A represin
franquista
en Galicia
Actas dos traballos presentados ao
Congreso da Memoria
Narn,
4 a 7 de decembro de 2003
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A represin franquista en Galicia
Actas dos traballos presentados ao Congreso da Memoria
Narn, 4 a 7 de decembro de 2003
COMIT CIENTFICO
Enrique Barrera Beitia
Eliseo Fernndez Fernndez
Xos Manuel Surez
Manuela Santalla Lpez
Reservados todos os dereitos desta edicin para
Asociacin Cultural Memoria Histrica Democrtica
http:memoriahistoriademocratica.org
1 edicin: maio 2005
Deseo e maquetacin: Edicins Embora
Ilustracin da portada: Alberto Toval
Depsito Legal:
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La represin en Ferrolterra y sus circunstancias
Enrique Barrera Beitia
Una represin consciente y estructurada
En Ferrolterra, la represin sobre los adversarios polticos
estuvo debidamente encauzada y controlada por las autoridades,
de tal manera que los casos acreditados de violencia no autorizada
fueron excepcionales. En la cspide de la pirmide represiva estaba
el Delegado de Orden Pblico y por debajo, debidamente subordi-
nados, los comits de depuracin, la Guardia Civil y las milicias de
Falange.
El delegado de orden pblico
En Ferrol, estos delegados fueron sucesivamente:
4Victoriano Suanzes, comandante de la Guardia Civil.
4Nieto, teniente de artillera.
4Miguel Lpez Uriarte, comandante de Artillera.
4Ignacio Lpez Pita, comandante de Infantera (enero 1937).
4Luis Rubido Diguez, juez (julio de 1937).
Estos delegados trabajaron inicialmente con un listado de
personalidades de la vida poltica, social y sindical que deberan
ser eliminados y que fue redactado en los meses anteriores al golpe
de estado por un grupo de polticos ferrolanos de derechas que se
reunan clandestinamente en la Iglesia del Carmen, contando
como es lgico con el apoyo del prroco de la misma, Benito
Murado Farcn. A estas reuniones asistieron por lo menos las
siguientes personas:
4Domingo Borrs Alonso, comerciante.
4Santiago Casares Bescanza, coronel Mdico de la Armada.
4Javier Casares Bescanza, presidente Tranvas de Ferrol S.A.
4Chao Losada, mdico.
4Rafael Fernndez Conde, ingeniero de la SG de Electricidad.
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
4Miguel Martnez Falero, mdico de la Armada
4Enrique Montenegro, catedrtico de Instituto
Victoriano Suanzes aument el listado sirvindose de los
agentes policiales que haban sido enviados por los gobernadores
provinciales de la Repblica a los diversos actos polticos y sindi-
cales. Es bueno recordar que, a diferencia de lo que ocurre en nues-
tros das, dichas actividades, contaban con la presencia de un
agente gubernativo (polica o guardia civil) que elaboraba un
informe sobre el desarrollo de estas reuniones y que estaba autori-
zado a suspenderlas si entenda que el desarrollo de las mismas no
se ajustaba a lo explicitado en la solicitud. Era relativamente
frecuente que interrumpieran a los oradores para advertirles de
esta circunstancia. Victoriano Suances fue precisamente uno de
ellos. Otro fue Bengoa, pero sin duda el ms decisivo result ser
Francisco Gemes, conocido como El cataln, que cubra los
actos de la izquierda en general y especialmente del PSOE y de la
UGT.
Dichos agentes disponan de una informacin valiossima y la
pusieron a disposicin de las autoridades franquistas. A sus datos
se aadan los proporcionados por los diversos comits de zona a
los que luego nos referiremos , de tal manera que el Delegado
Gubernativo terminaba dividiendo la lista en tres grupos:
4 Los denominados presos gubernativos, mantenidos en las
crceles a la espera de una decisin definitiva, que normal-
mente consiste en darles a elegir un destino en el frente o en un
batalln disciplinario de trabajo.
4Los enviados a los Consejos de Guerra. La inmensa mayora
de ellos fueron condenados a muerte.
4Los que por no figurar en ninguna de las anteriores catego-
ras, podan ser paseados.
La inclusin en un grupo u otro, depender de los avales que
el preso pueda disponer y presentar.
Los comits depuradores por zonas
Estaban integrados por falangistas y funcionaban en cada
parroquia rural. La ciudad de Ferrol tena un comit conocido
como La Comisin de los Once. Aunque parezca duro decirlo,
los sacerdotes se integraban en estas siniestras reuniones para dar
el visto bueno a la lista o en caso contrario vetarla. Este es un
detalle muy importante y al que luego nos referiremos.
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
La Guardia Civil
La Guardia Civil estaba encargada de proporcionar la instruc-
cin militar y el debido encuadramiento a los grupos de milicianos
as como de supervisar y participar en los paseos. En esta primera
etapa, la Guardia Civil en Ferrol estaba dirigida por Victoriano
Suanzes. Fue el primer Delegado de Orden Pblico de la Dictadura
tras el golpe de estado. La mayor parte de los nmeros destinados
a estas actividades haban partido voluntariamente para sofocar la
revuelta de los mineros asturianos en Octubre de 1934. Los guar-
dias civiles que ms se implicaron en los paseos y torturas a los
detenidos y que peor fama ganaron fueron los siguientes:
4Gerardo Casanova Martn (el de los 100), guardia civil en
Mio. Normalmente iba de paisano. Trabajaba coordinada-
mente con los falangistas. Se le apodaba de esa manera por
que presuma de haber matado a ms de 100 rojos.
4Gago, compaero de Gerardo Casanova. Era cabo en Mio.
Normalmente iba de paisano.
4Damin Snchez, sargento del cuartel de Xuvia.
4Pintos, guardia civil de Xuvia (nmero).
En una segunda etapa, con el teniente de Artillera Nieto como
nuevo Delegado Gubernativo, la Guardia Civil pasa a ser dirigida
por el Capitn Aurelio Varela. Bajo su mandato y ya ms relacio-
nados con la represin de la guerrilla, figuraban como especial-
mente sanguinarios, los siguientes guardias civiles:
4 Casal Reboredo, Jos. Particip por lo menos en un paseo
masivo el 3 de Enero de 1949. Fue ajusticiado por la guerrilla el
8 de Febrero de 1949.
4 Fraga, Ricardo. Tiene el triste privilegio de disputar a Jos
Torres la condicin de mayor criminal. No fue admitido en la
Guardia Civil en la Repblica e ingres en plena guerra. Parece
que tena problemas mentales. Viol y asesin a Josefa Pita
Veiga el 18 de marzo de 1938. Hay testigos de por lo menos
trece asesinatos.
4 Hernndez Santana, Jos El canario. Compaero de
Ricardo Fraga. Mat en un interrogatorio a Jess Lago Daz en
presencia de sus hermanos.
4Torres Santiso, Jos. Sargento del puesto de Xuvia. Probable-
mente, con Ricardo Fraga, el ms criminal de todos. Su rela-
cin de maldades necesitara varias pginas. Fue ajusticiado
por la guerrilla en Febrero de 1949.
