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Foucault y el Neoliberalismo

Este artículo se ocupa de los cursos de Michel Foucault sobre el liberalismo y el neoliberalismo en los años 1978 y 1979. En relación con estos cursos, se propone dilucidar las circunstancias históricas, la concepción del liberalismo como racionalidad política crítica y las proyecciones que han tenido en las posteriores investigaciones del autor. En este sentido, expone también algunas consideraciones críticas acerca de la recepción de la relación de Foucault con el pensamiento liberal y neoliberal.

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Foucault y el Neoliberalismo

Este artículo se ocupa de los cursos de Michel Foucault sobre el liberalismo y el neoliberalismo en los años 1978 y 1979. En relación con estos cursos, se propone dilucidar las circunstancias históricas, la concepción del liberalismo como racionalidad política crítica y las proyecciones que han tenido en las posteriores investigaciones del autor. En este sentido, expone también algunas consideraciones críticas acerca de la recepción de la relación de Foucault con el pensamiento liberal y neoliberal.

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C e n t r o de I n v e s t i g a c i o n e s F i l o s ó f i c a s

ISSN 2250-8619 • Vol. VII • Nº 2 • 2018 • Buenos Aires • Argentina

¿UN FOUCAULT NEOLIBERAL?


Edgardo Castro
Vol. VII Nº 2 (2018) — pp. 1-32

ISSN 2250-8619

¿UN FOUCAULT NEOLIBERAL?

Edgardo Castro
Conicet / UNSAM
Miñones 2073, CP 1177, CABA, Argentina
[email protected]

RESUMEN
Este artículo se ocupa de los cursos de Michel Foucault sobre el
liberalismo y el neoliberalismo en los años 1978 y 1979. En relación
con estos cursos, se propone dilucidar las circunstancias históricas,
la concepción del liberalismo como racionalidad política crítica y las
proyecciones que han tenido en las posteriores investigaciones del
autor. En este sentido, expone también algunas consideraciones crí-
ticas acerca de la recepción de la relación de Foucault con el pensa-
miento liberal y neoliberal.

Palabras clave: Liberalismo, Izquierda política, Crítica, Veridicción,


Seguridad.

ABSTRACT
This article deals with Michel Foucault’s 1978 and 1979 courses
on liberalism and neoliberalism. It aspires to elucidate the historical
circumstances, the conception of liberalism as critical political
rationality and its projections in Foucault’s subsequent research. Along
the same lines, the article also makes some critical considerations
about the reception of Foucault’s ideas about liberal and neoliberal
thought.

Keywords: Liberalism, Political Left, Critic, Veridiction, Security.


2 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

1. Introducción

Todo lector seriamente interesado en los trabajos de Michel


Foucault se encuentra, de manera casi inmediata, con tres
dificultades. Por un lado, las declaraciones del propio autor
acerca de él y de su trabajo; por otro, la imagen de su pensa-
miento, que ha dado lugar a lo que bien podría denominarse
una vulgata foucaultiana; y, finalmente, la proliferación de pu-
blicaciones póstumas.
Respecto de la primera dificultad, Foucault ha declarado,
por ejemplo, no haber sido jamás estructuralista e incluso no
haber utilizado ni una sola vez el término “estructura” en Les
Mots et les choses (Foucault 2015a: vol. 1, 212). Y también ha
sostenido que nunca se ocupó de filosofía (Foucault 2001: vol.
1, 1.361) y, por lo tanto, que sus investigaciones no pertenecen
a este campo (Foucault 2001: vol. 1, 633). En general, estas
afirmaciones se contradicen con los hechos o con otras decla-
raciones del propio autor y, de algún modo, se neutralizan. El
término “estructura”, en efecto, aparece numerosas veces en
la obra mencionada. Y Foucault también ha sostenido, con el
mismo énfasis, que su trabajo no pertenece ni a la historia ni
a la sociología, sino a la filosofía (Foucault 2004a: 4). Además,
para contrarrestar todas las etiquetas con las que ha sido en-
casillado (izquierdista, marxista, nihilista, antimarxista, po-
sitivista, neoliberal, tecnócrata, etc.) ha afirmado que, si bien
separadamente no le resultan adecuadas, tomadas en conjun-
to pueden tener sentido (Foucault 2001: vol. 2, 1.412).
Más relevante, en cambio, es la segunda dificultad. Casi
inmediatamente después de su muerte, se ha instalado una
imagen acerca de Foucault que, en gran medida, ha tomado
forma a partir de las intervenciones de Gilles Deleuze entre
los años 1985-1987.1 Desde un punto de vista teórico, Foucault

1. En cierta medida a modo de homenaje póstumo, Gilles deleuze dicta


dos cursos sobre su pensamiento en la Université de Paris VIII Saint-Dénis:
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 3

aparece como un pensador sísmico, que ha atravesado largas


crisis marcadas por las pausas en la publicación de sus libros
(Deleuze 1990: 142) y cuyo recorrido puede dividirse en tres
etapas o fases (arqueológica, genealógica y ética). Y desde una
perspectiva política, aparece como un pensador cuyos análisis
de las formas de ejercicio del poder promueven una crítica ra-
dical y sostenida de las instituciones (el asilo, los hospitales, el
saber, las cárceles, las escuelas, el Estado), pero sin proponer
otras. Aunque, según las formulaciones del propio Deleuze,
mostrando una fisura abierta a través de la cual la irrupción
de las fuerzas provenientes del afuera –la Vida, para Deleu-
ze–, junto con las formas internas de resistencia pueden cam-
biar el diagrama inestable de esas instituciones históricamen-
te estratificadas;2 abriendo así la posibilidad de un Foucault,
si no revolucionario, al menos reformista.
La proliferación de trabajos de su autoría publicados pós-
tumamente –la tercera dificultad que hemos señalado– es, en
primer lugar, una cuestión cuantitativa. En 1994, a diez años
de la muerte de Foucault, aparece la compilación titulada Dits
et écrits, una recopilación de artículos, intervenciones y textos
más o menos breves que se encontraban en diferentes publi-
caciones. No se trata de inéditos sino de la reunión de publica-
ciones que se encontraban dispersas, pero que ahora aparecen
ordenadas cronológicamente en cuatro volúmenes, haciendo
más accesibles unas tres mil páginas del autor. A partir de
1997, en cambio, comienzan a editarse sus lecciones en el Co-
llège de France dictadas entre 1970 y 1984, de las que, excepto
algunas pocas clases en particular, se disponía sólo de graba-

Sur Foucault: les formations historiques (1985-1986) y Sur Foucault: le


pouvoir (1986-1987). En 1986, publica su Foucault (Paris, De Minuit) y, en
1987, pronuncia la célebre conferencia, también dedicada al pensamiento de
Foucault, “Qu’est-ce que un dispositif?” (actualmente reimpresa en Deleuze
2003: 316-325).
2. Esta imagen ha sido esbozada por el propio Deleuze en su “diagrama
de Foucault” (Deleuze 1986: 128).
4 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

ciones limitadamente consultables. Estas lecciones componen


un total de unos trece cursos cuya publicación ha concluido re-
cién en el año 2015. Además de estos cursos, se han publicado
otros, en Bélgica y Estados Unidos, y también conferencias e
intervenciones radiales. Solo desde el punto de vista del ma-
terial impreso (ya que circulaban versiones orales) estas pu-
blicaciones pueden considerarse como inéditos. Con lo cual, el
límite estricto entre lo publicado en vida y lo inédito (es decir,
sin que circularan versiones dispersas u orales) se ha cruzado
sólo recientemente con la aparición, luego de casi treinta y cin-
co años de espera, de Les Aveux de la chair, el cuarto volumen
de la Histoire de la sexualité.3
No es posible estimar ni el alcance ni el ritmo de las pu-
blicaciones futuras. Sin embargo, para tener una perspectiva
al respecto, basta con tener presente que en los Fondos Fou-
cault, actualmente depositados en la Bibliothèque Nationa-
le de France, existe una serie de veintinueve cuadernos que
constituyen una especie de diario intelectual, donde Foucault
registró sus lecturas y reflexiones desde 1960 hasta el año de
su muerte. Y existen también numerosos cursos de los que
no circulan versiones orales (por ejemplo, uno en San Pablo y
otro en Túnez que pueden ser considerados, respectivamente,
como una introducción y una continuación de Les Mots et les
choses).
Ahora bien, si como ya señalamos, la primera dificultad –las
declaraciones de Foucault acerca de sí mismo y de su trabajo–
terminan neutralizándose, la situación de las dos dificultades
siguientes –la existencia de una vulgata foucaultiana y la pro-
liferación de escritos póstumos– es más compleja. Sin entrar
en mayores detalles, nos interesa señalar que estas dos difi-

