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VIH

El documento proporciona información sobre el VIH y el SIDA. Explica que el VIH es el virus que causa el SIDA y debilita el sistema inmunitario, poniendo a la persona en riesgo de contraer infecciones. El SIDA es la enfermedad causada por el daño del VIH al sistema inmunitario. Aunque no tienen cura, existen tratamientos antirretrovirales que controlan el virus y mejoran la calidad de vida de las personas que viven con VIH. El documento también describe las pruebas de diagnóstico, form

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El documento proporciona información sobre el VIH y el SIDA. Explica que el VIH es el virus que causa el SIDA y debilita el sistema inmunitario, poniendo a la persona en riesgo de contraer infecciones. El SIDA es la enfermedad causada por el daño del VIH al sistema inmunitario. Aunque no tienen cura, existen tratamientos antirretrovirales que controlan el virus y mejoran la calidad de vida de las personas que viven con VIH. El documento también describe las pruebas de diagnóstico, form

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¿QUÉ ES EL VIH?

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus que causa el sida. Cuando una
persona se infecta con VIH, el virus ataca y debilita al sistema inmunitario. A medida
que el sistema inmunitario se debilita, la persona está en riesgo de contraer
infecciones. Una vez que una persona tiene el virus, este permanece dentro del
cuerpo de por vida.

FISIOPATOGENIA DEL VIH


El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), es el agente causal del Síndrome de
la Inmunodeficiencia Adquirida (sida), que representa la expresión clínica final de la
infección. La característica más importante es la destrucción del sistema inmune, pero
el VIH también origina una serie de manifestaciones neurológicas y tumorales.

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE VIH Y SIDA?


El VIH es el virus que se transmite de persona a persona. Con el tiempo, el VIH
destruye un tipo de células importante del sistema inmunitario (denominado células
CD4 o células T) que nos protegen de las infecciones. Cuando no tienes suficientes
células CD4, tu cuerpo no puede combatir las infecciones como lo haría normalmente.
El SIDA es la enfermedad causada por el daño que el VIH produce en el sistema
inmunitario. Una persona tiene SIDA cuando contrae infecciones peligrosas o tiene
un número extremadamente bajo de células CD4. El SIDA es la fase más grave de la
infección por VIH y, con el tiempo, termina provocando la muerte.
Sin tratamiento, generalmente toma 10 años para que alguien con VIH desarrolle
SIDA.

ASPECTOS DE LA ETIOLOGÍA DE LA INFECCIÓN POR VIH


El VIH es un virus perteneciente a la familia Retroviridae, subfamilia Lentivirinae. Se
han identificado dos formas geneticamente diferentes: VIH-1 y VIH-2, pero
compartiendo algunos antígenos que son diferenciados por técnicas específicas.
Desde el punto de vista morfológico es un virión esférico de 100 – 200 nm de diámetro,
con una nucleocápside electrondensa en forma de cono, rodeada de una bicapa
lipídica que proviene de la membrana de la célula huésped.

TIPOS
Existen dos tipos de VIH, explican desde Gesida: “El VIH-1, mayoritario en todo el mundo
y que es al que habitualmente nos referimos, y otro tipo, el VIH-2 que se describe
mayormente en África Occidental. Al igual que el VIH-1, el VIH-2 se transmite por contacto
directo con líquidos corporales, como la sangre, el semen y los fluidos vaginales infectados
por el VIH o de una madre VIH-positiva al niño durante el embarazo, el parto o la lactancia
materna (por medio de la leche). Por lo general, la infección por el VIH-2 lleva más tiempo
en evolucionar a un cuadro sintomático del VIH/sida que la infección por el VIH-1”.

CAUSAS
El virus se propaga (transmite) de una persona a otra a través de ciertos fluidos
corporales:
Sangre
Semen y líquido preseminal
Fluidos rectales
Fluidos vaginales
Leche materna
El VIH se puede diseminar si estos fluidos entran en contacto con:
Membranas mucosas (dentro de la boca, el pene, la vagina, el recto)
Tejido dañado (tejido que ha sido cortado o raspado)
Transmisión vertical
Inyección en el torrente sanguíneo
Diagnóstico

PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO
Estas son pruebas que se hacen para revisar si usted ha resultado infectado con el
virus. En general, las pruebas están compuestas por un proceso de 2 pasos:

PRUEBAS DE DETECCIÓN. Existen muchos tipos de pruebas. Algunas son


pruebas de sangre, mientras que otras son exámenes de líquidos de la boca.
Estos buscan anticuerpos contra el virus del VIH, el antígeno del VIH o ambos.
Algunos exámenes de detección pueden ofrecer resultados en 30 minutos o
menos.
PRUEBAS DE SEGUIMIENTO. También se denominan pruebas de
confirmación. A menudo se lleva a cabo cuando la prueba de detección tiene
un resultado positivo.