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
Las milicias de Falange
La Falange recibi un aluvin de solicitudes de inscripcin en
las primeras semanas de la guerra civil. Un guardia civil, con la
ayuda de otros, se encargaba de encuadrarles e instruirles en el
manejo de las armas. En Ferrol era Gago, citado anteriormente.
La mayora de los camisas nuevas eran muy jvenes. Una parte
fue enviada a combatir al frente, y otra recibi el encargo de paci-
ficar la retaguardia. Eran los milicianos y dependan del Servicio
de Prevencin de Falange. Los jefes en Ferrol fueron Jos Lpez
Rey, Juan Antonio Pedreira, Ramn Rebollar y Juan Antonio Veiga.
El Jefe Comarcal de las Milicias era un oficial de artillera llamado
Jos Mara Pagola Birebn. Fue el oficial que dirigi la batera que
se emplaz delante del Ayuntamiento de Ferrol abriendo fuego y
forzando la rendicin de los que estaban dentro. Un hermano suyo
fue nombrado Alcalde de San Sebastin en los aos 60.
La mayor parte de los milicianos se encargaban de espiar a los
vecinos. Con estos informes se trabajaba en el Servicio de Infor-
macin de Falange. Otros cubran tareas auxiliares, como custodiar
prisioneros de guerra o escoltar trenes. Finalmente haba otro
grupo encargado de sacar (de sus domicilios o de la crcel) a los
que iban a ser paseados.
Los camisas viejas en Ferrol
En marzo de 1933 aparece la JONS en Ferrol. El Obrero
informa al respecto lo siguiente: En Ferrol tambin comenz la
propaganda fascista. Los alumnos del Instituto hacen entre ellos el
saludo hitleriano, alargando los brazos como para tirarse a nadar.
Ese mismo curso intentaron quemar los libros de texto de autores
extranjeros, o por lo menos, arrancar de los mismos, las pginas
que hacan referencias a determinados personajes, especialmente
judos.
Durante el verano regresaron algunos ferrolanos que estu-
diaban en la Universidad de Santiago, sobre todo Derecho. Por
influencia de estos naci la Falange en Ferrol. Su fundador fue
Jess Bals Loureiro, que muri en Agosto de 1936 en Madrid, a
donde haba ido como Jefe de Milicias para participar en el
golpe de estado contra la repblica. Sin embargo, Jos Antonio
Primo de Rivera decidi entregar la jefatura local al abogado Jess
Suevos tras una entrevista que mantuvieron en Madrid en Abril
de 1934. Sus padres tenan una harinera y era el mayor finan-
ciador del partido. Abrieron un local en los alrededores de la sede
del Almirantazgo. En Septiembre de 1933 haba publicado en El
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
Correo Gallego una carta exaltando a Adolf Hitler y abogando
abiertamente por encarcelar a socialistas, comunistas y judos.
Otro joven abogado afiliado a Falange era Vctor Otero.
En los ltimos cursos del Instituto, haba en el ao escolar
1935/36 un grupo de bachilleres, cuyo numero se puede cuanti-
ficar entre 20 y 30, que se afiliaron al Sindicato de Estudiantes de la
Falange. Con motivo de la fusin de ambos grupos (las JONS y la
Falange) encargaron 26 camisas azules a la firma Rafael y
Vicente. Muchos de estos jvenes falangistas acudan a clase con
armas de fuego, aunque estuviera prohibido.
A finales de 1935, la Falange haba organizado una cuadrilla de
5 a 8 muchachos muy jvenes, que dirigidos por Fermn Dapena
acostumbraban a recorrer de noche la Calle Real buscando
provocar a las personas de izquierda. A comienzos de 1936, tenan
dos grupos de choque, uno de ellos actuando de noche. Los inci-
dentes empezaron a ser diarios:
Mi hermano Jos Daz acompa a primeros de 1936 a un
grupo de jvenes que queran vengar una agresin que los falan-
gistas haban cometido. l iba de mirn y pensando que sera una
pelea a puetazos. Los falangistas se preparaban en el Club de
Tenis y al llegar pese a que eran menores de edad sacaron las
pistolas y nos dispararon. Jos recibi dos tiros, aunque no muri.
Casi en vsperas del estallido de la Guerra civil, un joven falan-
gista dispar con su revolver a un afiliado a las JJSS llamado
Pancho (Francisco Rodrguez Olivar), cuyo padre trabajaba en
Correos y lo mat. El asesino escap y no fue detenido.
Con la Guerra Civil, Jess Suevos ascendi hasta convertirse
en el jerarca de la Falange en Galicia y ya slo vena ocasionalmente
a Ferrol. Jos Bals estaba en Madrid como anteriormente
dijimos y a consecuencia de todo esto, lo lgico hubiera sido que
Fermn Dapena se hiciera con el mando de la Falange en Ferrol,
pero era muy impulsivo y se alist voluntario para ir al frente,
como casi todos los camisas viejas. Por ello la Jefatura Local recay
en Jess Bals, hermano de Jos.
Los paseadores
Los milicianos falangistas que participaron en los paseos eran
muchachos extremadamente jvenes, carentes de ideas polticas y
sin relevancia social antes del golpe de estado. El flamante
uniforme y las armas de fuego les conferan un superior status y
mayor atractivo ante las chicas. De ser gente annima y mediocre
pasaron a ser temidos. Eran dueos de la vida de muchas personas
y carecan de la madurez necesaria para usar este poder con
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templanza. Son los responsables de que la represin alcanzara una
enorme intensidad y extensin, que iba acompaada por tal grado
de violencia y fanfarronera, que termin por atemorizar a las
gentes de retaguardia y hacer odioso el partido.
En buena medida, el carcter sanguinario de la Falange ferro-
lana, radicaba en su inmadurez intelectual y en la exaltacin de los
comportamientos violentos ante los cuales, los falangistas advene-
dizos, eran muy vulnerables.
Solo los camisas viejas tenan un cierto grado de conoci-
miento de la doctrina elaborada por Ramiro Ledesma Ramos, y en
menor medida por Onsimo Redondo y Jos Antonio Primo de
Rivera, y podan por lo tanto barajar la idea de descabezar a la
izquierda poltica y sindical para integrar posteriormente a sus
bases. En Ferrol, slo Santiago Montero hubiera sido capaz de
hacer algo parecido, pero la guerra le sorprendi en Murcia. De
joven haba sido comunista, pero se dio de baja en protesta por el
apoyo a la Autonoma de Galicia en 1936. Trab amistad personal
con Ramiro Ledesma que le proporcion una beca de estudios en
Alemania. En la post-guerra march voluntariamente al exilio.
