0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos) 204 vistas32 páginasLa Critica de Arte - Calvo
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Ws enc ve. |]
P.9 Las preguntas
Fernand Sevater
AgTS
75 Las motivaciones det coleccionisme
99 El mercado del arte
Jean Bertier
IIL Perplejidades del arte moderno
Raméa Mayrata
135 Los museos de arte contemporineo
Maria Dolores Jiméner-Blaco
161 El cuadro es Ia gran catdstrole
CConverscin de Francisco Calvo Serle
con Euuande Atoyo.
017 Baton 203. Las exposiciones de arte
itera Ene, Beoases oo 223. Descaros y antfaces en el arte del cuerpo
SSCSCSS IFPI SIFFS IFSSSIFIFSIIIIPIBISESBLa ctitica de arte
Francisco Calvo SerrallerCas ds sighs después de haber sido formula, en
ls alborer del tpoencontempordnen, [a desctpeion
heh por Diderot del cts de ante a sigue ene
Me refero alo que ecb el flbsofo frets tomo
dedictra a a amigo Grimm ean moto de publint
eT conjanto dels cic de ane gue hala tclacade
[obi el San de 1765 en Pe se sus amigo ion
orienea Diet, sas ideas que me hun ‘asledo ante
Jos cuatosexpocto ese abo en l Salém Lat topo
zc al aa, sin preocupame ai por su orden af por |
q
su forma. Lat hay als y le ay verdaeral™
Analizada esta delracin se puede apredaren ell
algo mis que una snp contin de faba modesia pre
ventiva oa expresign desenfadada de ua talnte ia
Co, puso que apunta al exlarecimiento de unas creone
Poa Ch el adic de ios ae oe primer liga, Diderot slude alas eoordenadss tempor
mcr etn Crane ily ta les que contextatizan lo jugado se uaa de le obras
Tre Se ont? ate ARCODATA, bance presentadas el aio 1765, pero ain con restrcciones mis
St pnt So Cae an Coneretas que filtan sx eance! nose juage inact
Andee ee Co, Mai aE, Bf nadamente lo producido artsticamente ese af, sino tan
igi Ln ate eno,
* Las nti alld eds pl i 8)
18
SHEEP SIIFISFIIIISSIIIIFSITSITITIIUWsélo parte de lo creado en Francia, siempre que haya sido
presentado respetando las normas de la convocatoria of
tial que peribdicamente se produce en Paris y hubiera
sido aceptado por el jurado de admisién.
Con todo ello Diderot estaba aludiendo a una cat
sorla esencial de la modemidad: que debe juzgar en té
minos de actwalidad; esto es: que slo critica la presencia
del presente, lo que se exhibe piblicamente hoy. En se-
undo lugar, afirma que habla al azar, sin orden ni con-
cierto, pero no por ninguna voluntad expres, sino porque
lo que se exhibe en el Salén no permite otra cose, dado.
‘no sélo el mimero abundantisimo de cuadros colgados,
sino la arbitrariedad de procedencia, condicién, tamafio,
sénero y hasta ubicacién en las patedes, pues, como es
ssbido, la costumbre tradicional en este tipo de exposi-
ciones puiblicas hasta précticamente el siglo xx consistia
en el amontonamiento de las obras, unas encima o al
lado de otras, sin atender a ningin orden légico 0 estti-
0, formando un galimatias visual que a nosotros hoy
nos pareceria un caos indescifrable. De esta maners, se
cxplica que al visitante del Salén se viera envuelto en
tuna marafia de solicitaciones, absolutamente mediatizada
Por Factores incontrolados de pura casualidad, como, por
ejemplo, que ef cuadro en cuestién fuera Ficilmente vsi-
ble en funcidn no sélo del sitio ocupado, sino del pro-
pic tamafo, la compatia, la luz, etcéters. En este sentido,
incluso después de numerosas visitas atentas y pacientes,
fo era raro que se quedasen muchas cosas sin ser vistas
(© que fueran contempladas en unas condiciones tan de-
ficientes que anulaban el valor de lo en ellas apreciz-
ble, De tal forma que lo advertido por Diderot con res-
Pecto al desorden de sus juicios ctiticos no era sino el
6
prudente dictamen de quien sabia que lo exhibido en un
salén de estas caractersticas janis era completamente abar
cado, ni siquiera abareable, con lo que habla que asumit
que el discurso consiguiente tuviera, fondo y forma, una
dlisposicidn aleatoria, producto del registro de impresiones
‘mds 0 menos casuales. ¥, en tercery iltimo lugar, lo que
sefila Diderot es casi la obligada conseeuencia de todo lo
anterior: que sus ideas forzosamente serian verdaderas y
falsas. Se puede intespretar esta duda acerca de la validez
de sus propios juicios como una consecuencia de la pes
pectiva crtca del pensamiento antidogmatico de la Ihstra-
cién, pero, ademis de ello, Diderot quiere mostrar Ia na-
turaleza esencialmente relative, por mediatizads, de esa
critica de arte basada en el juicio sobre la actualidad,
Como se sabe, fa etimologia del témino modemo
hace referencia simplemente a elo hecho al modo de
hhoy», alo actual, algo que se produce y se jtzga tempo-
ralmente, como andlisis de lo nuevo, que no es sino lo
ue se renueva temporalmente, cuando, de una tempore
daa otra, de un Salén al siguiente, cambian las obras y
se ha de dar cuenta de si estos cambios suponen transfor-
maciones cualitativas © no y cémo hay que valoraslas?
No obstante, no hace falta meterse en honduras sobre lo
‘que supone tna coneepcién de arte secularizada, tempo-
ralizada, para entender que la critica del are de lo peri
dicamente expuesto en un saléa ~tanto por la secuencia
temporal con la que se sucedian los salones como por le
forma en que étos se organizaban y presentaban fos cua
dros ante la contemplacién piblica~ presuponia aceptar
| naturaleza relativa de los juicios inspirados al recotter:
lo Por otra parte, es preciso saber que la propia existen-
cla histérica del Sal6n esti condicionada por la irupcién
”de una ofeta y una demanda artsice completamente
merado de obra de ate, qu, en 5 progrevo exe
Iento, se hizo cadaver mis abstacto y anbnimo, Desde
luego, posezmos datos que demuestan Que ya ass en
al plo xn un meredo de ate lo sulicentemente ip
nifcaivo como para que se multipicaen las clea
nes pias, comenvara a ser rentable a flifccion de
[Pobre incluso algunos artistas legaran a desafiar los mis
alos requeimientos de reyes y principes en fancion de
9 sisGuar de xa mayor libertad de ceaion que silo sob.
9 tenia lejos dels cones?
w__ Todos eos datos nos revelan la gstacibn. de un poe
lio cada vez mis numero y, por end cada ver nds
influgene: un piblico, ademas, que no silo ya no per
Fo teneia necesaamente los estamentosde i aoblon
el cleo, que hasta entonées hablan pricieamente mon.
9 polizado la demands anstics, sino que, en la mayor parte
Bote ios cases, clair telat personal con
los artisan Exe piblico, por ota parte, que estaba fe
damentalmeate fermago por burgess 7 que, como tl
fe pelando a su condicion de simples anutamyo aficione,
Paes, no fomaba parte ratual de ninguag battucbn
Pe cficil encanta de ear pore gusto stsicn como I
Be comespondia hacer entonces a las academias, llegé, no
Me@obstante, a crear poderosas corrientes de opinién ¢ in-
luso a hace con el contol ideolgica Formal. de
Bisa de ets aden como ones seeker ad
silo 2, con la ettalizala y mey poderos academia
Frances, que temind siendo dirigda por uno de los
lbs de estos aficionados, el colectioniay teen
Pp@koger de Fess
[Gon todo, hay que esperar al sgl xv para que este
conjunto de sintomas de la getaciony fortalcimiento
de wn mercado del arte y dl correspondiente piblio lle
XP gue a aleanzar una extension ¢ infuencia decisivas, De
© hecho a historia de este consoldacin esd estechamen._
3) teria al fenémeno dels exposicionespiblies de ex:
_Hicterpeiéico, queen Francia teabieron el pombre de
“salones, pues éstoslegaron a tener importaia cuando
defnivamente se ubicaron en el Sain Caré el Loure,
to que acacia pari de 1699. De todas formas, la fecha
verdaderamente cave para soir institucionalizacién
el-Salin.como.sn acontecimiento pablico es la de 1737,
pus ela marca el comienzo de la reglacion peribica
bienal de estas exibiiones artistas, que se eeloraron,
en una primera épocs, ls aos impares, adquirendose
asimismo la castambre de programar su inauguracén so
lemne of dia dela fenividad de san Luis 25 de egon
‘0, y mantentndoseabiertosprorimadamente entre tes,
Y tes semanas?
las academias deat, que comenzaron a desrrollar
se en as principales ciudad lianas durante el silo xx,
¥ cxyo modelo fue imitado por otrs nacones europe
durant el siglo xvu, solian exhib la bra de sus mie
‘bros con la intenién de adoctrnay alos iSvenes pring
Piantes, pero sv proyeccion, publics fue priticamne
ula hassel siglo xvi, cuando I estalzada academia
francesa rompié el resringido circu profesional que er
|| sacerizaba exas visitas abiié bremente sus puerat a
todo el mundo, Este dato es de extaordinai importa
«ia, porque, sn esta visita indtcriminada que nos vier
fe prematuramente del idea! democratizador que en el
% [fcr
al arte, no se podria ibdo esa dimensién »piblica» consustancial a la exposicién,
En este sentido, si atendemos a los testimonios contem-
Jporineos, lo que inicialmente més chocaba de estos
salones piblicos periédicos era precisamente la abundan-
a ¢ indefinicibn social de ls vistantes, preludio de las
multitudes urbanas del xxx, porque entre éstos no s6lo
se mezclaban profesionales y aficionados, doctos in-
ddoctos, sin, algo mucho mis sorprendente para la época,
diferentes sexos, edades y class.
En un excelente ensayo sobre el arte francés en el
siglo xvi, Thomas E, Crow reproduce el testimonio de
un atitico de arte, Pidansane de Mairobert, que describe
muy grificamente el ambiente social que se vivia en estos
salones.
