03 Discepola, Mónica (La Dirección de Actores en Cine)
03 Discepola, Mónica (La Dirección de Actores en Cine)
')
Introducción
"No creo que un director deba transformar al Dr. Jekill en Mr. Hyde, pero si el
actor no sabe hacerlo, el director debe darle la pócima para que se produzca el
cambio". (Ford, John, citado por Miralles, 2000: 147)
La dirección de actores: ¿método o búsqueda?
A lo largo del siglo XX, cine y teatro han tenido, respecto de la actuación,
algunas búsquedas comunes y otras divergentes. Si la actuación teatral ha reciclado su
historia, mezclado géneros, actualizado el rito, desestimado la búsqueda de lo
mimético, reformulado el concepto de verdad escénica; el cine ha profundizado
durante varias décadas el camino de una actuación que nos emocione, que nos haga
olvidar que es una ficción, que oculte los simulacros y nos haga sentir parte de la
escena.
Desde distintas propuestas teóricas y formales, que los actores resulten
"creíbles", ha sido un objetivo que la mayoria de los directores de cine y teatro han
tratado de conseguir. Pero que un actor sea "creíble" no es algo mensurable
objetivamente, y da lugar a muchas miradas, tanto desde la recepción como desde la
producción.
Existen estéticas, y sus consiguientes propuestas metodológicas, que relacionan
la credibilidad con la cercanía al referente, con la posibilidad de "reflejar" la realidad.
En general estas p�opuestas tienden a que no sean visibles los mecanismos de
construcción. Pero entonces "aparecen" otras preguntas: ¿qué es la realidad? ¿Es algo
pre-existente o es ella misma una construcción? ¿La realidad es observable a simple
vista o es aquello que existe y no podemos ver?
Estas preguntas dan lugar a otra concepción de la "credibilidad", que se
encontraría, para algunas miradas, como la de Peter Brook, en aquello que permite
hacer "visible lo invisible", donde los cuerpos nos remiten a otros cuerpos situados
culturalmente, desde lo metafórico, lo alegórico, desde lo instalado en el inconciente
colectivo.
Pero también dan lugar a otras propuestas, donde en lugar de buscar en lo
ausente, en lo inferido, se trabaja desde lo "sobre-expuesto", marcando el artificio,
desnudando el simulacro, y donde ya no es sujeto ni alegoría sino "prototipo social",
al decir de Bertolt Brecht.
Inevitablemente se pone también en juego el concepto de personaje: ¿El actor
desaparece y el personaje es lo único real? ¿El personaje desaparece para dejar solo al
hombre/actor?
Estas preguntas han circulado en el último siglo y han dado lugar a métodos,
sistemas, técnicas de actuación, fundamentales para posicionarse, estética e
ideológicamente en el acontecer teatral, pero que sin embargo, no han sido
determinantes a la hora de pensar la dirección de actores y la actuación en cine.
Directores excelentes en el trabajo con los actores, tienen cada uno su propia
manera, más ligada a su personalidad, a su experiencia en otras áreas artísticas, a su
historia de vida, etc., que a la adscripción a estéticas o métodos determinados.
Atravesados por su momento y lugar histórico (y todo lo que eso implica:
concepto de hombre, de cuerpo, de representación, de verosímil, de conflicto, etc.), es
el plus que se instala sobre eso: lo subjetivo, lo personal, lo intransferible; lo que los ,
hace grandes directores de actores.
Por esto es inútil que se busquen "recetas", no existe "la manera correcta" de
dirigir actores. Es como un baile entre dos, depende de la música, del acompañante,
de la sala de baile ...o es como enamorar a alguien ... ¿cómo hago para conseguir la
fórmula para enamorar? A algunos los enamora que les regalen flores; a otros que
uno se haga el indiferente ...
Cada director, en cada proyecto, con cada actor, deberá encontrar sus
propios mecanism�s, sus propias estrategias de dirección.
"(la dirección de actores) Es una cosa totalmente personal que implica ser
capaz de escuchar a los demás, entenderlos y entenderse a sí mismo" (Tirard,
2004:100)
Tal vez porque los tiempos de ensayos son muy reducidos y no llegue a
"instalarse" una metodología de trabajo en común, o porque el encuadre y el montaje
"completan" la actuación, o por lo inminente y efímero de lo buscado, en general, la
dirección de actores en cine, es más "acontecimiento" que resultado.
Entonces ... ¿no hay nada para enseñar? ¿No hay nada para aprender? ¿No hay
nada que sea un punto de partida?
