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La Critica de Arte - Calvo

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Mandar her Ws enc ve. |] P.9 Las preguntas Fernand Sevater AgTS 75 Las motivaciones det coleccionisme 99 El mercado del arte Jean Bertier IIL Perplejidades del arte moderno Raméa Mayrata 135 Los museos de arte contemporineo Maria Dolores Jiméner-Blaco 161 El cuadro es Ia gran catdstrole CConverscin de Francisco Calvo Serle con Euuande Atoyo. 017 Baton 203. Las exposiciones de arte itera Ene, Beoases oo 223. Descaros y antfaces en el arte del cuerpo SSCSCSS IFPI SIFFS IFSSSIFIFSIIIIPIBISESB La ctitica de arte Francisco Calvo Serraller Cas ds sighs después de haber sido formula, en ls alborer del tpoencontempordnen, [a desctpeion heh por Diderot del cts de ante a sigue ene Me refero alo que ecb el flbsofo frets tomo dedictra a a amigo Grimm ean moto de publint eT conjanto dels cic de ane gue hala tclacade [obi el San de 1765 en Pe se sus amigo ion orienea Diet, sas ideas que me hun ‘asledo ante Jos cuatosexpocto ese abo en l Salém Lat topo zc al aa, sin preocupame ai por su orden af por | q su forma. Lat hay als y le ay verdaeral™ Analizada esta delracin se puede apredaren ell algo mis que una snp contin de faba modesia pre ventiva oa expresign desenfadada de ua talnte ia Co, puso que apunta al exlarecimiento de unas creone Poa Ch el adic de ios ae oe primer liga, Diderot slude alas eoordenadss tempor mcr etn Crane ily ta les que contextatizan lo jugado se uaa de le obras Tre Se ont? ate ARCODATA, bance presentadas el aio 1765, pero ain con restrcciones mis St pnt So Cae an Coneretas que filtan sx eance! nose juage inact Andee ee Co, Mai aE, Bf nadamente lo producido artsticamente ese af, sino tan igi Ln ate eno, * Las nti alld eds pl i 8) 18 SHEEP SIIFISFIIIISSIIIIFSITSITITIIUW sélo parte de lo creado en Francia, siempre que haya sido presentado respetando las normas de la convocatoria of tial que peribdicamente se produce en Paris y hubiera sido aceptado por el jurado de admisién. Con todo ello Diderot estaba aludiendo a una cat sorla esencial de la modemidad: que debe juzgar en té minos de actwalidad; esto es: que slo critica la presencia del presente, lo que se exhibe piblicamente hoy. En se- undo lugar, afirma que habla al azar, sin orden ni con- cierto, pero no por ninguna voluntad expres, sino porque lo que se exhibe en el Salén no permite otra cose, dado. ‘no sélo el mimero abundantisimo de cuadros colgados, sino la arbitrariedad de procedencia, condicién, tamafio, sénero y hasta ubicacién en las patedes, pues, como es ssbido, la costumbre tradicional en este tipo de exposi- ciones puiblicas hasta précticamente el siglo xx consistia en el amontonamiento de las obras, unas encima o al lado de otras, sin atender a ningin orden légico 0 estti- 0, formando un galimatias visual que a nosotros hoy nos pareceria un caos indescifrable. De esta maners, se cxplica que al visitante del Salén se viera envuelto en tuna marafia de solicitaciones, absolutamente mediatizada Por Factores incontrolados de pura casualidad, como, por ejemplo, que ef cuadro en cuestién fuera Ficilmente vsi- ble en funcidn no sélo del sitio ocupado, sino del pro- pic tamafo, la compatia, la luz, etcéters. En este sentido, incluso después de numerosas visitas atentas y pacientes, fo era raro que se quedasen muchas cosas sin ser vistas (© que fueran contempladas en unas condiciones tan de- ficientes que anulaban el valor de lo en ellas apreciz- ble, De tal forma que lo advertido por Diderot con res- Pecto al desorden de sus juicios ctiticos no era sino el 6 prudente dictamen de quien sabia que lo exhibido en un salén de estas caractersticas janis era completamente abar cado, ni siquiera abareable, con lo que habla que asumit que el discurso consiguiente tuviera, fondo y forma, una dlisposicidn aleatoria, producto del registro de impresiones ‘mds 0 menos casuales. ¥, en tercery iltimo lugar, lo que sefila Diderot es casi la obligada conseeuencia de todo lo anterior: que sus ideas forzosamente serian verdaderas y falsas. Se puede intespretar esta duda acerca de la validez de sus propios juicios como una consecuencia de la pes pectiva crtca del pensamiento antidogmatico de la Ihstra- cién, pero, ademis de ello, Diderot quiere mostrar Ia na- turaleza esencialmente relative, por mediatizads, de esa critica de arte basada en el juicio sobre la actualidad, Como se sabe, fa etimologia del témino modemo hace referencia simplemente a elo hecho al modo de hhoy», alo actual, algo que se produce y se jtzga tempo- ralmente, como andlisis de lo nuevo, que no es sino lo ue se renueva temporalmente, cuando, de una tempore daa otra, de un Salén al siguiente, cambian las obras y se ha de dar cuenta de si estos cambios suponen transfor- maciones cualitativas © no y cémo hay que valoraslas? No obstante, no hace falta meterse en honduras sobre lo ‘que supone tna coneepcién de arte secularizada, tempo- ralizada, para entender que la critica del are de lo peri dicamente expuesto en un saléa ~tanto por la secuencia temporal con la que se sucedian los salones como por le forma en que étos se organizaban y presentaban fos cua dros ante la contemplacién piblica~ presuponia aceptar | naturaleza relativa de los juicios inspirados al recotter: lo Por otra parte, es preciso saber que la propia existen- cla histérica del Sal6n esti condicionada por la irupcién ” de una ofeta y una demanda artsice completamente merado de obra de ate, qu, en 5 progrevo exe Iento, se hizo cadaver mis abstacto y anbnimo, Desde luego, posezmos datos que demuestan Que ya ass en al plo xn un meredo de ate lo sulicentemente ip nifcaivo como para que se multipicaen las clea nes pias, comenvara a ser rentable a flifccion de [Pobre incluso algunos artistas legaran a desafiar los mis alos requeimientos de reyes y principes en fancion de 9 sisGuar de xa mayor libertad de ceaion que silo sob. 9 tenia lejos dels cones? w__ Todos eos datos nos revelan la gstacibn. de un poe lio cada vez mis numero y, por end cada ver nds influgene: un piblico, ademas, que no silo ya no per Fo teneia necesaamente los estamentosde i aoblon el cleo, que hasta entonées hablan pricieamente mon. 9 polizado la demands anstics, sino que, en la mayor parte Bote ios cases, clair telat personal con los artisan Exe piblico, por ota parte, que estaba fe damentalmeate fermago por burgess 7 que, como tl fe pelando a su condicion de simples anutamyo aficione, Paes, no fomaba parte ratual de ninguag battucbn Pe cficil encanta de ear pore gusto stsicn como I Be comespondia hacer entonces a las academias, llegé, no Me@obstante, a crear poderosas corrientes de opinién ¢ in- luso a hace con el contol ideolgica Formal. de Bisa de ets aden como ones seeker ad silo 2, con la ettalizala y mey poderos academia Frances, que temind siendo dirigda por uno de los lbs de estos aficionados, el colectioniay teen Pp@koger de Fess [Gon todo, hay que esperar al sgl xv para que este conjunto de sintomas de la getaciony fortalcimiento de wn mercado del arte y dl correspondiente piblio lle XP gue a aleanzar una extension ¢ infuencia decisivas, De © hecho a historia de este consoldacin esd estechamen._ 3) teria al fenémeno dels exposicionespiblies de ex: _Hicterpeiéico, queen Francia teabieron el pombre de “salones, pues éstoslegaron a tener importaia cuando defnivamente se ubicaron en el Sain Caré el Loure, to que acacia pari de 1699. De todas formas, la fecha verdaderamente cave para soir institucionalizacién el-Salin.como.sn acontecimiento pablico es la de 1737, pus ela marca el comienzo de la reglacion peribica bienal de estas exibiiones artistas, que se eeloraron, en una primera épocs, ls aos impares, adquirendose asimismo la castambre de programar su inauguracén so lemne of dia dela fenividad de san Luis 25 de egon ‘0, y mantentndoseabiertosprorimadamente entre tes, Y tes semanas? las academias deat, que comenzaron a desrrollar se en as principales ciudad lianas durante el silo xx, ¥ cxyo modelo fue imitado por otrs nacones europe durant el siglo xvu, solian exhib la bra de sus mie ‘bros con la intenién de adoctrnay alos iSvenes pring Piantes, pero sv proyeccion, publics fue priticamne ula hassel siglo xvi, cuando I estalzada academia francesa rompié el resringido circu profesional que er || sacerizaba exas visitas abiié bremente sus puerat a todo el mundo, Este dato es de extaordinai importa «ia, porque, sn esta visita indtcriminada que nos vier fe prematuramente del idea! democratizador que en el % [fcr al arte, no se podria ib do esa dimensién »piblica» consustancial a la exposicién, En este sentido, si atendemos a los testimonios contem- Jporineos, lo que inicialmente més chocaba de estos salones piblicos periédicos era precisamente la abundan- a ¢ indefinicibn social de ls vistantes, preludio de las multitudes urbanas del xxx, porque entre éstos no s6lo se mezclaban profesionales y aficionados, doctos in- ddoctos, sin, algo mucho mis sorprendente para la época, diferentes sexos, edades y class. En un excelente ensayo sobre el arte francés en el siglo xvi, Thomas E, Crow reproduce el testimonio de un atitico de arte, Pidansane de Mairobert, que describe muy grificamente el ambiente social que se vivia en estos salones. «Se emerge, como de una trampae, comienza Mairo- bert su relato por fa entrada misma a la exposicién, sa