04 LAS COSMOVISIONES CIENTÍFICAS y FILOSÓFICAS DEL UNIVERSO
04 LAS COSMOVISIONES CIENTÍFICAS y FILOSÓFICAS DEL UNIVERSO
Galileo Galilei le muestra el uso del telescopio al Dogo de Venecia. Fresco pintado por Bertini en 1858, se halla en
la Sala Bertini en Villa Andrea Ponti, en Varese, Italia
“(…) qué leyéndose en muchos párrafos de las Sagradas Escrituras que el Sol se mueve y la Tierra se
encuentra inmóvil y no pudiendo ellas jamás mentir o errar, de ahí se deduce que es errónea y condenable
la afirmación de quien pretenda postular que el Sol sea inmóvil y la Tierra se mueva (…)”
Galileo. Carta a Cristina de Lorena. El florentino se queja de las críticas que sus adversarios le practican,
apoyándose en las Sagradas Escrituras, y condenando tanto sus hallazgos y conocimientos como los de
Copérnico
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1. PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD. IDEAS PREVIAS
Trata de responder a las siguientes cuestiones:
¿Sabes lo que es un paradigma científico?
¿Conoces quiénes fueron los primeros protagonistas del saber cosmológico?
¿Podrías explicar en qué consiste “el giro copernicano”?
¿Estimas que los conocimientos científicos que poseemos de la naturaleza y el universo en
estos momentos son firmes, estables, fijos, inamovibles, con respecto al futuro?
¿Crees que la experiencia religiosa está relacionada con fenómenos de percepción
físicos?
Lee el siguiente artículo en relación con este asunto.
«El doctor en neurología James Austin cree que para sentir que el tiempo, el miedo y la autoconciencia
se han disuelto, y tener realmente una experiencia mística y espiritual, ciertos circuitos cerebrales deben
ser interrumpidos. […]
Sus teorías fueron publicadas en el libro El zen y el cerebro. Desde entonces, cada vez más científicos se
han dedicado a la “neuroteología”, el estudio de la neurobiología de la religión y la espiritualidad. […]
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En pequeños grupos, organizad un debate en torno al siguiente tema: la religión y su
relación con la ciencia. Para desarrollar las ideas pueden servir estos enlaces:
- http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/ciencia-religion-3248090
- http://www.elmundo.es/opinion/2014/09/21/541df1fd268e3e021a8b457c.html
- http://www.unav.es/cryf/curso05ma.htm
- http://www.unav.es/cryf/
- http://www.tendencias21.net/Ciencia-y-religion-dos-visiones-del-mundo_a4260.html
2. LA FILOSOFIA DE LA NATURALEZA
La filosofía de la naturaleza es la reflexión filosófica sobre el mundo natural o físico. La
naturaleza siempre ha sido motivo de admiración y de reflexión; de hecho, a los primeros
filósofos, anteriores a Sócrates (Grecia, 470-399 a. C.), se los suele agrupar bajo la denominación
de “físicos” o también “cosmólogos”, pues su investigación fundamental se dirige a la naturaleza
(en griego, physis), es decir, al universo en su totalidad. Estos pensadores concebían la
naturaleza ante todo como un sistema ordenado (kósmos), cuyas leyes pretendían descubrir, y
no como un káos (desorden).
La filosofía de la naturaleza se pregunta por el origen, el desarrollo y el futuro del universo y
también por su realidad, es decir, investiga en qué consiste, de dónde proviene y hacia dónde
evoluciona el universo. Para ello, tiene en cuenta descubrimientos científicos muy variados: desde
los relativos a las partículas que componen la materia (microuniverso) hasta el conocimiento de
los millones de galaxias que lo forman (macrouniverso). Y no solo estudia los seres inanimados,
sino también los seres vivientes, incluido al ser humano en cuanto ser natural.
