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Reseña Articulo Mario Briceño

El documento define los archivos como conjuntos de documentos producidos por personas o instituciones públicas y privadas que se conservan y organizan. Explica que los archivos históricos se originaron en Grecia y Roma y posteriormente se guardaron en iglesias, conventos y universidades. También describe algunos archivos históricos notables en Venezuela como el Archivo General de la Nación creado en 1836 para almacenar documentos históricos.
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Reseña Articulo Mario Briceño

El documento define los archivos como conjuntos de documentos producidos por personas o instituciones públicas y privadas que se conservan y organizan. Explica que los archivos históricos se originaron en Grecia y Roma y posteriormente se guardaron en iglesias, conventos y universidades. También describe algunos archivos históricos notables en Venezuela como el Archivo General de la Nación creado en 1836 para almacenar documentos históricos.
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En referencia a la palabra archivo podemos decir, que es el conjunto de documentos

producidos por personas físicas o jurídicas, públicas y/o privadas, que se originan en el ejercicio de
sus funciones y actividades, los mismo son conservados, clasificados, organizados y
administrados. También es archivo el espacio físico (el local) o la institución, donde se resguardan,
ordenan, difunden y consultan los conjuntos de documentos, para la información, la investigación, y
para la gestión administrativa.

Por otro lado La Ley Orgánica de Administración Pública de Venezuela en el artículo 143, define
por órgano de archivo “al ente o unidad administrativa del Estado que tiene bajo su responsabilidad
la custodia, organización, conservación, valoración, desincorporación y transferencia de
documentos oficiales sea cual fuere su fecha, forma y soporte material… ”

Así mismo según se ha citado en el diccionario de Venezuela fundación polar por Mario Briceño
Perozo en cuanto a los archivos históricos:’’ La palabra archivo histórico( a través de la palabra
archivum) proviene del griego arkheion, cuyo significado es residencia de los
magistrados’’. Tanto en Grecia como en Roma los archivos funcionaron en los
templos, el lugar de los documentos importantes estaba en el recinto de los
dioses, está sola circunstancia mueve a valorar el alto aprecio que los antiguos
tuvieron por los papeles en que estaba grabada su vida, su pasado.
Posteriormente fueron las iglesias, los conventos, las universidades, los
principales centros de su conservación. En nuestro idioma, archivo tiene hoy 2
acepciones interrelacionadas: es el lugar en el cual se custodian documentos
públicos o particulares y a la vez es el conjunto de estos documentos. Con el
objeto de darle mayor precisión al concepto, se ha sugerido reservar la palabra
archivo para la institución y el recinto que le sirve de sede y aplicar la voz
archivalía a la masa de materiales que constituyen su contenido,
comprendiendo documentos tales como escritos, dibujos, planos, mapas,
reproducciones fotomecánicas y otros similares.

Por otra parte, es necesario entender o definir a la archivología como la ciencia


que se dedica al estudio del origen, formación, organización, razón jurídica,
ordenamiento legal y funcionamiento de los archivos. Las instituciones
archivísticas son muy antiguas, desde que surgieron en el mundo las materias
escriturarias: tablillas, papiro, pergamino y papel, se impuso la necesidad de
conservar los escritos y allí comienza la función histórica del archivo. Antes,
dentro de un criterio restringido, los archivos solo tenían la función de
almacenar papeles, eran simplemente repositorios documentales con la noble
finalidad de conservarlos, cuidarlos y mantenerlos en orden, más que todo con
el interés de resguardar la prueba de los hechos que o currieron en determinadas
épocas del pretérito o de asegurar a los hombres el fundamento de su derecho.
En nuestra época los archivos cumplen una función social inestimable, pues
son institutos que sirven a la colectividad, en primer lugar como guardadores
de la relación pormenorizada de sus actos, como memoria viva de su acontecer,
y en segundo término como empresas destinadas a suministrar al investigador,
al historiógrafo o al consultante corriente la información que pueda requerir.
La tarea de guardar papeles de importancia histórica o de significación
administrativa no se limita al almacenaje, puesto que los archivos son
instituciones dinámicas creadas además para organizar los fondos
documentales y servirlos a la comunidad, el historiógrafo que se afan a por
llevar a sus textos la verdad indiscutible de los hechos y personajes del
pretérito de la nación, el profesor que procura para sus alumnos la información
de primera o la rectificación de alguna fecha o información relacionada con los
temas de su cátedra, el periodista que indaga en el pasado el dato curioso que
ofrece semejanza o influencia sobre cosas del presente y tantos más que van a
los archivos a investigar, oficio noble y alto que para muchos es la manera de
dialogar con los grandes personajes de la historia. Hay archivos públicos y
privados. Muchas colecciones de documentos históricos que formaban archivos
particulares, han pasado por donación o compra al Archivo General de la
Nación (AGN) o a la Academia Nacional de la Historia (ANH).