La juventud e inmadurez del partido se agigant con el inicio
de la guerra. Haba crecido con excesiva rapidez. No he podido
acceder a los archivos de militantes, pero s dispongo de un listado
con ms de 400 falangistas y 70 mujeres de la Seccin Femenina a
finales de 1937, cuando a comienzos de 1936 no alcanzaban las 50
personas. Si a estas cifras sumamos la de los falangistas embar-
cados voluntariamente en varios barcos de guerra, nos acerca-
remos al millar. No es de extraar que entre tantos muchachos
carentes de madurez fueran fcil reclutar asesinos
En los primeros meses de guerra civil, Ferrol vivi una vor-
gine de asesinatos, recordada con horror por los sobrevivientes:
Los falangistas se encargaban de buscar y detener en pueblos
y aldeas a los sospechosos. Se servan de menores uniformados, a
los que a pesar de su corta edad les daban armas y carta blanca. Se
llamaban balillas o flechas y era muy peligroso encontrarse
con ellos. (J.R.P.)
Llevar el uniforme de Falange garantizaba que cualquier
barbaridad quedara sin castigo y que se era inmune a cualquier
amenaza. Sobre el carcter chulesco y violento de estos jvenes,
abundan los testimonios:
Ya en plena guerra recuerdo al falangista Failde. Era muy
violento y viva en la calle nimas. Trabajaba en la Farmacia que
estaba enfrente del Correo Gallego, en la Calle Real. Los falangistas
eran muy bravucones y entraban en el bar de Juan Dez, enfrente
del Astillero, para meterse con l porque era republicano. Le consu-
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
man y no le pagaban. Sacaban los peines de las pistolas (los carga-
dores de balas) y me decan :
Con esto nos peinamos nosotros.
Nosotros salamos fuera para no tener los. En la Calle San
Fernando y San Pedro, haba bares de chicas. Tambin entraban y
no las pagaban. Con el grupo de falangistas iban Tito Franco,
pariente del Dictador e hijo de Paulino Franco, mdico del Arsenal
y Antonio Barreiro. Este ltimo fue juzgado en 1948 en el cuartel de
Sanidad de Corua por trfico de armas. Donde est instalada la
estatua ecuestre de Franco, dentro del Arsenal, haba una piscina.
Los falangistas desnudaban a los presos, les cortaban el pelo y los
tiraban a la piscina. Luego les hacan tomar aceite de ricino y los
paseaban por las calles. (M.D.)
Los milicianos falangistas ms significados en estas tristes acti-
vidades de torturas y paseos son los siguientes:
En Ferrol
4 A.A. Era ahijado de Amparo Escardillo conocida como La
Escardilla, una mujer que regentaba un burdel de la Calle San
Pedro y que tena muchsima influencia entre los militares, al
igual que La Amancia, otra madame del sector. Despus de la
guerra, le dieron un puesto de encargado en el ayuntamiento,
donde cometi numerosos abusos e irregularidades para enri-
quecerse fraudulentamente.
4 Los hermanos Caruncho Mndez. Tenan un hermano
mayor llamado Carlos, que era socialista y fue paseado. Se
comentaba que ellos mismos lo haban hecho. No est docu-
mentada ni testificada tal cosa, pero s es curioso que ellos
nunca lo desmintieran.
4Castro, Pedro (Perucho). Era el hijo del gerente del Jofre. Le
dieron trabajo como practicante de la Guardia Civil. Tambin
era rbitro de ftbol.
4Dapena Romay, Fermn. Se le apodaba El Pucho (El terne-
rito) desde nio. Entr a trabajar en los astilleros de Bazn y le
crearon el puesto de inspector de trabajo dentro de la Factora.
Por esta razn, los trabajadores de Bazn llamaban puchos a
los vigilantes. Existen versiones contradictorias sobre si era o
no un paseador.
4Del Real. Era practicante. Viva en la Calle Magdalena y su
padre era mandadero. Le dieron un empleo en la Administra-
cin. Se suicid en Marn al dispararse un tiro con su propia
pistola.
4Failde. Era muy violento. En la dcada de los aos 40 se dedi-
caba a dar palizas a todos los que se cruzaban con l y su
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
cuadrilla. Actuaba de noche por los barrios perifricos y por
las aldeas de la comarca. Aunque se deca que haba partici-
pado en varios asesinatos de personas de izquierdas, no lo
tengo documentado. Se suicid tirndose por unas escaleras
en Vigo.
4Leira, Julio. Viva en la Calle Pardo Bajo y le gustaba exhibir
un Colt Smith Bensson de gran calibre. Tengo mis dudas al
incluirlo en este listado de paseadores, ya que aunque
presuma de haber paseado a muchos rojos, pudiera ser falso,
por tratarse del tpico fanfarrn, como lo prueba que su vecino
Manuel Garca y un muchacho llamado Javier Merln le
dijeran en una ocasin que el anarquista Luis Abella les haba
dado rdenes de avisarle que iba a por l en veinte minutos,
ante lo que Julio Leira escap.
4Lpez, ngel. Sin datos.
4 Parga Cao, Raimundo. El padre trabajaba en Monturas de
Bazn y en casa haca coladores y otros utensilios de cocina
que venda por la calle otro hermano, conocido como Parga el
mudo. Este, en realidad, poda hablar, aunque con dificultad
porque tena un cierto retraso mental, lo que no era bice para
que su hermano le hiciera acompaar y participar en los
paseos. Les dieron trabajo en Astano.
4Quinteiro, Ezequiel. Ingres en la Guardia Civil. Muri en
1996.
4Quinteiro, Ramn. Le dieron trabajo en Astano. Uno de los
ms violentos.
En Serantes
4 Amor, Manuel. Su primer crimen lo cometi con quince
aos. Era de A Graa.
4 Mauriz, Manuel. Conocido como El Galbn y El
Cinchn, de Serantellos. Haca pareja en los paseos con ngel
Moreno. Luego fue cabo en el Canarias, hasta que tuvo la
ocurrencia de denunciar por rojo a un teniente de navo que
perteneca al SIN (Servicio de Informacin Naval). Al Galbn le
hicieron Consejo de Guerra y fue expulsado. Encontr trabajo
en un pesquero matriculado en Gijn, cuando fue descubierto
su pasado. Un da el barco regres sin l. Los tripulantes decla-
raron que se haba cado al mar.
4Moreno, ngel. Antes de la guerra trabajaba en el Horno de
Lomelino, en la Plaza de Serantellos, donde resida, por lo que
era conocido como Angelito el del Horno. Tras la guerra fue
a la crcel por mltiples robos y al salir acentu su alcoholismo
y mendigaba en la zona de Perlo. Muri triste y amargado.
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
4Sierra, Donato. Era practicante y de La Graa. En esta parro-
quia haba un tercer paseador, que durante la guerra civil
ejerci como maestro y al que llamaban Don Pablo.
En Mugardos
4 Cortizas Villar, Esteban (El Bailarn). Era el cerebro de la
represin en la zona de Mugardos. Muy cruel. La guerrilla lo
ajustici el 26 de Enero de 1946 por considerar que deban dar
un escarmiento a personas as. No debe confundirse con otro
falangista ex-legionario que tena el mismo apodo, su padre
era vendedor de lotera y tena un hermano corneta en infan-
tera de marina.
4 Muz Fernndez, Arsenio. Particip en varios paseos. La
guerrilla le ajustici el 17 de Noviembre de 1949.
