UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA
PRÁCTICA PROFESIONAL I
Marco Teórico: Psicología Educativa, Educación y Responsabilidad Social
ALUMNO:
DIEGO GAETE CSERK
DOCENTE:
GRACIA NAVARRO SALDAÑA
Ciudad Universitaria, 05 de abril de 2019
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1. ¿Qué es la psicología educacional?
La Psicología Educacional se puede entender a grandes rasgos como una unión de dos
disciplinas: la Psicología, y las ciencias de la Educación. Como menciona Arancibia et al.
(2008), ésta disciplina ha presentado dificultades para definir su objeto de estudio y su identidad
como cuerpo de conocimiento, debido a la particularidad de su historia y sus raíces. Por lo tanto,
es pertinente conocer brevemente la historia, los precursores, y las raíces conceptuales de la
Psicología Educacional, como aparecen en el Manual de Psicología Educacional de Violeta
Arancibia, Paulina Herrera y Katherine Strasser.
1.1. Antecedentes históricos, precursores y raíces conceptuales
Las primeras interrogantes relacionadas a la Psicología Educacional aparecen en los
comienzos de nuestra civilización, a partir de los planteamientos de Aristóteles y Platón, que
trataban temas como los fines de la educación, la naturaleza del aprendizaje, o la relación
profesor-alumno. Pese a que muchos filósofos, pedagogos y psicólogos trataron temas
relacionados en los siglos por venir, el nacimiento de la psicología de la educación como
disciplina se suele situar entre los años 1900 y 1908, con los aportes de los psicólogos Edward
Thorndike y Charles Judd.
Por el lado de Norteamérica, Thorndike dio un impulso definitivo al afianzamiento de la
psicología de la educación como disciplina científica, gracias a la publicación de dos grandes
obras: Elements of Psychology (1905), donde trata temas como el aprendizaje, las leyes de
efecto, del ejercicio y de asociación; y Educational Psychology (1903), donde expone los
resultados de sus investigaciones, considerándose como un prototipo de (el modo clásico de)
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hacer psicología de la educación. Además, a través de sus aportes, Thorndike configuró la
psicología educacional alrededor de tres grandes unidades temáticas: el papel del medio
ambiente y de la herencia en el comportamiento, el aprendizaje y las leyes que lo regulan, y el
estudio de las diferencias individuales (Coll, 1988 citado en Arancibia, 2008). La aspiración de
Thorndike era lograr una ciencia completa y unificada de la psicología, uniéndola con el mundo
de la educación. Desafortunadamente, esto no se cumplió, quedándose en una mera aplicación de
la ciencia de la conducta a los problemas educativos.
Judd, formado en Leipzig bajo la tutela de Wilhelm Wundt, hizo aportes a la formación
de la psicología educacional en cuatro grandes áreas: el análisis de la lectura, la formalización y
discusión de los problemas psicológicos que surgen en la enseñanza, el trabajo experimental
sobre el número, y la psicología social, a la que consideraba como la plataforma de apoyo de
toda verdadera educación (Glover y Ronning, 1987, citado en Arancibia, 2008). Al contrario de
Thorndike, Judd plantea que las prioridades de la piscología de la educación son los grandes
problemas educativos que se oponen a la mejora de la escuela, por lo que se ocupa del estudio de
aspectos no investigados con anterioridad, como lo son el currículum y la organización escolar.
Para este autor, el objeto de estudio de la psicología de la educación es el analizar los procesos
mentales mediante los cuales el niño aprehende los sistemas de experiencia social acumulada,
cuyos procesos no son reducibles a una serie de estímulos y respuestas, sino que implican
capacidades cognitivas para organizar, sintetizar y transformar la experiencia. Thorndike y Judd
representan dos modos distintos de entender la psicología de la educación, un modo influenciado
por la psicología individual y otro por la psicología social, respectivamente. Estas perspectivas
disímiles persisten hasta la actualidad, y aún no se integran del todo.
