RESUMEN DE NUESTRA AMERICA - JOSE MARTI
En el texto el autor menciona que el aldeano le importa más el dinero y con eso ya
da por bueno una orden, que estos tiempos hay que dormir con las armas de
almohada , las armas del juicio y las trincheras de ideas que valen más que las de
piedra.
Los pueblos que no se conocen han de ser conocidos para pelear juntos con un
solo puño , ya no podemos ser el pueblo de hojas que vive en el aire , los árboles
formaran una sola fila, es hora de la marcha unida.
Los que se avergüenzan de nuestra América que piden fusil a los de norte
América que ahoga en sangre a sus indios, van de más a menos, arrastrando el
honor por suelos extranjeros.
Pero ¿en qué tierra puede tener un hombre más orgullo que en América? En
donde jamás en menos tiempo histórico se ha creado naciones tan adelantadas y
compactas.
La incapacidad no está en el país naciente sino en los que quieren regir en
pueblos originales.
El buen gobernante de América no debe saber hablar alemán o francés, sino
saber de qué elementos esta hecho su país y como puede ir guiándolos para
llegar aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y disfruta de la
abundancia de la naturaleza. El gobierno no es más que el equilibrio de los
elementos naturales del país.
Los hombres naturales han vencido a los letrados artificiales, el hombre natural es
bueno y acata y premia la inteligencia superior. Gobernante, en un pueblo nuevo,
quiere decir creador.
En las universidades se debe enseñar Lo rudimentario del arte de gobierno que es
el análisis de los elementos particulares de los pueblos de América. En la carrera
de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos
de la política. El premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino
para el mejor estudio de los factores del país en que vive. Conocer es resolver.
Conocer el país y gobernarlo conforme, al conocimiento, es el único modo de
liberarlo de tiranías . No hay Patria En que pueda tener el hombre mas orgullo que
en nuestras dolorosas repúblicas americanas.
Con el estandarte de la virgen salimos a la conquista de la libertad. América contra
España al general de España. El continente descoyuntado durante tres siglos para
un mando que negaba en derecho del hombre al ejercicio de su razón, entró
desatendiendo a los ignorantes. El problema de la independencia no era el cambio
de formas, sino el cambio de espíritu.
También el autor menciona en su texto que la colonia continuó viviendo en la
república; y nuestra América se está salvando de sus grandes yerros, de la
soberbia de las ciudades capitales, del triunfo ciego de los campesinos. La virtud
superior, abandona con sangre necesaria, de la república que lucha contra la
colonia.
Le está naciendo a América, en tiempos reales, el hombre real.
Martí menciona que es necesario unir fuerzas y lograr nuestra propia existencia
independiente como pueblos.
La necesidad de apegarse a las tradiciones culturales como medio de vincular los
valores y convertirlos en normas de conducta y de convivencia humana y social.
No hay odio de razas, porque no hay razas. El alma emana, igual y eterna, de los
cuerpos diversos en forma y en color.
………………………………………………………………………………………
El ensayo Nuestra América y el tiempo presente
En el mundo contemporáneo, las ideas de Martí son las de un continente que se
ha atrevido a desafiar lo que parecía imbatible. Como él nos aconsejó, hoy
buscamos afanosamente conocernos y juntarnos, y en esa tarea estamos. No es
nada fácil, y más bien es una vía llena de desencuentros y yerros, pero también de
hallazgos y alegrías.
El 30 de enero de 1891, José Martí publicó su ensayo Nuestra América en el
periódico mexicano El Partido Liberal. Se trata de un texto relativamente breve,
escrito en el lenguaje poético y metafórico propio de su época, que sin embargo
toca con precisión y claridad algunas de las características más representativas de
ese vasto territorio que, desde él, muchos llamamos Nuestra América.
La potente voz martiana, que nos llega desde las postrimerías del siglo XIX, sigue
siendo tan vigente hoy, que se ha hecho coincidir la fecha de publicación de este
ensayo con el día de la identidad latinoamericana, es decir, día de celebración y
reflexión sobre lo que somos.
Mucho y poco ha cambiado desde entonces. Poco, porque algunas de las
características de nuestras tierras, que Martí denuncia y proclama en su escrito,
siguen tan vigentes como entonces: la miopía pueblerina de quienes no pueden
dejar de anteponer sus mezquinos intereses al bien común; la presencia
avasallante del imperio norteamericano; la necesidad de la unidad nuestro
americana; la importancia de asumir la defensa de lo propio; el orgullo por las
características de nuestra cultura; la necesidad de conocer lo que somos y pensar
con cabeza propia; la urgencia por hacer causa común con los oprimidos. Pocas
veces se ha dicho tanto, de forma más hermosa y sintética.
