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Daniel Soutullo - El Valor Moral de Los Animales y Su Bienestar PDF

Este documento discute los cambios en las actitudes hacia los animales a lo largo de la historia y las diferencias entre animales y humanos. Resume las posiciones de filósofos antiguos y modernos sobre el estatus moral de los animales y destaca el surgimiento del movimiento en defensa de los derechos de los animales en el siglo XX. También enumera diferentes tipos de relaciones entre humanos y animales y compara varias características humanas versus animales como el lenguaje, la cultura, el arte, la ética y la consciencia.
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Este documento discute los cambios en las actitudes hacia los animales a lo largo de la historia y las diferencias entre animales y humanos. Resume las posiciones de filósofos antiguos y modernos sobre el estatus moral de los animales y destaca el surgimiento del movimiento en defensa de los derechos de los animales en el siglo XX. También enumera diferentes tipos de relaciones entre humanos y animales y compara varias características humanas versus animales como el lenguaje, la cultura, el arte, la ética y la consciencia.
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(Pgina Abierta, nmeros 221 y 222, julio-agosto y septiembre-octubre de 2012)

El valor moral de los animales y su bienestar

Daniel Soutullo1

Cambios en la actitud frente a los animales

El inters por establecer normas de conducta en las relaciones que los humanos
mantenemos con los animales no humanos2 y el trato que les dispensamos es casi tan
antiguo como la propia historia humana. En el libro del Gnesis del Antiguo
Testamento aparecen preceptos acerca del dominio que los humanos podemos ejercer
sobre todos los animales3. Tanto los filsofos griegos, como Aristteles4 o Epicuro5,
como la tradicin cristiana medieval, desde San Agustn6 a Santo Toms de Aquino7,
tambin se interesaron y reflexionaron sobre la cuestin de los animales. Del mismo
modo, filsofos modernos, como Descartes8 (que consideraba que los animales eran
simples mquinas) o Kant, recogieron en sus obras reflexiones acerca del estatus moral
de los animales. Todos ellos, con muy pocas excepciones (como la de los filsofos

1
Catedrtico de biologa en el IES Monte da Vila de O Grove (Pontevedra).
2
A lo largo de este texto utilizar la denominacin de animales para referirme a las especies
animales cuando se excepta a la especie humana. Soy perfectamente consciente de que los humanos
tambin somos animales, de la clase mamferos, pero por razones de economa me he inclinado por esta
terminologa ms corta aunque inexacta, en vez de la ms larga y precisa de animales no humanos,
cuando son contrapuestos a los humanos.
3
Despus dijo Dios: Vamos a hacer al hombre a nuestra imagen y semejanza, y que mande en los
peces del mar, en los pjaros del cielo, en los animales domsticos y en todos los reptiles de la tierra. Y
cre Dios al hombre a su imagen y semejanza, lo cre varn y hembra. Y los bendijo as: Reproducos,
creced, llenad la tierra y sometedla. Mandad en los peces del mar, en los pjaros del cielo y en todos los
reptiles de la tierra.
4
Los animales domsticos son mejores por naturaleza que los salvajes, y para todos ellos es mejor
vivir sometidos a los hombres porque as consiguen su seguridad.
5
Los animales que no pudieron convenirse por pacto alguno de no daar ni ser daados, no reciben
justicia, ni padecen injusticia.
6
Decimos con razn que los animales irracionales estn entregados a la utilidad de las naturalezas
superiores, aunque estas sean viciosas, como vemos manifiestamente en el Evangelio que el Seor
concedi a los demonios utilizar segn su deseo los puercos.
7
Con estas razones se refuta el error de quienes afirman que el hombre peca si mata a los animales
brutos, pues, dentro del orden natural, la providencia divina los ha puesto al servicio del hombre. Luego
el hombre se sirve justamente de ellos, matndolos o emplendolos para otra cosa []. Mas si en las
Sagradas Escrituras se encuentran ciertas prohibiciones de cometer crueldades con los animales, como
la de no matar al ave con cras, ello obedece a apartar el nimo del hombre de practicar la crueldad con
sus semejantes, no sucediera que alguien, siendo cruel con los animales, lo fueran tambin con los
hombres, o porque el mal ocasionado a los animales redunda en dao temporal para el hombre que lo
hace o para otro.
8
Si hubiese mquinas tales que tuviesen rganos y figura exterior de un mono o de otro animal
cualquiera, desprovisto de razn, no habra medio alguno que nos permitiera conocer que no son en
todo de igual naturaleza que estos animales.

1
(Pgina Abierta, nmeros 221 y 222, julio-agosto y septiembre-octubre de 2012)

pitagricos), han defendido una posicin de absoluto dominio de los humanos sobre
los animales no humanos, en correspondencia con las actitudes que la mayora de las
sociedades han practicado en su trato con los animales.
En efecto, a lo largo de la historia los humanos siempre hemos utilizado a los
animales para nuestras necesidades y/o diversiones sin preocuparnos de su
sufrimiento o bienestar. Cuando se les tena en consideracin siempre era en funcin
de los intereses humanos y no en funcin de los propios animales. Y, aunque existen
diferencias dependiendo de las distintas culturas, esa pauta de conducta ha
constituido la norma predominante.
Pese a esta presencia de la cuestin de los animales en el pensamiento de los
filsofos a lo largo de la historia, no es hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con el
filsofo utilitarista Jeremy Bentham, que aparece una reflexin ms sistematizada
sobre la cuestin de los animales, desde una perspectiva de reconocimiento de su
valor moral. Sin embargo, aunque la importancia de la tradicin utilitarista sobre la
cuestin de los animales no puede ser menospreciada, hay que esperar hasta la
segunda mitad del siglo XX para poder hablar de un verdadero movimiento en defensa
de los animales.
No hay duda de que la actitud hacia los animales ha cambiado notablemente en las
ltimas dcadas en sectores significativos de las sociedades occidentales. Entre los
factores que propiciaron esta nueva actitud cabe destacar: 1) los cambios sociales y de
mentalidad en relacin con la cuestin de los derechos de los individuos; 2) la
explotacin industrial y confinamiento masivo de animales de granja en condiciones
deplorables; 3) la sensibilizacin hacia la naturaleza y la consiguiente aparicin del
movimiento ecologista; 4) el impacto ambiental destructivo de muchas actividades
humanas; y, por ltimo, 5) la aparicin de la problemtica del bienestar animal y de los
derechos de los animales.
Las relaciones que los humanos establecemos con los animales son muy variadas y
el trato que les dispensamos no depende solamente de las concepciones tico-
filosficas que sobre ellos tengamos, sino tambin de la naturaleza de la relacin
establecida con ellos, que puede ser muy diversa, como se deriva de la observacin de
los distintos tipos de relaciones entre humanos y animales recogidos en la siguiente
tabla:

RELACIONES ENTRE HUMANOS Y ANIMALES9


Cra de animales en granjas para consumir sus productos (huevos, leche, etc.).
Cra y sacrificio de animales para consumo (carne, uso de pieles, etc.).
Cautiverio de animales fuera de sus ambientes naturales (zoos, parques, etc.).
Deportes (caza, pesca, etc.).
Experimentos con animales.
Animales de compaa.
Animales usados en trabajos (guarda, carga, tiro, etc.).

