El Gato con Botas
Aqu os dejamos en nuestros cuentos infantiles el Gato con Botas.
Haba una vez un anciano que tena tres hijos y un gato. El anciano estaba muy
enfermo y a los pocos das falleci. Sus tres hijos lloraron desconsoladamente.
- Ahora que vamos a hacer, sin nuestro padre. Hablaban entre ellos.
Pero por fortuna su padre les haba dejado una herencia a cada uno, al mayor le
dejo el molino para que trabaja en el.
Al mediano le dio un burro y el granero.
Y al pequeo solo le pudo dejar el gato y unas botas pequeas.- Que voy a hacer
yo ahora, me morir de hambre. Dijo el hijo pequeo. El gato al verlo tan triste se
puso las botas y le dijo:
- No se preocupe mi amo con mis botas y mi habilidad har de usted un hombre muy rico y importante. El gato
con las botas puestas se fue al bosque y cazo los mejores conejos y se los llevo al rey y le dijo:
- Excelencia le traigo estos conejos de parte de mi joven amo. El rey agradeci enormemente el regalo y as da
tras da el gato le llevaba obsequio y siempre deca lo mismo: Mi joven amo se los enva. Un da el rey lleno
de curiosidad le pregunto al Gato con Botas: Si a su amo le gustara dar un paseo con el. Claro excelenca, el
estar encantado de acompaarle.
Se va corriendo a contarle todo lo sucedido a su amo que se pone muy nervioso al escucharlo porque el rey se
enterara de que es un hombre sin riquezas. Pero el Gato con Botas le dice: No te preocupes lo tengo todo
arreglado, usted confe en m que yo hare el resto. Como el gato saba que el rey dara un paseo por el lago con
su hija, se fu hasta all con su amo y cuando se acercaban con el carruaje el gato le exclamo a su amo:
- Quitate la ropa y tirate al lago. El gato escondi la ropa en los arbusto y comenz a gritar: Ayuda! ayuda!
mi amo ha sufrido un robo, unos ladrones se lo quitaron todo, hasta su ropa. El rey al ver al muchacho en el
agua casi desnudo le ofreci unas prendas para que pudiera vestirse y lo subi a su carruaje rumbo al castillo. El
joven al ver por primera vez a la princesa se quedo locamente enamorado de ella. El rey muy contento de
conocer por fin al joven que tantos regalos le mandaba, le dio las gracias y le prometio que lo visitara en su
castillo. Al marcharse del castillo el joven se quedo muy preocupado porque no tena palacio ni tierras donde
recibir al rey. Pero el gato le dijo nuevamente: Nose preocupe amo eso dejemelo a mi, yo tengo la solucin. El
gato fue a un castillo donde viva un ogro muy temido y poderoso.
- Qu quieres de mi castillo? replic el ogro. Solo he venido a confirmar si eres tan poderoso como dices ser.
Repondi el gato. El ogro se enfado tanto que le quiso demostrar sus extraordinarios poderes, se convirtio en un
dragn, pero el Gato con Botas no se asust y le respondi: Eso es fcil de hacer, lo difcil es convertirse en
algo muy pequeo, para demostrar su gran poder se convirti en un ratn y el gato de un zarpazo se lo comi.
As su amo se adueo del castillo y de las tierras del desaparecido ogro y as pudo recibir al rey. El joven estaba
tan enamorado de la princesa que pidi su mano al rey y el encantado se la concedio. Se casarn y fueron muy
felices y nombr al gato consejero del castillo.
EL PATITO FEO
Todos esperaban en la granja el gran acontecimiento. El nacimiento de los polluelos de
mam pata. Llevaba das empollndolos y podan llegar en cualquier momento.
El da ms caluroso del verano mam pata escuch de repentecuac, cuac! y vio al
levantarse cmo uno por uno empezaban a romper el cascarn. Bueno, todos menos uno.
- Eso es un huevo de pavo!, le dijo una pata vieja a mam pata.
- No importa, le dar un poco ms de calor para que salga.
Pero cuando por fin sali result que ser un pato totalmente diferente al resto. Era grande y
feo, y no pareca un pavo. El resto de animales del corral no tardaron en fijarse en su
aspecto y comenzaron a rerse de l.
- Feo, feo, eres muy feo!, le cantaban
Su madre lo defenda pero pasado el tiempo ya no supo qu decir. Los patos le daban
picotazos, los pavos le perseguan y las gallinas se burlaban de l. Al final su propia madre
acab convencida de que era un pato feo y tonto.
