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vesve 6 atios ALEAGUARA INEANTIL
Amigos en el
bosque
Anamaria Illanes
lustraciones de René Moya
Aira, la ratoncita, vive sola y se siente
muy cémoda asi. Sus preocupaciones diarias
son ordenar, limpiar y que todo esté en su sitio.
Pero a veces siente algo extrafio... como un
vacfo en su interior. Para pensar mejor decide ir
de paseo, pero cae por una pendiente
y se lastima una pierna,
Su tranquila vida cambiaré para siempre.
:
E
ALFAGUARA ii
INFANTIL. 9 WN iALFAGUARA
©2000, Anamaria Danes
‘©De las ilustraciones: Reng Moya
©De esta edicien:
‘Aguilar Chilena de Ediciones S.A.
Dr. Anibal Ariztia 444, Providencia
‘Samiago de Chile
‘ow salut comet
ISBN: 978.956-239-112-4
Inscripeién N° 115.229
Impreso en Chile/Printed in Chile
Decimoguinta edicién: octubre 2012
Diseio de la col
Manuel Estrada
idm:
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(Costa Ric + Hzuador* El Sabador “EEUU, + Guat
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Prevesti dela
Anamaria IMlanes
Amigos en el bosque
Iustraciones de René Moya
“aeA Belén, Anamaria y Maren...
‘por enseriarme a través de su incondicional amor...
ser madre.Aira, la ratoncita, tenia ganas de ir a caminar.
Tenia tantas cosas en qué pensar;
pensar, por ejemplo, en como limpiar la casa,
mantener los vidrios limpios,
que no hubiese polvo en el porche
o como ordenar las verduras.
Sin duda, era un mont6n de trabajo en pensamiento,
por lo que Aira decidi6 ir a pasear
para pensar mejor en sus tantas obligaciones.Aira vivia sola.
Siempre lo habia hecho
y era muy cémodo para ella asi.
Sélo a veces,
| cuando las cosas se ponian mal en su est6mago
o cuando llovia mucho
y no podia salir a juntar bellotas y raices dulces,
le daba una rara sensaci6n de... casi soledad.Para salir a pasear por el sendero cercano,
cerré y asegur6 la puerta de su casa.
—Uno nunca sabe -se decia.
Iba caminando y caminando sin preocuparse,
pero pensando, pensando... cuando de pronto:
| iPLAM!
Rod6 por el suelo cayendo por una pendiente
hasta quedar sentada, chapoteando en el arroyo
a los pies de la ladera.—iAy, ay! -se quejaba— me duele mi piernecita
| y estoy toda mojada. jAy, ay!
| —2Qué haces ahi? —pregunt6 una voz
desde la orilla. Aira busc6 sorprendida,
ya que creia estar completamente sola.
—2Qué haces ahi, sentada en el agua?
—pregunté la voz nuevamente.
Aira mir6 con curiosidad y entonces vio que era
Ja de un enorme oso café muy peludo.
Aira estaba dolorida y mojada,
y no podia pensar con claridad.
—Me cai desde arriba
y me duele mucho la pierna. jAy, ay!
|| —iUmm! Eso es una pena, porque se han
estropeado las plantas de la pendiente.
Aira no entendia de qué plantas le hablaba
ni por qué eran tan importantes.
Solo sabia que ella estaba muy dolorida
y eso Si que era importante.—iAy, ay! -se seguia quejando— ;Como me duele!
—Bueno —dijo la voz—, tendremos que ayudarte
y arreglar después las plantas,
o el Sefior Castor se va a enojar.
No ves que esas ramas
no dejan pasar el agua que él necesita
mas abajo en el arroyo.
Entonces, el enorme oso se acercé amigablemente
y paré a la ratoncita de un zudcates
— Ay, ay! -se quejaba Aira—
me duele mi pierna. No seas tan brusco,
me haces doler.
—Vamos a ver esa pierna —dijo el oso-,
pero después me ayudas con las plantas
que se dafiaron cuando te caiste, eh?
-y la senté en la hierba para revisarla.
