ELABORACIÓN DE JABONES MEDIANTE EL PROCESO DE
SAPONIFICACIÓN EN FRIO
El jabón probablemente se inventó antes de la Era Cristiana, aproximadamente en
2800 A.C. Tablillas de arcilla sumerias descubiertas en Mesopotamia mencionan
la mezcla que se obtenía de hervir aceites con potasio, resinas y sal y sobre su
uso medicinal.
Otra versión acerca del origen del jabón indica que en el monte Sapo, cerca de
Roma, donde se llevaban a cabo sacrificios de animales, se producía una mezcla
entre la lluvia que caía, las cenizas de las hogueras y la grasa animal. Esta
sustancia escurría por los lados del monte hacia el río y los Romanos percibieron,
en su piel y en sus ropas que limpiaba.
Entre los siglos VII y VIII el jabón se comenzó a fabricar en España e Italia usando
cenizas y grasa de cabra. Sin embargo, el jabón es un artículo de lujo que solo
estaba al alcance de las clases altas. En la misma época los franceses
comenzaron a sustituir las grasas animales por el aceite de oliva.
Las primeras grandes jabonerías europeas fueron construidas por los árabes a
finales del siglo X en Sevilla, Se fabricaba un jabón a base de aceite de oliva
conocido cuatro siglos más tarde como el Jabón de Castilla. El Jabón de Castilla
recibe este nombre por haberse producido a gran escala en los territorios de la
Corona de Castilla.
En el siglo XV aparece el Jabón de Marsella fabricado en la zona de Marsella
(Francia), estando registrada su venta por primera vez alrededor de 1370. Este fue
el precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de aceite de oliva,
agua del Mediterráneo y cenizas del árbol de laurel. La industria jabonera floreció
en las ciudades costeras del Mediterráneo favorecida por la presencia de
abundantes olivares.
En el siglo XVIII se alcanzó una comprensión detallada del proceso de
saponificación. Ocurre el descubrimiento del francés Nicolas Le Blanch en 1791,
de un procedimiento para obtener carbonato de sodio a partir de la sal común,
simplificando y abaratando la obtención de la soda caústica. Esto permitió la
fabricación a escala industrial, el abaratamiento ostensible del producto y la
extensión de su uso a todas las clases sociales; cambiando los patrones de
higiene en las sociedades y reduciendo la aparición de enfermedades,
principalmente las contagiosas, asociadas a la piel.
Hasta principios del siglo XX, la mayor parte del jabón que usaban nuestros
antepasados era completamente natural y fabricado en casa. Para ello, se
aprovechaban las grasas procedentes de cocinar alimentos y de algunos
animales. A partir de 1916 debido a la Primera Guerra Mundial se produjo una
escasez importante de grasas, como alternativa a este ingrediente principal en la
fabricación del jabón, algunas empresas comenzaron a desarrollar y fabricar los
primeros jabones sintéticos, denominados detergentes. Es así como desde los
años 30, el jabón tradicional tuvo que competir con los tensioactivos sintéticos que
se utilizan hoy en los detergentes y champús, que además son altamente
contaminantes.
¿Qué es el Jabón?
Desde el punto de vista químico, el jabón es una sal obtenida a partir de la
reacción entre una sustancia alcalina y un ácido. La sustancia alcalina que se
utiliza para hacer jabón sólido se forma combinando una solución de hidróxido de
Sodio (soda caústica) y agua con grasas y los aceites que pueden ser de origen
vegetal y animal. La reacción química además de jabón produce también glicerina.
La capacidad que tiene el jabón para limpiar es debido a que sus moléculas
cumplen una doble función: una parte huye del agua, (hidrófobo) y tiende a unirse
a la grasa, la otra acepta el agua (hidrófilo), A estas moléculas se les denomina
tensoactivas, lo que le da la propiedad de limpiar o lavar una superficie con grasa.
Por ejemplo, lavar la piel solo con agua no es efectivo, ya que el agua sobre una
superficie de este tipo forma gotitas esféricas de manera que casi no contacta con
la superficie. Al añadir un tensoactivo, su parte lipófila se une a la grasa y la parte
hidrófila con el agua de la ducha, manteniendo así una emulsión que se elimina
fácilmente por arrastre con el agua. El efecto que hace el enjuagarse favorece el
lado hidrófilo y por ello remueve la suciedad.
