La Entrevista Radiofónica y La Televisiva
La entrevista radiofónica, tipos y forma de realización
La radio es el medio por el que corre la información con mayor velocidad, en algunos casos
aún más rápido que en televisión. Porque muchas entrevistas se resuelven vía telefónica,
cosa que en la televisión es imposible, simplemente porque se necesita la imagen, aunque
se puede poner en la pantalla una imagen de archivo, ya seleccionada con anterioridad.
Las entrevistas en este medio son casi siempre breves. No hay tiempo para rodeos. Por
ejemplo se tiene a un secretario de estado esperando en la línea de teléfono, listo para salir
al aire, entre que termina una reunión de gabinete y antes de salir de viaje en una gira
presidencial.
El periodista no debe perder tiempo en introducciones extensas o en ablandamientos de la
conversación, porque, además en apenas $% minutos llegarán los comerciales o el flash de
noticias, pautas que no se pueden ignorar.
Habrá que ir derecho al tema, eso que ha salido en la primera plana de los diarios del día, el
escándalo político del momento. Entonces el secretario de estado comenzará a hablar al
respecto. Se puede ser más breve aún, sin temor a resultar chocante. El funcionario sabe
que se hablará del tema ya que, si una denuncia grave en el sector a su cargo está en la
primera plana de los periódicos, por qué otra cosa iba a llamar. Así que está en libertad de ir
derecho al punto en cuestión. Y el ministro arrancará con sus declaraciones.
El Clima en la Radio
La radio tiene un detalle particular, como varias entrevistas se realizan por teléfono, en la
mayoría de los casos uno dialoga con una persona a la que no le ve la cara. Eso tiene pros y
contras.
Por un lado, está la libertad de hacer anotaciones sobre las declaraciones del entrevistado,
rescatar palabras sobresalientes, conceptos sobre lo que se quiere preguntar, y eso está muy
bien, porque es algo que no puede hacerse si está el entrevistado delante del periodista. En
este caso siempre es mejor el entrevistado delante del periodista. En este caso siempre es
mejor mirarlo a los ojos, conseguir una comunicación profunda con él.
Por otro lado, al no tener al personaje enfrente, no se ven cuáles son las reacciones que éste
va adoptando ante las preguntas y comentarios, no pueden verse sus gestos, que en
ocasiones sirven de guía para saber hasta dónde llegar con las presiones y las preguntas
duras.
Son menos usuales las discusiones cuando el entrevistado está presente en el estudio,
porque la educación que se tiene impide confrontar tan claramente con alguien que está
delante. En cambio, la ausencia física del entrevistado facilita la tarea de continuar
hurgando en temas polémicos. Además, no hay que olvidar que ese es trabajo del
periodista, eso es lo que espera la audiencia.
Hay otro asunto que debe tenerse en cuenta en la entrevista radial, las constantes
interrupciones en el caso de que nuestra charla se extienda por más de 1O o 1T minutos.
Las programaciones modernas tienen establecida determinada cantidad de comerciales por
ahora, distribuidos a lo largo de los 6O minutos, y esto es más o menos inamovible.
La entrevista es de los géneros periodísticos que más adaptabilidad tiene a la radio
y a las características específicas del medio. Es una de las fórmulas más ágiles para dar a
conocer una información o para profundizar en el conocimiento de los hechos y sus
consecuencias, así como para acercarse a la personalidad de los protagonistas de las
“historias”.
La entrevista, en todos sus tipos y modelos es formalmente un diálogo que representa una
de las fórmulas más atractivas de la comunicación humana. Se produce una interacción
mutua entre el entrevistado y el entrevistador, fruto del diálogo. Esta interacción ejerce un
efecto de aproximación al oyente que se siente incluido en el clima coloquial pese a no
poder participar.
