Parálisis del sueño: causas,
consecuencias, síntomas y
tratamiento
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Por Marta Vicente. 17 mayo 2018
La parálisis del sueño es un trastorno del sueño en el
cual la persona que lo sufre siente que está consciente
pero que es incapaz de mover su cuerpo o hablar, aunque
sí puede percibir lo que está sucediendo a su alrededor.
Esta situación genera muchísima angustia, terror y
desesperación en el afectado, suele ocurrir en el momento
de empezar a dormir o en el de despertarse y tiene una
duración media de 1 a 3 minutos. Se ha señalado que
alrededor del 50 y 60% de la población ha sufrido algún
episodio de este tipo en su vida y, por lo general, se asocia
a niveles de estrés altos, ansiedad y malos hábitos del
sueño, aunque también puede ser consecuencia de
enfermedades físicas o mentales de mayor gravedad. Ante
episodios de parálisis del sueño frecuentes, es
recomendable consultar con el médico para averiguar la
causa exacta e iniciar el tratamiento adecuado.
En el siguiente artículo de Psicología-Online, vamos a
explicar con detalle las causas, consecuencias, síntomas
y tratamiento de la parálisis del sueño.
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Índice
1. Parálisis del sueño: causas
2. Tipos de parálisis del sueño
3. Síntomas de la parálisis del sueño
4. Consecuencias de la parálisis del sueño
5. Cómo evitar la parálisis del sueño - tratamiento y consejos
Parálisis del sueño: causas
La parálisis del sueño se produce en consecuencia a una
descoordinación entre algunas áreas del cerebro y aquella
parte del sistema nervioso que es la responsable de dar
órdenes a los músculos voluntarios del cuerpo. Mientras
dormimos, atravesamos por distintas etapas del sueño y en
la etapa en la que se produce el sueño, denominada REM,
es donde se crea la atonía muscular, lo que quiere decir
que la actividad de nuestros músculos voluntarios se
suprime durante el sueño. Una vez que pasamos a otra
fase del sueño o despertamos, dicha atonía muscular llega
a su fin, sin embargo, en algunas ocasiones es posible que
la persona se despierte durante la etapa REM y la atonía
muscular no llega a su fin, lo cual provoca la parálisis del
sueño dando lugar a esa incapacidad para moverse
voluntariamente a pesar de que la persona haya
recobrado la consciencia. La persona que experimenta la
parálisis del sueño entra en un estado de consciencia entre
el sueño y la vigilia y no es capaz de llevar a cabo acciones
físicas, sino solo de percibir lo que sucede a su alrededor.
A pesar de que no están del todo claras las causas de la
parálisis del sueño, se ha señalado que este trastorno del
sueño podría asociarse a:
No dormir el tiempo suficiente.
Patrón de sueño irregular, por ejemplo, debido a turnos del
trabajo o al jet lag.
Narcolepsia.
Apnea del sueño.
Estar expuesto a un estrés excesivo.
Trastorno de ansiedad.
Ataques de pánico.
Depresión.
Trastorno bipolar.
Trastorno de estrés postraumático.
Tener antecedentes familiares de parálisis del sueño.
Tipos de parálisis del sueño
En base a las causas de la parálisis del sueño, podemos
distinguir entre los siguientes tipos:
1. Parálisis del sueño aislada: se denomina así a la
parálisis en pacientes que no anteriormente no habían
sufrido dicho trastorno. En este caso, suele estar asociado
a niveles elevados de estrés y ansiedad y, por lo general,
se produce de forma temporal, pero finalmente desaparece
o nunca más vuelve a producirse. También puede ser
consecuencia de no descansar el tiempo adecuado o
hacerlo de manera irregular y fragmentada.
2. Parálisis del sueño familiar: este tipo de parálisis del
sueño es muy rara y poco frecuente. Se da en todos los
miembros de la familia sin estar relacionada con otro tipo
de patologías.
3. Parálisis del sueño relacionada con otras
enfermedades: hay algunas enfermedades como, por
ejemplo, la narcolepsia que pueden derivar en parálisis del
sueño.
Síntomas de la parálisis del sueño
Generalmente, la parálisis del sueño sucede en el inicio del
sueño (estado hipnagógico) o en el momento de despertar
(estado hipnipómpico) y suele tener una corta duración
que, normalmente, es inferior a 1 minuto y no superior a
los 3 minutos. No obstante, cabe señalar que la duración
es variable en función de cada persona.
