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El Mundo Antiguo Grecorromano Cap 2

Este documento discute la construcción histórica del objeto de estudio de las sociedades antiguas grecorromanas. Examina cómo el concepto de "Antigüedad" ha cambiado a lo largo de la historia y cómo los historiadores han delimitado y seleccionado esta época. También explora cómo diferentes corrientes de pensamiento como el humanismo, el neoclasicismo y la filología alemana influyeron en la comprensión moderna del mundo antiguo y ayudaron a establecer este campo como objeto de estudio.

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El Mundo Antiguo Grecorromano Cap 2

Este documento discute la construcción histórica del objeto de estudio de las sociedades antiguas grecorromanas. Examina cómo el concepto de "Antigüedad" ha cambiado a lo largo de la historia y cómo los historiadores han delimitado y seleccionado esta época. También explora cómo diferentes corrientes de pensamiento como el humanismo, el neoclasicismo y la filología alemana influyeron en la comprensión moderna del mundo antiguo y ayudaron a establecer este campo como objeto de estudio.

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II.

Un objeto de estudio construido históricamente


¿De qué hablamos cuando hablamos
de las sociedades mediterráneas?

El mundo antiguo
grecorromano

Una guía para su abordaje

El objeto de la Historia se construye históricamente.


El estudio de una etapa específica implica un recorte y una selección hecha
Tomo 1 dentro de procesos más generales,
Un acercamiento recorte y selección que están estrechamente vinculados a los avances del cono-
cimiento histórico, pero también
al área de estudio
a la sociedad, al tiempo y a la corriente de pensamiento
a la cual pertenezca el historiador.
Esto es válido también para las sociedades antiguas grecorromanas.
Por lo tanto las reflexiones siguientes tienen como propósito
acercarnos al proceso de construcción histórica de nuestro objeto de estudio.

María Leonor Milia ¿Por qué parcelar dentro del inmenso campo de la Historia un ámbito específico,
Claudio Horacio Lizárraga al que tantas veces se le ha colocado cómodamente el rótulo de “Historia Antigua”?
¿Es algo más que una convención sin otras justificaciones que la comodidad de
trabajo y una larga tradición? ¿Es que así lo exige el carácter de sus fuentes o la
Incluye artículos de: metodología de trabajo del historiador?
Nélida Diburzi y Fabiana Alonso ¿O es que esta etapa –difícil de delimitar espacial y temporalmente– ha sido crea-
dora de fenómenos específicos, ha realizado aportes propios y originales tanto al
proceso histórico “universal” como a la comprensión de la vida de los seres huma-
nos a través del tiempo?
Estas preguntas y otras conexas que podrían plantearse, nos llevan a examinar
una serie de cuestiones con el fin de precisar nuestro campo de trabajo y nuestro
objeto de estudio.

3 21
1. ¿“Historia Antigua” o “Sociedades antiguas”? La pintura, la literatura, el teatro y la música también se apropiaron de temas,
El concepto de “Antigüedad” como época histórica se ha modificado a lo largo motivos y personajes extraídos de los textos griegos y latinos, que recrearon y plas-
del transcurrir de la Historia misma y del proceso de construcción de la Historiografía. maron en grandes obras de arte.
Cuando en los S. XV y XVI los hombres del Humanismo y del Renacimiento volvie- En el ámbito de los estudios histórico-culturales, uno de los más notables admi-
ron los ojos al pasado, miraron hacia el mundo antiguo griego y romano, el cual se radores del mundo antiguo fue el alemán Johann J. Winckelmann, entusiasta estu-
les presentaba como portador de un modelo cultural brillante, un marco referencial dioso de las artes plásticas en sus formas clásicas. 2
que les permitiría afirmarse en su rechazo a otro pasado más reciente –el medie- Aquel interés generalizado por la cultura de la Antigüedad, estuvo muy vincula-
val– al que subestimaban. do con el descubrimiento de las ruinas de Pompeya3 y con los primeros ensayos de
Identificaron la Antigüedad con un corto período de la historia del mundo medi- exploración arqueológica, realizados por no profesionales en el área romana. El
terráneo, el que produjo los textos que ellos estudiaban y admiraban. Esa etapa entusiasmo por el arte clásico impulsó el conocimiento de las obras griegas, esti-
comprendía los siglos V y IV a.C. griegos, la época de la República Romana y los mulando las búsquedas de una arqueología todavía incipiente, guiada por el inte-
primeros siglos del Imperio. rés de esos coleccionistas de antigüedades, los “anticuarios”. 4
Para ellos, Antigüedad era equivalente a Antigüedad clásica, pues el conocimiento Desde finales del S. XVIII y durante el S. XIX, la filología alemana ordenó, estudió
del Cercano Oriente Antiguo era identificado como Historia Bíblica. y publicó ediciones críticas de los textos literarios y filosóficos antiguos. Transformó
Esta representación del mundo antiguo, tan limitada para el historiador de hoy, la erudición en lo que los filólogos consideraron “la ciencia de la Antigüedad”. Fuer-
estaba estrechamente condicionada tanto por las fuentes documentales que en- temente influenciada por el romanticismo de la época, manifestó algunas reticen-
tonces se conocían, como por el punto de vista filológico-literario desde el cual se cias hacia las fuentes romanas, que veía muy vinculadas a la Iglesia Católica, la
las estudiaba, el que requería un dominio perfecto del latín y del griego. Las obras institución supranacional que las había preservado de la destrucción y que conser-
de los grandes escritores clásicos constituían un modelo a imitar, tanto por las for- vaba el latín como su lengua oficial. En cambio, dedicó más atención a las fuentes
mas retóricas como por los valores que trasuntaban, valores en los que se apoyaba griegas e idealizó a la civilización que las produjo, considerándola como un para-
el pensamiento humanístico para hacer su crítica al pasado medieval y a las insti- digma a partir del cual dotar de sentido a los fenómenos contemporáneos.
tuciones derivadas del mismo. Los renacentistas consideraron a la Antigüedad clá- Como ya se ha dicho, a lo largo del S. XIX, la Historia fue constituyendo una me-
sica como una época ejemplarizadora y modélica, creadora de normas estéticas, todología y definiendo un objeto de estudio propios, tanto desde el historicismo
éticas y filosóficas válidas para todo tiempo y lugar.1 alemán (en la obra de Ranke) como en la orientación positivista francesa. Sus rela-
Se construyó así una imagen trascendente y absoluta, atemporal, ahistórica, ciones con la filología se hicieron complejas y conflictivas. 5
despegada de los condicionamientos del tiempo que le fue propio, concepción cuyos En lo metodológico se planteó el valor de los textos antiguos como fuentes histó-
residuos aún hoy pueden rastrearse. ricas, encarando su análisis a partir de la crítica erudita hecha previamente por la
A partir de esa época, el interés por los autores antiguos fue suscitando la curio- filología, que llegó a ser considerada una disciplina auxiliar. A la vez, otros eruditos
sidad por los diversos restos visibles de la cultura antigua, existentes en todo el recopilaron y valoraron fuentes no textuales (monedas, medallas, inscripciones) que
territorio que fuera el dominio del Imperio Romano. Así los “anticuarios” europeos comenzaron a ser utilizadas en la investigación.
de los siglos XVII y XVIII coleccionaron, todavía sin ninguna rigurosidad, los más di- Hacia fines del siglo, al estudio de la literatura y la filosofía del mundo gre-
versos objetos artísticos, que adquirieron particularmente en sus viajes a Italia, con- corromano, el historicismo agregó el interés por sus formas político-sociales y por el
siderados como el medio de completar su educación. Hacia fines del S. XVIII, los estudio del derecho. Uno de los representantes más notables –aunque algo margi-
viajes a Grecia –entonces todavía en poder del Imperio Otomano– cumplieron fun- nado de la orientación predominante– fue Theodor Mommsen, (a quien ya nos he-
ciones similares. mos referido), compilador del derecho romano y de diversas colecciones de fuen-
Desde la segunda mitad del S. XVIII, el neoclasicismo recuperó –con algunas tes, y autor de la Historia Romana, un verdadero “clásico” de la historiografía del
concesiones a los nuevos tiempos– los modelos estéticos antiguos en la arquitec- mundo antiguo.6
tura y la escultura. El equilibrio, las proporciones, la armonía y racionalidad en las Desde el S. XIX y a lo largo del XX, la exploración arqueológica tuvo un notable
formas, constituyeron una lógica intrínseca a esas expresiones artísticas, lógica tam- desarrollo, no sólo en el área grecorromana, sino también en Egipto, Mesopotamia,
bién vinculada a las concepciones clásicas. Irán, Siria, Israel. Los diferentes países europeos (Alemania, Francia, Gran Bretaña)

