Recurso de Casación por Violación Infantil
Recurso de Casación por Violación Infantil
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VISTOS: El recurso de casación interpuesto por Omar David Ríos Maldonado (fs. 179
a 216), impugnando el Auto de Vista con Ptda. Nro. 106 del 28 de diciembre de 2012 por la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba (fs. 274 a 276),
en el proceso penal seguido por el Ministerio Público a querella de Vicente Tococari
Caricari contra el recurrente por la presunta comisión del delito de violación de niño, niña o
adolescente previsto y sancionado por el artículo 308 Bis del Código Penal.
Dicha Sentencia fue recurrida en apelación restringida por el imputado Omar David Ríos
Maldonado (fs. 231 a 262) resuelta por Auto de Vista con Ptda. Nro. 106 de 28 de
diciembre de 2012, que declaró improcedente la apelación restringida y confirmó la
Sentencia condenatoria con costas.
Con el Auto de Vista fue notificado personalmente el imputado Omar David Ríos
Maldonado, el 14 de marzo del año en curso, quien presentó recurso de casación en fecha
19 de marzo de 2013 dando con ello origen al recurso que es motivo de examen.
1.1. Con el Auto Supremo Nro. 131/2007 de 31 de enero (SP I), señala como contradicción
que el Tribunal actuó sin limitaciones, abusando del principio de libre valoración de la
prueba, aspecto por el que no tradujo su razonamiento en el fallo de manera objetiva,
incorporando y valorando prueba ilícita, y dando valor a la prueba más allá de lo que
demuestran, ya que el acusador no demostró su hipótesis acusatoria ya que no cumplió con
la carga de la prueba, negándose a valorar su prueba, por lo que considera que la Sentencia
debió ser absolutoria, por cuanto su conducta no puede subsumirse dentro el tipo penal
atribuido en función del principio de legalidad penal y la consecuente afectación a la
seguridad jurídica, situación que considera, deviene en defecto absoluto por afectar la
esfera de las garantías constitucionales y por estar previsto en el artículo 370 del Código de
Procedimiento Penal, debiendo declararse la nulidad de la Sentencia.
1.2. El Auto Supremo Nro. 50/2007 de 27 de enero (SP II), Sostiene que en el proceso
objeto de examen, el Auto de Vista contradice al Auto Supremo, porque existe una pena
injusta e ilegal, cuya fundamentación no tiene poder de convicción ya que la Sentencia no
exterioriza la convicción del Juez, menos existe marco normativo que tienda a explicar
aspectos o circunstancias agravantes de la pena para su determinación, que no se tomaron
en cuenta los hechos precedentes, las circunstancias y condiciones de la vida del imputado,
tampoco las causas que le llevaron a la “supuesta comisión del hipotético hecho delictivo”
(sic.), incurriéndose además en violaciones flagrantes al debido proceso y defectos
absolutos de procedimiento insubsanables, ante los cuales el Tribunal de Alzada, estando
facultado, debió modificar el quantum de la pena observando los principios procesales, “Y
hasta disponer la nulidad de la Sentencia.” (sic).
1.3. El Auto Supremo Nro. 276/2007 de 5 de octubre (SP II), señala que, como se tiene de
cada fundamento independiente de la apelación restringida, existe violación al artículo 169
del Código de Procedimiento Penal, respecto a datos expuestos por la defensa en juicio, que
no fueron advertidas por los juzgadores o equivocadamente valoradas como no observadas,
vulnerando así la garantía del debido proceso por descuido en la revisión de antecedentes,
negando con ello el Tribunal de Alzada derecho a la defensa, por incumplir su obligación
de emitir resoluciones sobre la base de la revisión prolija de los antecedentes y actos
procesales que motivaron el recurso de alzada, por lo que corresponde dictarse la nulidad
del Auto de Vista al igual que de la Sentencia, por incurrir en defectos absolutos
insubsanables conforme disponen los artículos 169 y 370 del Código de Procedimiento
Penal por haberse omitido fundar la resolución.
1.4. El Auto Supremo Nro. 305/2006 de 25 de agosto (SP II), como contradicción señala
que el Tribunal de Alzada no cumplió con su obligación de fundamentar los puntos de
hecho apelados, por lo que corresponde determinarse la nulidad de la Sentencia por
violaciones flagrantes o al debido proceso y defectos absolutos de procedimiento o de la
Sentencia, conforme disponen los artículos 169 y 370 del Código de Procedimiento Penal.
1.5. El Auto Supremo Nro. 59/2006 de 27 de enero (SP II), sostiene que, como se tiene de
cada fundamento independiente de la apelación restringida, en sustento de la teoría del
dominio del hecho, no existe debida fundamentación en el fallo, violándose el debido
proceso por dejar en estado de incertidumbre a los sujetos procesales respecto a cada uno
de los puntos apelados, por lo que corresponde determinarse la nulidad de la Sentencia.
2.1. En cuanto a la primera fundamentación del Auto de Vista (Por defecto de la Sentencia
establecido en el artículo 370 inciso 11) del Código de Procedimiento Penal, que el
Tribunal de Alzada consideró inexistentes), señala que el Tribunal de Alzada incurrió en
total falta de fundamentación, por no encontrarse en ese pronunciamiento ningún
razonamiento jurídico o de derecho sobre el principio de congruencia y su aplicación.
2.2. Respecto a la segunda fundamentación del Auto de Vista (Por defecto de la Sentencia
establecido en el artículo 370 inciso 1) del Código de Procedimiento Penal, denuncia no
considerado por el Tribunal de Alzada por no encontrarse adecuados los fundamentos al
defecto señalado), sostiene, al igual que en punto anterior que, no encuentra en el
pronunciamiento, ningún razonamiento jurídico o de hecho sobre el principio de
congruencia; que desconoce las razones por las que el Tribunal asumió esa decisión.
2.3. Acerca de la tercera fundamentación del Auto de Vista (“Respecto al reclamo de que
en la Sentencia se deben dejar claramente establecidos los fundamentos de identidad, forma
y medios detallados de cómo fue el acceso carnal, con que se realizó la penetración anal o
vaginal o se introdujo con fines libidinosos …, …se puede establecer que el Tribunal de
Sentencia sí realizó una fundamentación probatoria, fáctica y jurídica de los motivos que
fueron objeto de juicio para llegar a la conclusión de que el acusado fue autor del delito
acusado, razones por los que su impugnación por este aspecto carece de mérito” (sic.), el
recurrente alega total falta de fundamentación en la decisión del Tribunal de Alzada, que no
encuentra en el pronunciamiento razonamiento jurídico o de hecho sobre el “mentado
principio de congruencia” (sic.)
2.5. En cuanto a la quinta fundamentación del Auto de Vista (Por defectos de la Sentencia
establecidos en el artículo 370 del Código de Procedimiento Penal, por falta de enunciación
de los hechos en la Sentencia, que en Alzada el Tribunal consideró que la denuncia carecía
de mérito por ser reiterativos los fundamentos y los mismos ya habían sido resueltos); el
recurrente señala que existe total falta de fundamentación en el Auto de Vista por no
encontrar razonamiento respecto al principio de congruencia, más aún cuando por mandato
del artículo 408 del Código de Procedimiento Penal, se debe indicar cada violación por
separado con su respectivo fundamento.