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3. COSMOLOGÍA, COSMOGONÍA Y COSMOVISIÓN
Todas las culturas disponen de una forma de ver o de comprender el universo. Los términos
“cosmología”, “cosmogonía”, y “cosmovisión” hacen referencia a esta comprensión del universo
que tienen todas las culturas y que todos los seres humanos necesitamos para reorientarnos en
la existencia. Su significado es parecido, pero no el mismo:
La cosmología es un término griego que significa “tratado o estudio del orden que rige el
universo”. Procede de C. Wolff (Alemania, 1679-1754), que la entendió como el estudio del
universo en su totalidad y la consideró como una parte de la metafísica. En la actualidad la
expresión “cosmología” se usa también para referirse a una disciplina científica, muy ligada
a la astronomía, a la física y a las matemáticas, que se ocupa principalmente de construir
modelos del universo que sean coherentes con los datos astronómicos y físicos que
poseemos.
La cosmogonía. Cuando una visión del universo implica elementos míticos o aportaciones
religiosas, suele hablarse de una “cosmogonía” y en cada cultura o en cada época histórica
puede incluir elementos muy diferentes. Por ejemplo, la cultura de los indígenas
americanos diviniza la naturaleza, la africana se basa sobre todo en el animismo, que ve
vida y alma en todo lo que se mueve; la cultura oriental se inspira sobre todo en las
grandes religiones de China y de la India, etc.
Estos relatos, protagonizados por seres poderosos, como dioses y titanes, ayudaban al ser
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humano a dotar de sentido su mundo y su vida. En todas las culturas humanas han existido este
tipo de narraciones, denominadas mitos. Los mitos proporcionan una cosmovisión por su
capacidad para ofrecer una imagen del universo, de su origen y del lugar que ocupa el ser
humano en él.
Las cosmovisiones míticas se caracterizan por su naturaleza simbólica y por personificar los
fenómenos naturales, representados como manifestaciones de seres poderosos y fantásticos.
Con la aparición del pensamiento científico surgió una nueva forma de explicar el mundo mucho
más consistente que los relatos míticos. La ciencia dio lugar a las cosmovisiones científicas,
caracterizadas por aspirar a la objetividad y a describir la naturaleza sin recurrir a personajes
fantásticos y dejando al margen la esfera espiritual y simbólica.
Las ideas que constituyen una cosmovisión científica están interconectadas, dependen
unas de otras formando un sistema.
Para que un conjunto de ideas pueda ser definido como cosmovisión debe existir un
consenso general en torno a él, es decir, tiene que ser compartido por gran parte de la
sociedad. Una época determinada puede experimentar un cambio radical en la forma de
entender el mundo: es lo que se conoce como revolución científica.
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6. LAS COSMOVISIONES ANTIGUAS
Los primeros filósofos pensaron que la Tierra y los cielos eran mundos diferentes.
La Tierra
Las primeras preocupaciones de los primeros filósofos fue justificar racionalmente el planeta en el
que vivimos. Así trataron de hallar los principios de la realidad y el principio básico o elemental de
lo que todo está constituido, el arjé. Estimaron que todas las cosas estaban compuestas a partir
de los cuatro elementos, aire, agua, tierra y fuego. Lo que variaba en cada sustancia dependía de
la concentración que hay de estos elementos en cada una de ellas.
En cuanto a la forma de la Tierra, al principio pensaron que la Tierra era plana y que se
encontraba rodeada por el océano. No tardaron en aparecer comunidades y escuelas, como la
pitagórica, que ya en el siglo VI a. C. habían deducido que la Tierra era esférica gracias a una
serie de observaciones.
Los cielos
Los griegos antiguos lo concibieron así:
El movimiento de los cuerpos celestes ha de ser circular, movimiento perfecto, propio de
los seres divino
Geocentrismo: la Tierra está inmóvil en el centro del universo, y éste está organizado en
torno a ella.
El universo debe ser entendido como limitado, en su extremo más alejado de la Tierra, por
la esfera de las estrellas fijas. Esta constituiría una especie de bóveda o cúpula, en la
que estarían incrustadas las estrellas.
El universo aristotélico
Para Aristóteles, el universo es un todo organizado, un cosmos, en dos mundos de naturaleza
distinta: el mundo sublunar o terrestre y el supralunar o celeste.
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El mundo sublunar
Es el mundo que habita el ser humano: la Tierra. Tiene forma esférica, es muy reducida y ocupa
un lugar central en el universo. Este mundo está limitado por la esfera de la Luna, que constituye
la frontera entre las dos regiones: sublunar y supralunar.