9
Tomado de Agustn BLASCO, tica y bienestar animal, Ediciones AKAL, S. A., 2011, p. 22.

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Espectculos con animales amaestrados (circos, acuarios, etc.).


Espectculos con agresiones a los animales (toros, peleas de gallos, etc.).
Tratamiento de las plagas (ratas, conejos, insectos, etc.).

Diferencias entre animales y humanos

A la hora de abordar la discusin sobre la cuestin de los animales es conveniente


distinguir dos problemas que, si bien son distintos, en la mayora de las ocasiones
suelen abordarse juntos, lo que no redunda en beneficio de la discusin. El primer
problema es el de las diferencias entre los animales y los humanos, siendo el segundo
el de la valoracin moral de los primeros frente a los segundos.

DIFERENCIAS ENTRE ANIMALES Y HUMANOS10


Animal Humano
El chimpanc comparte el 98% con
ADN Comparte el 98% con los chimpancs
los humanos
Sintaxis con pasado, futuro, preguntas
Lenguaje Carece de sintaxis
y referencias simblicas
Elaborados con propiedades
Creacin de No elaborados (por ejemplo,
emergentes. Los guarda y
instrumentos cuervos o chimpancs)
perfecciona
Creativa y acumulativa. Incluye
Transmisin
Imitativa elementos simblicos y consciencia
cultural
del otro
Arte simblico y gratuito (sin objetivo
Arte Carece de arte
de supervivencia)
Existencia de valores morales. Cree
tica Carece de moralidad
que hay deberes para con los otros
Religin Carece de religin Existencia del fenmeno religioso
Altruismo sin ventaja evolutiva
Altruismo Altruismo con ventaja evolutiva
aparente
Siente dolor. No padece
Siente dolor. Es consciente del dolor.
Sufrimiento sufrimiento emocional, salvo tal
Padece sufrimiento emocional
vez los primates superiores
No muestra signos de Sabe que va a morir. Tiene proyectos
autoconsciencia, salvo fenmenos de futuro. Gobierna su vida. Asume
Autoconsciencia
elementales como reconocerse en los intereses del otro en la
un espejo cooperacin
No tiene crtex prefrontal o, si lo
Tiene un crtex prefrontal
Cerebro tiene (simios superiores), est
desarrollado
escasamente desarrollado

Las diferencias entre los animales y los humanos pueden ser objeto de estudio

10
Tomado de Agustn BLASCO, tica y bienestar animal, Ediciones AKAL, S. A., 2011, pp. 40-41.

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cientfico y de hecho lo son y, en principio, son claramente distinguibles de la


valoracin moral que los animales puedan merecer. Aunque esas diferencias no son
siempre fciles de establecer, la discusin sobre ellas tendra que estar mucho menos
condicionada por factores de naturaleza ideolgica que la de la valoracin moral. Sin
embargo, esto no es siempre as y, tambin en este terreno, las discusiones suelen
resultar bastante enmaraadas. Resumo en una tabla las principales diferencias entre
animales y humanos para, seguidamente, realizar algunos apuntes sobre alguna de
ellas.
Aunque la mayora de las diferencias recogidas en la tabla pueden ser establecidas
con bastante claridad, algunas, como la capacidad de sufrimiento o la posesin de
autoconsciencia, son muy difciles de valorar y son motivo de fuertes discrepancias. Me
referir brevemente a la capacidad de experimentar dolor o sufrimiento, para ilustrar
esa dificultad.
Resulta conveniente distinguir entre dolor y sufrimiento emocional como forma de
distinguir las reacciones fsicas de las emocionales. La distincin entre dolor y
sufrimiento emocional puede ser importante porque, para la mayora de los estudiosos
de la fisiologa animal, el sufrimiento implica una autoconsciencia de estar padeciendo
que no es necesaria para padecer dolor y porque el sufrimiento emocional puede ser
peor que el fsico. El sufrimiento emocional se localiza en el crtex prefrontal, una
parte del cerebro particularmente desarrollada en los humanos y que est ausente de
la mayora de los animales, con la excepcin de los grandes simios (chimpanc, gorila,
orangutn), que lo tienen muy poco desarrollado. Es esta falta de desarrollo del crtex
prefrontal el principal fundamento de la afirmacin de que el sufrimiento emocional
est ausente en los animales, quizs con la excepcin de los grandes simios. Sin
embargo, aunque es evidente que alguien puede experimentar sufrimiento emocional
sin experimentar dolor fsico, lo contrario (experimentar dolor fsico sin sufrimiento
emocional) resulta muy difcil de imaginar, tal vez porque en los seres humanos el
dolor fsico siempre suele ir asociado a un sufrimiento emocional ms o menos
intenso11.
Utilizar como referencia las sensaciones que experimentamos los humanos para
valorar las que experimentan los animales puede ser una forma de antropomorfismo
poco conveniente, que puede llevar a extraer conclusiones no siempre bien
fundamentadas. En cualquier caso, aunque las dudas acerca de cmo los animales
experimentan dolor siguen persistiendo, podemos hacer algunas afirmaciones
razonables sobre esta cuestin: 1) los animales padecen dolor; 2) el dolor de los
animales es tanto ms semejante al nuestro cuanta mayor es su cercana evolutiva con
los humanos; 3) se puede ilustrar el punto anterior con las reacciones que
experimentan ante el dolor especies animales de grupos zoolgicos distintos como
11
Parece ser que los pacientes siquitricos que padecan dolor crnico insoportable y que durante
los aos cuarenta y cincuenta del siglo pasado fueron sometidos a lobotomas, mejoraban
sensiblemente despus de la intervencin, no porque el dolor hubiese desaparecido sino porque ya no
les importaba como antes. En estos casos parece ser que era el sufrimiento emocional el que remita, en
muchos casos hasta casi desaparecer.

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moscas (reaccin automtica), peces (algunas molculas similares a los de los


humanos, mamferos (algn tipo de consciencia), primates (probable autoconsciencia
del sufrimiento, humanos (sufrimiento emocional).

