el costo de los insu-
utilid(ldes de las open1ciones ec.().n.~c;as, c;ua~~~s ms, mej~r. ):' la utili- mos por la ~a .de los avance_s tecnolgicos. Creo, adc;ms, que ha sido .
dad es una funcin del diferencial entre los costos reales y los precios sumamente limitado el grado total de xito, por doloroso que haya sido
posibles. Digo preeis posibles\por4,ue ctesde luego ningn vendedor ~ar~ aquellos que han aguantado el peso del ataque, y que incluso las
puede incrementar infinitn:iente el precio demandado. por ~nbiel} y limitadas ganancias estn por .volverse p~rdidas. . . . ,..
esperar venderlo. Siempre hay lnteS. Los ecoril:nistas le llman' a esto :' Q~~ o~ra cosa es el tema en la'. constante griterla sobre la amenaza de la
la elasticidad de la demanda. Dentro de los lmites de las tasas de elasti- inflacion, mvo~da tan freue11temente por Alan Greenspan y sus compin~
cidad, la utilid~d real depehd de tres csts: el Cdst'del trabaj, el costo ches en Alemania y G~an Bretaa? Si se lee lo que dicen, la causa potencial
de las inversi9n~s yde la'infra'.estrucfura; y'el oost de los imp'riestos. , de este monstruo temble .que se llama'inflacin es que los trabajadores

207
" '"

puedan obtener salarios ms :tltos o que los gobiernos puedan gastar ms, ': grandes centros. urbanos. de los pases del sur, las alternativas de ingreso
y p~r tanto recaudar todava ms impuestos. Al menos ellos no parecen ' de un trabajador asalariado potencial son bastante ms. altas. que las de
hacerse ilusiones sobre la fuente de la amenaza a la acumulacin decapi-' sus abuelos campesinos; y por tanto, si alguien desea contar con sus ser-
tal. A ful de cue~tas, un~ illl.acin moderada es la condicin normal de la vicios en la llamada economa fo~al,'tiene que pagar por ellos.
conoma-mundo capitalista cuando funciona bien, y as ha sido durante un
El' mismo, proceso de agotarniel).to de.ls zoria~ 'de bajo' costo se ha esta-
largo periodo.. Pero la illlacin normal es de hecho consecu.encia' del
do dando en el rea de los insumos. El iuecanismo principal que los capi-
aumento en los niveles salariales y de impuestos, y por tanto se es'pred-
talistas han empleado para mantener bajos los costos de los insumos ha
samente el fenmeno al que me refiero.
consistido en no pagar algunos de ellos, consiguindolos en cambio a costa
Por qu motivo estos tres precios se han incrementado lenta pero cons~ de la colectividad. Esto recibe el nombre de externalizacin de costos. Un
tantemente a lo largo del tiempo, no obstante los mejores esfuerzos de los productor externaliza sus. costos en tres formas: elintlna los desperdicios
capitalistas por reducirlos? Permtaseme delinear brevemente las razones sin procesar al exterior de su propiedad sin pagarle a alguien que lo pro-
del incremento. del costo en cada caso. Los salarios aumentan porque los cese; compra materias primas al costo que las consigue pero sin pagar el
trabajadores se organizan. ste es un viejo tema, pero no por ello deja de costo de su sustentabilidad; emplea infraestructura construida a costa de
ser exacto. Las formas de organizacin son mltiples. Cada vez que la la colectividad. Estas tres maniobras no son poca cosa en la reduccin del
accin ~indica! de los trabajadores se vuelve 'muy costosa para los capita-
'i',

costo de produccin y por tanto incrementan la tasa de utilidad..


listas, y en especial en las fases b del ciclo Kondratieff, cuando la compe-
Las dos primeras de estas formas de externalizacin han dependido de
tencia a nivel global es ms aguda, los capitalistas han buscado huir ya 1,' <

la localizacin de reas nuevas para tirar el desperdicio y para obtener


sea de la ciudad al campo, o de los lugares en los que los trabajadores estn
materias primas cuyas fuentes anteriores se hayan agotado. Con la expan-
bien organizados a otros lugares en donde se encuentren peor organizados.
sin constante de las reas incluidas dentro de la economa-mundo capita
Si se ve este proceso a lo largo de quinientos aos, se puede apreciar lista y con el incremento constante de la tasa de su empleo, el globo se va
que ha asumido la forma de una transferencia frecuente (aunque no con- quedando sin lugares de reemplazo. ste es el problema que enfrenta el
tinua) de los procesos productivos a zonas incorporadas recientemente a movimiento ecologista, el cual asimismo ha sealado que las formas de eli-
la economa-mundo capitalista. La razn ha sido sencilla. En esas zonas minacin de desechos a bajo cost9 que adoptan los productores y la colee
se puede encontrar una fuerza de trabajo de reas rurales menos comer-. tivi~ad han provocado un dao importante al ecosistema, el cual necesita
cializadas, a la que se puede hacer aceptar niveles salariales por debajo urgentemente una reparacin costosa. La tercera forma de externalizacin
del patrn mundial. Se les puede persuadir porque para ellos en ese mo- de costos, el empleo de infraestructura construida a expensas de la colecti-
mento tales salarios representan un incremento real en su ingreso total. vidad, requiere de un incremento constante en los impuestos, punto al que
La dificultad radica en que una vez que estos trabajadores desplazados nos acercamos. La nica solucin de largo plazo a estos problemas es la in-
residen en la nueva zona laboral (urbana por lo general) por un tiempo temalizacin de costos, la cual, frente a los lmites de la elasticidad de la
(digamos de veinticinco a cincuenta aos), mudan sus patrones de com- demanda, significa una reduccin de las utilidades a largo plazo.
paracin, aprenden a su vez los estilos del nuevo mundo del trabajo Y Por ltimo, los impuestos han ido subiendo, como todos nos los recuer-
empiezan a organizarse y a exigir niveles salariales ms altos. dan. No importa que los impuestos estn distribuidos de manera desi-
El pobre capitalista se ve reducido a la necesidad de huir nuevamente. gual, para todos han estado subiendo y esto incluye a todos los produc-
Hoy el problema est en que, despus de quinientos aos, quedan pocos tores. Los impuestos han subido por una sencilla razn: lo que los
lugares a donde correr. Se ha vuelto en extremo difcil frenar el proceso politlogos llaman la democratizacin del mundo y cuya consecuencia ha
del alza salarial. En la actualidad, hasta en los barrios miserables de los sido la expansin del Estado benefactor.La gente ha estado exigiedo

208 209
1

mayores inversiones estatales en la educacin, en la salud y en la garan- en lenguaje hegeliano, que ya es imposible contener las contradicciones
ta de un ingreso vitalicio. Ms an, el umbral de las exigencias se ha ido del sistema. Quiere decir, en el lenguaje de las ciencias de la compleji-
incrementando de manera constante y extendindose geogrficamente dad, que el sistema se ha alejado de su equilibrio, que est ingresando a
hasta incluir ms y ms partes del mundo. ste ha sido el precio de Ja una etapa de caos, que sus vectores se bifurcarn y que eventualmente
relativa estabilidad poltica y no hay seales de que la presin desde se crear un nuevo sistema, o nuevos sistemas. Quiere decir que el ruido
abajo est cediendo en modo alguno. en el sistema, lejos de ser un elemento que se pueda ignorar, pasar al pri-
Un punto final. No es que todas estas presiones a la alza sobre la tasa mer plano. Quiere decir que el resultado es intrnsecamente incierto, y
de utilidades sean resultado de las exigencias slo de los productores. Los que es creativo.
mismos capitalistas han sido los responsables de este aumento en los cos- Esta descripcin de la crisis en el sistema se aplica a todos y cada uno
tos. Ellos (o cuando menos algunos de ellos) han favorecido algn incre- de los sistemas, del universo entero a los mundos subatrnicos, de los sis-
mento en los niveles salariales como medio para crear una demanda efec- 1 temas fsicos a los biolgicos y a los sistemas sociales histricos. Se aplica
tiva. Ellos (o cuando menos algunos de ellos) han estado de parte de la j ms cabalmente y con mayor complejidad a los sistemas sociales histri-
externalizacin de algunos costos, como la forma de garantizar las posi- .cos, toda vez que son los sistemas ms complejos fuera del cosmos mis-
bilidades futuras de produccin. Ellos (o cuando menos algunos de ellos) mo. El empleo de este modelo no significa reducir los fenmenos socia-
han estado de parte del Estado benefactor corno una forma de apaciguar
a las clases obreras. Y ellos han favorecido. otros tipos de erogaciones
estatales (y por tanto de tributacin) como un medio para reprimir a las
ll les a fenmenos fsicos. Es exactamente lo contrario. Es interpretar los
fenmenos fsicos corno si fueran fenmenos sociales, con agentes, imagi-
nacin, autoorganizacin y actividad creativa.
,
clases obreras. Y por ltimo han sido ellos (o cuando menos algunos de Siempre me ha parecido curioso que esta descripcin pase por mecani-
J
ellos) los que han estado a favor de todas estas medidas corno la ruta para j cista y, ms an, corno pesimista. Se trata de una forma de anlisis que
1
crear presiones de tipo financiero sobre sus competidores ms dbiles. niega directamente la validez de lo que hemos llamado mecnico en el
Sin embargo, el resultado de todo lo anterior ha sido un incremento pensamiento social de los ltimos siglos. Y no es del todo pesimista pues
masivo en los costos, lo que conduce a una reduccin de las utilidades a es necesariamente neutral en la prediccin del resultado. No anticipa
nivel mundial. La locura misma de nuestra actual mana especulativa, resultados ni buenos ni malos. No hay forma de predecir los resultados,
mucho ms aguda en el principal tialuarte del sistema, Estados Unidos, toda vez que los resultados alternativos dependen de toda una infinidad
no es una prueba contra esta hiptesis, sino a favor de ella. Pero no puedo de disyuntivas desconocidas e incognoscibles.
abundar ms aqu en esta tesis si lo que quiero es discutir los prospectos Podramos pensar un periodo catico de una transicin sistmica como
para el cambio fundamental y la estrategia para la izquierda mundial. un periodo en que el libre albedro. reina de manera ms o menos sobe-
rana, sin las trabas -que normalmente tiene- de la carn_isa de fuerza de
la costumbre y de las limitaciones estructurales. La Revolucin francesa
TRANSICIN SISTMICA 1.
y la Revolucin rusa fueron esfuerzos increbles por transformar el
\
Qu quiere decir que un sistema ingresa en una crisis sistmica? Quie- mundo, que involucraron las energas movilizadas de. mucha, much<;l
re decir que las tendencias seclares estn llegando a asntotas que ho gente en diversos lugares y a lo largo de. un prolongado periodo de tiem-
pueden cruzar. Quiere decir que los mecanismos que se han usado hasta po, y sin embargo cambiaron muchas menos cosas de las que se propo-
ese punto para regresar el si~terna a equilibrios relativos ya no funcionan, nan. Y si bien crean estar implementando cambios, ms adelante
pues tienen que mover el 'sistema muy cerca de su asntota. Quiere decir, muchos de estos cambios se revirtieron o ~e subvirtieron. Medidas con la
vara de sus esperanzas y de sus proclamas, no se puede decir que estas

210.
211

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\

revoluciones fueran xitos noto.ros, no obstante el hecho de que dejarqn S que sea lo que sea parecer atractivo y resultar frustrante. El aspec-
marcas indelebles en todo lo q~e desde entonces ha sucedido. to ms frustrante es que tales proposiciones pueden venir cubiertas con
La poltica de la transicin es distinta a la de los periodos cuasinorma- la vestimenta de un cambio radical progresista. Se necesitar la aplica-
les. Aprovecha la ventaja y gana posiciones en un momento en que cual- cin constante de una crtica analtica para sacar a la superficie las con-
quier cosa es posible polticamente y en el que la mayora de los actores secuencias verdaderas y para distinguir y valorar los elementos positivos
encuentran extremadamente difcil formular estrategias de alcance me- y negativos. Esto ya ~a estado suced~endo en una larga lista de propues-
dio. La confusin ideolgica y analtica se convierte en una realidad tas relativamente menores para diversos tipos especficos de problemas,
estructural antes que en una variable accidental. La economa de la vida tales como la ecologa o la ingeniera gentica, y la lista podra ampliarse.
cotidiana se sujeta a fluctuaciones ms salvajes que las habituales Ypara En el otro lado del campo de batalla virtual se ubicarn todos aquellos
las cuales tenamos explicaciones sencillas. Sobre todo, el tejido social que busquen reconstruir el mundo de modo tal que sea ms democrtico
parece menos confiable y las instituciones en las que confiamos para ga- y ms igualitario. Empleo estos dos criterios como una definicin mnima
rantizar nuestra seguridad inmediata parecen fallar. De este modo, los pero de hecho crucial de la izquierda mundial. Si los diversos gr~pos que
delitos antisociales parecen extenderse y esta percepcin crea temor y, comparten este objetivo actuaran juntos, ste sera un momento de gran-
por ende, como reflejo la expansin de la privatizacin de las medid~s Y des posibilidades para lograr una transformacin significativa en la con-
la fuerza de seguridad. Si esto suena conocido, es porque est sucedien- secucin de sus esperanzas. Pero como ya antes lo seal, en su situacin
do, en diferentes grados, a lo largo del sistema-mundo. actual actan con incertidumbre, debilidad y en un estado generalizado
Hay que preguntarse cules son las reacciones posibles de las diferen- de depresin. Puedo entender la incertidumbre, aunque es posible supe-
tes fuerzas polticas en una situacin as. Lo ms fcil de predecir es la rarla. Pero no existe la necesidad inherente de que la izquierda mundial
reaccin de los estratos superiores del sistema-mundo. Son desde luego se muestre dbil o deprimida, aun cuando s veo que los impactos de los
una mezcla compleja y no constituyen un grupo organizado. Pero proba- pasados treinta aos han inducido semejantes reacciones.
blemente se les pueda dividir en dos grupos principales. La mayora com- Ignoramos quin prevalecer en la lucha por resolver la bifurcacin sis-
partir la confusin general y se remitir a su tradicional poltica de corto tmica entre quienes desean moverse en la direccin de un nuevo siste-
plazo, tal vez con una dosis ms grande de represin en la medida en que ma social histtico que comparta con el actual la caracterstica crucial del
no se ve que la poltica de concesiones produzca en el corto plazo la. privilegio jerrquico y quienes desean moverse en la direccin de un sis-
calma que supuestamente deba producir. tema relativamente democrtico, relativamente igualitario. No lo sabe-
Y luego est la pequea minora entre los ~stratos superiores que es lo mos y no lo podemos saber. Si actuamos, debemos actuar dentro del
suficientemente previsora e inteligente para percibir el hecho de que el marco de un resultado incierto. No hay carreta a la cual treparse. Slo hay
actual sistema se est cayendo y que quiere que el nuevo sistema asegu- una lucha brutal en la que debemos tratar de hacer que prevalezca la pri-
re su privilegiada posicin. La nica estrategia para ese grupo es la estra- maca de la racionalidad matetial. Ahora me quiero referir a las rutas
tegia de Lampedusa: cambiar todo para que nada cambie. Este grupo posibles de accin.
contar con una firme determinacin y con una gran cantidad de recur-
sos a su alcance. Puede contratar la inteligencia y la habilidad, ms o
menos a su antojo. Lo har. Es probable que ya lo est haciendo. UNA ESTRATEGIA PARA LA IZQUIERDA MUNDIAL
Ignoro con qu haya de salir este grupo, o por medio de qu medios sus En qu estaba mal la estrategia que la izquierda mundial desarroll a lo
miembros busquen llevar a cabo la forma de transicin que les interesa. largo del siglo XIX? Debi estarlo en muchos aspectos, pues la estrategi31