- Vete, no quiero que ests aqu!
El pobre patito se sinti muy triste al or esas palabras y escap corriendo de all ante el
rechazo de todos.
Acab en una cinaga donde conoci a dos gansos silvestres que a pesar de su fealdad,
quisieron ser sus amigos, pero un da aparecieron all unos cazadores y acabaron
repentinamente con ellos. De hecho, a punto estuvo el patito de correr la misma suerte de
no ser porque los perros lo vieron y decidieron no morderle.
- Soy tan feo que ni siquiera los perros me muerden!- pens el pobre patito.
Continu su viaje y acab en la casa de una mujer anciana que viva con un gato y una
gallina. Pero como no fue capaz de poner huevos tambin tuvo que abandonar aquel lugar.
El pobre senta que no vala para nada.
Un atardecer de otoo estaba mirando al cielo cuando contempl una bandada de pjaros
grandes que le dej con la boca abierta. l no lo saba, pero no eran pjaros, sino cisnes.
- Qu grandes son! Y qu blancos! Sus plumas parecen nieve .
Dese con todas sus fuerzas ser uno de ellos, pero abri los ojos y se dio cuenta de que
segua siendo un animalucho feo.
Tras el otoo, lleg el fro invierno y el patito pas muchas
calamidades. Un da de mucho fro se meti en el estanque y se
qued helado. Gracias a que pas por all un campesino, rompi
el fro hielo y se lo llev a su casa el patito sigui vivo. Estando
all vio que se le acercaban unos nios y crey que iban a
hacerle dao por ser un pato tan feo, as que se asust y caus
un revuelo terrible hasta que logr escaparse de all.
El resto del invierno fue duro para el pobre patito. Slo, muerto
de fro y a menudo muerto de hambre tambin. Pero a pesar de todo logr sobrevivir y por
fin lleg la primavera.
Una tarde en la que el sol empezaba a calentar decidi acudir al parque para contemplar las
flores, que comenzaban a llenarlo todo. All vio en el estanque dos de aquellos pjaros
grandes y blancos y majestuosos que haba visto una vez hace tiempo. Volvi a quedarse
hechizado mirndolos, pero esta vez tuvo el valor de acercarse a ellos.
Vol hasta donde estaban y entonces, algo llam su atencin en su reflejo. Dnde estaba la
imagen del pato grande y feo que era? En su lugar haba un cisne! Entonces eso quera
decir que se haba convertido en cisne! O mejor dicho, siempre lo haba sido.
Desde aquel da el patito tuvo toda la felicidad que hasta entonces la vida le haba negado y
aunque escuch muchos elogios alabando su belleza, l nunca acab de acostumbrarse.
LA CAPERUCITA ROJA
Haba una vez una dulce nia que quera mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba en
todo lo que poda y como era tan buena el da de su cumpleaos su abuela le regal una
caperuza roja. Como le gustaba tanto e iba con ella a todas partes, pronto todos empezaron
a llamarla Caperucita roja.
Un da la abuela de Caperucita, que viva en el bosque, enferm y la madre de Caperucita le
pidi que le llevara una cesta con una torta y un tarro de mantequilla. Caperucita acept
encantada.
- Ten mucho cuidado Caperucita, y no te entretengas en el bosque.
- S mam!
La nia caminaba tranquilamente por el bosque cuando el lobo la vio y se acerc a ella.
- Dnde vas Caperucita?
- A casa de mi abuelita a llevarle esta cesta con una torta y mantequilla.
- Yo tambin quera ir a verla. as que, por qu no hacemos una carrera? T ve por ese
camino de aqu que yo ir por este otro.
- Vale!
El lobo mand a Caperucita por el camino ms largo y lleg antes que ella a casa de la
abuelita. De modo que se hizo pasar por la pequea y llam a la puerta. Aunque lo que no
saba es que un cazador lo haba visto llegar.
- Quin es?, contest la abuelita
- Soy yo, Caperucita - dijo el lobo
- Que bien hija ma. Pasa, pasa
El lobo entr, se abalanz sobre la abuelita y se la comi de un bocado. Se puso su camisn
y se meti en la cama a esperar a que llegara Caperucita.
La pequea se entretuvo en el bosque cogiendo avellanas y flores y por eso tard en llegar
un poco ms. Al llegar llam a la puerta.