Perspectivas ticas frente a los animales

Antes de adentrarnos en el anlisis de las principales corrientes existentes en


relacin con la valoracin moral de los animales es conveniente que expongamos las
principales perspectiva ticas en las que se fundamentan estas corrientes. Las
principales perspectivas que reconocen valor moral a los animales, aunque no las
nicas, son la biocntrica, la zoocntrica y la sensocntrica, segn pongan el acento,
respectivamente, en la valoracin de todas las formas de vida, de los animales o de los
seres sensibles. La primera de ellas podra estar representada por la ecologa profunda,
y otorga valor moral no solamente a los animales sino a todos los seres vivos e incluso
a toda la naturaleza en su conjunto, mientras que la perspectiva zoocntrica limita ese
valor moral a los animales (no as a las plantas o a los microorganismos) y la
sensocntrica solamente a aquellos animales que, debido al mayor desarrollo de su
sistema nervioso, tienen capacidad de sentir.
Frente a estas perspectivas, que de una u otra forma otorgan valor moral a los
animales o, al menos a los vertebrados que poseen un mayor grado de encefalizacin,
la perspectiva antropocntrica destaca el valor moral de los seres humanos y es la que
hasta fechas recientes ha dominado casi en exclusiva el pensamiento de los filsofos
morales. A efectos de anlisis podemos distinguir entre antropocentrismo tico y
epistmico y, dentro del primero, entre antropocentrismo fuerte y dbil. Para el
antropocentrismo tico fuerte los humanos son los nicos seres dignos de
consideracin moral mientras que para el antropocentrismo dbil los humanos son los
seres que mayor consideracin merecen, aunque no tienen por qu ser los nicos. La
actitud antropocntrica, en este segundo caso, se pondra especialmente de
manifiesto cuando intereses humanos relevantes entraran en contradiccin con la
defensa de los animales, prevaleciendo siempre o casi siempre los primeros.
A diferencia del antropocentrismo tico, que las personas pueden abrazar o no
segn sus convicciones, el antropocentrismo epistmico resulta inevitable, por nuestra
propia naturaleza humana. Cuando hablamos de este tipo de antropocentrismo nos
referimos a que los humanos concebimos y experimentamos el mundo de manera
nica, distinta de la de cualquier otra especie de ser vivo. Nos referimos tambin a que
somos los humanos los que construimos la tica con la que valoramos nuestras
acciones, porque somos los nicos que estamos dotados de sentido moral. Y nos
referimos, por ltimo, a que aunque podemos, si queremos, valorar de igual modo a
humanos y a animales, los criterios de valoracin son inevitablemente humanos
(construidos por los humanos con valores humanos, porque solo los humanos estamos
dotados de criterios de valoracin moral).
Aunque la delimitacin de estas distintas perspectivas ticas resulta bastante clara
como formulacin terica, en la prctica muchas personas pueden adoptar enfoques y

5
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actitudes que resultan intermedias entre distintas perspectivas e incluso en ocasiones


que estn en contradiccin con la perspectiva tica que dicen defender.

Principales corrientes ticas ante los animales

Las corrientes ticas que ms influencia han tenido en los debates sobre la
problemtica de los animales han sido el deontologismo kantiano, que representa la
postura dominante de la tradicin antropocntrica hasta nuestros das, el utilitarismo,
representado en la actualidad por el filsofo australiano Peter Singer, y el
deontologismo ampliado del norteamericano Tom Regan, que representa una
perspectiva de zoocentrismo radical. A ellas me referir a continuacin. Otras posturas
interesantes, como el enfoque de las capacidades de Martha Nussbaum, el
contractualismo de Peter Carruthers, o la de Adela Cortina, a medio camino entre el
contractualismo y el deontologismo, no sern tratadas por razones de espacio en esta
exposicin.

Deontologismo kantiano

Immanuel Kant (1724-1804) es quizs el filsofo moral que ms influencia ha tenido


en el desarrollo de la tica en occidente en los ltimos 250 aos. El ncleo de su
fundamentacin de la tica es el famoso imperativo categrico, segn el cual cada ser
humano existe como un fin en s mismo, y no slo como un medio para usos de esta o
aquella voluntad12. En la tica de Kant el concepto de autonoma ostenta una posicin
privilegiada, ya que para l la autonoma es el fundamento de la dignidad de la
naturaleza humana y de toda naturaleza racional.
La posicin de Kant frente a los animales estaba determinada por la consideracin
de que no son seres racionales y, en consecuencia, ni tienen autonoma ni poseen
dignidad. Por ello, consideraba que los animales son meras cosas, completamente
diferentes de los seres racionales, y por tanto pueden ser utilizados como medios, a
diferencia de los seres humanos (racionales), que son fines en s mismos y no solo
medios para cualquier fin. Para la tica kantiana no tenemos deberes directos hacia los
animales, pero si podemos tener deberes indirectos de no maltratarlos, ya que la
crueldad hacia los animales puede hacernos crueles hacia los humanos (una posicin
que ya estaba presente en Santo Toms de Aquino) y porque, en el caso de animales
que tienen dueo, el maltrato que se les pueda infligir conlleva un prejuicio para sus
dueos. Como se puede apreciar, estos deberes indirectos se derivan de una estricta
postura antropocntrica, que no considera que la crueldad, el maltrato o cualquier
otra accin que dae a un animal o lo haga sufrir constituya una conducta moral
censurable en s misma. Como ms delante tendremos oportunidad de exponer, la

12
Otras formulaciones del imperativo categrico kantiano son: Obra solo de forma que puedas
desear que la mxima de tu accin se convierta en una ley universal y obra como si por medio de tus
mximas, fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines.

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(Pgina Abierta, nmeros 221 y 222, julio-agosto y septiembre-octubre de 2012)

postura antropocntrica kantiana presenta problemas e insuficiencias que no la hacen


una base aceptable para afrontar la cuestin del trato a los animales.

Utilitarismo

Entre las ticas basadas en el reconocimiento moral de los animales, el utilitarismo


es una de las que ms popularidad ha alcanzado en las ltimas dcadas. Su fundador
fue el britnico Jeremy Bentham (1748-1832), a quien tambin se debe la clebre
formulacin en defensa del valor moral de los animales, basada en su capacidad de
sufrimiento, en la que se han inspirado todos los utilitaristas posteriores hasta la
actualidad. Segn Bentham:

Puede llegar el da en el que el resto de la creacin animal llegue a adquirir esos


derechos que nunca les hubieran podido ser arrebatados salvo por la mano de la tirana.
Los franceses han descubierto ya que el color negro de la piel no es una razn por la que
un ser humano pueda ser abandonado sin remedio al capricho de un torturador. Puede
llegar el da en el que se reconozca que el nmero de patas, la vellosidad de la piel o la
terminacin del os sacrum, son razones igualmente insuficientes para abandonar a ese
mismo destino a un ser sensible. Qu otra cosa debera trazar la lnea insuperable? La
facultad de razonar, o quiz la facultad del discurso? Pero un caballo o un perro adultos
son sin comparacin mucho ms racionales, e incluso unos animales mucho ms
comunicativos que un nio de un da, de una semana, o incluso de un mes. Pero
supngase que las cosas fueran de otro modo, qu cambiara eso? La cuestin no es:
Pueden los animales razonar?, ni la de Pueden hablar?, sino la de Pueden sufrir? (J.
Bentham, 1780).

Como ya hemos apuntado, el principal filsofo utilitarista actual es Peter Singer,


que puede ser considerado el fundador del moderno movimiento de liberacin animal,
a partir de la publicacin de su influyente libro Liberacin animal (1975). En lo que
sigue, utilizaremos sus puntos de vista, expresados en varias de sus obras, para
analizar la postura utilitarista sobre el valor moral de los animales. Su punto de partida,
en coherencia con la postura expuesta de J. Bentham, se basa en la aplicacin del
principio de utilidad a todos los seres sensibles. Este principio, que inspira toda la tica
utilitarista, considera que una accin es moralmente justa si, y solo si, su realizacin
produce ms placer, ms felicidad o ms preferencias satisfechas, que la realizacin de
cualquier otra accin.
Segn Singer, si un ser no es capaz de sufrir, o de experimentar gozo o felicidad, no
existe nada que tener en cuenta; por esta razn, su postura tica no es biocntrica, y
no puede ser aplicada a todos los seres vivos, sino solamente a los seres sensibles (que
seran la mayora de los animales). Como la capacidad de sufrir y gozar de las cosas es
un requisito previo para tener intereses de cualquier tipo y dado que los seres
sensibles gozan de esta capacidad, es por ello que los seres sensibles tienen intereses y
en virtud del principio de igualdad, los intereses de todos los seres sensibles deben
merecer igual consideracin (principio de igual consideracin de intereses).

