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Bioética y Bien Común en Debate

El documento discute la deliberación moral en bioética y la necesidad de un enfoque interdisciplinario y pluralista. Argumenta que la bioética debe extenderse más allá de los comités clínicos e de investigación para abordar asuntos sociales más amplios como los movimientos que defienden el bien común frente a los desafíos de la globalización.

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Bioética y Bien Común en Debate

El documento discute la deliberación moral en bioética y la necesidad de un enfoque interdisciplinario y pluralista. Argumenta que la bioética debe extenderse más allá de los comités clínicos e de investigación para abordar asuntos sociales más amplios como los movimientos que defienden el bien común frente a los desafíos de la globalización.

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diálogos [ 305]

Universidad de La Sapienza en Roma García C., Diego José. “La deli-


(2008), donde, en un gesto inusitado, beración moral en bioética. Inter-
afrentoso y grotesco, le eran cerradas a disciplinariedad, pluralidad, especializa-
la teología las puertas de la Universidad. ción”, Ideas y Valores LX/147, (2011): 25-50.
Cito en extenso, no por ser esta la última
palabra en el debate, aunque sí la más re- Lo que sigue no son más que re-
ciente, y en la que fácilmente se advierte flexiones luego de la lectura del texto
la misma disposición de apertura: en mención, sin más pretensiones que
Teología y filosofía forman una pe- continuar deliberando. En tiempos en
culiar pareja gemelar, en la que ninguna que se supone que el experto es quien
de las dos puede quedar totalmente se- ofrece las soluciones más racionales y
parada de la otra, si bien cada una debe razonables a problemas surgidos en
conservar su propia misión e identidad
diferentes escenarios, sean científicos
[…]; deben relacionarse entre sí “sin
o no, la figura del bioeticista parece se-
confusión y sin separación”. “Sin con-
guirse viendo como la de quien daría
fusión” significa que cada una de ellas
debe conservar su identidad propia. La
la última palabra en asuntos relaciona-
filosofía debe seguir siendo realmente dos con esta ética aplicada, la bioética,
una investigación de la razón en su pro- y que, luego de los año ssetenta del
pia libertad y responsabilidad; debe ver siglo XX, se inclinó casi por comple-
sus límites y, precisamente en ellos, tam- to al abordaje de dilemas (¡a veces
bién su grandeza y amplitud. La teología poli-emas!) surgidos en el ámbito hos-
debe seguir abrevándose en un tesoro pitalario y en centros de investigación
de conocimiento no inventado por ella, en salud. De alguna manera, esa mira-
que siempre la supera y que, como nun- da de la bioética, centrada en clínica e
ca puede agotarse del todo mediante la
investigación con seres vivos (¡clara-
reflexión, precisamente por ello activa
mente práctica!), se ha hecho cargo de
una y otra vez el pensamiento. Junto a
ese acelerado, y parece que irrefrenable,
[la primera consigna] “sin confusión”,
también permanece vigente “sin sepa-
avance técnico-científico, sobre todo
ración”: la filosofía no vuelve a empezar en el terreno de la biomedicina. Hay al-
cada vez desde el punto cero del sujeto gún acuerdo en que esto ha permitido
que piensa de manera aislada, sino que un mejoramiento en las relaciones pro-
se mantiene en el gran diálogo de la sa- fesionales de salud/paciente o sujeto de
biduría histórica que, crítica y dócil al investigación/investigador.
mismo tiempo, sigue acogiendo y desa- Sin embargo, no por haber asumi-
rrollando; pero tampoco debe cerrarse do la responsabilidad de deliberar y
ante lo que las religiones y en especial reflexionar alrededor de asuntos rela-
la fe cristiana han recibido y dado a la
cionados con la ciencia y la técnica en
Humanidad como señal del camino.
el amplio campo de la salud al interior
de esas instancias interdisciplinares y
Con gratitud,
pluralistas –sean comités hospitala-
Carlos Enrique Restrepo rios o de investigación biomédica–, los
Universidad de Antioquia, Colombia problemas o los dilemas morales que
[email protected] van más allá de las relaciones descritas