22 23
crearon y apoyaron económicamente “Escuelas” que compitieron en esas investi- En la actualidad, el campo de estudio de la Antropología es la sociedad en su
gaciones y cuyos trabajos contribuyeron a enriquecer los grandes museos sosteni- conjunto. Dentro de ese campo podemos identificar diferentes orientaciones, entre
dos por los respectivos Estados Nacionales. ellas:
Los grandes avances obtenidos, tanto en la profesionalización de la arqueología • la Antropología biológica o física en tanto intento de reconstruir el curso de la
como en la comprensión de los sistemas de escritura y en la interpretación de los evolución humana mediante el estudio de los restos fósiles;
textos, contribuyeron a acrecentar y fundamentar científicamente el conocimiento • la Antropología lingüística dedicada al estudio de la gran diversidad de len-
de las tempranas civilizaciones en el Cercano Oriente, que fueron también inclui- guas, como así también la forma en que el lenguaje influye y es influido por los dife-
das en la denominación de “Antigüedad”. rentes aspectos de la vida humana;
Los descubrimientos arqueológicos estimularon la reflexión acerca de la índole • la Antropología cultural, interesada por los análisis de las culturas del pasado
de las sociedades que emergían del pasado y pusieron más en evidencia la gran y del presente.
diversidad socio-cultural que presentaban, tanto entre ellas como miradas en con-
junto, con respecto al mundo antiguo “clásico”. Se fueron así configurando áreas Para el caso de los estudios en nuestra área, la Antropología ha contribuido y lo
de trabajo distintas, con sus respectivos especialistas. 7 sigue haciendo de formas diversas.
En primer lugar, consideramos el desarrollo de un método muy particular: el tra-
bajo de campo centrado en la micro escala de observaciones hechas en las cultu-
2. Las Ciencias Sociales frente a la Historia grecorromana ras denominadas primitivas o simples del presente, que ha posibilitado el acceso
Desde finales del S. XIX, la conformación del campo disciplinar de las diversas a información diversa. Esto permite construir marcos teóricos de análisis sobre re-
Ciencias Sociales agregó nuevas miradas y nuevas metodologías para el análisis laciones de parentesco, mecanismos y modos de intercambios, prácticas rituales,
de lo social y de sus diversidades. modos de concebir las relaciones entre lo humano y lo divino, el papel de las creen-
Entre esas nuevas ciencias, señalamos especialmente algunos aportes de la cias religiosas, los mitos y las leyendas y las formas diversas de transmisión de va-
Antropología y la Sociología a nuestro campo de trabajo. lores y propiedades culturales de generación en generación.
La Antropología –según una clásica definición de Lévi-Strauss– “[…] apunta a un También desde sus inicios como ciencia, sentó las bases de un concepto muy
conocimiento global del hombre y abarca el objeto en toda su extensión geográfica e particular, el de Cultura, que desde la Historia utilizamos frecuentemente para refe-
histórica”. En consecuencia, se trata de una disciplina con un vasto campo de inte- rirnos a las “culturas” o “civilizaciones” del mundo antiguo. Fue precisamente Tylor
reses, que cubre todas las épocas y todos los espacios y que ha incorporado re- (1977:125) quien utilizando ambos conceptos como sinónimos, afirmó que “[…] en
cientemente estudios en “sociedades complejas”. sentido etnográfico amplio, la cultura o civilización es esa totalidad compleja que
Hasta los años ‘60 la Antropología se había ido configurando como disciplina a incluye el conocimiento, las creencias, el arte, el derecho, la moral, las costumbres y
partir de conceptos que focalizaron la diferenciación del otro cultural; esto es, una cualquier otro hábito o capacidad adquiridos por el hombre en cuanto pertenecientes
práctica científica que construyó su terreno de aplicación en las sociedades some- a la sociedad”.
tidas a las diferentes formas de presión externa, los grupos étnicos y socioculturales Pero a lo largo de su propia historia como ciencia, la Antropología fue debatien-
no europeos y “no desarrollados”, las “sociedades exteriores” a la occidental. do, modificando y reformulando sus formas de abordar temáticas tales como, entre
Por su parte la Sociología, en una suerte de división internacional del trabajo inte- otras, el propio concepto de cultura, la cuestión de la diversidad cultural y del
lectual, centraba sus estudios en los países desarrollados de la Europa occidental. etnocentrismo, las vinculaciones entre raza, cultura y lenguaje, el relativismo cultu-
Pero con el surgimiento de las denominadas “sociedades complejas” que co- ral, las ideas de pensamiento primitivo y pensamiento moderno, construyendo así
mienzan a configurarse a partir de 1945, con la parcial ruptura de los imperios co- sus principales herramientas teóricas y conceptuales para el abordaje de su objeto
loniales, la clásica línea de diferenciación –entre “lo superior y lo inferior”, “lo desa- de estudio. Y es precisamente en ese devenir en el que podemos situar los aportes
rrollado y lo no desarrollado”, “lo occidental y lo no occidental”– empieza a más significativos que ha realizado al análisis histórico en general y al de nuestro
desdibujarse, convirtiéndose esas nuevas sociedades en objeto común de la An- campo de estudio en particular.
tropología y de la Sociología. Entre los más importantes, debemos señalar los que se relacionan con uno de los
paradigmas más fuertes en el ámbito de la Antropología, como lo ha sido el

24 25
estructuralismo, que de la mano de Claude Lévi-Strauss dio origen a la Escuela 3. La Arqueología en el área grecorromana
Etnológica francesa, que hasta nuestros días mantiene la impronta de su fundador.8 En el Mediterráneo oriental se sucedieron desde el S. XIX importantísimos des-
Las primeras décadas de la segunda mitad del S. XX estuvieron caracterizadas cubrimientos arqueológicos, que ampliaron considerablemente el conocimiento
por los debates en torno al estructuralismo, el concepto de estructura, sus vincula- histórico, contribuyeron a trasladar el horizonte temporal mucho más atrás en el
ciones y sus diferencias con la Historia. pasado y produjeron profundos cambios en el enfoque de los estudios sobre el área.
Hoy es posible observar la importancia de los aportes de los estudios antropológicos Al respecto, son especialmente relevantes los trabajos de Heinrich Schliemann11
al conocimiento del mundo antiguo. Entre ellos se encuentran los trabajos que abor- a partir de 1874 en Troya12 y más tarde en Micenas y Tirinto, seguidos desde 1899
dan el estudio de los mitos, las prácticas rituales y las diversas formas de manifesta- por los de Arthur Evans13 en Creta, que cambiaron totalmente la concepción que
ciones simbólicas. Se destacan los de Marcel Detienne, Jean-Pierre Vernant9 y Pierre hasta entonces se tenía acerca de los comienzos de la civilización en el Egeo y de
Vidal-Naquet,10 quienes nos aproximan a nuevas interpretaciones de los sistemas ri- sus vínculos con sociedades del Cercano Oriente, especialmente sugestivos en el
tuales propios de las llamadas sociedades arcaicas, así como también del corpus caso de la civilización cretense o minoica.
mitológico de la Antigüedad griega, que no habían sido considerados hasta enton- Quedó claro que la historia del área comienza mucho antes de lo que se había
ces sino como meros reflejos o expresiones de las estructuras sociales. Los dos últi- creído hasta entonces: ya no en los míticos tiempos homéricos, protohistóricos –de
mos incorporan la mirada antropológica a una marcada preocupación por el análisis los que dan cuenta la Ilíada y la Odisea– sino en épocas mucho más tempranas.
social en la dimensión temporal propia de los historiadores. Por otra parte, las diversas “escuelas” nacionales realizaron importantes traba-
En la introducción a Mito y sociedad en la Grecia antigua, Vernant (1987) hace jos arqueológicos: la francesa en Delfos 14 o la alemana en Olimpia15 y en las anti-
una interesante referencia al propósito que perseguía en su obra anterior (Mito y guas ciudades greco-helenísticas de la costa del Asia Menor.16
Tragedia en la Grecia antigua, escrita con Vidal-Naquet) que refleja ampliamente su Los trabajos realizados ya en el S. XX por Blegen,17 Wace y otros en el Peloponeso
metodología de análisis: (Micenas, Tirinto, Pilo) contribuyeron a precisar la imagen de la civilización micénica.
En el territorio hoy perteneciente a Grecia, los arqueólogos prosiguen las inves-
“Nuestra ambición de respetar el carácter equívoco, ambiguo, de las relaciones tigaciones hasta el presente. Se destaca el trabajo que ha realizado hasta su muer-
entre lo mítico y lo trágico no era sin duda ajena a la doble orientación metodológica te Spyridon Marinatos en Thera o Santorini (en las islas Cícladas).
que dimos a nuestros trabajos: al análisis estructural de los textos, de las obras, También continúan las excavaciones en las colinas de Hissarlik, en la actual Tur-
para descubrir en ellas los sistemas de pensamiento, unimos la investigación his- quía. 18
tórica, única capaz de explicar los cambios, las innovaciones y las modificaciones La arqueología en el área romana abarca áreas, épocas y temáticas diferentes,
estructurales en el seno de un sistema.” de las que mencionamos sólo algunos ejemplos.
Entre ellas, cabe señalar las investigaciones sobre los etruscos. El hallazgo de
Más adelante, en relación a los estudios de M. Detienne, señala que: sus testimonios en las tumbas de la Toscana ha llevado a la compleja discusión sobre
su origen, sus vinculaciones con el Mediterráneo oriental y con la Roma primitiva.
“[…] el estudio histórico de los usos matrimoniales y la reflexión sobre el análisis Su estudio dio lugar a una disciplina específica: la Etruscología.
estructural del corpus mítico constituyen las dos caras de una misma investiga- El cuadro del poblamiento temprano de Italia y del Lacio en particular, adquiere
ción: se trata de captar mejor, por esta doble vía aproximativa, las acciones recí- hoy una mayor complejidad y plantea problemas tanto en relación con la tradición
procas de lo social y lo mítico, las homologías y a la vez las discordancias de los escrita como con la periodización. Entre las investigaciones arqueológicas se des-
dos planos que se esclarecen mutuamente, pero que, en su correspondencia, tacan los trabajos sobre los primeros asentamientos en el Lacio y en las colinas jun-
pueden unas veces reforzarse y otras compensarse”. (Vernant, 1987:1-4) to al Tiber.
Las ruinas de Pompeya y Herculano –cuya excavación aún no ha sido completa-
Finalmente refiere al tema central alrededor del cual gira toda su obra: “[…] ¿dentro da– brindan un conjunto extraordinario de restos de la cultura material y artística y
de qué límites y bajo qué formas el mito está presente en una sociedad y una socie- constituyen testimonios excepcionales sobre la vida cotidiana en las ciudades ro-
dad presente en sus mitos?” (Vernant, ídem). manas del S. I. Asimismo, contribuyen a iluminar aspectos hasta ahora no tan cono-
cidos de la vida intelectual. Muy recientemente por ejemplo, se han comenzado a