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Cules seran estos intereses que deben merecer igual consideracin? Para Singer,
como lo era para Bentham, la clave est en la capacidad de experimentar dolor o
sufrimiento. Por eso, afirma que el principio de igualdad requiere que el sufrimiento
sea considerado de igual manera que igual sufrimiento de cualquier otro ser. Aqu nos
encontramos con un problema, al que ya hemos hecho referencia al tratar de las
diferencias entre humanos y animales, que se refiere a la capacidad de experimentar
sufrimiento emocional para parte de los animales, para poder estimar si el sufrimiento
animal y el humano pueden ser equiparables y, por lo tanto, merecer la misma
consideracin. La postura de Singer en este punto resulta un tanto decepcionante, ya
que es claramente contradictoria y no permite, como a primera vista pudiera parecer,
establecer una base slida para el tratamiento de los intereses de los humanos y los
animales en situaciones de conflicto.
Comienza Singer con una afirmacin rotunda: un dolor es un dolor, cualquiera que
sea la especie que lo experimenta. Pero, unas lneas ms adelante reconoce, en
contradiccin con la afirmacin anterior, que no se puede comparar con exactitud el
sufrimiento entre miembros de distintas especies. Y concreta este aserto en que los
seres humanos adultos normales poseen una capacidad mental que, en determinadas
circunstancias, les hace sufrir ms que a los animales en las mismas circunstancias, ya
que la angustia mental es lo que hace que la posicin humana sea ms difcil de
soportar. Una vez hecho este reconocimiento resulta difcil mantener el principio de
igual consideracin de intereses, basado en la capacidad de experimentar dolor o
sufrimiento, cuando se aplica a situaciones en las que los intereses de los animales
entran en conflicto con los intereses de los humanos, por lo menos cuando los
intereses humanos a considerar no sean triviales. A la vista de su argumentacin, la
postura de Singer es deudora de un inevitable antropocentrismo fctico, aplicado a la
capacidad de experimentar angustia mental, aunque me imagino que Singer no se
sentira en absoluto identificado con esta etiqueta.
Otro aspecto relevante de la tica animalista de Singer es su condena del
especiesmo. Segn Singer, aquellas personas que yo llamara especiestas dan
mayor valor a los intereses de los miembros de su propia especie cuando se da un
conflicto entre sus intereses y los intereses de los miembros de otra especie, y lo
equipara al racismo porque, al igual que los especiestas, los racistas violan el
principio de igualdad al dar mayor peso a los intereses de los miembros de su propia
raza cuando se produce un conflicto entre sus intereses y los miembros de otra raza.
El especiesmo sera una forma particularmente injusta de antropocentrismo, tan
condenable moralmente como el racismo o el sexismo.
Debemos concordar con Singer en que el especiesmo, como postura moral de
principio, es inaceptable por ser arbitrario y discriminatorio. Esto puede apreciarse
muy bien si nos imaginamos una situacin hipottica en la que los neandertales no se
hubiesen extinguido hace entre 25 mil y 30 mil aos, y que hoy en da coexistieran con
nosotros, deberamos discriminarlos solamente porque no son de nuestra misma
especie? Si poseyeran los atributos necesarios para considerarlos personas, qu razn
habra para no tratarlos como tales? Evidentemente, el hecho de que las nicas

8
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personas existentes en la actualidad sean seres humanos no deja de ser una


contingencia de la historia biolgica y social de los homnidos, que desemboc en el
hecho de que existe una sola especie actual del gnero Homo, cuando en el pasado
coexistieron varias durante cientos de miles de aos. De haber llegado ms de una
hasta la actualidad, el tratar a los otros humanos con criterios moralmente
discriminatorios, creo que constituira una forma de especiesmo tan condenable como
el racismo.
Peter Carruthers aporta otro ejemplo hipottico muy ingenioso para ilustrar por
qu el especiesmo es moralmente condenable:

Se sabe que alrededor del 10 por ciento de las parejas humanas son estriles.
Supongamos que se descubriera que ello obedece a que en realidad existen dos
especies diferentes de humanos, que solo pueden distinguirse por su incompatibilidad
reproductiva. En esas circunstancias, sera claramente condenable que la especie
mayoritaria privara de derechos morales a la minoritaria, solo porque pertenece a una
especie diferente. Ese sera un caso evidente de discriminacin entre especies
(Carruthers, 1992)13.

Sin embargo, es aplicable la etiqueta de especiesmo a las diferencias de trato


entre humanos y animales, del mismo modo que utilizamos las etiquetas de racismo o
sexismo? Creo que, en trminos generales, no es aplicable. El propio Singer reconoca,
como hemos visto, que los intereses humanos y los de los animales no son
equiparables en cuanto al criterio fundamental de experimentar dolor que es,
recordmoslo, el criterio fundamental de los utilitaristas a la hora de establecer el
principio de igualdad de trato entre animales y humanos. Sobre esta misma cuestin
del especiesmo es interesante traer a colacin la postura de Jorge Riechmann, quizs
el autor ms prolfico en nuestro pas en defensa de los derechos de los animales.
Despus de afirmar tajantemente que el especiesmo o prejuicio de especie es tan
inaceptable como el sexismo o el racismo, reconoce explcitamente que la analoga
entre especiesmo, racismo y sexismo se mantiene en algunos aspectos, pero no en
todos, ya que superar el racismo y el sexismo implica reconocer a los negros y a las
mujeres como sujetos morales, como personas, mientras que superar el especiesmo
no implica lo mismo, ya que los animales no son personas. Volver sobre la cuestin
del especiesmo en el pensamiento de Singer ms adelante, cuando trate de los
dilemas y contradicciones a los que se enfrentan los defensores de las ticas
animalistas.
He argumentado en contra de la no discriminacin hipottica de los neandertales
sobre la base de sus supuestos atributos como personas. Tambin Riechmann, en la

13
Aunque el ejemplo de Carruthers es obviamente ficticio, no lo es el hecho de la existencia en la
naturaleza de especies idnticas en apariencia, que solamente se distinguen por estar aisladas
reproductivamente. Son las llamadas especies gemelas. Dobzhansky et al (1980) han sealado que los
bilogos que trabajan con Drosophila han puesto de manifiesto muchos ejemplos de especies gemelas.
Ya se han mencionado Drosophila pseudoobscura y D. persimilis.