Por otro lado según Mario Briceño Perozo los Orígenes de los archivos en
Venezuela , comenzaron en el período hispánico en donde las principales
instituciones propias del régimen político, jurídico, administrativo y espiritual
español establecido en Venezuela tuvieron sus archivos propios. Los
gobernadores y capitanes generales, los funcionarios de la Hacienda Pública,
los cabildos municipales, y más tarde, ya en el siglo XVIII, la Intendencia de
Ejército y Real Hacienda y la Real Audiencia. Así mismo la Iglesia tenía los
suyos, que eran los del obispo, del Cabildo Eclesiástico, de los conventos, de
las parroquias. Igualmente, instituciones como el Real Consulado de Caracas.
Los escribanos, de los cuales solía haber varios en cada ciudad importante,
además de cumplir funciones oficiales en algunas de las instituciones
mencionadas, eran los depositarios de la fe pública y como tales re gistraban,
certificaban y conservaban instrumentos como testamentos, contratos,
expedientes de juicios civiles o criminales, títulos de tierras, documentos de
compra-venta y otros. Hacia fines del período hispánico, el sacerdote
venezolano Juan José Guzmán llevó a cabo de 1806 a 1808 una tarea de
archivero ya concebida con un propósito que iba más allá de la mera
conservación, al reordenar, restaurar y hacer encuadernar los libros de actas del
Cabildo Eclesiástico y elaborar dos índices, cronológico y alfab ético, de su
contenido desde el año 1580 hasta 1808. Durante la época de la Independencia,
las instituciones que sustituyeron a las del régimen español o que continuaron
funcionando como antes (parroquias, cabildos, escribanías, etc.), vieron
incrementarse sus archivos, aunque los avatares político-militares hicieron que
algunos de los antiguos se dañasen o extraviasen parcialmente. Entre los
organismos surgidos de la revolución, hubo algunos, como la Sociedad
Patriótica, cuyo archivo no se ha logrado localizar, si es que todavía existe. El
del Precursor Francisco de Miranda, anterior a 1810 en su mayor parte,
permaneció extraviado durante más de un siglo, pero fue felizmente recuperado
por el Estado venezolano. A lo largo de su vida pública, a partir de 1813, y
hasta 1830, el Libertador Simón Bolívar acumuló un copioso archivo, que se ha
conservado también. Ya restaurada la República de Venezuela, el secretario del
Interior y Justicia Diego Bautista Urbaneja deploraba en
su Memoria presentada al Congreso en 1834 que los archivos públicos no
fueran sino una masa de papeles sin orden ni concierto, en especial los de la
antigua Audiencia, los de la gobernación y capitanía general y las colecciones
de cedularios de los monarcas, y solicitaba recursos para comenza r de
inmediato la ordenación, ya que -escribía- «sin archivos no hay buen gobierno,
no hay orden, no habrá historia; nada grande, nada sólido; todo llevará el sello
de la ligereza y el carácter de provisional». En 1836, como resultado de esas
gestiones, es creado el Registro Público, que empieza a funcionar en 1838; la
documentación de las antiguas escribanías es dividida en 2 porciones, una de
las cuales pasa a ser denominada Archivo Público, al cuidado del archivero
Manuel Gómez, y la otra pasa a integrar el Registro. Este último se establece
también en las capitales de provincia.Para continuar Mario Briceño Perozo
expone que el destino de archivero continúa figurando en la nómina de
funcionarios de la Secretaría (luego Ministerio) del Interior; en 1877 ejercía el
cargo José Antonio León, quien había dirigido la organización del archivo del
Registro Público en años anteriores; pero el cargo fue suprimido en 1882, y en
abril de 1890 el ministro del Interior, Sebastián Casañas, daba instrucciones
para la buena organización de los archivos de las dependencias oficiales. A
pesar de todas esas iniciaciones, que carecieron de continuidad, la preciosa
documentación de la Colonia y asimismo la de la época de la Independencia,
estuvo dispersa en las diferentes oficinas públicas que operaban en Caracas,
hasta que el Ejecutivo Nacional decidió crear un instituto centralizador. El
primer paso se dio el 19 de marzo de 1910, cuando se ordenó la construcción
de un edificio para sede del mismo, que fue inaugurado en 1911 e n
conmemoración de las dos grandes efemérides patrias: 19 de abril de 1810 y 5
de julio de 1811. En 1912 por resolución ejecutiva emanada del Ministerio de
Relaciones Interiores se acordó seleccionar los papeles históricos y pasarlos a
la institución, que entonces se denominó Archivo Nacional. Su primer director,
nombrado el 6 de julio de 1912, fue Carlos Aristimuño Coll, quien contó con el
asesoramiento de una junta de notables compuesta por los historiadores Felipe
Francia, Manuel Segundo Sánchez y Vicente Lecuna.

En tercer lugar, es importante mencionar que algunos archivos históricos


notables, son los que hoy funcionan en nuestra capital destacándose:

 el Archivo General de la Nación creado en 1836. Por decreto del


General José Antonio Páez se dispuso que la documentación de
carácter histórico, depositada en las escribanías públicas, se
destinara al Archivo Nacional y al Registro Público, más tarde en
los inicios del siglo XX, el general Juan Vicente Gómez de ordenar la construcción de
un edificio sede para la institución, en la que pudiesen reunirse las fuentes originales
que sustentan la historia de Venezuela y procurar un mejor resguardo. La
construcción del edificio fue decretada el 19 de marzo de 1910 . Esta sede ubicada
entonces en la Avenida Urdaneta de Caracas, entre las esquinas de Santa Capilla a
El aspecto fundamental de
Carmelitas, fue inaugurado el 19 de abril de 1911.
El Archivo General de la Nación es la institución resguarda, custodia,
conserva y divulga el Patrimonio Documental, así como es ente rector del
Sistema Nacional de Archivos.