través de un hueco de escalera, siempre congestionado de gente a pesar de su anchura considerable. Escapz- dos de este angustioso pasaje, no podemos recuperar el aliento antes de vernos sumergidos en un abismo de calor yen un remolino de polvo. Un ambiente tan pestlente e impregnado de las exhalaciones de tanta gente enfermiza que deberia al cabo del tiempo producir 0 un tayo 0 |i peste. Al fin se siente uno ensordecido por un ruido continuo como el de las olas que estallan en un mar aia do. No obstante, hay algo que puede deleitar los ojot de un inglés: a mezcolanza, hombres y mujeres juntos, de todos los érdenes y todos los rangos del Estado... Es ‘te quiets el Unico lager publico en Francia donde aues- tro inglés podria encontrar esa preciosa libertad visible cn toda Londres. Este especticulo maravilloso me agra 2» ds incluso més que las obras expuestas en este templo de las artes, Aqui el saboyano que vive de sus chapuzas se codes con el iustre noble acicalado en st cordow leu Ia pescadera intercambia sus aromas con la dama de al- cumia, obligindola a apretarse la nariz. para combatir el fuerte olor de brandy barato que la invades el rudo arte sano, guiado sblo por su instinto,salta con una justa ob- servacién, al oft la cual un imbécil ingenioso casi estalla de tisa s6lo por la razén del cbmico acento en que ha sido expresada; mientras tanto, un artista, oculto entre la multitud, desenmadeja el stimo significado de todo ‘esto y procura sacar provecho.st El amontonemiento indiscriminado del piblico visi tunte, ademas de produeit el efecto costumbrista inslito de esa mezcolanza socal grficamente descrita por Mai- robert, estaba cargado de una siguficaibn, por el mo mento, moral, aunque los acontecimientos que pronto se sucederian —al texto citado data de 1777 demostraron que también politica: ese pblico representaba cl autén- tico gusto socal y, como tal, atentaba la mis alta instan- cia critica que avalaba una verdad refrendada por la ma- yoria, la tnica erelble en los albores dela legitimaidad patlamentaria” De esta manera; OF piinaia vee, con ffontaba Ta verdad institucional con la verdad poplar ~e mérito arto sepin los cénones académicos frente al apoyado por el éito piblico-, pero asimismo el icio suptestamente doctoo intresado frente la opinign bce iy espontinea, la minoria frente a la mayoria. Sobre esta eneuesta se edificaré en el futuro el éxito, que no slo estableceed la epopultidads aleanzads por un artist, sino también, tan pronto como los canales de comercaliza a cin dea ob se alapesen a as nuevas icant, ‘8% mayor 0 menor posperdadeconémia ™ El optinsme con que ve aud la posibilidad que ofrecia el Slén pars consgrar el verdadero talento de los atta, a ues deere desnerenado iio del bl o,f csi univer. Aal no debe etaarmon ge Uno eae Jos primeros y.més famosos criticos del arte de ese ‘momento, La Font de SuntYene; amas comune: tement fo sigsiente: Solent 2 mes y justos que ‘iblico, que no tienen lazo-alguno con los a ppodemos enconirar el len- | eh mie dea verdad {Los misinos artistas partciparon de este optimismo, Pues, gracias a este improvisado juicio popular, veian la ip posibilided de reforar,equilibrae 0 contarrestar el eetra do y hasta entonces inapelable criterio de la academia, ' pero, ademis, paticularmente, aquellos que caltivaban los ‘9 aénctos consderados académicamente menore, que efi ‘@ todos los que no tuvieran que ver con de ls historia, spseuin repetia la doctrina artistic clsicista desde el Re. nacimiento, viron en este respaldo piblico la tnica po sibildad de reconocimiento. Con lo que no es diff ima. inar que el pdbico se convirtiee en la fuente de toda esperanza artitica utura y, en consecuencia, que los at- ‘tistasrevolucionarios, sumida por completo esa dict ‘@nia_que cmpezaba a separar los honotes oficiales y el ‘9 Gsto,spostarun, en cuanto tuviron la oportunidad para plieetlo tras 1789, por éste frente aquéllos, o, lo wes jlo sism0, por la supresién de fae mediaciones académ- eas en for de a ences ce ultima’ Eas Pitusién tardaria un tiempo en disiparse y, cuando se pro- (Wevjo, aproximadamente a partir de 1830, con motivo del " 9, 22 \ | tstableimiento de ese régimen burgués que fue el de la llamada Monarquia de Juli, Ia de Luis Felipe de Or. leans, comenzé ese cutioso fenémeno de la bohemia, una potitivacion rebelde de la. marginsciGn sock artistas sue empezaron a ver al piblico como aun tne. igo al gue «conquistan,euiemismo baico que implica doblegar y"vencer.“En todo caso, dela creenca en el valor spoteésico del amontonamiento —de espectadores {anto como de cuadros en el Salén—, se pas arevindear ‘a discriminacin, donde la calidad recobraba sus dere- chos sobre la cantidad y el discernimiento sobre el ‘spontineo entusiasmo? a Sea como se, {por qué, cémo y qué papel le comes: is Pondié 2 los pair de entonces denominadosetices def J atte, una especie profeional no conocida an AUP Los escttores experos en custiones asic antes le este siglo, en su inmensa mayoria ellos mismos atta, solian prctica findamentalmente uno de estos tes géne [& 1 memoraista, que consists en tuna recopilacion de datos biogréficos de artistas cAlebres,siguiendo el modelo de las vidas de Vasat; el tratado doctrinal, donde se com. Pendiaban las normas ideales del clasicismo; y, por alti mo, ef tat nico, que consistia, a diferencia de los tecetarios artesanales del medievo, en el desatollo pricticn. tedrico de algunas de las disciplinas cientifcas 0 rete, «35, cuyo conocimiento se le exigia al artista humanista desde el Renacimiento, coma ser experto en perspectiva, en proporciones,fisionomia, anatoma iconologia, etcé sera. Una caracterstca comin a cualquiera de estos ge hneros, que frecuentemente aparecian mezclados en uh ‘mismo tatado, era su concepeién intemporal, puesta de ‘munifiesto incluso cuando se seferian_a cucstiongs his 2 sel iglo*0| téricas, como l_relato biogrifico, pues la mayor parte “de bas anécdotas tenfan una dimensin doctrinal ejem- plaro ilustraban comportamientos arguetipicos legen: “darios;"en todo caso, ideas, conocimientos o hechos re vistos sub specie asteitatis® Apenas sere | Ferian a fa vactuaidade, pero, incluso cuando, a partir del silo x, se acepté el que se pudiera hacer alusién a autstas ain vivos 0 muy recientemente fallecidos, estable- endo una nueva clasficacidn més matizada que ls dis- tingufa no sélo por fa férmala convencional entre sant ‘guar y smodernos, sino creando una subdivision sutil entre estos éltimos que daba pica los llsmados moder simi, ue no exan sino los que trabajaban en el presente Bsns atists del presente 2s destacados lo eran_porgue ‘Se-presuponia que la obra por ellos realizada trascende- “Fa al tiempo, revel eterna" Mis aun: sin dudar de la verdad dada de an- | “temano, la historia no_era sino la repeticién circular de tin mismo_ ciclo biolégico, un proceso fatal, complete ‘mente previsibe. Las tnias dscusiones erties eonsistian, por consiguiente, en las formas de interpretar normal ‘mente unos mismos ideales perennes, y la evaluacién de | las obras concretas no era asimismo cultivada sino como | encamnacién més o menos lograda de estas norma. En este contexto, la nica apelacin al gusto popular cera siempre para prevent lo negativo y equivocado del juico indocto o indocumentado, pues el simple gusto en solosinado ingenuamente con Ios efectos sensoriles in- mediatos era exactamente lo contravio de la sabida.* EL tratado surgia para demostrar precisamente que el at no era simplemente una cuestida de halago a los sent: dos, sino la expresin de un; oy * + lo cual fueron también conocidos come chasenrs de no {mediante el dominio de muy diversas ciencias y tenicas f especificas.” En este sentido, y frente a lo que comenta- ba Diderot con respecto a la naturaleza de sus eriticas hechas a propésito de lo por él visto en ef Salén a saber: que eran puntuale, inorginicas y relativas—, o tra tado de art tradicional desarollaba una doctr poral, orginica y absoluta. Por lo dems, el auevo eritco de arte, como el tam- bién nuevo piiblico al que se dirgia, no era casi nunca mn profesional en la materia, sino, todo lo més, un af sionado.que sabia ecribi es: capa de peruse dliretéricamente al lector sobre la bondad y agudeza de su julclos. No'efa un profesional porque no se ditigla a anistas expettos en la materi, sino a un publico in perto, cuyas inclinaciones exponténeas de’ gusto previs sichte conocl; era, en definitive, un experto cn conocer las expectativas atisticas del piblica,al_ que pretendia aclarar por qué gustaba de lo que gustaba, En este do, elcritco de arte surge histérieamente con una deci ida vocacién parlamentaria: representa el gusto popular ¥ lo administra; alguien que presta su vor ~modulada— al juicio popu. Dads las circunstancias, la mayor patte de los ex ticos de arte que comenzaron a surgit a partir del si- alo xvut_no s6lo no eran artistas, sino que, la mayor Parte, tampoco posela conocimientos cualificados en el tema. En general, se tataba de jévenes escitores desco: nnocidos que buscaban la fama a través det libelo que aprovechaba cualquier acontecimiento de actualdad, por vells © gentes al acecho de cualquier novedad siempre que tuviera un cariz escandaloso, Thomas E. Crow os 2s describe cate nuevo tipo de esctitor panfletario en relae cién con la entonces cada vez mas pujante prensa popu: en sus cuartas quintas partes clandestina: