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Los Pretextos de Moisés y Las Respuestas de Dios

El documento resume la historia de la vocación de Moisés en el Éxodo. Moisés presenta varias excusas para negarse al llamado de Dios a liberar a Israel, incluyendo su insignificancia, incredulidad en el nombre de Dios, temor al rechazo del pueblo y falta de capacidad para hablar. Sin embargo, Dios responde a cada excusa y finalmente asigna a Aarón para ayudar a Moisés en su misión.
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Los Pretextos de Moisés y Las Respuestas de Dios

El documento resume la historia de la vocación de Moisés en el Éxodo. Moisés presenta varias excusas para negarse al llamado de Dios a liberar a Israel, incluyendo su insignificancia, incredulidad en el nombre de Dios, temor al rechazo del pueblo y falta de capacidad para hablar. Sin embargo, Dios responde a cada excusa y finalmente asigna a Aarón para ayudar a Moisés en su misión.
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Los pretextos de Moiss y las respuestas de Dios

Texto: xodo 3,1- 4,17.


Contexto
Qu es el libro del xodo?
Es el segundo libro del Pentateuco. xodo significa salida. En este libro se narra desde el
comienzo de la esclavitud en Egipto hasta la estancia en el monte Sina donde Moiss recibe
la Ley y a cuyo pie construye la tienda que obrar de templo en el Desierto. El libro dedica
su primera mitad a la esclavitud y liberacin hasta la llegada al monte Sina. Contina con la
recepcin de las leyes, las que comienzan con los Diez mandamientos seguidos de una
coleccin conocida como el cdigo de la Alianza. Luego se suceden las instrucciones para
construir la tienda y con posteridad la narracin de su construccin, relatos entre los cuales
se ubica el de la ereccin y adoracin de un dolo con forma de becerro y elaborado con oro.
El libro concluye cuando Yahv ingresa a la tienda y de esa manera confirma que la acepta
como lugar para su morada.
Moiss aparece en el libro del xodo como libertador y gua, siempre a instancias del Seor
y bajo su proteccin, consigue vencer, en primer lugar, la oposicin de los propios israelitas,
ms tarde, la obstinacin del faran, y, finalmente, los elementos de la naturaleza. Pero
Moiss, ante todo, es considerado y encumbrado como paradigma para su pueblo. En efecto,
su vida es imagen de la vida de Israel: su nacimiento prodigioso, sacado de las aguas,
prefigura el nacimiento del pueblo a travs de las aguas del mar Rojo; su infancia fcil en la
corte del faran recuerda los aos que los hijos de Israel vivieron tranquilos en Egipto; su
huida, que le llev a vivir como extranjero en Madin, es tambin imagen de la persecucin
del pueblo. En consecuencia, la fe de Moiss en el proyecto divino ser el fundamento de la
fe de todo el pueblo. Al final, Moiss se convierte en figura de Jesucristo que, asumiendo la
naturaleza humana, abri para todos los hombres el camino de salvacin a travs del
bautismo.
En el contexto inmediato de la vocacin de Moiss llevaba cuarenta aos viviendo en el
desierto. La vida de lujo y privilegios disfrutada en Egipto haba quedado en el olvido. Ahora
no era ms que un simple pastor nmade, sin ambiciones ni sueos. No obstante, el Seor lo
haba seleccionado para que cumpliera una delicada tarea: volver a Egipto para que pidiera
al hombre ms poderoso de la tierra, el faran, que dejara volver al pueblo de Israel a su tierra
de origen. Para comunicarle este mensaje el Seor se le apareci en una zarza que arda sin
consumirse.
Vivimos en el mundo de las excusas. Una excusa por lo general esconde una verdad que no
queremos afrontar. En la Biblia y la historia de la Iglesia encontramos decenas de ejemplos
del llamado de Dios. Del mismo modo abundan las excusas que los llamados presentaron
para negarse al pedido del Seor. En este sentido, Moiss no representa una excepcin a lo
que, por regla general, ha sido la respuesta ms tpica del ser humano.
1. Un llamado radical (xodo 2,29)
El llamado de Dios puede relacionarse con algunos de nuestros hechos del pasado y que,
quizs, revela que l ha inquietado nuestro corazn desde hace tiempo. Moiss haba
intentado, con herramientas humanas, hacer justicia por un solo judo. Ahora, el Seor lo
llamaba a liberar a todo un pueblo. Para lograrlo deber renunciar a la vida cmoda y
predecible que lleva en el desierto, y a su entendimiento de lo que le falta para emprender
semejante tarea; para esto, deber sumarse a la forma que tiene el Seor de llevar a cabo sus
obras. Esta renuncia es esencial para responder al llamado, pues el Seor dirige solamente a
aquellos que han dejado todo atrs.