«Se emerge, como de una trampae, comienza Mairo-
bert su relato por fa entrada misma a la exposicién,
sa través de un hueco de escalera, siempre congestionado
de gente a pesar de su anchura considerable. Escapz-
dos de este angustioso pasaje, no podemos recuperar el
aliento antes de vernos sumergidos en un abismo de calor
yen un remolino de polvo. Un ambiente tan pestlente e
impregnado de las exhalaciones de tanta gente enfermiza
que deberia al cabo del tiempo producir 0 un tayo 0
|i peste. Al fin se siente uno ensordecido por un ruido
continuo como el de las olas que estallan en un mar aia
do. No obstante, hay algo que puede deleitar los ojot
de un inglés: a mezcolanza, hombres y mujeres juntos, de
todos los érdenes y todos los rangos del Estado... Es
‘te quiets el Unico lager publico en Francia donde aues-
tro inglés podria encontrar esa preciosa libertad visible
cn toda Londres. Este especticulo maravilloso me agra
2»
ds incluso més que las obras expuestas en este templo de
las artes, Aqui el saboyano que vive de sus chapuzas
se codes con el iustre noble acicalado en st cordow leu
Ia pescadera intercambia sus aromas con la dama de al-
cumia, obligindola a apretarse la nariz. para combatir el
fuerte olor de brandy barato que la invades el rudo arte
sano, guiado sblo por su instinto,salta con una justa ob-
servacién, al oft la cual un imbécil ingenioso casi estalla
de tisa s6lo por la razén del cbmico acento en que ha
sido expresada; mientras tanto, un artista, oculto entre
la multitud, desenmadeja el stimo significado de todo
‘esto y procura sacar provecho.st
El amontonemiento indiscriminado del piblico visi
tunte, ademas de produeit el efecto costumbrista inslito
de esa mezcolanza socal grficamente descrita por Mai-
robert, estaba cargado de una siguficaibn, por el mo
mento, moral, aunque los acontecimientos que pronto se
sucederian —al texto citado data de 1777 demostraron
que también politica: ese pblico representaba cl autén-
tico gusto socal y, como tal, atentaba la mis alta instan-
cia critica que avalaba una verdad refrendada por la ma-
yoria, la tnica erelble en los albores dela legitimaidad
patlamentaria” De esta manera; OF piinaia vee, con
ffontaba Ta verdad institucional con la verdad poplar ~e
mérito arto sepin los cénones académicos frente al
apoyado por el éito piblico-, pero asimismo el icio
suptestamente doctoo intresado frente la opinign bce
iy espontinea, la minoria frente a la mayoria. Sobre esta
eneuesta se edificaré en el futuro el éxito, que no slo
estableceed la epopultidads aleanzads por un artist, sino
también, tan pronto como los canales de comercaliza
acin dea ob se alapesen a as nuevas icant,
‘8% mayor 0 menor posperdadeconémia
™ El optinsme con que ve aud la posibilidad que
ofrecia el Slén pars consgrar el verdadero talento de
los atta, a ues deere desnerenado iio del bl
o,f csi univer. Aal no debe etaarmon ge Uno
eae Jos primeros y.més famosos criticos del arte de ese
‘momento, La Font de SuntYene; amas comune:
tement fo sigsiente: Solent
2
mes y justos que ‘iblico, que no tienen
lazo-alguno con los a ppodemos enconirar el len- |
eh mie dea verdad
{Los misinos artistas partciparon de este optimismo,
Pues, gracias a este improvisado juicio popular, veian la
ip posibilided de reforar,equilibrae 0 contarrestar el eetra
do y hasta entonces inapelable criterio de la academia,
' pero, ademis, paticularmente, aquellos que caltivaban los
‘9 aénctos consderados académicamente menore, que efi
‘@ todos los que no tuvieran que ver con de ls historia,
spseuin repetia la doctrina artistic clsicista desde el Re.
nacimiento, viron en este respaldo piblico la tnica po
sibildad de reconocimiento. Con lo que no es diff ima.
inar que el pdbico se convirtiee en la fuente de toda
esperanza artitica utura y, en consecuencia, que los at-
‘tistasrevolucionarios, sumida por completo esa dict
‘@nia_que cmpezaba a separar los honotes oficiales y el
‘9 Gsto,spostarun, en cuanto tuviron la oportunidad para
plieetlo tras 1789, por éste frente aquéllos, o, lo wes
jlo sism0, por la supresién de fae mediaciones académ-
eas en for de a ences ce ultima’ Eas
Pitusién tardaria un tiempo en disiparse y, cuando se pro-
(Wevjo, aproximadamente a partir de 1830, con motivo del
"
9,
22
\
|
tstableimiento de ese régimen burgués que fue el de la
llamada Monarquia de Juli, Ia de Luis Felipe de Or.
leans, comenzé ese cutioso fenémeno de la bohemia, una
potitivacion rebelde de la. marginsciGn sock
artistas sue empezaron a ver al piblico como aun tne.
igo al gue «conquistan,euiemismo baico que implica
doblegar y"vencer.“En todo caso, dela creenca en el
valor spoteésico del amontonamiento —de espectadores
{anto como de cuadros en el Salén—, se pas arevindear
‘a discriminacin, donde la calidad recobraba sus dere-
chos sobre la cantidad y el discernimiento sobre el
‘spontineo entusiasmo? a
Sea como se, {por qué, cémo y qué papel le comes: is
Pondié 2 los pair de entonces denominadosetices def J
atte, una especie profeional no conocida an
AUP Los escttores experos en custiones asic antes
le este siglo, en su inmensa mayoria ellos mismos atta,
solian prctica findamentalmente uno de estos tes géne
[& 1 memoraista, que consists en tuna recopilacion de
datos biogréficos de artistas cAlebres,siguiendo el modelo
de las vidas de Vasat; el tratado doctrinal, donde se com.
Pendiaban las normas ideales del clasicismo; y, por alti
mo, ef tat nico, que consistia, a diferencia de los
tecetarios artesanales del medievo, en el desatollo pricticn.
tedrico de algunas de las disciplinas cientifcas 0 rete,
«35, cuyo conocimiento se le exigia al artista humanista
desde el Renacimiento, coma ser experto en perspectiva,
en proporciones,fisionomia, anatoma iconologia, etcé
sera. Una caracterstca comin a cualquiera de estos ge
hneros, que frecuentemente aparecian mezclados en uh
‘mismo tatado, era su concepeién intemporal, puesta de
‘munifiesto incluso cuando se seferian_a cucstiongs his
2
sel iglo*0|téricas, como l_relato biogrifico, pues la mayor parte
“de bas anécdotas tenfan una dimensin doctrinal ejem-
plaro ilustraban comportamientos arguetipicos legen:
“darios;"en todo caso, ideas, conocimientos o hechos
re vistos sub specie asteitatis® Apenas sere
| Ferian a fa vactuaidade, pero, incluso cuando, a partir
del silo x, se acepté el que se pudiera hacer alusién a
autstas ain vivos 0 muy recientemente fallecidos, estable-
endo una nueva clasficacidn més matizada que ls dis-
tingufa no sélo por fa férmala convencional entre sant
‘guar y smodernos, sino creando una subdivision sutil
entre estos éltimos que daba pica los llsmados moder
simi, ue no exan sino los que trabajaban en el presente
Bsns atists del presente 2s destacados lo eran_porgue
‘Se-presuponia que la obra por ellos realizada trascende-
“Fa al tiempo, revel
eterna" Mis aun: sin dudar de la verdad dada de an-
| “temano, la historia no_era sino la repeticién circular de
tin mismo_ ciclo biolégico, un proceso fatal, complete
‘mente previsibe. Las tnias dscusiones erties eonsistian,
por consiguiente, en las formas de interpretar normal
‘mente unos mismos ideales perennes, y la evaluacién de
| las obras concretas no era asimismo cultivada sino como
| encamnacién més o menos lograda de estas norma.
En este contexto, la nica apelacin al gusto popular
cera siempre para prevent lo negativo y equivocado del
juico indocto o indocumentado, pues el simple gusto en
solosinado ingenuamente con Ios efectos sensoriles in-
mediatos era exactamente lo contravio de la sabida.*
EL tratado surgia para demostrar precisamente que el at
no era simplemente una cuestida de halago a los sent:
dos, sino la expresin de un;
oy
*
+ lo cual fueron también conocidos come chasenrs de no
{mediante el dominio de muy diversas ciencias y tenicas
f especificas.” En este sentido, y frente a lo que comenta-
ba Diderot con respecto a la naturaleza de sus eriticas
hechas a propésito de lo por él visto en ef Salén a
saber: que eran puntuale, inorginicas y relativas—, o tra
tado de art tradicional desarollaba una doctr
poral, orginica y absoluta.
Por lo dems, el auevo eritco de arte, como el tam-
bién nuevo piiblico al que se dirgia, no era casi nunca
mn profesional en la materia, sino, todo lo més, un af
sionado.que sabia ecribi es: capa de peruse
dliretéricamente al lector sobre la bondad y agudeza de
su julclos. No'efa un profesional porque no se ditigla a
anistas expettos en la materi, sino a un publico in
perto, cuyas inclinaciones exponténeas de’ gusto previs
sichte conocl; era, en definitive, un experto cn conocer
las expectativas atisticas del piblica,al_ que pretendia
aclarar por qué gustaba de lo que gustaba, En este
do, elcritco de arte surge histérieamente con una deci
ida vocacién parlamentaria: representa el gusto popular
¥ lo administra; alguien que presta su vor ~modulada—
al juicio popu.