Pero también han cambiado muchas cosas. Algunas de las más relevantes es
que, como nunca antes, incluyendo la época en la que Martí escribió su opúsculo,
en Nuestra América soplan vientos de renovación que, precisamente, toman en
cuenta ese espíritu martiano que llama a la unidad, al interés por los oprimidos, al
orgullo por lo que somos y su rescate.
No podía ser más pertinente, en este sentido, la celebración de la cumbre de la
CELAC en este aniversario, porque sobre ella gravitó el espíritu martiano. Es un
gesto simbólico que han puesto de relieve lo que se ha avanzado en los últimos
diez años al respecto, y que ha enervado a los que, por primera vez sintiéndose al
margen, ladran rabiosos desde el otro lado de la valla.
Pero, al sur del Río Bravo los pueblos despiertan. Algunos ya caminan, y otros
apenas se desperezan, o buscan como en sueños, el rumbo que trazara Martí: el
de pensarnos a nosotros mismos partiendo de nuestras propias condiciones
“naturales” (como él las llamaba), sin menospreciar pero justipreciando lo que se
hace y se piensa en otras partes, que con tanta frecuencia hemos seguido
acríticamente, y que tantas veces, también, nos han impuesto.
Los que despiertan o están despertando a la utopía martiana bregan en el mar de
la confusión que los “sietemesinos”, como les llamara Martí, construyen como
valladar para mantener mezquinos privilegios, las más de las veces enganchados
como furgón de cola del tren de los intereses foráneos. Tratan de ahogar las voces
nuevas, no tienen empacho en mentir y asustar, pero el tiempo que vivimos,
independientemente de los adelantos y los retrocesos, es en el que les ha llegado
su hora.
En el mundo contemporáneo, las ideas de Martí son las de un continente que se
ha atrevido a desafiar lo que parecía imbatible. Como él nos aconsejó, hoy
buscamos afanosamente conocernos y juntarnos, y en esa tarea estamos. No es
nada fácil, y más bien es una vía llena de desencuentros y yerros, pero también de
hallazgos y alegrías.
Nuestra América" es el título del ensayo escrito por el prócer de América:
José Martí, que aun y cuando fue publicado en la ciudad de México en el año de
1891, su contenido llega a nuestros días, sin perder el menor grado de vigencia.
José Martí, el padre, el escritor, el político y el abogado. Martí, el luchador por
causas nobles, nos vierte luz, en el camino que debemos seguir los
latinoamericanos, en el propósito de construir el continente-nación, en el que el ser
humano sea el centro, de todo proyecto político, económico y social.
José Martí, sentencia que los habitantes de los pueblos de América, deben de
conocerse los unos a los otros; alcanzar un grado de identidad y afinidad, para
luego convertirse en sujetos de su propia historia; y no, en instrumento y presa
fácil, a manos de poderes imperialistas. Esto seria posible, a través de la cultura,
sostuvo Martí, puesto que "los pueblos cultos son pueblos libres". Martí advirtió,
que la educación debe de estar orientada hacia la humanización. En este punto,
refutó a Domingo Faustino Sarmiento, en su obra Facundo o Civilización y
Barbarie, al decir: "No hay batalla entre civilización y barbarie, sino entre la falsa
erudición y la naturaleza. El hombre natural es bueno, y acata y premia la
inteligencia superior, mientras esta no se vale de su sumisión para dañarle o le
ofende prescindiendo de él, que es cosa que no perdona el hombre natural,
dispuesto a recobrar por la fuerza el respeto de quien le hiere la susceptibilidad o
le perjudica el interés"
Agregó además en su ensayo, que los gobernantes de cada uno de nuestros
pueblos, deben de conocer la realidad de sus países, para que de esta forma
logren dar las respuestas idóneas, a las diferentes problemáticas, sin tener que
importar soluciones ajenas.
Señaló la importancia de conocer "la historia y vida de los Incas al dedillo", por lo
que esto también aplicaría en conocer las más diversas formas de civilización que
existieron antes de la llegada de los españoles. ¿Acaso no tuvieron avanzados
métodos matemáticos y astronómicos los Mayas-Quiché, de forma no superada
por los europeos, antes del siglo XVI?
Martí, incentivó a construir un mejor continente, partiendo de nuestras raíces
ancestrales, con altura mental y en solidaridad con los demás continentes, de ahí,
la trascendencia universal del ensayo de "Nuestra América"