Así mismo destacan archivos como el Archivo Nacional de Historia : La


creación de la academia fue decretada por el expresidente Juan Pablo Rojas Paúl, el 28 de
octubre de 1888. En sus instalaciones contiene ejemplares bibliográficos, otros documentos y
fuentes audiovisuales. Para 1894 la Academia contaba con un buen número de
legajos, libros y periódicos, núcleo de lo que son hoy su archivo, biblioteca y
hemeroteca, hemeroteca, al servicio no solo de los académicos, sino del
público en general. Dentro del archivo de la ANH están los 63 tomos del
archivo del general Miranda, de extraordinario valor para la historia de
Hispanoamérica

 el Archivo General de la Universidad Central de Venezuela creada en


1763 su valor data en li bros de actas de las sesiones del Consejo Universitario,
libros de matrículas, correspondencia, informes, expedientes relativos a los bienes y
rentas pertenecientes a la universidad, entre otros papeles de alto valor histórico ASÍ
como la colección de reales cédulas comienza en 1698 y termina en 1725.

 Archivo Histórico de Miraflores datan del año 1958 a partir del momento que
asume el poder la Junta de Gobierno y se decide emprender el rescate de toda
la documentación que se encontraba en la Casa de Gobierno y sus edificios
adyacentes, este archivo se constituyo por la documentación de los
presidentes de la República, fundamentalmente de Cipriano Castro
(1899-1908) y Juan Vicente Gómez (1908-1935). Todos esos papeles, así
como los de la Cancillería, no pasaron a la centralización documental es
importante señalar que El Archivo de Miraflores es la principal fuente de
la historia contemporánea de Venezuela.

 el Archivo Nacional de Historia : La creación de la academia fue decretada


por el expresidente Juan Pablo Rojas Paúl, el 28 de octubre de 1888. En sus
instalaciones contiene ejemplares bibliográficos, otros documentos y fuentes
audiovisuales. Para 1894 la Academia contaba con un buen número de
legajos, libros y periódicos, núcleo de lo que son hoy su archivo,
biblioteca y hemeroteca, hemeroteca, al servicio no solo de los
académicos, sino del público en general. Dentro del archivo de
la ANH están los 63 tomos del archivo del general Miranda, de
extraordinario valor para la historia de Hispanoamérica .

 El Archivo de la Casa Natal del Libertador se formó con la


documentación bolivariana existente en el Archivo General de la Nación
y en otros repositorios de la capital, más las numerosas piezas
localizadas en el exterior y traídas a Venezuela. Se centralizaron en un
solo instituto todos los papeles relacionados con Simón Bolívar. Esta
tarea se debió medularmente al bolivariano Vicente Lecuna.

 El Archivo de la Fundación John Boulton, es una institución privada al


servicio de la comunidad. Está constituido por documentos originales de
las más diversas épocas (Colonia, Independencia y República) y por
copias traídas del extranjero, especialmente en microfilm. Sus fo ndos se
hallan organizados técnicamente y tienen como órgano publicitario
el Boletín Histórico, que auxilia grandemente a los investigadores.

 Por otro lado, entre las organizaciones internas o archivos interno encontramos: En el
Estado Mérida el Archivo de la Universidad de Los Andes (ULA): inicia
en 1785 con el Real Colegio Seminario de San Buenaventura de Mérida
de los Caballeros. Está se encuentra compuesta o integrada por
expedientes de grado, relación de estudios, asuntos administrativos,
conmemoraciones patrióticas, impresos varios. La or ganización del
archivo se debe gracias a la labor de Tulio Febres Cordero (Archivo
Histórico del Registro Principal): Allí se encuentran los papeles del
archivo de la antigua provincia de Mérida. Sus pieza s están
encuadernadas en volúmenes, por orden cronológico. Hay documentos
originales de 1577 a 1873. Predominando también la copia del
expediente que recoge el juicio seguido a Juan Rodríguez Suárez por la
Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, en 1559 así mismo, Expedientes
civiles, desde la Colonia. Expedientes criminales, con todo lo
relacionado a comisos, conspiración, infidencia, asonada, homicidios,
etc..

 En cuanto el Estado Carabobo, el Archivo Municipal del Distrito


Valencia: Su documento más antiguo se remonta a 1635 y seguidamente
en 1955 la Municipalidad creó el cargo de archivero. Este está
conformado por libros del Registro Civil, expedientes de matrimonios,
correspondencia, órdenes de pago. Igualmente en Valencia funciona,
el Archivo María Clemencia Camarón, con mucha documentación
histórica ordenada y clasificada bajo la dirección de la antropóloga
Enriqueta Peñalver. Este instituto figura como seccional del AGN.

 Estado Sucre se encuentra el Archivo General: Su organización


comenzó formalmente en 1898 cuando el Ejecutivo del estado crea el
cargo de archivero. Se encuentra conformado por legajos de
correspondencia, libros, revistas, periódicos y publicaciones oficiales.
Su pieza más antigua es el mensaje presidencial y la memoria del estado
Bermúdez, en 1896.

 En el Estado Yaracuy: Existen distintos archivos entre ellos el Archivo


General del Estado, el Archivo Municipal de San Felipe, el Archivo
Episcopal, el Archivo del Centro de Historia del estado, el Archivo de la
Resp. Logia Tolerancia núm. 15, el Archivo del Registro Principal de
San Felipe, archivos de los Registros Subalternos de los diversos
distritos del estado, archivos de las prefecturas de distrito y archivos de
los concejos municipales. La documentación más antigua procede del
siglo XVIII.
 Estado Trujillo. Archivo del Registro Principal: Su organización
comenzó en 1899 este repositorio contiene importante documentación de
los siglos XVII, XVIII, XIX y primeras décadas del XX. Con la
documentación histórica hay igualmente piez as documentales
contemporáneas, Sus papeles más antiguos datan desde El libro de
bautismos de la parroquia matriz inicia sus registros desde el año 1607. Sus
fondos sirvieron de fuente para los trabajos del historiógrafo regional,
por otro lado, el Archivo de la Diócesis de Trujillo: está conformado
igualmente en papeles históricos, agrupando documentos parroquiales
coloniales existentes antes en la varias parroquias de la Diócesis, sobre todo los
de la parroquia matriz. Se trata de libros de bautismos, matrimonios y entierros, de
mucho interés para investigaciones poblacionales sobre indígenas de la región en
la época colonial.