Lo no negociable
Hacer cine es un trabajo de equipo, con roles bien definidos, y nada peor para
un proyecto que sus participantes no tengan con él un nivel de pertenencia potente.
Los actores generalmente llegan al proceso ya iniciado, y la primer tarea del
director será la de seducirlos, enamorarlos del proyecto. A menos que el director sea
tan importante como para que el actor quiera trabajar con él, (o se ofrezca un trato
conveniente económicamente) en la mayoría de los casos hay que apelar a las ganas,
la pasión, el entusiasmo. Ese es el primer vínculo entre actor y la película: el director
contando el proyecto, en una entrevista, con una llamada telefónica, tomando un café
en un bar.
Algunos directores, como Claude Sauset, creen que en el primer encuentro debe
hablarse de cualquier tema, menos de la película. Aún así, en esos encuentros el
director deberá conseguir que el actor confíe en él.
¿Por qué debería un actor confiar en un director al que no conoce? ¿Por qué
exponerse a quedar para siempre grabado o filmado en algo que no le gusta? ¿Por qué
tendrá que entregarse (la actuación es siempre un acto de entrega y exposición) ante
un grupo de desconocidos?
Por suerte los directores cuentan con una gran ventaja: a los actores les encanta
actuar. Pero también les encanta que los tengan en cuenta, que los cuiden.
En el cine, el actor tiene mucho menos registro que en el teatro de cómo va el
trabajo; es el director el que tiene una visión menos fragmentada, el que puede
evaluar una actuación dentro de la totalidad, porque puede ver el resultado en el
encuadre al momento de filmar y porque tiene en su cabeza la totalidad del guión y
por lo tanto de las transformaciones del personaje. El actor necesita confiar en la
palabra del director, en su opinión sobre una escena, o la manera de decir un texto.
Los actores, algunas veces, desconciertan a los directores con cosas que parecen
insignificantes, casi tontas: si dejo que el pañuelo asome por el bolsillo, si puedo
sentarme con las piernas cruzadas, si en esa escena puedo mirar hacia arriba ....
'7
Pero son esas cosas, casi mínimas las que, tal vez, dan al actor la seguridad que
necesita, o de dónde asirse para construir el personaje.
El modo de pensamiento y construcción de los actores no es igual que el de los
directores; generalmente, el de los primeros es más detallista, minucioso, a veces
obsesivo, y también algunas veces egocéntrico, sin posibilidad de mirar el conjunto, y
pudiendo solo preocuparse por sus propios temas. Y es asunto del director articular
todas esas individualidades, escuchar sus necesidades y también sus caprichos. A
cambio, contará con una sabiduría sobre el personaje que solo encuentra quien le ,
pone el cuerpo, quien le presta sus imágenes, su historia, sus experiencias sensoriales
y emocionales.
Para algunos directores, entender estas diferencias, es un proceso de
aprendizaje, como el caso de David Cronemberg:
"Al principio veía a los actores como a enemigos, porque me parecía que no
entendían la presión que yo estaba soportando, todos ellos parecían preocupados por
cómo tenían el pelo, el maquillaje y el vestuario, unas cosas, que por descontado, me
parecía totalmente banales. Pero con el tiempo comprendí que estaba equivocado.
Esas son sus herramientas y son tan importantes para ellos como son para mí la
cámara y las luces. Para un director lo que importa es el filme, para un actor es el
personaje. " (Tirard, 2004: 121)
Hay situaciones que son muy difíciles de resolver desde lo puramente racional,
escribiendo el guión sentado ante una computadora, y que se vuelven luminosas
cuando encuentran la mirada, el gesto, el tono, la acción que las contiene, o como
explica Oliver Stone:
"Hay cosas que, simplemente, no puedes escribir, como la manera que tiene un
actor de mirar a otro actor. Y esas pequeñas cosas, lo son todo en una película."
(Tirard, 2004:154)
Decíamos antes que los directores no tienen que enseñar a actuar a sus actores:
los actores ya vienen con su propia experiencia, metodología, modos y costumbres. A
algunos les gusta y necesitan ensayar, otros sienten que demasiado ensayo atenta
contra la frescura y la espontaneidad.
La postura adoptada en tomo a los ensayos es una de las diferencias con la
actuación en teatro; en teatro los ensayos permiten al actor encontrar mecanismos y
recursos para poder sostener una actuación orgánica durante muchas funciones, que
no se vacíe con el paso de los días; en el cine, es suficiente con que pueda sostenerlo
por unos minutos, unas horas en el peor de los casos.