4Otero Castro, Manuel. Era de Figueroa. Presuma de llevar
asesinados a 86 rojos. Fue ajusticiado por la guerrilla el 7 de
marzo de 1947.
En Mio
4Andrs Quints. Jefe de la Falange en Mio. Varios testimo-
nios le hacen responsable de la violacin y muerte de Mara
Vzquez, una maestra de Mio. Sin embargo, tengo mis dudas
al respecto.
En Narn
4Barcn, Antonio. Era el Jefe de la Falange en Xuvia y Neda.
Su padre Francisco era una persona con recursos econmicos
importantes derivados de la propiedad de una fbrica, con
una actitud paternalista en lnea con la tradicional del cacique
gallego. Haca comidas para la gente y muchos vecinos consul-
tados que le conocieron dicen que no era como los otros falan-
gistas. Era ms bien monrquico. Su hijo Antonio sali muy
violento y participaba personalmente en los paseos para
asesinar a vecinos de izquierdas, como el que protagoniz con
fecha 23 de agosto de 1936, cuando dirigi el grupo encargado
de dar un paseo y asesinar a varias personas, de las que una
Manuel Fojo pudo escapar milagrosamente. Barcn tambin
fue protagonista del desmantelamiento del monumento a los
muertos del 13 de marzo 1921 en la Feria del Trece de Sedes
(Narn), por una carga de la Guardia Civil. En el verano de
1936, lleg con varios camiones y desmantelaron el monu-
mento, vendiendo las piedras labradas a un buen precio.
4Balsa, Francisco El Ferrn. Era de San Mateo, donde tena
una tienda de ultramarinos y abonos. Particip en nume-
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rosos asesinatos. La guerrilla lo ajustici el 22 de Junio de
1945.
4Cal Carballo, Benito. Ajusticiado por la guerrilla en 1948.
4 Vizoso, Cayetano. Ajusticiado por la guerrilla junto con el
anterior. A su condicin de paseador una la de usurero. Como
encargado de repartir las pensiones a las viudas se quedaba
con parte del dinero.
En Neda
En este concello actuaba un grupo integrado por los siguientes
milicianos:
4Castro, Antonio Antn da Ponte de Linares (Neda). Era el
Jefe de la Milicia de Falange en su zona. Fue ajusticiado por la
guerrilla el 28 de Noviembre de 1948.
4Mauriz, Antonio Cacharreiro de Casadelos (Neda).
4 Prez, Manuel O Albail, de Anca (Neda). En 1946 tuvo
miedo de ser ajusticiado por la guerrilla y emigr a Uruguay,
donde uno de sus hijos amas una gran fortuna.
En Pontedeume
4Calvo Ponte, Jos. De la parroquia de Ombre. Antes de 1935
era de izquierdas e incluso presidi el Sindicato de Labradores
de Pontedeume. Ese ao, ingres en la Falange y particip acti-
vamente en la represin. Fue ajusticiado por la guerrilla en
1945.
4Lpez Deus, Antonio El Penn. Era de Redes (concello de
Ares) y trabajaba como fogonero de la marina mercante.
Asesin al farmacutico de Pontedeume (Daz Zamorano) y a
otros cinco vecinos de izquierdas de esta localidad. Tambin a
dos marineros del barco donde trabajaba. En la Segunda
Guerra Mundial, trabaj para los nazis. Fue ajusticiado por la
guerrilla el 18 de Mayo de 1947.
4Rivera Rodrguez, Jos El lugus. Era el Jefe Local de la
Falange. Fue ajusticiado por la guerrilla el 17 de noviembre de
1944.
4Snchez Lorenzo, Antonio El Bequs. Se desplazaba desde
su parroquia de San Isidro de Bergondo hasta Ferrol Mio y
Pontedeume para participar en los paseos. Fue ajusticiado por
la guerrilla el 30 de marzo de 1947.
En Valdovio
4 Mndez Chedas, Jos. De la parroquia de Villarrube.
Ajusticiado por la guerrilla el 16 de Julio de 1948.
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
Valoracin social del grupo
Podemos sacar las siguientes conclusiones:
En primer lugar, la mayor parte de los milicianos falangistas
que participaron en los paseos, podan ser perfectamente definidos
como lumpen, extremadamente violentos. Sus orgenes sociales
estn en familias de clase social baja o muy baja. Es el caso de 19
milicianos de los 33 que hemos citado (en 5 casos no se han podido
recoger datos concluyentes).
Slo encontramos un caso de miliciano procedente de familia
rica y otros dos casos de familias relativamente acomodadas.
Tambin podran escapar a la condicin de lumpen, un maestro,
dos tenderos (uno de ellos adems era prestamista y usurero) y un
practicante. Slo una persona tena estudios superiores.
En segundo lugar, salvo un caso (Jos Calvo Ponte), carecan
de una actividad social que les relacionase con la poblacin, bien en
el terreno poltico, sindical o cultural de masas.
La mayora de los falangistas implicados en los asesinatos y
paseos murieron casi todos a tempranas edades, debido a que eran
borrachos y pendencieros. Doce de ellos fueron ajusticiados por la
guerrilla y otros tres murieron en circunstancias sospechosas.
El papel de la Iglesia y de los sacerdotes
Las reformas emprendidas por la Repblica amenazaban la
situacin privilegiada de la Iglesia Catlica. Esta circunstancia y la
conocida actitud del Papado en temas polticos, explican su hosti-
lidad hacia la Repblica y el decidido apoyo al golpe militar de 1936.
A ello cabe aadir el propio miedo fsico del clero. En los cinco
meses de gobierno del Frente Popular, ningn sacerdote fue
muerto ni hay constancia de que fuera agredido, pero permaneca
grabado el recuerdo de Octubre de 1934 en Asturias, donde dos
docenas de clrigos y seminaristas murieron vctimas de la
violencia de los grupos incontrolados de huelguistas.
La Iglesia Catlica tena en la zona nacional una enorme ascen-
dencia moral sobre los militares y las fuerzas polticas que les
apoyaban (requets y falangistas) y pudo haberla usado para
moderar o limitar el impacto de la represin, salvar vidas y ahorrar
sufrimientos. Era imposible que la Iglesia ignorara que la represin
estaba rebasando cualquier lmite que se pudiera considerar razo-
nable, dentro de circunstancias tan extraordinarias.
En Ferrolterra se abri una crisis importante entre la jerarqua
eclesistica y los militares a raz de la decisin tomada por Victoriano
Suanzes, de pasar por las armas a Andrs Daz, prroco de
Monfero, por negarse a entregar al ejrcito los fondos recaudados
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
para la celebracin de las fiestas patronales del Alto de Xestoso.
Hubo un segundo sacerdote fusilado por las autoridades militares,
Matas Usero Torrente, de conocida militancia en las filas republi-
canas y autor de varias obras literarias, entre ellas, alguna fuerte-
mente crtica contra los jesuitas. Haca aos que viva al margen de
la Iglesia, pero no tena decreto de secularizacin, por lo que segua
siendo oficialmente un sacerdote.