Las personas que tienen comportamientos de riesgo deben realizarse pruebas


regularmente. Las mujeres embarazadas también deben someterse a pruebas de
detección

TRATAMIENTO
El VIH y SIDA no tienen cura, pero existe una variedad de medicamentos disponibles
para controlar el virus. Dicho tratamiento se conoce como «tratamiento antirretroviral».
¿En qué consiste el tratamiento antirretroviral?
El tratamiento antirretroviral (TAR) consiste en el uso de medicamentos contra el VIH
para tratar dicha infección. A todas las personas con infección por el VIH se les
recomienda el TAR. El TAR no cura el VIH, pero los medicamentos contra el VIH
ayudan a las personas que lo tienen a llevar una vida más larga y sana. El TAR reduce
también el riesgo de transmisión del VIH.
¿Cómo funcionan los medicamentos contra el VIH?
El VIH ataca y destruye las células CD4 del sistema inmunitario que combaten las
infecciones. Los medicamentos contra el VIH impiden que el virus se reproduzca (se
replique), lo que reduce la concentración del VIH en el cuerpo (también llamada
la carga viral). Al tener menos concentración del VIH en el cuerpo, el sistema
inmunitario tiene más posibilidad de recuperarse. Aun cuando quede todavía algo del
VIH en el cuerpo, el sistema inmunitario está lo suficientemente fuerte como para
combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer relacionados con el VIH.
Al disminuir la concentración del VIH en el cuerpo, los medicamentos contra el VIH
también reducen el riesgo de transmisión de ese virus. La meta principal del
tratamiento antirretroviral es reducir la carga viral.
Las familias de fármacos que se administran son las siguientes:
Inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósidos (Itian).
Inhibidores de la transcriptasa inversa nucleótido (Itinn).
Inhibidores de la proteasa (IP).
Inhibidores de la integrasa, que se están consolidando como fármacos muy bien
tolerados y eficaces para el tratamiento de la infección.

ENFERMEDADES OPORTUNISTAS
Estas patologías engloban un conjunto de enfermedades que, como su nombre indica,
aprovechan "oportunamente" la situación de bajas defensas de los pacientes VIH
positivos para introducirse en el organismo. En muchos casos, se trata de
enfermedades que no se desarrollarían si el sistema inmunológico no se hallase mermado.
Esto no significa que estas enfermedades sean únicamente propias de una persona con
VIH, hay muchas otras patologías además del sida, que pueden dañar al sistema inmune.
Algunas de las más frecuentes son:
Neumonía
Tuberculosis.
Candidiasis
Citomegalovirus.
Herpes.
Sarcoma de Kaposi.