 Estado Táchira: Es también muy importante la documentación histórica


agrupada en diversos repositorios. Dentro del Registro Principal están
los fondos del Archivo Histórico de La Grita, organizado en 1947 por el
historiador Héctor García Chuecos, entonces director del AGN.
las fechas más antiguas de documentación en este archivo se Registraron
en Principal del Estado, 1616; concejos municipales, 1657; parroquias
eclesiásticas, 1720; registros subalternos, 1748; juzgados de distrito,
1840; gobernación del estado, 1845; prefecturas de municipio, 1873;
juntas comunales, 1874; juzgados de municipio, 1901; y prefecturas de
distrito, 1919. Dentro del Registro Principal están los fondos del Archivo
Histórico de La Grita, organizado en 1947 por el historiador Héctor
García Chuecos, entonces director del AGN.
 aqui

El archivo es la memoria del pueblo. Sin archivos no puede haber historia. Los
papeles que se guardan en los repositorios documentales son la imagen viva d el
pretérito de la nación y por ello se impone cuidarlos en forma adecuada,
ordenarlos, clasificarlos y catalogarlos técnicamente. En Venezuela existen
grandes archivos históricos. Especialmente los que funcionan en la capital de la
República son de enorme riqueza documental: el Archivo General de la Nación,
el Archivo Arquidiocesano, el de la Universidad Central de Venezuela, el del
Palacio Presidencial de Miraflores, el de la Academia Nacional de la Historia,
el del Concejo Municipal del Distrito Federal, el de la Casa Natal del
Libertador y el de la Fundación John Boulton.Con la fundación del Archivo
Nacional durante el bienio 1910-1912, se inicia una nueva etapa en la
evolución de los archivos venezolanos. Después del primer director de la
institución, Carlos Aristimuño Coll (julio-diciembre 1912) desempeña dichas
funciones Laureano Vallenilla Lanz (enero 1913-julio 1915), y luego
sucesivamente Gustavo Terrero Atienza, Vicente Dávila, Augusto Mijares,
Eduardo Picón Lares, Mario Briceño Iragorry, Rafael Yépez Trujillo, Héctor
García Chuecos y Mario Briceño Perozo. Los trabajos iniciados en 1912
permitieron reunir, como fondo primigenio del archivo 5.152 piezas, cantidad
que se fue enriqueciendo con el tiempo, ya que las oficinas de Caracas y las del
interior no cesaron en la tarea de seleccionar expedientes y legajos y remitirlos
al repositorio nacional. Tres porciones comprende el contenido documental del
archivo: Colonia, circunscrita a todo el período hispánico. El documento más
viejo data de 1535, es el libro de contadores de la Real Hacienda, abierto en
Coro; le siguen los títulos de Encomiendas, que empiezan en 1563. El final de
esta etapa se fija en 1810. La segunda porción, Revolución, va desde el 19 de
abril de 1810 hasta el 24 de junio de 1821. Y la tercera, República, desde 1831
hasta nuestros días. Claro que dentro de 1821 y 1830 están los papeles harto
importantes de la Gran Colombia. Cada gran porción cuenta varias secciones.
En Colonia figuran: Reales Órdenes; Reales Provisiones; Ayuntamientos;
Causas de Residencia; Disensos y Matrimonios; Encomiendas; Gobernación y
Capitanía General; Intendencia de Ejército y Real Hacienda; Limpieza de
Sangre; Real Consulado; Compañía Guipuzcoana; Empleados de la Colonia;
Real Hacienda; Comisos; Indígenas; Renta de Tabaco; Bulas de la Santa
Cruzada; Hojas Militares; Negocios Eclesiásticos; Diezmos; Archivos
Provinciales; Archivo de Blanco y Azpurúa; Papeles de Julián Viso; Gastos
Públicos y Diversos. En Revolución: Intendencia de Venezuela; Gran
Colombia; Causas de Infidencia; Gobernación de Guayana; Ilustres Próceres de
la Independencia; Corte de Almirantazgo; Correspondencia de Próceres y otros
papeles, entre estos los de las tentativas precursoras de la emancipación en
1795, 1797, 1799, 1806 y 1808. En República: Interior y Justicia; Hacienda,
Guerra y Marina; Obras Públicas; Fomento; Instrucción Pública y Servidores
de la República. En 1961 con los volúmenes de copias (mecanografía,
fotocopia, fotografía, manuscritos, microfilm, etc.), se formó la sección
Traslados, muy rica, alimentada con copias de documentos existentes en
institutos extranjeros, especialmente españoles, franceses, ingleses, holandeses,
colombianos, mexicanos, norteamericanos, puertorriqueños, peruanos,
bolivianos, ecuatorianos, cubanos y panameños. El mayor volumen de copias
procede del Archivo General de Indias (AGI) de Sevilla. Los documentos,
originales y copias, se encuadernan en volúmenes de 300 o más folios, provisto
cada uno de su índice a base de extractos. Estos índices se publican en el
órgano divulgativo del instituto, el Boletín del Archivo General de la
Nación, cuya primera entrega circuló el 31 de marzo de 1923. Su creador fue el
entonces director Vicente Dávila. En 1960 se creó la Biblioteca Venezolana de
Historia, que edita libros y cuadernos sobre materia histórica y archivística.
Antes el instituto editó importantes libros, entre otros, Encomiendas, Causas
de infidencia, Hojas militares. Diccionario biográfico de ilustres próceres de
la Independencia, Memorias de Carmelo Fernández y Orígenes de la Hacienda
en Venezuela. Hasta 1945 el instituto se denominó Archivo Nacional; a partir
de ese año, por ley del 26 de junio, pasa a llamarse Archivo General de la
Nación. El AGN ha funcionado siempre, no solo como depósito de fondos
documentales, sino también y en gran medida como centro de investigación y
de cultura histórica. Allí en sus fondos realizan prácticas de paleografía,
diplomática y archivos históricos los alumnos de la Escuela de Bibliotecología
y Archivología de la Universidad Central de Venezuela (UCV). El AGN ha
realizado cursos de paleografía e historia del libro, restauración y laminación
de documentos, reprografía y encuadernación. A final del año civil se otorga
diploma al investigador más asiduo durante el período. En 1967, en
conmemoración del cuatricentenario de la ciudad de Caracas, el AGN convocó
el Primer Congreso Bolivariano de Archiveros. En un volumen de casi 700
páginas se recogieron los informes, trabajos y ponencias que se presentaron y
discutieron en esta magna asamblea archivística. Por su contenido y las
funciones que cumple, el Archivo General de la Nación está catalogado entre
los más importantes de Hispanoamérica.