En las décadas siguientes, gracias a avances desatados por la aplicación de las famosas
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pruebas de inteligencia al ejército americano en 1918, la formación del “American Council of
Education”, y la publicación de los primeros materiales de test psicológicos, la psicología
educacional se perfila como una nueva disciplina científica, con orientaciones teóricas, métodos
y procedimientos, con diversas áreas de atención y un cuerpo acumulado de conocimientos. En la
década de 1920 y 1930, las áreas de estudio predominantes de la psicología educacional eran: el
aprendizaje, las diferencias individuales, la psicometría (especialmente de inteligencia), el
desarrollo humano, la clínica infantil, el estudio de niños excepcionales, y el estudio científico
del niño en la escuela. Además, en estos años comienza a desarrollarse la estadística aplicada en
esta disciplina, instaurando el análisis metodológico y la estadística como pilares de la
investigación en psicología educacional. También, en estos años el paradigma conexionista de
Thorndike se enriqueció con otros movimientos psicológicos individuales como lo son la
psicología de la Guestalt y el Psicoanálisis.
A partir de la década de 1940, hubo un quiebre en el desarrollo ascendente de la
disciplina, y pasó de estar bien asentada como División en la American Psychology Association,
a estar a punto de desaparecer. Esta crisis tuvo diversos motivos. Primero, la disciplina no
parecía tener un campo de estudio propio, ya que compartía los mismos temas con los estudios
de la evaluación, de la personalidad, y de la psicología escolar. Segundo, los programas
propuestos por la psicología educacional parecían anticuados, se producía muy poca
investigación científica y el currículo era ambiguo y difuso. En esta década, la disciplina estuvo
muy cerca de ser suprimida o reorganizada como División por la APA. Sin embargo, gracias a
sus defensores y a su trabajo, en 1966 la División de psicología educacional era la tercera en
número de afiliados, y desde entonces, ha cursado un considerable despegue. A pesar de este
resurgimiento, el panorama de la psicología educacional continuó presentando ciertas
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complejidades. Todavía presentaba una carencia de definición conceptual clara. Se teoriza que
esto es debido a que la psicología educacional en dicha época decidió asumir como propia la
responsabilidad de poseer una teoría científica de la educación. Lo anterior causó, junto a la
ampliación de su contenido, una difusión aún mayor de sus límites, siendo cada vez más difícil la
clarificación de su objeto de estudio. En ese entonces, la psicología educacional se ocupaba de
estudiar y trabajar en los procesos de aprendizaje individual y grupal, los criterios de
organización de los contenidos escolares, medidas de diferencias individuales, la elaboración de
instrumentos de evaluación, y la comparación de métodos de enseñanza.
1.2.¿Qué es la Psicología Educacional en la actualidad?
Conociendo parte de la historia de la disciplina y sus dificultades en cuanto a la clarificación
de su identidad y su objeto de estudio, es necesario ahora preguntarnos acerca del estado actual
de la Psicología Educacional. Resulta evidente el papel protagónico que ha presentado la APA en
la historia de esta área de la psicología, lo cual aún se manifiesta. En el año 2018,
conmemorando el aniversario número 125 de la American Psychology Association, la psicóloga
educacional Patricia Alexander publicó un artículo llamado “Past as prologue: Educational
psychology’s legacy and progeny” (El pasado como prólogo: Legado y progenie de la Psicología
Educacional). En dicho artículo, Alexander realiza un análisis del pasado, el presente y el futuro
de esta disciplina, e identifica 5 temas clave en los que la psicología educacional se caracteriza y
ha aportado hasta la fecha. Esta publicación no se encuentra con acceso gratuito para la
Universidad de Concepción, por lo que a continuación, revisaremos estos temas definidos por
Patricia Alexander como aparecen en la publicación de Richard Mayer (2018).
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1.2.1. La “psicologización” de la educación: lo cual corresponde al trabajo de llevar los
saberes de la educación al terreno de la ciencia.
1.2.2. Investigación interdisciplinaria: la naturaleza de la Psicología Educacional ha sido
multidisciplinaria desde sus inicios, y sus avances se sustentan de manera recíproca
con las investigaciones de los educadores, los psicólogos y los estadísticos.
1.2.3. El aprendizaje como núcleo teórico y empírico: La ciencia del aprendizaje, es
decir, el estudio científico de cómo las personas aprenden. La psicología educativa ha
contribuido en esta área en (a) cambiar el enfoque desde uno conductual a una
concepción cognitiva del aprendizaje, (b) en cambiar de teorías generales del
aprendizaje a teorías específicas del aprendizaje en áreas temáticas, y (c) en cambiar
el foco de conductas del aprendizaje (i.e., medidas conductuales) a estrategias de
aprendizaje (i.e., medidas de los procesos cognitivos durante el aprendizaje).