Durante el tiempo que dura este episodio, la persona
afectada se despierta, se encuentra en un estado de
consciencia entre el sueño y la vigilia y no puede realizar
cualquier movimiento voluntario, lo cual genera una gran
angustia y ansiedad. Sí tiene la capacidad de percibir lo
que está sucediendo a su alrededor en ese momento, pero
no es capaz de moverse, de hacer ninguna acción física ni
de solicitar ayuda. La parálisis, por supuesto, no afecta a
los movimientos involuntarios como la respiración o el latido
del corazón, sino a aquellos músculos que movemos de
forma voluntaria.
Veamos, a continuación, cuáles son los principales
síntomas de la parálisis del sueño que se pueden
presentar:
Dificultades para respirar con normalidad, sensación de
asfixia o presión en el pecho.
Capacidad para mover los ojos, algunas personas pueden
abrirlos y otras no.
Miedo o pánico.
Alucinaciones visuales: hay personas que dicen percibir o
ver a alguien o algo en la habitación aunque no pueden
reconocerlo. Algunos aseguran sentir que esa presencia
quiere hacerles daño.
Alucinaciones auditivas: pueden percibirse distintos
sonidos intensos como siseos, zumbidos, golpes,
campanadas, chillidos, silbidos, sirenas, cristales que se
rompen, música, ruidos de pisadas, etc.
Alucinaciones kinestésicas: sensación de caída de la
cama, flotación, vibraciones que atraviesan el cuerpo,
hormigueo.
Ansiedad y angustia.
Consecuencias de la parálisis del
sueño
Algunas de las consecuencias de la parálisis del
sueño en las personas que la experimentan son:
Mucho terror, angustia y desesperación al descubrir que
no puede mover su cuerpo.
Insomnio y miedo a dormirse por el hecho de que pueda
volver a experimentar un episodio de parálisis del sueño.
Ansiedad.
Sentirse muy cansado y agotado durante el día.
En el caso de sufrir estas consecuencias y de que los
episodios de parálisis del sueño sean frecuentes, es
conveniente consultar con el médico para recibir un
tratamiento si es necesario.
Cómo evitar la parálisis del sueño -
tratamiento y consejos
Por lo general, los síntomas de parálisis del sueño
desaparecen de manera espontánea sin tener que realizar
un tratamiento específico, no obstante, como ya hemos
comentado, es importante acudir el médico en el caso de
que los episodios sean regulares o frecuentes y si van
acompañados de otros síntomas aparte de los ya
mencionados. El especialista analizará la historia clínica del
paciente y los síntomas que se presentan, es posible que
indique realizar un diario del sueño durante unas semanas
para analizar los hábitos de sueño y, en los casos que lo
requieran, puede solicitar la realización de una prueba del
estudio del sueño llamada polisomnografía. Con dicha
prueba, se registra y controla la actividad cerebral y el ritmo
cardio-respiratorio durante el sueño.
Si la parálisis del sueño es consecuencia de alguna
enfermedad física o mental, se puede recomendar terapia
psicológica y un tratamiento farmacológico, pues al tratar y
mejorar el trastorno o patología subyacente, es probable
que los episodios se reduzcan o desaparezcan. Los
medicamentos antidepresivos se pueden prescribir en
aquellos casos de mayor gravedad, pues este tipo de
fármacos actúan modificando las concentraciones de
algunos neurotransmisores en el cerebro que son los
encargados de regular la fase REM del sueño, lo cual hace
que esta etapa sea más corta y no tan profunda.
Entre los principales consejos que se pueden llevar a cabo
en el día a día para evitar la parálisis del sueño, se
encuentran los siguientes:
Mantener una buena higiene del sueño: establecer un
horario fijo para irse a dormir, procurar dormir entre 7 u 8
horas al día, crear un ambiente adecuado para dormir que
sea tranquilo, relajado y sin ruido.
Evitar realizar actividades estimulantes antes de irse a
dormir como, por ejemplo, ver la televisión o hacer uso de
aparatos como el móvil, la tablet, el ordenador, etc.
Evitar el consumo de bebidas estimulantes o con cafeína a
partir de la tarde.
Hacer ejercicio de forma regular, pero evitando realizarlo
en las últimas horas del día.
Reducir el estrés diario: para ello, se pueden aprender
técnicas de relajación, hacer yoga, pilates, meditación, etc.
Tomar un baño caliente o una infusión relajante antes de
irse a dormir.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-
Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni
recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un
psicólogo para que trate tu caso en particular.
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