212 213
11.
t'
no fue exitosa. La pieza central de la estrategia global fue el concepto de dichos regmenes o se han doblado o se han quebrado.. Ninguno ha per-
los dos pasos: primero obtener el poder del Estado, transformar el manecido erguido, ni hubiera podido permanecer ergmdo. Y en muchos
mundo despus. Esta secuencia tena sentido en la medida en que el con- modos era peligrosamente ingenuo esperar que s lo hicieran.
trol de la maquinaria estatal pareca el nico camino para superar el acu- No es que nadie desde la izquierda hubiera adv:rtido s~bre _los peligros
mulado poder econmico y cultural de los estratos privilegiados, y la de la estrategia de los dos pasos. Sucede que qmenes discutier~n s~br_e
nica forma de asegurar la construccin -y la conservacin frente a los sus peligros nunca lograron convencer a la mayora de que podia existir
contraataques- del nuevo tipo de instituciones. Cualquier otro camino una ruta alternativa eficaz. El hecho de que los poderosos del mund?
hacia la transformacin social pareca utpico -en la acepcin peyorati- controlaran las armas -por la va de los ejrcitos y de las fuerzas poli-
va de sueo de opio-, y esta opinin pareci confirmarse por el hecho de ciacas del Estado- pareca volver imposible que estos movimientos rea-
que otros diversos caminos hacia la transformacin, cada vez que se pro- lizaran ningn cambio verdaderamente fundamental antes de obtener el
baron, se toparon con un agresivo contraataque y con la supresin final. oder del Estado. Y la mayora de la izquierda probablemente estaba en
De ah que la estrategia de los dos pasos pareciera la nica que funcio- f0 .cierto en este punto. De hecho no haba un camino alternati:o :n tanto
estuviera operando dentro del mbito del sistema-mundo cap1tahsta que
nara. Y sin embargo fracas. En retrospectiva sabemos lo que sucedi.
La estrategia de los dos pasos no funcion porque una vez logrado el pri- gozaba'todava de una situacin bsicamente estable.
mer paso -y de hecho se logr en un gran nmero de pases- el nuevo Pero an hay ms. Los anlisis de la izquierda incurrieron en mlt~ples
rgimen no pareci tener la capacidad para dar el segundo. sta es pre- prejuicios que la impulsaron hacia esta orientacin ~statal. En pi:mer
cisamente la fuente del desencanto con la vieja izquierda. Pero por qu lugar, fue un prejuicio considerar que la homogeneidad er~ en_ :1erto
flaquean los movimientos en el segundo paso? Durante mucho tiempo se modo mejor que la heterogeneidad y que por tanto la centr~hzac1on era
sostuvo que si un determinado rgimen no transformaba el mundo como en cierto modo mejor que la descentralizacin. Esto se denv del falso
lo haba prometido, era porque la dirigencia en cierto modo haba trai- supuesto de que igualdad significa identidad. Es ~ierto que un g_r~n
cionado la causa y se haba Vendido. La idea de que los lderes se ven- nm~ro de pensadores ya haban sealado la falacia de esta ecuac10n,
den, al igual que la idea de que las masas tienen una falsa conciencia, me Marx entre ellos, quien distingui la equidad de la igualdad. Pero p~ra los
parece que analticamente es estril y que en trminos polticos resulta imp~cientes revolucionarios, el camino centralizador, homogenetzador,
paralizante. Es verdad que algunos dirigentes colocan la ambicin perso- era el ms sencillo y el ms corto. No requera de un arduo clculo para
nal por encima de los principios que proclaman, del mismo modo en que equiibrar el complejo conjunto de decisiones. Deca'n que, en.efecto, no
ciertas personas comunes' y corrientes no parecen creer en los mismos se podan sumar manzanas y naranjas. El nico problema ~s qu~ el mun-
principios en los que muchos (casi todos) de los suyos creen. Sin embar- do real est hecho precisamente de manzanas y de naranjas. S1 n? _se es
go, la pregunta es: ll?r qu prevalece esa gente? capaz de realizar semejante aritmtica, no se pueden to~ar dec1s10nes
El problema bsico no es tico o psicolgico, sino estructural. Los esta- polticas verdaderas.
dos en el interior del sistema-mundocapitalista tienen un poder enorme, El segundo prejuicio era virtualmente el opuesto. Mientras que la pr~
pero sencillamente no son todopoderosos. Quienes estn en el poder no ferencia en favor de la unificacin del esfuerzo y del resultado .debi.
pueden hacer todo lo que quieren y a pesar de ello seguir en el poder. empujar lgicamente hacia la creacin de un solo movimient? mundial Y
Quienes estn en el poder estn de hecho bastante limitados por todo la defensa de un Estado mundial, la realidad de facto de un sistema mul-
tipo de instituciones y en especial por el sistema interestatal. sta es una tiestatal, en el que algunos estados eran visiblemente m~ poderosos Y
realidad estructural con la que se han topado, una y otra vez, todos los tenan ms privilegos que ;tros, empuj a k>s movimientos a ver el Esta-
movimientos que han llegado al poder. Como rboles en una tormenta, do como un mecanismo de defensa de los intereses colectivos dentro del

214 . 215
sistema-mundo un instrumente ms relevante para la gran mayora den- trico de la izquierda es parte esencial del desorden causado por fa~
tro de cada uno' de los estados que para los poos privilegiados. De nevo, general del sistema-mundo capitalista.
un gran nmero de pensadores ya haba sealado la falacia de creer que
El fracaso de la izquierda ayer y su reconocimiento hoy t'S rrt"l:'i'Sm1::-:-:-
cualquier Estado dentro del sistema-mundo moderno servira o podra
te lo que har alcanzar sus objetivos a la izquierda del mundo m:1:>ons.
estar al servicio de los intereses colectivos en lugar de atender los de unos
Es posible, pero de nfngn modo seguro! En.el siguiente m>.~ii~) siglt) ~
cuantos privilegiados. Pero las mayoras dbiles en los estados d.biles no
construir un nuevo sistema histrico. Ya se inici la batalla~' nw-:-l nnm-
fueron capaces de ver otra arma a la mano en sus luchas contra la margi-
dial sobre cmo ser. Y qu podemos hacer?
nacin y la opresin que la de una estructura estatal que crean (o mejor
dicho, esperaban) poder controlar ellos mismos. Pienso que analizar es lo primero que podemos hacer en ht izquierd.~.
Lo dig no porque me dirija a los cientficos sociales, esto cs.. a l~Th:':1~s
El tercer prejuicio era el ms curioso de todos. La Revolucin francesa
que en su vida profesional estn presumiblemente metidas -.'n d :n~:~hsiS
proclam como consigna propia Libertad, Igualdad, Fraternidad. Lo
de lo social, sino porque uno de los problemas del mundo y .:-n p::1 f'ULlr
que en la prctica ha sucedido desde entonces es que casi toda la gente
de la izquierda del mundo, radica en que nuestros anlisis :unem,n:s n,~
ha eliminado de la consigna la parte de la fraternidad, sobre la base de
han sido tan buenos y parecen haber sido parte de la caus:1 de que n-~
que era simple sentimentalismo. Y el centro liberal ha insistido en que la
encontremos en los dilemas en que hoy nos vemos.Aqu slt' put'do R'l"-'"
libertad deba ir antes que la igualdad. De hecho, lo que los liberales
tir una serie de temas en los que he estado insistiendo dt'$1.k ha1.'t' un
en verdad queran decir es que la libertad -definida en trminos pol-
tiempo. El primero es la importancia en la eleccin de la unidad de :in:\-
ticos exclusivamente- era lo nico que importaba y que la igualdad . Pienso
re1evan te es e1 ,s1 ~tm1-nmnd,,
lisis. que la umda d de ana'l.isis ~
representaba un peligro para la libertad y haba que atenuarla o de
moderno, que es la economa-mundo capitalista. Lo segund1.l que pt11.k-
plano desecharla.
mos hacer es analizar el sistema en la longue dure, que, sin 1.'1nbargo. d:i-
Este anlisis era fraudulento y la izquierda del mundo cay embauca- ramente no es eterna. Lo que esto qmere . es que en un 1.i 1:.t 1:.nnitr1d1.'
decrr :
da. La izquierda del mundo, y en particular su variante leninista, respon- sistema histrico, como por ejemplo el de la economa-mund1.1 capitahst:I.
di a este discurso liberal centrista invirtindolo e insistiendo en que la necesitamos distinguir los periodos de gnesis, de operaci1uasinonn:il.
igualdad (econmica) deba ir antes que la libertad (poltica). Fue una y los de crisis estructural del sistema en general.
respuesta totalmente equivocada. La respuesta correcta dice que no hay
Lo tercero que podemos. hacer es entender los procesos :.-;1~ .' t t:llllll..
< ' lS 1.'ll
manera de separar a la libertad de la igualdad. Nadie puede tener la
los trminos de su complejidad, es decir, su tendencia a farg1.' plazo :ik-
libertad de elegir si sus elecciones estn limitadas por una posicin ine-
jarse del equilibrio y a arribar a momentos de bifurcacin 1.'l.1 n un resu~~
quitativa. Y nadie puede ser igual si no tiene el grado de libertad que
tado indeterminado. En cuarto lugar est hacer nfasis particular en 1.
otros tienen, es decir, si no disfruta de los mismos derechos polticos y del
papel institucional dentro de la economa-mundo capitaf:t:1 de nl. h)~
mismo grado de participacin en las decisiones reales.
movimientos ,
ant1s1stermcos y b] 1as es t ruc t uras d e1 sae 11....
)"r. , 1.. en (Illlllll ,
Sin embargo, todo lo anterior no es sino agua que ya pas. La izquier- lugar est el colocar todos estos anlisis en el contexto de imp1.nsnr -qu~
da tom su decisin y ha tenido que vivir con ella. Hoy en da, a resultas es diferente a repensar- las categonas , que nos here do, en , tiucn1 . ' medi-
. .
de eso y como todos bien sabemos, la izquierda del mundo est en gran- da el siglo XIX para que podamos enfrentar 1as neces1 a e~ ~d d ... rcfkXHllllll

des problemas. Sostengo, sin embargo, que esto no se debe ver de mane- sobre la geocultura del actual sistema-mundo.
ra aislada. Los errores de la izquierda, la estrategia fracasada, fueron un , . . es siempre
.
Desde luego que el anahs1s un componente, mu:. .. snrio dt: _
resultado casi inevitable de las operaciones del sistema capitalista en con- . . , trnl cualll1ll
la praxis. Pero se vuelve particularmente urgente y ct:n
tra del cual luchaba. Y el extendido reconocimiento de este fracaso bis-

217
216
confrontamos una crisis estructural porque es justo entonces que las cate- Sin embargo, qu es lo que deben impulsar tales coaliciones? Pienso
goras de pensamiento aceptadas ofrecen el mayor obstculo a la accin que existen tres grandes lneas tericas y prcticas que hay que enfatizar.
til. El anlisis por s mismo nunca es accin. La accin requiere de orga- La primera es la que llamo obligar a los liberales a ser liberales. El tal-
nizacin. La izquierda del mundo ha credo durante los ltimos doscien- n de Aquiles de los liberales del centro es que ellos no quieren poner en
tos aos que esto se refera a una accin altamente coordinada, de prefe- prctica su propia retrica. Una pieza central de su retrica es la eleccin
rencia dentro de una sola estructura jerrquica, creyendo que se trataba individual. Sin embargo, a muchos niveles elementales, los liberales se
de la ms eficaz forma de accin, si no es que la nica. oponen a la eleccin individual. Uno de los ms obvios y el ms impor-
Pienso que este supuesto result equivocado. Los componentes sociales tante es el derecho a elegir dnde vivir. Los controles a la inmigracin
que forman potencialmente a la izquierda del mundo son harto diversos, son antiliberales. Hacer una eleccin -digamos, un mdico o una escue-
enfrentan un gran nmero de distintos problemas inmediatos, se originan la- que dependa de los recursos con que se cuente es antiliberal. Las
en escenarios culturales sumamente variados como para que funcione un patentes son antiliberales. Y se podra seguir. El hecho es que la econo-
sistema de centralismo democrtico, incluso si fuera genuinamente demo- ma-mundo capitalista sobrevive sobre la base de no cumplir con la ret-
crtico. Esto lo reconocen un par de consignas que surgieron en aos re- rica liberal. La izquierda del mundo debe denunciar el engao sistemti-
cientes y que sealan hacia otra direccin. Una es la consigna estadouni- ca, regular y permanentemente.
dense de la coalicin arco iris (rainbow coalition), una frase que ha sido Pero claro que denunciar el engao retrico es nada ms el principio de
copiada en otros lugares del mundo. La gener la sensacin de que, para la reconstruccin. Debemos contar con un programa positivo propio. Ha
una muy amplia variedad de personas, las posturas polticas tienen races habido un cambio verdaderamente abismal en los programas de los parti-
en, o estn profundamente afectadas poi: sus ubicaciones sociales y por dos .de izquierda y en los movimientos alrededor del mundo entre 1960 y
sus identidades. La otra consigna es la que lanz en aos recientes la iz- 1999. En 1960 sus programas hacan nfasis en las estructuras econmicas.
quierda francesa: izquierda plural. Tambin esta frase .se est copiando. Abogaban por una u otra forma -por un nivel o por otro- de sociali-
Se refiere menbs a la realidad de las diferentes identidades que a la de la zaci~, por lo general de nacionalizacin, de los medios de produccin.
multiplicidad de tradiciones y prioridades polticas. Decan poco, si es que decan algo, sobre las desigualdades que no estaban
Como sea que apreciemos los esfuerzos actuales por crear una coali- definidas como basadas en la clase. Hoy en da, casi todos estos mismos
cin de izquierda de nuevo estilo, .el ncleo de la idea me parece a m parti1dos y movim:mtos, o sus sucesores, plantean propuestas, para enfren-
absolutamente correcto y de hecho esencial si hemos de realizar algn tar fas desigualdades de gnero, raza y etnicidad. Muchos de los programas
progreso poltico significativo. Nos fortalecemos colectivmente, no nos son terriblemente insuficientes, pero al menos han sentido la necesidad de
debilitamos, en la medida en que las personas se organicen bajo las for- decir algo. Por otra parte, no existe .un S()lo partido o m~vimiento en la
1

mas y las estructuras que les resulten signific;ativas, siempre y_cuando los actualidad que se considere de izquierda y que abogue por una mayor
grupos que formen estn dispuestos a dialogar entre .ello.s y a establecer socializacin. o nacionalizacin de los medios de produccin, y algunos en
coaliciones 'tiles. .Esto ya irts, ~~ q1'e ur ~su~to de p()ltica pa;l~menta- realidad proponen ir en direccin opuesta. Es un viraje asombroso. Algu-
ria. Puede y debe operar a 1t~dos los niveles, de lo global a lo. local. Pero nos lo celepran, otros lo denuncian. La mayora nada ms lo a_cepta.
ms que nada, no puede se~ un mero asunto de aliai:izas polticas, sino de ~ay un enorme plus en este. cambio cataclsmico de nfasis. La izquier-
un debate co~starite yde ail~l{sis ~olegiatle> 4~ pftrte. d ~stos:iAqvimien~ da d~I 111l1n~() nunca e~~~t c:~n)a s,ufici(!m~ s,efiedad el mflyor prople-
tos en concierto entre ellos.':E8'ci'iesn de ~~ear y defort~Iece.r una ~l n;i.a parft cas1.~odos,que.es la realidad cotidif1na de las mltiplesinequida-
en
tura particular de acdri poltica'tfogida cbritfapsiciri \~ l~ ~ccin .. des a nivel mundial. La igualdad significa muy poca cosa si slo se trata
poltica jerrquica. N ser fcil. ele. laj igual~~d en_tre l?s fico~ J!'..1 ~i~~~~~~~~~~o C\}pi~i;tli,s!.i;t. P8; pro.~l!.~~()
1

l 218
1 219
..
la mayor polarizacin geogrfica de la riqueza y del privilegio que el pla- colectivo, cul es la proporcin coliecta que seJes asignar? Con toda
. neta haya visto. Y la prioridad ms alta de la izquierda del mundo debe o
seguridad no existe una respuest fcil evid'ente~ 'sino que se trata de
ser aortaf esta distanci Tadicalmente y tan rpido como sea posible. una pregunta que necesita de algunas decisione~'inesliradas, a las que se
Pero sta no es la nica distancia que debe acortarse. Estn todas las otras debe llegar democrticamente; es' decir, invoforando la participacin
las que nos hemos referido durante mucho, mucho tiempo: clase, raza, real Y significativa de todos, al menos de todas las personas vivas. En la
etnicidad, gnro, generacin. En resumen, debemos abord.ar el tema de actualida?, en el si~tema presente, i:i.~oritamos con un proceso real que
la igualdad como un asunto sobre el que realmente algo puede hacerse. nos permita realizar esto, ni siquiera h el interior de un solo Estado, para
Pero decretar la igualdad como objetivo no es alcanzarla. Pues hasta con- no hablar de hacerlo de modo global. Podemos construir semejante pro-
tando cori la buena voluntad de todas las prutes _:_y desde luego esto no se ceso? Debemos hacerlo. Si no poc:lemos, renunciamos para siempre al
puede dar por hecho, m_s bien al contrario:__ no es fc dar. con soluciones objetivo tradicional de la izquierda del mundo, el de un mundo relativa-
equitativas. Aqu yo pienso que necesitamos reintroducir -revivir, de mente. democrtico, relativamente. igualitario. Yo .no e~toy dispuesto a
hecho-: el co:l:icepto de la racionalidad material de Weber. l se refera r~nunciar a este objetivo. As, en principio soy optmist en cuanto a que
a lo que es racional en trminos de sistemas de valores colectivos, amplia- la humanidad s es capaz de construir tales procedimientos. Pero recur-
mente aceptados, en contraposicin a lo que es racional en trminos de dese que no slo es difcil, sino que existen muchas, muchas personas po-
conjuntos de objetivos particulares, descritos con precisin, que una perso- ' derosas que no desean ver que.se establezcan tales procedimientos.
na o una organizacin se puedan plantear. El mismo Weber fue ambiva- Lo que podemos decir sobre la cuestin de las inequtdades mltiples y
lente con respecto de la actitud que se deba tomar vis-a-vis la racionali- las formas en las que podemos superarlas es que al menos, y por fin, hoy
dad material. Algunas veces la describi de tal forma que la hizo parecer son objeto de debates serios. Estn en el plan de trabajo poltico de la
su prioridad y a veces de tal forma que subray sus temores de que las izquierda del mundo. Y si hasta el momento no hemos llegado a respues-
organizaciones ideolgicas (lase: el Partido Socialdemcrata Alemn) tas muy buenas, al parecer estamos trabajando en ellas y con muchos
pudieran imponer sus opiniones sobre las de los dems4 La mayora de los menos ataques personales de los que se habran temido y de los que se
aclitos de Weber despus de 1945 slo han visto estos ltimos sentimien- daban hace veinte o treinta aos. .
tos, ignorando los primeros. Pero nosotros podemos establecer nuestro.
Pero el gran avance en el asunto de l~s inequidades mltiples ha ido
propio uso de este importante concepto y lo que nos sugiere.
acompaado de un gran retroceso en el flanco de la reconstruccin de
Lo que a m me parece que Weber estaba sealando es que, en un mun- nuestras instituciones econmicas. Si el capitalismo se derrumba, segui-
do de actores mltiples y de mltiples conjuntos de valores, se pueden mos contando con una alternativa que satisfaga la meta tradicional socia-
dar resoluciones a los debates que sean ms que el resultado de la simple lista: un sistema socialmente racional que maximice la utilidad colectiva
aritmtica (contar los votos) y del desorden general en donde cada cual Y la distribucin justa? Si la izquierda mundial est planteando tales pro-
vaya en pos de su propio antojo. Puede haber formas materialmente posiciones, yo no las he escuchado. Entre quienes en un extremo del
racionales de tomar decisiones sociales. Saber cules son requiere de un espectro de la izquierda proclaman <<nuevas ideas que son tan slo ver-
largo periodo de debate claro, activo y ab~erto, as como de un esfuerzo siones diluidas de una administracin centrista del sistema capitalista y
colectivo para balancear las prioridades a corto y a largo plazo. quienes se encuentran en el otro extremo con nstalgia por las panaceas
Tmese un asunto que es obvio, los problemas de las prioridades gene- de ayer, parece haber una verdadera pobreza de ideas serias.
racionales. Hay en todo momento un excedente social, que se puede divi- La izquierda mundial necesita hacer frente a la crtica ms sistemtica y
dir entre cuatro grupos generacionales: los nios, los adultos en edad efectiva que se ha hecho a la retrica histrica socialista, el cargo de que Ja
laboral, los ancianos y los que estn por nacer. En trminos de gasto propiedad colectiva de los medios de produccin conduce al desperdicio,