Dads las circunstancias, la mayor patte de los ex
ticos de arte que comenzaron a surgit a partir del si-
alo xvut_no s6lo no eran artistas, sino que, la mayor
Parte, tampoco posela conocimientos cualificados en el
tema. En general, se tataba de jévenes escitores desco:
nnocidos que buscaban la fama a través det libelo que
aprovechaba cualquier acontecimiento de actualdad, por
vells © gentes al acecho de cualquier novedad siempre
que tuviera un cariz escandaloso, Thomas E. Crow os
2sdescribe cate nuevo tipo de esctitor panfletario en relae
cién con la entonces cada vez mas pujante prensa popu:
en sus cuartas quintas partes clandestina:
p fh
PP Para su mano de obra, la prensa popular se muta
© de una subcultura creciente de escritores, ejército de re-
19 serv compuesto por ls desempleado lterarios, produc:
10-directo de Ia Thutacibn, La ners, ufana e indepen
dente République dex les anunciada por Voltaire pare
cia ofrecer una nueva via de elevacion social a jovenes,
educados de provincias cuyo bajo nacimiento y falta de
fortuna les cenaba cualquier ota Peto, por cada Vols,
Diderot o Rousseau que surgiera de oigencs oscuros al
renombr publico, habia docenas que no lo conseguian.
talento y los conocimientos, en el mejor de los casos,
eran bastante escasos. El hombre de letras con verdadero
{ito en este periodo vila no slo de las ventas de sus
libros incluso los autores mis vendidos, como Rousseat
Shordelos de Lacos, no percibiéron virtusimente nada
° por este concepts), sino del patrocinio aistocttico 0 «=
9 tata, La mayoda de ls aspirants a escitor,careciendo
de billante,o, falta de ela, de habildad para el arbi
mo social el oportunismo burocritico, se hallban ex
a ‘luidos del reconocimiento y recompensas de la vida in-
telectualestablecca, Tenian pues que sobrevivie gracias
9 a su exfuerao y a su ingenio. Algunos encontraban taba
*9 jo 3 destajo nla preparacién de texts para editores le-
49 sitimos; a muchos de los que se empefiaban en quedarse
19 0 Pats sc les negaba incluso ese trabajo mal pagido ©
BB inseguro,forzindoler a una w ota forma de periodismo
Dp candetine, Con econ cua via ing y dese
»
perada. Cuando tenian trabajo, escribian alquilando a otro
26
ie
su ploma, an
veniencia. Co
sién; tenian que halagar los gustos mis vulgares y com=
patir su vida con criminales redomados."
mamente © bajo el seudénimo de con
el riesgo de suftir azote, exlio © pri-
Estos profesionales de la escritura, cuando aiin no se
habla reconocido semejante categoria profesional, pues tan
s6lo merecian entonces ese crédito social los que perte-
necian a la administrcion oficial o estaban integrados
en cualquiera de las ramificaciones del complejo aparato
del poder aristocritico 0 eclesistico, sufrieron la prime
14 experiencia histérica de la bohemia, casi medio siglo
antes de que afectara a fos artistas plistcos, y s6lo logra-
ron sobrevivir gracias a los géneros espurios del panfle-
to, el folletin, y la literatura periodistica.® En cualquier
e280, veste es el medio, sin embargor, segiin nos sigue
advirtiendo el propio TE. Crow, «de donde surgié ll
teratura muy abundante que ahora nos interesa y que fue,
sobre todo, un canal impostante de transmisi6n entre la
alta y fa baja cultura dusgpte el siglo xvnt. Bn su mayo-
ria los libelises eran gent educada, familiarizados con el
pensamienio especulativo de altos vuelos, a teorfa poli:
tica y las novedades literaris. Traian consigo la erudi=
tonces queds suficientemente claro era que en lo tucesi
vo iba a ser cada ver mis dill, por no decir imposible,
| labrasse un orestigio a espaldas de la eaultud, si Ja
Precisamente por ello se prodajo ente ls artistas esa
constante en progresién de reclamar cada vex més un
[ger espacio pebice, cuantttvey cualtatvament
Gon ello pretendian desde huego wna mayor flexibilidad
BOUOTECN 5 a Ff
VFRCUT'D e sare
4 VIN
5-24de criterios por parte de los jurados de admisién, pero
asimismo més oportunidades de exponer y mejores con-
diciones de exhibicién. Como la demanda y la oferta coe:
cieron.de-una manera espectacular, el Salén se hizo cada
‘vez més pequefio, con Jo que aument6 la frustracién y
Ja protesta de la mayoria numerosisima de excluidos. Pero,
cuando los gobiernos decidieron demagSzicamente am:
liar los limites, la calidad media baié de forma espe
j-mna fiactura ent artistas citica x
_niblico, que llearon a polemizar incluso dentso de cada
Hay al respecto un testimonio muy elocuente de Bal
zac, cuando denuncid esa arpliacén indiscriminada dal
Salon en el prélogo de una novela conta sorprendente,
en la que se nattaba precisamente la vida de un artista
mediocre y que se sabe tl, pero que, a pesar de ello,
se obstina en dediatseprofesionalmente ala pinta, lo-
grando sobrevivir con bastante holgura. Me sefiero a
Pierre Grasiou, que asi se denomina el imaginado pintr.
Pues bien, antes de relatarnos su historia, Balzac se dii-
se ditecamente al lector y le comenta la situacién del
Saldn en los siguientes tminos:
Siempre que fuisteis a ver en serio la exposici6n de
cobras de escultura y pintura que se ha celebrado desde la
Revolucién de 1830, 2o0-experimentastis1n sentimisn:
Jo.de inguictud, aburimicnto y tristeza ante aquelae Laz
‘ai glerias atestadas? Desde 1830 no existe ya el Salén
Por segunda vez el pueblo de los artistas que en él se ha
mantenido ba tomado el Louvre por aslto. Offeciendo
antafio la flor de las obras de arte, suponia al Salén los
mis grandes honores para las ereaciones que en él se ex:
32
ponfan, Entre los doscientos cuadros elegidos, el pabli
o, a su ver, elegia; manos desconocidas otorgaban una
‘corona a fa obra maesta. Surgian discusiones apasion
as a propésito de un lienzo. Los insultos prodigados @
Delacroix 0 a Ingres no contribuyeron menos a su fama
que los clogios y el fanatismo de sus partdarios. Hoy,
‘lel piiblico ni la critica se apationa
{os gc n-t batasecabiben, Ola rer F
londe en otto fismpo se encargaba de eso el jurado, s¢
Jes.camsa en ese trabajo [a atencién,
3ae-clausuté la expasicia, Hasta 1817 los ctadros ad
Imilidos no pasaban de las dos columns primeras de la
larga galeria donde-figuran las obras de los vsjos macs
ttos, ¥ este afo Tlenaron todo ete espacio, con gran
ssombro del piblico, El género hisitico, Jos cuaduns de
ginero propiamente dicho, los cuadros de cabalete el
‘Baissie, as flores, Jos animales y las acuarelas, esas siete
sapscilidades no podsianoffecee més de-zeinte-cuadsos
gnos de la mirada del pablico, que no puede concedes
suatencién a.un_nimero mayor de abras. Segin ha ido
aumentando el nimero de artistas, debiae jurado de ad
misién haberse mostrado més exigente. Pero todo se per-
Ais desde que el San se prolong en la Galeria, EI Salon
debla de haber quedado como un lugar determinado, rs
tringido, de dimensiones inflexibles, en el que cada
énero hubiese expuesto sus obras maestas, Una expetien-
Cia de die aor a demostado la bonded de une ist
tucién antigua, En_vez_de un tomeo, tenéis aa aun
Lsotin; eo-lugar dena expasicién glariosa, un bana
bullicioso, y,cnwezdeuna seleccidn, tendis aotaiad
A que es Jo que pasa? Pues que sale perdiendo el gran
artista. Mientras que ahora, que cualquier estropeador
Bde inzos puede evar all obra, no se habla de ou
[sss de nice incmpents ll done sy
uo, no hay tampoco com ue ox mis au ge
loses, sempre oven 4c examen gue eco
| dts ota adnan dt plc par el eal
ban Sin sci da Academie Say
Lyn Sib, et quote el ne 1 pee Dede qual
lst se ha convert en un maoueto se det me
chor nombres oe gurdn nln nur pe a
devin 0 doe suaios qu les acompate®
Lo que denuncia Balzac en esta introducciin era pric
ticamente lo mismo que lo que se venis diciendo desde
aque se fund6 el Salén como acontecimicnto piblico,
}, en realidad, eso mismo que ain hoy nos preocupa
| porque dista bastante de estar resueto: por una part,
| probleme general que plantes In democratizaci
cultura y, claro, ef arte, a costa de rebajar
nientras que, por otra, si el Estado contemporineo debi
© no tutelar,y cémo, a los profesionaes de la cultura,
‘atrogindose la facutad de diseiminacién de qué 0 quié
ns tienen ef interés pablico preciso para ello
De tod formas, lo que ceyé Balzse que seria el hun-
dimiento del Selin'y su beneficio socal no fue, en rea
lidad, nada més que necesariamente el comienzo de una
cada vex mis ampliaci6n del mismo.
Asi,-pronto,-alSalén_oficial se Je unicron Jos salon
los seth Jos independientes y de tantas cuany_
di daiginaciones alternativas se cearon para que“
ete nadie se quedara fuera de la nica Torna que
cxistis entonces pars darse anlsicamente @ conocer, con
lo que no es dificil imaginar que la maliplicacion geo
34
mética, pero siempre insufcente, de las opciones de es
ios publicos oils teinara, hacia Line ee
el siglo x, con la creaién” comp
privadas, cuyo inc in ip
9 6 capaz de eolmar unas sempre mayores expecat-
vas por parte dea su vez un mayor nimero de atts,
Pero, volvendo sobre lo que apunt® Diderot acer
ca del caicer tempor, inorginio relatvsta del len
ausje de la naciente critica de arte Sobre la necesaia
conexién de éste con el fendmeno del San, que ee
fexsmeno de la aparicién del pblco como su principal
destinatatio y, por tanto, jer deinitvo de las abras de
arte, tan solo nos queda recordar que fue d
sel.xvan cu demis dela
tay. come hoy la sgnimosentendiendo. desde an pee
pectiva historia, esa nueva dsciplina llamada est
Alesina a fen aca evoluconara en naes
tro concepto contemporinen de are En todos estos
campos se ineresb Diderot incluso lleg6 a estudiar
asuntos ténicos del arte como ofcio, lo que acrecenta
sin duda el interés de lo que escribi6 como extco de
atte, pues pone en cvidenca el nuevo tipo de conod-
mientosy Te acttud ques le exigent el faturo a quien
se detique este menester®
Pero, teniendo en cuenta que lactic de are se de
dicaba a valorat obras expuesta un afio concreto y que
sas, tras la esse asic, no slo cambisban cons
fantemente cle tema o de estilo una vez que se impuso
ls dindmica temporal madera dela bisqueds dela noe
lea sino que también redefinan To que sucesivamen-
te se debiaadmitir como arte x eniende la imposible
dad de aplicar un método cerado, De hecho, casi un
> NEUhacia la critica del Salén, Baudelaire seguia insistiendo,
de forma més radicaen-el-mismo modelo. Ea la intro”
duccién a la critica que hizo al Sal6n de 1846, dedicé
Baudelaire un apartado a este tema bajo el expresivo ep
arate «quai hon La critique. En A, tas rechazar el har
bitual prejuicio de los artistas contra la ertica porque su
destinatario, el pablico burgués, no se interesa verdade-
ramente por el arte y porque los erlticas carecen de los
conocimientos técnicos suficientes como para que sus opi
niiones resulten stiles 2 los creadores, sentencia contun-
dentemente Io siguiente:
|e después de lo escrito por Diderot sobre cémo é
“Bn cuanto ala ctca propiamente dicha, espero que
los filésofos comprendan lo que voy 2 deci: par ser
insta sto es_ para ear. fundamentads, a cxtica debe
ser parcial, apasionada y politica; es deci, hecha desde un
punto de vist eschisivo, peso-un punto de vista que abra
el miximo de horizontes.*
_-~ Hasta certo punto, estas tajantes afirmaciones de Bau-
(~ delaice no eran sino al resultado de haber convestido. en.
xirtud los imponderables expuestos por Diderot para
explicar su forma de hacer critica de ate. Por otta parte,
tanto en este mismo Salén, como en el del aio anterior,
Baudelaire hacia un elogio del piblico burgués, reivindi-
cando #8 papel fundamental como tinico destinatario del
arte y de la catia, asf como elogiando el papel histé-
rico que desempefé este piblico para multiplicar el nt
mero de artistas y as posibilidades del ate Por ultimo,
sus reflexiones sobre cBmo habia que entender la mo:
demnidad del arte contemporineo —una forma de extraer
36
~ piblica Jes interes el resultado y_no.los procedi
sentido poético de lo transitorio— y eémo el artista
moderno era una cratura de la multitud, resultaron com-
pletamente escarecedoras™
Pero si para Baudelaire fa moder
cen una pricticatransida
idad convierte el ae
ia temporalmente y 1
la actualidad ~los cambios, las mod
experiencia del artista contemporineo, habitante de la ciu-
dad por excelencia, es el resultado de las percepciones
proteicas y fugaces que se producen al sumergise éste en
{a multitad
aque se enca
© comparte estas mismas vivencias con el creador, 0 caer
smo en su mis preciado dominio, el critico
1¢ de walorar esas obras contemporiness,
forzosamente en la intempestividad académica. En este
sentido, Baudelaire, que ya habia recusado el t6pico més
utilizado por los artistas de que sin conacimientas téeni-.