9
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cita reproducida en el prrafo anterior sobre la diferencia entre especiesmo y racismo,


haca referencia a que los animales no son personas. Veamos como aborda Singer esta
cuestin y la importancia que tiene en su pensamiento en relacin con la entidad
moral de los animales. Singer afirma que si la vida humana posee un valor especial o
un derecho especial a que se la proteja, lo tiene en la medida en que la mayora de los
seres humanos son personas, pero si algunos animales no humanos son personas, de
la misma manera las vidas de esos animales deben tener el mismo valor o derecho
especial a la proteccin.
Aqu nos encontramos con varias cuestiones que conviene precisar. En primer lugar,
con la relevancia de la categora de persona para ser digno de respeto moral. No
puedo por menos que suscribir esa relevancia que otorga Singer a las personas. Sin
embargo, esto supone un giro importante en su argumentacin pues, como hemos
visto anteriormente, para Singer lo verdaderamente relevante para la valoracin moral
de un ser no es que sea persona sino que posea intereses, derivados de su capacidad
para experimentar placer o sufrimiento, independientemente de otros atributos, como
la capacidad de raciocinio, la capacidad para el lenguaje o la autonoma personal. Este
giro viene motivado por la necesidad de otorgar un plus de importancia moral a los
humanos frente a los animales en situaciones en que los intereses de unos y otros
puedan entrar en conflicto, plus que no parece fcil de otorgar recurriendo
nicamente a la capacidad de experimentar dolor.
En segundo lugar, debemos precisar qu seres pueden ser considerados personas y,
en consecuencia, pueden gozar de derechos especiales de proteccin que las no
personas no tendran. Aqu Singer nos sorprende nuevamente al aplicar de una forma
tan laxa la denominacin de persona a distintas especies de animales que, en la
prctica, el concepto pierde prcticamente todo su valor, ya que considera que los
grandes simios chimpancs, gorilas y orangutanes puede que sea el caso ms
evidente de personas no humanas, pero existen con casi toda certeza otros. [] Se
pueden dar razones, aunque con distintos grados de certidumbre, a favor de ballenas,
delfines, monos, perros, gatos, cerdos, focas, osos, vacas, ovejas, etc., llegando incluso
al punto en el que se incluira a todos los mamferos.
Resulta un tanto desconcertante que se pueda considerar persona a cualquier
mamfero, como llega a afirmar Singer. Segn ese criterio una rata, una musaraa o un
topo seran personas. Para tratar de superar ese desconcierto no cabe ms remedio
que precisar qu debemos entender por persona o, por lo menos, qu entiende Peter
Singer por tal. Dado que el concepto de persona ha jugado un papel de primer orden
en la filosofa moral a lo largo de la historia presentar varias definiciones de persona
extradas de distintos filsofos, incluido Singer, a fin de buscar una definicin aceptable
desde distintas perspectivas ticas. Estas definiciones aparecen en la siguiente tabla:

CONCEPTO DE PERSONA
Boecio La persona es una sustancia individual de naturaleza racional.
Toms de Aquino Todo individuo de naturaleza racional es llamado persona.
John Locke Persona es un ser pensante, inteligente, que razona y reflexiona y puede

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considerarse a s mismo como un yo, la misma cosa pensante en


diferentes tiempos y lugares.
Tristram Una persona es un ser consciente de s mismo, racional, libre de escoger
Engelhardt y dotado de un sentido moral.
Propongo utilizar el trmino persona en el sentido de ser racional y
Peter Singer
consciente de s mismo.

En todas estas definiciones de persona aparece, como denominador comn, el ser


racional, incluida la de Peter Singer, que aade la consciencia de s mismo, que
tambin est presente en las definiciones de John Locke y de Tristram Engelhardt. Por
mi parte, creo que los atributos que deben estar presentes en el concepto de persona
deberan ser la racionalidad (entendida como la capacidad de concebir el futuro y
realizar planes con respecto a l), la autoconsciencia y el sentido moral. Sea como
fuere, aunque limitemos el alcance del concepto de persona a la racionalidad o bien,
como hace Singer, le aadamos la consciencia de s mismo, resulta inverosmil que se
pueda aplicar ese concepto de manera extensiva a la mayora de los mamferos.
Aunque mi opinin es contraria a que el concepto de persona pueda tener aplicacin
fuera de la especie humana, pueden existir ciertas dudas con respecto a los grandes
simios (en especial, el chimpanc, el bonobo y el gorila) y, en virtud de ellas, establecer
salvaguardas especiales al trato que se les debe dispensar. Pero, fuera de estos casos,
la extensin del concepto de persona a otras especies animales resulta tan inadecuada
que simplemente roza el absurdo. Peter Singer y sus seguidores del Proyecto Gran
Simio parecen asumir en la prctica esta concepcin, contradictoria con sus postulados
de que son personas todos o casi todos los mamferos, al defender que se considere
personas a los grandes simios y se les otorgue ciertos derechos, que no hacen
extensivos al resto de las especies animales.

Deontologismo ampliado

El deontologismo ampliado del norteamericano Tom Regan constituye la otra gran


corriente en defensa del valor moral de los animales. Se basa en la extensin de la
perspectiva kantiana para abarcar a los animales, a los que considera que poseen un
valor inherente.
Segn Regan, un valor inherente es el valor que tienen los individuos
independientemente de su bondad o utilidad para con los dems. Adems, todos los
seres que tienen un valor inherente lo tienen por igual y no admite grados. Pero, qu
individuos tienen un valor inherente? Para Regan, solo los titulares de una vida tienen
un valor inherente y estos son solamente los seres conscientes de s mismos, capaces
de tener creencias y deseos, que pueden concebir el futuro y tener metas. Como
corolario de este planteamiento, Regan afirma que solo tienen derechos morales los
seres que poseen un valor inherente.
Estamos ante una formulacin parecida a la que Peter Singer aplicaba a las
personas. Aunque parten de perspectivas distintas, deontologista la de Regan y

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utilitarista la de Singer, y mientras que el primero habla de valor inherente y de


derechos morales asociados a ese valor inherente y el segundo se centra en los
intereses de los individuos y desconsidera la cuestin de los derechos, ambos llegan a
conclusiones semejantes en cuanto al valor moral que poseen los animales,
particularmente los mamferos. Regan afirma que todos los mamferos mentalmente
normales de un ao o ms son titulares de una vida y, por lo tanto, tienen un valor
inherente, del mismo modo que Singer afirmaba que se puede aplicar la categora de
persona a prcticamente todos los mamferos.
Los mismos comentarios crticos que hemos realizado sobre la atribucin de
racionalidad y autoconsciencia a todos los mamferos por parte de Singer se pueden
aplicar ahora al valor inherente que Regan atribuye a los mamferos de ms de un ao,
ya que, segn su punto de vista que acabamos de presentar, solamente pueden tener
valor inherente aquellos individuos que son conscientes de s mismos, tener creencias
y deseos y que pueden concebir el futuro y tener metas. No es fcil imaginar cmo
ratones de campo u ovejas pueden tener nada parecido a esas capacidades necesarias
para otorgarles un valor inherente desde la perspectiva de los derechos morales.
Aunque no podamos adentrarnos ahora en la cuestin de los derechos conviene
aclarar de qu hablamos cuando nos referimos a ellos. Para Regan, los derechos son
las cosas que protegen el valor inherente de los individuos, una definicin que resulta
un tanto tautolgica en su formulacin. Otros autores aportan definiciones algo
distintas. Hans Kelsen considera que la situacin de hecho designada como derecho
o pretensin jurdica de un individuo no es otra cosa que la obligacin del otro. Desde
este punto de vista de los derechos muchas personas que no comparten la idea de que
los animales puedan tener derechos podran estar de acuerdo en que los seres
humanos tenemos deberes morales para con ellos, obligaciones que van ms all de
los deberes indirectos reconocidos por la tradicin kantiana. Por ejemplo, Adela
Cortina escribe que bien podra ser que los seres humanos tuviramos obligaciones
morales con respecto a determinados seres que percibimos como valiosos, aunque no
tuvieran derechos. Parece claro que cuando dice esto est pensando en derechos que
van ms all de las obligaciones de los otros, ya que acepta estas obligaciones aunque
niega aquellos.
La idea de derechos de Adela Cortina resulta muy parecida a la Tom Regan, aunque
ella la asocia a la idea de persona, limitada a los seres humanos, mientras que Regan
habla de valor inherente, extendido a todos los mamferos de ms de un ao, pero con
un contenido anlogo al del concepto de persona. La diferencia entre ambos reside en
dnde situar el lmite de los seres que poseen esos atributos y por lo tanto son sujetos
de esos derechos morales. Mientras que para Regan todos los seres con valor
inherente (sujetos de una vida) tienen derechos morales, en especial el derecho a ser
tratados con respeto, y lo tienen de igual modo, para Cortina puesto que las
personas, y solo ellas, tienen la capacidad necesaria para la accin moral, y puesto que
las no personas carecen de esa capacidad, se dice que las personas disfrutan de un
estatus moral nico o superior. Segn esto, solo las personas pueden tener derechos.