3. Foucault, en efecto, había enviado poco antes de morir el manuscrito


del cuarto volumen de la Histoire de la sexualité a la editorial Gallimard,
pero no había tenido el tiempo ni las fuerzas suficientes para corregir la
versión editorial. Les Aveux de la chair ha sido publicado recién en febrero
de 2018.
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 5

cultades entran en colisión. La proliferación de escritos pós-


tumos va mucho más allá de una mera cuestión cuantitativa
de escritos, pone bajo sospecha la imagen habitual del pen-
samiento foucaultiano, tanto desde el punto de vista teórico
como político. En efecto, a la luz del estado actual de las publi-
caciones, resulta difícil sostener que hayan habido largas pau-
sas en el trabajo intelectual de Foucault o que haya pasado de
manera abrupta o sísmica de una de las etapas con las que se
suele balizar su pensamiento a otra, luego de haber atravesa-
do una crisis profunda. Y esta proliferación de publicaciones
también pone en cuestión esa imagen de un filósofo, como di-
jimos, si no revolucionario al menos reformista, pero, en todo
caso, puramente de izquierda. Por un lado, nos encontramos
con alguien que no ha dejado ni de pensar ni de publicar y que,
si bien ha cambiado de posición y reelaborado sus problemas,
lo ha hecho desplazándose minuciosamente. Y, por otro, con
un pensador que, hacia finales de la década de 1970, no sólo se
ha interesado en el liberalismo y el neoliberalismo económicos
(por ejemplo, en el Ordoliberalismo de la Escuela de Friburgo
y en el neoliberalismo de la Escuela de Chicago), sino que,
como ha señalado Michael Behrent, se muestra atraído por
él y, cuando es crítico respecto del liberalismo, parece serlo
porque no lo considera suficientemente liberal (Zamora 2014:
40, 44). Sobre esta cuestión, en el mismo sentido se expresa
Serge Audier: “Foucault no fue, como han creído y han sido
persuadidos sus lectores, el gran teórico de una crítica radical
y monolítica del neoliberalismo, en el que habría visto el Mal
contemporáneo” (Audier 2015: 385),4 y “en sus textos e inter-
venciones encontramos muchas críticas, y tan virulentas, del
comunismo, de la situación en Polonia, de la Union de la gau-
che, del gobierno socialista, etc., pero ninguna crítica directa al
neoliberalismo” (Audier 2015: 387).

4. Excepto que indiquemos lo contrario, cuando remitimos a obras en


otras lenguas, las traducciones son nuestras.
6 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

Vale la pena señalar que este interés de Foucault por el


liberalismo y el neoliberalismo ha sido objeto de análisis en
el ámbito de los denominados governmentality studies, que to-
maron impulso con el trabajo colectivo titulado The Foucault
Effect (Burcehll, Gordon, Miller 1991), marcando la recepción
de Foucault en el mundo anglosajón. Y, en el ámbito del mun-
do académico francés, este interés ha sido objeto de dos traba-
jos particularmente relevantes aparecidos en los últimos años,
el de Geoffroy de Lagasnerie, La dernière leçon de Michel Fou-
cault (De Lagasnerie 2012), y el que acabamos de citar de Ser-
ge Audier, Penser le “néolibéralisme”. Le moment néolibéral,
Foucault et la crise du socialisme (Audier 2015). En el mundo
de lengua española, Foucault ha sido frecuentemente utiliza-
do como un punto de apoyo crítico respecto de las corrientes
neoliberales; pero su relación con el liberalismo todavía no ha
sido objeto de un estudio detallado.
Ahora bien, si nos hemos detenido en estas tres dificultades
que, como decíamos, casi inmediatamente debe afrontar todo
lector interesado en los trabajos de Michel Foucault, es porque
la cuestión que aquí nos ocupa, la de un Foucault neoliberal,
concierne a cada una de ellas. ¿Se trata sólo de una etiqueta
bajo la cual clasificar su pensamiento? ¿Debemos finalmen-
te deshacernos de la vulgata foucaultiana, tanto teórica como
política? ¿A partir del material editado póstumamente, qué
sentido tiene hablar de un liberalismo o de un neoliberalismo
foucaultiano? Dentro de los límites de un artículo, nuestra in-
tención es responder estas preguntas.

2. La desunión de la izquierda

El momento liberal y neoliberal en el pensamiento de Fou-


cault se concentra entre los años 1978 y 1980. Con las lecciones
del curso en el Collège de France titulado Sécurité, territoire,
population, el año 1978 marca la emergencia del liberalismo
como cuestión. Las referencias, en efecto, son escasas y secun-
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 7

darias en sus trabajos publicados hasta esta fecha. Encontra-


mos sólo una única mención en la Histoire de la folie à l’âge
classique (Foucault 2015a: vol. 1, 414) y algunas pocas más
en La Naissance de la clinique, en este caso, a propósito de la
reorganización de la enseñanza de la medicina en la época de
la Revolución Francesa (Foucault 2015a: vol. 1, 733-734, 737,
767-769, 772). Lo mismo debe decirse de los cursos que pre-
cedieron al antes mencionado y del material reunido en Dits
et écrits hasta esa fecha. Y 1979, con el curso Naissance de la
biopolitique, enteramente dedicado al liberalismo y sobre todo
al neoliberalismo, representa el auge del interés de Foucault
por estas problemáticas.5 El año 1980 cierra este ciclo con el
seminario en el Collège de France dedicado, según expresa el
resumen de las actividades, a ciertos aspectos del pensamien-
to liberal (Foucault 2012a: 320). Luego de 1980 hay algunas
pocas referencias, esta vez relevantes, en Dits et écrits, pero
ninguna en sus siguientes libros publicados en vida: los volú-
menes segundo y tercero de la Histoire de la sexualité, ambos
de 1984, que se ocupan de la Antigüedad griega y romana.
Como observan Michel Senellart (Foucault 2004a: 383)6 y,
en general, la literatura secundaria sobre el tema (por ejem-
plo, Audier: 2015: 159-170), no sólo los acontecimientos que
marcaron la vida política en Francia a partir de Mayo del 68

