Pascale Larré
Seminario Teología Fundamental II
LOS SENTIDOS Y EL CONOCIMIENTO RELIGIOSO
R. GUARDINI
MILAGRO Y SIGNO (pp. 117-171)
Tesis: Una interpretación naturalista del milagro es insuficiente para entender su
profundidad y sentido salvífico. El milagro debe comprender en el marco de los “signos” de
la presencia de Dios y del Reino.
I. Estructura:
1. Observación previa
2. Planteamiento de la cuestión
3. El milagro como superación de la posibilidad natural
- Naturaleza y ley natural
- La realidad del hombre-Dios
- El milagro y la unidad del mundo
4. El milagro como signo
- El signo y su contenido
- El contexto sustentador
- Lourdes
II. Presupuestos:
Crítica al positivismo, cientificismo, racionalismo y al antropocentrismo moderno.
Crítica a la separación entre la concepción del milagro y el signo.
Realismo moderado.
Solo hay milagro en relación con el ser humano (ámbito histórico).
III. Planteamiento:
- Objeción: “Los milagros son imposibles pues contradicen las leyes de la naturaleza”.
- Existen dos formas de comprender el milagro: el sentido científico (superación de
las posibilidades naturales) o el sentido bíblico como signo de la presencia y
admonición divinas.
- Desde una perspectiva racionalista, el milagro es imposible pues contradice las
leyes naturales abolidas por su propio Creador (¿Puede abolirlas cuando le parezca?
P. 129).
- Existen principios gradualmente superiores a las leyes naturales. P.e. Ley de la
gravitación principio de la vida el espíritu. Dos planos cualitativamente
distintos: lo inanimado y lo vivo. No contradice lo natural, sino que actúa en base a
su ley.
- Nuevo ámbito de existencia: el mundo de la persona y su creatividad.
- Cuando el espíritu de una persona recibe la luz divina y su voluntad se une a la
voluntad sagrada, no puede establecer nada a priori sobre lo que es para él posible
o imposible.
- El espíritu es autónomo y creativo.
- La ley de gravitación aplica tanto a la piedra como el ser humano, pero el modo de
realizarse, el carácter y el sentido de sus movimientos no depende de la ley sino de
la naturaleza de los ámbitos de ser en cuestión.
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- Esto alcanza su unidad máxima en Jesús (hombre-Dios). En él, la naturaleza con
todas sus fuerzas, materias y energías se encuentra en otra situación. Los milagros
hechos por él son imposibles con relación a cualquier otra existencia, pero son
naturales con relación a la suya.
- Sentido escatológico del milagro: anuncia una situación de existencia que se dará
cuando Dios sea “todo en todo”. En consecuencia, el milagro no es abolición sino
cumplimiento de las ordenaciones naturales.
- Otra objeción es que el milagro altera el orden del mundo. El problema de esta visión
es que implica una concepción del mundo como un sistema mecánico completo,
autónomo y rígido que no resiste ningún impulso externo.
- Pero el mundo no se basa solo en procesos mecánicos, sino también productivos,
como la libertad y la creatividad. En ese sentido, el mundo no es un sistema sino un
acontecer que se realiza en el tiempo.
- Relación alma-cuerpo Dios-mundo. El mundo está haciéndose constantemente en
la mano de Dios, que es eterno.
- El milagro es iniciativa de Dios y por lo tanto es previo al dominio de toda ley
natural. Por ello, el mundo no se pierde con el milagro, sino que el milagro es parte
de la plenitud del mundo.
- Desde el punto de vista de la Sagrada Escritura, lo que se percibe como milagro no
es la transgresión de los límites de lo natural, ya que todo lo que existe es inmediata
obra de Dios. Para el hombre bíblico, la existencia del mundo no está en el orden
natural sino histórico (historia que Dios conduce).
- Su normatividad es la de la historia de salvación. En este esquema, el milagro se
comprende con relación al “signo” como un acontecimiento en el que se hace
evidente Dios, de manera presente y operante (no solo deductiva o lógicamente).
- En el signo se percibe a Dios como misterio religioso o como sagrado.
- El milagro es epifanía y juicio. Se dirige a personas o grupos determinados con
exigencias, amonestaciones, avisos, etc.
- Es importante pare reconocer un signo la experiencia interior de la persona.
- El sentido del milagro también debe comprenderse dentro de un contexto. En el
caso del AT es la historia de Israel, mientras que en el NT es que Dios ha venido en
Jesucristo. La proclamación del Reino de Cristo marca nuevos criterios de
interpretación.
- La realización del Reino y la orientación divina de la vida del ser humano pueden
concretarse en procesos determinados que lleguen a ser milagros y signos.
- La vida cristiana marcha hacia algo venidero pero que ya ha empezado. En el signo,
a través de un acontecer concreto resplandece esa totalidad.
- La no explicación de un evento no es lo que hace el milagro, sino la experiencia del
signo, de una presencia sagrada.
- El caso de Lourdes: lo divino opera en lugares, tiempos y formas especiales en los
que ocurre algo decisivo para la historia de la salvación.
- Guardini lo considera un signo por su orientación al Reino (no solo algo físicamente
extraordinario). Hay una llamada a la conversión, “Lourdes significa la experiencia
de la sagrada voluntad de Dios como la realidad decisiva en un mundo que cada vez
se cierra más a sí mismo y contra Él” (p. 170).
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IV. Temas que me llaman la atención
En general me parece que el tema desarrollado lleva una problematicidad casi insuperable. El
signo y el milagro son fundamentales en el campo religioso y en la fe cristiana, pero llevan en sí
muchas problemáticas como las expuestas en el texto y los presupuestos mágicos que hay
detrás de su comprensión. ¿Cómo superar la actitud mágica y la concepción de injusticia que
puede llevar? ¿el milagro es entregado de manera arbitraria?
Me llama la atención también la idea en que el milagro no solo es salvífico en sentido de epifanía,
sino también busca la “corrección”, la conversación, apela a la acción del ser humano y con ello
a una conversión. Comprendido en el contexto del signo, es preciso analizar el milagro en la
propia historia con Dios y de salvación.
V. Intuiciones sobre cómo hace teología
Mi impresión es que Guardini utiliza un método inductivo y deductivo. Primero parte de las
objeciones o críticas. Para responderlas recurre a las verdades de fe (deductivo) o a su propia
reflexión nacida de su experiencia (modo inductivo).
VI. Preguntas
- ¿Cómo podría comprenderse la fragilidad, el mal y la imperfección del mundo desde
esta perspectiva?