p fh PP Para su mano de obra, la prensa popular se muta © de una subcultura creciente de escritores, ejército de re- 19 serv compuesto por ls desempleado lterarios, produc: 10-directo de Ia Thutacibn, La ners, ufana e indepen dente République dex les anunciada por Voltaire pare cia ofrecer una nueva via de elevacion social a jovenes, educados de provincias cuyo bajo nacimiento y falta de fortuna les cenaba cualquier ota Peto, por cada Vols, Diderot o Rousseau que surgiera de oigencs oscuros al renombr publico, habia docenas que no lo conseguian. talento y los conocimientos, en el mejor de los casos, eran bastante escasos. El hombre de letras con verdadero {ito en este periodo vila no slo de las ventas de sus libros incluso los autores mis vendidos, como Rousseat Shordelos de Lacos, no percibiéron virtusimente nada ° por este concepts), sino del patrocinio aistocttico 0 «= 9 tata, La mayoda de ls aspirants a escitor,careciendo de billante,o, falta de ela, de habildad para el arbi mo social el oportunismo burocritico, se hallban ex a ‘luidos del reconocimiento y recompensas de la vida in- telectualestablecca, Tenian pues que sobrevivie gracias 9 a su exfuerao y a su ingenio. Algunos encontraban taba *9 jo 3 destajo nla preparacién de texts para editores le- 49 sitimos; a muchos de los que se empefiaban en quedarse 19 0 Pats sc les negaba incluso ese trabajo mal pagido © BB inseguro,forzindoler a una w ota forma de periodismo Dp candetine, Con econ cua via ing y dese » perada. Cuando tenian trabajo, escribian alquilando a otro 26 ie su ploma, an veniencia. Co sién; tenian que halagar los gustos mis vulgares y com= patir su vida con criminales redomados." mamente © bajo el seudénimo de con el riesgo de suftir azote, exlio © pri- Estos profesionales de la escritura, cuando aiin no se habla reconocido semejante categoria profesional, pues tan s6lo merecian entonces ese crédito social los que perte- necian a la administrcion oficial o estaban integrados en cualquiera de las ramificaciones del complejo aparato del poder aristocritico 0 eclesistico, sufrieron la prime 14 experiencia histérica de la bohemia, casi medio siglo antes de que afectara a fos artistas plistcos, y s6lo logra- ron sobrevivir gracias a los géneros espurios del panfle- to, el folletin, y la literatura periodistica.® En cualquier e280, veste es el medio, sin embargor, segiin nos sigue advirtiendo el propio TE. Crow, «de donde surgié ll teratura muy abundante que ahora nos interesa y que fue, sobre todo, un canal impostante de transmisi6n entre la alta y fa baja cultura dusgpte el siglo xvnt. Bn su mayo- ria los libelises eran gent educada, familiarizados con el pensamienio especulativo de altos vuelos, a teorfa poli: tica y las novedades literaris. Traian consigo la erudi= tonces queds suficientemente claro era que en lo tucesi vo iba a ser cada ver mis dill, por no decir imposible, | labrasse un orestigio a espaldas de la eaultud, si Ja Precisamente por ello se prodajo ente ls artistas esa constante en progresién de reclamar cada vex més un [ger espacio pebice, cuantttvey cualtatvament Gon ello pretendian desde huego wna mayor flexibilidad BOUOTECN 5 a Ff VFRCUT'D e sare 4 VIN 5-24 de criterios por parte de los jurados de admisién, pero asimismo més oportunidades de exponer y mejores con- diciones de exhibicién. Como la demanda y la oferta coe: cieron.de-una manera espectacular, el Salén se hizo cada ‘vez més pequefio, con Jo que aument6 la frustracién y Ja protesta de la mayoria numerosisima de excluidos. Pero, cuando los gobiernos decidieron demagSzicamente am: liar los limites, la calidad media baié de forma espe j-mna fiactura ent artistas citica x _niblico, que llearon a polemizar incluso dentso de cada Hay al respecto un testimonio muy elocuente de Bal zac, cuando denuncid esa arpliacén indiscriminada dal Salon en el prélogo de una novela conta sorprendente, en la que se nattaba precisamente la vida de un artista mediocre y que se sabe tl, pero que, a pesar de ello, se obstina en dediatseprofesionalmente ala pinta, lo- grando sobrevivir con bastante holgura. Me sefiero a Pierre Grasiou, que asi se denomina el imaginado pintr. Pues bien, antes de relatarnos su historia, Balzac se dii- se ditecamente al lector y le comenta la situacién del Saldn en los siguientes tminos: Siempre que fuisteis a ver en serio la exposici6n de cobras de escultura y pintura que se ha celebrado desde la Revolucién de 1830, 2o0-experimentastis1n sentimisn: Jo.de inguictud, aburimicnto y tristeza ante aquelae Laz ‘ai glerias atestadas? Desde 1830 no existe ya el Salén Por segunda vez el pueblo de los artistas que en él se ha mantenido ba tomado el Louvre por aslto. Offeciendo antafio la flor de las obras de arte, suponia al Salén los mis grandes honores para las ereaciones que en él se ex: 32 ponfan, Entre los doscientos cuadros elegidos, el pabli o, a su ver, elegia; manos desconocidas otorgaban una ‘corona a fa obra maesta. Surgian discusiones apasion as a propésito de un lienzo. Los insultos prodigados @ Delacroix 0 a Ingres no contribuyeron menos a su fama que los clogios y el fanatismo de sus partdarios. Hoy, ‘lel piiblico ni la critica se apationa {os gc n-t batasecabiben, Ola rer F londe en otto fismpo se encargaba de eso el jurado, s¢ Jes.camsa en ese trabajo [a atencién, 3ae-clausuté la expasicia, Hasta 1817 los ctadros ad Imilidos no pasaban de las dos columns primeras de la larga galeria donde-figuran las obras de los vsjos macs ttos, ¥ este afo Tlenaron todo ete espacio, con gran ssombro del piblico, El género hisitico, Jos cuaduns de ginero propiamente dicho, los cuadros de cabalete el ‘Baissie, as flores, Jos animales y las acuarelas, esas siete sapscilidades no podsianoffecee més de-zeinte-cuadsos gnos de la mirada del pablico, que no puede concedes suatencién a.un_nimero mayor de abras. Segin ha ido aumentando el nimero de artistas, debiae jurado de ad misién haberse mostrado més exigente. Pero todo se per- Ais desde que el San se prolong en la Galeria, EI Salon debla de haber quedado como un lugar determinado, rs tringido, de dimensiones inflexibles, en el que cada énero hubiese expuesto sus obras maestas, Una expetien- Cia de die aor a demostado la bonded de une ist tucién antigua, En_vez_de un tomeo, tenéis aa aun Lsotin; eo-lugar dena expasicién glariosa, un bana bullicioso, y,cnwezdeuna seleccidn, tendis aotaiad A que es Jo que pasa? Pues que sale perdiendo el gran artista. Mientras que ahora, que cualquier estropeador B de inzos puede evar all obra, no se habla de ou [sss de nice incmpents ll done sy uo, no hay tampoco com ue ox mis au ge loses, sempre oven 4c examen gue eco | dts ota adnan dt plc par el eal ban Sin sci da Academie Say Lyn Sib, et quote el ne 1 pee Dede qual lst se ha convert en un maoueto se det me chor nombres oe gurdn nln nur pe a devin 0 doe suaios qu les acompate® Lo que denuncia Balzac en esta introducciin era pric ticamente lo mismo que lo que se venis diciendo desde aque se fund6 el Salén como acontecimicnto piblico, }, en realidad, eso mismo que ain hoy nos preocupa | porque dista bastante de estar resueto: por una part, | probleme general que plantes In democratizaci cultura y, claro, ef arte, a costa de rebajar nientras que, por otra, si el Estado contemporineo debi © no tutelar,y cémo, a los profesionaes de la cultura, ‘atrogindose la facutad de diseiminacién de qué 0 quié ns tienen ef interés pablico preciso para ello De tod formas, lo que ceyé Balzse que seria el hun- dimiento del Selin'y su beneficio socal no fue, en rea lidad, nada més que necesariamente el comienzo de una cada vex mis ampliaci6n del mismo. Asi,-pronto,-alSalén_oficial se Je unicron Jos salon los seth Jos independientes y de tantas cuany_ di daiginaciones alternativas se cearon para que“ ete nadie se quedara fuera de la nica Torna que cxistis entonces pars darse anlsicamente @ conocer, con lo que no es dificil imaginar que la maliplicacion geo 34 mética, pero siempre insufcente, de las opciones de es ios publicos oils teinara, hacia Line ee el siglo x, con la creaién” comp privadas, cuyo inc in ip 9 6 capaz de eolmar unas sempre mayores expecat- vas por parte dea su vez un mayor nimero de atts, Pero, volvendo sobre lo que apunt® Diderot acer ca del caicer tempor, inorginio relatvsta del len ausje de la naciente critica de arte Sobre la necesaia conexién de éste con el fendmeno del San, que ee fexsmeno de la aparicién del pblco como su principal destinatatio y, por tanto, jer deinitvo de las abras de arte, tan solo nos queda recordar que fue d sel.xvan cu demis dela tay. come hoy la sgnimosentendiendo. desde an pee pectiva historia, esa nueva dsciplina llamada est Alesina a fen aca evoluconara en naes tro concepto contemporinen de are En todos estos campos se ineresb Diderot incluso lleg6 a estudiar asuntos ténicos del arte como ofcio, lo que acrecenta sin duda el interés de lo que escribi6 como extco de atte, pues pone en cvidenca el nuevo tipo de conod- mientosy Te acttud ques le exigent el faturo a quien se detique este menester® Pero, teniendo en cuenta que lactic de are se de dicaba a valorat obras expuesta un afio concreto y que sas, tras la esse asic, no slo cambisban cons fantemente cle tema o de estilo una vez que se impuso ls dindmica temporal madera dela bisqueds dela noe lea sino que también redefinan To que sucesivamen- te se debiaadmitir como arte x eniende la imposible dad de aplicar un método cerado, De hecho, casi un > NEU hacia la critica del Salén, Baudelaire seguia insistiendo, de forma més radicaen-el-mismo modelo. Ea la intro” duccién a la critica que hizo al Sal6n de 1846, dedicé Baudelaire un apartado a este tema bajo el expresivo ep arate «quai hon La critique. En A, tas rechazar el har bitual prejuicio de los artistas contra la ertica porque su destinatario, el pablico burgués, no se interesa verdade- ramente por el arte y porque los erlticas carecen de los conocimientos técnicos suficientes como para que sus opi niiones resulten stiles 2 los creadores, sentencia contun- dentemente Io siguiente: |e después de lo escrito por Diderot sobre cémo é “Bn cuanto ala ctca propiamente dicha, espero que los filésofos comprendan lo que voy 2 deci: par ser insta sto es_ para ear. fundamentads, a cxtica debe ser parcial, apasionada y politica; es deci, hecha desde un punto de vist eschisivo, peso-un punto de vista que abra el miximo de horizontes.