2.6. Respecto a la sexta fundamentación del Auto de Vista (Por defecto de la Sentencia
establecido en el artículo 370 inciso 4) del Código de Procedimiento Penal, porque la
pruebas codificadas como MP 1.1 y MP 1.2. no cumplirían con el principio de publicidad
por contener declaraciones vulnerando los artículos 350 al 354 y 117 del Código de
Procedimiento Penal; y que el Tribunal de Apelación consideró que en aplicación del
artículo 333 del Código de Procedimiento Penal, si es posible incorporar por su lectura y
valorar la denuncia y la querella), alega falta de fundamentación en la decisión del Tribunal
de Apelación, por no indicar razonadamente por qué la libertad probatoria se impondría
sobre la legalidad en cuanto a la obtención de los documentos previstos en los artículos
172, 13, 71, 167 y 169 del Código de Procedimiento
Penal.
2.7. Acerca de la séptima fundamentación del Auto de Vista (“Respecto de las pruebas
codificadas como MP 1.3 y MP 1.4;” Sic., que el Tribunal de Apelación señaló que la
defensa no planteó exclusión probatoria, tampoco hizo reserva de apelación), denuncia falta
de fundamentación el Auto de Vista, por no existir razonamiento lógico-jurídico del por
qué dictó esa resolución, toda vez que su persona planteó exclusión probatoria e hizo
reserva de apelar, aspecto que consta en el acta de audiencia de juicio oral, y que repitió en
su recurso de alzada en los puntos 5.2 y 5.3, además, señala que fundó violación de
derechos y defectos absolutos por el uso de las citadas literales por falta de publicidad y
porque su obtención no fue lícita.
2.9. Respecto a la novena fundamentación del Auto de Vista (Por defecto de la Sentencia
establecido en el artículo 370 inciso 5) del Código de Procedimiento Penal, por falta de
fundamentación en la Sentencia; denuncia sobre la cual el Tribunal de Apelación estableció
que el recurrente no señaló de qué manera el Tribunal de Sentencia habría incurrido en falta
de fundamentación, que sin embargo de la revisión de la Sentencia se verificó la existencia
de fundamentación descriptiva e intelectiva, por lo que la denuncia carecía de mérito); el
recurrente alega que si bien el Tribunal de Alzada señala que existe fundamentación, no es
evidente su existencia en la resolución de Alzada, que ni siquiera se advierte cual fue el
defecto apelado, por lo que –dice- se advierte una vez más falta de fundamentación en la
decisión del Tribunal de Azada.
2.10. En cuanto a la décima fundamentación del Auto de Vista (Por la existencia de defecto
de la Sentencia establecido en el artículo 370 inciso 6) del Código de Procedimiento Penal,
por falta de fundamentación en la Sentencia o que esta sea insuficiente o por hechos no
acreditados y defectuosa valoración de la prueba; al respecto el Tribunal de Alzada,
estableció que el recurrente no señaló de manera fundamentada y concreta la manera en
que el Tribunal de Sentencia habría incurrido en el defecto alegado); el impetrante señala
que en el Auto de Vista impugnado, no se advierte fundamentación alguna sobre “lo que
fue el auto apelado, no se advierte los fundamentos de la apelación, ni siquiera se advierte
cual fue el defecto apelado (…)” sic.
2.11. Respecto a la décima primera fundamentación del Auto de Vista. (Por defecto de la
Sentencia establecido en el artículo 370 inciso 8) del Código de Procedimiento Penal,
referido a que el Tribunal de Sentencia, en la parte dispositiva estableció que el imputado es
responsable del hecho denunciado, pero en la parte considerativa estableció que la defensa
demostró que el 21 de septiembre de 2009 el imputado asistió al desfile en Cliza; al
respecto, el Tribunal de Apelación determinó que la Sentencia expresa las razones por las
que no tomó la citada fecha como un referente fijo, por lo que consideró que no existe el
defecto denunciado en alzada), el recurrente alega que no existe fundamentación en la
decisión del Tribunal, por no encontrarse en él, pronunciamiento jurídico o de hechos, más
si por mandato del artículo 408 del Código de Procedimiento Penal, debe indicarse por
separado cada violación con su fundamento, por lo que el mismo fundamento puede ser
usado para fundar otro motivo, como sucedió en su caso.
2.12 Respecto a la décima fundamentación segunda del Auto de Vista (Por defecto de la
Sentencia establecido en el artículo 370 incisos 5) y 10) del Código de Procedimiento
Penal, porque el Tribunal de mérito se habría negado a valorar la prueba de descargo,
alegación respecto a la cual el Tribunal de Alzada señaló que se evidenció que el Tribunal
de Sentencia sí valoró y consideró, conforme las reglas de la sana crítica y de la
experiencia, la prueba de descargo ofrecida, razón por la que consideró que no es evidente
el reclamo del apelante.), el recurrente afirma que el Tribunal no valoró la prueba de
descargo, ya que en la Sentencia se señaló que la fecha 21 de septiembre de 2009 no es un
referente fijo o determinado de la comisión del hecho, cuando en la acusación se señaló que
el hecho se habría cometido en esa fecha y las declaraciones de descargo refieren que la
citada fecha su persona estaba en el desfile en Cliza, por lo que considera que no existe
fundamento para sentenciarle por un suceso de fecha y forma indeterminada, por lo que el
Tribunal de Alzada, desconociendo el artículo 408 del Código de Procedimiento Penal se
pronunció de forma prejuiciada y sin fundamentar el punto de apelación, ya que no se
refirió a los argumentos de la apelación, tampoco justificó la variable de las fechas, ni
fundamentó el por qué se le condenó por un supuesto hecho de data indeterminada, menos
fundamentó por qué dicen que su reclamo no es evidente cuando no lo señalan ni
identifican.
2.13 En cuanto a la décima tercera fundamentación del Auto de Vista (Respecto a “la
alegación de que la Sentencia se basó en errónea aplicación de la ley con defectos
absolutos” sic., el Tribunal de apelación señaló que el recurrente volvió a transcribir y
reproducir nuevamente los reclamos que ya fueron expresados y resueltos en la resolución,
por lo que consideró innecesario volver a ingresar al análisis de los mismos), el impetrante
manifiesta que nuevamente el Auto de Vista se refirió a otro pasaje de la misma resolución
en la que tampoco existe fundamentación, pues en ninguna parte se identificó el motivo de
la apelación, no se reconoce el argumento del rechazo, menos existe un razonamiento
lógico jurídico o técnico jurídico, por lo que reitera que existiendo en un mismo hecho
diferentes fundamentos, por existir diferentes violaciones, deben ser expuestas por separado
como sucedió en su apelación, por lo que considera que el Auto de Vista debió contener
resolución fundamentada en la que se consideren los fundamentos de hecho y derecho de la
apelación, su contraste con la Ley y los hechos del proceso y el resultado, lo que –dice- no
existe en esta parte del Auto de Vista
De igual manera, describiendo el inciso 2) del artículo 169 del Código de Procedimiento
Penal, afirma que de la prueba entregada se tiene que en ningún momento su persona
participó en la etapa preparatoria en la calificación provisional del ilícito de violación en
fecha ajena al 21 de septiembre de 2009 por el que se dictó Sentencia, “incurriendo en
violación a la igualdad personal y justo y debido proceso” (sic).