Q@
15
4Aira quiso decir algo
con respecto a la importancia de las plantas
comparadas con su pierna,
pero justo en ese momento,
el oso se presenté a si mismo
con total alegria y naturalidad:
—Soy Inal. Cuido de las plantas del bosque
y de algunos animales en problemas
como té ahora.
Aira no se consideraba a si misma
un animal del bosque, pero no dijo nada,
porque el oso se puso a examinarla
con cara de conocedor de piernas doloridas.—Bueno, bueno -le dijo Inal-,
ahora le pondremos unos maderos suaves
a tu pierna para que no la muevas,
y luego te llevaré a casa.
—iAy, ay! —dijo Aira, y se sent6 resignada
para que Inal le ayudara con su pierna.
Luego, el oso la tomé en sus brazos
para llevarla comodamente.
—Me duele la pierna. jAy, ay!
—se quejaba la ratoncita.
Pero el oso no le decia nada,
s6lo resoplaba y resoplaba,
mientras caminaba con ella en brazos.Aira tampoco decia nada
hasta que, de pronto, se sorprendid
|| al ver que se divisaba su casa entre la arboleda.
Inal abrié la puerta principal sin ningan problema
| y entr6é agachandose.
—Te pondré en la cama y te daré un té caliente.
También te traeré ropa limpia y seca
| para que te cambies —le dijo el oso,
|) como si fueran viejos amigos o familiares.|| Aira estaba tan cansada que no podia pensar.
|| Como estaba dolorida, le obedeci6 a Inal,
|| y cuando estuvo sola, se durmi6.
Despert6 como de un suefio raro,
pero se sintié tan comoda
jj con el olor que habia a su alrededor,
que abrié los ojos de golpe.
) Un aroma a pan recién horneado
y té caliente la envolvid.
|| Se movid y —jay, ay! -se quejo.
|) Pero la verdad es que
}| ya no le dolia tanto como antes.
| En ese momento, vio a una mapache que no conocia
|| dandose vueltas por su cocina con total naturalidad.
—jHola! Soy la Mapache Nayyan
y te vengo a cuidar. Quédate acostada.
|| Te daré pan y té caliente.
Tu pierna pronto estara mejor
}| y asi podras cuidar de las plantas.Aira estaba realmente sorprendida
y no pudo decir nada.
Durante el resto del dia,
Nayyan la cuid6é con esmero conténdole de todo:
de los lagartos en el pantano,
de los lobos en las cuevas,
de los osos en el bosque, de las plantas heridas,
y de las aguas cristalinas de los arroyos
con sus canciones nocturnas.
La ratoncita sdlo oia y no sabia qué preguntar
ni qué responder. Al final del dia,
Nayyan se marché contenta de,
segiin dijo, haber dejado bien a su nueva amiga».
Aira se propuso entonces pensar,
pero estaba muy cansada y confundida
y no se le ocurria nada
Todo en su casa estaba tan ordenado
que tampoco podia pensar en ello,
asi que finalmente se durmid.Al dia siguiente, Aira volvi6 a despertar
contenta y bien cuidada.
Esta vez fue la adorable Ardilla Rayén
| quien se preocupé de ella.
Rayén siguié contandole las historias del bosque
y de sus habitantes y, al final de la jornada,
se despidié también
|) «feliz de haber hecho una nueva amiga»,
como comenté contenta al cerrar la puerta.
Nuevamente, Aira se dio cuenta de
que su casa estaba increfblemente limpia
y que no tenia en qué pensar.
Ro
27jj Al tercer dia, Aira se pudo levantar
con la ayuda de la Sra. Shamin,
) quien era la encantadora madre
) de tres castores preciosos.
| Los pequefiuelos se dispusieron alegremente
a limpiar el jardin y, entre risas y usando sus dientes,
dejaron las plantas y Arboles
bien cuidados y ordenados.
|| La Sra. Shamin se sintié contenta llegada la noche
al despedirse de quien Ilam6 su «nueva amigas,
| mientras los castorcitos le cantaban
una dulce cancién de murmullo de arroyo
| para un buen dormir,
Otra vez todo estaba siper limpio
| y no habia nada en qué pensar.Al cuarto dia, regres6 el oso Inal
para que la paciente
pudiera caminar al sol y ejercitar.