Todo director de teatro ha sufrido intentando reeditar lo que salió en una
improvisación, en un ensayo: casi mágicamente, pasa algo luminoso, una energía
compartida, un fluir de réplicas, un entendimiento total.
Cuando el director intenta recuperarlo, resulta imposible. Es inútil conversar,
repasar lo que pasó, recordar los textos, los espacios, las acciones. Aunque se haga
todo igual, no es lo mismo. Hay algo del territorio de lo que acontece por primera
vez, de lo impredecible, de lo que es pura sorpresa y descubrimiento aún para los
actores.
Muchas veces en el teatro los meses de ensayo son un arduo y lento trabajo para
poder recuperar esos momentos misteriosos; y para que puedan recuperarse en cada
función de la manera más orgánica y "creíble" posible.
Tal vez este s�a el motivo de que existan directores de cine que prefieren no
ensayar antes del rodaje; y más aún, algunos evitan que los actores conozcan los
textos de antemano, se los entregan momentos de comenzar el rodaje, o, incluso, no
les hacen saber el desarrollo de la historia para que cada suceso, cada cambio de
dirección de los acontecimientos implique en el actor una reacción totalmente
espontánea.
Aún en estos casos extremos, que obedecen a una concepción de la actuación y
del personaje, o a una elección personal, sigue existiendo la dirección de actores;
porque sigue existiendo un vínculo construido, una relación de confianza, una
elección previa, un entendimiento dado desde otros lugares, que no sean sólo los
técnicos-metodológicos.
Q
Los vínculos a los que hacemos referencia, se instalan en diferentes niveles:
Director -Actor
Vínculo esencial y fundante, articulará todas las relaciones posteriores, definirá
el modo de trabajo, la coherencia y cohesión de las búsquedas, tanto en lo referido a
la poética del proyecto, como a las resoluciones prácticas y operativas. Los límites de
este vínculo, en muchas ocasiones deben ampliarse e incluir a todo el equipo.
Actor -Actor
La relación entre los actores tiene una entidad propia, de la que muchas veces,
no participa el director ni el equipo de rodaje. Los actores pueden conocerse de
trabajos anteriores o encontrarse en este proyecto por primera vez, pero siempre el
vínculo es muy potente, donde se comparte, desde la espera en los tiempos muertos,
hasta el contacto íntimo de las emociones y los cuerpos. Muchas veces los actores
crean sus propios códigos, sus propios guiños, hablan de la escena que están por
rodar, discuten acciones, acuerdan ayudas internas.
Construyen a s,u modo, en medio del caos de la filmación, las leyes de su propio
universo, intermediando entre el rodaje y la ficción. El director debe saber que hay
pequeñas cuestiones que solo involucran a los actores, y que esa complicidad que se
genera, puede ser un gran aporte para el trabajo.
Actor - Personaje
El vínculo actor- personaje ha sido investigado por los maestros de teatro de
todos los tiempos, y mas allá de las posiciones teóricas a las que pueda adscribir,
todos los actores saben que es allí donde empieza la actuación. Independientemente
de si lo construya como un otro o desde si mismo, de si apela a la observación
exterior o a las motivaciones internas, mas allá de cualquier definición filosófica o
metodológica sobre que cosa es un personaje, el actor comienza a trabajar en la
película cuando se encuentra con su personaje, y cuando intenta transformar en
cuerpo, las palabras y los silencios escritos en el guión.
Personaje - Personaje
Vínculo propio del universo ficcional, sostiene la trama argumental, da sentido
y resignifica las acciones y los textos.
1()
Dirigir: construir un puente
Existen directores que creen que lo actores se dirigen solos. Esto tal vez pueda
ser así cuando se trabaja con actores con mucha experiencia en cine, y con un talento
especial para saber, intuitivamente, qué es lo que tienen que hacer. Pero aún en las
posiciones más extremas, (aquellas en las que no se quiere intervenir para nada en lo
que el actor hace) aún ahí, hay decisiones fundamentales del director que no pueden
delegarse: la elección de los actores, la seducción hacia el actor, hacer que el actor
entienda qué se espera de él.
"Un director debería ser una especie de psicoanalista. Debe ser capaz de
meterse bajo la piel de las personas, saber lo que los hace actuar, saber el más leve
sentimiento que puedan tener para poder explicarle al actor por qué una escena es
tal como es, por qué un personaje hace algo, en caso de que el actor no se haya
enterado después de leer el guión". (Lang, Fritz, citado por Miralles, 2000:9)
11
comprenden la intención ideológica del autor, o porque el olor de la locación es el
mismo de la casa de las vacaciones de su infancia.
