Actividad de aprendizaje 2.
Procedencia del juicio de Amparo
Realice la lectura de la fracción I del artículo constitucional 107, así como de la jurisprudencia número P./J.
50/2014 con número de registro 2007921 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una vez
estudiados, elabore un cuadro comparativo en el que refleje las diferencias esenciales entre esos tipos de interés,
debiendo especificar en qué casos son indispensables para la procedencia del juicio de amparo.
INTERÉS LEGÍTIMO. CONTENIDO Y ALCANCE PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO
DE AMPARO (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN I, DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS).
A consideración de este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el párrafo primero de la
fracción I del artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece que tratándose
de la procedencia del amparo indirecto -en los supuestos en que no se combatan actos o resoluciones de tribunales-
, quien comparezca a un juicio deberá ubicarse en alguno de los siguientes dos supuestos: (I) ser titular de un
derecho subjetivo, es decir, alegar una afectación inmediata y directa en la esfera jurídica, producida en virtud de
tal titularidad; o (II) en caso de que no se cuente con tal interés, la Constitución ahora establece la posibilidad de
solamente aducir un interés legítimo, que será suficiente para comparecer en el juicio. Dicho interés legítimo se
refiere a la existencia de un vínculo entre ciertos derechos fundamentales y una persona que comparece en el
proceso, sin que dicha persona requiera de una facultad otorgada expresamente por el orden jurídico, esto es, la
persona que cuenta con ese interés se encuentra en aptitud de expresar un agravio diferenciado al resto de los
demás integrantes de la sociedad, al tratarse de un interés cualificado, actual, real y jurídicamente relevante, de
tal forma que la anulación del acto que se reclama produce un beneficio o efecto positivo en su esfera jurídica, ya
sea actual o futuro pero cierto. En consecuencia, para que exista un interés legítimo, se requiere de la existencia
de una afectación en cierta esfera jurídica -no exclusivamente en una cuestión patrimonial-, apreciada bajo un
parámetro de razonabilidad, y no sólo como una simple posibilidad, esto es, una lógica que debe guardar el vínculo
entre la persona y la afectación aducida, ante lo cual, una eventual sentencia de protección constitucional
implicaría la obtención de un beneficio determinado, el que no puede ser lejanamente derivado, sino resultado
inmediato de la resolución que en su caso llegue a dictarse. Como puede advertirse, el interés legítimo consiste
en una categoría diferenciada y más amplia que el interés jurídico, pero tampoco se trata del interés genérico de
la sociedad como ocurre con el interés simple, esto es, no se trata de la generalización de una acción popular, sino
del acceso a los tribunales competentes ante posibles lesiones jurídicas a intereses jurídicamente relevantes y, por
ende, protegidos. En esta lógica, mediante el interés legítimo, el demandante se encuentra en una situación jurídica
identificable, surgida por una relación específica con el objeto de la pretensión que aduce, ya sea por una
circunstancia personal o por una regulación sectorial o grupal, por lo que si bien en una situación jurídica concreta
pueden concurrir el interés colectivo o difuso y el interés legítimo, lo cierto es que tal asociación no es absoluta e
indefectible; pues es factible que un juzgador se encuentre con un caso en el cual exista un interés legítimo
individual en virtud de que, la afectación o posición especial frente al ordenamiento jurídico, sea una situación
no sólo compartida por un grupo formalmente identificable, sino que redunde también en una persona determinada
que no pertenezca a dicho grupo. Incluso, podría darse el supuesto de que la afectación redunde de forma exclusiva
en la esfera jurídica de una persona determinada, en razón de sus circunstancias específicas. En suma, debido a
su configuración normativa, la categorización de todas las posibles situaciones y supuestos del interés legítimo,
deberá ser producto de la labor cotidiana de los diversos juzgadores de amparo al aplicar dicha figura jurídica,
ello a la luz de los lineamientos emitidos por esta Suprema Corte, debiendo interpretarse acorde a la naturaleza y
funciones del juicio de amparo, esto es, buscando la mayor protección de los derechos fundamentales de las
personas.
En efecto, como bien lo dice Escola: por derecho subjetivo (interés jurídico) se debe entender el poder atribuido
por el ordenamiento jurídico a una voluntad, para la satisfacción de intereses humanos (Marienhoff); o el poder
de exigir, condicionado por la existencia de una obligación jurídica que pesa sobre un sujeto pasivo, y por el
hecho de que esta obligación fue establecida en interés del sujeto activo ( 1984: 189-90).
El mismo tratadista nos explica que el derecho subjetivo está constituido por tres elementos fundamentales: a)
una obligación jurídica impuesta al sujeto pasivo; b) que esa obligación haya sido establecida para satisfacer
intereses individuales; y c) que el sujeto activo sea titular de uno de esos intereses.
Por otra parte, el interés simple es indiferenciado; se identifica con el interés general; es el que tiene todo miembro
de la comunidad en que las autoridades cumplan con las normas de derecho objetivo, sin que ese cumplimiento
implique un beneficio personal. En pocas palabras, es el mero interés ciudadano por la legalidad.
Así, podemos decir que todos tenemos interés simple en que los servicios públicos funcionen correctamente. Lo
tiene una cantidad indiferenciada de personas.
Para que estemos en presencia del interés legítimo, es indispensable que la autoridad cause un perjuicio especial
a una persona o a un grupo de personas, sin que se trate del que de manera general y uniforme se produce a
grandes sectores de la población, como podrían ser los consumidores o los usuarios de un servicio público. No se
trata de un agravio ocasionado al público.
Y a fin de ejemplificar, Fiorini nos dice que: Hay interés jurídico simple en los jóvenes que desean ingresar a una
casa universitaria de estudio; este interés jurídico simple se transforma en interés legítimo para aquellos jóvenes
que han cumplido con los recaudos de los estudios secundarios para poderse inscribir como alumnos; y este inlerés
legítimo se transforma en derecho subjetivo cuando se han cumplido todas las pruebas de suficiencia necesarias
para poder obtener el título universilario ( 1997: 60).
De esta manera, por ejemplo, los vecinos tienen interés legítimo para oponerse a la instalación de un bar o de un
centro nocturno en su colonia. El propietario de un establecimiento mercantil tienen interés legítimo para
impugnar la clausura de su negociación aunque carezca de licencia de funcionamiento. El propietario de un
inmueble tiene interés legítimo para oponerse a la demolición aunque hubiera construido sin licencia de uso del
suelo ni de construcción.
Vemos en estos ejemplos cómo una persona o un grupo de personas, se ven afectados por un acto de autoridad,
afectación que aunque no lesiona un derecho subjetivo sí da lugar al interés legítimo.