* _-~ Hasta certo punto, estas tajantes afirmaciones de Bau- (~ delaice no eran sino al resultado de haber convestido. en. xirtud los imponderables expuestos por Diderot para explicar su forma de hacer critica de ate. Por otta parte, tanto en este mismo Salén, como en el del aio anterior, Baudelaire hacia un elogio del piblico burgués, reivindi- cando #8 papel fundamental como tinico destinatario del arte y de la catia, asf como elogiando el papel histé- rico que desempefé este piblico para multiplicar el nt mero de artistas y as posibilidades del ate Por ultimo, sus reflexiones sobre cBmo habia que entender la mo: demnidad del arte contemporineo —una forma de extraer 36 ~ piblica Jes interes el resultado y_no.los procedi sentido poético de lo transitorio— y eémo el artista moderno era una cratura de la multitud, resultaron com- pletamente escarecedoras™ Pero si para Baudelaire fa moder cen una pricticatransida idad convierte el ae ia temporalmente y 1 la actualidad ~los cambios, las mod experiencia del artista contemporineo, habitante de la ciu- dad por excelencia, es el resultado de las percepciones proteicas y fugaces que se producen al sumergise éste en {a multitad aque se enca © comparte estas mismas vivencias con el creador, 0 caer smo en su mis preciado dominio, el critico 1¢ de walorar esas obras contemporiness, forzosamente en la intempestividad académica. En este sentido, Baudelaire, que ya habia recusado el t6pico més utilizado por los artistas de que sin conacimientas téeni-. 95 no se podia juzgar una obra de arte —al ertico y a tos~" da un decisivo’ paso mas alld de Tos parimetros tradicionales al intuir que en_¢l futuro los cambios no-se_ Jimitarén al estilo, sino_que.afectarin_al sentido mismo. del arte, a su manera de concebizlo e interpreta, Con ello Baudelaire dabs la impresiém de haberee percatado de las consecuencias de_ta_revolucién. roméntica de_los sgéneros, de la modemizacién de los.contenidas y, sobre todo, de Is influencia determinante que itd teniendo la experiencia estética sobre la. prictica-anistic ita manera, si, ademas de la conculeacién de los principios generales del clasicismo, la clasificacin jerdrquica de los géneros artists, tradicionalmente encabezados por dl historico, quedaba definitivamente recusada, lo que su- ponia una alteracién radical en la forma de. pintat; si ¢L | tema dejaba de tener ese valor cjemplar intemporal para. 7 fpmiscuise en la actualidad y-asitrivializarce hasta la in= significancia, pues cualquier asunto era bueno ya que el @ontenido quedaba sacificado a la investigacién formal; ¥ si por lkimo, el ilimitado ensanchamiento de lo que ddebia considerarse bello afectaba esencialmente al com- ceapto de lo que se entendlia como arte; si, en efecto, todas estos cambios revolucionarios se producian, Zeémo pre- tender que el critico no modificara asimismo sus pari ‘metros de valoracién? Una de las quejas més habituales de los atistas con- tra los jurados académicos era la de que sus ctiterios eran intempestivos, pero esta queja, ademis de ser hipotéticn- ‘mente aplicable a cualquier critico de la época, resultaba en este caso mucho mis grave, porque no sélo suponia considerar al critico incapaz de comprender la obra de ate, sino también de explicar al pablico lo que en ella se presentaba como novedad. Esto implicaba que debia producirse una revolucién critica, puesto que en lo su cxsivo no era ya suficiente tener bien formado ef crite- Ho, sino que era asimismo imprescindible una informacién. puntual sobre los cambios artisticos y estéticos acaecidos. Ad, si el ctitico de arte debia comportarse como con- templador, wen artista», como clamaba Baudelaire al exi- Bir un compromiso «politicos, «parcials y «apasionadon, el obligado seguimiento de las constantes cambios le hacia literalmente depender de las vanguardias, que acabaron |definiendo lo que en cada momento habia que conside- far atistico, Esta situaciSn es la que produjo, entre otras cosas, ese fengmeno de los crticas de arte vanguardistas que fue- son asocidndose, no pocas veces generacionalmente, con fos sucesivos movimientos rompedores. En este sentido, 38 a, SFESFIFSEIIIIIFIIISIIIIIITINE sabemos que Baudebice se convitié en el campeén de ta causa del roméntco Delacroix, como Thoré y Champ fleury salieron en defensa del realists Courbet, Zola del naturalismo de Manet, Geffcay del impresionista Monet, Rincon de los posimpresionistas, Huysmans de los sim: bolistas, Natanson de los «Nabisy y asi sucesivamente hasta llegar pricticamente a la actualidad, En realidad, todo este arunto no hacia sino reflear que la actualidad también redamé que el extico se modernizase y su labor de valoracién estuvieradirectamente comprometida con los reolucionavios cambios de perepectiva que hacisn del arte cada ver algo distin.» Por otra parte, habiéndose instalado la historia del arte en el confortable dmbito académico de las universidades y, ain mis, habiendo pricticamente renunciado, victima del complejo de falta de un verdadero fundamento cen- tic, a cualquier valracin, ésta contespondié en excl siva a la rltica de arte que, ademds, dada la creciente hostitidad del pblizo a la hora de aceptar los constants, Y tadicales cambios de orientacisn artstica producidos por las vanguardiss,refor2é su importancia, ya que ahora f-no-séla debia exlicar al afisionado por qué apsecaba lo | sue snsorialmente aprecaba, sino ensefale « aprecar sada. vez lo-que era vetladeramente ate, aunque entrase | 2a diteia_contadiceién con sus pescepeiones y_pei- Uetos. Fue aceto a parte de entonces cuando comenzé el legeridario prestigio del poder de la critica? Ciertamente desde cf mismo momento en que empezaron a publicar- se las primerss cxticas de arte, alli por el ecuador del siglo xvmt, la figura de critico de arte result6 polémica No podia ser de otra manera ya que estaba en su mano hhacer 0 deshacer prestigios frente a un piblico que se 9 trasfome pronto en a insane deca del apeio s- ial de un artista. No obstante, probablemente sin esa die sina tgliuie amends da siamente a evoludonatos canbe no fab aaizado eels dinate de £9, especie. de mago capaz de_engatusar o iritar, segin ical oe propia co a, asim verdadero chive expnori de odes en oak bles males que asedian el arte, pe ‘Aungue endo cca une ljena, ta sigue tenien do vigncs mucho despues de habe despa Gircunstancarobjtvas que la mote ase Sendo la pica woud de lr sls ace tes Scie ie hoy sigue scandens fees conesponden mis con hechor del pando ane eae de le actual, creo que puede set meses Sot temos ahora de ontulaehisdrcnnents les Yas cae de te mieopetigio fl peda Inti de to de are Pussies Seiad shee 1, en prime gay, desde una penperna enlace considero que ¢ ifluencia del ction ge pro- dujo bisicamente en la segunda mitad del siglo xr, cu Go, feanqueade la veriginosa dndmica vanguard, fs cals pias de informacion sequen vesting ne expoiciones oficiales y lor tnicos items cea Cados, como nico profesional intr sg ne vloadin de aad atic nT sco de ante Térgue cuenta que come re Ia dicho, ta hstoria del ate daa la eplde no cdl aca, sino «caer pb de valracn, ue lor props arstasetaban a dvididos por un ina 40 \Wurt.acinny 135 Periddicas exposiciones pablieas, que, aun en el caso, Aircitiiampti¥a de esta lucha, no habria demasiada dificultad para a PINT, iyeR NA. v pawer o Moi, Plier Compote bie abismo entre académicos y vanguardistas, y que, fi- nalment, la Ginica forma de darse a conocer era mediante & de bifurcarse politicamente entre lo oficialmente acep: tado y lo rechazado, pero también exhibido, reproductan esta dicotomia entre arte verdadero o falso, mis que bueno @ malo Fue realmente entonces cuando se produjo ese fené- ‘meno que tun reciente libro francés sobre el tema duran- te precisamente la segunda mitad del siglo xo« ha titula- do El paseo del critica inflente® o cuando tavo sentido dar eso que denominé Emile Zola «el buen combates. Y si, por gusto, queremos buscar un hito cronolégico concreto como la fecha desencadenante 0 més signifi sefilar la del escindalo_producido en el Salén de 1863 on las obras presentadas por Manet. De hecho, un pe sador de la talla de Georges Bataille considerd ese a como el decisivo para el arte contemporineo y ast lore frendé el experto historiador y cttico Gaétan Picon af titular un ensayo 1863: naciminto de a pintura moderna.” a coincidencia