De acuerdo con el derecho cannico, el asesinato de un sacer-
dote implicaba automticamente (ipso facto) la excomunin para el
responsable, sin necesidad de iniciar trmites para publicar el
decreto. Esto que tal vez fuera ignorado por Suanzes y el visible
enfado de la jerarqua religiosa por el fusilamiento de uno de los
suyos, asust a los militares, que primaron el apoyo religioso sobre
cualquier otra consideracin. Suanzes fue destituido y qued acor-
dado que sera necesario el plcet de los sacerdotes para asesinar a
un parroquiano.
El anticlericalismo
El anticlericalismo no naci con la segunda repblica aunque
con esta pudiera aflorar con mayor libertad, ni es fruto de un
capricho. Se trata de una argumentacin con profundo calado en
las capas populares, orientada a criticar las prcticas abusivas de
curas, frailes y monjas, como glotonera, lujuria, ignorancia, bruta-
lidad o codicia, que contradecan la propia doctrina moral de la
Iglesia.
La izquierda ferrolana consideraba una seal positiva el
progresivo abandono de las actividades religiosas por parte de la
poblacin. Con poco disimulado jbilo, escriba Vieitez en El
Obrero , bajo el pseudnimo de El hombre que re, lo siguiente
en mayo de 1933:
(...) incendio de la Iglesia de Cervs, folln que monta el cura
de Caranza porque no ha recaudado dinero de los feligreses para
organizar las fiestas religiosas del lugar, el cura de Meirs denun-
ciado por los vecinos al Gobernador, el de Naraho denunciado por
la totalidad de los vecinos ha terminado procesado (...) los cruceiros
van desapareciendo uno tras otro como elementos de culto (...) el
cura de Serantes detenido por orden del Alcalde por desobedecer
las disposiciones municipales en materia de administracin de
cementerios y matrimonios civiles. Protesta airadamente el
pueblo por esto? Las iglesias se quedan vacas los das festivos. Los
campesinos ya no dan huevos, ni dinero, ni cereal al crego.
En Ferrol funcionaba la Liga Anticlerical Ferrolana, muy beli-
gerante contra la Iglesia. Centraba buena parte de sus crticas en
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
Luis Herrera Oria, un jesuita, de quin hablaremos ms adelante.
En general, las crticas ms cidas hacan referencia a las presuntas
relaciones carnales de los sacerdotes. Aunque puede haber exage-
raciones e infundios en bastantes casos, es indudable que tales rela-
ciones carnales existan y ello favoreca el discurso que calificaba de
hipcritas a los miembros del clero. En las aldeas, era de dominio
pblico que las amas de llave, satisfacan las necesidades sexuales
de algunos prrocos, o por lo menos, de esto estaban firmemente
convencidos los lugareos. Estaba muy extendido el rumor de que
los prrocos de Meirs (Misael Prieto Garca), Mandi (Jos Mara
Balseyro) y A Graa (Ramn Mayobre Pego) tenan barraganas y
algunos ferrolanos a los que he entrevistado, me confesaron que
cuando estaban internados en el Hospital de Marina, sorprendan
besndose al Capelln Antonio Monje, con Sor Mara del Carmen,
la Superiora de la Hermanas de La Caridad. En lo referente a las
relaciones carnales de Misael Prieto es aconsejable tener un cierto
grado de escepticismo, por cuanto no es difcil ver en las acusa-
ciones de vida disoluta, la mano de los usureros e intermediarios
perjudicados por el cooperativismo agrario creado por este
singular sacerdote. Sobre Jos Mara Balseyro, haremos ms
adelante una valoracin positiva.
La quema de edificios religiosos
Cuando el Frente Popular triunf en las elecciones de Febrero
de 1936, la izquierda ferrolana celebr una manifestacin multitu-
dinaria, que rebas las expectativas de los organizadores y provoc
incidentes. Como fueron muchos los manifestantes, es fcil recabar
testimonios directos. Estos tres sirven de ejemplo:
Cuando el Frente Popular gan las elecciones, fui en una
enorme manifestacin. Pusieron una bandera de la CNT en la
Puerta de Bazn y otra en las monjas de San Amaro. En la casa de
los curas (Plaza de las Angustias), sacaron los muebles y en un
armario que fue a parar a una casa, se haba escondido dentro un
individuo (no s si el cura o el sacristn). Al llegar la manifestacin
al colegio de las monjas se limitaron a poner la bandera porque
era una orden religiosa extranjera. Por eso no entraron. (N.L.)
Al llegar a la Casa de los Curas en Las Angustias, los anar-
quistas la asaltaron. No vi que sacaran ningn armario, pero si
sacaron ropa interior de mujeres y la ensearon a los manifestantes.
Al lado estaba la Calle San Pedro, con burdeles y se deca que
contrataban sus servicios.
Por la noche se organiz una manifestacin en Serantes y unos
anarquistas hablaron de quemar la casa del cura, pero los diri-
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
gentes de los partidos de izquierda se presentaron para disua-
dirles. (AAA).
La manifestacin que tuvo lugar en Ferrol con motivo del
triunfo del Frente Popular la viv con 14 aos recin cumplidos (...)
Estaba frente al Instituto con un compaero cuando vi una muche-
dumbre que estaba concentrada en la Plaza de las Angustias. Nos
dirigimos los dos all, mientras que por las calles adyacentes
seguan acudiendo muchas ms personas. Se vitoreaba a los
partidos del Frente Popular y se insultaba a los partidos de dere-
chas, a la Falange y a las rdenes Religiosas. En ese momento
vimos como, en las ventanas de una casa unas personas enseaban
ropas femeninas y decan algo as como que los curas tambin se
acuestan con mujeres. De pronto, empezaron a sacar objetos y
muebles (...)
(...) Por la tarde, cuando regresaba a mi domicilio en Serantes,
vi a varias personas concentradas delante de la casa del cura de
Serantes. Al parecer alguien haba intentado quemarla, pero los all
presentes se lo impidieron, porque segn les explicaron, no era una
casa parroquial sino una casa alquilada por un trabajador al cura.
(...) A la maana siguiente, cuando volva del Instituto, vi desde lo
alto del monte de Chamorro, la Iglesia de Santa Mara de Serantes
en llamas. Por estas fechas, haba en todos los partidos de izquierda
mucha animadversin hacia los curas y no es extraar que fueran
objeto de estas acciones, porque todava estaba reciente la actitud
que los curas mantuvieron en Octubre de 1934, cuando desde los
plpitos se proclamaban pastorales contra los obreros (JB).
La denominada Casa de los Curas ocupaba el portal 12-13 de
la Plaza de las Angustias y era una residencia de los frailes clare-
tianos. El hombre que se escondi dentro del armario era el coci-
nero. Los restantes miembros de las Orden estaban alojados en
domicilios particulares. Parece desprenderse que amparados en el
gran nmero de participantes en la manifestacin y en el ambiente
de la misma, fueron militantes de la FAI/CNT los autores de estos
hechos. Incluso la propia Iglesia de las Angustias fue amenazada,
dndose la circunstancia de que fueron las prostitutas de los
burdeles de la Calle San Pedro las que se colocaron en la puerta
para impedir el asalto. Posteriormente llegaron tropas de infan-
tera.
