Dignidad Humana y el Derecho a la Salud

La Salud es una de las principales responsabilidades que tiene un Estado la cual

tiene la obligación de garantizar mediante la organización de políticas orientadas al
mejoramiento y fortalecimiento del Sistema de Salud de cada país, con el objetivo de
asegurar la calidad y el nivel de vida de los ciudadanos, incluyendo la participación de los
mismos en la actividades orientadas a tales fines, de esta manera velando y respetando la
dignidad que cada uno tiene como ser humano y garantizándole el derecho a la vida y la
salud que a cada uno le corresponde. Es por ello que, basado en la revisión analítica de la
literatura, se realizará el presente ensayo para tratar el tema del derecho humano a la salud
entendido a la luz de la dignidad humana, tema muy discutido y comentado actualmente, y
haciendo mira a cómo es abordado este tema por algunos países del mundo y de América
Latina.
Es necesario comprender, en primer lugar, qué es la dignidad humana. Michellini
(2010), basado en la concepción de Kant sobre la dignidad humana nos dice:
… el concepto de dignidad humana remite al valor único, insustituible e
intransferible de toda persona humana, con independencia de su situación
económica y social, de la edad, del sexo, de la religión, etcétera, y al respeto
absoluto que ella merece. (p. 42)
A raíz de esta cita podemos considerar a la dignidad humana como al trato o respeto
que se merece cada persona únicamente por su condición de ser humano, sin tomar en
cuenta su estatus económico y social, su edad, religión, preferencia sexual, entre otras.
A partir la dignidad que posee la persona por su propia condición de humano se
derivan lo que conocemos los derechos humanos, que, según la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos humanos (ACNUDH, s.f.) “…son
los derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna…”. Los derechos
humanos deben ser garantizados y promovidos por el Estado, garantizando así el respeto
por la dignidad humana de sus ciudadanos. Entre los derechos humanos se pueden
mencionar el derecho a la vida, a la educación, a la vivienda, al trabajo, a la salud (objeto
de este ensayo), entre otros (ONU, 1948). Los DD HH presentan múltiples características,
pudiendo mencionar que son universales, inalienables, inviolables, irrenunciables,
indivisibles, interdependientes, integrales, complementarios, entre otras (ACNUDH, s.f.).
Al referirnos a los derechos humanos como indivisibles, interdependientes, integrales y
complementarios hacemos mención a que estos derechos se relacionan entre sí y juntos
forman un sistema armónico para garantizar una vida digna.
La Organización Mundial de la Salud (1946), en su Constitución, define la salud
como un “…estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades.” Es importante destacar que los factores sociales
(empleo, educación, seguridad ciudadana, servicios básicos, entre otros), como lo menciona
la OMS, son factores que constituyen y modifican la salud del ser humano. Por ejemplo, se
puede considerar una población enferma a aquella que, aunque la mayoría de sus
ciudadanos presenten buen grado de salud física, vivan con manifestaciones de ansiedad
generada por los altos niveles de inseguridad en las calles; o también, se considera enferma
una población aquella en donde los índices de desempleo son altos, porque esto conlleva a
no poseer una alimentación adecuada, una vivienda digna, a no poseer ropas de vestir en
buenas condiciones, deserción estudiantil, entre otros, explicando así la indivisibilidad,
interdependencia, integralidad y complementariedad de los derechos humanos y cómo los
factores sociales intervienen en la salud (Prosalus y Cruz Roja Española, 2014).
Por lo tanto, en una sociedad en la que no se respeten los derechos
fundamentales no puede haber bienestar físico, mental y social, o lo que es lo
mismo, vida saludable para las personas que son las titulares del derecho
(Prosalus y Cruz Roja Española, 2014).