5. Es necesario tener presente que, aunque pronunciados en 1978 y 1979


y disponibles durante años a través de los registros sonoros, los cursos Sécu-
rité, territoire, population y Naissance de la biopolitique fueron publicados
recién en el año 2004.
6. Michel Senellart ha sido el editor de los cursos Sécurité, territoire,
population y Naisssance de la biopolitique. Como en todos los cursos en el
Collège de France, Senellart concluye con un apartado titulado “Situación
del curso” donde, precisamente, se contextualizan los temas y los proble-
mas abordados por Foucault en sus clases. Más allá del excelente trabajo de
edición, el apartado correspondiente al curso de 1978, aunque muy esclare-
cedor, no puede darse por exhaustivo. El que corresponde al curso de 1979,
es particularmente breve y debe ser abordado como una continuación del
anterior.
8 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

motivaron el interés de Foucault por el liberalismo y el neoli-


beralismo; sus huellas y proyecciones también pueden perci-
birse en estos cursos de los años 1978-1979 y el conocimiento
de estas circunstancias históricas resulta insoslayable para su
apropiada comprensión. El propio Foucault sostiene, en efecto,
que la cuestión del liberalismo se plantea “por nuestra actua-
lidad inmediata y concreta” (Foucault 2004b: 25).
En esta actualidad, en primer lugar, deben tenerse muy
presentes las controversias en el seno de la izquierda francesa
como consecuencia de la reacción de los propios sectores de iz-
quierda contra la denominada Union de la gauche (1972-1977).
En 1971, en el congreso de Épinay, el Partido socialista francés
(fundado dos años antes, con la integración, entre otras fuerzas,
de la SFIO, es decir, de la Section Française de l’Internationale
Ouvrière), elige a François Mitterrand como su Secretario Ge-
neral. Para diferenciarse de la conformación de frentes mera-
mente electorales, su estrategia política fue la de elaborar un
programa común de gobierno al que pudieran adherir todas
las fuerzas afines, en particular el Partido Comunista Francés,
cuyo caudal de votos resultaba imprescindible. Sobre la base de
esta idea y la elaboración de lo que se denominó, precisamente,
el Programa Común de Gobierno, en 1972 surgió la Union de
la Gauche. La posibilidad de que el Partido comunista, a través
de esta alianza con el Partido Socialista, accediera al gobierno
–del que había sido expulsado en 1947– produjo una fractura
en el seno del propio Partido Socialista, entre una izquierda
estatista y otra descentralizadora, abierta al libre mercado y
a la iniciativa empresarial. De un lado, François Mitterrand
y, del otro, Michel Rocard, representante de lo que se llamó la
D­euxième Gauche. Ésta toma forma a partir del célebre dis-
curso de Rocard en el Congreso socialista de 1977, en Nantes,
titulado precisamente “Les deux cultures de la gauche”.
Los cuestionamientos de los propios sectores de izquierda
al Partido Comunista Francés (PCF), sin embargo, son muy
anteriores y, ya desde mediados de la década de 1940, tenían
como blanco el alineamiento con la URSS; la negación, por
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 9

parte del PCF, de la existencia de campos de concentración en


la Unión Soviética (conocida muchos antes de la publicación
del libro de Solzhenitsyn)7 y la defensa de las intervenciones
soviéticas en los países de Europa del Este (como la invasión
de Hungría en 1956). Un segundo momento crítico, en el seno
de la cultura de izquierda, está representado por los movi-
mientos surgidos de Mayo del 68, como las organizaciones
maoístas Vive la Révolution y Gauche Prolétarienne (GP), que
rápidamente adoptaron posiciones políticamente opuestas al
comunismo y al socialismo, sosteniendo la democracia directa
y proponiendo formas de acción antijerárquicas y antipartida-
rias.8 Pero la fractura socialista de 1977 abrió un espacio de
discusión y cuestionamiento mucho más amplio que incluía
los temas centrales del posible programa de gobierno de las
fuerzas de izquierda. Por ejemplo, empezó a debatirse el sen-
tido que tenían para la cultura de izquierda conceptos como
democracia, libertad, intervención y presencia del Estado, la
función de las empresas, la nacionalización de los medios de
producción y la autogestión.
Foucault participó del foro organizado en 1977 que se pro-
ponía como objetivo una actualización del contenido del Pro-
grama Común de Gobierno. Aunque, como hacen notar los edi-
tores de Dits et écrits, sólo como un intelectual específico, es

7. Al respecto, basta mencionar las controversias suscitadas por la publi-


cación del libro del refugiado soviético Viktor Kravchenko, J’ai choisi la
liberté (1947), la formación de la comisión Rousset, encargada de indagar
sobre la existencia de campos de concentración en Rusia, y la utilización
por parte de la SFIO, en la campaña electoral de 1951, de un poster con la
localización de esos campos (Christofferson 2014: 69).
8. Surgida en Mayo del 68, a partir de la crisis de la Union des jeunes-
ses comunistes marxistes-léninistes, la GP funcionó oficialmente hasta 1973.
Dirigida por Benny Lévy, ha contado entre sus miembros, entre otros, a uno
de los máximos representantes de los denominados nouveaux philosophes,
André Glucksmann. La GP, crítica de la representación política, era parti-
daria de la democracia directa y de todas las formas de revuelta popular,
incluso cuando recurriesen a formas violentas de acción.
10 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

decir, limitándose a las cuestiones referidas a la organización


de la medicina.9 En una entrevista de 1983, reflexionando so-
bre la situación de la izquierda en Francia por esos años, hace
explícitas tanto su proximidad con las posiciones de Rocard
como su crítica a las representadas por Mitterrand (Foucault
2001: vol. 2, 1272-1273). Respecto del Partido Socialista, en
una entrevista de 1984, sostiene explícitamente:

Lo grave es que el Partido socialista ha multiplicado los pro-


gramas, los textos, los proyectos. Ahora bien, ninguno de ellos
representa un esfuerzo de reflexión que permita suponer un
pensamiento político nuevo y coherente. Era una rapsodia de
promesas, de quimeras mezcladas con viejos resabios ideológi-
cos (Foucault 2001: vol. 2, 1.509).

La forma política del socialismo constituye uno de los ejes


de problematización del curso de 1979, precisamente, a través
de la confrontación con el liberalismo. Para nuestro autor, exis-
te una racionalidad histórica, económica y administrativa del
socialismo, pero no una racionalidad gubernamental, es decir,
una medida “calculable de la extensión, de las modalidades y
de los objetivos de la acción gubernamental” (Foucault 2004b:
93). Por ello, sostiene, el socialismo ha gobernado sirviéndose
de la racionalidad gubernamental del Estado de policía10 (dan-
do lugar, en este caso, a un Estado hiperadministrativo) o si-
viéndose también de aquella propia del liberalismo (Foucault
2004b: 93). Para Foucault, no existe una “gubernamentalidad
autónoma del socialismo” (Foucault 2004b: 94-95).

9. Además, manifestó siempre su escepticismo respecto de las propues-


tas de autogestión, su oposición a la nacionalización de las empresas (Fou-
cault 2001: vol. 2, 330) y también a los tribunales populares (Foucault 2001:
vol2 2, 1515).
10. “El Estado de policía es un gobierno que se confunde con la adminis-
tración, un gobierno que es enteramente administrativo y una administra-
ción que tiene en ella, detrás de ella, el peso íntegro de la gubernamentali-
dad” (Foucault 2004b: 38).
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 11

Varias razones explican que esta problematización foucaul-


tiana de la gubernamentalidad socialista tenga lugar, en el
curso de 1979, en el marco de lo que se ha denominado la cues-
tión alemana o el modelo alemán: la fascinación que ejercía la
socialdemocracia, el acercamiento, por esos años, entre Valéry
Giscard d’Estaigne y Helmut Schmidt (NB 184) y también el
caso Klaus Croissant –el abogado alemán de la Rote Armee
Fraktion refugiado en Francia (Foucault 2001: vol. 2, 361-365).
En Naissance de la biopolitique, refiriéndose a las dos Alema-
nias, Foucault afirma que, “cuando se pasa esta frontera [yen-
do de Alemania occidental a la oriental], la pregunta que se
hace todo buen intelectual es ¿dónde está el verdadero socia-
lismo?, ¿allí de donde vengo o adonde voy?” (Foucault 2004b:
94). Por ello, por más paradójico que parezca, para Foucault, el
liberalismo “es una palabra que nos viene de Alemania” (Fou-
cault 2004b: 25).
En segundo lugar, en la actualidad que motiva y atraviesa
los cursos foucaultianos de 1978-1979, deben tenerse presen-
tes las repercusiones del libro de Alexandr Solzhenitsyn, Ar-
chipiélago Gulag (publicado en París en 1973) y la importan-
cia de la figura política del disidente venido del Este. Más allá
de las manifestaciones sobre el libro de Solzhenitsyn que eran
parte del juego político de la época, no parece razonable sos-
tener, según ha mostrado detalladamente Christofferson, que
su libro tuvo el carácter revelador que luego le atribuyeron
ciertos intelectuales.11 Como ya señalamos, la existencia de
campos de concentración en la URSS era conocida desde mu-
cho antes, así como también los fracasos del modelo soviético.
Lo que se podría denominar el “efecto Gulag” debe mucho más
a la problemática de la izquierda de la década de 1970, a la
que hemos apenas aludido, que a las revelaciones del disiden-