Y todo es válido. No existen maneras mejores o peores, correctas o incorrectas;
todo lo que permita al actor encontrar el camino para la actuación es válido. Desde la
introspección a la construcción externa, pasando por todas las variables posibles, el
asunto será que el director acompañe y ayude a sus actores en esta búsqueda en
común. Al decir de Jean-Pierre Jeunet:
"La dirección consiste en comunicar tus deseos a la otra persona y creo que
cada director tiene que encontrar su propia manera de hacerlo.
Pero lo fundamental es que te guste hacerlo." (Tirard, 2004: 133)
1?
Del teatro al cine: ni todo ni nada
En este último siglo, el cine, sus narraciones, su lenguaje, sus actores, han sido
protagonistas, receptores y productores de matrices . culturales, de códigos de
comunicación, de verosímiles. Pero antes del cine, la historia de la actuación se
construye en el teatro. Nace y se desarrolla con los ritos, con las primeras búsquedas
escénicas, con la necesidad de comunicar y adoctrinar, con el apasionado intento de
mostrar la "realidad interior" de los hombres.
El cine irrumpe en escena y, en principio, algunos lo piensan como teatro
filmado, como una transposición del arte escénico, pero poco tiempo después busca
su propio camino, construyéndose como un lenguaje distinto, planteando nuevas
necesidades y posibilidades. La cámara y el montaje organizan, dirigen el recorrido
de la mirada. Fragmentan y reorganizan el espacio y el tiempo, aparecen los planos
cercanos.
La actuación no puede quedar fuera de repensarse en función de un nuevo
lenguaje.
El Primer Plano
Con el primer plano el cine sintetiza los acciones, profundiza la mirada, se
apropia de la sutileza de los gestos y los movimientos, descubre una nueva forma de
mirar el cuerpo. En este marco, la actuación debe transformarse, y ya desde las
primeras épocas comienzan a delinearse las diferencias, sobre todo en relación a la
amplitud de los gestos y el manejo de la voz.
Vsevolod Pudovkin, en las primeras décadas del siglo XX, plantea este
problema:
n
inútil e ilógico artificio./ El primer plano en el film, elimina la contradicción entre el
deseo del realismo en el arte del actor y la exigencia de llegar a un máximo de
público". (Pudovkin, 1972:66)
"Nada es comparable al rostro humano. Es una tierra que uno nunca se cansa de
explorar". (Sarris, 1969:Vol Il:36)
" ... cada pregunta, cada respuesta, pedían naturalmente un primer plano. Era la
única posibilidad ....el resultado era que el espectador quedaba tan impresionado como
lo estuvo Juana recibiendo las preguntas, torturada por ellas." (Sarris, 1969:Vol II: 11)
La fragmentación
1"
en un mismo día. Según el plan de rodaje, tendremos que interpretar, en un solo día,
escenas que pertenecen a distintos bloques de emoción, así que un estudio detallado
de cada bloque ayudara a su identificación. / Saber las transiciones de escena a
escena será clave para la composición del personaje. ¿Cómo lo dejamos? ¿Cómo lo
hallaremos ahora?" (Sema,2004:88)
Así como el script recupera los signos exteriores para dar continuidad a las
escenas, el actor debe hacerlo para encontrar la continuidad emocional de su
personaje.
El tiempo de ensayos
1 '7
inevitables, solo se resuelven con un director que, con invención, paciencia y afecto,
transforme los miedos en pasión compartida:
"El director está como descuartizado entre dos realidades que lo tiran para
direcciones opuestas: por un lado los problemas técnicos y de producción, y por otro,
los actores que lo necesitan para dar nacimiento a la escena.
Dije que los actores son como ángeles capaces de enriquecer nuestras
intuiciones y escenas, pero también que los actores, de todas las personas, son quizás
las más frágiles o sensibles porque su instrumento es el cuerpo y recrean con él al
imaginario colectivo. La energía que anima a los personajes es el propio sufrimiento,
la propia pasión de los actores. Ellos no son infalibles. No son criaturas que uno
pueda programar para que su emoción e imaginación esté disponible cuando lo
queramos./ Nada hay más terrible para un actor que aguardar con la emoción en la
garganta el momento de rodaje, ese momento que se hace esperar o que debe
retomar cuando la escena continúa al otro día. Hay actores que no aguantan esas
esperas y su energía o su emoción se derrama antes del rodaje. ¿ Qué remedio hay
contra esto? Por nuestra parte, que las producciones funcionen mejor y que el
director se ocupe solo de la escena, que las citaciones sean mas correctas, etc. Son
todas pretensiones lógicas pero muy dificiles de prever." (Solanas, 1989: 114)
1Q
Una propuesta de abordaie
10
Cada uno de estos dos momentos tiene sus propias posibilidades y estrategias,
que pueden ser analizados por separado, pero están profundamente unidos en el
resultado final.