En cuanto al inciso 3) del artículo 169 del Código de Procedimiento Penal, previa
descripción del citado numeral, así como del artículo 302 de la misma norma legal, citando
las Sentencias Constitucionales Nros. 731/2007-R de 20 de agosto, 760/2003-R de 4 de
junio y 382/2004-R de 17 de marzo de 2004, señala la definición de imputación e
imputado, y al respecto sostiene que “queda claro que mi persona, para participar en los
actos de investigación formales, entre ellos el defenderse en la etapa preparatoria del ilícito
atribuido, este debe estar clara y específicamente determinado” (sic.). Transcribe una parte
de la doctrina legal del Auto Supremo Nro. 562/2004 de 1 de octubre, y alega al respecto
que al no haber sido imputado por el delito de violación en fechas indeterminadas fuera del
21 de septiembre de 2009 y al no asumir defensa de ello, se le sometió a incertidumbre
jurídica e indefensión; en cuanto al Auto Supremo Nro. 29/2007 de 26 de enero, del que
también transcribe parte de la doctrina legal, señala que se incurrió en lesión a la igualdad
procesal al dictar Sentencia por un delito que en los hechos y fechas nunca se investigó;
finalmente, sobre el Auto Supremo Nro. 26/2007 de 26 de enero, cuya doctrina legal
también fue transcrita parcialmente, señala que tanto el Tribunal de Sentencia como el de
Alzada violaron los artículos 115 parágrafos II y 119 parágrafos I y II de la Constitución
Política del Estado referente al derecho a la defensa y a la igualdad de oportunidades,
porque no ejercitó nunca esos derechos ya que no se conocía nunca “esa figura penal” sic.,
que solo se conoció en la lectura de Sentencia, ya que ni en el juicio se consideraron fechas
ajenas al 21 de septiembre de 2009; que se incurrió en violación del artículo 8, numeral 2,
incisos b) y c) del Pacto de San José de Costa Rica, toda vez que se le negó tener
comunicación previa y detallada de la acusación formulada, por no haber sido imputado ni
acusado por hecho ajeno al del 21 de septiembre de 2009, ni haber asumido defensa de ése
ilícito en la etapa preparatoria.
Sobre el inciso 4) del artículo 169 del Código de Procedimiento Penal, sostiene que “(…) el
delito procesado no ha sido ejercitado con potestad que emane de la ley ni acusado por la
fiscalía por lo que la autoridad jurisdiccional al someterme a proceso y sentenciar por un
hecho no determinado, ha incurrido en USURPACIÓN DE FUNCIONES Y HA
DISPUESTO ACTOS QUE NO EMANAN DE LA LEY, los que son defectos de nulidad
absoluta previstos por la C.P.E.” (sic.).
Transcribiendo una parte del Auto de Vista (párrafo segundo de los fundamentos jurídicos)
y partes de la Sentencia, afirma que la Sentencia fundó su condena sin individualizar los
actos del acusado que puedan ser considerados como elementos de autoría, sino en simples
referencias y mención de artículos y conceptos sin adecuarlos a la conducta del procesado;
que en ninguna parte de la fundamentación se establece de cómo se habría suscitado ese
hecho, por lo que el imputado no está debidamente individualizado.
Reiterando los argumentos vertidos en la denuncia anterior, bajo la “premisa” de que los
argumentos que sirvieron para fundar una denuncia, sirven también para fundar otra, el
recurrente señala que la Sentencia se fundó la prueba MP1.1(unida a las pruebas MP1.3,
MP1.4 y MP1.9), que solo prueba la existencia de la denuncia realizada por la representante
de la Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia, y que no significa conclusión,
evidencia, ni prueba, ni mucho menos elemento constitutivo del delito de violación a niño,
niña o adolescente; que siendo una premisa consolidada que toda resolución debe
encontrarse debidamente fundamentada, emitiendo criterios sólidos sobre cada punto
apelado, del por qué “dicho acto se considera elemento constitutivo del tipo penal
individualizándolos en relación al imputado” (sic.), la ausencia de fundamentación
constituye defecto absoluto porque afecta el derecho a la defensa, al debido proceso, a la
seguridad jurídica y a la tutela judicial efectiva, “Por lo que el imputado no está
suficientemente individualizado” (sic.). Que la omisión de fundamentación en la Sentencia
constituye defecto insubsanable al tenor del artículo 370 incisos 1), 5), y 6) del Código de
Procedimiento Penal y que en el caso, en ninguna parte de la resolución de mérito se fundó,
de qué forma su persona adecuó su conducta al ilícito denunciado, por lo que no existe
subsunción a la norma sustantiva, por ende el imputado no está suficientemente
individualizado. Finalmente, haciendo un análisis de la autoría, conducta y culpabilidad,
señala que “sin intención ni negligencia, es decir sin dolo ni culpa no hay culpabilidad,
siendo un elemento genérico necesario del delito. Por lo que el imputado no está
suficientemente individualizado” (sic).
En cuanto a ésta denuncia, sostiene que el Tribunal de Alzada no se pronunció sobre los
aspectos señalados, tampoco advirtió el defecto de Sentencia, que el imputado no se
encuentra debidamente identificado, por lo que considera violados o erróneamente
aplicados los artículos 407, 370 incisos 2) y 3), 172, 173, 267, 284, 285, 297, 13, 167 y 169
del Código de Procedimiento Penal relacionados con los artículos 11, 12, 13, 20, 27, 28, 40,
270 y 208 Bis del Código Penal, a cuya consecuencia –dice- debe disponerse la nulidad el
proceso con reposición de obrados hasta el vicio más antiguo y ordenarse nuevo juicio oral
por otro Tribunal.
Respecto a ésta denuncia, al igual que en los anteriores puntos, sostiene que el Tribunal de
Alzada no se pronunció sobre los aspectos señalados, tampoco advirtió la falta de
enunciación del hecho objeto del juicio o su determinación circunstanciada, por lo que se
violaron o aplicaron erróneamente los artículos 407, 370 inciso 3), 172, 13, 71, 167, 169.
270 incisos 2) y 3), 173, 267, 284, 285 y 297 del Código de Procedimiento Penal, así como
el artículo 20 del Código Penal, y a su entender corresponde a éste Tribunal, disponer la
nulidad del proceso con reposición de obrados hasta el vicio más antiguo y ordenar nuevo
juicio oral por otro Tribunal.
Transcribiendo parte del Auto de Vista y de Sentencia, manifiesta que la Fiscalía ofreció e
incorporó prueba ilícita con la que se sustentó la Sentencia, a pesar de que su defensa
planteó exclusiones probatorias y efectuó reserva de recurrir, el Tribunal forzó su
aceptación en forma dolosamente ilícita; haciendo referencia a las pruebas MP1.1 y MP1.2,
señala que se tratan, la primera, de una denuncia formulada por la responsable de la
Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia, la segunda, la querella presentada en su
contra por Vicente Tococari Caricari, padre de la víctima, que además de esas literales, se
judicializaron, una ampliación de denuncia de 12 de febrero de 2009 y un requerimiento de
6 de abril de 2012 no codificadas ni entregadas en su oportunidad e incorporadas en forma
ilegal, por lo que la proposición de prueba no cumplió con el principio de publicidad, ni la
exigencia señalada por el artículo 8 del Pacto de San José de Costa Rica respecto a la
comunicación previa y detallada de la acusación, ni con la concesión al inculpado del
tiempo y los medios adecuados para preparar su defensa, pues –señala- la defensa es nula
cuando no se conocen los medios de prueba que se pretenden introducir, por lo que la
proposición de prueba y su incorporación son ilícitas y se violenta el artículo 341 incisos 3),
4) y 5) del Código de Procedimiento Penal, ya que la prueba ofrecida debe encontrarse
anunciada y subsumida en los preceptos jurídicos aplicables, porque permite al imputado
asegurar su defensa (artículo 73 del Código de Procedimiento Penal); alega también que en
éste caso, la denuncia contiene declaraciones, y que al incorporar declaraciones por medio
de informe contraviene a los artículos 350 al 354 del Código de Procedimiento Penal, que
la incorporación de la denuncia “en las características referidas” (sic.), contraviene los
principios de oralidad, inmediación (artículos 330 y 333) y el artículo 117 (no señala norma
legal en ninguno de los casos), que la denuncia no significa conclusión, ni evidencia, ni
prueba.