11. Al respecto, Foucault declara: “Leí recientemente en los diarios que


los intelectuales franceses dejaron de ser marxistas a partir de 1975, a
causa de Solzhenitsyn. Hay de qué reírse” (Foucault 2001: vol. 2, 1.469).
12 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

te ruso. La publicación de la obra de Solzhenitsyn, en efecto,


fue la ocasión para denunciar los posibles riesgos totalitarios
de la alianza entre el PS y el PCF en la Union de la gauche.
Los violentos ataques del PCF contra Solzhenitsyn motivaron
incluso la reacción de los dirigentes del PS, que pusieron en
duda el compromiso del PCF con las libertades fundamentales
(Christofferson 2014: 164-170).
En cuanto a las repercusiones en los trabajos de Foucault,
según sus propias palabras, la expresión “archipiélago carce-
lar” se utiliza en Surveiller et punir, precisamente a causa del
título del trabajo de Solzhenitsyn. En este caso, la noción de
archipiélago se entiende en un sentido amplio, para hablar
del “recubrimiento universal de una sociedad por un tipo de
sistema punitivo” (Foucault 2001: vol. 2, 32). En cuanto al apo-
yo a los disidentes de los países del Este durante estos años,
Foucault participó de la célebre manifestación que tuvo lugar
en el teatro Récamier, para protestar contra la visita a París
del líder ruso Leónidas Breznev en 1977. Pero más relevantes
son las consideraciones que encontramos acerca de la disiden-
cia y el significado de la obra de Solzhenitsyn en el curso de
1978, Sécurité, territoire, population. Aquí, la disidencia no es
vista simplemente como el cuestionamiento de un determina-
do sistema político-institucional sino, sobre todo, del modo en
que se gobierna la vida de los individuos: cuando el Estado se
hace cargo de conducir la vida cotidiana, desplegando su po-
der no sólo mediante el ejercicio de la soberanía sino también
a través de la economía, fomentando el terror en quienes son
gobernados y en quienes llevan a cabo la acción de gobernar,12
proponiendo alguna forma de salvación y de verdad. Aquí Fou-
cault se refiere a una pastoralización de la política (tema so-

12. En el curso titulado Du gouvernement des vivants, para referirse a


un sistema de gobierno que funciona a partir del temor que se genera por
el conocimiento que todos tienen de lo que está pasando, Foucault habla del
principio Solzhenitsyn (Foucault 2012a: 16).
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 13

bre el que volveremos detenidamente más adelante). “Esto es


Solzhenitsyn” (Foucault 2004a: 204). Desde esta perspectiva,
la disidencia debe ser vista como una reacción contra esta for-
ma de ejercer el poder. Y su mensaje es:

“No queremos obedecer a esa gente. No queremos este siste-


ma donde incluso quienes mandan son obligados a obedecer
por terror. No queremos esta pastoral de la obediencia. No
queremos esta verdad. No queremos estar atrapados en este
sistema de verdad. No queremos estar atrapados en este sis-
tema de observación, de examen perpetuo que nos juzga en
permanencia, que nos dice lo que somos en el fondo de noso-
tros mismos, sanos o enfermos, locos o no locos, etc.” (Foucault
2004a: 204-205).

En el curso del año siguiente, Naissance de la biopolitique,


como dijimos, enteramente dedicado al liberalismo y al neolibe-
ralismo, Foucault niega que Solzhenitsyn pueda constituir una
grilla de lectura adecuada para el liberalismo. Del mismo modo,
tampoco lo son Adam Smith o Karl Marx. En efecto, el liberalis-
mo del siglo XX no se reduce a ser una reactivación del laissez
faire (Smith), una sociedad de las mercancías (Marx) o la ex-
tensión a escala planetaria del poder del Estado (Solzhenitsyn);
“[…] el neoliberalismo es otra cosa” (Foucault 2004b: 136).
En tercer lugar, en el cruce entre la discusión acerca de las
formas políticas del socialismo, el efecto Solzhenitsyn y la di-
sidencia venida del Este, en la segunda mitad de la década de
1970, encontramos otros dos acontecimientos que marcaron
esos años: la emergencia de los denominados nouveaux philo-
sophes (como André Glucksmann –antiguo maoísta de la Gau-
che prolétarienne–, Bernard-Henri Lévy, Jean-François Revel)
y la actividad editorial de publicaciones como Esprit y Nouvel
Observateur, que denunciaban la ceguera de la izquierda fran-
cesa frente a los crímenes del régimen comunista y cuestiona-
ban la cultura política de matriz revolucionaria.
Foucault fue un colaborador asiduo del Nouvel Observa-
teur y dio su apoyo a los nuevos filósofos, sobre todo elogiando
14 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

las obras del antiguo maoísta André Glucksmann, como La


cuisinière et le mangueur d’hommes (un ensayo sobre el Es-
tado, el marxismo y los campos de concentración, publicado
en 1975) y Les maîtres penseurs (1977). Foucault publica una
larga reseña sobre este último trabajo (justamente en el Nou-
vel Observateur; reimpresa en Dits et écrits: Foucault 2001:
vol. 2, 277-281) donde, por un lado, elogia la argumentación
de Glucksmann y critica a quienes dicen: “Contra Stalin, no
escuchen a las víctimas, ellas sólo pueden contarles sus supli-
cios. Relean los clásicos, ellos les dirán la verdad de lo verda-
dero” (Foucault 2001: vol. 2, 278). En definitiva, el Gulag no
se explica a partir de un error de lectura, ni se resuelve con
un marxismo de carácter científico. En este contexto, Foucault
también critica la relación establecida por la tradición alema-
na entre Estado y revolución. Sostiene:

Todas nuestras sumisiones encuentran su principio en esta


doble invitación: hagan rápido la revolución, ella les dará el
Estado que necesitan; apúrense a hacer un Estado, les prodi-
gará generosamente los efectos razonables de la revolución.
Antes de pensar la revolución, su comienzo y fin, los pensado-
res alemanes la han encadenado al Estado y han diseñado el
Estado-revolución, con todas sus soluciones finales (Foucault
2001: vol. 2, 280).

En la década de 1970, el cuestionamiento de Foucault a la


cultura política del PCF, del PS, del proyecto y del programa
político de la Union de la gauche, así como el apoyo a Solzhe-
nitsyn, a la disidencia venida del Este y a los nouveaux phi-
losophes no son, ni mucho menos, una particularidad de sus
trabajos y manifestaciones públicas. Y el interés por el libera-
lismo, motivado por la crisis de la izquierda post 68, tampoco
puede ser visto como una peculiaridad de nuestro autor. En
este sentido, pueden mencionarse toda una serie de trabajos
publicados el mismo año, 1979, en que se desarrolló el curso ti-
tulado Naissance de la biopolitique y que también tienen como
tema central el liberalismo, sus raíces teóricas, su concepción
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 15

política y su actualidad: el de Michel Crozier, On ne change pas


la société par décret, el de Maurice Flamant, Le libéralisme, el
de Didier Deleule, Hume et la naissance du libéralisme éco-
nomique y el de Pierre Rosanvallon, Le Capitalisme utopique.
Deleule y Rosanvallon, además, participaron del seminario de
Foucault en el Collège de France de 1980 sobre el pensamien-
to liberal. Pero, más allá de la amplitud del cuestionamiento a
la cultura política de la izquierda y del interés compartido por
las corrientes liberales, Foucault elaboró su propia problema-
tización del liberalismo y del neoliberalismo. En esta dirección
debemos dirigir ahora nuestro análisis, pasando de las razo-
nes históricas a las teóricas, que, como veremos, han reformu-
lado profundamente el proyecto foucaultiano en su totalidad.

