0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos) 116 vistas104 páginasHistoria Del Trotskismo Estadounidense
Una breve historia sobre una de las tendencia izquierdistas en los Estados Unidos
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68 -
IIT. NO HAY RAYO EN CIELO SERENO
1. Merx_sus escritos juveniles, en un oasis remoto, cdlido
_acogedor.
No obstante las dificultades, fue posible obtener 1s mul—
ticitada edicidn de los escritos juveniles de Merx. En efec—
to, los Manuscritos Economico-Filoséficos de 1844 fueron pu-
blicados en México de la siguiente manera
Cerlos Marx, Eco-
nomia Politica y Pilosoffe. Relaciones de 1a Economfa Politi-
ca con el Estado, el Derecho, 1e Moral _y le vida burguesa.Tra
duccién hecha de acuerdo con 1s edicién elemana original de
S. Landshut y J.P.Mayer (DER HISTORISCHE MATERIALISMUS, A
Kroener, Verlag - Leipzig, 1932) y la versién francesa de J.
Molitor (Alfred Costes, Editeur, Parfs, 1937), por A.G.Rthle
y d.Harari, Editorial América, México". Después de todo fue
posible localizar este libro, enotedo por el mismo José Revuel
tas; por ello @ lo largo de la exposicidn de 1a problemdtica
relacionada con esta edicidn, se hace uso del voliimen que —
leyé Rewueltas, (t)
La publicacién de este trabajo se hizo en 1939, como lo —
care los editores de las Obras Completas de José Revuel-
una investigacién destinads a establecer la fecha de la edi-
tas. ‘Para los editores de las 0.C. fue necesario emprender
cidn, pues Editoriel América prefirid mantener reserva al reg
pecto. Bs necesario dessrroller algunas cuestiones que apare
cen inmediatamente en el texto:
a) El titulo de le edicién mexicana corresponde al que usa
ron Landshut y Mayer, eruditos marxistas ubicados en el espa
cio cultural de la socialdemocrscia alemana. De este modo se-69-
advierte que Editorial América usd la misma versidn de los
escritos juveniles de Marx, aquf considerados; le publicede,
difundida y estudiada por le intelectualided socialdemocrata
@lemana. En consecuencia, le Editorial mexicana no tradujo
le versién de MEGA, que como se ha sefialado agteriormente --
fue publicada por el Instituto Marx-Engels-Lenin en Berlin,
en 1932, Este hecho suscita reflexiones sobre los significe-
dos posibles contenidos en 1a preferencia del editor por de~
termineda fuente; la pregunta se impone; gpor qué usaron la
edicién de Leipzig y no la MEGA de Berlin?, Tel vez concurrie
ron hechbs fortuitos que impidieron disponer de le edicién
MEGA. No obstante, importa advertir que las treducciénes de
la obra juvenil de Merx més difundidas en México, mantienen
1s denominacién adufiada por los eruditos sovidticos, Riazanov
y Adorateky: Menuscritos Eeonémico-Filoséficos de 1844. Empe-
ro, le excepcién existe, se trata de le traduccién de Rubio
Llorente -anteriormente considereda- quien empled una desig
nacién intermedia entre ls nomenclature de Landshut y Mayer
y 1a de-Riazanov y Adoratsky: Ker] Merx: Manuscritos: Econo~
mie_y Filosofia. El Prdlogo de esta edicién, escrito por Ru-
bio Llorente, mantiene ciete orientacién, distante de lo que
fue la investigacién sowidtica, probablemente més cercana al
marxismo socialdemocrata alemén. Dicho sesgo es perceptible
@ pesar de el esfuerzo del prologuista, quien imtentdé hacer
una exposicién equilibreds. Quizé dicha tensién queda refle_
jada en la designacién sincrética que prefirié Fubio Lloren-
te, esforzada nomenclatura que tal vez sin proponerselo ex-
pone le polaridad histdrica que existié entre el marxismo= 70 -
alemén-cccidental y el marxismo soviético.
b) La edicidn mexicena también recurrid @ le traduccién
francesa de J.Molitor-Alfred Costes. Mediante este hecho se
hace evidente el adelanto intelectual existente en los medios
mexicanos marxistas. A finales de le década e los afios trein
ta, habfa un afén de rigor #1 buscar resolver los comple jos
problemas que representabs una traduccidn precursora. El re-
curso a la versién frencesa no resulta ten sorprendente, pues
la investigacién biblicgrdfica demuestra que en esta déceda
eircularon -al menos en la ciudad de México- ediciones fran-
cecas, de obras marxistas de indole distinta: obras de los
cldsicos, de investigadores marxistas reconocidos en esos a~
(3)
fios y por supuesto publicaciones propegendisticas.
ce) Los traductores fueron, segin explica Editorial améric
«sel escritor argentino José Hereri, autor de une obre de
divulgecién de economfa marxista, y la sefiora Alicia Rttle —
Gerstel, doctora en filosoffa de le Universided de Munich, y
autora también de varios importentes libros. También ha par-
ticipado en estos trabajos nuestro director literario, Rodri-
go Garcfa trevifio."(*)pue posible preparar elgunas noticias
biogrdéficas sobre dos de los traductores. En relecién a José
Harari no fue posible encontrar informacién, 8 pesar de que
existen en le Ciudad de México algunas personas con este spe-
llido sefardita, incluso 1s busqueda proporcioné un homénimo;
empero la circunstancia actusl no favorece a quienes indagan
sobre 1a historia y difusidn del marxismo en México. (5)gq g1_
guna proporcidn, ests situscidn no permitié esteblecer los e-
lementos biogréficos necesarios para bosque jar le ectivided-T1-
de este marxista argentina. Anteriormente se han expuesto
algunas noticias sobre le Sefiora Rthle-Gerstel (0 Gerstel-
Ruhle), se trata de la misma persona, Sin embargo, al dispo~
ner de la fuente directa, es decir, de su traduccidn, se per
cibe cleramente que le informacién, previamente reunida, du-
vante largos meses, coincide con las caracteristicas y habi-
lidedes intelectusales de 1s emigrada centroeuropea. La compa
Here inseparable de Rthle, vivid en México y sostuvo infati-
gable lsbor intelectual, principslmente en el émbito de las
treducciénes, particulermente equellas que requerfan del cow
nocimiento de le czra de Marx en alemén, asf como de las ver
siones francesas de estas obras. Por ello, en 1939 particips
en 1a seleccién de los escritos de Marx y Engels sobre Améri
ce Letina, también publicedos en wéxico.(wariona Frenk-Weat.
heim, generosa siempre, permitié lerges conversacione
3 me
diente el intercambio de informacién, se agregaron algunos
rasgos m4s que permiten delinear 1a personalidsd de la Sefio—
re Rihle-Gerstel: pertenecié a uns rica familie judfe de Pre
ge; sin embargo, su critica a la riqueza la llewé al protes-
tantismo y, en el terreno lsice, al estudio del sicoanélisis,
laa lenguas, le filosoffa, 01 merxismo y al socielismo. (pe
historia intelectusl de esta interprete centroeuropea, le per
mitié acceder a la diffcil terea de poner en lengua castelle-
na y, en une tierre ten remota de Europe Central, la obra ju-
venil de Marx.
Anoter elgunos espectos de le vida intelectual y politics
de Rodrigo Garcfe Trevifio tampoco es teres fécil, pues este
integrente del grupo internacional de traductores y editores,-72-
abocado a la difusidn de 1a obra juvenil de Merx: Menuscri-
tos Econdémic
iloséficos de 1844, tuvo diversas experiencias
politicsas @ lo largo de su prolongads vida (1902-1986). Nacié
en Zamore Michoscén, fue militer, elcenzé e1 grado de capitén,
ingresé al PCM y durente tres afios estuvo preso en les Islas
Marfas, 1932-1935. Mantuvo relacidn estrecha eon el Comité —
Central del POM. Tambign ocupg posiciones importantes en la
CTM (miembro de le Comisidn de Estudios Técnicos del Comité
Nacional), publics ectivemente en El Popular, en Futuro y en
U.0., entre otras publicaciones; logré aproximarse a Vicente
Lombardo Toledeno. 4 ls llegede de Trotsky @ México bused re
lacionarse con el exiliado ucraniano, esto origind que rompie
re cus nexos con Lombardo Toledano y la CTH. Sin embargo, co
nocedores de le vide pol{tica mexicana sfirmen que rompié con
PC y con Lombardo, pero no con la CIM, particulermente con Fi
del veldzquez.
José Revueltas fue victima de ls “fobia anticomunista" de
Garcia Trevifio y recibié calumnias de éste publicades en Excel-
Siorj el duranguense respondié con notable cortesfa y honesti-
dad al michoscsno, sin perder la firmeza y solidez de los ar
gunentos.©)oiertamente 1a “fobia anticominista" conteniaa en
le respuesta de Revueltss, se hace evidente en los escritos
de Garcia Trevifio sobre 1a influencia soviética en América Le
tina y sobre le Segunde Guerra wundier. )por su parte, Victor
Albe reconocié y difundié en sus trabajos, la "fobia anticom-
niste” y antilombardista de Garcfe Trevifio, sprovechando el —
espacio que disponfa en publicaciones editedas y financiades
por United States Information agency, Washington, p.c, (20)-2B-
Volviendo s los méritos de este escritor infetigad1i Lye
raddégico sensor de la IJI Internacional y de le IV Interns—
cional, amigo de Trotsky y critico de los trotskistas— es ne
cesario reconocer su larga lebor en favor de 1s edicién y di-
fusidn bibliogréfica, desde los afios treinte, asf como su mi-
litencia en el sindicato del libro, sin descuider le importen
te bibliotece morxiste que logré former. (¥5)tue posible este-
blecer si conocfa 1a lengua slemans, 1s frencese la dominsba
de tel manera que tors hacer traducciones filoséfices comple
jas: obras de Lefebvre! 132s ertamente se trate de una persona-
lidad que oscild entre distintos senderos ideolégicos.
4) Editoriel América fue dirigide por Garcia Trevifio, "die:
rector litererio". Por ello, conviene establecer ciertas co-
nexiones entre algunos titulos significativos de este edito-
viel, con otres empresas editoras de le época, intentando ubi
car la orientacién politica de editorial Améfica, por ejemplo:
1. “Los_gansters de Stalin, obra postuma de Leén
Trotsky.
Un libro de Editorial América
Distribufdo por:
Unién distribuidore de Ediciones".
Este libro no determine le fecha de edicién, probablemen-
te fue impreso en los primeros afios de le décede de los cua—
rentas.
2, Albert Goldman, "Quien estd detrds del esesino
de Leén Trotsky",
Eaitoriel Cleve,
México D.P. S/F."
ste Iibro probablemente fue publicado durente el primer
lustro de los cuerenta, Albert Galdman fue sbogado de Trotoky
en B.u.a. (14)-%4 =
Garefa Trevifio sostuvo relecién con Editorial Clave. Ea-
te editora recuperé el nombre de la revista Cleve editade —-
durante le permenencie de Trotsky en México; Garefe Trevifio
perticipé en dicha revista. (15)
Con base en estos titulos, es posible admitir que edito-
viel América recibié influencia trotskists. Ello no significa
necesariamente que Gercia Trevifio haye militado en las filas
del trotskismo, pues al respecto existen opiniones distintas.
Asf puede leerse que Gercfa Trevifio milité en la IV Interna-
cional, Seccién Mexicens, durente los aftos cuarenta. ‘42 ops-
tonte en otra investigecién se efirms que R.G.T. Nulla fue
militente trotskista y que fue criticedo por Trotsky. (17)
Pera Menuel Aguiler Mora, conocedor del trotskismo, R.G.T.
nunca milité en les files de esta corriente; fue erftico de-
cidido de Lombardo Toledeno y desde les pdgines de Excelsior
cuestioné 1a Revolucién Cubena. Bn opinidn de Aguilar Mora —~
estas posiciones tienen su orfgen en la relaciém que R.C.1.
mantuvo con Fidel Velésquez; no se sabe si esta relacién se
fregué desde le época en que R.G.T. ocupd posiciones importen
tes en 1a cm )por su parte, Evodio Escalante concueréo con
el punto de viste expresedo por Gall en el ertfeulo enotado
arriba y con Aguiler More; para é61 R.G.T. no milité en el trots.
kismo, (29)
Abelerdo Villeges sostuvo un punto de vista seme jente e1 de
Gall en su libro frotsky en México, para 61 R.G.T. si partici-
p6 en el trotskismo, adem4s opiné que estuvo vineuledo @ ten-
denciss adversas a la Revolucién Cubana y en su momento también
se relecioné con actividades como “Congreso por la libertad de
la culture, (20)- 75 -
Resulta sugerente la dificultad existente para determinar
le relacién de R.G.T, con el trotskismo, sobre todo si se ve
este problema desde le opinién de Revueltas a propésito de
le militencia de R.G.?. en las filas del PCM, Para el duran~
guense R.G.T. no fue militante “con carnet", fue un "compefie
ro de ruta" muy préximo #1 Comité Central; asf, de nueve cuen
ta shore en relecién 61 POM resurge 1a confusién, (71)
Hen sido expuestas personslidades y tendencias politices
y culturales que concurrieron de forma deliberads, 0 no,en el
proceso de traduccidn, edicidn, difusién y publicecidén de
Carlos Marx, Economfa Polftica y Filosofia (Menuscritos eco-
némico-filoséficos de 1844).
Ea consecuencia con lo anterior ya es posible sostener el
cardcter precursor de esta edicién; también es fectible rele-
tivizar la efirmacién segin 1a cual diche edicién fue critics
da en tanto trotskista. Fn efecto, si se ven las fuerzas pol£
tices que confluyeron, e1 cuadro esquem4tico que resulta es
el siguiente:
1. Edicidn Alemana s cargo de marxistas vinculedos con le
socieldemocracia alemana.
2. Con la finalidad de apoyar el proceso de traduccidn de
le edicidn alemana, se uso la traduccién francesa efectuade
por eruditos vinculados a las tendencias comunistas francesas.
3+ De los traductores que en México usaron le edicidn ale-
mene de S.Ianshut y J.P.Mayer (1932) y la francesa de J.Moli,
tor-Alfred Costes, (1937), se ha podido obtener informecién
m4s alle de la ofrecida en la nota del editor, slo en los
casos de "Alicia RUhle-Gerstel, Dra. en Filosofia de le Uni-- 16 -
versidad de Munich y sutora tembidn de verios e importentes
libros" segin explica le nots del editor en Cerlos Marx. Roo~
nomia Politice y Filosofia. Esta poliglotsa, a fines de los
afioe treinta, estaba ubicada en el drea de influencia del
marxismo conse jiste ten difundido en Alemania.
4.dosé Harari, profesor y escritor argentino, quien habia
publicado haste ese momento una obra de divulgecién sobre eco
nomia marxiste. No fue posible preeisar a qué tendencia marxis
ta estuvo afiliado.
5. El editor mexicano (R.G.T.) en esos afios oscilé del co-
munismo al trotskismo. No obstante, de acuerdo con la informe
cidn recabads no es factible recurrir a la denominacidn fécil
ex-comuniste, ni a la designacién ex-trotskiste, pues tanto
los testimonios recogides y anotedos previemente,como la lec-
ture de los escritos del mismo R.G.7., no permiten esta solu-
cién simple.
En consecuencis con el esquema anterior, se sdvierte que
le edicién -objeto de estudio- no estuvo bajo le influencia
directs de les tendencias vineuledas 61 comunismo mexicano;
sobre todo si se recuerda que ls editorial América usé le ver
sidn de los escritos juveniles de Marx, Leipzig (1932) y no
la de Adoratsky-Riazanov del Instituto Merx-Erigele-Lenin de
Mosul, publicada tembién en Alemania, Berlin, 1932. Aunque
tembién empleé la francesa, Molitor-costes, influfda por el
comunismo francés. No obstente, una vez problematizada la -—
cuestién del cardeter trotskiste de la edicién, es necesario
ver esta controversia con cautela; tanto por les razonee ye
expuestas, como porgue ocurrié durante afios que dicho epite-
to fue usado por el estslinismm para celificer a orfticos yqe!
sensores del comunismo, aumentdndo de manere imeginaria el
Amero de los seguidores de quien fundd e1 egército rojo. Es
en esta Wltima perspective en la que puede comprenderse e]
plenteamiento de Revueltas al sefialar que ls edicién en cues
tidn fue considerads trotskista.
Lo cierto es que en los afios considersdos le actividad in-
telectual en México fue excepcionalmente rica; conviviendo
mediante 12 contradiccién y 1s lucha = les posiciones més
diversas aun en cuestiones novedoses, para el pats y 1a época,
como lo eran entonces la investigecidn merxista. En esos afan
nes concurrieron voluntades provenientes de lugares le janos de
cididos * profundizar un impulso que ya en esos aiios despunta
baz le difusidn de una relativamente nueva orientacién filo-
séfica del pensamiento marxiste. asf, México se convirtid en
luger airesdo, a pessr del mundo fétido que iniciaba 1s Segun
da Guerra Mundial.
2. Reweltes ,trotskiste?
Ia delimitacién de las caracterfsticas y condiciones que
dieron luger a le “edicién trotskista", permite plantear as-
pectos de la relacién de Revueltas con el pensamiento de Trots
ky y con el trotskismo.
+ Revueltas milité en el Socorro Rojo Internacional entre
1928 y 1930, aproximadamente; en.este ultimo aiio ingresé al
POM; pero gcémo se relacioné con los epfgonos mexicanos de
la Revolucién de Octubre?. Rosaure Revueltas explicé:
"José entré a trabajer siendo un chiquillo todevia,
en una ferreterfa muy importante, donde pronto em-
pezé a demostrar su precoz madurez intelectusl y
sus conocimientos en cuestiones laborales. Empezé-78 =
a aleccionar a los trabajadores sobre sus derechos,
lo cual, neturalmente, le costé que lo pusieran en
seguida en le calle.
Poco tiempo después lo sorprendieron pegando cer—
teles "subversivos" en las paredes y lo encerreron
en la correccional, un reclusorio pare delincuen—
tes juveniles. Alli hizo su primera huelge de ham-
bre.
Al poco tiempo José fue deportado por primere vez
al penal de las Islas Merfas" (22)
No obstente la explicacidn de la Sra. Revveltas, subsiste
le pregunte: ,Cémo surgié le hebilided y le disposicidn del
muchacho José Revueltas para defender la cause de los prole-
tarios? Pare responder a esta inquisicidn se recurre al si-
guiente esquema:
a) En 1925 abandoné le secundaria para convertirse en lec~
tor asiduo en la Bibliotece Necional. Ahf realizd lecturas que
impulesron su biisqueds de bidliograffa socialiste; esi llegs
a los escritos de K.Keutsky y otros tedricos vinculedos a le
II Internacional, como Gsbriel Deville y Vendervelde, (23)
») Ademés de le Biblioteca Nacional, asistié durante una bre
ve temporada a “una escuela de electricidad dependiente del --
Sindicato de Electricistes; ahf asisti s un pequefio curso, —
sélo que ya comenzaba el movimiento revolucionario en 1929 a
hacerse ostensibie" (24)
c) De acuerdo @ un estudio reciente, Revueltas en le ferre-
teria donde trebajé, "Ricoy y Trujillo", trabé relscién con
un trabajador @ quien apodaban Trotsky; segun esta investige-
cién, quien usd tel seudénimo fue Menuel Rodriguez, el cual en
cominé @ Revueltas por el sendero comunista, (5)
a) Ia vide fomiliar le puso en relecién con les actividedes- 79 -
de los comunistes (El Machete) que le permitieron conocer ar—
gumentos contundentes sobre la explotacién del trabajo en el
capitalismo.
Ciertamente tuvo contacto temprano con Manuel Rodriguez,
militante del Socorro Rojo Internacional (*§dien como el mis-
mo Rewueltas, bused el ingreco al PCM. Pera Revueltes, segu-
ramente el camino no era desconocido, pues en su casa, a tra—
véa de su hermano Fermin, pintor y murslista, pronto se ente-
r6 de la existencie de un persona je lejendario tanto en le
historia del periédico B1 Machete, como pare le historia del
POM y del muralismo mexicano: Davia Alfaro Siqueiros, (27)
Desde edad temprena la esimilecién del marxismo-leninisno
se dié por ceminos bifurcedos: de une parte le influencia ée
Siqueiros, a través de Fermin, » quien la familis llemaba al-
soro?§ por 1e otre le impronta de algunas lectures de trote-
kistes que probablemente hizo el joven Revueltas cusndo ‘ili-
6 en el Socorro Rojo InternecionalPego Rivera también tuvo
relecién con Fermin Revueltes; sin embargo, no influyé de ma—
nere directa en la orientacidn ideolégica de José a pesar de
que lo conocié desde nifio. Diego besculé al trotskismo durante
un tiempo, no obstante esto no dejé huelle ni en Fermin ni en
José, (30)
En vista de le problemdtice de este apertedo, conviene dis-
cutir el punto de vista de Gall, quien sostiene que durente un
perfodo corto Revueltas formd parte de 1a oposicién ée izquier
da. Este cuestién favorece le poldémica, pues en las Obras tom
pletes puede leerse:
“see Por supuesto es antitrotskista y llega a es-
cribir (en 1937) un texto de agitscidén que atacea
Esti resis HO AK
SM RR ka nattAcP= 80 -
violentamente # Trotsky, tal como se produjeron
tantos por parte de todos los pertidos comunistes
del mundo en aquelle época. No seré sino hasta los
afios sesenta cuando Revueltes revisaré su posicidn
al respecto. Vale notar, de paso, que habia teni-
do algunas influencias trotskistas antes de ingre-
ser al PCM, influencias que abandoné répidamente
al contacto de sus camaredas de céiule: Enrique --
Ramirez y Ramirez y Ambrosio Gonzdlez, entre otros.
En un "Anexo # mis datos biogréficos", destinado a
algin orgenismo del POM y que no tiene fecha (date
probablemente de principios de los afios cuarente),
escribié Revueltas:
Al capitulo n. 6, Antecedentes.jHa pertenecido @
alguna egrupecidn trotskista? ,Cudndo ingresd y
cudndo le abandons?
Cuendo yo me aproximé al movimiento revolucionerio
fue por los afios 1929-30. Después de la muerte de
Melle yo sent{ un gran interés por las actividedes
ée1 partido y de los comunistes en México. Leia ya
Bl _Mechete(érgeno del PCM en aque] entonces) y al-
gunos folletos de propaganda. Cuando quise aproxi-
marme a-la Juventud Comunista con el propésito de
ingresar, comenzé 1s represién de Portes Gil contra
nuestro partido. La direccidn de la Jc estaba en
aquel entonces en menos de un grupo treidor, lige
do al trotskismo, que encebezaben Jorge Pie Sando
vel, Calero, Gustavo Sénchez y otros. Les unicas
personas sanas de le direccién nacional eran David
Serrano y luz Ardizana que, ayudados después por
Gercia Salgado y otros compeiieros, reconstruyeron
la JC, destrufds casi por los golpes reaccionarios
y por le activided fraccfonalista de los trotskis~
tas. Cuendo quise ingresar a le FJC, fui rechazado
por le antigua direccién traidora (Jorge Pifié, per-
sonalmente) @ pretexto de que ere yo espfa policiaco.
Fue entonces cuando entre en relacién con elementos
trotskistas y con Rosalfo Negrete, ex-lider de la
FC y abanderado del trotskismo, Carecfa yo de la
més elemental educacién politics y mi criterio pa-
re jusger entonces el problema se puede former
en estos términos: “al fin y el cebo los trotskis- 81 -
tas tembién luchen por el comunismo". Sin estu-
dios politicos y con un simple deseo de luchar
“por el comunismo" yo no supe establecer distin-
cidn alguna entre el trotskismo y el comunismo.
En cusnto me puse a estudiar los documentos del
POM y de la IC, abandon inmediatamente el trots-
kiemo e hice une extensa declaracién publica (se
encontrsré en los archivos del POM) condenando al
trotskismo como la vanguardia de le contrerrevolu-
cidn burguesa y un agente policieco del enemigg.
