Los complejos durante la niñez
La teoría de las etapas del desarrollo en la infancia de Murray es derivada directamente
de la teoría de las etapas psicosexuales de Sigmund Freud. Estas etapas comprenden retos que
pueden resultar en complejos si no son resueltos adecuadamente con repercusiones en la adultez
del individuo según Freud. Según dice Nicholas Dicaprio (1974), para Murray, si estas etapas
son vivÍdas al extremo, llevan a los complejos mencionados.
Estas etapas se dividen en cinco:
-La etapa claustral
-La etapa oral
-La etapa anal
-La etapa uretral
-La etapa genital
La etapa claustral es la etapa en la cual el individuo esta en el útero de la madre. El feto
es dependiente y esta en un ambiente seguro. El complejo que puede derivar de esto se llama el
complejo claustral simple.
Cuando una persona busca constantemente estar en lugares oscuros, cálidos y aislados, es
probable que tenga la modalidad “sin soporte” de este complejo. Un ejemplo de esta situación es
cuando una persona prefiere quedarse bajo su colcha en vez de salir de la cama. Esta sensación
de seguridad que uno siente en esta situación hace alusión al sentimiento de seguridad en el útero
materno. Las personas que lo tienen pueden ser dependientes, pasivas y orientadas hacia
situaciones que conocen y que saben han funcionado en el pasado, usualmente orientadas hacia
la seguridad familiar. Esta modalidad del complejo claustral simple se centra en la inseguridad y
la indefensión, lo cual provoca que la persona sienta temor de los espacios abiertos, de caer o
ahogarse, de los incendios, de los sismos o simplemente de toda situación que entrañe novedad y
cambio (Dicaprio, 1974). También, según Henry Murray (1938), puede causar el miedo a la vida.
Este ultimo incluye todo lo que es nuevo ya que el individuo se siente incapaz de enfrentar
situaciones de la vida de manera independiente.
Por el contrario, la modalidad “anticlaustral” o de “egresión”, es cuando una persona
evita constantemente situaciones en las que podría sentir la restricción y el confinamiento
semejantes a los sentimientos que evoca el útero materno. Estas personas pueden sentir miedo a
la asfixia y al confinamiento, miedo manifestado a través de una preferencia por los espacios
abiertos, el aire puro, los viajes, el movimiento, el cambio y las novedades. (Dicaprio, 1974) La
rebeldía puede ser una manifestación de esta modalidad a menor escala, según Henry Murray
(1938).
También existe la ambitendencia de estas dos modalidades en lo que se denomina “tema
del renacimiento”. Incluye la ingresión (entrar al útero para recopilar energías) y la egresión
(emerger de la oscuridad [extroversión] para crear algo nuevo, adoptar una vida nueva o traer un
“mensaje”). (Murray, 1938)
Por otro lado hay el tema huérfano, que implica un sentimiento de no haber sido querido
por los progenitores, haber sido desheredado, ser incomprendido o hasta no haber logrado llegar
a su primo en un mundo cruel (expulsión del paraíso). El individuo con este complejo se
considera un paria, constantemente anhelando y buscando el amor que nunca sintió, según Henry
Murray (1938).
La etapa oral puede causar el complejo oral de sucorrancia. Esta incluye una
combinación de actividades bucales y tendencias pasivas , así como la necesidad de sentirse
apoyado y protegido. Algunas de sus manifestaciones conductuales son succionar, besar, comer,
beber, así como el ansia de recibir afecto, comprensión, simpatía, protección y amor. (Dicaprio,
1974)
Por otro lado, también puede causar el complejo de agresión oral. Acciones en este
complejo son una mezcla de actos bucales y actos agresivos. Puede incluir morder, escupir, gritar
y agresión verbal (por ejemplo el sarcasmo).
Por ultimo, problemas con la etapa oral pueden llevar al complejo de rechazo verbal. Este
complejo abarca vomitar, comer poco, ser muy selectivo sobre lo que uno ingiere, el miedo a la
contaminación oral (por ejemplo a través de besar), el deseo de recluirse y la tendencia a evitar la
dependencia de otros. (Dicaprio, 1974)
La etapa anal puede conducir al complejo de rechazo anal. Se manifiesta a través de la
preocupación por la defecación, el humor anal y materiales que podrían ser alusivos a las heces
(tales como la tierra, el lodo, el yeso y otros). Personas con este complejo pueden ser personas
poco higiénicas, desorganizadas y agresivas. La agresión puede revelarse mediante el arrojo de
objetos, el uso de armas de fuego y el uso de explosivos.
Por otro lado, la etapa anal puede llevar al complejo de retención anal. Siendo el opuesto
al complejo de rechazo anal, este complejo comprende rasgos como la higiene, el orden y la
pulcritud. También conlleva acciones como la acumulación y la colección de objetos.
La etapa uretral puede producir el complejo uretral, el cual pertenece únicamente al
sistema de Murray. Este complejo es asociado con una ambición excesiva, un sentido de
autoestima distorsionado, el exhibicionismo, la enuresis nocturna (micción involuntaria), apetito
sexual y amor propio. A veces se conoce como complejo de Ícaro en alusión a la figura de la
mitología griega que voló tan cerca del sol que la cera que pegaba sus alas a su cuerpo se
derritió. Tal y como le sucedió a Ícaro, las personas con este complejo tienen expectativas
propias demasiado altas que frecuentemente no son fructíferas, por lo tanto resultando en
decepciones según explica Dicaprio (1974).
La etapa genital puede fructificar el complejo de castración. A diferencia de Freud,
Murray considera este complejo algo menor en la vida del hombre adulto. Mientras que Freud lo
considera el mayor causante de ansiedad en la vida del hombre adulto, Murray lo ve como algo
que solamente pasa cuando esta etapa es vivida al extremo. También lo considera algo mucho
más literal: un miedo a que le corten el pene. Este miedo puede ser generado por las reprimendas
recibidas por los padres cuando un individuo se masturba cuando es niño.