Está constituido por los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Cada uno de ellos tiene un
lugar que le es propio en el universo. Si se encontrasen en estado puro, se organizarían en
esferas concéntricas en el siguiente orden: la tierra estaría en el centro, encima el agua, luego el
aire y por último el fuego. Los cuatro elementos tienden de manera natural a recobrar esta
posición, por lo que les caracteriza un movimiento natural de carácter rectilíneo, que puede darse
en dos sentidos: descendente, en el caso de la tierra y el agua (por su condición pesada), y
ascendente, en el caso del aire y el fuego (por su condición ligera). Como el mundo sublunar está
poblado de sustancias que son compuestos o mezclas de estos elementos, según la proporción
que tengan de ellos, les corresponderá un movimiento natural de uno u otro signo.
Ahora bien, en la región sublunar no solo podemos observar movimientos rectilíneos de
ascenso y descenso, sino que hay cambios y transformaciones de otros tipos.
El mundo supralunar
Es el mundo que está más allá de la esfera de la Luna y que tiene su límite en la esfera de las
estrellas fijas. Más allá de esta no hay nada.
A diferencia del mundo sublunar, el supralunar se compone de un quinto elemento: el éter. Es un
elemento de naturaleza divina: perfecto, puro, inalterable y sin peso. Por eso, el mundo
supralunar es eterno e inmutable. La estructura de esta región sigue el modelo de las esferas
homocéntricas de Eudoxo. Estas esferas existen realmente y se componen de éter, aunque solo
son visibles en las regiones en las que el éter se concentra formando los cuerpos celestes. Cada
esfera se mueve con un movimiento circular uniforme, que se transmite por rozamiento de una
esfera a otras, lo que produce como resultado los complicados movimientos de los planetas.
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Las implicaciones de estos modelos antiguos
Algunas de las implicaciones de esta cosmovisión son:
La realidad está perfectamente ordenada.
El movimiento es algo inherente a la materia, no algo que le sobreviene solo desde fuera.
Por este motivo, la propia naturaleza de cualquier ser lo impulsa a cambiar y desarrollarse.
La realidad es totalmente cognoscible. Usando su capacidad de observación y la razón,
el ser humano puede comprender el funcionamiento del universo, apoyándose en
relaciones de causalidad.
La perspectiva con la que se estudia la realidad es antropocéntrica. En efecto, el mundo
se contempla desde el punto de vista del ser humano (la Tierra es única, inmóvil y en el
centro).
7. LA COSMOVISIÓN MODERNA
Durante los siglos XVI y XVII se una verdadera revolución científica (grandes cambios respecto al
modelo clásico antiguo). Esa revolución científica comienza con el libro “De revolutionibus orbium
coelesttium” (1543), de Nicolás Copérnico. Para predecir con mayor exactitud los movimientos de
los planetas, Copérnico propone un modelo heliocéntrico. Además considera los tres movimientos
de la Tierra: rotación, traslación y declinación.
Universidad de Padua, donde estudió Copérnico desde 1501 a 1507 derecho y medicina. Fotografía personal. A la derecha, el
famoso teatro anatómico de Padua, uno de los pocos que se conservan actualmente en el mundo
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Tycho Brahe observa y anota movimientos de los astros del cielo. Kepler elimina la circularidad
de las órbitas planetarias.
Galileo Galilei consolidó el nuevo modelo astronómico gracias a sus observaciones con el
telescopio. Observa manchas solares y cráteres lunares (con lo que el universo no es perfecto ni
inmutable) y los satélites de Júpiter (con lo que no todos los astros giran alrededor de la Tierra).
Plaza de San Marcos en Venecia. Desde “Il Campanille”, dice en la placa conmemorativa, el 21 de agosto de 1609 Galileo con su
telescopio ensanchaba el horizonte del ser humano. En su cuarto centenario. Fotografías personales
En 1687 Isaac Newton desarrolla la ley de gravitación universal y con la que se pueden
explicar tanto los movimientos terrestres como los celestes. El modelo newtoniano se convierte en
el ideal de la nueva ciencia por su carácter de universalidad y capacidad predictiva. Además,
quedan establecidos los rasgos del nuevo paradigma de la cosmovisión moderna:
Mecanicismo. Las leyes científicas (universales y eternas) explican con exactitud
matemática los movimientos del universo. Este es concebido como una gran máquina
comparable a un mecanismo de relojería.