En Serantes se quemaron la Iglesia de Brin (donde adems
desnudaron la imagen de la Virgen) y la de San Andrs de A Graa.
El prroco de ambas era Ramn Mayobre, muy enfrentado con los
obreros. En las parroquias rurales de los concellos limtrofes
tambin se organizaron espontneamente concentraciones y mani-
festaciones de vecinos delante de las casas de los caciques y del
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
prroco. Se incendi la Iglesia de Limodre y la parroquial de San
Salvador de Fene. Tambin hubo un amago de asalto a la iglesia de
Somozas y daos en el local de las Juventudes de Accin Catlica
de Ares.
La celebracin del primero de mayo de 1936 cre una gran
alarma social en numerosos catlicos de la ciudad y muchos la
abandonaron en esa semana. Las autoridades, decididas a que no
se repitieran los incidentes de Febrero, concienciaron a sus simpati-
zantes para que no hubiera incidentes y tomaron medidas. La
manifestacin mantuvo el orden y se desarroll con tranquilidad.
El nico incidente tuvo lugar cuando los manifestantes pasaban
delante del Colegio de la Compaa de Mara. En ese momento, el
anarquista Pablo Reinoso, trep para colgar una bandera. El
Alcalde Santamara, muy atento al curso de los acontecimientos,
intervino y los jvenes la retiraron sin ms, justificando su accin
en que ya haban pasado ms de dos meses desde la victoria elec-
toral del Frente Popular y todava el edificio no haba sido incau-
tado.
En la zona objeto de estudio, podemos catalogar unos sesenta
templos, adems de otros edificios de culto menor en nmero sin
determinar, as como otro nmero sin cuantificar de edificios
propiedad de la Iglesia, sin incluir los colegios religiosos. Durante
los seis aos del periodo republicano fueron incendiadas las igle-
sias de Brin, San Andrs de A Graa, San Juan de Filgueira,
Castro, Cervs, Limodre, Manios, Fene, la rectoral de Serantes y la
Capilla de Caranza y se intentaron quemar la de Meirs y la de Las
Angustias. Fue asaltada la iglesia de Somozas, el local de Accin
Catlica de Ares y la denominada Casa de los Curas en Ferrol y se
abatieron todos los cruceiros de Fene, salvo los de Barrallobre. El
porcentaje, comparado con el del resto del territorio espaol,
parece ser muy elevado.
En el curso de mi investigacin me encontr con que tales
hechos eran utilizados por algunos de mis entrevistados para justi-
ficar el apoyo a la represin. Cuando les indicaba que la pena de
muerte parece excesiva para el que incendia un edificio, sin
embargo, aceptaban mi punto de vista, aparte de que slo tres
personas de las fusiladas o paseadas fueron formalmente acusados
de incendiarios.
Rencor y venganza en el clero urbano
En Ferrol, slo hay constancia de un sacerdote que estuviera
en contra de los paseos y fusilamientos. Por las declaraciones de los
presos supervivientes de La Escollera, y otras fuentes, podemos
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afirmar que los sacerdotes urbanos estuvieron de acuerdo con estas
prcticas. Probablemente el rencor acumulado en los aos de la
Repblica por las crticas anticlericales y el deseo de vengarse, pes
ms que cualquier otra consideracin religiosa. Los sacerdotes
ferrolanos cuyo informe era determinante participaron en la
confeccin de las listas que luego los asesinos ejecutaban o en su
defecto, daban el plcet a las mismas.
Los ms identificados con la represin eran los sacerdotes
pertenecientes al Sagrado Corazn. Eran misioneros que pasaron a
ser capellanes de las tropas durante la guerra civil. En este grupo
destacaban Luciano de Uriarte, Justo Gil, Silvano Iiguez (Capelln
del Galatea ), Julin Snchez, Julin Sanz (muri en el frente de
Asturias) y Marino San Miguel (Capelln del Almirante Cervera).
Las monjas que administraban la cocina y la despensa del
Hospital de la Marina en Esteiro, donde actualmente se ubica el
Campus Universitario de Ferrol, tambin hicieron gala de un gran
rencor. La superiora de esta Congregacin de Hijas de la Caridad
era Sor Carmela, o Sor Mara del Carmen, una monja vasca muy
fantica. Provocaban continuos incidentes con su obcecacin en
hacer cumplir los preceptos religiosos a todos los pacientes, fueran
creyentes o no. Los que se confesaban y comulgaban reciban todas
las atenciones, pero los que no lo hacan eran discriminados. En el
cuerpo mdico de la marina haba masones y entre los cabos y
personal, eran frecuentes las personas no practicantes, por lo que
las quejas eran cada vez ms frecuentes.
Con la proclamacin de la Repblica, el personal del centro
firm un escrito pidiendo al Ministerio que el Hospital se rigiera
con criterios laicos acordes con la Constitucin. Mdicos, practi-
cantes, subalternos y administrativos estamparon su firma y se
envi una delegacin a Madrid.
El Gobierno del Frente Popular firm un Decreto para sustituir
en la Administracin del Hospital a las monjas y les dio dos meses
para su marcha. Antes de que se ejecutara el plazo estall el golpe de
estado. Lo primero que hizo Sor Carmela fue pedir a los militares
sublevados que castigasen a los que haban firmado la carta. Parte
de la plantilla fue sentenciada a muerte, otra parte a penas de
prisin y los ms afortunados fueron simplemente despedidos tras
pagar una multa.
El nico sacerdote de Ferrol en el que hemos detectado una
vertiente extraordinariamente humana ha sido Luis Villario
Couto, que llevaba ropa a los presos de La Escollera y del que
hablaremos ms adelante. En esta lnea y sirviendo tambin de
contrapunto a la actitud de las monjas del Hospital de Marina, es
merecedora de mencin Clara Usero (Doa Clarita), monja de la
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
Congregacin de Mara Mediadora, por las ayudas entregadas a
las familias de los presos.
La Escollera
Sobre la actitud de los sacerdotes que acudan al campo de
concentracin ferrolano de La Escollera, existe una gran unani-
midad de criterio entre los supervivientes. Por regla general se
mostraban despectivos e insultantes hacia los presos, y les diferen-
ciaban entre la justicia de los hombres y la de Dios. Les aseguraban
sin ningn rubor que todos merecan la muerte por haber
corrompido su alma y que ellos no podan hacer otra cosa que
confesarles y salvar as sus almas.