220 221
al desinters en la eficiencia tecnolgica y a la corrupcin. Esta crtica no Por qu no habra de funcionar lo anterior para las compaas acere-
result falsa en lo que hoy llamamos el socialismo realmente existente. ras, para los gigantes de la tecnologa computacional, para la manufactu-
Esto lo reconocen los regmenes de esa naturaleza que an sobreviven (o ra de aviones y la biotecnologa? No hay duda que habra una gran can-
al menos casi todos ellos), pero su respuesta ha sido crear un espacio tidad de detalles sobre los cuales discutir, en especial hasta qu punto se
enorme para la propiedad privada en el interior de sus regmenes y eti- debe gravar fiscalmente a tales corporaciones no lucrativas, pero a m me
quetarlo como socialismo de mercado. Lo anterior tal vez parezca parece viable per se y prometedor y una ruta alternativa que no est
resolver en el corto plazo algunas dificultades econmicas, pero de hecho fuera de sincrona con el compromiso de lograr una mayor calidad de
fracasa de cabo a rabo al hacer frente a los problemas subyacentes que el vida para todos a nivel mundial. Al menos, a m me parece que es algo
movimiento socialista mundial se propuso originalmente enfrentar: la que deberamos estar discutiendo con seriedad y que es una idea que
gran desigualdad y el gran desperdicio social. deberamos trabajar.
Sugiero que acaso exista otra ruta, que de hecho se ha ensayado de Lo que pienso que debemos tener en primer plano de nuestras refle-
manera parcial y que es harto prometedora. Pienso que se podran ob- xiones es que el punto bsico no es la propiedad o siquiera el control de
tener casi todas las ventajas de la propiedad privada y sin embargo eli- los recursos econmicos. El punto bsico es la desmercantilizacin de los
minar casi todos sus aspectos negativos al resguardar las actividades procesos econmicos mundiales. Desmercantilizar, hay que subrayarlo,
productivas dentro de estructuras de tamao medio, descentralizadas, no quiere decir desmonetarizar, sino eliminar la categora de la ganancia.
competitivas y no lucrativas. La clave est en que sean no lucrativas, El capitalismo ha sido un programa para la mercantilizacin de todas las
esto es, que nadie reciba dividendos o reparto de utilidades y que cosas. Los capitalistas todava no lo logran del todo, pero han avanzado
todos los beneficios vayan de regreso a la organizacin o que sea tribu- mucho en esa direccin, con todas las consecuencias negativas que cono-
tado por la colectividad para ser reinvertido en otra parte. cemos. El socialismo debe ser un programa para lograr que nada sea mer-
c~nca. Dentro de quinientos aos, si empezamos ahora mismo, acaso no
Cmo podran trabajar tales estructuras? Bueno, de hecho sabemos
lo ,hayamos logrado por completo, pero habremos avanzado un gran tre-
cmo, en el sentido de que existen paralelismos. Desde hace doscientos
cho en esa direccin.
aos, la mayora de las principales universidades y hospitales en Estados
Unidos han trabajado a partir de esos principios. Podemos decir lo que Como sea, necesitamos ponemos a discutir las estructuras posibles
queramos sobre su funcionamiento, pero no que son ineficientes o que dd sistema social histrico que queremos construir mientras se derrum-
estn tecnolgicamente rezagados en comparacin con las pocas insti- ba el sistema actual. Y ahora mismo y en el siguiente medio siglo, duran-
tuciones lucrativas que existen. Muy al contrario. Soy consciente de que te el periodo de transicin, deberamos estar tratando de, construir las
en la actualidad existe la tendencia a transformar esas estructuras en ins- estructuras alternativas. Debemos ir en pos de esto, si no de manera dog-
tituciones lucrativas, pero, hasta donde esto ha ocurrido en las estructu- mtica, s con ahnco. Necesitamos' probar alternativas, como experimen-
ras hospitalarias, los resultados no han sido muy buenos, y en las univer- tos mentales y como experimentos reales. Lo que s no podemos hacer es
sidades no se ha intentado con seriedad el cambio hacia las instituciones ignorar el tema. Porque, si lo ignoramos, la derecha del mundo saldr con
' 1 ,
onentadas al lucro. Claro q~e eh la mayora de los pases, las estructuras nuevas alternativas no capitalistas que nos metern a un orden mundial
hospitalarias y universitarias son financiadas por el Estado, aunque tradi- nuevo, jerrquico, inequitativo. Y entonces ser demasiado tarde, duran-
cionalmente se les ha dado la suficiente autonoma de suerte que las te mucho tiempo, para cambiar las cosas.
podemos considerar ejemplos de descentralizacin. En todo caso, las Permtaseme apuntar una ltima cosa que es obvia, pero que es nece-
estructuras no lucrativas que el Estado financia no han sido notablemen- sario, decir. Los cientfieos sociales son especialistas. Desde luego no
te men()s eficientes
.
que las estructuras
.
iu~rativas privadas.
.
, somos el .nico tipo de especialistas. E~ cierto sentido, el mundo est

222 223

.\
\
\

constituido por una serie interminable de especialistas, algunos de los lista para resolver un problema personal al de una colectividad que acude
cuales han tenido procesos de formacin ms largos que otros. Cmo se a un grupo de especialistas para resolver un problema colectivo, vemos
relacionan los especialistas con los no especialistas? Cmo debieran de inmediato una vez ms que no hay una respuesta fcil. Pero pienso
hacerlo? La izquierda mundial ha tendido a ver esto como el problema que de nuevo ste es un enigma que no es imposible superar, es mera-
de cmo los intelectuales de clase media con orientaeiones de izquierda mente difcil. Ninguno de los dos extremos es aceptable: ni que los espe-
deben relacionarse con las clases trabajadoras. Y nuestra tendencia ha cialistas impongan su solucin a la polectividad, ni que los cuerpos de
sido favorecer la teora de deber ser intelectuales orgnicos, con lo que decisin poltica ign~ren el conocimiento y las recomendaciones de los
queremos decir que deben involucrarse en los movimientos sociales, tra- especialistas. Necesitamos de algn modo sistemtico introducir el deba-
bajando con ellos, para ellos y a fin de cuentas bajo su discrecin. El te pblico de estos asuntos y. el balance de las mltiples necesidades e
derrumbe de los movimientos les dejo un mal sabor acerca de esta cues- intereses. Volvamos entonces a la cuestin de l racionalidad material.
tin a los intelectuales orgnicos putativos de otro tiempo. Todo este programa para la izquierda ya sera suficientemente arduo si
Hay, sin embargo, otra manera de ver este asunto. Pinsese cmo ~e lo furamos a enfrentar slo por nuestra cuenta y en toda calma. Pero lo
relaciona un cliente con su abogado o con su mdico. Como sabemos, es enfrentamos al mismo tiempo que estamos bajo el ataque constante de
bsicamente un asunto de clase. El cliente de clase obrera acaso se sien- quienes desean. impedir el logro de nuestros objetivos bsicos y que tie-
ta ignorante e inerme frente al profesional, y acepte el juicio de ste, a nen a la mano poderosos recursos. Ms an, no lo haremos en tiempos de
veces con gratitud, a veces con gran resentimiento, pero aun as por lo calma, sino en tiempos de caos: Es el caos de la transicin el que nos ofre-
general lo acepta. Una persona adinerada o poderosa acaso trate al ab'o- ce nuestra oportunidad, pero al mismo tiempo 'esta atmsfera de caos nos
gado o al mdico como un subordinado, cuya funcin primera es la de dar confunde y nos presiona para que perdamos de vista la reconstruccin a
una asesora tcnica a un superior. largo plazo de un sistema social histrico y para que atendamos la solu-
cin en el corto plazo de los problemas urgentes.
Existe alguna forma en la que el especialista se pueda relacionar con
el no especialista como un igual? Obviamente, el especialista cuenta con Por ltimo, quienes vivimos en Estados Unidos nos vemos ante otro
un conocimiento especializado. De eso tratan todos los mltiples y dife- obstculo, visto claramente por C. Wright Mills en 1959, y que desde
renciados programas de formacin. Y obviamente asimismo, el especia- entonces no ha cambiado en lo fundamental:
lista conoce muchas cosas de las que no es consciente el no especialista, Los intelectuales de este tipo (de nuestro tipo], que vivimos en Estados
relevantes para resolver tipos particulares de problemas. Por esto el no Unidos y en Inglaterra, enfrentamos ciertos problemas que son descorazo-
especialista consulta al especialista, para obtener el beneficio del saber nadores. Como socialistas de uno u otro tipo, somos una minora muy pe-
con que cuenta aqul. Pero tambin es obvio que el no especialista sabe quea en una comunidad intelectual que en s misma es una minora. El
muchas otras cosas -sobre sus necesidades y sus preferencias, sobre problema ms inmediato que enfrentamos es el nacionalismo autosatisfe-
otros problemas que enfrenta- de las que no es consciente el especialis- cho y la complacencia poltica entre los crculos intelectuales dominantes
ta, o si lo es, de las que el especialista no tiene un saber especializado. de nuestros propios pases. Nos enfrentamos a una apata verdaderamente
En algn punto del trayecto hay que hacer un juicio total en cuanto a honda ante la poltica en general y ante los grandes problemas del mundo
si es materialmente racional o no la lnea de accin que el especialista de hoy5
recomienda. Doy por sentado, desde luego, que esta lnea de accin es En resumen, y lo digo por ltima vez, no ser fcil. Pero el resultado jus-
formalmente racional, es decir, que alcanzar el objetivo definido preci- tifica el costo.
samente que el especialista persigue. Pero quin tomar esta decisin?
Y cmo? Si pasamos del mbito del individuo que acude a un especia-
225
224
NOTAS XI. LA IZQUIERDA: UNA POCA DE TRANSICIN
l. Esto me lo encontr en un epgrafe del artculo de E.M. Simonds-Duke, Was !he
Peasant Uprising a Revolution? The Meaning of a Struggle over the Past, Eastern
European Politics and Societies, vol. 1, n. 2, primavera de 1987, p. 187.
2. Vase I. Wallerstein, After Liberalism, The New Press, Nueva York, 1995; Utopistics,
The New Press, Nuev York, 1998; y Tlze End of tlze World as We Know Jt: Social
Science in the Twenty-First Century, cit.
3. Vase el captulo IJI.
4. Esto lo he discutido en Social Science and Contemporary Society: TI1e Vanishing
Guarantees of Rationality, Tlze End of tlze World as We Know Jt, cit., pp. 137-56.
En 1999 di una charla en el Grupo para una Nueva Ciencia Poltica, sobre
las estrategias polticas de la izquierda conte~pornea En esa charla,
1

5. C. Wright Milis, Letters and Autobiograplzical Writings, editados por Kathryn y


resum la situacin de la izquierda mundial en los siguientes trminos:
Pamela Milis, University of California Press, Berkeley, 2000, p. 232.
1] Tras quinientos aos de existencia, el sistema-mundo capitalista est,
por primera vez, en una crisis sistmica verdadera, y nosotros estamos
en una etapa de transicin.
2] El resultado es intrnsecamente incierto, pero aun as, y tambin por
primera vez en estos quinientos aos, existe una perspectiva real de
un cambio fundamental, el cual podra significar progreso, aunque no
necesariamente.
3) El problema principal de la izquierda mundial en esta coyuntura con-
siste en que la estrategia para la transformacin del mundo que desa-
rroll en el siglo XIX se ha hecho aicos y consecuentemente est
,actuando con incertidumbre y debilidad, y se encuentra en un estado
general de depresin.

Quisiera tomar estos tres puntos"t!omo supuestos y pr~guntar lo que


estos supuestos quieren decir para una estrategia de la izquierda para los
siguientes diez o vein.te aos.
\
Lo primero que quiere decir es que en modo alguno hemos sido derro-
tados globahrient. L~:ada de la Unin Sovitica no fue un desastre para
la izquierda mundial. No estoy seguro siquiera de considerarlo un retro-
ceso. No slo nos liber colectivamente del albatros de la estrategia y de
la retrica leninistas que ya no eran tiles, sino que tambin impuso una
carga enorme al centro liberal mundial, al quitarle el respaldo estructural
que de hecho reciba de los movimientos leninistas, los cuales tuvieron

226 227,
. -------------------

Si. hemos d e b uscar una estrategia para la IZqUlet\.M


-~"' v "'" ....
"'t siolo
:::>
XXI ' pri-
bajo control al radicalismo popular durante mucho tiempo con sus pro-
d ,, ~,zttkrda La estra-
mesas de brillantes amaneceres a travs dla fe en el presente desa- mero debemos recordar cul ha sido la estrategia e i.'h .,,,, .

rrollista del leninismd. tegia de la izquierda que se desarroll en la segunda mtid del siglo. XIX Y
que fue ms o menos rechazada durante el 1 timo .,,,.....~itJel
,.......... XX -s1mb-
Tampoco pienso que la ofensiva global del neoliberalismo y de la lla- . ll ,,fu_ ~trategi a de los
hcamente de 1848a1968- era muy clara.Fue 1a am....
dos pasos: primero, hac,erse del poder d~l Estad~; segn~lQ. transf?rmar al
mada globalizacin haya estrangulado nuestras posibilidades. Por un
lado, porque mucho de esto son exageraciones publicitarias que no logra- . _ ' ~~ ,,,,..trategia. 1) Tal
mund o. 1J _res cosas es preciso senalar con re1aci n a ,.,. ' . .
rn sobrevivir la deflacin que se acerca. Por otro, porque producir, ya , . pos1.ble en ese moment o, t o d a , ...."""'., q~'!t 1:...-.s
vez fu era la un1ca ' mov1m1entosd
ha producido, su anticuerpo. Y por un tercer motivo: el capitalismo mun-
con cualqmer . otra estrategia . podan ser ap1as tados ,,'i'- r
d uso e1.poder .
dial se encuentra en la actualidad en muy mal estado en trminos estruc- . d l , N::.mdes mov1m1en-
estatal. 2] Fue una estrategia que adoptaron to os os~'" . ,
turales, en lugar de estar disfrutando una nueva economa. . . .ali t . t iic't'l . los socialdemo-
tos: las d os ramas d e l mov1m1ento sOCI s a m en "'WJ.>. ,
Permtaseme resumir otra vez mi postura sin argumentarla. Adems de . , . .
cratas y los comumstas, as1 como los movmuentos (! ~ '
d '1-X!.'lCIOn naCional.
las dificultades polticas provocadas por la cada del leninismo y el final 3] L a estrategia. fr acas d e b.d , . L os tre'S tl'l''~de
i o a su eXItO. ' mov1m1entos
de la Guerra Fra, el capital se enfrenta a tres asntotas estructurales que . . d \l" x~ de 1945 a 1970
llegaron al poder casi en todas partes en el peno o q "
entorpecen irremediablemente su capacidad para acumular capital: 1] la . . d l .Yi:t:- llev al profun-
y mnguno de ellos fue capaz de cambiar el mun o, o"! . . .
desruralizacin del mundo, la cual pone fin a la capacidad del capitalismo -. \. -~~ -.:1;no ant1estat1s-
do desencanto que causa actualmente esta estrategi.1. ''
para frenar el aumento del costo de la fuerza de trabajo como porcenta- moque es su resultado sociopsicolgico4
je del valor total creado en el mundo; 2] los lmites ecolgicos a la conta- En el periodo que empieza en 1968, diferentes tnt~\ tlttien~os, viejos Y
minacin y la _no renovacin de los recursos, lo que limit;:\ la capacidad del , ~tt--rnativas, y se ha
nuevos, han ensayado un gran nmero de estrategms , " . .
capital para reducir los costos de los insumos por la va de su externali- . . , , '\''(~ los movlffi1en-
operado un cambio muy saludable en las re 1ac10111.:s 1.:. ''
zacin continua; 3] la creciente democratizacin del mundo, evidenciada . . , . b t.d .... m~k'rablemente las
tos antls1stenucos, toda vez que se han a a 1 o "' ' ., ..
por las crecientes exigencias populares de salud, educacin y garantas de - \t""'\ t,'YOlUCIOn pSitl-
denunCtaS mutuas y las virulentas luchas de antano, \
ingreso vitalicio, que han creado una presin tributaria siempre al alza. . . .. . .,s N~'as a lo largo de
va que hemos subestimado. Qms1era sugenr a 1gun.. , :
Ciertamente, todo el tiempo el capital busca la manera de reducir estas _ las cuales podramos desarrollar una estrategia altcftl;\tlYa.
presiones estructurales. De esto se trata precisamente la ofensiva neoli-
beral de los ltimos veinte aos. Pero la curva del largo plazo parece una
progresin ascendente. Los neoliberales han logrado reducir estas pre- AMPLIAR EL ESPRITU DE PORTO ALEGRE
siones pero cada vez menos de lo que las aumenta la siguiente subida.
, , v , , kncia no jerarqui-
Con el fin de luchar en contra de lo anterior, se han puesto a predicar el Que es este espmtu? io lo deflillila as1: es 1a COll 1l 1' .

