El tiempo como factor formador
Como hemos visto el suelo es un ente dinámico que se origina por una serie de
procesos y cada uno de ellos se desarrolla con muy diferente velocidad. Como
consecuencia las propiedades del suelo, que son el resultado de la actuación de
los procesos, se manifestaran también de un modo desigual.
3.5.1 Velocidad de formación del suelo
La velocidad de formación de un suelo es extraordinariamente lenta y depende
del tipo de factores formadores de cada suelo. Así los suelos se desarrollaran mas
fácilmente sobre materiales originales sueltos e inestables que a partir de rocas
duras y constituidas por minerales estables. También es lógico esperar una mas
rápida formación en los climas húmedos y cálidos que en climas secos y fríos.
Por ello la velocidad de formación del suelo es muy variable, en la bibliografía se
pueden encontrar valores desde 1mm/año hasta 0,001mm/año. Es de resaltar
como la velocidad de formación del suelo decrece drásticamente con la edad, ya
que en un principio el material edáfico evoluciona hacia la formación de un
horizonte A (de alteración de materia orgánica), que es de rápida formación, y
una vez formado este horizonte el suelo se desarrolla originando horizontes B (de
alteración mineral), de mucha más lenta formación.
Velocidad de formación de los suelos de una serie de terrazas del río Tormes en
Salamanca
3.5.2 Cronosecuencias de suelos
La antigüedad de un suelo puede valorarse de manera indirecta por la edad de la
superficie geomorfológica sobre la que se desarrolla. Las superficies pueden estar
datadas por métodos geológicos pero también se puede evaluar de una manera
relativa que superficie es más antigua que otra dada en base a criterios de campo.
Así como se indica en la siguiente figura la superficie que disecta a otra es más
antigua que la que es cortada.
En los estudios de suelos es interesante valorar su antigüedad relativa (mejor aún
es calcular la edad absoluta pero esta datación es muy difícil de realizar). Los
suelos se ordenan en una secuencia de edad creciente y se analiza como han ido
cambiando con el tiempo su tipología y sus propiedades.
De todos los tipos de cronosecuencias, son sin duda las desarrolladas en terrazas
fluviales las más universalmente investigadas. Desde el punto de vista edáfico la
propiedad más interesante de las terrazas fluviales es que, en condiciones
normales, presentan una clara correlación entre la cota de la terraza y su edad, de
manera que la terraza más alta es la más antigua y al descender son cada vez más
jóvenes, hasta llegar a la terraza inmediatamente próxima al cauce, que será la de
formación más reciente. La diferente evolución de cada suelo, así como el grado
de desarrollo de sus propiedades está regulado exclusivamente por el factor
tiempo.
SO, P. (1989): Cronosecuencias de
Dorronsoro C., Alonso, P."Chronosequence in Almar River, Fluvial Terrace Soil". SOIL SCI. SOC. AM
en la cuenca del río Tormes. Tesis
JOURN. 1994. 58:910-925. PDF
al. Universidad de Salamanca.
La evolución de una propiedad concreta (o de un constituyente del suelo) en
función de la edad se le llama cronofunción. Es decir como va variando la
propiedad considerada al ir aumentando progresivamente la edad del suelo. La
forma mejor para evaluarla es representarla en un diagrama de dispersión
(propiedad frente a edad) y calcular la ecuación de regresión (y = ...x...) y valorar
su grado de ajuste con el correspondiente coeficiente de correlación (R2).
Alonso, P.; Sierra, C.; Ortega, E.; Dorronsoro,
C. "Soil development indices of soils
developed on fluvial terraces (Peñaranda,
Salamanca, Spain)". CATENA. 23; 295-308.
1994.Texto completo
3.5.3 Suelo climax o estado estacionario
En la siguiente figura idealizamos el comportamiento de como se van
manifestando una serie de propiedades en función del tiempo*.
Unas propiedades van aumentando su grado de desarrollo (lineas A, C y D de la
figura) mientras que otras tienen un comportamiento inverso (B), pero todas ellas
llegan a alcanzar un estadío a partir del cual no experimentan variaciones con el
tiempo (las curvas se vuelven paralelas al eje horizontal, lineas A', B', C' y D'),
alcanzando cada una este estado de equilibrio a una edad diferente (edad 1, 2, 3 y
4). Cuando todas las propiedades se encuentran en esta situación se dice que el
suelo está en estado climax o estado estacionario (punto D´; tiempo 4). El tiempo
necesario para alcanzar esta etapa de madurez varía con cada tipo de suelo, según
los procesos que en su formación hayan tenido lugar.
Algunos autores cuestionan esta teoría del estado estacionario y creen que el
suelo siempre esta evolucionando. De cualquier forma parece claro que en sus
etapas finales el suelo evoluciona tan lentamente que podemos considerar sus
cambios como poco significativos.
Unas propiedades alcanzan rápidamente su equilibrio, en sólo algunos cientos de
años (por ejemplo, contenido en materia orgánica y lavado de los carbonatos),
mientras que otras son de desarrollo mucho más lento, requiriendo del orden de
muchas decenas de miles de años (por ejemplo, la translocación de arcilla). En
consecuencia los distintos horizontes que componen los suelos necesitan de
tiempos muy distintos para su formación. Como se muestra en la siguiente figura
el horizonte A es el de más rápida formación, mientras que el horizonte óxico
(horizonte de máxima alteración mineral en suelos tropicales) necesita de hasta
un millón de años para manifestarse totalmente).
Para aquellos suelos que se forman en menos de alguna decenas de miles de años
se habla de ciclo corto, mientras que los que requieren de muchas decenas de
miles hasta cientos de miles de años se habla de ciclo largo.