Del flujo comunicativo interpersonal que se desprende del diálogo entre el entrevistador y
el entrevistado, unidos conceptualmente en el papel de emisor, se desprende una doble
comunicación unidireccional o mejor dicho una distribución de informaciones hacia el
receptor.
Tipos de entrevista
Los elementos generales hasta ahora tratados influyen en la realización de todos los
tipos de entrevistas. Podemos establecer un primer nivel de diferenciación en las
entrevistas radiofónicas según sea su emisión en directo o en diferido. Este nivel representa
la primera diferencia fundamental entre la entrevista radiofónica y la de la prensa.
La entrevista en directo: Es la más difícil de ejecutar pero la más agradecida por el oyente
y la más rica en matices. En este tipo la preparación es aún más importante que en las
demás al no haber ninguna posibilidad de rectificación. El control del ritmo interno y de las
frecuencias expresivas, así como el control del tiempo, son los rasgos a tener presentes por
el entrevistador, para que el resultado sea exitoso.
La entrevista en diferido: Ofrece la posibilidad del montaje antes de la emisión con lo
que siempre es posible controlar su duración y pulir peque1os errores, así como modificar
el orden de las preguntas y respuestas a favor de un desarrollo más lógico. Con el montaje
se puede asimismo hacer más ágil la entrevista, pues casi todas las respuestas podrán ser
acortadas.
La mayoría de respuestas de una entrevista tienen dos fases diferentes. Primero una fase
expositiva y después una fase redundante. En la fase expositiva el entrevistado ofrece de
forma espontánea y generalmente desordenada todos los datos que dan respuesta a la
pregunta. En la fase redundante se ofrece la misma información pero más elaborada
literariamente.
En el montaje podemos eliminar una de las dos partes de la respuesta, sin que ello
disminuya la cantidad de datos ofrecidos al público. Con esta sencilla operación la
entrevista suele ganar en claridad y en agilidad. Además se economiza tiempo, lo cual
siempre es una ventaja en radio. Por otra parte, el montaje también permite modificar las
preguntas que hubieran resultado farragosas y que puedan resultar un “ruido” en el flujo
comunicativo de la entrevista.
No todos son ventajas para el montaje. Su principal inconveniente es el tiempo que
requiere efectuarlo perfectamente, y el tiempo está re1ido con la rapidez que debe
caracterizar a la acción informativa en la radio. Por esto hay que hacer un esfuerzo para que
las entrevistas grabadas o diferidas puedan estar en condiciones de ser emitidas sin ningún
retoque.
Un segundo nivel de diferenciación nos permite dividir las entrevistas en dos grandes tipos:
La entrevista de carácter y la entrevista noticiosa.
La entrevista de carácter: Tiene como eje la personalidad del entrevistado. Sus respuestas
importan más porque las da él, que por sí mismas. En las respuestas, además de la
información aparente, encontraremos la clave para conocer su personalidad ya que -a través
de la fidelidad expresiva, de su espontaneidad, se penetra en las zonas profundas de la gente
que nos rodea.
La entrevista de carácter se inicia con una presentación breve del personaje, en el que se
destacarán el o los aspectos del entrevistado que resulten más atractivos para el oyente con
la finalidad de captar su atención. A partir de ahí las preguntas deben sucederse
lógicamente, y en cada respuesta debemos conseguir más datos para que el oyente pueda
construir su retrato. A lo largo de la entrevista debe repetirse con asiduidad el nombre del
entrevistado tanto para identificarlo como para presentárselo a aquellas personas que se van
incorporando a la emisión.
Para concluir también se repetirá el nombre y podrá optarse entre resumir los aspectos
fundamentales de su personalidad según se haya desprendido de la entrevista, o resaltar el
aspecto más significativo que se haya obtenido.
La entrevista noticiosa: Es la que tiene como eje una información. En este tipo de
entrevistas interesa más por así decirlo, la información que se da que quién la suministra.
Esta puede dividirse en tres tipos. La entrevista de información estricta, la entrevista de
información en profundidad y las declaraciones o “falsa entrevista”.