Determinismo. El universo se convierte en una realidad teóricamente predecible en su
totalidad a partir de la obtención de datos exactos.
Reubicación del ser humano en el cosmos. El hombre ya no es el centro, sino un ser
diminuto frente a la inmensidad del cosmos, pero sigue manteniendo su grandeza gracias
a la razón mediante la cual ha descubierto la estructura y leyes del universo.
Crisis de los conceptos de la metafísica tradicional (aristotélico-tomista).
Replanteamiento de los conceptos de Dios y alma.
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8. LA COSMOVISIÓN CONTEMPORÁNEA
Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX se producen importantes descubrimientos que
hacen posible una nueva concepción del mundo. Principios fundamentales:
El derrumbe de los últimos restos del antropocentrismo.
El campo de experiencia se despliega sobre los dos infinitos (Pascal) entre los que se
mueve el ser humano: el mundo macrocósmico y el subatómico.
Los descubrimientos científicos que han dado lugar a esta cosmovisión contemporánea son:
Crisis de los fundamentos de la matemática, herramienta básica para las otras ciencias.
Por último en la teoría del caos se descubre (frente al determinismo de la física moderna) el
carácter no-lineal e iterativo de los comportamientos de la naturaleza, esto es, la imposibilidad de
predecir dentro de un mismo contexto teórico las consecuencias de un fenómeno cuando se
introducen ínfimas diferencias en las condiciones de su estado inicial.
Desde esta perspectiva, se abren formas de indagación sobre la realidad y sobre el puesto del ser
humano en el cosmos.
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Hubble demostró en 1543 que hay infinidad de galaxias.
Galileo demostró que el universo era inmutable.
El determinismo es una de las implicaciones filosóficas de la cosmovisión contemporánea.
El organicismo y el antropocentrismo, propios de la visión contemporánea, se oponen al
determinismo.
Las leyes de Kepler defienden que no se puede establecer simultáneamente y con precisión
la posición y la velocidad de una partícula como el electrón.
En la actualidad sabemos que la generación y la corrupción solo se dan en el mundo
sublunar.
Responde: ¿Es indiscutible la teoría del Big Bang? Para reconciliar un universo eterno con la
expansión cósmica, Hoyle defiende «el estado estacionario». Recomendamos el siguiente enlace
para responder: http://fisicamodernauniverso.blogspot.com.es/
Al estudiar las ramas de la filosofía hemos conocido una de ellas, la metafísica, que destaca por su
carácter general y abstracto. La metafísica se ocupa de la reflexión filosófica sobre el ser o la
realidad en su sentido más general. A diferencia de las ciencias particulares, que versan sobre
aspectos particulares de la realidad, la metafísica se dedica a su estudio en cuanto totalidad de lo
existente. Entre las cuestiones fundamentales tratadas por la metafísica se encuentra la que se
refiere a la realidad y su existencia. Su estudio comprende la cuestión sobre lo que es real, ¿qué es
real?, así como el de la propia existencia de lo real: ¿cuál es la razón de su existencia?
En un sentido más limitado, lo real sería aquello que tiene entidad material; la realidad desde
este punto de vista consistiría en la del mundo físico, aquello que es cognoscible por la
ciencia.
En otro más amplio, Lo real comprendería, además, otros aspectos no observables
empíricamente; así, por ejemplo, cabría hablar de realidades como son el mundo espiritual o
el pensamiento, Dios, la libertad, etc.
LO REAL Y LO APARENTE
La pregunta por lo verdaderamente real ocupa a la filosofía desde sus comienzos. Una de las
cuestiones clave en este sentido es la diferencia ya establecida desde la filosofía en sus orígenes
entre lo real y lo aparente, entre las cosas tal como se nos presentan a los sentidos y lo que estas
son verdaderamente. Esta dicotomía entre lo real y lo aparente es el núcleo de la reflexión filosófica
de autores griegos como los presocráticos, Sócrates, Platón, Aristóteles o los estoicos.