')()
Pero lo que suceda en el rodaje, estará totalmente influenciado por lo construido
anteriormente. Es por ello que, pese a que no es lo mas usual entre los directores de
cine, creemos en la importancia del trabajo previo, donde los tiempos no nos apuran,
donde el encuentro se da entre personas que pueden escucharse, donde se ponen en
juego las subjetividades, los deseos, las historias, los pen,árÍtlentos de directores y
actores.
Ese es el lugar donde se puede tender un puente.
"El actor debe trabajar sobre su cuerpo, de manera tal que su cuerpo se abra,
sensible e integrado, en toda su capacidad de respuesta. Después debe ocuparse de
desarrollar sus emociones, de modo que las emociones no lo sean simplemente en el
nivel más burdo, porque las manifestaciones en bruto son manifestaciones del mal
actor. Un buen actor es aquél que desarrolla en sí mismo la capacidad de sentir, de
') 1
reconocer y de expresar un muy amplio espectro de emociones, desde las mas burdas
hasta las mas refinadas. Y el actor debe profundizar su conocimiento, y -por
consiguiente su capacidad de comprensión, hasta el punto en que toda su mente, su
pensamiento entran en juego, en estado de máximo alerta, para apreciar cabalmente
el significado de lo que está haciendo." (Brook, 1989: 253)
')')
Entrada analítica
"M.
las condiciones dadas que no son visualizables más que en las transformaciones, que por su causa, sufren las
acciones de los personajes. El entorno pues modifica, condiciona el accionar, pero es a la vez, el resultado de
éste."
• ¿Hay alguna circunstancia particular que recorte ese universo? (el día que se
desata la 2° guerra mundial, cuando los marcianos invaden la tierra, etc.).
• ¿Cuáles es el o los conflictos centrales de la historia?
"Para el actor, y considerando el problema desde un punto de vista técnico, nunca el conflicto se le aparece
como una palabra que lo describe sino como un objetivo a alcanzar que entra en colisión con otro, por lo
menos, que se le opone. Estos dos objetivos contradictorios pueden pertenecer a personajes diferentes que
se enfrentan, o bien pueden manifestarse como tendencias dentro de una sola conducta: el deber y el honor,
con sus objetivos diferentes, por ejemplo, en cuyo cumplimiento el personaje aparece desgarrado.
Esta visión técnica de los conflictos nos enfrenta, de un modo dialéctico, con el desdoblamiento de la unidad
(dramática en este caso) en sus \ artes contradictorias, concebidas además como elevadamente
\
movilizadoras, justamente a causa de su �ontradicción."
"Todo conflicto es, además de dos fuerzas opuestas, su unidad. Si no lo tenemos en cuenta caeremos en una
especie de combate físico entre los personajes que se asemejará muy poco a la conducta socialmente
desarrollada. El personaje teatral no sólo quiere conseguir sus objetivos, y lucha por ello, sino que también
comprender los "para qués" de su oponente, los tiene en cuenta, los internaliza y asume como propios a
veces, justamente en su intento por vencerlos. Todo choque entre personajes implica el planteo además, de
una contradicción en el seno de cada uno de ellos: si bien el personaje quiere alcanzar su objetivo, asume,
considera, valora sus dificultades y riesgos, valora al oponente. Todo conflicto interpersonal, en el teatro,
genera un conflicto intrapersonal.
Los conflictos pues, cleben ser asumidos como lucha de contrarios, pero también en su unidad. Al luchar
contra él creo a mi antagonista y me uno a él con este lazo conflictivo. Sin tener en cuenta esto caeríamos en
conductas autónomas, poco inteligentes. Este matiz que introducimos nos permitirá superar en la práctica la
tendencia hacia la violencia física, propia de las improvisaciones, y que aparece especialmente cuando el
actor solamente considera sus objetivos propios sin tener en cuenta las complejidades apuntadas. Esta
complejidad, esta intemalización de los conflictos interpersonales, eleva la conducta a un nivel social capaz de
interpretar comportamientos tan sutiles como los de los personajes chejovianos, por ejemplo.