La entrevista de información estricta es la más utilizada y se caracteriza por su brevedad.
Sirve para vehicular una información a través de su protagonista o de una fuente
presencial. Esta fórmula es especialmente adecuada para los servicios principales de
noticias ya que le da agilidad y exactitud al espacio.
Se abre con una entrada en la que se presenta el hecho de forma atractiva y al entrevistado.
La entrada debe ser breve y huir de construcciones farragosas. El entrevistador, a través de
preguntas exactas, debe lograr respuestas claras, cortas y precisas. Es responsabilidad suya
el ordenamiento en una sucesión lógica de los datos suministrados.
La entrevista de información en profundidad: Juega el papel reflexivo en la radio
informativa. A través de ella se suministran al oyente, además de la información estricta,
los datos adyacentes que le ayudarán a comprender el hecho, a conocer sus causas y efectos
y, en definitiva, a atribuirle una valoración personal. La duración de estas entrevistas es
mayor que la de las anteriores y permite un ritmo más pausado sin ser por ello menos ágil.
Tienen especialmente la función de responder a la sexta pregunta del periodismo, o sea al
¿por qué?
Las declaraciones o “falsas entrevistas”: Se incluyen normalmente en los
informativos. Su función es trasladar al público en forma noticiosa la opinión de los
representantes de las instituciones.
En la entrevista radiofónica, pese a parecer obvio, recordemos que las preguntas deben ser
cortas, claras y concisas. Si se sigue esta norma, suelen conseguirse respuestas exactas y
precisas.
No hay que monopolizar el micrófono. Al contrario, debe conseguirse que sea el individuo
quien hable. Por otra parte, evitaremos establecer una contienda con el entrevistado, que a
menudo desembocaría en aquel espectáculo grotesco en el que el periodista trata
desafortunadamente de demostrar que es una autoridad en la materia.
Si estaba bien elegido, el entrevistado siempre será el más experto. Esta lucha por la
brillantez no tiene sentido. El éxito del periodista consiste en hacer salir con habilidad todas
las informaciones que se había propuesto obtener.
La Entrevista en Televisión
Las entrevistas en televisión han sufrido algunas modificaciones estructurales con el paso
del tiempo, sobre todo por la velocidad con que los distintos sucesos se precipitan en la
pantalla.
Antes, en su comienzo, la televisión tenía un ritmo mucho más parecido a la
realidad. En cambio, ahora ha adoptado la estética del vidoclip musical y todo pasa a una
velocidad imposible de adaptar a la vida de las personas. Sin embargo, esa misma velocidad
es la que el propio público reclama.
Los programas de entrevistas se trasformaron hasta alcanzar un formato que se parece más
a ciclos de entretenimientos que a ninguna otra cosa. De hecho, la mayoría de las emisiones
en las que algún personaje es entrevistado por largo tiempo, incluye llamados telefónicos
del público que participa haciendo preguntas y, en algunos casos, se sortea entre los
televidentes un encuentro con el personaje en turno.
Es bueno dejar sentados algunos datos que tienen que ver con cómo se relaciona la gente
con la programación o por lo menos qué espera de ella. Y eso es que la televisión, por
medio de las personas que salen en pantalla, diga la verdad, la diga teniendo en cuenta
ciertos criterios de importancia y magnitud y que separe la información de los comentarios
personales.
Sin embargo, en el campo de las entrevistas, la televisión tiene una regla un tanto particular
al respecto. Porque el público no juzga al medio por la veracidad de lo que dice el
entrevistado, sino por si es verdad que ese personaje es tan importante como se dice al
momento de presentarlo y por si no se ha recortado o reacomodado excesivamente,
mediante la edición, lo dicho por esa persona.