Esta decleracidn, segin recuerdo, estdé fechada en
el efio de 1930, por lo que mis relaciones con los
trotskistas sélo ocupan unos meses de mi ectivided.
Después de mi ruptura con los elementos trotskis—
tas nunce més volvi a tener relaciones de ningune
especie con ellos y he seguido en la Juventud Comu~
Rista, en el Socorro Rojo Internacional y en el --
partido una lucha enérgica y sin vacilaciones con—
tra ellos." (31)
Este pasaje extenso exige precisar que le influencie trots-
Kista recibida por el edolescente José, provino de militentes
del PCM, pero sobre todo de los Frentes; esto significa que a
fines de los afios veinte, al interior del PCM existieron ten—
dencias trotskistas que habrian de permanecer atin 2 inicios
de los afios treinta, hecho que puede corroborarse leyendo los
escritos de Benita Geleana, Siqueiros y Miguel Angel Velasco.
Conviene expresar que los eseritos de este legenderio dirigen.
te comuniste mentienen el tono polémico y combativo, caracte-
risticos de esos afios, de la literatura de los militantes co-
munistes y trotskistes, (32)
Benite Galeena en su escrito autobiogréfico describe amplie
informacién sobre el trabajo de un distinguido miembro de la
oposicién de izquierda, Menuel Rodriguez. De conformidad con
lo expuesto por Galieana, puede advertirse de forma evidente
la manera como Rodriguez impulsé tareas destinsdas a la cong—- 82 -
titucidn de una tendencia trotskista al interior de J¢ del
PCM. Ella explica el papel de Pifié y otros trotskistes, que
ocupaban cargos de direccidn sobre todo en le orgenizacién
juvenil; ésto permite cote jar las asevereciones de Revueltas
ye anotadas, pues tanto é1 como Galeana, coinciden en le des—
cripcidn de la orientacién trotskista de Pifié y otros jovenes
trotskistas. Ademés Benita explica en su trabajo que Revuel-
teas participé ectivamente en la lucha antitrotskista, libra-
da tanto al interior de los Frentes del PCM (Juventud Com
niste, Socorro Rojo, etc.), como al interior del mismo PCM.
Ella pudo conocer detellsdemente todas éstas cuestiones,
pues en e508 afios vivié al Indo de Manuel Rodriguez, quien,
segin explica, buscd utilizar su relacién amorosa pera que
elle desempefiara tareas de espionaje. asf, Benita se vié enw
vuelta en un conflicto, los trotskistes querfan que diera in-
formacién de los sntitrotskistas y estos f1timos buscaron lo
mismo, tretando de sacar provecho de le relacién de Galeana co
con Manuel. Tal situacién no duré mucho tiempo, pronto la gue
rrerense se vid en medio del fragor de le lucha de tendencies:
"Un dfa me lleman de mi célule. Cuando llegué ya
estaban reunidos, Empezé le discusidn. Se trataba
de expulsar a los trotekistas. Yo me opuse. Pro~
ponfa que se les dieran trabajos pessdos para pro-
barles. Entonces el secretario de la célula, Revuel
res, me dijo: 7
Mira, Benita, si tu te opones, también a ti te ex-
pulsamos.
-Neno, si ti no eres nada. El Comité Central es el
Ynico...
-Pero yo, como representante de 1, declero expul-
sados a todos los trotskistas y a ti tambidn,
-Mira, cabrons{simo, ti no me ves a expulser a mf,
-iMe censo!- 83-
Pues psra que de veras de canses...
Me le eché encima y nos agarramos a trancazos.
Yo no tomé en cuenta la expulsién tan arbitraria
que habie acordado Revueltas. Segui luchando co-
mo si tal cosa..." (33)
Se ha incluido este pasaje de Galeana calculando 1» posi-
bilidad de que pueda incitar desconfienza y suspicacia; no
obstante el libro en la contraportada incluyé la opinién de
José Revueltas:
"(...) Benita y su vida, son materias de le Revo-
lucidn Mexicana y ¢1 mismo tiempo se selen, afir-
méndols e imprimidndole mayor profundidaé, de le
propis Revolucién. Son un antidipo de la historia
por venir de nuestra Revolucién, de lo que serd,
del sitio -humeno y social, politico y econémico-
@ que llegaré el movimiento revolucionerio del pais."(34)
Le eseritura dé Galesna pone en tele de juicio, o 1 menos
obliga # matizar la afirmscién de Gall, quien sostiene que le
guerrerense fue integrante de la oposicidn de izquierda, lo
mismo que Revueltas. Sin embargo, como hemos visto, Geleana
negé de manera implicite y expifcits su militencies trotskista,
en tanto Reweltes, renegé del trotekismo. (36)
Jas ceracteristicas de le proximided estos persons jes
(Galeena y Revueltas} con el trotskisms, mantienen axin sspec
tos que requieren esclarecimiento. Por ahore puede decirse
que probeblemente dicha cercanfé ocurrig, en el caso ad Re-
wueltas, en los Prentes del POM y no enel mismo PC, fue
breve e irreguler,
la paradoja existenciel, caracteristica del pensamiento
(37),
de Revueltas’”'‘cobré vida, es el caso de algunos militantes
Comunistas que también influyeron en la formacién polftica del~ 84 -
joven José, Bn efecto, la militencia comunista de Revueltes
brillé excepcionelmente en le décede de los afios treinte; sin
embargo, no ocurrié lo mismo ni con Rivera ni con Rodriguez:
el primero fue expulsado del POM y cursé une temporeda en el
trotskismo, en tanto el segundo, se convirtié en uno de los
fundedores en México de esta corriente. Ni el mismo Siqueiros
escapé de le confrontacién y la discrepancia en el seno del
POM, haste el punto de abandonar Wéxico, pasar aflos en Sudané:
rica (Argentina y Uruguay), Estados Unidos -Los Angeles y Nue-
ve york{3®} en Espafia, en las filas del ejéreito Republicano.
Bo casi seguro que en Sudamérica no se distencié de los revo~
lucionsrios comunistas, ni en Estados Unidos, donde probable-
mente mantuvo contacto con el Partido Comuniste Bstadouniden-
oe y pertioulermente con 1e corriente de Browier, De otre mane
ra no puede explicerse su encumbramiento en e1‘~”’e jército —~
Republicano espafiol y su posterior participacién en el etenta-
do a Trotsky. La paradoja hizo de les suyas une vez més; pro~
bablemente Siqueiros experimenté compasidén por el trotskiste
Russell Blackwell-Rosalio Negrete-, e1 antiguo Browderista -.
norteamericano, quien después de hsber sido entiguo militente
del PCM, oscild hacia el trotskismo hasta su expulsién del --
PCM. El fue quien convietié a Manuel Rodriguez al trotskismo.
En Espaiia, Negrete participd en el POUM (Partido Obrero de
Unificacién Marxista), en Barcelona combatié a los comunistas
y cay6é preso. Siqueiros fue llamado para identificarlo, Negre
te gravemente herido le pidié que negara conocerlo, Siqueiros
como pudo lo desconocié. De este modo, caminos extrafios lleva
ron al reencuentro a Siqueiros quien hab{a ocasionado una co- 85 -
rriente siqueiriste en el PCM, con uno de sus seguidores, Ne~
grete, quien como otros “siqueiristas" basculd hacia el trots
kismo. Por ello, Blackwell-Negrete compafiero de prisién de
Siqueiros (1930), bused atraerlo el trotskismo, enfatizando le
injusticie cometida por el POM en contra dei chihushuense, ——
Tal vez esta antigua relecidn permitié sentimientos piadosos
capaces de vencer le ferria conviccién polftica y militar del
aguerrido nortefio, quien hizo lo que pudo para evitar el fu-
silemiento del antiguo browderista. S@hiere personejes revel
tianos el reencuentro trégico en Espafia, de estos dos disiden
tes notables, uno solamente frente a le direccidn del PEM y
otro del mismo comunismo. Ellos habian evolucionado hacia po-
siciones distintes. Sin embergo, ambos compartieron une decidi
da orientacién internscionalists; el estadounidense a1 servi-
cio del trotskismo, el mexiceno militante excepcional de la —~
Internacional Comunista, cimcunstancia que se hace evidente,
de nueva cuenta, si se recuerda cdmo el muralista valora es-
casamente 1s contribucién del gobierno mexicano a la causa ——
de le Repiiblica Espafiola, sobre todo al compararle con el apo-
yo de la Unién Sovigtica. La intervencién mexicana queda dese
cerita casi como negocio venta joso para el gobierno de Cérdenas
y no como solidaridad internacionalista, llevada a cabo tan --
solo por los soviéticos, (41)
Bl andlisis de las complejas biograffes pol{ticas de los
comunistas, preceptores del joven José, permite conocer de una
parte la parsdoje singular que ofrece la vida de aquellos que
intentaron atraerlo 01 trotskismo (Negrete y sus discfpulos:
Rodriguez,
fid, etc.); ellos favorecieron la consolidacién- 86 -
de convieciones bolcheviques en el joven José y al mismo tiem
po le proporcionaron argumentos que ¢1 usarfa en su contra
“vanguardia de la contrerevolucidn burguesa". No obstante,
de jaron la cimiente del dispositivo que treinta aiios después
emplearia Revueltes pare criticar le politica sovidtica y
defender la Revolucién Cubana. Por otra parte, "Alfaro", ca-
marada de Fermin y amigo de le femilia Reweltes, en los a~
fios veinte también cayé en desgracia y fue relegado de sus
importentes posiciones en les organizeciones comunistes mexi-
canas. Sin embargo, el muralista, @ diferencia de sus segui-
dores y de otros disidentes del PCM o de la direccién de es-
te partido, no buseé le salidad trotskista ni su incorpora-
cidn 6 la politica oficial. Por el contrario, todo indica que
profundizé sus relaciones con el comunismo norteamericano y
el comunismo soviético. Ast, a pesar de le lucha intensa li-
brada en el seno del Partido, que en cierto modo perdid, no
abandons su vinculacién con el comunismo internacional convir
tiéndose en un cuadro politico de élite, al que se le asigns-
ron complicades tareas, avn enpontra del propio PCM. A pesar
de lo anterior, de nueva cuenta es necesario e1 matiz; en 1930
al salir de la cércel Siqueiros, el PCM le encargé 1a creacién
de le Lige Internacional contra el fascismo y le guerra, ‘de —-
este modo el partido preparé el camino de quien durante més de
una décede deserrolleria uns intensa activided internacionalis
ta, (42) if
En tanto, el extraordinsriamente joven Revueltas, cierta-
mente sufrfa prisiones, deportecién y destierro. A la defensa!
consigné:- 87+
er.
"En Septiembre dicté sentencia el tribunal del 1
Circuito, absolviendo a José Revwueltes y a Federico
Camps de los delitos porque se les juzgd en 1931
por el terrible quez 50. de Distrito que lo era enton
ces Alfonso Pérez Gasga, ahora Ministro de le Suprema
Corte de Justicia de la Nacién. gQue piensas, camarade
lector? gfe parece que no es tan fiero el ledn como lo
pintan? zCrees que no hay un terror judicial desarro~
llado por esbirros judiciales que se preparan a le mi
sidn de perseguir y encarcelar a los trabejadores a
travéz de afios de estudio? Pues debes saber lector
amigo, que José Revueltas fudé absuélto porque lo tie=
nen deportado en las Islas Maries sin juicio alguno,
administrativamente, a pesar de que fudé amparado por
un Juez de Distrito, de le misma celafia del hoy minis
tro Pérez Gesga. En cuanto a Camps, absuelto, estd
ahora junto a Denegri, Diego Rivera y demés trotskis-
tas contra-revolucionarios," (43)
Este nota edemés de informar sobre la situacién penal, de
quien en 1932 atin no cumplia 18 afios, también deslinda 2 Re~
weltas del trotskismo. En este mismo niimero de A le Defens:
puede leerse:
"“wés colectes en favor de los deportados. Les colectes
orgenizades por el SRI, durante el mes de agosto, en
favor de los compafieros Miguel A. Velasco, Evelio Va-
dillo, José Revueltas, Jacobo Hurwitz, Guillermo Pala
cios, Fernendo Lozano, Daniel Ayala, Juan Prausto, ——
Roberto Iberra, Angel Ibarra, Manuel Rodriguez, Rosen
do Gémez Lorenzo, Nehatan Goebel, Candido Gémez, Faus-
to ‘Pérez {obreros y estudiantes del D.F. Jee." (44)
"No es F4¢il imaginar la iianéra como le conciercia de Jose
“gdolescente fue agitada, 61 verse influfda por personajes —
tah TUEFtEs como Jacobo Hurwitz, Gémez Lorenzo y Nanuel Ro-
“driguez, este Ultimo principal epfgono de Rosalio Negrete.
“En nifmeros posteriores Defensa Roja volvid a preociiparse por
delimitar claramente e Revueltas del trotskismo:= 88 -
mn 1929 (José Revueltas) comenzé sus activide-
des juveniles revolucionarias como simpatizante
de la Federacién Juvenil Comunista, (,..)Entonces
surgié el trotskismo entre muchos miembros de le
FJC entre los que fue arrestado Rewueltas, concu
rriendo a sus sesiones y dedicdndose a leer a —
Trotsky. Siguid sus actividades, cayendo preso
numerosas veces, hasta que fue recluido por cer-
ca de ocho meses en el Tribunal de Menores (...)
A su salida renegé del trotskismo." (45)
Como puede leerse, al menos en un lapso de dos afios, De-
fensa Roja expuso claramente su interés por mantener en las
filas del comunismo al precoz José, legitimdndolo en tanto
joven eomunista incuestionable, despojado de la influencia
trotskista. En consecuencia, su trabajo, inteligencia y entre
ge incondicional a la causa del comunismo le permitié ocupar
posiciones muy importentes, tanto en la Juventud como en el
Partido Comunista. Probablemente en esta década terrible pa-
re los comunistas, Reyueltas recibié la mds importante distin
cién: participé como integrante de la Delegacién Mexicene en
1935, (Junio-Noviembre) al VII Congreso de la Internscional
Comunista y al VI Congreso de le Internacional Juvenil com—
niste celebrados en Mosc, Ademds publicd un folleto que fue
relevante: "Joven trebajador: jacé estd el caminot". “gon
viene subrayar el hecho siguiente, la delegacién mexicana es-
taba encabezada por el Secretario General del PCM, Hernén La-—
borde, y por el importente dirigente obrero Miguel Angel Velas
co; de este modo el precoz dirigente comunista forms parte de
esta delegacidén compuesta por elementos de la élite comunista.
Ellos escribieron un documento importante que fue dirigido al
Comité Central del Pom; asf el durenguense répidamente inscri- 89 ~
bid su nombre en los documentos histéricos det Pe. 47st 12s
cosas, e1 joven comunista fue impulsado por quienes mantuvie
: 8
ron batelle cerrada en contra del trotskiemo(“§)que a1 mise
mo tiempo contribuyeron activemente 81 desplazamiento de Si-
queiros. El hinomio Laborde-Campa, escribié el muralista --
quien no dejé pasar la oportunidad de incluir en su biogra-
fia greves acusaciones « estos personajes. (“Br ello, son —
reveladoras les rememoraciones siguientes. En su escrito auto
viogréfico el notable dirigente ferroviario regiomontano es-
eribid:
“Siempre, aun en les contradicéiones més fuertes,
Revueltas y yo mantuvimos en un pleno de estima
cién y de respeto. Fsto no lo entienden algunos
feriseos de la izquierda. Bn Junio de 1962 Revel
tas me envié a le prisién un ejempler de su libro
recién editado Ensayo sobre un proletariedo sin
cabeza, con la~siguiente dedicatoria:
‘Al gron luchador Valentin Campa, a quien, por en
cima de diferencias politicas, consideraré siempre
como un héroe indiscutible de le clase obrera de
nuestro pais." (50)
Ciertemente a ningin persona je concede Campa, en sus
memorias, tanto espacio, consideracién y afecto como el otor-
gado a Hernén Leborde; Las virtudes intelectuales, las habi-
lidades politicas y el efecto fraternal es detallado sin re-
ticencia, Adem4s explicé la oposicién de Laborde a Stelin,
Browder y Codovilla, sobre todo en el caso de la conjure para
asesinar a Trotsky, y en la politica de “unidad @ toda coste",
Campa no vacild en afirmar que la actividad teérica de Labor—
de estuvo a la altura de Mella y Meridtegui. Fl valor y la -
fortaleza moral del dirigente veracruzano estuvieron fuera de
cualquier género de dude y su solidaridad con la causa del -- 90 -
: 51
sandinismo es ampliamente expuesta en el trabajo de Campa, (°)
Como se sabe, Herndn Laborde y Campa fueron expulsados del
PGM a inicios de los afios cuarenta; poco despuée Revueltas
fue victima del mismo procedimiento. Fl regiomonteno traté a
Rivere y Siqueiros en las pdéginas de sus Memorias duramente;
al primero critics sus veleidades polfticas yal segundo por
cierta inclinacién e1 echeverrifsmo. Por ello es fécil cali~
brer el significado de sus palabras sobre Revueltas, respe—
tuosas y considerades, sin dejar de lado 1s critica rotunda
@ sus posiciones lombardistas, 7)
Intentando armar el rompecabezas, tiene coherencie el tra-
tamiento que de Siqueiros en sus Memorias al binomio Laborde
Campa con la manera como evoca a José Revueltes:
"Bl joven yanqui, elto, rubio, srio ciento por cien
to, que vino @ México como delegedo del Partido Co-
munista Americano en 1a ¢poca de Browder, se llema—
be Blackwéll. Cosa extrafia entre los englosajones,
sobre todo aquellos que nada tienen de semitas, a-
prendié répidamente y bien el castellano de nuestro
pafs. Bs as{ como, ya en el trabajo cotidiano, tra
duciendo su apellido, le pusimos Negrete. Como Ne~
grete participé en multitud de conferencias, con-
gresos, y hasta en mitines piblicos, todos estimd—
bamos su gren capscided teérica e inclusive como e-
gitador de masas. Pero en 61 se movien ya los gérme
nes de ese teoricismo que es tan caracteristico en
la idiosincracia de los estadounidenses de todes
les “confesiones", Esa especie de mania del pensa-
miento que gustan alimentar, sobre todo en los 1-
timos tiempos, bastantes mexicanos de procedencia
inteleetual, como es el caso muy caracterfsticd en
ese orden del grupo de ese extraordinsrio escritor
que se llama José Revueltas. Un grupo al que yo, —
por la “enfermeded" referida, le llamo de "los ca~
mellos*, por su facilidad pare deglutir la misma
comide durante los muchos dias de su lergo desier—-91-
to, naturalmente, a costa de los més urgentes pro-
blemas de cada dia y hasta de cada hora en le vida
polftica de su pafs, Pensando y repensando, mastican
do hasta lo infinito ceda palabra, para que ésta
corresponda bien a cada concepto, llegan siempre
tarde a le estacién. Y después, o se quedan parados
meditendo cémo explicar su fracaso sofisticamente
como un hecho positivo, o bien ven corriendo detrds
del tren sin alcanzarlo jamés y haciendo durante
un largo rato los dengues més ridiculos."(53)
Las vie jas pugnas al seno del POM de fines de la décade de
los veinte y durante le de los treinta, renacen une y otra —
vez en las Memorias y biograffas de Siqueiros, Geleans, Revuel
tas, Camva, Encine , vetasco, (44: queiros expresé sus contradic
ciones con adjetivos terribles para el binomio Camps-Laborde;
por otrs parte establece distincién entre Negrete trotakista
y Revueltas teoricista, aunque no se detiene pera unificarlos
mediante adjetivo fulminante: "toricistas"; préctica lamenta—
ble que merece la animalizacién, “camellos", asf renace la --
pugna con el trotskismo, corriente a le que se adhirié su an-
tiguo seguidor y compafiero de presidio, Blackwell; en tanto
ajusta cuentas con el: “extraordinario escritor", quien +como
demuestra e1 examen histdrico- en les décade- de los afios —-
treinta recibié escasa influencia trotskista dimenada de mili-
tantes que en ese momento pertenecfan al PCM o alguno de los
Frentes de este Partido, para quedar firmemente ubicado en le
tendencie hegeménica, es decir, 1a del binomio Leborde-campa.
Asimiomo es necesario tener presente 1a relacién de JR con
otro de los integrantes de la delegacién mexicana al VII con-
greso de le IC: Miguel Angel Velasco, pues con este notable di
rigente Revueltas se alid durente la expulsién de Leborde-cam
pe, abriendole e1 camino a Dionicio Encina, quien se convir—- 2 -
tid en Secretario General del PCM.
Dificil es pensar que le descripcidn siqueiriena, "extrao
dinario: escrito:
» encierre sorna alguna, Las Memorias del
vrigadista internacionalista estén escritas con franqueza
descarnada; por ello vale pensar en el afecto sincero y en
le relacién estable y prolongeda que mantuvieron los pintores,
precursores del muralismo, Siqueiros y Fermin Revueltas, Fl
chihuahuense dedica numerosos pérrafos al joven pintor duran-
guense, en ellos aparece uns welacién cdlide fraternal, joco
sa, tembién profesionsl tento pare enfrentar el "viejo cabrén..."
Diego Rivera, como pere elogiar al duranguense:"Fermin Revuel-
go
tas, ese pintor que de no haber muerto hubiera sido uno de —-
los grandes maestros de la pintura mexicana”, (93) este modo
se confirma lo escrito por José y Rosaura sobre la relacién
préxins y edlida entre los Revueltas y Siqueiros. (83 obstan-
te en una de las iltimas entrevistas que concedio Revueltas,
précticamente olvidé a Siqueiros, prefiriendo relacionar a --
Fermin con Rivera y Orozco y con un pintor de talle menor a
(57)
le de Siqueiros, Cherlot.‘?'’Este olvido no concuerda con las
lineas extraordineriemente elogiosas que Revueltas dedicé en
un escrito a rafz del fallecimiento del pintor:
"Con la muerte de David, su obra adquiere un més
alto nivel cognoscitivy, cuyo ascenso continuo
es imposible precisar a lo largo de tantas gene
raciones que aguardan al acecho. gVeinte?, gcin
cuenta?, gmés? Lo cierto es que, como en todo
cldsico, la obra del artista permanece en un re
descubrimiento perpetuo. La circunstancia nos _
hablaré cada vez un nuevo lenguaje, desenajenada
de su consenso contemporéneg: gqué vemos shora
en una madona del renacimiento? Algo que eviden-
temente es otra cosa de lo que fuera hace cuatro= 93 -
cientos afios. Esto es lo que indefectiblemente
ocurrird con la obra de Alfaro Siqueiros: ya es-
td a la viste en su contemplacidn contempordnea.
Al morir Sigueiros, su obra se convierte en una
totalidad concreta, en el sentido que Kosik se
sirve de este concepto: un rescate del caos, una
sustraccién a 1s cotidieneidad, un infinito men
surable que, sin embargo, no perderd su infinito
en incesable movimiento.
No bastan los merecidos homenajes a su muer-
te. Rindamos un asombrsdo tribute a su futuro
sin medida,"(58)
Ciertamente Revueltes no fue proclive al elogio, adolecié
de la misma parquedad pera escribirlos, observeble en las le
tras de los tenaces commistas de los afios treinta: Campa,
Geleana, Fernéndez Anaya, Siqueiros, ete...Con base en esta
consideracién se puede deducir la existencia de lazos entra-
fables y antiguos mediante los cusles fue posible escribir
estas lineas pletoricas de temdticas entrafiablemente revuel-
tianas: A) Desde luego, 1a preocupacién cognoscitiva-filosé
fice es planteada recurriendo al filésofo checo Kosik{*gdien
en su momento releydé le obra de Marx desde la perspective de
los eseritos filoséficos juveniles; B) Revueltas en ningin
momento olvidS reflexionar sobre el caos inseparable del mo-
vimiento; esta temdtics heraclitiana es usade pare la orfti-
ca pictérica; la pinturs de Siqueiros instrumento para cono-
cer el caos y su movimiento. Aun, en escritos histéricos, re-
cogié antiguas filosofies sobre el caos primigenio y las ti-
nieblas iniciales, asi como sobre el antagonismo con el orden
y le luz, e1 orfgen de 1a tragedia se ubica aqui, pues ésta
constituye le solucién de le lucha en le oscuridad y 1a luz,
e1 cacs y e1 orden; ©°Q) te muerte fue preocupacidn central- 9% -
en la obra de Revueltas; sin embargo, esté es viste frecuen-
temente con naturslidad como futuro, como resurreceién. (G4)
consecuencia, el escrito de Revueltas sobre Siqueiros es prin
cipalmente un pensamiento cerebral y menos un planteamiento
emocional.