TINA (There Is No Alternative: No hay alternativa) en el esfuerzo por


. . d. d . .
za d a d e l a fanulia mun ia1 e 1os movim1en os an 11si'st'\\\ICOS
t ' para impul-
..
. Iectua l; b] accrones
sar: a ] clan.d ad mte . 11111t
1 an t es l11shhs
' en la, .moviliza-
reducir la animadversin poltica. Tampoco esto es nuevo. Gareth Sted-
. d . . J'itnni.:nte utiles en la
man Jones, al tratar de explicar la relativa estabilidad poltica de Gran c1n popular que pue an ser vistas como mme( i. ,
. . 1 ,, rnas fundamen-
Bretaa en el siglo XIX, la atribuy a la aparente inevitabilidad del capi- v1da de las personas; y c] mtentos por defender cmn '~
talismo y a su aparente invulnerabilidad3 La Primera Guerra Mundial tales y de largo plazo.
, . u . -\kgre. Se trata de
desmont tales sentimientos, al menos por un buen rato. Hoy vuelven a Hay tres elementos cruciales en el espmtu de i 01 11' J k
1
resucitar, o cuando menos la derecha trata de resucitarlos. una estructura flexible, la cual se acerca ms o menos n h' que esse ac son

229
228
.b.i:: 13 -<coalicin arco iris. Es una estructura que rene a escala mundial estas tradiciones, en busca del cincuenta y uno por ciento que es el que
:no.;:.~o;:mos del sur y del norte y con algo ms que botones de muestra de vale pragmticamente. Pero nada de salir a bailar el triunfo a la calle! La
m:s u ctr.:is. Es militante, tanto en trminos intelectuales (no va en busca de victoria no es ms que una tctica defensiva.
.:::r.s::r:.....;;__--:;; clobales con el espritu de Davos), como en trminos polticos (en
:;: se:::Co ~n que los movimientos de 1968 fueron militantes). Desde luego
.:u ~n:mos de ver si un movimiento mundial con una estructura flexible IMPULSAR INCESANTEMENTE LA DEMOCRATIZACIN
;::i.:e:'.e s=g-t.r unido en un sentido que resulte til y con qu medios es capaz
La demanda ms popular que se les hace a todos los estados es ms:
ie ""e:Y7TC'!Iar tcticas para la lucha. Pero su misma flexibilidad hace difcil
ms educacin, ms salud, ms ingreso vitalicio garantizado. Esto no es
;i.:p:=..r:::=:o y estimula la neutralidad vacilante de las fuerzas centristas.
nada ms popular; resulta inmediatamente beneficioso en la vida de las
personas. Y es una vuelta de tuerca a las posibilidades de la acumulacin
sin fin de capital. Estas demandas hay que impulsarlas ruidosamente,
Lmuo DE T..\.cnCAS ELECTORALES DEFENSIVAS continuamente y en todas partes. Nunca sern excesivas.
~i '..2 2.:.::~:licrda mundial establece tcticas militantes extraparlamentarias, Desde luego, ampliar todas estas funciones del Estado benefactor
::;lr:ll:t!1racdas de manera flexible, de inmediato se plante la cuestin de plantea preguntas sobre la eficiencia del gasto, sobre corrupcin, sobre la
11~ ~critud ante los procesos electorales. Escila y Caribdis piensan de c.reacin de burocracias indiferentes e intocables. stas son preguntas
J.n lli:!o que son cruciales y del otro que son irrelevantes. Las victorias que debemos estar preparados a enfrentar, pero no deben frenar la
~ec.crzles no han de transformar al mundo, pero no se pueden pasar por demanda bsica de ms, mucho ms.
aro.. '.Xu un mecanismo esencial para proteger las necesidades inmedia- Los movimientos populares no deben ahorrarle estas demandas a los
;...~ e h: wblacin de las incursiones dirigidas en contra de los beneficios
gobiernos de centro izquierda que ellos han elegido. No porque se trate
~[c::.r23-l'os. Son luchas que deben darse con el fin de minimizar el dao
de un gobierno ms amistoso que un claro gobierno de derecha hemos de
.::u.e po.::Gi causar la derecha mundial por l va del control de los gobier- frenar nuestros golpes. La presin sobre los gobiernos amistosos empuja
:H.:"! :fe-1 mundo.
a las fuerzas de oposicin de la derecha a la c~ntroizquierda. Si no se les
Sm e-:;J.::urgo, esto vuelve a las tcticas electorales un asunto meramen- presiona, los gobiernos de centroizquierda acaban siendo empujados a la
.,~ p;-;.:. -~rico. En el momento en que dejemos de pensar en hacernos del centroderecha. Si bien pueden existir ocasionales circunstancias especia-
;r..:::- Cd Estado como una forma de transformar al mundo, las eleccio- les que prevengan estas acciones, la regla general en la democratizacin
res 5er. siempre un asunto del mal menor, y la decisin de qu es el mal es ms, mucho ms.
:ne-m:i!' a;:i;:ne que hacerse caso por caso y momento a momento. Habr
.... ....
~ 11'1; irillar de manera diferente un sistema n el que el ganador se
Je.~ tLt.io de un sistema con dos rondas o un sistema con representacin OBLIGAR AL CENTROLIBERAL A CUMPLIR
;:.n:.1fo'i'.ci.Joa.l. Pero la regla general que nos gua tiene que ser la de la coa- CON SUS TERICAS PREFERENCIAS
.iciln c"'u iris, una izquierda plural, consigna acuada en Francia, que
::it .!..m.::rfca Latina se ha llamado frente amplio. En la izquierda mundial Esto se conoce tambin como forzarle el paso al liberalismo. Es notable
t":"ris.eB muchas tradiciones partidistas y subpartidistas diferentes. La que el centroliberal rara vez quiere decir lo que dice o pone en prctica
11m~.1'3 die estas tradiciones son reliquias de otro tiempo, pero .mucha lo que pregona, Vanse algunos ternas ,obvios, digamos, la libert.ad..El
~ ~ votando de acuerdo 'con ellas. Toda vez que las elec~iones centroliberal sola denunciar regularmente-a la Unin Sovitica porque
~!es son un asunto pragmtico, es crucial crear alianzas que respeten

231

\
\
r
\
\

no permita la emigracin lib~~ Pero claro que el otro lado de la emigra- HACER DEL ANTIRRACISMO
cin libre es la libre inmigracin. De nada sirve que est permitido salir LA MEDIDA DEFINITORIA DE LA DEMOCRACIA
de un pas si no se puede llegar a otro lugar. Debemos presionar por fron- La demo~racia tiene que ver con tratar igual a todas las personas: en tr-
teras abiertas. minos de poder, en trminos de distribucin, en trminos de oportunidad
El centroliberal por lo regular est a favor del mercado libre, de la libre para una realizacin personal. El racismo es la forma primaria de distin-
empresa, de mantener al gobierno al margen de la toma de decisiones de guir entre quienes tienen derechos (o ms derechos) y los otros, que no
los empresarios. La otra cara de esto es que los empresarios que fracasan tienen derechos o tienen menos. El racismo define los grupos y a la vez
en el mercado no sean rescatados. Toman utilidades cuando triunfan; de- ofrece justificaciones abundantes de tal prctica. El racismo no es asunto
beran asumir las prdidas cuando .fracasan. Se dice con frecuencia que secundario, ya sea a una escala nacional o global. Es la forma por medio
salvar compaas es salvar empleos. Pero existen formas mucho ms de la cual se va minando sistemtica, deliberada y constantemente la pro-
baratas de salvar empleos: pguese un seguro de desempleo, capactese e mesa de criterios universales que hace el centroliberal.
incluso chense a andar nuevas oportunidades de trabajo. Pero nada, de El racismo est presente en todas partes en el actual sistema-mundo. No
esto tiene que suponer el asumir las deudas de un empresario quebrado. hay un solo rincn del mundo que est libre del racismo, y donde no sea
'

El centroliberal insiste regularmente en que el monopolio es una cosa una caracterstica central de las polticas a nivel local, nacional y mundial.
mala. Pero el otro lado de eso es abolir las patentes o limitarlas muchsi- En su discurso al Congreso de Mxico el 28 de marzo de 2001, la coman-
mo. El otro lado de eso es no involucrar al gobierno en la proteccir;t de dante Esther; del Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional, dijo: A
industrias en contra de la competencia extranjera. Lastimar esto a las nosotras las mujeres indgenas nos burlan los ladinos y los ricos por nues-
clases trabajadoras en las zonas centrales? Bueno, pues no si se gasta tra forma de vestir, de hablar, nuestra lengua, nuestra forma de rezar y de
dinero y energa en tratar de alcanzar una equiparacin mayor en los curar y por nuestro color, que somos el color de la tierra que trabajamos.
niveles salariales mundiales. Ms adelante habl en favor de la ley que garantizar la autonoma de
Los detalles son complejos y necesitan discutirse. Sin embargo, el punto los pueblos indgenas diciendo:
est en no permitir que el centroliberal salga con su retrica y se quede Cuando se reconozcan constitucionalmente los derechos y la cultura ind-
con las recompensas, sin pagar los costos de sus propuestas. Ms an, la. genas (... ]la ley empezar a unir su hora a la hora de los pueblos indios
verdadera manera poltica de neutralizar una opinin centrista consiste [... ].Y si hoy somos indgenas, despus seremos todos los otros y otras que
en apelar a sus ideales, no a sus intereses, y pedir lo que su retrica ofre~ son muertos, perseguidos y encarcelados por razn de su diferencia6
ce es una forma de apelar a los ideales ms que a los intereses de los ele-
mentos centristas.
Por ltimo, debemos tener en mente que una buena cantidad de los HACIA LA DESMERCANTILIZACIN
beneficios de la democratizacin no estn al alcance de los estratos ms El elemento crucial que est mal en el sistema capitalista no es la pro-
bajos, o no estn a su alcance en el mismo grado, debido a las dificultades piedad privada, que no es ms que un medio, sino la mercantilizacin, que
que tienen para sortear los escollos de la burocracia. Aqu vuelvo a la es el elemento esencial en la acumulacin de capital. An hoy el sistema-
proposicin de Richard Cloward y Frances Fox Piven, hace treinta aos, mundo capitalista no est enteramente mercantilizado, aunque se reali-
en cuanto a que se debe aumentar el padrn de beneficiados, es decir, zan esfuerzos para lograrlo. Pero de hecho nos podemos mover en la
movilizar a las comunidades ms pobres para que puedan aprovechar direccin opuesta. En vez de convertir las universidades y los hospitales
cabalmente todos sus derechos legales5 -ya sean propiedad del Estado o de particulares- en instituciones.

233
232
lu~rativas, deberamos estar pensando en cmo podemos transformar las puestas y denunciar sus engaos. Si es deseable un procedimiento judicial
fbricas de acero en instituciones no lucrativas, esto es, en estructuras internacional en contra del genocidio, entonces slo es deseable si se apli-
autosustentables que no le paguen dividendos a nadie. sta es la cara de ca a todos, no nada ms a los dbiles. Si el armamento nuclear (o la gue-
un futuro ms esperanzador y de hecho podramos empezar ahora. rra bacteriolgica) son peligrosos, incluso brbaros, entonces no existen
propietarios seguros de tales armas.
En la incertidumbre inherente del mundo, en los momentos de su trans-
RECURDESE SIEMPRE QUE VIVIMOS EN UNA ETAPA DE TRANSICIN formacin histrica, la nica estrategia razonable para la izquierda mun-
DE NUESTRO SISTEMA-MUNDO EXISTENTE A ALGO DISTINTO dial es la persecucin inteligente, militante, de su objetivo bsico: el logro
Esto quiere decir varias cosas. No nos debe abatir la retrica de la globa- de un mundo relativamente democrtico, relativamente igualitario. Un
lizacin o la afirmacin de que No Hay Alternativa (TINA). No slo s mundo as es posible. No es nada seguro que llegue a darse. Pero tampo-
existen las alternativas, sino que la nica alternativa que ya no existe es co es algo imposible en modo alguno.
la de continuar con nuestras actuales estructuras.
Se dar una gran lucha en tomo al sistema sucesor durante veinte,.
treinta, cincuenta aos, y el resultado es intrnsecamente incierto. La his-
toria no est con nadie. Depende de lo que hagamos. Esto, por un lado, NOTAS

ofrece una gran oportunidad a la accin creativa. Durante la vida normal l. Vase el captulo X.
de un sistema histrico, hasta los grandes esfuerzos de transformacin 2. nato este tema en detalle en After Liberalism, cit.
(las llamadas revoluciones) tienen consecuencias limitadas pues el siste-
3. Gareth Stedman Jones, Languages of Class, Cambridge University Press, Cambrid-
ma crea grandes presiones para volver a, su equilibrio. Pero en la atms-
ge, 1982, p. 74.
fera de caos de una transicin estructural, las fluduaciones se vuelven
locas y hasta las pequeas presiones puede tener grandes consecuencias 4. Vase en ms detalle este anlisis en Giovanni Arrighi, Terence K. Hopkins e Imma-
en favor de una o de la otra rama de la bifurcacin. Si en algn momen- nuel Wallerstein, Antisystemic Movements, Verso, Londres, 1989, y en el ensayo que
escribieron estos mismos autores, 1989: A Continuation of 1968, Review, vol. 15, n.
to vale Ja pena actuar, es en ste.
2, primavera de 1992, pp. 221-42.
El problema clave no es ia organizacin, por importante que sea. El
5. Frances Fox Piven y Richard A. Cloward terminan su libro sobre bienestar pblico
problema clave es la lucidez. Las fuerzas que desean cambiar el sistema
as: Por tanto, frente a la ausencia de reformas econmicas fundamentales, nosotros
para que nada cambie, con el fin de que tengamos un sistema diferente asumimos que la ampliacin del padrn P,i; beneficiados es la postura de una verda-
que sea igual o ms jerarquizado y polarizado, tienen dinero, energa e dera reforma de la asistencia pblica, que debe defenderse y extenderse. An hoy,
inteligencia a su disposicin. Ellos van a cubrir con una vestimenta atrac- hay cientos y miles de familias empobrecidas que podran ser sujetos de la asistencia
tiva los falsos cambios. Y slo el anlisis cuidadoso nos impedir caer en pero que no reciben ningn tipo de ayuda (Frances Fox Piven y Richard A. Clo-
sus numerosas trampas. ward, Regulating the Poor: The Functions of.Public Welfare, Pantheon, Nueva York,
Emplearn consignas coh las que no podremos estar en desacuerdo, 1971, p. 348. Cursivas en el original).

como, digamos, los derechos humanos. Pero les darn un contenido que 6. http://www.ezln.org/marcha/20010320.htm.
incluya algunos elementos sumamente deseables con muchos otros que
perpeten la misin civilizadora de los poderosos y de los privilegiados
sobre los otros no civilizados. Debemos analizar minuciosamente sus pro-

234 235

\
\
\

XII. LOS MOVIMIENTOS: QU SI~IDCA HOY


_.:; SER UN MOVIMIENTO ANrtSISTEMICO? il

,,"
;

En la dcada de los setenta acui1~ d t~rmino 4'O'timi':Eto an1i~,1,ih;ff.JJ';,.