Con la erección de la sede episcopal en Santa Ana de Coro, en 1531, comienza


el archivo que hoy tiene la categoría de arquidiocesano. Sus fondos
documentales están constituidos por actuaciones de la Curia y papeles de
conventos. El documento más antiguo es de 1593. Los papeles del Archivo
Arquidiocesano de Caracas son de gran importancia. Cuenta con algunos
índices. Uno de sus más eminentes directores, el presbítero Jaime Suriá,
contribuyó a la organización de este instituto y en 1964 publicó el Catálogo
general del mismo, en el que describe las diversas secciones del archivo y da
orientaciones muy valiosas para los investigadores. Lo mis mo que el presbítero
Suriá, fray Cesáreo de Armellada, historiador y lingüista, rindió allí una
excelente labor como director.

 El Archivo General de la Universidad Central de Venezuela se forma


en el siglo XVIII, concretamente en 1721. Su contenido es
extraordinariamente interesante. Su documento más antiguo data de
1595. Su colección de reales cédulas comienza en 1698 y termina en
1725. Fuente preciosa de información son sus libros de provisiones,
claustro, claustros de conciliarios, visitas de cátedr as, toma de razón,
premio para cursantes y materias de examen, recepción y salida de
colegiales del Seminario de Santa Rosa, ingresos de colegiales,
administración del colegio, censos de la universidad y gastos,
juramentos, asiento de catedráticos, certificaciones de cursos ganados,
matrículas, apuntamientos de becas, grados de bachiller, grados de
licenciado, grados de doctor y maestro, justificativos de estudios,
incorporaciones, limpieza de sangre, partidas y certificados de bautismo,
licencias, cátedras, y catedráticos, elecciones y renuncias de rectores,
concursos, cuentas, entierros, funerales y aniversarios, grados de
bachiller y licenciado en cánones, teología, ciencias políticas y sociales,
romancista, etc. Además de la documentación puramente unive rsitaria
hay papeles relativos al monasterio de las monjas de la concepción de
Caracas, conventos de San Francisco, Santo Domingo, Las Mercedes,
Monjas Carmelitas y Dominicas, obras pías, bienes patrimoniales,
censos, cuentas, etc. Los legajos de documento s clasificados y
catalogados se distinguen por sus respectivas cartelas. Desde la Colonia
la función de archivero ha estado unida a la secretaría de la universidad.
Meritísima labor en la organización de este repositorio la cumplió la
archivera Angelina Gómez Hurtado. En la actualidad se le ha dado a este
archivo la importancia que merece, cuenta con una sede más amplia y
funcional y está al cuidado del historiador y profesor Ildefonso Leal,
individuo de número de la Academia Nacional de la Historia.
 El Archivo Histórico de Miraflores está constituido por la
documentación de los presidentes de la República, fundamentalmente de
Cipriano Castro (1899-1908) y Juan Vicente Gómez (1908-1935). Todos
esos papeles, así como los de la Cancillería, no pasaron a la
centralización documental que se operó en 1912 en el Archivo Nacional.
El Archivo de Miraflores es la principal fuente de la historia
contemporánea de Venezuela. Cuenta con un órgano de difusión,
el Boletín del Archivo Histórico de Miraflores, que circula ampliamente
y da cuenta de la importancia y riqueza de sus fondos.