ideas y valores · vol. lxi · n.o 150 • diciembre de 2012 • issn 0120-0062 (impreso) 2011-3668 (en línea) • bogotá, colombia
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han encontrado solución. Y parece pasado siglo en San Francisco, Estados


que algunos han escapado a lo que el Unidos, o este más reciente de los indig-
autor denomina “control moral de los nados en Madrid, España, son ejemplos
acontecimientos”, planteamiento cuyo de aglutinación alrededor de una defini-
significado no entiendo del todo y que ción, explícita o no, de bien común, que
pudiera hacernos pensar que la bioéti- sin duda es dinámica, pero no por ello
ca estaría para ejercer ese control, cosa indefinible. Lo que pudiera decirse con
que parece improbable, pero además razón es que una sociedad cuyo centro
contradictoria, dado el carácter esen- es el individuo hace perder la perspecti-
cialmente deliberativo de su ejercicio, va del bien común e induce a atropellarlo
algo con lo que el autor parece estar de a favor del beneficio personal, lo cual,
acuerdo. Si la bioética está para ejercer nuevamente, no significa que no pueda
ese “control moral de los aconteci- definirse un bien común en la era de la
mientos”, a lo que debería apuntar es a globalización del comercio, que también
la legislación, lo cual sin duda es nece- es la era de la apropiación individual
sario, aunque insuficiente. Pero sobre del conocimiento técnico y científico,
todo perdería por completo el carácter asunto de interés en bioética, dadas sus
reflexivo, deliberativo y plural, ya que, repercusiones en la vida y en los valores
al menos en parte, la legislación está humanos.
para el control, para ser cumplida por Hacerse cargo de la deliberación
los ciudadanos. Esto, desde luego, no es “interdisciplinar y múltiple” parece
el centro de mi interés. Lo que quiero ser el papel fundamental del bioeti-
enfatizar es que, finalmente, hablar de cista, pero el escenario de los comités
interdisciplinaridad y de pluralismo de bioética resulta demasiado chico en
es discurrir sobre multi-moralidad, lo contextos sociales como el latinoame-
cual, nuevamente, nos aleja tanto del ricano o de otros lugares del llamado
control como de la experticia. Tercer Mundo, donde la democracia
En el texto se plantea, de manera prácticamente brilla por su ausencia.
enfática, que “en sociedades moral- La democracia sería un buen ejemplo de
mente pluralistas resulta prácticamen- bien común cada vez más atropellado
te imposible delimitar en qué consiste por la globalización y el libre comer-
el bien común” (28), por cuanto los cio. Quizás los bioeticistas, al menos
mínimos compartidos por diferentes en esta parte del planeta, deberíamos
grupos sociales históricamente son y hacernos cargo de sacar la deliberación
han sido cambiantes; eso, sin embar- del limitado espacio de los comités de
go, no significa que no hayan podido ética de la asistencia o la investigación
definirse. Buena parte de los movimien- sanitaria. Quizás deberíamos perfilar
tos sociales que han llevado a grandes una bioética social que, entre otros,
transformaciones en diferentes épocas tenga como objetos de estudio o interés
de la humanidad se han agrupado al- a los movimientos sociales o cultura-
rededor de lo que consideraron bien les que defienden el bien común de la
común. Para no ir más lejos, el mo- embestida brutal del individualismo
vimiento gay de los años setenta del y el comercio a ultranza. Se trata de

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diálogos [ 307]