26 27
realizar mediante tecnología actual, el análisis de los rollos de papiro de la bibliote- En el plano de lo político, la ciudad-estado independiente está igualmente pre-
ca de la Villa dei papiri de Herculano. Así se llega a leer la obra de autores antiguos, sente como marco ordenador de la vida social, tanto en el mundo griego –la polis
como Filodemo de Gádara, lo que permite conocer mucho mejor los procesos de arcaica y clásica– como en la Roma republicana.
intercambio entre la herencia griega y la cultura romana, y en especial, la difusión En otros planos de la vida social también es posible visualizar analogías entre
del epicureísmo entre los círculos dirigentes del Alto Imperio. ambas áreas del mundo antiguo: los tiempos arcaicos con sus luchas entre ciuda-
Las excavaciones no se hacen sólo en territorio italiano –que fuera el eje central danos por el pleno acceso a los derechos cívicos (entre ellos la tierra), las magistra-
del Imperio– sino también en todos los territorios que pertenecieron a aquél. Men- turas y asambleas, la vida y la cultura urbanas, las modalidades de trabajo depen-
cionamos, en particular, en la antigua Hispania, los trabajos realizados en las capi- diente no esclavista, la formación del sistema esclavista, la oposición entre el tra-
tales de las provincias romanas: Emérita Augusta (Mérida), Tarraco (Tarragona), Itá- bajo manual y el intelectual, y muchos otros elementos que sería largo enumerar.
lica (cerca de la actual Sevilla), pero también en ciudades más pequeñas, tales como No obstante, en la observación del proceso histórico antiguo también hubo espe-
Lucentum (Alicante) e Illice (Elche). cificidades y continuidades.19
La Arqueología ha contribuido a aproximar al historiador a épocas antes desco- En ambas áreas también se encuentra la diversidad: en el caso de la polis, los
nocidas. El trabajo del arqueólogo ha influido para que la historia como disciplina diferentes tiempos imprecisamente denominados arcaicos y clásicos, la ciudad aris-
preste mayor atención a aspectos materiales de las sociedades tempranas que antes tocrática, democrática u oligárquica, los casos específicos, únicos, de Esparta y
habían sido subestimados. También ha hecho posibles lecturas más críticas de los Atenas.
testimonios textuales, especialmente los más lejanos en el tiempo, con frecuentes En cuanto al Imperio Romano, con sus marcos reguladores de la unidad, con su
componentes míticos. extendida urbanización y sus pretensiones de universalidad, también contiene con-
Hoy no se dedica únicamente a buscar las grandes obras de arte ni las construc- trastes entre el Oriente griego y el Occidente latino, que coexisten dentro de la es-
ciones monumentales –testimonios del poder y de los sectores sociales dominan- tructura imperial y que a la vez se superponen a numerosas diferencias regionales.
tes– sino que busca inclusive acercarse a la problemática de los sectores sociales El proceso de romanización, extendido a todo el territorio imperial a través del
subalternos, de los que poco se había ocupado hasta comienzos del S. XX. Cons- ejército y consolidado mediante la adhesión de las élites dirigentes de las provin-
truye su objeto e investiga con todo el rigor científico. Cuenta para ello con las fuen- cias, nunca alcanzó una profundidad tal que lograra borrar o absorber totalmente
tes –que ciertamente ponen sus límites– pero también con un bagaje metodológico las realidades socioculturales preexistentes, cuya supervivencia es un hecho mu-
y conceptual. Recurre al apoyo de tecnología adecuada y de numerosas discipli- cho más marcado en las ciudades del área oriental, con su larga tradición de cultu-
nas que colaboran con ella. ra griega o helenizada. La Romanitas enmarcó espacios, pero nunca los homogeneizó
Apunta a la reconstrucción de las sociedades antiguas y se plantea los proble- por completo.20
mas del acceso al conocimiento de aquéllas, no sólo a nivel técnico sino también
teórico. Así lo plantea Maurice Sartre:

“Uno, doble y múltiple: cada uno de estos términos se aplica al Imperio romano de-
4. ¿El mundo antiguo o los mundos antiguos? pendiendo del punto de vista escogido. Esta situación compleja pero no contradicto-
La constatación de elementos y procesos análogos en el mundo grecorromano ria, obliga al historiador a elecciones que corren el riesgo de falsear a la larga, la
muestra –como ya se señalara– la posibilidad y más aún la necesidad, de no estu- percepción de un fenómeno global. Pero al privilegiar lo que conforma la unidad del
diar separadamente Grecia y Roma, sino de identificar algunas continuidades y imperio, ¿no corremos el riesgo de enmascarar la diversidad de las culturas indíge-
analizarlas comparativamente, mediante la definición de criterios de comparación nas? Por el contrario, con la multiplicación de las monografías locales o regionales,
y el uso de conceptos y categorías analíticas comunes. ¿no se llegaría a olvidar que se imponen a todos algunas normas jurídicas, algunas
Así, en el plano de lo económico, la base productiva agrícola, la tecnología utili- obligaciones comunes?... El estudio del ‘uno’ apenas permite poner de relieve la ri-
zada, la relativa escasez de agua dulce y tierras fértiles, el predominio de la propie- queza del ‘doble’ y la originalidad del ‘múltiple’. Cierto que lo que constituye la uni-
dad privada de la tierra, la relación campo-ciudad, muestran –más allá de las dife- dad del imperio […] reviste una importancia de primer orden. De ello depende la
rencias– ciertas bases comunes al conjunto. existencia durante más de dos siglos de un espacio bastante seguro que [...) permitió

28 29
la emergencia de una civilización basada en la herencia de Grecia y Roma y que La naturaleza plantea desafíos a la acción humana. A lo largo del proceso de
merece más de lo que a veces se piensa, el calificativo de grecorromana. formación del mundo antiguo mediterráneo, el espacio se modifica, los seres hu-
Pues el uno ha engendrado el doble. Si bien el Imperio es romano, no es latino. El manos socialmente articulados lo reestructuran.
griego –y la cultura por él vehiculada– no es un idioma indígena entre tantos, es la Cuando el Imperio Romano alcanza sus límites máximos (comienzos del S. II d.C.)
otra lengua del imperio” (Sartre, 1994:7-8).21 se ha ampliado la superficie ocupada hacia todos los puntos cardinales. Más allá
del Mare Nostrum se hallan los extensos territorios no mediterráneos que ha incor-
En los últimos siglos del mundo antiguo, un nuevo elemento se incorpora como porado la conquista. Al norte de los arcos alpinos, las llanuras del occidente atlán-
factor de unidad, sin que ello signifique una uniformidad en las modalidades regio- tico, Britania y las Galias, las montañas de la Europa central, los territorios surcados
nales de su inserción: el cristianismo se extiende por el territorio imperial y la Iglesia por el Rhin y el Danubio, cuyos cursos fortificados constituyen el limes romano y
Católica –“universal”– asienta en él su voluntad ecuménica, mientras el Estado se señalan la frontera con las tierras bárbaras de la Germania. Al este, hasta la antigua
debilita. Mesopotamia, la de los ríos Tigris y Éufrates, un espacio problemático, difícil de
Cuando la gran estructura político-administrativa-militar se derrumba, los dominar. Hacia el sur, la barrera infranqueable de los grandes desiertos.
regionalismos vuelven a primer plano, mientras la Iglesia se constituye –en ciertos En los siglos subsiguientes, la imposibilidad de mantener el control sobre la to-
aspectos– en heredera del Imperio. talidad de esos territorios, lleva a un gradual abandono de los mismos, y por lo tan-
to, a hacer cada vez más frágiles y difusos los límites del Imperio. 22

5. La delimitación espacial
Una vez aceptado que el área grecorromana es un objeto de estudio con su(s)
especificidad(es) propia(s), corresponde precisar los límites aproximados del es-
pacio ocupado y configurado por estas sociedades.
El mar Mediterráneo –el Mare Nostrum, poderoso agente de unidad– constituye el
eje comunicacional entre las tierras adyacentes y las islas distribuidas en su interior.
Es también un permanente referente de la vida humana: provee de alimento, ge-
nera formas de vida, vincula a los hombres entre sí y los amenaza cuando pierde su
calma. Está presente en las representaciones simbólicas socialmente construidas:
en la poesía homérica, las obras dramáticas, la justificación de las políticas de ex-
pansión, la reflexión de los filósofos, la interpretación religiosa de las fuerzas de la
naturaleza, las representaciones plásticas de la estatuaria o de la cerámica artística.
Los territorios vinculados al espacio mediterráneo –europeos, africanos, asiáti-
cos– también poseen componentes que desde el punto de vista de la geografía
natural les confieren unidad: la interpenetración mar-tierras, el clima de tipo
subtropical con estación seca (mediterráneo), el relieve de origen terciario, toda-
vía sacudido por sismos y manifestaciones del vulcanismo, los arcos montañosos
con llanuras pequeñas intercaladas, la relativamente escasa disponibilidad de
suelos fértiles y de agua dulce, las condiciones del trabajo de la tierra y del pas-
toreo de los animales, la escasez de metales, las posibilidades y exigencias para
la vida humana...
Diversos elementos, con efectos contrapuestos, fragmentan el gran espacio en
otros menores: penínsulas, islas, costas recortadas, mares menores dependientes
(el Egeo, la Propóntide, el Ponto Euxino, el Tirreno, el Adriático).