3. De la crítica a la seguridad

Las interpretaciones sobre los acontecimientos políticos


apenas mencionados suelen hacer hincapié en la reacción an-
ti-totalitaria de los intelectuales de izquierda ante el eventual
riesgo, como ya señalamos, de que el Partido Comunista acceda
al gobierno a través de su alianza con el Partido Socialista. Re-
acción exacerbada no sólo por los efectos de la publicación del
libro de Solzhenitsyn, sino también por las posiciones adopta-
das en el seno del PCF respecto de la Revolución portuguesa
de 1974. En efecto, la ruptura de la alianza entre los partidos
socialista y comunista de ese país condujo al predominio polí-
tico del Partido Comunista Portugués y a la implementación
de medidas de impronta totalitaria. Como consecuencia de
esta reacción, los intelectuales de izquierda, según se afirma,
habrían pasado del progresismo revolucionario al reformismo
de los derechos humanos (Christofferson 2014: 8).
Ahora bien, las cuestiones del totalitarismo y del reformis-
mo han estado presentes en la reflexión de Foucault durante
sus cursos del Collège de France acerca del liberalismo, pero
no constituyen el eje de sus desarrollos. En sus declaraciones
16 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

de la época contenidas en la compilación Dits et écrits, encon-


tramos explícitamente las razones. En 1977, refiriéndose en
una entrevista a la situación política de esos años, Foucault
afirma que no asistimos a una resurrección del totalitarismo
sino a algo “completamente distinto”, que puede describirse
en términos generales como “pacto de seguridad” (Foucault
2001: vol. 2, 385). Y en una conferencia en Japón del año si-
guiente, titulada “La philosophie analytique de la politique”,
interrogándose sobre la función política de los intelectuales,
el eventual fin de la época de la revolución y el sentido de sus
luchas a propósito de las prisiones y los hospitales, Foucault
se distancia del reformismo, porque, a su parecer, sólo sirve
para “estabilizar un sistema de poder luego de algunos cam-
bios” (Foucault 2001: vol. 2, 547). Su preocupación, por estos
años, no tiene como referencia central las posibles derivas
totalitarias del Estado o las necesarias reformas de sus ins-
tituciones, sino la manera en que se gobierna la vida de los
individuos y de la población –o, según el término que usa en
Sécurité, territoire, population, la “gubernamentalidad”–13 y
las luchas que denomina específicas, precisamente para di-
ferenciarlas de las que suelen calificarse de revolucionarias
o reformistas.14

13. La noción de gubernamentalidad se encuentra ausente en los libros


de Foucault publicados en vida. Su elaboración ha sido llevada a cabo en los
cursos en el Collège de France. En Sécurité, territoire, population, la define
en esto términos: “Por ‘gubernamentalidad’ entiendo el conjunto constituido
por las instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos
y las tácticas que permiten ejercer esta forma bien específica, aunque com-
pleja, de poder, que tiene como objetivo principal la población, como forma
mayor la economía política, como instrumento técnico fundamental los dis-
positivos de seguridad” (Foucault 2004a: 111).
14. Foucault enumera cuatro grandes características de la luchas especí-
ficas (Foucault 2001: vol. 2, 544-546): 1) No buscan calificar o alabar al poder
de manera masiva o global, sino de estudiar las relaciones de poder como
juegos, en términos de tácticas y estrategias. 2) A diferencia de los movi-
mientos políticos y revolucionarios tradicionales, estas luchas son fenóme-
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 17

En este desplazamiento de la cuestión del Estado y sus ins-


tituciones, del ejercicio del poder en términos de soberanía y
de ley hacia la problemática del gobierno de la vida de la po-
blación y de los individuos, se inscriben los cursos foucaultia-
nos sobre el liberalismo y el neoliberalismo; o, para ser más
precisos, esta problemática del gobierno es la que sale a la luz
en el mismo análisis del liberalismo y del neoliberalismo. Al
respecto, la literatura secundaria es sobradamente abundan-
te. Pero este giro no explica, por sí solo, la concepción foucaul-
tiana del liberalismo y, sobre todo, no basta para comprender
la relación del pensamiento foucaultiano con el liberalismo.
Es necesario tener en cuenta, ante todo, otro concepto que,
precisamente por estos años, comienza a tener una nueva y
más amplia problematización en los trabajos de nuestro autor
y que, a pesar de ello, en cuanto concierne a los cursos fou-
caultianos de 1978 y de 1979, ha sido menos explorado. Nos
referimos al concepto de crítica.
Precisamente entre el primero y el segundo de sus cur-
sos dedicados al liberalismo, en la conferencia en la So-
ciété Française de Philosophie titulada “Qu’est-ce que la
critique?”,15 Foucault aborda la noción de crítica en relación
con esa problemática del gobierno de la vida de los indivi-
duos y de la población que denomina, en Sécurité, territoire,
population, “poder pastoral”.

nos difusos y descentrados, que parten de problemas locales. 3) Estas luchas


tienen por objetivo los hechos o efectos del poder, las formas concretas en
que se lo ejerce. 4) Por último, se trata de luchas inmediatas. Ellas no siguen
el principio leninista del enemigo principal; tampoco esperan un momento
futuro, lo que sería la revolución o la liberación.
15. Lamentablemente, esta conferencia no fue incluida en la compilación
de sus escritos Dits et écrits. Circuló en a través del Bulletin de la Société
Française de Philosophie en una versión diferente a la que ha sido publica-
da recientemente (Foucault 2015b). Acerca de los problemas interpretativos
que plantea, en especial en relación con los temas que nos ocupan aquí,
cf. el artículo de Ph. Büttgen, “Eschatologie, fin de l´histoire, ontologie de
l’actualité” (en Benoist 1998: 61-90).
18 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

Se trata de una forma de ejercicio del poder que se caracte-


riza por combinar, al mismo tiempo y no sin contradicciones,
el gobierno de la vida de los individuos y el de la multitud
(omnes et singulatim, según la expresión latina); a los que
les promete alguna forma de salvación y les exige obediencia
a partir de una determinada verdad. En el apéndice segundo
de Les Aveux de la chair (Foucault 2018: 384-389), que pue-
de ser considerado como una genealogía del poder pastoral,
Foucault enumera las seis funciones fundamentales de esta
forma de gobierno de los otros según la modalidad del pastor:
reunir (su poder se ejerce sobre una multitud dispersa y no
sobre un territorio); guiar (no busca establecer una ley, sino
un objetivo respecto del cual debe indicar las decisiones a
tomar en cada instante y en las diferentes circunstancias);
alimentar (no persigue recaudar impuestos sino, al contra-
rio, dar de “beber y comer” al rebaño); vigilar (no para tratar
a sus ovejas como súbditos o iguales ante la ley, sino para
conocerlos y guiarlos individualmente); salvar (a todos, pero
también a cada uno); dar cuentas (de las faltas suyas y de
sus ovejas, pues debe restituir lo que recibe). Para el pastor,
afirma nuestro autor, “todo individuo, cualquiera sea su edad
o su estatuto, desde el comienzo hasta el final de su vida,
debe dejarse conducir, incluso en los detalles de sus acciones”
(Foucault 2015b: 35).
El pastorado se distingue, como vemos, de los elementos
que definen tradicionalmente la política: el territorio, la ley,
los impuestos, la sumisión al soberano y la supremacía de las
instituciones. De este modo, se opone a esa otra clásica metá-
fora con la que se ha concebido el poder en Occidente: la del
timonel y la del barco. Según esta metáfora, la ciudad es como
un barco, el político es su timonel y el timón son las leyes.
La figura del pastor proyecta una imagen diferente acerca del
ejercicio del poder. Su poder, en efecto, no se ejerce sobre un
territorio, el de la ciudad o del país, lo que sería el barco, sino
sobre las conductas y decisiones de quienes conduce, sobre las
acciones de cada uno de los miembros de la tripulación. El
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 19