Al comienzo de la filosofía, los presocráticos racionalizaron una realidad que se presenta ante
nuestros ojos como distinta y cambiante, postulando un principio común constitutivo de todo cuanto
existe. Para unos, dicho principio habría de ser un solo elemento, para otros una pluralidad de
elementos en combinación. En todo caso, sería un principio unificador postulado racionalmente, que
serviría para dotar de coherencia y ajustar a leyes comunes una realidad que en su apariencia se
nos presenta como dispar y contingente. Dicho principio sería el origen de todos los seres, aquello
que los constituye y la causa de su propia existencia.
Un filósofo que lleva al extremo la diferencia entre lo real y lo aparente es Parménides. Para este autor griego,
tanto la multiplicidad de los seres como el devenir serían puramente ilusorios. Un análisis racional del ser
conduce a la negación del no ser y, con ello, la imposibilidad de concebir racionalmente el nacimiento y la
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muerte, el cambio, o la multiplicidad de los seres. Todo lo real sería único: una esfera compacta indivisible,
eterna e inmutable.
Platón y Aristóteles
Una de las diferencias determinantes en relación con el concepto de realidad es la que proviene de
las distintas interpretaciones que sobre la misma tuvieron los filósofos griegos Platón y Aristóteles.
Para Platón la realidad no se agota en su aspecto físico o material, por el contrario, sostiene que la
verdadera realidad es de carácter ideal. Según su planteamiento, es necesario postular un mundo
de ideas eternas e inmutables que son la razón última de la existencia de entidades en este mundo
material. Aquello que cada cosa es, su esencia, no es de carácter material, sino inmaterial, ideal.
Así, por ejemplo, es la idea de árbol lo que hace que un árbol sea tal. Su idea es el modelo, el
patrón fijo e invariable al que se ciñe su materia constituyendo el árbol
individual. En sus distintos órdenes, la realidad se estructura, según este
planteamiento, de acuerdo con el esquema de un mudo ideal organizado
de forma gradual: desde las ideas más particulares hasta las más
generales y principales como las de Bien o Unidad.
Así, mientras que Platón quita realidad a las cosas sensibles y las considera no más que copias
imperfectas de las ideas que imitan, Aristóteles da plena realidad a los seres sensibles,
compuestos de materia y forma, siendo esta unión lo que les permite existir como individuos.
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La materia y la forma de Aristóteles
«Érase una vez un escultor que estaba agachado sobre un enorme bloque de granito. Todos los días daba
martillazos y picaba la piedra informe, y un día recibió la visita de un niño. “¿Qué estás buscando?”,
preguntó el niño. “Espera y verás”, dijo el escultor. Al cabo de unos días el niño volvió. Para entonces el
escultor había esculpido un hermoso caballo del bloque de granito. El niño lo miró asombrado, y luego
volvió al escultor y dijo: “¿Cómo podías saber que el caballo estaba ahí dentro?”»
GAARDER, J.: El mundo de Sofía, Siruela, Barcelona, 1992.
1> Busca los elementos del texto que se corresponden con los componentes de la
teoría de las causas.
2> ¿Qué sentido crees que tiene la pregunta final del niño?
ESPIRITUALISMO Y MATERIALISMO
Con una visión dualista que distingue entre el mundo sensible y de las ideas y la proclamación de lo
ideal como lo verdaderamente real, Platón (V - IV a.C.) sienta las bases del idealismo, una
corriente filosófica que dota de realidad a lo ideal y funda en ello la entidad de los seres materiales.
Partiendo de esta base, el espiritualismo sostiene la existencia de entidades inmateriales como el
alma o como Dios.
Uno de los filósofos que lleva a su más alto nivel de desarrollo los planteamientos espiritualistas fue
el alemán Hegel (XVIII - XIX), que elabora un complejo sistema filosófico en el que se funden
racionalidad y realidad. La realidad no estaría dada de una vez ni tendría un carácter estático, sería
una despliegue progresivo y dialéctico de lo ideal, materializado en el mundo natural y reconocido
en la Filosofía. En su modelo, racionalidad y realidad coinciden, una vez que la propia realidad no
es sino la expresión de la razón o el espíritu.