30 31
6. La delimitación temporal y algunos
problemas para la periodización
6.1. El tiempo histórico
Hay algo llamativo en el concepto “tiempo”: se trata de una noción también atra-
vesada por la variable temporal. Desde la concepción griega y romana, pasando
por las aportaciones judeo-cristianas y hasta nuestros días, las connotaciones del
significado atribuido al vocablo tiempo no han sido siempre las mismas. Por ello
cabe aquí realizar algunas precisiones al respecto, y fundamentalmente sobre el
concepto de tiempo histórico.
Las corrientes historiográficas del S. XIX concibieron al tiempo como un objeto
de estudio monolítico, homogéneo y cronológico. La simple sucesión de aconteci-
mientos constituía la explicación histórica, ya que como un hecho había ocurrido
antes que otro, se entendía que el primero explicaba al segundo, y así sucesiva-
mente. Esta visión del tiempo, de sentido lineal, único y progresivo, es la propia de
las corrientes positivistas o historizantes.
Hoy la concepción del tiempo se ha modificado sustancialmente.
En el plano de la investigación histórica es fundamental el aporte de Fernand
Braudel, 23 para quien la historia centrada en acontecimientos y fechas es sólo la
corteza de la realidad social, es la que se sitúa en el tiempo corto, el tiempo del
periodista, el tiempo del acontecimiento, un tiempo engañoso que por sí sólo expli-
ca poco y nada de los movimientos históricos.
En forma paralela al tiempo corto, existe otro tiempo más largo, por lo general re-
lacionado con fenómenos de naturaleza económica, el tiempo de mediana duración
propio de la coyuntura. Este tiempo se relaciona con los ciclos de la economía del
capitalismo, sus fases ascendentes y descendentes, como los períodos de auge y los
de recesión o crisis económica. Puede extenderse a un período de varios años y por
lo tanto no está tan presente en la memoria de los individuos en la explicación de los
hechos históricos que han vivido.
Por último indica la existencia de un tiempo que se mueve muy lentamente, el
tiempo largo propio de las estructuras, “[…] un ensamblaje, una arquitectura, pero
más aún una realidad que el tiempo tarda enormemente en desgastar”. Señala tam-
bién el tiempo de la larguísima duración de la geografía, de las creencias religiosas
y de las mentalidades, a las que llama “prisiones de larga duración”.
A partir de Braudel hablar de tiempo histórico significará hablar de varios niveles
temporales diferentes que se dan simultáneamente y que se interconectan. (Braudel,
1969;1970). 24
Estos aportes han significado un paso importante en el progreso de la ciencia
histórica. Han permitido la incorporación al análisis de la disciplina, de otras dimen-
siones, otras esferas del conocimiento ligadas a los procesos económicos, sociales
y culturales, recurrentemente ausentes en la historia tradicional.

32 33
En cuanto a la periodización, implican la caducidad de todo intento de encerrar de una monarquía de tipo helenístico– u Octaviano, luego Augusto, quien institu-
los fenómenos históricos en esquemas de etapas que se suceden rígidamente. cionaliza la concentración del poder en el Principado. La resignificación de las ins-
En una misma sociedad hay tiempos diferentes, que coexisten y se entrelazan. tituciones provenientes de la República, no logra ocultar que se ha implantado una
Distinguirlos, percibir sus relaciones, ubicar en ellos a los actores sociales, consti- monarquía militar para controlar el orden social aristocrático y conducir el Imperio
tuyen en el plano analítico, desafíos para el historiador. Romano.
En el plano puramente cronológico nos encontraremos con una periodización Finalmente, cabe mencionar que en este nuevo enfoque del tiempo histórico
más relativizada, más flexible, y que tiene como principal objetivo ayudar a ubicar- subyace su estrecha relación con conceptos estructurantes de la disciplina: la
nos temporalmente. causalidad y la identificación de las continuidades y rupturas, o cambios y perma-
El área del mundo antiguo ofrece problemáticas que sólo pueden ser adecuada- nencias.
mente comprendidas en la percepción de la larga duración, tales como los siguien- Esto supone superar la idea de la explicación monocausal incorporando el con-
tes procesos: cepto de multicausalidad o multifactorialidad, esto es, tener en cuenta que en la
• la formación de la ciudad-estado griega y romana; explicación histórica concurren una serie de elementos, factores y aspectos de di-
• los conflictos sociales en el marco de la ciudadanía; ferente índole, que en una compleja trama de relaciones constituyen las causas que
• la conquista romana –alrededor de ocho siglos– y el concomitante proceso de motivan o producen ciertos y determinados acontecimientos y transformaciones en
romanización; el devenir histórico. Supone también reconocer que esos cambios no son unifor-
• el agotamiento de los marcos jurídico-políticos de la ciudad republicana, mien- mes, que no impactan con la misma intensidad en todos los ámbitos ni en todas las
tras se ponen las bases para el Estado imperial; esferas de la vida social, que mientras hay alteraciones visibles en algunos cam-
• los complejos procesos culturales de la Antigüedad Tardía y la desarticulación pos, se refuerzan continuidades en otros.
del Imperio; A ese respecto, un ejemplo fundamental es el análisis del fin del mundo antiguo,
• la transición del mundo antiguo al feudalismo, que excede los límites tempora- con sus continuidades y rupturas, al que ya hemos hecho referencia. La caída del
les del período del que se ocupa Sociedades Mediterráneas. Imperio Romano de Occidente –la gran ruptura político-administrativa acompaña-
da de la disgregación territorial– es sólo un aspecto de un problema mucho más
Estos largos procesos se entrelazan con los de menor duración, como la desarti- complejo, un proceso de larga duración para cuya comprensión necesitamos plan-
culación de la República tardía y otros aun más cortos, en los que se inscribe el tear los diferentes niveles temporales y construir explicaciones multicausales.
accionar de ciertos personajes que se constituyen en emergentes de procesos más
profundos.
A partir del análisis de lo procesual, se resignifica el papel del acontecimiento, 6.2. Algunas líneas y puntos de referencia para orientarnos en el tiempo
manifestado en una duración más corta. El acontecimiento deja de estar en un lu- Precisar el comienzo de las civilizaciones “antiguas” llevaría a la discusión de los
gar preponderante, para convertirse en una suerte de punta de iceberg, un indica- límites entre “Prehistoria” e “Historia”, una oposición esquemática e imprecisa.
dor en la superficie, que delata la existencia de un conjunto de fenómenos y cir- Hoy queda claro que el criterio tradicional –la aparición de documentos escri-
cunstancias que no están a la vista, sino que se hallan en la profundidad, en la que tos– resulta insuficiente. En todo caso, sabemos que la escritura (un sistema de sig-
habrá que bucear para encontrar las relaciones y conexiones necesarias que per- nos de compleja elaboración) es parte de un conjunto de transformaciones, prepa-
mitirán formular una explicación histórica más compleja. radas y operadas a través de un proceso, que hacen a la emergencia de la civiliza-
Así por ejemplo, un Mario o un Julio César durante el S. I a.C., son emergentes del ción dentro de la cual aquella cobra sentido.
gran crecimiento del poder militar ligado al proceso de la conquista romana, lo que Al respecto, las más relevantes son:
revierte sobre las relaciones de poder en la República tardía –cuyos marcos • un cierto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y de la organización de
institucionales se van disgregando– mientras se construye un nuevo escenario es- la producción;
tatal. • la complejización de las relaciones sociales y de la división social del trabajo;
El proceso de personalización del poder se da en este contexto, dentro del cual • la emergencia de la vida urbana, del estado y de una religión asociada –de
cobran relieve y pueden ser comprendidas figuras como César –y su fallido intento diversas maneras– al poder;