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En cuanto al contenido de los derechos, conviene precisar que no estamos


hablando de derechos jurdicos y/o polticos, que los animales seran incapaces de
ejercer en ningn sentido apropiado, sino de derechos morales bsicos. J. Riechmann
los concreta en los siguientes: 1) para todos los animales que sienten, el derecho a no
ser torturados ni tratados con crueldad; 2) para los animales que sufren reclusin, el
derecho a la libertad y 3) para los animales que son cuasi-personas, el derecho a la
vida.
Esta atribucin de derechos est ms cerca de las obligaciones para con los otros de
Kelsen, que parece razonable que los humanos nos dictemos en nuestro trato con los
animales, que de derechos de individuos derivados de pertenecer a una misma
comunidad moral (o poltica) que los humanos nos reconocemos para nosotros
mismos y solo para nosotros mismos. Me estoy refiriendo al concepto de comunidad
moral en un sentido restringido, como el conjunto de personas cuyas relaciones estn
estructuradas por derechos y deberes, es decir que son agentes morales, y no al ms
amplio de un conjunto de entidades que se estima que tienen importancia moral (son
dignas de consideracin moral), y en la que podramos englobar a ciertas especies de
animales.
Sin embargo, los derechos formulados por Riechmann, con ser razonables en lneas
generales, pueden entrar en conflicto con intereses humanos relevantes, como la
experimentacin con fines biomdicos, que podra estar en contradiccin con los dos
primeros derechos enunciados. En ese caso, creo que los valores humanos deben ser
inevitablemente preponderantes sobre ellos. Por eso, resulta ms coherente
formularlos como deberes que los humanos establecemos hacia los animales en la
medida que son compatibles con los derechos y las necesidades humanas ms
importantes, como el derecho a la salud, y no como derechos que los animales tienen
de forma inherente. En cualquier caso, somos los humanos los nicos que podemos
establecer qu derechos morales queremos otorgarles a los animales o qu
obligaciones tenemos para con ellos. No es algo que est en los animales sino en la
valoracin moral que nosotros hacemos de ellos.

Dilemas y contradicciones

Las distintas perspectivas ticas en relacin con el valor moral de los animales
deben enfrentarse en la prctica con dilemas y situaciones conflictivas y ofrecer
alternativas razonables para solventar esas situaciones. Como veremos seguidamente,
tanto el utilitarismo de Singer como la perspectiva de los derechos de los animales de
Regan no solamente plantean problemas tericos y de coherencia interna sino que
cuando se enfrentan a situaciones controvertidas no ofrecen alternativas satisfactorias
ya que, para evitar chocar frontalmente con nuestras intuiciones morales ms bsicas,
se inclinan, en la prctica, por soluciones antropocntricas, en clara contradiccin con
los fundamentos de sus respectivas doctrinas.
Algunas situaciones ficticias, en las que la salvaguarda de la vida de los seres
humanos puede requerir el sacrificio de animales, ilustran bien estas contradicciones a

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las que acabo de hacer referencia. Imaginemos que un camargrafo, que est rodando
en frica escenas de la vida salvaje y que lleva consigo un rifle como medida de
precaucin, observa con su cmara que un leopardo se acerca sigilosamente a un nio
que est jugando distradamente, sin percatarse del peligro. El camargrafo est en
una situacin ideal para abatir al leopardo con su rifle y salvar as la vida del nio,
debe hacerlo? Nuestras intuiciones morales ms elementales non dictarn que
indudablemente el camargrafo debe intentar salvar al nio matando al leopardo y
consideraramos que no hacerlo, simplemente por respetar la vida del leopardo,
constituye una perversin moral inaceptable. La primaca de la vida humana frente a la
animal parece clara, ya que si en vez de un nio se tratase de un joven antlope no
abogaramos por el sacrificio del leopardo frente al del antlope; simplemente, lo
consideraramos una contingencia de la vida salvaje en la que el depredador y la presa
compiten por su supervivencia.
Otro caso ficticio, que ilustra este mismo dilema, es el de una persona que tiene a
su cargo dos bebs, uno humano y otro de chimpanc (la especie filogenticamente
ms prxima a los humanos), pero solamente tiene leche para alimentar a uno de
ellos. A diferencia del caso anterior, no necesita tomar la decisin rpida y
precipitadamente, sino que puede meditarla detenidamente. A cul de los dos bebs
debera alimentar y, en consecuencia, salvar dejando morir al otro? Una vez ms, creo
que cualquier persona moralmente madura resolvera el dilema a favor del beb
humano.
Dilemas semejantes tambin se los han planteado los defensores de los derechos
de los animales y en todos (o casi todos) los casos han optado por alternativas a favor
de los intereses de la vida humana en juego. Tom Regan, por ejemplo, ha expuesto el
siguiente caso:

Imaginemos que hay cinco supervivientes en una barca. Debido a los lmites de
tamao, la barca solo puede acoger a cuatro. Todos pesan aproximadamente lo mismo y
ocuparan aproximadamente la misma cantidad de espacio. Cuatro de los cinco son
seres humanos adultos normales, y el quinto es un perro. Hay que echar a uno por la
borda o bien perecern todos. Quin debe ser este? [...] Ninguna persona razonable
negara que la muerte de cualquiera de los cuatro humanos sera una prdida prima
facie mayor, y por lo tanto un dao prima facie mayor, que la prdida del perro. [] La
concepcin de los derechos implica adems que, dejando a un lado consideraciones
especiales, deberan lanzarse por la borda un milln de perros y salvarse a los cuatro
humanos (Regan, 1983).