LESIONES ORALES ASOCIADAS CON VIH


MICOSIS ORALES ASOCIADAS
CANDIDIASIS ORAL .-La candidiasis oral es una micosis superficial producida por
levaduras del género Candida, comensales habituales del medio bucal. Diversos
factores pueden permitir su patogenidad y originar diferentes formas clínicas de
candidiasis. Entre el 20 y el 94% de los pacientes infectados por el VIH, padece
candidiasis oral. Se ha indicado que en más del 75% de estos pacientes se ha visto
alguna forma de micosis en algún momento de la enfermedad. Junto al estado de
inmunocompromiso, otros factores como la mala higiene oral, el tabaquismo o la
xerostomía, facilitan el desarrollo de candidiasis
La candidiasis eritematosa, la pseudomembranosa y la queilitis angular, son las
formas más frecuentes de candidiasis entre los pacientes infectados por el VIH.
CANDIDIASIS PSEUDOMEMBRANOSA.- La candidiasis pseudomembranosa
(aguda o crónica) es la forma más clásica, supone hasta el 50% de las infecciones
producidas por la Candida en individuos infectados por el VIH. Se caracteriza por la
presencia de grumos o placas blancas o blanco-amarillentas de consistencia blanda
o gelatinosa que crecen de manera centrífuga y que se pueden eliminar por raspado,
dejando un área eritematosa, en ocasiones dolorosa. Los grumos pueden aparecer
en cualquier localización oral, siendo más comunes en la mucosa yugal, paladar,
orofaringe y márgenes linguales. En estos pacientes pueden observarse formas
crónicas difíciles de erradicar, situadas en zonas posteriores, como paladar blando,
pilares amigdalinos o zonas retromolares. Estas formas pueden acompañarse de
dolor, ardor o disfagia.
CANDIDIASIS ERITEMATOSA.- La candidiasis eritematosa (aguda o crónica) es la
forma clínica más común entre individuos VIH (+). A diferencia de la anterior,
clínicamente se aprecian áreas eritematosas, principalmente en el dorso lingual y
paladar duro. Esta forma es más común en los estadios iniciales de la infección por el
VIH.
QUEILITIS ANGULAR.- La queilitis angular es una patología labial que muestra un
enrojecimiento de las comisuras con aparición de grietas o fisuras y formación de
costras, generalmente bilateral. En muchas ocasiones se trata de una infección mixta
por cocos Gram (+) y Candida. En los pacientes VIH (+) representa la tercera forma
más común de candidiasis, suele ser crónica y recidivante.
TRATAMIENTO
Se debe evitar el uso de KETOCONAZOL en pacientes con daño hepático activo, ya
que este fármaco es hepatotóxico. En este caso podrían valorarse otras Terapéuticas
alternativas tales como: Nistatina oral. Clotrimazol. Violeta Genciana al 2%. Propolina.
La terapéutica con Ketoconazol debe comenzar desde el principio, cuando los
pacientes presenten Candidiasis oral severa o diseminada a la Faringe o al Esófago,
de lo contrario debe comenzarse con las terapéuticas alternativas (Nistatina,
Clotrimazol, etc.).

INFECCIONES VIRICAS ASOCIADAS


VIRUS HERPES SIMPLE.- Ante el primer contacto con el virus del herpes simple
(VHS), generalmente durante la infancia o juventud, se produce una primoinfección,
que suele ser asintomática, aunque en algunos casos se manifiesta clínicamente
como una gingivoestomatitis herpética, en la que son características múltiples
vesículas que se rompen dejando úlceras intensamente dolorosas que se acompañan
de fiebre y malestar generalizado. Tras la primoinfección el virus se acantona en los
ganglios nerviosos y eventualmente, dependiendo de diversos factores, provoca
recurrencias a nivel oral. Estas recurrencias pueden ser: intraorales, presentándose
como un ramillete de pequeñas úlceras coalescentes, localizadas unilateralmente en
el paladar o en la encía, o labiales, que es la forma más habitual, causando la
aparición de una o varias vesículas labiales dolorosas, que se ulceran y tras recubrirse
de una costra sanan. Las manifestaciones clínicas de esta infección en los pacientes
con VIH (+) son comunes y manifiestan un curso clínico muy agresivo, prolongado e
impredecible, en los pueden aparecer lesiones en localizaciones poco habituales y
tardan más en curar. El tratamiento se debe realizar con dosis altas de diferentes
antivíricos.
LEUCOPLASIA VELLOSA.- La leucoplasia vellosa (LV) representa una infección
oportunista relacionada con el virus de Epstein-Barr y se presenta de un modo
especial en los pacientes infectados por el VIH. Además, parece existir una
correlación entre su prevalencia y el descenso de los linfocitos CD4.
La LV se manifiesta clínicamente como una lesión blanca que muestra prolongaciones
papilares o filiformes con aspecto velloso, que no se desprende con el raspado,
situada bilateralmente en los márgenes linguales y ocasionalmente en otras
localizaciones. Su presencia tiene un elevado interés pronóstico, ya que el 10% de
los individuos con LV padece SIDA en el momento del diagnóstico y el 20% padecerá
SIDA en los siguientes 8 meses tras el diagnóstico (25).
HERPES ZOSTER.- El herpes zoster orofacial es el resultado de la reactivación del
virus herpes varicela-zoster (VHVZ), causado generalmente por un estado de
inmunosupresión. Clínicamente se caracteriza por la aparición de grupos de
vesículas, que posteriormente se ulceran, situadas a lo largo de la distribución de una
rama nerviosa; generalmente es unilateral, con un periodo prodrómico. Pueden
coexistir lesiones intra y extraorales, las cuales son especialmente graves en
pacientes infectados por el VIH. Tras un periodo de tiempo variable el cuadro se
resuelve, aunque puede dejar secuelas. En el paciente VIH (+), además de tener una
evolución más grave e impredecible, el tratamiento es más dificultoso. En su
tratamiento se emplean diferentes antivíricos, y debe comenzarse lo antes posible
para conseguir una mayor eficacia y prevenir las posibles complicaciones.