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• la aparición de una arquitectura monumental, un arte y una escritura simbóli- A pesar de la insuficiencia de este esquema para una comprensión profunda de
camente vinculados al poder político y/o religioso y puestos a su servicio. los procesos históricos, mencionamos esas etapas a efectos meramente ilustrativos
y referenciales:
En tanto que hablamos de un proceso, resulta imposible apelar a fechas puntua- • La Monarquía: desde el 753 a.C. –supuesta fecha de la fundación de Roma por
les para delimitarlo; en cambio tenemos que referirnos a grandes bloques tempo- Rómulo en el Palatino– hasta el derrocamiento de Tarquino el Soberbio, el último rey.
rales, sobre todo cuanto más nos alejemos en el tiempo. • La República: desde el 509 a.C. (fecha dudosa, fijada por la tradición que sim-
A partir de estas consideraciones, podemos señalar algunos hitos cronológicos plifica un proceso más complejo) hasta el triunfo de Octavio (luego llamado Augus-
significativos en el área del Mediterráneo Oriental: to) en Actium.
• hacia el 2000 a.C., el comienzo del período palacial –y por tanto, de la civiliza- • El Imperio: desde el 31 a.C. hasta el 476 d.C., en que el último emperador de
ción– en Creta; Occidente, Rómulo Augústulo, fue derrocado por una banda bárbara.
• hacia el 1600 a.C., la emergencia de la civilización micénica hasta su derrum-
be, c. 1200-1100 a.C.; Todo el proceso institucional romano está estrechamente ligado a la guerra de
• c. 1200 a 800 a.C., la llamada Edad Oscura; conquista y a la consecuente expansión territorial sobre el mundo mediterráneo hasta
• c. VIII al IV a.C., el proceso de la polis griega: desde su emergencia hasta su alcanzar los limites de lo que posibilitaban los medios de control que poseía la
agotamiento como marco de la vida social; Antigüedad, y al posterior reflujo y disgregación, cuando la dominación se hizo in-
• desde las últimas décadas del S. IV, la etapa helenística, iniciada con las con- sostenible.
quistas de Filipo y Alejandro de Macedonia, seguida de la expansión del imperio A lo largo del tiempo, se identifican dos grandes procesos expansivos que con-
hacia el oriente asiático y su posterior fragmentación territorial, la formación de los tribuyen a “construir el espacio común” de las sociedades mediterráneas:
reinos helenísticos, hasta la conquista de cada uno de éstos por los romanos (S. III, • La conquista greco-macedónica, que –a partir del área propiamente griega–
II y I a.C.) afecta a los territorios ribereños de la cuenca oriental del Mediterráneo, ensancha-
dos hacia el sur, sudeste y este, hasta llegar (aunque menos profundamente) mu-
En cuanto al área del Mediterráneo occidental, su eje conductor más claramente cho más allá, a la Mesopotamia y el Irán, atravesar las grandes cordilleras asiáticas
identificable se estructura en torno a la Historia de Roma y de su Imperio. y alcanzar el valle del Indo.
La que luego llegó a ser la más poderosa ciudad del mundo antiguo, tuvo co- • La conquista romana, que en un largo proceso de alrededor de ocho siglos,
mienzos extremadamente modestos: fue apenas uno de los muchos centros pobla- avanza desde las primeras aldeas a la ocupación de la llanura del Lacio y de la
dos que la arqueología del S. XX ha identificado como pertenecientes a la cultura península itálica; continúa obteniendo, desde fines de la era republicana, la domi-
lacial. nación de ambas cuencas mediterráneas y la absorción de los reinos helenísticos,
Las primeras aldeas de pastores se asentaron en el Palatino, una de las colinas para seguir hacia la Europa atlántica, alcanzar Britania, el Rin, el Danubio, el Mar
del Lacio, junto al Tíber, hacia el S. X a.C. Negro, el Éufrates, el borde de los grandes desiertos en Siria y en el Sahara.
Desde ellas nació el proceso –muy discutido en cuanto a sus modalidades– que La problemática de la periodización también plantea dificultades para señalar
llevaría a la ocupación de la llanura circundante y a la emergencia de la ciudad el fin del mundo antiguo.
romana y de la monarquía en el S. VIII a.C. El tránsito desde el mundo antiguo al medieval es una cuestión que ha inquieta-
La presencia de los etruscos –tanto al norte, en la Toscana, como al sur del La- do largamente a los historiadores y que ha dado lugar a grandes polémicas en di-
cio– no sería ajena a la conformación misma de la ciudad ni tampoco a las posterio- ferentes épocas, polémicas siempre vinculadas a las circunstancias del tiempo vi-
res luchas por el control de la llanura, de su entorno y de los caminos que enlaza- vido por quienes han intervenido en ellas. Son discusiones que suscitan grandes
ban, por el oeste, el centro-norte de la península itálica con las poleis griegas de la interrogantes y que ponen en juego –entre otras cuestiones– la concepción que se
Magna Grecia. tenga de la historia como disciplina y también la postura del historiador frente a la
Tradicionalmente, la historia de Roma ha sido dividida cronológicamente en tres problemática del pasado y a la de su propio presente.
etapas, establecidas a partir de la concepción de los “hechos creadores de época” Desde un enfoque social y procesual, la vieja concepción de los acontecimien-
y de un criterio político-institucional. tos creadores de época no tiene ya valor, justamente porque atiende sólo al plano

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meramente fáctico, acontecimental: el hecho inscripto en el tiempo breve, la ac- debates que ello ha generado en la disciplina histórica, acerca de lo cual existe
ción de individuos a los que se supone capaces de torcer totalmente la marcha de abundante bibliografía.
la historia. Así, como ya se ha señalado, se pensó –entre otras posibilidades– que la Cabe señalar que el interés central de Carlos Marx25 estuvo dirigido al análisis
caída del último emperador del Imperio Romano de Occidente (476 d.C.) habría crítico del proceso de construcción del modo de producción capitalista y de sus
indicado el fin del mundo antiguo. contradicciones internas. Su propósito era no sólo teórico, sino también pragmáti-
Hoy sabemos que las cosas no son tan simples. Por una parte, la profundización co y militante: el pensamiento no debía proponerse solamente comprender el mun-
de las diferencias entre Oriente y Occidente y el derrumbe de la estructura política, do, sino transformarlo, lo que en su caso significaba involucrarse en las luchas so-
administrativa y territorial del Imperio, fueron productos de un proceso de larga ciales y políticas por la construcción del socialismo.
duración que se venía desarrollando al menos desde el S. III. Por otra, pensar como Por ello los planteos sobre las sociedades precapitalistas ocupan sólo un lugar
factores explicativos sólo a las cuestiones de tipo político o militar, implica dejar relativamente marginal en su obra y en general, corresponden a sus trabajos de
fuera del análisis histórico a las estructuras económico-sociales, a las diferencias juventud. El texto más importante al respecto –las Formaciones económicas
regionales y a los procesos culturales vinculados al conjunto de la sociedad. precapitalistas, las Formen– es muy breve y constituye una parte de los Elementos
fundamentales para la Crítica a la economía política o Grundrisse, obra escrita en
Dos importantes herramientas conceptuales permiten comprender mejor la 1857-58 y publicada mucho tiempo después de la muerte de su autor.
cuestión: Concibió a la Historia como un proceso construido dialécticamente. A partir de
• El concepto de “transición” entre dos modos de producción (el esclavista y el una comunidad primitiva, se habrían sucedido modos de producción –antiguo o
feudal), aportado por el materialismo histórico, identifica una larga etapa durante la esclavista, feudal, capitalista– cada uno de los cuales queda definido por las rela-
cual se van transformando y desapareciendo las relaciones sociales de producción ciones sociales de producción que constituyen su base, proceso que debería cul-
esclavistas mientras se van instalando otras de diferente índole hasta que, en torno minar en el establecimiento del comunismo. Las contradicciones intrínsecas a la
al año 1000, se definen las relaciones de tipo feudal como dominantes. sociedad estarían obrando como el motor de la Historia: cuando las fuerzas pro-
• El concepto de “Antigüedad Tardía”, introducido en la historiografía del S. XX ductivas materiales entraran en contradicción con las relaciones sociales de pro-
por dos historiadores italianos: Arnaldo Momigliano (1908-1987) y Santo Mazzarino ducción, se estaría abriendo una época de revolución social.
(1919-1987) y más recientemente utilizada por el irlandés Peter Brown. Como cate- El “Modo de Producción” es un concepto analítico que:
goría de análisis adquiere un gran valor heurístico para el estudio de una compleja
etapa de larga duración –aproximadamente entre los siglos III y VIII– en cuya pro- “[…] abarca dos componentes fundamentales: las ‘fuerzas productivas’ –los pro-
blemática sociocultural se detectan continuidades y rupturas. Tanto Mazzarino como pios hombres, considerados como fuerza de trabajo, y los medios de producción
Momigliano: que emplean– y las ‘relaciones de producción’. Éstas son las relaciones que sur-
gen […] en el contacto entre los hombres que, de un modo u otro, intervienen en el
“[…] posicionan el estudio del cristianismo en el eje Iglesia-sociedad, manifestando proceso productivo. Las más importantes son las de propiedad, que determinan
una acentuada preocupación por el desarrollo de las relaciones de poder eclesiales quién puede disponer de los medios de producción y que a su vez tienen una in-
frente a la política tardoimperial”. La Antigüedad Tardía no sería una época de crisis fluencia decisiva sobre un segundo género de relaciones: las que fijan la apropia-
de los valores del mundo antiguo, sino “[…] el momento en que emergen aquellos ción de los resultados que crea el trabajo.
factores económicos, sociales, políticos y religiosos en una dialéctica constante entre Entre estos dos componentes básicos existe una estrecha correspondencia: el grado
continuidad y cambio, que van configurando las estructuras materiales y simbólicas de desarrollo de las fuerzas productivas debe coincidir con la naturaleza de las
del siguiente período medieval […].” (Zurutuza,1996:41-42) relaciones de producción; si aparece un desfase, si las fuerzas productivas avan-
zan y se transforman mientras las relaciones correspondientes se mantienen está-
ticas, surge una contradicción que acabará produciendo un conflicto. Como dice
7. El materialismo histórico y la historia de la Antigüedad el propio Marx: ‘De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas
No resulta posible consignar en este trabajo todas las influencias que el materia- relaciones se han convertido en obstáculos para ellas. Se abre entonces una épo-
lismo histórico ha ejercido sobre el análisis de lo social en general, ni los grandes ca de revolución social’.” (Fontana, 1975:118-128).