Estoy de acuerdo con Regan en este caso pero creo que su concepcin del igual
valor inherente de humanos y animales, sin existencia de grados, se ve seriamente
menoscabada por la solucin que aporta al dilema.
A un problema semejante al de Regan se enfrenta Peter Singer al someter a
escrutinio su concepto de especiesmo. Recordemos que, segn Singer, es especiesta
cualquier individuo que da mayor valor a los intereses de los miembros de su propia

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especie cuando se da un conflicto entre sus intereses y los intereses de los miembros
de otra especie. Pese e esto, afirma que no sera necesariamente especiesta ordenar
con algn criterio jerrquico el valor de vidas diferentes y que, por consiguiente, no
caeramos en el especiesmo si mantenemos que la vida de un ser consciente, con
capacidad de pensamiento abstracto, de planificar el futuro, de actos de comunicacin
complejos, etc., es ms valiosa que la vida de un ser sin estas capacidades. El
problema es que al decidir que estas capacidades (todas ellas genuinamente humanas)
poseen un valor jerrquico superior desde el punto de vista moral est adoptando un
enfoque claramente antropocntrico y, por lo tanto, especiesta, en clara contradiccin
con el principio de igual consideracin de intereses que est en la base de toda su
doctrina tica en defensa del valor moral de los animales.
De una inconsecuencia moral anloga hace gala Jorge Riechmann, con la diferencia
que l acepta explcitamente esa inconsecuencia. Refirindose a la experimentacin
con animales, a la que es claramente contrario, afirma que empleando la venerable
terminologa kantiana, los animales son fines en s mismos (aunque no sean ni puedan
ser agentes morales). Si se acepta lo anterior, entonces hay que reconocer que la
experimentacin con animales es ticamente injustificable, pero puesto en la tesitura
de tener que elegir entre primates y humanos para realizar ciertos experimentos
inevitables (por ejemplo, pruebas en primates de posibles vacunas contra el Sida), yo
elegira realizar las pruebas en primates. Se trata de una opcin ticamente
injustificable, de una inconsecuencia moral, y soy plenamente consciente de ello.
Por su parte, Jess Mostern, que tambin se ha caracterizado por una defensa
abierta de los derechos de los animales, reconoce implcitamente que animales y
humanos no pueden ser equiparables en todas las circunstancias, ya que acepta el
sacrificio de animales con fines alimentarios, cosa que, obviamente, no se plantea en el
caso de los seres humanos. As, afirma razonablemente que en el caso de los animales
de comida, es decir de la ganadera y la piscicultura, los ganaderos cuidan y alimentan
a los animales que luego van a sacrificar en el matadero. Los animales cuya muerte
provoca el ganadero no habran existido ni vivido si no fuera por su interferencia
artificial. En este caso, no veo objecin moral alguna a la muerte artificial del animal,
siempre que esta se realice sin dolor.
Otros aspectos que presentan dificultades a los defensores de las ticas animalistas
son las diferencias en la consideracin de distintas especies animales y el tratamiento
de las plagas. El principio de igual consideracin de intereses de los utilitaristas o el
valor inherente, sin diferencias de grados, para diferentes especies animales de los
defensores de los derechos resultan, en la prctica, muy poco satisfactorios para dar
cuenta de la diversidad de actitudes que adoptamos frente a distintas especies. Parece
bastante claro que, aunque quisiramos, no podramos tratar igual a los perros que a
los ratones o a los topos que a los monos, por citar ejemplos de mamferos. Si
hicisemos extensivas estas consideraciones a otros vertebrados o, ms an, a los
invertebrados, estas consideraciones resultan todava ms evidentes. No se trata
solamente de un problema de ndole prctico, que lo es, sino tambin de la empata
que podemos desarrollar frente a distintas especies de animales en el trato con ellas.

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Damos mayor consideracin moral a un mono que a una mosca, no solamente porque
el mono pueda sentir dolor y tenga un cerebro ms desarrollado sino porque posee
caractersticas y atributos mucho ms cercanos a los nuestros que la mosca y, por ello,
podemos identificarnos mucho ms con aquel que con esta, cualquiera que sea la
situacin de que se trate. Del mismo modo que optamos por la defensa del valor de la
vida humana cuando se presenta un conflicto de intereses importante, optamos
tambin por la defensa de un mono frente a una rata y, ms todava, frente a una
cucaracha. Las razonas que nos llevan a ello, sin ser totalmente idnticas (ya que el
sentido moral que reconocemos a los humanos no lo reconocemos a ninguna otra
especie animal) s son bastante anlogas y tienen mucho que ver con la cercana
evolutiva, es decir, con el grado de parentesco dentro del reino animal, que determina
que poseamos tantas ms caractersticas comunes cuanto mayor sea este.
El tratamiento de las plagas, al que antes alud, raramente aparece tratado en los
textos de los defensores de los derechos de los animales. En virtud del reconocimiento
del valor inherente de las ratas, como mamferos que son, estaramos dispuestos a
renunciar al tratamiento de las plagas de ratas en las grandes ciudades y cargar con los
graves problemas de salud pblica que de esta actitud podran derivarse? Creo que
una actitud moral y socialmente responsable nos llevara inevitablemente a adoptar
medidas favorables al control de plagas, en detrimento de los intereses de las ratas,
cualesquiera que sean estos. La importancia moral de los seres humanos y de las ratas
no puede ser equiparable y dudo que las ticas animalistas puedan resolver
satisfactoriamente este problema sin renunciar a sus postulados fundamentales.
Otra cuestin de especial relevancia que plantea dilemas controvertidos y es objeto
de posturas enfrentadas es la del uso de animales en investigacin. Sobre la tica de la
investigacin con animales he publicado un extenso trabajo en Pgina abierta14 (a
donde remito al lector o lectora interesados), razn por la cual no tratar aqu esta
cuestin.

Una postura antropocntrica (dbil) de respeto moral hacia los animales

Las doctrinas animalistas han tratado, desde distintas perspectivas ticas, de


enfrentarse al maltrato que los humanos hemos dado, y seguidos dando, a los
animales. Conscientes de que la tica tradicional o bien ha ignorado el problema o,
cuando se ha ocupado de l, ha adoptado una posicin antropocntrica fuerte que
desprecia el que los animales puedan poseer algn tipo de valor moral digno de ser
reconocido, han visto en ella una simple justificacin de la conducta tpica de los
humanos para con los animales, caracterizada por la crueldad y la insensibilidad hacia
su sufrimiento. Frente a esta situacin han intentado elaborar teoras que al equiparar
moralmente a los animales con los humanos pudiesen establecer una fuerte barrera de

14
El trabajo fue publicado en dos entregas, en los nmeros 209 (julio-agosto de 2010) y 210
(septiembre-octubre de 2010) de Pgina abierta, respectivamente.

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proteccin contra el maltrato hacia los animales, que la tica tradicional ha sido
incapaz de condenar moralmente.
El problema es que, por loables que hayan sido los intentos, las dificultades con las
que se han encontrado las ticas zoocntricas para articular un discurso coherente han
resultado insuperables. Adems, enfrentadas a los dilemas prcticos, ficticios o reales,
se han inclinado en la mayora de las ocasiones hacia soluciones antropocntricas que
han socavado su coherencia interna. Cuando no ha sido as, y han adoptado posturas
contrarias a la explotacin de los animales, como ha ocurrido en la oposicin a la
utilizacin de animales en experimentacin cientfica o en la defensa del
vegetarianismo para evitar el sacrificio de animales para alimentacin, han conseguido
un cierto grado de sensibilizacin de sectores de la opinin pblica que ha redundado
en la aprobacin de algunas normativas destinadas a mejorar la situacin de los
animales. Sin embargo, no han conseguido alcanzar su objetivo de equiparar
moralmente a los animales con los humanos, ya que sus metas en este sentido han
aparecido como poco razonables.
En lo que sigue tratar de exponer algunas consideraciones y criterios de lo que
considero una postura razonable de respeto moral hacia los animales inspirada en un
antropocentrismo dbil. Comparto con las ticas animalistas la idea de que la tica
tradicional de desprecio hacia el valor moral de los animales resulta insostenible hoy
en da. En este sentido, me parece muy atinada la opinin de Mostern de que el
extremo antropocentrismo de la tradicin moral cristiano-kantiana nos parece ahora
una posicin anacrnica, difcilmente sostenible e incapaz de dar respuestas
satisfactorias a las exigencias de nuestra actual sensibilidad. La concepcin de Kant de
que los animales son cosas15 creo que es profundamente errnea a la luz de los
conocimientos biolgicos actuales fundamentados en la teora de la evolucin.
Tampoco me parece muy feliz desde el punto de vista moral. Tal vez Kant dio
demasiada importancia a la racionalidad a la hora de decidir qu seres merecen
respeto moral. La racionalidad, con ser importante, no puede constituir el nico
criterio. El valor moral que les otorgamos a personas que tienen sus facultades de
raciocinio gravemente daadas induce a pensar que deben existir otros factores
relevantes complementarios que es necesario tener en cuenta.
El que los criterios que voy a exponer se siten dentro de una perspectiva
antropocntrica no es debido solamente a las incoherencias apreciadas en las ticas
animalistas. Creo que la perspectiva antropocntrica es inevitable ya que, como
apunta Victoria Camps, si la tica tiene que abrirse de forma que d cabida a otros
seres distintos de los humanos [] debe hacerlo sin confundirse de perspectiva y sin
rechazar de plano el paradigma tico vigente hasta ahora, que es antropocntrico. []
En efecto, compadecemos a los animales y los incluimos en nuestra reflexin moral,
pero no los convertimos a ellos mismos en agentes o sujetos morales. Si la vida
humana parece ms valiosa que cualquier otra vida solo es porque es desde ella desde