1.2.4. Las diferencias individuales y su medición: La ciencia de la evaluación,
específicamente el estudio científico de cómo determinar qué saben las personas. La
Psicología Educativa ha aportado en esta área desarrollando técnicas para evaluar (a)
tipos de conocimientos y habilidades (i.e., resultados del aprendizaje), (b) tipos de
procesamiento cognitivo durante el aprendizaje (i.e., procesos de aprendizaje), y (c)
tipos de estudiantes (i.e., características de los estudiantes).
1.2.5. La práctica basada en la evidencia (EBP): La ciencia de la instrucción, en otras
palabras, el estudio científico de cómo ayudar a las personas a aprender. La
Psicología Educativa ha contribuido a la ciencia de la evaluación (a) al acumular una
base sustancial de investigación señalando métodos instruccionales que producen un
aprendizaje profundo (i.e., diseño instruccional) y (b) acumulando una base
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emergente de investigación señalando el entrenamiento en estrategias de aprendizaje
que producen un aprendizaje profundo (i.e., instrucción de procesos cognitivos).
Entonces, se puede entender la psicología educacional como la ciencia nexo involucrada en
aplicar la ciencia del aprendizaje a la práctica educacional, al crear una ciencia de la instrucción.
La psicología educacional es el puente entre el aprendizaje y la instrucción al crear formas para
ayudar a las personas a aprender en base a una teoría del aprendizaje basada en la evidencia. Al
mismo tiempo, la Psicología Educacional es una ciencia conectora encargada de desafiar a la
ciencia del aprendizaje a desarrollar teorías acerca del aprendizaje académico que sean relevantes
a las necesidades prácticas de la educación.
Al incluir el tema de la evaluación, la Psicología Educacional es la unión entre la evaluación
y la instrucción, al ayudar a especificar los objetivos del aprendizaje y los resultados del
aprendizaje en términos de cambios en conocimientos, habilidades, y creencias específicas, al
ayudar a describir las características individuales de los alumnos de manera que sea relevante
para la instrucción. De manera similar, la Psicología Educacional es el nexo entre la evaluación y
el aprendizaje, al ayudar a especificar los procesos cognitivos, metacognitivos y motivacionales
durante el aprendizaje y al ayudar a especificar qué ha sido aprendido en términos de cambios en
conocimiento, habilidades, y creencias del alumno. En este aspecto y en pocas palabras, la
psicología educacional es la ciencia conectora involucrada en la evaluación de los resultados y
los procesos de aprendizaje.
2. ¿Qué es la educación?
A modo general, la Enciclopedia Británica en su tópico digital sobre Educación (2018), la
define como la disciplina preocupada de los métodos de enseñanza y aprendizaje en escuelas o
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ambientes similares a escuelas, en contraposición a varios medios informales de socialización
(e.g., proyectos de desarrollo rural y educación mediante la relación padre-hijo). La Educación
puede ser entendida como la transmisión de valores y conocimiento acumulado de una sociedad.
En este sentido, es el equivalente a lo que los científicos sociales denominan socialización.
Donde sea y cuando sea que nazca un niño, este nace sin cultura. Entonces, la educación está
diseñada para guiarlos en el aprendizaje de una cultura, modelando su comportamiento hacia la
adultez, y dirigiendo a las personas a su eventual rol en la sociedad. A medida que las sociedades
se complejizan, la cantidad de conocimiento a transmitir de una generación a otra aumenta,
surgiendo la necesidad de un medio más eficiente de transmisión cultural. El resultado es la
educación formal, la escuela, y el especialista denominado maestro o pedagogo.
John Dewey (1938) explica que la historia de la pedagogía es caracterizada por la oposición
entre dos ideas, que (a) la educación es el desarrollo desde dentro (i.e., que está basada en los
dotes naturales), y (b) que es formación desde fuera (i.e., que la educación es un proceso para
vencer las inclinaciones naturales y para sustituirlas por hábitos adquiridos bajo la presión
externa). Para Dewey, este contraste histórico se traduce a los asuntos prácticos de la escuela en
el contraste entre la educación tradicional y la educación progresista. Entonces, una definición
general de las materias de enseñanza es que consisten en conjuntos de información y destrezas
que han sido elaborados en el pasado; por lo que el principal quehacer de la escuela es
transmitirlos a la nueva generación. El autor afirma que el principal propósito u objetivo de la
educación es: “preparar a los jóvenes para las futuras responsabilidades y para el éxito en la vida,
por medio de la adquisición de los conjuntos organizados de información y de las formas
preparadas de destreza que presentan las materias e instrucción”.