José Revueltes, reclufdo en Lecumberri, a raiz del movimien
to estudiantil y popular de 1968, fue fotografiado, en la ins-
tanténea se aprecia que de la pared al fondo pende un cartel
de dimensién considerable; se trata de una conocida fotogra-
fie de Trotsky smplieda y reproducido masivamente ja fines de
1a aécede de los sesenta. ($2 este modo, el escritor protifi
co, hacia el fine] de sus dias recuerda su disposicién favo-—
rable s los iconos 1éicos, pues en su novele afemade, El luto
humano, en les péginas wltimes consigna la imégen de Stalin
rodeado por una multitud encendida: “La multitud me rodea
en mi soleded, en mis rincones, la multitud pura, 1a guerre,
te multitud de wéxico, ronca de ocultes ldgrimas, 1e profun-
de mltitud soviética, encendida, que redeaba a Stalin, que
me rodea, que te rodee."(63)
Estes imégenes confirmen el espacio histérico en que se
movié Revueltas, de Lenin a Stalin y luego a Trotsky; asi la
Revolucién de Octubre fue su horizonte insuperable. Sin embar
go, hasta donde se ha podido esteblecer, el duranguense nun-
ca . declaré su filiecién trotskista'°tdmo sf 10 hizo, con
matices, si se quiere, reconociendo su experiencia stalinis—
tea, en una reflexidn expresada poco antes de morir: “Durante
aquella época éramos stalinistes por 1a URSS, no estebamos -
muy 81 tento de la lucha interne que sobrevivia en los altos- 5 -
efrculos de la Internacional Comunista"(65)
Sea de ello 1o que fuere, hasta donde se ha podido inves-
tiger, Revueltes mantuvo largo silencio en relecién @ les i-
Geas de Trotsky, #1 menos durante poco més de treinte sfios,
desde fines de le dadcada de los treinta hesta principios de
la década de los sesenta,
Manuel Aguiler Mora, militante destecado y conocedor de
la causa trotskista, menos preocupsdo que Gell, por demostrar
Je filiecidn trotbkista del joven Revueltas, he podido reco-
nocer los largos aflos que Revueltes participé en las dos va—
risntes principales del stelinismo mexicano: el comunismo y
el lombardismo. Aquiler Wore sin ambages advierte aquellos
aspectos que mestren la prolongada lealtad de Revueltes al
comunismo internacional, ye iniciade le décads de los sesen-
ta:
"Fue en este perfodo cuando los conocimos personel
mente, Jamés olvidaré le conferencia en Ciencias
Politicas en 1962 en le cual Eduardo Lizalde y é1
presentaron las posiciones de la Liga Leninista Es-
partaco, funéade por ellos, junto con un grupo de
expulsados del PCM, dos afios atrds. jCudnta justi-
cia y verdad reflejaban sus posiciones sobre la —
polftica represiva del gobierno priista de Lépez
Mateos que en 1969 habia roto la huelga ferrocerri
lera haciendo intervenir 21 ejército en las insta
laciones de 1s empresa, encarcelando a miles de
treba jadores, comenzando poru su lider sindical,
Demetrio Vallejo! Pero, en cambio, cudn lamenta—
ble aparecfan Eduardo y ¢1 cuando intentaban ser
mds “papistas que el Papa" y se hacfan pasar como
los auténticos seguidores del Partido Comunista -
ée la Unién Soviética. Querfen demostrar que el
PCM ho se "desestelinizeba” e incluso reincidfen
en los cldsicos ataques calumniosos contra el mo-
vimiento trotskista. "El tsocialismo' trotskista-% -
aliments esperanza" era el titulo de un desafor-
tunado folleto firmado y distribufdo por la Liga
Leniniste Espartaco en el movimiento estudientil
en esos disa."(66)
Revueltas, R.Mertinez y P.Cheron, reconocen le existencie
de la critica antitrotskiste virulente que a inicios de los
sesenta impulsé Revuelta
“Sefialemos de paso que poco antes, la LLE y el
Frente Obrero Comuniste habfan firmado un folle-
to llamado "Bl socialismo trotskista alimenta esx
peranzas" (marzo 1962) en el que rechazaban vie-
lentamente “le demagogia trotskista" que querfa
hacer us, de (sus —les de le LLE y del FO) po-
siciones politicas dentro del movimiento comunis—
ta, para fortelecer los puntos de viste histérica
mente opuestos #1 marxismo-leninismo, 8 la Unién
Soviética y el comunismo". (67)
De este modo es factible corroborar el sefialamiento ante-
rior de Aguilar Mora.
En el libro cldsico de Revueltas, Ensayo sobre un prolete—
riado sin cabeza, al estudiar en el capftulo IV las distintes
formas y manifestaciones de "la ens jenecién ideoldgica de le
clase obrera en México", el autor explicé:
"seenos detendremos en el andlisis de tres posicioe
nes caracteristicas que se producen en el compo de
1o que podemos considerar e] movimiento socialis—
ta de nuestro pafs. 0 sea, no en el campo de los i+
dedlogos burgueses propiamente dichos, sino en a=
quella esfera del pensamiento socialiste donde se
proyecta de un modo peculiar la ideologta democré-
tico-burguesa como deformacidn especifica de le —-
conciencia obrera.
Estas tres posiciones son: a) la del Partido Co-
munista Mexicano; b) le del Frente Obrero (e1 que
edita Le Verdad Obrera, pues este niicleo se le es-
cindido); yc) la de Vicente Lombardo Toledano. (68)- 97 -
De este modo, el Ensayo... —cuya escriture terminé en
Abril de 1961 y fue publicado un afio despuds- permite cono-
cer cémo hasta le feche de su edicidn Reweltas fijé su aten
cién solamente en las expresiones polfticas de la “ideologia
proleteria deformade" (S@dyas raices reposaron en les tradi-
ciones politicas del estelinismo mexicano. En consecuencia,
a inicios de los sesenta, Revueltas mantuvo las posiciones
antitrotskistes y atrotakistes, pues en su libro politico —-
més importante gritica y desconoce los afanes de los grupos
trotskistss mexicanos. En efecto, dicha tendencia no es con=
siderada al examinar "posiciones caracteristicas que se pro-
ducen en el campo de lo que podemos considerer el movimiento
socialista de nuestro pats".
No obstante, a reiz de le publicecién del Ensayo... po-
lémico, la critics recurrié a la conocida préctica del “nin-
guneo", los trotskistes fueron la excepcidén:
"En el momento de su aparicién, el Proletsrisdo sin
cabeza tuvo poca resonancia: adem4s de los obstdcu—
los ye mencionados, hubo de afrontar el silencie de
la critica y, por supuesto, de la izquierda -lo que
més bien habla en su favor, pues se trata de un li-
bro polémico que contiene severos enjuiciemientos en
su contra. Le Unica excepcién -hasta donde sabemos—
fue le de los trotskistas de la LOM que publicaron -
una extensa e interesante critica en El Obrero Mili:
tante, en le que supieron reconocer la “primerisima
calidea" del libro de Revueltas, “que se yergue ma-
jestucso en el desierto de muestra pobre literatura
marxista".(70)
Los elogios trotskistas no shorraron la critica, ellos
destacaron una limitante del Ensayo. Este trabajo restringid
su andlisis @ la situacién mexicana descuidando el plantea-- 8 -
miento internacional, Vale destacar que mediante esta criti-
ca los trotskistas buscaron atraer a su linea de argumente—
cién @ Revueltas, esta es le opinién de A.Revueltas, R.Mer-
(72),
tinez y P.Cherdn,‘'"’Cierteamente, Revueltas de jé transcurrir
poco més de una década para replantear le carencia de su --
Ensayo. En efecto, concedié entrevista a uns investigadora,
quien en esos afios (1975-1976) se encontreba préxima a la --
experiencia trotskista mexicana. De dicho didlogo conviene
destecar lo siguiente:
" ~gSeffalas algunos de estos problemas en tu ex-
tenso ensayo Un proletariado sin cabeza?
~Precisamente, el ensayo gira en toro de este
problema principal, sdélo que tiene cosas que hay
que actualizar, por ejemplo, en el plano interna-
cional. La falla fundamental del ensayo es el he-
cho de que circunscribo yo el fendmeno al Partido
Comunista Mexicano y no lo hago extensivo a otros
partidos y a la situecién mundial. Es decir, un
poco porque no quise comprar un pleito que no era
todevie mio. Y ahora, a ver qué hago en México —
después a escala internecional. Pero ya se sentia.
Desde luego,yo tuve que apoyerme en la Declaracién
ae los 81 Partidos, porque todavia no entendfa que
era una transaccién entre China y la Unién Sovid-
tica respecto a sus conflictos interiores. aunque
yo notaba en el texto de esta decleracién algunas
anfibiologisas polfticas que podfan haber sido my
significstives. Yo me apoyé en le parte mfs anfi-
bioldgica de le Decleracién para sustenter cierto
derecho @ la lucha de tendencias entre los Parti-
dos Comunistas." (72)
Manuel Aguilar Mora fue quien escribié la critica trots
kista soliterie: "Una teoria de 1a Revolucién Mexicana"; (43)
identificar le autorfe de dicha publicacién permite aclerar
el sefialamiento de A.Revueltas, R»Mertinez y P.Cherén, quie-
nes anotan que la publicacidn trotakista no consigné la fir--99 -
ma del sutor. (4)
Bl entonces (1962) joven eritico de Revuel-
tas, explicd que la publicacién del Ensayo... y luego su re-
sefla, crearon les condiciones propicies para un activo inter
cambio de publicaciones, ideas y encuentros entre estos dos
escritores de refz nortetta{T dete afirmacién puede conformar
un dsto capaz de explicar una de les lineas de influjo que
probablemente funcioné en las investigeciones de Revueltas
pera estimular su penetracién cada vez mds profunda en la —-
critica sistemética a la lucha internacional que en ese momen
to libraban las tendencias marxistas leninistas, Ciertamente,
el reconocimiento de propia voz, de le restriccién internacio
nalista existente en el Ensayo, fue posterior. No obstante,
enel terreno de le "préctica tedrica"
nera de Althusser! ©)se sabe que el duranguense empezé a —-
para decirlo a la ma
trabajar le perspectiva internacional pocos afios entes de la
redaceién del Ensayo.
Si bien es cierto que afios después Revueltas recogié la
erftica internacionalista al Ensayo..., también es cierto —
que el terreno ya estaba cabelmente abonado por cierto acer-
vo importante de experiencias internacionales. Un recuento
esquemftico ofrece el saldo siguiente:
a) Siendo un joven de apenas veinte afios, participo como
delegado al VI Congreso de la IJC (Internacional Juvenil co-
munista—Juventud Comunista Internacional); también asistié al
VII Congreso de 1a Internacionel Comunista. "@dnviene recor-
dar que asistié 2 estas importantes reuniones acompafiéndo a
Miguel Angel Velasco y Hernén Laborde; este wiltimo fue ademds
de dirigente histérico del PCM, un importante activista inter- 100 =
nacionalista. 75)
b) En 1943, desde le frontera de Baja California, y luego
en los Angeles, vivid la experiencia de le Segunds Guerra &
dial.
c) Durante 1943-1944 viajé por Pert y Panamd. Sus reflexio
nes peruanas refle jan la impronta de Maridtegui y Ceser Valle
jo. €79)
a) En 1948 vie jé a Belice; experimenté profundo impacto al
conocer los frutos amargos del colonielismo briténico. (8°)
e) En 1957, viejé @ Berlin, moscd, Prage y Trieste.
f) En 1961 permanece de mayo a noviembre en Cuba.
&) Si se hace recuento pormenorizado de los personajes de
la narretiva y de la dramaturgia revueltians, es evidente el
cosmopolitismo que impregna a su obra: coreanos, mexico-ameri-
canos (chicenos), estadounidenses, sefaraites, chinos, etc. 62)
Este amplia experiencia internacional, teérica y prdctica,
se vid reavivade e rafz del proceso de desestalinizacién y
de su vieje a la Repiblica Democrdtica Alemens, Checoeslova-
quia, URSS, Hungrfe e Italia. Sin embargo, es necessrio reco-
nocer que Revueltss no renuncié fécilmente a ciertas tradicio
nes. Asif, en relacidn al levantemiento liingaro de 1956, Revuel
tas se coloca incuestionablemente del ledo de los comunistas:
“El golpe contrarrevolucionario fue realmente feroz.
Los fascistas se desencadenaron asesinando, linchan-
do y mutilendo comunistas y trebajadores sin partido.
Ahora se convence uno hasta qué grado fue util e in-
dispensable le ayuda militar de la URSS. (83)
Este pasaje contenido en una comunicacién de cerécter perso—
nal concuerda con lo escrito en la "Carta a Jean-Paul Sartre":
“Y de Hungria? Acd en Américe no hicimos sino repe-= 101 -
tir les sendeces que -jen este caso sf!~ ye habfen
pasado de moda en Europa. Ea cambio de jamos-que la
derechs, los trotskistas, toda le gentuze imagina—
ble hozare a sus anches en 1s inmundicia, nos escu
piera..."(84)
Durante su viaje a Furopa Oriental, este poligrafo talento-
so reunié meterisles y preparo lo necesario para la redaccién
de los trabajos siguientes:
a) "Algunos aspeétos de la vida del PCH"
>) "Relate de Mosci"
c)"festimonio de Mungrfa"
a) “Carta de Budapest" (85)
No se sabe si lugré redactar cabalmente -como lo dirfa el
mismo Revueltas~ "un pequefio libro de unas ciento cincuenta ——
cuartillas. Tengo sobre de materiar (86).
En cambio s{ pudo escri.
bir su "Testimonio" y "Le carta de Budapest a los escritores co
munistas"
Este Ultimo trabajo mantiene claremente una postura
en concordancia con las resoluciones del XX Congreso del Parti-
do Comunista de le Unidn Sovidtica; asf puede comprenderse el
siguiente pasaje: "
«No se trata solemente de que les bandas
fascistas se hayan echado @ las calles dé Budapest pare desa—
tar -como lo hicieron- una sangrienta y feroz contrarrevolucién,
con el apoyo material y morel de las potencias imperielistas..."(87)
Ad@em4s escribié Revueltas:
"Les resoluciones del XX Congreso de ningin modo
nos hen arrojado un salvevides para que nos agerre-
mos al fécil expediente de que todo se redujo a le
exaltecién y al elogio desproporcionado de un jefe,
de un caudillo. Sabemos con toda conciencia que Sta
lin ha tenido, tiene y tendrd indiscutibles méritos
histéricos, que serfa doblemente ruin de nuestra par
te oscurecer, menospreciar e ignorar ahora. Las con-
Secuencias del "culto" a 1s personalidad", he ahi el
meollo del asunte"(88)- 102 -
as certas del duranguense contienen numerosas expresio=
nes de adhesidn y amor al proyecto socialista:
";4mo el socielismo con toda mi alma!..."...n0 te
imaginas que @ gusto me siento bajo el socielismo.
Estoy feliz", ",..Pero no, Aqui no se ve nuestra
miseria, nuestros indios descalzos, nuestras tie-
rras yermas y sin cultivo. Cada pulgada de terre~
no estd sembreda, cada gente tiene qué comer, cada
nifio parece un sol sonriente y gordito. Los niffos
son encentadores. Me fescina verlos.
Algo que me estremecié hasta lo més hondo fue
el cruce de la frontera yugoslevo~italiene, El -—
contraste entre el mundo socialista y el capita-
lismo no puede ser més patente, mds palpable. Al
slo eruzar la frontere apsrecen ante tu vista los
campos ariscos, la tierra desordenads, los terre-
nos cercados de piedras que indican un propietario
individual, Te sientes trasladado a un mundo hos—
til, dspero, duro y sntifraternal, Puedes ester
segura que el socielismo ya ha vencido y que nadie
podrd detenerio jamés, Esto me ha llenado el alma
de alegria. (89)
Nuestro autor no se limité a expresar su personal punto
de vista, también vio la experiencia socialists con ojos
ajenos, los del puebl
“Budapest es una ciudad my hermosa. Ahora se mes-
tra tranquils, sin inquietud. Le gente se ve por les
ealles ocupada en sus asuntos, sonriente, bien ves-
tida y sin que se advierta resentimiento, Esto lo
he notado particulermente observando al piblico de
un cine de noticisrios. Este piblico por lo general
es muy politic, y siempre, en cualesquiera circuns—
tancias, silba o aplaude. Adverti protesta cuando
aparecia e1 cardenal Mindszenty en la pantalla,"
“..ehablé...con gente sencilla, que me hablaba con
toda franqueza ..." (90)
De este modo se advierte un decidido impulso a expresar
verazmente lo ocurrido: "Puedes estar segura de que mi carta- 103 -
abordsrd con sbsoluta sinceridad y verdad los problemas que
nos ha venido a planteer Hungria," (92)
Ias preocupaciones politicas no abandonaron ni siquiere
los filementos més delicados de la vide intima de Revueltas.
Asf en la correpondencia con su amada Marfa Teresa no desban-
c6 el deber politico y desde luego se compromete personalmen-
te a redacter su punto de vista sobre lo ocurrido en Hungria.
Como se ha visto, este decidido empefio personal-politico fue
exitoso y “Carta de Budapest a los escritores comunistes" ——
logré su publicacidn en le You de wéxico, (9)
No ha sido posible examinar el escrite "Testimonios de ——
Hungria", los editores de las obras completas explica
‘Testimonios de Hungrfa' es un reportaje que
refleje la versidn oficial neostaliniste sobre la
insurreccién de Budapest en octubre-noviembre de
1956; por esta razén, ademds de ser muy extenso,
se eliminé en los escritos polfticos del autor.
En el original mecanografiado de estas notas de
diario, Revueltas tachs la palabra "contrarrevo-
lucién" y le remplazé por “los acontecimientos".(93)
De esta manere, se confirma lo que ya es evidente, Revuel-
tas se mantenia distante, tento de los estelinistas, asi como
de la "linea chine" y, por supuesto, del trotskismo; por ello,
sus puntos de vista se relecionan claramente con le linea de
Jruschov. En consecuencis, si Revueltas en su Ensayoes. se o-
cups escencialmente de le cuestién nacional, se debié a que
pare 61 la contradiccién bdsica se originaba con el PCM, y
no con le Linea Soviética-PEOUS-XX Congreso-Jruschov.
No obstante lo anteriormente expuesto, puede observarse un
desplazamiento tedrico y polftico progresivo de Revueltas, ——~ 104 -
motivado tanto por el agudizamiento de conflictos al interior
de las fuerzas de le izquierde mexicana, asi como a raiz del
triunfo de la Revolucién Cubana primero y luego el ascenso
de la Guerra Revolucionaris en Vietnam;por ello se vid obli-
gado al reexdmen y replanteemiento del internacionalismo prole
tario .y de le revolucién a escels mundial. Naturalmente a
los ojos de Revweltas el ascenso revolucionario en estos pa-
ises, se vefa disminufdo por el agudizamiento y profundizacién
de 1a pugna entre China y le URSS. De este modo 1a coyuntura
internacional obligé al mexicano a reparar en las teorfas y
reflexiones del antiguo bolchevigue asesinado en México. En
consecuencia, las tesis de Trotsky resurgen en el espacio —~
tedrico revueltiano uséndoles para combetir al estalinismo,
neoestelinismo y maofsmo; de este modo golpear a sus adversa-
ries nacionales, ep{gonos del Partido Comuniste de la Unién
Sovidtica de una parte, y de le otre 21 maofsmo mexicano, avin
insipiente en la décade de los sesenta; sin embargo, no puede
descuidarse que militantes de la Lige Leninista Espartaco, en
nimero considerable, basculeron hacia el maoismo participan-
do en 1s constitucién Ge la Liga Comunista Espertaco. Asi, no
es confiable el método nominaliste did pretende descifrar una
designacién polftica, a partir de ln denominscién y autodis—
tincién, pues lo que normalmente ha ocurrido es que las in-
fluencies teéricas provenientes de experiencies revolucions—
rias de otras letitudes se mezclaron forzosamente con aspec—
tos de la historia polftice nacional y haste regional. asf
ocurrié con el espartequismo revueltieno, conformado a partir
de le interpretacién que de la experiencia europea espertequis
te y conse jiste hicieron é1 y sus colaboradores més cercanos- 105 -
para enfrenter le realidad mexicans, Por ello, Revueltas,
debis combatir y/o aliarse a tendencias ideoldégices existen-
tes en México; estes luchas y alianzas estuvieron en funcién
del propio proyecto: funder uns corriente espartaquista nacio
nal. Esto se comprende cebalmente si se recuerde la crftica
tenaz de Revucltes al maoismo antes de 1968; no sélo estaba
en juego le pugns sino-sovidtica, también y,principalmente,
ocurria que la Liga Leninista Bspartaco era diezmads por el
naofsmo hate constituir le lige Comunieta Bepartsco. (9 )en
estes condiciones escribié un texto al parecer en 1967: “La
‘gucrra frie’ entre las potencias socialistas: parte del con-
texto de le tercera guerra mndiel”. (este trabajo fue pre-
cedido por otros escritos sobre China, el maoismo, el marxis-
mo, Europe Oriental, la Revolucién Cubans y sus efectos en
Anériea Letina, (97)
las reflexiones internecionalistas, se vieron coronadas
por el documento “La ‘guerra fria
2"; este trabsjo consti-
tuyé el punto de partide pere formular un proyecto de investi
gacién, que de haberse desarrollado habffa dado luger @ una
segunda parte titulada: "La condene a muerte de la libertad"
y una tercera: "Soluciones: democrecie cognoscitiva y concien
cie orgenizede".(98) Ademds, les reflexiones sobre 1a coyuntu-
ra internecional sirvieron como elemento sustancial para for-
muler un llememtento: "Confrontacién de tendencies merxietas,
convocatorio".29)pe ant, 18 invocecién y meneién explfeite a
le Iv Internscional:
"Este documento ha tenido como su propésito el
de llamar a los merxiste-leninistas de todos los
pefses a una reunién internacional de consulta- 106 -
respecto a los problemas que aqui se han plantea—
do y otros més que puedan suscitarse. Diche reu-
nién de consulta tendris el cardcter previo @ o-
tras reuniones internacionales en el camino de
construir los pertidos merxiste-leninistes que
en cada pafs sustituyen a los vie jos partidos que
le burocracia staliniste ha convertido en inope—
rantes, obsoletos, y carentes de toda realidad
histérica desde el punto de vista del proleteria-
do. En el mismo sentido este documento llama a
los dirigentes de la IV Internscional para que
participen en este tarea de reagrupacién de cua-
dros internacionales donde deberd considerarse a
los marxista-leninistas que no pertenezcan ni ha-
yen pertenecido @ 1a propie IV Internacional.