- Quin es?, contest el lobo tratando de afinar su voz
- Soy yo, Caperucita. Te traigo una torta y un tarrito de mantequilla.
- Qu bien hija ma. Pasa, pasa
Cuando Caperucita entr encontr diferente a la abuelita, aunque no supo bien porqu.
- Abuelita, qu ojos ms grandes tienes!
- S, son para verte mejor hija ma
- Abuelita, qu orejas tan grandes tienes!
- Claro, son para orte mejor
- Pero abuelita, qu dientes ms grandes tienes!
- Son para comerte mejor!!
En cuanto dijo esto el lobo se lanz sobre Caperucita y
se la comi tambin. Su estmago estaba tan lleno
que el lobo se qued dormido.
En ese momento el cazador que lo haba visto entrar en la casa de la abuelita comenz a
preocuparse. Haba pasado mucho rato y tratndose de un loboDios saba que poda haber
pasado! De modo que entr dentro de la casa. Cuando lleg all y vio al lobo con la panza
hinchada se imagin lo ocurrido, as que cogi su cuchillo y abri la tripa del animal para
sacar a Caperucita y su abuelita.
- Hay que darle un buen castigo a este lobo, pens el cazador.
De modo que le llen la tripa de piedras y se la volvi a coser. Cuando el lobo despert de su
siesta tena mucha sed y al acercarse al ro, zas! se cay dentro y se ahog.
Caperucita volvi a ver a su madre y su abuelita y desde entonces prometi hacer siempre
caso a lo que le dijera su madre.
BLANCANIEVE
En un lugar muy lejano viva una hermosa princesa que se
llamaba Blancanieves. Viva en un castillo con su madrastra,
una mujer muy mala y vanidosa, que lo nico que quera era
ser la mujer ms hermosa del reino. Todos los das preguntaba
a su espejo mgico quin era la ms bella del reino, al que el
espejo contestaba:
- T eres la ms hermosa de todas las mujeres, reina ma. El
tiempo fue pasando hasta que un da el espejo mgico
contest que la ms bella del reino era Blancanieves. La reina,
llena de furia y de rabia, orden a un cazador que llevase a
Blancanieves al bosque y que la matara. Y como prueba
traera su corazn en un cofre. El cazador llev a Blancanieves al bosque pero cuando all
llegaron l sinti lstima de la joven y le aconsej que se marchara para muy lejos
del castillo, llevando en el cofre el corazn de un jabal.
Blancanieves, al verse sola, sinti mucho miedo porque tuvo que pasar la noche
andando por la oscuridad del bosque. Al amanecer, descubri una preciosa casita. Entr
sin pensarlo dos veces. Los muebles y objetos de la casita eran pequesimos. Haba
siete platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba, dnde Blancanieves,
despus de juntarlas, se acost quedando profundamente dormida durante todo el da.
Al atardecer, llegaron los dueos de la casa. Eran siete enanitos que trabajaban en unas
minas. Se quedaron admirados al descubrir a Blancanieves. Ella les cont toda su triste
historia y los enanitos la abrazaron y suplicaron a la nia que se quedase con ellos.
Blancanieves acept y se qued a vivir con ellos. Eran felices.
Mientras tanto, en el castillo, la reina se puso otra vez muy furiosa al descubrir, a travs
de su espejo mgico, que Blancanieves todava viva y que an era la ms bella del
reino. Furiosa y vengativa, la cruel madrastra se disfraz de una inocente viejecita y
parti hacia la casita del bosque.
All, cuando Blancanieves estaba sola, la malvada se acerc y hacindose pasar por
buena ofreci a la nia una manzana envenenada. Cuando Blancanieves dio el primer
bocado, cay desmayada, para felicidad de la reina mala. Por la tarde, cuando los
enanitos volvieron del trabajo, encontraron a Blancanieves tendida en el suelo, plida y
quieta, y creyeron que estaba muerta.
Tristes, los enanitos construyeron una urna de cristal para que todos los animalitos del
bosque pudiesen despedirse de Blancanieves. Unos das despus, apareci por all
un prncipe a lomos de un caballo. Y nada ms contemplar a Blancanieves, qued
prendado de ella.
Al despedirse besndola en la mejilla, Blancanieves volvi a la vida, pues el beso de
amor que le haba dado el prncipe rompi el hechizo de la malvada reina. Blancanieves
se cas con el prncipe y expulsaron a la cruel reina del palacio, y desde entonces todos
pudieron vivir felices.
FIN