en sefalar esta ech como clave en lo que podriemos ahora definir la isrupeién estupefacien- ‘de la vanguardia fue Ia sorprendente y escandalizada ‘eacei6n_del piblico y de pricticamente toda la critica de ie contra los cuatrosexhibidos por Manet y, en especial, contra los titulados Almereo campesie y Olina, este i timo exhibido en el Salén_de 1865. La verdad es que se traté de algo mis que de una protesta arada, pues el des gs concierto general fue de tal magnitud que produjo una inacabable risa histérica, de aspeeto aterrador por cuanto ‘no parecia controlable. El propio Manet, de talante més TEESHSSSSIISSSISSSISSSTIIIIIIIIIG bien arstocttco y nada amigo de provocarexcindslos, Acbis desaparecer de Paxfs por un tiempo prudencial fis cuando decidié levar a cabo un viaje sohad a Esps. fia para conocer el museo del Prado. Debemos a la pluma de Zola una descripeién de esa teaccién airada de la muchedumbre fiente al Almorce ‘ampere de Manet, pues qued6 hondamente impreso. tado con lo que él mismo pudo comprobar en diecto, Este recuerdo le sirvié para descrbir una escena de estes aracteristicas en su novela La obra, cuyo protagonist, limaginario pintor lsmado Claude Lantien, debe sft do mismo que el Manet real tuvo que soportar en aquel ara al infausto Salén, ‘Ahora que habia juzgado su obra, escribe Zola acer. «3 de Lantier/Manet, «contemplabe y eseuchaba + lan chedumbre, La explosién de carcajadas continuaba e i fn aumento en una gama ascendente de risas locas, Desde | puerta, el pintor vein cémo se hendian y torclan las mandibulas de los vsitantes, cémo se les achieaban los Cosy Se les hinchaba el rostro: eran rsas tempest. {38 de hombtes gordos con los chilidos herrumbrosos de hombres flacos, dominadas todas las voces por las faut tas agudas de las mujeres, Enffente, junto al imacio, unos jvenes se destemillaban de risa como si les estuvieran haciendo cosquillas; una sefiora acababa de dejase caer cn una banquet, con las rods apretdss,ahopindose tratando de recobrar el aliento en su paiuelo. Ya se habia difendio la noticia de aquel eusdro tan extra desde tods los rincones dl Salén acudian cuadsllas que ‘se empujaban para llegar al sitio... Y los chistes areca: ban mas tupidos que en otras partes; gra el tema lo que a v Co sobre todo estimulaba Ia bilridad: nadie comprendy quel pati insensio, con aac persyorcie uno enfemo.Los que no s€ ean se stcalonabers fos tonos azulados, cea neva manera de reprvenns luz tes parecia un inva. éSe permit tof al arte Unos vcs sees blandan sus batones Un per Sona grave se marcha ofndidoy decarabat vo nes gue anole gstaban las malas pasadss Oto, on hor breilo miniciso, yas buscar endl extlogs ise sign del cuatro para comunicsea a stonta wee aba ler en vor ala til aii es sncadené alrededor de un formidable bono, reba ton los gritos, los abuchtos.. Aquello se ertabe coven Yiendo en un eséndslos I mulitud segula recede cars exaban congsionads por el calor cas wer mis intenso, y todos tenian la boca abies y tone de lor norantes que jzgin a pinta expesando cr oe sot i de bara y de cheioos see trando esas. tisas estlpidas_y malvolas_que Tavista_de- ‘wa obra odin puede naar a be inbecied oe A tenor no so de lo que ficlmente recogié Zola de bas reacciones del piblico ante el cuadro de Manct sive lambida de la mayor parte de as cieas que senbcren a este respect, el escindlo suscitado por el stemas del Alnuero campsite no podla debe cn ningin caso al echo de que la joven del primer temsing etnies ee ada ya que, en ese mismo Salén y gorande del addi académicoy fa rendidaadmiacn gener, exponian see dos desnudos ~y, desde el punto de vista Ge su cons sual, mucho mis librios que el de Manee~ Baty, Cabanel y Bouguereau, pero, detalle fandamental, todos estos excitantes desnudos casi «comestibles» de ests sl timos representaban a. Venus, con To que hay que ati- buir la desconcertada hilaridad general y la consguiente afreta moral ala circunstancia de que la joven desvesti- dda del Almuerzo era un personae contemporineo ¢ iden- tffeado como tal. Por lo demas, que el cuadro de marras reprodujea el exquema compositvo de una célebre com- posicién de Rafal, tomada mediante un grabado reali- ado por Marco Antonio Raimondi, no fue algo en lo ue repaaa el publica, pro tampoco la supuesta erica cspecalizada* Tg Cg l wee aid de by vin, en lo que se refer a la vilentae incontroad respucs- La revolucién atistica tiene lugar, escribié liters! mente Broch, ecuando se aroja por la borda todo el en- {gua simbélico existent y el arte centra su actividad en Ja BUsqueda de simbolos primigenios con los que cons- truir un lenguaje nuevo, directo, y alanzar as{ una mayor autenticidad atstica... EI arte devuelto a una esfera total mente ivacional, siempre que lo ieracional se muestra en toda su cruda vehemencia, lo hace en forma de asocis- ciones y simbolos primigenios. Entonces, el mundo es visto de nuevo como por primera vez, con esa inmediax tez propia del nifo y del hombre primitivo (, en conse- cuencia, también del softador); de este modo, la expre- sion del mundo se convierte en expresién del nitio, del NUEVA, ta que gener el cusdro, haya que buscarlo en el modo en EAE ~ que el tema fue pintado: las figures casi aplanadas, el tono SEAT agrio de la carne, eso que Zola apunta como el mayor {CIGN insulto esusado por «esos tonos azulados, esa nueva ma- ) era de representar la luz..». En este sentido, parece evi- Ledente que el Abnuerzo camps clave como pied de eicindalo de la modernizacion pi ASriea porque, por una part, lograba la extras ge ‘al mediante et tema —Ta prevenciy de To -contempor= hombre primitivo, del sofiador; y esta expresién cristaliza en la creacién del lenguaje nuevo. El vacio de valor fue pata el mundo una situacién excepcional.,. Como siato- sma del vacio puede entenderse, por ejemplo, a crueldad aque cada vez con mayor intensidad aparece en la pintura convirtié en una tela impresionista y postimpresionista..» No fue, sin embargo, éta del piblico la snicafractu- ra que produjo la radicalizacién vanguardista del arte, ‘ReO=, pero, asimismo, por otra, por demostar con al pues, junto a ella abrid una brecha ain mayor dela ya Manet que Ta pintora cra ya para &l un Tenguaje autGno- caistente entre hisioria y extca de arte, v asimismo as: ‘mo, descaradamente autorreferencal ‘Flermann comprendid ef potenciat revolucio- natio y hasta, por utilizar su misma expresi6n, la zcruel dade que supuso el descubrimiento artstico de como realidad, raz y fundamento del formalismo con- cnid-nds profundamente al erlco, que bien opaba poy Jcomprametese con la vanguardiay entonces se separaba fambién del piblco, bien clegia defender ef interés del piblco, eafirmando-su papel de portavor del mismo, ¥ entonces se convertiaen-un enemigo de ls femporineo, que representa no lo que el burgués hace, Jen un representante del gusto oficial, por naturaleza com sino. smo ¢ seradory académico. La miptura y elo 4 th tempeerr A«Canes 6 S3T3TTIII VESTS SCSTSCOP* hee ss sd dass ‘al genecada por la vanguardia fueson, por ot patte, {aa.dristiens que el tona adoptade por quienss ae ali ~setnn cticamentea fede este tipo de ane ae 2214 violencia intl, como, por semplo, la adecade ‘eor Emile Zola, cuyos aticuls elpresvamente race ‘bar Mis creenciat-«-muvazoss o SM eee ee, ~Sifaea-posn.empead ser ecuete le adicalizacion lca del erin que, también en eto see [fatcada por los propios artistas, adoptaba posiciones po-| this rvolucionaras. Tl fae el exo de Zola creo de it inquired francesa en el anunto del procewss Doge fis, pero tambitn el de otto muchos, como al de Pe Fenfon, cuya miltaneaanarquista le seanes on seen Penal y una estancia en fs cel or slkimo al desrllase amplismente el mercado anisico contemporinea durante ly seds Ma siglo any, I adopcién de-una postu clica sore, {2 zaeabs no pocos quiets prosondes nee, séloimplicaba no poder exrbiren los medio de nope sifesin, sino, 2 consecvencia de ello, eurecey de ye #08 econdmicos suficientes, con lo que eee ‘es vagus den Ga ata sel ingrar en la aventura tropa de la bohemia Bere Seni, se explieaba por qué se aentud aia mig eh eche tamiento de nuevos eicos entre esttres prfeannele, Porque és no sl eaban mis rates dnponteg 4 comprender y compart as revoluconaias sete de as ates plist, sino que ademss podan heeeten a tener que sir an dieetameate las contecuenaoe pr fsionles ero probablemente uno dels fictores més determi nants en ls evlucin de la rite de ate, desde ee % aie punto de vista ques la consider, fuel antes men- ionada bifurcacién que dividi a citicose historiadores del arte, una bifurcacign metodolégica y profesional yes origenes se remontan 2 la yesstricuacin de los sabetes tradicionales provocada por la lhsraciin yen particular, por Kant. El resultado de esta revolucin co. pemicana del conocimiento en el campo que nos ocipa us, por una parte la separacién enife historia y cif i, ene ciencia y creacién, entre saber objetivo y subje. tivo, entre el estudio del pasado y del presente, pero Jambidn, por ot, I profesional del dmbito en dl gue scuslauier de estas prdcticas tenia lugar, quedando reer Yaa la univenidad para los historiadores del arte y el Petiodisimo pars la citca, as una primera etpa easi completamente dedicada 4 la erudcién documenta y la catlogacin positiva, la historiografa artsica debié empero afontar el camino del método y a definicidn de su objeto expectio, lo aue lentamente fue alendola de la arqucologa y Ia es, tcta labor de archivo. Este cambio de acttud ve dsj sentir aproximadamente hacia la segunda mitad del alo x1, aunque se ardara todavia bastante en ver exten didos los Fatos de este comportamiento de los pioneros en la renuente grey universitaia, los que hoy son just mente llamados padres fundadores de la historiografia atistca contemporénea no sélo se vieron abocados in. corporat la critica 2 su trea de historiadores, sino que tambien socpaton cn ve mie en seed a tia, incluso a través de sus formas mis provocadoramen. te Vanguardistas.