En búsqueda de una definición más actualizada, LEel año 2011 el psicólogo educacional
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Philip W. Jackson publica su libro titulado “What is Education?”, donde propone la siguiente
definición general: “La Educación es un proceso socialmente facilitado de transmisión cultural,
cuya meta explícita es efectuar un cambio duradero y positivo en sus receptores e,
indirectamente, en su ambiente social más amplio, lo cual últimamente se extiende al mundo
entero.” (Jackson, 2011, citado en Schrag, 2014). Para Gert Biesta (2015), existe algo especial
sobre la educación, algo que la distingue de otras disciplinas. Esto es el hecho de que, en la
educación, la pregunta de su propósito es una pregunta multidimensional, ya que la educación
tiende a funcionar en relación con diversos dominios. Biesta identifica tres dominios o funciones:
la Cualificación (Qualification), que consiste en la transmisión y adquisición de conocimiento y
habilidades (i.e., les permite a los estudiantes hacer algo, los cualifica). La Socialización
(Socialisation), que consiste en la representación e iniciación de los jóvenes en tradiciones y
maneras de ser y hacer, como lo son tradiciones culturales, profesionales, políticas y religiosas.
Por último, identifica el dominio de la Subjetivación (Subjectification), que considera la
manera en cómo la educación afecta negativa o positivamente al estudiante como individuo (i.e.,
la manera en la que los niños y jóvenes se forman como sujetos con iniciativa y responsabilidad,
en lugar de ser entes pasivos, objeto de las acciones de otros). Este último dominio podría
entenderse como opuesto al de Socialización, puesto que comprende las características
individuales de las personas, lo que las diferencia de los otros.
3. ¿Qué factores influyen en el proceso educativo?
De acuerdo con el ya mencionado Manual de Psicología Educacional de Violeta Arancibia
(2007), existen tres áreas relevantes de factores que influyen en el proceso educativo, y en los
cuales el Psicólogo Educacional puede intervenir. Dichas áreas serán descritas a continuación.
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3.1. Los recursos internos del educando
Existen numerosas investigaciones relacionadas a la relevancia que tienen los recursos
internos del niño sobre el desempeño académico. Estos recursos internos pueden ser
características personales como hábitos, percepciones y atribuciones acerca de sí mismo y del
proceso de estudio. El origen de estos se encuentra principalmente en la familia y en los primeros
años de educación formal. Dentro de los recursos más estudiados y con mayor influencia en el
resultado de la educación destacan la autoestima, el locus de control, y la motivación. Estos
serán descritos brevemente.
3.1.1. Autoestima: la autoestima y el autoconcepto juegan un rol fundamental en el
rendimiento escolar, definiéndose la autoestima como la valoración que las personas hace
de sí mismas, y el autoconcepto como las cogniciones de un individuo acerca de sí
mismo. Los alumnos con mejor autoconcepto académico muestran mejor rendimiento.
3.1.2. Locus de control: se entiende como la expectativa general de que los refuerzos de
una persona sean controlados por fuerzas internas o externas. Los alumnos con una
tendencia al locus de control interno suelen mostrar una mayor iniciativa propia, ser más
persistentes y a tomar más acciones orientadas a obtener lo que desean. Por otra parte,
aquellos en los que predomina un locus de control externo, tienden a mostrar una
reacción de desesperanza frente a las tareas, mostrando menor esfuerzo y menor
persistencia.
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3.1.3. Motivación: influye en el proceso de educación de distintas formas, entre ellas,
porque determina lo que los alumnos consideran como reforzante y porque determina la
cantidad de tiempo que están dispuestos a dedicar a distintas actividades.
Específicamente, es influyente la motivación de logro, es decir, la motivación por tener
éxito o ser bueno en algo.
3.2. El profesor
De acuerdo con la autora, estudios han mostrado que la calidad educacional, medida por el
rendimiento de los alumnos, es en gran medida una función de la calidad de los profesores. A su
vez, la calidad de los docentes es función del dominio que posean sobre las materias, el
conocimiento que tengan, y el uso que hagan de las técnicas pedagógicas adecuadas y el tener
una actitud profesional competente. A continuación, veremos diferentes formas en las que la
persona del profesor incide en el proceso educativo.
