ERUDITOS JUDAICOS
fevereiro 16th, 2015 admin
La obra de los eruditos judaicos respecto a los escritos bíblicos y no
bíblicos no cesó cuando se completó el Talmud. Durante los siglos
siguientes se produjeron numerosos comentarios del Talmud, como
también comentarios acerca de la Biblia hebrea. Hasta el siglo X
toda la interpretación judaica del Antiguo Testamento (Biblia
hebrea) se efectuó con la ayuda de la Haggadá o de alegorías.
Las interpretaciones alegóricas también estuvieron en boga entre
los “padres” cristianos. Sin embargo, la influencia posterior de la
erudición arábiga trajo un cambio que indujo a los eruditos judaicos
a que dieran a sus estudios un enfoque gramatical y lexicográfico
más sólido, y se logró una comprensión más racional de la Biblia
hebrea. Los comentadores más antiguos que merecen esta
designación fueron Saadia ben José (m. 942), Samuel ben Hofni (m.
1034) y Moisés ibn Gikatilla, que vivió en la última parte del siglo XI.
Sin embargo, las lumbreras máximas entre los comentadores
judaicos trabajaron en los siglos XII y XIII. Entre éstos se cuentan
Rashi (o Raschi), Ibn (o Abén) Ezra, David Kimhi y Maimónides,
cuyas obras no sólo han influido en el pensamiento religioso judío
hasta el día de hoy sino también, en menor grado, en el
pensamiento de los comentadores cristianos.
Rashi (1040-1105), rabino francés, escribió comentarios acerca de
la Biblia y del Talmud. Su comentario bíblico ha sido impreso en la
mayoría de las Biblias rabínicas, y su comentario sobre el
Pentateuco es muy usado entre los judíos.
Ibn Ezra (1092-1167) fue un judío español que viajó mucho en la
zona del Mediterráneo, por lo que adquirió un conocimiento
enciclopédico tan grande que sus comentarios acerca de los libros
bíblicos fueron valiosas fuentes de información.
David Kimhi (1160-1235) pertenecía a una familia de eruditos judíos
de Francia. Su mayor obra exegética es un comentario de los libros
proféticos del Antiguo Testamento; sin embargo, tuvo más
influencia como gramático y lexicógrafo. Su famosa gramática
hebrea, que contiene una lista de raíces hebreas, durante siglos
constituyó la base de la escritura gramatical hebrea tanto para los
judíos como para los cristianos.
Maimónides (1135-1204) fue el más notable de todos los eruditos y
filósofos judíos de la Edad Media. Nació en España y se hizo famoso
como líder del judaísmo en Egipto. Su comentario arábigo sobre la
Mishnah dio verdadero significado a muchas frases oscuras de los
antiguos rabinos, y extrajo de ellas valores éticos y dogmáticos. Sus
obras influyeron tanto en los escolásticos cristianos como en los
filósofos musulmanes. Tomás de Aquino, Meister Eckhart y aun el
filósofo Leibnitz dedujeron ideas filosóficas básicas de Maimónides.
Antigua Literatura Judía
Introducción
Los cuatro siglos de historia judía desde la conquista de Alejandro
Magno (332 a. C.) hasta la destrucción del templo de Jerusalén (70
d.C.) fueron un período de considerable actividad religiosa, política
e intelectual. No es, pues, sorprendente que también se
caracterizaran por un notable conjunto de producciones literarias,
muchas de las cuales aún existen.
Esas obras son de naturaleza religiosa, pues la religión estaba
entretejida en todos los aspectos de la vida judía. Al mismo tiempo
reflejan acentuadamente las tendencias políticas e intelectuales de
ese tiempo.
La literatura de este período está constituida por:
(1) Libros conocidos como “apócrifos” y “seudoepigráficos”, que
consisten de literatura sapiencial, relatos patrióticos, hechos
históricos y obras apocalípticas;
(2) los escritos de la comunidad de Qumrán (probablemente
esenios), la mayoría de los cuales provienen de las cuevas
descubiertas cerca de mar Muerto;
(3) los tratados alegóricos de Filón de Alejandría, el teólogo-filósofo
helenístico;
(4) las obras de Josefo.
Después de la destrucción del templo, y más aún después de que
fue sofocada la revolución encabezada por Simón Barcoquebas
(132-135 d. C.), la vida y el pensamiento de los judíos
experimentaron profundos cambios.
Como habían terminado tanto el ritual del templo como su
existencia como entidad política, los judíos concentraron sus
energías intelectuales en un esfuerzo para no ser absorbidos
cultural y racialmente por el mundo gentil; y lo hicieron dando
énfasis a los aspectos legales de su vida religiosa y ocupándose
minuciosamente en ellos, tendencia que ya tenía una larga historia,
especialmente entre los fariseos.
Si bien es cierto que al principio sus disposiciones legales fueron
preservadas mayormente mediante la tradición oral, desde
comienzos del siglo II tomaron una forma literaria definida, y en el
siglo VI ya se habían convertido en lo que ahora se conoce como el
Talmud, la compilación tradicional de la ley judía.
Junto con el Talmud surgió un extenso comentario tradicional judío
de las Escrituras conocido como el Midrash (o Midrás). Una buena
parte de esto resultó de la exposición del Antiguo Testamento en
las sinagogas. La literatura proveniente del Midrash no alcanzó su
forma final hasta aproximadamente el año 1000.
Se tratará brevemente cada uno de estos tipos de antigua literatura
judía.
Los Apócrifos
Los Seudoepigráficos