El clima en la televisión
Muchos entrevistadores coinciden en que no es bueno darse a conocer al personaje antes de
la entrevista, porque de este modo se evita la posibilidad de que el entrevistado ponga
condiciones para la conversación. En cambio, si no se ven hasta el momento preciso en que
comienza la emisión, una vez en el aire, no habrá tiempo para eso. Es entonces cuando el
periodista dedica un par de minutos de plática algo dispersa para darle tiempo al invitado de
que se ablande y entre en confianza.
Conseguir un clima de intimidad no resulta del todo fácil en la televisión, ya que el
encuentro se desarrollará en un estudio en el que habrá alrededor de 10 personas, siempre y
cuando el programa no se efectúe con el público, circunstancia en la que habrá mucha más
gente allí: Entonces esa intimidad, bastante más probable en una entrevista gráfica o radial,
será muy trabajosa en este caso.
Cuando de televisión se trata, es bueno rescatar algunas cuestiones que se relacionan con el
desarrollo, con el hilo argumental de la entrevista. Aquí, como en la radio, en la mayoría de
los casos, la entrevista no contará con una edición posterior, entonces se debe ir urdiendo la
historia a medida que la charla avanza y más que nunca, haber trazado con anterioridad las
rutas a seguir durante la conversación. Ya se sabe que éstas no serán inamovibles, pero
también que serán de suma utilidad, que casi aseguran un resultado del encuentro.
El “socio” del Conductor
Efectivamente, en las entrevistas para la televisión, el conductor tiene un compa1ero, un
socio fundamental: El director de cámaras. Qué cosas se ven mientras sucede la plática
están siempre en manos del director y, por eso, ambos deben estar muy bien comunicados y
de acuerdo en lo que quieren lograr en cada caso.
Existe una narración paralela a la de las palabras, una historia contada con imágenes, que se
lee en los gestos y las acciones del entrevistado, en la reacción que tiene ante determinadas
preguntas.
En un formato más bien tradicional, las cámaras van mostrando alternativamente al
periodista y al entrevistado a medida que cada uno va hablando. Sin embargo, algunos
periodistas y algunos directores prefieren tomar la cara del personaje en el momento en
que el conductor pregunta, para capturar en su rostro el efecto que esa interrogación
le causa.
Por otro lado, la intimidad de los gestos mínimos, que se pierde en el embrollo de la
conversación, puede ser mostrada al público sólo por el director. Hay que tener en cuenta
que sería imposible para el periodista detener la conversación para destacar peque1as
gesticulaciones de su interlocutor. Por eso, el director es un socio durante la entrevista. Ya
que la televisión es imagen, buena parte de la historia que se quiere contar llegará al
público por un medio que no tiene que ver sólo con la habilidad del periodista.
Será tedioso ponerse a mostrar la vestimenta del entrevistado, sus joyas, sus bienes
personales, porque la entrevista se convertiría en una especie de desfile de modas. Y está en
manos del socio ir haciendo notar cada uno de estos aspectos en el transcurso de la
entrevista.
Aunque parezca una frivolidad, cada uno de estos detalles también hablan de la persona que
está entrevistando.
Cuentan sus gustos, ya que puede hablar de su austeridad o su ostentación
Cómo prepararse para realizar una entrevista en televisión
Obtener información de trasfondo del personaje que va a entrevistar.
Primero, aprenda todo lo que pueda sobre el entrevistado ¿Cuál es su estilo? ¿Qué es lo que
ha hecho? ¿Sus futuros proyectos?
Segundo, conozca todo lo que pueda sobre el programa en donde va a realizar la entrevista.
¿Cuál es la reputación del programa? ¿Cuáles son los niveles de su audiencia? ¿Puede la
audiencia llamar al programa? ¿Habrá público en el estudio de grabación?
El saber qué esperar le ayudará grandemente a prepararse para la entrevista, y le ayudará a
calmar sus nervios. Hágale saber al entrevistado lo siguiente antes de iniciar el diálogo:
¿Cuál es el tema de la entrevista? ¿Por qué se escogió?