El Archivo de la Academia Nacional de la Historia nació prácticamente con la


corporación, pues en el decreto de su fundación dictado por el presidente Juan
Pablo Rojas Paúl (28.10.1888), se establece entre sus funciones la de
coleccionar manuscritos e impresos y acopiar materiales para la historia de
Venezuela en todas las manifestaciones de la actividad pública. Para 1894 ya la
Academia contaba con un buen número de legajos, libros y periód icos, núcleo
de lo que son hoy su archivo, biblioteca y hemeroteca, al servicio no solo de
los académicos, sino del público en general. Dentro del archivo de
la ANH están los 63 tomos del archivo del general Miranda, de extraordinario
valor para la historia de Hispanoamérica; los papeles de Femando Miyares
González, Carlos Soublette, Francisco Javier Yanes, Bartolomé Salom, Miguel
Zagarzazu, Carlos Castelli, Miguel Ángel Laborde y Navarro, Fermín Toro,
Juan Crisóstomo Falcón, José Manuel Hernández (el Mocho), Arístides Rojas,
Laureano Villanueva, familia Escorihuela, Nicolás Eugenio Navarro,
Caracciolo Parra Pérez, Ambrosio Perera, etc. La sección Traslados, formada
como la del Archivo General de la Nación, con copias de documentos de
archivos extranjeros, es muy rica; existe allí la colección Miguel de la Torre,
con 45 tomos. En el archivo de la Academia se guardan los incunables de la
institución descritos en el Catálogo razonado que elaboró Agustín Millares
Cario (1969), y en el que aparecen otros libros r aros que posee la ANH y que
corresponden a los siglos XVI y XVII. También guarda este archivo monedas,
fotos, cuadros, clichés y tiene un museo con reliquias de académicos fallecidos.
Desde 1889 las actividades de biblioteca y archivo han estado bajo la
responsabilidad de un individuo de número. El primero en desempeñar estas
tareas fue Felipe Tejera, quien se dio en cuerpo y alma tanto a la Academia
Venezolana de la Lengua Correspondiente de la Real Española, como a la de la
Historia; en esta, además de archivero, fue su director entre 1914 y 1924. El
Archivo del Concejo Municipal del Distrito Federal tiene documentación de
Caracas y de algunas ciudades y pueblos de la República; esa documentación
arranca en el siglo XVI. Lo más importante de sus fondos son las actas de
Cabildo, que desde 1943 se han venido publicando en volúmenes provistos de
notables trabajos introductorios, notas e índices alfabéticos que hacen fácil su
manejo. El documento inicial del primer volumen es del 13 de enero de 1573.

El Archivo de la Casa Natal del Libertador se formó con la documentación


bolivariana existente en el Archivo General de la Nación y en otros
repositorios de la capital, más las numerosas piezas localizadas en el exterior y
traídas a Venezuela. Se centralizaron en un solo instituto todos los papeles
relacionados con Simón Bolívar. Esta tarea se debió medularmente al notable
bolivariano Vicente Lecuna. Luego de esta centralización, todos los
documentos bolivarianos van a dicho repositorio, hasta formar un total de 243
tomos, incluida aquí la documentación de los archivos del mariscal Antonio
José de Sucre y de José Rafael Revenga. Ángel Grisanti y Pedro Grases han
publicado importantes obras sobre el gran repositorio bolivariano. El Archivo
de la Casa Natal es la fuente de que se alimenta primordialmente la colección
Escritos del Libertador, que edita el Ejecutivo Nacional por intermedio de la
Sociedad Bolivariana de Venezuela.

El Archivo de la Fundación John Boulton, es una institución privada al servicio


de la comunidad. Está constituido por documentos originales de las más
diversas épocas (Colonia, Independencia y República) y por copias traídas del
extranjero, especialmente en microfilm. Sus fondos se hallan organizados
técnicamente y tienen como órgano publicitario el Boletín Histórico, que
auxilia grandemente a los investigadores. El historiógrafo Manuel Pérez Vila
fue el orientador de este archivo desde su creación al igual que de
su Boletín. Publicó en 1960 el catálogo Sección venezolana del Archivo de la
Gran Colombia. Otros archivos con asiento en Caracas son igualmente
importantes por sus fondos históricos, tales como el del Congreso de la
República y el del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Relación de algunos archivos históricos existentes en los estados de la


República

Para hacer el diagnóstico de los repositorios documentales del interior, el


Archivo General de la Nación (AGN) se trazó el programa de realizar un censo
de los archivos existentes en los estados de la República. Como este patrón
archivístico no podía levantarse a un mismo tiempo en cada región, se planificó
el trabajo por grupos de 4 estados. Esto comenzó en 1979. El AGN elaboró un
tipo de cuestionario para llenar con los datos más importantes y designó
comisionados para efectuar el trabajo. Estos colaboradores del AGN son: Alí
Enrique López Bohórquez, Mérida; Enriqueta Peñalver, Carabobo; Jesús Rojas
Velásquez, Sucre; Víctor Valera Martínez, Trujillo; José Ángel Moret Rangel,
Táchira; Ana J. Gómez de Briceño y Lisbella Páez V., Yaracuy; Pedro B lanco
Vilariño, Lara; Adolfo Zárraga Tellería, Falcón; Jesús Manuel Subero, Nueva
Esparta, y Raymond Carwall, Zulia. A base del censo e informes de los
comisionados se han puesto en claro datos de mucha significación.