® Aunue éste no es lugar para hacer un reewento de los hechosy de las figuras que ms influyeron en el cam a7 bio de orientacin de Ia historiografiaacadémica del arte, ai, por tanto, de las polémicas que a este respecto se or ganizaron en los medios académicos, lo que queda va, perfectamente estblecido hacia el primer tercio de nues- “ro.sielo fue el principio de_que no cabia hacer una his; #osiade_ante que no fuera discunsva v citca." Un test- ‘monio muy elocuente en esta diteccién Io dio el histo- tiador del arte italiano Lionello Venturi, hijo de uno de los mis prestigiosos expertos académieos en la historia del ate italiano, Adolfo Venturi, que, a pesar de su ‘raordinaia erudicién y solvencia académicas, se ocupé del arte contemporinco y llegé a publicar una candnica Historia de la crttia de arte, aparecida en forma de libro cen 1936 y en la que atacaba ixdnicamente a quienes se- sgulan aferrados a la escrupulosa recoleccién y clasifca- cién de datos o al simple aribucionismo, alegando que salirse de este estrecho margen implicaba perder credibi- lidad cientiia. “Si le dees a un profesor de historia del arte que sus lecciones no aportan ningin juicio de valor», afirmaba Venturi, «se mostraé ofendido, Pero si le preguntdis cud- les son los crterios de sus juicios os responders con fre~ cuencia que se atiene a los hechos, que el arte se siente © no se siente. Quizés incluso se valga de agin tépico para respaldar sus apreciaciones, como la perfeccién del arte clésico, el respeto a la realidad, el valor decorativo, Ia belleza de la técnica, el predominio de la forma y asi sucesivamente. Sia continuaci6n comparsis la solidex de ‘estas ideas con la precisin de los hechos que expone, po- dldis percibir que su cultura, impecable en lo que con- cieme a su documentacién tobre las hechos, prescinde 48 con amable ignorancia de todo lo que se relaciona con, las ideas» Mis adelante, el propio Venturi supo precozmente pponer el dedo en la llaga acerca de la gravedad que im- plicaba el seguir manteniendo la tradicional separacién entre historia y critica del arte cuando més se necesitar ban mutuamente, si es que alguna ver pudo justificarse cf que marchasen cada una por su lado. so. En Francia, cito de nuevo literalmente lo escrito por Venturi, ose acostumbra a llamar crfticos de arte 4 aquelas personas que escriben en los ptiéicos sobre la actuafidad de las exposiciones, ¢ historiadores del arte a Jos que escriben sobre arte antiguo, Deiniién que stan Aefnitiva como insidiasa porque induce a los critics a ignorar la historia ya los historiadores a carecer de todo, Punto de vista crtico. Si Michelet, por un deseo de ser objetivo, dijo que la historia es dma exon jae y sie jnicio de una obra de ante suele aribuirse al cities, Pertenece al mero sentido comin el entender que tam. bie el testigo tiene necesided de juzgar para compren- der. Sin poseer una experiencia politica no es posible hacer historia politica: puesto que se confundiian los acontecimientos importantes con los que no lo son, Igualmente, I historia del arte necesita tenet concencia dela naturaleza dl arte y experiencia del euadro con para distinguir i un euadro o na estatua son obras de ate, creaciones antstcas,o si slo se ata de hechos r- cionaes, econémicos, morales, eligiosos. Por oto lado, c6mo pod comprender un extico una obra sin en rarearla dento de le actividad general de ss autor, sin a” mela en reacién con las dems obras de tendenca afin Spit, en tuna si hace su hina? Conloe, ‘mos un.crticn_que juzga-una.obra.de arte sin haces 3 shisteriajozea sin comprender. El error mis grave, pre Ginamente, que ha comportado la historia del ante y la catia del ante. En este sentido, historia y critica de ate convergen en aquella clase de comprensién de la obra de arte que no se da sin el conocimiento de ls condi. ciones desu surgimiento, y que no es comprensin sino inicio, El juicio es la cuiminacién de la historia etic, del ate. Y, en base al postulado kantiano sein ef cual toda intuicién sn estar ligada aun concepto resulta cega ¥ todo concepto sin intucion es vact, podemosafirmar ‘ue en el juiio se realiza el pensamiento conereto del ates Pero par. que se produjese esta reunifcacion de his toa y eliea como Gnice forma de desentraiar cs do del ate y no simplemente cieundailo, ain era preci io smodernizam / sactualizars To histrico de Ts historia deLante, que es algo asf como temporalizar | waive? 4a Historie, En este sentido, Hermann Bauer ha eseto unas consderaiones my oportunes sobre la sigufice sién de la temporalidad en el marco de indagaciin del historiador del art: $3355 38S555338355) ‘Adin esté poco investigado el mecanismo de la tans: formacién de la obra en arte, o see, el ingreso en el tiem Po. Bajo Ia reconstructbilided absoluta sélo se vio, ge neralmente este tnico lado de la historia, no aquel en el ue la vigencia de la obra varia continuamente. Para ello hhay que convert el aspecto restaurador de la historio. 50. Bi FAC Tlenery Crm) We. Stolig fe ge agafla del arte en ciencia social. Las obtas de las artes pli Lucas siempre buscan nucvos receptors, adentrindose en 12 historia. La historiografa historcista del arte se ha tuado generalmente entre el objeto y el receptor, porque localizaba este objeto en el pasado y le ponia una envole tora esttia, Se perfla una gran tara: investiga las mn ilidades en las que lo histrico se hace esttico para do tninar asi histricamente esta estetizaciOn... Hasta ahora casi nunea se ha considerado ef soncepto de tempo coma setro_de la histovografa del ae, aunque lo es El pe edo tc abe como conavita histicay en tl apes $e convierte en futuro, aunque sea tnicamente cuando hay portadores capaces de trasladar lo pasado al fun, to, Se evidenca la foncién de trinsto en la cencia En Psicologia estéconstituida por la posibilidad de domtinar al pasado al reconocerlo en su dimensién fatura En soc, logia consiste en asumir cognitivamente y en transfortar, la vez, las posibilidades estructurales de la sociedad como iostitucién y como misin y carga. En la anttopo lopia es la posibilidad de determinar ef origen del hoon bre y su teleologia, Se tata, por tanto, de transfert el En cierta manera, esta insercidn de lo histético en lo sstético, en favor de lo estético, no huibiera sido tan si gquiera concebida sin que previamente se hubiera product. do Ia experiencia histrica de las vanguardias, euya co tante reinvencién del arte hizo del artista el guia inex. usable del historiador, por no decir que él mismo se convintié en el verdadero historitdor, en sujeto y objeto de st propia actividad.© Més ain: sin la previa asuncién srtiea de la histovie como un género literario mis, tal y 31 NORIO RANW, S09 a ntrraa aw NODRCINNODRLISN Ah Ageia, ‘como, desde Nietzsche hasta Foucault, se viene sostenien- do por parte del pensamiento contemporineo, hubiera resultado harto dificil que pudierallevarse a cabo eso que ‘Venturi lamabe una historia critica del arte, 0, si se quiere, tuna relacién con la obra de arte dominada por el jucio, que desentraia su sentido a la vez que la hace ingresar en ka historia, En cualquier caso, eta magna zevisién de las actitu- des de quienes tradicionalmente se han responsabiliza- do del estudio histérico y crftico del arte en el mundo contemporineo hubiera sido inimaginable sin lz institu ionalizacién de la vanguardia y su triunfo social y ‘Mercantil, algo que Rist6ricamente no se pudo ni intuit antes de terminar la segunda guerra mundial y algo que almente ha tenido su consagyaciOn radiante a pair aproximadamente de los ais sesenta. En efecto, sn | ‘revi emodernizacons del gusto piblico, que ya no exige sino el eambio o la navedad artiticos por sf mismos, que titucionales y comerciales correspondientes, difiilmente hhubiera podido plantearse ese egrado cero» del arte como algo estticamenteabierto ala sola disposicién del juicio pilblico y sus agentes, que hoy son tanto la universidad como la prensa periédic, el historiador como el eltico de art. ‘Acaso, por tanto, nos ha de extaar que en la gg, actualidad el historiador del arte, a etco de ante y eb ee conservador de museos, cuando no hasta el_mismo gale & 1s, confundan sus papel, o, la mayor pre delat ve S'¢ Ges, profesionalments los hayan practicado sucesiva o ‘mulldneamente? Por ots parte, dhast qué punto todos \H ‘Stor profesionales que hemos citado se dedican hov 3 fuzzar Tes obras de arie en sfo simplemente a sadmi- $ ° *, nistrat» de manera juicosa cbienes»pattimoniales de in ters pablo y, por tanto, politicos? No es fil precise mente dar reapaestas contundentes 2 estos intrrogants, aque, en cierta manera, enceran la historia de la ein de ane del principio al fin de la misma en el mundo contemporineo, entre otas cosas porque I eva, la his: toria, a conservacin y hasta el comescio