Varios conductores o entrevistadores, escogen para su audiencia temas de actualidad o de
interés general. Haga recomendaciones al entrevistado para que resuma sus respuestas,
platique antes de sus planes o logros recientes, a veces a pesar de haber investigado no
tenemos información tan reciente de su trabajo o de sus obras.
Siempre al inicio realice una semblanza de su entrevistado, con su biografía y resalte sus
últimos trabajos o logros.
Podemos traer a colación información que provino de otras fuentes durante la charla. Esté
preparado sobre lo que el entrevistado pueda responder.
Trate de “estar en sus zapatos” y determine qué tipos de respuestas él podría hacer.
Conviértase usted en una fuente de información.
¿Tome en cuenta cuánto durará la entrevista? El saber el largo de la entrevista le ayudará a
preparar mejor las preguntas. ¿La entrevista durará tres o 20 minutos? Mientras más
corta la entrevista más importante es que condense sus preguntas.
¿Es la entrevista en vivo? Entrevistas en vivo pueden requerir más práctica y preparación
de su parte. No tendrá la oportunidad de repetir si se equivoca. Si la entrevista no es en
vivo, pregunte si la misma será editada. Si la entrevista es grabada pero no editada
prepárese como si la entrevista fuera en vivo.
¿Dónde se llevará a cabo la entrevista? Si la entrevista va a ser en su estudio, debe recrear
un ambiente agradable y positivo para proyectar una imagen positiva. La escenografía debe
mostrar el profesionalismo que lo distingue.
Prepare la información que busca obtener, el éxito de su entrevista se basará en cuán bien
usted se prepara para ella.
Prepare un bosquejo con los puntos específicos que usted quiere cubrir.
Redacte preguntas concisas y efectivas para el comienzo y el final de su entrevista.
Prepárese para ayudar a la audiencia a entender el punto de vista de su entrevistado.
Puede practicar la entrevista con algún colega o amigo, o hasta al frente de un espejo. Su
objetivo debe ser preguntar clara y naturalmente las preguntas.
Tome el tiempo de cada una de sus preguntas e imagine el posible tiempo de cada respuesta
de su entrevistado. Procure que las respuestas de su entrevistado no sean tan largas.
Bosqueje sus puntos a desarrollar en unas tarjetas que mantendrá cerca de usted durante la
entrevista. Traiga al estudio copias adicionales de la biografía de su entrevistado.
Llegue por lo menos con A% minutos de anticipación a la entrevista.
Haga los arreglos para reunirse con el entrevistado unos minutos antes y pregúntele cómo le
gustaría dirigirse a él durante el programa (hablarle de usted es lo más recomendado).
Qué hacer y no hacer durante una entrevista
Hacer:
1. Sea usted mismo. Sea natural
2. Mantenga su compostura en todo momento Siéntase cómodamente
3. Si posible, verifique su apariencia en el monitor de televisión antes de comenzar la
entrevista
4. Ajuste y pruebe cualquier equipo antes del programa
5. Si está hablando a través de un micrófono, manténgalo a una distancia de
aproximadamente seis pulgadas No haga ningún gesto o no diga nada que no quiera
que se vea ni se oiga
6. Tenga en mente a la audiencia. Dirija sus palabras a ella.
7. Trate de limitar sus preguntas a un promedio de dos oraciones. Trate de realizar sus
pregunta en el orden en que fueron redactadas.
No Hacer:
1. No mire al monitor durante la entrevista
2. No utilice jerga profesional. Hable en palabras que todos puedan entender.
3. Nunca diga “le quiero preguntar o mi siguiente pregunta es”. (recuerde que está ahí
para preguntarle así que es innecesario mencionarlo)
4. Evite decir algo que luego se arrepienta de haber dicho.
5. No discuta. Nunca se muestre a la defensiva ni demuestre coraje. No hable por alguien
que no esté presente en la entrevista.