Estado Mérida. Archivo de la Universidad de Los Andes (ULA): Arranca en


1785 con el Real Colegio Seminario de San Buenaventura de Mérida de los
Caballeros. La mayor parte de sus fondos está integrada por expedientes de
grado, relación de estudios, asuntos administrativos, conmemoraciones
patrióticas, impresos varios. La organización del archivo se debe a la labor de
Tulio Febres Cordero. Archivo Histórico del Registro Principal: Es, como el de
la ULA, muy valioso. Allí están los papeles del archivo de la antigua provincia
de Mérida. Sus piezas están encuadernadas en volúmenes, por orden
cronológico. Hay documentos originales de 1577 a 1873. Está la copia del
expediente que recoge el juicio seguido a Juan Rodríguez Suárez por la Real
Audiencia de Santa Fe de Bogotá, en 1559. Protocolos notariales desde el 2 de
septiembre de 1577. Expedientes civiles, desde la Colonia. Expedientes
criminales, con todo lo relativo a comisos, conspiración, infidencia, asonada,
homicidios, etc. Contó con un órgano de divulgación: Boletín del Archivo
Histórico de la Provincia de Mérida, 1943-1955, del que circularon 40
números. La organización técnica del archivo se debe en gran parte a
profesores y alumnos de la Escuela de Historia de la ULA, vinculados a la
cátedra de Paleografía y Prácticas de Archivo. Archivo de la Gobernación: Se
comenzó a organizar en 1935. Guarda todo lo relacionado con la
documentación oficial. Documentos históricos de señalada importancia se han
pasado, por disposición del gobernador del estado, a la sala Febres Cordero del
Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, con sede en la misma ciudad de
Mérida. Archivo Arquidiocesano: la documentación más antigua se remonta a
la mitad del siglo XVII. Este repositorio es harto importante para la historia
eclesiástica de Venezuela. Comenzó su organización el obispo Rafael Lasso de
la Vega (1815-1828), quien reunió los papeles de la Iglesia que con motivo del
terremoto de 1812 se habían dispersado; continuaron en esta tarea otros
mitrados, como José Vicente de Unda (1836-1840), Juan Hilario Bosset (1842-
1873), y Ramón Lovera (1880-1892), quienes, además, incorporaron nuevos
documentos. Pero, sin duda, el que más hizo por el archivo fue el obispo
Antonio Ramón Silva (1894-1923), quien encontró el repositorio en lamentable
estado después del sismo de 1894. Silva realizó la ciclópea tarea de salvar los
papeles de la diócesis y procuró ordenar los documentos de los archivos
parroquiales. Esta labor del obispo culmina con la publicación de la
obra Documentos para la historia de la diócesis de Mérida en la que se
recogen piezas sobre la erección de la diócesis, pontificados de los obispos
Juan Ramos de Lora, Manuel Cándido Torrijos, Antonio Espinosa, Santiago
Hernández Milanés y Rafael Lasso de la Vega. En los últimos tiempos, quien
más se destacó en la ordenación de este archivo, fue el presbítero Luis E.
Cardona Meyer, quien dejó allí huella indeleble por su preocupación de ajustar
la clasificación y catalogación de fondos a los modernos sistemas
archivísticos. Sala Febres Cordero del Instituto Autónomo Biblioteca
Nacional: Creada en 1978. Sus fondos centrales están constituidos por la
copiosa documentación, libros, periódicos y hojas sueltas que pertenecieron a
don Tulio y a su hijo José Rafael Febres Cordero. Además, se ha alimentado
este archivo con traspasos de la gobernación del estado Mérida. También, el
Archivo General de la Nación (AGN), le cedió en préstamo 42 tomos de copias
(ciudades de Venezuela) obtenidas en el Archivo Nacional de Colombia, de la
sección Audiencia de Santa Fe.

Estado Carabobo. Archivo Municipal del Distrito Valencia: Este está con
formado por libros del Registro Civil, expedientes de matrimonios,
correspondencia, órdenes de pago. Su documento más antiguo se remonta a
1635. En 1955 la Municipalidad creó el cargo de archivero. en este instituto el
historiador y paleógrafo Francisco Morales Urbano, quien fuera miembro
correspondiente de la Academia Nacional de la Historia por el estado Yaracuy.
En Valencia, funciona, igualmente, el Archivo María Clemencia Camarón, con
mucha documentación histórica ordenada y clasificada bajo la dirección de la
antropóloga Enriqueta Peñalver. Este instituto figura como seccional del AGN.
Es el primero de su tipo en Venezuela.

Estado Sucre. Archivo General: Su organización comenzó formalmente en


1898 cuando el Ejecutivo del estado crea el cargo de archivero. Sus fondos
están integrados por legajos de correspondencia, libros, revistas, periódicos y
publicaciones oficiales. Su pieza más antigua es el mensaje presidencial y la
memoria del estado Bermúdez, en 1896. Se rige por un reglamento que data del
29 de abril de 1960. Durante 50 años fue jefe de este archivo el historiógrafo
cumanés Ignacio Rodríguez Mejía.
 Estado Trujillo. Archivo del Registro Principal: Su organización
comenzó en 1899 este repositorio contiene importante documentación de
los siglos XVII, XVIII, XIX y primeras décadas del XX. Con la
documentación histórica hay igualmente piez as documentales
contemporáneas, Sus papeles más antiguos datan de 1602. Sus fondos
sirvieron de fuente para los trabajos del historiógrafo regional, por otro
lado, el Archivo de la Diócesis de Trujillo: esta compuesto igualmente
en papeles históricos, pues centraliza los documentos de las diversas
parroquias de la jurisdicción diocesana. La documenta ción más antigua
se remonta a 1600. La centralización documental recomendada por el
Archivo General de la Nación y por el I Congre so de Historia
Eclesiástica se celebró en Maracaibo, en 1969, fue ejecutada, con la
aprobación del obispo José León Rojas Chaparro, por monseñor doctor
Rosalio Castillo Lara y el presbítero Ramón Antonio Morello ..