15
Aquello de lo que el hombre puede disponer han de ser cosas. A este respecto los animales son
considerados como cosas, pero el hombre no es una cosa.

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donde se otorga valor a la vida humana en general. Ah est la superioridad del ser
humano.
Un primer criterio hace referencia a la crueldad. La moral humana prohbe la
crueldad para con otros seres humanos, y no hay una buena razn para utilizar este
principio de otro modo en lo que se refiere a los animales. En segundo lugar, la
capacidad de experimentar dolor o sufrimiento es un criterio importante, que motiva
que tengamos obligaciones morales para con los animales. Sin embargo, la capacidad
de experimentar dolor o sufrimiento, aunque importante, no es el nico criterio
relevante. Existen otros, como la racionalidad o la autoconsciencia propias de las
personas, que tambin son importantes desde el punto de vista moral. Estos criterios
determinan que el valor de los humanos (en tanto que personas) y de los animales no
sea equiparable.
Nuestra ascendencia evolutiva comn hace que compartamos con los animales
algunas caractersticas moralmente relevantes. Las diferencias entre humanos y
animales, aunque muy importantes, son sobre todo de grado, aunque algunas, como la
autoconsciencia o ciertas propiedades del lenguaje, presentan un efecto de umbral
que se traduce en que, en la prctica, esas diferencias parezcan ms cualitativas que
cuantitativas. En virtud de estas caractersticas compartidas, debemos considerar a los
animales, sobre todo a los grandes simios (los ms prximos filogenticamente), como
seres moralmente valiosos hacia los cuales tenemos deberes de justicia.
Por otro lado, en virtud de las diferencias que justifican nuestro enfoque
antropocntrico, que hemos ilustrado con varios casos de dilemas morales irresolubles
sin este enfoque, es necesario establecer una gradacin entre las obligaciones morales
frente a los seres humanos y frente a los animales. Asimismo, es necesario hacerlo
tambin entre las diferentes especies de animales, ya que existen criterios morales
que as lo aconsejan o prescriben y porque la gradacin entre animales es
pragmticamente inevitable.
De forma sumaria, los criterios a los que hemos venido haciendo referencia seran la
capacidad de experimentar dolor o sufrimiento, la racionalidad (capacidad de planificar
el futuro), la autoconsciencia, la posesin de sentido moral, la autonoma y la
reciprocidad. Algunos son total o parcialmente compartidos con los animales, mientras
que otros son exclusivamente humanos y aunque resulta muy difcil ponderar la
importancia relativa de unos frente a otros, en conjunto permiten establecer una
gradacin de obligaciones morales para con las distintas especies animales.
La asuncin de esas obligaciones debera tener consecuencias prcticas, en forma
de cambios de hbitos (reflejados legalmente) en nuestras prcticas con los animales y
en la supresin de ciertas actividades. Por lo que se refiere a estas ltimas, las ms
relevantes seran la prohibicin de espectculos o festejos que implican un trato cruel
con los animales (como los espectculos taurinos) y la caza deportiva. En cuanto a las
primeras, las ms importantes hacen referencia a la cra industrial, a la
experimentacin con animales y al trato especial que deberamos dar a los grandes
simios.

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La cra industrial de animales se realiza en la actualidad en condiciones deplorables


para ellos, que es necesario cambiar con normas legales exigentes. Estas normas
deben cubrir las condiciones de estabulacin, transporte, alimentacin de los propios
animales y su sacrificio. Todo ello debera ir encaminado a evitar la crueldad y el
sufrimiento de los animales, aunque la rentabilidad econmica se vea perjudicada.
Algunas medidas ya se han tomado en los ltimos aos en diversos pases, pero an
resultan claramente insuficientes, por lo menos en su plasmacin prctica.
En relacin con el uso de animales en investigacin, ya he comentado que no me
ocupara aqu de esa cuestin, ya que ha sido objeto de una publicacin especfica. Me
limitar a sealar los principales puntos de discrepancia sobre esta cuestin y mis
conclusiones en relacin con la aceptabilidad de esta investigacin. Esos puntos de
discrepancia son los siguientes: 1) desacuerdo a la hora de juzgar cunto dolor y
sufrimiento se provoca a los animales; 2) distinta valoracin de la importancia de las
conclusiones que se pueden extraer de los experimentos con animales; y 3) distinta
valoracin de la utilidad de los mtodos alternativos al uso de animales.
En cuanto a su aceptabilidad, creo que la investigacin con animales es ticamente
aceptable dentro de ciertos lmites. Esta debe encaminarse a la mejora de la salud y de
la calidad de vida de los seres humanos, y no a otros fines. Adems, constituye un
deber moral evitar en lo posible el dolor y el sufrimiento de los animales. Tambin
deben ponderarse los beneficios y los daos causados a los animales en cada
investigacin. Para ello, el uso de animales en investigacin debe realizarse de acuerdo
con los criterios de las tres erres: reemplazar, reducir y refinar los mtodos en el uso
de animales.

Conclusiones finales

Para terminar, resumo sumariamente en una serie de puntos, mis principales


conclusiones acerca de las cuestiones tratadas a lo largo de esta exposicin sobre la
valoracin moral de los animales y nuestras obligaciones en relacin con su bienestar.
Son las siguientes:
a) Los humanos tenemos obligaciones o deberes morales para con los animales.
b) Tenemos el deber moral de respetarlos, protegerlos y evitarles, en lo posible, el
dolor, el sufrimiento y la angustia.
c) En relacin con los deberes, es necesario establecer una gradacin entre las
distintas especies de animales.
d) Por su desarrollo mental, los mamferos merecen una mayor consideracin, en
especial los grandes simios por su grado de consciencia.
e) Los deberes para con los animales no tienen el mismo peso moral que los
deberes que tenemos hacia los humanos.
f) Son necesarios cambios legales y prcticos en nuestro trato con los animales,
encaminados a mejorar su bienestar, lo que debera conllevar la prohibicin de
espectculos que impliquen un trato cruel para con ellos.

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