Un aspecto importante que debe ser considerado al elaborar jabones es su pH. El
pH de la piel es ácido, aproximadamente 5.5, es decir, un ácido débil, por tanto,
los jabones deberán producirse con un pH que no varíe mucho del pH de la piel
para no irritarla. Sin embargo, por lo general, obtenemos jabones que tienen un
pH ligeramente alcalino (de 8 o 9) que al entrar en contacto con el agua de la
ducha, permite que el pH prácticamente no cambie.
¿Qué es el pH?
El pH es una unidad de medida que sirve para establecer el nivel de acidez o
alcalinidad de una sustancia.
Para medir la basicidad (o alcalinidad) de un medio acuoso se utiliza un pH metro
También pueden utilizarse las tiras indicadoras de pH que son muy prácticas y
más económicas. Para ello tendríamos que sumergir una pequeña tira en la
solución y comparar el color con la escala. EL pH puede oscilar entre los valores 0
y 14. De 0 a 6.5 el pH de la sustancia medida sería acido, y de 7.5 a 1.4 sería
básica o alcalina. Se considera que el pH es neutro cuando es igual a 7
¿Qué es Saponificar o Saponificación?
La saponificación es un proceso químico por el cual un cuerpo graso, unido a un
álcali, da como resultado jabón y glicerina. Durante este proceso la grasa se
transforma en jabón.
En primer lugar, el proceso requiere de la dilución de la soda cáustica (NaOH) en
agua (H2O), y forma el álcali, llamada también lejía, luego se le agregan los ácidos
grasos formándose el jabón más la glicerina.
H2O + NaOH + Ácidos Grasos = Jabón + Glicerina
Álcali + Ácidos Grasos = Jabón + Glicerina.
La glicerina es producto del proceso de saponificación de los ácidos grasos, los
industriales extraen esta glicerina para utilizarla en la fabricación de otros
productos distintos al jabón. De allí la diferencia entre el jabón artesanal y el jabón
industrial, cuestión que se confirma con la alta lubricación del primero.
Coeficientes de Saponificación De Algunos Aceites y Grasas
comunes en Venezuela
Índice de Índice de
Aceite o grasa
Aceite o grasa saponificación saponificación
Aceite de coco 0,184 Aceite de palma 0,142
Aceite de girasol 0,137 Aceite de soya 0,136
Aceite de maíz 0,136 Grasa de cabra 0,138
Aceite de oliva 0,136 Grasa de Res 0,143
Grasa de pollo 0,140 Manteca De Cerdo. 0,139
¿Cómo saponificar grasas o aceites?
Cada tipo de aceite o grasa necesita una cantidad diferente de soda caústica para
transformarse en jabón
Para saber cuánta sosa se necesita para saponificar una cantidad de una
grasa concreta, sólo hay que multiplicar dicha cantidad por el valor
correspondiente que aparece en la tabla. Por ejemplo, para saponificar totalmente
100g de aceite de oliva (en la tabla su parámetro es de 0,136) basta multiplicar
100 x 0,136 = 13,6g, este resultado es la cantidad de sosa que necesitaremos
La cantidad de agua a usar para diluir la soda caústica, es igual al 40% del total
del peso de las grasas a saponificar
Ejemplo:
Para hacer un jabón utilizando 500 gramos de Aceite de Coco.
1. Multiplicar 500 (Aceite De Coco) x 0.184 (coeficiente del Aceite)
500 x 0.184 = 92 (se usaran 92 gramos de soda caustica)
2. Sacar el 40% del total del aceite a usar:
500 x 40/100 = 200 gramos de agua.
Resultado:
Para saponificar, o hacer jabón con 500 gramos de aceite de coco necesitamos:
500 gramos de aceite de coco.
92 gramos de soda caustica.
200 gramos de agua.
En el caso de que vayamos a hacer un jabón con diferentes aceites, habría que
buscar la cantidad necesaria de sosa para cada tipo de aceite concreto, y luego
sumarlas todas. También por eso, en las recetas de jabón, si queremos sustituir
un aceite por otro, habrá que ajustar la cantidad de sosa necesaria.
Las fragancias y colorantes artificiales no deben exceder el 2% de la
composición del jabón.
Normas de Seguridad que deben seguirse al Saponificar.