del ate, como prdties profesionales normalizadas en el seno de la 50 siedad actual, no-deian_de_depender de esa incOgnita mucho més ireductible que Ia del juicio que hace el receptor acerca de a obra con la que erticamente se en: frenta y-que es la del juicio que hace el creador con rexpecto a la sealidad, na incdgnita, adem, que nunca podra ser totalmente desvelada hasta que la universal Capacidad humana de juzgar se haga plenamentecreadora. Llegados a este punto, verdaderamente pod hablase de ca utdpica sociedad antstica en Ta que indudablemen- te no exstrin eitics de art, ni tampoco ninguna suerte de artefactos que se presenten como obras de ate “Mientras leg ese ia, ses que ha de legar, creo que Jo que ahora se impone es una recapitulacion aezrea de las muchas yforzosamente variada cuestiones que hemos abordado en tomo a la eltica de arte, peo haciéndola partir de la actualidad, En este sentido, acabo de sugerir algunas ideas sgniicativas l respect, como, por cen plo, a institucionalizacién de la vanguardia, que, ademis dle modifier muchas aspectos acttudes en el devenir histérico del arte contemporineo, incide ditectamente en ei pope de la cia de arte. De hecho, ese papel aia- nado a ertico vanguardista como cémplice y portvoz marginal de los grupos aristicos de ruptura ha dejado le tener sentido, ya que simplemente étos han dejado de 3 “ “ = = “ “ 2 “ 2 s * 2 e * 2 * e * E ‘xistit como formaciones organizadas. Como la mecini- i de renovacién es consustancial al esptitu modemno, ue es algo mucho mais amplio y complejo que lo mers mente vanguardsta, ciertamente no dejan de existr hoy propuestas y contrapropuestas artsticas, aunque adoptan- do Ia forma de tendencias generales, que ademis se pro- dducen simulténeamente en nuestro informatizado univer 50. Pero asimismo, como quiera que los mecanismos de recepcién y administracién de estos circunstanciales cam- bios de moda estin actualmente perfectamente engrasa- dos, pues apenas si han tenido lugar inmediatamente son objeto de exposiciones piblicas, reciben tna atencion eri- tica generosa y una difusién espectacular de fos medios de masss, mientras que los cada vex mis numerosos mu seos de arte contemporineo adquiren sus obras, lle- sgando a competiry a veces a desbancar en este menester 4 los coleccionistas privados, no hay, en efecto, lugar farz_una_verdadera_polémica artistca, al_menos-en el se tébannos acostumbrados; en realidad, la snovedad artistica es mis objeto de consumo que de scitica, Pues bien. cn este contexto, la mayor parte de los ef tos de arte actuaes defensores de las novedades —aun- ‘que quizds habria que denominatlos mejor ascguidores te las modes, lo que Finalmente cuadraria mis con lo que stimolGsicamente significa ser modemo~ eseriben regulrmente en los medios periddicos de masas; han cur- sado estadios universitarios de historia del arte e incluso desempefian cargos docentes en esta especialidad w/y ocu-! Pan cargos en museos, asi como también con relativa fre ccuencia han estudiado carreras de bella artes y, por tanto, hhan sido, o siguen siendo, artistas, Se trata, en definiti- 34 va, de unamunde ts mente profesionalizado desde tod Jos puntos ¢ devs ‘Han dejado de poscer, por tanto, xa dimensién pro- ica de_antafio cuando se pronuncian sobre el aconte- er antistco de actualidad? Hasta dénde y ebmo Hea fa influencia socal del critico de arte de hoy? En cierto sen tido, algunas de tas cosas antes apuntadas acerca de la profesionalizacion de la etica de arte y su presencia re gular en los medios de masas podsian dar la impresiin de acrecentar su influencia, pero hace falta valorat hasta. «qué punto y, sobre todo, a costa de-qué. Por de pronto, sj anaizamos le stetin en.tétminos de extension ela, {iva lo primero que hay que tener en enenta cla prli- feracién_de instancias crtics que se ba producida en la sociedad actual, en la que el ctlco de arte ya no posen ningin monopolio, como cuando, tiempo ats, prict= Gamente se erigia en el nico juer frente a la opinion [7 Piblica que asista al Salda, ELSalén de antaio he dado dantisima,vatiadisima_y_praeica oferta. que incluye, en el terreno co- administrative, las galerias de arte privadss las GF subasas, las fea, las indaciones, los cention de expo. sicionesy los maseos, pero también, en el terreno ssties 10.de a difsion, no slo las tradicional: publicaciones_ ‘tidicas —aiaros y revistas impresos de la naturaleza Finis divesa~, sino también todos los nuevos y podeion Wa igicos de informadén, como |a fotografia, el cine, la television, el vi dotes. Si a esto aiiadimos que prictcamente tampoco existe hoy ningin sistema de ensefianza secundaria y su Petior que no incluye el arte como materia principal de «studio ni consecuentemente Estado que no patrocine la 55 caeaién,conservacion y difusién del arte contemporé nen, rstlia mis que evdente ess prolfeacién de in CaaS cas ala que ant lua “Todo exo ene como ceutad inflata el que hoe aatie poe en excaia el contol del presetacton pi Bike 6 del enjulminteriea_de Tor arias. De feco, ha llegdo'a dar eso de algunos gobiines curoptosocrdenales que gustan alaimente a fo perivencia dels att, a margen de sa apreio co met scl o cco. En ste contentoyimaginar gue tn ertico de ane, por volver al tema que not ocops, puede indviuamente por mocha que seal influent {us ae Le aupong, constat o desta presigi den aris much inaginar; mis tun: si nos ences it esperencia vvda al respecto durante ls dkimas dé cada yen patcl al de nvesto pala mayor pre de los lanzrientosasticos ha hecho el aren oe contra de lo que opnaban los exo deat loses. As fae por eemplo, eso de Miguel Barc, qve cto por faleme convertdo en el modelo emblematic de la bits contagracién internacional de un joven artista des conocido, cayo info fo deckivaente que vor cou su sleccn part la Documenta de Kassel, de 1982, otras importantes clas arses internacionales en Nucre York, Pas, Rome, Burdeos, ecter, inmediatamente pestesiore, asl como el que fara scope por petits dea fuerza del suizo Bschorbegero el nortearercano Castel Estoy senda aco gu acumen viv nel teteno de la promocién del art una edad dora? ‘Sadan auc el seconosiniento-de teeta equal 56 pelticamente al sss 0 = 5 de Tin artista. ero volvicndo sobre la situacién de la extica de ate fen el momento presente, al margen de su pérdida com- parativa de influencia, hay que sefilar que étas toc lia na actividad que se identifica con las publicacio- jnes_periddicas roferidas ala actualidad, En este sentido, cs cierto que ss_han_segisitade notables. cambis_en cuanto. formacién y los origenes profesionales ssticos de ate: a.arttica st ha hecho mucho. ‘s-amplia-y-compleia, que, finalmente, la criss del modelo vanguardista ba 1010 con los esquemas beligean- tes del pasado, pero, en todo caso, hoy como ayer, = ontindonos setenspectivamnente incluso hasta In épasa “El prooie Diderot. le cre de ane sigue deseo fe como un discurso acerca de Is actalidad v, como td on Las mismas caactvistisas de instantancdad o jams: diater temporales, aleatoriedad y relativiemo con lat ous |p definis el figsofo ilustado francis, Quizé ls tnica ‘ariacin_que se ha producido en el género ha consis Go ert adialzaion de eas caraceritis, ya que lor fnedion periédicos de informacion masiva exigen de forma sis perentoria que el eitico d& una respuesta inmeiata To actual, 2 Is vez que le ban secortado sustancialmen- tec espacio puesto a su disposicin y le han obligado a doptar un estilo més acorde con el resto dela publica- ibn, por no hablar ya del ineremento cada ver mayor de la parte artitca noticiable sobre la ciicable. ‘Acaso podiahacerse de tra manera? En lo accidental cs materia opinable, pero creo que, ea lo fandamentl, a extica de arte ha sido, es y sera forzosamente asi, pues las circunstancas que hicieron posible el desarolio del 37 a ° a = = a = = 2 s 2 ° * ° 2 2 * J e a oferta artstca de actuaidad, criticada en de actualid s mismas, ‘omo hemos visto, la proliferacion de la oferta y de los medios critcos pueden distninuir la influencta social del profesional de la critica, asi como otros factores pueden asimismo variar la formacién y Ia actitud de la misma, Pero, mientras juzgar sign siendo una actividad especial | ada. que se eietoe no sobre Jo que supuestamente $e pro- duce artisticamente en abstracto, ni de manera intempo- sal, sino sobre lo que se-va presentando pablicamente de | manera punta, el disung elie, meer 0 peor eck Lidtentendo tir eee SRST © BEOW SERIES mo, no obstante, se distingue lo bueno o lo malo de une rien de ate? Ademis de estat spedtado a Jo que oftece Ia actualidad, el critico de arte de un, medio con todos los riesgos y dificultades que ello comporta. Esta es la causa, y no otre, de que Baudelaire ¥. en realidad, todos los que han reflexionado sobre el tema insistan en a importancia dl lenguaje potico cuando fa _8¢ Setibe sobre arte, empleando en gjte caso el término 8 costa de un cuadro, sino, sobre todo, de recalear la im- Ia obra juzgasa:_esta es no traducir, sino recrear al maximo el potencil_expresiva que se cree que posce la obra que die 6 cconstancialmente da pie al comentario critic, Esta reerea- ‘Gn no puede llevar a cabo de una manera mecinica ni ritinara, como si se tratase de Ia aplcacién de una forma Ia, sino que exige una tensién, una capacidad sensible y sentimental y un dominio de los recursos literarios kx _resivos por parte del