instrumento del que se sirve no es el timón de las leyes, que


conduce a la multitud como un todo con sus movimientos, sino
las normas que, para conducir a la multitud, proceden a la
individualización de quienes la componen.16
Más allá de estas diferencias, que oponen la figura del polí-
tico y la del pastor, no hay que interpretar el giro foucaultiano
de la cuestión del Estado a la de la gubernamentalidad como
un abandono de la dimensión estatal del poder, sino, más bien,
como un redimensionamiento.17 Foucault, de hecho, se inte-
resa en el modo en que ambos registros se combinan, tanto
desde el punto de histórico como teórico. Para Foucault, en
efecto, a partir de los siglos XV y XVI asistimos a un proceso
de pastoralización de la política. De este modo, en el campo
de la política, el gobierno de la vida de la población ocupará el
lugar que tuvieron el fortalecimiento del poder del príncipe o
del rey y la preocupación por el territorio y su defensa. Con la
Modernidad, para Foucault, si el pastorado “perdió su forma
estrictamente religiosa y lo esencial de sus poderes, encontró
en el Estado un nuevo soporte y un principio de transforma-
ción” (Foucault 2001: vol. 2, 551).
Según la conferencia “Qu’est-ce que la critique?”, la crítica
o la aptitud crítica, “lo que luego Kant llamará Aufklärung”
(Foucault 2015b: 41), surge, precisamente, como una reacción
ante este proceso de pastoralización del poder, eclesiástico y
político, que se inicia en la época de la Reforma y de la Contra-
rreforma y que en el siglo XVIII dará lugar a lo que Foucault
denomina el biopoder y la biopolítica (Foucault 2015a: vol. 2,
719-720). En este contexto, Foucault define la crítica como “el
arte de no ser gobernados de determinada manera”, es decir,

16. Acerca de las diferencias entre la noción jurídica de ley y la noción de


norma de la que se sirven, por ejemplo, la medicina, la psiquiatría, la psico-
logía o la sociología, cf. Foucault 2015a: vol. 2, 462-463.
17. Al respecto, sostiene Foucault, “el Estado es una peripecia del gobier-
no; no es que el gobierno es un instrumento del Estado” (Foucault 2004a:
253).
20 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

con tales objetivos, tales medios y por tales gobernantes (Fou-


cault 2015b: 37); como el arte de la “inservitud voluntaria, de
la indocilidad reflexiva” (Foucault 2015b: 39); como el derecho
de interrogar a la verdad acerca de sus efectos de poder y al
poder sobre sus discursos de verdad.
Ahora bien, en la parte final de la primera lección de Nais-
sance de la biopolitique, en una extensa nota (Foucault 2004b:
23) que retoma páginas del manuscrito que –muy posiblemen-
te por falta de tiempo– Foucault no leyó públicamente durante
el curso, nos encontramos con una serie de respuestas acerca
de qué es el liberalismo: la aceptación de que debe haber una
limitación de la acción de gobernar que no sea sólo el límite ex-
terno del derecho, una práctica para calcular los efectos de la
limitación de la acción de gobernar, una solución que consiste
en limitar al máximo la acción de gobernar, la organización de
métodos para limitar la acción de gobernar, una forma de la
gubernamentalidad moderna que se pone límites intrínsecos
en términos de veridicción.
Como vemos, el advenimiento del liberalismo representa el
momento en que se introduce la actitud crítica en la propia ac-
ción de gobernar (Foucault 2004b: 14). Desde esta perspectiva,
para Foucault –que insiste repetidas veces en esto– el liberalis-
mo no es una ideología, ni una doctrina política, ni una teoría
económica (Foucault 2012a: 14), sino una forma de racionali-
dad gubernamental, cuya especificidad consiste en que tiene
“como principio y método del ejercicio del gobierno” la máxima
economía o limitación de la acción de gobernar y la sospecha
de que siempre se gobierna demasiado (Foucault 2004b: 323).
Foucault, de hecho, resume gran parte de su curso Nais-
sance de la biopolitique como un análisis de las gubernamen-
talidades críticas que han modelado las diferentes corrientes
neoliberales del siglo XX (Foucault 2004b: 328-329): el neoli-
beralismo alemán de la Escuela de Friburgo, gubernamentali-
dad crítica respecto del exceso de gobierno del régimen nazi, y
el neoliberalismo americano de la Escuela de Chicago, crítico
del exceso de gobierno del New Deal.
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 21

Ahora bien, como señalamos, existe una abundante biblio-


grafía secundaria sobre el concepto de gubernamentalidad,
que delinea el marco general en el que se inscriben los cursos
foucaultianos de 1978 y 1979. Sin embargo, como también su-
brayamos, a nuestro modo de ver la inscripción del liberalismo
en la tradición crítica ha sido menos estudiada.18 Entre otras
razones, por la falta de un estudio exhaustivo acerca de la no-
ción de crítica en el propio Foucault. Ciertamente, no se trata
de una tarea que podamos emprender aquí. A pesar de ello, y a
fin de alcanzar nuestros objetivos, debemos esclarecer, al me-
nos parcialmente, la relación entre crítica y liberalismo en los
análisis foucaultianos. Pues, como veremos enseguida, si Fou-
cault se sirve de la noción de crítica para definir el liberalismo,
a su vez, sus análisis del liberalismo enriquecen su concepción
de la crítica. En particular, con el concepto de veridicción, es
decir, el régimen de verdad o el juego de reglas que establecen
lo que puede ser considerado como verdadero o como falso y
los efectos de poder vinculados al decir verdadero (Foucault
2001: vol. 2, 1.451).
La noción de crítica, particularmente en su matriz kantia-
na, ha sido parte de la reflexión de Foucault desde el inicio
hasta el final de su recorrido intelectual, ha marcado algunos
de sus momentos centrales19 y ha sido repetidas veces aborda-
da. Así, por ejemplo, a la respuesta de Kant de 1784 sobre la
pregunta Was ist Aufklärung?, además de otras referencias,
Foucault le dedicó dos escritos en ocasión de sus doscientos
años (Foucault 2001: vol. 2, 1381-1397, 1498-1507) y las pri-

18. Entre los trabajos sobre esta problemática, además del de Serge
Audier (2015), cuyas conclusiones discutiremos en la parte final de nuestro
artículo, debemos mencionar en el de Thomas Lemke (2012), que estudia
sobre todo la relación entre el análisis foucaultiano del neoliberalismo, el
concepto de gubernamentalidad y la recepción de este concepto en la tradi-
ción de los governmentality studies.
19. Así, por ejemplo, Foucault dedicó su tesis secundaria de doctorado a
la Anthropologie in pragmatischer Hinsicht de Kant (Kant, Foucault 2009).
22 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

meras lecciones del curso de 1983, Le Gouvernement de soi et


des autres (Foucault 2008: 3-58), que abren la última etapa de
su recorrido intelectual. A partir de Kant, Foucault distingue
dos grandes corrientes críticas. Una que se interroga acerca
de las condiciones formales o trascendentales que hacen posi-
ble la existencia de la verdad y, de este modo, da lugar a una
analítica de la verdad. Otra, en cambio, que se pregunta por
las formas de veridicción, es decir, por el modo en que se han
constituido históricamente los diferentes juegos de verdad y
las maneras en que los sujetos se vinculan con ellos (Foucault
2012b: 9; Foucault 2008: 21-23). En esta segunda vertiente
postkantiana de la corriente crítica, en la que se ubica a sí
mismo, Foucault sitúa además a Hegel, a Nietzsche, a Weber y
a la Escuela de Fráncfort (Foucault 2001: vol. 2, 1.507).
En relación con la crítica, la emergencia del concepto de
veridicción está estrechamente vinculada con el análisis del
proceso por el cual, durante los siglos XVII y XVIII, se busca
establecer un principio de autolimitación de la acción de go-
bernar. En Naissance de la biopolitique, para describir el prin-
cipio crítico de autolimitación de la propia acción de gobernar,
Foucault habla, precisamente, de veridicción. Para nuestro
autor, esta es la función que desempeña el mercado. Durante
la Edad Media, sostiene, el mercado era fundamentalmente
un lugar de justicia o de jurisdicción, objeto de múltiples re-
glamentaciones que establecían, por ejemplo, el precio justo
de los productos o las sanciones del fraude. A partir del siglo
XVIII, el mercado deja de ser ese espacio fundamentalmente
de jurisdicción, para convertirse en un espacio de veridicción.
De este modo, los precios, que se forman de acuerdo con los
propios mecanismos del mercado, muestran cuáles son las
prácticas gubernamentales correctas y cuáles no. Por ello, se-
gún Foucault, más que un mecanismo de determinación de
los precios, a través del juego de la oferta y la demanda, el
mercado, para el liberalismo, es un dispositivo que nos dice
la verdad acerca del gobierno, una veridicción acerca de si se
está gobernando bien o mal y, de este modo, sirve de funda-
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 23