Estamos seguros de que cada marxiste-leninista
comprenderd que en la adopcidn del camino propues.
to se expresa sin ninguna duds le forme més inmedia
ta y posible de cumplir con su deber en la hore ~—
presente del mundo."(100)
asf, se muestra el propésito polftico que impulsé a Re-
vueltas @ construir une amplia alienze ideoldgice (101)
anti-
estalinista; en este Frente tenfan lugar fuerzas trotskistas,
de ahf su inclusidn, En escritos posteriores recurrié y re~
firié idees y plenteamientos de Bronstein, Inicialmente(1967)
recurrié a las ideas del revolucionario ucraniano, posterior—
mente cuestioné el uso que de estas ideas hacen algunas ten—
dencias trot&kistas, (102)
En 1969 escribié "Certa 81 III Congreso (después de 1a Re-
unificacién) de 1s IV Internacionais (103).
zn este trebajo, in-
timamente vinculedo con los resefiados previamente, expresa su
preocupscién por le amenaza que significa le guerra atémica.
La problemétice nuclear es presentada explicando la relacion
que existe entre esta cuetién y la manera cémo se vinculé -.
con la experiencia del "socialisgo en un solo pafs". En opi.- 107 -
nidn de Revueltes, solo el proyecto civilizatorio destinado
@ impulsar la revolucién mundiel, es capaz de canceler la
amenaza que significa le guerra atémica. Para el caso, lo
que importa destacar es que seflalé le inclusién de. trotskis—
tas en el proyecto de reconstituir una vanguardia mundial —-
capaz de emprender la Revolucién en los pafses socialistas,
en los industrializados y en el Tercer Mundo:
"Este perspective sélo es factible, ahora, desde
el punto de vista de una accidn internacional del
proletariado y masas populares de todos los pefses,
bajo le direccidn de una conciencia organizada a
escala mindiel, o sea, a partir de la creacidn de
un partido mundiel proletario o internecionaliste
en que se integren, junto @ los vie jos cusdros de
luchedores trotskistas, les nuevas corrientes mar
xistes-leninistas independientes..."(104)
Bn consecuencis 1s alianza politico-ideolégica de los mar-
xistas revolucionsrios se orientard @ luchar por “una revolu-
cién internacionaliste" decidida a “emancipar la conciencia
proletaria de su ena jensciéy atémica". (105)
No obstante, el proyecto internacionalista, les diferen-
cias sugieron en 1971; hebfan trenscurrido poco més de dos afios
desde le redaccién de “Carta al III Congreso. En opinién
de Aguiler Mora, estas se debieron 9 problemas tedricos. Re-
vueltas, explica Aguiler Mora, habfa emprendido la critica e
la concepcién leninista del partido, en tanto los trotskistas
defendieron le concepeidn del pertido heredsda de Lenin, (106)
Por su perte Andres Revueltas y Philipe Cherén, explican en
las notas de México 68... lo siguiente:
"A pesar del cerdcter entusissts de 1a carta, es-
te acercamiento fue breve, pues pronto se manifes—- 108 =
taron discrepancias profundas con los trotskistas
mexicanos del GCI que, en ese époce, no era sino
un grupo fraternal de le IV Internacionsl, En una
carta con fecha octubre 25 de 1971, Revueltas ex-
presaba lo siguient
Sobre mis relaciones con el Grupo Comunista In
ternacionalista (,,.) mantengo con ellos estrechas
relaciones, Resulta que yo fui uno de los fundado~
res del GCI, en 1968 durante el Movimiento. Se tra
ta de fundir la corriente nuestra, del espartaquis
mo primitivo, con los trotskistes; pero después de
le represién y en la clandestinidad, los compafie~
ros trotskistas “cortaron" a nuestre gente y a mf
me empezaron a dar un trato de “santén” verdadera
mente no polfticm y casi repugnante, @ pesar de que
no me dejaron de enviar enlaces a le cdrcel, pero
en ebsoluto ineficaces e initiles desde el punto de
vista polftico.(107)
Rewueltas, en Noviembre de 1971, ley une conferencia en
Universided Iberoaméricena, "Significacién actual de le Revo-
lucién Ruse de octubre". (2°8) esta intervencién, entre otras
cuestiones, abordé de nueva cuenta el pensamiento de Trotsky.
Si se sabe que le versidén inicial de esta disertacién, tuvo
su orfgen en un cologuio reelizedo en le crujie "N" de la —
cércel de Lecumberri, se edvertird cieta concordencia con 1a
fotogrefia de Revueltes en Lecumberri, en cuyo fondo aparece
el cortel de Trotsky. De este modo se advierte una relacién,
tanto intelectual, como iconogrdfica.
Bl pensamiento polftico de Revueltas no permite el enca-
sillamiento fdcil, estéd signado porél movimiento permanente;
de anf que no obstante las im4genes y las referencias, rdpi-
damente pssa a la critica. La exposicién de este movimiento
permite explicar lo seiielado:
A) "La erftica histérica de la revolucién de Octu-
bre sale a la superficie y se despliega 3 esca-= 109 -
la internacionel, @1 inicisrse el segundo decenio,
con le derrota de is oposicidn (Trotsky, Zindviev,
Kamenev), le victoris del bloque Stalin-Bujarin y
le expulsién de Trotsky de 1e Unidn Sovigtica, afio
de 1927." (109)
B) "...A este hombre y al exiguo pufiado de sus
partiderios en diversos paises se debe el que 16
conciencia histérica no haya permanecido silen=
ciosa durente esa etapa trdgica de le revolucidn
mundial. Son e Leén Trotsky y a wus camsredas a
quienes la conciencia histérica deberd agradecer
mafiana el haber creado las condiciones bdsicas
pare su desena jenacién."(110)
©) "Ye no es el movimiento trotskiste sisledo (co
mo lo fuera en el perfodo de 1927 # 1947) el que
libre solo 1a batalla. Se han incorporedo al pro~
ceso de desenajenacién de le conciencia nuevas —
fuerzas y corrientes nuevas de pensamiento criti,
co..."(111) Estas fuerzas son:
“1) La _vfa _yugoslave 81 socialismo (orgenizacién
del Estado plurinscional; democracies politica;
autogestidn; programa de la Liga de los Comunis—
tas, eteétera). .
2) Revotucién china (aparicidn del ‘marxismo-leni
nismo-pensamiento Mao'; reivindicecién del inter-
nacionalismo; movimiento de masas contra le buro~
cracia bajo la forma de revolucién cultural, etcé-
tera).
3)EL_ movimiento independentista en el seno de los
partidos comunistas desde le direccién del partido
ydesde el poder del Estedo (Gomilka, Polonia 1956;
Nagy, Hungria 1956; Reptiblica Democrdtica Alemana,
huelgas obreras 1956; derrocamiento de Novotny y
‘primavera de Praga’, 1967-68).
4) El movimiento teérico y cuestionamiento filosd~
fico de la problemética staliniste de perte de los
intelectuales (Henri Lefebvre; Jean-Poul Sartre;
Simone de Beauvoir; Karel Kosik; artur London; Ray-
mond Aron; Louis Althusser; Etienne Balibar; Her-
bert Marcuse; Karol Modzelewski y Jacek Kuron; le
antropologia filoséfica y el humanismo comunista)."- illo -
5) El cuestionamiento e impugnacién de _masas
por le juventud en 1968 (Alemania, Francia, Es~
tados Unidos, Japén, México).
6) El 'modelo'cubano, le vie guerrillera, el pro-
ceso parlamentario chileno y los caminos de acce~
so a1 poder en América Letina.” (112)
D) "Ahora, todavia en 1971, ‘un fantasmo recorre
el mundo': e1 fantasma de les adveftencias de
Trotsky que e1 mundo no quiso escuchar: la dege.
neracién nacionalista del socialismo en un solo
pais; la derrota del pueblo espsiiol a manos del
stalinismo y de les democracias burguesas de Oc-
cidente; 1a entrege de la revolucign proletaria
alemana el fascismo hitleriano..."(113)
3) No obstante 1a valoracidn elogiosa que hizo de Trotsky
y del trotskismo, el espiritu cr{tico revueltiano no permitis
concesiones; por ello escribis: ‘
"La IV Internacional (por supuesto no la “inter-
nacional" espuria de J.Posadas), con una gren —
carga revolucionarie, tradicién de lucha, pureza
de principios, deviene no obstante en ideologia
del optimismo y la fe, y se desliza al dogmatis-
mo cuando no somete a revisidn los aspectos cadu
cados de las viejas categorfas de los afios veinte,
avin vdlidas en le vide de Trotsky, pero hoy par-
ciel 0 totalmente fuera del contexto histérico,
¥ gue le impiden acceder a la comprensién de los
nuevos contenidos. Por ejemplo: naturaleza no -.
burocrétice de les oposiciones internas en los
paises donde los partidos comunistas tienen el
poder (Rajk, Negy en Hungria;Gomulka en Polonia;
Ana Pauker en Rumania); enajenacién socieliste
de la historia; cerdcter no necesariamente pro-
gresivo de ls dialéetica (apuntado, sin embargo,
por Trotsky mismo); naturaleza no proletaria de
la revolucién mundial." (114)
Bn le Conversa@idn de Rogelio Vizcaino con José Revueltas
(1972) y en “Autobiograffe" (1976) existen pasajes que también-1-
pueden sugerir gredos distintos de relacidn del durenguense
con el pensamiento de Trotsky y con la oposicidn antiestali-
nista. La cuestign de la "Edicién trotskista" porpicié las
condiciones pare discutir la relecién de Revueltes con el
pensamiento de Trotsky y el trotskismo, Signos numerosos in-
dicen que el escritor polémico luché por constituir una orge—
nizacién independiente de las corrientes tradicionalnente
reconocidas en el pensamiento marxista. En consecuencia, tam—
bidn pugnd por elaborar una perspectiva merxista revoluciona—
ria y erftica, propis, es decir, adecuade a les condiciones
nacionales. Por elio, habria que pensar en el uso del trots—
kismo més que en su adscripeién a dicha perspectiva polftica.
Esta circunstancie quedé develads claramente cuando Revueltes
enfrenté @ sus adversarios nacionales, estelinistas, jruscho-
vistas y mofstss. Posteriormente 61 surgir las contradiccio~
nes con los trotskistes mexicanos, expuso sus tesis crfticas
en torno a1 uso de las categorfas de Bronstein. Asf, en esta
relaci6n problemética conviene distinguir entre fusién y alien
za politico~ideoldégica, Todo indice que Revueltas bused le -
alianza, el frente, no la fusién y menos la subordinacién; -
més bien, en vez de la dependencia y le hegemonia de su propio
pensamiento, Tal vez estas reflexiones pueden ser confirmadas
@ le luz de le letra del propio Revueltas, quien hacia el fi-
nal de sus dias expresdé:
"J..4 nosotros nos importaba fortalecernos, pero
no lo logrdbamos.
En Mexico no se he radicado la teorfe marxista
en la realided necions1 por pereza mentel, es un
problema de incapacided, de adaptecién de un prin
cipio cientifico s une realidad que no se logra _wil -
comprender; las contredicciones tienen que reducir
se -desde el punto de viste del materialismo- para
abercer el movimiento y los procesos. Eso no lo —-
han entendido." (115)
La riqueza culture] de la intelectuelidad radical de los
afios treinta se expresd -si se quiere fevorecide por el bene
ficio del tiempo- en este pensamiento de Revueltas, quien
nacie el final de sus dias siguié reflexionandéo como discf-
pulo de Meridtegui: el problems meduler del marxismo se cons
tituye por le cuestidn de 1s "nacionslizacién" de este teoria,
En consecuencia, este fildsofo nsto, epfgono irredento de Le-
nin, explicé filoséficamente la necesidad de emplear un méto—
do capaz de penetrar el czos y encontrar la legislecidn que
preside el movimiento y sus antagonismos feroces,
3. Las _revoluciones van sobre caminos de papel.
Pera cumplir la exploracién a propésito de le edicién pre-
cursora de los Manuscritos econdmico~filoséficos de 1844, es
conveniente reflexionar sobre una cuestidn més, tembidn plan-
teada en la entreviste examinada. En efecto, en "conversacién
con José Revueltes", el duranguense explica al entrevistador
el problema del “atraso ideolégico" del PCM. Por ello expone
e1 desconocimiento que prevalecié sobre las distintas corrien
tes del pensamiento marxiste:
“Bl partido siempre fue muy atrassdo ideolégicamen—
te y desde el punto de vista tedrico; habia my po-
cas publiceciones, tenfamos que leer los materia-
les inclusive escritoa a méquina., Yo lef El materi
lismo histérico de Bujarin en una copia mecanogra-
fiada: nos 1a pasabamos de mano en mano y ademds
sin seguridad de que fuers une buena traduccién,-113-
Iss publicaciones marxistas vinieron mucho des-
pués, digo ya en 1a époce cardenista."(116)
Revueltas prosigue su reflexidn en pdginas posteriores:
"No tenfamos acceso @ le literatura, ni estdbamos
informados de las luchas internas, puesto que fue-
fon separados de le circulacidén Rddek, Zindviev, Ki
menev, Trotsky; era imposible informarnos. Los Li-
bros de Bujerin que en un tiempo los lefmos, por e-
jemplo Le revolucién China, El ABC del comunismo,
que era nuestro libro de cabecera. El materialismo
histérico, desaparecieron de la circulacién @ nivel
internacional; no se lefan. De ahf entonces sobre-
viene el gran atraso ideoldgico. Ni siquiers 2 los
clésicos del marxismo los lefmos bien, en primer —
luger porgue estaban editados eri otros idiomas -dn
espefiol fueron editedos haste muy tarde- y luego —-
porque cierto niimero de también cldsicos estsba fue
re de circulecién, Labriola por ejemplo, 0 Nondolfo,
que no hubieran podido informar, abrir y despe jor
le mente para un entendimiento de los problemas. ——
Kautsky no se digas el hecho de haber sido combati-
do por Lenin lo arrojé para siempre al infierno del
anomimato y sin embargo no nos damos cuenta que un
libro importantisimo es su enti-Bernstein, o sea ——
Ise doctrina socialists, donde Keutsky combate a Bern
stein y da una leccién estupenda acerca de lo que —
consiste realmente el revisioniemo, que es un conce
to shore ye demasiado manipuledo y deformado." (117)
Estas aseveraciones despiertan preguntas y reflexiones:
GA qué periodo de 1a historia del POM se refiere el liters
to revolucionerio? Para responder s esta cuestién, la misma
“Gonversacién..." proporciona las pistes suficientes:
a) Revueltas nerre le circulacién de textos de Bujerin, es-
tos en lugar de estar editados como libros, eran tan solo co-
pias mecanografiades, Este peculiar manera de difusidn del
marxismo, ocasionado por la pobreza de recursos, la persecu—
eién y le clandestinidsd, también ocurrié en Centro América,- 114 -
aurente e1 perfodo de formecién de las tendenciss comunistes, (118)
Adem4s coincidfa le dificultad editoriel con el bajo nivel
cultural y hasta enelfabetismo de algunos militantes, sobre
todo aquellos gue provenfan del mundo rure1 y su penuris. ast
ocurrié tento en Centroanérica (119)
‘como en México, puede men-
cionarse e1 caso de quien posteriormente serfa militante his
térica del POM, Benite Galeana. Ella narra su rafz humilde,
su snglfabetismo y al mismo tiempo cémo a pesar de estes cir-
cunstencias, pudo estar enterada y discutir importantes pro-
blemas de las tendencies revolucionarias de 1a época, (120)
b) Revueltes explicé el incremento de las publicaciones mar—
xistas durante e1 cardenismo, esto puede significar que la
primere proposicién relacionadas con el atraso ideoldgico se
refiere a los afios que van de 1929-1934, pues Revueltas in-
gresé @ fines de los afios veinte al PCM y las dificultades
ideoldgicas de las tendencias cemunistas centroamericanas —-
corresponden también a esa época. Aunque Revueltas también
pudo hsber inclufdo en su consideracién sobre el atraso ideo-
légico del turbulento perfodo de 1919-1929, no obstante no —
debe olvidarse el papel destecado que tuvieron veliosos com
nistas mexicanos, quienes tranquilemente arriesgaron su vida
para conformar los partidos comunistes en Centroamérica, a
pesar de los regimenes sanguinerios y de los malos ojos con
gue eran vistos los mexicanos, quienes sabiéndolo o no conti-~
nusron la tarea eritice que hsbia emprendido José Vasconcelos,
De este modo los mexicenos aparecieron difundiendo ideas con-
trarias al régimen y al estilo de vida asaz, brutel y primi-
tivo, ceracterfstico de los paises centroaméricenos en la aé—- 5 -
cade de los afios veinte, (121)
c) Al fustigar el atraso del PCM, explicd a renglén seguido
que 1 pudo conocer y leer en cuanto fue publicade la prime-
ra edicidn de Manuscritos econémico-filoséficos de 1844,
Con base en las proposiciones anteriores puede concluirse
que Revueltee estd considerendo el perfodo anterior y poste-
rior a 1929 (ediciones mecenografiades); la difusidn de la
litereturs marxista durente el cardenismo, hasta lleger @
1939, afio de le edicidn mexicana de Carlos Marx, Economfa Po~
litica y filosoffa. Como se ve, el perfodo de referencia pue-
de comprender de 1919 a 193%, o'de 1929 —Revueltas ingresdé
en este afio al POM— a 1939, Por ello, el recuento que a con-
tinuecién se expone, prefiere considerar, asi sea de manera
esquemética, elgunos aspectos releventes de la produccién
editorisl comunista que va de 1919 a 1940.
En razén del afén que motivé este examen, interesedo en
establecer el clima editorial favorable ¢ le realizacién de
le miticitada edicidn de los escritos filoséficos del joven
Marx, se haré referencia principalmente s les ediciones de
los escritos de Marx/Engels y las obras de los bolcheviques.
Esta delimitacién puede comprenderse si se recuerda que la
influencia teérica e ideolégica de la Revolucién de Octubre
fue vista por Reweltes(1@2dde e1 matiz del marxismo-leninis
mo, teorfa e ideologia del POM y de las corrientes revolucio-
narias con las que mantuvo relacidn el duranguense durante su
larga militancia polftica.
Entre 1919 y 1925 el POM edité o difundié trabajos de Bu-
jerin, Zinoviev, Gorki, Trotsky, Lenin, asf como de otros des- 116 -
tocados integrantes de 1a Internscionel Comunista, aunque de
talla menor a la de los bolcheviques, tales fueron los casos
de las publicaciones de Katayama (comunista japonés) y Roy
(comunista indi), Sin embargo, por la importencis que tuvieron
en la formacién del pensamiento del joven Revueltas, se des-
eriben tan solo las publicaciones mexicanas de los bolchevi-
ques soviéticos:
N.Bujerin: "El programa de los comunistes", (1921).
"anarquismo y comunismo cientifico", (1924).
"Rl ABC del comunismo", (1923-1924)
M.Gorki: "Zenin", (1921)
L.frotsky: "Carta a un sindicaliste francés", (1922).
"Tesis sobre 1a cuestidn egraria del II Congre—
so de la Io", (1922).
Estatutos de la Internacionsl comunista", (1922)
“Is situacién internacionel", (1922).
(1922)
"El comunismo de izquierda", (1922)
G.Zinoviev: "La Internacional Comanista". (1922).
“Lenin”, (1924)
NeLeni:
“El Estado y la revolucidén"
"Informe de Zinoviev sobre la téetica", (al
V Congreso de 1a 1c), (1924). (123)
Este recuento ofrece le posibilidad de comprender la difus
sign temprsna que elcanzaron las ideas de Trotsky entre las
primeras generaciones de los comunistas mexicanos, entre ellos
Revueltas, quien leal s su formecién tedrica inicial, en 1a
conversacién con Vizcaino refiere prolijemente 1*4)135 igeas
de Trotsky cincuenta afios después de que éstas fueron publica--n7-
das en castellano y difundides por el PCM en México. Ademés
en la multicitada “donversacién ..." Revueltsea alude a dos
notables bolcheviques rusos: Bujerin y Zinoviev, cuyos escri
tos, como los de Trotsky, tembién fueron difundidos por el
PCH.
Ratos efntomas significativos parecen der consistencia a
las explicaciones segin las cuales Marx y Engels llegaron
al comunismo mexicano mediante el marxismo-leniniamo, es de~
cir, la teorfa, le ideologfa y la préctica de los bolchevi-
ques sovidticos, pues de acuerdo con estas aseveraciones 1a
activided editoriel y difusora de POM se concentré en in—
pulear el estudio y los conocimientos de las idess de Lenin
y sus principales epigonos. Sin embargo, no debe descuider—
se 1a aseverscién de Enrique Navarro, librero notable pre~
cursor en los afanes de la difusidn del marxismo y del mar-
xismo-leninismo, quien sostuvo que desde fines de la década
de los aflos diez, ya circulsban en México las ediciones si-
guientes: C.Marx y P.Engels, Manifiesto del Partido Comnis—
‘tas P.Engels, Principioe del comniomo y C.Marx, y F.Engele,
Hensa Je del Comité Central a la Liga de los Comunistas. (179)
Seguramente estas mblicaciones precursoras provinieron de
Bepaiia, Bl aserto de este librero conocedor profundo de le
circulacién biblicgréfica -anarquista, socialists, marxieta
y comuniste- permite establecer dos fuentes de filtracién
del marxismo en México:
2) Ia sefialada anteriormente de matric sovidtica.
b) Aquella surgida de la difusidn biblicgréfica capiler
sostenide largamente por libreros ambulentes, quienes leales- 2118 -
@ profundas trediciones iluministes y ansrquistas, paradégi-
camente diseminaron con celo inigualable, tanto las ideas
ae los grendes anarquistas rusos, italianos, franceses y es-
pafioles, como las de Merx, Engels y Lenin; esto ocurrié tan-
to en México como en Centroanérica, (76)
Navarro en sus Apuntes biogréficos expuso lag influencies
culturales conformadores de su aosmovisién: catoliciemo hogs.
refio y escolar, liberalismo jusrista, msgonismo a1 que guar-
do lealtad atin después de cincuenta y cinco alios de estudio,
conocimiento y difusiéa del marxiemo y del marxismo-leninis-
mo. Eacribié: "A los del gran movimiento precurso: mexicano
de Ricardo Flores Magén, nuestro més alto representativo. E1
gran macstro insuperado®, 27)
Bete librero originario del bajio, como Garcfa frevifio,
mo del michoaceno como éste Ultimo sino del jaliciense, Tra~
bajé en la regién petrolera. Ahf desde guy joven recibié el
influjo del anarcesindicelismo$*48 medio de les condiciones
terribles que imponfan a los trebajedores tento el medio geo
gréfico como el mismo regimen laboral., Posteriormente en la
Ciudad de México azuzado por el impulso cerecteristico que
infundid e1 magonismo @ sus militentes, as{ como por las --
tradiciones familiares, se convirtié en un bibliémano; expli-
ca que logré scumuler diez mil libros,| hasta el punto en que
debié deshacerse de ellos, pues le viviends preceria que —
habitabe con su familie no permitfe més le convivencia de la
familie con el enorme scervo de litereture enarquists, socia
lista y morxista, (9) pote circunstancis familiar, las deudas
y e1 acoso econdmico, orientaron al Sefior Navarro a vender —-1i9-
sus libros decidiéndose a establecer una librerfs en el famo
Bo mercado "Bl Volador", alrededor de 1925-1926. Pero "no
aélo de pan vive el hombre", también preocupsciones polfticas
@ ideolégicas motivaron ests salids, que a simple vista pare
ceria meramente mercentil:
Por eu
gair pera
"Por los afios de 1921 8 1924, hasta donde yo se o
recuerdo, no habfa propiemente dicho; centro o cir
culos de estudio de las doctrinas marxistas; en las
oficinas o saldn de sesiones del partido comunista,
en Nesones y 5 de Febrero, no llenaban esta funcién.