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La sucesión antes mencionada fue establecida a partir de las líneas de evolu- de modo que la conservación de la comunidad antigua implica la destrucción de
ción del Occidente europeo y sólo ocasionalmente se manifestó en Marx una aten- las condiciones en que se basa y se convierte en su opuesto.
ción hacia sociedades no europeas. 26
En esta perspectiva es importante no confundir “modo de producción” –una ca- “Donde los miembros de la comunidad han adquirido ya, como propietarios priva-
tegoría que opera como modelo analítico– con “formación social”, concepto que dos, existencia separada de su existencia colectiva como comunidad urbana y
se refiere a cada una de las sociedades históricamente existentes, y que permite propietarios del territorio urbano, surgen condiciones que permiten que el indivi-
dar cuenta de la variedad de los procesos concretos. duo pierda su propiedad, o sea, la doble relación que hace de él, al mismo tiempo,
El paso de un modo de producción a otro estaría dado por etapas de “transi- un ciudadano con igual situación social, un miembro de la comunidad y un propie-
ción”, durante las cuales coexistirían las nuevas relaciones sociales que se van crean- tario […] La esclavitud […] es siempre secundaria, nunca primaria, aunque cons-
do, con las propias del estadio anterior, que no habrían terminado de destruirse. tituya el necesario y lógico resultado de la propiedad basada en la comunidad y en
Habría pues, según el momento del proceso, un modo de producción dominante y el trabajo de la comunidad” (Marx, 1973) .
otro secundario.
Marx estudió especialmente la transición del modo de producción feudal al ca- Es decir, que en el seno del modo de producción antiguo se gestaría el modo de
pitalista, y se involucró personalmente en la lucha por el socialismo, concebido como producción esclavista, en el cual quedaría subsumido.
prólogo a una futura sociedad comunista. Su interés en el mundo antiguo La transición desde el esclavismo antiguo, un largo proceso de destrucción y de
grecorromano fue motivado sobre todo en tanto que formaba parte de aquel proce- construcción de nuevas relaciones sociales de producción –apenas esbozado– lle-
so histórico. varía a la sociedad feudal.
En Grecia y Roma antiguas identificó al que denominó “modo de producción
antiguo”.27 Según su planteo, la ciudad con su territorio adyacente es el todo eco- Después de la muerte de Marx y Engels, las corrientes “revisionistas” –tanto des-
nómico y constituye el centro de la población rural; la tierra, la superficie cultivada, de la vertiente economicista como desde la cientificista– se alejaron del pensamiento
aparece como el territorio de la ciudad. de los fundadores y lo privaron de su riqueza original.
La comunidad, formada por grupos de parentesco, se basa en el hecho de que Cuando posteriormente a la Revolución de 1917 el materialismo histórico se trans-
sus miembros son propietarios de tierra: pequeños campesinos cultivadores, cuya formó en una doctrina vinculada directamente a la legitimación del estado soviéti-
independencia reside en su relación mutua como miembros de esa comunidad, en co y del accionar del partido único, sus interpretaciones formaron parte de una
la protección del ager publicus, la tierra común, separada de la propiedad privada. doctrina oficial y dogmática. Algunas afirmaciones contribuyeron a distorsionar la
Para la defensa, la comunidad se organiza como fuerza militar: la guerra, que interpretación de fenómenos históricos, como la errónea identificación del mundo
permite conservar y adquirir la propiedad, es una de las condiciones de su existen- micénico con un supuesto caso de modo de producción esclavista; otras fueron
cia como conjunto de propietarios libres e iguales. Surgen así condiciones para la manipuladas al servicio de intereses políticos.
aparición del Estado, que es la relación entre aquellos, su unión contra el mundo Uno de los ejemplos más toscos lo constituye la “Teoría de los cinco estadios” –
exterior y al mismo tiempo su protección. hoy totalmente desacreditada– concepción del proceso histórico formulada en la
Ser miembro de la comunidad sigue siendo la condición previa para la apropia- época del “stalinismo”, que formó parte de la doctrina oficial vigente en la entonces
ción de tierra, pero cada miembro es un propietario privado a la vez que miembro Unión Soviética.
del Estado.
Cuando queda construida la ciudad de Roma y sus tierras circundantes cultiva-
das por los ciudadanos, las condiciones de la comunidad son diferentes: antes, el 7.1. Algunos aportes y problemas
objeto de la comunidad había sido la producción de los individuos que la consti- El concepto de “clase social” –que surge de análisis efectuados por Marx sobre
tuían como propietarios. Pero cuando el aumento de población exige ampliar la la sociedad inglesa o francesa de mediados del S. XIX, en plena época de las lu-
cantidad de tierra que posee cada individuo, se desarrollan las guerras de conquista, chas político-sociales de la revolución industrial– es un importante aporte teórico al
que producen la captura del hombre mismo junto con la tierra y conducen a la es- análisis histórico.
clavitud –una de las condiciones de la producción– y al surgimiento de los patricios, No obstante, su utilización para el mundo antiguo plantea una serie de dificulta-

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des para no caer en anacronismos, dado que nos enfrentamos con épocas en que Este punto de vista le permite abordar su estudio desde la dimensión de las re-
los criterios de pertenencia de los seres humanos a cada uno de los sectores laciones sociales y económicas que ubica en un nivel de profundidad mayor que el
identificables de la sociedad eran otros y los conflictos entre aquellos se daban en de las políticas o institucionales. Al mismo tiempo le posibilita establecer relacio-
otros términos. nes entre unas y otras, considerando la complejidad de las contradicciones inter-
En el caso específico de los esclavos, resulta particularmente problemático con- nas como el motor de los cambios sociales que se expresan luego en el orden po-
siderarlos una “clase”, dada su peculiar inserción en la sociedad antigua. Por otra lítico-institucional y en las manifestaciones culturales en general. Así, para Anderson
parte, sabemos hoy que las palabras griegas o latinas (doulos, servus) equivalen- “[…] el solsticio de la cultura urbana clásica siempre presenció también el cenit de la
tes a esclavo, encierran diversas significaciones según las épocas y el contexto en esclavitud, y la decadencia de la primera […] se caracterizó invariablemente por la
el que se utilicen. Tampoco es posible hoy –dado el avance del conocimiento histó- reducción de la segunda” (Anderson, 1995:10-22).28
rico– suponer que el esclavismo se haya dado en todas las áreas del mundo
grecorromano. Nos extenderemos en esta cuestión al tratar la problemática de su
abordaje. 8. Los estudios históricos contemporáneos en el área específica
En cuanto al concepto de “revolución social”, es sumamente discutible que pue- de las sociedades antiguas nacidas en torno al Mar Mediterráneo
da ser utilizado válidamente en nuestra área de trabajo y podría llevar a notables Desde el último tercio del S. XIX, el auge de la arqueología en el área mediterrá-
dis-torsiones en la interpretación histórica. nea –ya reseñado– ha llevado a trasladar muchos siglos hacia atrás el comienzo de
El proceso de transición del esclavismo al feudalismo –la otra transición– ha sido la historia del mundo griego.
objeto de análisis mucho más recientes, realizados después de mediados del S. En el caso de la sociedad micénica, las tablillas en Lineal B –que habían sido
XX por cientistas sociales e historiadores profesionales que emplean al materialis- halladas por los arqueólogos en los archivos palaciales– fueron descifradas en 1952
mo histórico como metodología de análisis. Citamos al respecto a Perry Anderson por Chadwick y Ventries, lo que puso a la luz toda una organización del poder y de
(1995), dentro de la corriente crítica del marxismo inglés y en el campo de la la sociedad diferentes a lo entonces conocido en el área y permitió detectar en un
historiografía francesa, a Pierre Dockés y Pierre Bonnassie (1993). No obstante, un remoto pasado múltiples intercambios con el Cercano Oriente.
análisis completo de ese proceso excedería los límites de este trabajo y tocaría te- Ello llevó también a situar diferentemente en el tiempo y leer de otra manera a las
máticas de la materia Sociedades Medievales, que estudia el proceso de forma- más antiguas fuentes literarias, tales como los poemas homéricos.
ción y desestructuración del sistema feudal. Además nos llevaría a hacer centro en
un espacio geográfico un poco diferente, cuyo eje se desplaza hacia el norte y el Otro tanto se podría señalar al respecto del caso romano: las excavaciones en el
oeste del antiguo mundo mediterráneo. Lacio y en otras áreas de la Península Itálica, mostraron, entre otras cosas, unos tiem-
pos “primitivos” mucho más complejos que lo que se había pensado hasta el S. XIX.
La sociedad antigua es observada por Anderson desde lo que denomina “la base La tradición romana está muy vinculada a los registros histórico-literarios del pa-
social de la relación entre ciudad y campo que se estableció en su interior”. Considera triciado y de los hombres que ejercieron directamente el poder en la Roma republi-
que “la Antigüedad constituyó un universo centrado en las ciudades […] La filosofía, la cana e imperial. La arqueología y la crítica de esa tradición literaria contribuyeron a
ciencia, la poesía, la historia, la arquitectura, la escultura, el derecho, la administración, problematizar la historia del mundo romano, y a “despegarse” de lecturas casi lite-
la moneda, los impuestos, el sufragio, los debates, el alistamiento militar: todo eso sur- rales de los relatos míticos de la Roma primitiva, en los que cronistas e historiadores
gió y se desarrolló hasta unos niveles de fuerza y de complejidad inigualados”. Pero lo habían creído identificar el pasado remoto de la Urbs, interpretación condicionada
importante es que al mismo tiempo esto constituyó “un friso de civilización ciudada- por la necesidad de legitimar el poder en la República tardía o en el Principado de
na”, una suerte de fachada, dado que “tras esa cultura y ese sistema político urbanos Augusto.
no existía ninguna economía urbana que pudiera medirse con ellos. Al contrario, la ri-
queza material que sostenía su vitalidad intelectual y cívica procedía en su inmensa La relectura crítica de los textos griegos y latinos tradicionalmente considerados
mayoría del campo”. El trabajo agrícola estaba sostenido mayoritariamente por el fuentes para la historia, está también vinculada en nuestros días con los avances de
modo de producción esclavista, “[…] la invención decisiva del mundo grecorromano los estudios lingüísticos y el análisis del discurso historiográfico. Ya no se buscan tan-
y lo que proporcionó la base última tanto de sus realizaciones como de su eclipse”. to las referencias a los “hechos reales”, sino las significaciones de esos textos y las