El recurrente, sostiene que sobre todos los aspectos señalados, el Tribunal de Apelación no
se pronunció, que tampoco advirtió que la Sentencia se basa en elementos probatorios no
incorporados legalmente al juicio, o incorporado por su lectura en violación a las normas
procesales y constitucionales, por lo que considera violados o erróneamente aplicados los
artículos 407, 370 incisos 4), 8), 9), 13), 71, 73, 75, 117, 204 al 213, 267, 285, 287, 329,
307, 330, 333, 341, 242, 350 al 254, 13, 71, 167 y 169 (no señala norma legal); art. 8 de
Pacto de San José de Costa Rica, artículos. 119, 167 y 122 de la Constitución Política del
Estado, y artículo 14 numeral 3 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, y solicita al
Tribunal de Casación “disponga la nulidad del proceso con reposición de obrados hasta el
vicio más antiguo y nuevo juicio oral por otro tribunal” (sic.).
Una vez más, transcribiendo una parte de la Sentencia, referida a la subsunción, alega que
la resolución, en el “pseudos razonamiento” (sic.) hace enunciados doctrinarios y menciona
algunos actuados sin identificar el tipo penal de abuso sexual, que omitió fundamentar en
hechos y derechos con la descripción de actuados y probanzas, por lo que concluye que no
existe fundamentación en la Sentencia.
Finalmente, en la “PETICIÓN SOBRE ESTE PUNTO”, señala que sobre todos esos
aspectos, el Tribunal de Alzada no se pronunció, tampoco advirtió que no existe
fundamentación en la Sentencia, o que ésta sea insuficiente y contradictoria, que la citada
resolución se basa en medios o elementos probatorios no incorporados legalmente al juicio
o incorporados por su lectura en violación a las normas procesales y constitucionales,
violando o aplicando erróneamente los artículos 407, 370 inciso 5), 356, 172, 13, 71, 167 y
169 del Código de Procedimiento Penal, y los artículos 270 numerales 2 y 3, 308 Bis del
Código Penal, por lo que impetra que en casación se disponga la nulidad del proceso con
reposición de obrados hasta el vicio más antiguo y nuevo juicio oral.
En la “PETICIÓN SOBRE ESTE PUNTO”, refiere que sobre los hechos reclamados
precedentemente, el Tribunal de Alzada no se pronunció, tampoco advirtió que la Sentencia
tiene contradicción entre la parte dispositiva con la considerativa, además de contradicción
en la parte considerativa misma, por lo que considera violados o aplicados erróneamente los
artículos 407, 370 inciso 8), 365, 172, 13, 71, 167 y 169 del Código de Procedimiento
Penal y el artículo 270 numerales 2 y 3 del Código Penal.
El impetrante transcribe la parte del Auto de Vista que resuelve la denuncia por los defectos
de Sentencia señalados precedentemente y posteriormente sin especificar a qué Tribunal se
refiere, argumenta: “El Tribunal no hizo valoración de la prueba de descargo, así tenemos
que:” (sic), y a continuación transcribe una parte de la acusación (Relación de hechos), y
enseguida asevera que la fiscalía acusó el ilícito de violación a menor ocurrido en fecha 21
de septiembre de 2009, en horas de la tarde.
El recurrente asegura que del acta de juicio oral se tiene que el Tribunal no quiso valorar la
prueba literal de descargo consistente en el Auto Supremo Nro. 474 de 8 de diciembre de
2005.
Al igual que en las anteriores denuncias, transcribe una parte del Auto de Vista y otra parte
de la Sentencia, reproduciendo los argumentos expuestos por su persona en el motivo “3.1.”
del recurso de casación y sostiene que el imputado no puede ser condenado por un hecho
distinto al acusado o su ampliación (artículo 362 del Código de Procedimiento Penal), por
lo que el Tribunal no puede Sentenciar por un hecho no acusado como es la violación
suscitada en fecha ajena al 21 de septiembre, ya que su persona asumió defensa durante
todo el proceso por el hecho suscitado en la dicha fecha “y no hechos inciertos y fechas
desconocidas” (sic.); asegura que el Tribunal de forma oficiosa amplió la acusación a fines
de dictar Sentencia, violando los artículos 279, 342, 329, 341, 348 y todos los incisos del
169 del Código de Procedimiento Penal; el artículo 8 numeral 2 incisos b y c del Pacto de
San José de Costa Rica y los artículos 115 parágrafos II, 119 parágrafo I y 122 de la
Constitución Política del Estado, “de lo que se tiene que la sentencia está basada en
inobservancia y errónea aplicación de la ley con defectos de nulidad absoluta (art. 407
CPP).” (Sic.). Cita y transcribe parcialmente los Autos Supremos Nros. 562/2004 de 1 de
octubre, 29/2007 de 26 de enero y 26/2007 de 26 de enero.
En ese marco es preciso señalar que, el objetivo del recurso de casación es asegurar el
exacto y uniforme cumplimiento de la Ley penal en los fallos judiciales en todo el territorio
nacional, valiéndose para ello de la competencia atribuida al Supremo Tribunal (la
unificación jurisprudencial y nomofilaxis), con la finalidad de garantizar el principio de
igualdad ante la Ley, en observancia de la tutela jurisdiccional efectiva, toda vez que es un
mecanismo que busca otorgar a los ciudadanos la posibilidad de cuestionar la inadecuada
aplicación o interpretación de las disposiciones legales por el Tribunal de Apelación,
contrarios a otros precedentes, por lo que se ha dejado establecido que no todo Auto de
Vista es recurrible en casación, sino únicamente los que resulten ciertamente contrarios a la
jurisprudencia establecida en un hecho similar; es decir, para que el planteamiento del
recurso sea eficaz, el recurrente no debe limitarse únicamente a presentar su recurso dentro
el plazo establecido por ley y señalar la contradicción en la que incurrió el Tribunal de
Alzada, sino, asegurarse que los precedentes invocados, correspondan a situaciones fácticas
análogas, debiendo concurrir elementos comunes que hagan posible su catalogación como
similares en cuanto a su naturaleza, contenido y finalidad, lo contrario implica la
imposibilidad del Tribunal Supremo de Justicia de cumplir con su competencia unificadora
y nomofiláctica.