para tener una formulacin que Ul:\l'llPara ?os~ ?e_ movm1::n'tA po-
pulares que histrica y analtica\\\1.'l\tC hab1an ~o distntos j' F;rJ ::.'A'l-,(A
sentidos rivales: los movimientos qllt' llevaban d nomrre de 'rl//;'/.:~, Y
los llamados nacionales. Los movimientos &.usles se conri{:,1ev%; fo.;_
damentalmente como partidos sndnlistas.y sinJ...'---atos crer<A; b'N/.:h~
el avance de la lucha de clases en 1.'l interior de c>..da Es-.ado, '::, ry,~i:::: ri:;
la burguesa o los patrones. Los movimientf nacioml; f;:~n ht ((::r;
luchaban por la creacin. de un E~tndo nacional. ya fuera corr;-:.;ifMl.i'..F:r~
unidades polticas separadas que s1.i consideraron par.i.es de 11r:1d .:r~J.1.in
-como en Italia, por ejemplo- tl scparndo..~ de estado" crx.:.~Y.:~::rA
como imperiales y opresivos por In nncionalid:.td en cu~6n: 1/.a uJ.rf.'.!~
en Asia o en frica, por caso.
En la segunda mitad del siglo XIX, ambos moYirrentos <:rr.1;:~n~m
como estructuras burocrticas significativas y i,on el titmpr, "/; f;.(;.;,:.;-r}.'.')
ms fuertes. La tendencia de ambos fue poner sus objetwJS ~X'xr.::'f'r.
por encima de cualquier otra mclll polftica; por encim~esp:.:'fi'.:<~;.
de las metas de su rival social 0 nudonal. Con frecuenci;; e~tf; t.<;;: 1ri:::(. -:::.-:
severas denuncias mutuas. Rara w'/. colaboraron polticamen'.t: y.-:.:~.?..o
as lo hicieron, tendieron a ver didlll cooperacin como un::i. -J..r:'.'.:< ~-~.::
poral, no como una alianza bsica. Sin embargo. la historia dt i::.<kJ'.. Tf.<,:-
mientos entre 1850 y 1970 revela 111111 serie de caracter.<tica~ ~ u.rm::r:.
La mayora de los movimientoN liodalistas y nacionalistas V; ~ui-.r..r.r.....
clamaron repetidamente revoludonarios, es decir.. qut ~/.a<~ 0::
parte de las transformaciones fundurncnta!es en las re!acio::.~ :...r;.;;:(1~
Cierto es que por lo general aml>oll 1uvieron un ala, en oca~-...::.~ f-.r.;;;i''.'-
zada en una organizacin aparte, que estaba a favor de un <::rh.r.Jl.I~ 1,i:l
graaualsta y que por tanto eluda la retrica revolucionaria. Pero hablan-
do en trminos generales, al principio -y con frecuencia durante muchas las dos posturas de lo que alguna vez reconocieran sus favorecedores.
dcadas- quienes estaban en el poder vieron a todos estos movimientos, Muchas veces se ha sealado que los movimientos socialistas en Europa
ncluso a sus versiones ms moderadas, como amenazas a la estabilidad o con frecuencia funcionaron de manera ms eficaz que los conservadores
ncluso a la supervivencia de sus estructuras polticas. o que el mismo Estado como fuerza en favor de la integracin nacional,
en tanto que los partidos comunistas que llegaron al poder en China,
En segundo lugar, las dos variantes desde el comienzo fueron muy Vietnam y Cuba sirvieron claramente como movimientos de liberacin
dbles polticamente y nada ms para existir tuvieron que dar una bata- nacional. Esto obedeci a dos razones. En primer lugar, los procesos de
lla cuesta arriba. Los gobiernos reprimieron o declararon fuera de la ley movilizacin obligaron a ambos grupos a tratar de atraer a sus terrenos a
a estos movimientos, sus lderes sufrieron prisin y sus miembros estu- sectores cada vez ms amplios de la poblacin, y la ampliacin de su ret-
veron sujetos con frecuencia a la violencia sistemtica de parte del Esta- rica en este sentido fue til. Y en segundo lugar, los dirigentes de ambos
d() o de fuerzas particulares. Muchas de las primeras versiones de estos movimientos con frecuencia reconocieron inconscientemente que tenan
movimientos fueron totalmente aniquiladas. un enemigo comn en el sistema existente, y que por tanto tenan mucho
En tercer Jugar, en las ltimas tres dcadas del siglo XIX, Jos dos movi- ms en comn de lo que decan sus pronunciamientos pblicos.
rnentos pasaron por una serie paralela de grandes debates sobre estrate- Los procesos de movilizacin popular desplegados por los dos tipos de
gias, que iban desde los que tenan una perspectiva orientada hacia el movimiento eran bsicamente muy similares. En la mayora de los pases,
fatado,, a los que vean el Estado como el enemigo intrnseco e impulsa- ambos empezaron como grupos pequeos, integrados con frecuencia por
ban en cambio el nfasis en la transformacin individual. En el caso de un puado de intelectuales ms unos cuantos militantes extrados de
los movimientos sociales, ste fue el debate entre marxistas y anarquistas; otros estratos. Los que lograron triunfar fueron capaces, a fuerza de lar-
en cJ de los movimientos nacionales, el debate entre los nacionalistas gas campaas de educacin y organizacin, de asegurar bases populares
polticos y los nacionalistas culturales. en los crculos concntricos de militantes, simpatizantes y quienes los res-
Lo que sucedi histricamente en estos debates -y sta es la cuarta paldaban de modo pasivo. Cuando se hizo Jo suficientemente grande el
llemcjanza- fue que triunfaron los que sostenan la postura orientada crculo externo de la gente que los apoyaba para que los militantes pudie-
haca el Estado. En todos los casos el argumento decisivo era que se ran aperar, en la frase de Mao Zedong, como un pez en el agua, los movi-
c!ltableca la fuente inmediata del poder real en el aparato estatal y que mientos se convirtieron en contendientes serios por el poder poltico.
cualquier intento que ignorase su centralidad poltica estaba condenado Debemos observar tambin, desde luego, que los grupos que se hicieron
al fracaso, toda vez que el Estado suprimira con xito cualquier impul- llamar socialdemcratas tendieron' a ser fuertes en los estados locali-
no haca el anarquismo o hacia el nacionalismo cultural. A finales del zados en las zonas centrales de la ecpnoma-mundo, en tanto que los que
llglo XIX, estos grupos enunciaron la llamada estrategia de los dos pasos: se describan a s mismos como movimientos de liberaci.n nacional por
primero hacerse del poder dentro de la estructura estatal; luego trans- lo general florecieron en las zonas semiperifricas y perifricas. Esto lti-
formar ~I mundo. Esto fue as tanto en los movimientos sociales como mo tambin ocurri en buena medida con los partidos comunistas. La
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en los nacionales. ' razn parece obvia. Quienes se,~p.con_traban en las zonas _ms dbiles vie-.
El quinto rasgo en con~ es me~os obvio, ~unque no ~enos real. Los ron que la lucha por la igualdad dependa de que lograran arrebatarles el
movimientos socialistas con frecuencia incluyeron una retrica nacio- control de las estructuras del Estado a las potencias imperiales, ya fuera
nalista en sus argumentos y el discurso nacionalista con frecuencia ,tuvo que estas ltimas ejercieran un gobierno directo o indirecto. Quienes se
un componente social. De aqu result una COJ?:fsin. aln mayor ~ntre encontraban en las zonas centrales ya eran.parte de e.stados fuertes. Para
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progresar en su lucha en favor de igualdad, necesitaban. restarles poder

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a sus estratos dominantes. Per precisamente-porque estos estados eran miento movilizador se volvieron los funcionaos del partido en el poder.
fuertes y ricos, la insurreccin no era una tctica viable y estos partidos Se transformaron sus posturas sociales y tambin, de manera ine\'itabJe
emplearon la ruta electoral. sus psicologas individuales. Lo que en la Unin Sovitica se conoci
El sptimo rasgo en comn es que ambos movimientos forcejearon como la Nomenklatura pareci emerger de alguna forma en todos Jos
con la tensin entre revolucin y reforma como los modos funda- e~ta~os en los que el ~.ovi~ento ob~vo el control: esto es, una casta pri-
mentales de transformacin. En ambos movimientos hubo intermina- vilegiada de altos func1onanos con ms poder y ms riqueza real que el
bles debates, pero para ambos, al final, el tema result estar basado en resto de la ~?blacin. Al mismo tiempo, a los obreros comunes y corrien-
una mala lectura de la realidad. En.la prctica los revolucionarios no tes se les p1d1 que se afanaran ms y que se sacrificaran todava ms en
eran muy revolucionarios y los reformistas no siempre eran reformistas; no~bre .del desarrollo nacional. Las militantes tcticas sindicales que
Ciertamente, la diferencia entre los dos enfoques se fue haciendo cada habian sido el pan de cada da para el movimiento se volvieron contra-
vez menos clara conforme los movimientos se enfrascaba en el cumpli- rrev?l~cionarias, se les desalent lo ms posible y muchas veces fueron
miento de sus trayectorias polticas. Para sobrevivir, los revolucionados repnm1das una vez que el movimiento lleg al poder.
tuvieron que Iiacer muchas concesiones. Los reformistas aprendieron
que los hipotticos caminos legales del cambio con frecuencia estaban
bloqueados en la prctica y que haca falta la fuerza, o al menos la ame- ***
naza de la fuerza, para romper las barreras. Los llamados movimientos
revolucionarios por lo general llegaron al poder tras acabar con las auto- El anlisis de la situacin. mundial 'en la dcada de los sesenta del sig]o xx
ridades existentes gracias a una guerra, ms que debido a sus propias revela que estos dos movimientos se parecan ms que nunca En la
capacidades insurreccionales. Como se dice que en 1917 dijeron los bol- mayor par~e de los pases haban realizado el primero de los dos pasos de
cheviques en Rusia: El poder estaba tirado en las calles. Una vez ins- su e~trategia, al haber llegado al poder prcticamente en todas partes. Los
talados, los movimientos vieron la forma de permanecer en el poder, sin partidos comunistas gobernaban una tercera parte del mundo, desde el
importar cmo hubieran llegado ah; esto con frecuencia signific sacri- Elba hast~ el Yal~; los movimientos de liberacin nacional. tenan el po-
ficar a la militancia, as como tambin la solidaridad con sus contrapar- der en Asia Y en Africa, los movimientos populistas en Amrica Latina ..-
tes en otros pases. El apoyo popular a estos movimientos en un princi-' los movimientos socialdemcratas, o sus primos, en la mayor parte d~J
po fue tan grande que lo mismo daba que hubieran ganado con balas o mundo paneuropeo, al menos en un esquema de alternancia. Sin embar-
go, no haban transformado el mundo.
con boletas; los mismos bailes callejeros celebraron su ascenso al poder
tras una larga etapa de lucha. La combinacin de estos factores conform el rasgo principal que sub-
Por ltimo, los dos movimientos tuvieron el problema de llevar a cabo yace a la revolucin de 1968. Los revolucionarios tenan distintas deman-
la estrategia de los dos pasos. Una vez que cumplieron con el primero y das a nivel local, pero casi en todas partes compartan dos argumentos
llegaron al poder, sus seguidores esperaban que realizaran la promesa de fundamentales. En primer lugar, se oponan tanto a la hegemona de Esta-
la etapa dos: transformar el mundo. Lo que descubrieron, si es que no lo dos Unidos como a la colusin de la Unin Sovitica en esta hegemona.
saban desde antes, es que el poder estatal era ms limitado de lo que En segundo lugar, condenaban a la vieja izquierda porque no ;ra parte
pensaban. Cada Estado tena las Iimitantes provenientes de ser parte de de la solucin, sino parte del problema. La segunda caracterstica comn
er~ el desencanto masivo de los simpatizantes populares de los mov-
un sistema interestatal en el que la soberana de ninguna nacin era abso-
luta. Cuanto ms tiempo permanecieron en el poder, ms parecan pos- mientos antisistmicos tradicionales ante la actuacin de estos movimien-
poner el cumplimiento de sus promesas; los cuadros del militante movi- tos una vez en el poder. Los pases en los que operaron s llegaron a ver
un cierto nmero de reformas: por lo general hubo un incremento en 1as

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primer lugar, contendieron amargamente entre ellos sobre cul era la
facilidades ~ducativas y_de_salud y en las garantas de empleo. Pero las doctrina pura, y por tanto en breve se transformaron en pequeos grupos
grande~ desigualdades sigm~ron ~h. No desapareci el trabajo asalaria- aislados, o si eran grandes, como en India, se transformaron en versiones
do ena1enado; por el contrano, se increment en trminos del porcent modificadas de los movimientos de la vieja izquierda. En segundo lugar,
de la actividad laboral. Hubo poca o nula expansin de la verdadera J~ y ms importante, con la muerte de Mao Zedong se desintegr el maos-
, d , par
ticipa:10n ernocratlca, ya sea en el gobierno o en el trabajo; con fre- mo en China y desapareci su fuente de inspiracin. En la actualidad no
cuencia fue al revs. A escala internacional, estos pases tendieron existen movimientos maostas de importancia.
desempear en el sistema-mundo un papel muy parecido al que ant
h b' "d , es
Una segunda variedad ms duradera de aspirantes al estatus antisist-
a ian t~m o. Asi pues, la de Cuba haba sido una economa exportado- mico fue la de los nuevos movimientos sociales: los Verdes y otros ambien-
ra de azucar antes de la Revolucin y lo sigui siendo despus, al menos talistas, las feministas, las campaas de las minoras raciales o tnicas,
hasta la desaparicin de la Unin Sovitica. En pocas palabras el carnb
como los negros en Estados Unidos o los beurs en Francia. Estos movi-
~o ~aba s_ido s~ficiente. Acaso cambiaran un poco los agr~vios pe;~ mientos reclamaban una larga historia, pero de hecho se haban vuelto
siguieron siendo igual de reales y, en trminos generales, igual de exten-
prominentes por primera vez en la dcada de los setenta o bien entonces
didos. ~ue fueran pacientes, pedan los movimientos en el poder a las
reemergieron, bajo una forma renovada y ms militante. Tambin fueron
poblaciones de estos pases, pues la historia estaba de su lado. Pero su
paciencia se agotaba. ms fuertes en el mundo paneuropeo que en otras partes del sistema-
mundo. Sus caractersticas comunes fueron, primero, su vigoroso rechazo
La conclusin que las poblaciones del mundo sacaron del desempeo a la estrategia de los dos pasos de la vieja izquierda, sus jerarquas inter-
en el poder de los movimientos antisistmicos clsicos fue negativa. Deja- nas y sus prioridades: la idea de que las necesidades de las mujeres, de las
ron de creer en que tales movimientos traeran consigo un futuro glorio- minoras y del ambiente eran secundarias y que deban enfrentarse des-
so. un mundo ms igualitario y dejaron de legiti,marlos; y al perder la pus de la revolucin. Y segundo, su profunda suspicacia ante el Estado
confianza en estos movimientos, tambin retiraron su fe en el Estado y la accin orientada estatalmente.
corno un mecanismo de transformacin. Esto no quiere decir que gran-
Para la dcada de los ochenta, todos estos movimientos se haban divi-
des sect~res de la poblacin .no siguieron votando por tales partidos en
dido' internamente entre lo que los Verdes alemanes llamaron los Fundis
las elecc10nes; pero su voto se volvi defensivo, en aras del mal menor no
y los Rea/os. Esto result ser una repeticin de los debates del comienzo
fue la afirmacin de una ideologa o de una expectativa. '
dl siglo :xx: revolucionario versus reformista. El resultado fue que los
D~sde 1~68, pese a ~o anterior, ha habido una persistente bsqueda de F~mdis perdieron en casi todos los.casos y ms o menos desaparecieron.
un hpo me1or de moVImiento antisistmico que conduzca en verdad a un Los victoriosos Rea/os asumieron cada vez ms la apariencia de una espe-
?1undo ms democrtico, ms igualitafio: Ha habido cuatro difer~ntes cie de partido socialdemcrata, no muy distinto de la variedad clsica,
intentos en este sentido, algunos de los cuales continan. El primero fue aunque ccm u.na mayor retrica sobre la ecologa, el sexi~mo y el racismo,
la efervescencia de los mltiples maosmos: De la dcada de los sesenta o los tres junt,os. En la actualidad, estos.movimientos siguen siendo signi-
hasta mediados de los setenta, emergi un gran nmero de diferentes ficativos en ciertos pases, pero lucen apenas un poco ms antisistmicos
n:ovimientos encontrados, por lo general pequeos pero a veces impre~ que los de la vieja izquierda, en especial desde que la leccin que ()bt_u~
s10nantemente grandes~ .que decan ser maofstas, en lo cual qu~rari decir vieron de 1968 los movimientos de la vieja izquierda fue que ellos tam-
que de algn modo se inspirabn en e1 ejemplo de la Revolucin u1tura1 bin necesitaba~ incorporar a sus formulaciones programticas cuestio-
en .C:hfil,.a., :En esencia sost~~~~ que la yjeja izquierdi haba ,fracasado nes sobre la ecologa, el linero, la orientacin sexual y el racismo.
porque no predicaba la doctrina pura de la revolucin, la cu~l propon~'
'
ello.s._P.~ro tog()s es~os Il1?,yi~e~tos f~ac~~aron, debido,~ do~ J!l~!\Tos'. .E.n
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E! tercer tipo de aspirante al estatus ntisistmico han sido las organi-
El cuarto y ms reciente. aspirante al estatus antisistmico han sido los
zaciones de derechos humanos:-Claro que alguJ1as, como Amnista Inter-
nacional, existan desde antes de 1968, pro en general no se convirtieron llamados movimientos a~tiglobalizacin: ~na design'acin que aplican
en una importante. fuerza poltica hasta la dcada de los ochenta, ayuda- ms sus opositores que los mismos movimientos. El uso del trmino de
das por ~a adopcin de la terminologa de los derechos humanos de parte parte de los medios de informacin apenas antecede a la forma en la que
del presidente James Carter al ocuparse de Centroamrica y por la firma los propios medios registraron las protestas contra las reuniones de la
de los Acuerdos de Helsinki en 1975 con relacin a los estados comunis- Organizacin Munc;lial del Comercio (OMC), en Seattle en 1999. Durante
tas de Europa del este y del centro. Ambos le dieron la legitimidad del la dcada de los noventa, la globalizacin se convirti en una gran fuer-
establishment a las numerosas organizaciones que ahora se abocaban a za como retrica de los defensores neoliberales del libre comercio de bie-
los derechos humanos. En la dcadade los noventa, la atencin de los nes y de capital. Su foco meditico fue el Foro Econmico Mundial de
medios de informacin a la limpieza tnica, sobre todo en .Ruanda y en Davos y su implementacin institucional se dio por la va del Consenso
los Balcanes, llev a una amplia discusin pblica sobre estos asuntos.. de Washington, las polticas del FMI y el fortalecimiento de la OMC. Seat-
tle estaba pensado para ser un momento clave en la expansin del papel
Las organizaciones de derechos humanos decan hablar a nombre de la de la OMC, y las significativas protestas, que de hecho alteraron sus reu-
sociedad civil. El trmino mismo indica la estrategia: la sociedad civil niones, tomaron a muchos por sorpresa. Las manifestaciones incluyeron
por definicin no es el Estado. El concepto se respalda en la derencia- un enorme contingente estadounidense, salido de la vieja izquierda, los
cin que se hizo en el siglo XIX entre le pays lgal y le pays rel -entre sindicatos obreros, los movimientos de la nueva izquierda y los grupos
quienes estaban en el poder y quienes representaban el sentimiento anarquistas. De hecho, el que la AFL-CIO (American Federation of Labor-
popular-, lo que lleva a la pregunta: cmo puede la sociedad civil Congress of Industrial Organizations)1 estuviera dispuesta a marchar jun-
cerrar la brecha entre ella y el Estado? Cmo puede llegar la sociedad to a los grupos ambientalistas en una accin tan militante era algo nuevo,
civil a controlar el Estado o hacer que el Estado refleje sus valores? La sobre todo para Estados Unidos.
distincin parece dar por hecho que el Estado se encuentra actualmente
bajo el control de pequeos grupos privilegiados, mientras que la socie- Despus de Seattle, la serie continua de manifestaciones alrededor del
dad civil est formada por la poblacin ilustrada en general.. mundo en contra de los encuentros entre gobiernos inspirados por el
plan de trabajo neoliberal condujo a su vez a la construccin del Foro
Estas organizaciones han tenido cierto impacto en hacer que algunos Social Mundial (FSM) cuya primera reunin se dio en Porto Alegre; la
estados -todos tal v~z- reorienten sus polticas hacia el rumbo de las segunda, en 2002, atrajo a ms de cincuenta mil delegados de ms de un
preocupaciones por los derechos humanos; pero en el proceso se han millar de organizaciones. Despus se dieron una serie de reuniones regio-
co.nvertido ms en adjuntos de los estados que sus opositores y, en tr- nales en preparacin para el FSM de 2003 en Porto Alegre, que cont con
mmos generales, a duras penas dan la impresin de ser muy antisistmi- casi cien mil participantes.
cas. Se han convertido en ONG que se ubican en buena medida en las
Las caractersticas de este nuevo pretendiente al papel de movimiento
zo~as centrales, aunque buscan poner en prctica sus polticas en la peri-
antisistmico son muy diferentes a las de los anteriores. Primero que
fena, en donde con frecuencia se les ha considerado como agentes de su
nada, el FSM busca reunir a todos los tipos anteriores -la vieja izquierda,
Estado de origen ms que como sus crticos. Como sea, estas organiza-
los movimientos nuevos, los cuerpos de derechos humanos y otros que no
ciones rara vez han movilizado el apoyo de las masas, contando ms bien
caen fcilmente en estas categoras- e incluye grupos organizados de un
con su capacidad para utilizar el poder y la posicin central de sus mili-
modo estrictamente local, regional, nacional y transnacional. La base de
tantes de lite.
la participacin es un objetivo comn, la lucha en contra de los males
sociales que son consecuencia del neo liberalismo y el respeto comn a las

