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3 Cuentos

Este documento presenta resúmenes de tres leyendas latinoamericanas: La Llorona, una mujer que ahogó a sus hijos y ahora llora buscándolos; El Sombrerón, un hombre pequeño con un gran sombrero y voz hermosa que enamoró a una mujer hasta su muerte; y El Cadejo, un espíritu que protege a los borrachos pero también puede ser peligroso.
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3 Cuentos

Este documento presenta resúmenes de tres leyendas latinoamericanas: La Llorona, una mujer que ahogó a sus hijos y ahora llora buscándolos; El Sombrerón, un hombre pequeño con un gran sombrero y voz hermosa que enamoró a una mujer hasta su muerte; y El Cadejo, un espíritu que protege a los borrachos pero también puede ser peligroso.
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ADIVINANZAS

CUENTOS LUPITA LA MARIQUITA


Lupita era una mariquita, que soñaba con volar sola hasta lo más alto, para
distinguirse de las demás. Tras la suculenta herencia de su padre Epafrodito, que
en paz descanse, Lupita se convirtió en la mariquita más rica de Pueblobichito, su
humilde ciudad.
Al verse con tanto dinero, Lupita se volvió tan caprichosa, que incluso se cansó de
andar, y decidió invertir su fortuna en viajes para al fin conseguir volar, como
ninguna otra mariquita lo había hecho jamás.
Subió en helicópteros, viajó en avión, y hasta surcando el cielo en globo a Lupita
(que todo se le hacía poco) se la vio. Viajaba Lupita siempre maquillada con
enormes pestañas, y ataviada con largos guantes de seda y un sombrero tan grande
que se la veía a cien pies.
Pero pronto, Lupita empezó a necesitar a alguien con quien poder compartir todas
las maravillas que había visto a lo largo de tanto viaje. Empezó a imaginar, mientras
contemplaba el mundo, como sería la vida con otro bichito que la susurrara
canciones a la orilla del mar o celebrase con ella la Navidad. Recordaba con tristeza
a sus amigas Críspula y Cristeta, con las cuales se pasaba horas enteras jugando
y sobrevolando los arbustos espesos y radiantes en primavera. O a Serapio y su
brillante mirado, posándose sobre sus pequeñas alas en los días más espléndidos
de la florida estación. Y Lupita sintió de repente una profunda tristeza que con su
dinero no podía arreglar.
Decidió entonces poner sus patitas en tierra para ordenar todas aquellas ideas. Y
vagando de un lado a otro, llegó a un extraño lugar al que se dirigían muchas
mariquitas de su ciudad. La Cueva del Suplicio, como se llamaba, era un sitio a
donde acudían la mayoría de mariquitas que no tenían nada, para empeñar lo poco
que les quedaba y así dárselo a los demás el día de Navidad.
Viendo a aquellas mariquitas luchar por no perder la sonrisa de los suyos, con su
propio esfuerzo y sin ayuda de los demás, comprendió Lupita que no eran ellos los
pobres y se avergonzó de su codicia y su
vanidad.
Decidió en aquel momento Lupita,
depositar en aquel lugar todo su capital,
incluidos sus guantes de seda y su
gigante sombrero. ¡Quería ser como las
demás!
Lupita había comprendido al fin que, en
volar hasta lo más alto, no se encontraba
la felicidad.
EL PIRATA ESCACHARRADO

Érase una vez un pirata, al que la mala suerte (sin saber por qué), le había venido
a ver…
El pirata tenía un ojo de palo, una pata llena de ojos y hasta una larga melena, que
se le había mudado de la cabeza a los pies. ¡Parecía que le hubieran vuelto del
revés!
Aquel corsario destartalado ya no tenía cuchillos, ni garfios, ni parche en el ojo… ni
cara de malo. Pero tenía unas uñas tan largas, que le servían de ancla cuando
frenaba su barco, para poder hacer pie. Y es que hasta las anclas se habían alejado
de él.
Descansaba el pirata siempre en islas desiertas, puesto que todo desaparecía nada
más posarse en ellas. Y así vivía asustando al miedo, con su ojo de palo, su pata
llena de ojos y sus pies llenos de pelo.
La Tierra y el Mar me han olvidado…– se lamentaba el escacharrado pirata– ¡A
pesar de haber robado cien barcos, navegado mil horas y haber sido un pirata tan
malo!
No le quedaban fuerzas ya a aquel pirata, para seguir intentando lo del ser un pirata
malo. Y decidió, tras mucho pensar, abandonar sus galones (cuatro jirones mal
remendados sobre la solapa de una chaqueta vieja y tiesa) en alta mar.
Y a partir de entonces, la mala suerte ya no vino a visitarle nunca más…
CUENTO INFANTIL SOBRE LA PERSEVERANCIA

¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es que


no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca
consigue premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.
¡Esto tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del
bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas
como amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas
de camino hacia la charca donde chapoteaban los calurosos días de verano.
-¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis
compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es
hacer el trabajo en un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor
que sabes, pues siempre te quedará la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren
tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y
siempre te quedarás con la duda de si lo hubieras logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La
constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos
proponemos; por ello yo te aconsejo que lo intentes. Hasta te puede sorprender de
lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba:
alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo
intentaré.
Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres.

Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía
porque era consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles
metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes
fines.
FIN
3 Leyendas
La Llorona
La llorona es una de las leyendas más conocidas
en Guatemala y, aunque hay varios elementos
que no cambian, existen varias versiones sobre
el origen de esta leyenda. Uno de los elementos
que permanece igual en todos los relatos es el
nombre de la Llorono y su procedencia. Es decir,
en todas las leyendas la mujer lleva el nombre de
María y es criolla, es decir, hija de de españoles
en época de la colonia. Así mismo, otro de los elementos en común de las leyendas
es que María contrajo matrimonio y que su esposo viajaba mucho. Los elementos
que varian es que, estando de viaje, Maria se enamoro de un fontanero de nombre
Juan de la Cruz y producto de este amor queda embarazada. Otra de las versiones
es que de la persona que se enamora es de un mozo de su finca y la tercera versión
es que María llevaba una vida de libertinaje y se desconoce de quien queda
embarazada. Las leyendas, casi todas de ellas, cuentan que, una vez embarazada,
puede ser de 1, 2 o inclusive 3 hijos, y preocupada de lo que diría su esposo, Maria
va al rio y ahoga a sus hijos. Luego de haber ahogado a su hijo o hijos, a María le
da cargo de conciencia y trata de rescatar a sus pequeños y termina ahogada ella
tambien. Otro de las leyendas cuentan que María regresa a su casa y al darse
cuenta de lo que había hecho corre por las calles gritando “mis hijos, mis hijos,
donde están mis hijos” con lagrimas en
los ojos. Finalmente, las leyendas
cuentan que la llorona está condenada
a buscar a sus hijos por toda la
eternidad; asimismo, se comenta que
si se escucha a la llorona lejos es
porque esta cerca y cuando se
escucha cerca es porque esta lejos.