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representaciones simbólicas generadas, puestas en circulación y transmitidas como Se van delineando nuevas imágenes del antiguo mundo mediterráneo:
memoria histórica en el seno de la sociedad que los produjo. Cobran interés las • Los tiempos clásicos son sólo períodos más o menos breves, más complejos
relecturas y apropiaciones realizadas por esa misma sociedad en sucesivas etapas, que lo que se había pensado hasta entonces, que encierran contradicciones que
así como su recepción por otras sociedades que le sucedieron en el tiempo. los someten a la inestabilidad; mientras tanto, se revaloriza el interés historiográfico
por las etapas arcaicas y las épocas de crisis, tales como el S. IV en el mundo grie-
Ya en el S. XX, los avances en el estudio de los mitos, analizados desde la antro- go, o las finales del Imperio Romano.
pología y desde los estudios socioculturales, han llevado a su relectura y a situarlos • Se avanza en la percepción de las diversidades regionales, mucho tiempo
en relación con la sociedad que los elaboró, que los conservó en su memoria colec- opacadas bajo los marcos político-administrativos que expresan la unidad imperial.
tiva y que recurrió a ellos en el transcurso de su proceso histórico. Un ejemplo lo • Se perciben otras diversidades y alteridades, vinculadas a los sectores subal-
constituyen los mitos fundacionales, como el relato de los orígenes de Roma. ternos o marginales de la sociedad, que se intentan rastrear más allá de los testi-
La mirada antropológica sobre aquel pasado, descubre en él muchos rasgos monios surgidos predominantemente de los miembros de los sectores dirigentes.
“primitivos”, casi “salvajes”, opuestos o diferentes de los arquetipos clásicos, como
se advierte en los estudios sobre la agogé espartana o los análisis realizados por
Jean-Pierre Vernant y Pierre Vidal-Naquet.29 8.1. Algunos aportes de Moses Finley
Para el caso romano, también son relevantes las investigaciones de los mitos Finley llegó a esta área de estudios no desde las letras clásicas y la filología –
indoeuropeos realizadas por Georges Dumézil y sus análisis comparativos entre los como era entonces habitual– sino desde una sólida formación profesional como his-
romanos y los de la antigua India. toriador. Su intensa participación en los ámbitos de debate de los años ‘30 –en gran
medida fuera de las aulas universitarias– le posibilitó sus primeros contactos con la
La obra de Moses Finley30 está más ligada a la influencia de la Sociología, espe- sociología de Max Weber, con la obra de Carlos Marx y con la de historiadores como
cialmente al pensamiento de Max Weber.31 Dada su incidencia en la investigación Henri Pirenne y Marc Bloch, autores entonces ajenos al interés de la mayor parte de
y en el replanteo de los estudios sobre el mundo antiguo, nos referiremos más los especialistas en el mundo antiguo grecorromano.
específicamente a aquella. Ya graduado, colaboró en Columbia con el Instituto de la Investigación Social
Desde un ángulo de observación que lleva a un planteo interdisciplinario, dirá (de la Escuela de Frankfurt), dirigido por Max Horkheimer, cuyos miembros habían
Karl Polanyi que la economía en el mundo antiguo está “integrada”, “engastada” emigrado desde la Alemania nazi. Esta tarea lo acercó a la tradición de la izquierda
en la sociedad y no puede ser percibida –no la percibieron los antiguos– como una alemana y a debates entonces poco corrientes entre historiadores, relacionados
esfera relativamente autónoma, despejada del conjunto social, como sería vista con la filosofía de la historia, la metodología de la investigación y los conceptos
mucho más tarde en tiempos del capitalismo. instrumentales para el análisis histórico.
Ante las conmociones sociales y políticas que han caracterizado gran parte del En el difícil contexto de la crisis de los años ‘30 y de los conflictos político-socia-
S. XX, la conflictividad social –escondida detrás de la categoría del polités o del les conexos, compartió algunos principios fundamentales del pensamiento del Ins-
ciudadano romano– se convierte en objeto de indagación. La discusión sobre los tituto, entre ellos:
alcances y limitaciones del uso del concepto de clase social en el mundo antiguo • la sociedad vista como un todo interrelacionado, con estrechas conexiones entre
es parte de esta problemática. las relaciones económicas y sociales, y las expresiones ideológico-culturales;
El fenómeno de la esclavitud (despreciado por los escritores clásicos y desesti- • el rechazo de las posiciones ortodoxas del marxismo dogmático y de su con-
mado por los historiadores modernos hasta bien entrado el S. XX) se constituye en cepción simplista de la relación entre las bases materiales y la “superestructura”
un tema ineludible. El análisis se hace más fino, se definen más precisamente los ideológica;
conceptos y categorías de trabajo, y se descubre –a través del estudio del lenguaje • el análisis holístico de la sociedad, a través de un acercamiento interdisciplinario;
de los textos antiguos– la existencia de diferentes formas de sujeción personal y de • el compromiso del intelectual con la acción, capaz de producir cambios en la
trabajo dependiente, esclavistas y no esclavistas. Es especialmente sugerente el sociedad.
aporte realizado por Finley (1982; 1984).32 También se han ocupado de ello los his-
toriadores vinculados a corrientes estructuralistas y al materialismo histórico.

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Después de la segunda guerra mundial, se hace notable en su análisis social la Notas
influencia de Max Weber. Así rechaza la concepción marxista de “clase” y en su lu-
gar da prioridad a los conceptos de “orden” y “status”. En lo metodológico, utiliza
el “tipo ideal” como herramienta, acompañándolo de una abundante ejemplificación
histórica, en una línea de análisis que le lleva a vincular lo típico con lo particular. Así
por ejemplo, retoma el concepto de “ciudad antigua” (que Weber había caracteri-
zado como “ciudad de consumo”, claramente diferenciada de la ciudad medieval
y de la ciudad industrial). Lo coloca en el marco significativo de la economía de la
Antigüedad y lo transforma en un instrumento de análisis que permite aproximarse 1. Esa admiración por la Antigüedad estuvo orien- glés que obtuvo del gobierno otomano la autori-
a las especificidades del mundo grecorromano (Finley, 1984). tada especialmente hacia los restos artísticos ro- zación para retirar y llevar a Londres –como re-
manos, muy numerosos en Italia, y a la restitu- cuerdos personales– numerosas esculturas del
Una problemática central en su labor de investigación y renovación de los estu-
ción de los manuscritos de las obras literarias la- Partenón, inclusive los frisos de Fidias, así como
dios históricos fue la economía de la Antigüedad, a la que entendió como una cues-
tinas. El estudio de los manuscritos en griego fue bajorrelieves y frisos del templo de Atenea Niké
tión fundamentalmente social. El concepto de la economía “engastada”, fijada en un poco más tardío. en la Acrópolis de Atenas. Todos ellos fueron
lo social –propio del planteo de Karl Polanyi– es especialmente notable en sus con- 2. J.J. Winckelmann (1717-1768) fue uno de los luego vendidos al British Museum, donde perma-
sideraciones sobre el mundo homérico, pero está presente en todo su análisis del precursores de la arqueología y de la historia del necen actualmente a pesar de los reclamos del
mundo grecorromano. La influencia creciente de su obra La economía de la Anti- arte. Según sus ideas estéticas, en el arte greco- gobierno griego.
rromano se manifestaría un ideal de Belleza uni- 5. Los debates que las opusieron en el S. XIX,
güedad permitió, a fines de los ‘70 y durante los ‘80, introducir como temas de in-
versal e inmutable, caracterizado por la medida, tuvieron como trasfondo la discusión acerca de
vestigación de un importante grupo de los historiadores del área, a aquellas cues-
la serenidad y el equilibrio. Esta concepción –vin- la naturaleza de la interpretación en historia, en
tiones que él venía planteando desde mucho antes (Finley, 1982; 2003) culada a una filosofía esencialista– descansa particular la relación que se establece entre los
Sus trabajos historiográficos muestran un preciso conocimiento y manejo crítico sobre un preconcepto ideológico: la existencia hechos y el sentido. En el S. XX, los avances de
de las fuentes antiguas, tanto las arqueológicas como las literarias en el más am- de modelos estéticos estáticos, construidos de la lingüística y la evolución de ambas disciplinas,
plio sentido. Los planteos trascienden el mero dato y buscan hacer luz tanto sobre una vez para siempre, considerados paradigmas han modificado el panorama.
la cuestión particular que está analizando, como sobre la problemática del aborda- a partir de los cuales juzgar otras realizaciones Actualmente, la labor hermenéutica ya no es
artísticas. De esta manera, no se asume la rea- reconstruir el sentido original de una obra indivi-
je de la sociedad que estudia, concebida como una totalidad. Rastrea en sus múl-
lidad del cambio histórico ni se comprende el arte dual “[…] sino comprender la ‘historia’ del sen-
tiples vinculaciones, la producción y distribución de los bienes, las relaciones so- en relación con su referente social y temporal. tido (la tradición en que las obras son produci-
ciales y el poder en sus diversas manifestaciones institucionales. La cultura es en- Esos supuestos, afirmados en la tradición del das y recibidas) la que se impone al intérprete”.
tendida como parte de ese conjunto, y como una entidad de naturaleza ella misma, pensamiento alemán de fines del S. XIX y de la Una tendencia común a las investigaciones his-
histórica, ligada a su tiempo. En el análisis de las fuentes literarias, detecta distin- primera parte del S. XX, formaron parte de una tóricas y filológicas es la de “[…] reinterpretar la
tas formas de manipulación ideológica y control social que ellas encierran. concepción totalizante de la realidad, y contri- construcción sintética que es el hecho histórico
buyeron a respaldar proyectos conservadores e […] como restitución de una realidad preexisten-
Entre otras temáticas de su obra señalamos también la civilización micénica y su
inclusive reaccionarios en lo político-social. te, convirtiéndose el hecho histórico o bien en
“economía de palacio”; los tiempos homéricos; la revalorización de las etapas ar-
3. Las primeras excavaciones en Pompeya fue- testimonio de una estructura de sentido dado, o
caicas; la comunidad cívica, el poder y la política en la ciudad-estado griega y ro- ron realizadas entre 1748 y 1763 por un ingenie- bien en elemento de una sucesión causal. Una
mana; el problema de la esclavitud y de otras formas de trabajo dependiente en el ro al servicio del rey de Nápoles, Carlos VII de filología que mantiene la comprensión del senti-
mundo antiguo. Borbón (más tarde Carlos III de España); pero do de las obras como individualidad […] no pue-
No prestó ninguna atención, en cambio, al campo de los estudios del género su investigación sistemática comenzó recién a de considerar tal operación más que una etapa
partir de 1860 y aún hoy no ha concluido. metodológica necesaria y no como el redescu-
que se estaba abriendo entre los historiadores hacia la década del ‘70; más aún:
4. El entusiasmo por el arte clásico derivó –en brimiento de una realidad primera” (cfr.: Judet de
las mujeres como colectivo social están casi ausentes de su obra.
numerosos casos– hacia diferentes modalidades la Combe, “Filología e Historia”, en: Burguière,
de saqueo de los tesoros artísticos. Para citar 2005:302-306).
sólo un ejemplo, a comienzos del S. XIX se hizo 6. Theodor Mommsen (1817-1903), historiador y
famoso el caso de Lord Elgin, el embajador in- político alemán, seguidor de la escuela de Leopold