mento a la dimensión crítica de la gubernamentalidad libe-


ral clásica (Foucault 2004b: 34-35). En cuanto concierne a la
gubernamentalidad neoliberal, esta función de veridicción la
desempeña el cálculo de costos y beneficios de la racionalidad
empresarial (Foucault 2004b: 152). De hecho, Foucault se ocu-
pa de analizar cómo esta forma de racionalidad funciona, por
ejemplo, en las teorías penales americanas y en la teoría del
capital humano (Foucault 2004b: 264-266, 271-276). El libera-
lismo y el neoliberalismo, entonces, no son sólo formas críticas
de la gubernamentalidad; sino también, formas de veridicción
o regímenes de verdad o, para ser más precisos, son guber-
namentalidades críticas en la medida en que son formas de
veridicción.
Resulta necesario subrayar que, si Foucault se sirve del
concepto de gubernamentalidad para desplazar la centralidad
política de la cuestión del Estado, con todas las fobias que pue-
de suscitar, no sólo totalitarias,20 el concepto de veridicción,
por su parte, le permite distanciarse del reformismo de los
derechos humanos. La noción de veridicción, en efecto, supone
la de libertad. Sin libertad de mercado, por ejemplo, no hay
veridicción del mercado. Pero esta libertad –y tocamos aquí
un punto nodal de los cursos foucaultianos– es diferente de la
que encuentra su fundamento en la doctrina de los derechos
fundamentales.
Desde las primeras lecciones del curso Naissance de la bio-
politique, Foucault insiste en la especificidad de la libertad (de
mercado, de comercio, de uso de la propiedad, etc.) que está en
juego en una gubernamentalidad crítica que se propone ser
una forma de autolimitación, es decir, una limitación interna

20. En términos críticos, Foucault habla, en efecto, de la “fobia de Estado”


(Foucault 2004b: 77-78). Por otro lado, considera que el totalitarismo es más
una disminución del Estado que una ampliación. Los fenómenos totalitarios
se producen por la subordinación del Estado al partido. Se deben, en otros
términos, a lo que denomina “gubernamentalidad de partido” (Foucault
2004b: 196-197).
24 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

de la acción de gobernar. Pues el derecho y los derechos fun-


damentales, en particular, constituyen también una forma de
limitación de la acción de gobernar, pero, en este caso, externa.
Por ello, sostiene, con el advenimiento del liberalismo nos en-
contramos con “dos concepciones absolutamente heterogéneas
de la libertad, una que la concibe a partir de los derechos del
hombre y otra que la percibe a partir de la independencia de los
gobernados” respecto de los gobernantes (Foucault 2004b: 43).
Para Foucault, sin embargo, la libertad liberal no consiste
sólo en la afirmación de la independencia de los gobernados
sino, sobre todo, en la producción y el consumo de libertad
mediante la gestión de las condiciones en las cuales se puede
ser libre (Foucault 2004b: 65). Pero esta gestión de la libertad
implica, como su inevitable correlato, las formas de control.
Así, por ejemplo, la libertad de comercio no puede ser garan-
tizada sin un régimen aduanero. Libertad de los gobernados
y control de los gobernantes se vuelven, de este modo, las dos
caras de una misma moneda. La producción y el consumo de
las libertades requieren de dispositivos de seguridad, es decir,
mecanismos a través de los cuales es posible administrar la
aleatoriedad de los acontecimientos y sus eventuales riesgos.21
Teniendo en cuenta esta relación constitutiva entre libertad
de los gobernados y dispositivos de seguridad, Foucault sostie-
ne, en efecto, que el liberalismo no se define por la protección
exterior de los individuos y de su libertad, sino, más bien, por
arbitrar la relación entre la libertad y la seguridad de los in-
dividuos, a partir de la noción de riesgo (Foucault 2004b: 67).
En este sentido, la libertad del liberalismo puede ser definida
como una libertad securitaria.
A esta altura de nuestra exposición, podemos delimitar con
precisión la conceptualización foucaultiana del liberalismo.

21. Para una descripción de los dispositivos de seguridad, ver las leccio-
nes del 18 y del 25 de enero de 1978 del curso Sécurité, territoire, population
(Foucault 2004a: 31-91).
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 25

Para nuestro autor no se trata, entonces, ni de una ideología,


ni de una teoría política, ni de una doctrina económica, sino de
una forma de racionalidad gubernamental que se define por
ser autocrítica, veridiccional y securitaria. Crítica, en la medi-
da en que busca poner límites a la acción de gobernar. Veridic-
cional, puesto que esa limitación no proviene del exterior, sino
del decir verdadero de los propios mecanismos involucrados
en la acción de gobernar. Securitaria, pues las formas o instan-
cias de veridicción requieren de una libertad cuya existencia
depende de los mecanismos de gestión del riesgo.

4. Consideraciones finales

Al inicio, nos propusimos responder tres preguntas respec-


to de la relación de Foucault con el liberalismo: ¿Se trata sólo
de una etiqueta bajo la cual clasificar su pensamiento? ¿Debe-
mos finalmente deshacernos de la vulgata foucaultiana? ¿Qué
sentido tiene hablar de un liberalismo foucaultiano?
A la luz del rumbo que tomaron sus investigaciones luego
de los cursos de 1978 y 1979, no resulta exagerado decir que,
a partir de la elaboración de las nociones con las que concep-
tualiza el liberalismo, Foucault reformula su entero proyecto
intelectual. En este sentido, basta con tener presente que el
concepto de veridicción se convierte en la línea general de aná-
lisis en los cinco cursos subsiguientes en el Collège de France
y, en gran medida, también de los volúmenes segundo, tercero
y cuarto de la Histoire de la Sexualité. En estos trabajos, Fou-
cault desarrolla la relación entre gobierno y decir verdadero,
en primer lugar, retomando y ampliando un tema del que ya
se había ocupado en sus trabajos precedentes, la práctica de
la confesión.22 La genealogía de la confesión lo conducirá hacia

22. Así, por ejemplo, desde la perspectiva de la veridicción, la práctica de


la confesión es vista, precisamente, como un dispositivo de gobierno-veridic-
26 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

lo que denomina la hermenéutica de sí, es decir, las formas en


las que, en la Antigüedad clásica, el sujeto se convirtió en obje-
to de conocimiento para sí mismo. Y en segundo lugar, aborda
la relación entre gobierno y veridicción a través del análisis
de una forma de veridicción que se opone a las anteriores, la
parresia antigua, es decir, el coraje y la libertad de decir la
verdad (Foucault 2009: 14).
Foucault se sirve también del concepto de veridicción para
recapitular sus trabajos precedentes. En efecto, lo que ha que-
rido hacer, según cuanto sostiene retrospectivamente en ese
artículo autobiográfico firmado con el pseudónimo de Maurice
Florence, es llevar a cabo una historia de “la emergencia de los
juegos de verdad” (Foucault 2001: vol. 2, 1451) en los que el su-
jeto ha sido objeto de conocimiento para las ciencias humanas
y en los dispositivos de poder.
Los análisis de la racionalidad gubernamental liberal y
neoliberal han sido también, para Foucault, la ocasión para
corregir su concepción de los dispositivos de poder y para es-
clarecer con mayor precisión su autocomprensión historiográ-
fica. Respecto de los dispositivos de poder, en Sécurité, terri-
toire et population, observa que, contrariamente a lo había
sostenido previamente, el funcionamiento del poder moder-
no y sus transformaciones no puede pensarse sin incluir en
su interior la libertad (Foucault 2004a: 50). Y en cuanto a su
ubicación en la tradición crítica –a pesar de haber sostenido,
como vimos, que su filosofía se sitúa en la misma vertiente
de la Escuela de Fráncfort– en Naissance de la biopolitique,
Foucault señala que, si en la tradición que va desde el Roman-
ticismo a la Escuela de Fráncfort se busca denunciar lo que
habría de “continuamente opresivo en la razón” o de “desen-

