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i La NOVELA
EN AMERICA LATINA
PANORAMAS 1920-1980
ANGEL RAMA
EL PROBLEMA DE LA DENOMINACION PosT-300M
Desde sus comienzo,afnales de los aos 60, Fost-boomha estado
la polémica Su misma denominaclon a io confasay durante mul
han convivido diveeosapelativos para ela tendenciaen
pordnes. El primer eric Mearo qu
este érmio ydesrroll una conceptuallzacién orentada a def
t Manel Marcos. fo hizo ens ibe titlado “Koa Basts,
para Marcos ay unaac-
dene aposicion
restten considera
cosndpoltisito.
menos, confsa en lo que se refere a su opcidn ideale Lo ceri
esta denominaeién no pareceria del todo afortunada,habida cuenta de que
vel
evior: el Boom de
igonismo. En esta misma linea, la designacién ensayada por el
0 Donald L. Shaw —en la primera ediciGn de su importante y ya cl
libro sobre este tema— resulta atin menos oportuna, puesto que
confusién y tampoco permitia un deslindamiento respecto de
ademas de inteoducir un matiz desdefioso: Boom jartor.
tendenciajentes palabras nos dan idea de lo q
novelas sobre I dictadera
la pena anotar que el Post boom ha recibido desca
agresivas, como aquella que realizé la escritora argent
or su parte, Angel R
inoamérica durante el siglo XX, formuld una denominaciSn mis: fos
rnovsimos. Recordemos que tampoco le parecia a Rama apropiada la palabra
Boom para designar la cortientenarrativa anterior, de hecho, para referise a
arla expresin nuevos narra-
0 entoncesllamaralos
fue realizada en su ensayo “Los contestatarios del poder". Fste estudio sirvid,
de prblogo al libro “Novisimos narradores hispanoamericanos en marcha’, el
‘cual fue publicado en México hacia elatio de 1981.* Fl desacuerdo de Rama en
.on estos rotulos lo levé, en aquel texto, a hacer esta afirmacién: “Si
rico posboom en que aparecen los revs, sno Jos que me parecen
es denominadores de sus plurales estéticas y de
ideoldgicos, los habria llamado los contestatarios del poder
Pero mis alld de las diferencias concernientes a la denomin:
tedela ind emer
tegia de marketing seria una clara e inaceptable simplificacién, pues equivaldria
a desconocer que varias obras macstras d ca del siglo XX fueron
escritas en aquel entonces. A este respecto, Marina Galvez Acero nos recordaba
ie dos fendmenos extrliterarios otorgaron un fuerte impulso a los nuievos
as latinoamericanos cuyes obras se dieron a conocer mundialmente en
Ja década de los 60. De una part desencadend
cen el continente tras el triunfo de la Revolucién Cubana en 1959 —a la cual
adhirieron en un comienzo los mis importantes novelistas de Latinoat
ca—j de otra, e apoyo que estos autores recibieron de las editoriles catalanas
‘yargentinas. Nos dice Galvez Acero:
jada igualmente
segundo factor ex-
idm de stra narra
‘eontinentey ests fueron
teca Breve de novela, creadocontribuyeron ala vi
samericano acurrido entre 1960 y 1970,
ral en el continente; y,asimismo, lo que él de-
idoun
aestos autores.
queesti
to en el contexto de Latinoamérica como en el
‘que pasa por las revistas literarias, que
proliferaban en la época agul yall. En relacién con el primer entorno, des-
ue le prestaron a la nueva narrativa el semanario Marc
de Montevideo, ye sem mera Plana, de Buenos Aires, Respecto del
segundo contexto, hay que resaltar como una verdadera punta de lanza para
Ia difusidn de los autores latinoamericanos en el 4mbito europeo el trabajo
realizado desde Paris p
‘Monegal:“Fundado hacia 1962 por Jacobo Timerman (uno de los perio
‘ho, es tal vez Ia publicacién que mejor
ca onomatopeya"* Mis adelante, refriéndosea la revista
lecir, toda caracterizaciOn, descripciér
zos obliga a operar contrastivamente respecto del Boom. ¥ el debate sobre
Jas denomiinaciones, como ya decfamos atrés;
ste es slo el comienzo de variadas discusiones. Para empezar,
les sobre la naturaleza del
iten estos términosa dos eneraciones diferentes?