2. La excusa de la insignificancia (xodo 3,11)


Pero Moiss le dijo a Dios:
Y quin soy yo para presentarme ante el faran y sacar de Egipto a los israelitas?
La respuesta instintiva del que recibe el llamado es a mirar lo que l es, para ver si est a la
altura de la tarea que se le demanda. En la mayora de los casos de la Biblia las debilidades
y los fracasos de la persona relucan de tal manera que se vean como poco aptos para la
misin. Aunque Moiss haba pasado cuarenta aos en el desierto, an careca de claridad
sobre su identidad en Dios. En Egipto haba credo que posea sobradas aptitudes para liberar
a sus hermanos. Ahora, haba perdido la confianza, en parte porque haba convertido el
desierto, el medio para su transformacin, en el fin de su existencia. Ya no le apeteca una
vida de desafos y sobresaltos.
El apstol Pablo afirma, en 1 Corintios, que el Seor escoge lo vil y despreciado del mundo
para glorificar su nombre. Es por esto por lo que los Doce Apstoles con frecuencia
despertaban el desprecio de los lderes religiosos de su poca, como narra muchas veces
Hechos de los Apstoles, porque eran hombres sin letras ni formacin.
La respuesta de Dios (Ex 3,12) revela que no es la aptitud del enviado lo que importa,
sino la compaa del que enva.

3. La excusa de la incredulidad (xodo 3,13)


Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: El Dios de sus antepasados
me ha enviado a ustedes. Qu les respondo si me preguntan: Y cmo se llama?
En la primera excusa duda de su propia identidad. Ahora, duda de la de Dios; y no me
extraara que tal carencia de claridad proviniera de su falta de comunin ntima con el Seor.
Quien ha conocido a Dios en la intimidad de la comunin porque Dios es todo para esa
persona no duda del poder y la majestad del Seor cuando l lo llama. No obstante, Moiss
entenda que esta falta de conocimiento constitua un verdadero obstculo para su misin,
porque nadie puede representar a una persona que no conoce.
La respuesta de Dios est contenida en xodo 3,14-18. El Seor no solo revela que existe
una dimensin eterna y que esta impone un lmite al alcance de nuestro conocimiento de l,
sino que tambin muestra que lo ir conociendo en la medida que caminen juntos. Le anticipa
que la victoria que le conceder, aunque exija trabajo, porque el faran no querr soltar al
pueblo. La victoria, sin embargo, ya se la ha concedido. Los procesos por los que alcanzar
esa victoria son apenas un detalle de la historia.