No hab{a textos, las conferencias sobre temss socia
les lo eran mds de agitecién y de organizacién. Por
todo esto, la necesidad de adoctrinernos y de publi
car loa textos se imponfa asf como el deshecerme
de mi gcervo o biblioteca de diez mil volimenes que
habia comprade y lefdo.uno a uno, que ya no cabfen,
que nos echaban fuera; nos desalojaban a mi, a mi
compefiere y esposa Manuelita, y a mis hijos, haste
entonces Enrique, Bertha y Mario..." (130)
parte Revueltas narra los vericuetos que debié se-
satisfacer sus inquietudes juveniles:
"Rn aquelle époce yo buscaba libros socislistas,
marxistas, para entererme-de todo ese proceso y
aeumirlo con conciencia; uno de ellos fue muy impor
tante pare mf: ie doctrina socialista, de Keuteky;
luego lef Bl materialiemo histérico, y més tarde al-*
gunas corrientes del marxiomo heterodoxo, Vandervel-
de y otros, teéricos de la II Internacional, que me
ebrieron mucho los ojos para entender le bese funds
mentel del marxismo, Después emprendf le lectura --
del resumen de Gabriel Deville de El Capitel, no
hebfe otra cosa. Ya no tuve contecto con el anerquis
mo, eunque simpstizaba con 41 desde el punto de vis
te puremente revolucionario. Sentie més la necesidad
de consegrer mi vida @ une ceuss y busceba cudl era
1e més adecusds a mi temperemente, a mis idess, pe-
ro no existfa une rezén sentimental propiemente an—-120-
te el sufrimiento de 18 clase obrere y 1a opresidn,
1a mfe era més bien una actitud tedrica, en el sen
tido que dste puede tener en un muchacho ten Joven."(131)
No obstente, esta descripcién propis de unn sutobiografia
intelectual, no sefiele clarsmente el lugar donde pudo satis-
fecer su busquede socielista; sin embergo, ptginas adelante
ofrece la posibilided de inferir una respuesta a este pregun
ta. Revweltas, @ le sazén muchacho, provisto de infrecuente
avides intelectuel, eetisfizo sus inquietudes cinemstogréfi-
cas y, probablemente, les bibliogrdfices en “El Voledor*:
"..2de chico siempre me desvivfe pare que me compra
ren proyectores con lémpara de alcohol, iba al Vo-
ledor a comprar cintes viejes por metro, ya dete~
rioradas. Era pedaceria, algunas italianss y laa
pasaba en le cass; luego deacubrt como ponerle
un foco # mi proyector de manivela." (132)
El duranguense en le entrevista autobiogréfics, no sefialé
con precieién he eded que tenfe cuando scudié el Voledor 8
sacier sus necesidedes intelectuales, probeblemente tendrfa
poco mds de diez affos, es decir, entre 1924-1927. Esto signi-
fice que su mireds inquisitiva, imeviteblemente, se defuvo
en los libros del novel librero jaliscience. Por lo demds,
el emplesdo atento que desde hace més de veinte afios etiende
al piblico en le librerfa Naverro, explicé que pudo conocer
8 Revueltas 9 quien recuerda como un bibliémeno conetente, (233)
Bn 1925, tanto en México como en Centroemérics, los comu-
nistes inician le edicidn y difusién de los ecritos de Marx. (234)
Ya desde 1924 e1 PCN heb{s impulssdo les taereas editorisles
y educatives de los comunistes centroamericenos. (#8) que pe-
ra 1925, en consonsncie con el proceso de bolchevizecién (29°)nnn en a a ee
-~Wi-
de acuerdo con les resoluciénes del III Congrso del POM (13
de abril,1925) decidié profumdizer las tareas doctrinarias y
eaucatives.(13{lends de 1e politica derivede de le Interns-
cionel Comunista, en México 1ss necesidedes doctrinsrise eran
ecuciantes tanto por la presién internacionsl, como por le
lucha contre el enarcosindicalismo y contre los militeres y
osudillos radicelee que en el ‘terreno de le teorfa y de le i-
@eologia no rebasaban 1a cosmovieién derivada del marxiemo-le
ninismos sin embargo, le democracia radical y el nacionaliemo
que preconizeron los convirtieron en formidebles enemigos de
los comunistas, durante los afios en que lucharon por la hege-
monfa culture) y polftice.28dnisno e1 sctivieno sorprenden-
te de los comunistes mexicenos exigis el contrapeso inherente
@ los afanes educativos y reflexivos; por ello el III Congre-
80 del PCM, preocupado por perfeccionsr ls bolehevizecifn, -
subreyé en dichs asamblee les actividedes siguientes:
"Respecto # la prensa, se hablé largo de El Mac!
te, ee critics su primera etapa (“sus apreciacio—
nes politicas no eran suficientemente cleres, sino
enredades y sus conclusiones socieldemocréticeas"),
se criticé la etapa en que lo dirigié Gémez Leren-
Zo, y le Witima en le que hebfa estado dirigido -
por Siqueiros, que "lo estins como une cosa en sf,
independiente del pertido y a cuya exietencia debe
subordinarse todo lo demés"; se sefialé el estado
deficiterio del periddico y se acordé: nombrar un
administrador permanente, dotarlo de uns pégina a-
greria, sumenter ¢1 material educativo en sus pégt
nas, y fortalecer le red de corresponseles de ori-
gem ebrero y campesino. Se decidié suspender Rebel-
ie en Guanajuato y hecer que eu meteriel se publi-
cara en El Machete y apoyar le edicién de Bl Iiber-
tador.
En mteria educative, tres sugerir le lecture obli- 122 -
gada de sigunos textos, de le historia del PO y
1a obligatorieded de leer El Mechete, se acordé
formar un departemento de investigacién y estad{s—
tica, y fortalecer 1s educecidn a escala nacional
y locel.® (139)
Como se ve, ya El Machete hebfe conquistedo centrelided
indiscutible en las taress educetivas, reflexivas, difusi-
vas y doctrinarics, Este periédico original, tel vez adlo
compereble con Regencrecién de los magonistes, se empefié en
le dificil teres de recoger y trenemitir los problemas, les
luches, le orgenizecién y le propegenda que los comunistes
tercemente llevaban @ cabo e lo largo y ancho del pats, (140)
Bien puede efirmerse que el principal instrumento de educa-
ciéa y de lucha ideolégica y doctrinaria comuniste de 1925
= 1934 fue Bl Machete; de sh{ que 1s ola represive desstada
en contra del PCM,
en el calliemo y sobre todo durante el -
maxinate, tuvo en le mira cleremente 1a destruccién de este
periddico notable. Ademés de le represidn y destruccién de
El Machete, tembién se impidis la difusidn de publicaciones
originsds: en le Internacional comnistec(“Y¢omo bien se—
Bele Peldez, no es fdcil establecer el inicio del perfodo de
le clendestinidead, pues el PCM précticamente desde su neci-
miento combiné las tareas 2 la luz del afa con las clendes-
tin:
de mal agtiero, particulermente en aquellas tereas que efec-
taben los intereses de las compafifes extranjeras; tel fue ol
caso de le Organizacidn de Sindicatos Mineros que irriteba
a 12 poderoee asanco. 492 embargo, es neceserio delimitar
€1 momento cuando los comuunistes ven cencelado cualquier
espacio de accién legal y deben p
la represién siempre volé sobre sus cabezas como ave
ra la eccién clendesti--13-
nided, Gnico medio eficaz pera amortiguer 1s presién perse-
cutoria. Bn Wéxico como en Centroamérice los represores es-
cogieron como blenco predilecte los libros, folletos, revis-
tes y periédicos; esto propicié el estrechemiento del espe
cio ideolégico y teérico. Los repreeores decidieron quemar
todo papel escrito que pereciera smenazedor @ peser de men—
tener @ sus pueblos sumidos en el snelfebetismo, la ignorsn-
cia y el oscurentiemo; ‘t4ékte de la historia, los sétrapes
recurrieron a les hogueras alimentadas por le letra impresa
pers asegurar el oscurantismo. No obstante, los reegos tur-
bios y viscosos que corresponden a los perfodos de grave —-
represién polftica y social, Revueltas en la multicitads con
versscién recueré@a la eficacia con la que El Machete desem—
peié cu tarea a peser de la condiciones adversas. “Adina
mo en au autobiogreffa, Revueltas explicé:
"No obstante mi juventud, el fundarse el pertido
comunista en 1919 me relacioné de modo directo con
€1. El hecho es el siguiente: mi hermano Fermin fue
fundedor de El Machete, junto con Diego Rivera, 0-
rozeé y varios pintores. Yo devorabs ese periddico
que se publicaba semanalmente; pasaba todos los df-
fs por el local del partido, ubicado en un lugar —
pequefie, compuesto por unos cuantos cuartos, en le
esquina de Nesones e Ieabdl 1a Catélica, y allf lo
lefa, al igual que otras publicaciones reveluciona-
vias entre las que habfa algunas de movimientos her
manos, como el de Niceragua: le defensa de Sandino
y Roa; por supuestoyo era un sandinista apasionado,
pero no me etrevi a pedir mi ingreso, porque se he-
efa que yo era muy chico y me iban a salir con bur=
las o algo por el estilo. Fermin ya era mienbro my
especial. gno? Todos los pintores decfan serlo, sélo
que no eran de cernet ni de cédule, ni nada que se
le pareciera.®(145)- 14 -
Ciertamente, después de 1925 les condiciones para impul-
sar desde el PCM el estudio y difusién del marxismo clésico
(Marx-Bngels) se tornaron muy diffciles y el mismo marxismo-
leniniemo encontraba cada vez més angosto el curso necesario
para su difusién, Desde esta perspective es posible ubicar
histéricamente ls afirmacién de Revueltas sobre el atreso i-
deolégico. Por ello, ademés de plantear el contexto histéri-
co que favorecié el retraso ideolégico, igualmente conviene
matizar que dicho reterdo obedecié en parte a rasgos y deci-
siones polftices del PCM, asf como a la persecucién y al re=
zego social y cultural prevaleciente en México. Asimiemo con-
viene plantear que a pesar de todos estos obstéculoe fue po=
sible establecer un instrumento de expresidn deol6gica, po-
lftica y cultural que tuvo honde repercusién en la fornacidn
del escritor duranguense, En otro momento de esta investiga—
eign se expondrdé le manera como influyé en Revueltes el perié
@ico. De acuerdo com sus propias palabras lo*devorabé? Medien
te el andlisia del contexto histfrico y de le influencie que
tuvo este periddico relevante en ol escritor revolucionarioy
pueden establecerse ciertos matices a propésito de 1a penurie
ideolégica; si bien es cierto que las obras de los clésicos,
Werx y Bagels, apenas se conocfen, tembién es cierto que sur-
gid un periddico cuyas orienteciones marcerfan 1a obra de Re—
vueltas, influyendo durente lergos efios tento en le éptica -
como en ls crativided que imprimié a sus trabajos,
Ia precisidn sobre el asunto de le escasez ideolégica en
1s aéceda de los veinte e inicios de 1s de los treinta, no -
conviene restringirle al dmbito del PCM. En efecto, no es pom- 125 -
Sible descuidsr que el impacto de la Revoluciéa de Octubre,
eunado 8 las trediciones anarcosindicalistas y liberal demo-
erético radicales vinculadas a 1s revolucién mexicans, tor-
neron la mirads hecia el pensamiento sociealiste. La necesi-
dad de conseguir bibliografia de los clésicos del marxismo
transpuso emplismente ® las corrientes comuniates y bolche-
viques. La orisis econémica mundial, la creciente actividad
sindical y el trabajo riguroso y discreto de importantes in-
telectusles marxistas extranjeros, comunistes circunspectos,
influyeron en quienes habrien de ser “marxistes instituciona-
les" o “marxistes legales" como dirfa Lenin. Tal fue e1 caso
de Vicente Lombardo Toledano, Victor Manuel Vllesefior y Nar-
eieo Bassols. Barry Cerr explica cémo Alfons Goldschmidt con—
tribuy6 a le formecién marzxis'
elésice de importantes perso
najes, como Bassols, Lombardo Toledano y villesenor. ‘246 )gora_
schmidt fue un emigrado de lengua slemana cuyo nivel teérico
y académico, en el terreno del merxismo clésico, estaba muy
por encima del prevaleciente en Méxicoy esto se compruebe al
estudiar los Cursos de iniciacién merxiste, em loa que é1 a-
parece como codirector 61 lado de H.Duncker y K.A.Wittfogels
estos cursos fueron publicados en Eepaie por la editorial
CENIT @ inicios de los tfios treinte en una coleccidn dirigida
por Wencesiao Rocos.(*ddiascnmiat fallecié en le Ciuded ae
México en 1940, el periddico del PCM, La voz ae México A482e_
6 le noticie. Pn ese mismo afio apsrecié publicado un libro
suyo que se convirtié en un ¢lésico de le cuestidn agreria me-
xicena: El desarrollo campesino on México; le bibliografia de
este trabajo demuestra cémo desde mediados de los aflos veinte
(1925) este autor publicé en Alemenis investigaciones sobre-226-
cuestiones mexicanas; de este modo Goldschmidt manifesté el
interés que posteriormente se habrie de convertir en una —
constante de los emigrentes de lengua alemans, ellos siempre
detuvieron su mirada en la cuestidn agreria e inaf gens, (389)
este modo, el mismo afio que vid fellecer al profesor marxis—
ta, también miré le publicscién de su libro Wltimo. asf term,
né el largo periplo de quien desde 1924 bused sbrazear causas
mexicanas. Rn efecto, en los primeros custro niimeros de El
Machete, Goldschmidt perticipo como colaborador el ledo de
Bertram Woife.(9°n coneecuencia, si se hace un esfuerzo
por reconstruir ia época, el lenguaje, 1e cultura, etc. con-
viene reconocer el lergo compromiso de este tedrico, quien no
reusé scepter teress ten comple jes como colaborer en le edi-
cidn de este periddico y al mismo tiempo impulsar en el medio
intelectual de la época el estudio del marxiamo cldsico. Una
mirade més a este asunto permite comprender les razones que
empujaron el joven Revueltas @ “devorer” El Machete; "El Pi-
logo" permitié le expresiéa de espfritus creadores, como los
de Diego Rivera, David Alfaro Stqueiros, Greciele Amador, Gold
schmidt, Permfn Revueltas, ete., ellos nunce sbandonaron el
esfuerzo por fomentar la superacién pol{tica, intelectual y
cultural de los treba jedores més humildes.
Lomberdo Toledano tembidn extrafié las obras del marxismo
eldsico, 61 describié le baje calidad de los treducciones —
fragmenteriges del Manifiesto Comuniste y El Capital; eso era
lo que se encontraba en el mercado librero mexicano a princi-
Pios de los afios veinte. Ademés explicé su inquietud filosé-
fiea inseciable, 1a sebidurfe de Caso y 1a filosoffs frence--2RT-
88 que penetrabe les capas mds importantes de le intelectus—
idea de. esos efios..No colmaban un cuestionamiento esencial:
QPare qué sirve la filosofia? Bsta pregunta peradégice bien
pudo parecer superflus y al miemo tiempo vigente en e1 México
violento y bérbaro que el joven Lomberdo conocfa de ofdes,
lectures, pero sobre todo por sus propios ojos. De este modo
presenté el pobleno, las condiciones que obligaron e su mira=
aa a trasponer el horizonte establecido por el predominio de
la filosoffa del maestro Caso. Brincer e1 Rubicén a le mane
ra de Lombardo significé le bisqueda detenida y minuciosa;
el joven filésofo debié sentir v-rdedere urgencie de ensan-
char su acervo bibliogréfico; asi, no se sabe si recordando
a José Mert{ decidié construir le vfa de le revolucién por ca
minos de papel, aunque pera ello debié emprender le terea pro
metéica de suscribirse a librerfas de Nueva York, Londres y
Paris. ,Cudnto demorarian los libreros europeos y norteamerd
canos en satiefecer los pedidos del joven Pildsofo? "Adio
mediante les palabres del propio Lombardo es posible compren~
der el poder de una urgencia espiritual, asf como 1a pacien—
eda de le que debié ester dotado:
“gla historie de Héxico se hab{fe forjedo contre
ls verdad, por un pueblo equivocedo y por los me-
jores defensores y exponentes de sus anhelos, tem
bién victimas del error? 40 le filosofia sdélo gae
lerdéq pare unos cuantos seres cultos que querfan
permanecer el margen de 1e vida real, y no instru-
mento ideoldgico pare mejorar le existencia humene?
No fue fécil pera mi, al principio, der respuesta
8 éstes y 9 otras interrogeciones; pero llegue a
le conlusién, a1 terminar mis estudios, de que de~
bfa continuar con ehinco mi preparscién filosdfica.
2En dénde haller les obras de Karl Merx y Fred- 128 -
ric Engels? En México no les habfe. En espsfiol,
sélo una treduccién terriblemente male de slgunos
ceapftulos de "El Capital" y el "Manifiesto Comunts
ta", que pedf al extranjero. Aproveché mi primer
viaje 8 los Estedos Unidos y a Buropa, en 1925, y
logré sbrir una cuenta en algunas de las principa
les librerfes de Nueva York, Londres y Paris, que
me proveyeron de la literatura que necesitabs. Co-
menzeron entonces, otra vez, los afios de estudios
intensos, y descubri le filosoffa del materialis-
mo diaidetico, que me produgo el impacto de una
ventene cubierta por cortinas que de repente se a=
bre de per en par e inunda el aposento que oculta—
ba con 1a intense luz del Sol y la frescure del ~
aire libre.
Asef pasé de la filosofia idealista-espiritualis-
ta a le filosofia mterielists, unida al método —
dialéctico como instrumento pare conocer le esen-
ia de las cosas y no sSlo sus manifesteciones. Pe
vo aprend{ algo trescendentel que me llené de in-
mense clegria: comprendf que la filosofia no 8dlo
es conocimiento de le realidad, sino medio para —
trensformarla. De este modo se enriquecié e1 ho-
rizonte de mi propio ser y halld pare siempre mi
sitio en el mundo; el de un militente de la revo
Qucién que debe liquidar le explotacién del hombre
por el hombre y concluir con 1s querella milenaria
entre el hombre y 1a naturaleza."(152)
Estas lineas facilitah la comprensién de una necesided
poco usual: le filosof{a como urgencia vital, como accién.
Ciertemente a Lombardo le habrfa reeultado dificil acepter
hasta aénde su cemino @ le filosof{a como arma transformado-
ve (Werx, Tesis sobre Feuerbach; Tesis XI) le fue allensdo
por las ensefienzas del maestro Caso y por le propie filosofia
vitelieta, de refz francesa, abelerdo Villegas discute emplia
mente le problemética filoséfica que medié @ lo largo de la
rupture de Lombardo con la filosoffe predominante en los me-- 129 -
dios intelectusles de 1a época; sin embargo, este especia~
liste se cuids del seduccioniemo y explica céme tembién es
posible advertir una profunde contrediccién generacional;
de este modo ubica histéricemente los aspectos de le ruptu-
re entre Lombardo y Caso. (153)
Estas cuestiones proporcionsn les tonalidedes sdecuadas
para pensar las reflexiones de Revueltas sobre el atraso i-
deoldgico del PCM. Ast, desde Lombardo Toledeno, erftico -~
constante del PCM, puede apreciarse que no era un problema
sélo del POM, sino del propio desarrollo de le cultura mexi-
cana de le dpoce. Ademfs no puede descuiderse el peso y la
significacién contenida en el orfgen social, Un conjunto de
condicionantes fevorables feciliteron a los marxistes insti-
tucioneles, beber en las aguas de la bibliografie internacio-
nal europeoccidental y norteamericana, asf como escuchar pro
fesores de talla internacional como Goldschitidt. En cambio
los comunistas provenfan de otrd latitud social, esto se a=
precia en los detos biogréficos de Benita Galeana, Valentin
Campa, Miguel Angel Velazco, Hernan Laborde, Jorge Pernan-
dez Anays, Rafael Carrillo Azpeitie, Dionisio Encina y, por
supuesto, el mismo Revueltes, quien a diferencia de Lomber-
do, su primer vieJe el exterior fue a les Isles Marfes, (254)
hora, deben ser examinados aspectos del perfodo que corres
Ponde @ los afios de 1933-1940. De acuerdo con le opinién de
Revueltas en estos affos se produjo un acelerado proceso de di-
fusidén de literetura merziste, Esta afirmacién de Revueltas
se ajusta més fdcilmente a le realidad histérica, pues le in-
vestigacién permite apreciar que durante esta etapa, desde —~- 130 =
distintas perspectives merxistas fueron publicedos libros y
revistes. Corresponde a una investigacién exaustiva sobre
estes cuestiones ofrecer un panorama detallado de lo ocurri-
do. Por ello aquf sdlo se exponen algunas ediciones y publi-
caciones relevantes mediante les cusles es posible ejemplifi-
car el escensrio bibliogréfico que presencié le publicedién
precursora de Manuscritos Zconémico-filoséficos de 1844.
Ciertamente e1 incremento de 1a edicién, difusidn y cir-
culecién de les ideas marxistas se vis fevorecida por la con
currencia de importantes fuerzas culturales, sociales y po=
liticas, entre elles destacen las siguientes:
@) Bl ascenso y consolidacién del nacionalismo y del car
denismo; ascenso de les luchas agrarias y obreras. (155)
b) Ia acogide que el gobierno mexicano dié 9 numerosos in
telectuales europeos y sudamericenos, le mayorfe influencie—
dos por el pensemiento marxista, (156)
¢) La definicién de Lombardo foledeno, quien termind por
aceptar la filosofis msrxista como el horizonte cultural de
le época.
4) El ascenso del fascismo.
) a creciente influencia del marxiemo en los Estedos U-
nidos, misme que se edvierte en las obras de filésofos ten
importantes como Hook y Selsam; este hecho repercutié en —
destacados intelectuales mexicanos: Villesefior, Lombardo, —
Silva Herzog, Bassoie!?*Zdmora, 1Z8)mismo 1a diseminacién de
folleterfa en lengua inglese filtrg algunos espscios de los
medios cultureles mexicanos; tales fueron les casos de las
colecciones editadae por International Publishers de Nueva-131-
York; Workers Librery publishers de Nueva York; New Masses
le Nueva York y Party Organizer, publicacién del Comité —
Centrel del Partido Comunista de Eatedos Unidos.
f) La influencis el marxismo en Ingleterre misma que se
advierte en fildsofos y economistes ten importentes como —
John Lewis, Maurice Dobb; este hecho tembidn influy$ e inte
lectuales mexicanos. Sorprende saber que la edicidn londi-
nense de Vfctor Gollencz, The Left News, circulé en México
@ fines de los afios treinta; mediante esta publicecién le
intelectuslidad, marxista mexicana pudo conocer bibliogrefia
briténica reciente. (159)
&) Cambios importantes en la polf{tica de la Internacional
Comunista: en el VII Congreso aparecen clares definiciones
filoséfices; el trabajo de Manuilsky sobre Engels es ilustra—
tivo de este compromiao f1loeéfico. (26°)
h) Surgimiento de editorisles y distribuidoras a lo ler-
go y ancho de América Latina, esteblecieron relaciones y —
vias de intercambio, desde la Ciuded de México haste Santis-
go y Buenos Aires. Frente Cultural fue una de estas editorie—
les imbufdas de espfritu internacionalista. Almeyda ha expli-
cado 1a recepcidn de bibliografia desde “La Capital azteca";
recientemente Bagi describié los obstdculos que debieron ven-
cer quienes lograron impulser le circulecién bibliogréfica en
América Latina cuando hab{e series limiteciones para la com~
nicacién. (161)
4) Aun editoriales préximas #1 gobierno como el Fondo de
Cultura Econdmica, emprendieron le terea de divulgar obras
de Marx, es{ como estudios sobre marxologfa. (162)- 132 =
4) El eurgimiento y/o consolidacién de periédicos, revietes,
editoriales, tan relevantes como: El Machete, Populsr, Futuro,
Editorial américa, Zdiciones Frente Cultural, etc. Estas ini-
cistives cultureles dejaron huelle profunde en ls formscién
cultural de Revwueltes.