atios? £0 mas bien se refieren a dos momentos
joamericana? Examinemos a continuaciOn estas
los desarrollos riticos de los cuales disponemos a esta
fecha y, a partirde ellos, podremos acercarnos a una definiciSn mas precisa,
Esto sobre la base de subrayar la realidad literaria que ya expresaba Gilvez
Acero, la cual también refirié en su momento José Donoso ast:
sues entonces Boor
(..)Entodo caso, quisivalga la pena comenzar
Sedalando que al nivel mis
ple exist la circunsanca fort
verde “Elastics, “Paradis
“Ray
de soled” y otras, por entonces rec publcedas
Boom ¥ Post-noom,
AOENERACIONES, MOVIMIENTOS; MOMENTOS?
‘Tal como ya nos lo adelanta Donoso en la cita anterior, no podrfamos
Considerar el Boom latinoamericano como una generaci6n literaria, pueshay
‘una gran variacin en las edades de algunos de sus autores mis emblemsticos,
12 Bid Pigs 186 0,
18. DONOSO, Jos Historia personal dl Boom Alfa. Madi, 199 (1572) Pgh 14,1,
1smetodolégica para
Jatinoamericana contemporinea. Muchos de ellos han dejado constancia de
esto. Veamos lo que dice Shaw en este sentido, refiriéndose al
ciudad y os perros
Tosautores dl Boor
lo XX —con todo y sus manifiestos
ro, aquello que hallamos son biisquedas
individueles, autores abriendo y recorriendo su propio camino, asumiendo
sus riesgos personales, debatiéndose con su propia personalidad creadora y
tegalindonos, muchas veces, verdaderas obras maestras. Ahora bien resulta
claro que tanto respecto del Boom como respecto del Post-boom novelistas de
diferentes generaciones coinciden en etapas de gran productvidad literaria,
cabria la posbilidad entonces de considerar a uno y otro como momentos de
inoamericana. Una conceptualizacién de esta naturaleza nos
la necesidad metodologica de establecer unas fechas que pudieran
ira la manera de marcos diferenciadores ent hecho, algunos
icos han ensayado este procedimiento, aunque en modo alguno pueda
pensarse que hay consenso en este sentido. ¥ es que respecto de las relacio-
‘nes entre el Boom y el Post-boom, como bien lo anotaba Philip Swanson, las
afirmaciones no logran tener ningin caricter definitivo:
Hiabiendo adoptado —al menos con fines de trabajo el término Po
endo qué esy por qu sacedis
ensayo que ya hemos ctado de Angel 8
fechas del Boom’. En relacién con el
ruguayo propane el ao de 1964, ues cuando se empieza a prod
meno dels rediciones de obras de gran calidad, las eu
momento, so
nla aparicin de la nueva novela
“El poz0' de Onett en 1939, el Boom de la nueva novela emperd
estrepitoso de ‘La region mas transparente’ de Fuentes, casi 20
aiios mis tarde’, pues ésta se publicé en 1958. Sin embargo, més adelante,
remitiendo a un suyo publicado en la inglesa Modern Language
Review, de Cambridge, titulado “Which was the First Novel of the Boom
‘os plantea otra cosa: “Periodizar el Boom y el Posboom no presenta pro
blemas serios. Si bien admitimos que la década de los 60 fue el momento
‘cumbre del Boom, estd claro que el movimiento empezé mucho antes,
«fecto, hay buenos motivos para sostener que ‘La vida breve’ (1950) de One!
fue a primere novela del Boom” Lo que puede inferirse de esta segunda
«ita es la fasion entre lo que ha dado en llamarse nueva novela y el Boom
Propiamente dicho. Recordemos que la primera nocién remi
15 "Having adoped, for working purposes
‘what sandy happened Tat in what wey
and why ipropios de la novela rosa en “La mi
979) de José Donoso. S
‘generd airadas discusiones
el caso del Boom, que para
nombres—” Mucho més indicado serfa abordarlos en funcién de las obras
habida cuenta de que algunos autores transitaron de uno a otro.
