8 consejos para mejorar la comprensión de lectura
Publicado el:: 26-01-2015
¿No entiendes lo que lees? Evita ese problema, te damos algunos consejos para mejorar tu
comprensión de lectura.
Leer es un hábito que debemos adquirir todos, ya que trae muchos beneficios. Además al
ingresar a la universidad nos veremos obligados a leer gran cantidad de información, la cual nos
ayudará a entender algunos temas de las asignaturas. Debes estar preparado para ese momento.
Es necesario tener velocidad en la lectura, pero también es indispensable que la
comprendas. Te damos algunos consejos para mejorar tu comprensión de lectura.
1. Lee: Leer constantemente es importantísimo. Debes practicar para que poco a poco
mejores la comprensión. Te recomendamos que leas temas que te interesen, así no te aburres y
terminar el libro.
2. Lenguaje: Comienza a leer textos sencillos con un vocabulario coloquial, luego lee
texto más especializado. Alterna la complejidad del lenguaje. De esta manera aumentarás
tu vocabulario y te acostumbrarás a diferentes textos.
3. Notas: Algunos libros son muy complejos, ya sea por la cantidad de personajes o datos
importantes que necesitas recordar para continuar leyendo. Es recomendable que hagas algunas
anotaciones, así podrás repasar los hechos que ya leíste .
4. Lee despacio: Para mejorar tu comprensión lectora, debes leer despacio cada línea.
Así te sentirás obligado a entender oración por oración.
5. Pausas: Haz una pausa cada párrafo, para continuar tu lectura. Analiza lo leído para
asegurarte que lo entendiste.
6. Tranquilidad: Es necesario que leas en un lugar tranquilo para que
puedas concentrarte. Toda tu atención debe estar en la lectura. Lee en silencio y sentado, disfruta
lo que lees así es más fácil comprenderla.
7. Preguntas: Cuando termines de leer, debes realizarte preguntas sobre el entorno del
texto. La idea es que recuerdes lo sucedido. Así podrás darte cuenta si la comprendiste.
8. Diccionario: Es importante tener un diccionario cada vez que leamos. Algunas veces
no conoceremos el significado de algunas palabras, por esa razón no podremos interpretar la
lectura de manera correcta. El diccionario te ayudará a saber el significado y además aprenderás
nuevas palabras.
Poco a poco y con la práctica comprenderás todos los textos a la perfección. Luego de lograr
comprenderlos, debes mejorar la velocidad de tu lectura. De esta manera podrás leer cualquier
libro sin ningún problema . ¡Disfruta el hábito de la lectura!
¿Por qué es necesaria la compresión?
La comprensión es la clave número 1 de la lectura rápida -aunque no lo creas-.
Piensa esto por un segundo: ¿cuánta importancia tiene leer rápido si al final tienes
que releer lo mismo varias veces para asimilarlo?
La clave es: No importa lo rápido que leas o lo concentrado que estés en la lectura. Si
no eres capaz de comprender y retener lo que lees, todo el esfuerzo
invertido es prácticamente inútil. Al final tendrás que leer el mismo material dos o
incluso tres veces.
El objetivo último de un lector ágil es el de poder adquirir conocimiento de forma
rápida y efectiva sin tener que repetir.
Para ello, una vez aprendes a leer con rapidez, tu siguiente objetivo debe ser el
de poner a trabajar tu mente y mejorar tu compresión.
Los 4 secretos que necesitas conocer para mejorar tu
comprensión
Son muchos los obstáculos que se interponen en la comprensión de un texto.
Desde el cansancio hasta maratones de horas intentando memorizar para un exámen,
pasando por que el autor, quizá, no lo ha explicado todo lo bien que se podría (lo que
suele pasar con más frecuencia de lo que crees).
En Lectura Ágil he tratado múltiples veces este problema, incluso cómo leer material
aburrido, algo que aterroriza a cualquier estudiante.
Sin embargo, hay unas claves esenciales que si sigues cada vez que abordas un libro
nuevo, te ayudarán enormemente a mejorar tu comprensión del mismo.
¡Toma nota!