CITOMEGALOVIRUS.- La infección por citomegalovirus es sugerente de


inmunosupresión y es frecuente entre los individuos infectados por el VIH. Las úlceras
orales causadas por la infección por citomegalovirus, aparecen en la mucosa
queratinizada y no queratinizada, principalmente en la encía, mucosa vestibular y el
paladar. El diagnóstico diferencial de estas úlceras con otras entidades es en
ocasiones complicado y suele necesitar la demostración de la presencia del virus.
Generalmente, se tratan con diferentes antivíricos, siendo costoso y necesitando
dosis más elevadas y/o combinación de diferentes fármacos en los pacientes con VIH
(+).

NEOPLASIAS ASOCIADAS
SARCOMA DE KAPOSI.- El sarcoma de Kaposi (SK) es la neoplasia maligna más
frecuentemente asociada a la infección por el VIH. La incidencia del SK oral en
pacientes con SIDA al principio alcanzaba hasta un tercio de los enfermos. Existen
tres formas diferentes de SK: el típico, el endémico africano y el epidémico; asociado
este último a inmunodeficiencia, como la infección por VIH, es mucho más agresivo y
con peor pronóstico. Clínicamente, el SK oral asociado al VIH se presenta como una
mácula o una tumoración roja o violácea, única o múltiple, que crece con rapidez,
pudiendo alcanzar un gran tamaño. Su localización más habitual es el paladar,
seguido de la encía, la lengua y la orofaringe. Generalmente es asintomático, aunque
en ocasiones se ulcera ,se sobreinfecta, y se vuelve doloroso. Su tratamiento es
complicado y la tendencia a la recidiva muy elevada. Las lesiones de menor tamaño
se eliminan quirúrgicamente. En las lesiones de mayor tamaño suele emplearse
radioterapia previa. Cuando es sistémico o diseminado se suele recurrir al tratamiento
con diferentes agentes quimioterápicos. Cuando se diagnostica el SK en un paciente,
tiene connotaciones pronósticas negativas, ya que es indicativo de inmunosupresión
profunda. Linfomas orales Los linfomas son otras neoplasias asociadas al VIH que en
ocasiones se localizan en la cavidad bucal. Se presentan como masas firmes o como
lesiones ulceradas amplias, persistentes, generalmente indoloras, en paladar o encía.
Su diagnóstico se establece mediante el estudio biópsico. Los linfomas orales más
frecuentemente asociados al VIH son linfomas no Hodgkin y precisan un tratamiento
antineoplásico agresivo.

INFECCIONES BACTERIANAS ASOCIADAS


GINGIVITIS NECROTIZANTE Y PERIODONTITIS NECROTIZANTE (EPN) Ambas
entidades se caracterizan por una rápida y progresiva destrucción de los tejidos
periodontales, con esfacelos, pérdida de papilas interdentales, dolor intenso,
hemorragia y olor fétido (Figura 3) Su evolución es aguda y rápidamente progresiva,
llegando a causar exposición ósea e incluso pérdida de dientes cuando existe una
importante destrucción de las estructuras periodontales (20,21). En su génesis, se
hallan implicados numerosos microorganismos con papel relevante respecto a la flora
anaeróbica (22). El término gingivitis necrotizante (GN) hace referencia a la
destrucción rápida de tejidos blandos y el término periodontitis necrotizante (PN) a la
de tejidos duros. No obstante, clínicamente los límites entre ambos no son claros en
muchos casos, sin diferencias significativas en el perfil microbiano y en la terapéutica,
y sin que se conozca si se trata de dos entidades diferenciables o dos estadios de la
misma entidad. Por ello, en ocasiones tienden a abordarse conjuntamente como
enfermedades periodontales necrotizantes (EPN) (12, 20, 21). La EPN es un indicador
de inmunosupresión y aparece en algún momento hasta en un 10% de los pacientes
VIH (+) (20, 21). En su etiopatogenia están implicados otros factores como la higiene
oral, el estatus periodontal previo, el tabaquismo, etc. El tratamiento se basa en cuatro
puntos: 1. Remoción mecánica de restos necróticos, placa y cálculo. 2. Antisépticos
orales como la clorhexidina. 3. Empleo de antibióticos de amplio espectro, como el
metronidazol, la amoxicilina, el ácido clavulánico o la clindamicina. 4. Seguimiento de
estrictas normas de higiene oral, corrección de hábitos, etc.

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