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prioridades inmediatas de cada quien. De manera relevante, el FSM busca unificado, como lo demuestra el conflicto entre los llamados tradiciona-
reunir a los movimientos del norte y del sur dentro de un solo marco. La listas de centroderecha y los halcones militaristas de ultraderecha. Pero
nica consigna hasta ahora es Otro mundo es posible. Ms raro toda- estn empeados en construir un respaldo para cambios que no sern
va es que el FSM busca hacer esto sin crear una superestructura general. cambios un nuevo sistema igual de malo -o peor- que el actual. La
lfasta el momento cuenta nicamente con un comit coordinador, de segund; caracterstica fundamental es que una etapa de transicin . sist-
.
unas cien personas, que representa a toda una variedad de movimientos mica se caracteriza por una profunda incertidumbre en la que es 1mpos1-
y de sitios geogrficos. ble saber cul ser el resultado. La historia no est del lado de nadie.
Cada uno de nosotros es capaz de incidir en el futuro, pero no sabemos
Aunque de los movimientos de la vieja izquierda se han escuchado
ni podemos saber en qu forma actuarn los otros p~ra incidir tamb.in
algunas quejas en cuanto a que el FSM es una fachada reformista, hasta
en l. La estructura bsica del FSM es reflejo de este dilema y lo enfatiza.
ahora las quejas han sido mnimas. Los quejosos murmuran; todava no
denuncian. Se reconoce ampliamente, desde luego, que este nivel de xito
se ha basado en una negativa: el rechazo al neoliberalism.o como ideolo-
ga y como prctica institucional. Son muchos los que han dicho que es ***
esencial para el FSM que se mueva hacia la defensa de un programa ms Una estrategia para la etapa de transicin debe incluir po.r ta~to cuatr?
claro y ms positivo. La gran pregunta para la dcada siguiente es si el componentes; todos ellos de ms fcil enunciacin que reahzac1~: ~l pn-
FSM puede hacer esto y aun as conservar el nivel de unidad y la ausencia mero es un proceso de constante discusin abierta sobre la ~ra~sic10n y ~l
de una estructura superior (inevitablemente jerrquica). resultado que esperamos. Esto nunca ha sido fcil y los movm:uentos anti-
S, como ya lo he dicho en otro lugar, el sistema~mundo moderno se sistmicos histricos nunca fueron muy buenos para eso. Pero hoy la
encuentra en una crisis estructural y hemos ingresado a una etapa de atmsfera es ms favorable que nunca y la tarea sigue siendo urgente e
transicin - un periodo de bifurcacin y de caos- entonces es claro que indispensable, subrayando el papel de los intelectuales en esta coyuntura:
los asuntos a los que se enfrentan los movimientos antisistmicos apare- La estructura del FSM se ha prestado para animar este debate; veremos s1
cen de un modo diferente que los del siglo XIX y buena parte del_ XX. Se es capaz de conse_rvar _su apertura.
ha vuelto irrelevante la estrategia estatista de los dos pasos, lo que e~pli El segundo componente debiera ser po~ s solo evi?ente: un movimien-
ca la incomodidad de la mayora de los descendientes que quedan de las to antisistmico no puede olvidar la accin defensiva a corto plazo, la
antiguas organizaciones_ antisistmicas al. plantear objetivos polticos de accin electoral incluida. Los pueblos del mundo viven ~n el pr~se~te Y
largo plazo e inmediatos. Los pocos que lo intentan se enfrentan con el hay que satisfacer sus necesidades inmediatas. Cualqmer movimiento
escepticismo de sus ansiados seguidores o, peor an, con su indiferencia. que las pase por alto est condenacfo a perder el amplio respaldo que es
'fal etapa de transicin tiene dos caractersticas_ que dominan la _idea esencial para su xito a largo plazo. Pero el motivo y la justificaci?n pa~a
misma de una estrategia ntisistmica. La primera es que quienes estn la accin defensiva no debe ser remediar un sistema que falla, smo mas
en el poder ya no tratarn de preservar\ el sistema existente -condena- bien prevenir que sus efectos negativos empeoren. en el corto plazo.~stos
do como est a su autodestruccin-; ms bien tratarn de asegurar que dos motivos son inuf disti:.ts psicolgica y polticamente. .. . .
la transicin lleve a la construccin de un sistema nuevo que repita las El tercer componente debe ser el establecimiento d~ met_a,s interinas
peores caractersticas del sistema existente: su jerarqua, sus privilegios y en el mediano plazo que parezcan desplazarse en la di:ecc10? ad:~ua
sus desigualdades. Tal vez no empleen todava un lenguaje qu acuse la da. Sugerira que una de tas ms tiles -;mate~ial, poltica, psicolog1ca-
desaparicin de las estructuras actuales, pe~o s estn poni~nd en prc- mente- es el esfuerzo por ir hacia un~ selectiva pero cada vez mayor
tica una estrategia basada en ese supuesto. su campo, desde luego; no est

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1
1
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\

XIII. FRACTURAS GEOPOLTICAS DEL SIGLO XXI:


desmercantilizacin. El da de poy estamos sujetos a un alud de empeos
QUE FUTURO PARA EL MUNDO?
neoliberales por mercantilizar lo que antes rara vez o nunca fue objeto de
apropiacin para la venta privada: el cuerpo humano, el agua, los hospi-
tales. No slo nos debemos oponer a esto, sino ir en la direccin contra-
rja ..Las industrias, en especial las industrias en crisis, deben ser desmer-
cantilizadas. Esto no quiere decir que deban nacionalizarse, lo que en
buena medida slo es otra versin de la mercantilizacin. Significa que
debemos.crear estructuras, que operen en el mercado, cuyo objetivo sea
operar y sobrevivir antes que prodl!-_sir utilidades. Sabemos que esto se . dcada del siglo XXI y probablemente durante varias
puede hacer. a partir de la historia de las universidades o de los hospita- En esta primera ' l
undo est amenazado por tres fracturas geopo ticas
les, no de todos, sino de los mejores. Por qu tal lgica es imposible para d cad as ms, el m . d. , sepa
muy distintas las cuales interactan entre s, pero tienen mamicas ,-
las fbricas de acero amenazadas con la reubicacin? radas. La ma~ora de los anlisis de la situacin del mun~o con:emp~ra~
Por ltimo, n.ecesitamos desarrollar el significado material de nuest~os neo se equivocan precisamente porque no alcanzan a discer~1:r la di~
fines a largo plazo, que asumo sern el de un mundo relativamente . " de las tres en ocasiones parecen sostener que so o una e
renciaci n ' . E. t fractu-
democrtico y relativamente igualitario. Digo relativamente para ser ellas existe o al menos que slo una es la que importa. ~st.as res .,
realista. Siempre habr brechas, pero no hay razn por la que deban ser ras son: 1] la lucha entre la llamada Trada -Estados ~md~s,.la ~:
anchas, inamovibles o hereditarias. Es esto lo que se sola llamar socia- a n - en su bsqueda por ser el escenario pnncipa e a
lismo, o hasta comunismo? Tal vez, pero tal vez no. Lo cual nos regresa ;;::~:er~ ~e capital en las prximas dcadas; 2] la lucha entre el no:te
al asunto del debate. Necesitamos dejar de dar por sentado cmo sera el sur o entre las zonas centrales y las otras zonas ~e la econo~~
una sociedad mejor (no la sociedad perfecta). Necesitamos discutirla, ~undo 'dada la polarizacin continua -econmica, social y dem~graf~-
delinearla, experimentar con estructuras alternativas para, realizarla; y - d;l sistema-mundo; 3] la lucha entre el espritu de Dav~s y e espi-
necesitamos hacer lo anterior al mismo tiempo que llevamos adelante ca . d t undo que mtentamos
ritu de Porto Alegre sobre el tipo e $is ema-m . .
las primeras tres partes de nuestro programa para un mundo catico en construir colectivamente. .
transicin sistmica. Y si este programa resulta insuficiente, y es proba- Los primeros dos conflictos son localizables geogrficamente le i:ivolEu-1
ble que as sea, entonces esta misma insuficiencia debe ser parte del . no de manera exc usiva.
eran per se relaciones mterestata1es, aunque I .
debate que es el primer punto del programa. tercer conflicto no es un conflicto interestatal, s~o entre dos gr~p~~~~;;.
mientas/estratos cada uno de los cuales est ubicado a lo largo ? e l ue
Con el fin de ev~luar la pregunta qu futuro p~r~ el mundo. m~;sa
abordar cada uno de estos tres conflictos ~ d~~cribir s~s proc:s~~~s ver
NOTA rrollos probables durante los siguientes vemtlcmco a cmcuent y
l. Federacin Americana del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales [T.]. entonces cmo interactan entre ellos.

249

248
LA f~ACITRA DE LA TRADA

El conv..:pto de la Trada se hizo popular por primera vez en la dcada de


1
h; setenta Tuvo su primera expresin institucional en la Comisin Tri-
lateral'. La comisin misma empez a existir como consecuencia de dos
realidades econmicas: el mejoramiento de la actuacin econmica de
Europa <xcidental y Japn, lo que les permiti alcanzar a Estados Uni-
dos dunmte Ja dcada de los sesenta; y las dificultades econmicas en la
economa-mundo de la dcada de los setenta, marcadas, au~que no cau-
sadas, por el incremento radical en los precios del petrleo como resul-
tado de las decisiones de la OPEP. La primera de las nuevas realidades
econmicas signific que Estados Unidos ya no poda tratar tan desde-
osamente a Europa occidental y Japn, toda vez que econmicamente
ya no d{,1Jendan de un modo significativo de las decisiones del gobierno
estadounidense. La segunda realidad econmica se tradujo en que hubo
una reduccin en la tasa de ganancia a nivel mundial y en que por tanto
se dio entonces una aguda competencia entre los tres miembros de la
Trada, en la que cada uno busc minimizar sus prdidas -inevitable-
mente a expensas de los otros3
La Comisin Trilateral fue un esfuerzo P,Oltico por reducir las tensio-
nes emergentes entre los tres socios de la Trada. En el mejor de los casos
fue slo parcialmente exitosa4 El periodo que va de 1940-1945 a 1967-
1973, descrito como los trente glorieuses [gloriosos treinta], era una
fase ~> del ciclo Kondratieff. Fue un periodo de expansin general de la
economa-mundo, de hecho la expansin ms asombrosa en la historia de
la economa-mundo capitalista, e ilustr la frase: ~<Una marea alta levan-
ta a toda<> las embarcaciones. Pero los treinta aos posteriores han sido
una "'fase b,, del ciclo Kondratieff, en la que las utilidades provenientes
de las ac..1vdades productivas han estado por debajo de la anterior fase
a, lo que ha Uevado a la reubicacin de las industrias, a un cambio haci~
las actividades especulativas como fuente de utilidades,' a un desempleo
creciente a nivel mundial y a una agud~ aceleracin de la polarizacin
econmica tanto a nivel global c'omo dentro de cda Estado.
En esta fase b, los tres principales escenarios de acumulacin expre-
saron su competencia en el esfuerzo por exportar desempleo uno al
otro con el fin de maximizar la conservacin y el incremento de la rique-

250

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\
\

nos 19 ~ue se aprende o se inventa en ste. Pero por reales que sean los
pues creo que, para los capitalistas, el impulso uor acumular tiene formas
beneficios colaterales, son menores que los beneficios de emplea 1
maravillosas de superar los obstculos culturales. Y por ltimo, no creo d'mero para crear ms empresas productivas de largo plazo. re
mismo
q~e tenga mucho que .ver con la fuerza de los sindicatos. En primer lugar,
pienso que las diferencias entre los tres escenarios en este sentido son Una de las formas n las que Estados Unidos busca mantener su su _
exageradas. Y, adems, no creo que la fuerza de los sindicatos explique de rioridad militar es desalentando a todos los dems a que emprendan a~_ 1 .