A ese efecto, debe considerarse que la doctrina legal invocada, contenida en el Auto
Supremo Nro. 131/2007 de 31 de enero de 2007 (SP I), en lo sustancial y pertinente
establece: “A partir del cambio de sistema procesal, se implementa como principio rector
del sistema de prueba vigente el principio de la libre valoración; por tanto no existe el
sistema de prueba legal o tasada, vigente durante mucho tiempo en el marco del proceso
inquisitivo, en el que sólo determinadas pruebas servían para demostrar la verdad de los
hechos imputados, señalándose además el valor de cada una de ellas. En el sistema actual, a
diferencia del sistema anterior, el Juez es libre para obtener su convencimiento, porque no
está vinculado a reglas legales sobre la prueba, ni a las presunciones que ésta defina, de ahí
que puede convencerse por lo que le diga un único testigo, frente a lo que digan varios.
Ahora bien, el principio de libre valoración de la prueba no significa que el juez o Tribunal
tengan una facultad sin limitaciones, con total irrevisabilidad de la convicción del órgano a
quo respecto de los hechos probados. El principio de libre valoración de la prueba significa
que el Juez debe apreciar la prueba durante el juicio "según las reglas de la sana crítica, es
decir según las reglas de la lógica y dentro de ellas, el principio de no contradicción, así
como según los principios generales de la experiencia", debiendo traducir ese razonamiento
en el fallo de manera objetiva, situación que se expresa a través de los elementos que
prueba que en su conjunto formulan la razonabilidad del fallo y la motivación del titular del
órgano jurisdiccional para decidir de tal o cual forma, sobre la base de la imputación
objetiva. Es obligación de quien acusa, cumplir con la carga de la prueba, demostrando
plenamente la hipótesis acusatoria, tarea que puede requerir la demostración no sólo de
cuestiones objetivas, sino también de elementos normativos y subjetivos descritos en el
injusto típico, de ahí que ante la eventual inexistencia de uno de estos elementos, la
conducta no puede subsumirse, dentro del tipo de injusto atribuido, en función del principio
de legalidad penal y consecuente afectación a la seguridad jurídica de las personas,
situaciones que devienen en defectos absolutos no susceptibles de convalidación, ya que
afectan la esfera de las garantías constitucionales del individuo, estando además
expresamente previstas como defectos de la sentencia en el artículo 370 del Código de
Procedimiento Penal. Ante un eventual error en la subsunción de la conducta por el A quo
si la sentencia aporta los elementos de prueba necesarios para que a partir de un nuevo
análisis se pueda determinar que la conducta constituye delito dentro de la familia de los
delitos que se analizan y que han sido acusados previa verificación de que para dictar nueva
resolución no es necesaria la realización de un nuevo juicio, el Tribunal Ad-quem, en
aplicación del principio "iura novit curia" y observando la celeridad procesal, en aplicación
del artículo 413 del Código de Procedimiento Penal, dictará sentencia directamente” (sic).
En autos, el recurrente básicamente denunció que el Tribunal hizo abuso del principio de
libre valoración, actuando sin limitaciones, pues incorporó y valoró pruebas ilícitas, dando
valor a pruebas más allá de lo que demuestran y negándose a valorar sus pruebas, sin que el
acusador haya cumplido con la carga de la prueba, por lo que la Sentencia debió absolverle
ya que su conducta no se subsume dentro del tipo injusto atribuido, en función del principio
de legalidad y consecuente afectación de la seguridad jurídica, situación que deviene en
defecto absoluto no convalidable, estando además prevista como defecto de la Sentencia de
acuerdo al artículo 370 del Código de Procedimiento Penal.
Del examen de contrastación del precedente citado con relación al Auto de Vista, se
evidencia que no existe situación de hecho similar conforme lo exige el párrafo tercero del
artículo 416 del Código de Procedimiento Penal, por cuanto el análisis del abuso del
principio de libre valoración y el incumplimiento de la carga de la prueba por el acusador,
en el caso del referido precedente el Tribunal Supremo lo realizó con motivo de la denuncia
de errónea aplicación de la ley sustantiva con incidencia en el error de subsunción del
hecho en la conducta típica atribuida, para asumir que la carga de la prueba le corresponde
al acusador, a diferencia del caso de autos en que el recurrente pretendió que se realice
análisis con motivo de la denuncia de incorporación y valoración de pruebas ilícitas por
parte del Tribunal, sin que el acusador haya cumplido con la carga de la prueba.
En lo que respecta al Auto Supremo Nro. 50 de 27 de enero de 2007 (SP II), cuya doctrina
legal aplicable prevé que: “La pena se constituye en un factor de cohesión del sistema
político-social, gracias a su capacidad de restaurar la confianza colectiva en la seguridad
jurídica y la paz social que brinda el ordenamiento legal, renueva la fidelidad de los
ciudadanos hacia las instituciones y margina cualquier contraproyecto de sociedad, o lo que
es lo mismo, garantizar la constitución de la sociedad. A la vez, es un medio del que se vale
el Estado, para facilitar al individuo, que por sus actos precedentes se encuentra constreñido
a afrontar una sanción legal, a reconsiderar su postura frente a las normas socialmente
aceptadas y replantear su conducta respecto a los valores jurídicos protegidos, promoviendo
la reinserción social. Finalmente esta experiencia, cuya publicidad se encuentra garantizada
por el sub sistema penal, genera en el común social una premisa de conducta-reacción, que
se constituye en el medio de prevención general, como otro fin de la pena. De ahí que si del
conocimiento de un determinado hecho el Titular del órgano jurisdiccional llega a
determinar que la conducta cumple los presupuestos de la imputación objetiva, le
corresponde aplicar la norma secundaria contenida en la sanción penal, parte del decisorio
que es de suma importancia para la aceptación del juicio, su credibilidad y el logro de los
fines de la pena. La pena no es el resultado de una simple operación lógica sino de la
valorización de los hechos y del imputado mismo; su personalidad, la motivación, etc. Para
que la fundamentación tenga poder de convicción se requiere que la sentencia exteriorice el
razonamiento del Juez. El punto de partida para determinar la pena, es el marco normativo
del delito. Luego se tienen que explicar qué aspectos o circunstancias agravan la pena, y
cuáles la atenúan. Para el proceso de la determinación de la pena, hay que tomar en cuenta
especialmente los hechos precedentes, las circunstancias y las condiciones de vida del
imputado. Igualmente las causas que llevaron a la comisión del hecho delictivo y el hecho
mismo. Es facultad del Tribunal de alzada, ante la evidencia de que concurren en el fallo de
mérito errores u omisiones formales que se refieran a la imposición o el cómputo de penas,
modificar directamente el quantum observando los principios constitucionales y
procesales” (sic).
En lo que concierne al Auto Supremo Nro. 305 de 25 de agosto de 2006 (SP II), cuya
doctrina legal aplicable en lo sustancial y pertinente establece: “El Tribunal de alzada no se
encuentra legalmente facultado para valorar total o parcialmente la prueba debiendo, en
consecuencia, circunscribir sus actos a los asuntos que fueron objeto de la apelación
restringida, conforme lo previene el artículo 419 del Código de Procedimiento Penal que
establece que: "Cuando no sea posible reparar, directamente, la inobservancia de la ley y/o
su errónea aplicación, el Tribunal de alzada anulará total o parcialmente la sentencia y
ordenará la reposición del juicio por otro juez o Tribunal". Por lo señalado
precedentemente, con la facultad que confiere al Tribunal Supremo el artículo 50 inciso 1)
de la Ley 1970 de 25 de marzo de 1999, cuando advierte que en el proceso se han
pronunciado fallos que atentan contra el debido proceso que, en el fondo, no sólo afectan al
principio de legalidad formal sino material, corresponde regularizar el procedimiento
disponiendo que el Tribunal ad quem dicte un nuevo Auto de Vista aplicando la Doctrina
Legal adoptada en el presente Auto Supremo, garantizando, a la vez, los principios de
universalidad, legalidad y probidad jurisdiccional que debe caracterizar a todo Tribunal de
Justicia” (sic).