1. Identifica TU información relevante
Lo primero es saber identificar cuál es la información relevante para ti.
Dos personas diferentes con el mismo libro no tienen por qué compartir un mismo
objetivo a la hora de leer. Incluso una sola persona puede tener diferentes metas
releyendo un mismo texto.
Una primera lectura puede ser por placer (esto es, seguir la historia y familiarizarte
con el contexto y los personajes, disfrutando del ‘viaje’), mientras que la segunda es
profundizar en la lectura para hacer un análisis crítico posterior.
Si comparas ambos casos, lo que consideraríamos ‘información relevante’
varía.
Teniendo esto en cuenta, el primer paso debería ser SABER qué quieres obtener de la
lectura.
Ejemplos:
Si tienes que estudiar o preparar una lectura para un exámen de instituto,
es fácil ya que suelen tener una guía con las preguntas e información
importantes: personajes, trama, espacio temporal…
Si el trabajo es para la universidad, lo más probable es que la importancia
esté en los conceptos o dilemas que trata el libro, en un análisis del
periodo histórico del que data o, en el caso de un lingüista, en el lenguaje
que usa el autor.
Ante un libro de no-ficción, la importancia suele residir en las ideas o
bases que el autor desea transmitir, ya sea hablando de
productividad, bienestar personal o finanzas.
Una vez esto queda claro y has podido definir con precisión qué partes son las que
realmente te interesan, puedes pasar a la lectura.
Y si quieres profundizar más en este área, te recomiendo que leas cómo hacer
mejores preguntas mientras lees, para potenciar todavía más tu comprensión.
2. Analiza el formato
Este es un paso muy recomendable e ilustrador a la hora de abordar artículos, textos
académicos o casi cualquier tipo de libro de no-ficción.
Dedícale un momento a trabajar el aspecto visual:
¿Cómo está dividido el texto? ¿Tiene títulos y subtítulos? ¿Incluye una conclusión o
párrafo final? ¿Hay anotaciones o líneas subrayadas o en negrita que resaltan? ¿Usa
diferentes colores? ¿Está dividido en capítulos o secciones? ¿Cómo de amplio es?
El ‘formato’ del artículo o texto es algo muy importante que te puede facilitar mucho
la comprensión del mismo, sobre todo si estás leyendo a través del ordenador.
Ahora, prácticamente cualquier texto on-line tiene las ideas principales
subrayadas y está dividido de una forma ‘fácil de consumir’.
Con la cantidad de información que recibimos continuamente, los medios se han
adaptado para facilitar la adquisición de ideas, conceptos, etc. Úsalo a tu favor de dos
formas.
Primero, para coger las ideas generales del texto de un sólo
vistazo.
Eso te ayudará a crear un mapa mental e implementarlo en tu mente conforme
avanzas en la lectura (aquí tienes 3 pasos para implementar mapas mentales). Con
práctica y disciplina, lograrás hacerte una buena idea de lo que vas a leer con tan sólo
un vistazo, pudiendo adquirir y recordar ideas mucho más fácil.
Segundo, elimina la ‘paja’ o todo el contenido de adorno.
Muchos textos tratan sobre una misma idea y emplean párrafos y párrafos para
desarrollarla y, sobre todo, repetirla, asegurándose de que queda bien explicada.
A veces no es necesario leer un libro entero para entender los conceptos
principales, sobre todo si es un tema con el que estás familiarizado.
En ocasiones, leer por encima y profundizar en las partes clave es más que suficiente.
Ejemplo:
Quizá la introducción de un libro no te aporte mucho valor, pero con una
lectura rápida podrás fácilmente identificar, en la mayoría de los casos, los
intereses del autor y las ideas que se van a discutir. Esto puede ayudarte
enormemente a decidir si realmente merece la pena o no.
En el caso de un libro, puedes ir al índice de capítulos y echarles un vistazo
para ver si aquello que de verdad te interesa está ya resumido en partes
concretas.
3. Varía el ritmo cuando sea necesario
La mayoría de las personas creen que la lectura rápida consiste en ‘leer rápido’ y ya, y
cuanto más rápido mejor.
