0% encontró este documento útil (0 votos)
133 vistas2 páginas

Plan Lector - 3

Este documento presenta un resumen de 3 oraciones del cuento "Los dos halcones del rey". Cuenta la historia de un rey que recibió como regalo dos crías de halcón. Uno de los halcones aprendió a volar rápidamente, pero el otro se negaba a moverse de la rama de un árbol. Tras varios intentos fallidos por hacerlo volar, un campesino logró la hazaña simplemente cortando la rama, obligando al halcón a abrir sus alas. El rey aprendió que a veces los mied

Cargado por

D2015 OO
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
133 vistas2 páginas

Plan Lector - 3

Este documento presenta un resumen de 3 oraciones del cuento "Los dos halcones del rey". Cuenta la historia de un rey que recibió como regalo dos crías de halcón. Uno de los halcones aprendió a volar rápidamente, pero el otro se negaba a moverse de la rama de un árbol. Tras varios intentos fallidos por hacerlo volar, un campesino logró la hazaña simplemente cortando la rama, obligando al halcón a abrir sus alas. El rey aprendió que a veces los mied

Cargado por

D2015 OO
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 2

Institución Educativa Pública de Gestión Privada del Ejército

“Teniente Coronel Alfredo Bonifaz Fonseca”


“AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN DEL MAR DE GRAU”
PLAN LECTOR DEL NIVEL PRIMARIO IV CICLO (3er-4to grado)

Nombre y Apellidos: ………………………………………..……………………………Grado/Sección………….


Prof. Responsable: Luz Marina Obregón Rojas

Los dos halcones del rey


Había una vez un rey que vivía en un lejano país. Era bien conocido en todo el reino que era

un gran amante de los animales, así que en cierta ocasión, recibió por su cumpleaños un

regalo que le hizo muy feliz. Se trataba de dos simpáticas crías de halcón.

El rey se entusiasmó. Eran preciosas y parecían dos bolitas de algodón.

– ¡Qué suaves son! – dijo a su familia mientras las acariciaba – ¡Voy a hacer de ellas unas

expertas cazadoras! ¡Que venga ahora mismo el maestro de cetrería!

En cuestión de minutos, un hombre bajito pero fuerte como un toro apareció en la sala. Era

el maestro de cetrería más experimentado del reino. Su trabajo consistía en cuidar y

amaestrar a los halcones del rey desde que nacían. El monarca confiaba plenamente en su

trabajo, pues no había nadie que supiera más de aves que él en muchos kilómetros a la

redonda.

– Acaban de regalarme estos dos halcones. Sé que los cuidarás y entrenarás con mimo –

dijo el rey esbozando una sonrisa – Llévatelos y mantenme informado de su evolución.

– Así lo haré, majestad – respondió el experto haciendo una reverencia de despedida.

Pasado un tiempo, el maestro cetrero pidió audiencia con el rey y éste le recibió sentado en

su trono de oro y terciopelo.


– Majestad, tengo algo muy importante que deciros. Verá… Llevo semanas cuidando sus

nuevos halcones y procurando que aprendan el arte de volar. Los dos han crecido y están

hermosos, pero sucede algo muy extraño. Uno de ellos vuela con destreza y gran rapidez,

pero el otro no se ha movido de una rama desde el primer día.

– ¿Y a qué crees que se debe ese extraño comportamiento? – le consultó el rey poniendo cara
de asombro.

– No lo sé, señor… Jamás había visto a un halcón comportarse así.

– Está bien, llamaremos a los mejores curanderos del reino para que hagan un diagnóstico y
nos aconsejen- sentenció el monarca.

Y así fue. Hasta nueve sanadores pasaron por palacio para hacer una exploración del animal,
pero ninguno encontró un motivo razonable que explicara por qué el ave se negaba a moverse del
árbol. El rey tomó entonces la decisión de ofrecer una buena recompensa a la persona que fuera
capaz de hacer volar a su halcón

Al día siguiente un rayo de sol entró por la alcoba del rey mientras dormía plácidamente en su
enorme cama. La luz se reflejó en su cara y le despertó. Con los ojos todavía entrecerrados, se
asomó a la ventana como cada día para ver amanecer. A lo lejos distinguió la figura de un ave
que se acercaba batiendo sus alas para acabar posándose en el alféizar junto a él ¡El halcón
miedoso había volado y le miraba con sus curiosos ojitos! ¡Qué alegría! Descalzo y en
pijama corrió hacia la puerta de palacio. Salió afuera y encontró al maestro cetrero charlando con
un joven campesino que sujetaba su sombrero junto al pecho. El rey le miró fijamente.

– ¿Has sido tú quien ha conseguido el milagro, muchacho?

El campesino se puso rojo como un tomate y contestó con timidez.

– Sí, señor – dijo bajando la cabeza.

– ¡Fantástico! ¿Cómo lo has hecho? ¿Acaso tienes poderes o algo así?

– No, majestad, nada de eso. Sólo corté la rama y el halcón no tuvo más remedio que abrir sus
alas y echar a volar.

El rey comprendió que el miedo a lo desconocido a menudo nos paraliza, nos hace aferrarnos
a lo que ya tenemos, a lo que consideramos seguro, y eso nos impide volar libres. Ahora veía
claro que, al igual que el miedoso halcón, todos somos capaces de hacer más cosas de lo que
pensamos y que es cuestión de tener confianza en nosotros mismos.

El rey respiró hondo y agradeció al campesino su importante enseñanza. Le entregó una buena
recompensa y le invitó a sentarse con él en el jardín, a contemplar el magnífico vuelo de sus dos
halcones.

También podría gustarte