extico, que no puede fimitarse ain: formar o a esclarecer, sino también a evocar, sugeir, en: cantar y entusasmar” {Cémo, por otra parte, podria no eral, cuando, debiendo enfientarse con esa actualidad ar tatiea que es ona wucesién de novedades, muchas de las cules, como ya s¢ a sefilado con respecto a la era de las vanguard, postalan un seatido diferente para el arte attco ha de dar cuenta defo hasta entonees no nombrado? Pero ahi no acaban ls cosas, puesto que el lengua plistico es precsamente ~y valga la redundancia~ of mis expucsto, entendiendo el término eexpusstos en el doble sentido que tiene de «mostradosy cartes, Es el mis expuesto porque resulta esponténeamente visible para cu Gquier, lo que leva afrmar aun padre de la Iglesia que a pintura «era la Biblia de los idiotas, dando naturalmente fl sentido grogo orignal ala palabra idiots, que no es ott que el que esti encerrado en le paricularidad como sélo pueda eitarlo el analfabeto, el que no sabe leer. En eect, fae se resgna a no poder entender aqullas artes cuya captacibn depend inmediatamente de los sentidos, como «la misica © la pintura, por no hablar ya de la perfume- tia ola gatzonomia, cuya complejdad intelectual es, no cobstante, comparativamente menor. Con todo, quiz la que prowoct una sensacién mayor de inmediatez esl pint, fo que puede apreciase simplemente comprobando que cs ia tres cuartas partes de nuestra terminoogla verbal estin directamente relacionadas con la visi. “ Reflexionando sobre esta cuestién de por qué todo el mundo erela entender de arte espontineamente, Or tega y Gasset hizo una advertencia luminose. La pintu- ra, decia, posee signos evidentes y significados recéndi- tos, exactamente To contrario de, por ejemplo, el len- ‘guaje matemético, cuyos signos son recénditos a quien rho domina su vocabulatio especifico, pero cuyo sig- nificado es evidente." En este sentido, tenia mucha ‘azn Ortega al considerar mis dificil, complejo y, sobre todo, sengaiiosor nuestro conocimiento de la pintura, no sélo por el fraudulento equivoco que es capaz de generar en quienes a ella se aproximan con despreveni- dda ingenuidad, presuponiendo que ver y descifrar es lo mismo, sino porque, incluso comprendiéndose bien lo visto, jamés se puede llegar a descifrarlo por com pleto. Mis aun: si lo que espontineamente se ve en arte no es, por el simple hecho de verlo, descifrado de in- medisto, tampoco ser letrado es una garantia para lo- sgrarlo. Evidentemente, Ia lectura como via de un mejor conocimiento sobre una época puede ayudamos a in tuir la complejidad de significados que se esconden en una imagen aparentemente obvia, pero tampoco ello gatantiza su aprecio y disfrute sensibles, si el que em- prende esa via de conocimiento no la completa con una Fiquisima experiencia ~ejercicio— visual; es decir: hax biendose acostumbrado a mirar obras de arte, cuanto ras, mejor. Lo que finalmente quiero sefalar es que Is informacién histbrica nos previene de la complejidad de los posibles significados que existen tras una ima ‘gen, pero el disfate de la calidad esti reservado a quie- nes atesoran tna larga e intensa experiencia de contem- placién. 6 Peto, volviendo 2 lo que antes tatébamos aceica de I clatided de extilo dl crticn de arte oo he oe haces valer sta ante un piblico que cee ae Io sibs todo de antemano, porge pata juzgar sinpeve te tiene que echar un vistezo? Quien quice diene literature, debe inexcusablemente let el libre objers del discusin, pero quien puede nega algun sue no ha visto y, por tanto, conoce un Velizevce haber echado un vistazo de una milésina de vegan al dempo que se tarda en reconocer que en dwt hay representado un hombre encima de un esbatee &Céimo, a su ver, negate que un evade ara £0 tanto que no cabe reconocer en luna gues wel tumpoco atbuile un signiieado, por simple o eye vocado que sea éte, no ha de ser wana towed te pelo {Cémo, en fn, peruadie, en el ea de gue haya hecho un esfuerzo de dotar su mirada de una ‘mayor profundidad, que lo por laprchendide, sews 42 arotcamente vido, dist infnitament de lo ne tencialmente aprehensble? Todo esto me leva no slo a afar la dfcltd del smenester del ero de ate, que est en dec eae con es dificultad —ese profundo e incductible mate ‘que es esa obra que juzga y trata de hacer mas accesible al piblico sino a sea el poster y paraljico aang uc debe exis as sus palabras: I congue deh 2 do. plea conversion del ver on mitat sl taps ~fonfinza-enl profundo espesor de lo que, a tvs de tue obra se Adentta por nuestzns nas yas eee 6 Set conocinienio vitalmente endiquetadan eee (eat mrocesamieno seflexive-verbal es sdlo tna nina 5 mate de lo que hay en dl realmente contenido, Nem $66 SIFSESIBISIIIIII sabe la menor dada de que uno de los motivos que ge [ne el seemisent dl ables nee te ere Se ) ae, al margen del mayor © menor acierto de ton, es | sede de la intuicién de fa insalvable distancia que sep: “siempre It muda elocuencia de la obra con aso, | bras que suscita, 0, asimismo, por sospechar.que a-s¢ fa estado sla altura de Jo que han sugrido esas pala “bua. Como colofin a este discurso no puedo termina, | quarter gn emis dacin histrica y presumiblemente hasta su histévice | final, Ja critica de arte ¢ liscurso sobre una actua | lida publistada,cuyos ensnciados de preseatscisees fon temporales, aleatorios y relatives ademis, a ttavés de ello ese sentido ue, mo_de_pionanciar y_entendes a verdad que lacy sdempic tiempo v a espacio parciaes; mis que nade pues un indiio, un instante, una forma, uns peisn tia. En definitiva: un modo de ser un ttle de me, eat. Por todo ello, creo que la més oportuna sentencia que pueda cerrar este entayo sobre la erties de ate og Ja que dos afios antes de mori, public en 1968 ene de los mis televantes artistas de nuestra siglo, 4 ae vex, uno de los representantes dela probablemerts gl tima vanguardia occidental de inspiracén romant «a, el expresionismo abmracto norteamericano. Me os {oy refiiendo a Barnett Newman, quien, soumsiondo esa lines de pensamiento precedente sobre la fancion | [fete ie «ie el slo a son der h ‘Gard gh a a Basel ec idee ‘ar ui AUévo y estimulante elemento: el de la autorre: o lizacién del critico. En este sentido, escribié lo si- suiente: Lo que pretendo de un critic de arte no es que cree tana obra cientifice ni siquiera una obra de arte, sino que cada vez que escriba se cree 2 sf mismon Notas 1, D, Bide, Salon de 1765 rimbule, Oe ges (el de Were, ai 196, pig 09. 2 ease Hap Rater aay a deri dane ation i sie et cauceee Cour on Por need ap ny, Pat 18 pop, 15620: F Cav Serer“ angus {enfermedad aft del oderad cr jn de ih ate Mad 19), page Toh; Mae Calle, Cn cos Se tenia. Node enguerde deadcs: Rich aden, Mad, 193 3. 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Te Unies Espatns of 158 ec 16, ‘New HivenLondiey, 987, 23, H Baz, Pe Graven en Olas compas (usd de Re Cape sine Aa), Maki, 1971 iy pen B47. 24 Auge en sentido esto el crendor dela exis fo lle ‘nin Beumatien, que publicé a parti de 1750 una obra tude pr iamente st, fe Kant quten nor denis I ates fae nifcado ce eta scp, datorando, porn ado aoe ca foes el mto no cs cognosctio,y por tino, noes loca Sao ou significa que sa base so puede se subj (Cee ath i, 3) mientas qu, por oto, sin enka, e feconoe ae ‘si aunque no vende 25, Diderot etd detalles vcicoe del oficio atic con mo- tivo de a sedscin de varios arcuos dels Encpce ay fe interes vivamente cern de lo gue enter op eee cee ado sobre esti, en especial defo etsca piclogas ise, ammo se refla en el anita enciclopédicotilado Deon Went Dida, Orgeey natren de ded de Fs Cah Sees Madi 197, n 26. Chuls Boudehit, Salon de 1846, en Cerne comps de Claude ich), Par, 1976 Tp 4, 27. Vea el proenio al Slén de 846, que et deicado «hus bourtcois (iden, pigs 415-417), donde, ent ons coos nea a sinwcne: Sou Ts mayor en nimeroj en mtlgncay iol ee ba fuerza, que cs justi. Los unor sion, ls eres pret Piseiosnbiox Entoncs, vucro poder see comple pie eee bled conta. Pose el gobi de la cds yokes ge AEE ee te Fe pe a pe ea: porque, al igual qu ving entre Yoetos ade hey Bsrcinir del poder, ningun tampoco tne el dercoe ie eee la posi. Gosar cu cnc y el seri els de ea bene volta y la neces. Ahora bia, vosonos acestae ee Bngcis “te, lidar y comercante~ habe ns hy ‘econ, os mss, lar gli, Agus que hace das fo no sab abcas mds ge para ov acspurdoer as ee chao sus puerta par la mltods. Soi Ie amigo neck les aes, porque ris fms o abn 22, Se tid lo Baul co un arco publica 2 fines 1863 en dato Ls Figo, anicle qu signifeatroment ele by Le inte de ewe mater 7 gc sobs dente s Goss, Guys Pus bien, en el primer epg del ensayo Chalo hie Gums de Lo bella my I fliiddy Bayle sea (Ceveres comps, op tts ie. 6) gue vel pasado a ine 40 solo por eles aie supieron exter de Sloe ae eee ane sel pect, sno tambien com panda, por ar a ae (©. Oca lo mismo con la acai B peer ee see, ta represenacin dl presente proceleno silo de baler ine ued ear reve, sno tain desu chalidd eect de oe (A partir de ai es cuando formals fo gut lam na inet tan ie dole pectin conn ele fom dnico y sbclton , sob todd, un paca mil sdklngs oo Cae {atone problana eco de alin Ia dence eco fo, en madi de eels hn de desenvolver al ae ned fs denomina hombre de mundo, hombre de mulcaodar aha (en pig 91-52). 28 ales de, 48 20, Nase A. Tabara, aw artis temps de Bande, uly 196; P-G. 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