95 no se podia juzgar una obra de arte —al ertico y a
tos~" da un decisivo’ paso mas alld de Tos parimetros
tradicionales al intuir que en_¢l futuro los cambios no-se_
Jimitarén al estilo, sino_que.afectarin_al sentido mismo.
del arte, a su manera de concebizlo e interpreta, Con
ello Baudelaire dabs la impresiém de haberee percatado
de las consecuencias de_ta_revolucién. roméntica de_los
sgéneros, de la modemizacién de los.contenidas y, sobre
todo, de Is influencia determinante que itd teniendo la
experiencia estética sobre la. prictica-anistic ita
manera, si, ademas de la conculeacién de los principios
generales del clasicismo, la clasificacin jerdrquica de
los géneros artists, tradicionalmente encabezados por
dl historico, quedaba definitivamente recusada, lo que su-
ponia una alteracién radical en la forma de. pintat; si ¢L
| tema dejaba de tener ese valor cjemplar intemporal para.
7fpmiscuise en la actualidad y-asitrivializarce hasta la in=
significancia, pues cualquier asunto era bueno ya que el
@ontenido quedaba sacificado a la investigacién formal;
¥ si por lkimo, el ilimitado ensanchamiento de lo que
ddebia considerarse bello afectaba esencialmente al com-
ceapto de lo que se entendlia como arte; si, en efecto, todas
estos cambios revolucionarios se producian, Zeémo pre-
tender que el critico no modificara asimismo sus pari
‘metros de valoracién?
Una de las quejas més habituales de los atistas con-
tra los jurados académicos era la de que sus ctiterios eran
intempestivos, pero esta queja, ademis de ser hipotéticn-
‘mente aplicable a cualquier critico de la época, resultaba
en este caso mucho mis grave, porque no sélo suponia
considerar al critico incapaz de comprender la obra de
ate, sino también de explicar al pablico lo que en ella
se presentaba como novedad. Esto implicaba que debia
producirse una revolucién critica, puesto que en lo su
cxsivo no era ya suficiente tener bien formado ef crite-
Ho, sino que era asimismo imprescindible una informacién.
puntual sobre los cambios artisticos y estéticos acaecidos.
Ad, si el ctitico de arte debia comportarse como con-
templador, wen artista», como clamaba Baudelaire al exi-
Bir un compromiso «politicos, «parcials y «apasionadon,
el obligado seguimiento de las constantes cambios le hacia
literalmente depender de las vanguardias, que acabaron
|definiendo lo que en cada momento habia que conside-
far atistico,
Esta situaciSn es la que produjo, entre otras cosas, ese
fengmeno de los crticas de arte vanguardistas que fue-
son asocidndose, no pocas veces generacionalmente, con
fos sucesivos movimientos rompedores. En este sentido,
38
a,
SFESFIFSEIIIIIFIIISIIIIIITINE
sabemos que Baudebice se convitié en el campeén de
ta causa del roméntco Delacroix, como Thoré y Champ
fleury salieron en defensa del realists Courbet, Zola del
naturalismo de Manet, Geffcay del impresionista Monet,
Rincon de los posimpresionistas, Huysmans de los sim:
bolistas, Natanson de los «Nabisy y asi sucesivamente
hasta llegar pricticamente a la actualidad, En realidad,
todo este arunto no hacia sino reflear que la actualidad
también redamé que el extico se modernizase y su labor
de valoracién estuvieradirectamente comprometida con
los reolucionavios cambios de perepectiva que hacisn del
arte cada ver algo distin.»
Por otra parte, habiéndose instalado la historia del arte
en el confortable dmbito académico de las universidades
y, ain mis, habiendo pricticamente renunciado, victima
del complejo de falta de un verdadero fundamento cen-
tic, a cualquier valracin, ésta contespondié en excl
siva a la rltica de arte que, ademds, dada la creciente
hostitidad del pblizo a la hora de aceptar los constants,
Y tadicales cambios de orientacisn artstica producidos
por las vanguardiss,refor2é su importancia, ya que ahora
f-no-séla debia exlicar al afisionado por qué apsecaba lo
| sue snsorialmente aprecaba, sino ensefale « aprecar
sada. vez lo-que era vetladeramente ate, aunque entrase
| 2a diteia_contadiceién con sus pescepeiones y_pei-
Uetos. Fue aceto a parte de entonces cuando comenzé el
legeridario prestigio del poder de la critica? Ciertamente
desde cf mismo momento en que empezaron a publicar-
se las primerss cxticas de arte, alli por el ecuador del
siglo xvmt, la figura de critico de arte result6 polémica
No podia ser de otra manera ya que estaba en su mano
hhacer 0 deshacer prestigios frente a un piblico que se
9trasfome pronto en a insane deca del apeio s-
ial de un artista. No obstante, probablemente sin esa die
sina tgliuie amends da
siamente a evoludonatos canbe
no fab aaizado eels dinate de
£9, especie. de mago capaz de_engatusar o iritar, segin
ical oe propia co a,
asim verdadero chive expnori de odes en oak
bles males que asedian el arte, pe
‘Aungue endo cca une ljena, ta sigue tenien
do vigncs mucho despues de habe despa
Gircunstancarobjtvas que la mote ase
Sendo la pica woud de lr sls ace
tes Scie ie hoy sigue scandens fees
conesponden mis con hechor del pando ane eae
de le actual, creo que puede set meses Sot
temos ahora de ontulaehisdrcnnents les
Yas cae de te mieopetigio fl peda
Inti de to de are Pussies Seiad shee
1, en prime gay, desde una penperna enlace
considero que ¢ ifluencia del ction ge pro-
dujo bisicamente en la segunda mitad del siglo xr, cu
Go, feanqueade la veriginosa dndmica vanguard, fs
cals pias de informacion sequen vesting ne
expoiciones oficiales y lor tnicos items cea
Cados, como nico profesional intr
sg ne vloadin de aad atic nT
sco de ante Térgue cuenta que come re Ia
dicho, ta hstoria del ate daa la eplde no cdl
aca, sino «caer pb de valracn, ue
lor props arstasetaban a dvididos por un ina
40
\Wurt.acinny 135 Periddicas exposiciones pablieas, que, aun en el caso,
Aircitiiampti¥a de esta lucha, no habria demasiada dificultad para
a
PINT,
iyeR NA.
v
pawer
o Moi,
Plier
Compote
bie abismo entre académicos y vanguardistas, y que, fi-
nalment, la Ginica forma de darse a conocer era mediante &
de bifurcarse politicamente entre lo oficialmente acep:
tado y lo rechazado, pero también exhibido, reproductan
esta dicotomia entre arte verdadero o falso, mis que
bueno @ malo
Fue realmente entonces cuando se produjo ese fené-
‘meno que tun reciente libro francés sobre el tema duran-
te precisamente la segunda mitad del siglo xo« ha titula-
do El paseo del critica inflente® o cuando tavo sentido
dar eso que denominé Emile Zola «el buen combates.
Y si, por gusto, queremos buscar un hito cronolégico
concreto como la fecha desencadenante 0 més signifi
sefilar la del escindalo_producido en el Salén de 1863
on las obras presentadas por Manet. De hecho, un pe
sador de la talla de Georges Bataille considerd ese a
como el decisivo para el arte contemporineo y ast lore
frendé el experto historiador y cttico Gaétan Picon af
titular un ensayo 1863: naciminto de a pintura moderna.”
a coincidencia en sefalar esta ech como clave en lo
que podriemos ahora definir la isrupeién estupefacien-
‘de la vanguardia fue Ia sorprendente y escandalizada
‘eacei6n_del piblico y de pricticamente toda la critica de
ie contra los cuatrosexhibidos por Manet y, en especial,
contra los titulados Almereo campesie y Olina, este i
timo exhibido en el Salén_de 1865. La verdad es que se
traté de algo mis que de una protesta arada, pues el des gs
concierto general fue de tal magnitud que produjo una
inacabable risa histérica, de aspeeto aterrador por cuanto
‘no parecia controlable. El propio Manet, de talante mésTEESHSSSSIISSSISSSISSSTIIIIIIIIIG
bien arstocttco y nada amigo de provocarexcindslos,
Acbis desaparecer de Paxfs por un tiempo prudencial
fis cuando decidié levar a cabo un viaje sohad a Esps.
fia para conocer el museo del Prado.
Debemos a la pluma de Zola una descripeién de esa
teaccién airada de la muchedumbre fiente al Almorce
‘ampere de Manet, pues qued6 hondamente impreso.
tado con lo que él mismo pudo comprobar en diecto,
Este recuerdo le sirvié para descrbir una escena de estes
aracteristicas en su novela La obra, cuyo protagonist,
limaginario pintor lsmado Claude Lantien, debe sft
do mismo que el Manet real tuvo que soportar en aquel
ara al infausto Salén,
‘Ahora que habia juzgado su obra, escribe Zola acer.
«3 de Lantier/Manet, «contemplabe y eseuchaba + lan
chedumbre, La explosién de carcajadas continuaba e i
fn aumento en una gama ascendente de risas locas, Desde
| puerta, el pintor vein cémo se hendian y torclan las
mandibulas de los vsitantes, cémo se les achieaban los
Cosy Se les hinchaba el rostro: eran rsas tempest.