El Sombrerón
Al igual que la Llorona, El sombreron
es una de las leyendas más populares
en Guatemala y por lo tanto, tiene varios elementos similares y varios elementos
distintos en cada uno de los relatos. Todas las leyendas concuerdan en que el
sombreron era una hombre de pequeña estatura, que usaba un sombrero muy
grande, siempre estaba con una guitarra y tenía una voz maravillosa. Cuentan las
leyendas que el sombreron vio a una mujer que lo deslumbro con su belleza, de
ojos oscuros y pelo negro. Al verla no puedo resistirse y quiso enamorarla, por lo
que se acerco a su balcón y le cantó serenata. La mujer, a quienes en algunas
leyendas la llaman Celina, se enamoró de este pequeño hombre con esta angelical
voz a quien esperaba todos los días. Celina dejo de comer esperando a la llegada
del hombre con la voz melodiosa. Los padres de Celina, preocupados, llaman a un
sacerdote y al ver que este no podía ayudarla, la llevaron a un convento. La
muchacha murio de tristeza y el dia del velorio apareció el sombreron cantando y
llorando de tristeza. Desde ese día, cuentan las leyendas que se puede escuchar al
sombreron cantar con su guitarra en las noches y busca a mujeres de pelo negro y
ojos oscuros. Asi mismo, se dice que para auyentar al sombreron de una mujer a la
que persigue, a esta se le debe de cortar el pelo.
El Cadejo
El cadejo es un animal legendario de la región de Centroamérica y México que se
encuentra en zonas rurales e incluso urbanas. Se dice que es un animal parecido al
perro que se aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche. Es un
personaje grande, fuerte y peludo, tiene grandes garras y se suele escuchar su
caminar.
Según la leyenda existen dos cadejos, uno blanco y otro negro, y simbolizan el bien
y el mal respectivamente. El blanco es guardián, y el negro es fiero y peligroso.
El cadejo es el espíritu que cuida a los borrachos durante la noche, sobre todo a
aquellos que apenas pueden mantenerse en pie. Si el borracho tiene la suerte de
ver aparecer al cadejo blando, el bueno, éste permanecerá a su lado protegiéndole.
Pero se dice que si el cadejo lame al borracho le hará compañía durante días, y
será difícil librarse de él. Al menos, durante las siguientes borracheras el cadejo
blanco evitará que el negro se le acerque.
Hay versiones que dicen que en realidad el cadejo blanco cuida de la familia, mujer
e hijos, cuando el marido se encuentra fuera de la casa.
El cadejo negro es el que siempre va detrás de los hombres que han bebido
demasiado. Hay quien dice que antes el cadejo había sido humano, pero algún
maleficio le condenó a vagar de esa manera hasta el final de los tiempos. No se han
conocido historias de ataques relacionadas con estos entes.
Lo que más prevalece sin duda, es el sentido protector del cadejo. Es el vestigio de
una antigua creencia que supone que todo humano posee un animal de compañía.
Este animal es el doble del hombre, de tal manera que la enfermedad o la muerte
del primero conllevan la enfermedad o la muerte del segundo.
En la actualidad, se puede establecer comparaciones de lo anterior con el
pensamiento cristiano, que expresa que el hombre tiene ángel guardián que lo
protege de los peligros. La creencia supone la existencia de un animal compañero
para cada hombre. Ese animal es el cadejo blanco. Dicho animal acompaña al
hombre en todos sus viajes solitarios por la noche. Lo protege y lo defiende contra
los malos espíritus encarnados en el cadejo negro, con color tenebroso que
simboliza la muerte, o sea, el mal en todas sus
manifestaciones. Según dice la tradición, los dos
cadejos son a cual más fuerte. En ellos se representa
la lucha entre el “bien y el mal”.
3 Fabulas

Fabula el Perro y el Reflejo


Había una vez un perro, que estaba cruzando un lago. Al hacerlo, llevaba una presa
bastante grande en su boca. Mientras lo cruzaba, se vio a si mismo en el reflejo del
agua. Creyendo que era otro perro y viendo el enorme trozo de carne que llevaba,
se lanzó a arrebatársela.

Decepcionado quedó cuando, por buscar quitarle la presa al reflejo, perdió la que él
ya tenía. Y peor aún, no pudo obtener la que deseaba.
Moraleja: El que envidia lo de los demás, pierde lo que tiene con justicia

El adivino

Instalado en la plaza pública, un adivino se entregaba a su oficio. De repente se le


acercó un vecino, anunciándole que las puertas de su casa estaban abiertas y que
habían robado todo lo que había en su interior.

El adivino levantose de un salto y salió corriendo hacia su casa, desencajado y


suspirando, para ver lo que había sucedido.
Uno de los que allí se encontraban,
viéndole correr le dijo:

-Oye, amigo, tú que te vanaglorias


de prever lo que ocurrirá a los otros,
¿por qué no has previsto lo que te
sucedería a ti?

El adivino no supo qué responder.

Moraleja: no hay que fiarse de


aquellos que dicen que pueden
adivinar el futuro de los demás. Tan
sólo pretenden estafarnos y
quitarnos nuestro dinero
Fábula corta: La bruja

Érase una vez una bruja que se ganaba la vida vendiendo encantamientos y fórmulas para
calmar la cólera de los dioses.
Con esta promesa a la bruja no le faltaban clientes y conseguía grandes cantidades de
dinero de este modo de vida.

Pero un día fue acusada de ir contra las leyes y la llevaron ante los
jueces supremos del país.

Así, tras un juicio muy corto, la culparon y la hicieron condenar


a muerte.
Viéndola salir de la sala del juicio, una de las personas presentes le
dijo:

- Bruja, tú que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿Cómo


no has podido persuadir a los hombres?

Moraleja: hay que ser precavido con quienes prometen solucionar


todo problema que tengas a cambio de dinero pero son incapaces de
arreglar los suyos.
3 CHISTES
TRABALENGUAS

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