Se enfurecan cuando un condenado iba al paredn sin aceptar
la comunin. Muchos presos desconfiaban de las confesiones,
porque no les queran dar la absolucin si no les contaban todos los
detalles de sus actividades polticas. Hubo presos ingenuos, que
pensando en el secreto de confesin, revelaron los detalles solici-
tados y dieron nombres, para comprobar con horror como das ms
tarde, eran detenidas estas personas. El responsable de violar el
secreto de confesin era un sacerdote de las Orden de Jesuitas
Descalzos. No era ferrolano y aunque ningn preso recordaba sus
nombres y apellidos, supongo que debe tratarse de Luis Herrero
Oria. Su enfrentamiento con la izquierda ferrolana vena de aos
atrs, porque era uno de los blancos preferidos de la Liga Anti-
clerical Ferrolana. En una octavilla, esta asociacin lo calificaba
como jesuita de hbito corto, testaferro de la execrable araa negra
(...) Son el clero lbrico, a lo Rasputn, con su harn Salomnico,
embaucador de beatas menopusicas y fanticas, y de jovencitas
oas (...) El joven Luis, carcunda furiosa, aleccionado por los
padres de la Compaa con ilimitada Fe en el detente y en la
dureza de su cabeza de cemento, es tambin el inmoral defensor de
estrupos y violaciones, resabios de sus tiempos de pichn de cura.
Parece fuera de dudas que este sacerdote se resarci cumplida-
mente de las cuentas pendientes, pero tras un ataque de nervios
por un bombardeo de la aviacin republicana, no volvi ms y fue
sustituido por Luis Villario Couto, sacerdote que ejerca sus
funciones en la Tercer Orden Franciscana.
La llegada de Luis Vilario Couto fue un verdadero alivio. Se
trataba de una persona sacrificada que haca todo lo que estaba en
su mano para aliviar la situacin de los desdichados presos. Era
una persona tan bondadosa que en un primer momento, al ver lo
que estaba pasando en La Escollera, crey que deba ser por falta de
informacin de los responsables y dijo a los presos.
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
Si no puedo evitar esto, no volver ms. Mientras lo solu-
ciono, procurar aliviar vuestra situacin.
Fue este sacerdote el que ayud a sacar cartas de presos a sus
familiares, gracias a lo cual, conocemos los horrores que pasaban.
Algunas como las que escribi Snchez Breto, son sobrecogedoras.
Entraba a La Escollera con varias camisas y pantalones bajo la
sotana para vestir a los presos. Cuando se dio cuenta de que no
poda impedir los paseos y las ejecuciones, tuvo un bajn en su
nimo.
Esto es un crimen, les dijo, y ya no volvi ms a La Escollera.
Los presos de La Escollera conocieron pues en el clero, las dos
condiciones extremas del ser humano: la maldad de Luis Herrera y
la bondad de Luis Vilario.
El clero rural
Las actitudes de los prrocos rurales ante la represin, no
estaban tan homogeneizadas como en el clero urbano. Esto puede
deberse a que los curas prrocos eran tradicionalistas o conserva-
dores en sus costumbres, un tanto extorsionistas, pero a fin de
cuentas con races entre los vecinos y unas creencias religiosas ms
sentidas que los sacerdotes urbanos. Debido a que la Iglesia era una
institucin rgidamente jerarquizada, sus acciones encaminadas a
ahorrar sufrimientos tenan que desarrollarse calladamente, pero
ya hemos explicado que a raz del incidente relacionado con el
fusilamiento del prroco de Monfero era necesario el plcet de los
sacerdotes para asesinar a personas de su parroquia. Podemos
cuantificar estas actitudes en el entorno de la Ra de Ferrol.
Serantes y A Graa
Los prrocos que adoptaron una postura protectora y salvaron
vidas fueron los de Donios-Baln, San Jorge-Esmelle, Covas y
Mandi. Tras la sublevacin de los militares, se elaboraron listas de
vecinos para ser paseados. Pero estos sacerdotes les negaban su
autorizacin, de manera que en estas parroquias no hubo pase-
ados.
El cura prroco de Donios-Baln, Juan Blanco Abuide era
bastante atpico ya que todos sus amigos en la parroquia eran de
izquierdas.
El cura de Esmelle y San Jorge era Jess Lpez y Lpez. Era de
ideas conservadoras pero contrario a que se ejerciera la violencia.
Fue de los pocos sacerdotes que en los sermones de Octubre de
1934 rechaz predicar mano dura contra los huelguistas. Muri en
1956.
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
El prroco de Cobas cuando estall el golpe de estado era Emilio
Gayoso Vzquez. Fue una suerte su presencia para los vecinos
progresistas de la parroquia, porque vino a sustituir en Marzo al
anterior prroco que haba huido tras conocer la victoria electoral del
Frente Popular. El antecesor de Emilio Gayoso era anti-obrero y lleg
a decir que la repblica haba creado escuelas y ahora cualquier
nio sabe hacerle un escrito a su padre, cuando antes dependan de
nosotros. Durante los sucesos de Octubre de 1934 fue uno de los
sacerdotes ms beligerantes y desde el plpito exigi duras penas
para los que hubieran apoyado la huelga o simpatizado con los
mineros asturianos. En febrero de 1936, un borrachn apodado O
Falucho coment en los bares que iba a quemarle la Iglesia y tras el
triunfo del Frente Popular se escondi en otro pueblo.
El cura de Mandi era Jos Mara Balseiro. Antes de ordenarse
sacerdote haba sido abogado. Era muy reservado y no hablaba con
cualquiera, pero cuando entraba en conversacin se vea que era
una persona muy bien preparada intelectualmente. Durante la
Segunda Guerra mundial, la mayora de los sacerdotes de Ferrol
deseaban que Hitler ganara, y Jess Balseiro era el nico que se
atreva abiertamente a desear la victoria de los aliados. Dej escrito
un librito sobre doctrina social de la Iglesia, bastante avanzado
para la poca.
A causa de su actitud, en Mandi se asesinaba a pocas personas y
esto enfureca al cura de San Mateo, que acudi a recriminarle de
malas maneras que en Mandi todava quedaran vivos muchos rojos.
La discusin subi tanto de tono que ambos sacerdotes terminaron
enzarzados en una pelea a puetazos delante de numerosos testigos.
Los prrocos que adoptaron una postura represiva y de cola-
boracin con los paseadores fueron el de A Graa-Brin y el de
Serantes, parroquia esta que daba nombre al concello, aos
despus absorbido por el de Ferrol.
Ramn Mayobre Pego, prroco de A Graa y Brin, tambin
cogi miedo al saber que el Frente Popular amnisti a los presos pol-
ticos y que estos regresaban a sus hogares. Pidi refugio en la Base
Naval de La Graa, donde permaneci oculto unos das, hasta que
sali de noche en una lancha que lo desembarc en O Seixo, donde le
esperaba un taxi que lo transport hasta Santa Marta de Ortigueira.
Al regresar a La Graa, autoriz los asesinatos durante un
cierto tiempo, pero despus tuvo una crisis de conciencia y los para-
liz.
Salustiano Rodrguez Celeiro era el prroco de Serantes
desde 1934. Fue muy beligerante en el plpito contra los huel-
guistas de octubre de 1934 y particip activamente en las tareas
represivas.