{38 de hombtes gordos con los chilidos herrumbrosos de
hombres flacos, dominadas todas las voces por las faut
tas agudas de las mujeres, Enffente, junto al imacio, unos
jvenes se destemillaban de risa como si les estuvieran
haciendo cosquillas; una sefiora acababa de dejase caer
cn una banquet, con las rods apretdss,ahopindose
tratando de recobrar el aliento en su paiuelo. Ya se
habia difendio la noticia de aquel eusdro tan extra
desde tods los rincones dl Salén acudian cuadsllas que
‘se empujaban para llegar al sitio... Y los chistes areca:
ban mas tupidos que en otras partes; gra el tema lo que
a v
Co
sobre todo estimulaba Ia bilridad: nadie comprendy
quel pati insensio, con aac persyorcie
uno enfemo.Los que no s€ ean se stcalonabers
fos tonos azulados, cea neva manera de reprvenns
luz tes parecia un inva. éSe permit tof al
arte Unos vcs sees blandan sus batones Un per
Sona grave se marcha ofndidoy decarabat vo nes
gue anole gstaban las malas pasadss Oto, on hor
breilo miniciso, yas buscar endl extlogs ise
sign del cuatro para comunicsea a stonta wee
aba ler en vor ala til aii es
sncadené alrededor de un formidable bono, reba
ton los gritos, los abuchtos.. Aquello se ertabe coven
Yiendo en un eséndslos I mulitud segula recede
cars exaban congsionads por el calor cas wer mis
intenso, y todos tenian la boca abies y tone de lor
norantes que jzgin a pinta expesando cr oe sot
i de bara y de cheioos see
trando esas. tisas estlpidas_y malvolas_que Tavista_de-
‘wa obra odin puede naar a be inbecied oe
A tenor no so de lo que ficlmente recogié Zola de
bas reacciones del piblico ante el cuadro de Manct sive
lambida de la mayor parte de as cieas que senbcren
a este respect, el escindlo suscitado por el stemas del
Alnuero campsite no podla debe cn ningin caso al
echo de que la joven del primer temsing etnies ee
ada ya que, en ese mismo Salén y gorande del addi
académicoy fa rendidaadmiacn gener, exponian see
dos desnudos ~y, desde el punto de vista Ge su cons
sual, mucho mis librios que el de Manee~ Baty,Cabanel y Bouguereau, pero, detalle fandamental, todos
estos excitantes desnudos casi «comestibles» de ests sl
timos representaban a. Venus, con To que hay que ati-
buir la desconcertada hilaridad general y la consguiente
afreta moral ala circunstancia de que la joven desvesti-
dda del Almuerzo era un personae contemporineo ¢ iden-
tffeado como tal. Por lo demas, que el cuadro de marras
reprodujea el exquema compositvo de una célebre com-
posicién de Rafal, tomada mediante un grabado reali-
ado por Marco Antonio Raimondi, no fue algo en lo
ue repaaa el publica, pro tampoco la supuesta erica
cspecalizada*
Tg Cg l wee aid de by vin,
en lo que se refer a la vilentae incontroad respucs-
La revolucién atistica tiene lugar, escribié liters!
mente Broch, ecuando se aroja por la borda todo el en-
{gua simbélico existent y el arte centra su actividad en
Ja BUsqueda de simbolos primigenios con los que cons-
truir un lenguaje nuevo, directo, y alanzar as{ una mayor
autenticidad atstica... EI arte devuelto a una esfera total
mente ivacional, siempre que lo ieracional se muestra en
toda su cruda vehemencia, lo hace en forma de asocis-
ciones y simbolos primigenios. Entonces, el mundo es
visto de nuevo como por primera vez, con esa inmediax
tez propia del nifo y del hombre primitivo (, en conse-
cuencia, también del softador); de este modo, la expre-
sion del mundo se convierte en expresién del nitio, del
NUEVA, ta que gener el cusdro, haya que buscarlo en el modo en
EAE ~ que el tema fue pintado: las figures casi aplanadas, el tono
SEAT agrio de la carne, eso que Zola apunta como el mayor
{CIGN insulto esusado por «esos tonos azulados, esa nueva ma-
) era de representar la luz..». En este sentido, parece evi-
Ledente que el Abnuerzo camps
clave como pied de eicindalo de la modernizacion pi
ASriea porque, por una part, lograba la extras ge
‘al mediante et tema —Ta prevenciy de To -contempor=
hombre primitivo, del sofiador; y esta expresién cristaliza
en la creacién del lenguaje nuevo. El vacio de valor fue
pata el mundo una situacién excepcional.,. Como siato-
sma del vacio puede entenderse, por ejemplo, a crueldad
aque cada vez con mayor intensidad aparece en la pintura
convirtié en una tela impresionista y postimpresionista..»
No fue, sin embargo, éta del piblico la snicafractu-
ra que produjo la radicalizacién vanguardista del arte,
‘ReO=, pero, asimismo, por otra, por demostar con al pues, junto a ella abrid una brecha ain mayor dela ya
Manet que Ta pintora cra ya para &l un Tenguaje autGno- caistente entre hisioria y extca de arte, v asimismo as:
‘mo, descaradamente autorreferencal
‘Flermann comprendid ef potenciat revolucio-
natio y hasta, por utilizar su misma expresi6n, la zcruel
dade que supuso el descubrimiento artstico de
como realidad, raz y fundamento del formalismo con-
cnid-nds profundamente al erlco, que bien opaba poy
Jcomprametese con la vanguardiay entonces se separaba
fambién del piblco, bien clegia defender ef interés del
piblco, eafirmando-su papel de portavor del mismo, ¥
entonces se convertiaen-un enemigo de ls
femporineo, que representa no lo que el burgués hace, Jen un representante del gusto oficial, por naturaleza com
sino. smo ¢ seradory académico. La miptura y elo
4 th tempeerr A«Canes 6S3T3TTIII
VESTS SCSTSCOP* hee ss sd dass
‘al genecada por la vanguardia fueson, por ot patte,
{aa.dristiens que el tona adoptade por quienss ae ali
~setnn cticamentea fede este tipo de ane ae
2214 violencia intl, como, por semplo, la adecade
‘eor Emile Zola, cuyos aticuls elpresvamente race
‘bar Mis creenciat-«-muvazoss o SM eee ee,
~Sifaea-posn.empead ser ecuete le adicalizacion
lca del erin que, también en eto see
[fatcada por los propios artistas, adoptaba posiciones po-|
this rvolucionaras. Tl fae el exo de Zola creo
de it inquired francesa en el anunto del procewss Doge
fis, pero tambitn el de otto muchos, como al de Pe
Fenfon, cuya miltaneaanarquista le seanes on seen
Penal y una estancia en fs cel
or slkimo al desrllase amplismente el mercado
anisico contemporinea durante ly seds Ma
siglo any, I adopcién de-una postu clica sore,
{2 zaeabs no pocos quiets prosondes nee,
séloimplicaba no poder exrbiren los medio de nope
sifesin, sino, 2 consecvencia de ello, eurecey de ye
#08 econdmicos suficientes, con lo que eee
‘es vagus den Ga ata sel
ingrar en la aventura tropa de la bohemia Bere
Seni, se explieaba por qué se aentud aia mig eh eche
tamiento de nuevos eicos entre esttres prfeannele,
Porque és no sl eaban mis rates dnponteg
4 comprender y compart as revoluconaias sete
de as ates plist, sino que ademss podan heeeten a
tener que sir an dieetameate las contecuenaoe pr
fsionles
ero probablemente uno dels fictores més determi
nants en ls evlucin de la rite de ate, desde ee
%
aie punto de vista ques la consider, fuel antes men-
ionada bifurcacién que dividi a citicose historiadores
del arte, una bifurcacign metodolégica y profesional
yes origenes se remontan 2 la yesstricuacin de los
sabetes tradicionales provocada por la lhsraciin yen
particular, por Kant. El resultado de esta revolucin co.
pemicana del conocimiento en el campo que nos ocipa
us, por una parte la separacién enife historia y cif
i, ene ciencia y creacién, entre saber objetivo y subje.
tivo, entre el estudio del pasado y del presente, pero
Jambidn, por ot, I profesional del dmbito en dl gue
scuslauier de estas prdcticas tenia lugar, quedando reer
Yaa la univenidad para los historiadores del arte y el
Petiodisimo pars la citca,
as una primera etpa easi completamente dedicada
4 la erudcién documenta y la catlogacin positiva, la
historiografa artsica debié empero afontar el camino
del método y a definicidn de su objeto expectio, lo
aue lentamente fue alendola de la arqucologa y Ia es,
tcta labor de archivo. Este cambio de acttud ve dsj
sentir aproximadamente hacia la segunda mitad del
alo x1, aunque se ardara todavia bastante en ver exten
didos los Fatos de este comportamiento de los pioneros
en la renuente grey universitaia, los que hoy son just
mente llamados padres fundadores de la historiografia
atistca contemporénea no sélo se vieron abocados in.
corporat la critica 2 su trea de historiadores, sino que
tambien socpaton cn ve mie en seed a
tia, incluso a través de sus formas mis provocadoramen.
te Vanguardistas.®
Aunue éste no es lugar para hacer un reewento de
los hechosy de las figuras que ms influyeron en el cam
a7bio de orientacin de Ia historiografiaacadémica del arte,
ai, por tanto, de las polémicas que a este respecto se or
ganizaron en los medios académicos, lo que queda va,
perfectamente estblecido hacia el primer tercio de nues-
“ro.sielo fue el principio de_que no cabia hacer una his;
#osiade_ante que no fuera discunsva v citca." Un test-
‘monio muy elocuente en esta diteccién Io dio el histo-
tiador del arte italiano Lionello Venturi, hijo de uno de
los mis prestigiosos expertos académieos en la historia
del ate italiano, Adolfo Venturi, que, a pesar de su
‘raordinaia erudicién y solvencia académicas, se ocupé
del arte contemporinco y llegé a publicar una candnica
Historia de la crttia de arte, aparecida en forma de libro
cen 1936 y en la que atacaba ixdnicamente a quienes se-
sgulan aferrados a la escrupulosa recoleccién y clasifca-
cién de datos o al simple aribucionismo, alegando que
salirse de este estrecho margen implicaba perder credibi-
lidad cientiia.