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von Ranke (1795-1886) en el planteo de preten- logo alemán autodidacta. Se instaló en Grecia a de Grecia, muy renombrada aun después de su francés, que sucedió a Lucien Febvre en la di-
der referirse a los hechos históricos “tal como su- partir de 1868, con el propósito de ubicar los si- tiempo. Inició las excavaciones arqueológicas en rección de la Escuela de los Annales y en la
cedieron” y de utilizar la metodología crítico- tios descriptos en los poemas homéricos. Desti- Olimpia (1875-1881). orientación de la revista (1956-1968). Desarrolló
filológica para el análisis, la recopilación y la pu- nó a esa tarea la considerable fortuna obtenida 16. Entre otros, los trabajos de Carl Humann, in- una notable carrera académica en el Collège de
blicación de fuentes. Se especializó en la historia con anterioridad en el comercio. Realizó geniero de profesión, quien desenterró el altar de France y en la École Pratique des Hautes Études
de Roma, tema de su principal obra, la Römische excavaciones en Hissarlik, presunto emplaza- Pérgamo y lo trasladó al Museo de Berlín. de París.
Geschichte (1854-85), por la cual obtuvo en 1902 miento de Troya (1870), Micenas (1874), Orcó- 17. Carl Blegen. Arqueólogo estadounidense, que Su obra principal es La Méditerranée et le mon-
el Premio Nóbel de Literatura. Tuvo una impor- meno (1880), Tirinto (1884). Cometió diversos trabajó en Hissarlik a partir de 1932, utilizando de méditerranéen à l‘époque de Philippe II (El Me-
tante participación en la recopilación de fuentes errores en la metodología de trabajo y en la inter- criterios y metodología rigurosamente científicos diterráneo y el mundo mediterráneo en la época
para la investigación histórica, como director del pretación de los testimonios arqueológicos, en y profesionales. Avanzó en el análisis de los ni- de Felipe II), su tesis doctoral, en la cual plantea
Corpus Inscriptionem Latinarum y colaborador en los que su torpeza produjo destrucciones irrepa- veles estratigráficos e intentó nuevamente iden- los diferentes niveles del tiempo histórico.
la edición de los Monumenta Germaniae Histo- rables, a pesar de lo cual su labor abrió caminos tificar la Troya homérica. 24. Para una reseña crítica ver Fontana, 1982:
rica, correspondientes a los tiempos medievales. a la arqueología y fue especialmente valiosa para 18. Manfred Korfmann. Arqueólogo alemán, di- 202-211). Para una explicación accesible de la
7. Ver: “La construcción historiográfica del Cer- el conocimiento de la sociedad micénica. rector de un equipo internacional de investiga- problemática del tiempo ver Trepat; Comes,
cano Oriente antiguo”, de Nélida Diburzi y Fabiana 12. Wilhelm Döerpfeld. Arquitecto alemán y cola- dores, que hacia finales del S. XX, apoyado por (1998). Para precisar los conceptos de estructu-
Alonso, en este mismo Tomo. borador de Schliemann, continuó desde 1893 las tecnología de alto nivel, encaró la investigación ra y coyuntura ver Vilar, (1980).
8. Etnología es la denominación más usada por excavaciones iniciadas por aquél. Identificó nue- arqueológica en Hissarlik, enfocándola no a par- 25. Carlos Marx (1818-1883) y Friedrich Engels
antropólogos franceses para referirse a la Antro- ve niveles en la estratigrafía del sitio arqueológico tir de la Ilíada, sino desde el punto de vista de la (1820-1895) fueron los fundadores del materia-
pología. y planteó una interpretación diferente en cuanto Prehistoria, en un área de cruce de culturas. lismo histórico.
9. Vernant asumió un fuerte compromiso como a la identificación entre ellos de la Troya homérica. 19. Señala Finley que al avanzar en el análisis 26. En el “Prefacio” a la Crítica de la economía
intelectual frente a la sociedad, que no sólo se 13. Arthur Evans (1851-1941). Erudito y arqueó- del proceso histórico antiguo “[…] aparecerán política (1859), Marx bosquejó lo que denominó
planteó en términos académicos, sino que tam- logo inglés. Después de haber participado en variaciones más importantes junto a continuida- “modo de producción asiático”, categoría que ha
bién se volcó a la práctica política aunque dife- excavaciones en diversos sitios de Europa, diri- des sustanciales, que se harán más evidentes y dado lugar a numerosas discusiones. Por otra
renciando claramente ambos campos. Al respec- gió durante muchos años los trabajos arqueoló- significativas gracias a la comparación grecorro- parte, no precisó todos los modos de producción.
to, ver Vernant, P. (2002), Entre mito y política, gicos en Cnosos, en los que utilizó su fortuna mana, que si se estrechase el campo de obser- En las Formen habla de las relaciones del hom-
México, FCE. familiar. No obstante diversas objeciones que se vación a una u otra” (Finley, 1986:24-38). bre con la tierra, a la que llama “el gran laborato-
10. Pierre Vidal-Naquet (1930-2006). Historiador le han hecho –por ejemplo en cuanto a las res- 20. Ver crítica al concepto de “romanitas” en rio” que proporciona los medios y materiales de
francés que ha realizado importantes aportes a tauraciones realizadas con criterios muy discuti- Zurutuza (1992). trabajo y considera que la propiedad adopta di-
la renovación de los estudios de la Antigüedad bles– su labor ha sido fundamental para el co- 21. Cabe objetar el criterio de la traducción que ferentes formas, según las condiciones de pro-
griega. La experiencia de su adolescencia –la de- nocimiento de la sociedad minoica. usa el calificativo “indígena” para señalar a los ducción, como las de la comunidad primitiva, las
tención y ejecución de sus padres en Auschwitz– 14. La Escuela Francesa de Atenas, dirigida por fenómenos socioculturales propios de las diver- asiáticas o las germánicas, diferenciadas neta-
pesó en su compromiso público, en la denuncia Théophille Homolle, se encargó de la excavación sas regiones del Imperio. mente de las griegas y romanas.
contra la guerra de Argel y la tortura, así como –entre 1892 a 1903– del sitio arqueológico de 22. Sugerimos observar especialmente los ma- 27. Marx presta más atención al caso romano que
contra los intentos de negar el exterminio en los Delfos, uno de los más ricos de Grecia. pas que representan el proceso –a la vez histó- al griego. Al referirse a la antigua Roma, cita a
campos de concentración. En lo académico son 15. Ernst Curtius (1814-1896). Historiador y eru- rico y espacial– de la conquista y la expansión menudo al historiador, filólogo y erudito sueco
muy importantes sus trabajos con Vernant. dito alemán. Publicó muchos estudios sobre la territorial romanas. Barthold Niebuhr (1776-1831), autor de una
11.Heinrich Schliemann (1822-1890). Arqueó- civilización griega y particularmente una Historia 23. Fernand Braudel (1902-1985), historiador Römische Geschichte (Historia de Roma) publi-

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cada entre 1811 y 1832. En sus cursos en la grecorromano, uno de los más notables del área
Universidad de Berlín, aplicó el método filológico durante el S. XX. Se graduó en Derecho en la
a su análisis crítico de la historia de Tito Livio, cuya Universidad de Columbia, donde luego se inició
autoridad cuestionó. La obra de Niebuhr, si bien como ayudante de investigación en la cátedra de
importante en su tiempo, resulta hoy ampliamen- Derecho Romano y se doctoró en Historia. A par-
te superada por la investigación histórica. tir de 1948 ejerció la docencia en la Universidad
28. Para ampliar la información sobre esta co- Rutgers (New Jersey), lo que le permitió participar
rriente en la interpretación del mundo antiguo ver regularmente del seminario de historia de la eco-
Bourdé y Martín (1992:187-210), Pagés (1983: nomía dictado en Columbia por Karl Polanyi.
269-304). Realizó una fructífera tarea en la difusión al gran
29. Ya se ha hecho referencia al respecto al plan- público de su visión holística y crítica del mundo
tear el amplio campo de colaboración entre los antiguo. Su interés en cuestiones político-socia-
historiadores y la Antropología, que ha abierto les y su concepción de la historia, le valieron ser
perspectivas antes no exploradas y ha dado lugar incluido en la campaña persecutoria desatada
a numerosos trabajos. Entre ellos pueden seña- por el senador Mc Carthy, por lo cual a partir de
larse los estudios de Vernant sobre los mitos (como 1954 se instaló en Gran Bretaña, donde com-
El cazador negro. Formas de pensamiento y for- pletó su carrera académica en la Universidad de
mas de sociedad en el mundo griego) y los prove- Cambridge.
nientes de su colaboración con Vidal-Naquet Para mayores referencias acerca de su obra,
(como Mito y tragedia en la Grecia antigua, en sus véase: Morris, I. (1998) “Prólogo”, en Finley (2003);
dos volúmenes). Resulta especialmente sugerente Shaw y Saller (1984:11-32).
la obra de Nicole Loraux, a la que nos referiremos 31. Max Weber (1864-1930): sociólogo alemán,
al tratar los estudios del género y el valor de los uno de los fundadores de la Sociología como
mitos como fuente histórica. ciencia.
30. Moses Finley (1912-1988): historiador estado- 32. Otras referencias al respecto en: Austin y Vidal-
unidense especializado en el mundo antiguo Naquet (1986).

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