3.2.1. Características de los profesores efectivos: un profesor efectivo es el que logra que
sus alumnos, más allá de sus diferencias sociales, logren los objetivos de aprendizaje.
En relación con esto, existen factores directos (como la vocación, rasgos personales y
dominio de contenido) y factores indirectos (como el clima grupal y el liderazgo
académico).
3.2.2. Estilos de enseñanza: la investigación en el tema ha mostrado que no existe
necesariamente un estilo mejor que otro, sino que está sujeto a ciertas condiciones del
proceso educativo, como el objeto a aprender y las características del alumno y
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educador. Los estilos de enseñanza más utilizados son el directivo, el facilitador y el
colaborador.
3.2.3. Autoestima de los profesores: la autoestima de los profesores resulta una variable
relevante, ya que ha mostrado influir en el rendimiento académico de los niños y en la
misma autoestima de los estudiantes.
3.2.4. Expectativas sobre el éxito y fracaso de los alumnos: por último, han resultado
relevantes las expectativas de los profesores sobre el rendimiento de sus alumnos, ya
que determinan ciertas conductas diferentes en los profesores, que a su vez
determinan comportamientos en los alumnos al responder a las diferentes conductas y
expectativas del profesor.
3.3. Familia y Escuela
La familia es el primer núcleo social del cual el ser humano tiene conciencia, y tiene en
común con la escuela en que son ambas las instituciones que se ocupan del proceso educativo.
Con anterioridad a la Revolución Industrial, como las madres solían permanecer en el hogar,
eran estas las que se ocupaban de las tareas de cuidado de los hijos, incluyendo su formación
básica y su orientación. Con el desarrollo de la civilización, y la mayor inserción de la mujer al
mundo laboral, se han formado distintas instituciones que han suplido muchas de estas tareas que
las familias ya no están capacitadas para cumplir. A pesar de lo anterior, la relación e implicancia
de la familia en la escuela y el proceso educativo de sus niños muestra ser de suma importancia.
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3.3.1. Estructura familiar: se ha observado que niños con familias intactas o reconstituidas
tienden a mostrar un mejor rendimiento y una menor deserción escolar en
comparación a las familias uniparentales.
3.3.2. Estilos de relación familiar: se ha observado que una familia más ordenada,
apoyadora, cálida y con una mejor comunicación, logran niños más involucrados en
la labor escolar, mejores resultados y mejor autoestima.
3.3.3. Actitudes familiares: ha mostrado importancia el grado de apoyo y ayuda de la
familia en las labores escolares del niño, el otorgar recursos de aprendizaje, mostrar
una intencionalidad pedagógica y poseer buenas expectativas de logro educacional.
También resulta importante que la familia propicie la motivación intrínseca (i.e., que
no dependa de refuerzos externos) y el locus de control interno.
3.3.4. Escolaridad de los padres: se ha observado que los hijos de padres con mayor
educación obtienen mejores rendimientos académicos.
4. ¿Cuáles son las herramientas concretas de las que dispone la Psicología
Educacional?
De acuerdo con Colodrón (2004), la Psicología Educacional utiliza los mismos métodos
generales de la psicología, al ser la primera un área aplicada de la segunda. El procedimiento
técnico general abarca los siguientes pasos: evaluación inicial, diagnóstico, seguimiento y
evaluación final, y valoración. La autora señala que las tareas propias de la Psicología
Educativa pueden dividirse en dos grandes bloques.
4.1. Las relacionadas con la Evaluación: la evaluación se realiza sobre las distintas
áreas en función de la problemática y las necesidades. En esta parte del proceso, el psicólogo
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debe analizar detalladamente las variables psicológicas que influyen en el comportamiento de
los agentes humanos dentro del contexto educativo, realizando así un diagnóstico de la
situación educativa. Las herramientas o técnicas concretas utilizadas en este aspecto son la
entrevista psicológica, la observación, los auto-reportes y los tests psicológicos.
4.2. Las relacionadas con la Intervención: la intervención se realiza en los distintos
ámbitos en los que las diferentes variables psicológicas intervienen en el acto educativo.