movimientos que también se valen del de tal o cual bien. Que los dueños de
conocimiento, de la ciencia y de la téc- una empresa que se apropia del agua
nica, tanto para hacerse escuchar como o de los genes sean, por ejemplo, co-
para resolver problemas cotidianos lombianos, no resuelve el problema de
que son fruto de la exclusión a la que la privatización de bienes comunes, lo
han sido sometidos. Para no hacer más mismo ocurre si esa empresa es vendi-
extenso este comentario, puede decir- da a una de otro país, si los propietarios
se que son movimientos en los cuales o el gobierno de turno así lo deciden.
hay deliberación y toma de decisiones Ese puede ser un asunto de soberanía
en contextos interdisciplinarios y plu- que también puede tener implicacio-
rales, sin ser comités de expertos o de nes susceptibles de abordaje ético. El
representantes de diferentes sectores. problema sigue siendo la apropiación
Efectivamente, el bien común existe privada, nacional o extranjera, de bienes
así sea cambiante en diferentes lugares comunes. Lo privado y lo público son
y épocas. El planeta es este, la vida en él entonces asuntos delicados en bioética,
es esta, los seres humanos somos parte pero, cada vez más, la misma bioética,
de este planeta y de la vida que en él si- al inclinarse hacia lo individual y pri-
gue resistiéndose a desaparecer a pesar vado, pareciera ponerse del lado de los
del salvaje atropello por parte de quie- grandes intereses comerciales.
nes, sin tener en cuenta a nadie que sea Dado que los bioeticistas no so-
diferente de ellos mismos, deciden todo mos moralistas profesionales, y ojalá
por todos. El agua es un bien común a nunca pretendamos serlo, debemos
todas las formas de vida en el planeta. provocar la apertura a la deliberación
Quizás en esto estemos de acuerdo, y en todos los lugares donde trabajamos
pareciera que esta opinión es invaria- o somos invitados. El “escenario natu-
ble, lo cual sugeriría, cuando el autor ral” del profesional de la bioética no
refiere que “nadie delibera acerca de es solamente el comité, si así lo fuera,
cosas que son invariables, sino sobre estaríamos completamente atrapados
cosas que pueden realmente ser de otra por quienes buscan y defienden una de-
manera” (41), que nada habría que dis- mocracia donde muchos creemos estar
cutir al respecto. Pero hay mucho que haciendo lo que queríamos hacer, pero
discutir, si pensamos en la creciente en la que finalmente, no hacemos otra
apropiación de las fuentes hídricas por cosa que aquello que los poderosos,
parte de grandes empresas con el fin de sea porque tienen riqueza, sea porque
lucrarse con este “bien común” no sólo tienen armas o porque tienen tanto
a la vida humana. Algo similar puede riqueza como armas, precisamente en
decirse acerca del llamado patrimonio estos lugares y estos tiempos, quieren
genético de la humanidad que, luego que hagamos.
de descubierto el genoma humano, es Sin lugar a dudas, los comités de
blanco de la carrera por patentes y de- ética son escenarios en donde se ejer-
rechos de propiedad. ce efectivamente la democracia y han
Ahora bien, el problema no consiste aportado a la solución de problemas
simplemente en quién es el propietario éticos surgidos en la clínica o en la

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investigación con seres humanos, pero una democracia que supere los límites
tales problemas parecen minúsculos de la representatividad, la cual pare-
comparados con la exclusión social, ciera no ser la única forma posible de
cada vez mayor, de seres humanos tan- democracia.
to en el mundo desarrollado como en el Ello también abriría las puertas
Tercer Mundo, en donde es mucho más a algo que ya se ventila en esta parte
notable. Pudieran encontrarse solu- del continente americano, la bioética
ciones si, al menos, se diera paso a la social o perspectiva social de la bioé-
deliberación más allá de los comités que, tica, donde países como los nuestros
aunque sean o se pretendan nacionales, pudieran mostrar elementos a tener
siguen siendo pequeños escenarios de en cuenta, más allá de unos principios
democracia donde muy pocos llegan, de corte esencialmente individual, ne-
se dice, en representación de diferen- cesarios, sin duda, pero a todas luces
tes sectores de la sociedad. Los comités insuficientes para resolver problemas
de ética no son sino pequeñas islas de de naturaleza pública, y no únicamente
democracia representativa, rodeadas privada, que hace tiempo están ahí, si-
de mares tempestuosos, donde una guen sin resolverse y, al contrario, se
democracia real es simplemente un exacerban y desencadenan otros que
obstáculo a los intereses esencialmente harán aun más difícil la vida de gran-
comerciales y privados que caracteri- des poblaciones de seres humanos y de
zan a nuestra civilización. otros seres vivos.
Movimientos sociales, como aque- Protección e intervención parecen
llos ejemplificados unas líneas atrás, dos perspectivas complementarias de
son quizás mejores muestras de ejerci- la bioética en esta parte del continente
cio real de democracia que los propios americano. Un escenario donde estas
comités, con mayor potencial que ellos perspectivas aplicarían, y de hecho se
en la búsqueda de maneras diferentes han aplicado, es la salud pública, campo
de hacer las cosas, pero, sobre todo, que supera los límites de los hospitales
son muestra palpable de que la demo- y centros de investigación, enfrentando
cracia no necesariamente requiere de de lleno asuntos relacionados con la hoy
“representantes de los diferentes secto- famosa equidad en salud, lo cual hace
res sociales”, porque quienes se juntan alguna diferencia con la perspectiva
en estos movimientos, con diversos anglosajona de la bioética, centrada en
niveles educativos, mezclas de saberes los cuatro principios ya conocidos, bajo
e ignorancias, son protagonistas en la los cuales se trataría de encontrar res-
mira de proteger un bien común bajo puestas en los comités a problemas de
amenaza. Entender cómo funcionan en naturaleza fundamentalmente indivi-
su interior movimientos como estos, dual. En el campo de la salud pública,
quizás participando directamente, sin pareciera necesario tanto proteger frac-
esgrimir el tinte de experto en bioéti- ciones de población vulnerables, como
ca con que se nos sigue viendo en los intervenir cuando una acción u omi-
comités o las facultades de las univer- sión pueda hacer daño, o efectivamente
sidades, puede aportar elementos hacia lo hace, a alguno o varios sectores de la