manera fundamental las diferencias en el costo del personal en las activi- vidades. similares, especialmente
' en.cuanto a la
. tecnologa de punta. E t
so
dades productivas. se apl1ca tambin a Europa occidental y a Japn. A decir verdad, n Euro-
pa occidental ni Japn muestran gran inters en competir con Estados
Cules son entonces las diferencias que cuentan en la competencia de
Unidos en este rubro. O mejor dicho, estn dispuestos a dedicar una pro-
la Trada? Me parece que dos de ellas son cruciales: primero, las priori-
porcin mucho menor de sus presupuestos nacionales al rubro de Jo mili-
dades de los estados en relacin con la investigacin y el desarrollo, y por
tar, ahora y en las dcadas por venir. La combinacin de Ja presin esta-
tanto la inversin en innovaciones; y segundo, la capacidad de los estra-
dounidense y las propias tendencias de Europa occidental y de Japn
tos sup~riores (definidos en trminos amplios) de acceder a la riqueza
significa que de hecho estos ltimos no compiten militarmente con Esta-
consumible. En estos dos campos existen grandes diferencias entre Esta-
dos Unidos y que tampoco lo van a hacer. Pero la otra cara de Ja mone-
dos Unidos, por un lado, y la Unin Europea y Japn, por el otro. Las da es que s pretenden competir con fuerza en todo tipo de innovaciones
diferencias no se deben medir por medio de las variaciones anuales en Jos
es~ri.ctar?ente econmicas. El.~echo de q.ue E~ropa occidental y Japn
numerosos ndices econmicos que se producen para nosotros. Son las
pnvdegren el desarrollo no militar les redituara muy bien en los sfauen-
subyacentes realidades poltico-culturales de mediano plazo que limitan
tes veinte o treinta aos. -
lo que sucede en la esfera de la produccin y de las finanzas.
Esta ventaja de Europa occidental y de Japn sobre Estados Unido~ se
. Estados Unidos se piensa a s mismo como la nica super:otencia del mezcla con el asunto de los costos de produccin. Por lo general, 0 que
sistema-mundo para el siglo XXI. Esta imagen de s mismo se basa funda- se compara cuando hablamos del costo del trabajo es cunto se paga a os
mentalmente en su enorme capacidad militar, que por mucho excede a la obreros comunes y corrientes -calificados o no-, sumando Jo que se
de cualquier otro pas o incluso a la de muchos otros pases juntos. El paga directamente en salarios con lo que se paga indirec.tamerite p(JrJa
punto no es aqu que esta imagen enmascare lo que yo creo que es un des- va de los llamados salarios sociales. Si a esta cantidad se le suma 10 aue
censo constante del verdadero poder poltico de Estados Unidos en el sis- se paga por la va de la redistribucin gubernamental -en educadn.
tema-mundo6. Lo que Estados Unidos -y en especial las lites que deci- salud y garantas de un ingreso vitalicio-, las diferencias entre Jos mem~
den la poltica estadounidense- creen sobre Estados Unidos explica, de bros de la Trada no son muy grandes, como puede ver muy clara.111 ente
hecho determina, las prioridades de su gobierno en el campo econmico. quien viaje a estos pases y observe su verdadero nivel de vida.
Y de~de luego, a pesar de la lnea oficial que dice lo contrario, los gobier-
nos tienen mucho que decir sobre lo que se privilegia en trminos de Pero existe un segundo grupo que recibe una paga por sus seni:fos: el
desarrollo econmico, directamente por la va de su poder como consu- de los estratos superiores y cuadros, tanto aquellos que trabajan drecca-
midores e indirectamente por la va de sus polticas fiscales y reguladoras. mente para varias empresas productivas como todos los que operGn en el
sector no lucrativo, los llamados profesionistas libres. Sea cual sea el no;:n-
Una superpotencia que slo proclama su superioridad en el mundo bre que le demos a las sumas de dinero que reciben estas persona'' deo.:ie
me~iante la afir~acin de su capacidad militar debe privilegiar (y eso el punto de vista de los inversionistas en una empresa, repre-::entan Y-J.a-
h~ra) en la contmua inversin en su equipo blico. Desde el punto de
rios que se pagan con las ganancias de las ventas y por tanto reducen el ni-
vista del desarrollo econmico a largo plazo, el equipo blico es un cami- vel de las utilidades. Aqu las diferencias son enormes y en buen.a r:-':=.::.:is
no lateral. Ciertamente, siempre hay posibilidades de llevar a otros terre-
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las explica Ja diferencia cultural entre el que hasta aqu ha sido un poder medio de pagos asistenciales mucho ms generosos y permitindole a la
hegemnico y quienes contienden por el futuro poder hegemnico. En deflacin que encuentre su propio cauce8
Estados Unidos, el salario verdadero de los afros ejecutivos, el salario ver- En la actualidad no contamos con una economa-mundo integrada.
dadero de los cuadros y el ingreso real de quienes estn en el sector no Tenemos esencialmente una economa-mundo tridica, con tres zonas
lucrativo o que son profesionistas libres es simplemente muchsimo ms principales9 Y esta divisin tridica acaso se vuelva ms fuerte en las
alto que el que se da en Europa occidental o en Japn. Esto no es slo siguientes dcadasw. Lo que tenemos por tanto es una fractura geopolti-
porque individualmente las ganancias sean ms altas, sino tambin por- ca tridica en la que Estados Unidos muy probablemente salga menos
que es mucho mayor la proporcin de tales personas en la fuerza de tra- bien librado en los siguientes veinte o treinta aos. El poder militar esta-
bajo en general. dounidense ser cada vez menos til para revertir este cambio econmi- .
Los recientes escndalos tan bien publicitados de las empresas corpo- co subyacente. En tal situacin, la verdadera competencia ser entre Eu-
rativas estadounidenses no son sino la punta de un tmpano muy grande, ropa occidental y Japn, y cada cual tratar de tener a Estados Unidos de
cuyos efectos en el tiempo se tendrn que sentir en una cada mucho ms su lado. Por mi parte, sigo creyendo que una alianza econmica entre Es-
seria en las tasas de utilidades de las empresas radicadas en Estados Uni- tados Unidos y Japn es ms probable que una con Europa11 Pero en
dos que en las de sus competidores a largo plazo. La nica manera en la cualquier caso, no es probable que Estados Unidos sea el socio lder, por
que Estados Unidos puede reducir esta brecha es reduciendo la derrama difcil que sea hoy imaginar semejante escenario para los estadouniden-
para 10 o 20 por ciento superior de la poblacin o que aumente la derra- ses (y tal vez para otros).
ma en Europa occidental y en Japn. Parece virtualmente imposible en
trminos polticos reducir seriamente esta derrama en Estados Unidos.
Un gobierno que se desplazara en tal direccin en breve perdera el LA FRACTURA NORTE-SUR
apoyo de sus patrocinadores esenciales.
La forma en la que se desarrolle el conflicto tridico depender en buena
As las cosas, la verdadera alternativa para Estados Unidos est en tra- medida de la forma que asuman las otras dos grietas geopolticas. En el
tar de que se incremente ese gasto en Europa occidental y en Japn.
conflicto norte-sur, los tres miembros de la Trada constituyen el norte.
Cuando Estados Unidos predica a Japn o a Alemania sobre la necesi-
Por tanto, en este conflicto comparten intereses geopolticos, aunque
dad de reformar sus caducas polticas gubernamentales, lo que est
desde luego cada uno ha seguido polticas en cierto modo distintas con
pidiendo es que estos pases emulen a Estados Unidos en la distribucin
relacin a esos intereses y tienen diferentes relaciones especiales con
de salarios para los estratos superiores y que as eliminen sus ventajas en
varias partes del sur. En los conflictos norte-sur, en este momento Esta-
el largo plazo en este sentido. Lo anterior, ms que las misteriosas varia-
dos Unidos lleva la delantera como protagonista del riorte, en virtud
bles culturales, explica mejor por qu estos pases se han resistido tanto a
tanto de su podero militar, como d~ su alto grado de influencia en el FMI
este consejo.A diferencia de los pases del sur -incluso pases relativa-
y en el Banco Mundial.
mente fuertes como Brasil-, Europa occidental y Japn no pueden ser
obligados por la accin del FMI a reformar sus estructuras econmicas. Igual que el norte no siempre es un bloque unificado, tampoco el sur lo
Para empezar, aun cuando sus gobi~rnos elevan el nivel de la deuda para es. El sur est dividido polticamente en dos. Hay regmenes en el podt';r
enfrentar problemas de recesin, sus deudas en buena medida son inter- en el sur que son esencialmente regmenes clientelares del norte, virtual-
nas y por tanto no estn expuestas a una presin internacional (como, por ' mente agentes pagados del norte, y otros que no lo son. Pero al margen
ejemplo, Ja de Argentina)7. Los gobiernos de, Europa .occidental y de de la alineacin de los regmenes particulares, tambin existen diferen-
Japn, a diferenda d~l 'de E~tados U~idos,' reduce~ el' desempleo 'por cias objetivas entre las z'rias semiperificas relativamente fuertes y lo

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que a veces se ha llamado el cua,r.to mundo: es decir, los estados ms dbi-


les, ms pobres, ms pequeos. De hecho, en el sur hay estados muy gran- -socialista era la. denof!Jinacin que le daba la Unin Sovitica-
des que tienen un poder geopoltico real o potencial: Rusia, China, India, poda establecer el marco social necesario para permitir el llamado desa-
Brasil, Indonesia, Corea, y la lista podra continuar. rrollo econmico, con asistencia de las acciones gubernamentales apro-
piadas y ayuda del exterior. Ambas versiones ofrecan el reverso de la
Sin embargo, la grieta norte-sur es real y es parte de la estructura fun- polarizacin en el sistema-mundo como el r~sultado postrero de tales
damental de la economa-mundo capitalista. En trminos econmicos, programas desarrollistas. Ambas\versions fracasaron globalmente y
existe una polarizacin constante' que, aunque en ocasiones pude ami- slo dieron la impresin de ser tiles, en el mejor de los casos, en unos
norar, en trminos generales se expande geomtricamente. El nrte man- cuantos pases. La razn de por qu unos cuantos pases se desarrollaban
tiene esta estructura por medio de su monopolio de los procesos pro- cuando la mayor parte no, tena muy poco que ver con las polticas parti-.
ductivos avanzados, de su control sobre las instituciones financieras culares que sigui cada Estado. Ms bien, las medidas polticas desarro-
mundiales, de su dominio del conocimiento y los medios de informacin llistas ayudaron a unos cuantos pases, pero no a la mayora, por dos moti-
a nivel global y, lo que es ms importante, por medio de su podero mili- vos. Slo una pequea minora de estados es capaz de mejorar en un
tar. Si los conflictos entre la Trada por lo comn dan la impresin de determinado momento su lugar .relativo en el tablero de la economa-
ser restringidos, eso se debe nicamente a la fuerza de cada cual vis-a- mundo capitalista, dada la manera de funcionar de ste. Los estados que
vis los otros. Los conflictos norte-sur rara vez s~n as de restringidos. El triunfaron -como Corea y Taiwn- lo hicieron ms en funcin de su
norte usa el puo de hierro, aunque de vez en cuando lo oculte bajo un localizacin geopoltica -en' trminos de posturas en la Guerra Fra-
guante de terciopelo. que por cualquier otro factor. .
Cmo maneja el sur esta realidad, la de una brecha socioeconmica El periodo posterior a 1970 fue de desencanto con el desarrollismo:
cada vez ms grande combinada con el puo de hierro del norfe? En el tanto de parte de las zonas centrales, las cuales en su lugar empezaron a
periodo que va de 1945 a 1970, la tctica principal del sur ha sido el desa- predicar el neoliberalismo, como de parte del sur, que empez a buscar
rrollismo. La teora que normaba las acciones de los movimientos y los caminos alternativos para reducir la creciente polarizacin. Bsicamente,
regmenes localizados en el sur era que el desarrollo nacional era posi- el sur implement tres estrategias en el periodo posterior a 1970 como
ble y que era esencialmente funcin de dos pasos: 1] establecer un rgi- mecanismos para luchar con el norte: 1] la afirmacin de una alteridad
men nacional ~edicado .al desarrollo nacional; 2] luego, emplear las medi- radical, con una retrica que era ajena al sistema-mundo moderno; 2] la
das polticas correctas. confrontacin directa, con herramientas y retrica derivadas del sistema-
A no dudarlo, hubo enormes desacuerdos sobre la manera en la que mundo existente; 3] la transferencia de poblacin.
haba que implementar cada uno de estos pasos. Este debate se dio en La alteridad radical signific el rechazo de los valores bsicos de Occi-
buena medida dentro del marco de lo que nosotros llamamos los movi- dente en el sistema-mundo moderno, es decir, esencialmente los valores
mientos de liberacin nacional. de la Ilustracin con su teora del progreso inevitable basado en la difu-
Pero el debate al final result en buena medida irrelevante. En primer sin del secularismo y de la educacin. Ciertamente, siempre haba habi-
lugar, exista, no slo en el sur, sino en el norte un consenso geocultural do personas en todo el mundo que rechazaban estos valores. Pero esas
segn el cual el desarrollo era posible. Haba dos versiones del asunto: la personas y grupos durante mucho tiempo pelearon con acciones es~n
versin liberal que promovan en buena medida Estados Unidos y Euro- cialmente de retaguardia - arrastrando los pies, aguantando las pres10-
pa y la llamada versin socialista que ant~ todo promova la Unin Sovi- nes- y en buena ~edida no tuvieron xito. Lo que fue nuevo y particu-
tica. Pero ambas versiones insistan en que un gobierno modernizador larmente relevante en la etapa posterior a 1970 fue el surgimiento de lo
que podra llamarse los movimientos de alteridad radical modernistas.

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Algunas veces se les llama movimientos fundamentalistas o integristas, alteridad, estos movimientos tuvieron que afirmar su oposicin absoluta,
en especial cuando afirman ser la encarnacin de creencias religiosas. en un nivel terico y personal, a todo lo que encarnara Occidente.
Pero sealaremos varias cosas sobre tales movimientos.
El ms espectacular de tales movimientos de alteridad radical fue el
En primer lugar, su blanco original y primario era menos el Occiden- que encabez el ayatola Jomeini en Irn, que destron a uno de los alia-
te en general y ms los movimientos antisistmicos histricos de sus pro- dos principales del norte, en un Estado rico y grande. Denunci a Esta-
pios pases, que haban abrazado el ideal desarrollista. El argumento bsi- dos Unidos como el Gran Satn y a la Unin Sovitica como el Satn
co que planteaban los movimientos de alteridad radical fue que los Nmero Dos. Desafi el derecho internacional al apoderarse de la emba-
movimientos de liberacin nacional no haban logrado cumplir sus pro- jada de Estados Unidos, y logr sobrevivir. Durante un tiempo despert
pias promesas de transformar el mundo social y de superar la polarizacin histricos reparos en Estados Unidos y, en consecuencia, Estados Unidos
del sistema-mundo. Los movimientos de alteridad radical achacaban este anim al mundo rabe en general, y en particular a Sadam Hussein en
fracaso a que no obstante el hecho de decirse antisistmicos, de hecho Iraq, para que trataran de contener, y en su momento derrocar, al rgi-
predicaron los valores de la geocultura dominante, de ah que estuvieran . men iran. Que este movimiento fuera incapaz de ampliarse ms all de
inevitablemente atados a la estructura del poder mundial y que fueran sus fronteras, se debe fundamentalmente al hecho de haber fincado sus
por tanto incapaces de cumplir con las prometidas transformaciones. reclamos en una tradicin religiosa particular que tiene adherentes ni-
En segundo lugar, los movimientos de alteridad radical se ofrecieron camente en unos cuantos pases ms.
por su. cuenta como agentes de la sociedad civil en contra de los estados Sin embargo, fue posible observar que un movimiento de alteridad
fracasados del sur. Aparecieron cuando y donde estos estados se mostra- radical puede resonar poderosamente en el sur y demostrar una gran
ron incapaces de ofrecer la asistencia bsica a los necesitados dentro de fuerza poltica. En trminos formales, se convirti en un modelo para
sus estados, lo que sucedi la mayor parte del tiempo. Los movimientos otros movimientos de ese tipo. No es que movimientos como el de Aum
de alteridad radical ofrecieron confort mate,rial y espiritual a quienes Shinrikyo en Japn o el de Al-Qaeda imiten conscientemente al de
sufran, en tanto que los movimientos de liberacin nacional vivan de las Jomeini. Ms bien emplean parte de las mismas tcnicas de organizacin
glorias de las pasadas luchas nacionalistas y con mucha frecuencia llena- social y parte del mismo tipo de retrica. En la actualidad hay muchos
ban los bolsillos de la nueva Nomenklatura. . . movimientos de esta naturaleza, fuertes algunos, menores otros, la mayor
En tercer lugar, los movimientos de alteridad radical se involucraron parte en el sur, aunque hay muchos en el norte. Lo que representan es
con los avances tecnolgicos del mundo moderno, empleando -:-Y de una presin continua -y en buena medida impredecible- contra el tipo
manera eficaz- toda la infraestructura moderna de las comunicaciones, de estabilidad en que el norte se apoya para mantener su posicin de pri-
la tecnologa y la guerra. Con frecuencia se ha sealado qe tales movi- vilegio. Se trata de una fuerza cuyotmpacto se har mayor, no menor, en
mientos de alteridad radical han reclutad un gran nmero de estudian- los prximos veinticinco a cincuenta aos. Tales movimientos son una
tes de ingeniera y ciencias duras. expresin del caos poltico y no desaparecern hasta que se complete el
. ' \ .: " ' .
trnsito de nuestro sistema-mundo actual a su sucesor. Mientras tanto,
Por ltimo, estos movimient:>s, de alteridad radical inventaron un~ teo-
loga escasainente tradicional,' si con ello nos ieferirllos al tipo.de te~lo~ representan un dolor de cabeza permanente para el norte.
ga que se predicaba y practicaba hace siglos. Usaron los textos para rein- La segunda herramienta del sur, la estrategia de la confrontacin direc-
terpretarlos, para present}rlos de l.a mejor}nanera con el fin. de crear ta, es muy distinta de la alteridad radical. Se podra pensar que la con-
estructuras polticas para e,l mundo _mode,rno que. fueran capaces e frontacin es el aspecto ms normal de las relaciones interestatales. Pero
sob.revivir y de salir adelante. Claro que para. demostrar su abjurad ora de hecho las naciones ms dbiles del sur por lo general han evitado las
confrontaciones con el norte, precisamente porque 'eran ms dbiles. El
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de todas estas consideraciones indicaba que Estados Unidos no era lo sufi-
norte provoc muchas de las confrontacione~ para imponer o prevenir cientemente fuerte para entrar a Bagdad.
algo en algn Estado en el sur. De lo que estoy hablando en este momen-
El anlisis realizado por los halcones que han conducido la poltica
to es de la posibilidad de confrontaciones directas provocadas por el sur.
mundial estadounidense desde el 11 de septiembre, y que acaso lo sigan
El ejemplo es Sadam Hussein y la ocupacin iraqu de Kuwait. Me haciendo durante los aos por venir, dice que, todas estas consideraciones
parece que la mejor manera de entender esto es partir de que Hussein no eran vlidas y qtfe actuar a partif de esas premisas fue lo que le confi-
ni se volvi en cierto modo loco, ni simplemente fue el cruel conquista- ri una victoria poltica a Sadam Hussein. Por eso Estados Unidos hoy se
dor de un vecino. Creo que el clculo de Hussein fue bismarckiano: osa- afana en entrar en Bagdad. Pronto veremos cules predicciones son las
dos movimientos ajedrecsticos que expusieran la debilidad del norte, ms vlidas. De salir las cosas como lo anticipaban tanto Sadam Hussein
que fortalecieran militarmente al suf -especficamente en este caso el como la administracin del primer Bush, la marcha hacia Bagdad condu-
mundo rabe- y que prepararan los cambios futuros en el equilibrio cir a una derrota poltica mayscula para Estados Unidos. Lo que ani-
del poder mundial. mar a otros pases del sur a seguir el ejemplo de Sadam Hussein en su
Cuando Iraq invadi Kuwait el 2 de agosto de 1990, creo que en la cautelosamente osada estrategia bismarckiana. Como sea, podemos tener
cabeza de Sadam Hussein existan dos posibilidades. Que el mundo -es la seguridad de que la tendencia a adquirir armas nucleares es funda-
decir, el norte ms Arabia Saudita- no reaccionara y que l ganara el mental para los estados ms fuertes del sur. Saben que no estn en con-
gambito. O bien que el mundo s reaccionara y que l terminara con diciones de competir con la capacidad nuclear estadounidense. Pero se
una tregua en la lnea de partida. No pens que perdera la guerra, que proponen obtener armas que sean capaces de infligir el suficiente dao
perdera poder y que vera a las tropas de Occidente ocupando Iraq. para que acten como disuasoras. Los esfuerzos de parte de Estados Uni-
Desde luego, como ya sabemos, lo que obtuvo fue lo segundo: una tre- dos por contener la proliferacin pueden en el mejor de los casos demo-
gua en la lnea de partida. Iraq tuvo que cargar con inspecciones y pre- rarlos, pero no pueden triunfar. No funcionaron cuando Estados Unidos
siones para acabar con sus armas de destruccin masiva. Sabemos que era bastante ms poderoso de lo que es hoy en da, y podemos esperar
estas acciones de la ONU fueron parcialmente exitosas pero tambin par- una docena de nuevas potencias nucleares en la prxima dcada.
cialmente fallidas. El ltimo elemento en la alacena de herramientas estratgicas del sur
Nos debemos preguntar por qu motivo no entraron a Bagdad en 1991 . no se utiliza de manera consciente pero muy bien puede ser el ms elo-
las tropas encabezadas por Estados Unidos. Al parecer, una serie de razo- cuente de los tres. La polarizacin socioeconmica del sistema-mundo se
nes persuadieron al gobierno estadounidense de que esto no era lo ms equipara con la polarizacin demogrfica, que se ha vuelto aguda slo en
prudente: 1] Resultara costoso, en trminos militares, y probablemente los ltimos cincuenta aos. El hecho es que los estados del norte no estn
redundara en grandes prdidas de vidas y revivira el llamado sndrome de reproduciendo sus poblaciones en un nmero suficiente para cubrir sus
Vietnam. 2] Sera imposible instalar en el poder un rgimen de reemplazo necesidades de empleo y para mantener una poblacin lo suficientemen-
capaz de estabilizar la situacin y de controlar al pas. Y ni Turqua ni Ara- te grande en edad de trabajar que cargue con los programas de transfe-
bia Saudita queran que Iraq se derrumbara debido a las consecuencias que rencia econmica - la seguridad social y el cuidado mdico, sobre todo-
cada uno padecera de existir un Estado kurdo en el norte y un Estado chii- para el creciente porcentaje de la poblacin que supera los sesenta y
ta en el sur. 3] Una guerra prolongada probablemente desestabilizara en cinco aos. El norte necesita inmigrantes, y los necesita urgentemente.
el corto plazo a un gran nmero de regnenes en todo Medio Oriente. 4] Al mismo tiempo, el sur est lleno de personas con cierta formacin
Un rgimen de reemplazo acaso nicamente fuera capaz de sobrevivir con profesional y educacin y con algo de dinero, que en sus pases de origen
un ejrcito provisional de ocupacin de tropas estadounidenses, lo que no son capaces de hallar un empleo y un ingreso apropiados, y que por
podra causar problemas internos importantes en Estados Unidos. La suma
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tanto estn en la mejor disposicin y 'deseosos de emigrar hacia el norte. un lugar de reunin abierto en el que los grupos y los movimientos de la
Sin embargo, aunque el norte los necesita, estos inmigrantes son poltica- sociedad civil opuestos al neolberalismo y a un mundo dominado por el
mente impopulares entre amplios sectores de la poblacin del norte, los capital o por cualquier otra forma de imperialismo, pero comprometidos en
cual~s consider~n que los i~igrantes son una amenaza a los trabajos y a construir una sociedad planetaria centrada en la persona, se rena para
los mveles salanales y que mcurren en prcticas antisociales. Esta presin impulsar sus pensamientos, para debatir ideas democrticamente, con el fin
encontrada se traduce en que los gobiernos del norte sean repetitiva-
de formular propuestas, compartir libremente experiencias y organizarse
mente ambiguos en cuanto a dar la bienvenida a los inmigrantes. Pasan
para acciones efectivas.
del calo.r al fro. Desde el punto de vista de los inmigrantes potenciales,
esto estmmla el empleo de canales ilegales para inmigrar. Davos presume contar con ms de mil de las ms importantes compa-
as a nivel mundial. Porto Alegre presume de reunir a ms de mil
El resultado de esta situacin, la cual empeorar en el transcurso de las
movimientos sociales de la ms amplia gama. Es patente la diferencia
pr:Omas dcadas, es que existe una gran corriente de migracin del sur
de sus bases sociales.
hacia el norte, buena parte de la cual es ilegal. No obstante la existencia
de barreras legales y que stas se endurecen constantemente han sido El espritu de Davos y el espritu de Porto Alegre estn en directa con-
~nca?aces de frenar esa corriente. Sin embargo, una vez que llegan los .'traposicin. Davos se form para ser un lugar de encuentro de. los pode-
mm1~rantes Yse vuelven parte de las redes sociales existentes, se da una rosos y de los futuros poderosos del mundo que buscaban coordinar en
pr~s1n ta~to a favor como en co.ntra de legalizar su estatus. Lo que esto cierto sentido sus acciones y establecer un programa normativo a nivel
qmere decir es que con el tiempo el norte est creando un amplio estra- mundial, un evangelio que difundir. Porto Alegre se form para desafiar
t? de perso_na: resident~s en el pas que no tienen todos los derechos pol- a Davo~: su filosofa subyacente, sus programas perifricos, su visin del
ticos, econom1cos o sociales. El grado vara segn cada uno de los estados futuro. La consigna de Porto Alegre es Otro mundo es posible. Otro
del norte, pero este estrato existe en todas partes y crecer. Podemos en relacin con qu? Obviamente, con el mundo que desde Davos se
esperar que se convierta en una gran fuente de tensiones polticas inter- yisualiza y'se pone en prctica.
nas para el norte, y que no slo afectar a la estabilidad de los pases del Desde luego, las dos estructuras son foros. Son plazas pblicas que tie-
norte, sino su habilidad para hacer prevalecer sus intereses en la lucha
nen la esperanza de que el pblico las observe y, as, de persuadido. Pero
entre el norte y el sur.
Davos es tambin un sitio en el que los conflictos de la Trada se pueden
exprn;1er, debatir y acaso atenuar. Es un sitio en el que el norte puede per-
seguir sus objetivos, acaso hasta contando con la asistencia de algunos
LA FRACTURA DAVOS-PORTO ALEGRE
dirigentes polticos;., econmicos e intelectuales localizados en el sur.
El Foro. Econmic9 Mundial se. fund en 1971 y se le 'conoce comn- Porto Alegre, por .otra parte, ha busc;ado reunir a todo tipo de movinlien-
mente como Davos, pues (salvo en 2002) ah se ha reunido cada ao. Se tos: transnacionales, regionales, nacionales y focales pero, ms importan-
~escribe a s ~mo como na organizacin independiente comprome- te an, tanto del sur como. del norte. Busca reestructurar el sistema-
tida c_on el meJor~~ento de la situ~cin, del ~undo [ . .'.]'por medio de la mundo. Busca estar en trminos generales del lado del sur en los asuntos
creacin de asoci.a,c10~e.s e1~tre ~irei:::tores de negocios, polticos, intelec- entre el norte y el sur. Pero tambin le interesa profundamente la vida
tuales Y otros, con el fin de definir, discutir e impulsar asuntos clave er el interna del norte. No tiene una postura en los conflictos entre la Trada y.
plan de trabajo mundial. El Foro Social Mundial se ha estado reunien- por tanto en buena medida los ha ignorado.
do ~ada ao d~~e 2001 y se le cnoce comnmente como Porto Alegre, Ambos, el espritu de Davos y ~l espritu de Porto Alegre, sop. movi-
la cmdad brasilena en donde tuvo sus primeras reuniones~ Se describ a .l
mientos de't'ransformacin:bavos no est ms a favor del sta1s'qoque .
s mismo como