En ese sentido, del análisis comparativo del Auto de Vista impugnado y el precedente
mencionado, se tiene que el recurrente en el caso de autos pretendió el análisis de la
denuncia referente a la obligación de fundamentar los puntos de hechos apelados por parte
del Tribunal de Alzada, cuando en el precedente el caso planteado esta referido a la
prohibición de valorar total o parcialmente la prueba por parte del Tribunal de Alzada; por
lo que, se evidencia que el Auto Supremo invocado como precedente resulta imposible
contrastar con la resolución de vista, por no tratarse de un hecho similar, de conformidad al
artículo 416 párrafo tercero del Código de Procedimiento Penal.
Sobre el Auto Supremo Nro. 59 de 27 de enero de 2006 (SP II), cuya doctrina legal
aplicable establece que: “De acuerdo a la línea doctrinal sentada por la Corte Suprema de
Justicia en varios Autos Supremos la "teoría del dominio del hecho" respecto de la acción
de los agentes que da lugar a la vulneración de bienes jurídicos, que afirma que en todos los
delitos dolosos es autor quien tiene en sus manos el curso de los hechos del suceder típico y
antijurídico, lo que significa que para que el agente sea considerado co-autor de un delito
doloso es necesario que haya una resolución conjunta para ejecutar el hecho por parte de
los agentes, sin importar en el momento del hecho la mayor o menor gravedad de su
actuación por haber previamente consentido en el accionar de todos en el logro común del
resultado antijurídico. Al respecto son muy claros los Autos Supremos números 54 de 26 de
febrero de 2002, y 426 de 16 de agosto de 2001. Por otra parte es imprescindible que los
Tribunales de Sentencia y de alzada fundamenten debidamente sus fallos porque al adolecer
de este factor esencial en las resoluciones "violan el debido proceso" por dejar en estado de
incertidumbre a los sujetos procesales respecto a cada uno de los puntos impugnados” (sic).
En autos, el recurrente básicamente denunció que en sustento de la teoría del dominio del
hecho no existe debida fundamentación en el fallo, violándose el debido proceso por dejar
en estado de incertidumbre a los sujetos procesales respecto a cada uno de los puntos
apelados.
En ese marco, del examen comparativo entre el precedente citado con respecto al Auto de
Vista, se evidencia que no existe situación de hecho similar conforme prevé el párrafo
tercero del artículo 416 del Código de Procedimiento Penal, toda vez que el análisis de la
teoría del dominio funcional del hecho, en el caso del referido precedente deviene de la
denuncia de inobservancia y errónea aplicación del artículo 20 del Código Penal, a
diferencia del caso de autos en que el recurrente pretendió que se realice análisis de la
teoría del dominio funcional del hecho, sin cumplir con la carga argumentativa que debe
contener todo recurso.
En lo que respecta al Auto Supremo Nro. 29 del 26 de enero de 2007 (SP II), cuya doctrina
legal aplicable determina que: “Los Tribunales de Sentencia y de apelación en todos los
actos procesales deben aplicar los principios constitucionales y legales de "igualdad" y de
"contradicción" a efectos del conocimiento de las partes procesales de todos y cada uno los
"actos procesales" que se producen en el proceso penal. En el caso de Autos se evidencia
violación de los derechos fundamentales a la defensa, igualdad y seguridad jurídica en
perjuicio de la Institución recurrente, al no habérsele hecho conocer el nuevo memorial
corregido por el imputado evidenciándose violación al principio de "contradicción" que
rige el sistema de enjuiciamiento. Por otra parte la Corte Suprema de Justicia ha establecido
en varios Autos Supremos la línea doctrinal que establece: "...de acuerdo a la nueva
concepción doctrinaria la apelación restringida es el medio legal para impugnar errores de
procedimiento o de aplicación de normas sustantivas en los que se hubiera incurrido
durante la sustanciación del juicio o la sentencia; no siendo el medio jerárquico para
revalorizar la prueba o revisar las cuestiones de hecho que hacen los Jueces o Tribunales
inferiores, sino para garantizar los derechos y garantías constitucionales, los Tratados
Internacionales, el debido proceso y la correcta aplicación de la ley. Por ello no existe la
doble instancia y el Tribunal de alzada se encuentra obligado a ajustar su actividad
jurisdiccional a los siguientes aspectos: anular total o parcialmente la sentencia y ordenar la
reposición del juicio por otro Juez o Tribunal, cuando no sea posible reparar directamente
la inobservancia de la ley o su errónea aplicación; cuando la nulidad sea parcial, se indicará
el objeto concreto del nuevo juicio; y cuando sea evidente que para dictar una nueva
sentencia no es necesario la realización de un nuevo juicio, resolverá directamente...". En el
caso de Autos, se establece que el Tribunal de alzada realiza un nuevo ejercicio de
"revalorización de la prueba" a efectos de cambiar la situación jurídica del imputado, por lo
que debió en su caso anular la sentencia y disponer el reenvío del juicio a conocimiento de
otro tribunal unipersonal” (sic).
En autos, el recurrente básicamente denunció la violación del artículo 12 del Código de
Procedimiento Penal, suprimiéndose su derecho a la igualdad de oportunidades para ejercer
durante el proceso las facultades y derechos que le asisten.
En ese sentido, del análisis de contrastación del precedente descrito con referencia al Auto
de Vista impugnado, se tiene que en el caso del referido precedente el análisis del Tribunal
de Supremo está vinculado a la aplicación de los principios constitucionales y legales de
igualdad y de contradicción a efectos del conocimiento de las partes procesales de todos y
cada uno de los “actos procesales” que se producen en el proceso penal y a la prohibición
de revalorización de pruebas o revisión de cuestiones de hecho por los Tribunales de
Alzada, con motivo de las denuncias de violación del principio de contradicción y
revalorización por parte del Tribunal de Alzada, y el recurrente en el caso de autos
pretendió el análisis de la denuncia de violación del artículo 12 del Código de
Procedimiento Penal, bajo el argumento de habérsele suprimido su derecho a la igualdad de
oportunidades para ejercer durante el proceso las facultades y derechos que le asisten.
Sobre el Auto Supremo Nro. 26 de 26 de enero de 2007 (SP II), cuya doctrina legal
aplicable establece que: “Que la regla general para las notificaciones la establece el artículo
160 Código de Procedimiento Penal, por lo que una vez dictado el Auto de Vista el
Tribunal a quo tiene la obligación de notificar debidamente, al imputado o imputados, al
Ministerio Público, y al o los querellantes y/o víctimas, preservando la igualdad procesal
(artículo 12 Código de Procedimiento Penal), el debido proceso (artículo 16-IV
Constitución Política del Estado artículo 1 del Código de Procedimiento Penal), el derecho
a la defensa (artículo 16-II Constitución Política del Estado, artículos 8, 9 Código de
Procedimiento Penal), el derecho al recurso (artículo 389 Código de Procedimiento Penal)
y el derecho al acceso a la justicia (artículos 11, 77, 398 Código de Procedimiento Penal).