“Si le dees a un profesor de historia del arte que sus
lecciones no aportan ningin juicio de valor», afirmaba
Venturi, «se mostraé ofendido, Pero si le preguntdis cud-
les son los crterios de sus juicios os responders con fre~
cuencia que se atiene a los hechos, que el arte se siente
© no se siente. Quizés incluso se valga de agin tépico
para respaldar sus apreciaciones, como la perfeccién del
arte clésico, el respeto a la realidad, el valor decorativo,
Ia belleza de la técnica, el predominio de la forma y asi
sucesivamente. Sia continuaci6n comparsis la solidex de
‘estas ideas con la precisin de los hechos que expone, po-
dldis percibir que su cultura, impecable en lo que con-
cieme a su documentacién tobre las hechos, prescinde
48
con amable ignorancia de todo lo que se relaciona con,
las ideas»
Mis adelante, el propio Venturi supo precozmente
pponer el dedo en la llaga acerca de la gravedad que im-
plicaba el seguir manteniendo la tradicional separacién
entre historia y critica del arte cuando més se necesitar
ban mutuamente, si es que alguna ver pudo justificarse
cf que marchasen cada una por su lado.
so. En Francia, cito de nuevo literalmente lo escrito
por Venturi, ose acostumbra a llamar crfticos de arte
4 aquelas personas que escriben en los ptiéicos sobre la
actuafidad de las exposiciones, ¢ historiadores del arte a
Jos que escriben sobre arte antiguo, Deiniién que stan
Aefnitiva como insidiasa porque induce a los critics a
ignorar la historia ya los historiadores a carecer de todo,
Punto de vista crtico. Si Michelet, por un deseo de ser
objetivo, dijo que la historia es dma exon jae y sie
jnicio de una obra de ante suele aribuirse al cities,
Pertenece al mero sentido comin el entender que tam.
bie el testigo tiene necesided de juzgar para compren-
der. Sin poseer una experiencia politica no es posible
hacer historia politica: puesto que se confundiian los
acontecimientos importantes con los que no lo son,
Igualmente, I historia del arte necesita tenet concencia
dela naturaleza dl arte y experiencia del euadro con
para distinguir i un euadro o na estatua son obras de
ate, creaciones antstcas,o si slo se ata de hechos r-
cionaes, econémicos, morales, eligiosos. Por oto lado,
c6mo pod comprender un extico una obra sin en
rarearla dento de le actividad general de ss autor, sin
a”mela en reacién con las dems obras de tendenca afin
Spit, en tuna si hace su hina? Conloe,
‘mos un.crticn_que juzga-una.obra.de arte sin haces 3
shisteriajozea sin comprender. El error mis grave, pre
Ginamente, que ha comportado la historia del ante y la
catia del ante. En este sentido, historia y critica de ate
convergen en aquella clase de comprensién de la obra
de arte que no se da sin el conocimiento de ls condi.
ciones desu surgimiento, y que no es comprensin sino
inicio, El juicio es la cuiminacién de la historia etic,
del ate. Y, en base al postulado kantiano sein ef cual
toda intuicién sn estar ligada aun concepto resulta cega
¥ todo concepto sin intucion es vact, podemosafirmar
‘ue en el juiio se realiza el pensamiento conereto del
ates
Pero par. que se produjese esta reunifcacion de his
toa y eliea como Gnice forma de desentraiar cs
do del ate y no simplemente cieundailo, ain era preci
io smodernizam / sactualizars To histrico de Ts historia
deLante, que es algo asf como temporalizar | waive?
4a Historie, En este sentido, Hermann Bauer ha eseto
unas consderaiones my oportunes sobre la sigufice
sién de la temporalidad en el marco de indagaciin del
historiador del art:
$3355 38S555338355)
‘Adin esté poco investigado el mecanismo de la tans:
formacién de la obra en arte, o see, el ingreso en el tiem
Po. Bajo Ia reconstructbilided absoluta sélo se vio, ge
neralmente este tnico lado de la historia, no aquel en el
ue la vigencia de la obra varia continuamente. Para ello
hhay que convert el aspecto restaurador de la historio.
50. Bi FAC Tlenery Crm)
We. Stolig fe ge
agafla del arte en ciencia social. Las obtas de las artes pli
Lucas siempre buscan nucvos receptors, adentrindose en
12 historia. La historiografa historcista del arte se ha
tuado generalmente entre el objeto y el receptor, porque
localizaba este objeto en el pasado y le ponia una envole
tora esttia, Se perfla una gran tara: investiga las mn
ilidades en las que lo histrico se hace esttico para do
tninar asi histricamente esta estetizaciOn... Hasta ahora
casi nunea se ha considerado ef soncepto de tempo coma
setro_de la histovografa del ae, aunque lo es El pe
edo tc abe como conavita histicay en tl apes
$e convierte en futuro, aunque sea tnicamente cuando
hay portadores capaces de trasladar lo pasado al fun,
to, Se evidenca la foncién de trinsto en la cencia En
Psicologia estéconstituida por la posibilidad de domtinar
al pasado al reconocerlo en su dimensién fatura En soc,
logia consiste en asumir cognitivamente y en transfortar,
la vez, las posibilidades estructurales de la sociedad
como iostitucién y como misin y carga. En la anttopo
lopia es la posibilidad de determinar ef origen del hoon
bre y su teleologia, Se tata, por tanto, de transfert el
En cierta manera, esta insercidn de lo histético en lo
sstético, en favor de lo estético, no huibiera sido tan si
gquiera concebida sin que previamente se hubiera product.
do Ia experiencia histrica de las vanguardias, euya co
tante reinvencién del arte hizo del artista el guia inex.
usable del historiador, por no decir que él mismo se
convintié en el verdadero historitdor, en sujeto y objeto
de st propia actividad.© Més ain: sin la previa asuncién
srtiea de la histovie como un género literario mis, tal y
31NORIO RANW, S09 a ntrraa aw
NODRCINNODRLISN
Ah Ageia,
‘como, desde Nietzsche hasta Foucault, se viene sostenien-
do por parte del pensamiento contemporineo, hubiera
resultado harto dificil que pudierallevarse a cabo eso que
‘Venturi lamabe una historia critica del arte, 0, si se quiere,
tuna relacién con la obra de arte dominada por el jucio,
que desentraia su sentido a la vez que la hace ingresar
en ka historia,
En cualquier caso, eta magna zevisién de las actitu-
des de quienes tradicionalmente se han responsabiliza-
do del estudio histérico y crftico del arte en el mundo
contemporineo hubiera sido inimaginable sin lz institu
ionalizacién de la vanguardia y su triunfo social y
‘Mercantil, algo que Rist6ricamente no se pudo ni intuit
antes de terminar la segunda guerra mundial y algo que
almente ha tenido su consagyaciOn radiante a pair
aproximadamente de los ais sesenta. En efecto, sn |
‘revi emodernizacons del gusto piblico, que ya no exige
sino el eambio o la navedad artiticos por sf mismos, que
titucionales y comerciales correspondientes, difiilmente
hhubiera podido plantearse ese egrado cero» del arte como
algo estticamenteabierto ala sola disposicién del juicio
pilblico y sus agentes, que hoy son tanto la universidad
como la prensa periédic, el historiador como el eltico
de art. ‘Acaso, por tanto, nos ha de extaar que en la gg,
actualidad el historiador del arte, a etco de ante y eb ee
conservador de museos, cuando no hasta el_mismo gale &
1s, confundan sus papel, o, la mayor pre delat ve S'¢
Ges, profesionalments los hayan practicado sucesiva o
‘mulldneamente? Por ots parte, dhast qué punto todos \H
‘Stor profesionales que hemos citado se dedican hov 3
fuzzar Tes obras de arie en sfo simplemente a sadmi- $
° *,
nistrat» de manera juicosa cbienes»pattimoniales de in
ters pablo y, por tanto, politicos? No es fil precise
mente dar reapaestas contundentes 2 estos intrrogants,
aque, en cierta manera, enceran la historia de la ein
de ane del principio al fin de la misma en el mundo
contemporineo, entre otas cosas porque I eva, la his:
toria, a conservacin y hasta el comescio del ate, como
prdties profesionales normalizadas en el seno de la 50
siedad actual, no-deian_de_depender de esa incOgnita
mucho més ireductible que Ia del juicio que hace el
receptor acerca de a obra con la que erticamente se en:
frenta y-que es la del juicio que hace el creador con
rexpecto a la sealidad, na incdgnita, adem, que nunca
podra ser totalmente desvelada hasta que la universal
Capacidad humana de juzgar se haga plenamentecreadora.
Llegados a este punto, verdaderamente pod hablase de
ca utdpica sociedad antstica en Ta que indudablemen-
te no exstrin eitics de art, ni tampoco ninguna suerte
de artefactos que se presenten como obras de ate
“Mientras leg ese ia, ses que ha de legar, creo que
Jo que ahora se impone es una recapitulacion aezrea de
las muchas yforzosamente variada cuestiones que hemos
abordado en tomo a la eltica de arte, peo haciéndola
partir de la actualidad, En este sentido, acabo de sugerir
algunas ideas sgniicativas l respect, como, por cen
plo, a institucionalizacién de la vanguardia, que, ademis
dle modifier muchas aspectos acttudes en el devenir
histérico del arte contemporineo, incide ditectamente
en ei pope de la cia de arte. De hecho, ese papel aia-
nado a ertico vanguardista como cémplice y portvoz
marginal de los grupos aristicos de ruptura ha dejado
le tener sentido, ya que simplemente étos han dejado de
3“
“
=
=
“
“
2
“
2
s
*
2
e
*
2
*
e
*
E
‘xistit como formaciones organizadas. Como la mecini-
i de renovacién es consustancial al esptitu modemno,
ue es algo mucho mais amplio y complejo que lo mers
mente vanguardsta, ciertamente no dejan de existr hoy
propuestas y contrapropuestas artsticas, aunque adoptan-
do Ia forma de tendencias generales, que ademis se pro-
dducen simulténeamente en nuestro informatizado univer
50. Pero asimismo, como quiera que los mecanismos de
recepcién y administracién de estos circunstanciales cam-
bios de moda estin actualmente perfectamente engrasa-
dos, pues apenas si han tenido lugar inmediatamente son
objeto de exposiciones piblicas, reciben tna atencion eri-
tica generosa y una difusién espectacular de fos medios
de masss, mientras que los cada vex mis numerosos mu
seos de arte contemporineo adquiren sus obras, lle-
sgando a competiry a veces a desbancar en este menester
4 los coleccionistas privados, no hay, en efecto, lugar
farz_una_verdadera_polémica artistca, al_menos-en el
se tébannos acostumbrados; en realidad, la
snovedad artistica es mis objeto de consumo que de
scitica,
Pues bien. cn este contexto, la mayor parte de los ef
tos de arte actuaes defensores de las novedades —aun-
‘que quizds habria que denominatlos mejor ascguidores
te las modes, lo que Finalmente cuadraria mis con lo
que stimolGsicamente significa ser modemo~ eseriben
regulrmente en los medios periddicos de masas; han cur-
sado estadios universitarios de historia del arte e incluso
desempefian cargos docentes en esta especialidad w/y ocu-!