El materialismo, por su contra, es propio de aquellas doctrinas filosóficas que niegan la existencia
de sustancias no materiales y, por lo tanto, de realidades de carácter ideal o espiritual
independientes de la materia. La materia es la realidad fundamental, aquello que es de naturaleza
inmaterial no existe por sí mismo y es reducible en su caso a propiedades de la propia realidad
material.
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Autores como Hobbes (XVI - XVII) negaron el dualismo de Descartes, entendiendo la realidad como
un todo material en el que la conciencia estaría determinada por los movimientos mecánicos de la
materia.
Una de las cuestiones tratadas por la metafísica es la de la estructura de lo real. Para ello, filósofos
como Aristóteles o Kant han desarrollado cuadros con categorías que buscan una caracterización
de la realidad en su conjunto según clases o tipos.
La pregunta por el origen de lo real ocupa, asimismo, un lugar central en el conjunto de temas
abordados por la metafísica. Desde el espiritualismo suele interpretarse que la realidad material no
proporciona por sí misma un fundamento de su propia existencia, por lo que requiere una
explicación de carácter trascendental que justifique su origen. Valorando el mundo material como
una realidad contingente que carece de razón de necesidad propia, suele postularse la existencia
de un principio divino, permanente y ajeno al devenir temporal, como realidad último y fundamento
de todo cuanto existe.
El materialismo, por el contrario, interpreta el mundo material como una realidad originaria que no
requiere de un principio explicativo anterior, descartando por lo tanto la pertinencia de postular una
realidad previa no material que la justifique.
Platón asocia el cambio al mundo sensible, mientras que afirma la inmutabilidad y la permanencia
de lo verdaderamente real: las ideas.
Aristóteles, por su parte, pretende combinar una explicación racional del cambio con la aceptación
del principio de principio de permanencia del ser. Para él, no existe tránsitos absolutos entre el ser y
el no ser: nada nace de la nada ni se disuelve en la nada. Los cambios se producen mediante
transformaciones previsibles en procesos que analiza con los conceptos de potencia y acto. Así, por
ejemplo una semilla se transforma en una planta al actualizar una potencia que ya le correspondía
en función de su naturaleza, sin poderse transformar en un pájaro, por ejemplo. Para Aristóteles, la
materia y las formas que constituyen el mundo son realidades eternas que están ahí desde siempre,
sin embargo los individuos llegan al mundo, se transforman y con el paso del tiempo acaban por
perecer, tomando parte en el dinamismo permanente del cosmos.
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que se integran los dos momentos parciales confrontados. Dicha síntesis sería, a su vez, una nueva
tesis que daría lugar a un nuevo momento dialéctico. La teoría dialéctica fue desarrollada por Hegel
en el contexto del idealismo y suscrita por Marx, aunque invertida en un esquema materialista.
4.El _________ sostiene la existencia de entidades inmateriales como el alma o como Dios.
5.Descartes extiende el concepto de ________ tanto a la realidad material como a la pensante, para
subrayar su mutua independencia
6.Para _______la conciencia estaría determinada por los movimientos mecánicos de la materia.
7.El __________interpreta el mundo material como una realidad originaria que no requiere de un principio
explicativo anterior
8.La teoría _______ fue desarrollada por Hegel en el contexto del idealismo y suscrita por _____,
aunque invertida en un esquema materialista.
9.Aristóteles o Kant han desarrollado cuadros con ________ que buscan una caracterización de la
realidad en su conjunto según clases o tipos
10. Para los existencialistas la verdadera esencia humana sería una _________ y la vida una
realización concretada en función de circunstancias y las decisiones adoptadas a lo largo del
tiempo.
El origen de la conciencia religiosa se sitúa ya en los primeros enterramientos sobre los que se
tienen evidencias arqueológicas. Los hombres de Neandertal pintaban a sus muertos con ocre rojo,
los lavaban, los vestían con ropas especiales y los adornaban con amuletos. Los egipcios
mostraban un meticuloso cuidado en el embalsamamiento de los cadáveres, pues creían que el
cuerpo tenía que estar intacto para que el alma pudiese pasar a la siguiente vida. En la cultura
china se inhumaban los cadáveres en ataúdes, en los que se les colocaba un colchón, una
almohada y los utensilios necesarios para que el difunto pudiese atender al cuidado de sus uñas.