Conforme al artículo 169 del Código de Procedimiento Penal son insubsanables los
defectos que conforme su numeral 3 impliquen "inobservancia o violación de derechos y
garantías previstos en la Constitución, las Convenciones y Tratados internacionales
vigentes y en este Código". Sólo el efectivo conocimiento de las resoluciones judiciales
asegura que no se provoque indefensión en la tramitación y resolución de todo proceso.
Desconociendo el Tribunal ad quo que para cumplir con el mandato de la ley sus
resoluciones deben ser obligatoriamente notificadas a las partes procesales, conforme
determinan los artículos 160 y siguientes del Código de Procedimiento Penal. En el caso de
autos esta omisión privó en forma indebida el derecho del Ministerio Público y de la
víctima a utilizar el recurso de casación como medio de impugnación contra la resolución,
medio de impugnación que dada su configuración procesal, es el único recurso idóneo e
inmediato establecido expresamente en la ley para impugnar la decisión del Tribunal ad
quo. Si bien el artículo 419 del Código ritual penal señala taxativamente las formas de
resolución del recurso de casación, la uniforme doctrina legal sentada por la jurisprudencia
de este Tribunal de Casación ha establecido que los defectos absolutos deben ser reparados
o corregidos tanto por el Tribunal de Casación como por los Tribunales de Apelación, con
la facultad conferida en el artículo 15 de la Ley de Organización Judicial, cuando se
evidencie defecto procedimental absoluto por flagrante violación a derechos y garantías
previstos en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados Internacionales,
así como en el Código de Procedimiento Penal” (sic).
Al respecto, se tiene que el recurrente si bien invocó el citado Auto Supremo Nro. 26 de 26
de enero de 2007, empero omitió señalar en términos precisos la contradicción entre el
Auto de Vista impugnado y el antedicho Auto Supremo, olvidando además establecer si la
situación fáctica o de hecho es similar, máxime si la doctrina legal aplicable descrita
precedentemente está vinculada al defecto de procedimiento advertido con la facultad
conferida por el artículo 15 de la Ley de Organización Judicial, en cuanto a la obligación de
notificación a las partes procesales, con las resoluciones; por lo que, se evidencia que el
Auto Supremo invocado como precedente resulta imposible contrastar con la resolución de
vista, por no tratarse de un hecho similar, de conformidad al artículo 416 párrafo tercero del
Código de Procedimiento Penal.
El debido proceso es un principio legal por el cual toda persona tiene derecho a ciertas
garantías mínimas tendientes a asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso,
a permitir la oportunidad de ser oído y hacer valer sus pretensiones legítimas frente al juez
o tribunal, quienes deben observar los derechos fundamentales de las partes, principios y
reglas esenciales exigibles dentro del proceso como instrumento de tutela de los derechos
subjetivos; la Constitución Política del Estado, reconoce y garantiza la aplicación del
debido proceso al constituirse en fundamento esencial del Estado Plurinacional, que tiene
entre sus fines y funciones esenciales garantizar el cumplimiento de los principios, valores,
derechos y deberes reconocidos y consagrados en ella. Entre uno de los elementos
constitutivos del debido proceso se encuentra el derecho a recurrir de los fallos, derecho
íntimamente vinculado a la tutela judicial efectiva que supone el derecho de acceso a los
órganos de justicia con la posibilidad de reclamar la apertura de un proceso para obtener
una resolución motivada y argumentada, que exponga de forma clara, concreta y precisa los
fundamentos que llevaron al juez o tribunal a resolver el caso, respondiendo a todos los
aspectos demandados o cuestionados sobre una petición, la misma que debe ser coherente
con el ordenamiento jurídico; en dicho supuesto, el derecho al debido proceso se tendrá
cumplido y con ello el derecho de recurrir y por supuesto la tutela judicial efectiva,
derechos garantizados por los artículos 119 y 115 de la Constitución Política del Estado,
artículo 394 del Código de Procedimiento Penal y artículo 8.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
Por otra parte el Código de Procedimiento Penal (Ley Nro. 1970 del 25 de marzo de 1999),
busca garantizar, en forma efectiva, el debido proceso y dentro del mismo, el derecho de
impugnar y recurrir, de un fallo adverso por ante Tribunal Superior, garantía fundamental
que se halla consagrada por la Constitución Política del Estado así como por el artículo 8,
numeral 2, inciso h) del Pacto de San José de Costa Rica, y por el artículo 14, numeral 5 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Bajo ese marco garantista se analizará los motivos dos y tres de los alegatos del recurso de
casación relativo a los presuntos defectos absolutos por ausencia de fundamentación que
genera estado de incertidumbre e indefensión en el recurrente, vulnerando el debido
proceso, y omisión o falta de pronunciamiento respecto a cada uno de los puntos apelados,
relativos a los vicios de la Sentencia y la inobservancia o errónea aplicación del artículo
407 del Código de Procedimiento Penal, considerando que ambos motivos se encuentran
relacionados en la obligación de los Tribunales de Apelación de efectuar una debida
fundamentación de las resoluciones que pronuncien, en observancia de los artículos 124 y
398 del Código de Procedimiento Penal.
En ese sentido, las resoluciones para ser válidas, deben ser fundamentadas. Esta exigencia
constituye una garantía constitucional, no sólo para las partes sino también para el Estado,
en cuanto tiende a asegurar la correcta administración de justicia.
Por ello, la fundamentación debida de una resolución debe mostrar que han sido tomados
en cuenta los alegatos de las partes y que el conjunto de pruebas ha sido analizado.
Al respecto, de la lectura del Auto de Vista recurrido y, en especial, del contenido del
parágrafo II del Considerando, se verifica que el Tribunal de Alzada se pronunció sobre las
citadas denuncias, absolviéndose de esa manera los numerales 3.1., 3.2., 3.3., 3.4., 3.5.,
3.6., 3.7., 3.8., 3.9. y 3.10. del tercer motivo del recurso de casación, en lo que respecta a la
falta de pronunciamiento por parte del Tribunal de Alzada a los puntos de la apelación
restringida.
Ahora, en lo que concierne al segundo motivo del recurso de casación se advierte que el
recurrente acusó la ausencia de fundamentación en la resolución de vista que le genera
indefensión e incertidumbre respecto a cada uno de los aspectos apelados, sin embargo el
recurrente en el tercer motivo del recurso de casación confunde la falta de pronunciamiento
de parte del Tribunal de Alzada a los puntos de la apelación restringida con respecto a la
falta de pronunciamiento en el fondo de aspectos señalados en los puntos del recurso de
apelación restringida, más aun cuando en los numerales 3.1., 3.3. y 3.6. aduce ausencia de
fundamentación y omisión de fundamentación; sin embargo a los fines de evitar incorrectas
interpretaciones se asume que los motivos segundo y tercero del recurso de casación están
referidos a que el recurrente pretende la absolución uno a uno de los puntos apelados en el
recurso de apelación restringida con la debida fundamentación, sin que sea evasiva o
incongruente o haga alusión a aspectos distintos a los denunciados, toda vez que esa
circunstancia deja en estado de indeterminación e incertidumbre a las partes; por lo que, su
análisis y resolución también será único.