Lo primero que se debe tener en cuenta al momento de saponificar, es que se
está manipulando un material altamente corrosivo y peligroso, La soda cáustica al
contacto con el agua reacciona y eleva su temperatura, y esa lejía que se forma es
extremadamente peligrosa, tanto si cae sobre la piel o los ojos, como si se inhalan
los gases que emana, por ello a continuación se detallan los artículos de
seguridad que deben usarse al manipular el hidróxido de sodio, o soda cáustica.
Usar delantal, guantes y lentes de seguridad.
Mezclar la soda en el agua en un lugar ventilado.
Echar la soda sobre el agua desmineralizada o destilada (se forma lo que
diferentes autores denominan lejía)
Tener a mano vinagre, en caso de contacto con la lejía, lavarse con él.
En caso de contacto con la lejía o con la masa del jabón sin saponificar lavarse
con abundante agua, Si cae en los ojos debe lavarse bien con abundante agua
durante unos minutos y acudir al médico.
No usar: Utensilios de aluminio, zinc, hierro, estaño o teflón, ni plástico que
no soporte temperaturas altas.
Los niños y niñas deben mantenerse alejados del área de trabajo para evitar que
inhalen los vapores de la mezcla o que se produzcan accidentes involuntarios que
podrían ocasionar serias quemaduras. En caso de tener mascotas observar la
misma precaución.
Los utensilios para la elaboración de jabón deben ser exclusivamente utilizados
para ello.
Elaboración de jabón
Quienes elaboran jabón necesitan adquirir experiencia y conocimientos muy
amplios sobre los álcalis y sus reacciones químicas para proceder a realizar una
saponificación que ofrezca totales garantías de que el producto final obtenido no
entrañe riesgo alguno para la piel. Así mismo, para realizar un buen jabón
perfectamente saponificado y con unas excelentes cualidades limpiadoras y
emolientes.
Se necesita conocer también de la existencia de una serie de tablas, llamadas
tablas de saponificación, contentivas de parámetros y proporciones muy
concretas de cada uno de los elementos que constituyen la reacción, así
como su correcta formulación.
Una alternativa para quienes están comenzando es la de utilizar las calculadoras
que existen en Internet, entre ellas la de Mendrulandia
(http://calc.mendrulandia.net) o la calculadora de Pinsapo
(http://www.pinsapo.com/calculadora) que permiten obtener automáticamente las
cantidades de soda caústica y agua que se necesitan, así como otros indicadores
aproximados de calidad del jabón, por ejemplo dureza, persistencia, espuma,
burbujas, acondicionado, Yodo, sobre engrasado y concentración.
El sobre engrasado
El sobre engrasado consiste en dejar que una parte pequeña del aceite no quede
saponificado y para ello ponemos menos cantidad de soda de la necesaria. Así se
garantiza por una parte que no exista exceso de soda en el jabón, y por otra
mayor suavidad. Además, el sobre engrasado si es bajo proporciona mayor
cantidad de espuma y menor si es muy alto. También repercute directamente
sobre la dureza del jabón haciéndose más blando y soluble cuanto más alto sea.
El sobre engrasado se suele expresar en tanto por ciento, por lo que un sobre
engrasado de 1% significa que aproximadamente el 1% del aceite no se saponifica
porque dejamos de poner el 1% de sosa. Así, si la cantidad de soda necesaria es
de 135 gr, el 1% sería 1.3, por lo tendríamos que usar 133.7 gramos de sosa. Para
un sobre engrasado del 10% restaríamos a la cantidad 13.5, con lo que nos
quedarían 121.5 gramos de sosa. Ahora bien un sobre engrasado al 0% significa
que todo el aceite fue saponificado. Por lo general, se recomienda un sobre
engrasado del 5% al 10% en jabones de uso cosmético.
El sobre engrasado implica también un riesgo. Al haber parte del aceite no
saponificado, éste tiene posibilidad de estropearse. Si además el aceite es
especialmente delicado, mayor es el riesgo. Se puede reducir el riesgo de
enranciamiento si añadimos un antioxidante como la vitamina E.
Procedimiento para la elaboración de jabones con la técnica de
saponificación en frio
Paso 1: La fórmula
Para comenzar es necesario contar con una fórmula que nos indique las
cantidades de cada uno de los ingredientes según el tipo de jabón que se quiera
elaborar.