ción, mediante el “acto verbal por el cual un sujeto realiza una afirmación
acerca de lo que él es, se sitúa en una relación de dependencia respecto
de los otros y, al mismo tiempo, modifica la relación que mantiene consigo
mismo” (Foucault 2012b: 7).
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 27

mascarar la pretensión de poder que habría en toda verdad”,


su crítica, en cambio, busca “determinar en qué condiciones y
con cuáles efectos se ejerce una veridicción” (Foucault 2004b:
37). Su filosofía no busca, por ello, llevar adelante el proceso
de la razón, como si fuese un todo relativamente homogéneo,
sino analizar lo que tienen de propio esas diferentes formas
de racionalidad en las que se articulan los juegos de verdad y
los efectos de poder. Por ejemplo, aquellas que han dado lugar
a las experiencias modernas de la locura, la enfermedad, la
delincuencia, pero también la sexualidad o, más ampliamente,
la subjetividad.
Resumidamente y retomando las observaciones metodo-
lógicas del propio Foucault en el curso Du gouvernement des
vivants, puede decirse, entonces, que a partir de sus cursos
sobre el liberalismo, la problemática gobierno-veridicción
ocupará el lugar que tuvo hasta entonces la de saber-poder
(Foucault 2012b: 12-14). En este desplazamiento del saber-
poder al gobierno-veridicción, sin embargo, no nos encontra-
mos con ese pensador sísmico de la ya mencionada imagen
deleuziana que ha sido una de las grillas de lectura de sus
trabajos. Y tampoco nos encontramos, en cuanto concierne a
las formas de la gubernamentalidad liberal, con ningún pro-
yecto político de carácter revolucionario o reformista. Desde
este punto de vista, esa vulgata foucaultiana que ha acom-
pañado la recepción de los trabajos de Foucault, particular-
mente en el ámbito de la lengua española, debe ser al menos
revisada.
Ahora bien, retomemos la tercera de las preguntas que
nos hemos planteado: ¿en qué sentido se puede hablar de un
liberalismo foucaultiano a partir del material publicado pós-
tumamente? Si tomamos las tres características que definen
la racionalidad política liberal según los análisis de Michel
Foucault, su dimensión crítica, veridiccional y securitaria, se
debe decir, en primer lugar, que existen, sin dudas, puntos de
contacto que pueden establecerse en razón de esa común per-
tenencia a la tradición crítica, a partir de la cual, como vimos,
28 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

concibe tanto el liberalismo como su propia autocomprensión


historiográfica, y también en razón de la concepción veridic-
cional de la verdad. En gran medida, estos puntos de contacto
confluyen en lo que, a nuestro modo de ver apropiadamente,
Michael Behrent ha identificado como el núcleo antihuma-
nista común del pensamiento de Foucault y de las corrientes
del liberalismo, económico y sociológico, en las que se interesa
(Zamora 2014: 69). Pero más allá de estos puntos de contacto
y de que el liberalismo pretenda ser una racionalidad veridic-
cional crítica de lo que Foucault describe como el proceso de
pastoralización de la política, el liberalismo, sobre todo por su
dimensión securitaria, es también una forma de pastoraliza-
ción de la política, es decir, de gobierno de la vida de los indi-
viduos y de la población.23 En este sentido, Foucault sostiene,
precisamente en Naissance de la biopolitique, en el momento
de su mayor interés por el liberalismo, que su dimensión se-
curitaria es “lo contrario y la condición misma del liberalismo”
(Foucault 2004b: 67).
En relación con esta contradicción interna, si bien podemos
coincidir con Serge Audier (uno de los especialistas que más
atención ha prestado a la relación entre liberalismo y crítica
en el pensamiento foucaultiano), cuando sostiene que Foucault
no “ha tratado únicamente esta corriente [el neoliberalismo]
como un adversario que debemos abatir o como un fenómeno
puramente maléfico” (Audier 2015: 396), disentimos, en cam-
bio, cuando afirma, como referimos al inicio de nuestro traba-
jo, que no encontramos en Foucault ninguna crítica directa al
liberalismo (Audier 2015: 387). En la observación acerca de
la contradicción interna de la gubernamentalidad liberal, no
se trata simplemente, como sugiere la afirmación de Behrent
también referida al inicio de nuestro trabajo, de que Foucault

23. En este sentido, Foucault afirma al inicio del curso de 1979, que no
se puede entender la biopolítica, sin comprender el régimen general de la
gubernamentalidad liberal (Foucault 2004b: 24).
Vol. VII Nº 2 (2018) ¿Un Foucault neoliberal? - E. Castro 29

sea crítico del liberalismo por no considerarlo suficientemente


liberal. En efecto, el arbitraje securitario de la libertad no es
no liberal, sólo lo inverso del liberalismo, sino también su con-
dición de existencia.
Por otro lado, sin que sea necesario detenernos, pues se
trata de uno de los temas más frecuentes en la literatura
foucaultiana, las críticas a los procesos de normación disci-
plinaria y de normalización biopolítica son también críticas
directas de prácticas gubernamentales de las sociedades li-
berales. En efecto, no debe soslayarse el hecho de que, luego
de haber subrayado a propósito de su dimensión securitaria
que se trata de “lo contrario y la condición misma del libera-
lismo”, Foucault observa que el contrapeso de las libertades
liberales es una “formidable extensión de los procedimientos
de control, de coacción, de coerción” (Foucault 2004b: 68) y
que “el panóptico es la fórmula misma de un gobierno liberal”
(Foucault 2004b: 69).
En conclusión, los cursos sobre el liberalismo y el neolibe-
ralismo, Sécurité, territoire, population y Naissance de la bio-
politique, constituyen un momento más que relevante en el
recorrido intelectual de Michel Foucault. No se trata sólo de
una etiqueta; ellos han dejado su huella en el curso posterior
de sus trabajos. Pero se trata también de un momento de tran-
sición que se cierra con el seminario dedicado al pensamiento
liberal en el año 1980, y no exento de críticas respecto de la
gubernamentalidad liberal.
En la última etapa de su pensamiento, que se inaugura en
1983 con las lecciones iniciales del curso Le Gouvernement de
soi et des autres dedicadas, como ya señalamos, a la célebre
respuesta kantiana de 1784, Foucault vuelve explícita y ex-
tensamente sobre las nociones de crítica y veridicción. Pero ya
no se trata ni de la crítica como autolimitación de la práctica
gubernamental ni de la veridicción como su instrumento sino,
en consonancia con el imperativo que para Kant define a la
Modernidad, de la crítica y de la veridicción como coraje. El tí-
tulo de su último curso, en este sentido, es más que elocuente:
30 E. Castro - ¿Un Foucault neoliberal? Vol. VII Nº 2 (2018)

Le Courage de la vérité. No nos sorprende por ello, que haya


podido escribir, en el mencionado artículo autobiográfico, que
todo su proyecto intelectual pertenece finalmente a la tradi-
ción filosófica inaugurada por Kant y que, en relación con esta
herencia kantiana, puede ser descrito como una historia críti-
ca del pensamiento (Foucault 2001: vol 2, 1.450). Esta historia
crítica se ha nutrido, sin duda, de la crítica liberal, pero no se
superpone con ella.

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tentation néolibérale. Saint-Gilles: Les Éditions Aden.

Fecha de recepción: 5 de marzo de 2018


Fecha de aceptación: 17 de mayo de 2018

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