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población. El punto radica en que la de- aunque necesarios, estos comités no


liberación nos puede ayudar mucho en han sido suficientes y nada hace pensar,
materia de protección, pero, sin inter- al menos en esta parte del mundo, que
vención, la bioética quedaría maniatada lo serán en un futuro si se acepta que
y no permitiría ir más allá del discurso. la democracia representativa no es más
Algunos movimientos sociales mues- que una entre varias maneras de hacer
tran que protección e intervención van democracia.
de la mano. Para finalizar de algún
modo este comentario, ese movimiento Favio Rivas Muñoz
hindú que trata de proteger las semillas Universidad Nacional de Colombia
autóctonas del riesgo de desaparecer [email protected]
ante las transgénicas (lo cual no es
simplemente un asunto biológico, sino
también social y cultural), interviene
claramente en esa mira mediante ac-
ciones que efectivamente las protegen Respuesta al comentario de
y hacen que las comunidades planteen Christian Steve Ramos. “Villavicencio,
al mundo que hay otras formas de ali- Luis. ‘El constructivismo kantiano se-
mentar a la población. Ahí no hay sólo gún Rawls como fundamento de los
expertos (¡que los hay!), también hay derechos humanos’”, Ideas y Valores
experiencias en diferentes áreas del LX/147 (2011): 280-282.
conocimiento, sea formal o informal, y
todo eso cuenta en materia de protec- Agradezco el comentario de Chris-
ción e intervención. Ahí, el ejercicio de tian Ramos y también a Ideas y Valores
deliberación es cotidiano y la mezcla de por propiciar este espacio de diálogo
saberes opera a plenitud. académico, tan escaso en esta parte del
Facilitar la discusión entre exper- mundo universitario.
tos y legos alrededor de un problema Intentaré hacerme cargo, brevemen-
ha sido tarea de los comités de bioética te, de algunas (son muchas y variadas
en diferentes lugares del mundo, y en en verdad) de las objeciones plantea-
ellos es de rigor hoy la presencia de un das. En primer lugar, respecto de la
profesional en bioética. Ahí se ejerce lo presunta circularidad del argumento
que pudiera llamarse una democracia rawlsiano, baste insistir en que debe-
comisionada. Como profesionales de mos distinguir cuidadosamente tres
la bioética, entre nuestras tareas está puntos de vista distintos para com-
la de hacernos cargo de la deliberación prender adecuadamente el aparataje
entre los miembros de los comités con justificador de la teoría: el punto de vis-
el objeto de llegar a consensos alrede- ta de las partes en la posición original,
dor de los dilemas que llegan a estas el de las ciudadanas y ciudadanos en
instancias. Sin embargo, las sociedades una sociedad bien ordenada y el de us-
requieren más que democracias co- ted y yo que estamos verificando si la
misionadas para poder hacerse cargo justicia como equidad nos ofrece una
de una realidad multi-moral, porque, comprensión plausible de la libertad y

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