les que de generaciones, movimientos o momentos, deberiamos
hablar del Boom y del Post-boom como tendencias en la novelistica latinoa-
mericana contemporénea. En efecto, como veremos més adelante, estamos
ante dos maneras contrapuestas de asumir el arte de la novela. Una, la del
impetu rupturista y experimental de las vanguardias ar-
del Post-boom, emparentada con la tradicién decimonénica
en que posiblemente circunsc
Raymond L, Williams lega incluso a cor
TOLA DE HABICH, Fernando y GRIEVE,
28 Cle WILLIAMS, Raymond L. “Response o Doms
Posumodernsn™ En: Revista de Estudos Hispdnins, N38, Wathngon, 199,
Et Post-woom y sus piricutapes.
DE LEGITIMACION CULTURAL
Hay quieneshan denominado 10s 60 como le década prodigiosa, haciendo
referencia la novelistica del Boom. ¥ es cierto que los autores destacados de
aquellos ats ealizaron una extraordinariarenovacién de as letras
espatola, sobre todo al rescatar
en los cuales habia caido, de ago
condueido a nar
tismo— tuvo su efecto pleno sobre el arte de la
novela en las obras que fueron escritas durante aquella década por autores
{atinoamericanos, Daniel Blaustein ha planteado que ‘sin llegara postular una
hhomogeneidad literariarespecto de las obras del Boom (simplemente porque
zo la hay), todos coinciden en destacaren élla existencia de un rasgo-clave
‘oval menos, de una form jole experimental y su
tendencia antimimé!
De otra parte, es igualmente cierto que la
aquellas obras lograron, gracias a
in otras palabras, el expe
Boom y sus pardmateros narrativos vanguardistas —que el critica
Fernando Alegria lleg6 a denominar sar
‘su alejamiento de a comunicabitidad y, en esta medida, de
xl amistosa hacia nstaurando unos patrones
aria muy particulates. ¥ todo aquello que se moviese en
coordenadas estéticasdistintas legariaa ser mirado con menosprecio, incluso
durante las décadas siguientes, como bien lo ha anotado Tornés Reyes:
29_ BLAUSTEIN, Dall Froedimienos mimésas yanimimeticos elas dba det Post boom,
{Georg Os Verlag lesen / isi New York,
3 Muchosestuosos han io expeciaent every con ex
respect lca Jean Franco "Pentes Varga
ios por una errata quese trata del
‘el poeta Heberto Padilla por parte del régimen cas
1971— el cual determiné la ruptura de muchos escritores con a Revolucion
también posiciones crticas que
asi por ejemplo
ad de Carla Marques (
‘come minimo, con su deck
lcierre del Boom con la
re en la aparici6n de “El obsceno py
1 esta obra representa una radicalizacin del expe-
levado hasta su méxima dificultad, una especie de
Cuando pasamos a revisar las fechas del Post-boom para contrastar este
nuevo momento literatio respecto del anterior, otro escollo metodolégico
salta a la vista. Si bien Shaw establece el inicio de éste con clara posteioridad
al final del Boom cuando afirma que “la publicacién de la primera novela de
Skirmeta,‘Sofé que la nieva ardia, en 1975, bien podrla marcar el punto de
partida del Posboom, que alcanzb su primer incuestionable triunfo con ‘La
casa de los spiritus (1982) de Isabel Allende! para otros autores, en cambio,
obrasqueya
‘Boom, las cuales habrian de caracterizar precisa-
‘mente al Post-boom. El critico paraguayo Juan Manuel Marcos considera que
la obra precursora del Post-boom es “Yoel supremo” (1974) de Augusto Roa
Bastos, y basa su argumentacién en el hecho innegable de que hay en
obra una actitud diferente en relacin con la realidad latinoamerican
fs, una vocacién clara de denuncia social que, no obstante, se despliega
sin empobrecer la calidad literaria de la novela.” Y es evidente, como ya
‘en su momento lo recogia- Angel Rama, que-el advenimiento de aquellas
sumone ost Lie
sangrientas dictadus