En el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) se

estipula que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar… la asistencia médica…” Para ello, el Estado
debe destinar una cantidad importante de su presupuesto para atender todo lo referente en
materia de salud: actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud, la
construcción y remodelación de centros asistenciales, entre otros. Las dificultades
económicas no son excusas para eximir la responsabilidad de garantizar el goce de este
derecho (Organización de las Naciones Unidas [ONU], Organización Mundial de la Salud
[OMS] y Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Derechos
Humanos [ACNUDH], 2008).
El derecho a la salud ha sido estudiado, reconocido y defendido internacionalmente
en gran manera, y muestra de ello son múltiples los pactos, tratados, declaraciones, entre
otros, que protegen este de derecho, y consecuentemente la dignidad de los seres humanos.
Además de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se puede mencionar el
Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que estipula algunas
medidas que deben cumplir los Estados pactantes para asegurar efectivamente el “disfrute
del más alto nivel posible de salud física y mental”, entre ellos, la prevención y el
tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, la creación de condiciones que
aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad, la creación
de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de
enfermedad, entre otras. Otros tratados en los que se reconoce el derecho humano a la salud
son la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer de 1979, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial de 1965, la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad de 2006, entre otros (ONU, OMS y ACNUDH, 2008). Existen además
diversos organismos a nivel internacional que se encargan de velar por el derecho a la
salud, entre ellos, la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF), Consejo de Organizaciones Internacionales de las
Ciencias Médicas, Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otras. Todo esto nos
da una idea sobre la importancia que internacionalmente se le ha dado a la salud como
muestra del reconocimiento de la dignidad que cada ciudadano tiene y a la cual hay que
respetar y hacer valer sin distinción alguna.
A pesar de todo el empeño dedicado por organismos internacionales y gran cantidad
de países en la defensa de los derechos humanos, y en es especial el derecho a la salud, no
exceptúa el hecho de que algunas naciones no tomen en cuenta con la seriedad y la
importancia que tiene el tema relacionado a la salud. En todo el mundo existen diversos
sistemas de salud adoptados por distintos países, cada uno de ellos presenta sus
particularidades en cuanto a la forma de financiamiento, la cobertura, la provisión de los
servicios, entre otros. Mata (2018) explica algunos de esos modelos entre los que figuran el
Modelos de los Seguros Sociales, un modelo sanitario adoptado por países como Francia,
Alemania, Suiza, entre otros, en el que el financiamiento es público por parte de los
trabajadores y empresarios, la cobertura abarca a los trabajadores y sus familias, la
provisión de los servicios médicos es pública o privada. El modelo adoptado por países
como España, Portugal, Italia y Canadá es financiado por el Estado a través de los
impuestos, la provisión es mayormente pública y su cobertura es universal. El Modelo
Centralizado, adoptado por Vietnam, Cuba, China y otros países, es un sistema que es
financiado completamente por el Estado, basado en el principio de salud pública gratuita,
de cobertura universal y su provisión es totalmente pública, no existe sector privado de
salud. Finalmente, el Modelo de libre mercado sanitario es el modelo que emplea los
Estados Unidos en el que los ciudadanos deben suscribirse a una póliza con una compañía
privada para poder gozar del servicio sanitario, siendo de alto costo, aunque el Estado
provee ayuda a ciertos grupos vulnerable bajo el concepto de beneficencia con programas
como Medicare y Medicaid. Es así como podemos ver cómo se aborda el tema del derecho
a la salud en distintos países, siendo unos modelos sanitarios más equitativos que otros, en
algunos, todos pueden gozar de ese derecho siendo ciudadanos o no del país, en otros no. A
partir de esto vemos la importancia, grande o pequeña, que se le da a la dignidad humana
de cada individuo, ciudadano o no, en algunos países suscritos a los distintos pactos,
tratados y organizaciones internacionales que defienden el derecho a la salud.
El diario BBC Mundo (2017), en base al informe quinquenal de la Organización
Panamericana de la salud, realizó una publicación en la que se mencionan a Cuba, Estados
Unidos, Costa Rica, Canadá y Uruguay como los países que más invierten en salud con
mayor o igual al 6% de su PIB, el mínimo recomendado por la OPS, y Venezuela y Haití
como los países que menos invierten en temas de salud, con menos del 2% de su PIB,
haciendo, además, una comparación entre los índices de mortinatalidad, mortalidad infantil
y mortalidad materna de los países anteriormente mencionados, observándose una
diferencia notable que es extremadamente alarmante.
A pesar de algunas dificultades, en el año 2016 la OMS publicó los logros
alcanzados en beneficio de la salud de los seres humanos, todo esto en cumplimiento de sus
principios con la finalidad de “…alcanzar para todos los pueblos el grado más alto posible
de salud” (OMS, 1946.Art. 1) con la mirada puesta en la dignidad de cada ser humano.
Entre los logros destacan la reducción de enfermedades infecciosas, avances en cuanto a la
reducción del consumo de tabaco, se declaró algunas naciones de América y Europa libres
de sarampión y paludismo, entre otros tantos aportes en pro de la salud mundial (OMS,
2016).
A lo largo de este ensayo se ha podido ver los grandes aportes, los grandes logros
que se han ido alcanzando paulatinamente en cuanto a tema de la salud como derecho
humano, logros y avances que son consecuencia importantes documentos y tratados
internacionales a los que se han suscrito gran cantidad de países (Declaración Universal de
los Derechos Humanos, la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y tantos otros), con el
objetivo de garantizar una mejor calidad y nivel de vida a los seres humanos. Existe mucho
más por realizar, países que aborden con más empeño el tema de la garantía del derecho de
salud a sus ciudadanos, el mejoramiento de las políticas económicas, educativas, de
alimentación, el incremento de las oportunidades de trabajo, en vista de que la salud está
influida por los factores sociales, incentivar la participación ciudadana en las actividades
destinadas a promover la salud y prevenir las enfermedades, el cumplimiento cabal de los
tratados y pactos internacionales, entre otros, para logar una población mundial con
elevados niveles de salud y con vidas más dignas como se merecen por el sólo hecho de ser
humanos.
Es digno culminar este ensayo con dos frases relacionadas entre sí acerca de lo que hemos
hablado en el presente escrito y que denotan la importancia de la salud y los derechos
humanos, y con ellos su fundamento, la dignidad humana.
"La salud es una necesidad humana; la salud es un derecho humano" (James Lenhart).
"Los derechos humanos son elogiados más que nunca y violados más que nunca"(Anna
Lindh).

Juan José Araujo Colmenares

C.I. 23.845.943

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