Finalmente, y con el fin de intentar una clasificación que ordene un poco el tema y arroje claridad sobre
nuestra comprensión del mismo digamos que, técnicamente hablando, existen tres clases de conflictos: 1)
Los conflictos con el entorno; 2) conflictos con el partener y 3) conflictos consigo mismo.
2 Ejemplo Caperucita: Supongamos que la madre ordena a Caperucita que lleve algo a su abuela y
Caperucita se niega. Ante la negativa, la madre cambia la orden por la persuasión y logra convencerla.
Mantiene el objetivo, cambia la estrategia. Ahora a esto le sumo que la puerta del baño donde está
caperucita cuando la madre la persuade, está cerrada con llave. Entonces Caperucita deberá encontrar la
llave que se le cayó en el canasto de la ropa, para poder salir del baño y cumplir con su objetivo. Este
nuevo objetivo, encontrar la llave, es un objetivo de acción, muy útil para el actor. Encontramos los
siguientes objetivos: un objetivo de unidad: "cumplir con el encargo de su madre" y un objetivo de acción
"encontrar la llave". Funcionan como paréntesis dentro de paréntesis (como una muñeca rusa de
encastre), porque a su vez son parte del objetivo ideológico general del autor. Tal vez, para la escena en
particular, al actor le sirva más buscar la llave, que pensar que su personaje representa la trasgresión a las
normas sociales.
Caperucita consiguió abrir la puerta y salio de su casa ¿salió de su casa con la intención de desobedecer?
Si nosotros aceptamos que no, entonces en el medio del bosque hay un cambio, y' lo que cambia es el
objetivo. Si yo cambio el objetivo, cambio o genero el conflicto. No es lo mismo que Caperucita se vaya
de su casa pensando en transgredir, que en el transcurso cambie su objetivo.
Lectura del texto en voz alta
"El primer contacto con el papel, con la primera lectura es un momento
comparable al del primer acercamiento de dos futuros enamorados, amantes o
esposos ... en estos casos, tan afortunados como raros, lo mejor es olvidar todas las
reglas, las leyes, los métodos y sistemas y entregarse íntegramente a la 'naturaleza
creadora".
')7
Entrada por las imágenes
')Q
Hablábamos en la entrada analítica, de las "circunstancias dadas" de una
historia. Podríamos afirmar ahora, que esas mismas circunstancias pueden no solo
"decirse" sentados a una mesa, sino también "pasarlas" por el cuerpo.
Un actor puede entender analíticamente que su personaje cruza la estepa
siberiana, pero también puede trabajar la sensación de los pies helados.
Las imágen�ensoriales apelan a la memoria sensorial del actor, y por lo tanto
operan en ese lugar fronterizo, difuso, que separa al actor del personaje. En la entrada
analítica la separación se mantiene mas clara, aquí empieza a borrarse la nitidez del
límite, y en la entrada del cuerpo se hace casi intangible (por mas transformación que
sufra el "cuerpo", éste es siempre el del actor).
Las imágenes no solo le sirven al actor para recuperar una sensorialidad adecuada a las
necesidades de la historia, son operativas también para encontrar-expresar-sostener las
necesidades emocionales de su personaje.
¿Puede forzarse la emoción? ¿Puede provocarse deliberadamente? ¿Puede un
actor consciente y voluntariamente obligarse a "ser feliz" o "tener pánico"?
Estas preguntas han sido parte fundamental de las búsquedas de los teóricos
teatrales a través de to�as las épocas.
Tal vez, en esta época posmodema, donde los criterios de verdad han entrado en
crisis, podríamos agregar otros interrogantes tales como: ¿es necesario que el actor
"sienta verdaderamente" emoción para trasmitirla al público?, y en todo caso, esa
"emoción verdadera", ¿debe corresponderse "temáticamente" con la del personaje?
Porque en realidad, ¿quién se emociona, el actor o el personaje?
Los mecanismos que provocan las emociones son misteriosos y personales.
Pero todos hemos experimentado alguna vez que al recordar olores, sonidos, imágenes
visuales, texturas, sabores, nos colocamos en estados emocionales sin que nos lo
propongamos ni consciente ni explícitamente.
Los objetos son maravillosos aliados para recuperar/construir memoria
sensorial, por su capacidad de condensación, de transferencia, de desplazamiento de
significado.