Ha sido posible leer uns serie de informes policiscos de la
€poca (1931-1933). Sorprende el esmero y sgudeza de los agentes
policiacos destinados a vigilar, resumir, eveluar y reporter
las actividades de los comnistes o de quienes ellos imagine-
ron que lo eran, Ios infornantes analizaron detenidemente el
peso de les “ideas rojas", le dirusidn creciente de las mismas
y su posible arraigo entre las masai
Nunca dejaron de repor-
tar el cento que acostumbraben entonar los commistas: "Le In-
ternacional",
De este modo los agentes policiacos fijaron su atencign en
la persecucién de las “ideas rojas", conociendose casos de =
este hostigemiento ideolégico = lo largo y ancho de 1a Repi-
blica: Chihuahua, Veracruz, D.P., Yucatdén, Los intelectuales
fueron vigiledos rigurosamente, sprendidos y reclufdos en —-
prisién, Juan de le Cabada, Germén List Arzubide, José Zapa-
ta Vela, Enrique Gonzdles Aparicio, entre otros, figureron
en los reportes policiacos, detenidos o vigilados rigurosamen-
te. En esos afios (1931) la ley Federal del Trabajo inicié su
vigencie; de ehf que los vigilentes policiacos hayan estimado
de gran importencie asistir a los cursos de Derecho Leboral
ée José Zapata Vela, quien como Gonzéles Aparicio y luego Pa-
vén Flores serfan precursores del litigio leboral al servicio
de los trabajadores. Como habré de leerse en eats investiga—-133-
cién, los Bapate Vela se mantuvieron relecionados con-sindi-
catos y con 1a difusién del pensamiento socialiste y marxis—
ra, Tal vez por estas razones los agentes policiacos reporta=
ron de manera tan detenida las actividades docentes del sbo-
gado laborists José Zapata Vela. Por {ltimo, no felten jove-
nes peuperizsdos, otros no tento, estudiantes, también ellos
figuraron en los informes policidcos, son los mismos que apa
recen en las rememoraciones de Benita Galeana, Siqueiros, —
Revueltas: Dorantes, Vadillo, Sdnchez Cd4rdenas, Martinez Ra~
mfrez, Benita Geleena, Tembién fud vigileda y detenids quien
Liegerfa a ser le espose de Velent{n Compa, Consuelo Uranga, (163)
Los comunistas y socielistes vivieron experienciss seme-
jJantes a las que conocié el joven José Revueltas: persecucién,
destierro, pobreza, enfermedad, etc, Generalmente respondieron
de la miema maners que el duranguense: armados de valentia,
tenacided, decisién y espfritu combativo, no ce jeron en sus
propésitos. Esta disposicién puede ser captada mediente les
opiniones de los agentes policiacos e informantes. Ellos per-
cdbieron, aunque no de una menere coherente y ordenads, que
esteben frente a una generacign decidide e inflexible en sus
principios, dotada de iniciativa y espfritu de lucha.
Si se atiende a las observeciones de estos vigilentes a-
gudos y perspicaces se verd que en muchos sentidoe el duran-
guense no fue excepcional, tempoco por volunted propia "car—
ne de presidio", como lo hen querido ver algunos comenteristas, (164)
és bien fue un militente extraordinsrio por su precocidad e
inteligencie; sin embargo, su singuleridsd adquiere cabal di-
mensién si se considera el lergo aprendisaje derivado de la-1s4-
préctice de los militante que ¢1 conocié durante su juventud.
Su compromiso con el marxismo también se fragudn en los afios
treinta, pues a contracorriente de le represién fisica e in-
telectusl, en 1933 se mostré uns verdedera eclosién del pen-
semiento marxists. Para ilustrar espectos de este eatallido
cultural, se enotardn les caracterfstices de algunos libros
¥ publiceciones de 1a época. Conviene destacar que de ninguna
manera puede proponerse una revisién exhaustiva, pues rebesa~
ria los limites de este investigecién. Por ello, se ha deci-
dido exponer las carscteristicas de libros, folletos y revise
tes que de elguns forma tuvieron relacién con la formacién y
le experiencia intelectual del lector spasionsdo que fue Re-
vueltas.
NOTAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
(1) Bxpreso mi sgredecimento @ David Moreno Soto, Profesor de
la Facultad de Eeonomfa, UNAM, quien después de muchos meses
logré cumplir una promesa diffcil: poner a mi alcance 1a ing
sible edicidn del joven Marx. Por si lo anterior fuers asunto
de poca monta, 1s fotocopia que puso a mi servicio correspon~
de a un voliimen de la edicidén originel que pertenecié a José
Revueltas. Este circunstancia afiadié une cuslidad: conocer —
es snotaciones, llemadss de atencién y subrayados, De auerdo
con la distancia exigids por le investigacién, fue cote jeda
le letra de las anotaciones y reflexiones revueltienas con
la reproduccién de manuscritos inclufdos en el “Dossier elabe-- 135 -
rado por E.Esealante. Rn efecto, dicho apéndice contiene i-
négenee de los escritos iniciales del durenguense; por ello,
sin recurrir e grefélogo experto es posible aceptar mediante
le comparacién de le letra contenide en este "Dossier® con
las enotaciones apsrecidas en las péginas de le multicitade
edicién, Tel cote jo permite confirmar que se ha podido acce-
der a uns fotocopie de le inasible edicidn, cuyo original
pertenecié a Revueltas y fue anotado por 61. Para el"Dossier”
véase: Bvodio Escalante (Coord.), José Revueltes, los Dias
Edicién Critica, CONACULTA, Col. Archivos, V.15,
México, 1992, "Dossier", “Primeros esbozos manuscritos", pp.
325-332.
Terrensle
(2) Revueltas explicé cémo 1e edicion de los Nenuscritos
se hizo en México s principios de los afios treinta; al esta.
blecer las ceracterfstices de la versién y quiénes fueron —
los tfaductores, Revueltss incurrié en algunas imprecisiones;
de sh{ que los editores de las 0.¢, vieron la conveniencia de
ajustar los dichos del escritor:
“En realidsd, Eeonomfa_Tolftica y Filosofia
no puede haber apsrecido antes de 1937, pues
en los eréditos de esa primere edicidn se lee
que ls traduccién al espafiol se hizo de acuerdo
con la edicién elemana (1932) y le versién fran
cesa de 1937. Y de hacho, al consulter le pren—
se de esa época, pudimos comprobar que el libro
salié a le venta ® principios de 1939 (en enero
o febrero), Por otra parte, no aparecen en los
eréditos sino los nombres de José Herari y Ali-
cie RUhle Gerstel, esposa de Otto Rthle; este
habia huido de Alemania a raiz de la subida al- 136 -
poder de Hitler en 1933; se instalé en Mexi-
co, donde murié en 1942; sin embargo, efecti-
vamente es muy probeble que participara en le
traduccién al castellano de los Manuscritos."
Cfr. I.R., Dialéctics de le conciencia, ya cit., pp. 40, 99,
245 y 241, respectivamente, Revueltas mostré conocimiento
e interés por el joven Marxy al menos desde 1936; Las Evoce-
ciones...II, ya cit., p.1ll. Posteriormente, ya en los afios
setente, Revueltes expresé la influencie permanente que en
€1 ejercig el joven Marx. Cfr. Evocacioties...II, pp» 206,
228,229 y 244.
(3) Los escritos *e Engels circularon en México en francés,
avin aquellos voluminosos, por ejemplo: "OBuvres completes
de PRu.Engels, La Situation des classes laborieuses en Angle-
terre. Traduit Par Brecke et P.J. Berthaud, Paris, Alfred Cos
tes, Editeur, 1933. El lector podré advertir en péginas pos—
teriores de esta Investigacién, la importancia que tuvo le
editorial Alfred Costes, pues durante los afios veinte y trei-
ta esta impresora parisina difundié ectivamente as obras de
Marx-Engels y otros teériaos socialistas. Asimismo treducto—
res mexicanos establecidos en México, como Armen Ohenian y
Eva Rodriguez Cebo, virtieron del francés les publicaciones
de le Universided Obrera de Paris, es el caso de Principios
Blementales del Merxiemo, editado por la LEAR, México, D.F.,
5/f.
(4) Cerlos Marx, Economfa Politica y Filosofia, ya cit., "no-
ta del editor", p.9
(5) En el directorio telefénico de la Cd. de México, figuran
los nombres de varias personss cuyo apellido es Heraris no-137 -
fue posible establecer comunicacidn con algune de ellas. Cfr.
Directorio Telefdnico, Cd. de México, 1991, p.618.
(6) Domingo P. de Toledo y J., México en la obra de Marx y
Engels, Bd. PCE, México, 1939. Los editores anotaron: "La
recopilacién de los textos de Marx y Engels que aparecen en
el presente trabajo—asi como su traduccién castellane, en
caso pertinente, y las notas preliminares que los comentan—
la ha hecho Domingo P de Toledo y J. La seleccidn de las
cartas fué realizada por Alicie Gerstell Rtthle y su traduce
cidén del francés (Correspondance de Marx-Engels, edicién Cos—
tes, Paris 1931-34, 9 vols.) por warfa Teresa de Nérquez. La
autenticidad de los otros textos se indica en el curso mismo
del trabajo." Mediante esta note editorial es factible corro
borar 1s efirmacién de Mariana Frenk-Westheim, quien expli-
c6 el conocimiento que tuvo Alicia Rthle-Gerstel del francés.
Adends la nota revela el contacto de esta traductora con les
versiones de Marx en francés, las de la editoriel Alfred Cos-
tes.
(7) Debo expresar una vez més mi agradecimiento e Mariana
Frenk-Westheim por sus atenciones, En ocasiones no fue posi-
ble la entrevista personal; no obstente accedid a converse-
ciones telefénices prolongedes, tal fue el caso de les conce
dides los dfas 21 de Abril y 3 de Mayo de 1995. A peser de
su avanzada edad, 1a Sre. Frenk-Westheim conserve una memo-
rie privilegiada; sus juicios brillantes y vigorosos orien-
teron espectos importantes de este investigacién.
(8) Escribié Revueltas su respuesta al articulo injurioso de= 138 =
Gerfa Trevifio:
cado en le plena editorial de Excelsio:
A qué van a Rusia los estudiantes?", publi-
En su escrito Revel
tas se deslinda de cualquier responsabilidad o complicided
en el case Evelio Vadillo, notable militante comuniste mexi
cano, desaparecido y/o encercelado o/y comisionado en misio=
nes peligrosas y clendestines en la Unién Soviética, durante
largos afios..Revueltes ciertamente tuvo relecidén con el jo-
ven comunista Vadillo, durente los afios treinte, de la misma
manera que otros militantes lo conocieron. Gfr. Evoceciones
II, ye cit., pp-147-150; Evocaciones...I, ya cit., pp.40
y 328. El enigmffico Vedillo compartid, a fines de los afios
veinte e inicio de los treinta, la represién carcelaria con
militantes tan destacados como Benita Geleana y David Alfa
ro Siqueiros. Cfr. Benita Galeana, Renita, Ed. Estempordneos,
Tercera Edicién, 1974, pp.162-163. David Alfaro Siqueiros,
(emorias), Me llamaben el coronelazo, Ed. Grijalbo, México,
1977, pp.281-282. Rodrigo Garcfe Treviiio el 13 de Octubre de
1938 dicté 1a conferencia: "Los problemas de 1a lucha por
le paz", en la Escuela de Economia, invitedo por le Sociedad
de Estudiantes Warxistas de la Escuela Nacional de Economia.
Inme@iatamente la misma Sociedsd edité un libro: El Pacto de
Munich y le Tercera Interna:
nai,(Una_conferencia y Cuatro
Articulos, Ed. de le Sociedad de Estudiantes Warxistas de
la Escuele Nacional de Economie, México, 1938, Antes de la
publicacién de este libfo, dicha conferencia ye habia susci-
tedo le polémica; asf, Ia Voz de México, periédico del PCM,
de feche 14 de Octubre de 1938 y 15 de Octubre del mismo aio,
refuté les aseveraciones del profesor de la Escuela Nacionel= 139 -
de Economfa y de la Universidad Obrera. Fl periédico comunis
ta lo acusdé de trotskista, pues sin lugar @ dudes el libre—
ro activo repitié plenteamientos de cuiio trotskista, No obs
tante, como La Voz de México reaonocié, el profesor michoa-
eano hizo erfticas severas a los trotskistas y a la IV Inter
nacional; de este modo aparece el profesor de la Universidad
Obrera como cardenista-marxista, ni trotskista ni comunista;
eso si, enjuicié severamente a la URSS, 8 la Internacional
Comunista y a los Partidos Comunistas; con el tiempo y nue-
ves relaciones, Garcia Trevifio profundiz6 "su jnescrupulosa
conciencia enferms por la fobia anticomunista" —como escri
bid Revueltas—= al publicar: La ingerencia rusa en México iv
en Sudamérica, Bd. América, México, 1959. Sea de ello lo que
fuere, lo cierto es que esta editorial siguié publicendo dos
aécadas después de le aparicién de Carlos Marx, Economfa Po-
lftica y Filosoffe.
(9) El director literario de Editorial América, tanto en le
conferencia "Los problemas de la lucha por 1s paz", como en
sus articulos: "Zl Frente Popular en Francia y en México",
Revista Pufig de Hierro (10 de Febrero,1938)
Querras modernas", El Populer (29 de Septiembre, 1938); "El
imperialismo y la guerre", El Populer (30 de Septiembre, 1938),
mostré una posicién antirusa, Nétese, que por lo menos desde
Causas de las
1938 haste la publicacidén: "La ingerencia ruse en México y
Sudemérica" (1959) casi siempre prefirié usar le disignacién
“ruse y ruso"’y no sovidtico, Como se sabe esto tiene signi-
ficacién polftica. No obstante, quien fue profesor de le U.0.M.
escribis:-140-
“Le Tercera Internacional tiene su pasado glo-
rioso, que debe ser recogido integro por la re
volucién, En une época salvé la herencie tesri
ca del socialismo y modelé esa formidable reali
zacién que se llema Revolucién Soviética. Por
su glorioso pasado, entre sus. miembros de file
estd 1s flor y nate de los obreros revoluciona
rios. Suceda lo que suceda, con estos elementos
cuente la revolucién, wds ain, ellos serdn los
que en compafifa de los dirigentes y trabe jado-
res avengados de todas las tendencias y bande-
rias sindicales y politicas salvardn el] mundo
del caos y edificardn el socialismo.
Sobre le Cuarte Inernacional, poco hay que de-
eir.Cuando se conoce o se ha sentido en la pro
pia carne el veneno de calumnias como las que
se han narrado, no se puede creer todo lo que
dicen los autores de elles. Sin embargo, la bre
ve activided que el grupo de la Cuarte Interna
cional he deserrolledo en nuestro pafs, ha si-
do objetivamente contrarrevolucionaria. En le
luche contra el alza de los precios , este gru-
po preconizé la accién desorganizada. Si sus
prédicas hubieran sido acogideas por las masas
se hubieran obtenido resultados definidamente
contrarrevolucionarios. En la cuestién del pe-
tréleo sucedié algo somejante, que yo he criti
cado con france crudeza en la Revista"Futuro”
(Note: R.Gercfe Trevific, La EXPROPIACION DEL
PETROLEO A LA LUZ DEL MARXISMO, En la reviste
FUTURO, meyo de 1938. (En el niimero 18 del pe-
viédico IV INTERNACIONAL, érgano de le Lige co
munista Internacional, se contesté textualmen-
te al citedo articulo calificando al autor de
"filisteo...que toca las puertas de Stalin"...
"pretendido magister del marzismo" y diciendo
que “los titulos de contrarrevolucionaria y de-
rrotista que Trevifio aplica a nuestra linea son.
una repeticién de las celumnias stalinianan:..")
Ultimamente en le Revista llamada "Clave" se han
cometido serios errores de factura extremista
¥ por ende contrarrevolucionaria. Entre ellos-Ml-
se destece la identificacién del papel histé
rico que juegan todos los gobiernos de América
Istins, desde el de Cérdenas hasta el de Bena~
vides ‘Nota? EL DESARROLLO DE AMERICA LATINA,
Proyecto pere una tesis sobre América Letina,
En la revista CLAVE, Mim. 1, Oct. lo. de 1938,
Pég. 49, Ia linea de 1s Cuarte Internacional
en México es semejante, en una palebra, al ex~
tremismo infentil y contrarrevolucionario, con
trarrevolucionario por infantil, que ceracteri.
26 2 los jefes del Partido Comunista de México
hace afios. Y este extremismo no se aplice a les
cosas de México nicamente, sino también y so-
bre todo 2 las de la Unidn Soviética™.
Cfr. El Pacto de Munich..., ya cit. pp.34-35; aquf excepcio—
nalmente R.G.T. usé 1s designacién Unién Sovidtica al criti-
car @ los trotskistas.En relacién al uso de les denominsciones
Rusis/Unién Soviética, es cierto que durante les décadas de
los aflos veinte y treinta fue frecuente que los mismos perié-
dicos comunistas emplearan el vocablo ™
sie". Después duren=
%e le “guerre fria" 1a designacién "Rusia" en vez de Unién So
viética estuvo cargada de contenido. yPuede haber crftica —»
més filosa pera los trotskistes que la consistente en califi
carlos de comunistas anticuados? La solucién para RGT en 1938
estaba en volver a les fuentes originales, Marx y Lenin, en
pos de le construccién del Partido Mundial del proletariado
¥ en epoyo 81 cardenismo y a la Revolucién Mexieene. Aun en
e1 mar de contradicciones que ceracterizan los textos de R.G.7.,
no olvidé usar como epigrafe del prélogo una pasaje de Engesi,
tres afios despuds del discurso de Manuilski:"Engels en le lu-
cha por el marxismo revolucionario" (1935), en el VII Congreso
fe le IC. Por cierto todo se puede decir menos que R.G.T. es
‘tuvo desinformado, sorprende le rapidez con que recibié y le~
yé L'Humanite y otras publicaciones parisinas empleadas para- - 142 -
sus andlisis.
(10) Cér. Victor Alba, "Los emigos de los comunistas: algunos
ejemplos curiosos", en Problemas del Comunismo, Nim.1, Enero-
Febrero, 1961, The Editors, Problems of Communism, United Sta-
tes Information Agency, E.B.U.U. de As, pp.21-28.
(11) En el mimero 143 de 1a revista Nexos fue publicado un —
fragmento de le biograffa que Alvero Rufz Abreu escribié sobre
José Revueltes, "El apostolado de José Revueltas". Fue selec~
cionado un fragmento donde se exponen aspectos de la relacidn
de Revueltas con Evelio Vadillo. Posteriormente H.Aguiler ca—
min, director de le revista, "escribid un relato ficticio, —
bajo la forma de testimonio, sobre José Revueltas y Vadillo,
titulado"El camarada Vadillo", publicedo en Nexos 147. Despudw
esta revista consiguié las investigaciones que sobre el desti-
no de Vadillo emprendié Adolfo Zamora quien segun Nexos fue
"compafiero de Vadillo en le Universided hacia los afios 1932-
1934"; Nexos olwidé agregar que el abogado Zamora es el her-
mano de Francisco y que Olivia Gall explicé en su estudio “Tros
ky em México que Adolfo fue amigo y cercano coleborador de —
Brostein, (pp.45,74, 250), El interés de este revista le llevé
@ publicar un escrito de Rodrigo Garefa Trevilio redactado a
raiz de le conferencia de prensa ofrecide por Vadillo a su --
regreso de la Unién Sovidtica, Un Méxicano perdido en Rusia,
“debié publicarse en @lgun periddico mexicano, en Noviembre
de 1955, pero la Hoover Institution lo tiene mecanografiado".
No hay duda de que R.G.2. fue escritor incansable. Rodrigo
Gercfa Trevifio, "
In mexicano perdido en Rusia", en Nexos No.
156, pp. 14-19. La lectura de este trabajo confirma la opi-
nién que Revueltas tuvo sobre Garcfe Trevitio y ak mismo tiem--MU3-
po permite contextuelizar la caracterizacién que hizo esta
revista del duranguense, "El apostolado de José Rewueltas",
(12) Datos biogréficos sobre R.G.T., 0.Gall, Trotsky en Néxi-
£0, ya cit., pp.86,87,88, 365. Conversacidn con Manuel Agui-
lar More, 11 de Junio de 1994;Rodrigo. Garcfa Trevifio, El pac-
to ya cite,
(13) H. Lefebvre, Qué es le dialéctica, Bd. La Pléyade, Bs.
Aires, 1975, trad. de Rodrigo Garcéa Trevifio. Ademés de le
dificulted que implica le treduccién de un texto filoséfico
hegelianizante, R.G.T, pudo treducir para una reconocida edi-
torial argentina; estos dos hechos mestran la calificacion
del michoecano,
(14) 0.Gall, ya cit., pp. 166, 175, 380.
(15) Cfr. 0,Gall, “Clave a tiempo", en El Buscdn, Nim. 13,
1984, pp. 162-176.
(16) 0.Ga1l explica que R.G.T. fue militente de la IV Interna
cional, seccidn mexicana en los afios cuerenta, Trotsky en Mé-
xico, ya cits, p.365.
(17) 0,Ga11 en otro escrito sostiene que R.G.T. nunca milité
en el trotskismo; asimismo explica que en las péginas de Clave,
“Una contritucién a le critica centrista", Trotsky criticé a
R.G.T. acuséndolo de no querer llevar haste las Sltimas conse-
cuencias las conclusiones de sus andlisis polfticos; sin ember
go, 1a autora anota cémo R.G.T. mediante sus antiguas relacio-
nes con el PCM, pudo pasar informacién importante para Trotsky;
cfr, “Clave a tiempo", ya cite, p.174.= 144 =
(18) Gonversacién con Manuel Aguilar Mora, 11 de Junio de
1994 y 9 de Agosto de 1995,
(19) Conversacién con Evodio Escalante, Ciudad Universitaria,
13 de Junio de 1994,
(20) Conversacién con Dr. Abelardo Villegas, C.U., 13 de Ju~
nio de 1994. En relacidn a "Congreso por le libertad de la
cultura" véase J.ly Orozco, "Los dos liberalismos del Siglo
XVIII en A.Villegas (coord,) Democracia y derechos humanos,
Col. Las Ciencias Socieles, Coordinacién de Humanidades, UNAM,
pp. 101-118.
(21) J.Revueltas explice que R.G.T. fue muy apreciado por
C.C.del Pom; Las Evocaciones,..II, ya cit., p.ol48.
(22) R.Revueltas, Los Revueltas, Grijelbo, México, 1979, pp.
139-140.
(23) "autobiograffa", en Evocaciones...II, ya cite, pp.269-270.
(24) Loc.cit.
(25) Bete aseverecién figura en el libro de Alvaro Rufz Abreu,
Joag Revueltas: Los Muros de 1a Utopfa, Gal y Arena, UAM-X,
1992, p.55. avin no es posible aceptar la seriedsd de esta a-
firmacién, pues el eutor Rufz Abreu ofrece como fuente a Rle~
na Ponistowska: “Entrevista inédite con J.R.", en La Cultura
en México, Mim. 744, mayo 11, 1976, peIX. No fue fécil loca
lizar este suplemento cultural, pues el autor omitié e1 nime-
ro correspondiente de la Revista Siempre (1193). Uns vez cote ja
da la fuente hemerogrdfica con el texto del libro de Rufz, se
vid que no hay correspondencie entre una y otro. Andrea Revuel,
tes escribid una carta pere seflalar una serie de imprecieiones-145 =
incluides en el libro de Rufz; véase A.Revueltes, "Algunas
precisiones biogréficas de José Revueltas, en Proceso, nim,
856, 29 de marzo, 1993, p.65. Convenarie agreger ésta que
aqui se anote.