Igualmente, en la actualidad vestimos elegantemente a nuestros muertos, los despedimos con
flores, los enterramos o los incineramos, los recordamos e, incluso, los crionizamos.
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En definitiva, las formas son distintas, pero el fundamento de nuestras costumbres funerarias sigue
siendo el mismo: el deseo del recuerdo y el anhelo de inmortalidad. A partir de ahí, nace la idea de
una realidad trascendente y, en consecuencia, de un ser o seres superiores, «más allá» de este
mundo.
Basta hacer un breve repaso a la historia de la humanidad para darse cuenta de que la idea de
divinidad ha ido evolucionando de formas más simples y rudimentarias a otras más complejas y
depuradas, pero que, al mismo tiempo, conviven en la actualidad.
El animismo. Es la primera forma religiosa. Aparece una clara conciencia de un etéreo, pero
fuerte, poder de los elementos de la naturaleza, que pueden destruir y arrasar si no se logra
complacerlos en sus deseos o caprichos. Según Tylor, es la expresión mínima de la
religión.
El fetichismo. En algunos pueblos primitivos, esa expresión mínima de la religión aparece en
forma de fetichismo. El fetiche es un objeto que se cree sagrado porque va unido a la
divinidad y, por tanto, posee poderes mágicos.
El politeísmo. Es un paso más adelante en la evolución religiosa. Está representado por
dioses antropomorfos o seres humanos que por sus gestas o hazañas rebasan los límites
mundanos y se convierten en divinos.
El monoteísmo. Es el último grado de evolución religiosa. La oposición y enfrentamiento de
las diversas fuerzas politeístas lleva a una única divinidad y surgen las tres grandes
religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo.
1. Los elementos de la naturaleza se presentan como divinidades animadas a las que hay que
complacer
2. Deposita toda la veneración en el fetiche que es un objeto considerado sagrado por estar
unido a la divinidad y poseer poderes mágicos.
3. Venera a varios dioses antropomorfos o a seres humanos que han adquirido la categoría de
ser divinos por las gestas que han realizado.
4. Se venera a una única divinidad como en el judaísmo, cristianismo e islamismo.
A pesar de que no se conoce ningún pueblo que no tenga o haya tenido una más o menos marcada
conciencia religiosa, es también un hecho incuestionable que no todos los individuos han tenido
idénticas opiniones sobre ese asunto. Distinguimos cinco posturas:
Ateísmo. Niega la existencia de Dios. Así como hay muchas imágenes de la divinidad,
también hay muchas formas de negarla. En general, podemos distinguir entre el ateísmo
teórico (que trata de racionalizar el sinsentido de la existencia de Dios) y el ateísmo práctico
(que conduce a vivir al margen de la divinidad, sin plantear el problema de su existencia).
Agnosticismo. No niega ni afirma la existencia de Dios. Considera que ni la razón ni la
experiencia son capaces por sí mismas de demostrar la existencia o inexistencia de Dios.
Desde el punto de vista ético, ese vacío de Dios se llena con frecuencia con una actitud
humanista y humanitaria.
Panteísmo. Defiende la existencia de una realidad divina, pero que no está en un mundo más
allá de este. La propia realidad física se considera divina.
Teísmo. Defiende la existencia de un Dios, creador del mundo, poderoso e infinito y
preocupado por el destino humano.
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Deísmo. Como el teísmo, afirma la existencia de una
realidad divina trascendente y causante del mundo,
cognoscible solo por la razón y ajena a las cuestiones
humanas.
«La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así
como es el espíritu de un mundo carente de espíritu. Es el opio del pueblo.
La abolición de una religión en cuanto dicha ilusoria es necesaria para su dicha real. La
exigencia de abandonar sus ilusiones sobre su situación es la exigencia de que se
abandone una situación que necesita ilusiones. La crítica de la religión es, por tanto, en
embrión, la crítica del valle de lágrimas que la religión rodea de un halo de santidad. La
crítica no arranca de las cadenas, las flores imaginarias para que el hombre soporte las
cadenas sin fantasías ni consuelos, sino para que se despoje de ellas y pueda recoger las
flores vivas. [...]
