RECOMENDACIONES DE DISEÑO
EN FUNCIÓN DEL CLIMA.
24/05/2013 · de huellas de arquitectura · en BIOCLIMÁTICA, Destacados, Estrategias pasivas.
A la hora de plantear un diseño energéticamente sostenible, debemos tener en cuenta una serie de aspectos
basados en el clima genérico de cada emplazamiento. A modo de resumen, se expone a continuación un extracto
de “Estrategias bioclimáticas en la Arquitectura” de María López de Asiain Alberich, enumerando los
aspectos a tener en cuenta para cada clima.
Clima cálido seco.
Ver todos los proyectos relacionados con el clima cálido seco.
Se caracteriza por las altas temperaturas durante el día y confortables o frescas durante la noche en
verano.
o Son convenientes ubicaciones que protejan en verano de la radiación solar y de los vientos cálidos:
en el interior de bosques (más frescos y húmedos), en áreas geográficas deprimidas (si son zonas muy
secas y no tienen problemas de frío y humedad en invierno) y en zonas cercanas a masas de agua, ya
que refrescan el ambiente al evaporarse.
o La exposición a la radiación solar puede reducirse mediante asentamientos compactos e
incluso semienterrados, generando sombras proyectadas de unas superficies sobre otras, pintadas de
colores claros para reflejar los rayos solares.
o Al producirse una gran oscilación de temperaturas día-noche, se utilizan materiales de gran inercia
térmica para retrasar la entrada de calor diurno al interior. Los aislamientos colocados en la cara
exterior de la obra aseguran que sólo una pequeña parte del calor exterior atraviese la piel del edificio
hasta su interior, mientras que la masa interior absorberá el calor generado en el interior del edificio
para liberarlos por la noche, cuando la temperatura es más baja.
o La inclusión de patios, con presencia de agua y plantas para humidificar el ambiente, facilita el
almacenamiento del aire fresco de las noches.
o Es necesario evitar una excesiva permeabilidad al aire caliente diurno en verano. Las aberturas al
exterior, pocas, pequeñas y protegidas mediante voladizos, persianas o vegetación, se cierran en las
horas de más calor y se abren por la noche al aire fresco.
Clima cálido húmedo.
Ver todos los proyectos relacionados con el clima cálido húmedo.
Se caracteriza por las altas temperaturas diurnas y nocturnas en verano y por su elevada humedad
ambiental.
o Es necesaria una fuerte protección frente a la radiación directa y difusa: persianas, celosías,
voladizos… pero más importante es garantizar una buena ventilación diurna y nocturna que aumente
la sensación de bienestar.
o Para aumentar el confort de verano en estos climas se ha de aumentar la velocidad del aire que incide
sobre los ocupantes, por su efecto refrigerante directo y por el enfriamiento derivado de una
evaporación más rápida del sudor. La disposición de los edificios, alargados y estrechos, con un factor
de forma elevado y con aberturas importantes, no debe crear barreras al paso de los vientos suaves.
o Las edificaciones poco asentadas en el terreno favorecen la circulación de aire y, en consecuencia,
la disminución de la humedad. Por lo tanto, son aconsejables los emplazamientos elevados porque
proporcionan mayor posibilidad de ventilación. En climas muy húmedos es recomendable la
construcción separada del terreno (palafitos) para obtener una mayor exposición de las brisas.
o En zonas muy húmedas no se recomienda ubicaciones cercanas a bosques, ya que aumentan la
humedad ambiental y obstaculizan el paso del viento. Por el contrario, las ubicaciones próximas al mar
son aconsejables, mientras que las cercanas a ríos o lagos deben garantizar las corrientes de aire que
eviten el estancamiento de la humedad.
o Las formas dispersas (poco compactas) facilitan las posibilidades de ventilación, al mismo tiempo que
aumentan la refrigeración nocturna por la mayor superficie de radiación a la bóveda celeste durante la
noche.
o Los retranqueos en fachada pueden ser convenientes, pero si son excesivos y no están
convenientemente diseñados, pueden provocar el estancamiento del aire en algunas áreas, impidiento
el control del calor y la humedad.
o Las cubiertas y fachadas sobrepuestas y ventiladas ayudan a refrigerar el edificio.
o La inercia térmica no supone siempre una ventaja, ya que son muy reducidas las variaciones de
temperatura día-noche y entre estaciones.
o Es necesario favorecer la circulación del aire mediante huecos de ventilación. Para ello se colocarán
las aberturas en fachadas opuestas (soleadas y en sombra), o en diferentes plantas para favorecer el
tiraje térmico (sótano-bajo cubierta), siendo aconsejable la inclusión de corredores.
o Las grandes alturas interiores permitirán la estratificación del aire caliente.
o Es conveniente elegir colores claros y superficies rugosas en fachadas y en cubiertas.
Clima frío.