(26) Manuel Rodriguez fue precureor del trotskismo mexicano,
Benite Geleene quien fuera su compafiera escribid cémo este
militante derivé hacia posiciones trotekistas desarroliadas
tanto en los Frentes del PCM como entre algunos militantes
del mismo partido. No obstante el estilo coloquiel empleado
por Galeana, en sus memories, plenas de buen humor, donde @
bundan episodios de la vide cotidiena, no menciona el apodo
de Rodrfguez, aunque sf narra la militancia trotskista de --
éste y su relacién con Diego Rivera. BeGaleans, Benite, ya
cit. pp.79, 127, 128 y 150. Gall presenta a Manuel Rodriguez
como una figure relevante en el proceso de formacién del —
trotskismo mexicano; no precise claramente si pertenecié o
no el PU, pues explica que, al menos de manera formal, no
Jo hizo, En cambio define la militancia de Rodrfguez en el
Socorro Rojo Internacional: Secreterio General; 0.Gell, frote-
kyen México, ya cits, pp.22 448,49, 56 457,60, 3526
(27) Una vez més la obra de Siqueiros he sido puesta en el
centro de la discusién en los medios pictéricos, nacionales
e internacionales. En efecto, a rafz de la exposicidn Siquei-
ros/Pollock-Pollock/Siqueiros en el Kunsthalle de Ditsseldorf,
29 de Septiembre-3 de Diciembre, 1995. Se he discutido la in-
fluencia del pintor mexicano en le obre del efemado artista
J.Pollock. Cfr. los escritos de Raquel Tibol, en Proceso mims,
989 y .996, 16 de Octubre y 4 Ge Diciembre de 1995, pp.70-71
y¥ 62-63, respectivamente. Esta exposicién hs puesto de nueva- 146 =
cuenta en el orden del dis le discusién sobre la relevancia
de la intelectualided latinoamericena de los aflos treinte.
Ademde de los escritos de Tibol, véase: G.Heupt, “Amériaa
como pre juicio: una mirede europea” y 0.Paz, "Re/visiones:
Ie pinture moral", en La Jornada, Semanal, neva época, nim
30, 1°,0ctubre,1995, pp. 5 y 6-7, respectivenente.
(28) Véase Les Evocaciones...I, ya cit., p.62. Siqueiros con
firmé, su relacién persistente con Fermin Revuelta. Cfr. we
Llamaban el coronelazo, ya cit., ppe 180,189,198,199, 202,
203,204,206,207,211,216,226,476,478.
(29) En relecién a 1a militencie de Revueltas en el Socorro
Rojo Internecional, Gall expone un pasaje del periédico de
dicho frente comunista pers insistir en su tesis del trots—
kismo juvenil de Revueltas; "En 1929 (José Revueltes) co-
menzé sus ectividades juveniles revolucionsries como simpe-
tizente de la Federecidén Juvenil Comunista, (...) Bntonces
surgi el:trotskismo entre muchos miembros de le PIC entre
los que fue arrestado Revueltes, concurriendo ® sus sesio~
nes y dedicdndose 9 leer @ Trotsky. Siguié aus actividades,
eeyendo preso numerosas veces, hasta que fue reclufdo por
cerca de ocho meses en el Tribunal de Menores (...) A su
salida renegé del trotskismo." (Defensa Roja, N.9, diciembre de
1934). Protsky en Uéxico, ya cit., pp. 56, 361.
(30) Jas _Evocaciones...II, ya cit., pp. 19, 289. R.Revueltes,
Los Reweltes, ye cit., pp. 123-133.
(31) Cfr. J.Revueltes, Eecritos Polfticos I, ya cite, pps 179
180. En "Autobiogref{a", J.R.enoté le importancia que pera 41-ur-
tuvo la lectura de El Machete, ss{ como el apoyo bibliogrd
fica que le brindé en la correccional el Socorro Rojo, Evo~
caciones,,.II, ys cite, pp.869-270,
(32) M.A.Velasco, La lucha contra el trotskismo en los sfios 30,
expediente obrero Nim. 4, ACERE, México, 1980. Por cierto; en este
trabajo de Velasco figure el inefeble Rodrigo Gercfa trevifio
eprovechando segun Velasco, su trattajo en la Universidad o-
brera para infiltrar le celule del PCM en Le Consolidsda, p.23.
(33) Cfr, B.Galeana, Benita, ye cit., pp. 145-246; sobre la -—
relacién con M.Rodriguez, vésse pp. 79,126,128 y 150.
(34) Ibia., contraportada, Se ha ueado le tercera edicién
de Extemporénes, 1974, Hests ese momento segufa figurendo
le reflexién de José Revueltas.
(35) Gall sostiene que B.Galeana fue integrante del primer
nvcleo trotekista en el séno del PCM. Bn opinién de esta av
tora tembidn Revueltas formé parte de este grupo, impulsado
por Rosalfo Negrete y Manuel Rodrfguez; Gall incluye la au-
tobiografia de Galeana como fuente informetive. Beto f1timo
sorprende, pues de maners express Galeana escribié lo siguien
te:
"Ya por entonces le habfa dado por el trotekismo,
Un dfa se me presenta cin Diego Rivera en mi ca-
sa, por Dr. Laviste. Como yo no conocia a sesie jan
te elefante, y ten feo, hasta me dio miedo de pron
to. Me dice Manuel: ine
Es el pintor de quien tante te he hablado,
Yo no sabia bien todavia las cosas politices. Em
Pezeron @ habler del famoso trotsky. Quien sabe
quign serd ese sefior, me decfa yo; se fue el pin-
tor. Yo ya estabe dormida; cuando se acosté mi —
compafiero le di je:~ 148 -
-iQué hombre ten feot
“Si, pero es my inteligente.
~0yes, y ese que le dices tu... el cabsllito
de Troya. gquién es?
~fe refieres a Trotski?...te quiero una acla—
vaciém, que yo no hable de ningiin caballito de
Troya...
“Bueno, es que no sé decir su apellido...
No sé cémo se pongan les cosss, porque me o~
cusan de trotskista me dijo.
~Y qué es eso? =le pregunté,
~Quiere decir que soy partidaria del sefor
ese que te dije que hebfa ganado la guerre en Ru
sie.
~Pues cémo se han de poner, si é1 luché por lo
mismo.
-No seas tonta, gno ves que ahora se peled
con Stalin?
~Pues yo no entiendo nada de eso...
Pero si ho se qué serdn los trotekistes,
~Uémo no, ef descubrimos que tu marido es trots
kiste.
~iCéme! Si 41 siempre esté conmigo y nunca fel-
ta a casa. Asi es que a mi marido no le anden aw
gregando esos vicios, que ¢1 nomfs el de les mu
Jeres tiene..." Cfr. 0,Gall, Drotsky en México,
ya cit., pp.56, 361 y B.Galeana, ya cit., pp.128-129, respec-
tivamente.
(36) ‘ge confirma mediante un pi 2a fe “tomado de de defense: Roja
el @istanciamiento de JR del trotekismo; el punto de vieta de
esta investigadora- coincide con lo que escribié Revueltas; en
elacién @ este acunto: ofr. Gall, Proteky..., ya Cite, p.56
_Y dR, Bacritos Polfticos ty ya cit., pp.179-180. También les
notas 29 y 31 de este apartado,
(37) Edith Negrin, estudio sspectos del lugar que tiene le
paradoja en le obra de JR: E.Negrin, Entre la peradoja y 1a-149-
gieléctice: une lectura de le narrativa de José Revueltes,
esis Doctorel, Facultad de Ciencias Polfticas y Sociales de
1a UNAM, 1989, Capftulo I.
(38) -Siqueiros narré sus desventures, conflictos y la misma
exclusién del Comité Central del PCM, originads por inumera-
bles cuestiones. Lo cierto es que de acuerdo e su testimonio
las diferencias fueron graves. Se trasladé a BUA residiendo
en dos Estados de fuerte influencia comunista, California y
Nueva York, Su actividad artistica dejé huella haste el pun
to que en la actualided, de nueva cuenta, ha revivido con la
polémica sobre la relacidén que con 61 tuvo Pollock, eu elum-
no de Nueva York, Cfr. D.Alfaro Siqueiros, ya cit., pp. 281-
282, 283 y 291-302, respectivamente; sobre la actu@lidad pic-
térica del murelista, ver nota 27 de este epartado.
(39) D.Algaro Siqueiros, xa cit., caps. XVI y XVII, pp. 317,
3786
(40) Sobre la relacién de Siqueiros con Negrete en México y
Espatia, ves Siqueiros, Op.cit., pp.279-284. En estes péginas.
e1 pintor explicé cémo compartié la prisidn con “siqueiristas®,
quienes habrian de basculer al trotskismo; los casos més rele-
vantes fueron los de Negrete y Pifié, Gall escribis un enélisis
pormenorizado del papel desempefiado por R.Negrete en le forma—
cidn del trotskismo mexicano; Gell, Trotsky en..., ya cit. cap.
Il.
(41) Siqueiros comparé 1a intencién y el trasfondo del apoyo
que los sovigticos y los mexicanos proporcionaron a le Repi-
blica Espafiola, Siqueiros, Op.cit., pps 357-358.= 150 -
(42) Siqueiros lucho con el fusil y le pintura tanto en el
mbito nacional como en el internacional, se desenvolvié eon
soltura notable. Hay numeroses sefisles que indicen cémo a —
pesar de su distanciamiento del PCM, estuvo vinculedo con
las altes esferas de la Internacionsl Comunista. Sélo asf se
comprende su activided en Sudamérica, en Espaiia y en Europa,
durante los afios diffciles de la aécada de los treinte, sin
olvidar su ectivided pictérica y polf{tica en EUA. D.A.Siquei-
Tos, Opecit., p.283. asf como en el terreno del arte, le obra
del mreliste sigue despertendo le poldémica (ver nota 27 de
este apartado); en el dmbito ée le historie politica ccurre
lo mismo. En relecién con el atentado a Trotsky, recientemen-
te se ham publicedo investigaciones donde muestran le fuerza
de les decisiones del pintor. As{mismo se advierte la sutono-
mfa que mantuvo Siqueiros frente al POM y que permiten confir
mer su relacién con los organismos internacionales de la Unidn
Soviética. Cfr, Rivers J., "El atentado contra Trotsky, en un
detallado releto de uno de los migeros.a los que hizo compli-
ces Siqueiros", en Proceso, No.918, 6 de Junio de 1994, ppv
58-63.
(43) "La represién en Marcha", A la Defensel, Organo del So-
corro Rojo Internacional (seccién mexicana), periédico mensual,
mime 6, Noviembre de 1932, p. 8. En péginss interiores spare
ce el titulo Defensa Roja, por ello Ata Defensa! y Defense
Roja corresponden a1 mismo orgsno del SRI.
(44) Locecit.
(45) Defensa Roja, mim.9, diciembre, 1934, citedo en Gell,
Trotsky,..ys cit., pp 56, 361.- 1.
(46) J.R., Recritos Polfticos I, ya cit., p.178; J.R., laa
Rvoceciones ...1, ya cit., “Cronologfa", p.25.
(47) Hernan Leborde, José Revueltas, Miguel Angel Velasco,
Za_nueve polftice del Partido Comuniste Mexicano 1935, expe-
diente obrero no. 1, ACERE, (reedicidn), México, 1980. La e~
dicién criginal del folleto aperecié con el titulo y los auto
ves anotedos enteriormente, estd fechads en marzo de 1936, —
firmada por el Buré Polftico del Comité Central del Partido
Comuniste de México, Seccién de la Internscionsl Comunista.
El documento centre] de este folleto ea: “Carta que la Dele~
gacidn del Partido Comunista de México ante el VII Congreso
de la Internacional Comunists, dirigié al Comité Centrel del
Partido # ra{z del Congreso". Rete documento figure en un a-
péndice del libro de M.Mdrquez y 0.Rodriguez, Rl Partido Com
muniste Mexicano, Bd, El Caballito, México, 1961, pp.301-324;
los sutores no incluyeron el epfgrafe de Stalin que aparece en
le reedicidn del ACEREr "Le clase obrere sin pertido revolucio
nario es un ejército sin Estado mayor.” Stelin.
(48) Ctr. M.A.Velesco, Op.cit., pp.5,13.
(49) Siqueiros, veliéndose de Blence Iuz Brun, su compafiera,
expresé la posibilidad de que Laborde y Compa heyen fecilite-
do su aprehensién que le congujo al encarcelamiento en 1930,
D.A.Siqueiros, Op.cit., p.262.
(50) Valentin Campa, Mi testimonio, memories de un comuniste
mexicano, Bdiciones de Culturs Populer, México, 1978, p.196.
PP. 163, 166, 225, 231.- 152 -
(52) Ibid., pp.87-95. En relacidén a le expulsidén de Laborde
y Campa del PCM, Revueltas asumié autocr{ticemente el asunto:
“gn lo que se refiere a 1s expulsién de Leborde y Campa, po-
demos decir que hubieron razones secretas, el caso Trotsky
probablemente o sin duda, y razones piblicas. Nosotros, miem
bros de la direccién de la juventud, participamos ectivemente
en la oposicién contra Leborde-Campa, cometiendo el gravifsimo
error de alisrnos con Yelasco-Carrillo, con lo cusl 1a lucha
fue mediatizada y Campa y Laborde fueron expulsados grosera
e injustamente del partido..." A.anguiano, Op.cit., p.218,
(53) D-A.Siqueiros, Op.cite, p.279. Revueltas compartié con
Siqueiros disposicién pera la franqueza descarnada; por ello
despojedo de cualquier considerscién, escribid sobre el es-
partaquismo lo siguiente: ©
"Bl reflejo de 1s situacién de le Liga en el
Ya.existen defectos espartaquistas como tales,
propios, t{picos,’Algunos: 1) versetilided en
la adopcién de los acuerdos; 2) no prosecucién
de las tereas hasta el fin; 3) pedenterfa inte
lectual; 4) autosuficiencia en el trato; 5) so
lipsismo individuel (autocontemplacién,autoau=
éicién complacides y satisfechas) y solipsismo
colectivo (dar lo que se resuelve en la cabeza,
como ya resuelto en le realidad)." Cfr. J.Rewel
tes, Bscritos Polfticos III, 0C, 14, Era, Mexico,
1984, pp. 220-221.
(54) V.Camps, Opscits B.Galeana, Op.cit.; J,Revueltas, Lea E-
wocacione
1 y Il, ye cit. También pueden recupersrse aepec
tos de esa époce mediente les notes bicgréfices de un dirigen
te histérico: M.Arroyo; J.Alonso; A.Martinez V.% M.A.Velasco,
"En los novente afios de Miguel Angel Velasco", en cemos MEMO=
RIA, mim, 55, Junio, 1993, pp.29-36. Sobre el poldmico Dioni-2153 ¢
cio Encina, véase Jorge Fernéndes Aneya, "45 afios al servi-
cio de la cause del comunismo", en TEORIA, Revista mensual
del Comité Central del PCM, niims, 38-39, sepewoct., 1952,
pp. 48-58.
(55) Lo de "viejo cabrén" corresponde a una expresidn de Gua-
dalupe Marin, pera designar a su esposo Diego Rivera; Siquei-
vos tembidn narra el pleito que é1 y Fermfn tuvieron con Ri-
vere, En les memorias del chihushuense puede leerse 2a rele-
eién célide y cercana que existié entre los dos nortefios. —
Véase D.A.Siqueiros, Op.cite, pp. 476, 477, 180, 189, 198,
199, 202, 203, 204, 206, 207, 211, 216, 222, 223, 478.
(56) Les Evocaciones...I, ya cit., p.62. Rosauxs Revueltes,
Los Revueltas, ye cit., "Fermin", pp,123-132.
(57) Las Bvocaciones...II, ya cit., pp.267-269.
(58) J.Revueltas, "El artidta rescatandose y rescatando a los
dends a trevés de su obre", en "Diorema de 1a Culture", inclu
ido ent A.Arenal, Péginas sueltes con Siqueiros, Grijalbo, --
México, 1980, pp.7-8.
(59) Véase K.Kosik, Dialéctica de lo concreto, Trad. A.Sénchez
vdzquez, Grijalbo, México, 1967.
(60) J.Revueltes, "Cominos de la necionalidad” en Ensayos so-
bre Néico-, 0C 19, Era, México, 1985, p.17. Por supuesto, le
obra literarie esté impregnada de pesajes descriptivos de la
vide humanscoomo existencie qlienade, cofifusa, irraciogal y
oscura. En los Brrores desde el mismo titulo se observa la
lucha humana por rebasar e1 porizonte insuperable de las ti-
nieblas predominentes a pesar de los destellos luminosos aun—
que fugaces. := 154 -
(61) Véase J.R., Tierra y libertad, OC, °23, Bra, 1989. Este
guidén cinematogréfico tien por temdtica la lucha de los za~
patistes, por supuesto 1s figure centrel es Zapata, quien re=
nace perenemente,
(62) Cfr. R.Revueltas, Opecit., p.139.
(63) Cir. JoR., El Lutosee, ya cit., p.179
(64) En este epartado son exeminadas les posiciones fluctusn-
tes de Revueltas en relacién 91 trotskismo, asf como su opi-
nidn més estable sobre Trotsky. Bn “Conversacidn con José Re-
vueltas", apez2cen opiniones numerosas sobre estas cuestiones.
As Anguiano, Cardenas..., ya cits, pp. 184, 213, 215, 216, 224,
235, 236. Asimismo Lae Evocsciones...I, ya cit., p.187.
(65) "autobiograffa", Las Rvocaciones...II, ya cit., p.271.
(66) M.Aguiler More, Huellas del Porvenir, 1968-1988, Ed. Zuen
Pablos, México, 1989, p.219.
(67) Bneayo sobre un proletarisdo sin cabeza, ya cit., Prdélo-
go de A.Revueltas, R.Martinez y P.Cherén, pp-23-24.
(68) Zeid., p.95.
(69) Ibid., p.103.
(70) Cfr. J.R., EBnsayoe.., “Prélogo", ye cit., pps. 7~8;. asimiamo:
""Una teorfe de la Revolucién Mexicans', El Obrero Militen-
te, (Orgeno Central de le Liga Obrera Merxista), aflo I, agos=
to-Septiembre 1962, (articulo no firmade)., Tembién aparecieron
resefias de algin interés en El Dia y Bxcelsior",s p.8.
(71) Ibia., p.23.
(12) Ctr. Renata Sevilla, Tlatelolco ocho sfios después, Ed.- 155 -
Posaday México, 1976, p.19. Agradezco e la autora de este
libro haberme proporcionado fotocopia de la parte correspon=
diente a 1a entrevista con José Revueltas, Sen Pedro de los
Pinos, D.F., 3 de febrero, 1994.
(73) M. Aguilar Mora, Op.cit.,p.219.
(74) Ensayo...,"Prélogo", ya cits, p.B.
(15) MeAguiler Mora, Op.cit, p.219.
(16) les idess de Althusser sobre "La préctica teérice", en
L.althusser, Ia revolucién teérica de Marx, S.XXI, México,
1969. Revueltas discutis las ideas de este filésofo francés,
tanto le obra de Althusser traducida al espsiiol, como la pu-
blicada en francés. Esta tarea la emprendié tempranamente,
los escritos relecionados con ests erftica corresponden a
os afios 1968-1971. Sobra anotar que el punto bdsico de con-
frontacién con el fildsofo francés se relaciona con opinio—
nes que ellos tuvieron -radicelmente opuestas~ sobre los -—
eseritos filoséficos del joven Marx. Cfr. J.R., Dialéctica
de le conciencia, ya cit., ppe 89, 142, 157, 224.
(77) "cronologfa", en Las Evocacione!
» ya cite, p.25.
(78) Camps conocié ampliemente @ Laborde; por ello su testi-
monio sobre el dominio que tuvo del francés y del inglés La-
borde, parece incuestionable, pues este activo internaciona—
lista reslizé frecuentes viajes e E.U.A. Bn otro apartado de
esta investigacién ee hard referencis a las escuelas que pa-
re obreros y trebajadores organizaron intelectusles de izquier
de, duranté los affios treinte; estos centros favorecieron 19s
efenes de eutodidactes urgidos de conocer otras lenguas;. te-- 156 -
les fueron los casos de Laborde Revueltas.Sobre la rele-
cién Campa-Laborde, véase V.Campa, Op.cit., pp.34, 129, 130
223, 224, 225, 226, 227, 228,
(79) Cfr. J.R., Visién del Paricutin, ya cit., "Viaje a1 -=
noroeste de México", pp.26-973 "Vieje a Peri", pp.98-241;
“arte y cristisnismo: César Vallejo", pp. 192, 194; "Marid—
tegui: uns luz en el camino", pp. 198-199. Revueltas cono=
cié temprenamente a Vallejo, poeta 1stincamericano, probable
mente en sus lecturas de La Correspondencie Internacionel o
en las pégines de le revista de le LEAR, Prete a Frent
$
de Merigtegui supo -probablemente- por vez primera debido
@ su estancis en les Isles Marfas donde compartié el exilio
con el internecionslista peruano Jacobo. Hurwitz,
(80)"Cronologia", ya cit., p..28. 3.R., "“Misién de prensa a
Belice" (un reportaje de 1948), Le Cultura en México, Mim.
812, en Siempre, Mim. 1262, septiembre 16, 1977, pp. VI-IK.
Este trabajo de Revueltas no ha sido inelufdo en lus Obras
Completes
(81) Les Evoeaciones...I, ya cits, pp.30-3l.
(82) En Los Errores, Eladio Pintos, persona je central, com-
niste internecionelists, de origen seferdite; también en esta
novele le persistencie de los cefée de chinos. Cfr., J.R.,
ios Btrores, 0.C,.6, pp.139, 7-151, respectivamente. En los
motivos de Cefn, Kim ee un asidtico herdico vejado y tortura-
do por soldados norteamericanos, Los Motivos de Cefn, 0.C. 5,
P+ 99. "Los hombres en el pantano" es una narrecién donde los
chicanos 0 memicosmericanos son los protegonistes. Dormir en- 157 -
Tierra, 0.C. 9, pp.43-53. En “Isreel", obra testrel, los
personajes son negros norteemericanos, recistes anglose jones
y mexicosmericanos liberadores. Cusdrante dela soleded, 0.C.
21, pp. 25-87.
(83) Las Evocaciones,..II, ya cit., pe 53.
(84) "Carta a geqgn-Peul Sertre", en Las Evoceciones...II, ya
cit., pps 72, 320 (nota 5).
(85) Las evocaciones,..II, ya cit., pe 25 y nota 2, p.317.
"algunos aspectos de le vida del Partido comniste Mexicano",
en Escritos Polfticos I, ya cit., pp.100-130 y note 13, p.192.
J.Rey Cuestionsmientos e intenciones, 0,C.18, Bre, México, --
1981, "Certa de Budspest @ los escritoree comunistes”,p.70
y note 17, p.340.
(86) Las Evocaciones...I1, ye cite, ppel9, 27 y 52. No he siv
do posible establecer cleramente si a pertir de esta "sobra
ae material", redacté "Testimonies de Hungrfe", o al extra-
vier sus anoteciones ya no fue posible emprender el proyec=
to del "pequefio libro": ~
“las primeres tres libretas con mis enotacio-
nes se perdieron en Berlfn y sélo conservé —
las dos Ultimes...Perd{ as{mismo le librete -
en que apunteba las impresiones de Budapest,
donde estuve una semana", "Sustituya les no-
tas de mis libretas extraviadas con les cer-
tas que dirigfs a warfa Teresa, mi esposa,
desde diferentes lugares en el curso de mi —
vie Je a Burope en le primavera de 1957". ee
Evocaciones...II, ye cite, pp. 19 y 27.
(87) "Carte de Budapest...", ye cits, peTl. Este escrito tue- 158 -
vo significacién. Revueltes logré planterlo en la "Unidn de
Escritores" de la RDA; en Trieste pudo mostrarlo @ un perso-
naje importante del comunismo internacional y en sus cartas
a Marfa Teresa refiere insistentemente este trabajo. A ratz
de su encuentro con los eseritores de le RDA pudo volver a
intercembiar puntos de vista con Bodo Ushe, con quien tuvo
ralecién en Wéxico mientras debié permsnecer como exiliado
comunista alemén, durante los afios cuarenta. Cfr. Las Evo-~
caciones...II, ye cits, ppe36, 40, 52. Revueltas no permitié
que le lejenfe le hiciera olvidar el dessstre sgrerio mexi-~
cano y le principsl victima del mismo, e1 indio.