Uno de los grandes secretos que rara vez se menciona es que un buen lector sabe
cuándo es necesario acelerar y, más importante aún, cuándo es apropiado
descender el ritmo.
Como ya he mencionado, a veces hay páginas y páginas que tratan sobre lo mismo, y
que uno puede sencillamente leer por encima. Pero otras, el autor se detiene a
explicar algo nuevo en detalle, y ahí es donde uno debe saber bajar el ritmo y extraer
lo esencial.
Para ello, lo primero que debes saber es qué información es interesante o
relevante para ti, como ya he comentado en el punto 1.
Una vez hayas dado con ella, puedes dedicarle unos segundos adicionales para
subrayar, hacer anotaciones o sencillamente leer con más atención dicha parte,
asegurándote de que retienes la información.
Bonus: El truco más sencillo para saber si has comprendido un
texto
Hay muchas formas de comprobar si has comprendido un texto: exámenes,
resúmenes, preguntas tipo test, etc.
Sin embargo, existe un truco muy sencillo con el que puedes determinar si tu
comprensión está en el punto adecuado. Tan sencillo que te sorprenderá.
Y esto es…
Tienes que ser capaz de explicarle a un niño, con tus propias palabras, aquello
que acabas de leer. Sin florituras, palabras técnicas o largas explicaciones.
Está comprobado que enseñando a otros es la mejor forma de interiorizar
conocimiento y hacerlo ‘propio’, y el culmen de esta práctica es cuando uno tiene el
suficiente dominio como para explicarle a un niño de forma sencilla y adaptada,
cualquier tipo de información.
Eso demuestra no sólo la capacidad de síntesis de la persona, sino una adquisición
real del conocimiento. Por eso los grupos de estudio -organizados y serios- suelen ser
una gran idea.
4. Ejercita tu parte crítica
Para desarrollar una buena comprensión no sólo hay que entender lo que dicen las
letras.
El verdadero conocimiento se encuentra tras tu capacidad de reflexión,
análisis y crítica.
Lamentablemente, nuestro sistema educativo apenas hace énfasis en este aspecto,
razón por la que muchos lo consideran ‘innecesario’. Te piden que memorices sin
pararte dos veces a pensar o meditar sobre lo que dice el texto.
Este ejercicio no se aplica DURANTE la lectura, sino después, dándole espacio a tu
mente para crecer.
Cuando leas algo nuevo, ya sea académico o por placer, dedícale algo de tiempo a
ejercitar tu propio criterio.
Aquí van algunos tips:
¿Ha sido un tiempo bien invertido? ¿Has disfrutado de la lectura? ¿Has conseguido la
información que andabas buscando? ¿Se podría haber explicado de forma más
sencilla? ¿El autor ha pasado por encima algo que consideras más importante?
¿Difieres con lo que dice y por qué?
Dicen que las mejores respuestas se obtienen haciendo mejores preguntas. Este es un
ejercicio activo y probablemente el que más va a ayudar a tu capacidad de
comprensión.
Requiere, por supuesto, un esfuerzo extra por tu parte y los resultados son muy
favorables. Trabajando sobre diferentes ideas lograrás que tu mente sea una esponja
y absorba mejor otros conceptos.
Estas son las 4 claves que quería compartir contigo para que puedas mejorar
tu comprensión de forma pasiva durante la lectura (resaltando tu información
relevante) y activa, ejercitando la parte crítica de tu mente para desarrollar un
pensamiento independiente y único que favorezca de verdad tu comprensión.
Hay muchos otros mini-consejos que puedes aplicar, como buscar la mejor hora para
una concentración óptima o preparar el ambiente de lectura para que nada te
distraiga. Sin embargo, hoy quería enseñarte claves que se aplican directamente a la
lectura.
Si esto te deja con ganas de más; ganas de seguir mejorando y aprendiendo una
buena técnica de lectura, no dudes en descargar de forma gratuita la Guía
Definitiva de Lectura Rápida, donde encontrarás muchos trucos, consejos y
técnicas muy útiles.
¡Cuéntame en los comentarios cuáles son tus dificultades de comprensión cuando lees
para poder ayudarte más!