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ENRIQUE BARRERA BEITIA
Narn
Los prrocos que colaboraron con las nuevas autoridades en
las tareas de eliminacin fsica de los opositores fueron Manuel
Mndez Cajallita, prroco de San Mateo, Ramn Martnez Vieito,
prroco del Val, el prroco de Santa Cecilia (de nombre Adolfo), el
de San Xiao de Narn y el de Castro (Cereijo).
Sobre Manuel Mndez Cajallita, las opiniones sobre su
implicacin en la represin del vecindario son abrumadoras. Slo
en dos ocasiones me encontr con vecinos que discrepaban de esta
opinin y basculaban toda la responsabilidad en Francisco Balsa
Ferrn, Jefe de la Milicia y tendero.
El vecino prroco del Val (Narn), Ramn Martnez tampoco
dej buenos recuerdos. Los vecinos no tenan buena opinin de l.
Le recuerdan como una persona maleducada, colaboradora de la
represin y ladrn. El prroco mand arreglar la entrada para que
pudiera pasar el autobs con los 32 marineros que iban a ser fusi-
lados y dos camiones del ejrcito que llevaban una ametralladora
con sus sirvientes.
El siguiente relato es significativo:
Los accesos al cementerio del Val estaban muy mal y no
podan entrar coches. Un da, D. Ramn nos junt a los vecinos del
lugar y nos mand arreglar las entradas para que pudieran entrar
autobuses y camiones. Al da siguiente de hacer el trabajo vinieron
los soldados y los milicianos de Falange a fusilar junto a la tapia del
cementerio a la marinera del acorazado Espaa. Entonces supimos
para qu quera arreglar el camino.
Los prrocos que adoptaron como pauta de conducta la de
salvar las vidas de sus feligreses fueron los del Couto y Sedes.
Jos Cazn Ferreiro, prroco del Couto (Narn), era el tpico
prroco regordete, y bastante fuerte, natural de Villalba (Lugo). Los
paseos en su parroquia slo se cometan cuando l se ausentaba. Su
parroquia comprenda tambin Outo do Castieiro y A Gndara.
Antonio Rodrguez Freire, era el prroco de San Esteban de
Sedes y no permiti que en su parroquia se pasearan a feligreses, ni
siquiera a los que se manifestaron delante de su casa tras las elec-
ciones de febrero de 1936. Ciertamente, no era motivo para matar,
pero a los pocos falangistas fanticos de Sedes (la mayora estaban
afiliados por razones utilitaristas y eran poco activos) les moles-
taba. Posteriormente fue sustituido por Antonio Villarquide, que
vena de Neda y adopt la misma conducta.
Este prroco tena un libro donde figuraban los nombres de los
feligreses, con una casilla detrs para anotar con una cruz a los que
confesaban, comulgaban o iban a misa. Las autoridades consul-
taban este libro para ver quienes no eran buenos catlicos y poder
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LA REPRESIN EN FERROLTERRA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
justificar as su paseo. Antonio Rodrguez anotaba la cruz en todas
las casillas.
Menos testificado tengo el caso de Xuvia, que en aquellos
tiempos no era parroquia, sino un anexo de San Xiao de Narn. Por
datos recogidos indirectamente, parece que el prroco durante la
guerra se llamaba Antonio y era represor. De Santa Ica, otra parro-
quia, no he podido recabar datos significativos.
Mugardos
En este concello, dos de los tres prrocos se significaron como
activos represores. Eran Jos Torres (Meh) y Jos Carballeira (Mugar-
dos). Este ltimo justificaba en los sermones de misa los paseos:
Todos los rojos que mueren se lo tienen merecido por haber
sembrado la semilla del mal (...) no basta con talar el tronco,
adems hay que cortar las ramas.
En contraste con esta actitud los sucesivos prrocos de Franza
fueron protectores, de manera que en esta parroquia no se pase a
nadie. Jos Ferrn Pena muri el 27 de agosto de 1936 y fue susti-
tuido inmediatamente pero de manera provisional por Ricardo
Daz Rodrguez. En 1940 la parroquia pasa a manos de ngel Rey
Camio, que tuvo problemas con las autoridades por encontrarle la
fotografa de Franco colgada boca abajo.
Neda
Felipe Martnez Pieiro, cura prroco de Santa Mara de Neda,
era un sacerdote protector que incluso lleg a tener alojado a un vecino
que sobrevivi milagrosamente a un paseo. De la otra parroquia del
concello, San Nicols, no he podido recoger datos significativos.
La rotacin de sacerdotes entre parroquias limtrofes debe ser
analizada cuidadosamente. As, en Neda hubo un autntico baile y
a Felipe Martnez Pieiro (1937) le siguen Antonio Villarquide, Jos
Muras, Jess Castro y Felipe Gonzlez. De este ltimo, los vecinos
que le conocieron indican que era mala persona.
Fene
En este concello existe una diferencia enorme entre la actitud del
prroco de Barallobre, Antonio Casas, y los restantes. Mientras el
primero de estos sacerdotes adopt una valiente actitud de protec-
cin y defensa, el prroco de Fene (Lorenzo Pieiro Feal) al igual que
los de Sillobre, y Magalofes, apoyaban los paseos y asesinatos.
Moeche
El prroco de Moeche, Eladio Cendn Snchez, pudo hacer
bastante ms en un concello particularmente tranquilo, donde no
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hubo paseados y slo constan como pasados por lar armas, Pedro
Campos Sueiras y Jess Rodrguez Snchez. Eran dos jvenes de
La Folgosa (Moeche), que estaban cumpliendo el servicio militar en
Ferrol. El segundo era aprendiz de fogonero. El delito de ambos fue
haber llevado corbata y camisa comunista en la fiesta del pueblo.
El prroco les neg el aval y permiti que fueran fusilados.
En contraste, el otro sacerdote del concello que atenda la
parroquia de Santa Cruz, Jess Fernndez Armesto protega a los
escapados e incluso lleg a ser formalmente acusado.
San Sadurnio
Manuel Gesto era el prroco de Iglesia Feita (San Sadurnio).
Nacido en Villalba, salv a mucha gente. Tosco en sus modales,
deca una y otra vez a los milicianos Todos mis feligreses son
buenos.
Actitud contraria fue la del prroco de Naraho en la postguerra,
Serafn Pumar Pita, colaborador en actividades represivas en una
parroquia del norte de Lugo. Trasladado a Naraho, fue ajusticiado
por la guerrilla en 1947.
Notas finales
Por lo que hace referencia a las autoridades eclesisticas de la
Dicesis de Ferrol-Mondoedo, no hemos encontrado un solo testi-
monio pblico pidiendo moderacin en la represin o distancin-
dose de la misma. Es significativo que el nico reproche que desde
la curia santiaguesa se formulara al obispo de Ferrol-Mondoedo,
fuera la pasividad mostrada en el asesinato de Matas Usero
Torrente, que todava segua siendo sacerdote al no tener el decreto
de secularizacin.
Respecto al clero llano, el de Ferrol se mostr abrumadora-
mente favorable a los excesos de la represin, mientras que en las
parroquias rurales, encontramos dos mitades diferenciadas en su
actitud, algo ms numerosa la partidaria de paliar los excesos que
la de ampararlos.
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