262
263 .
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Porto Alegre. Ambos estn construidos sobre la premisa de que son


dense de las inversiones estadounidenses y crear de golpe un sistema de
posibles, inminentes y deseabl~s grandes cambios estructurales. Pero son reservas trimonetario.
sustancialmente distintas, e incluso diametralmente opuestas, sus visio-
nes de lo que deben o pueden ser estos cambios. En mis trminos (aun- Aunque el euro se est fortaleciendo y es muy probable que los que
que en los de ellos no siempre sea explcito), representan reacciones estn fuera -Gran Bretaa, Suiza y Dinamarca- pronto se sumen,
ante un sistema-mundo en una crisis estructural, un sistema:nundo que Europa tiene dos problema.s inte:i;relacionados que no tienen una solu-
por tanto est viviendo una catica bifurcacin, un sistema-mundo en el cin sencilla: nece'sita crear una estructura poltica capaz de responder
que hay que tomar decisiones polticas y morales verdaderas, un siste- de algn modo, y adems la asedian los pases aspirantes. Las dos pre-
ma-mundo en el que tales decisiones polticas tienen la posibilidad real siones no van necesariamente en la misma direccin. Si Europa no
de afectar el resultado. ..~ logra establecer una estructura poltica viable, se debilitar muchsimo
en la lucha en el interior de la Trada. Los intereses de Europa al per-
mitir el ingreso de los estados de Europa oriental y del centro, y su inte-
rs por tener relaciones ms cercanas con Rusia no van necesariamen-
QU FUTURO HAY PARA EL MUNDO?
te en la misma direccin. Si no logra acuerdos con Rusia se debilitar la
La fractura entre el espritu de Davos y el espritu de Porto Alegre no postura de Europa en la lucha en el seno de la Trada.
conoce ninguna ubicacin geogrfica. Se trata con to9a claridad de la Tanto Rusia como China son potencias gigantescas, ms dbiles de lo
fractura ms fundamental de las tres, porque es la que tiene que ver con que pueden ser o quieren ser. Ambas tienen el problema de mantener-
el futuro del mundo no en los prximos veinticinco a cincuenta aos, sino se como estados unificados, ampliar la base de sus empresas producti-
en los prximos quinientos aos. Pero la trayectoria real de esta fractura vas y fortalecer sus fuerzas armadas. Si tienen xito en estas tres reas,
est constreida y ser profundamente afectada por la evolucin de las la geopoltica del mundo se transformar repentinamente. Si no lo
otras dos fracturas durante las prximas dos dcadas: las grietas entre la logran, las consecuencias caticas repercutirn en el mundo entero.
Trada y entre el norte y el sur.
La tendencia hacia la unificacin de Corea es tan fuerte como lo fue la
Porque el futuro es intrnsecamente indeterminado, lo ms que pode- tendencia en favor de la unificacin de Alemania. Las dos situaciones
mos hacer es sealar los escenarios ms probables de un agudo cambio no son idnticas y el caso de Corea cuenta con la informacin de lo que
repentino en la prxima dcada: ocurri en Alemania. Pero estn llegando al poder las nuevas genera-
Es muy posible que, a resultas de la segunda guerra de Iraq, se usen ciones y la unificacin de Corea es claro que aparece en su plan de tra-
armas nucleares y que se banalicen como una manera de hacer la gue- bajo, bajo una u otra forma. Una Corea reunificada se transformara en
rra. Si esto llega a suceder, podemos esperar una rpida aceleracin de un actor poderoso en Asia oriental y acaso hiciera an ms posible una
su proliferacin. trada asitica oriental de China-Corea-Japn, aunque slo fuera por-
Acaso termine repentinamente la capacidad del dlar para conservar- que la presencia de Corea amortiguara las tensiones inevitables entre
se como la nica reserva monetaria real del mundo. En la actualidad, el China y Japn. Una Corea reunificada reducira drsticamente el papel
dlar se funda en la fe en la mayor estabilidad econmica de Estados militar de Estados Unidos en Asia oriental.
Unidos, por encima de la de los otros miembros de la Trada. Esto le ha Arabia Saudita y Pakistn han sido en muchos sentidos los pilares de
permitido a Estados Unidos poseer una gran ventaja econmica. Pero las actuales estructuras en Medio Oriente. Cada uno ha sido capaz his-
dada la enormidad de la deuda estadounidense, cualquier cada en esta tricamente de equilibrar las necesidades de una lite modernizadora,
fe podra dar como resultado el rpido retiro del dinero no estadouni- prooccidental, con una poblacin altamente islmica. Lo han hecho

264 265
3. Sobre la dcada de los setenta como un periodo de Crecimiento desacelerado, cam-
conservando una relacin ambigua con Estados Unidos. Las acciones bio estructural intenso y alta inestabilidad poltica, vase Folker Fribel, The
de Bin Laden se dirigen claramente hacia la destruccin de estos reg- Current Development of the World-Economy: Reproductions of Labor and Accu-
menes y Bin Laden parece haber reclutado para su bando a George mulation of Capital on a World Scale, Review, vol. 5, n. 4, primavera de 1982, pp.
Bush al hacer que presione a estos dos regmenes para que pongan fin 507-55.
a sus ambigedades. La cada de cualquiera de estos dos regmenes ten- 4. Vase mi Friends and Foes, Foreign Policy, n. 40, otoo de 1980, pp. 119-31.
dra un impacto posterior en todo el mundo islmico desde Marruecos
5. A pesar de todas las peroratas pblicas en torno a las virtudes del mercado libre, los
hasta Indonesia, de Uzbekistn a Sudn.
tres miembros de la 'Irada han sido recurrente y seriamente proteccionistas. Stanley
En los aos recientes se ha estado escuchando el tam-tam de la rebe- Fischer, director general del FMI en la dcada de los noventa, calific como escan-
lin por toda Amrica Latina: en Argentina, Ecuador, Brasil, por slo dalosas estas polticas proteccionistas, en Rich Nations Are Criticized for Enfor-
mencionar los lugares ms obvios. La domesticacin de Amrica Lati- cing Trade Barriers, The New York Times, 30 de septiembre de 2002.
na por parte de Estados Unidos, el gran proyecto de las dcadas de los 6. Vase el captulo l.
oc~enta Ynoventa, tambin podra derrumbarse repentinamente, en el 7. Aproximadamente 95 por ciento de la deuda de Japn es deuda interna. Japn no
pat10 trasero de Estados Unidos, y posiblemente para el provecho ins- necesita recurrir a una moratoria, sino que puede sencillamente echar a andar la
tantneo de Europa y Japn. mquina de. los billetes (World Report-Japan, Financia! Times, 30 de septiembre
Muchos de estos cambios fortaleceran las cartas de quienes propo- de 2002, p.1).
nen el espritu de Porto Alegre. Pero este movimiento est amenaza- 8. Al informar sobre la situacin econmica en Japn desde que estall la burbuja,
do por una estructura sumamente laxa y por la falta de especificidad el Financia! Times ( Japan 2000, 30 de septiembre de 2002) sealaba que Japn
de su programa de propuestas. Tambin ste se podra caer. Pero si no permanece bajo un profundo shock econmico. Pero desde el punto de vista de la
sucede eso, podra encontrarse en una posicin sumamente fuerte mayora de las personas, al menos de las que an no se suman a las crecientes filas
hacia el ao 2010. ' de los desempleados, las cosas rara vez han estado mejor.

Esto es lo ms lejos que podemos llegar a discernir las fracturas geo- 9. Tietung Su ( Myth and Mystery of Globalization, Review, vol. 25, n. 4, 2002) ha
~ol.ticas del siglo XXI. Qu futuro para el mundo? La respuesta es realizado un estudio cuidadoso de las redes del comercio mundial en 1928, 1938,
1960 y 1999. Encuentra que el patrn de 1999 es bastante ms parecido al de 1938
mc1erta. Pero s es muy seguro que todos, individual y colectivamente,
que al de 1928 o el de 1960, es decir, que se encuentra ms segmentado no obstante
podemos ~~ectar el futuro ms de lo que creemos, precisamente porque
la expansin del volumen comercial. Por ahora, la globalizacin, al menos la globa-
esta.mas v1v1endo en una etapa de transicin, de bifurcaciones caticas, de
lizacin comercial, es tan real como las estrellas que vemos por las noches, ilusiones
opc10nes.
de realidad provenientes del pasado, o a~.!J.SO del futuro.
10. Vase John Ravenhill, A Three Block World? The New East Asia Regionalism
(International Relations of the Asia-Pacific, vol. 2, n. 2, 2002, pp. 167-95), para una
discusin equilibrada de hasta qu punto Asia del este se desplaza hacia una estruc-
NOTAS
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tura regional, ms despacio que Europa, pero de manera constante.

l. Vase Kenichi Ohmal, Triad Power: Tlze Comi~g Slzape of Global Competit~r;>ll, ~e 11. Tietung Su, ob. cit., tambin encuentra que, desde 1999, hay un gran traslape entre
Free Press, Nueva York, 1985. los bloques de Estados Unidos y Japn en trminos de relaciones comerciales, pero
muy poco de cualquiera de los dos con los bloques alemn y fra~cs.
2. Para los primeros documentos, vase The Trilateral Countries in the Jnternational
Economy of the J980's, Trilat~ral Commission, Nueva Y~rk, 19S2. . '
. '
'

266 267

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NDICE

PREFACIO XXVII

INTRODUCCIN. EL SUEO ESTADOUNIDENSE


(
ENTRE EL AYER Y EL MAANA 3

PRIMERA PARTE. LA TESIS

l. LA DECADENCIA DE ESTADOS UNIDOS:


EL GUILA SE ESTRELL AL ATERRIZAR 15

SEGUNDA PARTE. RETRICAS Y REALIDADES MLTIPLES

II. EL SIGLO XX: OSCURIDAD AL MEDIODA? 31

ID. LA GLOBALIZACIN: UNA TRAYECTORIA A LARGO PLAZO


DEL SISTEMA-MUNDO 43

IV. EL RACISMO: NUESTRO ALBATROS 65


EL SISTEMA-MUNDO A PARTIR DE 1989 68
EL SISTEMA-MUNDO A PARTIR DE 1945 72
EL SISTEMA-MUNDO A PARTIR DE 1492 76
EL SISTEMA-MUNDO DESPUS DE 2000 86

V. EL ISLAM, EL OCCIDENTE Y EL MUNDO 93

VI. LOS OTROS: QUINES SOMOS NOSOTROS?


QUINES SON LOS OTROS? 115

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