(90) Ibias, ppe53 ¥ 556
(91) Ibid., ps 55
(92) Une cireunstancis edicional revela el éxito que tuvo
este carta, el regreso de Revueltas de su vieje por Europa,
fue publicado por La voz de México, érgano del PCM; Le voz
de México, #1570, 22 de Julio y #1571, 22 de Julio, de —
1957. Gfr. Cuestionamientos
{nota 15).
Aintenciones, ya cit., ps 340
(93) Cfr. Les Evocaciones...II, ya cit., nota 2, p.317. En
"Carta ea Jean-Paul Sartre” escribié Revueltas:
"Pare mayo del 57 ye estaben bestante cleras les
cosas en el criterio de la opinién evenzada de Eu-
ropa, pero pensé que en mi pafs, en México, ni con
mucho ocurrirfa los miamo, antes todo lo contrsrio.
Ast ers en efecto, y esto justificaba algun inten-
to de mi psrte. Bl resultado fue une “Carta a los
escritores comunistas" (escrita en Budapest) y un
pequefio libro “Testimonjos de Hungria" (que comen-
eé en México inmedietamente a mi regreso, y terminé
de escribir en un breve lapso).
Por denés esté decirle que el segundo no he encon=oraaeeeree
trado editor hasta le fecha (jdespués de casi cus—
tro aflos!)..." Las Evocaciones ...II, y8 cit., pP. 72.
Haste donde se ssbe, sigue sin publicarse “Testimonios de Hun—
grfa", pues ni en les mismas Obras Hompletas tuvo acogida.
(94) Gfr, P.Perndndez Christlieb, El espartequismo en México,
Ea, El Cabellito, México, 1978, Rete investigacién consigna
ciertos aspectos de la manere como el msoiemo influyé en el
espartaquismo, pp. 133-158. La investigecién expone una crf-
tica al espartaquiemo en tanto este no correepondié @ los cd-
nones europeoe originsles, Otro investigador observa los pro~
blemas de la ‘mplantacién del marxismo releciondndolos fuerte-
mente con le cuestién nacional, Cfr. Samuel Arrieren C., EL
marxismo y la cuestién nacional en América Letina, Tesis mses
tro en Estudios Latinosmericsnos, F.C.P.S., UNAM.
(95) En relecién a 1a Revoludién Chine y el maofsmo, es posi-
ble localizar, por lo menos en el pensamiento de JR, tres mo-
mentos: @) En 1950 la Revolucién Chine fue vista con esperan-
ze en tanto momento histérico nivelsdor de hombres considere=
dos tradicionalmente como inferiores; b) en 1967 escribié tra
bajos censurdndo aspectos del maofsmo; c) en 1968 (ya en Le-
cumberri)-1971 vié promisoriemente la Revolucién China: JR,
Ensayos sobre México, ya cit., p. 58; Bscritos Politicos III,
ya cit., pp. 69 y 1733 Dialdctica de le conciencia, ya cit.,
P+ 222 y 223, respectivamente.
(96) Cfr. Eseritos Polfticos, ya cit., "La ‘guerra frfa' entre
les potencies socialistes: parte del contexto de le tercera
guerra mundiel", pp. 173-222.- 160 -
(97) Ibid., pp. 147-211: "Idea y momento de le revolucién so-
cialists en Cuba". "Una dedicatoria 4 Imre Nagy". "gQué pasa
en China? gCombate Mao 1s formacién murocrdtica?". Tanto en
estos escritos como en “La'guerra fri{a'...“, convoca el sutor
a la defenss de la Revolucién Cubana y e le lucha antimperia-
lista; simulténeamente explica el caso Nagy (1961). Posterior
mente volveré la mirada, de nueva cuents, sobre el caso del
dirigente hiingaro ubicéndolo como uns expresién de "Zl movi~
miento independentista en el seno de los pertidos comunistas
desde le direccién del partido y desde el poder del Estado
(Gomulke, Polonia 1956; Nagy, Hungria 1956; Reptiblica Demo~
erdtica Alemana, huelgas obreras 1956; derrocamiento de Novotny
y “primavera de Prage", 1967-68)". Cfr. Dialéctica de la con=
giencia, ya cit., "Significecién actual de 1a Revolucién Buse de
Octubre” (1971), p.223.
(98) _Recritos Pol{ticos III, ye cit., p. 283.
(99) Ibid., pp. 286-288.
(100) Ibid., p.211.
(101) Se recurre a le expresién alianza ideolégica buscando
concordancia con Revueltas, Debe recordarse ev le Convocatoria
@ la “Confrontacién de tendencias merxistas", no exclufe, sino que
presuponia la "redlizacién de actos piiblicos de agitacién y
propagenda. Los primeros, con la participacién de grupos mar-
xisteas; los segundos, convocados por le confrontacién con le
caracteristica expresemente dicha de mitin ideolégico", en
‘Thia., 286.= 161 -
(102) En 1971, en el texto "Significacién actual de 1s Revo~
lucién Rusa de Octubre", ya citado, cuestiond el uso que hi-
zo le IV Internacional de. ciertas categorfas de Trotsky; —~
cfr, Dialéctica, ya cite, pp. 226-227.
(103) 3.R., Héxico 68: Juventud y Revolucién, OC 15, Bre, M3-
xico, 1978, pp. 204-209.
(104) Ibid., p. 207.
(105) Lo
te",
cit. Revueltas subrayé "Revolucién Internacionslis
(106) M.Aguiler Mora, Op.cit., p.220,
(107) México 68..., note 9 y note 10, p.338.
(108) Dialéctica..., ya cit., pp. 218-229 y nota 4, p. 248.
(109) Ibid., p.222,
(110) Ibid., p.222.
(111) Ibid., p.223.
(112) Ibid., pp. 223-224.
(113) Ibid., pe 224.
(114) Ibid., pp. 226-227.
(115) Les Evoceciones...II, ya cite, pe 2644
(116) A.Anguiano y otros, Cardenas y le isquierda mexicana,
Op.cit. p.188. Revueltas recordé algunas carecter{sticas per-
sonales durante su guventud comunista, poseedor tan solo de
“las tres o cuatro férmulas esquemdticas, mal comprendides de- 162 -
un merxiemo menos que superficial...", Las Evoceciones.. I,
ya cite, pp. 41-42.
(117) A.Anguieno, Op.cit., “Conversacién...", pp. 194-195.
Bn “Autobiografia®, JR explicé el carécter que tenfa la cir-
culacdén de biblicgrafis marxiste; sefisla autores como Keuts—
ky, Deville, Vandervelde, Cfr, Las Evoceciones...I1, ya cit.,
Pe 270.
(118) Miguel Mérmol, dirigerite histérico del comunismo centro=
emericano, expresé: “Marti, Luna y Zapata,los tres intelectus—
les del aio 32, lefan El Capital en traducciones hechas del
francés, mecenografisdas y hasta a mano...", Cir, E.Isunze
Vera, Coamovisién de la vieje guardie. Orgenizeciones y cul-
ture _comunistas centroamericanss, 1922-1934, Tesis, Uhiversi-
ded Verecruzana, 1993, p.264.
(119) "Cuando recuerdo los acontecimientos del afio 32 en El
Salvedor, comprendo que atin tenfamos los conceptos revolucio—
nerios como simples fetiches o imégenes, como entes abstrac—
tos independientes de la realided, y no como verdaderos guias
de le accién prdctica...Yo tembién decfa que lo lefa, Pero za
quién se le va a ceurrir que yo pudiere heber entendido algo
de es0?. Lo que entendfamos eran los planteamientos tedricos
hechos @ nivel de propagenda y divulgacién, el idioma de les
resoluciones y los congresos. De ahf que los salvedorefios en-
ca jéremos ten bien en el seno del Congreso Mundial de le Sin-
dical Roja que se realizé en Mose, durante 1930." Loc.cit.
(120) Benita Galesne recientemente fellecida (abril 1975) narré
la persecucién sufrids por Bl Machete y dejendo de lado un —- 163 -
felso rubor explicé su analfabetismo funcional:
"El érgano Central del Partido no habie dejado de
publicarse a peser de las persecuciones, de haber
sido saquesda la imprenta, de que muchos compafie~
ros habfan cafdo a la cdrcel por venderlo o por —
leerlo. Quién sebe en dénde lo harfan, pero el fi-
oso esteba siempre en manos de los trabajadores,
en las fébricas y hasta en los cuarteles, con los
Soldados. Cuando el Partido parecfa que se iba a
desbaratar, después de cade ofensiva del gobierno
calliste, encercelando y mendendo les Isles ma-
ries © los comunistes, Bl Machete salfe, elentan—
do e la gente, dendo lee directives necessrias para
el treba jo llevendo @ todos la confienza y le fe
pers seguir luchsdo, sabiendo qu habfe un Comité
Central que no desmsyaba, que escondido en cualquier
parte trabajeba y mentenfa viva la llems de entusies
mo.
Yo no lefa ¢1 filoso porque me daba mucho trabajo,
pues spenss podfa junter les letras, pero Manuel me
lo lefa en les noches y me explicaba las cosas que
no podia entender, 4 mf me gustabe que me lo leyera
porque les coses que decfa pera explicar la situa-
cién les encontreba muy cleras. Sentis yo un gran
carifio por el filoso. Por eso, cusndo por primera
vez me comisioneron pera sslir a venderlo, me sen-
ti orgullosa y feliz. Me psrecfe que e1 Comité cen
tral me tenfe confianza y me hab{fa encergado una
taree muy importante." B,Galeana, Op.cit., pp.137-138.
(121) Durente los afios 1921-1924 José Vasconcelos apoys las
Universiasdes populeres de Guatemala, Bl Salvedor y Hondures,
Mediante 1a intervencién de Jusn de Dios Bojérquez difundié
literature "bolchevique", fue el caso de la donacién de 22 mil
voltimenes q le Universidad Populer. Isunza Vera, ya cite, pe 89.
Informacidn sobre las taress emprendides por los comunistes
mexicanos, en los efios veinte, decididemente orientades @ le- 164 =
formacién de partidos comunistes en Centrosmérice, en A.Mer—
tinez Verdugo, Historia del comunismo en México, ya cit., pp.69-70;
sobre la teres organizetiva en Centroamérica del comuniste me-
xicano Jorge Fernéndez Anaya, véase Isunza Vera, ya cit., p.244.
(122) Bien puede afirmarse que les opiniones de Revueltas so-
bre el "atraso ideolégico” definen dicho reterdo de acuerdo al
nivel de conocimiento-desconocimiento sobre los escritos de
Radek, Zinoviev, Kémenev, Trotsky, Bujerin; es decir, la teo-
rie y le préctica originada a raiz de le Revolucién de Octubre.
Gfr. Vizcaino, ya cit., p,194.
(123) P.I.Taibo, ofrece un exdmen pormenorizado sobre este
cuestidn, Cfr. P.I.faibo II, Bolehevikis. Historia narrative
de los orfgenes del comunismo en Wéxico (1919-1925), Joaquin
Mortiz, México, 1986, pp.306, 307, 313. Sobre el mismo asun-
to, véase: R.Melger B., El marxiemo en Américe Letina: 1919-
1934. Los espe Jismos ideolégicos de Oriente y Occidente en le
Igternsci6nal Cominieta, Fotocopia, spi, pp.137-138.
(124) Vizcaino, ya cit., pp.184,213, 215, 216, 224, 235, 236.
También J.R., Bas Evocacioness..I, ya cit., p.187.
(125) Enrique Navarro Ore jel, Apuntes Biogréficos, México, D.F.
Mayo, 1973, pp.6-7. Ia fotocopia de este trabdjo mecenografie—
@o fue proporcionada generosamente por el hijo y elbscea de
este librero y editor notable, Dr.Merio Nevarro.
(126) Para le activided de los libreros ambulentes y la lucha
de los obreros por 1s cultura, cfr. Isunza Vera, ya cit., pp.
189 y 123. Menuel Dfaz Ramfrez, quien probablemente fue el v—
nico mexicano que conocié a lenin (1921), miembro del PCM, pu- 165 -
blicé tempranamente en 1936 una investigacién dende expuso
le lsbor iluministe del anarquismo mexicano; cfr. Menuel Diaz
Remfrez, Apuntes sobre el movimbento obrero y campesino de
México (1644-1880), . Bdiciones de Culture Popular, Héxico,
2a. edicién, 1976.
(127) De acuerdo con los apuntes biogréficos de E.Naverro
inicié en 1918, aproximsdemente, el estudio del marxismo, es
decir después de conocer las ideas del enarquismo y del mago=
nismo, Vésse Apuntes..., p.7-
(128) E.Naverro, Apuntes..., ye cite, DoS.
(129) Ibid., p.7. Este vercién hs sido cote jede con el Dr.
Mario Neverro gracias a su disposicién generosa.
(130) Loc.cit. Benita Geleana describié algunas caracteristi-
cas de otro librero comunista, instelado en el mercado Hidal-
g0, Emilio Arise; véase Benita, ya cit., p. 175.
(131) Les Evocaciones...II, ya cit., p.270.
(132) Ibid., p. 274,
(133) Don Juen -empleedo de la librerfe Naverro~ a pesar de
au disposicién Y amabilided prefirié no figurer detellads-
mente en este trebs Jo; respetando su voluntad no se incluye
su nombre completo en este trebajo. No obstante con 41 mantu-
ve lergas conversaciones sobre tépicos bibliogrdéficos de Mayo
de 1994 @ Diciembre de 1995.
(134) Sobre 1s difusién del Menifiesto tomunista en Néxico y
en Guatemala, véese Taibo, Op.cit., p. 298; Isunza, Op.cit.,
Ps 347; Navarro, Op.cit., pp. 6-8.- 166 =
(135) Isunza, Op.cit., p. 349.
(136) Sobre la bolchevizacién, cfr. Taibo, ya cit., p.292$
Isunza, ya cit., p. 341; ReMelger Bao, El marxismo en América
Latina 1920-1924. Introduccién « le historie regionsl de le
IC, ya cit., pps 222-2353 Edward H. Carr, "El V Congreso de
la Internacional Comunista", en V Congreso de le Internacio~
nel Comunista, Primera Parte, PyP 55, Argentina, 1975, p.27.
(137) Cir. Taibo, ya cit., pp. 92-93.
(138) Desde Spticas distintas ha sido exeminada la lucha en~
tre commistas, anarcosindicalista y cudillos militares radi.
celes, cfr. A.Mertinez Verdugo, Historia del comunismo en Né-
xico, ya cit., pp. 61-62; A.Shulgovski, México en la encruci~
jada _de_su historias, Ediciones de Cultura Popular, uéxico,
1993, pp. 37-67; Revueltas examiné detenidamente esta cuestidn:
"Algunos espectos de le vids del Partido Comunista Mexicano",
Escritos Polfticos I, ya cit., pp. 100-130.
(139) Taibo, Op.cit., p. 293.
(140) avin, una revisién rdpida de El Machete permite advertir
e1 amplio espectro de problemas nacionales e internacionales
que cumplid este publicscidn, a pesar de le persecucién oficisl;
véase El Machete Ilegal, 1929-1934, Edicién fescimilar, Insti-
tuto de Ciencias, UAP, Puebla, 1975; D.A.Siqueiros, ya cit.,
pp. 213-228; Raquel Tibol, Julio Antonio Melle en "Bl Machete",
Ed. Penélope, México, 1984.
(141) G.Peldez, “Los afios de clandestinidsa", en Historia del
gomunismo, ye cit., pp, 127-150; El Machete Ilegsl..., ya cit,4167 -
(142) Sobre le insercién de los comunistes eh ei movimiento
obrero durante los afios treinta; cfr. Esther vdzquez 2., "Tra
dicidn sindical y dinémica intergenerecionsl. Uns relectura
del movimiento obrero: La CGOCM y le CsuM (1932-1935)", Te-
sis Licencisturs en Historia, ENAH, 1994. En los afios cincuen
te Revueltas acompaiié e los mineros del carbén coshuilences,
quienes lucharon en contra de 1a ASARCO, véaze “Marcha de —-
hmbre sobre el disierto y le nieve", en J.R., Visidn del Pe
ricutin, ye cit., pp. 142-156.
(143) Pare el ceso mexicano véase Peléez y Mertinez Verdugo,
ye cit.; para el caso de 1a quema de bibliotecas en Centrow-
merica, fulio 1923, véace Isunze, ys cit., p. 145.
(144) Conversecidén..., ya cit., p.186. Benite Gelesns narré
le eficacie de “el filoso", eun entre los soldados; Benita,
ye cits, pe 137.
(145) Les Bvocaciones...II, ya cit, p.269. Por eu parte Compa
expkicé e1 gren dignificsdo que tuvo pare el PCM haber logre-
do preservar le edicidn y difusién de Fl Machete; ver Mi Tes-
timonios.., ya cit., p. 83.
(146) B.Cerr, Nerxism end communism in twentieth-century Me~
xico, ye cit., p.35. A.Villegas explica la importancie de —
persona jes como Bessols y Lombardo y le influencie del mar-
xiemo norteamericano, A.Villeges, ys cit., pp. 109-131.
(147) H.eDuncker, A.Goldschmiat, K.A.Wittfogel, Cursos de ini-
ciacién merxista, Curso Feonomfs Polftica, Ed. CENIT, Medrid.
Is edicién espsfiole de estos cursos fue dirigide por W.Roces.
Se compone de doce cuadernos. La publicacién de los mismos= 168 -
se dié @ partir de 1932; esto significa que Goldschmidt
desde México, mantuvo actives releciones con marxistas a-
lemanes y espefioles,
(148) Voz de Wéxico publicé en primera plana: "Murié Alfonso
Goldschmidt e1 20 de enero"; Voz de México, No.294, 28 de
Enero, 1940. Agradezco 8 G.Peléez esta informacién,
(149) A.Godschmidt, Terre y libertad. Bl desarrollo campe-
sino en Néxico, Primere edicién en espafiol EDIAPSA, 1940,
En 1980 Juan Pablos Editor, publicé este libro. La biblio-
grafia de este trabajo incluyé publiceciones de Goldxchmidt
fechadas en Berlin, 1925 y 1929.
(150) Taibo, ya cit., p. 233.
(151) S.Bagi, ha descrito las dificultedes que los intelec-
tuales debieron.sortear para estar 61 tento de le circule-
cién bibliogrdfica en Américe Latina; asf, a peser de los
obstéculos logfsticos, ls produccién intelectual circulé
activamente con cierta fluidéz, si se consideran les condi-
ciones del trensporte y del correo en les primeras décadas
de este siglo. Sergio Bagi, "Naridtegui en el ambiente de su
€poca", en cemos MEMORIA, nim. 73, pp.43-47.
(152) V. Lombardo Toledeno, Idealismo vs. Materieliemo Die-
lgctico, Universidad Obrera de México, 1975, pp. 16-17.
(153) a.Villegas, ya cit., pell4.
(154) Aspectos de la experiencia en les Islas Marfes,en Tas
Evocaciones...I, ye cit., pp. 46048. Pare B,Galeans véase,
Benita, yo cit.; sobre V.Camps y H.Laborde, véase Mi testi-monic
- 169 -
ya cit. Sobre Jorge Ferndndez A., cfr.: Isunze
Vera, ya Cite, pp. 16, 186, 188, 190, 191, 201, 202, 215,
218, 239, 241, 243, 244, 265, 357, 378. Sobre Miguel angel
Velasco, cemos MEMORIA, Nim. 55, 1993, ppe 29-36. Sobre Dig
nisio Encina, véase: "45 aflos al sevicio de la cause del —
comunismo", en Teoria, Mim. 38-39, Septiembre-Octubre 1952.
(155) Bl cardenismo ha sido estudiado desde distintas pers—
pectivas, por ejemplo: C.J. ashby, Organized Lebor in México
under Ldzaro Cérdenas, The University of North Carolina Press,
Chapel Hill, 1967. T.Medin, Ideologfa y praxis poftica de --
Tdzaro Cérdenas, Rd. S.XXI, Néxico, 1973. &.Shulgovski, ¥é-
xico..., ya cit. A.Cérdova, Le polftics de masas del carde-
nismo, Era, México, 1974. A.Anguiano, El estado y la politi-
ca obrera del cardenismo, Era, México, 1975. S.leén e I.Mer—
van, En el cardeniemo 1934-1940. La clase obrere en le his-
toris de Wéxico, 1.10, S.XXI, México, 1985.
(156) Aspectos de la emigrecién europes han sido considera—
dos en el capftulo II de este trabajo; entre los sudamerica
nos destecé en los treita, Anibal Ponce, cuyo libro: Bduca-
cién_y lucha de _clsses, tuvo aceptecién notsble.
(157) A.Villegas enote le relevencia que tuvo Sidney Hook
pare una tendencia de los marxistas mexicanos, Esto consti-
tuye un sintome ée 1a influencie del marxismo anglosajén
entre le intelectuslided; éste se vié fevorecida por el —
@ominio del inglés que algunos de ellos logreron. Reweltes
describié cémo en un viaje en tren Bessols compartié su lec
ture treduciendo del inglés para sus acompafiantes. J.R., ¥i-~ 170 -
sidn del Paricutin, ye cit., p. 27. Péginas adelante serd
examinade la difusién de los trabajos de Hook y de Selsam
en Wéxico.
(158) Frencisco Zemora, quien llegé @ ser prestigiedo eco-
nomista, publicé un trabsjo noteble: El Karl Warx de Laski;
en este trebsjo el profesor de la Universidad Obrera de Hé—
xico y de 1a Escuele Nacional de Economfa, censuré duramen-
te al profesor inglés, Harold Laski, quien a le sezén habfe
escrito un ensayo sobre Marx. Zamora emples fuentes ingle-
ses y frencesas para enmenderle le plens al britdnico, mos—
trendo con ello el nivel elesnzado por le cultura marxista
mexicana; dicho trabajo fue deserrollado durantel934 y 1935.
Péginas adelante se ofrece un exémen pormenorizado del tra—
bajo de Zamora,
(159) Victor Gollencz, (Editor), The left news, No.38, Junio,
1939. Esta revista permitié a le intelectualided mexicana
ester al tento de las publicaciones marxistas en lengua in-
glesa. Conviene enotar que en este niimero fueron inclufaas
obras de John lewis y de John Strachey; posteriormente serén
estudiados aspectos de la influencia que tuvieron en México
durante largos afios estos dos tedricos marxistes britdnicos,
(160) Almeyda, ya cit., pp.41-43; Bagi, ya cit,
cite, pps 11-12,
Navarro, ya
(162) Fueron los casos de las publicaciones siguientes: He~
rold Leski, Carlos Merx; Domingo P. de Toledo y Je, México
gn 1a obra _de Marx y Engols; A.Ponce, Dos hombres: Marx, Fou~
Hier. Estas publicaciones ocurrieron entre 1935 y 1939.-1in-
(163) Le vigilencia policisca en: AGN. Fondo Pascual ortiz
Rubio. Comunistas Actividades. Exp.61/579; Fondo sbelardo
L. Rodriguez, Exp.518.3/ls Exp. 561/29-1; Exp.561/29-2;
Exp.561/39-1. Esther Vézquez investigs aspectos de la per-
secucién ideoldgica en las instituciones laborales:
"A Rodolfo Fuentes Iépez,°E. Barreiro Tablada, Wi-
guel Delgado, Modesto Sosa, Antonio Balderrama y Ri-
cardo Ort{z se les expulsé de la Cémara Sindical 0-
brera de Chihuahua "por propagar idees peligrosas",
pues segin palabras de sus dirigentes, "La _Cémara
no_sustenta md4s ideas societarias que aquéilas ese
tatufdas por 103 lineamientos de la revolucién me~
xicens y que lucha y lucherd por desterrar de sus
compafteros les ideas comuniata:
Agradezco a 1a Profesora Vazquez por haber facilitado foto-
copia de documentos histéricos.
(164) Roger Bartre, El reto de 1a izquierda, Grijelbo, 1982,
pe 190,
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