4. La excusa del rechazo (xodo 4,1).


Y qu hago si no me creen ni me hacen caso? Qu hago si me dicen: El Seor no se
te ha aparecido?
Moiss no ha olvidado que, en su primer intento por ayudar a los judos, estos le dieron la
espalda. Conoce el corazn de sus hermanos y no duda de que ahora ocurrir lo mismo. Cul
es el sentido de embarcarse en una misin que no dar resultados? Pareciera que Moiss no
ha registrado que Dios le ha garantizado un desenlace exitoso para la misin. Las dudas que
asaltan nuestra fe por lo general las motiva precisamente este error: la incapacidad de atesorar
lo que Dios ha hablado a sus hijos.
La respuesta de Dios en 4,2-9 le permite a Moiss echar mano de algunas herramientas que
le darn un mayor respaldo frente al pueblo. Un lder no debe olvidar nunca, sin embargo,
que la mayor autoridad en su vida procede de la intensidad de su comunin con Dios. Tiempo
ms adelante, cuando Moiss descenda del monte, los israelitas se llenaron de pavor porque
su rostro resplandeca por haber estado en la presencia del Altsimo (x 33,11). Es la prueba
que Dios es quien acta, puesto que el valor de estos milagros est ms en confirmar la
intervencin divina que en la espectacularidad del prodigio. Las obras, milagros, acciones
que se pueden hacer en el servicio, en la Iglesia no pertenecen a uno propio, sino que son de
Dios, para manifestar a Dios. Es evitar toda pretensin de vanidad, de sobre salir ante los
dems.

5. La excusa de la incapacidad (xodo 4,10).


Seor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra.
Pareciera que Moiss ignorara que habla con alguien que s lo conoce. Se siente en la
obligacin de explicarle que sufre una discapacidad a la hora de hablar, como si este detalle
se le hubiera escapado al Seor. La historia del pueblo de Dios abunda en personas carentes
de la capacidad de llevar adelante la tarea a la que se les ha llamado. Sin duda, Moiss conoca
la obra extraordinaria del Seor en Abraham y Sarah, cuya esterilidad les impeda concebir
hijos. Tambin sabra de las experiencias de Jacob y Jos, que arribaron a lugares de
autoridad por los caminos ms extraos.
La respuesta de Dios (x 3,11) ubica a Moiss frente al creador de todo, como lo es
tambin de su boca, su lengua, su paladar. El Seor, soberano sobre todas las cosas, tambin
decide mostrar su gloria a travs de un hombre que no es elocuente a la hora de hablar.

6. La excusa de la lgica (x 4,13)


Seor insisti Moiss, te ruego que enves a alguna otra persona.
Cuando Moiss acaba de enumerar sus propias dudas sale a la luz el verdadero problema:
sencillamente no quiere ir. No quiere dejar el lugar ni la vida donde est. Todas sus excusas
no eran ms que una cortina para esconder esta realidad que no quera afrontar. Su ltimo
pretexto se basa en la lgica y la razn. La verdad, hay gente mejor que yo, ms santa, ms
preparada, ms capacitada, menos pecadora, con ms fe, con ms experiencia! El Seor, sin
embargo, no escoge segn nuestros criterios de quin es apropiado, sino los de l. En el
fondo, es precisamente la debilidad del siervo la que permite que el poder de Dios se
manifieste en toda su gloria.
La respuesta Dios (x 4,14) Aarn ser quien te ayude. A pesar de que esta ltima
objecin que irrita al Seor, pero es manifestacin de la paciencia y el empeo que tiene Dios
en liberar al pueblo. Hablar en nombre de Dios es funcin propia del profeta,
independientemente de sus cualidades, incluso oratorias. De nada es vlido, grandes
discursos bien expresados y vacos de Dios. Moiss es el prototipo del profeta, de todo
cristiano, porque lo nico que ha de ser real es hablar de Dios, transmitir el mensaje de Dios.
Al ser asociado Aarn como portavoz de Moiss, el texto sagrado indica que nunca deber
haber disputa entre los sacerdotes del templo y los profetas, puesto que tambin los encargaos
de culto tendrn la misin de ensear al pueblo. No haber, discusin o pleitos entre los
mismos grupos, si uno mismo es el fin, anunciar a Dios.
La voluntad de Dios prevaleci y Moiss termin representando los intereses del Creador del
universo ante el faran. Recorri un camino con muchas luchas, pero fue testigo de una de
las ms asombrosas victorias operadas por el Seor en favor de su pueblo. Al final, porque
se anim a creer al Seor, se convirti en uno de los profetas ms distinguidos de la historia
de Israel.

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