Latin part de 1973 —euyos nee
dentes de opresién, vs
lad se remontan a los finales de
iterario, hay unas obras cuya sensibilidad se
adelanta a los rasgos que habrian de caractetizat al Post-boot Ya estamos
refiriendo, sobre todo, alas tres primeras novelas de Manuel
f Hayorort” (1968), “Boguitaspintadas” (1969) y “The Buenos
Affaire”(1973) las cuales son anteriores ala novela propuesta por Marcos como
precursora, En ese sentido esti enlo certo Emmanuel Tornés Reyes cuando
lehace esta solved: oe
ralmente los enunciados desieolog\-
de comunicacsén gos mitos
forzara a especficar que durante algunos ais estos momentos se traslapan,
En esta misma direccién, hay otro fendmeno que han indicado diferentes
criticos y que es necesario destacar. Tiene que ver con la manera en la que,
«partir de cierto momento, los escrtores del Boom se desplazaron también
24 TORNES REYES, Emm-boor
Esta circunstancia le gener6 a los novel
cultad para conseguir legitimidad, especialmente entre ciertos sectores de
la critica académica que se habjan habituado a una lectura exegética de las
novelas, paradigma que el Boom habia puesto en boga. Asi que toda apuesta
cuyo ritileo est uyese un alto grado de comunicabilidad
lector era entendido como tuna pobreza literati. ¥ slo podi
nificar una cosa: la tremenda limitacién técnica de sus auto
iad desu formacién, su estrechez de miras y hasta a falta de talento.
en un contexto de esta naturaleza, que los novisimios hallaran
as novelisticas —o buena parte
— entraban en abierta contradiccién con st
inmediatos, con el canon de alta cultura, con el
Boom. Como ha sefalado de modo més bien rec
Jiménez,
romento recite 3 formulas
fn que renuevan desde todos
“Ditmas tendency promeciones” Fa: BARRERA, Trinidad
rahspanoanericana, Tomo I, Sgo XX Eaton Cite
8
UNA CARACTERIZACION DE LA
WWELISTICA DEL Post-oomt
syoria de los crticos que se han ocupado del Post-boom hat dest
do pormenorizadas caracterizaciones del mismo —las cuales suelen
tener constantes muy identificables—. Quisiéramos, con todo, empezar este
apartado ecordando las palabras de Juan Carlos Onetti El maestro uruguayo,
con suconocida agude
sobre
yyaremos sobre todo en los trabajos que hemos venido refiriendo de Shaw,
Marcos, Tornés Reyes, Rama y Blaustein, quienes desplegaron profusas
escripciones en las cuales, como hemos dicho, hay importantes puntos
de confluencia y mutuas referencias. Y nos detendremos especialmente
en Tos rasgos més representatives de este cambio de sensibilida
agrupdndolos en tres grandes aspectos: la concepcién esc
de época y los temas recurrentes
ién importante cuando se aborda el tema de la con-
1 Post-boom es aquella que tiene que ver con la enorme
en esta novelistica, Noobstante,
ipodas de las reacciones frente al
Boom donde se presenta la mayor dticultad analitca, donde el reto metodo-
igico se hace mas dificil cuando se procuraestablecer una caracterizaciGn. Y
lo porque dichas antipodas, en su radical divergencia, hacen impracticable
[a formulacidn de citeriosestéticos que puedan abarcarlas —~
‘n0s queda sélo el que ya. hemos anotado: el hecho de encarar las
Boom-—Deun lado tendriamos aquellas obras que rigen sus estéticas basén-
dose en parimetros de comunicabilidad, lo cual constituye la corriente més
‘como suelen denominarla algunos critics, el mainstreans del otro
jovelas que cargan las tintas de l
‘xtremos en que la comunicabilidad se disuelve casi completamente —nos.
cepcién escritural
Aiversidad de opciones estéticas identifica
ms alld de la heterogeneidad, es en las a
35 CHAO, Rand. Ua posible One, Ronse! Era Barcelona, 194. Pg. 31
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