La tarea de la historia consiste, pues, una vez que ha desaparecido el más allá de la
verdad, en averiguar la verdad del más acá. Y la tarea inmediata de la filosofía, que se
encuentra al servicio de la historia, consiste [...] en desenmascarar la autoenajenación
en sus formas no santas. De tal modo la crítica del cielo se convierte en crítica de la
tierra, la crítica de la religión en crítica del derecho y la crítica de la teología en crítica de
la política.»
MARX, K.: Crítica de la filosofía del Estado de Hegel, Madrid, Biblioteca Nueva, 2002.
1. Extrae la idea o ideas principales.
2. Valora la crítica que realiza Marx a la religión.
Kant critica también estas vías tomistas: recurren a la experiencia, pero luego abandonan el ámbito
de la experiencia sin razón alguna que lo justifique. Según Kant, Dios no puede ser objeto del
mundo fenoménico (de la experiencia sensible) y por ese motivo tampoco podría ser objeto de la
discusión científica.
1. La idea de un ser perfecto exige su existencia, pues si no Dios no sería el ser perfecto
como se concibe. ¿Cómo se llama este argumento?
2. Las cinco vías de Tomás de Aquino para probar la existencia de Dios son:
«Hasta ahora poseíamos ya hipótesis muy sólidas sobre la génesis de la idea del alma en la
mente del hombre prehistórico, y en este aspecto sigue pareciéndome acertada, y fecundísima
para explicar el origen del sentimiento religioso, la hipótesis animista de E. B. Tylor –tal vez
matizada con las importantes aportaciones de G. Bueno sobre los númenes animales–. Hay que
hacer constar aquí, incidentalmente, que son tan esencialmente animistas las religiones
prehistóricas o las de los actuales pueblos “primitivos”, como lo son los monoteísmos del Libro o
las religiones orientales, por ejemplo. El animismo roqueño y tenaz de la visión dualista alma-
cuerpo que sigue funcionando como motor de todas las filosofías espiritualistas que alimentan
las innumerables formas de la fe religiosa de nuestro mundo.»
PUENTE OJEA, G.: El mito del alma. Ciencia y religión, Madrid, Siglo XXI, 2000.
Texto
«El concepto cristiano de Dios –Dios como Dios de los enfermos, Dios como araña, Dios como
espíritu– es uno de los conceptos de Dios más corruptos a que se ha llegado en la Tierra; tal
vez represente incluso el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de los dioses.
¡Dios, degenerado a ser la contradicción de la vida, en lugar de ser su transfiguración y su
eterno sí! ¡En Dios, declarada la hostilidad a la vida, a la naturaleza, a la voluntad de vida!
¡Dios, fórmula de toda calumnia del “más acá”, de toda mentira del “más allá”! ¡En Dios,
divinizada la nada, canonizada la voluntad de nada!»
NIETZSCHE, F.: El Anticristo, Madrid, Alianza Editorial, 1980.
El juicio
2> Para ello, distribuid en pequeños grupos los papeles de juez, jurado, fiscales, abogados
defensores, peritos, testigos, público, etc.
1> Comenzad con la exposición de los cargos que se le imputan. Llamad a declarar a
peritos y a testigos.
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Recoged las reflexiones de Antonio Marina en su «Dictamen sobre Dios» en
http://aiptolomeotolomeu.blogspot.com.es/search/label/Antonio%20Marina
Pueden servir también de referencia para el análisis, la reflexión que sobre este asunto ofreció
un alumno de 2º de bachillerato, ganador del Certamen literario (modalidad de ensayo) de
2010 del IES Otero Pedrayo de Ourense en
http://aiptolomeotolomeu.blogspot.com.es/search/label/Pablo%20Romero.
5> Llegad a un veredicto final. Podéis inspiraros en este análisis crítico de la idea de la
existencia de Dios, escrito por David Hume, y que no pudo publicar en vida, Diálogos sobre la
religión natural.
Sinopsis
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más
importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a
un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de
fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. La brillante
astrónoma Hipatia, filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo.
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