?O
Propuestas de trabajo para la entrada por las imágenes:
Si no podemos hablar de actuación sin estar poniendo en juego las imágenes del
actor, tampoco podemos hacerlo fuera de la presencia del cuerpo.
El actor es un instrumentista, que sabe el modo de "tocar" para conseguir la mejor
interpretación, pero/ámbién es su propio instrumento.
El cuerpo no es solo lo concreto, lo material, lo ''fisico". Es, en definitiva, donde
también se alojan las ideas y las emociones, las imágenes y los pensamientos, las
reflexiones y la imaginación.
En consecuencia, para hablar de la entrada desde el cuerpo, necesitamos
remitimos a las distintas posibilidades que el cuerpo nos ofrece.
Vamos a proponer tres abordajes diferentes:
El primero, nos coloca en un cuerpo pensado desde la acción, en relación con el
tiempo y el espacio del aquí y ahora.
El método de las "acciones físicas" es un método de análisis activo para el actor,
y está basado en la improvisación. En este marco, el personaje/actor acciona en pos de
un objetivo, para la res,olución del conflicto existente, en un determinado entorno. Estos
elementos constituyen la estructura dramática y son los que permiten, a través de una
línea de acción coherente, avanzar desde la acción sobre el desarrollo de los personajes
y de la historia.
"Fue Boris Zahava, eminente discípulo de Vajtangov, quien puso a nuestra disposición el material teórico
clave que contenía la definición de la "acción". Dice así Zahava: "Acción escénica es toda conducta voluntaria y
consciente tendiente a un fin determinado". Definición clara, sencilla y tajante. En esta importante herramienta
conceptual rescatamos dos elementos fundamentales: 1) El carácter voluntario y consciente de la acción y 2) Su
finalidad, igualmente precisada de modo consciente.
Todo otro modo de la conducta actoral que pudiera presentársenos como alternativa queda de lado.
En primer lugar debemos descartar al movimiento que aparece a veces como sucedáneo de la acción. Los
movimientos o desplazamientos que se le indican al actor no poseen en sí una intencionalidad transformadora que
pueda ser asumida conscientemente: se trata de meros traslados de un lugar a otro del escenario y, la mayor parte
de las veces, su finalidad de índole estética (para equilibrar la disposición escénica, por ejemplo) no pertenece al
mundo del personaje, a lo que éste persigue, sino que se encuadra, claramente, dentro de la problemática del
director. Los movimientos traducen materialmente intenciones expresivas pero desconocen los dobleces
psicológicos, ta intencionalidad del personaje.
Todas tas acciones, por ser necesariamente físicas, implican movimiento, pero no todos los movimientos implican
acción, transformación. La acción siempre se ejerce en un sentido transformador del campo sobre el que se aplica.
Por supuesto que hay que entender, que la súbitá detención del movimiento asumida conscientemente y con una
finalidad, la inmovilidad buscada para obtener algo, cabe perfectamente dentro de los límites de la acción concebida
según la definición de Zahava.
El movimiento es la mera costra física, exterior, en el mejor de los casos, de la acción desprovista de sus
componentes psíquicos en los que reside su intencionalidad activa. Por lo tanto el movimiento es incapaz de ejercer
un rol estructural. No transforma, no vincula entre sí los distintos elementos y deja ausente no al menos importante:
la psiquís del ejecutante que permanece como tal, afuera de la estructura, sín introducirse en el personaje y a lo
sumo pintándolo desde el exterior."
Buscar los verbos de la escena y transformarlos en verbos del cuerpo o del espacio.
Trabajar sobre los verbos de la estructura profunda y no los de la fábula.
No pertenecen a las acciones de la escena, sino a aquellas relaciones de los
cuerpos que tienen qu� ver fundamentalmente con los vínculos (ej. si una mujer siente
que su pareja esta "todo el tiempo sobre ella", que "no la deja respirar", se
transformarán estas metáforas en acciones: el actor que interpreta a su pareja descargará
su peso sobre ella, de alguna manera le impedirá respirar.) No son acciones que vayan a
quedar en el hacer de la escena, pero sí ayudarán a los actores a entender mejor los
vínculos y relaciones entre los personajes.