Es importante destacar que la saponificación depende de varios factores: tiempo,
tipo de aceites, calidad de la soda, temperatura, velocidad del batido… ¡y algunas
personas aseguran que incluso de las fases de la luna! Un jabón elaborado con
prisa por terminar o con estrés tiene mayor posibilidad de dañarse con la
consecuente pérdida de materiales y la frustración del jabonero o jabonera. Por
ello para obtener un jabón de calidad se requiere paciencia, tiempo, cariño y
buen ánimo.
Paso 2: Los materiales y utensilios
Es muy importante tener a mano y organizados los materiales y equipos que
utilizaremos, a fin de evitar imprevistos y demoras innecesarias.
Paso 3: Pesar los ingredientes
Pesar por separado los diferentes ingredientes lo más exactamente posible.
Podemos pesar primero las grasas y aceites y mezclarlos. Si alguno de ellos se
encuentra en estado sólido hay que derretirlo aplicando calor (bien sea en baño de
María, horno microondas o directamente a fuego bajo) Este es el caso por
ejemplo, de la manteca de cacao o el aceite de coco que puede solidificarse
cuando el clima es frio. Los aceites sometidos a altas temperaturas se transforman
y pierden sus propiedades naturales, por ello siempre debe utilizarse fuego bajo.
Paso 4: La preparación de la solución de soda caustica o lejía
Para preparar la solución de soda caústica, también llamada “lejía”, hay que
proteger brazos, manos, boca, nariz y ojos. Una mínima salpicadura puede
ocasionar desde irritación hasta quemaduras graves. La mezcla puede
realizarse en un envase de plástico resistente, vidrio o acero inoxidable. No
pueden usarse envases ni utensilios de aluminio porque la soda reacciona en
contacto con ellos. El envase debe ser de boca amplia y alto para evitar derrames,
de ser posible transparente para poder ver si la solución está bien disuelta. Todo
el proceso de elaboración de jabón debe realizarse en un espacio bien ventilado,
cerca de una ventana o en el exterior de la vivienda.
SIEMPRE LA SODA SE DEBE VERTER CON SUMO CUIDADO EN EL AGUA,
nunca al contrario. Se va removiendo con cuidado hasta que la soda esté
completamente disuelta en el agua, evitando salpicar e inhalar los vapores. La
unión de la soda y el agua produce temperaturas muy altas, de aproximadamente
70 grados centígrados que no se percibe con los guantes puestos.
Se deja la solución enfriar en un lugar ventilado o fresco, donde no haya riesgo de
que se caiga o alguien la toque.
Paso 5: La mezcla de la lejía y los aceites
Es muy importante que las temperaturas de la lejía y los aceites sean similares al
momento de hacer la mezcla. Esto facilitará el proceso de saponificación. La
temperatura ideal suele ser de unos 40º grados centígrados. Sin embargo se
puede realizar la mezcla con los ingredientes a temperatura ambiente en un día
cálido o calentar los aceites hasta que alcancen la temperatura de la lejía que
nunca debería pasar los 60°C
Cuando la lejía y las grasas alcancen la misma temperatura se procede a
mezclarlos. Hay que procurar que el envase donde se vaya a mezclar tenga la
capacidad necesaria para contener cómodamente tanto las grasas o aceites como
la lejía, debe quedar todavía espacio libre para poder mezclar y evitar derrames o
salpicaduras.
Se vierte lentamente la lejía en el envase que contiene los aceites o grasas,
revolviendo con un palo grueso de plástico o de madera hasta que todos los
ingredientes se mezclen y continuar revolviendo para que la mezcla vaya
espesando y alcance la traza. Da mejores resultados si el movimiento es continuo
y enérgico. El tiempo de batido dependerá de la cantidad y el tipo de ingredientes.
Batiendo a mano puede tomar entre unos 10 minutos o una hora
aproximadamente.
Aunque todo el proceso puede realizarse a mano, es posible reducir el tiempo con
ayuda de una batidora eléctrica manual. En este caso debe usarse la batidora por
períodos alternos de aproximadamente 1 minuto para evitar la sobrecarga del
motor.
Hay que batir hasta que la mezcla espese y tenga una consistencia similar a la de
la mayonesa o cuando al levantar el palo las gotas dejen una huella superficial en
la mezcla. En ese momento habremos alcanzado el punto de traza.
Paso 6: Agregar aditivos, fragancias y colorantes
Llegado al punto de traza se agregan removiendo lentamente todos los aditivos
previamente pesados. Algunas personas los mezclan primero y los agregan, otras
los van agregando por separado. Los aditivos suelen endurecer la mezcla por lo
que es importante verterla enseguida en el molde.