Aira estaba muy feliz,
porque podia moverse sin problemas
y no le dolia mas su pierna.
Ademéas, nunca en su vida
habia estado tan acompafiada y tan cuidada.
El oso, al ver lo recuperada
que se encontraba la ratoncita en esos momentos,
le pidid oficialmente que se encargara
de las plantas dafiadas en la pendiente
por la que habia rodado unos dias antes.
Aira no pudo mas que acceder
y qued6 de ocuparse de ello de inmediato.Al otro dia, Aira se levant6 contenta
y se dispuso a ir a la pendiente.
Camin6 hasta el lugar y se puso de rodillas
para enderezar y cuidar de las plantas dafiadas.
Al caer la tarde, se sintié cansada,
pero no era cansancio en su cuerpo lo que sentia.
Esto era diferente,
era un cansancio en el corazon, un vacio...
Se sentia extrafiamente... sola.| Entonces, por primera vez en muchos ajfios,
|| Aira se puso a pensar,
pero no en las cosas que tenia que hacer
o en lo que habia que limpiar,
| sino en los amigos con quienes queria estar.
jj Al llegar a su casa y encontrarla vacia y sola,
se mir6 al espejo.
Tenia unos lindos ojos negros
con brillo de luna,
sin duda alguna tenia buen porte
y era bastante delicada.
—En realidad -se dijo-,
| soy una ratona bastante bonita,
Entonces, ;por qué no puedo
tener mds amigos y conversar con ellos
| y con los otros animales del bosque?De pronto, le vino una pena muy grande
| que no habia sentido desde hacia mucho,
mucho tiempo.
|| —iAy, ay! -se quejaba—
qué sola he estado todos estos afios.
iAy, ay!, qué tonta he sido,
qué solitaria estoy.
Y sintiendo esa nueva soledad,
se durmié triste, tuvo suefos tristes
y un despertar triste.
} Sin embargo, al otro dia volvié a cuidar
|| de las plantas de la pendiente.
Esta vez baj6é al arroyo a buscar agua fresca
y se la vertié con mucho carifo.Cuando al final del dia
iba de regreso a su casa,
detras de un arbol
apareci6é de pronto el oso Inal,
quien con mucho jabilo le dijo:
—iVen, Aira! Tienes que acompafiarme.
La ratoncita lo mir6é sin saber qué decir,
pero estaba tan contenta
de ver al oso de nuevo,
que lo siguié con alegria,
escuchando s6lo a su corazon.Sin darse cuenta, llegaron hasta su propia casa
| que se veia preciosa,
|| Aira se sorprendié al ver que estaba adornada
|| con guirnaldas de colores
y con destellos de luces de hojas brillantes.
Todos sus nuevos amigos estaban alli.
Habian preparado una rica comida
|| y mostraban una alegria desbordante.
j| iTodos se veian muy felices!
—Esta es tu fiesta de bienvenida al bosque, Aira.
|| Ahora eres uno mis de nosotros —le dijo Inal,
mientras todos la abrazaban con felicidad y carifio.—jAy, ay! -se quejaba la ratoncita.
—iDe qué te quejas ahora?, querida Aira
—le pregunté su amigo el oso Inal,
con cara preocupada.
—Es que me duele el coraz6n de tanta felicidad
-respondi6 Aira sonriendo y sin tener en qué pensar.ANAMARIA ILLANES
Nacié en Santiago de Chile en 1963. Aunque posee una
enorme admiraci6n por el mar y sus misterios al residir por
muchos afios en la V regién; siente sus mayores vinculos
con el sur de Chile por sus grandes vivencias en toda la
zona de Temuco y Puerto Montt lo cual ha contribuido a
desarrollar en ella_un fuerte compromiso ecolégicoEste libro se terminé de imprimir
en el mes de octubre de 2012,
en los talleres de Salesianos Impresores S.A.,
ubicada en General Gana 1486,
Santiago, Chile.
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