 Estado Táchira: Es también muy importante la documentación histórica


agrupada en diversos repositorios. Dentro del Registro Principal están
los fondos del Archivo Histórico de La Grita, organizado en 1947 por el
historiador Héctor García Chuecos, entonces director del AGN.
las fechas más antiguas de documentación en este archivo se Registraron
en Principal del Estado, 1616; concejos municipales, 1657; parroquias
eclesiásticas, 1720; registros subalternos, 1748; juzgados de distrito,
1840; gobernación del estado, 1845; prefecturas de municipio, 1873;
juntas comunales, 1874; juzgados de municipio, 1901; y prefecturas de
distrito, 1919. Dentro del Registro Principal están los fondos del Archivo
Histórico de La Grita, organizado en 1947 por el historiador Héctor
García Chuecos, entonces director del AGN.

Estado Yaracuy: Existe el Archivo General del Estado, el Archivo Municipal


de San Felipe, el Archivo Episcopal, el Archivo del Centro de Historia del
estado, el Archivo de la Resp. Logia Tolerancia núm. 15, el Archivo del
Registro Principal de San Felipe, archivos de los Regist ros Subalternos de los
diversos distritos del estado, archivos de las prefecturas de distrito y archivos
de los concejos municipales. La documentación más antigua procede del siglo
XVIII.

Estado Lara: Funciona en la capital el Archivo Arquidiocesano, de in negable


importancia. Entre sus libros parroquiales está el de Carora, años 1762 -1822,
en donde pueden leerse las partidas de bautismo de los hermanos Torres,
próceres de la Independencia, y asimismo la del general Jacinto Lara, prócer
también y epónimo del estado. Los archivos del Registro Principal del estado,
notarías y registros subalternos de los diversos distritos. Entre estos Morán,
cuya capital, El Tocuyo, es una ciudad llena de historia. En el registro del
distrito Morán hay legajos de 1662.

Estado Falcón: Coro, su capital, fue la primera capital de la provincia de


Venezuela y asimismo el primer asiento de su diócesis. La mayor parte de su
documentación colonial se perdió en las incursiones de los piratas y otra
porción fue llevada a Caracas cuando esta ciudad se transformó en capital de
provincia y sede diocesana. Sin embargo, hay repositorios de importante
contenido, como el del Registro Principal, cuyo documento más antiguo data
de 1640. Tiene 70 tomos de instrumentos públicos. Asimismo son importa ntes
los archivos parroquiales y los de los registros subalternos de los distritos,
entre estos Miranda, Colina, Zamora, Falcón y Carirubana. El Archivo General
del Estado, cuyo inventario se publicó en 1934. Es muy valiosa su colección de
la Gaceta Oficial y su «escaparate biblioteca».

Estado Nueva Esparta: Funciona el Archivo del Estado. Su documentación más


antigua corresponde a 1881. En esta entidad federativa, como en algunas otras,
los documentos han tenido acérrimos enemigos; el primero que irrumpió en
Margarita fue Lope de Aguirre, quien incineró los papeles en 1561; otro tanto
hizo el general Pablo Morillo en 1815. Y lo que restaba lo quemó un
funcionario del Ejecutivo regional en 1905. Durante la gobernación de Heraclio
Narváez Alfonso se dictaron medidas para organizar el archivo. El Archivo
Diocesano, cuyo documento más viejo data de 1708, se ha formado con los
libros parroquiales de la jurisdicción episcopal, en acatamiento a lo resuelto en
el Primer Congreso de Historia Eclesiástica. Cabe señalar también el archivo
particular del profesor Jesús Manuel Subero, con papeles desde 1807,
repositorio al que tienen libre acceso los investigadores. Archivo del Concejo
Municipal del distrito Marcano, con libros de actas desde 1883.

Estado Zulia: Entre sus principales archivos están el del Concejo Municipal del
distrito Maracaibo, con papeles desde 1655; el del Registro Principal, cuyos
orígenes se remontan a 1836. Su documentación es variada y en el orden
cronológico su documento más antiguo data de 1790; el Arquidiocesano, cuyos
papeles más viejos son de 1808; y el Archivo Histórico del Zulia, dependiente
del Ejecutivo del estado, con muy valiosos documentos, en especial sobre la
época de la Gran Colombia; este instituto lo creó el presidente del estado,
Héctor Cuenca, con fecha 23 de febrero de 1944. Hay archivos en cada una de
las prefecturas de distrito y concejos municipales, registros subalternos y
parroquias eclesiásticas. Es propósito del Archivo General de la Nación (AGN)
que en cada estado funcione una seccional donde se centralice toda la
documentación histórica de la región; se unifiquen los sistemas de clasificación
y catalogación de fondos, y se preste la asistencia técnica necesaria.

Temas relacionados: Historia; Paleografía.


A u t o r : Mario Briceño Perozo

Ahora bien entre los tipos de archivos podemos encontrar:

1.4. - TIPOS DE ARCHIVOS


Los elementos de un archivo pueden ser de cualquier tipo, simples o estructurados o según
su función.
1.4.1. - SEGÚN SU FUNCION.
Se define por:
a.- Archivos Permanentes:
Son aquellos cuyo registros sufren pocas o ninguna variación a lo largo del tiempo, se dividen
en:
Constantes: Están formados por registros que contienen campos fijos y campos de baja
frecuencia de variación en el tiempo.
De Situación: Son los que en cada momento contienen información actualizada.
Históricos: Contienen información acumulada a lo largo del tiempo de archivos que han
sufridos procesos de actualización o bien acumulan datos de variación periódica en el tiempo.
b.- Archivos de Movimiento
Son aquellos que se utilizan conjuntamente con los maestros (constantes), y contienen algún
campo común en sus registros con aquellos, para el procesamiento de las modificaciones
experimentados por los mismos.
c.- Archivo de Maniobra o Transitorio
Son los archivos creados auxiliares creados durante la ejecución del programa y borrados
habitualmente al terminar el mismo

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