Caracterizado por sus temperaturas bajas en invierno y suaves o frescas en verano.
o Las edificaciones se agrupan, protegiéndose mutuamente del viento, o se entierran. Son
construcciones compactas, herméticas y fuertemente aisladas, con el mínimo de superficie expuesta
al frío exterior para mantener el calor generado en el interior. Sin embargo, cuando el grado de
radiación solar lo permita, es fundamental propiciar el asoleo de los edificios, protegiéndolos al mismo
tiempo del frío exterior.
o La edificación debe situarse en laderas orientadas a sur y protegidas del norte, por ejemplo,
mediante la vegetación, que puede actuar como pantalla de protección frente a los vientos fríos.
o Las ubicaciones próximas al mar pueden ser aconsejables porque suavizan las temperaturas,
mientras que las cercanas a ríos o lagos pueden provocar el estancamiento de la humedad con el
consiguiente aumento de la sensación de frío y la aparición de nieblas que interfieren la radiación solar.
o Un buen grado de asentamiento en el terreno proporcionará al edificio mayor inercia térmica,
estabilizando temperaturas y protegiéndolo del frío exterior, pero en ningún caso debe entorpecer la
posibilidad de radiación solar ni provocar el aumento de humedad.
o En general, debe reducirse la superficie de las fachadas expuestas al viento, así como el número y
tamaño de sus huecos. Aunque debe favorecerse la entrada de radiación solar, hay que valorar las
pérdidas energéticas que una excesiva permeabilidad de su piel provocaría en el edificio.
o El grado de compartimentación aconsejado está directamente ligado al tipo de clima: en los fríos se
recomienda una alta compartimentación de las estancias, ya que permite un control de
temperaturas diferenciado.
Climas templados.
Ver todos los proyectos relacionados con el clima subtropical seco.
Ver todos los proyectos relacionados con el clima mediterráneo.
Son climas complejos, ya que es una combinación de los anteriores en diferente grado. Uno de los más
representativos es el clima mediterráneo (templado-cálido-húmedo, con verano seco) que presenta tres
variantes: continental, marítimo y de montaña. Por ello, estas directrices generales deben ser
ponderadas en función de los parámetros de los climas más definidos (cálido o frío).
o En climas mediterráneos continentales son aconsejables las aberturas a sur que permitan el
aprovechamiento de la energía solar en invierno, siempre que dispongan de protección solar en verano
y aislamiento (por ejemplo, contraventanas interiores) para las épocas frías. Debe facilitarse la
ventilación selectiva (en noches estivales), pero sin descuidar la incidencia de los vientos fríos
invernales.
o La inclusión de masa térmica interior facilitará la absorción del exceso de calor diurno interior, por
lo que es recomendable la colocación del aislamiento por la parte exterior de los cerramientos soleados.
En cerramientos sin posibilidad de captación en invierno, el aislamiento interior facilitará su
calefacción mediante energías añadidas.
o En climas mediterráneos marítimos lo principal es protegerse del frío y la humedad en invierno u
del calor en verano. Por lo tanto, debe facilitarse la entrada de sol en épocas frías y dificultarlas en
épocas calurosas (mediante aberturas protegidas a sur), evitando en lo posible las orientaciones este y,
sobre todo, oeste por el exceso de radiación que reciben en verano. La superficie y disposición de
aberturas (a orientaciones frescas) debe facilitar la ventilación continuada en esta época. Las cubiertas
y fachadas sobrepuestas y ventiladas refrigeran el edificio en verano, pudiéndose crear cámaras
estancas en invierno. La inclusión de inercia térmica interior no es tan importante como en los climas
continentales, aunque sí recomendable en muchos casos, sobre todo en zonas con posibilidad de
captación solar en invierno.
o En climas mediterráneos de montaña lo principal es protegerse del frío. Por lo tanto, se recomiendan
las edificaciones compactas, protegidas de los vientos dominantes y con un buen nivel de aislamiento.
Es aconsejable el aprovechamiento de la energía solar mediante la incorporación de ventanales a sur
que deben protegerse durante la noche mediante aislamiento interior.
La planificación urbanística.
Una buena planificación urbanística debería asumir los parámetros climáticos de la zona (asoleo,
temperatura, humedad relativa, vientos dominantes), beneficiándose o protegiéndose de ellos a través
del diseño, tanto del trazado de calles como de la ordenación de la edificación o la disposición de zonas
verdes.
o Los vientos fuertes y los portadores de lluvia deben evitarse, mientras que los suaves pueden
contribuir a la ventilación durante el verano. En todo caso, la utilización adecuada de los vientos
dominantes debe considerar la relación entre las zonas residenciales y las industriales.
o En general, para climas cálidos y húmedos, se aconseja ordenaciones en manzanas que permiten la
edificación lineal en el eje este-oeste, con la mínima exposición en testeros a poniente y la máxima a
sur, facilitando la ventilación cruzada a norte. La refrigeración, favorecida por las brisas en verano, será
más acusada en los edificios de mayor altura convenientemente distanciados, ya que hay que
considerar su efecto barrera a la ventilación y asoleo de otros edificios vecinos.
o En climas cálidos y secos, donde es aconsejable un factor de forma bajo, así como protegerse del aire
caliente exterior, no se recomienda la edificación en altura, pero sí una vegetación adecuada (caduca o
perenne) que hará aumentar la humedad ambiental y disminuir la temperatura. Se recomienda, pues,
la manzana rectangular en el eje este-oeste y patio interior con abundante vegetación. La orientación a
poniente puede dedicarse a usos que no requieran un confort especial (aparcamiento…).
o En climas fríos, donde lo primordial es protegerse de los vientos nórdicos y las bajas temperaturas, se
evitarán edificios demasiado expuestos, procurando evitar los vientos dominantes mediante el trazado
irregular de calles y la disposición de masas forestales que actúen de pantalla frente a éstos. La
ordenación en manzanas debería presentar un frente mínimo a norte y el máximo a sur, creando
espacios soleados y protegidos del aire frío y cuidando al mismo tiempo la incidencia de sombras
proyectadas de unos edificios sobre otros.
Bibliografía.
María López de Asiain Alberich, “Estrategias bioclimáticas en la Arquitectura”.
Jaime López de Asiain, “Arquitectura, Ciudad, Medioambiente”, 2001, Sevilla. Universidad de Sevilla,
Consejería de Obras públicas y Transportes.