Paso 7: Colocar en el molde
El molde o moldes deben estar preparados desde el principio para no perder
tiempo y evitar que la mezcla endurezca y sea más difícil de manejar. Se pueden
utilizar diferentes envases como moldes, por ejemplo cajas duras de cartón,
envases plásticos o cajones de madera que es necesario revestir con bolsas
plásticas o papel parafinado para que la mezcla no se pegue y facilitar el
desmoldado. Los cartones usados de jugos y bebidas al ser parafinados pueden
utilizarse con buenos resultados aunque habrá que romperlos luego para
desmoldar. Hay excelentes videos en Internet que muestran diversas maneras de
hacer sencillos moldes para jabón en casa.
Si no estamos seguros de que toda la mezcla cabrá en los moldes es conveniente
tener siempre algún envase o molde pequeño adicional.
Debe agregarse la mezcla en partes e ir golpeando suavemente la base del molde
contra la mesa para que la mezcla se vaya asentando y expulsando el aire.
El proceso de saponificación no concluye aquí, sino que continúa durante al
menos un mes. Es decir, el jabón no podrá utilizarse hasta pasado un mes de su
elaboración, por lo que se recomienda anotar la fecha de su elaboración. Es
necesario mantener el jabón por unos tres días en el molde. Por ello se debe tapar
el molde y envolverlo completamente con un paño o tela gruesa para que
conserve el calor que necesita. Se resguarda en algún sitio donde no haya
corrientes de aire.
A los tres días se destapa y si el jabón ya está lo suficientemente duro se
desmolda. Según el tamaño del molde se procede a cortar el jabón en trozos. Se
dejan los jabones descubiertos para que se continúen secando en un lugar donde
no les caiga polvo, hasta que tengan el mes y puedan ser utilizados.
Hay otras modalidades de elaboración de jabón que utilizan calor para acelerar el
proceso de saponificación mediante su cocción en baño de María o al horno.
También puede realizarse un jabón base al frio (sin aditivos) y pasados unos días
desmenuzar y fundir esta base con agua en baño de María incorporando la
fragancia y el colorante al final. Cada procedimiento tiene sus ventajas y
desventajas, nuestra recomendación es elaborar jabón al frío hasta dominar la
técnica antes de experimentar con el uso del calor o el refundido de jabón.
Recetas básicas de jabón
Jabón básico de aceite usado
Ingredientes Cantidad (gr)
Aceite usado 674
Agua 225
Soda caústica 101
Otros (opcional) 20 gr de arcilla o de avena molida para mayor dureza
20 gr de sal para blanquear el jabón
Jabón de aceite usado y aceite de coco
Ingredientes Cantidad (gr)
Aceite usado 470
Aceite de coco 188
Agua 246
Soda caústica 96
Otros (opcional) 20 gr de arcilla o de avena molida para mayor dureza
20 gr de sal para blanquear el jabón
Jabón de manteca de cochino y aceite de coco
Ingredientes Cantidad (gr)
Aceite de coco 50
Manteca de 638
Cochino
Agua 225
Soda caústica 87
Jabón de manteca de cochino, aceite usado y aceite de coco
Ingredientes Cantidad (gr)
Aceite usado 351
Aceite de coco 60
Manteca de Cochino 259
Agua 238
Soda caústica 92
Jabón de sebo de res, aceite usado y aceite de coco
Ingredientes Cantidad (gr)
Aceite usado 189
Aceite de coco 63
Sebo de res 419
Agua 237
Soda caústica 92
Jabón de grasa de pollo, sebo de res y aceite de coco
Ingredientes Cantidad (gr)
Grasa de pollo 496
Aceite de coco 97
Sebo de res 85
Agua 232
Soda caústica 90
Ingredientes adicionales:
Aceite de coco, sábila (proporcionan espuma y acondicionado)
Sal (para dureza y blanqueado).
Referencias
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República Bolivariana de Venezuela. Ministerio del Poder Popular para el
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Cosmetología para estética y belleza Formativo Ciclo Grado Medio www.mhe.es
Inmaculada Sabater Galindo Lourdes Mourelle Mosqueira. Freelibros.org
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http://www.camachosacristan.com/es/historia-del-jabon/origen.php
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