Pan cargos en museos, asi como también con relativa fre
ccuencia han estudiado carreras de bella artes y, por tanto,
hhan sido, o siguen siendo, artistas, Se trata, en definiti-
34
va, de unamunde ts
mente profesionalizado desde tod
Jos puntos ¢
devs
‘Han dejado de poscer, por tanto, xa dimensién pro-
ica de_antafio cuando se pronuncian sobre el aconte-
er antistco de actualidad? Hasta dénde y ebmo Hea fa
influencia socal del critico de arte de hoy? En cierto sen
tido, algunas de tas cosas antes apuntadas acerca de la
profesionalizacion de la etica de arte y su presencia re
gular en los medios de masas podsian dar la impresiin
de acrecentar su influencia, pero hace falta valorat hasta.
«qué punto y, sobre todo, a costa de-qué. Por de pronto,
sj anaizamos le stetin en.tétminos de extension ela,
{iva lo primero que hay que tener en enenta cla prli-
feracién_de instancias crtics que se ba producida en la
sociedad actual, en la que el ctlco de arte ya no posen
ningin monopolio, como cuando, tiempo ats, prict=
Gamente se erigia en el nico juer frente a la opinion
[7 Piblica que asista al Salda, ELSalén de antaio he dado
dantisima,vatiadisima_y_praeica oferta.
que incluye, en el terreno co-
administrative, las galerias de arte privadss las
GF subasas, las fea, las indaciones, los cention de expo.
sicionesy los maseos, pero también, en el terreno ssties
10.de a difsion, no slo las tradicional: publicaciones_
‘tidicas —aiaros y revistas impresos de la naturaleza
Finis divesa~, sino también todos los nuevos y podeion
Wa
igicos de informadén, como
|a fotografia, el cine, la television, el vi
dotes. Si a esto aiiadimos que prictcamente tampoco
existe hoy ningin sistema de ensefianza secundaria y su
Petior que no incluye el arte como materia principal de
«studio ni consecuentemente Estado que no patrocine la
55caeaién,conservacion y difusién del arte contemporé
nen, rstlia mis que evdente ess prolfeacién de in
CaaS cas ala que ant lua
“Todo exo ene como ceutad inflata el que hoe
aatie poe en excaia el contol del presetacton pi
Bike 6 del enjulminteriea_de Tor arias. De
feco, ha llegdo'a dar eso de algunos gobiines
curoptosocrdenales que gustan alaimente a fo
perivencia dels att, a margen de sa apreio co
met scl o cco. En ste contentoyimaginar gue
tn ertico de ane, por volver al tema que not ocops,
puede indviuamente por mocha que seal influent
{us ae Le aupong, constat o desta presigi den
aris much inaginar; mis tun: si nos ences
it esperencia vvda al respecto durante ls dkimas dé
cada yen patcl al de nvesto pala mayor pre
de los lanzrientosasticos ha hecho el aren oe
contra de lo que opnaban los exo deat loses. As
fae por eemplo, eso de Miguel Barc, qve cto por
faleme convertdo en el modelo emblematic de la
bits contagracién internacional de un joven artista des
conocido, cayo info fo deckivaente que vor cou
su sleccn part la Documenta de Kassel, de 1982,
otras importantes clas arses internacionales en Nucre
York, Pas, Rome, Burdeos, ecter, inmediatamente
pestesiore, asl como el que fara scope por petits
dea fuerza del suizo Bschorbegero el nortearercano
Castel Estoy senda aco gu acumen viv
nel teteno de la promocién del art una edad dora?
‘Sadan auc el seconosiniento-de teeta equal
56
pelticamente al sss 0 = 5
de Tin artista.
ero volvicndo sobre la situacién de la extica de ate
fen el momento presente, al margen de su pérdida com-
parativa de influencia, hay que sefilar que étas toc
lia na actividad que se identifica con las publicacio-
jnes_periddicas roferidas ala actualidad, En este sentido,
cs cierto que ss_han_segisitade notables. cambis_en
cuanto. formacién y los origenes profesionales
ssticos de ate: a.arttica st ha hecho mucho.
‘s-amplia-y-compleia, que, finalmente, la criss del
modelo vanguardista ba 1010 con los esquemas beligean-
tes del pasado, pero, en todo caso, hoy como ayer, =
ontindonos setenspectivamnente incluso hasta In épasa
“El prooie Diderot. le cre de ane sigue deseo
fe como un discurso acerca de Is actalidad v, como td
on Las mismas caactvistisas de instantancdad o jams:
diater temporales, aleatoriedad y relativiemo con lat ous
|p definis el figsofo ilustado francis, Quizé ls tnica
‘ariacin_que se ha producido en el género ha consis
Go ert adialzaion de eas caraceritis, ya que lor
fnedion periédicos de informacion masiva exigen de forma
sis perentoria que el eitico d& una respuesta inmeiata
To actual, 2 Is vez que le ban secortado sustancialmen-
tec espacio puesto a su disposicin y le han obligado a
doptar un estilo més acorde con el resto dela publica-
ibn, por no hablar ya del ineremento cada ver mayor
de la parte artitca noticiable sobre la ciicable.
‘Acaso podiahacerse de tra manera? En lo accidental
cs materia opinable, pero creo que, ea lo fandamentl, a
extica de arte ha sido, es y sera forzosamente asi, pues
las circunstancas que hicieron posible el desarolio del
37a
°
a
=
=
a
=
=
2
s
2
°
*
°
2
2
*
J
e
a oferta artstca de actuaidad, criticada en
de actualid s mismas,
‘omo hemos visto, la proliferacion de la oferta y de los
medios critcos pueden distninuir la influencta social del
profesional de la critica, asi como otros factores pueden
asimismo variar la formacién y Ia actitud de la misma,
Pero, mientras juzgar sign siendo una actividad especial
| ada. que se eietoe no sobre Jo que supuestamente $e pro-
duce artisticamente en abstracto, ni de manera intempo-
sal, sino sobre lo que se-va presentando pablicamente de
| manera punta, el disung elie, meer 0 peor eck
Lidtentendo tir eee SRST © BEOW SERIES
mo, no obstante, se distingue lo bueno o lo malo
de une rien de ate? Ademis de estat spedtado a
Jo que oftece Ia actualidad, el critico de arte de un, medio
con todos los riesgos y dificultades que ello
comporta. Esta es la causa, y no otre, de que Baudelaire
¥. en realidad, todos los que han reflexionado sobre el
tema insistan en a importancia dl lenguaje potico cuando
fa _8¢ Setibe sobre arte, empleando en gjte caso el término
8 costa de un cuadro, sino, sobre todo, de recalear la im-
Ia obra
juzgasa:_esta es no traducir, sino recrear al maximo el
potencil_expresiva que se cree que posce la obra que die
6cconstancialmente da pie al comentario critic, Esta reerea-
‘Gn no puede llevar a cabo de una manera mecinica ni
ritinara, como si se tratase de Ia aplcacién de una forma
Ia, sino que exige una tensién, una capacidad sensible y
sentimental y un dominio de los recursos literarios kx
_resivos por parte del extico, que no puede fimitarse ain:
formar o a esclarecer, sino también a evocar, sugeir, en:
cantar y entusasmar” {Cémo, por otra parte, podria no
eral, cuando, debiendo enfientarse con esa actualidad ar
tatiea que es ona wucesién de novedades, muchas de las
cules, como ya s¢ a sefilado con respecto a la era de
las vanguard, postalan un seatido diferente para el arte
attco ha de dar cuenta defo hasta entonees no nombrado?
Pero ahi no acaban ls cosas, puesto que el lengua
plistico es precsamente ~y valga la redundancia~ of mis
expucsto, entendiendo el término eexpusstos en el doble
sentido que tiene de «mostradosy cartes, Es el mis
expuesto porque resulta esponténeamente visible para cu
Gquier, lo que leva afrmar aun padre de la Iglesia que a
pintura «era la Biblia de los idiotas, dando naturalmente
fl sentido grogo orignal ala palabra idiots, que no es ott
que el que esti encerrado en le paricularidad como sélo
pueda eitarlo el analfabeto, el que no sabe leer. En eect,
fae se resgna a no poder entender aqullas artes cuya
captacibn depend inmediatamente de los sentidos, como
«la misica © la pintura, por no hablar ya de la perfume-
tia ola gatzonomia, cuya complejdad intelectual es, no
cobstante, comparativamente menor. Con todo, quiz la que
prowoct una sensacién mayor de inmediatez esl pint,
fo que puede apreciase simplemente comprobando que cs
ia tres cuartas partes de nuestra terminoogla verbal estin
directamente relacionadas con la visi.
“
Reflexionando sobre esta cuestién de por qué todo
el mundo erela entender de arte espontineamente, Or
tega y Gasset hizo una advertencia luminose. La pintu-
ra, decia, posee signos evidentes y significados recéndi-
tos, exactamente To contrario de, por ejemplo, el len-
‘guaje matemético, cuyos signos son recénditos a quien
rho domina su vocabulatio especifico, pero cuyo sig-
nificado es evidente." En este sentido, tenia mucha
‘azn Ortega al considerar mis dificil, complejo y, sobre
todo, sengaiiosor nuestro conocimiento de la pintura,
no sélo por el fraudulento equivoco que es capaz de
generar en quienes a ella se aproximan con despreveni-
dda ingenuidad, presuponiendo que ver y descifrar es lo
mismo, sino porque, incluso comprendiéndose bien
lo visto, jamés se puede llegar a descifrarlo por com
pleto. Mis aun: si lo que espontineamente se ve en arte
no es, por el simple hecho de verlo, descifrado de in-
medisto, tampoco ser letrado es una garantia para lo-
sgrarlo. Evidentemente, Ia lectura como via de un mejor
conocimiento sobre una época puede ayudamos a in
tuir la complejidad de significados que se esconden
en una imagen aparentemente obvia, pero tampoco ello
gatantiza su aprecio y disfrute sensibles, si el que em-
prende esa via de conocimiento no la completa con una
Fiquisima experiencia ~ejercicio— visual; es decir: hax
biendose acostumbrado a mirar obras de arte, cuanto
ras, mejor. Lo que finalmente quiero sefalar es que Is
informacién histbrica nos previene de la complejidad
de los posibles significados que existen tras una ima
‘gen, pero el disfate de la calidad esti reservado a quie-
nes atesoran tna larga e intensa experiencia de contem-
placién.