Estas técnicas de intervención pueden ser tan variadas como los problemas que pueden surgir
en el quehacer educativo, y algunas de ellas, como las describe Barraza (2015), son:
psicoeducación en desarrollo y promoción de habilidades sociales, emocionales e
intelectuales, la promoción de convivencia social y salud mental (tanto dentro del currículo
como afuera). De lo último, se desprende la formulación de informes de los resultados de
las evaluaciones, para sugerir líneas de acción tanto fuera como dentro del currículo.
5. ¿Qué es la Responsabilidad Social? ¿Cuál es su relevancia en la formación de las
personas?
Para Navarro (2003, citado en Navarro, 2017) la Responsabilidad Social (RS) se define
como: “la capacidad y obligación de responder ante la sociedad por acciones u omisiones, es
decir, por los impactos de lo que se hace o se deja de hacer, que se refleja en compromiso
con los demás, aún con quienes no han nacido, y en una orientación de las actividades
individuales y colectivas en un sentido que contribuyan a generar equidad para el desarrollo”.
En conjunto con el concepto de RS, la misma autora hace una diferenciación con el concepto
de Conducta Socialmente Responsable (CSR), el cual se define como “el conjunto
de acciones morales concretas por medio de las cuales se ejerce la RS”.
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A modo más específico, en la literatura científica aparecen principalmente dos tipos de
RS: la Responsabilidad Social Corporativa, y la Responsabilidad Social Universitaria (RSU).
A continuación, y considerando la temática educativa del presente escrito, exploraremos
algunas definiciones de la RSU. Leyva y Pacheco (2016), definen responsabilidad social
universitaria como “un núcleo articulador de la universidad en su dinámica social, orientado
a la regulación de los procesos de formación integral de sus actores, a la interacción recíproca
y productiva con la diversidad de entornos, funciones y prácticas sociales, económicas,
ideopolíticas, técnicas y culturales, garantes del desarrollo integral y sostenible de la
sociedad. Además, encauza la proyección de su potencial científico en aras de la solución de
la multiplicidad de problemáticas que afectan sus entornos y demandan un curso de la
investigación, la docencia y la extensión universitaria en función del bien común como
paradigma de desarrollo”.
Para concluir, François Vallaeys (2007, citado en Valdés & Villegas, 2017) ha expresado
que la RSU "es una nueva filosofía de gestión universitaria que pretende renovar el
compromiso social de la Universidad al mismo tiempo que facilitar soluciones innovadoras a
los retos que enfrenta la educación superior en el contexto de un mundo globalizado".
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Referencias
Arancibia, V., Herrera, P., & Strasser, K. (2008). Manual de Psicología Educacional. Santiago,
Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile.
Barraza, R. (2015). Perspectivas acerca del rol del Psicólogo Educacional: propuesta orientadora
de su actuación en el ámbito escolar. Actualidades Investigativas en Educación, 15(3), 1-
21.
Biesta, G. (2015). What is Education For? On Good Education, Teacher Judgement, and
Educational Professionalism. European Journal of Education, 50(1), 75-87.
Colodrón, F. (2004). Psicología Educativa. España. Recuperado de:
http://www.cop.es/colegiados/m-02744/
Dewey, J. (1938). Experiencia y Educación. Sáenz, J. (Ed.). Madrid: Biblioteca Nueva.
Education, (2018). En Encyclopedia Brittanica. Recuperado de:
https://www.britannica.com/topic/education
Leyva, A., & Farfán, P. (2016). La innovación educativa en el ámbito de la responsabilidad
social universitaria. Revista Cubana de Educación Superior, 35(2), 16-34.
Mayer, R. M. (2018). Educational Psychology’s Past and Future Contributions to the Science of
Learning, Science of Instruction, and Science of Assessment. Journal of Educational
Psychology, 110(2), 174-179.
Navarro, G., Rubio, V., Lavado, S., Minnicelli, A., Acuña, J. (2017). Razones y Propósitos para
Incorporar la Responsabilidad Social en la Formación de Personas y en Organizaciones
de Latinoamérica. Revista latinoamericana de educación inclusiva, 11(2), 51-72.
Schrag, F. (2014). What Is Education?. Educational Theory, 64(5), 533-538.
Valdés, M., & Villegas, T. (2017). Responsabilidad social universitaria: fundamento para la
16
gestión sociocultural. Revista Cubana de Educación Superior, 36(3), 55-62.