Conclusión
Dirigir es intuir "algo" que todavía no existe, "algo" de lo que se tiene solo algún
recuerdo (aunque no haya existido antes) o alguna premonición (aunque nunca llegue a
realizarse). O tal vez, intuir sea "sacar" afuera, en forma de palabras, imágenes, sonidos,
ritmos, lo que durante toda nuestra vida se ha ido decantando ( emociones, recuerdos,
lecturas, informaciones, la voz de otros, lo que vivimos y lo que no vivimos, lo que
escuchamos o nos contarón�lo que nos abrió la cabeza o nos dejó indiferentes, lo que
amamos y lo que nos espantó, lo que no entendimos, lo que nos iluminó), casi sin
damos cuenta.
Y para que esa intuición se transforme en algo concreto se deben hallar Íos
materiales, descubriéndolos o reconociéndolos. En el cine esos materiales son la luz, las
imágenes, los sonidos, el encuadre, el montaje.
Dirigir es "saber" que hay un lugar hacia dónde ir, pero también saber que el camino
no es recto, que está lleno de meandros ; que cada vuelta es un nuevo paisaje, pero que
de fondo tiene el anterior, que se retrocede, se da vueltas, se avanza, y otra vez se
vuelve a empezar. Qu,e a veces, solo a veces, se llega al mar. Otras veces se sigue
haciendo recovecos para siempre.
Dirigir es un acto político. Es ponerse al mando. Es tener la última palabra. Es la
desesperación de la decisión solitaria. Es saber que confían en uno. Es el miedo a no
merecer esa confianza.
Es también ser el único que sabe lo que pudo haber sido y no fue, lo que quedó en el
camino, porque no supimos hacerlo aparecer.
Los actores son mediadores fundamentales para ese paso de lo intuido a lo real.
La Dirección de Actores en Cine puede y debe nutrirse de lo que otros han
transitado, investigado, transformado en métodos o teorías. Pero siempre será algo
personal e intransferible.
"Nunca he creído en una verdad única, ni propia ni ajena. Creo que todas las
escuelas, todas las teorías pueden ser válidas en determinado lugar, en determinado
momento. Pero a la vez he descubierto que uno solo puede vivir si posee una
absoluta y apasionada identificación con un punto de vista./ Sin embargo, a medida
que pasa el tiempo, y vamos cambiando y el mundo va cambiando, los objetivos se
modifican y los puntos de vista cambian. Cuando reflexiono sobre tantos años de
ensayos escritos, de ideas expresadas en infinidad de lugares, en incontables
ocasiones, hay algo que me golpea con contundente certeza. Para que cualquier
punto de vista sea útil, uno debe comprometerse con él totalmente, debe defender/o
incluso hasta la muerte. No obstante, al mismo tiempo, hay una voz interior que nos
murmura: no te lo tomes tan en serio, afirma/o con fuerza, abandónalo con
ligereza. " (Brook, 1989: 253)
Bibliografia
Braun, Edgard. 1992. El director y la escena. Del naturalismo a Grotowski.
Buenos Aires. Galerna.
Brook, Peter. 1989. Provocaciones. 40 años de exploración en el teatro.
Buenos Aires. Fausto
__ , 1994. El espacio vacío. Barcelona. Ediciones Península.
Lecoq, Jacques. 1990. El cuerpo poético, Madrid. Alba Editorial
Fellini, Federico. 1998. Hacer una película. Buenos Aires. Libros Perfil
Grotowski, Jerzy. 200�. Hacia un teatro pobre. México. Siglo XXI Editores.
Lotman, Yuri M. 1988. Estructura del texto artístico. Madrid. Istmo.
Miralles, Alberto. 2000. La dirección de actores en cine. Madrid. Cátedra. Signo
e imagen.
Pudovkin, Vsevolod. 1972. El actor en el film. Buenos Aires. Nueva Visión.
Sarris, Andrew. 1971. Entrevistas con directores de cine. Madrid. Editorial
Magisterio Español.
Solanas, Femando. 1989. La Mirada. Reflexiones sobre cine y cultura.
Buenos Aires. Puntosur.
Strasberg, Lee. 1989. Un sueño de pasión. Buenos Aires. Emecé.
Serna, Assumpta. 2004. El trabajo del actor de cine. Madrid. Cátedra.
Serrano, Raúl. 1996. Tesis sobre Stanislavski en la educación del actor. México.
Escenología.
Tarkovski, Andrei. 2002. Esculpir en el tiempo. Madrid. Ed. Martinez de Murgia
Tirard, Laurent. 2004. Lecciones de cim;. Buenos Aires. Paidos.
Valenzuela, José Luís. 2000. Antropología Teatral y Acciones Físicas. Buenos Aires.
Instituto Nacional del Teatro.