6Peto, volviendo 2 lo que antes tatébamos aceica
de I clatided de extilo dl crticn de arte oo he oe
haces valer sta ante un piblico que cee ae Io
sibs todo de antemano, porge pata juzgar sinpeve
te tiene que echar un vistezo? Quien quice diene
literature, debe inexcusablemente let el libre objers
del discusin, pero quien puede nega algun sue
no ha visto y, por tanto, conoce un Velizevce
haber echado un vistazo de una milésina de vegan
al dempo que se tarda en reconocer que en dwt
hay representado un hombre encima de un esbatee
&Céimo, a su ver, negate que un evade ara
£0 tanto que no cabe reconocer en luna gues wel
tumpoco atbuile un signiieado, por simple o eye
vocado que sea éte, no ha de ser wana towed te
pelo {Cémo, en fn, peruadie, en el ea de gue
haya hecho un esfuerzo de dotar su mirada de una
‘mayor profundidad, que lo por laprchendide, sews
42 arotcamente vido, dist infnitament de lo ne
tencialmente aprehensble?
Todo esto me leva no slo a afar la dfcltd del
smenester del ero de ate, que est en dec eae
con es dificultad —ese profundo e incductible mate
‘que es esa obra que juzga y trata de hacer mas accesible
al piblico sino a sea el poster y paraljico aang
uc debe exis as sus palabras: I congue deh
2 do. plea conversion del ver on mitat sl taps
~fonfinza-enl profundo espesor de lo que, a tvs de
tue obra se Adentta por nuestzns nas yas eee
6 Set conocinienio vitalmente endiquetadan eee
(eat mrocesamieno seflexive-verbal es sdlo tna nina
5 mate de lo que hay en dl realmente contenido, Nem
$66
SIFSESIBISIIIIII
sabe la menor dada de que uno de los motivos que ge
[ne el seemisent dl ables nee te ere Se
) ae, al margen del mayor © menor acierto de ton, es
| sede de la intuicién de fa insalvable distancia que sep:
“siempre It muda elocuencia de la obra con aso,
| bras que suscita, 0, asimismo, por sospechar.que a-s¢
fa estado sla altura de Jo que han sugrido esas pala
“bua.
Como colofin a este discurso no puedo termina,
| quarter gn emis
dacin histrica y presumiblemente hasta su histévice
| final, Ja critica de arte ¢ liscurso sobre una actua
| lida publistada,cuyos ensnciados de preseatscisees
fon temporales, aleatorios y relatives
ademis, a ttavés de ello ese sentido ue,
mo_de_pionanciar y_entendes a verdad que lacy
sdempic tiempo v a espacio parciaes; mis que nade
pues un indiio, un instante, una forma, uns peisn
tia. En definitiva: un modo de ser un ttle de me,
eat.
Por todo ello, creo que la més oportuna sentencia
que pueda cerrar este entayo sobre la erties de ate og
Ja que dos afios antes de mori, public en 1968 ene
de los mis televantes artistas de nuestra siglo, 4 ae
vex, uno de los representantes dela probablemerts gl
tima vanguardia occidental de inspiracén romant
«a, el expresionismo abmracto norteamericano. Me os
{oy refiiendo a Barnett Newman, quien, soumsiondo
esa lines de pensamiento precedente sobre la fancion
| [fete ie «ie el slo a son der
h ‘Gard gh a a Basel ec idee
‘ar ui AUévo y estimulante elemento: el de la autorre:
olizacién del critico. En este sentido, escribié lo si-
suiente:
Lo que pretendo de un critic de arte no es que cree
tana obra cientifice ni siquiera una obra de arte, sino que
cada vez que escriba se cree 2 sf mismon
Notas
1, D, Bide, Salon de 1765 rimbule, Oe ges
(el de Were, ai 196, pig 09.
2 ease Hap Rater aay a deri dane ation i
sie et cauceee Cour on Por need ap
ny, Pat 18 pop, 15620: F Cav Serer“ angus
{enfermedad aft del oderad cr jn de ih
ate Mad 19), page Toh; Mae Calle, Cn cos Se
tenia. Node enguerde deadcs: Rich aden,
Mad, 193
3. De a abundant Bibiograia ete sobre estos tem,
desc ln ipaeatssrey Slr as von Selon Lo
Ime artic» mrwlas i nse, Une nic
{hse coma Mad, 198; FH taylors pr
pe 9 meradr, tre teamed Rams apn
loi ob Mace tei Lae alt
t,o ei De oe
‘eg Le made de a spnlatin, Pas, 1981 anes NESE
aioe pnt, Any ceded one Hla brea, Ma
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abet of Ceti Sith and Seon Coty Earp, Nera
York, 195; Micha! Baurdsley, Te es de went pigs, bu
5, 1983; Hogh TrevrRope Print y itn, Meat ¢ ie
Ee eae Coe Pr 1517152), Ma, 1982; Miguel
6
Motin y Femando hes, coins oy Eis, Del mars de
rman 6 le glo de ister, Macy 198
4 Vee Berard Teste, age ae Pi os dats srl ere
se de Lis, HIV, Pats 1987; Clement de Re Le amas a
nis, ars, 1877; Aue Kontaine, Le dries det ex Franc, i=
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sean tt odes Sent, Rove, 1975, pig 3
1. La recesacian del gusto popular eh, sobre Yodo un lugar
comin en la tataatis dl siglo eet. Vises Des Mahon, Sind
ti Stee Ae aed Ther. Lanse, 197,
1. Est dea ribs a formullon canfnica en el quits cine
gan aad del elaicimo, dl Abste Belo, Le ne a Pit, Sea
Sire Ani! means 1672
1 Thomas B Crom, op ei i. 125
6*FFSFFSSSIIISISIIIITS,
’
’
’
,
,
f
8
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ses acento deo per eral aon la Panne
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‘raat det ts Salo de Didere, Copenh, 1960, VWAA, Doe
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hire at Tipu des Lams Pas, 1981
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18741902 Vol: Unional Expstons and Stepan Foe Ae,
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sine Aa), Maki, 1971 iy pen B47.
24 Auge en sentido esto el crendor dela exis fo lle
‘nin Beumatien, que publicé a parti de 1750 una obra tude pr
iamente st, fe Kant quten nor denis I ates fae
nifcado ce eta scp, datorando, porn ado aoe ca foes
el mto no cs cognosctio,y por tino, noes loca Sao
ou significa que sa base so puede se subj (Cee ath
i, 3) mientas qu, por oto, sin enka, e feconoe ae
‘si aunque no vende
25, Diderot etd detalles vcicoe del oficio atic con mo-
tivo de a sedscin de varios arcuos dels Encpce ay
fe interes vivamente cern de lo gue enter op eee cee
ado sobre esti, en especial defo etsca piclogas ise,
ammo se refla en el anita enciclopédicotilado Deon Went
Dida, Orgeey natren de ded de Fs Cah Sees
Madi 197,
n
26. Chuls Boudehit, Salon de 1846, en Cerne comps
de Claude ich), Par, 1976 Tp 4,
27. Vea el proenio al Slén de 846, que et deicado «hus
bourtcois (iden, pigs 415-417), donde, ent ons coos nea a
sinwcne: Sou Ts mayor en nimeroj en mtlgncay iol ee
ba fuerza, que cs justi. Los unor sion, ls eres pret
Piseiosnbiox Entoncs, vucro poder see comple pie eee
bled conta. Pose el gobi de la cds yokes ge
AEE ee te Fe pe a pe
ea: porque, al igual qu ving entre Yoetos ade hey
Bsrcinir del poder, ningun tampoco tne el dercoe ie eee
la posi. Gosar cu cnc y el seri els de ea
bene volta y la neces. Ahora bia, vosonos acestae ee
Bngcis “te, lidar y comercante~ habe ns hy
‘econ, os mss, lar gli, Agus que hace das
fo no sab abcas mds ge para ov acspurdoer as ee
chao sus puerta par la mltods. Soi Ie amigo neck
les aes, porque ris fms o abn
22, Se tid lo Baul co un arco publica 2 fines
1863 en dato Ls Figo, anicle qu signifeatroment ele
by Le inte de ewe mater 7 gc sobs dente s Goss,
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(en pig 91-52).
28 ales de, 48
20, Nase A. Tabara, aw artis temps de Bande,
uly 196; P-G. Caste, Bendre ce de, 008
Zi, Sobre se arto, vise F Cao Seren “Banco y fin
ef historia dl ane Leis des hitovogafs anaes on
nde bs vanguard, en La sda extaiade dalarte, Eye sobre b
edn ots Sngwcdiay, Mas, 1992, pls. 97-120
SE, WAR, La promenade dx ite ibe. Anta d a:
tiger on Banc 1801900, Pats, 1390.
Sle copes Zola nl pect de Mio, donde reo
pha gs cmayor tore ae teat: fe caoplido mitra, Be
Ela ef buen combate: ene als Mor Seon. Manet. Bots Part,
(Cd. de Antoinnete Ehind, Pare, 1970; Gattan Peon, Le hn coms
Sec De Grete a imprest, Pt, 1974
“A, Georges Data, Mant, Cine, 1955, pig 17
35 Gata icon, 1863 nanan d pie modo, Cini,
7
36, Pue poco depuis de haber present ma Obmpi en el Sln
de fos fechzador de 1885, donde excndao fue semen a dl
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Sia Taen i gue aaa haber ven 2 buat a Goya y haber
‘xconalos Vlequce, a ue fat cpinor de pinto.
Sa zal, Loser, Les Ronan (ed. de H. Mite
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11, Vege Flix Feagon, Ooors pla gue cmp. TI: Cronies
tpi ick de Joan U. Hips), Cink, 1970 0, Haperin c
‘islon foie end. Anat in Fede Sic Pars, New Haver-Low
dr 168
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etal el Hestonsdor 0 ate cola vangsnda no ha ee
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{2.98 pons deena potas foe el feof talino B, Ceoee,
pus ensue eta postr fc recogida, ene ten, po Silos,
Engel fr mejores horsdorr del ate Je ete period, Vee
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"tu Dino Pormiggo, An, Bareclon, 1976 pi. 1
{oJ ee et Vs Mi, le 7 aw
peniidad con qin vig el tenor efor, ments
tho a nuciia vila, es pardajiesmente causa de gue la pint r=
Suen verdad Ta tis esis de Tas ae. La fslldad con ge
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inueve admiir que no ay nada mig que hacer con. Hay, pues,
Eni intr una ons contradic ene To patente ue Son
Sts gnc y Io recto gue es senior
SE Basti Newann, Setad Whiting nd Itevews, Los Ange
ey, 1992, pg. 135.
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