En ese sentido, en lo que respecta a los submotivos insertos en los numerales 2.1., 2.4., 2.5.,
2.6., 2.7., 2.8., 2.10. y 2.13. del segundo motivo relacionados con los submotivos insertos
en los numerales 3.1., 3.3., 3.4., 3.5., 3.7. y 3.10. del tercer motivo del recurso de casación
se acusa que el Tribunal de Alzada incurrió en ausencia de fundamentación sobre las
denuncias uno, tres, cuatro, cinco, siete y diez del recurso de apelación restringida,
referentes a la inobservancia de las reglas relativas a la congruencia entre la Sentencia y la
acusación, conforme al artículo 370 inciso 11) del Código de Procedimiento Penal, la
insuficiente individualización del imputado, de acuerdo al artículo 370 inciso 2) del Código
de Procedimiento Penal, la falta de enunciación del hecho objeto del juicio o su
determinación circunstanciada en la Sentencia, conforme al artículo 370 inciso 3) del
Código de Procedimiento Penal, la Sentencia se basa en medios o elementos probatorios no
incorporados legalmente al juicio o incorporado por su lectura en violación a las normas
procesales y constitucionales, de conformidad al artículo 370 inciso 4) del Código de
Procedimiento Penal, la Sentencia se basa en hechos inexistentes y no acreditados, además
en valoración defectuosa de la prueba, conforme al artículo 370 inciso 6) del Código de
Procedimiento Penal y la Sentencia se basa en inobservancia y errónea aplicación de la ley
con defectos de nulidad absoluta, de acuerdo al artículo 407 del Código de Procedimiento
Penal.
Analizado el Auto de Vista con Ptda. Nro. 106 de 28 de diciembre de 2012 se concluye:
2. Sobre la denuncia del punto tres del recurso de apelación restringida, se verifica que el
Tribunal de Apelación efectuó el pronunciamiento en el único Considerando, parágrafo II
del Auto de Vista impugnado indicando “…; este Tribunal de Alzada ha podido evidenciar
que con arreglo a lo previsto por los Arts. 83 y 360 núm. 1) del CPP, el sujeto activo del
delito ha sido plenamente identificado, tanto en la acusación como en la sentencia, como
“Omar David Ríos Maldonado”; por lo que su impugnación resulta también carente de
mérito” (sic), sin embargo dichos argumentos no son debidos, determinándose ausencia de
fundamentación, pues el Tribunal de Alzada soslaya pronunciarse sobre alegación inserta
en la denuncia tres de la apelación restringida relativa a la individualización de los “actos”
del acusado, aspecto que genera un estado de incertidumbre e indeterminación que vulnera
el debido proceso, y el derecho a ser oído, y el deber de fundamentación en violación de lo
establecido en los artículos 124 y 398 del Código de Procedimiento Penal, sin perjuicio de
anotar que en toda Sentencia condenatoria el acusado debe estar debidamente
individualizado, lo que implica que a través del contradictorio se determine su grado de
autoría o participación.
5. Sobre la denuncia siete del recurso de apelación restringida, se verifica que el Tribunal
de Alzada efectuó el pronunciamiento en el único Considerando, parágrafo II del Auto de
Vista impugnado indicando que: “… el apelante se limita a realizar una trascripción de
partes de la sentencia añadiendo a cada una que “no existe fundamentación de la sentencia
o que sea insuficiente por hechos inexistentes y no acreditados realizando el Tribunal una
valoración defectuosa de la prueba”, pero sin señalar de manera fundamentada y concreta
de que manera el Tribunal de Sentencia, habría incurrido en el defecto de sentencia
alegado, razones por las que su apelación tampoco tiene mérito alguno” (sic), sin embargo
dichos argumentos no son debidos, determinándose ausencia de fundamentación, pues el
Tribunal de Alzada elude pronunciarse sobre alegación inserta en la denuncia siete de la
apelación restringida concerniente a que no existe fundamentación de la Sentencia o que
ésta sea insuficiente por hechos inexistentes y no acreditados realizando el Tribunal
defectuosa valoración de la prueba, aspecto que genera un estado de incertidumbre e
indeterminación que vulnera el debido proceso, y el derecho a ser oído, y el deber de
fundamentación en violación de lo establecido en los artículos 124 y 398 del Código de
Procedimiento Penal.
6. En cuanto a la denuncia del punto diez del recurso de apelación restringida, se verifica
que el Tribunal de Alzada efectuó el pronunciamiento en el único Considerando, parágrafo
II del Auto de Vista impugnado señalando que: “…en lo que respecta a la alegación del
apelante de que la sentencia se basó en errónea aplicación de la ley con defectos absolutos;
de la revisión de los fundamentos expresados en el recurso de apelación se tiene que se
vuelven a transcribir y reproducir nuevamente los reclamos que ya fueron expresados y
resueltos en la presente resolución, razones por las que al haberse ya este Tribunal de
Apelación pronunciado sobre cada uno de los puntos reclamados resulta innecesario volver
a ingresar al análisis de los mismos” (sic), sin embargo dichos argumentos no son debidos,
determinándose ausencia de fundamentación, pues el Tribunal de Alzada como se advirtió
eludió pronunciarse sobre las alegaciones insertas en las denuncias uno, tres, cuatro, cinco y
siete de la apelación restringida, aspecto que genera un estado de incertidumbre e
indeterminación que vulnera el debido proceso, y el derecho a ser oído, y el deber de
fundamentación en violación de lo establecido en los artículos 124 y 398 del Código de
Procedimiento Penal.
Por lo expuesto, corresponde establecer doctrina legal aplicable respecto a las submotivos
insertos en los numerales 2.1., 2.4., 2.5., 2.6., 2.7., 2.8., 2.10. y 2.13. del segundo motivo
relacionados con los submotivos insertos en los numerales 3.1., 3.3., 3.4., 3.5., 3.7. y 3.10.
del tercer motivo del recurso de casación.
Sin embargo, en lo que concierne a las denuncias dos, seis, ocho y nueve del recurso de
apelación restringida, se advierte que el Tribunal de Alzada efectuó el pronunciamiento en
el único Considerando, parágrafo II del Auto de Vista impugnado, en completa
correspondencia a los argumentos que contiene el citado recurso de apelación restringida,
no siendo exigible que la misma sea ampulosa o extensa, sino más bien clara y precisa en
sus razonamientos lógico-jurídicos que son la base de su decisorio, conforme al principio
de la razón suficiente, de ahí que no resulta evidente que no exista pronunciamiento al
respecto como se denunció en los submotivos 2.2., 2.3., 2.9., 2.11. y 2.12 del segundo
motivo relacionados con los submotivos insertos en los numerales 3.2., 3.6., 3.8. y 3.9. del
tercer motivo del recurso de casación.
POR TANTO: La Sala Penal Primera del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por el artículo 42 numeral 1 de la Ley
del Órgano Judicial y en aplicación de la disposición contenida en el artículo 419 del
Código de Procedimiento Penal, DEJA SIN EFECTO el Auto de Vista con Ptda. Nro. 106
del 28 de diciembre de 2012 por la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de
Justicia de Cochabamba (fs. 274 a 276), en el proceso penal seguido por el Ministerio
Público a querella de Vicente Tococari Caricari contra el recurrente por la presunta
comisión del delito de violación de niño, niña o adolescente previsto y sancionado por el
artículo 308 Bis del Código Penal; y dispone que la misma Sala pronuncie nueva resolución
conforme a la doctrina legal señalada precedentemente y las normas constitucionales y
legales previstas para el caso concreto.
En aplicación del artículo 420 del Código de Procedimiento Penal, remítase copias del
presente Auto Supremo a los Tribunales Departamentales de Justicia, para el conocimiento
de las Salas Penales y Jueces en materia penal.